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LA RELACIÓN ENTRE LAS ESTRUCTURAS OBJETIVAS Y LAS ESTRUCTURAS INCORPORADAS QUE LAS GENERAN Lic. María Isabel Wildt Los seres humanos somos sujetos sociales, con condicionamientos sociales, actuales e históricos, que sobrevienen de los diferentes medios por los que hemos transcurrido y con condicionamientos incorporados a lo largo de nuestra vida, esto implica poner en cuestión al propio investigador y a su propia práctica de investigación; entonces, ¿cómo podemos como investigadores explicar y comprender las problemáticas sociales que nos preocupan? Trato de plantear una determinada manera de mirar y analizar los condicionamientos sociales que afectan al proceso de investigación, tomando como punto especial la mirada del propio investigador y sus relaciones. Ubicar al investigador en una posición determinada y analizar las relaciones que mantiene con la realidad que analiza y con los agentes cuyas prácticas investiga; y por otro lado, las que a la vez lo unen y enfrentan con sus pares y las instituciones comprometidas en el juego científico. Estas cuestiones a tener en cuenta son la reflexividad, la objetivación del sujeto objetivante y el autosocioanálisis, como lo propone Bourdieu. Bourdieu sugiere tres tipos de marcas capaces de oscurecer la mirada sociológica: el primero se origina en las características personales del investigador: clase, sexo, etnia; el segundo está ligado a la posición que el investigador ocupa, no tanto en la sociedad en sentido amplio, sino en el microcosmos del campo académico; y el tercero, el más profundo y el más peligroso, es el sesgo intelectualista, aquel que lleva a concebir el mundo como un espectáculo a ser interpretado y no como conjunto de problemas concretos que reclaman soluciones prácticas. Trataré de explicitar las prácticas sociales desde el hecho social, como estructuras sociales externas y como estructuras incorporadas, aprehendiendo dialécticamente ambos sentidos de las mismas, el sentido objetivo independiente de la conciencia y de la voluntad de los agentes, y el 1 sentido vivido, lo que los agentes representan, sienten, piensan, creen y viven. Por lo que se presentan las siguientes incógnitas: ¿el vencimiento de los obstáculos epistemológicos supone una ruptura con los modos de pensamiento, conceptos, métodos del sentido común, del buen sentido ordinario y del buen sentido científico? ¿sólo el observador puede reconstruir las regularidades a las que obedece la acción social? ¿El investigador rompe con las representaciones que el sentido común se hace de la realidad social, destruyendo la ilusión de la transparencia del mundo social? OBJETIVOS: Reflexionar sobre las posibilidades o no, de aprehender la lógica que ponen en marcha los agentes sociales que producen sus prácticas, que actúan en un tiempo y en un contexto determinado y que el investigador quiere aprehender. Comprender y explicar la problemática para captar el sentido de las prácticas que el investigador analiza. Plantear los condicionamientos sociales que afectan la producción del investigador, afectando la tarea del productor de conocimiento, en la medida en que éste forma parte de un espacio de juego: el campo científico. EL CAMPUS Y EL HABITUS Parto para ello de los conceptos más célebres de Pierre Bourdieu: la idea de estructuras objetivas (del estructuralismo genético) y la importancia de develar o descubrir las relaciones ocultas que se dan dentro del sistema de relaciones. Me parece interesante apropiarse, al menos a modo de ensayo, de la noción de habitus y de campus. Decimos que el campus es un sistema de relaciones y de posiciones, un espacio de juego y de conflictos con valores, reglas y propiedades, por lo que tiene una especificidad. En el interior, los agentes llevan adelante una lucha por ocupar posiciones determinantes y relacionadas con el valor principal de ese campo particular. Posiciones intelectuales, funcionales, 2 administrativas o cualquier valor que implícitamente esté en disputa. El interés que tienen los agentes en esa lucha, está dado principalmente por la asimetría en la distribución del bien en juego, ese capital simbólico en juego. En este sentido, es el habitus de esos agentes, y con ello el capital que ostentan, lo que va a estructurar ese campo, pero que a la vez, dialécticamente, va a ser el campo el que de alguna manera, va a condicionar el accionar, y en cierta medida, modificar el habitus de las personas. Como plantea Bourdieu “la relación entre el habitus y el campo es, ante todo una relación de condicionamiento: el campo estructura el habitus, que