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Discurso de Felix Dodds ante la Asamble General de Naciones Unidas, 28 octubre 2010. Felix Dodds es Directopr Ejecutivo de Stakeholder Forum for a Sustainable Future. Versión en español: Alejo Etchart, colaborador de Stakeholder Forum. El reto y el Espíritu de Río Gracias por haberme invitado a hablar hoy para compartir mis ideas sobre la Cumbre de la Tierra 2012 (Río+20). Aunque se me ha pedido que hable sobre la contribución potencial de las partes interesadas (stakeholders), comenzaré con algunos comentarios sobre la agenda de Río+20, basados en el artículo que Maurice Strong y yo mismo preparamos para la BBC en mayo de este año1. Para empezar, me gustaría felicitar a Brasil por el liderazgo que ha mostrado en persuadir al mundo de la necesidad de otra Cumbre de la Tierra. Desgraciadamente, algunos países desarrollados han se han incorporado a la mesa a regañadientes. Hay una pregunta muy simple que todos deberíamos hacernos: ¿Está el mundo siguiendo el camino de progreso correcto? Si la respuesta a esta pregunta es no, entonces debemos preguntarnos cuáles son los retos actuales que el mundo debe afrontar, cómo podemos enfrentarnos juntos a ellos y de cuánto tiempo disponemos. Promesas rotas La respuesta a la última pregunta es "no mucho". La mayoría de los problemas a los que el mundo se enfrenta hoy han estado en la agenda internacional durante décadas. Algunos que se remontan hasta la Conferencia de Estocolmo del Medio Ambiente de 1972, en la que un influyente informe del Club de Roma (‘Limits to Growth’2) nos advirtió de los límites al crecimiento. Sabemos por el Informe GEO-4 del PNUMA, el IPCC y la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio que los problemas a los que nos enfrentamos no sólo no se han reducido, sino que se han agudizado desde 1972, como resultado no de la falta de proclamas gubernamentales sobre su compromiso, sino de su pésimo desempeño en la ejecución de los acuerdos. De hecho, si los gobiernos hubiesen aplicado los acuerdos de las numerosas convenciones, tratados y declaraciones que han negociado desde Estocolmo a Río, a Kyoto y a Johannesburgo, hoy en día estaríamos sobradadamente en el camino adecuado hacia la sostenibilidad. Los gobiernos han hecho poco para cumplir 1 2 http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/8645486.stm http://www.clubofrome.at/about/limitstogrowth.pdf con sus compromisos; muy especialmente, para ayudar a financiar la transición de los países en desarrollo hacia la sostenibilidad. Este fracaso en el cumplimiento de las promesas ha aumentado la ira de la mayoría de los países en desarrollo, socavando su capacidad para asumir más compromisos. Como resultado, nos enfrentamos a desafíos en muchos frentes, de entre los que quiero destacar cinco: 1. 2. 3. 4. Las sociedades humanas viven por encima de la capacidad del planeta El cambio climático se ha convertido en un problema fuera de control El vínculo entre medio ambiente y seguridad es cada vez más fuerte Los gobiernos aún no han dado a la ONU el mandato, los recursos y las capacidades institucionales necesarias para hacer cumplir los acuerdos internacionales 5. El modelo económico basado en el consumo todavía vigente no sólo no es capaz de proporcionar progreso a gran parte de la población mundial, sino que es además una grave amenaza para la estabilidad económica de todas las naciones, y pone en peligro las perspectivas de vida en este planeta A pesar de todo, creo que estos problemas pueden corregirse en la Cumbre de la Tierra de 2012. Aún estamos a tiempo de cambiar de dirección, pero ya no se puede incumplir más promesas. Enfrentarnos con éxito a los retos a los que nos enfrentamos requiere una agenda ambiciosa y creativa, y el trabajo conjunto de todos: gobiernos, organizaciones intergubernamentales y partes interesadas. 