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FUNCIONES REPRODUCTIVAS 1. APARATOS REPRODUCTORES Aparato reproductor, término aplicado a un grupo de órganos necesarios o accesorios para los procesos de la reproducción. Las unidades básicas de la reproducción sexual son las células germinales masculinas y femeninas. Este artículo se ocupa de los órganos donde maduran y se almacenan las células germinales de los animales, de los órganos a través de los cuales son transportadas en el proceso de la concepción de un nuevo ser y de los órganos glandulares accesorios. Para los órganos reproductores de las plantas, véase Reproducción vegetal. Los aparatos reproductores en ambos géneros humanos, aunque desarrollados a partir de un mismo tejido embrionario, no poseen las mismas funciones o estructura, ni tampoco ocupan el mismo alojamiento. El aparato masculino produce espermatozoides y el femenino óvulos; cuando un óvulo queda fecundado se desarrolla un embrión que originará un nuevo ser. 1.1. APARATO REPRODUCTOR MASCULINO El aparato reproductor masculino está formado por los testículos o gónadas masculinas, conductos deferentes, uretra y pene, junto con las glándulas y vesículas adyacentes. Los testículos están constituidos por dos glándulas sexuales de un tamaño entre 5 a 6 cm. y con forma ovoide. Durante la etapa embrionaria, están localizados en el interior de la cavidad abdominal, descendiendo por el conducto inguinal hasta el escroto (bolsa externa que los aloja) justo antes del nacimiento; si no se produce este hecho antes del nacimiento se manifiesta la llamada criptorquidia, un defecto de posición de los testículos que permanecen ocultos en el abdomen, y que puede tener solución si se trata con gonadotrofinas antes del tercer año de vida, y posteriormente mediante cirugía. El motivo de situarse la bolsa del escroto en el exterior del cuerpo es mantener los testículos a una temperatura inferior a la existente en el interior, con objeto de que puedan producirse los espermatozoides, por ello la criptorquidia se considera un tipo de esterilidad masculina, ya que en el interior del abdomen los espermatozoides no pueden producirse. Los testículos producen espermatozoides de forma continua, en un proceso denominado espermatogénesis, éste comienza en la pubertad (alrededor de los 12 ó 13 años) y finaliza con el climaterio masculino, alrededor de los 70 años. Cada uno de los testículos, que contiene numerosos túbulos seminíferos, dispone de un órgano alargado y contorneado sobre sí mismo llamado epidídimo, que continúa con el asa epidídimo deferencial y ésta con el conducto deferente o espermiducto, el cual penetra en el interior del cuerpo por el cordón espermático. Tras rodear la vejiga, se unen ambos conductos en uno solo, la uretra, que finaliza en el extremo del glande del pene. La uretra constituye un conducto común al aparato reproductor y urinario, por el que se desplazan tanto los espermatozoides (durante la eyaculación), como la orina (durante la micción), aunque nunca ambos a la vez. Alrededor se encuentran la próstata y las glándulas de Cowper, que segregan líquidos cargados de enzimas y nutrientes a los espermatozoides, formando parte del semen. En el epidídimo se almacenan y maduran los espermatozoides, inmóviles por la falta de oxígeno y las sustancias ácidas en que se encuentran; sólo se moverán hacia el exterior durante la eyaculación, mediante contracciones de la musculatura lisa del conducto epididimario. El glande o extremo del pene está rodeado por el prepucio, un pliegue cutáneo que puede ser retirado hacia atrás. Cuando la abertura del prepucio es muy estrecha y no permite que asome el glande durante la erección, puede resultar en relaciones sexuales dolorosas o incómodas; a esa manifestación se le conoce como fimosis. La fimosis puede resolverse fácilmente con cirugía, mediante una circuncisión; en ocasiones se practica su extirpación completa o parcial, la cual puede ser por motivos terapéuticos o religiosos. Para facilitar la cópula el pene se pone en erección en el momento de la excitación sexual. Este fenómeno es posible gracias al tejido eréctil del que se constituye el pene, unos cuerpos cavernosos y esponjosos cuyas cavidades se llenan de sangre para mantenerlo erecto y firme, y así poder introducirlo en el interior de la vagina de la mujer; el reflejo está controlado por el sistema nervioso parasimpático, cuyo centro se sitúa en la zona sacra de la médula espinal. Durante el clímax sexual se produce la eyaculación, manifestándose en las paredes de la uretra unas contracciones rítmicas que impulsan el semen hacia el exterior; y cuyo reflejo está controlado por el sistema nervioso simpático, que se localiza en la zona lumbar de la médula espinal. En el semen eyaculado (unos pocos centímetros cúbicos) se encuentran entre 200 y 300 millones de espermatozoides, además de las secreciones procedentes de la próstata, las glándulas de Cowper y las vesículas seminales. Si los espermatozoides no eyaculados permanecen almacenados en los espermiductos, son fagocitados finalmente por los leucocitos al cabo de un tiempo. 