es producto de la necesidad inmanente de este campo...” Además, el proceso de conocimiento, desde esta perspectiva, tiene sus fundamentos en las necesidades de las personas y que los hombres instituyen a partir del establecimiento de relaciones humanas para satisfacerlas. Esas necesidades también van a estar configuradas de acuerdo al habitus y al campo al que pertenecen. Lo complejo de esas relaciones, lo contradictorio, la diversidad de intereses operantes en cada estructura van a determinar formas particulares de pensamiento, de representaciones y de conocimiento. Emergen a partir de allí, diversas formas o modalidades de interpretación de lo real. Estos emergentes, tienen en cada campo una historia de constitución, que es función de la historia de las relaciones entre los agentes. Me resulta importante señalar y a modo de hipótesis o supuesto, que el conocimiento de las reglas, la delimitación y el capital principal en juego, nos va a permitir, en principio una objetivación del sujeto objetivante. OBJETIVISMO Y SUBJETIVISMO El subjetivismo, esquemas de percepción, de apreciación y de acción interiorizados, sistemas de disposiciones a actuar, a pensar, a percibir, a sentir de cierta manera, lo que es para nosotros y lo que no es para nosotros. El objetivismo se propone establecer regularidades objetivas, estructuras, leyes, sistemas de relaciones, que son independientes de las 3 conciencias y de las voluntades. Si tenemos en cuenta las representaciones, las percepciones, la experiencia vivida, tampoco se puede dar cuenta del sentido del juego social. El sentido objetivo y el sentido vivido, llevan al planteo de la superación de la visión objetivista y de la visión subjetivista de cualquier problemática social, nos recuerda el elemento ontológico de la doble existencia de lo social. El objetivismo puede aprehender sólo el sentido objetivo de las prácticas y el subjetivismo sólo el sentido vivido de las mismas, pero ninguna de ellas puede captar el sentido práctico, el sentido del juego social, resultado dialéctico de ambos sentidos. Para Bourdieu pues, objetivismo y subjetivismo son perspectivas criticadas por ser parciales, pero deben tomarse de ambas, los aportes que pueden proporcionar a la comprensión y explicación de las prácticas sociales. Por sociológico, ello, se momentos plantean que como están en dos una momentos relación del análisis dialéctica: Las estructuras objetivas que construye el investigador en el momento objetivista (construcción del sistema de relaciones objetivas en el cual los individuos se hallan insertos), " apartar las representaciones subjetivas de los agentes, son el fundamento de las representaciones subjetivas y constituyen las coacciones estructurales que pesan sobre las interacciones". Pero, por otro lado, "esas representaciones también deben ser consideradas si se quiere dar cuenta especialmente de las luchas cotidianas individuales o colectivas, que tienden a transformar o a conservar esas estructuras". Los dos modos de conocimiento implican diferentes relaciones con la práctica: una relación teórica con la práctica y una relación práctica con la práctica y objetivar esta diferenciación es indispensable para todo proceso de investigación que quiera captar el sentido del juego social. LA PRÁCTICA SOCIAL Se desarrolla en el tiempo y tiene una serie de características: es irreversible, tiene una estructura temporal, un ritmo, una orientación. Son constitutivas de su sentido, se juega en el tiempo y con el tiempo. 4 Para Giddens la práctica social, es decir, la forma en la cual todas las relaciones sociales se constituyen y mantienen para que la vida social continúe, se lleva a cabo en entornos sociales espacialmente y temporalmente distintos. Las interacciones en diferentes entornos espaciotemporales constituyen un ordenamiento reproducido de relaciones sociales. Resulta entonces que la práctica social no puede abstraerse del tiempo y del espacio. Así pues, la estructura del espacio es el medio para la producción y reproducción social y asimismo esta organización o estructuración del espacio es el resultado de las actividades sociales anteriores. La percepción del espacio y su estructuración tienen que ver con los conceptos y reglas del comportamiento preestablecidos, los que aprehendidos por los individuos en el proceso de la socialización les permiten reconocer o definir los espacios adecuados para relacionarse con los demás. Ya que ninguno de los individuos es omnisciente y omnipresente y dado que cada uno de ellos reproduce ciertas prácticas con metas particulares, la fiel reproducción de ciertas actividades