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EXOPLANETAS Un sistema planetario con siete mundos similares a la Tierra Los investigadores creen que al menos tres de ellos podrían albergar océanos de agua líquida en la superficie Póster de la NASA elaborado con motivo del anuncio del sistema planetario de TRAPPIST-1. Una versión de alta resolución puede verse a quí. Exoplanetas Además de replantear nuestro lugar en el universo, el hallazgo del primer exoplaneta (ocurrido hace más de veinte años), sentó las bases para la búsqueda de mundos habitables, esto es, capaces de albergar vida, aunque esta fuera diferente de la que conocemos hoy en día. Un equipo internacional de astrónomos ha hallado el sistema planetario con más mundos similares al nuestro descubierto hasta la fecha: al menos siete planetas con masas y tamaños equiparables a los terrestres orbitan en torno a TRAPPIST-1, una enana roja ultrafría situada a unos 40 años luz de distancia, en la constelación de Acuario. Según los investigadores, los siete mundos tendrían una temperatura lo suficientemente baja como para poder albergar agua líquida, al menos seis de ellos serían rocosos y, según un modelo climático empleado por los autores, tres podrían tener océanos de agua en su superficie. Tres de estos planetas ya habían sido descubiertos el año pasado. Ahora, gracias a una campaña observacional que ha hecho uso de varios telescopios, entre los que se encuentran distintas instalaciones terrestres y el observatorio espacial Spitzer, de la NASA, los expertos han podido confirmar la existencia de los otros cuatro. Esa abundancia de planetas tan parecidos a la Tierra convierte al sistema de TRAPPIST-1 en un lugar idóneo para buscar vida. La estrella en cuestión es una enana roja mucho menor, más fría y joven que nuestro Sol. Con una masa y un radio del orden del 10 por ciento de los del Sol, TRAPPIST-1 presenta una temperatura de unos 2500 kelvin y posee una edad estimada de unos 500 millones de años. Es decir, se trata de una estrella con un tamaño similar al de Júpiter, una temperatura de poco más que un tercio de la solar, y 1/9 de la edad de nuestro astro rey.Tales datos implican que cualquier mundo con capacidad para albergar agua líquida tendría que orbitar muy próximo a TRAPPIST-1. Y de hecho, así ocurre con los siete planetas mencionados: todos ellos se encuentran a una distancia de su estrella anfitriona mucho menor que la que media entre Mercurio y el Sol. Como consecuencia, sus períodos orbitales (el equivalente a su año) son también muy breves: el más cercano apenas tarda 1,5 días terrestres en completar una órbita alrededor de la estrella, mientras que el más lejano lo haría en no mucho más de 20. Comparación entre los tamaños de Júpiter y sus lunas, TRAPPIST-1 y sus siete mundos, y el Sol y los planetas terrestres. [ESO/O. Furtak] Tamaños relativos de las órbitas de los satélites galileanos de Júpiter, el sistema planetario de TRAPPIST-1 y el sistema solar interior. [ESO/O. Furtak.] En los últimos años, varias líneas de investigación se han volcado en buscar exoplanetas en torno a enanas rojas. Ello se debe a que, aparte de ser estrellas mucho más abundantes que las similares al Sol, sus reducidos tamaños las convierten en grandes candidatas a albergar planetas terrestres en su zona habitable que, a la vez, sean fáciles de detectar y estudiar. En el caso de TRAPPIST-1, el próximo paso será intentar analizar las atmósferas de sus planetas, algo en principio posible mediante el estudio de la luz que una atmósfera «filtra» cuando el planeta pasa por delante de la estrella.