1.1.1. ESPERMATOGÉNESIS Espermatogénesis, proceso de formación de los espermatozoides, gametos masculinos, que se realiza en las gónadas masculinas (véase Aparato reproductor). Los espermatozoides son células haploides, es decir, tienen la mitad de los cromosomas que una célula somática. La reducción se produce mediante una división celular peculiar, la meiosis. La espermatogénesis, en la especie humana, comienza cuando las células germinales de los túbulos seminíferos de los testículos se multiplican. Se forman unas células llamadas espermatogonias. Cuando el individuo alcanza la madurez sexual las espermatogonias aumentan de tamaño y se transforman en espermatocitos de primer orden. En estas células se produce la meiosis. La primera división de la misma da lugar a dos espermatocitos de segundo orden, y éstos, tras otra división celular, producen dos espermátidas cada uno. Las cuatro células resultantes son ya haploides. La siguiente fase es la espermiogénesis. En ella, las espermátidas se convierten en espermatozoides. Para ello, se reduce el citoplasma, el núcleo se alarga y queda en la cabeza del espermatozoide, las mitocondrias se colocan en el cuello y los centriolos originan un flagelo. 1.2. APARATO REPRODUCTOR FEMENINO El aparato reproductor femenino está constituido por los ovarios, trompas, útero, vagina y genitales externos. Los ovarios están constituidos por dos órganos situados en la región abdominal, próximo a la pelvis, sujetados a la parte posterior del ligamento ancho del útero mediante un pliegue del peritoneo llamado mesovario. En los ovarios se producen los óvulos o células sexuales femeninas. Durante el momento de la ovulación, la captura del óvulo es posible gracias a la parte final del conducto llamado trompa de Falopio, que tiene forma de embudo. El movimiento del óvulo en el interior de la trompa hasta alcanzar el útero, se realiza por efecto de los cilios que recubren su epitelio, junto con los movimientos peristálticos de la musculatura lisa de las paredes. El útero, con forma de pera, se sitúa entre la vejiga urinaria y el recto; se distinguen las partes: fondo, cuerpo y cuello o cérvix. La pared del útero dispone de una musculatura lisa llamada miometrio, con capacidad para aumentar muchas veces de tamaño durante el embarazo, y que permiten la expulsión del feto durante el parto cuando se producen sus contracciones rítmicas. El útero externo es el parametrio, constituido por tejido conjuntivo, y recubierto en parte por el peritoneo. El útero interno es el endometrio, constituido por un epitelio mucoso provisto de múltiples glándulas. Al útero le sigue la vagina, cuyo conducto se cierra en su extremo inferior por el himen, un repliegue cutáneo membranoso de forma y espesor variable, y que reduce en parte el propio orificio externo de la vagina. Cuando se realiza la primera cópula esta membrana se desgarra, produciéndose lo que se conoce como desfloración o pérdida de la virginidad. La vagina segrega sustancias con cierta función bactericida; en ella también se localizan unas glándulas llamadas de Bartholin, equivalente a las de Cowper masculinas, cuya misión es lubricar el conducto vaginal para facilitar la cópula. Los órganos sexuales externos, conocidos como vulva, rodean el orificio de la vagina. Están constituidos por dos repliegues cutáneos rellenos de tejido adiposo o labios mayores, dos labios menores que acogen numerosas terminaciones nerviosas, y los cuerpos cavernosos. En el interior de estos órganos se localiza el clítoris, un órgano muy sensible y eréctil. En el vestíbulo vaginal, inmediatamente delante de la vagina, se sitúa la uretra, un conducto independiente que conduce la orina procedente de la vejiga. 1.2.1. LA OVOGENESIS La ovogénesis es el proceso de formación y maduración del óvulo o gameto femenino. Al contrario que la espermatogénesis (producción de esperma en el hombre) que se realiza de forma continua desde la pubertad hasta el climaterio masculino alrededor de los 70 años, la ovogénesis es cíclica, manifestándose producción de óvulos aproximadamente cada 28 días, desde la pubertad hasta el climaterio femenino entre los 40 y 50 años. La producción de óvulos ya se realiza desde incluso antes del nacimiento. Al nacer, una niña puede albergar en sus ovarios más de un millón de óvulos inmaduros, los llamados folículos primarios, que no desarrollarán hasta comenzar la pubertad, entre los 9 y 15 años, y aún así la inmensa mayoría se destruirán durante la infancia y la niñez, quedando sólo unos pocos cientos para su posterior maduración. Cuando un folículo primario se desarrolla da lugar a un folículo secundario, el cual se va rodeando progresivamente de un líquido folicular, envolviendo finalmente al óvulo maduro, en lo que se denomina folículo terciario o maduro. En esta situación se realiza alta producción de estrógenos, unas hormonas foliculares segregadas por los ovarios que aumentan durante el embarazo. Los estrógenos más importantes son estriol, estrona y estradiol. Durante la menopausia, con objeto de reducir los trastornos típicos de esta fase, y también en el cáncer de mama y de próstata, se suelen administrar compuestos con actividad estrógena, como el estilbestrol. Sección transversal de un ovario y la trompa de Falopio La ovulación propiamente dicha, se produce cuando el folículo maduro se mueve hacia la superficie del ovario, entrando en un espacio sometido a la presión del líquido folicular, que lo hace estallar, liberándose el óvulo del ovario y dirigiéndose hacia la trompa de Falopio, cuya forma de embudo y los cilios que contiene permiten capturarlo fácilmente. Tras la ovulación, las células foliculares constituyen lo que se denomina cuerpo lúteo o amarillo. Este cuerpo se mantiene activo durante unos 15 días, produciendo la hormona progesterona, procedente de la glándula hipófisis, y modificando la mucosa del útero haciéndola apta para albergar el óvulo fecundado; se trata de una hormona indispensable para el mantenimiento del embarazo. El cuerpo lúteo también produce la hormona folicular, la cual desencadena la menstruación. Si existe fecundación y embarazo, se produce el llamado cuerpo lúteo del embarazo, perdurando éste hasta el cuarto mes. Si no existe fecundación, degenera hasta convertirse en el cuerpo lúteo atrófico, una cicatriz que queda en el ovario como manifestación de que no ha fructificado. 