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Diciembre de 2013 Volumen 13 Número 4 / Diciembre de 2013 • Medidas de fuerza de músculos respiratorios en un grupo de adultos sanos del Hospital Universitario de La Samaritana. • Experiencia con ventilación mecánica no invasiva en una unidad de cuidados intensivos pediátricos en Cali, Colombia. • Determinantes de la mortalidad en pacientes con isquemia mesentérica aguda en una institución de IV nivel. Un análisis de ocho años. • Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos que requirieron terapia de reemplazo renal continua en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Pablo Tobón Uribe. • Cuidado intensivo pediátrico en Colombia. ¿Con qué servicios y recursos se cuenta?: un estudio descriptivo. • Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña en pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda. • Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia? Revisión sistemática cualitativa de la literatura. Volumen 13 Número 4 • Síndrome inflamatorio de reconstitución inmune en un paciente con histoplasmosis pulmonar y mediastinitis fibrosante: reporte de un caso. Volumen 13 Número 4 / Diciembre de 2013 Guillermo Ortiz Ruiz MD., ESP. Guillermo Ortiz Fabio Varón Francisco Molina José Luis Accini Mauricio Fernández I-Epidemiología Dr. Nelson Giraldo II-Coagulación e inflamación Dra. Marcela Granados III-Falla respiratoria y ventilación mecánica Dr. Carmelo Dueñas IV-Nutrición y Metabolismo Dr. Martin Carvajal V-Cuidado Intensivo neurológico Dr. Jorge H Mejía VI-Trauma Dr. Ricardo Uribe VII-Sedación y Analgesia Dr. Edgar Celis VIII-Infecciones y Sepsis Dr. Nelson Fonseca IX-Cardiovascular Dr. Luis Horacio Atehortua X-Ética y Bioética Dr. Rubén Camargo XI-Calidad y Costos Dr. Darío Londoño XII-Toxicología Dr. Abner Lozano XIII-Cuidado Intensivo Obstétrico Dra. María Fernanda Escobar XIV-Cuidado Intensivo Pediátrico Dr. Mauricio Fernández Volumen 13 Número 4 / Diciembre de 2013 Junta Directiva 2013 - 2015 Presidente LUIS HORACIO ATEHORTÚA Vocal Regional Eje Cafetero MARÍA CRISTINA FLORIÁN Vicepresidente GUILLERMO AGAMENÓN QUINTERO Vocal Regional Antioquia OLGA ELENA HERNÁNDEZ Secretario FERNANDO MONTOYA NAVARRETE Vocal Regional Santanderes RAFAEL SERRANO Tesorero JUAN CARLOS ARANGO Vocal Regional Valle GABRIEL LÓPEZ MALDONADO Fiscal JAIME FERNÁNDEZ SARMIENTO Vocal Regional Alto Magdalena ABNER LOZANO LOSADA Vocal Capítulo de Pediatría MIGUEL RUZ Vocal Regional Nortesantanderiana SERGIO URBINA Vocal Regional Bogotá y Cundinamarca LEOPOLDO FERRER ZACCARO Director de Cursos ERNESTO GIRALDO LÓPEZ Vocal Regional Costa Atlántica NELLY ESTER BELTRÁN Director Revista GUILLERMO ORTIZ RUIZ Coordinador Web Page NORTON PÉREZ CONTENIDO Volumen 13 Número 4 / Diciembre de 2013 EDITORIAL Sección de bioética de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo........ 221 Rubén D. Camargo R. ARTÍCULO ORIGINAL Medidas de fuerza de músculos respiratorios en un grupo de adultos sanos del Hospital Universitario de La Samaritana.................................................................................................... 223 Edgar Debray Hernández, Melquisedec Fajardo, Sandra Milena Laverde, Alejandra Mondragón, Rocío del Pilar Sanabria, Myriam Morales, Carmen Lilia Rodríguez Irma Silva, Leslie Castro, Edson Lizaraso Experiencia con ventilación mecánica no invasiva en una unidad de cuidados intensivos pediátricos en Cali, Colombia...................................................................................................... 237 Eliana Zemanate, Fernando Bermúdez, Eliana Manzi, Katerine Ortiz, María Teresa Agudelo Determinantes de la mortalidad en pacientes con isquemia mesentérica aguda en una institución de IV nivel. Un análisis de ocho años........................................................................................... 244 Katherine Angélica Díaz, MD., Harvey Moncayo Alvarado, MD., Asesor Académico: Ricardo Buitrago Bernal, MD., Asesor Metodológico: Henry Oliveros, MD. Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos que requirieron terapia de reemplazo renal continua en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Pablo Tobón Uribe................................................................................................................................ 253 Byron Enrique Piñeres Olave, Lina María Serna Higuita, Luisa Fernanda Rojas Rosas, Jhon Jairo Zuleta Tobón, Carolina Lucía Ochoa García Cuidado intensivo pediátrico en Colombia. ¿Con qué servicios y recursos se cuenta?: un estudio descriptivo.................................................................................................................................. 260 Byron Enrique Piñeres Olave, MD., María Claudia Guzmán Díaz, MD. Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña en pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda....................................................................................................... 273 Guillermo Ortiz, MD., Carmelo Dueñas, MD., Paulina Ojeda, MD., Martha Benítez, MD., Antonio Lara, MD., Manuel Garay, MD., Germán Díaz, MD. REVISIÓN SISTEMÁTICA Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia? Revisión sistemática cualitativa de la literatura...286 Guillermo Ortiz, MD., Carmelo Dueñas, MD., Manuel Garay, MD., Germán Díaz, MD., José M. Maestre, MD., Demian Szyld, MD., Ignacio Del Moral, MD., Jenny W. Rudolph, PhD. REPORTE DE CASO Síndrome inflamatorio de reconstitución inmune en un paciente con histoplasmosis pulmonar y mediastinitis fibrosante: reporte de un caso............................................................................. 295 María Margarita Casanova, MD., Giovani Lastra, MD. CONTENTS Volumen 13 Número 4 / Diciembre de 2013 EDITORIAL Bioethics section of the Colombian Association of Critical and Intensive Care Medicine............. 221 Rubén D. Camargo R. ORIGINAL ARTICLES Measuring respiratory muscle strength in a group of healthy adults at La Samaritana University Hospital....................................................................................................................................... 223 Edgar Debray Hernández, Melquisedec Fajardo, Sandra Milena Laverde, Alejandra Mondragón, Rocío del Pilar Sanabria, Myriam Morales, Carmen Lilia Rodríguez Irma Silva, Leslie Castro, Edson Lizaraso Experience with non-invasive mechanical ventilation in a pediatric intensive care unit in Cali, Colombia..................................................................................................................................... 237 Eliana Zemanate, Fernando Bermúdez, Eliana Manzi, Katerine Ortiz, María Teresa Agudelo Determinants of mortality in patients with acute mesenteric ischemia at a fourth-level institution: an 8-year analysis........................................................................................................................ 244 Katherine Angélica Díaz, MD., Harvey Moncayo Alvarado, MD., Asesor Académico: Ricardo Buitrago Bernal, MD., Asesor Metodológico: Henry Oliveros, MD. Clinical outcomes of critically ill pediatric patients who required continuous renal replacement therapy at the pediatric intensive care unit of Hospital Pablo Tobón Uribe................................. 253 Byron Enrique Piñeres Olave, Lina María Serna Higuita, Luisa Fernanda Rojas Rosas, Jhon Jairo Zuleta Tobón, Carolina Lucía Ochoa García Pediatric intensive care in Colombia: which services and resources do we have?: a descriptive study........................................................................................................................................... 260 Byron Enrique Piñeres Olave, MD., María Claudia Guzmán Díaz, MD. Morphometric and inflammatory changes of the small airways in patients with acute respiratory distress syndrome ...................................................................................................................... 273 Guillermo Ortiz, MD., Carmelo Dueñas, MD., Paulina Ojeda, MD., Martha Benítez, MD., Antonio Lara, MD., Manuel Garay, MD., Germán Díaz, MD. SYSTEMATIC REVIEW Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia? Revisión sistemática cualitativa de la literatura... 286 Guillermo Ortiz, MD., Carmelo Dueñas, MD., Manuel Garay, MD., Germán Díaz, MD., José M. Maestre, MD., Demian Szyld, MD., Ignacio Del Moral, MD., Jenny W. Rudolph, PhD. CASE REPORTS Immune reconstitution inflammatory syndrome in a patient with pulmonary histoplasmosis and fibrosing mediastinitis: report of a case........................................................................................ 295 María Margarita Casanova, MD., Giovani Lastra, MD. EDITORIAL Acta Colombiana de Cuidado Intensivo 2013; 13 (4): 221. Sección de bioética de la asociación colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Rubén D. Camargo R. Cuando se hace referencia a Bioética en el paciente en estado crítico, se habla de la interacción de la biología o ciencias empíricas con las ciencias humanas. Bios = vida y ética = principios. Es la aplicación diaria de la ética médica y la ética clínica en las unidades de cuidado intensivo. Por ética clínica se entienden las decisiones que se toman día a día, momento a momento, en el manejo de los pacientes hospitalizados en la unidad de cuidado intensivo. La ética médica es la aplicación de valores, normas y principios de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia (principios de Belmont) en la práctica profesional de la medicina que se debate entre los dilemas y conflictos de interés en las decisiones del día a día de la ética clínica. En las unidades de cuidados intensivos la Bioética alcanza su máxima expresión al enfrentarnos diariamente al dolor, al sufrimiento y a la muerte. El dolor es físico y es somático, el sufrimiento es dolor del alma y la muerte es el proceso biológico final de una existencia. En la práctica asistencial la Bioética puede dividirse en Bioética asistencial y Bioética en investigación. La Bioética asistencial se refiere a las decisiones normas y reglas fundamentadas en los principios y valores establecidos en una institución para una atención digna y humana del paciente hospitalizado en situación terminal de una patología crónica. Esta se lleva a través de los Comités de Bioética médica o Institucional. El comité de Bioética Institucional surge a consecuencia de la mala relación médico-paciente, dirime conflictos de interés y previene conflictos. Y siempre sus decisiones serán no vinculantes. Las funciones son: • Velar porque los derechos del paciente estén en concordancia con el servicio prestado: respeto a la intimidad, a la confidencialidad, a la muerte digna, a la privacidad, a estar o no en una investigación, a donar órganos, entre otros. • Promover el acompañamiento ante aspectos que involucren decisiones de fin de vida, limitación del soporte vital o muerte encefálica. Recibido: 12/10/2013. Aceptado: 06/11/2013. Internista-Intensivista-Bioetisista. Ex presidente AMCI 2009-2011. Correo electrónico: rcamargorubio@gmail.com Oxigenación por membrana extracorpórea... Bermúdez y cols 221 • Comprender lo relacionado con tratamientos desproporcionados, mal conocido como ensañamiento terapéutico u obstinación terapéutica o tratamiento fútil el cual no genera beneficio alguno para el paciente, ante situaciones de patologías crónicas terminales. • Promover la capacitación del personal de Cuidado Intensivo en relación con el área de la ética clínica y la ética médica, entendiendo la transición del cuidado curativo hacia el cuidado paliativo. • Informar a la comunidad médica sobre la trascendencia de la Biomedicina, la Biotecnología y la Bioética en el paciente crítico. • Enseñar la importancia del consentimiento informado a los médicos, pacientes y familiares, ante cualquier procedimiento que invada la autonomía del paciente, evitando a toda costa la vulneración de su dignidad humana. De otra parte, la Bioética en investigación se refiere a los procesos científico-investigativos en los cuales se requiere de la participación de pacientes en ensayos clínicos o en investigaciones con medicamentos. Los comités de Bioética en investigación tienen un componente técnico y ético. Sus funciones son: • Promover la inclusión de los aspectos éticos en la preparación de los protocolos de investigación médica. • Aclarar, a través del consentimiento, riesgos, beneficios, confidencialidad de la información y alcance de la investigación. • Capacitar a los investigadores en Bioética de la investigación y buenas prácticas clínicas. La Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo cuenta con sección de Bioética cuyo alcance institucional es desarrollar una visión amplia y comprometedora de la Bioética asistencial o médica y de la Bioética en Investigación, a través del acompañamiento de todas las iniciativas encaminadas en hacer de la atención del paciente un ejercicio digno y humano en las unidades de cuidado intensivo. La visión a futuro es lograr conformar el Comité de Bioética de la Asociación que preste un servicio de apoyo en las instituciones y los miembros de la sociedad. De igual forma, desarrollar la investigación Institucional en el paciente crítico crónico y en el paciente con enfermedades crónicas no trasmisibles, en situación de fin de vida y todo lo relacionado con los aspectos éticos de la práctica médica del intensivista. 222 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 ARTÍCULO ORIGINAL Acta Colombiana de Cuidado Intensivo 2013; 13 (4):223-236. Medidas de fuerza de músculos respiratorios en un grupo de adultos sanos del Hospital Universitario de La Samaritana Edgar Debray Hernández(1-2); Melquisedec Fajardo(2); Sandra Milena Laverde(3); Alejandra Mondragón(3); Rocío del Pilar Sanabria(3); Myriam Morales(3); Carmen Lilia Rodríguez(3); Irma Silva(3); Leslie Castro(3); Edson Lizaraso(3) Resumen Introducción: los músculos respiratorios han sido motivo de estudio por largo tiempo puesto que son el componente mecánico para la respiración. En tal sentido, se ha descrito la interacción entre la fuerza muscular, las presiones, los volúmenes y las capacidades pulmonares que se generan en la caja torácica y las formas de medición a través de las presiones musculares inspiratorias y espiratorias. determinar e identificar el comportamiento de las medidas de fuerza de los músculos respiratorios, con la medición de presiones musculares inspiratorias y espiratorias en un grupo de adultos sanos residentes en Bogotá. Objetivo: Materiales y métodos: investigación de tipo exploratorio descriptivo, realizada con un grupo de adultos sanos del Hospital Universitario de la Samaritana, quienes consultaron al servicio de Fisioterapia. Se trabajó con una muestra aleatoria de 51 adultos entre los 20 y 70 años de edad, de ambos géneros, fumadores y no fumadores, a quienes se les hicieron tomas de medidas de las presiones musculares inspiratorias y espiratorias, con un manómetro de Dwyer digital. en 51 casos analizados, las medidas de presión muscular inspiratoria que registraron la mayor frecuencia fueron 73 y 94 cm de H2O, en tanto que en las medidas de presión muscular espiratoria no se identificó una medida en particular que registrara una alta frecuencia. EL estudio obtuvo medidas de presión muscular inspiratoria iguales e inferiores a 74 cm de H2O. El 50% de las medidas estaban por debajo de 90 cm de H2O y había un 25% de medidas de presión muscular inspiratoria superiores a 107 cm de H2O. Análisis de datos y resultados: Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia. Directores de Investigación. Corporación Universitaria Iberoamericana. (3) Coautores de Investigación Estudiantes Postgrado Cuidado Crítico. Correspondencia: edhernandeza@unal.edu.co (1) (2) Recibido: 18/05/2013. Aceptado: 23/06/2013. Conclusiones: se encontró que las medidas de presiones musculares inspiratorias y espiratorias obtenidas en este estudio son más bajas que las reportadas a nivel internacional; las medidas en mujeres son menores que en hombres, hecho que posiblemente se relaciona con el patrón respiratorio, con el tipo de fibras musculares que predomina en ellas, y también con factores culturales; las variables contempladas en este estudio, género, edad, talla, ejercicio y tabaquismo, mostraron ser determinantes en las medidas de las presiones musculares inspiratorias y espiratorias. músculos respiratorios, presión inspiratoria máxima, presión espiratoria máxima. PALABRAS CLAVE: 223 Measuring respiratory muscle strength in a group of healthy adults at La Samaritana University Hospital Abstract respiratory muscles have been under study for a long time, since they are the mechanical component of breathing. Descriptions have been made of the interaction between muscle strength, pulmonary pressures, pulmonary volumes and capacities generated within the chest, and the measurements of maximum inspiratory and expiratory pressures (MIP and MEP, respectively). Introduction: Objective: to determine and identify the behavior of the measurements of respiratory muscle strength through measuring MIP and MEP in a group of healthy adults residing in Bogotá, Colombia. this descriptive exploratory investigation was carried out with a group of healthy adults who consulted the Physical Therapy department of La Samaritana University Hospital. The randomized sample consisted of 51 adults of both genders, aged 20-70 years, both smokers and nonsmokers. MIP and MEP were measured with a digital Dwyer manometer. Materials and methods: in the 51 cases that were analyzed, the most common measurements of MIP were 73 and 94 cm H2O, whereas no particularly frequent measurement was detected with regard to MEP. The study yielded measurements of MIP equal to and less than 74 cm H2O. Fifty percent of the measurements were below 90 cm H2O, and 25% of the measurements were greater than 107 cm H2O. Analysis of data and results: it was found that the measurements of MIP and MEP obtained in this study were lower than those reported in the international literature. Measurements obtained in women are lower than those obtained in men. This is presumably related to the respiratory pattern, the predominant type of muscle fibers, and cultural factors. The variables considered in this study (gender, age, height, exercise, and smoking) were shown to be determinant of MIP and MEP measurements. Conclusions: KEYWORDS: respiratory muscles, maximum inspiratory pressure, maximum expiratory pressure. Introducción Los músculos respiratorios han sido motivo de estudio por largo tiempo, puesto que son el componente mecánico de la respiración. Muchos autores han descrito la interacción entre la fuerza muscular, las presiones, los volúmenes y las capacidades pulmonares que se generan en la caja torácica. En este hecho radica la importancia de conocer las características de estos músculos, sus propiedades biomecánicas y la influencia de variables como edad, género, peso y talla en el desempeño de los mismos, ya que en estudios anteriores se ha reportado que a medida que aumenta la edad del individuo la fuerza de los músculos respiratorios disminuye y es mayor en hombres que 224 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 en mujeres (1). Otras variables que se deben tener en cuenta son la presencia de patologías cardiacas, pulmonares y neurológicas, así como alteraciones nutricionales (2, 3). Para la evaluación del desempeño muscular se han desarrollado diversas valoraciones, de las cuales se escogió la medición de la presión inspiratoria máxima (PIM) y la presión espiratoria máxima (PEM) (4). En la medición de la fuerza de los músculos respiratorios de la población colombiana convergen situaciones como la ausencia de conocimientos acerca del comportamiento de esta variable y la carencia de parámetros para la interpretación de las medidas en dicha población, además de la continua utilización de estándares de población extranjera, la cual posee características culturales y fenotípicas diferentes a la nuestra. Tales eventos conllevan sesgo e invalidez de la estimación de la medida y evaluación de los músculos respiratorios. Este estudio pretende fortalecer el cuerpo teórico de la fisioterapia, a través de un aspecto específico de la evaluación como lo es la identificación del comportamiento de las medidas de fuerza de los músculos respiratorios, con la medición de PIM y PEM, en un grupo de adultos sanos residentes en Bogotá (5). Material y método El estudio se realizó con adultos sanos del Hospital Universitario de la Samaritana, quienes consultaban al servicio de Fisioterapia por lesiones musculoesqueléticas menores en miembros inferiores que no afectaban la función respiratoria. Se tomó una muestra aleatorizada de 51 adultos entre los 20 y 70 años de edad, de ambos géneros, fumadores y no fumadores, residentes en Bogotá, que no hubiesen salido de esta ciudad en los últimos cinco días y a quienes no se les hubiese diagnosticado patología pulmonar, cardiaca o neurológica o que las condiciones primarias no fueran crónicas. Se procedió a la toma de medidas de la PIM y la PEM con manómetro Dwyer digital, así: • Se explicó al paciente el objetivo del estudio. • Se registraron los resultados obtenidos de cada prueba en una planilla. Análisis de datos y resultados De los 51 casos analizados, las medidas de PIM que registraron la mayor frecuencia fueron 73 y 94 cm de H2O, en tanto que en las de PEM no se identificó una medida en particular que registrara una alta frecuencia. De otra parte, el 25% de las personas participantes en el estudio obtuvo medidas de PIM iguales e inferiores a 74 cm de H2O. El 50% de las medidas estaba por debajo de 90 cm de H20 y había un 25% de medidas de PIM superiores a 107 cm de H20. En la tabla 1, el 25% de las personas participantes en el estudio obtuvo medidas de PEM iguales e inferiores a 85 cm de H2O. El 50% de las medidas estuvo por debajo de 103 cm de H2O y hubo un 25% de medidas de PEM superiores a 115 cm de H2O. En la tabla 1 se observa que la medida promedio de PIM obtenida fue de 90 cm de H2O, con una desviación estándar de 21,69, lo que indica que el 68% de la muestra estudiada obtuvo medidas de PIM entre 68 y 112 cm de H2O, en tanto que Tabla 1. Descripción estadística de las medidas de PIM y PEM de un grupo de 51 adultos sanos que asistieron a consulta externa en el Hospital Universitario La Samaritana. Estadística n • Se tomó su talla y peso. Media • Se ubicó un clip sobre su nariz y se hizo entrega de la boquilla, la cual sostenía frunciendo los labios fuertemente para evitar fugas. Mediana • Para medir la PIM, el paciente realizó una espiración forzada, para luego hacer una inspiración profunda; la medición se efectuó en tres oportunidades. • Para la medición de la PEM se dieron las mismas instrucciones, pero el paciente debía exhalar profundamente a través de la boquilla hasta llegar a la capacidad residual funcional. Se tomaron tres mediciones. Moda PIM PEM 51 51 90,25 101,35 90 103 - - 470,43 423,59 21,69 20,58 Asimetría 0,29 -0,31 Kurtosis -0,28 -0,10 Mínimo 51 44 Máximo 140 140 Varianza Desviación estándar Percentil 25 75 85 50 90 103 75 107 115 Nota: la moda – significa que no se identifica una sola moda. Medidas de fuerza de músculos respiratorios... Hernández y cols 225 la medida promedio de PEM fue de 101 cm de H2O, con una desviación estándar de 20,58, lo que significa que el 68% de la muestra estudiada obtuvo medidas de PEM entre 80 y 122 cm de H2O. La descripción estadística de las medidas de PIM con una asimetría de 0,29, una mediana de 90 cm de H2O y la media de 90 cm de H2O con una desviación estándar de 21,69, indica un ligero sesgo positivo de la distribución de las puntuaciones; es decir, hay una breve tendencia de comportamiento de las medidas de PIM hacia puntuaciones bajas. En cuanto a la descripción de las medidas de PEM, éstas presentan una asimetría de -0,31, una mediana de 103 cm de H2O y la media de 101 cm de H2O con una desviación estándar de 20,58, lo cual indica un sesgo positivo de la distribución de las puntuaciones; esto es, una tendencia de comportamiento de las medidas de PEM hacia puntuaciones altas. Las kurtosis de -0,3 y de -0,1 de las distribuciones de PIM y PEM respectivamente, indican que las medidas de estas variables tienden a una distribución mesocúrtica, es decir, las puntuaciones son heterogéneas, mostrando mayor variabilidad las medidas de PIM. La medida promedio de PEM fue mayor que la de PIM, siendo 101 cm de H2O la primera y 90 cm de H2O la segunda, lo cual confirma lo realizado por Black y Hyatt (6), quienes demostraron que los músculos espiratorios e inspiratorios alcanzan presiones hasta de 250 cm H2O y 150 cm H2O, respectivamente. De los 51 sujetos participantes en el estudio 27 pertenecía al género femenino, lo que equivale al 53%, y 24 al masculino, lo que representa el 47%. A partir de la tabla 2 se puede concluir que el 33,3% de las participantes de género femenino obtuvo medidas de PIM iguales o inferiores a 89 cm H2O, en tanto que esta misma medida o inferior, la alcanzó el 15,68% de los participantes de género masculino. De otra parte, el 1,96% de las participantes de género femenino obtuvo medidas de PIM iguales Tabla 2. Distribución de las medidas de PIM por género. Género PIM - Intervalos 226 Femenino Masculino Total 51 - 63 6 (11,76%) 1 (1,96%) 7 (13,72%) 64 - 76 5 (9,8%) 2 (3,92%) 7 (13,72%) 77 - 89 6 (11,76%) 5 (9,8%) 11 (21,56%) 90 - 102 7 (13,72%) 5 (9,8%) 12 (23,52%) 103 - 115 2 (3,92%) 5 (9,8%) 7 (13,72%) 116 - 128 0 (0,00%) 5 (9,8%) 5 (9,8%) 129 - 141 1 (1,96%) 1 (1,96%) 2 (3,92%) Total 27 (52,96%) 24 (47,04%) 51 (100%) Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 o superiores a 116 cm H2O, contra 11,76% de los participantes de género masculino. El rango promedio de PIM en mujeres (90-102 cm de H2O) fue menor que en hombres (77-128 cm de H2O), cifras que corroboran lo encontrado por Black y Hyatt (6) y Raida y Harik (7) en cuanto a la diferencia por género. Sin embargo, las puntuaciones obtenidas en este estudio fueron más altas que en los estudios de estos autores (65-87 cm de H2O y 72 cm de