1. La economía verde en el contexto de la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible El actual modelo económico ha traído una prosperidad sin precedentes a los países más desarrollados, pero ha agudizado la disparidad entre éstos y la mayoría de los países en desarrollo. Hay evidentes paralelismos entre de los problemas ecológicos y la crisis financiera. Por ejemplo, los bancos y las instituciones financieras han privatizado las ganancias y socializado las pérdidas; y lo mismo estamos haciendo con el capital natural del planeta. Según el WWF, nuestra generación vive excediendo en un 25% la capacidad biológica del planeta para mantenernos, y eso es antes de añadir los mil millones de habitantes más que puede haber en 2020. En los próximos años vamos a ver una crisis ecológica mucho mayor que la crisis financiera. Nuestros estilos de vida actuales están reduciendo el capital ecológico de otras partes del mundo y de las generaciones futuras. Nos convertimos a pasos agigantados en la generación más irresponsable que ha conocido el planeta. Los treinta últimos años se han caracterizado por un capitalismo irresponsable que persigue el crecimiento económico sin límites a expensas de la sociedad y del medio ambiente, con poca o nula consideración hacia la base de recursos naturales sobre los que se construye esa riqueza. El objetivo principal de nuestra economía debería ser la mejora de las vidas humanas en todo el mundo y la superación de la miseria y la ignorancia. Una economía que integre los principios de desarrollo sostenible con un capitalismo responsable podría producir riqueza suficiente como para satisfacer las necesidades de las personas en todas las naciones, de forma equitativa y sostenible. La Cumbre de la Tierra 2012 puede trazar una hoja de ruta para que el mundo enfile el camino hacia una nueva economía verde que sea sostenible, equitativa y accesible a todos. 2. Nuevas cuestiones Los temas ambientales y de seguridad están cada vez más entrelazados. El vínculo entre medio ambiente y seguridad/ inseguridad abarca temas interconectados como las seguridades del clima, de la energía, de la sanidad y de la provisión de alimentos y agua, además de la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad. Así quedó reflejado en el texto de la presidencia de la Primera Cumbre Preparatoria para la Río+203. Todo ello está aumentando sin cesar el número de refugiados medioambientales. Río+20 debe fijar una hoja de ruta para solucionar estos problemas. 3. Gobernabilidad del desarrollo sostenible Las instituciones mundiales actuales son completamente inadecuadas para hacer frente a grandes retos de la Tierra. Siendo la mayoría de los cambios necesarios de naturaleza económica, los ministerios de medio ambiente no pueden soportar la responsabilidad principal en la toma de decisiones. Los ministerios de medio ambiente seguirían encorsetados por los de finanzas, desarrollo y comercio. Puede haber llegado el momento para que sean estos ministerios, y no los de medio ambiente, los que lideren la preparación de la Río+20 para abordar la agenda del desarrollo sostenible, y así garantizar que las decisiones económicas sean acordes con la necesaria transición hacia la sostenibilidad. Para avanzar hacia una economía ecológica, la Cumbre de la Tierra 2012 necesita el input no sólo del proceso preparatorio formal, sino también los de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), la Unión Africana, la OCDE, los bancos de desarrollo regional, el Banco Mundial y el G-20, así como de las partes interesadas en cada tema. La Cumbre de la Tierra 2012 debe acordar el fortalecimiento y actualización del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que debería liderar la protección del medio ambiente mundial. 3 http://www.uncsd2012.org/files/other_pdfs/prepcom1/CoChairsSummary.pdf Necesitamos una revisión de las convenciones sobre medio ambiente para reducir la fragmentación y aumentar la cooperación y la coordinación. Tal vez todas las convenciones deban ser puestas bajo la coordinación del PNUMA. Dados los problemas habidos en la gestión del medio ambiente, se necesita fortalecer e integrar el desarrollo sostenible en el sistema de Naciones Unidas. Puede ser el momento de transformar el Consejo de Administración Fiduciaria (Trusteeship Council, un órgano principal de Naciones Unidas), en un Consejo de Desarrollo Sostenible, como Maurice Strong propuso en 19924. Tal Consejo podría abordar mejor que el Consejo de Seguridad los referidos temas críticos del desarrollo sostenible. Además, Río +20 debería retomar la idea de una junta de desarrollo sostenible, como sugería el Grupo de Alto Nivel sobre Coherencia en todo el Sistema (High Level Panel on System Wide Coherence) para garantizar la coordinación de las actividades de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible a nivel de cada nación. Se nos pidió identificar las lagunas en la arquitectura institucional. No voy a entrar en ello en profundidad, pero les dejo tres lagunas propuestas por partes interesadas: Un convenio