1.2.2. CICLO MESTRUAL El ciclo menstrual consiste en una secuencia de acontecimientos del endometrio, o membrana mucosa glandular que recubre el cuerpo uterino, el cual experimenta fases de proliferación, regresión o destrucción durante la madurez sexual en relación con el ciclo ovárico. Es un proceso que se da en las hembras de los mamíferos superiores cuando el óvulo no ha sido fecundado; en la mujer se produce en cada ciclo lunar, es decir, cada 28 días, pero puede verse alterado en función de variados factores, tanto fisiológicos como psicológicos o de carácter ambiental. La menstruación consiste en una hemorragia que se produce en la pared uterina, a consecuencia de que, al no existir fecundación, se reduce bruscamente la producción de hormonas foliculares (estrógenos), y como resultado de ello se manifiesta una necrosis de los vasos sanguíneos de las células epiteliales del endometrio, desescamándose éstas y desprendiéndose para seguidamente ser expulsadas. La superficie del endometrio expulsada es la capa funcional, quedando intacta la capa basal para permitir reiniciar de nuevo el ciclo, con objeto de preparar el útero para implantar el embrión en caso de fecundación, es decir, todo el revestimiento de la pared del útero (endometrio) es renovado en cada ciclo. El ciclo menstrual comienza en la mujer con la menarquía, o época de su vida caracterizado por la aparición del primer periodo, que suele coincidir con la pubertad. A estas edades, suelen ser incompletos y poco regulares, tanto en la aparición, como en la duración e intensidad de la hemorragia menstrual. El ciclo menstrual implica cambios en el ovario, útero, pechos, nivel de hormonas sexuales en la sangre, y temperatura corporal. Los ciclos menstruales finalizan con la menopausia. 1.2.2.1. FASES DEL CICLO MESTRUAL A lo largo del ciclo menstrual se suceden una serie de fases: 1) Entre los días 1 y 5 de cada ciclo se produce lo que se conoce como regla, periodo o menstruación, al desprenderse el revestimiento de la pared uterina, siendo expulsada al exterior a través de la vagina una cantidad de sangre de hasta 250 cm3. 2) Al cesar la hemorragia, un ovario recibe la estimulación de la hormona FHS (folículo estimulante) producida por la hipófisis. Como resultado, se manifiesta la maduración de uno o más óvulos (folículos primarios), a la vez que se generan hormonas estrógenos que van renovando el revestimiento del endometrio, constituidos básicamente por vasos sanguíneos y tejidos glandulares, restituyendo así el tejido de la pared que se había perdido durante la última menstruación. Los estrógenos estimulan también las glándulas mamarias. 3) Conforme los estrógenos aumentan de nivel en la sangre, se produce una atenuación de la hormona FSH (folículo estimulante) procedente de la hipófisis, a la vez que inicia la producción de hormona progesterona, que prepara la ovulación. Esto ocurre alrededor de los días 13 a 15 del ciclo, y en esta fase, antes de la ovulación, la mujer es fértil y puede concebir. En general, se admite como periodo fértil entre los días 11 y 17 del ciclo ya que, tras el coito, los espermatozoides pueden vivir hasta cuatro días en el interior del útero de la mujer. 4) Tras la ovulación, las células foliculares se convierten en el cuerpo lúteo, cuya secreción temporal de progesterona estimulan el desarrollo del endometrio y las glándulas mamarias. Este proceso está regulado por la hormona LH (Luteinizante) procedente de la hipófisis. 5) Durante la ovulación, el óvulo se desplaza lentamente hacia el útero, siendo capturado por la trompa de Falopio. El óvulo muere si no es fecundado durante las 36 horas siguientes a la ovulación. 6) Cuando muere el óvulo sin ser fecundado, se desencadena enseguida una degeneración del cuerpo lúteo, produciéndose una disminución de tamaño al reducirse la secreción de la hormona progesterona. Esto sucede durante unos 14 días desde que se manifiesta la ovulación. Finalizado este proceso se produce la menstruación y comienza un nuevo ciclo menstrual. 1.2.3. EL CLIMATERIO FEMENINO Se conoce como climaterio al proceso de agotamiento de las gónadas o glándulas productoras de los gametos. En el caso de la mujer, esta fase se estima comprendida entre el preclimaterio, o inicio del agotamiento de los ovarios, hasta el cese casi total de su actividad. Ocurre aproximadamente entre los 40 y 50 años de edad, con manifestación de menstruaciones que se tornan progresivamente más irregulares hasta su total desaparición. Conforme se agota el ovario, se reduce la producción de hormonas sexuales, coincidente con la llamada menopausia o edad crítica, a la vez que se mantiene la secreción de las hormonas gonadoestimulantes procedentes de la hipófisis e hipotálamo, manifestándose una descompensación hormonal con trastornos físicos típicos, tales como sofocos y elevación de la presión arterial, y también psíquicos que varían de unas mujeres a otras. Las descompensaciones hormonales mantienen los desarreglos físicos y psíquicos hasta la fase llamada postclimaterio, o periodo de la vejez en el que se produce un equilibrio hormonal a menor nivel. 