en espacios específicos no es posible y, tal como lo demuestra Bourdieu (1991) en su teoría del habitus, la práctica social puede ser transformada. Los individuos se encuentran alejados en el tiempo y el espacio de las intenciones de los agentes sociales que originaron prácticas sociales específicas; dichos individuos se encuentran situados en sus tiempos-espacios particulares y tienen que "leer" o interpretarlos adecuadamente. Aunque muchas de estas prácticas se reproducen irreflexivamente en la vida cotidiana, también se modifican continuamente afectando los tiempos-espacios establecidos. La estructuración o la organización particular del espacio no son sólo el medio de la producción o la reproducción de la práctica social, sino también la determina y condiciona. En este sentido el espacio social, igual que el espacio físico natural son al mismo tiempo los productos de las actividades pasadas y las dimensiones necesarias para las actividades actuales. Ambos determinan y limitan, pero al mismo momento crean y hacen posible la práctica social. El investigador puede darse y puede dar una visión sinóptica de la totalidad y de la unidad de las relaciones, puede sincronizar incluso lo que no lo está en estado práctico. Está en condiciones de superar los efectos del 5 tiempo y el espacio, hacer desaparecer las urgencias, las amenazas, los temores, porque está situado fuera del juego. Según Bourdieu, el investigador tiene el privilegio de la totalización, de darse y de dar una visión sinóptica de la totalidad y de la unidad de las relaciones que constituyen las condiciones de posibilidad de su sujeto de comprensión adecuada. El investigador debe tener un conocimiento del conocimiento, una objetivación del sujeto objetivante. Se trata de un conocimiento esencialmente crítico respecto a los límites inherentes a todo conocimiento teórico, tanto objetivista como subjetivista. Supone poner en cuestión los presupuestos inherentes a la posición de “observador objetivo”, la del científico que tiene el privilegio social que hace posible su ciencia y que lo lleva a revindicar el punto de vista total sobre el todo, implica analizar la relación subjetiva del investigador con el mundo social y con la relación social objetiva que está implicando esta relación subjetiva. Bourdieu reconoce que hay una especial relación que el investigador mantiene con su objeto y esa relación tiene que ver con las prácticas que se pretenden explicar y con las diferencias que existen entre la posición del investigador, como sujeto de conocimiento, y la de los agentes que analiza, que viven las prácticas que producen. Por lo tanto y como expresa Besse (2002) “la información no es un conjunto dado de enunciados contenido en el recipiente del informante y por ende no es pasible de una “recolección” en términos literales; es necesario comprender la complejidad topológica de los vínculos intersubjetivos y de las relaciones entre sujeto y objeto”. LA RELACIÓN DEL INVESTIGADOR CON SU OBJETO La relación práctica que el investigador mantiene con su objeto es la del estar excluido del juego real de las prácticas que está analizando, no comparte las experiencias vividas en ese espacio, ni las urgencias, ni el ritmo, ni las alegrías, ni los temores, ni los fines inminentes de las acciones prácticas. 6 No se trata de una distancia cultural sino más bien de una distancia diferente respecto a la necesidad, de una separación de dos relaciones diferentes con el mundo, una de ellas práctica y la otra teórica. La construcción científica sólo puede aprehender los principios de la lógica práctica haciéndoles sufrir un cambio de naturaleza, convirtiendo una sucesión práctica en una sucesión representada, una acción orientada en relación a un espacio objetivamente constituido como estructura de exigencias objetivas y simbólicas, en acción reversible, efectuada en un espacio continuo y homogéneo. La práctica excluye el retorno sobre sí, el investigador no puede dar cuenta de la verdad de su práctica sino es en situación práctica, no puede teorizar ni reflexionar sobre ella sino es abandonando su relación práctica con la práctica. El investigador es un agente social que juega el juego de la ciencia, condicionado por el estado de ese juego, su historia, el capital acumulado que ha ido incorporando a lo largo de su trayectoria social. La sociología permite liberarlo, ya que los intereses en juego permiten elaborar estrategias para defender su capital simbólico, de reconocimiento, consagración, legitimidad y autoridad para hablar de la ciencia. Esto implica aproximarnos al la forma conocimiento y los de la