marco para la responsabilidad de las empresas construido a partir de la nueva norma ISO 26000 Una convención global sobre el Principio 10 de la Declaración de Río 5: el acceso a información, participación pública y justicia ambiental, tal vez construido sobre las directrices del PNUMA Un convenio marco global sobre el Principio 15 de la Declaración de Río5: el Principio de Precaución. Se podría así abordar cuestiones como la nanotecnología, la geo-ingeniería y la clonación. Papel de las partes interesadas Como comentario final quiero compartir mis ideas sobre las notables contribuciones que las partes interesadas pueden aportar a la mesa para Río+20. Uno de los indicadores de que el desarrollo sostenible no es ya una parte central para los gobiernos ha sido la desaparición consejos y comisiones de desarrollo sostenible en los últimos diez años. Como ejemplo, Reino Unido acaba de cerrar su consejo el mes pasado. Un error. La lógica de los Consejos Nacionales sobre el Desarrollo Sostenible era que el contar con las partes interesadas en el proceso de toma de decisiones a nivel nacional aumenta la probabilidad de que sean las medidas adecuadas y facilita su implementación, con frecuencia a través de alianzas entre el gobierno y las partes interesadas. 4 5 http://www.sovereignty.net/p/gov/ggunreform.htm http://www.un.org/esa/dsd/agenda21_spanish/res_riodecl.shtml Un requisito mínimo de cara a Río+20 debería ser el restablecimiento de los consejos nacionales para el desarrollo sostenible, que deberían desempeñar un papel importante en la movilización para la Cumbre. Entre sus funciones estarían las evaluaciones nacionales y, por supuesto, el trabajo posterior con los gobiernos para aplicar los resultados de Río. Río +20 debería considerarse a nivel nacional como una oportunidad de asociación entre gobiernos y partes interesadas. Para Río+20 se necesita compartir buenas prácticas sobre economía verde existentes en todo el mundo. Por ejemplo, me impresionó sobremanera cómo Cuba ha se ha convertido en una economía baja en carbono. El trabajo de agricultura urbana que allí han realizado es algo que podría ser compartido por todos. La recopilación de buenas prácticas de gobiernos, organizaciones intergubernamentales y partes interesadas crearía un banco de conocimientos que puede ayudar a la transición hacia una economía sostenible. Tras Río+20 quizás deberíamos centrarnos en la implementación de los cinco mejores proyectos replicables en cada sector económico, región o sub-región, lo cual marcaría un verdadero hito en el camino hacia el desarrollo sostenible. Algunas partes interesadas ya están trabajando en Río+20, a través de socios colaboradores para la Cumbre, aportando sus inputs al proceso y planificando eventos sustanciales: por ejemplo, el Consejo Científico Mundial (ICSU) planifica una conferencia mundial en Londres antes de Río6, ICLEI promueve una conferencia en Río durante la Cumbre de Río y se prepara una Asamblea de Juventud Mundial (‘Global Youth’) la semana previa. Hay gran interés y movilización de los actores involucrados en comparación con los preparativos para la Cumbre de Río de 1992, en la que sólo había 10 organizaciones no gubernamentales. Río+20 debe reforzar los vínculos entre ciencia y política, y los científicos deben ser invitados a orientarse más hacia trabajos relevantes para la política y orientados a soluciones. Los gobiernos podrían pedir a las partes interesadas que aporten sus propios objetivos para una economía verde y sostenible. Algunos gobiernos locales y regionales ya han asumido compromisos de reducción de emisiones de CO2. Deberían ser alentados a hacerlo también en Río+20, proponiéndoles relanzar sus programas locales de Agenda 21 en torno al concepto de economía verde. Todas las autoridades locales deberían crear una economía verde local para llevar adelante los resultados de Río e involucrar a sus habitantes en la transición hacia la mayor sostenibilidad local. Ya se está planeando un Registro de Ciudades por el Clima (Cities Climate Registry) previo a Cancún7, con la intención de firmar un pacto comprometiéndose a la supervisión de informes y verificación de los objetivos. 