1.3. LAS CÉLULAS SEXUALES Cada uno de nosotros es el resultado de la unión de dos células un poco especiales, las llamadas células sexuales o gametos. Una procede del hombre; la otra, de la mujer. Para formar un nuevo ser, estas células tienen que encontrarse y unirse dentro del cuerpo de la mujer. De su unión nacen los millones de células que forman nuestros cuerpos. Las células sexuales se encuentran en el interior de los órganos del aparato reproductor. Las del hombre y las de la mujer son diferentes. La célula sexual del hombre se llama espermatozoide; la de la mujer es el óvulo. Los espermatozoides son las células sexuales masculinas y se forman dentro de los testículos. Tienen dos partes: una cabeza y una cola, que les permite moverse, y son más pequeños que las células sexuales de la mujer. Los óvulos son las células sexuales femeninas. Están en los ovarios y su forma es redondeada. ¿Sabías que en cada ovario hay, al nacer, alrededor de 400.000 óvulos? Estos permanecen como dormidos hasta que llega la pubertad, y, con el tiempo, esta cantidad va disminuyendo. Para poder entender cómo se produce la unión del óvulo y el espermatozoide, es necesario que sepas cómo funciona cada aparato reproductor, el masculino y el femenino. 2. LA FECUNDACION La fecundación es la acción por la cual dos gametos o células sexuales masculina y femenina se unen para formar un huevo o cigoto. En la naturaleza, el proceso suele realizarse de forma cruzada, es decir, ambos gametos proceden de individuos diferentes (heterogametos), aunque también se dan casos de hermafroditismo tanto en animales como en plantas, por la cual los gametos masculino y femenino son producidos por el mismo individuo, es decir, se produce una autofecundación. En los animales, la fecundación puede ser interna, si se produce en el interior de la hembra, o externa, si tiene lugar en el medio exterior, como sucede en los animales acuáticos. En los humanos la fecundación es siempre interna y cruzada, aunque se dan casos muy raros de hermafroditismo. La fecundación o fertilización, también llamada singamia, es el proceso por el cual dos gametos se fusionan para crear un nuevo individuo con un genoma derivado de ambos progenitores. Los dos fines principales de la reproduccion son: sexualidad, combinación de genes derivados de ambos padres. la reproducción, origen de un nuevo individuo. Es importante mencionar que los detalles de la fecundación varían entre las diferentes especies, sin embargo existen 4 eventos que en general se mantienen. 1. Primer contacto y reconocimiento entre el ovulo y el espermatozoide, que en la mayoría de los casos, es gran importancia para asegurar que los gametos sean de la misma especie. 2. Regular la interacción entre el espermatozoide y el gameto femenino. Solamente un gameto masculino debe fecundar un gameto femenino. Lo que se puede conseguir permitiendo que solo un espermatozoide entre en el ovulo o gameto femenino y se inhibe el ingreso de otros. 3. Una vez establecida la unión de los gametos, se da la fusión del material genético proveniente de ambos gametos. 4. Formación del cigoto e inicio de su desarrollo. En las plantas con semilla, es importante no confundir la fecundación con la polinización, que es un proceso distinto, en el que los granos de polen, que se desarrollan en las dos tecas que contiene cada antera de un estambre (hoja reproductora masculina), que no son gametos sino esporas, ya que cada grano de polen contiene dos gametos o células reproductoras masculinas, son transportados a un carpelo (hoja reproductora femenina) de otra flor (polinización cruzada) o de la misma flor (autopolinización). 2.1. LOS GAMETOS Gameto, célula sexual que se une con otra en el proceso de la fecundación. La célula que resulta de la unión de dos gametos se denomina cigoto; por lo general, éste experimenta una serie de divisiones celulares hasta que se constituye en un organismo completo. La estructura de los gametos, que también se denominan células germinales, varía mucho. Los organismos sexuales más simples son isógamos, es decir, producen una única clase de gametos. La unión de dos gametos idénticos da lugar a un cigoto. Aunque en apariencia todos los isogametos tienen una estructura similar, se cree que difieren en la composición fisiológica, ya que los gametos que proceden de un mismo individuo no se unen con éxito. Los isogametos más simples, los de hongos inferiores como los mohos, son células pequeñas que crecen en los extremos de los filamentos del cuerpo y que se desprenden cuando maduran. Otros organismos inferiores, como las algas más simples y los protozoos, tienen gametos que se forman a partir de la división del protoplasma de células simples. Todas las plantas superiores son heterógamas, es decir, producen dos clases de gametos. El gameto femenino se denomina óvulo; el gameto masculino recibe el nombre de espermatozoide. En las plantas, el órgano productor de gametos se denomina gametangio. Todos los animales y organismos inferiores de tipo animal que se reproducen de forma sexual, excepto unos pocos protozoos, son también heterógamos. Los gametos masculinos reciben el nombre de espermatozoides; los femeninos el de óvulos o huevos. Los órganos de los animales que producen gametos se denominan gónadas y la formación de gametos en las gónadas se llama gametogénesis. Mediante este proceso, el número de cromosomas que existe en las células sexuales se reduce de diploide a haploide, es decir, a la mitad del número de cromosomas que contiene una célula normal de la especie de que se trate. Por ejemplo, el número diploide de cromosomas en el hombre es de 46. Cuando una célula sexual humana se divide para formar dos gametos, cada gameto recibe sólo la mitad, es decir 23, del contenido de cromosomas normal. Este tipo de división celular se denomina meiosis. El número total normal de cromosomas se restaura con la fecundación, cada uno de los gametos que se unen aporta la mitad de los cromosomas que precisa el cigoto. 