H2O, respectivamente), lo cual haría haría pensar que las características físicas de la población y la ubicación de la ciudad donde viven con relación al nivel del mar, pueden influir en el resultado obtenido en la PIM. El promedio de PIM de los hombres seleccionados para este estudio estuvo entre 77 y 128 cm de H2O, hecho que se relaciona directamente con los resultados obtenidos en los estudios de Black y Hyatt (6) (103-124 cm de H2O) y de Raida y Harik (7) (101 cm de H2O), ya que estos últimos están contenidos dentro del rango resultante en el estudio. Con base en la tabla 3 se puede concluir que el 21,56% de las participantes de género femenino alcanzó medidas de PEM iguales o inferiores a 85 cm H2O, en tanto que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 3,92% de los participantes de género masculino. De otra parte, el 3,92% de las participantes de género femenino obtuvo medidas de PEM iguales o superiores a 114 cm H2O, contra 21,56% de los participantes de género masculino (tabla 3). La medida de PEM es menor en mujeres (72-85 de cm H2O), contra la medición en hombres (100113 cm de H2O). Las medidas de PEM en ambos géneros son menores que en los estudios precedentes (entre 128 y 152 cm de H2O para mujeres, y entre 185 y 223 cm de H2O para hombres) según lo refirieron Black y Hyatt (6). Probablemente este resultado se obtuvo porque la constitución física de nuestra población es diferente a la de los anteriores estudios, donde ésta es más robusta y con mayor tallaje que la nuestra. En la tabla 4 se puede observar que el rango de edad entre 35 a 52 años tiende a presentar un mayor porcentaje de personas con un promedio de medidas de PIM entre 77 y 115 cm H2O. Tabla 3. Distribución de medidas de PEM por género. Género PEM - Intervalos Femenino Masculino Total 44 - 57 1 (1,96%) 0 (0,00%) 1 (1,96%) 58 - 71 1 (1,96%) 1 (1,96%) 2 (3,92%) 72 - 85 9 (17,64%) 1 (1,96%) 10 (19,6%) 86 - 99 6 (11,76%) 3 (5,88%) 9 (17,64%) 100 - 113 8 (15,68%) 8 (15,68%) 16 (31,36%) 114 - 127 2 (3,92%) 6 (11,76%) 8 (15,68%) 128 - 141 0 (0,00%) 5 (9,8%) 5 (9,8%) Total 27 (52,94%) 24 (47,06%) 51 (100%) Medidas de fuerza de músculos respiratorios... Hernández y cols 227 Tabla 4. Distribución de medidas de PIM por rangos de edad. EDAD – Intervalos 1 PIM Intervalos 51 – 63 64 – 76 77 – 89 90 – 102 103– 115 116– 128 129– 141 Total 23 - 28 2 3 29 - 34 35 - 40 4 41 - 46 47 - 52 6 53 - 58 7 59 - 64 8 65 – 70 1 0 0 2 2 1 0 1 (1,96%) (0,00%) (0,00%) (3,92%) (3,92%) (1,96%) (0,00%) (1,96%) 1 0 2 1 1 2 0 0 (1,96%) (0,00%) (3,92%) (1,96%) (1,96%) (3,92%) (0,00%) (0,00%) 1 0 3 3 3 1 0 0 (1,96%) (0,00%) (5,88%) (5,88%) (5,88%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) 2 3 2 3 1 0 1 0 (3,92%) (5,88%) (3,92%) (5,88%) (1,96%) (0,00%) (1,96%) (0,00%) 1 1 0 4 0 1 0 0 (1,96%) (1,96%) (0,00%) (7,84%) (0,00%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) 1 0 1 1 1 1 0 0 (1,96%) (0,00%) (1,96%) (1,96%) (1,96%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) 1 0 0 1 0 0 0 0 (1,96%) (0,00%) (0,00%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 8 4 8 15 8 6 1 1 15,69% 7,84% 15,69% 29,41% 15,69% 11,76% (1,96%) (1,96%) Respecto a los rangos de edad, se encontró que a mayor edad, los valores de PIM y PEM son más bajos, lo cual muestra que el deterioro de la función muscular empieza entre los 41 y los 46 años de edad. Al comparar este resultado con los obtenidos en el estudio de Raida y Harik (7) se puede observar que la disminución de la PIM y la PEM en nuestra población tarda más, ya que el punto de corte de este último inicia a los 30 años. Asimismo, el estudio realizado por Tolep y colaboradores (8) reportó que el valor de la PIM es menor en mujeres que en varones y que éste disminuye conforme envejece la persona (tablas 4 y 5). De 51 sujetos participantes en el estudio, no se obtuvo información de la talla de tres de ellos; de 48 sujetos estudiados, la talla mínima fue de 1,42 m y la máxima fue de 1,77 m con una talla promedio de 1,61 m y una desviación estándar de 10. Los datos de la asimetría y Kurtosis permiten suponer una distribución de la talla muy cercana a la distribución normal. 228 5 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 La tabla 6 muestra una tendencia de las medidas bajas de PIM hacia los intervalos de tallas más bajas, ya que 18,73% de las personas con un rango de talla entre 1,42 m y 1,56 m obtuvo medidas de PIM iguales o inferiores a 89 cm H2O; mientras que 2,08% obtuvo medidas de PIM mayores o iguales a 103 cm H2O. Así mismo, el 18,75% de personas con un rango de talla entre 1,62 m y 1,77 m obtuvo medidas de PIM mayores o iguales a 103 cm H2O frente al 2,08% de personas con rango entre 1,42 m y 1,56 m. En la tabla 6 se observa, además, que el 4,17% de sujetos con rango de talla entre 1,42 m y 1,51 m obtuvo medidas de PEM inferiores a 71 cm H2O, en tanto que el 0,0%, alcanzó medidas de PEM inferiores a 71 cm H2O puesto que no hubo personas con rango de talla entre 1,67 m y 1,77 m. Así mismo, no hubo sujetos del rango de talla entre 1,42 m y 1,56 m que obtuvieran medidas Tabla 5. Distribución de medidas de PEM por rangos de edad. EDAD – Intervalos PEM Intervalos 44 – 57 58 – 71 72 – 85 86 – 99 100– 113 114– 127 128– 141 Total 1 2 3 4 5 6 7 8 23 - 28 29 - 34 35 - 40 41 - 46 47 - 52 53 - 58 59 - 64 65 – 70 0 0 0 0 1 0 0 0 (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 0 0 0 1 1 0 0 0 (0,00%) (0,00%) (0,00%) (1,96%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 3 0 1 1 3 1 0 1 (5,88%) (0,00%) (1,96%) (1,96%) (5,88%) (1,96%) (0,00%) (1,96%) 0 1 2 2 2 2 0 0 (0,00%) (1,96%) (3,92%) (3,92%) (3,92%) (3,92%) (0,00%) (0,00%) 3 1 2 8 0 1 1 0 (5,88%) (1,96%) (3,92%) (15,7%) (0,00%) (1,96%) (1,96%) (0,00%) 2 1 1 2 0 2 0 0 (3,92%) (1,96%) (1,96%) (3,92%) (0,00%) (3,92%) (0,00%) (0,00%) 0 1 2 1 1 0 0 0 (0,00%) (1,96%) (3,92%) (1,96%) (1,96%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 8 4 8 15 8 6 1 1 15,69% 7,84% 15,69% 29,41% 15,69% 11,76% (1,96%) (1,96%) 8 Tabla 6. Distribución de medidas de PIM por talla. Talla PIM Intervalos 51 – 63 64 – 76 77 – 89 90 – 102 103 – 115 116 – 128 129 – 141 Total 1 2 3 4 5 6 7 141-146 147-151 152-156 157-161 162-166 167-171 172-177 172-177 0 2 1 1 2 0 0 0 (0,00%) (4,17%) (2,08%) (2,08%) (4,17%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 0 4 0 2 0 1 0 0 (0,00%) (8,32%) (0,00%) (4,17%) (0,00%) (2,08%) (0,00%) (0,00%) 1 0 1 2 2 3 2 2 (2,08%) (0,00%) (2,08%) (4,17%) (4,17%) (6,24%) (4,17%) (4,17%) 1 2 2 0 3 1 1 1 (2,08%) (4,17%) (4,17%) (0,00%) (6,24%) (2,08%) (2,08%) (2,08%) 0 0 0 2 2 0 3 3 (0,00%) (0,00%) (0,00%) (4,17%) (4,17%) (0,00%) (6,24%) (6,24%) 0 0 0 2 0 2 1 1 (0,00%) (0,00%) (0,00%) (4,17%) (0,00%) (4,17%) (2,08%) (2,08%) 0 0 1 0 1 0 0 0 (0,00%) (0,00%) (2,08%) (0,00%) (2,08%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 2 8 5 9 10 7 7 7 4,17% 16,6% 10,42% 18,75% 20,83% 14,58% 14,58% 14,58% Medidas de fuerza de músculos respiratorios... Hernández y cols 229 de PEM superiores a 114 cm H2O; mientras que el 22,89% de sujetos con rango de talla entre 1,62 m y 1,77 m obtuvo medidas de PEM superiores a los 114 cm H2O. un ligero sesgo positivo, es decir una tendencia mayor de la muestra hacia valores bajos de la variable peso, así como heterogeneidad o variabilidad de los mismos. Al relacionar las variables de talla y peso con las medidas de PIM y PEM, se encontró que a mayor talla estos valores incrementan (tabla 6 y 7). Con relación al peso, no hubo diferencias de importancia entre los individuos estudiados (tablas 7 y 8). Cabe anotar que dentro de la literatura revisada no se encontraron reportes sobre la influencia de estas dos variables, PIM y PEM, y por tanto no hay valores de referencia con los cuales se pueda establecer una comparación. Los datos de la tabla 7 muestran una alta frecuencia entre los rangos promedio de peso entre 60 kg y 73 kg; los sujetos participantes que registraron pesos entre este rango, tienden a obtener medidas promedio de PIM entre 77 y 115 cm de H2O. De otra parte, se observa que el 16,32% de sujetos participantes con pesos entre 46 y 59 kg muestran medidas de PIM iguales o inferiores a 76 cm de H2O; en contraste con el 4,08% de sujetos con pesos entre 81 y 94 kg que muestran esta misma medida de PIM. La variable peso, medida en 49 sujetos participantes, registró un valor mínimo de 46 kg y un máximo de 94 kg, con un promedio de 64 kg de peso y una desviación estándar de 12. La asimetría de 0,62 y Kurtosis de -0,36 indican Los datos de la tabla 8 muestran una alta frecuencia entre los rangos promedio de peso entre 60 kg y 73 kg; los sujetos participantes que registraron pesos entre este rango, tienden a Tabla 7. Distribución de medidas de PIM por peso. Peso PIM Intervalos 51 – 63 64 – 76 77 – 89 90 – 102 103 – 115 116 – 128 129 – 141 Total 230 1 2 3 4 5 6 7 46 – 52 53 - 59 60 – 66 67 – 73 74 - 80 81 - 87 88 – 94 2 2 0 0 0 1 1 (4,08%) (4,08%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (2,04%) (2,04%) 3 1 2` 1 0 0 0 (6,12%) (2,04%) (4,08%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 1 2 4 1 1 1 1 (2,04%) (4,08%) (8,16%) (2,04%) (2,04%) (2,04%) (2,04%) 2 2 4 2 0 1 0 (4,08%) (4,08%) (8,16%) (4,08%) (0,00%) (2,04%) (0,00%) 0 1 1 2 2 1 0 (0,00%) (2,04%) (2,04%) (4,08%) (4,08%) (2,04%) (0,00%) 0 0 1 2 0 2 0 (0,00%) (0,00%) (2,04%) (4,08%) (0,00%) (4,08%) (0,00%) 0 1 1 0 0 0 0 (0,00%) (2,04%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 8 9 13 8 3 6 2 16,33% 18,37% 26,53% 16,33% (6,12%) 12,24% 4,08% Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 8. Distribución de medidas de PEM por peso. Peso 1 2 3 4 5 6 7 PEM Intervalos 46 - 52 53 - 59 60 – 66 67 - 73 74 - 80 81 - 87 88 - 94 44 – 57 0 1 0 0 0 0 0 (0,00%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 1 0 0 0 0 1 0 (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (2,04%) (0,00%) 4 3 1 0 0 0 1 (8,16%) (6,12%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (2,04) 58 – 71 72 – 85 86 – 99 100 – 113 114 – 127 128 – 141 Total 1 1 5 1 0 0 1 (2,04%) (2,04%) (10,2%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 2 3 3 4 0 3 0 (4,08%) (6,12%) (6,12%) (8,16%) (0,00%) (6,12%) (0,00%) 0 1 2 3 1 1 0 (0,00%) (2,04%) (4,08%) (6,12%) (2,04%) (2,04%) (0,00%) 0 0 2 0 2 1 0 (0,00%) (0,00%) (4,08%) (0,00%) (4,08%) (2,04%) (0,00%) 8 9 13 8 3 6 2 16,32% 18,36% 26,52 16,32% 6,12% 12,24% 4,08% obtener medida promedio de PEM entre 86 y 113 cm de H2O. Por otro lado, no se pueden apreciar diferencias importantes entre los porcentajes de sujetos con rango de peso bajo e intervalos bajos de medidas de PEM y los porcentajes de sujetos con rango de peso alto e intervalos de medidas de PEM altas. De la tabla 9 se concluye que el 33,3% de los participantes que no hacen ejercicio obtuvieron medidas de PIM iguales o inferiores a 89 cm H2O, mientras que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 15,68% de los participantes que sí lo hacen. De otra parte, el 7,84% de los participantes que no hacen ejercicio, obtuvieron medidas de PIM iguales o superiores a 116 cm H2O, contra el 5,58% de los participantes que hacen ejercicio (tabla 9). La tabla 10 muestra que el 17,64% de los participantes que no hacen ejercicio, obtuvieron medidas de PEM iguales o inferiores a 85 cm H2O, mientras que esta misma medida o Tabla 9. Distribución de medidas de PIM según si realiza o no algún tipo de ejercicio.. ¿Realiza ejercicio? PIM - Intervalos 51 - 63 64 - 76 77 - 89 90 - 102 103 - 115 116 - 128 129 - 141 Total No Si 4 3 (7,84%) (5,88%) 4 3 (7,84%) (5,88%) 9 2 (17,64%) (3,92%) 9 3 (17,64%) (5,88%) 4 3 (7,84%) (5,88%) 3 2 (5,88%) (3,92%) 1 1 (1,96%) (1,96%) 34 17 (67%) (33%) Medidas de fuerza de músculos respiratorios... Hernández y cols 231 inferior a ella, la obtuvo el 7,84% de los participantes que si la hacen. Se puede observar que el porcentaje de personas que hacen ejercicio entre una y dos veces por semana que obtuvo medidas de PEM iguales o inferiores a 85 cm H2O, es de cero, en tanto que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 18% de los participantes que hacen ejercicio entre tres y cuatro veces por semana y el 6% de los que hacen ejercicio más de cuatro veces por semana. Ahora bien, el 13,72% de los participantes que no hacen ejercicio obtuvieron medidas de PEM iguales o superiores a 114 cm H2O, contra 11,76% de los participantes que lo hacen (tabla 10). En la tabla 11 se puede concluir que de los participantes que hacen ejercicio entre una y dos veces por semana, el 6% obtuvo medidas de PIM iguales o inferiores a 89 cm H2O, mientras que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 28% de los participantes que hacen ejercicio entre tres y cuatro veces por semana y el 11% de los que hacen ejercicio más de cuatro veces por semana. De otra parte, el 12% de los participantes que hacen ejercicio entre 1 y 2 veces por semana, obtuvieron medidas de PEM iguales o superiores a 114 cm H2O; igual porcentaje fue para los que hacen ejercicio entre tres y cuatro veces por semana y más de cuatro veces por semana. En la tabla 12 se observa que el 37,24% de los participantes que no fuman obtuvieron medidas de PIM iguales o inferiores a 89 cm H2O, en tanto que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 11,76% de los participantes que si fuman. De otro lado, el 6% de los participantes que hacen ejercicio entre una y dos veces por semana obtuvieron medidas de PIM iguales o superiores a 116 cm H2O, igual porcentaje de participantes que hacen ejercicio entre tres y cuatro veces por semana y los que hacen más de cuatro veces por semana. Por otro lado, el 9,8% de los participantes que no fuman obtuvieron medidas de PIM iguales o Tabla 10. Distribución de medidas de PEM por peso. Peso 1 2 3 4 5 6 7 PEM Intervalos 46 - 52 53 - 59 60 – 66 67 - 73 74 - 80 81 - 87 88 - 94 44 – 57 0 1 0 0 0 0 0 (0,00%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 1 0 0 0 0 1 0 (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (2,04%) (0,00%) 4 3 1 0 0 0 1 (8,16%) (6,12%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) (2,04) 58 – 71 72 – 85 86 – 99 100 – 113 114 – 127 128 – 141 Total 232 1 1 5 1 0 0 1 (2,04%) (2,04%) (10,2%) (2,04%) (0,00%) (0,00%) (0,00%) 2 3 3 4 0 3 0 (4,08%) (6,12%) (6,12%) (8,16%) (0,00%) (6,12%) (0,00%) 0 1 2 3 1 1 0 (0,00%) (2,04%) (4,08%) (6,12%) (2,04%) (2,04%) (0,00%) 0 0 2 0 2 1 0 (0,00%) (0,00%) (4,08%) (0,00%) (4,08%) (2,04%) (0,00%) 8 9 13 8 3 6 2 16,32% 18,36% 26,52 16,32% 6,12% 12,24% 4,08% Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 11. Distribución de medidas de PIM según frecuencia de realización de ejercicio. PIM Intervalos Entre una y dos veces por semana Entre tres y cuatro veces por semana Más de cuatro veces por semana 51 - 63 0 2 1 (0,00%) (0,11%) (0,06%) 0 2 1 64 - 76 77 - 89 90 - 102 103 - 115 116 - 128 129 - 141 TOTAL (0,00%) (0,11%) (0,06%) 1 1 0 (0,06%) (0,06%) (0,00%) 3 0 0 (0,17%) (0,00%) (0,00%) 0 1 2 (0,00%) (0,06%) (0,11%) 1 0 1 (0,06%) (0,00%) (0,06%) 0 1 0 (0,00%) (0,06%) (0,00%) 5 7 5 (0,29%) (0,41%) (0,29%) Tabla 13. Distribución de medidas de PEM según hábito de fumar. ¿Fuma? PEM - Intervalos 44 - 57 58 - 71 72 - 85 86 - 99 100 - 113 114 - 127 128 - 141 Total No Si 1 0 (1,96%) (0,00%) 0 2 (0,00%) (3,92%) 8 2 (15,68%) (3,92%) 7 2 (13,72%) (3,92%) 12 4 (23,52%) (7,84%) 7 1 (13,72%) (1,96%) 3 2 (5,88%) (3,92%) 38 13 (75%) (25%) Tabla 12. Distribución de medidas de PIM según hábito de fumar. superiores a 116 cm H2O, contra 3,92% de los participantes que fuman (tabla 12). ¿Fuma? En la tabla 13 se aprecia que el 17,64% de los participantes que no fuman, obtuvieron medidas de PEM iguales o inferiores a 85 cm H2O, en tanto que esta misma medida o inferior a ella, la obtuvo el 7,84% de los participantes que si fuman. PIM - Intervalos 51 - 63 64 - 76 77 - 89 90 - 102 103 - 115 116 - 128 129 - 141 Total No Si 4 3 (7,84%) (5,88%) 6 1 (11,76%) (1,96%) 9 2 (17,64%) (3,92%) 8 4 (15,68%) (7,84%) 6 1 (11,76%) (1,96%) 4 1 (7,84%) (1,96%) 1 1 (1,96%) (1,96%) 38 13 (74,51%) (25,49%) Igualmente el 19,6% de los participantes que no fuman obtuvieron medidas de PEM iguales o superiores a 114 cm H2O, contra el 5,88% de los participantes que fuman (tabla 13). Discusión Las variables contempladas en este estudio: género, edad, talla, ejercicio y tabaquismo, mostraron ser determinantes en las medidas de PIM y PEM evaluadas en el grupo de adultos sanos que asisten a consulta externa en el Hospital Universitario de La Samaritana. Este hecho confirma lo encontrado en el estudio de Black y Hyatt (6), en cuanto a las modificaciones de PIM y PEM Medidas de fuerza de músculos respiratorios... Hernández y cols 233 de acuerdo con edad y género; no obstante, las medidas de PIM y PEM obtenidas en este estudio son más bajas que las reportadas por Black y Hyatt (6). Se encontró que las medidas de PIM y PEM en mujeres son menores que en hombres, relacionándose posiblemente con el patrón respiratorio, con el tipo de fibras musculares que predomina en ellas, y también por factores culturales (atuendos, arquetipo femenino, entre otros). Esto se sustenta en lo postulado por Kapandji (9) quien describe que la respiración en la mujer es de tipo costal superior, lográndose la mayor amplitud en la parte superior del tórax por aumento del diámetro anteroposterior, en contraposición con el hombre, cuya respiración es de tipo mixto, costal superior e inferior, y por tanto con mayor ventaja mecánica. Asimismo, la dotación genética es un factor fundamental a la hora definir el patrón tipológico de las fibras musculares de un individuo, pues en personas sedentarias de mediana edad, el porcentaje de fibras tipo I, que son resistentes a la fatiga, es del 45% al 50%, ligeramente superior en el género femenino (10, 11); es decir, las mujeres poseen menor porcentaje de fibras tipo II, que son de fuerza máxima. El proceso de envejecimiento y el sedentarismo asociado a éste, podrían condicionar un bajo desempeño de los músculos de la respiración, observándose alteraciones en el trofismo y en la función muscular. De acuerdo con lo expuesto por López et al en 1998 (10), uno de los factores fisiológicos que modifica la función y el tipo de fibra muscular es el envejecimiento. Este proceso se asocia una serie de cambios morfológicos en los músculos, no de lo cuales es la reducción de fibras, y otro la disminución del tamaño de las mismas, por lo que, en conjunto, se produce una situación de atrofia muscular (12). Otros cambios ligados al envejecimiento son la pérdida de fuerza y alargamiento del tiempo de contracción de las fibras musculares. Se ha sugerido que la pérdida de fibras es un proceso posterior a la degeneración de las motoneuronas que las inervan. La atrofia muscular y los cambios neurogénicos son más comunes a partir de los 70 años, lo que permite concluir que la edad es un 234 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 factor decisivo en la generación de fuerza de los músculos respiratorios. Así mismo, en cuanto a los rangos de edad, en este estudio se encontró que a mayor edad, menores los valores de PIM y de PEM, fenómeno demuestra que el deterioro de la función muscular empieza entre los 41 y los 46 años de edad. Al comparar este resultado con los obtenidos en el estudio de Raida y Harik (7) se observa que la disminución de la PIM y la PEM en nuestra población tarda más, ya que el punto de corte de este último inicia a los 30 años. En cuanto a la talla, se encontró que a menor estatura, menores valores de PIM y de PEM, tanto en hombres como en mujeres. Este resultado probablemente se observa porque a menor estatura, los músculos serán de menor longitud, lo que conlleva a un reflejo de estiramiento de menor potencia y capacidad de elongación de la fibra, y por tanto reduce la relación longitud-tensión de los músculos comprometidos en cada acción, viéndose reflejado en disminución de la fuerza muscular (13). Esto se explica en el hecho de que con cualquier frecuencia de descarga de unidades motoras, la tensión activa aumenta progresivamente conforme lo hace la longitud de la fibra; por otra parte, la tensión pasiva depende de la elasticidad muscular y aumenta progresivamente en una forma curvilínea conforme lo hace la longitud del músculo. Así, la generación de fuerza total del músculo con cualquier longitud es la suma de las tensiones activa y pasiva. A su vez, se ha determinado que los incrementos progresivos en el volumen pulmonar, acortan los músculos de la inspiración y alargan los de la espiración, por lo que este volumen se convierte en un condicionante importante de la elongación de la fibra y, por ende, de la fuerza que ésta genera (11). Precisamente por esto, los individuos de talla baja podrían generar PIM y PEM menores, puesto que desarrollan menores volúmenes pulmonares. Los resultados obtenidos en los valores de PIM y PEM respecto a la variable peso no mostraron mayor diferencia, y en la revisión teórica no se encontró evidencia sobre esta variable. Si bien los valores de PIM y PEM obtenidos en este estudio muestran resultados semejantes a los de Black y Hyatt (6) en cuanto al comportamiento de variables como género y talla, cabe destacar que se aprecian diferencias en los valores de PIM y PEM obtenidos en este estudio, con relación a los valores observados en las investigaciones referenciadas en el marco teórico, debido a las condiciones morfológicas y antropométricas de la población bogotana. Por ello se sugiere realizar estudios en dicha población para determinar los valores representativos de ésta y poder establecer cuáles son los valores estándar para la población colombiana. Al analizar las variables de hábitos de realización de ejercicio y de fumar, se pudo observar que el mayor porcentaje de pacientes que obtuvo valores más altos de PIM y PEM, realizan ejercicio y no fuman, lo que en nuevas investigaciones permitiría profundizar los efectos de la actividad física y el tabaquismo sobre las variaciones de las medidas de PIM y PEM. 4. Mangelsdorff G BGLAMALC. Respiratory muscle power output in patients with chronic heart failure and patients with chronic pulmonary obstructive disease. Rev. méd. Chile. 2001 Enero; 129(1). 5. Carlos M. Metodología: Guía para elaborar diseños de investigación en ciencias economicas, contables y administrativas. Colombia: McGraw-Hill.; 1999. 6. Black LF, Hyatt R. Presión respiratoria máxima: valores normales y relación con edad y género. Am Rev Respir Dis. 1969; 99: 696-702. 7. Raida I Harik-khan RAWJLF. Determinants of Maximal Inspiratory Pressure The Baltimore Longitudinal Study of Aging. Am J Respir Crit Care Med. 1998 Noviembre; 158(5 8. Tolep K, Higgins N, Muza S, Criner G, Kelsen SG. Comparison of diaphragm strength between healthy adult elderly and young men. Am J Resp Crit Care Med. 1995; 152 (2): 677-82. 9. Kapandji AI. Fisiología articular. Sexta ed. Maloine , editor. Madrid: Editorial Médica Panamericana S.A; 2006. 10. Lopez J FA. Fisiología del ejercicio. Tercera ed. Madrid: Editorial medica panamericana; 1998. 11. Druz WS, Sharp JT. Activity of respiratory muscles in upright and recumbent humans. J Appl Physiol 1981; 51 (6): 15521561. No fue posible realizar pruebas estadísticas que permitieran medir el grado de asociación de las variables de estudio, con las medidas de PIM y PEM obtenidas, ya que la presencia de más de cinco celdas vacías en la matriz de asociación de variables impidió la aplicación de un Chi cuadrado, de modo que se recomienda realizar estudios posteriores con una muestra más amplia. 12. Bellemare F, Bigland-Ritchie B, Woods. Contractile properties of the human diaphragm in vivo. J Appl Physiol. 1986; 61: 1153-1161 Es importante aclarar que la ausencia de datos de talla y peso de cinco sujetos participantes no generó cambios importantes en los resultados obtenidos en el presente estudio. 15. Aubier M, Trippenbach T, Roussos C. Respiratory muscle fatigue during cardiogenic shock. J. Appl Phisiol. 1981; 51: 499-508. En cuanto a la variable ocupación, prevista para el análisis de los resultados de esta investigación, la muestra estudiada presentó valores homogéneos que no permitieron extrapolarlos a la población bogotana. 13. Gil Lida LAÁC. Valores normales de las presiones máximas respiratorias en las personas mayores sanas de 20 años en la ciudad de Manizales - Colombia. Colomb Med. 2012; 43(2). 14. Hernandez E CSCL. Ventilatory muscle strength and chest wall excursion in healthy colombian men and women: a pilot study. Cardiopulm Phys Ther J. 2003 Diceimbre; 14(4). 16. Aubier M, Farkas A, DeTroyer R. 