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B.7 La Madre nos ha dejado testimonios preciosos de su vida de oración en los apuntes de Ejercicios y en las cartas que escribía al Padre. Sabemos que tiene una oración contemplativa para la que se reconoce más apta: Creo que sirvo mucho más para la contemplación que para la meditación...(RF 1, Ap.II). En la oración encuentro una gran facilidad, felicidad y dulzura en ponerme en la presencia de Dios, mirarle, ofrecerle mi corazón y decirle que le amo, pasándome así una y dos horas sin que mi espíritu desee otra cosa...(RF l,c.68). Describe con sencillez su modo de oración con una comparación: [...] me colocaba a los pies de Nuestro Señor como un perro a los de su amo, atento y dispuesto a obedecer al menor signo [...] y aunque esto parezca ganas de pasar el tiempo, ahora es cuando he encontrado mi verdadera comparación. (RF l,c.58). Su oración se reduce a unir su voluntad con la de su Señor, lo que, sabemos constituía una característica marcada en la espiritualidad de la Madre: Me es muy fácil recogerme y cerrando los ojos, me encuentro muy cerca del altar, con mi corazón delante de la puerta del Tabernáculo. Casi nunca digo nada, sólo de vez en cuando, con el corazón y hasta con los labios digo: Dios mío, que se haga tu voluntad, lo que quieras, como quieras y cuando quieras, y aunque tenga alguna petición particular que hacer, nada puedo pedir y me contento con presentársela añadiendo: que se haga según tu voluntad (EE.EE.1890) [Otros textos:EE.EE.1891; RF 4 c.346;EE.EE.1892 y 1898.Pueden verse estos textos en ADC,4] "Mi plan con Vd... acercarla al manantial... ¿Le ha ido a Vd. mal así?... Me produce grandísimo contentamiento el que sea Vd. la Esclava de Jesús Sacramentado, atada a El con la cadena de un afecto entrañable". Que esta es la pedagogía usada con la Madre lo confirman las cartas que conservamos de estos años, y otros muchos textos del Padre. Mucho me gusta que pase Vd. todas las horas que la atención a su madre la dejan libres, al pie del Tabernáculo. Ese sitio yo se lo he enseñado a Vd. a amar. Verdad es que Vd. lo ha aprendido tan bien, que practica la lección mucho mejor que el maestro - RF le.59. Cf. también RF l,c.l3; eMS 56; 60,p.ll2;62. RF4 c.345 y 346) Y bien que aprendió la lección de un Padre que le comenta que no puede dejar pasar los días sin comunicarse con Jesucristo en el Sagrario y que llega a afirmar: "La vida en el desierto se me haría insoportable por no poder gozar de la presencia de Cristo Sacramentado "(RF 1 c.20). así se expresa ella constantemente: Mi principal atractivo es el Smo. Sacramento y el Corazón de Jesús en él; ésta ha sido mi educación religiosa, y ni la Pasión de N.S. ni la vida oculta ni nada me cautiva como la Eucaristía (EE.EE agosto 1891. f.6.D). En las horas que paso contemplando a N.S. en el Smo. Sacramento... (RF 1,c.14) Después de la Bendición entré en S. Lorenzo y fui a buscar a Ntro.Sr. al Sagrario; allí me quedé un buen rato tratando con El el asunto... (RF le.44) Creo que el Smo. Sacramento es nuestro Guadalquivir y por ese conducto espero lo que me tiene prometido mandar todos los días (RF le.12). En el Sagrario aprende la Madre su modo de oración: Esta tarde en la Bendición [...] me colocaba a los pies de Nuestro Señor, como un perro a los de su amo, atento y dispuesto a obedecer al menor signo, a besar sus manos en señal de amor y pronta hasta morir; y aunque esto parezca ganas de pasar el tiempo, creo que ahora es cuando he encontrado mi verdadera comparación (RF 1 c,58) Este trato con Jesucristo en el Sagrario hace que, muchos años después, con sencillez y franqueza, reconozca la