instrumentos realidad que social, usamos las para categorías conceptuales que ponemos en juego y las hipótesis que manejamos, esto está ligado a la posición que ocupamos en el mundo social. Bourdieu considera que los condicionamientos objetivos y simbólicos asociados a la inserción social no constituyen un obstáculo epistemológico insuperable, lo necesario es proporcionar instrumentos adecuados para analizar el condicionamiento social de las producciones científicas, logrando obtener mayor peso las leyes de funcionamiento y las instancias de consagración y legitimación para tener mayor autonomía frente a la incidencia que pudiera tener. C) CONCLUSIONES Debemos ubicarnos, como investigadores, frente a la realidad que estamos analizando, frente a los agentes cuyas prácticas pretendemos comprender y explicar, en el lugar de un agente social como cualquier otro, 7 con condicionamientos objetivos, actuales e históricos y con condicionamientos incorporados a lo largo de nuestra trayectoria individual y colectiva. Agentes sociales analizados y agentes sociales analizadores formamos parte del mismo mundo social. Reconocemos que los investigadores tenemos experiencias y representaciones de ese mundo social y para estudiarlo debemos objetivar nuestras experiencias, eso quiere decir que no estamos separados de nuestros objetos, al contrario estamos sujetos a los mismos tipos de condicionamientos, derivado de los diferentes espacios de juego en los que participamos, de nuestras historias y posiciones diferentes, de nuestro habitus. Lo que nos separa, como investigadores, de los agentes que tratamos de comprender y explicar es la relación misma con la práctica, una relación teórica con la práctica, frente a una relación práctica con la práctica, que consiste en objetivar nuestra posición como investigador, apelando a un proceso de reflexión epistémico. Los investigadores formamos parte del mundo social, tenemos una cultura académica, que nos lleva a tener una mirada y una experiencia especial del mundo y que es necesario objetivar nuestra posición, tratando de eliminar nuestros efectos sobre los datos, podremos comprenderlos y controlarlos, apelando a las herramientas que nos brinda el conocimiento. Bourdieu explica que la sociología podría proporcionarnos herramientas que nos ayuden a minimizar nuestros condicionamientos, controlándolos. De lo trabajado considero que la reflexividad epistémica, la objetivación del sujeto objetivante son los únicos caminos de libertad posible; como una cuestión de autoexplicación de los condicionamientos que nos separan de los agentes cuyas prácticas intentamos explicar y comprender y analizando nuestra posición como investigadores en el juego científico, desentrañaremos las reglas que regulan el juego. La construcción del objeto no es algo que se opera de un golpe o por un golpe de suerte en el acto teórico inaugural. Esto último lo enfatiza César Germaná cuando expresa que el objeto de estudio “se logra por un programa de observaciones o de análisis a través del cual lo que se efectúa 8 no es un plan que se diseña con anticipación, a la manera del ingeniero: es un trabajo de largo aliento, que se cumple poco a poco, por retoques sucesivos, por toda una serie de correcciones, inspiradas en lo que se denomina el oficio, es decir ese conjunto de principios prácticos que orientan las elecciones a la vez pequeñas y decisiva”. De lo expuesto surge un interrogante, una ambigüedad, una especie de contradicción entre la verdad subjetiva y la realidad objetiva. Esta dualidad es posible, y se puede vivir, a través de una especie de self deception, de autoengaño. Pero esa self deception individual ¿se sostiene a través de una self deception colectiva?, ¿un verdadero desconocimiento colectivo cuyo fundamento está inscripto en las estructuras objetivas y en las estructuras mentales, que excluye la posibilidad de pensar y obrar de otro modo?. BIBLIOGRAFÍA Escolar, Cora, Juan Besse y Lisandro de la Fuente (2002) Historia de vida y subjetividad : soportes epistemológico. – En: Revista Litorales ; año 1, nº 1, noviembre, 2002. En: http://litorales.filo.uba.ar/weblitorales/articulo4.htm [Fecha de consulta: 29/07/09] Escolar Cora, Silvina Quintero (2000) Topografías de la investigación : métodos, espacios y prácticas profesionales. – Buenos Aires : Eudeba. Espacio social y poder simbólico En: Bourdieu, Pierre (1985) Cosas dichas. – Buenos Aires : Gedisa Hammersley, Martyn y Atkinson, Paul, (1994) Etnografía. -- Barcelona : Paidós. Pierre Bourdieu, Jean-Claude Chamboredon y Jean-Claude Passeron (1993) El oficio del sociólogo. -- México : Siglo XXI. 9