2.2. MODALIDADES DE LA FECUNDACIÓN Fecundacion isogámica: Unión de dos gametos que son idénticos en tamaño y estructura, Ocurre solamente en algunos grupos como los protozoa. Fecundación anisogámica: Unión de dos gametos distintos tanto en tamaño como en estructura, uno masculino y otro femenino. Ocurre en la mayoría de los grupos. Fecundación ovogámica: gametos muy distintos, el femenino grande e inmóvil que aporta todas las reservas nutritivas al cigoto, el masculino pequeño y móvil. Según los individuos participantes: Fecundación cruzada: fecundación en la que cada gameto procede de un individuo distinto. En algún raro caso, dos individuos se fecundan mutuamente, como ocurre en los caracoles terrestres (o. Pulmonata). Autofecundación: cuando los dos gametos proceden del mismo individuo. En las plantas angiospermas, cuyas flores suelen ser hermafroditas, es frecuente la autofecundación, casi siempre combinada con la fecundación cruzada. En algunas especies coexisten con las normales ciertas flores especiales que no se abren, produciéndose la fecundación dentro del capullo (cleistogamia). En animales: Fecundación externa: propia de los animales acuáticos, implica que óvulos sin fecundar y espermatozoides sean vertidos al agua, donde realizan su encuentro. Fecundación interna: propia de animales de comunidades terrestres. Los espermatozoides pasan al cuerpo de la hembra inyectados por órganos copuladores en el curso de un acoplamiento, o bien son tomados por la hembra en forma de un espermatóforo que el macho ha liberado previamente. En los animales, y a diferencia de lo que es frecuente en plantas, los hermafroditas, portadores de las dos clases de gónadas, nunca se autofecundan, sino que la fecundación es cruzada, como ocurre en lombrices de tierra, o cada individuo asume un sexo, como en los caracoles terrestres. 2.3. LA FECUNDACION CRUZADA Como se ha dicho, la fecundación cruzada es la forma generalizada de fecundación en plantas y animales, es decir, el óvulo de un organismo es fecundado por el espermatozoide de otro. Se trata de una clase muy importante de fecundación, ya que su existencia permite una amplia variabilidad genética, como consecuencia de la recombinación de los genes. En la autofecundación esa variabilidad no se genera, ya que no se introducen caracteres hereditarios nuevos, sino que el resultado es producto de los genes de un mismo organismo. En la especie humana se dan casos muy extraños de hermafroditismo, por la cual un mismo individuo presenta características sexuales de los dos sexos. No suele ser a consecuencia de un proceso normal, sino de anomalías genéticas o de alteraciones en el desarrollo del feto, o también debido a una secreción anormal de la hipófisis, de las glándulas suprarrenales, o anomalías metabólicas de las hormonas que se producen en esos órganos. 2.4. PROCESO DE LA FECUNDACION HUMANA Durante la eyaculación, el varón aporta unos pocos centímetros cúbicos de semen que contienen varios cientos de millones de espermatozoides. Cuando el esperma es depositado en el interior de la vagina de la mujer, sólo una de esas células fecundará el óvulo. El motivo de que se liberen tantos espermatozoides reside en la altísima mortalidad de ellos a lo largo de su viaje a través de aparato reproductor femenino. 2.4.1. FECUNDACIÓN DEL OVULO El espermatozoide o espermatozoo, es una célula germinal masculina dotada de movilidad, cuya misión es desplazarse dentro del aparato reproductor femenino, con objeto de alcanzar el óvulo y fusionarse con él para dar lugar al huevo o cigoto. Consta de una cabeza y cola; la cola es un flagelo recubierto por la membrana citoplasmática que le imprime movimiento mediante vibraciones; la cabeza contiene el núcleo con los cromosomas, y su cubierta (el acrosoma) tiene la forma de un caperuzón con capacidad para perforar la membrana del óvulo, introducir en él los cromosomas y fecundarlo. Los espermatozoides se desplazan a través del cérvix uterino y las trompas de Falopio por efecto de la enérgica vibración de sus colas. Durante el coito, esta operación es favorecida por las contracciones musculares que se derivan de la estimulación sexual, siendo absorbidos más fácilmente hacia el interior del útero. Los numerosos espermatozoides que consiguen alcanzar la parte superior de la trompa de Falopio intentan atravesar la llamada corona radiata, o células foliculares que la rodean, mediante la liberación de la hialuronidasa, una enzima que intenta romper esa barrera. La fecundación propiamente dicha ocurre cuando uno sólo de esos espermatozoides consigue introducir su cabeza a través de la membrana del óvulo. Una vez en su interior, para evitar que ningún otro espermatozoide lo alcance, la membrana se torna rápidamente en una barrera de fertilización, muy gruesa, permitiendo que sólo el espermatozoide que ha roto la barrera consiga finalmente alcanzar el núcleo del óvulo, negando el acceso a los demás. Ya juntos los dos núcleos se produce la formación del zigoto o célula huevo, el cual adquiere una dotación cromosómica diploide, es decir, adquiere los caracteres hereditarios procedentes del padre y de la madre, comenzando seguidamente a dividirse activamente, y a desplazarse por la trompa hasta su implantación definitiva en el útero. A partir del momento de la fecundación se restablece el número cromosómico y se define el sexo del embrión, dependiendo de si el espermatozoide porta un cromosoma X o un cromosoma Y (los ovocitos sólo pueden llevar un cromosoma X). ¿POR QUÉ SOY UN NIÑO O SOY UNA NIÑA? Las células sexuales pueden ser de dos tipos: X o Y. Los óvulos siempre son X; los espermatozoides pueden ser X o Y. Si el espermatozoide que se une con el óvulo es X, la nueva célula será XX. Esto significa que el nuevo bebé será una niña. Si por el contrario el espermatozoide es Y, la nueva célula será XY. Esto significa que el nuevo bebé será un niño. El óvulo que abandona el ovario puede ser fecundado dentro de un periodo que se estima entre las 8 y 48 horas. Por su parte, un espermatozoide puede vivir en el interior del aparato reproductor femenino unos tres días, pero alcanza y fecunda el óvulo a partir de las 24 horas aproximadamente. Esto significa que el periodo eficaz para la fecundación es muy corto, y por tanto deben darse condiciones favorables y el momento oportuno para la fructificación. 