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En Colombia no existen publicaciones que describan las indicaciones y los desenlaces del uso de esta técnica en la población pediátrica. evaluar los resultados de la utilización de ventilación mecánica no invasiva en una unidad de cuidado intensivo pediátrico. OBJETIVO: METODOLOGÍA: estudio descriptivo observacional bidireccional que incluyó todos los niños menores de 15 años ingresados a la unidad de cuidado intensivo pediátrico de la Fundación Valle del Lili, entre julio 1º. y diciembre 31 de 2012 y que fueron sometidos ventilación mecánica no invasiva. RESULTADOS: el 88,17% de los pacientes manejados en ventilación mecánica no invasiva fueron tratados exitosamante. Once requirieron ventilación mecánica invasiva y se consideraron dentro del grupo de falla de la ventilación mecánica no invasiva. Se observó que la PCO2, FR y FC medidos post tratamiento con ventilación mecánica no invasiva, fueron significativamante mayores en el grupo de pacientes en quienes falló la terapia no invasiva. Los cambios en pH y PCO2 tomados antes y después de la decisión del inicio de la ventilación mecánica no invasiva no tienen diferencias estadísticamente significativas en falló esta modalidad. (1) Pediatra Fellow en Cuidado Intensivo Pediátrico, CES Fundación Clínica valle del Lili. (2) Pediatra Intensivista Fundación Clínica Valle del Lili. (3) Unidad de Epidemiología Clínica Fundación Clínica Valle del Lili. (4) Terapeuta Respiratoria Fundación Clínica Valle del Lili. (5) Pediatra Intensivista, Jefe Fundación Clínica Valle del Lili. Correspondencia: Dra. Eliana Zemanate. Correo electrónico: ezemanate@hotmail.com Recibido: 25/09/2013. Aceptado: 03/10/2013. al considerar falla ventilatoria en Pediatría es más relevante clínicamente el criterio médico que el análisis gasimétrico de los pacientes. La decisión de ingreso o no a la ventilación mecánica no invasiva como a la ventilación mecánica invasiva, debe basarse en los aspectos clínicos y en la experiencia de los médicos tratantes. CONCLUSIÓN: PALABRAS CLAVE: ventilación mecánica no invasiva, Pediatría. Agradecimientos: A Margarita Hurtado, Lina Porras y Cristina Villota, Terapeutas Respiratorias de la Fundación Clínica Valle del Lili. 237 Experience with non-invasive mechanical ventilation in a pediatric intensive care unit in Cali, Colombia Abstract The evidence concerning non-invasive mechanical ventilation (NIMV) in children is scarce. Most currently used strategies are based on inferences from adult studies. In Colombia, there are no published reports describing the indications and outcomes of this technique in the pediatric population. Objective: The aim of this study was to assess the results of NIMV in a pediatric intensive care unit. METHODOLOGY: bidirectional observational descriptive study that included all children aged 15 years and younger admitted to the pediatric intensive care unit of the Fundación Valle del Lili (FVL) over the period from July 1 to December 31, 2012, who underwent NIMV. of the patients who were managed with NIMV, 88.17% were successfully treated. Eleven patients required invasive mechanical ventilation and were considered to belong to the failed NIMV group. It was observed that the values of PCO2, respiratory rate, and heart rate measured after treatment with NIMV were significantly higher in the group of patients with failed NIMV. RESULTS: The changes in pH and PCO2 measured before and after the decision to initiate NIMV had no statistically significant differences in the patients in whom this type of treatment failed. when considering ventilatory failure in pediatrics, medical judgment is more significant clinically than blood gas analysis. The decision to initiate NIMV or invasive mechanical ventilation should be based on clinical aspects and on the experience of attending physicians. CONCLUSION: Keywords: non-invasive mechanical ventilation, pediatrics. La aplicación de la ventilación mecánica no invasiva (VMNI) en adultos se inició a finales de la década del 80 en pacientes con hipoventilación nocturna, pero su introducción en el paciente pediátrico inició a mediados de los años 90 en Estados Unidos en pacientes con falla respiratoria crónica, demostrando su utilidad en lo que respecta evitar la ventilación mecánica invasiva (VMI), reducir la estancia hospitalaria, disminuir la mortalidad en pacientes con enfermedad pulmonar crónica y en edema pulmonar, y reducir las complicaciones asociadas a la intubación endotraqueal (IET) (1). Este tipo de ventilación se ha utilizado como manejo de primera línea en falla ventilatoria hipercápnica e hipoxémica. Existen numerosas publicaciones en adultos y en esta última década se ha empezado a describir la experiencia en el uso de este tipo de ventilación en la población pediátrica (2). En niños la experiencia se ha concentrado en reportes de series de casos, principalmente 238 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 en falla ventilatoria hipoxémica secundaria a neumonía (3). La ventilación mecánica no invasiva es una modalidad de soporte ventilatorio que permite incrementar la ventilación alveolar, manteniendo las vías respiratorias íntegras. Se caracteriza por no requerir intubación endotraqueal ni uso de traqueostomía, por lo que se evita el riesgo de neumonía asociada a la ventilación mecánica, y disminuyen también las necesidades de sedación. Es una ventilación más fisiológica, menos agresiva, que, en algunas situaciones, permite la la alimentación oral y la interacción del paciente con la familia. La selección adecuada de los pacientes es fundamental para el éxito de la técnica; la VMNI apoya al paciente mientras se realizan otras medidas para mejorar el trabajo respiratorio. La insistencia del empleo de la VMNI en pacientes sin respuesta rápida y clinicamente significativa, implica un retardo en el inicio de la VMI. En este tipo de modalidad ventilatoria el juicio clinicio desempeña un papel crucial, tanto para el inicio de la ventilación como para el retiro de ésta . El objetivo de este trabajo fue evaluar los resultados de la utilización de VMNI en una unidad de cuidado intensivo pediátrico. Materiales y métodos Recolección de los datos Se realizó un estudio descriptivo observacional bidireccional que incluyó todos los niños menores de 15 años ingresados a la UCI pediátrica de la Fundación Valle del Lili (FVL) en el periodo comprendido entre julio 1º. a diciembre 31 de 2012 sometidos a VMNI. De forma prospectiva se recolectaron y registraron de manera organizada en una base de datos diseñada para el estudio, la información relacionada con la caracterización de la población respecto a edad y peso al momento de ingreso a la UCI, género, tipo y causa de VMNI, tiempo de duración de la VMNI, gases arteriales (pH y PCO2), así como frecuencia respiratoria (FR) y frecuencia cardíaca (FC) al inicio de la VMNI. A partir de las historias clínicas se obtuvo información relacionada con gases arteriales (pH y PCO2), frecuencia respiratoria (FR) y frecuencia cardíaca (FC) posterior a la VMNI (entre 2 – 4 horas). Se incluyeron quienes presentaron aumento de la frecuencia respiratoria para su edad, con criterios clínicos gasimétricos para falla respiratoria (pH < 7,35 con PaCO2 > 50). Se excluyeron aquellos con necesidad inmediata de intubación, incapacidad para proteger sus vías respiratorias, requerimiento de VMNI por menos de 4 horas, inestabilidad hemodinámica, uso de fármacos vasoactivos, manejo de secreciones abundante y deficiente y ninguna colaboración por parte del paciente. Criterios de falla de la VMNI Pacientes que en VMNI tuvieron que ser llevados a VMI asociados con la presencia de inminencia de falla respiratoria o arresto cardiaco, apneas recurrentes, inestabilidad hemodinámica, agitación o alteración del estado de conciencia, no cooperación, intolerancia a las interfaces o aumento excesivo de secreciones bronquiales. Análisis estadístico Las variables cuantitativas se resumen como promedio ± DE o mediana, con el respectivo rango intercuartil. La normalidad fue evaluada con la prueba de Shapiro Wilk. Las variables cualitativas se resumen como porcentajes. Se utilizó prueba de Wilcoxon pareada para comparar los parámetros de monitoreo antes y después de la VMNI. Todos los análisis se realizaron con el software STATA 12. Resultados Se seleccionaron 93 pacientes que cumplieron con los criterios de inclusión; la mediana de edad fue 1 año (RIQ: 0,37 – 5), predominó el género femenino (54%) y la mediana del peso fue 8,1 kg (RIQ: 4,9 – 19). Los niños sometidos a VMNI se agruparon según su patología de base en cinco categorías: cardiopatía, trasplante, enfermedades neurológicas, neumonía, cirugía de abdomen y otras causas. La principal patología de base fue la neumonía con 25,8%. Durante el periodo del estudio un total de 449 niños ingresaron a la UCI pediátrica, de los cuales 20,7% se trataron con VMNI, 82 (88,17%) de manera exitosa. Once requirieron VMI y se consideraron dentro del grupo de falla de la VMNI. Se usaron cuatro tipos de modalidad de VMNI: BPAP (37,6%), cánula de alto flujo (6,45%), CPAP de burbuja (51,6%), la modalidad más usada, y ventilador (4,3%). La menor edad y peso al momento del ingreso a la UCI pediátrica al igual que la patología de base fuera cardiopatía o no, fueron tres características que mostraron diferencias en el grupo que presentó falla a VMNI respecto al grupo que no falló. Estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Otras características de los pacientes según falla del tratamiento con VMNI se describen en la tabla 1. Experiencia con ventilación mecánica no invasiva en una unidad de cuidados... Zemanate y cols 239 Tabla 1. Características de los pacientes con o sin falla a VMNI hospitalizados en la UCI pediátrica entre julio – diciembre de 2012 en la Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia. Factor No falla de VMNI (n=82) Género femenino, n (%) Edad años, mediana (RIQ) Rango Falla de VMNI (n=11) Valor de p 47 (57.3) 7 (63.6) 0.75 1.3 (0.42 – 6) 0.17 (0.07 – 1) 0.0014 0.08 – 18 0.04 – 4 9.65 (5.1 – 20) 3.9 (3.2 – 7) 2.6 – 60 3.1 – 20 Cardiopatía, n (%) 14 (17) 7 (63.6) 0.002 SNC, n (%) 8 (9.76) 3 (27.2) 0.120 Trasplante, n (%) 17 (20.7) 0 0.206 Cirugía de abdomen, n (%) 11 (13.4) 0 0.350 23 (28) 1 (9) 0.278 22 (10 – 67) 24 (12 – 78) 0.4561 4 – 204 6 – 120 Peso kg, mediana (RIQ) Rango Neumonía, n (%) Tiempo en VMNI horas, mediana (RIQ) Rango La tabla 2 muestra los signos vitales y los gases arteriales tenidos en cuenta para el estudio. Se observa que tres parámetros medidos post tratamiento con VMNI, PCO2, FR y FC fueron significativamente mayores en el grupo de pacientes que fallaron al tratamiento con VMNI. Al realizar un análisis de los parámetros descritos en la tabla 3, 0.0049 los cuales se midieron antes y después del tratamiento con VMNI, se nota mejoría de los mismos en el grupo que no presentó falla a VMNI, mientras que no ocurrió lo mismo en el grupo en el que falló el tratamiento a VMNI. Esta observación se muestra gráficamente en las figuras 1 y 2, específicamente para frecuencia respiratoria y PCO2. Tabla 2. Gases arteriales y signos vitales de los pacientes con o sin falla a VMNI. Factor No falla de VMNI (n=82) pH inicio, mediana (RIQ) Rango pH post, mediana (RIQ) Falla de VMNI (n=11) Valor de p 7,34 (7,30 – 7,38) 7,33 (7,30 – 7,43) 0,779 7,09 – 7,47 7,28 – 7,45 7,35 (7,30 – 7,39) 7,31 (7,28 – 7,39) 0,324 44 (38,4 – 51,2) 49 (41 – 55) 0,220 Rango PCO2_inicio, mediana (RIQ) Rango 27 – 75 34 – 63 40 (36,5 – 45) 55 (41 – 59) Promedio ±DE (rango) 41,2 ± 7,2 (27 – 60) 52,6 ± 14 (33 – 77) 0,0001 FR inicio, promedio ±DE (rango) 42,69 ± 14 (18 – 82) 48 ± 14 (25 – 79) 0,185 FR post, promedio ±DE (rango) 36,4 ± 10 (16 – 70) 44 ± 14 (18 – 70) 0,025 124 (108 – 141) 145 (123 – 160) 125,4 ± 25 (78 -190) 142 ± 22,6 (113 – 183) 0,04 116 (92 – 135) 145 (114 – 155) 0,0011 124 (108,5 – 141,25) 145 (123 – 160) PCO2_post, mediana (RIQ) FC inicio, mediana (RIQ) Promedio ±DE (rango) FC después, mediana (RIQ) Promedio ±DE (rango) PCO2 en mm Hg. FR= frecuencia respiratoria (respiraciones/min). FC= frecuencia cardíaca (palpitaciones/min). 240 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 3. Gases arteriales y signos vitales antes y después de la VMNI en los pacientes con o sin falla a VMNI hospitalizados en la UCI pediátrica entre julio – diciembre de 2012 en la Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia. Factor Antes de VMNI Después de VMNI Valor de p 7,34 (7,30 – 7,38) 7,35 (7,30 – 7,39) 0,01 44 (38,4 – 51,2) 40 (36,5 – 45) 0,0001 42,69 ± 14 (18 – 82) 36,4 ± 10 (16 – 70) 0,0000 124 (108 – 141) 116 (92 – 135) 0,0000 7,33 (7,30 – 7,43) 7,31 (7,28 – 7,39) 0,373 49 (41 – 55) 55 (41 – 59) 0,624 48 ± 14 (25 – 79) 44±14 (18 – 70) 0,197 145 (123 – 160) 145 (114 – 155) 0,422 No falla VMNI, n=82 pH, mediana (RIQ) CO2_inicio, mediana (RIQ) FR antes, promedio ± DE (Rango) FC antes, mediana (RIQ) Falla de VMNI, n=11 pH, mediana (RIQ) CO2_inicio, mediana (RIQ) FR antes, promedio ± DE (rango) FC antes, mediana (RIQ) Figura 1. Cambio del promedio en la frecuencia respiratoria con sus respectivos IC [95%], antes y después de VMNI en los pacientes que no presentaron falla (p<0,0001) y aquellos que fallaron a VMNI (p=0,197). Figura 2. Cambio de la mediana en la PCO2 con sus respectivos IC [95%], antes y después de VMNI en los pacientes que no presentaron falla (p<0,0001) y aquellos que fallaron a VMNI (p=0,624). Experiencia con ventilación mecánica no invasiva en una unidad de cuidados... Zemanate y cols 241 Dos pacientes fallecieron por complicaciones atribuidas a su enfermedad de base, uno por cardiopatía congénita compleja (posquirúrgico híbrido) y un lactante por falla orgánica múltiple secundaria a sepsis. Discusión Los síndromes de dificultad respiratoria son frecuentes en los niños y la principal razón para la admisión a salas de emergencia y UCI pediátrica (4). Aunque la mayoría de los casos son benignos y autolimitados, y no requieren intervención, algunos necesitan un mayor nivel de asistencia respiratoria. La VMI es una intervención crítica en muchos casos de insuficiencia respiratoria aguda (IRA). Al proporcionar asistencia respiratoria sin IET, la ventilación no invasiva con presión positiva (VPPN) en pacientes adecuadamente seleccionados, es una alternativa para evitar una IET. Es más seguro que la VMI ya que minimiza la mayoría de las complicaciones asociadas con el IET, incluyendo trauma de vía aérea superior, inflamación laríngea, disfunción de cuerda vocal e infecciones nosocomiales, sobre todo neumonías asociadas a la ventilación mecánica. La VPPN se refiere a la presión positiva continua en vía la aérea (CPAP) o la asistencia respiratoria con dos niveles, incluyendo la presión de aire positiva espiratoria (EPAP) y la presión de aire positiva inspiratoria (IPAP); es decir, la presión de aire positiva bifásica, entregada a través de sondas nasales, mascarillas o las diferentes interfaces disponibles. Aunque no hay pruebas de alto nivel de evidencia en la literatura para apoyar el uso de la VMNI en el tratamiento de la IRA debida a diferentes causas, las series de casos constituyen la mayoría de los conocimientos disponibles en este grupo de edad. El uso temprano de VMNI es eficaz para mejorar o revertir los cuadros de dificultad respiratoria en Pediatría en pacientes con factores de riesgo como cardiopatías congénitas y bajo peso. La serie del estudio aplicó VMNI a niños con neumonia como primera causa (25,8%) seguidos de cardiopatías congénitas (22,5%); la edad y el peso del 242 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 grupo de estudio se correlaciona con lo descrito en la literatura donde se reporta que se usa VMNI con más frecuencia en pacientes menores de un año y de bajo peso (5). El reconocimiento precoz y el tratamiento de los pacientes pediátricos con riesgo o insuficiencia respiratoria, modifica favorablemente el curso y pronóstico de estos pacientes (6). En los ultimos años se ha incrementado el uso de VMNI en Cali, Colombia, producto de los resultados favorables obtenidos y de la optimización de la técnica de aplicación, lo que ha permitido ganar mayor experiencia para definir el tipo de pacientes a quienes se les aplica, la modalidad a utilizar y la interface que es aquella con la que el paciente se sienta más cómodo. Cuando la causa del incremento en el trabajo respiratorio es reversible, el tratamiento médico se orienta a maximizar la función pulmonar y revertir la causa desencadenante, mientras que el objetivo de la asistencia respiratoria es “ganar tiempo” mediante la descarga de los músculos respiratorios, aumentando la ventilación y por tanto reduciendo la disnea y la frecuencia respiratoria, lo que produce mejoría en el intercambio de gases. Dos estudios enfocados a la fisiología de la VMNI demostraron efectos beneficiosos en niños con IRA (7, 8). La tasa éxito de la VMNI en el estudio que se publica fue alta y superior a la descrita por otros autores (88,17%) (10). Al considerar falla ventilatoria en Pediatría es más relevante clínicamente el criterio médico que el análisis gasimétrico de los pacientes. La decisión de ingreso o no a la VMNI como la VMI, debe basarse en los aspectos clínicos y la experiencia de los médicos tratantes. Este estudio está de acuerdo con esta afirmación ya que muestra que los cambios en pH y PCO2 tomados antes y después de la decisión del inicio de la VMNI, no tienen diferencias estadísticamente significativas en los pacientes que fallaron esta modalidad. Los signos vitales analizados en este estudio antes y después del uso de VMNI, frecuencia cardiaca y frecuencia respiratoria, mostraron mejoría con una diferencia estadísticamente significativa en los pacientes que no fallaron a VMNI; se encontró, además, que estos dos parámetros no mejoraron en quienes falló la VMNI. na y realizar intubación orotraqueal. Se necesitan estudios prospectivos con un mayor seguimiento que permitan confirmar el beneficio de la VMNI en niños con cardiopatías congénitas, menores de un año y con bajo peso. Igualmente, la mayoría de pacientes que fueron intubados requirieron este procedimiento dentro de las primeras 24 horas después de la aplicación de la VMNI, situación acorde con la literatura y que además hace énfasis en que el uso de la VMNI no debe retrasar la VMI cuando ésta sea necesaria. Los pacientes con trasplante de hígado fueron ingresados a VMNI posterior a la extubación programada; éstos tienen una sumatoria de factores de riesgo: los propios de una cirugía abdominal mayor más la disminución de la capacidad respiratoria de tipo restrictivo, paresia diafragmática y malnutrición (12). Ninguno de estos pacientes presentó falla a la VMNI en este estudio. Bibliografía 1. Javouhey E, Barats A, Richard N, Stamm D, Floret D. Noninvasive ventilation as primary ventilatory support for infants with severe bronchiolitis. Intensive Care Medicine. 2008; 34 (9): 1608–14. 2. Essouri S, Chevret L, Durand P, Haas V, Fauroux B, Devictor D. 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Los resultados sugieren que se puede considerar la utilización de la VMNI como la primera línea de intervención en niños con factores de riesgo importantes por sus patologías de base, como neumonía adquirida en la comunidad. Es relevante considerar el criterio clínico para determinar el ingreso a VMNI o en su defecto para tomar una decisión oportu- 8. Essouri S, Durand P, Chevret L, Haas V, Perot C, Clement A, Devictor D. Physiological effects of noninvasive positive ventilation during acute moderate hypercapnic respiratory insufficiency in children. Intensive Care Med. 2008; 38: 2248–55. 9. Gupta P, Kuperstock JE, Hashmi S et al. Efficacy and predictors of success of noninvasive ventilation for prevention of extubation failure in critically ill children with heart disease. Pediatr Cardiol. 2013 Apr;34 (4):964-77 10.Carroll L. Noninvasive Ventilation for the Treatment of Acute Lower Respiratory Tract Diseases in Children. Clinical Pediatric Emergency Medicine. 2009;10:90–4. 11. 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Diseño de casos incidentes. institución de IV nivel. mayores de 18 años, con diagnóstico confirmado de isquemia mesentérica aguda desde enero de 2005 hasta mayo de 2013. Pacientes: Mediciones y principales resultados: se incluyeron en total 71 pacientes. La mortalidad encontrada fue del 62% (44). Los factores de riesgo asociados a mortalidad estadísticamente significativos en el análisis bivariado fueron: edad ≥ 67 años, hipertensión arterial, arritmia y/o choque al ingreso, elevación de BUN ≥ 24 mg/dL al ingreso y tiempo de tratamiento de más de 16 horas. El análisis multivariado reportó como factores de riesgo independientes: edad avanzada ≥67 años OR de 2,6 (95% IC 0,5 – 11,4 p = 0,201), BUN elevado al ingreso ≥24 mg/dL OR 6,51 (95% IC 1,65 - 25,5 p=0,007), choque al ingreso OR de 9,76 IC (95% 2,12 – 44,9 p = 0,003) y por último, la ausencia de resección intestinal OR de 10,5 (95% IC 2,04 – 54,89 p= 0,005). la mortalidad por isquemia mesentérica aguda en Colombia es elevada y los factores encontrados asociados a ésta pueden ayudar a identificar pacientes de más alto riesgo para justificar intervenciones diagnósticas y terapéuticas más agresivas en un intento por disminuirla. Conclusión: (1) Médico Fellow de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos Universidad de La Sabana, Fundación Clínica Shaio. (2) Médico Residente de 4 año de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos Universidad de La Sabana, Fundación Clínica Shaio. (3) Médico Internista, Cardiólogo e Intensivista. Fundación Clínica Shaio. (4) Médico Anestesiólogo, Intensivista y Epidemiólogo. Hospital Militar. Universidad de La Sabana. Correspondencia: katherineangelicadiaz@ hotmail.com harvey_12@hotmail.com Recibido: 25/09/2013. Aceptado: 08/10/2013. 244 isquemia mesentérica aguda, factores de riesgo asociados a mortalidad, mortalidad. Palabras clave: Determinants of mortality in patients with acute mesenteric ischemia at a fourth-level institution: an 8-year analysis Abstract Objective: to identify risk factors associated with mortality in patients with acute mesenteric ischemia. Design: observational. Longitudinal. Incident case design. Site: fourth-level institution. patients older than 18 years with confirmed diagnosis of acute mesenteric ischemia over the period from January 2005 to May 2013. Patients: Measurements and Main Results: a total number of 71 patients were enrolled. The mortality was 62% (44). The risk factors found to have a statistically significant association with mortality on bivariate analysis were age ≥ 67 years, high blood pressure, arrhythmia or shock on admission, increased BUN ≥ 24 mg/dl on admission, and treatment lasting more than 16 hours. The independent risk factors reported by multivariate analysis were: advanced age ≥67 years OR 2,6 (95% CI 0,5 – 11,4 P = 0,201), increased BUN on admission ≥24 mg/dl OR 6,51 (95% CI 1,65 -. 25,5 P=0,007), shock on admission OR 9,76 CI (95% 2,12 – 44,9 P= 0,003), and finally the absence of intestinal resection OR 10,5 (95% CI 2,04 – 54,89 P= 0,005). mong us, the mortality of acute mesenteric ischemia is high, and the risk factors associated with mortality that were found can help us to identify the patients at higher risk, in order to justify more aggressive diagnostic and therapeutic interventions aimed at reducing this mortality. Conclusion: Keywords: acute mesenteric ischemia, mortality risk factors, mortality. Introducción La isquemia mesentérica aguda representa una emergencia quirúrgica, debido al marcado impacto que puede generar en la población afectada por esta patología. Debido a esto, dicha entidad aún sigue siendo un problema frustrante para el personal de la salud. La incidencia de isquemia mesentérica, tal como lo muestran diferentes series, ha aumentado en los últimos veinte años, hecho que posiblemente obedece a la mayor expectativa de vida (1); igualmente se ha incrementado el índice de sospecha de los síndromes isquémicos, y en consecuencia se han desarrollado diferentes métodos diagnósticos y terapéuticos, con lo cual se ha logrado elevar el número de casos diagnosticados con esta patología, lamentablemente sin variación en la mortalidad, la cual persiste en rangos que fluctúan entre el 30% y el 65% (15). Otro tópico relevante es el impacto que logra generar dicha patología tanto en los costos al sistema de salud, como en las discapacidades que genera (2). La alta letalidad de la isquemia mesentérica aguda se relaciona con diagnóstico y tratamiento tardíos, de ahí que la identificación oportuna de factores de riesgo asociados a mal pronóstico y el diagnóstico temprano de esta entidad puedan impactar de manera positiva en la mortalidad. La concepción antigua de que la isquemia mesentérica era una entidad catastrófica y que su diagnóstico significaba invariablemente la muerte, debe hacer parte del pasado; el enfoque adecuado y oportuno, el uso de herramientas para diagnóstico temprano como angio-TAC multicorte y la identificación de factores de riesgo de mal desenlace, harán que la mortalidad que se le atribuye a esta entidad disminuya considerablemente en nuestro medio, al igual que lo ha hecho en el resto del mundo (30-32), en donde la mortalidad de pacientes intervenidos quirúrgicamente ha descendido hasta el 30% (28). Ante este panorama, es responsabilidad del personal de salud, cambiar el curso de esta enfermedad entendiendo que para estos pacientes el tiempo es oro. Materiales y métodos Se realizó un estudio observacional, longitudinal, retrospectivo de casos incidentes, de pacientes que ingresaron en la Fundación Clínica Shaio de Bogotá, entre el 1o. de enero de 2005 hasta el Determinantes de la mortalidad en pacientes con isquemia mesentérica... Díaz y cols 245 31 de mayo de 2013. Se incluyeron pacientes adultos con diagnóstico confirmado (por angiografía, tomografía o hallazgos intraoperatorios) de isquemia mesentérica aguda. Para la identificación de los casos se realizó una búsqueda en la base de datos sistematizada de la institución, con los códigos diagnósticos CIE-10 correspondientes a esta patología: K550 – K551 – K558 – K 559 – K 638 – K 639 y posteriormente se realizó una revisión de las historias, tanto en medio físico como electrónico, para su posterior selección y tabulación en el instrumento de recolección de los datos (figura 1). Los datos fueron procesados con el paquete estadístico STATA versión 12.0. Resultados Desde enero de 2005 hasta mayo de 2013, un total de 176 pacientes fueron identificados del archivo sistematizado de historias clínicas de la institución, de los cuales se excluyeron dos por ser menores de 18 años, 76 por diagnósticos distintos al de isquemia mesentérica aguda (49 por necrosis intestinal por obstrucción, 17 por trombosis venosa profunda, 2 por tromboembolismo pulmonar, 7 por enfermedad oclusiva crónica de miembros inferiores, 1 por sarcoma aórtico con extensión a vasos mesentéricos). De los 98 pacientes restantes se excluyeron 18 debido a que no se confirmó el diagnóstico de isquemia mesentérica aguda, para 80 pacientes, de los cuales 9 no tenían sus paraclínicos completos, para un total final de 71 pacientes para el análisis, lo que arroja solamente una pérdida de 9 correspondiente al 5% de la muestra. De los 71 pacientes, la media de edad fue de 72 años, la desviación estándar de 13,1 años y el rango intercuartílico de 65 a 83 años y el 49% (35) era de género masculino. La incidencia de mortalidad global de los pacientes con isquemia mesentérica aguda fue del 62%. El 83% (59) de los casos con isquemia mesentérica aguda tuvo dolor abdominal y el 52% (37) vómito; el 24% (20) tenía diarrea. 