transformación que se ha operado en ella, en carta a Rosario Spínola le dice: De Celia Méndez a la Madre Teresa hay una distancia tan enorme que si me lo hubieran dicho hace 23 años, lo hubiera creído un disparate completo; mi transformación es toda obra de Dios, pero por conducto de nuestro Padre a quien nunca agradeceré toda la caridad que ha tenido y tiene conmigo (carta a Rosario Spinola,T.6 p.94). OTROS TEXTOS DE CELIA MÉNDEZ EN LOS QUE APARECEN RASGOS DE SU ORACIÓN COMUNICO CON DIOS… En mis ejercicios soy puntual y los hago con gusto, no puedo hacer meditación sacando consecuencias de un punto; pero comunico con nuestro Señor como mi padre y mi todo, cuanto me pasa triste o alegre, y si nada me preocupa estoy allí a sus pies como un perro a los de su amo. ORACIÓN DE SÚPLICA Estoy más tranquila y animada a pesar de tanta cosa como me abruma; algunas veces mi oración se reduce a presentar a Nuestro Señor uno por uno los motivos de sufrimiento que pesan sobre mí, le digo que en un momento El puede arreglarlo todo; pero que si su gusto es verme así, Fiat aunque sea hasta el fin de los siglos. CORAZÓN A CORAZÓN (al P. Fundador, explicándole su actuación con un sacerdote que les dio los ejercicios en Málaga. Ya estaba el P.F. en Sevilla) Empecé por darle cuenta de la oración: le dije no tenía facilidad para desenvolver una meditación; pero sí para comunicar con N. Señor de corazón a corazón diciéndole cuánto siento y deseo, y que mi única petición era conocer su voluntad y cumplirla, que no tenía ni afán porque la Congregación creciese mucho, porque le temo a la vanidad y ya que dejé la del mundo que no quiero encontrarla en la religión, pero que me alegro que otras crezcan y den con ello mucha gloria a Dios. ACTITUD CONTEMPLATIVA Ya hace tiempo que en la oración , en la preparación para comulgar y en la acción de gracias no tengo más que un solo movimiento , antes me parecía ocio espiritual, pero V. Me ha dicho que no es malo y me dejo llevar de esta atracción que me produce mucha suavidad en el alma. Me es muy fácil recogerme y cerrando los ojos, me encuentro muy cerca del altar, con mi corazón delante de la puerta del Tabernáculo, Casi nunca digo nada, sólo de vez en cuando, con el corazón y hasta con los labios digo, Dios mío que se haga tu voluntad. Otras veces sólo digo: Señor, qué queréis que haga, y así se pasan mis días y hasta años creo que van así. Vd. Dirá si hay algo que reformar en este modo de ser. PERDERME EN EL DIVINO CORAZÓN La impresión que me domina al empezar el nuevo siglo, es el deseo vivísimo de perderme de tal modo en el Divino Corazón que ya yo no sea nada y sólo El viva en mí; que esto llegue a suceder es todo mi afán. Fijo mi pensamiento en el deseo que me domina de que el Divino Corazón lo sea todo en mí, se me ha ocurrido pedirle con empeño que me “ignotice” para lo cual he procurado estar cerca de Nuestro Señor lo más posible y mirarle mucho tiempo, siéndome en extremo consolador pensar que ya no tendré en adelante ningún movimiento propio, sino que la mirada dominadora del Corazón de Jesús será el impulso que me mueva a dónde y como El quiera; si así lo consigo quedarán satisfechas todas las aspiraciones de mi corazón. REFLEXIÓN PERSONAL 1.- Lee y subraya para comentar 2.- Escoge alguna cita que te toque el corazón y ora con ella. 3.- ¿Cómo describirías con tus palabras la oración de Celia Méndez? 4.- ¿Da alguna luz para tu modo de orar? ESQUEMA PARA EL ENCUENTRO DE GRUPO 1.- Oración. Visualizar el video “B7 Oración en Celia Méndez” 2.- Puesta en común de la reflexión personal. 3.- Oración al terminar: cada uno expresa su oración de acción de gracias, de petición, etc.