2.4.2. IMPLANTACIÓN DEL EMBRIÓN Cuando se produce el cigoto u óvulo fecundado, la trompa de Falopio y sus cilios epiteliales lo empujan hacia el útero, donde se implantará definitivamente. Este proceso dura unos 7 días y en su movimiento se realiza una división activa, de tal forma que cuando alcanza el útero ya es un embrión de varios cientos de células. Al tomar contacto con el endometrio o pared uterina, éste ya se encuentra preparado para alimentar y anidar el embrión, mediante la segregación de progesterona por parte del cuerpo lúteo del ovario. Los alimentos son absorbidos por el embrión mediante unas terminaciones que penetran en la pared uterina, y que más tarde, alrededor de la tercera semana de gestación, terminarán por constituir la placenta, órgano éste muy especial que suministrará sangre procedente de la madre con oxígeno y sustancias alimenticias Habría que recalcar que, aunque se emplee cómunmente la palabra fecundación en este aspecto, realmente la fecundación hace referencia a todo el proceso desde que los espermatozoides entran al útero, viajan y encuentran al óvulo, mientras que, la concepción sería realmente el momento exacto en el que el espermatozoide entra en el ovocito y desencadena una serie de cambios que darán lugar al embrión. 3. LA GESTACION La gestación, en los mamíferos, se define como el desarrollo del zigoto en su etapa intrauterina, desde la fecundación hasta el nacimiento del nuevo ser, a lo largo del periodo que llamados embarazo. El parto constituye la acción fisiológica de expulsión de un feto viable y sus anexos, lo cual pone fin al embarazo. 3.1.EL EMBARAZO El embarazo es el periodo de desarrollo de un animal vivíparo dentro del útero materno, desde la fecundación del óvulo hasta el momento del parto. Este término se aplica especialmente a la especia humana, reservándose el de preñez para referirnos sólo a los animales, aunque también se suele aplicar a éstos el de gestación. Cada especie tiene su periodo característico, por ejemplo 1 mes para el lirón, 18 meses para el rinoceronte, y 9 meses para los humanos. 3.1.1. SIGNOS Y ALTERACIONES DEL EMBARAZO La ausencia de menstruación es el primer signo de un posible embarazo, pero puede suceder también por otras causas fisiológicas o psicológicas. La prueba precoz del embarazo puede ser obtenida mediante un test de orina, el cual aprovecha que la placenta produce grandes cantidades de gonadotropinas que se excretan por el riñón, y que pueden ser detectados por los reactivos que contiene el test; éste puede adquirirse fácilmente en las farmacias. En otros tiempos se recurría a la administración de la orina de la mujer a determinadas hembras de animales, tales como ranas o conejas, y transcurrido un tiempo se observaba si se habían producido cambios en sus ovarios, lo cual significaba que la orina contenía gonadotropinas y por tanto había embarazo. La fisiología de la mujer sufre alteraciones a lo largo del embarazo. Los más evidentes son el aumento de tamaño del abdomen, de las mamas, y la pigmentación de los pezones. El metabolismo se acelera, especialmente en los últimos meses de gestación, con gran actividad de las glándulas tiroides y paratiroides, por ejemplo para suministrar más calcio, fósforo, hierro y nitrógeno durante el desarrollo del feto, motivo por el que la mujer embarazada necesita mayor aporte de estos minerales en su dieta. Una característica de la mujer embarazada es el aumento de su ritmo circulatorio, con elevación de la presión arterial en las piernas, que puede venir favorecida por la compresión que produce el feto sobre las venas del abdomen. Esta misma compresión sobre el diafragma, produce en algunas mujeres dificultades para respirar en los últimos meses de embarazo. Además del volumen, durante el embarazo se produce una ganancia de peso. Una parte viene dada por la masa del propio feto, membranas fetales y líquidos conexos (una media de 5,3 kg.). Otra parte es consecuencia del aumento de los líquidos maternos (alrededor de 3,5 kg.), fruto de la concentración hormonal de esteroides que favorecen la retención de agua por el organismo. Finalmente, unos 2,2 kg. son debidos a la hipertrofia del útero y de las mamas. Como norma, el peso total ganado durante el embarazo no debe sobrepasar los 11 kg. 3.1.2. DESARROLLO DEL EMBRION Y DEL FETO Para conocer la edad de un embrión en desarrollo deberíamos remitirnos al momento justo de la fecundación, pero este dato es muy difícil de precisar, salvo que se realizase en laboratorio. Por ello, es común calcular la edad del embrión tomando como referencia el primer día de la última menstruación de la madre, cuyo dato es conocido generalmente con certeza. Esta edad menstrual del embrión arroja aproximadamente dos semanas más que la edad real. A partir de aquí se pueden calcular o estimar cuando se producirán las diferentes fases del embarazo, el cual tiene un periodo aproximado de 40 semanas (280 días), con variaciones que dependen de cada individuo. El desarrollo del embrión se realiza dentro del amnios, una bolsa o membrana interna que envuelve al feto y que contiene el líquido amniótico, que se produce muy tempranamente. 1 óvulo fecundado en proceso de división. 