176 pacientes - 2 por ser menores de 18 años = 174 76 excluidos por otros diagnósticos, 49 necrosis intestinales x obstrucción TVP 17, TEP 2, enfernedad arterial oclusiva MMII 7, sarcoma aórtico 1 98 pacientes 18 pacientes con IMA no confirmada 80 pacientes 9 pacientes sin paraclínicos completos 71 pacientes para análisis Figura 1. Flujograma de selección de pacientes para el estudio. 246 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 1. Datos sociodemográficos. Variable Vivos Muertos Edad > 67 13 39 Hombres 15 20 Mujeres 12 24 14 (52) 35 (79) Tabaquismo 9 (33) 7 (16) Dislipidemia 3 (11) 8 (18) Trombofilia 7 (26) 2 (5) 1 (4) 5 (11) Enfermedad coronaria 4 (15) 12 (27) Fibrilación auricular 4 (15) 11 (25) Enfermedad vascular periférica 2 (7) 7 (16) Diabetes mellitus 2 (7) 13 (30) ERC 2 (7) 9 (20) Hemodiálisis 1 (4) 3 (7) EPOC 3 (11) 12 (27) Arritmia al ingreso 3 (11) 19 (43) Choque al ingreso 3 (11) 20 (45) Resección intestinal 21 (78) 17 (39) BUN > 24 10 (37) 35 (80) Tiempo de tratamiento mayor a 16 horas 12 (44) 25 (81) Hipertensión arterial ECV Figura 2. Distribución etárea de 71 pacientes con isquemia mesentérica aguda. Figura 3. Síntomas de isquemia mesentérica aguda. Sólo en el 62% (44) de los pacientes se encontró el tipo de isquemia mesentérica aguda en la historia clínica, bien fuera por hallazgos de imágenes o por hallazgos intraoperatorios, pero en los casos en los que no se pudo establecer este tipo de isquemia, se debió a que el cirujano no realizó el registro del tipo de isquemia encontrado en la descripción quirúrgica. Únicamente en 44 pacientes se estableció el tipo de isquemia, de los cuales 5 tenían isquemia mesentérica aguda tipo arterial embólica, con una sobrevida a 30 días del 20%, 14 pacientes una de tipo arterial trombótica con una sobrevida a 30 días o al alta de 14%, 25 una del tipo trombosis venosa con una sobrevida a 30 días del 72% y sólo un paciente con una de tipo no oclusiva, quien falleció durante su estancia hospitalaria, con lo que se confirmó que la Figura 4. Mortalidad a treinta días o al alta en pacientes según el tipo de isquemia mesentérica. Determinantes de la mortalidad en pacientes con isquemia mesentérica... Díaz y cols 247 mortalidad es mayor si la etiología de la isquemia es arterial trombótica. El tiempo promedio de diagnóstico fue de 26 horas y el tiempo promedio de tratamiento fue de 27 horas. Análisis bivariado La edad mayor de 67 años al igual que la presencia de arritmia al ingreso se asoció de manera significativa con mayor mortalidad. De los pacientes fallecidos el 45% (20) presentó choque al ingreso, lo cual fue estadísticamente significativo (p ≤ 0,003). Al 78% de los pacientes vivos (21) se les había realizado resección intestinal, mientras que al 39% (17) de los fallecidos, se les había hecho resección intestinal, lo cual fue estadísticamente significativo, p = 0,001, lo cual sugiere que la resección intestinal es un factor protector para la mortalidad. De los pacientes fallecidos, el 80% (38) tenía nitrógeno ureico en sangre mayor o igual a 24, mientras que el 37% (10) de los sobrevivientes tuvieron uno mayor o igual a 24, lo cual fue estadísticamente significativo (p = 0,008), lo cual indica que la elevación de BUN debe considerarse como un factor predictor de severidad. De los pacientes fallecidos, el 88% (38) tuvo un tiempo de tratamiento mayor a 16 horas, mientras que en los sobrevivientes el 44% (12) tuvo un tiempo de tratamiento de más de 16 horas, lo cual fue estadísticamente significativo (p = 0,004). En el análisis multivariado el tiempo de tratamiento no fue estadísticamente significativo, posiblemente debido a que en un número importante de pacientes, en especial en aquellos cuyo diagnóstico fue tardío, no se ofreció un manejo con intención terapéutica, tal vez por considerarse no beneficioso para ellos; de igual forma, se considera que esta variable fue confundida por otros factores lo cual puede explicar la no significancia estadística. Discusión La isquemia mesentérica aguda es un estado súbito de hipoperfusión en el que el aporte circulatorio es superado por los requerimientos metabólicos y energéticos intestinales como resultado de oclusión, vasoespasmo o reducción de la circulación mesentérica. Esta entidad aún continúa teniendo una alta mortalidad a pesar de los avances diagnósticos y terapéuticos actuales, muy posiblemente debido al diagnóstico y tratamiento tardíos debido al bajo índice de sospecha del médico y en ocasiones a causa de la consulta retardada. En el estudio que se expone se halló una incidencia de mortalidad del 62%, mientras que en el de Chang (31) ésta fue del 50%, en un estudio español (32) del 65% y en un estudio más reciente (30), del 55%. El nitrógeno ureico en sangre elevado al ingreso (24 mg/dL o más), se asoció con mayor mortalidad (OR 6,51; IC 95%; 1,65 - 25,5 p = 0,007). La incidencia de isquemia mesentérica aguda se incrementa de manera significativa con la edad (10); en la literatura se describe que el rango de edad con mayor incidencia está entre los 70 y los 79 años. En la población objeto de este estudio, la edad media de presentación fue de 72 años con una desviación estándar de 13 años; en la medida que la edad del paciente críticamente enfermo siga siendo mayor es muy posible que el médico se enfrente con esta entidad de una manera cada vez más frecuente. Así mismo, el choque al ingreso se relacionó con mayor riesgo de mortalidad (OR de 9,766; IC 95% 2,12 – 44,9 p = 0,003). Por último se encontró que la ausencia de resección intestinal en estos pacientes se asoció con mayor mortalidad (OR 10,5; IC 95%, 2,04 – 54,89 p = 0,005) La presentación clásica de la isquemia mesentérica aguda es el dolor desproporcionado al del examen físico; en el grupo de pacientes estudiados la frecuencia de los principales síntomas al momento de la consulta fue: dolor abdominal: 83%, vómito: 52% y diarrea: 24%, muy similar Análisis multivariado Después del ajuste de variables se encontró que en los pacientes de edad avanzada, 67 años o más, incrementó el riesgo de mortalidad (OR de 2,6 IC 95%; 0,5 – 11,4, p = 0,201). 248 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 2. Análisis bivariado. Variable Edad ≥ 67 Edad < 67 Género Masculino n (%) Femenino n (%) Hipertensión arterial Si n (%) No n (%) Tabaquismo Si n (%) No n (%) Dislipidemia Si n (%) No n (%) ECV Si n (%) No n (%) Enfermedad coronaria Si n (%) No n (%) FA Si n (%) No n (%) Enfermedad vascular periférica Si n (%) No n (%) Diabetes mellitus Si n (%) No n (%) ERC Si n (%) No n (%) Hemodiálisis Si n (%) No n (%) EPOC Si n (%) No n (%) Arritmia Si n (%) No n (%) Choque Si n (%) No n (%) Resección Si n (%) No n (%) BUN ≥ 24 Si n (%) No n (%) Tiempo de tratamiento > 16 h Si n (%) No n (%) Vivos n = 27(38%) 13 14 Muertos n = 44 (62%) 39 5 Valor de p 15 12 20 24 0,683 14 (52) 13 (48) 35 (79) 9 (21) 0,014 9 (33) 18 (67) 7 (16) 37 (84) 0,088 3 (11) 24 (89) 8 (18) 36 (82) 0,424 1 (4) 26 (96) 5 (11) 39 (89) 0,260 4 (15) 23 (85) 12 (27) 32 (73) 0,223 4 (15) 23 (85) 11 (25) 33 (75) 0,307 2 (7) 25 (93) 7 (16) 37 (84) 0,296 2 (7) 25 (93) 13 (30) 31 (70) 0,027 2 (7) 25 (93) 9 (20) 35 (80) 0,140 1 (4) 26 (96) 3 (7) 41 (93) 0,581 3 (11) 24 (89) 12 (27) 32 (73) 0,105 3 (11) 24 (89) 19 (43) 25 (57) 0,005 3 (11) 24 (89) 20 (45) 24 (55) 0,003 21 (78) 6 (22) 17 (39) 27 (61) 0,001 10 (37) 17 (63) 35 (80) 9 (20) 0,008 12 (44) 15 (56) 25 (81) 6 (19) 0,004 0,01 Determinantes de la mortalidad en pacientes con isquemia mesentérica... Díaz y cols 249 Tabla 3. Análisis multivariado. Muerte OR IC 95% p Edad > 67 2,6 0,59 – 11 0,201 Bun > 24 6.5 1,66 – 25,59 0,007 Choque 9,76 2,12 – 44,9 0,003 No resección 10,5 2,04 – 54,8 0,005 a lo encontrado en la literatura en donde los síntomas más comunes fueron dolor, náuseas y vómito, hematoquezia y diarrea (19, 29) sin desconocer que en muchos casos las presentaciones son atípicas y los síntomas van desde el estreñimiento, hasta la hematemesis. El tiempo promedio de diagnóstico fue de 26 horas desde el inicio de los síntomas; se encontró, además, que el tiempo de tratamiento (después de 16 horas de inicio de los síntomas) ya es un factor de riesgo asociado a mortalidad, sin embargo, significativo únicamente en el análisis bivariado y no en el análisis multivariado, pero consistente con los hallazgos de Kougias Lau (38) quien 2007, con 72 pacientes, determinó que el tratamiento quirúrgico realizado después de doce horas del inicio de los síntomas, era un factor asociado a mortalidad con un RR de 4,62. En el análisis bivariado los factores asociados a mortalidad fueron: edad, antecedentes de hipertensión arterial, antecedente de trombofilia, arritmia al ingreso, choque al ingreso, ausencia de resección intestinal, elevación del nitrógeno ureico y tiempo prolongado de tratamiento; finalmente, en el análisis multivariado los factores independientemente asociados a mortalidad fueron los siguientes: • Edad avanzada (67 o más años) de acuerdo con los hallazgos de la mayoría de autores, Chang (31) encontró que la mortalidad se incrementaba en pacientes mayores de 65 años, Kougias (29) encontró un punto de corte de 70 años con un OR de 3,64, y Newton (28) y Ritz (19) reportan hallazgos similares. 250 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 • Nitrógeno ureico en sangre (BUN) elevado al ingreso, consistente con los resultados obtenidos por Huang (31) y Acosta (32). • Choque al ingreso. Newon y Sagransky (28) encontraron en un estudio de 142 pacientes que la presencia de choque era un factor de riesgo asociado a mortalidad con un OR de 3,1. Haga (36) determinó que el choque se asociaba de manera independiente a mortalidad con un OR de 11; hallazgos similares presentó Alham (30) en su estudio. En el estudio que se expone, la presencia de choque tuvo un OR de 9,76. • La no resección intestinal se encontró como un factor de riesgo independiente para mortalidad. Limitaciones del estudio Dada la relativa baja incidencia de isquemia mesentérica aguda y la exclusión de un número importante de pacientes en quienes no se diagnosticó esta entidad, y por haberse codificado en la base de datos la necrosis intestinal secundaria a obstrucción intestinal como isquemia mesentérica primaria, no se logró recolectar el número de pacientes propuestos inicialmente. El hecho de que el cirujano no registrara en todos los casos en la descripción quirúrgica el tipo de isquemia presentado, nos impide desarrollar el objetivo de correlacionar de una manera más rigurosa el tipo de isquemia mesentérica aguda con mortalidad. El tipo de diseño del estudio no permite precisar en qué momento comienzan a alterarse las variables; igualmente, no puede determinarse si la alteración es causa o consecuencia de la patología analizada, por lo cual se requieren nuevos estudios de tipo analítico-prospectivos a fin de confirmar estos hallazgos. Dado que la toma de los datos fue retrospectiva, la disponibilidad adecuada de historias clínicas en medio físico y electrónico para el estudio, data del año 2005; por tanto sólo se pudo realizar el análisis de los últimos ocho años y no de los últimos diez años como se propuso inicialmente. Conclusiones Teniendo en cuenta que la isquemia mesentérica aguda es una entidad con elevada morbimortalidad, es imperativo optimizar su tratamiento, tener alto índice de sospecha, no escatimar recursos tecnológicos diagnósticos para llegar a una confirmación diagnóstica temprana y por ende acortar el tiempo de manejo, identificando de manera oportuna los factores de riesgo para un mal desenlace (edad avanzada, nitrógeno ureico elevado, choque al ingreso), con el objetivo de intervenir de manera más agresiva a quienes la padecen. Bibliografía 1. Brandt L, Boley S, Goldberg L, et al. Colitis in the elderly. Am J Gastroenterol. 1981; 76: 239-45. 2. Ruotolo RA, Evan SR. Mesenteric ischemia in the elderly. Clin Geriatr Med. 1999; 15: 527-57. 3. Inderbitzi R, Wagner HE, Seiler C, et al. Acute mesenteric ischemia. Eur J Surg. 1992; 158: 123-6. 4. Angelelli G, Scardapane A, Memeo M, et al. Acute bowel ischemia: CT findings. Eur J Radiol. 2004; 50: 37-47. 5. 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Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos que requirieron terapia de reemplazo renal continua en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Pablo Tobón Uribe Byron Enrique Piñeres Olave(1); Lina María Serna Higuita(2); Luisa Fernanda Rojas Rosas(3); Jhon Jairo Zuleta Tobón(4); Carolina Lucía Ochoa García(2) Resumen este artículo reporta características demográficas, factores relacionados con mortalidad y sobrevida en veinte pacientes pediátricos de una unidad de cuidado intensivo pediátrico que recibieron terapia de reemplazo renal continua. INTRODUCCIÓN: METODOLOGÍA: estudio retrospectivo descriptivo. la mortalidad fue del 75%; la sobrevida fue mayor cuando la terapia de reemplazo renal continua se inició de forma más temprana (menor tiempo de estancia en la unidad de cuidado intensivo pediátrico) 6 días vs. 3 días en no sobrevivientes vs. sobrevivientes respectivamente. No se encontraron diferencias significativas en sobrecarga hídrica y patología de base; de las cuales la más frecuente fue la sepsis, seguida por la enfermedad renal, entre los dos grupos (sobrevivientes vs. no sobrevivientes). La indicación más frecuente para el inicio de la terapia fue la sobrecarga hídrica (55%), seguido por sobrecarga hídrica más alteración metabólica. RESULTADOS: la terapia de reemplazo renal continua puede usarse en una amplia variedad de pacientes, cuya sobrevida es mayor cuando se inicia de manera temprana, buscando minimizar sobrecarga hídrica y deterioro clínico como lo es la disfunción orgánica múltiple. Trabajos como este sugieren oportunidades para definir mejores prácticas en nuestra población y el desarrollo de futuros estudios. CONCLUSIÓN: Palabras clave: hemodiálisis, hemofiltración, terapia de reemplazo renal, lesión renal aguda. (1) Especialista en Medicina Crítica y Cuidados Intensivos Pediátricos, Hospital Pablo Tobón Uribe. (2) Especialista en Nefrología Pediátrica, Hospital Pablo Tobón Uribe. (3) Especialista en Nefrología Pediátrica, Universidad de Antioquia. (4) Epidemiólogo Clínico, Hospital Pablo Tobón Uribe. Correspondencia: lm.serna@hotmail.com, drbepo@hotmail.com Recibido: 28/07/2013. Aceptado: 08/10/2013. Clinical outcomes of critically ill pediatric patients who required continuous renal replacement therapy at the pediatric intensive care unit of Hospital Pablo Tobón Uribe Abstract this article reports the demographic characteristics and the risk factors related with mortality and survival of 20 pediatric patients of a Pediatric Intensive Care Unit (PICU) who received Continuos Renal Replacement Therapy (CRRT). INTRODUCTION: Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos... Piñeres y cols 253 METHODOLOGY: descriptive retrospective study. the mortality rate was 75%; the survival rate was higher when CRRT was initiated earlier (shorter PICU stay): 6 days vs. 3 days in non-survivors and survivors, respectively. No statistically significant differences were found with regard to fluid overload and underlying pathological conditions, of which the most common was sepsis, followed by kidney disease, between the two groups (survivors vs. nonsurvivors). The most common indication for CRRT was fluid overload (55%), followed by fluid overload plus metabolic derangement. RESULTS: CRRT can be used in a wide variety of patients, the survival rates of whom are higher when it is initiated early, in order to minimize fluid overload and clinical deterioration, such as multiple organ failure. Studies such as this suggest opportunities for defining better practices in our population and the development of further research. CONCLUSION: Keywords: hemodialysis, hemofiltration, renal replacement therapy, acute kidney injury. Introducción La injuria renal aguda (IRA) en el paciente críticamente enfermo se asocia frecuentemente a inestabilidad hemodinámica, lo que dificulta la utilización de terapias dialíticas convencionales, como la hemodiálisis intermitente (HDI) (1); esto ha llevado a la búsqueda de otras modalidades de tratamiento, entre ellas la terapias de reemplazo renal continua (TRRC). Hasta finales de los años 80, las posibilidades de terapias de reemplazo renal (TRR) disponibles en el paciente pediátrico eran a diálisis peritoneal (DP) (2) y la HDI; en los 80, Ronco publicó su experiencia de TRRC en cuatro neonatos (3); posterior a esto se han hecho importantes avances en su automatización y exactitud convirtiéndose en la terapia de elección en el paciente críticamente enfermo (4, 5). La TRRC, permite una remoción programada de fluidos, solutos, toxinas y mediadores inflamatorios con una mejor tolerancia hemodinámica (6); siendo ideal en el paciente pediátrico crítico con IRA (5). Comparado con adultos, menor proporción de pacientes pediátricos requiere TRRC como parte del soporte crítico (7), lo cual se ve reflejado en el escaso número de estudios realizados y en los tamaños de muestra pequeños. La extrapolación de los resultados de estudios en adultos a la población pediátrica es inapropiada dadas 254 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 las diferencias que existen en edad, peso y comorbilidades. Se requiere información específica proveniente de la población pediátrica para guiar una TRRC efectiva y segura en el paciente críticamente enfermo con IRA (8). En Estados Unidos un seguimiento a cuatro años reportó un incremento del 18% al 36% en el número de instituciones que escogen la TRRC como modalidad de elección en el tratamiento de niños con IRA (9). Para enero de 2012 de las 115 Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico (UCIP) registradas ante el Ministerio de la Protección Social colombiano, únicamente 20 (17%) contaban con la tecnología de TRRC, incluido entre ellas el Hospital Pablo Tobón Uribe (10). En la actualidad existe gran controversia respecto a la modalidad de la terapia a usar, la dosis adecuada, el tipo de anticoagulación y el tiempo ideal de inicio (9). En el afán de resolver algunas inquietudes, este estudio se trazó como objetivo describir la experiencia en TRRC en la población pediátrica de la UCIP del Hospital Pablo Tobón Uribe (Medellín-Colombia). Materiales y métodos Estudio descriptivo retrospectivo en el que se evaluaron las historias clínicas de los pacientes pediátricos que recibieron TRRC entre enero de 2010 y marzo de 2013 en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Pablo Tobón Uribe (Medellín-Colombia). Se incluyeron todos los pacientes menores de 15 años, independiente de la indicación o el diagnóstico. Se recolectaron variables demográficas como edad, sexo, peso, indicación de la TRRC (sobrecarga hídrica, trastorno metabólico como azoemia, hiperkalemia u otras alteraciones electrolíticas), uso de diuréticos, uso de soporte vasoactivo, ventilación mecánica, días comprendidos entre el inicio de la TRRC y la presencia de injuria renal o alguna indicación de diálisis, sobrecarga hídrica al momento de iniciar la TRRC, y mortalidad. Se recolectaron datos relacionados con la técnica de la terapia y la prescripción como: modalidad de terapia (terapia de ultrafiltración lenta continua –SCUF-, hemofiltración venovenosa continua -HVVC-, hemodiálisis venovenosa continua -HDVVC- y hemodiafiltración venovenosa continua -HDFVVC), flujo sanguíneo, dosis de diálisis y anticoagulación; se evaluó además la presencia de complicaciones como disfunción del filtro y/o el catéter, causa de suspensión de la terapia dialítica y mortalidad. Los datos se consignaron en un formulario previamente diseñado y se analizaron en el programa SPSS 17.0 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA). Se realizó un análisis descriptivo de los datos, calculando frecuencias y proporciones para las variables cualitativas; las variables cuantitativas se describen con promedios o medianas, con su respectiva desviación estándar o percentiles. Este estudio fue aprobado por el comité de ética en investigación de la institución y se siguieron las normas sobre aspectos éticos de la investigación en seres humanos contenidas en la Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia. Resultados Características demográficas Se revisaron las historias de 22 pacientes pediátricos que recibieron TRRC en la UCIP entre enero de 2010 y marzo de 2013. Se excluyeron 2 pacientes por duración de la terapia menor a 1 hora; se incluyeron los registros de 20 pacientes. El 70% (14) de los pacientes correspondía al género masculino y 30% (6) al femenino; la edad promedio fue de 10,4 años (p25=4,1 p75=12,3), el menor de 8 meses y el mayor de 14.5 años; 10 kilos fue el peso más bajo y 73 kg el más alto (tabla 1). El inicio de la terapia dialítica tuvo una mediana de 3 días (p25=1 p75=9,77), mínimo 1 día máximo 33 días) de estancia en UCIP; 30% recibió terapia en las primeras 24 horas de ingreso. Dentro de los medicamentos inotrópicos utilizados al inicio de la TRRC, 60% (12) recibían al menos un medicamento vasoactivo y nueve pacientes necesitaron dos o más inotrópicos. El 90% (18) se encontraba en ventilación mecánica; 90% recibía diurético al inicio de la terapia; en todos se utilizó furosemida, 72% en infusión continua y 27% en bolos; la dosis promedio de furosemida utilizada fue 18,25 mg/k/día (p25=3,57 p75=24) (min 1,6 - max 48 mg/k/día) (tabla 1). No hubo complicaciones asociadas con la terapia. Tabla 1. Características generales de la población estudiada. Características n Porcentaje Hombres 14 70 Mujeres 6 30 1 5 Peso < 10 kilos 10 – 20 kilos 5 25 11 55 3 15 0-11 meses 1 5 12-23 meses 1 5 24 a 59 meses 3 15 > 21 - < 40 kilos > 41 kilos Edad 60 a 120 meses 5 25 > 121 meses 10 50 Uso de diuréticos 20 100 Uso de inotrópicos 12 60 1 inotrópico 3 15 2 inotrópicos 6 30 3 inotrópicos 3 15 Uso de ventilación mecánica 18 90 Coagulopatía 13 65 Días de estancia al inicio de la terapia dialítica (mediana) 3 días Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos... Piñeres y cols 255 El 15% (3 pacientes) tenían insuficiencia renal crónica antes del ingreso a la UCIP; en la tabla 2 se relacionan los motivos de ingreso a la UCI. el número de horas de hemofiltración tuvo una media de 43 horas (p25 = 12,75 p75= 114; min. 1 – max. 408). La indicación de TRRC fue sobrecarga hídrica en el 55%, sobrecarga hídrica más trastornos metabólicos en el 35% y trastorno metabólico en el 10%. Las anormalidades metabólicas incluyen hiperkalemia, uremia sintomática y acidosis metabólica severa. El porcentaje de sobrecarga hídrica fue muy variable; el menor fue 1% y el mayor del 40%, con una mediana de 19,5% (p25 = 10 p75 = 25). El 65% de los pacientes (n=13) se encontraban coagulopáticos antes de iniciar la TRRC, motivo por el cual cinco de ellos recibieron anticoagulación con dosis bajas de heparina no fraccionada a una dosis de 5 U/kg/hora; en ocho pacientes no se utilizó ningún tipo de anticoagulación. De éstos, dos requirieron inicio posterior de anticoagulación regional con heparina y protamina por disfunción del filtro. Ninguno recibió anticoagulación con citrato. Características técnicas y modalidad de TRRC El acceso venoso más utilizado fue el femoral, en el 75% de los pacientes (n=15), seguido del yugular en el 20% (n=4). La modalidad más usada fue la HDFVVC en el 65% casos, seguida de HDVVC con 20%, SCUF en 10% y HVVC en 5%. La prescripción de la diálisis contó con los siguientes parámetros: flujo sanguíneo promedio de 5 mL/kg/min (p25 = 3,59 p75 = 6,55; min. 2 – max. 8,4), la dosis de diálisis fue de 31,3 mL/kg/hora (min. 5,2 – max. 76), el porcentaje de pérdida de peso en 24 horas fue en promedio 8,1% del peso seco (min. 2,7 – max. 24); Tabla 2. Causa de ingreso a UCIP Tabla Once pacientes (55%) fallecieron por causas no relacionadas con la TRRC, a tres (15%) se les suspendió la terapia por mejoría clínica, a otros tres (15%) por obstrucción del filtro o disfunción del catéter y a los otros tres (15%) restantes, por cambio de terapia dialítica Desenlaces La supervivencia al alta fue del 25% (n=5). Al agrupar a los pacientes de acuerdo con al mortalidad se encontró que el grupo de fallecidos tuvo una mediana de tiempo de inicio de TRRC de seis días (p25 =1 - p75 = 12) vs. tres días en el grupo de supervivientes (p25 = 1 – p75 = 3). El uso de ventilación mecánica, requerimiento de vasoactivos y dosis de diálisis fue similar en ambos grupos; 73,3% de los pacientes fallecidos estaban coagulopáticos (tabla 3). Al agruparlos por sobrecarga hídrica se observó que en aquellos con sobrecarga mayor al 20%, el tiempo transcurrido desde que se presentó alguna indicación de diálisis y el inicio de la TRRC fue de cuatro días vs. dos días en los otros pacientes (tabla 4). Frecuencia Porcentaje Sepsis 5 25,0 Trasplante hepático 3 15,0 Falla hepática 2 10,0 Nefritis lúpica 2 10,0 Síndrome nefrótico 2 10,0 Rabdomiosarcoma abdominal 1 5,0 Discusión Anemia hemolítica 1 5,0 Trasplante renal 1 5,0 Peritonitis 1 5,0 Síndrome pulmón-riñón 1 5,0 Síndrome hemolítico urémico atípico 1 5,0 Total 20 100 La IRA en el paciente pediátrico sigue siendo un reto para intensivistas y nefrólogos. Con los avances en las técnicas dialíticas, la TRRC se ha convertido en una modalidad de uso frecuente en el paciente pediátrico críticamente enfermo con esta entidad (11). El registro nacional de Estados Unidos (ppTRRC) encontró un aumento en la frecuencia de la utilización de TRRC del 18% 256 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Tabla 3. Pacientes agrupados por mortalidad y algunos factores de riesgo asociados a mortalidad. Muertos (n=15) Vivos (n=5) Ventilación mecánica 13 (86,6%) 5 (100%) Soporte inotrópico 10 (66,6%) 2 (40%) 7 (46,6%) 2 (40%) 11 (73,3%) 2 (40%) Más de dos inotrópicos Coagulopatía Tiempo de inicio de TRRC [mediana (p25-p75)] Sobrecarga hídrica [mediana (p25-p75)] 6 días (1-12) 3 días (1-3) 19% (7-27) 20 (18,5-24) Tabla 4. Sobrecarga hídrica vs. tiempo transcurrido entre el momento que aparece alguna indicación de TRRC y su inicio. Tiempo de inicio de la TRRC muertos Tiempo de inicio de la TRRC vivos Sobrecarga <10% 2 días (p = 0,75 p75 = 