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LAS RESERVAS INTERNACIONALES ALCANZAN NUEVO RÉCORD: 50.009 MILLONES DE DÓLARES Las reservas internacionales superaron en el día de la fecha los 50.000 millones de dólares. Se trata del máximo de la serie histórica, y es el resultado de la política de acumulación de reservas con fines anticiclicos. Este proceso se realiza dentro de un estricto control de los equilibrios monetarios de forma tal de garantizar a la población, por primera vez en décadas, la estabilidad monetaria, financiera y cambiaria a lo largo del tiempo. A diferencia de otras oportunidades, la acumulación se debió, no a un mayor endeudamiento externo, sino a un excedente comercial superior a los 10.000 millones de dólares y a un superávit de cuenta corriente en torno de 3 % del Producto Bruto Interno. En los últimos meses, la política de acumulación de reservas implementada por el Banco Central ha tenido efectos muy concretos. Ello ha quedado demostrado a partir de la crisis crediticia en los Estados Unidos y, en particular, ante las turbulencias experimentadas en las últimas semanas en los mercados más desarrollados. Las reservas han permitido proteger a la economía real y evitar variaciones abruptas en las variables monetarias y financieras que hubieran generado un efecto inflacionario y otros claros perjuicios para la economía. El poder de fuego del que dispone el Banco Central fue utilizado para desalentar especulaciones en los mercados y reducir la incertidumbre en todos los sectores económicos. En suma, las reservas constituyen un seguro anti-crisis cuya eficiencia quedó probada en los hechos: estamos en un período de volatilidad financiera y el seguro que tiene la Argentina funcionó correctamente. La protección que brinda a nuestra economía este stock de reservas configura uno de los pilares centrales del modelo económico, cobrando especial relevancia para estabilizar las expectativas de nuestros ciudadanos. En efecto, esta reserva de liquidez garantiza el funcionamiento del sistema financiero y de la economía nacional en general, al desactivar de manera contundente cualquier intento especulativo con potenciales efectos nocivos sobre el crecimiento económico. La estrategia seguida permitió al Banco Central cumplir con su premisa de garantizar la estabilidad monetaria y financiera, dos bienes públicos que la institución resguarda en un marco de previsibilidad. En ausencia de un prestamista de última instancia a nivel internacional, los países que han sufrido recurrentes vaivenes en sus economías han tendido a otorgar un valor considerable a los seguros anticrisis. Es por ello que esta política es una práctica generalizada en el mundo emergente, dirigida a adquirir la capacidad de enfrentar los cambios bruscos en los flujos de capitales que caracterizan a un mercado financiero globalizado. En nuestro país, el significativo superávit comercial torna posible la acumulación de reservas internacionales, contribuyendo así a fortalecer la economía, haciendo más previsibles las decisiones de ahorro, inversión y consumo. Las intervenciones en el mercado cambiario, en el marco de un régimen de flotación administrada del tipo de cambio, originan la acumulación de reservas, 1 teniendo como contrapartida una férrea política de esterilización, que ha permitido cumplir sin interrupciones con los sucesivos Programas Monetarios. Como ejemplo ilustrativo de la magnitud de dicha política, el Banco Central ha esterilizado en lo que va del 2008 más del 110% de los pesos emitidos por sus intervenciones en el mercado cambiario, y cerca de dos terceras partes del total de pesos emitidos en los últimos tres años. Esta política de esterilización constituye, a su vez, una poderosa herramienta anticíclica, ya que las Letras y Notas del Banco Central permiten regular la liquidez de la economía, evitando fluctuaciones excesivas en las tasas de interés y en el crecimiento del crédito. En este sentido, el activo que constituyen las reservas es el respaldo imprescindible para llevar a cabo la política monetaria, de manera de evitar que la economía real resulte afectada tanto por shocks externos como por vaivenes transitorios en el crecimiento de los depósitos en el sistema financiero. Resulta necesario destacar que la política de acumulación de reservas se lleva a cabo en el marco de una administración eficiente de estos recursos. En efecto, parte del crecimiento que experimentaron las reservas corresponde al rendimiento en dólares obtenido por la cartera de inversiones del Banco Central, que durante los dos primeros meses del año acumuló un resultado positivo. Esto se debió a la fuerte suba en las inversiones realizadas en el Banco de Pagos Internacionales de Basilea y la apreciación de las principales monedas con respecto al dólar estadounidense. Este resultado representa casi tres veces el obtenido en los primeros dos meses de 2007 y supera inclusive el alcanzado durante todo el semestre de 2007. Uno de los aportes más importantes estuvo en la posición en oro, cuyo precio subió un 17% en lo que va del año. El mismo se sostiene en una mayor eficiencia en la política de administración de reservas basada en la profundización del uso de herramientas y modelos financieros cuantitativos. De este modo, el Banco Central en los últimos años ha mejorado significativamente los procesos relacionados con la toma estratégica y táctica de decisiones, permitiendo obtener así una mejor performance en el rendimiento de las inversiones. Esta eficiente política de administración de las reservas –que tiene como objetivo optimizar el rendimiento de las mismas, buscando la mejor combinación entre riesgo y rentabilidad- permite mantener un sólido control sobre el balance del Banco Central. Esto incluye un cambio radical respecto de la década pasada, cuando el sistema monetario implicaba mantener reservas no diversificadas e invertidas a muy corto plazo. En conclusión, los más de 50.000 millones de dólares de reservas internacionales revisten una importancia fundamental para la economía argentina no solo en términos de protección ante desequilibrios externos, sino también para evitar ataques especulativos y potenciar las inversiones productivas, al reducir la incertidumbre, brindando previsibilidad a todos los argentinos. Su potencia plena como herramienta anticíclica fue testeada fehacientemente en los últimos meses, cuando Argentina atraviesa una crisis internacional sin que, por primera vez en décadas, la economía real resultase afectada. 2 3