2 y 3 - el óvulo se acerca a la mucosa uterina y se implanta en 3.1.3. FASES DEL EMBARAZO él. 4, 5 y 6 - el embrión Durante el periodo que abarca los nueve meses de embarazo comienza suceden notables cambios en el embrión, y después en el feto. adesarrollarse El concepto de embrión o feto depende de la fase del embarazo en que nos encontremos, el cual pasa por dos etapas más o menos definidas: embrión, desde la fecundación hasta el momento que se adquiere la conformación característica de la especie, que en el caso de los humanos ocurre aproximadamente durante el tercer mes de embarazo; y feto, desde que se ha producido dicha conformación hasta el nacimiento. Algunos de ellos muy importantes son los siguientes: 3ª semana El embrión ya mide unos 2 mm. de longitud. Algunos órganos ya son observados en desarrollo o incipientemente, como el cerebro, oídos, un esbozo del corazón y la columna vertebral en formación. 4ª y 5ª semana El embrión ya mide unos 5 mm. de longitud; posee una larga cola y pequeños apéndices laterales que constituyen esbozos de lo que serán los brazos y las piernas. La cabeza comienza a manifestarse en forma de un abultamiento en la parte anterior; en ella ya se puede observar con mayor nitidez la formación del cerebro, ojos y oídos. El corazón, de momento muy simple y diminuto, bombea sangre a través de la placenta. 6ª y 7ª semana El embrión mide ya unos 14 mm. Empiezan a desarrollarse los pulmones, hígado y riñones. Ya son visibles las extremidades, labios y nariz. 8ª y 9ª semana El embrión alcanza los 35 mm. de longitud. Ya posee una cara y tiene apariencia humana. El cuerpo y la mayoría de los órganos internos están formados. Se aprecian las extremidades y los dedos bien diferenciados. A partir de aquí ya suele denominarse feto, y su crecimiento continuará hasta que se produzca el nacimiento. 20ª semana El feto alcanza ya los 25 cm. de longitud. Ocasionalmente, la madre puede notar sus movimientos en el interior del útero. Ya se puede diferenciar si es varón o hembra mediante la observación de los órganos sexuales. Si se aplica un estetoscopio en el vientre de la madre puede escucharse el latido del corazón del feto. 28ª semana El feto ya alcanza los 35 a 38 cm. de longitud. Ya posee pestañas, pelo capilar, y su cuerpo está recubierto por una fina pelusilla o lanugo; también lo recubre una especie de grasa llamada vernix que le protege del líquido amniótico. Es capaz de abrir y cerrar los ojos. Ya posee dientes de leche alojados en los huesos de las mandíbulas. Los dedos de manos y pies están perfectamente formados. Todos los órganos del feto están suficientemente desarrollados como para poder sobrevivir en el exterior si hubiera un parto prematuro, siempre que recibiera cuidados intensivos en una incubadora. 40ª semana El embarazo a llegado a su término y el feto está listo para el nacimiento. Los signos de madurez que lo determinan son: - El peso medio del feto es de unos 3.5 kg en niños y 3.2 kg. en niñas; el mínimo es de 2.5 kg. La longitud es de unos 49 a 51 cm.; el mínimo es de 48 cm. - Ha desaparecido el lanugo o vellosidad corporal y las uñas sobrepasan las yemas de los dedos. - Existe un núcleo de osificación a nivel de la articulación, en el extremo inferior del fémur, que puede ser observado mediante una radiografía. - En los niños los testículos ya han descendido hasta el escroto 4. EL PARTO El parto pone fin al embarazo. En los humanos, se precisa un embarazo de al menos seis a siete meses para que el feto sea viable; en caso de que la expulsión se produzca antes de ese plazo estamos hablando de aborto. Cuando el parto se produce a los 280 días se denomina a término; si sucede antes es prematuro. Si el parto ocurre sin incidentes se dice que es eutócico, en caso contrario es distócico. Si el parto es de un solo feto se dice que es único, en otro caso se le llama múltiple (gemelar, triple, etc.). Cuando el parto es provocado por medios artificiales se denomina parto inducido, en el cual se administran oxitócicos (oxitocina), espasmolíticos, oxígeno y pentotal sódico, permitiendo así una mejor contracción uterina, disminución del dolor, y reducción del riesgo de lesiones al feto. Durante el parto se necesitan fuertes contracciones para la expulsión del feto, por ello durante los meses previos se manifiesta un desarrollo de las paredes musculares del útero (el miometrio); este desarrollo comienza con determinada hormona que se deposita en la sangre de la madre. Al principio, se producen contracciones muy débiles y distanciadas en el tiempo, pero progresivamente se van haciendo más fuertes y frecuentes. Inicialmente son ligeras molestias que se van tornando en dolorosas e intensas hacia el final del embarazo; su función última es la expulsión del feto fuera del cuerpo de la madre. Pocas semanas antes del parto, generalmente, el feto gira en el interior del útero y se posiciona con la cabeza hacia abajo, encajando ésta en el cérvix. A la vez, las extremidades se pliegan hacia el tronco, y por lo general se entrecruzan; esta posición se llama de cabeza..En otras ocasiones puede manifestarse una presentación con la cabeza hacia arriba y las nalgas encajadas en el cérvix, llamada de nalgas; es la posición más complicada para el parto. Ocasionalmente, pueden darse posiciones transversales, que impiden el nacimiento y deben ser corregidas previamente, u optar por realizar una intervención de cesárea para extraer el feto a través del vientre de la madre. 