4,5) (6 pacientes) Ningún paciente Sobrecarga 11%-20% 2 días (p25 = 1 p50 = 2) (3 pacientes) 2 días (p25 = 1 p50 = 2) (3 pacientes) Sobrecarga >20% 7 días (p25 = 1 p75 = 15) (6 pacientes) 2 días (p25 = 2 p75 = 2) (2 pacientes) al 36% en un periodo de cuatro años (7). Entre sus ventajas está la capacidad de mantener la estabilidad hemodinámica durante la terapia y la habilidad de remover gran cantidad de volumen en un período extendido de tiempo, eliminando la restricción hídrica y permitiendo la provisión de mayor volumen de líquidos (12, 13); a pesar de esto, la mortalidad sigue siendo elevada. En nuestra experiencia, el 75% de los pacientes que recibieron TRRC fallecieron, valor que es superior al reportado en otros estudios, que oscila entre el 42% hasta el 66% (14); esto probablemente esté asociado con la gravedad de la enfermedad y la disfunción orgánica múltiple desarrollada en la mayoría de nuestros pacientes, además de la probable tardanza en el inicio de ésta una vez existe alguna indicación. Una de los problemas frecuentes a los que se enfrenta el personal médico durante la TRRC es la disfunción del filtro o las líneas por coagulación; el uso de heparina no fraccionada en infusión continua durante la TRRC previene la obstrucción del filtro, con la desventaja de generar mayores complicaciones hemorrágicas. Desde hace ya varios años se ha descrito el uso de citrato como anticoagulante en TRRC, terapia que en estudios observacionales ha demostrado ser igual de eficaz que la heparina para prolongar la vida del filtro, pero con menor número de complicaciones hemorrágicas (16); sin embargo según el ppCRRT, solo se utiliza anticoagulación con citrato en 56% de los pacientes en TRRC (7). La mayoría de nuestros pacientes (65%) estaban coagulopáticos, motivo por el cual no se utilizó anticoagulación en ocho de ellos, pero en dos se presentó disfunción del filtro por coagulación y fue necesario anticoagular con heparina. Un siguiente paso en el desarrollo de la terapia en nuestra UCIP será iniciar el protocolo de anticoagulación con citrato que permite un perfil de seguridad mayor en el paciente. Otras de las grandes controversias es la dosis óptima de TRRC en el paciente crítico; la literatura mundial sugiere que una dosis de 35 mL/kg/hora mejora la supervivencia en el paciente adulto crítico con IRA; aunque estudios multicéntricos no encontraron diferencia en mortalidad entre una terapia de 35 mL/kg/hora vs. 20 mL/kg/hora (13). Pese a esto, dosis más bajas de 20 mL/kg/hora sí pueden tener una relación con ello, al parecer por presentar con mayor frecuencia mal funcionamiento del circuito que conlleva a el uso preventivo de volumenes altos en predilución, que Desenlace clínico de pacientes pediátricos críticamente enfermos... Piñeres y cols 257 disminuye el aclaramiento entre un 15% a 35%; todo esto disminuye la efectividad de la terapia. En nuestro trabajo se halló una dosis de diálisis adecuada según las recomendaciones actuales, por lo que se deben tener en cuenta otros factores, como enfermedad de base, estado hemodinámico al inicio de la terapia y morbilidades asociadas, los cuales pueden tener mayor impacto en la mortalidad (6), que puede variar desde 0% en intoxicación por drogas, hasta 52% en falla orgánica multisistémica y 69% en disfunción hepática (17). El balance hídrico desempeña un papel primordial en el manejo del paciente críticamente enfermo que cursa con IRA. Se ha demostrado que la sobrecarga hídrica es un factor de riesgo para mortalidad (1)(15). Goldstein halló un aumento del riesgo de fallecer del 40% al 60% con una sobrecarga hídrica del 10 al 20% al inicio de la terapia (7); Gissepi encontró un OR de muerte de 3,02 cuando la sobrecarga hídrica fue mayor del 10% (18). Otro estudio realizado en 22 niños que recibieron HVVC o HDFVVC concluyó que la sobrecarga hídrica en los pacientes que murieron fue de 34% vs. 16,4% en los sobrevivientes (17). En nuestra población estudiada, el promedio de sobrecarga hídrica en los pacientes que fallecieron fue similar al de los sobrevivientes; sin embargo aunque este estudio fue realizado en un grupo muy pequeño donde es difícil hacer comparaciones, al agrupar los pacientes por mortalidad vs. sobrevida, fue mayor el tiempo de inicio de la terapia en el grupo de no sobrevivientes vs. sobrevivientes (tabla 3). Por otro lado, en los pacientes con sobrecarga hídrica mayor al 20%, el tiempo de inicio de la TRRC fue mayor que en los que presentaron sobrecarga menor al 20% (tabla 4), hallazgos que sugieren que el inicio temprano de TRRC permitiría reducir el grado sobrecarga hídrica y esto se podría ver reflejado en disminución de la mortalidad, tal como lo menciona la literatura mundial (19). No existe una publicación a la fecha que describa la población que ha requerido TRRC en las 20 UCIP colombianas que para enero de 2012 contaban con esta tecnología. Si bien nuestra mortalidad fue superior a la descrita por la literatura 258 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 mundial, el único factor que fue significativo al hacer la comparación entre sobrevida y mortalidad fue el tiempo de inicio de la terapia (factor independiente según la literatura mundial), tal vez porque el tamaño de la muestra no fue suficiente para elucidar diferencias claras en las variables relacionadas con el desenlace, además de la gravedad y heterogeneidad en las enfermedades; no se encontraron otros factores descritos por otros autores. Creemos que este es el inicio para la búsqueda de la relación existente entre los factores descritos y la mortalidad en nuestros pacientes, y, por qué no, en el mejoramiento y continuo aprendizaje a los que nos somete la TRRC en aras de encontrar una mejor opción terapéutica para nuestros niños. Bibliografía 1. Donoso FA, Claverfa RC, Valverde GC, Oberpaur WB, Vildoso FM, Gallardo FA, et al. Hemofiltración continua en pacientes pediátricos en estado crítico. Rev Chil Pediatr. 1997; 68 (4): 165-70. 2. Askenazi DJ, Goldstein SL, Koralkar R, Fortenberry J, Baum M, Hackbarth R, et al. Continuous renal replacement therapy for children ≤10 kg: a report from the Prospective Pediatric Continuous Renal Replacement Therapy Registry. J Pediatr. 2013; 162 (3): 587-592.e3. 3. Bock KR. Renal replacement therapy in pediatric critical care medicine.Curr Op Pediatr. 2005; 17 (3): 368-71. 4. Goldstein SL. Overview of pediatric renal replacement therapy in acute kidney injury. 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Las unidades pequeñas (< 8 camas) tuvieron mayor relación médico y enfermería por cama. La tecnología terapéutica avanzada, como ventilación (HFOV – 43%), reemplazo renal (58%), óxido nítrico inhalado (33,6%), Heliox (27%), membrana de oxigenación extracorpórea (ECMO) (5,2%), estuvo más disponible en UCIP grandes (> 8 camas). En ciudades pequeñas hay mayor disponibilidad de camas pero pocos recursos técnicos. Resultados: Los datos obtenidos no son iguales a los registrados en el Ministerio de Protección Social. las UCIP con menor número de camas tenían mayor relación de médico y enfermería por cama UCIP, y una menor capacidad de recursos para terapia respiratoria y renal. Conclusión: Unidad de Cuidado Crítico Pediátrico – Hospital Pablo Tobón Uribe. Especialista en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Pediátrico Hospital Pablo Tobón Uribe. (2) Especialista en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Pediátrico Hospital Santa Clara ESE. (1) Correspondencia: Byron Enrique Piñeres Olave Correo electrónico: drbepo@hotmail.com; bpineres@hptu.org.co Servicios y recursos de UCIP en Colombia Recibido: 05/07/2013. Aceptado: 11/08/2013. 260 Muchos hospitales en Colombia tienen varios equipos y especialistas para el apoyo de UCIP, aunque la ampliación de servicios y mejora de la atención podría lograrse si intensivistas y enfermeras especializados se concentraran en centros de tercer nivel. El impacto de la disponibilidad de recursos UCIP en la población pediátrica merece un estudio adicional. Palabras clave: UCIP, servicios, recursos, Colombia. Pediatric intensive care in Colombia: which services and resources do we have?: a descriptive study Abstract to characterize resources available for critical care of children in Colombia. Study design: in January to October 2011 we conducted a cross-sectional study of PICU doctors in Colombia. Objective: Results: of 115 PICU registered with the Ministry of Social Protection of Colombia were interviewed 95 (83%) and 793 beds (91%). The average is 8 beds per PICU beds, 45% of PICU share space with Neonatal Units or Adult’s ICU. The presence of Pediatrics Intensivists is in 49% of the UCIPs. Small units (1-8 beds) had higher physician and nurses per bed. The advanced treatment technology, such as ventilation (HFOV - 43%), renal replacement (58%), inhaled nitric oxide (33,6%), Heliox (27%), and Extracorporeal Membrane Oxygen (ECMO) (5,2%) was more available in large PICU (> 8 beds). In small Cities there is greater availability of beds but with few technical resources. The data obtained are not the same as those registered with the Ministry of Social Protection. PICU with fewer beds had a higher ratio of medical and nursing per bed PICU, and a decreased ability of resources for renal and respiratory therapy. Many hospitals in Colombia have several teams and specialists to support PICU, although the expansion of services and improved care could be achieved by intensivists and nurses to concentrate on specialized tertiary centers. Conclusion: The impact of PICU resource availability in the pediatric population deserves further study. Keywords: PICUs, services, resources, Colombia. Introducción De la mano de los avances de la medicina mundial, en búsqueda de optimizar tanto el cuidado de los niños críticamente enfermos, como de las estrategias de monitorización, tratamiento y seguimiento de estos pacientes, con el subsiguiente impacto positivo en morbilidad y mortalidad, se ha ido forjando el desarrollo de las Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico (UCIP), y Colombia no ha sido ajeno a esta realidad, pues se observa una necesidad creciente del desarrollo del cuidado crítico a lo largo de su territorio. Bien se sabe que el adelanto de los sistemas de salud en los países industrializados va a la par con el uso de recurso tecnológico innovador y un grupo humano capacitado que lo emplee. Este es el caso de las Unidades de Cuidado Intensivo de los países desarrollados,, en donde, como impacto secundario a ello, se evidencia una disminución marcada de la mortalidad infantil, el tiempo de estancia hospitalaria y la los altos costos intrahospitalarios. Todo ello permite direccionar recursos en estrategias de promoción de salud y prevención de la enfermedad en centros de primer nivel de salud, transporte de pacientes y vacunas (1-3). Contrario a ello, en países en desarrollo como Colombia, aún existen áreas sin acceso al cuidado intensivo, y para la mayoría de los niños, incluso se convierte en un reto el acceso a un primer nivel de salud. Así mismo, hay zonas en las que el cuidado de los niños críticamente enfermos lo proveen enfermeras o médicos no especialistas, en el área rural o en hospitales remotos, o sin una adecuada cobertura urbana. En muchos de estos hospitales los recursos son inadecuados, el acceso a la evidencia clínica o a la información es pobre, y los resultados en el desarrollo del grupo de profesionales y su entrenamiento es mínimo (1, 3). Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 261 En Suramérica, en las últimas tres décadas, se ha introducido el Cuidado Intensivo Pediátrico, si bien con factores limitados de calidad, tales como organización interdepartamental inadecuada, ausencia de protocolos, escasez de pediatras intensivistas, equipo tecnológico inferior y falta de entrenamiento del grupo de enfermería en cuidado crítico; situaciones que al corregirse generan mayor impacto en los servicios de atención hospitalaria, que invertir en equipos de monitorización de alta tecnología o medicamentos costosos (4). Hasta la fecha en Colombia no hay conocimiento ni del gremio de Intensivistas Pediatras del país ni de los entes gubernamentales, tanto centrales como departamentales, de la capacidad instalada de las instituciones con UCIP, de la distribución del recurso tecnológico en éstas, al igual que de la capacitación y/o entrenamiento en cuidado crítico del personal que allí labora, incluso sin conocimiento de la presencia de un pediatra intensivista en cada UCIP de la nación. Estos factores impiden la toma de decisiones respecto a cómo direccionar u optimizar dichos recursos para cumplir con requerimientos mínimos, ofrecer un adecuado desarrollo y ejercicio del Cuidado Crítico pediátrico, y cumplir estándares de calidad nacionales e internacionales, sin dejar de lado el impacto que pueda tener sobre la población, con una sociedad en permanente crecimiento y con necesidades de salud pública aunadas a ella. Esta es la razón principal que motivó el desarrollo de este trabajo cuyo objetivo es lograr impacto y beneficio sobre la población infantil colombiana. El Ministerio de la Protección Social (Minprotección), ente gubernamental encargado de la vigilancia de las Instituciones Prestadoras de salud (IPS) de Colombia, dentro del Registro de Calidad (5), tiene control y registro actualizado de las diferentes IPS del territorio nacional, y muestra cuáles de ellas ofertan el servicio de UCIP. Al analizar este registro de manera más precisa se evidencia que hay IPS de segundo nivel de complejidad con dicho servicio, lo que haría suponer que teniendo en cuenta las Guías Desarrolladas por el American College of Critical Care Medicine (6, 7), al igual que las Recomendaciones Europeas (8), en estos 262 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 centros hospitalarios no se podría estar prestando la calidad y atención necesarias en recursos, tanto personal como técnico, para pacientes que requieran Cuidado Crítico, y hasta la fecha no hay ningún registro nacional que lo confirme. Para facilitar la caracterización de las UCIP en Colombia, y considerando la clasificación de la SCCM (Society of Critical Care Medicine), la APP (American Academy of Pediatrics) y la ESICN (European Society of Intensive Care Medicine) (6-8). En Colombia se han definido los requerimientos de las UCIP, razón por la cual la delimitación de los recursos disponibles para el cuidado de los niños gravemente enfermos es un primer paso en la evaluación de la idoneidad y la eficiencia de la atención de la UCIP. Este estudio se realizó con el fin de describir la disponibilidad y las características de las instalaciones para los niños gravemente enfermos en Colombia en 2011, y así poder restablecer las pautas para un óptimo servicio en la unidad de cuidados intensivos, y personal de los hospitales con recursos diferentes, para facilitar la entrega local y regional de la atención constante y de excelencia a pacientes en estado crítico. De aquí surgió la inquietud de conocer con qué recursos cuentan los servicios de los diferentes Hospitales que prestan el servicio de Cuidado Intensivo Pediátrico en Colombia, o al menos en las llamadas Grandes Ciudades del país, según lo registrado por dichas Instituciones ante el Ministerio de la Protección Social, y tal vez, con lo descrito, poder analizar si cumplen o no con lo necesario para la oferta de la población en mención, así como con los lineamientos de las UCIP del mundo (6-8). Con ello se busca poder llenar un vacío cognitivo en cuanto a necesidades nacionales, pues la información de los datos obtenidos permitiría tomar decisiones en cuanto a la necesidad continua de crear nuevas UCIP en territorios donde no se cuenta con éstas, de la mano con la continuidad y optimización de los diferentes programas de postgrado de formación de Pediatras Intensivistas para que laboren en ellas, y direccionar de manera correcta los recursos mínimos con los que deben contar dichas unidades para impactar la salud y las necesidades de la población pediátrica colombiana. A través de las últimas tres décadas, la ciencia del cuidado intensivo pediátrico ha progresado significativamente, pues ha conseguido hacer una contribución sustancial al desarrollo de la salud de los niños en países desarrollados reflejando la calidad del cuidado médico pediátrico de esas naciones (9-15). En los Estados Unidos de América (6, 7) y en los países de la Comunidad Europea (8, 16), se vio la necesidad y se han logrado definir los requerimientos para el desarrollo de una prestación adecuada de servicios en las UCIP de los diferentes centros hospitalarios y el nivel de complejidad que deben tener para que dicho servicio cada vez sea más óptimo, declarando en sus diferentes guías y desarrollando encuestas a nivel nacional para los Estados Unidos (17) y Multicéntrico para la Comunidad Europea (13, 14, 16, 18), cómo debe ser la distribución de recursos, tanto personal como técnico, y con qué nivel de capacitación debe contar el grupo humano para poder prestar un servicio suficiente en Cuidado Crítico Pediátrico. Esto se suma a la búsqueda incansable por reducir la morbi-mortalidad en estas unidades gracias a un servicio competente, y a la demostración de la necesidad y resultados adecuados en las UCIP cuando existe buen manejo y distribución de recursos humanos y técnicos, y la locación de la unidades en instituciones de mayor nivel de complejidad (14, 16-26). Al evaluar las diferentes encuestas realizadas en Europa y Norteamérica (8, 16, 17, 27), se concluye acerca de la importancia de obtener mejores resultados gracias al desarrollo de la UCIP en Hospitales Universitarios, los cuales en la mayoría de ocasiones tienen un mayor nivel de complejidad, al igual que la presencia de un Pediatra Intensivista, un grupo de Enfermería y Terapistas con experiencia y/o formación en cuidado crítico (6-8), permitiendo el desarrollo de programas para formación de Pediatras Intensivistas y Médicos Pediatras con entrenamiento en UCIP (20, 24-26). Lograr delinear la disponibilidad de recursos para el cuidado crítico de pacientes gravemente enfermos en Colombia es el primer paso para evaluar la adecuación y eficiencia de las UCIP en este contexto. Ello motivó el desarrollo de este estudio (17), más aún con el advenimiento de los diferentes programas universitarios que ofrecen el postgrado en Cuidado Intensivo Pediátrico, convirtiéndose en los últimos cinco años en cuna de una nueva generación de profesionales para optimizar la prestación del servicio, dada la importancia del Pediatra Intensivista en el desarrollo y los resultados de estas unidades (24-29). Materiales y métodos Estudio observacional descriptivo, cuya población de estudio fueron aquellos Médicos que laboran en las diferentes UCIP de Colombia que aceptaron colaborar de manera voluntaria, y que hubiesen desarrollado a cabalidad el Instrumento diseñado para la recolección de la información, encuesta diseñada para recolectar información sobre las características de la Unidad, incluyendo número de camas, grupo de enfermeras, capacidad de implementar ciertas modalidades terapéuticas de enero a octubre de 2011, además de datos específicos sobre características, incluidos la presencia y el número de pediatras intensivistas, jornadas laborales, entre otros. Se excluyeron los médicos que hacían parte del grupo permanente de profesionales que laboraba en la UCIP que respondió la encuesta. Se creó una base de datos donde se ingresaron las respuestas administradas por el grupo de médicos que laboraban en Cuidado Intensivo Pediátrico. Se recogió la información por medio de una encuesta diseñada para ser contestada por médicos que laboraban en Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico del país, con un adecuado conocimiento del funcionamiento tanto asistencial como administrativo de la UCIP en la que trabajaban. Se aplicó más de una encuesta por institución para asegurar la veracidad de la información. Para ello se obtuvo una lista de los diferentes médicos que trabajaban en las UCI de Colombia por la información almacenada en la base de datos de los médicos adscritos a la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI), así como de los diferentes Hospitales que en Colombia ofertan el servicio de Cuidado Intensivo Pediátrico administrada por el Servicio de Calidad del Ministerio de la Protección Social. Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 263 Inicialmente, la encuesta fue enviada vía correo electrónico a los diferentes facultativos para que fuera respondida y la enviaran resuelta por este mismo medio. En el correo se les informó que el fin de la encuesta era conocer la información recolectada, y analizar lo que de allí pudiera derivarse; se le informó además, que hacía parte del proyecto de tesis de grado del autor. En los casos en que no se obtuvo respuesta se reenvió la encuesta por segunda ocasión; posterior a ello, y si aún no se había obtenido respuesta, se realizaba una llamada telefónica a la UCIP correspondiente con el fin de lograr obtener la información. En caso de no obtener información, finalmente, se visitaron las UCIP que no habían respondido la encuesta a través de los dos medios anteriores, para obtener los datos de manera personal. Se visitó la página web del Ministerio de Protección Social, y junto con el Grupo de calidad del ente se obtuvo el listado de las Instituciones adscritas al Ministerio que ofertan servicio de Cuidado Intensivo Pediátrico en el territorio nacional. Así se obtuvo el dato de las Instituciones que debían ser encuestadas; y vía ciberespacio, en la página web del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, se conoció la información referente a la proyección que a partir del censo de 2005 hace la Institución para conocimiento de la Población Infantil actual de Colombia; al igual que la tasa de mortalidad infantil nacional y departamental, para buscar asociación entre ellas y la distribución de recursos de las UCIP. para lograr habilitación por parte de dicho ente regidor (28). Con este estudio se logró obtener información al respecto y saber si las UCIP colombianas se acercan o no a dichos estándares. Estructura y organización de ucip en Colombia El Ministerio de la Protección Social de Colombia registra la existencia de 120 Instituciones Prestadoras de Salud con servicio de Cuidado Intensivo Pediátrico; sin embargo, durante el desarrollo del estudio se confirmó la existencia de 115 de ellas, y las 5 restantes no existían o habían cerrado. De las 115 existentes en el territorio colombiano, se logró entrevistar a 95 (83%, igual o mayor al porcentaje de respuesta de estudios mundiales similares) (13-17), distribuidas por todo el territorio nacional, sin dejar departamento sin representación de sus Instituciones; todas respondieron el cuestionario diseñado por el investigador. En última instancia se realizó un análisis univariado por medio de una base de datos de Excel y Stata 11. Se obtuvieron, así mismo, las proporciones para las variables categóricas y para las variables continuas media y desviación estándar o medianas y rangos intercuartiles dependiendo de pruebas de distribución, para obtener los resultados que se refieren a continuación. Resultados En 2002, el Ministerio de la Protección Social de Colombia (para aquella época Ministerio de Salud), desarrolló la norma en la cual se establecían los estándares con los que debían contar las UCIP 264 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Figura 1. Distribución de las diferentes UCIP en todo el país, complementada con la información de la tabla 1, donde se aprecia la cantidad de instituciones y camas con Cuidado Intensivo Pediátrico en cada departamento. TABLA 1. Distribución de UCIP y camas de UCIP en Colombia. Población Ucip+ Camas Habitante/ cama++ Nacional 12.963.859 115 870 14.901 17.1 Antioquia 1.580.783 9 83 19.046 17 652.376 8 52 12.546 21.6 Bogotá 1.816.173 25 209 8.690 12.5 Bolívar 620.871 9 97 6.401 37.4 Boyacá 367.080 2 9 40.787 19 Caldas 248.817 1 6 41.470 11.9 Caquetá 158.160 1 5 31.632 36 Cauca 403.088 2 13 31.007 40.2 Cesar 331.460 2 11 30.133 34.6 Córdoba 516.249 5 20 25.812 33 Cundinamarca 707.867 5 34 20.820 22.1 Chocó 188.885 0 0 188.885 65 Huila 342.247 3 14 24.446 25.7 La Guajira 314.582 4 26 12.099 33.2 Magdalena 421.094 5 29 14.520 30.9 Meta 265.219 3 15 17.681 30.5 Nariño 499.692 1 11 45.427 40.2 Norte de Santander 397.241 4 28 14.187 20.3 Quindío 139.956 1 3 46.652 12 Risaralda 235.338 4 35 6.724 12.9 Santander 526.285 8 71 7.412 16.9 Sucre 254.747 1 9 28.305 26 Tolima 400.615 4 18 22.256 18.5 1.107.441 8 72 15.381 13.3 95.772 0 0 95.772 47 Casanare 106.967 0 0 106.967 35.4 Putumayo 117.954 0 0 117.954 32.7 San Andrés 19.462 0 0 19.462 16.4 Amazonas 28.910 0 0 28.910 41** Guainía 14.954 0 0 14.954 41** Guaviare 40.174 0 0 40.174 41** Vaupés 16.696 0 0 16.696 41** Vichada 26.704 0 0 26.704 41** Atlántico Valle del Cauca Arauca Tasa mortalidad infantil + UCIP: Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico. ++ Relación habitantes pediátricos (< 14 años)/número de camas de UCIP. * Datos obtenidos del DANE. ** El DANE tiene agrupada la mortalidad infantil de estos departamentos como Grupo Amazonas, todos ellos dentro de una sola tasa de mortalidad infantil. Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 265 A partir de esas 95 encuestadas, se suma un total de 793 camas (91% de las camas asignadas para UCIP en el país), con una media de 8,3 (DE: 4,3). Es así como la mayoría de ellas cuenta con 8 camas o más (54%), lo que permite clasificarlas, de acuerdo con los diferentes estudios, en “UCIP grandes” (13, 14, 16, 17), situación que podría aplicarse igual para Colombia; el 41% restante tenía 8 o menos camas, como se evidencia en la figura 2. TABLA 2. Distribución de recurso tecnológico, complejidad del manejos de pacientes en las UCIP colombianas. UCIP - n Porcentaje 95,00 100,0 Monitoreo gráfico en ventiladores 82,00 86,0 Monitoreo de presión invasiva 84,00 88,0 Capnografía 44,00 46,0 Monitoreo de gasto cardíaco 46,00 48,0 Ecocardiograma siete días 44,00 46,0 VAFO* 41,00 43,1 NOi** 32,00 33,6 Heliox 26,00 27,3 5,00 5,2 Plasmaféresis 39,00 41,0 Terapias de reemplazo renal ∞ 55,00 58,0 Total Monitorización Ventilación mecánica Alta tecnología ECMO^ Medicación de alto costo No. de camas Figura 2. Relación de UCIP en Colombia y número de camas con las que cuentan. Cuarenta y tres UCIP (45%) fueron clasificadas como mixtas, 41 de las cuales compartía espacio con Cuidados Intensivos Neonatales, y dos con Cuidado Intensivo de Adultos; en las tres situaciones los pacientes fueron valorados por un especialista relacionado con el área de Pediatría. Recurso tecnológico en las ucip de Colombia Tabla 2. Recurso humano en las ucip de Colombia En la actualidad, 48% (menos de la mitad) de las UCIP de Colombia cuentan con presencia en algún turno del día, o como coordinador y/o director de la Unidad con al menos un Intensivista Pediatra (tabla 3). El 49% de las unidades cuenta con Pediatras Intensivistas, pero se observó una diferencia marcada entre las UCIP grandes y las pequeñas, 266 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Levosimendan 58,00 61,0 Factor VII activado 49,00 51,5 Complejo de protrombina humana 14,00 14,7 Pacientes Oncología φ 63,00 66,3 Postoperatorio de Neurocirugía 86,00 90,5 Postoperatorio de Cardiovascular¥ 29,00 30,5 Postoperatorio de Hemodinamia 36,00 37,8 Postoperatorio de Trasplante Ω 12,00 12,6 Complejidad de pacientes * Ventilación de alta frecuencia ventilatoria ** Óxido nítrico ^ Membrana de oxigenación extracorpórea ∞ El 22% de las UCIP no practican ningún tipo de terapia dialítica Φ Una UCIP en Colombia dedicada únicamente al cuidado crítico de pacientes oncológicos ¥ El 25% de UCIP que reciben postoperatorio cardiovascular no cuentan con ecocardiografía los siete días de la semana para seguimiento de sus pacientes Ω Trasplante de médula ósea, riñón, hígado, intestino y corazón. Este último únicamente en tres Instituciones en Colombia. siendo menor en éstas últimas (tabla 4). Sucede igual con el grupo de Enfermeras, con el que la cifra es aún menor pues únicamente el 41% de las UCIP del país cuentan con personal de Enfermería entrenado en Cuidado Crítico Pediátrico. En cuanto al grupo de Terapia Respiratoria sólo tabla 5 ilustra cómo es la relación según la cantidad de camas por medias y el intervalo de ellas en las UCIP del país (tabla 5). TABLA 3. Relación de Intensivista Pediatra por UCIP nacional y por departamentos. UCIP UCIP con Pediatra Porcentaje Intensivista Nacional 115 48 47 9 7 78 Antioquia Atlántico 8 2 25 Bogotá 25 17 68 Bolívar 9 3 33 Boyacá 2 1 50 Caldas 1 1 100 Caquetá 1 0 0 Cauca 2 0 0 Cesar 2 0 0 Córdoba 5 0 0 Cundinamarca 5 1 20 Huila 3 1 33 La Guajira 4 0 0 Magdalena 5 0 0 Meta 3 0 0 Nariño 1 1 100 Norte de Santander 4 1 25 Quindío 1 0 0 Risaralda 4 1 25 Santander 8 4 50 Sucre 1 0 0 Tolima 4 1 25 Valle del Cauca 8 7 88 Actualmente en Colombia, de las 95 UCIP encuestadas, 45 (47%) cuentan con la presencia de estudiantes de Medicina, en (35%) con Residentes de Pediatría y 13 (14%) con Residentes de Cuidado Intensivo Pediátrico (figura 3). Situación gremial y económica del grupo de médicos que labora en ucip Los datos obtenidos en el estudio evidencian que en este momento el 94,8% de los profesionales (Pediatras y Pediatras intensivistas) que laboran en UCIP, consideran que la situación gremial no es la adecuada, situación que coincide primero en referir que la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI) se encuentra muy alejada del contexto del grupo de Intensivistas pediatras (solamente 45% de los encuestados están adscritos a la Asociación). Así mismo, expresaron que las condiciones contractuales, si se tiene en cuenta la responsabilidad del grupo de profesionales, el nivel de estrés al que se someten, la complejidad de los pacientes, las horas de permanencia dentro de la UCIP y la remuneración económica no son las adecuados para este tipo de facultativos; hecho que los obliga a laborar en diferentes Instituciones, incluso en otras regiones del país, dentro de la misma jornada laboral. el 25% de las UCIP cuentan con algún tipo de especialización en el área. Mortalidad En la tabla 1 se observa la información obtenida y la segregación por departamentos de acuerdo con los datos de mortalidad arrojados por el En lo correspondiente a la relación entre el número de camas a cargo de cada profesional, la TABLA 4. Presencia de profesionales en las UCIP de Colombia. TOTAL % UCIP grandes % UCIP pequeñas % UCIP Colombia 95 100 54 57 41 43 Pediatra Intensivista 47 49 33 61 14 49 Enfermera Intensivista 39 41 26 66 13 34 Terapia Respiratoria UCIP 24 25 15 63 9 37 Terapia Física (> 5 días) * 78 82 45 58 33 42 Distribución de profesionales según tamaño de la UCIP. *Presencia y/o manejo por Terapia física más de cinco días de la semana. Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 267 TABLA 5. Distribución de profesionales por número de camas. UCIP grandes Cama por Jefe enfermera Cama por Auxiliar 6 (2-16) Total UCIP 4,7 (2-7) 5,8 (2-16) 3 (1-10) 2,5 (2-6) 2,8 (1-10) Cama por Terapeuta 8,3 (4-12) 4,9 (3-7) 6.8 (1-16) Cama por Especialista 9,1 (4-13) 4,9 (2-7) 7,3 (2-16) Figura 3. Distribución de estudiantes en las UCIP de Colombia. DANE según censo y proyecciones que realizó la entidad hasta la fecha. Discusión El Ministerio de la Protección Social, como ente regulador de la salud en Colombia, tiene registro de todas las instituciones que prestan servicios de salud en el país, y junto a ello los datos de cuáles de dichas Instituciones ofertan el servicio de UCIP con su respectivo número de camas. En el estudio, se confirmó que pese a que dicha información no es precisa, sí es muy cercana a la realidad, pues hay instituciones que no prestan servicio de UCIP y el Ministerio lo tiene registrado, como otras que sí lo ofrecen pero el ente regulador no registra el dato. Igual sucede con el número de camas que en ocasiones no coincide con lo reportado por el ente gubernamental y las que realmente funcionan; sin embargo, como se indicó anteriormente hay una aproximación al número de UCIP en Colombia y al número de camas con las que cuentan. De otra parte, se observó que el servicio en los llamados “Territorios Nacionales” (Arauca, 268 UCIP pequeñas Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Casanare, Putumayo, Guainía, Guaviare, Chocó, Vaupés, Vichada, y San Andrés y Providencia) es ausente, pues no se cuenta ni siquiera con una cama de UCIP para los 656.478 niños (5% de la población infantil nacional) que ocupan dicha región (según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística- DANE, diciembre de 2011) (30), tal y como se evidencia en la tabla 1, y donde además, la presencia del Pediatra Intensivista tiene más fuerza en las ciudades grandes al momento de comparar con las ciudades pequeñas del país, como se muestra en la tabla 3. El investigador considera que esta situación puede estar relacionada con la ausencia de hospitales de alto nivel de complejidad así como de hospitales universitarios en las mal llamadas “zonas alejadas” de Colombia, fenómeno que conlleva que la nueva y creciente población de Pediatras Intensivistas se centralice en las “grandes” ciudades, coincidiendo con la presencia de UCIP grandes (mayor de 8 camas), en las cuales la atención se ha intentado acoplar a los requerimientos y estándares nacionales e internacionales de calidad, en cuanto a la prestación de servicios en las UCIP colombianas. Lo anterior sugiere la necesidad de direccionar recursos técnicos y humanos en diferentes regiones del país, incluidos los “territorios nacionales”, y las ciudades pequeñas en donde se ha ido desarrollando de manera progresiva la infraestructura para la implementación de las UCIP, aunque sin todo el personal o recurso humano necesario para el óptimo desarrollo de las mismas. Como se vio en los resultados mencionados, incluso en las “grandes ciudades” en donde hay UCIP, en algunas de ellas no se cuenta con estos profesionales (tablas 1 y 2);. Al momento de evaluar el recurso humano y técnico con que cuentan las UCIP grandes se comprobó que cuidado crítico, el manejo y la distribución de recursos se realiza tal como lo exigen las recomendaciones y/o guías nacionales e internacionales. La oferta de servicios en las diferentes UCIP de Colombia es muy variada y está directamente ligada con el tamaño de la unidad (UCIP grandes o no), al equipo médico con el que cuentan (UCIP cerrada o no), y las ciudades en las que se encuentran. Así pues, dado que las pequeñas ciudades no cuentan con lo anterior y por ende su oferta de servicios es menor, las grandes ciudades cuentan con UCIP de referencia para el manejo de pacientes de alta complejidad, hecho que concuerda con lo escrito en la literatura mundial. En lo que respecta a las camas, la Organización Mundial de la Salud recomienda 4-4,75 camas por 1.000 habitantes para hospitales de agudos en poblaciones de más de 100.000 habitantes; 3-4 camas por 1.000 en poblaciones de 25.000-100.000 habitantes y 2,5-3 camas/1.000 habitantes en poblaciones de menos de 25.000 habitantes. En términos generales, una aproximación racional de la cantidad de camas hospitalarias y de cuidado crítico para la región podría ser de 2,5 a 3 camas/1.000 habitantes, y de éstas entre el 4% al 10% deben ser de cuidado intensivo (31). Se considera, entonces, que el número de camas en Colombia está dentro de los rangos referidos por la OMS, equiparado con los distintos estudios internacionales, pero existe una distribución inadecuada de las camas en el territorio nacional. Es así como mientras se desarrollan instituciones de alta complejidad y tecnología en dichas regiones, sería pertinente que los esfuerzos gubernamentales estuvieran dirigidos a la optimización de las condiciones de referencia, con un gran enfoque en el transporte aéreo de pacientes, pues la geografía nacional (distancia entre ciudades y dificultades de las vías) impide, en la mayoría de ocasiones, el transporte terrestre de pacientes críticos. En diferentes partes del mundo las UCIP varían de una Institución a otra respecto a su estructura, los servicios que proveen, el personal tanto médico como de enfermería y terapia respiratoria que poseen, al igual que su nivel de experiencia y entrenamiento académico, y las características organizacionales (7, 8). Colombia no es la excepción en este sentido, y como se aprecia en los resultados hay diferencias importantes en cuanto a ello en las diferentes UCIP en las distintas ciudades y entre ciudades, según el tamaño (y/o número de camas). En Estados Unidos la Society of Critical Care Medicine (SCCM) en colaboración con la American Academy of Pediatrics (AAP), al igual que la European Society of Intensive Care Medicine (ESICM), han desarrollado un grupo de guías de requerimientos mínimos con los que deben cumplir UCIP según su nivel de cuidado (6-8, 16), indicando de forma precisa con qué equipo tecnológico y recurso humano deben contar según el nivel de prestación, los tiempos de respuesta de interconsultantes, la cantidad de ellos, el entrenamiento del grupo de médicos intensivistas (si los hay) o de los Pediatras que tengan a cargo el manejo de los pacientes, al igual que el grupo de enfermería con o sin especialidad en cuidado intensivo, lo mismo que para el grupo de terapeutas (20). La Resolución 001439 de 2002 (28) de Colombia estandariza los requerimientos de esos servicios en el país; no obstante, con los datos obtenidos en el estudio se aclara que hay ciudades e instituciones, o ambas, en las cuales no se está llevando a cabalidad la reglamentación; lo cual ubica a la mayoría de las UCIP en un nivel 2 ó 3 de cuidado crítico según la clasificación de la SCCM, en donde en determinadas instituciones no hay manejo de alta complejidad (pacientes cardiovasculares, neuroquirúrgicos o alta tecnología en monitorización y estrategias terapéuticas), ni siquiera la presencia de un Pediatra Intensivista las 24 horas, o de personal Pediátrico, e incluso Médicos generales con adecuado entrenamiento, exponiendo así un rápido crecimiento de uso, desarrollo y dotación técnica, mas no en la capacitación y contratación del personal que la utiliza. Esto hace que dicha tecnología sea subutilizada en algunas Instituciones y/o regiones del país o lo que es peor, haya incumplimiento de los estándares mínimos para el desarrollo y ejercicio Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 269 estructural de la UCIP, donde, por mencionar algunos ejemplos, hay regiones cuyos servicios de cuidado crítico no cuentan con la cantidad de ventiladores suficientes para el número de camas que ofertan o no hay equipo de monitoreo idóneo. Tales situaciones se ven reflejadas en los medidores de calidad de las unidades o del servicio que prestan (6, 7, 20), de acuerdo con los resultados de la investigación. Uno de los medidores más importantes de calidad en servicio de las UCIP en el plano nacional e internacional (6-10, 17, 20, 28, 29, 32-34) es la distribución y presencia de personal entrenado en éstas (Pediatra Intensivista, Pediatras, Enfermeras y Terapeuta respiratoria), al igual que equipo en entrenamiento, como estudiantes de Pediatría en formación, lo cual se ha relacionado con disminución en el tiempo de estancia en UCIP y de estancia hospitalaria, así como en los tiempos de ventilación mecánica, facilidades en “weaning” y disminución en infecciones asociadas al cuidado de la salud (32-36). De igual forma, se ha demostrado que cuando el exceso de trabajo referido como horas laborales y cantidad de pacientes a cargo de cada profesional, es mayor, se relaciona directamente con aumento de la mortalidad en las UCIP (2-4,16). Puede concluirse que en las UCIP grandes, los diferentes profesionales están a cargo de un mayor número de pacientes que en las pequeñas, pues no hay mayor inversión en recurso humano para el manejo de las primeras, a pesar de presentar mayor complejidad como ya se ha indicado en los resultados, y aunque no fue objetivo del estudio y no se evaluó, se puede inferir que como lo refiere la literatura mundial, los resultados en el manejo del paciente (tiempo de estancia hospitalaria, tiempo de estancia en UCIP, días de ventilación mecánica, mortalidad) no serán los mejores dado el excesivo trabajo del personal, relacionado con el número de camas que tiene a cargo. Lo mismo sucede con el desarrollo de la educación a partir de estas UCIP colombianas, en donde según los datos obtenidos en el estudio en cuanto a distribución de Intensivistas Pediatras en Colombia, en Colombia es del 47%, a diferencia de los países desarrollados en los 270 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 cuales están cercanos al 60%-70% (6). Surge la pregunta y se abre el debate de la necesidad de los diferentes programas de Especialización en Cuidado Intensivo Pediátrico que se llevan hoy a cabo en Colombia, hasta ahora, dirigido en las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín con cinco Programas de Subespecialidad en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Pediátrico, pero aun así con ausencia de los subespecialistas en diferentes zonas de la nación. Se busca entonces mayor presencia de Intensivistas pediatras en el territorio nacional, lo cual llevaría al desarrollo de “UCIP cerradas” (lideradas por un Pediatra Intensivista) en todo el país, lo que se vería reflejado en la optimización de resultados y servicios, e incluso en una disminución de la mortalidad y los tiempos de estancia hospitalaria (6, 7, 30, 32-34). Adicionalmente, el desarrollo de programas de formación de Médicos Pediatras y Pediatras Intensivistas, fortalecería la educación continuada desde la UCIP (6, 34). Este estudio muestra como la situación gremial es más compleja, y en la mayoría de casos (94,8% de Médicos que laboran en UCIP encuestados) inadecuada de acuerdo con los facultativos que participaron en el desarrollo de la encuesta, pues consideran que el nivel de estrés, la carga laboral, la responsabilidad, el nivel de entrenamiento, el estatus de liderazgo y la capacidad para ello, junto con la capacidad de reacción rápida y coordinada ante eventualidades del diario cotidiano del paciente crítico, no es equiparable en muchas regiones del país con la remuneración ni la situación salarial a la que se ven sometidos. En ocasiones esto obliga a tener que desempeñar todas aquellas funciones en más de una institución durante la misma jornada, lo que implica que dichas acciones no se desarrollen de la manera más óptima ni a cabalidad, con los resultados deletéreos que ello pueda acarrear en el paciente. Es así como se considera que el número de UCIP con presencia de Intensivista Pediatra (47%) no es permisible para las necesidades de la población infantil colombiana; en primera instancia, porque el país necesita mayor cantidad de personal entrenado y agremiado para el desarrollo de las UCIP, y en segunda medida porque en algunas de estas instituciones, el pediatra intensivista con el que cuentan no permanece durante toda la jornada, pues está obligado a estar vigilando lo que sucede en otras unidades a su cargo durante la misma jornada, incluso hasta en dos o tres UCIP distintas, de ahí que los pacientes estén bajo el cuidado y la vigilancia de Médicos pediatras sin entrenamiento, y en la peor de las situaciones (que no son pocas), bajo el cuidado de médicos generales. Ante este panorama es pertinente insistir y fortalecer la idea y la necesidad de continuar y enriquecer los programas de formación en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Pediátrico en Colombia, con la subsecuente agremiación que debe desarrollarse a partir de ello. Un dato llamativo que pudo observarse durante el desarrollo del estudio fue la relación de la tasa de mortalidad infantil según los departamentos de Colombia, en donde se encontraron diferentes situaciones. Es el caso por ejemplo de Departamentos como Antioquia, Bogotá, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca que muestran tasas de mortalidad bajas, y mayor número de camas de UCIP, y otros como Chocó, Grupo Amazonas y Arauca en donde no hay camas de UCIP y la tasa de mortalidad es elevada. Sin embargo hay situaciones en donde hay alta tasa de mortalidad a pesar del número alto de camas de UCIP, como es el caso de La Guajira, Magdalena, y Bolívar, en donde se consideraría que esto puede ser secundario a la falta de terapias de alto costo o alta tecnología en las UCIP, y la última situación en departamentos como San Andrés y Providencia, y Caldas en donde pese a no contar con un número de camas o no tenerlas las tasas de mortalidad son bajas, lo cual se podría asociar al desarrollo de estrategias de prevención y promoción en salud, o estrategias AIEPI, lo que se consideraría un buen resultado de estrategia de salud del Gobierno, con resultados que ya conocemos. Conclusiones El número de UCIP en Colombia continúa en crecimiento, de ahí que sea esencial entender cómo la disponibilidad de recursos adecuados en estas unidades puede afectar el cuidado del paciente pediátrico críticamente enfermo. Para ello es primordial tener en cuenta que las UCIP grandes tienen mayor capacidad para proveer terapias avanzadas, como terapia de reemplazo renal, estrategias ventilatorias mejores, óxido nítrico, ECMO y medicación de alto costo, al igual que profesionales subespecializados en Cuidado crítico; obviamente optimizando la cantidad de personal necesario para el buen funcionamiento de las mismas. Se logró evidenciar que UCIP con el menor número de camas tenían mayor relación de médico y del personal de enfermería por cama UCIP y menor capacidad de recursos de alta complejidad y terapia respiratoria. Por ello se reconoce que en Colombia el impacto de la disponibilidad de recursos en UCIP, en los patrones de referencia, y los resultados de enfermedades críticas pediátricas merece un estudio adicional. Los datos obtenidos sugieren la importancia de realizar una adecuada gestión estructural y organizacional, y emplear el personal idóneo para el desarrollo de las UCIP, y aunque los resultados son similares a los descritos y/o exigidos por las Sociedades Internacionales, se considera que es necesario elaborar un plan Gubernamental para reorganizar las Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico en Colombia, al igual que fomentar una vigilancia más rigurosa a cargo de los entes reguladores en cuanto al ejercicio del cuidado crítico en la nación. Se logró conocer la situación tecnológica, la oferta de servicios y la pericia de las UCIP del país, en comparación con el desarrollo de cada una de ellas en las diferentes regiones de Colombia, además de una riquísima información de la condición gremial, laboral y económica de los diferentes médicos que laboran en dichas unidades. Esto facilitará buscar la manera de unificar conceptos teóricos, prácticos y gremiales de los Médicos Pediatras Intensivistas colombianos, sentar una voz única dirigida a mejorar los servicios para los valiosos pacientes, y demostrar a las diferentes colegiaturas la necesidad de que los Médicos Pediatras Intensivistas sean los artífices principales del arte de la Medicina Crítica y el Cuidado Intensivo Pediátrico en Colombia. Cuidado intensivo pediátrico en Colombia... Piñeres y cols 271 Bibliografía 1. Duke T, et al. Clinical care for seriously ill children in district hospitals: A global public health issue. Lancet. 2004; 363: 1922-1923. 2. Duke T, et al. The Paediatric Quality Care Group. Improving the quality of paediatric care in peripheral hospitals in developing countries. Arch Dis Child. 2003; 88: 563-565. 3. García PC. International standard of quality in the paediatric intensive care unit: A model for paediatric intensive care units in South America. 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Desde el punto de vista fisiológico se identifica por la disminución de la distensibilidad pulmonar y la alteración en la relación ventilación-perfusión. Los cambios morfológicos de la vía aérea se caracterizan por necrosis epitelial, denudación de las vías aéreas distales e incremento en la resistencia pulmonar por disfunción de las rutas de la vía aérea pequeña. Además, la ventilación mecánica puede hacer parte de la perpetuación del daño (lesión pulmonar asociada a la ventilación - LPAV). INTRODUCCIÓN: evaluar los cambios estructurales, morfológicos e inflamatorios en la vía aérea pequeña en pacientes con dicho síndrome. OBJETIVO: (1) Intensivista Neumólogo. Jefe UCI E.S.E. Hospital Santa Clara, profesor Universidad El Bosque. (2) Intensivista Neumólogo, profesor Universidad de Cartagena. (3) Patóloga, Jefe Servicio de Patología. (4) Citóloga Servicio de Patología Hospital Santa Clara. (5)I nternista Neumólogo, E.S.E. Hospital Santa Clara. Correspondencia: ortiz_guillermo@hotmail.com Recibido: 18/10/2013. Aceptado: 23/11/2013. MATERIALES Y MÉTODOS: estudio descriptivo, observacional, analítico, retrospectivo de casos y controles con autopsias realizadas en el servicio de patología del Hospital Santa Clara de Bogotá, entre enero de 1997 y diciembre del 2011. Se definió caso utilizando la conferencia consenso de SDRA Europeo-Americana de 1994 y control como los pacientes que fallecieron con causa de muerte no relacionada con alteraciones pulmonares. Las muestras de la vía aérea pequeña se evaluaron por microscopia valorando el porcentaje de denudación, diámetro del bronquíolo terminal, y espesor de la capa interna, del músculo liso y de la capa externa de la vía aérea pequeña, además de colágeno III, metaloproteinasa 9, fibronectina y versican por inmunohistoquímica. El análisis estadístico se realizó con el programa SPSS para Windows versión 21.0 llevándose a cabo un análisis bivariado (prueba de Chi cuadrado y prueba de t de Student) y finalmente un test de correlación de Pearson. Se tuvieron en cuenta las consideraciones éticas pertinentes para el estudio. se incluyeron 32 casos y 14 controles, de los cuales la mayoría eran de género masculino. Sepsis fue el principal diagnóstico en los casos (28,1%). El 96% de los SDRA estaban en fase exudativa. Los pacientes con SDRA tenían denudación y pérdida completa del epitelio. Se encontró inflamación celular en varios grados (marcada 31,2%, moderada 21,8% y mínima 46,8%). Los controles tenían disminución del músculo liso en la vía aérea del 37% (p<0,024) y normal en el 46,8% de los casos. La fibronectina fue positiva en la membrana basal denudada (84,4% de los casos vs. 7,4% de los controles). La metaloproteína de matriz estaba en el 63,5% de los casos y no estaba presente en ningún control. RESULTADOS: 273 El colágeno intersticial tipo III se presentó en el 87,5% en los casos y en el 14,3% de los controles. La fibronectina intersticial se encontró en el 46,9% de los casos vs. 7,1% de los controles. Los pacientes que presentan fibronectina positiva en la inmunohistoquímica tienen 70,2 veces más riesgo de tener SDRA que los pacientes que no la tienen (p< 0,001). Los pacientes que presentan colágeno tipo III positiva en el intersticio en la inmunohistoquímica tienen 42 veces más riesgo de tener SDRA (IC 6,75-261) y (p< 0,001). los cambios estructurales en la vía aérea pequeña en los pacientes con SDRA se caracterizan por denudación epitelial, inflamación de las vías respiratorias y disminución del espesor de la capa muscular. El colágeno tipo III y la fibronectina en el intersticial son marcadores inmunohistoquímicos que están presentes en la vía aérea pequeña del paciente con SDRA. CONCLUSIONES: PALABRAS CLAVES: síndrome de dificultad respiratoria aguda, vía aérea pequeña, colágeno tipo III, fibronectina. Morphometric and inflammatory changes of the small airways in patients with acute respiratory distress syndrome Abstract the Acute Respiratory Distress Syndrome (ARDS) was described 46 years ago, and its definition was recently renewed. Physiologically, it is identified by decreased lung compliance and alteration of the ventilation/perfusion relationship. Morphological changes of the airways are characterized by epithelial necrosis, denudation of distal airways, and increased pulmonary resistance due to small airways