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Ficha 5 – Sócrates Vida, Obra y su Filosofía 3ro BE – Prof. Joaquín Hernández I – Vida de Sócrates y Siglo V A.C SÓCRATES, (469-470–399), hijo del escultor Sofronisco y de Fenareta, comadrona u obstetriz, como lo dice Platón en el diálogo titulado “Teeteto”; Sócrates mismo comparó después su obra de maestro con el arte de su madre. Nació en Atenas, y aprendió en su primera juventud, el arte de su padre. Pero es sabido que abandonó ésta actividad, dedicándose a la meditación especulativa. No nació en una clase rica y noble de Atenas. Se sabe que Sócrates era un HOPLITA, es decir, un soldado de los que podían equiparse a su costa con armadura pesada, a lo cual estaban obligadas las tres clases superiores de ciudadanos y exceptuada la última. Era el soldado armado de a pie. Esto supone que Sócrates tenía una renta anual de 200 dracmas por lo menos lo que no era mucho; pero sin embargo en la Atenas del siglo V la educación estaba al alcance de un artesano. Los ciudadanos libres frecuentaban la escuela, donde recibían enseñanzas que comprendían la lectura, practicada sobre textos de los poetas nacionales. La educación del sentido artístico estaba en el ambiente, y el canto coral, la lanza, los espectáculos de tragedia y comedia, los certámenes gimnásticos, eran ofrecidos pródigamente por el Estado. Se alejó de Atenas sólo 3 veces para cumplir su deber de soldado, y estuvo en las batallas de Potidea, Delios, y Anfípolis. El maestro regresa de la dura campaña de POTIDEA y reanuda su vida de todos los días. Cuando regresó a Atenas, en 429, se encontró ya con la PESTE, con el desaliento y pesimismo de un pueblo que tenía sin duda gran sensibilidad política y se daba cuenta de que los acontecimientos le habían metido en una guerra inacabable. Sócrates regalaba su “saber”, pero, además, su “saber” contenía una problemática fundamental que era la de problematizar el mundo moral. Sócrates pretendía restaurar la moral griega mediante el saber o el conocimiento para asentarla sobre bases que incluyeran el examen de sí mismo, y no la aceptación de la tradición fundada en la autoridad y el hábito. Para llegar a una verdadera moralidad es preciso que el hombre obtenga la NORMA PARA SU OBRAR a base de un conocimiento claro y seguro. Quería, entonces, llegar a una verdadera ARETÉ MORAL o VIRTUD. Para Sócrates, que entiende el filosofar como el examen incesante de sí mismo y de los demás, ningún escrito puede suscitar y dirigir el filosofar. El escrito puede comunicar una doctrina, pero, no estimular la investigación. Si Sócrates renunció a escribir, ello fue debido, por tanto, a su misma actitud filosófica y forma parte esencial de tal actitud, su actitud de discutir. II – Fuentes Socráticas Ya que Sócrates nunca escribió nada, lo que nos ha llegado de su filosofía es por otros. Se considera a PLATÓN (428 - 347 a.C.), una fuente primordial para conocer a Sócrates ya que integró el círculo de discípulos socráticos, acompañó entre otros, a su maestro durante el proceso judicial, y permaneció a su lado hasta los últimos momentos de su condena a muerte. El cuerpo de obras platónicas, llamado “CORPUS PLATÓNICO”, su primera parte está constituida por obras, cuya figura socrática es predominante. Los llamados “Diálogos de Juventud” o de la Primera Época, son tanto elaboraciones del pensamiento socrático como exposición de las conversaciones mantenidas entre Sócrates y sus amigos, discípulos y adversarios. Platón fue en un principio, poeta de tragedias, pero luego, su contacto con Sócrates lo lleva a adoptar un género de exposición literaria en “DIÁLOGOS”, y éste, se convierte en el único medio para expresar y comunicar a los demás la vida de la investigación filosófica. Platón rindió a Sócrates el tributo de utilizarlo como portavoz. Para Platón, Sócrates era por excelencia sabio, de tal modo que cuando algo le parecía sabio a Platón lo ponía en boca de Sócrates. 1 Ficha 5 – Sócrates Vida, Obra y su Filosofía 3ro BE – Prof. Joaquín Hernández III – Sócrates y el Oráculo en Delfos Los griegos pensaban que los seres humanos podían enterarse de su destino a través del famoso oráculo en Delfos, Apolo era el Dios del oráculo, el cual hablaba a través de la sacerdotisa llamada Pitia. Al llegar a Delfos uno entregaba primero su pregunta a los sacerdotes, quienes a su vez se la daban a la Pitia. Ella emitía una contestación tan incomprensible y ambigua que hacía falta que los Sacerdotes interpretaran la respuesta. Cabe aclarar que se tomaba a la palabra del oráculo como una verdad incuestionable, ya que no era digno de un Dios mentir (Los dioses sabían todo acerca del pasado y el futuro). En todo caso si la profecía fallaba sería un error de interpretación y no un error de la misma profecía. En el oráculo había una inscripción: “Conócete a ti mismo”, colocada por los antiguos siete sabios. Originariamente esto significaba “sabes que eres mortal y no debes pensar en cosas divinas”, en otras palabras todo conocimiento absoluto es divino, y toda sabiduría humana es incompleta, cuestionable, debes conocerte a ti mismo en el sentido de conocer tus limitaciones como humano. Sócrates dará una interpretación distinta a esta frase: Sabes que tienes un alma divina y debes purificarla de todo lo que es indigno de su naturaleza y tarea. Por eso “la vida sin examen es indigna del hombre”. En otras palabras, adquiere conciencia de tu fin ideal y de tus faltas reales: la primera entre todas es la falta de conocimiento verdadero, que se esconde bajo la pretensión de sabiduría. Saber que no se sabe, he ahí el primer resultado del examen y conocimiento de sí mismo: primera sabiduría verdadera. IV Misión Socrática En el diálogo Platónico “Apología de Sócrates” se hace mención de las palabras de la Pitia “No hay hombre más sabio que Sócrates”, esto sorprende mucho al Filósofo que no se reconoce como sabio, lo cual lo lleva a investigar el sentido que se oculta tras estas palabras. Esta investigación lo lleva a una conclusión importante: La sabiduría no consiste en poseer determinado conocimiento sino en el reconocimiento de la propia ignorancia. Las INSCRIPCIONES del Oráculo de Delfos (“Conócete a ti mismo”) fueron aceptadas por Sócrates como base de su doctrina. Ya que solo en el examen de uno mismo y de los demás podemos llegar a reconocer nuestra propia ignorancia, y dar lugar al comienzo de la búsqueda del conocimiento (solo se busca aquello que reconocemos no poseer). Esta misión consiste entonces en la purificación del alma de aquello que les indigno (pretensión de sabiduría) a partir del examen de uno mismo, y dar paso al conocimiento verdadero que según veremos más adelante se encuentra ya en el espíritu. Lo sagrado de esta misión consiste en que le es impuesta a Sócrates por las palabras del oráculo. V El conócete a ti mismo, Método Socrático La estructura fundamental del pensamiento socrático es “Yo sólo sé que no sé nada”. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que Sócrates no es el dueño de un conocimiento verdadero, y que además el conocimiento no lo va a comunicar porque cada hombre tiene la posibilidad, la potencialidad de descubrir el conocimiento. Sócrates no da el conocimiento como información, sino que su MISIÓN es la de promover en 2 Ficha 5 – Sócrates Vida, Obra y su Filosofía 3ro BE – Prof. Joaquín Hernández el hombre la investigación. ¿Cómo se descubre el conocimiento? A través de relaciones racionales que establezco mediante el diálogo de tipo racional, la dialéctica (mediante lenguaje). Es el sentido pedagógico de enseñanza por medio de la discusión planteada a través de preguntas y respuestas. SÓCRATES ayuda al discípulo a descubrirse por medio del diálogo, y en este diálogo no se pasa información, Sócrates no trasmitía contenidos, ya que el conocimiento lo va descubriendo el propio discípulo. El concepto pedagógico socrático consiste en que cada uno debe descubrir y desarrollar el conocimiento. ¿Cómo lo hace? A través de un método: La IRONÍA: que incluye un doble aspecto, la REFUTACIÓN y la MAYÉUTICA En Sócrates la Ironía es el medio para promover en los demás el reconocimiento de la propia ignorancia. En el primer momento de la ironía (refutación), Sócrates no contesta a las ideas del discípulo por la negativa, sino que formula una contra-pregunta, y el alumno responde, vuelve a él con otra pregunta, y el discípulo comienza a establecer sus dudas, y en ese transitar inquisitivo de preguntas y respuestas, llega a percibir el discípulo por sí mismo sus propias contradicciones. Esto permite purificar el espíritu de las ideas contradictorias, este mismo proceso de refutación arraiga en sí mismo el método para arrancar del discípulo las opiniones y hacer dar a luz la verdad que se produce naturalmente en la propia razón humana. Este segundo momento de la ironía, se compara con el arte de la partera, es una forma de parto intelectual. En la obra platónica el “TEETETO”, Sócrates dice: “Yo no sé nada y soy estéril, pero te estoy sirviendo de partera, y por eso hago encantamiento hasta que des a luz tu idea”. En síntesis: Ironía (Refutación y Mayéutica) Lo primero que hay que aclarar es que refutación y mayéutica son momentos de un mismo proceso, no puede darse lo segundo sin lo primero, Sócrates confía que lo primero lleva necesariamente a lo segundo, por lo tanto sería un error verlos por separado. Así la REFUTACIÓN, representa la operación preliminar necesaria para encaminar el espíritu hacia el descubrimiento de la verdad: sólo el espíritu purificado y liberado del error puede cumplir una investigación verdadera. Mediante inquisitiva descomposición de sus ideas trata de poner de manifiesto los pensamientos que se esconden detrás de sus propios pensamientos, y de los cuales no se percata. Así, después de la refutación, se presenta el segundo momento del MÉTODO SOCRÁTICO: la MAYÉUTICA, o arte del parto. La mayéutica, supone y afirma la existencia en el interrogado de una potencia espiritual, y al convertirla de potencia en acto tiene que considerar existente ya, en su espíritu, cierto saber congénito. En otras palabras, esto supone que el conocimiento ya se halla en el espíritu humano desde su nacimiento, ¿Pero de dónde pudo haber venido ese saber? Sócrates no lo dice expresamente, pero según se ve luego en la filosofía Platónica, esto sería el inicio de la teoría por la cual se considera al alma inmortal y que todo su conocimiento lo lleva consigo desde siempre. Como conclusión, este segundo momento de la ironía, supone la existencia del saber verdadero en el espíritu humano, el cual sale al exterior como en una especie de parto intelectual, que se da por medio del diálogo con el otro. Para que esto suceda el espíritu debe quedar purificado, lo cual se da por medio de la refutación. Es por eso que afirmamos que los dos momentos se dan en conjunto, y que el primer momento lleva necesariamente al segundo. 3