4.1. FASES DEL PARTO Se puede considerar el parto dividido en tres fases: dilatación, expulsión y alumbramiento. A) Dilatación: en esta fase las contracciones del útero, que cada vez se dilata más, fuerzan a empujar la cabeza del feto hasta encajar en el cérvix. En un primer momento asoman las membranas que envuelven al feto, y el líquido amniótico, que finalmente es liberado de la bolsa que lo contiene tras su rotura, en lo que se conoce como romper aguas. B) Expulsión: en esta fase las contracciones son muy fuertes, intensas y continuadas, empujando al feto a través del canal del parto, que ya se encuentra totalmente dilatado. En ese momento el feto se gira boca abajo y sale al exterior. Si el periodo de expulsión se retrasa, o si se produce inspiración de líquido amniótico por el feto, el recién nacido puede manifestar un déficit de oxígeno, presentando entonces una coloración azulada o grisácea. En estos casos se procede a una reanimación inmediata y aspiración de las vías respiratorias. Si el cerebro ha sufrido una carencia excesiva de oxígeno, el niño puede llegar a ser débil mental. Diferentes fases del parto: encajamiento del feto y dilatación, rotura de aguas, expulsión y alumbramiento C) Alumbramiento: es la última fase del parto. En ella se expulsan al exterior los anexos, es decir, la placenta, membranas y cordón umbilical. En el útero queda después una superficie con vasos sanguíneos abiertos, que suelen cerrarse por sí mismos por la acción contráctil y continua de la musculatura lisa del útero. La ausencia de esa contracción puede originar hemorragias de importancia. BIBLIOGRAFIA http://es.wikipedia.org/wiki/Fecundaci%C3%B3n Microsoft ® Encarta ® 2009. http://www.natureduca.com/anat_funcrelac_sistendocrino2.php http://www.tuguiasexual.com/fecundacion.html Diccionario medico Embriología medica ANEXOS Aparatos reproductores femenino y masculino Estructura de las gónadas humanas En los hombres, a partir de la pubertad, se forman células sexuales masculinas o espermatozoides en los pequeños túbulos que hay en los testículos. Los espermatozoides se almacenan y maduran en el epidídimo. Del epidídimo pasan a los conductos deferentes y llegan al pene. En las mujeres, las células sexuales femeninas u óvulos están en los ovarios. A partir de la pubertad, una vez al mes madura un óvulo. Este óvulo sale del ovario y comienza su viaje por la trompa de Falopio hacia el útero. Espermatogénesis y ovogénesis Durante el proceso de formación de los gametos masculinos y femeninos (espermatogénesis y ovogénesis, respectivamente) tiene lugar la meiosis. Las células germinativas (espermatocito primario y ovocito primario) contienen pares de cromosomas homólogos, cada uno de estructura doble, es decir, con 2 cromátidas. En la primera división meiótica, cada célula germinativa se divide en 2 células hijas, por lo que cada una de ellas contiene un miembro de cada par de cromosomas. En la segunda división meiótica cada célula resultante de la primera división, que contiene cromosomas de estructura doble, se separa a su vez en 2 células hijas, por lo que cada una de ellas recibe una cromátida. Como consecuencia de estas dos divisiones, los gametos contienen la mitad de cromosomas que las células germinativas. En el caso de la espermatogénesis, las 4 células hijas (espermátidas) darán lugar a 4 espermatozoides. En el caso de la ovogénesis, sólo se produce un gameto maduro (óvulo maduro), ya que las 3 células resultantes, los corpúsculos polares, degeneran durante su evolución. Espermatozoide :Los espermatozoides son las células sexuales masculinas. En los espermatozoides se diferencia una cabeza y una cola. La cola ayuda al espermatozoide a moverse. Óvulos Los óvulos son las células sexuales femeninas. Cigoto El cigoto es un óvulo fecundado por un espermatozoide. Cuando empieza a dividirse, el cigoto se transforma en el embrión. Determinación del sexo, tipo XX-XY En los seres humanos el sexo del recién nacido depende del tipo de espermatozoide que realice la fecundación. Si el espermatozoide que fecunda el óvulo es portador del cromosoma X el cigoto resultante dará lugar a una niña (XX) y si el espermatozoide que fecunda al óvulo es portador del cromosoma Y el cigoto dará lugar a un niño (XY). La probabilidad de que nazca un niño o una niña es exactamente la misma. El feto tiene una apariencia humana reconocible al final del tercer mes de embarazo. Sin embargo, los órganos no están desarrollados como para permitir que sobreviva en el exterior hasta los seis o siete meses. La placenta La placenta sirve para alimentar y proporcionar oxígeno al embrión. Su forma es redonda y aplanada. Por una cara se pega a la pared del útero y por la otra forma un cordón que llega hasta el embrión. Este cordón se llama cordón umbilical. A través del cordón umbilical la sangre de la madre lleva oxígeno y alimentos al feto. Etapas del parto Durante el parto, el cuello del útero se dilata. Las paredes del útero se contraen con fuerza para empujar el bebé. Primero sale la cabeza y a continuación el resto del cuerpo. Unos minutos después del nacimiento sale la placenta. ¡Por fin ha nacido! El parto ha terminado y el recién nacido respira por primera vez. Ahora son muchos los cuidados que necesita. Los médicos y las enfermeras se ocupan del bebé; limpian la boca y la nariz de moco y de secreciones para que pueda respirar; protegen sus ojos para evitar infecciones; limpian su piel, y lo abrigan para que no pierda calor. En pocos minutos el bebé recibirá el cariño de sus padres. La alimentación del recién nacido Los recién nacidos se alimentan de leche. Este periodo se llama lactancia. Poco tiempo después del parto las mamas de la madre empiezan a producir leche y el recién nacido la chupa a través del pezón. Cuando el bebé se alimenta con la leche de la madre decimos que la lactancia es materna. Otras veces, el recién nacido se alimenta de leche artificial (lactancia artificial) o de leche artificial y leche materna (lactancia mixta)