6 http://www.igbp.net/page.php?pid=531 http://www.iclei.org/index.php?id=1487&tx_ttnews%5Btt_news%5D=4557&tx_ttnews%5BbackPid%5 D=983&cHash=91d5745533 7 Se debe preguntar a los sectores económicos qué van a hacer para abordar los elementos clave para la economía verde y sostenible -hay algunos movimientos interesantes como los de Coca-Cola y Pepsi hacia la neutralidad en el uso de agua y los de Pepsi en ser la primera empresa que acepta el agua como un derecho humano básico. Además de los grupos de la industria tradicional, Río+20 debe llegar a las redes y empresarios del mercado social. Las empresas deben trabajar con los sindicatos para hacer más ecológicos los lugares de trabajo y las actividades de las empresas. La transición hacia estrategias de neutralidad en carbono, agua, y residuos requerirá la cooperación entre gobiernos y partes interesadas. Como apuntó la oficina para la cumbre de EE.UU, Río+20 debería ser un 'Río para 20- algunas cosas’8: debe haber movimientos hacia el reconocimiento de nuestra responsabilidad intergeneracional con los jóvenes, empezando por garantizar que tengan un sistema educativo orientado hacia el Desarrollo Sostenible como se prometió en el Programa 21. Los jóvenes tienen que ser educados, capacitados y movilizados a la altura del gran desafío al que se enfrenta su generación para la creación de una economía verde post-carbono. El Grupo de la Juventud WCSD en Johannesburgo (2002) pidió a los gobiernos que viesen a los jóvenes "como un recurso, no como un problema". Al enterarse, Kofi Annan, dijo: "Por supuesto que lo son: los jóvenes son el recurso más valioso de cualquier nación pose". Tenemos que aprender a involucrarnos con ellos mejor, y ojalá lo consigamos en Río +20; porque los jóvenes de hoy serán los principales beneficiarios del éxito de la Cumbre de Río 2012, de igual modo que serán las principales víctimas de su fracaso. Río +20 debe asegurar la participación significativa de las partes interesadas pertinentes en todos los niveles en el proceso hasta la cumbre, por el papel fundamental que puede desempeñar en la aplicación de los acuerdos. Río+20 debe convertirse en una feria de las mejores ideas y mejores prácticas sobre cómo avanzar hacia una economía más verde y sostenible. Tal vez el documento final de Río+20 deba tener un anexo con los compromisos de todas las partes interesadas ¿Hay un futuro común? Desde 1992, la conciencia sobre los retos ambientales de la Tierra se ha convertido en universal. Lo que ha faltado es la voluntad de los gobiernos para actuar. Tal vez todos pensamos que había más tiempo, ¡pero no lo hay! Río+20: debe utilizar los medios de comunicación asertiva y creativamente para involucrar al público de todo el mundo en una conversación global sobre la forma en que son capaces de vivir en este planeta juntos. “Un planeta que vive” 8 http://www.iisd.ca/vol27/enb2701e.html (“One planet living”, WWF 20089) se hace eco de la idea de la equidad, la justicia y los límites planetarios. Necesitamos un enfoque 'Yes We Can’ (‘¡Si podemos!’) para Río+20. Podemos reiniciar el desarrollo sostenible. Podemos reorientar nuestras economías locales, nacionales y mundial hacia la sostenibilidad. Podemos reformar nuestras instituciones de desarrollo sostenible para que puedan hacer frente a los desafíos del siglo 21. Podemos restablecer los Consejos Nacionales para el Desarrollo Sostenible. Podemos relanzar las asociaciones múltiples entre partes interesadas. Podemos aprender a vivir juntos en este planeta de manera equitativa, teniendo en cuenta no sólo esta generación, sino las generaciones futuras, que tienen derecho a una buena calidad de vida. La Cumbre de la Tierra 2012 es una plataforma única para negociar la cooperación necesaria para un nuevo acuerdo entre Norte y Sur, entre ricos y pobres, entre gobiernos y partes interesadas y entre generaciones presentes y futuras. Esta cooperación es crítica para el futuro de todas las personas en el planeta. Tenemos la obligación de lograr esta cooperación. Tal vez ha llegado el momento de que los gobiernos adopten la Carta de la Tierra10 como principio y guía. El futuro no es un don: es un logro. En 1992 los gobiernos mostraron un considerable liderazgo en la adopción de la Agenda 21 y las convenciones sobre la diversidad biológica y el cambio climático. La gente está dispuesta a tomar la decisión correcta. Pero necesitan liderazgo. Están hambrientos de liderazgo. La pregunta que les dejo es: ¿pueden ustedes proveer ese liderazgo? Website de Stakeholder Forum para Rio+20: www.earthsummit2012.org Website de Naciones Unidas para Río +20: www.uncsd.org 9 http://www.oneplanetliving.org/index.html http://www.earthcharterinaction.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf 10