dysfunction. Moreover, mechanical ventilation can contribute to the perpetuation of damage (ventilatorinduced lung injury - VILI). The literature concerning the morphological changes of the airways in this type of patients is scarce. For this reason, we decided to carry out a study in order to assess the structural, morphological, and inflammatory changes of the small airways in patients with ARDS. INTRODUCTION: MATERIALS AND METHODS: a descriptive, observational, analytic, retrospective study of cases and controls was carried out with the autopsies performed at the pathology service of Hospital Santa Clara (Bogotá, Colombia) over the period from January 1997 to December 2011. Cases were defined in accordance with the 1994 European-American Consensus Conference on ARDS. Controls were defined as patients who died of causes not related with pulmonary alterations. Samples of the small airways were assessed by microscopy, taking into account the percentage of denudation, the diameter of the terminal bronchiole, the thickness of the internal layer of smooth muscle and the external layer of the small airways. Collagen type III, Metalloproteinase-9, Fibronectin, and versican were assessed by immunohistochemistry. Statistical analysis was carried out with the SPSS program for Windows version 21.0, performing a bivariate analysis (Chi-square test and Student’s t-test), and finally Pearson’s correlation test. Pertinent ethical considerations were taken into account. RESULTS: thirty two (32) cases and 14 controls were included, most of whom were males. Sepsis was the main diagnosis in the cases (28.1%). Of the cases with ARDS, 96.1% were in the exudative phase. The patients with ARDS had denudation and complete loss of the epithelium. Cellular inflammation of various degrees was found (severe 31.2%, moderate 21.8%, and minimal 46.8%). The controls had reduced airway smooth muscle in 37% (p<0.024), and this parameter was normal in 46,8% of the cases. Fibronectin was positive in the denudated basal membrane (84.4% of cases vs 7.4% of controls). Matrix metalloprotein was present in 6.35% of the cases and was not present in any control. Interstitial collagen type III was present in 87.5% of the cases and 14.3% of the controls. Interstitial fibronectin was found in 274 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 46.9% of the cases and 7.1% of the controls. Patients with positive fibronectin have a 70.2-fold risk of having ARDS than patients with negative fibronectin (p< 0,001). Patients with positive interstitial collagen type III have a 42-fold risk of having ARDS (CI 6,75-261) and (p< 0,001). CONCLUSIONS: structural changes in the small airways of patients with ARDS are characterized by epithelial denudation, inflammation of the airways, and thinning of the muscle layer. Interstitial Collagen type III and fibronectin are immunohistochemical markers that are present in the small airways of patients with ARDS. KEYWORDS: Acute Respiratory Distress Syndrome, small airways, collagen type III, fibronectin. Introducción El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) fue publicado inicialmente en Lancet, en 1967 por Ashbaugh y Petty (1). En este reporte magistral se estableció que la rápida aparición de disnea severa, cianosis, infiltrados radiológicos, hipoxemia refractaria y alteración en la distensibilidad pulmonar eran criterios para considerar esta entidad (2). Tales criterios han sido replicados en diversas escalas y consensos (3-5) que han ido variando en el tiempo demostrando sus limitaciones. En 1976, Katzenstein describió la característica patológica del SDRA, el daño alveolar difuso (DAD). En esta hay alteración de la barrera alvéolo capilar con edema intersticial y ocupación del espacio aéreo por material rico en proteínas. Lo anterior predispone al colapso alveolar con disminución de la distensibilidad pulmonar y alteración en la relación ventilación-perfusión. A pesar de los avances en la comprensión fisiopatológica de la enfermedad, las mejoras en el soporte, el cuidado médico, las nuevas estrategias ventilatorias y los esfuerzos terapéuticos encaminados a modificar el curso de la enfermedad, la tasa de mortalidad permanece entre 35% a 40% (6). Peor aún, la ventilación mecánica por sí misma puede aumentar el daño del tejido pulmonar (lesión pulmonar asociada a la ventilación - LPAV). Clásicamente se ha descrito que, después de la agresión inicial, el SDRA se desarrolla en tres fases: exudativa, proliferativa y fibrótica en un proceso que toma varios días. Sin embargo, algunos autores han informado fibroproliferación como respuesta temprana a la lesión pulmonar (7, 8). Los cambios en el parénquima pulmonar pueden ser explicados por diferentes eventos desencadenantes; el primero es la lesión celular (endotelial o epitelial), que a su vez, puede dar lugar a diferentes procesos de reparación celular y remodelación en el parénquima pulmonar. La descripción propuesta tiene en cuenta, de forma exclusiva, el compromiso parenquimatoso pulmonar con daño severo por la enfermedad, dejando de lado los cambios que podrían presentarse en el componente de la vía aérea. Se han desarrollado modelos experimentales para reproducir los cambios atribuidos al SDRA. Algunos modelos de lesión pulmonar inducida por la ventilación mecánica demuestran que se genera incremento de la resistencia y lesión de la vía aérea periférica caracterizada por necrosis del epitelio bronquiolar y desprendimiento con ruptura de las uniones bronquíolo-alveolares. Estas alteraciones morfológicas y funcionales han sido atribuidas, principalmente, al cizallamiento causado por la apertura y el cierre cíclicos de la vía aérea periférica (9-11). El comportamiento mecánico depende de la estructura de la vía aérea (12), de la composición y distribución de la matriz extracelular, así como de las fuerzas de interdependencia con el parénquima. Las alteraciones observadas en los pacientes con SDRA están relacionadas con los cambios morfológicos de la vía aérea. Modelos humanos y experimentales sugieren contribución de los cambios en la vía aérea en el deterioro de la función pulmonar en pacientes con lesión pulmonar aguda; no obstante hay muy poca literatura sobre los cambios morfológicos a este nivel en pacientes con SDRA. Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 275 La disfunción de la vía aérea que se produce en los pacientes con SDRA, se manifiesta en la limitación del flujo de aire (13) y la hiperinflación dinámica. Estas alteraciones funcionales se han atribuido al cierre y la obstrucción de las vías aéreas pequeñas. Los cambios morfológicos de la vía aérea, caracterizados por necrosis epitelial y denudación de las vías aéreas distales, se han descrito en modelos experimentales de lesión pulmonar aguda. El incremento en la resistencia pulmonar se atribuye, parcialmente, a la disfunción de las vías respiratorias periféricas (14). El objetivo de este estudio es evaluar los cambios estructurales, morfológicos e inflamatorios en la vía aérea pequeña en pacientes con SDRA. Materiales y métodos El presente es un estudio descriptivo, observacional, analítico, retrospectivo de casos y controles con una relación 1:0,5, utilizando las autopsias realizadas en el servicio de Patología del Hospital Santa Clara, entidad de tercer nivel, referenciada como principal centro respiratorio de la zona, ubicado en la región del sur de Bogotá. Selección de pacientes Se utilizó la técnica de revisión documental, en la que se tomaron todos los pacientes adultos (mayor de 18 años) con diagnóstico clínico de SDRA reportado en las historias del archivo de patología entre enero de 1997 y diciembre de 2011, utilizando las definiciones de caso y control. Ambos, tanto caso como control, debían tener suficiente material, producto de las autopsias para los análisis de hallazgos histológicos. Definición de caso Se definió caso como el paciente con una condición asociada identificable, de comienzo agudo, que tuviera una presión en cuña de la arteria pulmonar menor o igual a 18 mm Hg o ausencia de evidencia clínica de hipertensión auricular izquierda, con infiltrados bilaterales en la radiografía de tórax, con una relación PaO2/FiO2 menor o igual a 200, ya que para dicho momento no existían los criterios de Berlin (15). 276 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Definición de control Se consideró control a pacientes con causa de muerte no relacionada con alteraciones pulmonares, ni antecedentes de ningún tipo de neumopatía o enfermedad pulmonar crónica, en quien hubiera sucedido el deceso durante el mismo tiempo del caso. Procesamiento de las muestras Se tomaron fragmentos de tejido pulmonar tanto en los casos como en los controles. Las muestras de tejido se fijaron previamente con formol al 10% durante 24 horas; fueron procesadas de acuerdo con los protocolos de procesamiento establecidos por el servicio y fijadas en parafina. En los bloques de parafina se realizaron cortes de cinco micras de espesor para obtener los especímenes de estudio, los cuales se tiñeron con hematoxilina y eosina (H & E), para evaluación por parte de patólogo experto y realización de mediciones de las áreas de interés (diámetros y espesor de las capas en la vía aérea) de forma enmascarada por neumólogo en conjunto con el servicio de Patología. Además, se identificaron las siguientes proteínas con inmunohistoquímica (IHC): colágeno III (COL III), metaloproteinasa 9 (MMP9), fibronectina (FIB) y versican (VERS). Análisis morfológico Se evaluaron y estimaron las características de la vía aérea pequeña (definida a partir del diámetro medido desde su membrana basal, con un valor menor a 6 mm), estableciendo el porcentaje de denudación. Se estableció el índice de inflamación de la vía aérea pequeña de acuerdo con estudios previos. En la vía aérea se midieron el diámetro del bronquíolo terminal y el espesor de la capa interna, del músculo liso y la capa externa de la vía aérea pequeña (figura 1). Se midió, así mismo, el diámetro del vaso acompañante del bronquíolo terminal (figura 1). Las mediciones se expresaron en micras (μm) y las observaciones se realizaron en campos de 10X y 40X, de acuerdo con el protocolo del servicio de patología, de manera enmascarada por parte de un investigador del grupo. Éstas se realizaron usando análisis de imágenes con el software Image-Pro 4.1 para Figura 1. A. 10X HE. Evaluación de la vía aérea, medición del diámetro del bronquíolo terminal y el vaso adyacente, en pulmón normal. B. 40X HE. Evaluación de la vía aérea pequeña, medición de las diferentes capas de la vía aérea pequeña, en pulmón normal. C. 10X HE. Evaluación de la vía aérea, medición del diámetro del bronquíolo terminal y el vaso adyacente, en pulmón con SDRA. D. 40X HE. Evaluación de la vía aérea pequeña, medición de las diferentes capas de la vía aérea pequeña, en pulmón con SDRA. Br: bronquíolo terminal. Vía aérea pequeña. Va: vaso adyacente. EA: espacio alveolar. CI: capa Interna, CM: capa muscular, CE: capa externa. LB: luz bronquiolar. Windows® (Media Cybernetics, Silver Spring, MD, EE.UU.). La evaluación de la vía aérea se hizo en dos fases: la primera, con análisis morfológico y medición de la vía aérea (capa interna, capa muscular y capa externa), y la segunda con análisis de inmunohistoquímica. Para la las tinciones de inmunohistoquímica se contó con la participación, enmascarada, de una citopatóloga de alta experiencia con el fin de estandarizar la prueba de acuerdo con las recomendaciones del proveedor de referencia para la realización de cada uno de los estudios propuestos, colágeno, versican, fibronectina y metaloproteinasa 9 (www.abcam.com). Análisis estadístico Las variables continuas se presentan como promedios de desviación estándar (DE) y las variables categóricas en porcentajes o números. Se realizó un análisis bivariado para valorar las diferencias de cada parámetro entre pacientes con SDRA y pacientes controles mediante la prueba de chi cuadrado para variables categóricas y la de t de Student para variables cuantitativas. La asociación entre las variables morfológicas y clínicas se analizó a través del test de correlación de Pearson. El nivel de significancia estadística aceptado se estableció en p <0,05. Los cálculos Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 277 se efectuaron en SPSS para Windows versión 21,0 (SPSS, Chicago, IL, USA). Consideraciones éticas El estudio se formuló de acuerdo con la reglamentación ética vigente (Declaración de Helsinki, Resolución 8430 de 1993) y se clasificó como una investigación sin riesgo según la Resolución 8430 de 1993, del Ministerio de Salud de Colombia (no genera ningún riesgo adicional implícito para la vida de las personas en investigación), por lo cual no se solicitó consentimiento informado por parte de los participantes. Resultados Al analizar los treinta y dos casos y los catorce controles, se encontró que el 62,5% de los pacientes y el 57,14% de los controles eran hombres, con edad promedio de 38,8 años y 41,2 en casos y controles, respectivamente. Los diagnósticos más frecuentes en los casos fueron sepsis (28,13%), tuberculosis (12,5%) y neumonía (9,38%), mientras que en los controles fueron evento cerebrovascular (28,57%) y sepsis (14,29%) (tabla 1). El 96% de los SDRA estaban en fase exudativa y 4% en fase fibrótica. Tabla 1. Distribución de diagnósticos en los casos de SDRA y en los controles. Casos (n=32) Porcentaje Controles (n=14) Porcentaje Sepsis 8 25,00 1 7,14 Neumonía 3 9,38 0 0,00 Tuberculosis pulmonar 3 12,50 0 0,00 Tuberculosis meníngea 0 3,13 1 7,14 IRC 1 3,13 0 0,00 HIV 1 9,38 0 0,00 Histoplasmosis 3 0,00 0 0,00 Pancreatitis 0 3,13 1 7,14 Criptococo 1 0,00 0 0,00 ACV 0 3,13 4 28,57 LES 1 3,13 0 0,00 Tétanos 1 3,13 0 0,00 Amiloidosis 1 3,13 0 0,00 Neumonía por H1N1 1 3,13 0 0,00 IAM 1 6,25 1 7,14 TEP 2 0,00 0 0,00 HHI 0 3,13 1 7,14 CMV 1 6,25 0 0,00 Linfoma 2 3,13 0 0,00 Neumocistis 1 0,00 0 0,00 Meningitis 0 0,00 1 7,14 Ca. de páncreas 0 0,00 1 7,14 Aneurisma abdominal 0 3,13 1 7,14 Carcinomatosis 1 0,00 1 7,14 Shock hipovolémico 0 25,00 1 7,14 IRC: insuficiencia renal crónica, HIV: virus de la inmunodeficiencia humana, ACV accidente cerebrovascular, LES: lupus eritematoso sistémico, IAM: infarto agudo del miocardio, TEP: tromboembolismo pulmonar, HGI: hemorragia gastrointestinal, CMV: citomegalovirus, Ca: cáncer, ABD: abdominal. 278 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Análisis de la vía aérea El cambio más importante en el epitelio bronquiolar entre los casos y controles fue que en el 62% (n=20) de los casos con SDRA se encontró denudación y pérdida total del epitelio, mientras que en los controles no se observó este comportamiento, con preservación del epitelio en todos los pacientes (tabla 2). Tabla 2. Evaluación del epitelio bronquiolar y porcentaje de denudación en los pacientes con SDRA. No se observaron cambios de denudación en los controles. Porcentaje denudación n Porcentaje 100 20 62,5 95 2 6,25 90 4 12,5 80 2 6,25 70 4 12,5 Se encontró inflamación mínima en el 46,8%, moderada en el 21,8% y marcada en el 31,25%, Se demostró predominio celular neutrofílico en el 81,25% de los casos con lo cual se estableció que la mediación inflamatoria era por este tipo celular. Al evaluar el músculo liso de la vía aérea se demostró disminución en el 37%, hipertrofia en el 12,5% de los casos y aspecto normal en el 46,8% de los casos (figura 2). Al comparar los diámetros y el grosor de las capas de la vía aérea pequeña (figura 1), se encontró que el espesor de la capa muscular, expresado en micras (µm), era significativamente menor en los casos frente a los controles (1,56 vs. 2,40 p = 0,024) (tabla 3), hallazgo que se correlaciona con los cambios descritos al informar disminución o hipotrofia de la capa muscular de la vía aérea en los pacientes con SDRA. Se midió el diámetro del bronquíolo terminal y el vaso adyacente (figura 1), y se halló un diámetro mayor de estas dos estructuras en los casos frente a los controles en los bronquios (68,75 µm vs. 57,02 µm) y los vasos adyacentes (39,58 µm vs. 33,62 µm), sin encontrar diferencias significativas en estas mediciones ni en la relación arteriabronquio (tabla 4). Evaluación del músculo liso de la vía aérea en casos de SDRA Figura 2. Evaluación morfológica del músculo liso de la vía aérea expresada como normal, hipertrofia y disminución. Se observa predominio de la alteración por disminución de la capa muscular en los casos de SDRA (37,14%). Los cambios en la vía aérea en pacientes con SDRA están condicionados por la aparición de colágeno como marcador de alteraciones proliferativas, documentándose colágeno III tanto en la vía aérea pequeña como en el espacio intersticial alrededor de la vía aérea evaluada (tabla 5). Los hallazgos del estudio demuestran la presencia de colágeno III de distribución en las diferentes Tabla 3. Evaluación de la vía aérea y mediciones expresadas en micras (µm) y desviación estándar (DE). Espesor de capa interna, capa externa, músculo liso y engrosamiento de la pared de la vía aérea. DE p 2,07 0,8 0,437 2,57 1,51 0,994 0,57 2,4 0,57 0,024 2,23 7,04 7,04 0,476 Casos DE Controles Capa interna 1,77 1,13 Capa externa 2,32 1,26 Músculo liso** 1,56 Engrosamiento de la pared aérea 5,65 **Significancia estadística, engrosamiento de músculo liso, con menor espesor en los casos con SDRA. Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 279 Tabla 4. Medición de los diámetros del bronquíolo terminal y el vaso adyacente expresada en micras (µm), con rango máximo y mínimo. El comportamiento en la relación arteria-bronquio en los casos fue de 1,7:1 y en los controles de 1,6:1. Las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Casos Rango mínimo Rango máximo Controles Rango mínimo Rango máximo Diámetro del bronquíolo terminal 68,75 18,96 191 57,02 25,92 83 Diámetro del vaso adyacente 39,58 10,18 77,96 33,62 11,45 66,82 Tabla 5. Distribución de inmunohistoquímica en los casos con SDRA. Presencia positiva de colágeno III (COL III) y fibronectina tanto en el bronquíolo terminal como en el intersticio circundante. Colágeno III C. interna C. externa - Intersticio FIB COL MMP Versican 96,9 93,8 18,8 6,3 62,5 28,1 + 68,8 68,8 56,3 56,3 ++ 28,1 28,1 12,5 9,4 9,4 25 Tenue FIB 6,3 3,1 C. interna= colágeno en capa interna, C. externa = colágeno en capa externa, FIB= fibronectina, MMP= metaloproteína de matriz, COL = colágeno. (-)= negativo, (+)= positivo, (++)= muy positivo. capas que componen la pared del bronquíolo terminal (capa interna y externa). Los cambios de otros marcadores de proliferación y fibrosis, como versican o metaloproteinasa, no fueron significativos en los casos vs. los controles probablemente en razón a la fase exudativa en la mayoría de los casos en la cual fueron evaluados los pacientes con SDRA en la serie. De la evaluación de la vía aérea con tinciones de inmunohistoquímica se observó, como hallazgo significativo, el cambio en la membrana basal de los bronquíolos terminales de pacientes con SDRA, identificando engrosamiento importante (fibronectina positiva) que acompañaba la denudación del epitelio (figura 3, tabla 6). Los pacientes que presentan fibronectina positiva en la inmunohistoquímica tienen 70,2 veces más riesgo de tener SDRA que aquellos que no la tienen con un IC que no contiene la unidad (figura 9) (p< 0,001). Los pacientes que presentan colágeno positivo en el intersticio en la inmunohistoquímica tienen 42 veces más riesgo de tener SDRA que los pacientes que no lo 280 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 tienen (IC 6,75-261; p< 0,001). Los pacientes que presentan fibronectina positiva en el intersticio en la inmunohistoquímica tienen 11,4 veces más riesgo de tener SDRA que quienes no la tienen (IC 1,33-98,3; p= 0,016). Tenue Figura 3. Comportamiento de la fibronectina en inmunohistoquímica en los casos vs. Los controles. Se describe en porcentaje (%) observando positividad en el 28% vs. 14,3% al comparar casos y controles respectivamente. (-)= negativo, (+)= positivo. cambios estructurales en las vías aéreas pequeñas, en pacientes con SDRA comparados con sujetos sin patología pulmonar. Los hallazgos principales son la presencia de denudación epitelial, inflamación de las vías respiratorias y cambio del espesor de las paredes de las vías respiratorias pequeñas, con disminución significativa en el espesor del músculo liso bronquiolar (tabla 7). Tabla 6. Porcentaje de marcadores positivos en la inmunohistoquímica en los casos y los controles. Predominio de fibronectina y colágeno tipo III en el intersticio de los pacientes con SDRA. Casos Controles 84,4 7,1 6,3 0 Colágeno tipo III intersticial 87,5 14,3 Fibronectina intersticial 46,9 7,1 Fibronectina Metaloproteína de matriz Tabla 7. Riesgo de sufrir síndrome de distrés respiratorio según los marcadores inmunohistoquímicos positivos. Inmunohistoquímica OR IC 95% Valor de p Fibronectina positiva 70,2 7,42-663,8 <0,001 42 6,75-261 <0,001 11,4 1,33-98,3 0,016 Colágeno positivo en intersticio Fibronectina en el intersticio positiva Modelos experimentales de LPA en animales ventilados con bajos volúmenes pulmonares han descrito cambios similares y así mismo necrosis epitelial y denudación en las vías aéreas distales (17). Los mecanismos de lesión epitelial y denudación no se conocen con exactitud, pero probablemente los cambios estén en estrecha relación con el cizallamiento debido a la apertura y cierre de las vías aéreas periféricas. Gadigliali y Gaver (2008) indican que el aumento del estrés en el epitelio respiratorio puede inducir alteraciones morfológicas significativas, cambios en la adhesión celular y muerte celular (18). El daño epitelial y la transducción de señales, pueden desencadenar estímulos para la activación de vías inflamatorias y la alteración de la secreción de surfactante, convirtiéndose en otra vía fisiopatológica del DAD. Figura 4. Alteraciones histopatológicas en la inmunohistoquímica en los casos y los controles. MB = membrana. Predomino de fibronectina en la membrana denudada en los pacientes que tenían SDRA. Discusión Algunos autores sugieren que las vías respiratorias periféricas desempeñan un papel importante en la fisiopatología del SDRA (14); sin embargo, pocos estudios han evaluado los cambios morfológicos de la vía aérea en pulmones de sujetos con SDRA (16). En este estudio se analizaron los Estudios previos, que evalúan los cambios de la matriz extracelular en SDRA, demuestran alteración de los septos alveolares con fibrosis (19) y aumento de contenido alveolar de colágeno y fibras elásticas (20), fibronectina (21) y versican (22) durante las fases exudativa y proliferativa de la lesión pulmonar; publicaciones recientes demuestran cambios similares en la vía aérea periférica. El proceso fibroproliferativo se caracteriza por el depósito de colágeno, incluso en la fase temprana del SDRA, y se asocia con una reducción severa en la distensibilidad de las vías aéreas (23). En este estudio se demostró que la remodelación también ocurre a nivel bronquiolar terminal y sugiere que estos cambios estructurales en la vía aérea pueden tener implicaciones funcionales. Las consecuencias funcionales de la remodelación de la vía aérea dependen de la capa que se encuentre alterada en la pared, así como de la composición y las propiedades mecánicas de la misma (24). Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 281 La capa interna de la vía aérea proporciona resistencia del tejido a la compresión; generalmente, la capa de músculo liso está alterada en enfermedades pulmonares caracterizadas por la broncoconstricción. La pared exterior está unida al parénquima pulmonar, crucial para el mantenimiento de la estructura y transmisión de fuerzas elásticas. Por lo tanto, los investigadores del estudio creen que considerar la vía aérea como un compartimento con cambios fisiopatológicos relevantes, proporciona una visión integral hacia una mejor comprensión de las relaciones entre estructura y función en las enfermedades pulmonares. La disfunción de la vía aérea en pacientes con SDRA, que están ventilados con PEEP bajo, se caracteriza por la limitación del flujo espiratorio y atrapamiento aéreo (13), lo cual se ha relacionado con cierre de las vías respiratorias y distribución no homogénea de la ventilación (25). Los mecanismos implicados en el cierre de la vía aérea incluyen la disfunción del surfactante y una disminución en las vías respiratorias como consecuencia de la interdependencia con el parénquima, edema intersticial, colapso alveolar y ruptura de los septos interalveolares (9, 11). En las enfermedades crónicas, la remodelación de la vía aérea se correlaciona con cambios en la mecánica y los síntomas generados por la obstrucción de la vía aérea (12). Si bien la obstrucción no es característica en la LPA, los pacientes que sobreviven al SDRA pueden presentar, hasta tres años después del egreso, leves a moderadas alteraciones en la función pulmonar, hecho demostrado por la disminución del FEV1, FVC y/o FEV1/FVC (26-28). Es posible que la persistencia de estos cambios en la función pulmonar esté relacionada con la remodelación de la vía aérea pequeña. Estudios previos (16) han intentado determinar si los cambios en las vías respiratorias son diferentes en pacientes con SDRA de origen pulmonar (SDRAp) vs. extrapulmonar (SDRAext), sin identificar diferencias en el índice de inflamación o cualquier parámetro estructural entre el SDRAp y SDRAext. Algunas publicaciones apuntan a que 282 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 las alteraciones en la vía aérea en SDRA son resultado de la lesión desencadenada o la lesión inducida por el ventilador, independientemente de la causa primaria. El compromiso del parénquima pulmonar ocurre de forma heterogénea en los pacientes con SDRA, lo que se traduce en alteraciones severas en la ventilación, lo cual genera riesgo de lesión inducida por el ventilador (29). Algunos plantean que la lesión pulmonar es más grave en las regiones pulmonares dependientes y atelectásicas (30, 31); sin embargo, estudios recientes indican que el daño observado en las vías respiratorias periféricas en LPA se distribuye de manera difusa tanto en zonas dependientes como no dependientes (10). El DAD, como lo describió Katzenstein, es la característica morfológica diagnóstica del SDRA (32) y los criterios para su diagnóstico incluyen presencia de membrana hialina más uno de los siguientes: edema intra-alveolar, necrosis de neumocitos tipo I, proliferación de neumocitos tipo II que progresivamente cubren la denudación, proliferación intersticial de fibroblastos y miofibroblastos o fibrosis intersticial en organización. Como se ve, la definición patológica del SDRA no incluye los principales hallazgos reportados en la pequeña vía aérea en este estudio. Una muy reciente publicación que evalúa la definición de Berlín en 356 autopsias de pacientes fallecidos con SDRA encontró que los hallazgos histopatológicos se correlacionaron con la severidad y duración del SDRA y concluyó que usando los criterios clínicos se puede identificar el SDRA severo de más de 72 horas como un grupo homogéneo de pacientes caracterizados por una alta proporción de DAD (33). Publicaciones con gran cantidad de autopsias en pacientes con SDRA han prestado poca atención a los cambios en la vía aérea pequeña (34, 35, 36). Algunas publicaciones evaluaron los cambios de la matriz extracelular en SDRA y demostraron alteración en los septos alveolares con fibrosis pulmonar (19), aumento alveolar contenido de colágeno y fibras elásticas (38), fibronectina (21) y versican (22) en fases exudativas y/o proliferativas de lesión pulmonar. El proceso de fibroproliferativo se caracteriza por el depósito de colágeno, incluso en la fase temprana del SDRA, y se asocia con disminución severa en la distensibilidad del sistema respiratorio. Lo observado en el estudio que se publica demuestra los cambios que se presentan en la vía aérea pequeña con depósito de colágeno que posteriormente se sitúa en el intersticio alveolar. Es posible que mejorar el conocimiento científico sobre el compromiso de la vía aérea pequeña ayude a optimizar el tratamiento de los pacientes con SDRA. El estudio cuenta con varias limitaciones. La primera es la orientación retrospectiva que limita la evaluación sistemática de diferencias regionales en las vías respiratorias y la falta de registro de datos clínicos que permitan correlacionar los cambios observados con parámetros como la ventilación mecánica o la condición del paciente, entre otras. De igual forma, no fue posible tener acceso a información relativa a factores exposicionales como el cigarrillo o los detalles específicos de la mecánica pulmonar, lo que podría haber influido en la interpretación de nuestros resultados. Además, dado que sólo se analizaron los tejidos de los pacientes que fallecieron, los resultados obtenidos no pueden detectar diferencia en términos de severidad ni el tiempo exacto de instauración del SDRA. Aunque los cambios observados en la vía aérea desempeñen un papel en los mecanismos patogénicos de la LPA, no está claro si estos cambios se deben a la agresión que conduce a SDRA o a lesiones derivadas de la programación del ventilador. Limitaciones Este estudio presenta información relevante en el entendimiento de los cambios fisiopatológicos en la vía aérea de pacientes con SDRA; no obstante, los datos deben ser analizados bajo la comprensión de las limitaciones. La primera limitación de ellas se tiene relación con la orientación del estudio en el tiempo; al ser retrospectivo no se logró la consecución de datos clínicos que permitieran establecer variables como parámetros de ventilación o condición clínica, lo cual impide realizar la correlación de los hallazgos con la presencia de disfunción pulmonar previa (por exposición a cigarrillo, enfermedades parenquimatosas o intersticiales, exposición a otros agentes ambientales). A pesar de esta limitación el diagnóstico de SDRA se confirmó por medio del “patrón de oro” de la enfermedad (cambios histológicos), con la posibilidad de compararlos frente a un paciente control incluido en la base de datos del servicio de patología de la institución desde 1997 y 2011. La segunda limitación está dada por el número de pacientes incluidos, lo cual restringe la posibilidad de realizar un análisis estadístico que permita detectar diferencias significativas; sin embargo la descripción realizada aporta información relevante en términos de cambios morfológicos e inflamatorios tanto en casos como en controles. Tercero, al tratarse de una patología con una frecuencia de aparición baja, el número de casos incluidos es menor al número de controles, lo cual genera limitación desde el punto de vista metodológico y hace compleja la evaluación de los resultados sin lograr establecer diferencias estadísticamente significativas en algunas variables. Cuarto, la consecución de tejido pulmonar de pacientes con SDRA no hace parte de la aproximación rutinaria diagnóstica de esta entidad, y con el fin de ampliar el número de casos se tomaron muestras obtenidas de autopsias realizadas en la institución, lo cual impide establecer con precisión el tiempo de instauración de la enfermedad y los parámetros clínicos y de ventilación mecánica. Conclusiones Los resultados demuestran los cambios estructurales en la vía aérea pequeña de los pacientes con SDRA y se caracterizan por denudación epitelial, inflamación de las vías respiratorias y disminución del espesor de la capa muscular. Estos cambios pueden contribuir en las alteraciones determinantes de la mecánica pulmonar en pacientes con SDRA. Los cambios morfológicos de la vía aérea pequeña encontrados apoyan la información existente y complementan la explicación fisiopatológica del SDRA, la cual se ha limitado a exponer razones de origen parenquimatoso para el daño estructural pulmonar. Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 283 Los cambios observados con la evaluación realizada con inmunohistoquímica representan la respuesta a la agresión en la vía aérea y la remodelación que pueden explicar y ser consistentes con los cambios que se producen en el registro o monitoreo que se realizan en el ventilador con incremento de las presiones de la vía aérea y disminución de la distensibilidad. El colágeno tipo III y la fibronectina en el intersticio son marcadores inmunohistoquímicos que están presentes en la vía aérea pequeña del paciente con SDRA. Se requieren estudios prospectivos, con mayor número de casos, que permitan una correlación clínico-patológica para confirmar estos hallazgos y, muy seguramente, plantear hipótesis sobre etiología, manejo ventilatorio e intervenciones farmacológicas. Bibliografía 1. Ashbaugh DG, Bigelow DB, Petty Tl, Levine BE. Acute respiratory distress in adults. Lancet 1967; II: 319-323. 2. 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Architectural remodelling in acute and chronic interstitial lung disease (ILD): fibrosis or fibroelastosis? Histopathology 2000; 37: 393-401. Cambios morfométricos e inflamatorios de la vía aérea pequeña... Ortiz y cols 285 REVISIÓN SISTEMÁTICA Acta Colombiana de Cuidado Intensivo 2013; 13 (4): 286-294. Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia? Revisión sistemática cualitativa de la literatura Guillermo Ortiz, MD.(1); Carmelo Dueñas, MD.(2); Manuel Garay, MD.(3); Germán Díaz, MD.(3); José M. Maestre, MD.(4); Demian Szyld, MD.(5); Ignacio Del Moral, MD.(4); Jenny W. Rudolph, PhD.(6) Resumen la simulación se utiliza para entrenar a los médicos y practicar las habilidades cognitivas en situaciones de crisis e identificación de problemas con resolución constructiva. La sepsis es una enfermedad con incidencia y mortalidad altas. Se evaluó el uso de la simulación en comparación con la educación tradicional, para mejorar la adherencia a los diferentes paquetes de medidas de la campaña de sobrevida a la sepsis en estudiantes. Introducción: se hizo una revisión sistemática de la literatura de tipo cualitativo e integrativo. Se usaron múltiples bases de datos primarias, bases de datos de revisiones sistemáticas y metabuscadores. Los términos MeSH: fueron “medical”, “simulation”, “training”, “sepsis”. En artículos fueron publicados desde enero de 1990 a junio de 2013. Se aplicaron criterios de exclusión y se evaluó la calidad de éstos con el instrumento STROBE modificado. Se tuvieron en cuenta los sesgos de publicación y selección. Materiales y métodos: se identificaron 19 estudios en la búsqueda principal. Se excluyeron tres artículos por el idioma. De los 16 artículos potencialmente elegibles, se descartaron diez estudios por los criterios de exclusión. Finalmente, a los seis artículos restantes se les aplicó el instrumento STROBE, excluyéndose dos de éstos por puntaje bajo. Resultados: Conclusiones: la simulación es un método eficaz en la enseñanza de la sepsis. Se requiere la realización de estudios con alta calidad, buscando identificar el método óptimo para mejorar la adherencia de los diferentes paquetes de medidas en la campaña de sobrevida a la sepsis. Instituto de Simulación Médica, Bogotá, Colombia. (2) Universidad de Cartagena. (3) Hospital Santa Clara, Bogotá, Colombia. (4) Hospital virtual Valdecilla, Santander, España. (5) New York Simulation Center for the Health Sciences, New York, USA. (6) Center for Medical Simulation, Boston, USA. Correspondencia: ortiz_guillermo@hotmail.com (1) Recibido: 26/09/2013. Aceptado: 12/10/2013. 286 Palabras clave: simulación sepsis. Simulation and sepsis: what is the best evidence? Systematic review of the qualitative literature Abstract Introduction: simulation is used to train doctors and practice cognitive skills in crisis situations and identifying constructive resolution problems. Sepsis is a disease with a high incidence and high mortality. We evaluate the use of simulation compared to education to improve adherence to the different bundles of Surviving Sepsis Campaign in students. we conducted a systematic review of the qualitative literature and integrative. We use multiple primary databases, databases of systematic reviews and Metasearch. MeSH terms were “medical”, “simulation”, “training”, “sepsis”. In articles published during January 1990 to June 2013. Exclusion criteria were applied and the quality was assessed with the modified STROBE instrument. Publication bias and selection bias were taken into account. Materials and methods: Results: we identified 19 studies in the main search. 3 items were excluded, because of the language. Of the 16 potentially eligible articles, we discard 10 studios by the exclusion criteria. Finally the remaining six items were administered the STROBE instrument, excluding two articles by a low score. the simulation is an effective method in teaching sepsis. It requires studies with high quality, seeking to identify the optimal method for improving the adhesion of the different packages of measures in the Surviving Sepsis Campaign. Conclusions: Keywords: simulation sepsis. Introducción La simulación está cambiando rápidamente el paradigma de la formación médica que durante siglos permaneció sin alteración (1-3). Nació en la industria de la aviación y de energía nuclear, donde demostró mejorar los diferentes procesos, y recientemente se ha adoptado en salas quirúrgicas y unidades de cuidado intensivo (4, 5). Se utiliza a menudo para entrenar las habilidades técnicas que requieren coordinación ojo-mano, permitiendo a los médicos practicar las destrezas cognitivas. Facilita un medio para que los equipos se entrenen para eventos catastróficos y situaciones de crisis, sin poner la vida del paciente en riesgo; además, proporciona una plataforma para identificar problemas con resolución constructiva de éstos (6-8). En diversos estudios se ha reportado una frecuencia de errores médicos entre 64% a 83% (911), la mayoría de los cuales se relacionan con la imposibilidad de generar trabajo en equipo y/o falta de comunicación. Esto se hace más evidente en ambientes de estrés y que requieren rápida toma de decisiones, como en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y por ello se han tratado de corregir a fin de reducir la frecuencia de eventos adversos (9-11). El uso de la simulación ha demostrado mejorar las habilidades no técnicas en situaciones de crisis, así como el rendimiento del equipo (12). La sepsis es una enfermedad con una alta incidencia y elevada morbimortalidad (13-17). Los pacientes con sepsis grave y shock séptico necesitan un diagnóstico y tratamiento en el menor tiempo posible. Un paquete de medidas basado en la terapia temprana dirigida por objetivos (TTDO), que logre una reanimación rápida y adecuada así como el inicio temprano de antibióticos, ha demostrado mejorar la supervivencia de los pacientes en esas condiciones (18-34). Por el contrario, los retrasos para implementar las medidas anteriores se han relacionado con incremento en la mortalidad (35). Al respecto, existen varias publicaciones que reportan pobre adherencia a estas estrategias efectivas (36, 37). Está claro, así mismo, que se hace necesario generar un cambio de conducta en el personal de salud, que garantice una mayor adherencia al paquete de medidas en pacientes sépticos. De allí surgió la pregunta que motivó el estudio: ¿cuál es la mejor evidencia existente del uso de la simulación comparada con la educación convencional Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia?... Ortiz y cols 287 en sepsis para mejorar la adherencia de estudiantes de pre y post grado a los diferentes paquetes de medidas de la campaña de sobrevida a la sepsis?. Materiales y métodos Se realizó una revisión sistemática de la literatura de tipo cualitativo e integrativo, la cual permite agrupar los tipos de estudios que den respuesta a la pregunta principal. Los participantes de los estudios eran estudiantes de pregrado y postgrado del área de la salud, de cualquier sexo, sin restricción en cuanto a raza o nacionalidad ni tipo de institución educativa. estudios observacionales en Epidemiología) (38). Este instrumento es un indicador de la calidad de los estudios y puede aportar elementos sobre las limitaciones metodológicas y fortalezas en estudios observacionales de tipo de cohortes, casos y controles y estudios transversales. Se aceptaron aquellos estudios para análisis que obtuvieran un resultado mayor al percentil 75 (correspondiente a una puntuación igual o mayor de 17). Criterio de inclusión Métodos de búsqueda para la identificación de los artículos Se incluyeron estudios que evaluaran la simulación versus la educación en estudiantes para mejorar los resultados, teniendo en cuenta las recomendaciones de la campaña de sobrevida para la sepsis. Búsquedas electrónicas Criterios de exclusión Para la revisión de la literatura se utilizaron bases de datos primarias como Medline, Lilacs, Ovid, Ebsco, Web of Science; bases de datos de revisiones sistemáticas como Cochrane; Metabuscadores de tipo TripDatabase y SumSearch. También se utilizaron otros recursos de búsqueda para incluir la literatura gris. Los descriptores o términos MeSH utilizados de manera general fueron: “medical”; “simulation”; “training”; “sepsis”. El periodo de publicación de la búsqueda fue de enero de 1990 a junio de 2013. Inicialmente no se limitó por idioma ni por tipo de diseño. No se realizó contacto con los autores para la búsqueda de artículos no publicados. • Estudios que no estuvieran disponibles en texto completo. Selección de estudios La selección de estudios se realizó en tres etapas para su evaluación. Primero se identificaron los estudios por el título y resumen considerándolos como artículos potenciales aquellos que respondieran a la pregunta principal, realizándose exclusión por idioma diferente al inglés. Luego se seleccionaron los estudios que aparecieron en texto completo y se incluyeron para revisión según los criterios de inclusión especificados. Finalmente, los artículos que llenaron los criterios descritos se evaluaron por medio la herramienta STROBE modificada para este estudio (siglas en inglés de fortalecimiento de la comunicación de 288 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 • Estudios de casos, revisiones, editoriales o artículos de opinión de expertos. Control de sesgos Para la realización de este artículo se tuvieron en cuenta los diferentes sesgos que pudieran alterar el resultado, por ejemplo, sesgo de publicación, para lo cual la búsqueda fue exhaustiva en diferentes bases de datos y de forma manual, utilizando términos MeSH ya descritos. Sin embargo se tomó la información no recuperada como escasa y poco influyente para nuestro estudio. Se tuvo en cuenta también el sesgo de selección, para lo cual se aplicó en la revisión de los criterios de inclusión y exclusión y se realizó de forma rigurosa. El procedimiento de selección se evaluó mediante la declaración para mejorar la comunicación de estudios observacionales en Epidemiologıa (STROBE). Plan de análisis Tres evaluadores analizaron los resultados de los artículos de forma independiente. Los estudios incluidos en la revisión sistemática se organizaron en una tabla de Excel donde se incluyeron los siguiente aspectos que se obtuvieron de forma protocolizada: datos de autores, país, revista, año de publicación, título completo, objetivo, número de participantes, diseño del estudio, medición o método y conclusiones. Resultados En la búsqueda bibliográfica se seleccionaron en total 19 estudios. De éstos se excluyeron tres por estar en un idioma diferente al inglés. En total hubo 16 artículos, potencialmente elegibles, a los cuales se les aplicaron los criterios de inclusión y exclusión, descartándose diez estudios. Finalmente se tomaron seis estudios a los cuales se les aplicó el formato para evaluar la calidad de los estudios (figura 1). Al aplicar el STROBE se excluyeron dos artículos por encontrarse con bajo puntaje. Sólo uno de los estudios tuvo un puntaje STROBE de 18; el resto fue de 17 puntos. En la tabla 1 se muestra el autor principal del artículo, país donde se realizó, revista en donde se publicó, título del estudio, objetivo del estudio, diseño metodológico, método utilizado y conclusiones. Los trabajos encontrados fueron publicados en revistas principalmente con enfoque de emergencias y solo una era de Anestesiología. La mayoría se publicó en Norte América (Estados Unidos). Dos 2009 y dos en 2012. El número de estudiantes en cada estudio varió entre 26 hasta 98 participantes. Todos eran estudios de cohortes que tenían como objetivo principal evaluar el aprendizaje de la sepsis por medio de la simulación. En cuanto a temporalidad, los trabajos eran prospectivos, con cortos periodos de tiempos evaluados. Solo uno de ellos se realizó de forma multicéntrica, y a dos se les realizó aleatorización. Los métodos de evaluación de los participantes fueron muy diversos; se utilizaron diferentes test pre y post-entrenamiento. Los resultados principales de los estudios mostraron que la simulación es un método adecuado para el entrenamiento del personal de la salud en el tratamiento de la sepsis. Discusión La simulación es una herramienta utilizada en la enseñanza de ciencias básicas, clínica y procedimientos quirúrgicos (43-45). Sin embargo, existen algunas creencias que limitan su uso en algunos escenarios, por lo cual se consideró importante la realización de esta revisión, centrada en una patología tan relevante como la sepsis. Figura 1. Selección de trabajos. Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia?... Ortiz y cols 289 Tabla 1. Resumen de las principales características de los estudios analizados. Autores país revista/ año Título Objetivo Diseño del Número de estudio participantes Conclusiones Puntaje STROBE Evaluación de los participantes (escala LIKERT). Evaluación interobservador en tiempo real y en video Métodos de evaluación igualmente confiables 18 98 participantes Estudio de cohortes prospectivo multicéntrico aleatorizado Evaluación pre test, lectura inicial vs. simulación y un segundo test La simulación puede mejorar las habilidades del residente en sepsis severa 17 Evaluar la influencia del curso de CRM SA y el desempeño médico en situaciones de crisis y para comparar los resultados con los efectos de un entrenamiento en el simulador puramente clínico Estudio de 61 estudiantes cohortes de Medicina prospectivo, aleatorizado, controlado. Tres grupos; todos los estudiantes recibieron una charla sobre las directrices sepsis; un grupo participó en un entrenamiento en simulador de 1,5 días en sepsis, un segundo grupo participó en un curso de conocimiento de la situación y el tercer grupo no obtuvo ningún tipo de formación. Se utilizó la herramienta situación conciencia global de evaluación (SAGAT) Puntajes SAGAT fue mayor después de la formación en el simulador, pero no después del entrenamiento del curso de conocimiento 17 El uso de la simulación de la enseñanza basada en la formación médica para aumentar el conocimiento clínico futuro en los tratamientos anteriores para sepsis grave y shock séptico Estudio de cohortes prospectiva Evaluación pre y post entrenamiento en la terapia temprana dirigida por metas en sepsis severa y shock séptico La simulación médica es un método eficaz para educar 17 Justin et al. Academic Emergency Medicine 2009. USA (39) Intermethod reliability of real-time versus delayed videotaped evaluation of a high-fidelity medical simulation septic shock scenario Evaluación del desempeño de los participantes (residentes) en simulación médica de alta fidelidad (video vs. tiempo real) Estudio de cohortes Chih-Huang Li Emerg Med J. 2012; 29: 559564 USA (40) A multinational randomised study comparing didactic lecture with case scenario in severe sepsis medical simulation course Efectos didácticos de la lectura vs. casos simulados en sepsis severa Hänsel et al. Minerva Anestesiol. 2012; 78: 901-9 Alemania (41) Impact of simulator training and crew resource management training on finalyear medical students performance in sepsis resuscitation: a randomized trial Bryant Nguyen et al. Resuscitation. 2009; 80 674679 USA (42) An educational course including medical simulation for early goaldirected therapy and the severe sepsis resuscitation bundle: an evaluation for medical student training 290 Medición o método Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 26 residentes 63 estudiantes Sólo se encontró una cantidad muy limitada de estudios que pudieran responder la pregunta principal, posiblemente por ser un campo relativamente nuevo que requiere más investigación, no sólo en sepsis sino en otros escenarios como síndrome coronario, trauma, síndrome de distrés respiratorio agudo, entre otros. El modelo tradicional de enseñanza médica actual tiene como base la imitación, con la principal ventaja de la capacitación en un campo real y el aprendizaje en el ámbito laboral. Como desventajas se tienen la supervisión mínima y la retroalimentación limitada, lo que lleva a la falta de preparación del estudiante ante diferentes situaciones, como por ejemplo en el manejo de un paciente con diagnóstico de sepsis. Con el fin de corregir estas desventajas, la simulación ha tomado fuerza en los diferentes programas de pregrado y posgrado, ya que mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje del personal de la salud, lo cual lo demuestran los estudios encontrados en la revisión. Esta técnica se ha utilizado de manera exitosa en posgrado para el entrenamiento de residentes en Medicina de emergencias, Cuidado crítico y Anestesiología, pues disminuye el estrés y mejora las habilidades cuando se han realizado entrenamientos previos (46). Todos los estudios de la revisión fueron de tipo cohorte, epidemiológicos, observacionales, analíticos, longitudinales que pueden ser prospectivos o retrospectivos. Se determinó que todos fueran prospectivos ya que se requería para lograr los objetivos planteados. Estos estudios se usan para comparar la frecuencia de determinado desenlace entre dos poblaciones, donde una está expuesta a cierto factor de exposición, en este caso educar por medio de simulación versus otras técnicas. Las poblaciones se seleccionan en función de la presencia de determinada característica, que para el caso de la revisión fue ser estudiante de Medicina (47). Se utilizó la aleatorización para distribuir al azar la población en cada grupo de estudio, lo que garantiza que los estudios sean comparables y homogéneos lo cual evita el sesgo del investigador y mejora las significancias estadísticas. Sólo dos de los estudios analizados fueron aleatorizados, hecho que disminuyó las deficiencias mencionadas previamente. Ninguno de los estudios fue enmascarado; sólo uno fue multicéntrico. Al utilizar esta técnica podrían aumentar el número de participantes en forma más rápida y tomando una población de forma global. De todos, este fue el estudio de mayor tamaño. La evaluación del desempeño en la simulación es difícil, sobre todo en factores no técnicos relativamente subjetivos. Hasta el momento el consenso de expertos es el método más utilizado para el establecimiento de estas normas de competencia, realizando diferentes pruebas que necesitan una puntuación para aprobar un examen. La escala LIKERT se usa para evaluar diferentes actitudes en un contexto social (48) y se empleó como método de evaluación en uno de los estudios. Los demás estudios utilizaron diferentes test previo y post-entrenamiento. Otra herramienta que en la actualidad se ha tornada más popular es el empleo del video para evaluar la capacidad para trabajar y comunicarse entre sí durante una crisis; sin embargo, sólo uno de nuestros estudios utilizó esta técnica (49). La reflexión posterior a la realización de una simulación (debriefing), no se especificó en todos los estudios analizados. Esta es una estrategia educativa para mejorar el conocimiento médico y la adquisición de habilidades, aunque todavía no se conoce su evaluación a largo plazo (50). Hoy existe tendencia a aumentar el uso de la simulación en educación médica utilizando retroalimentación activa en diferentes escenarios clínicos, característica que la convierte en un instrumento innovador y eficaz en la educación del personal de salud. Los resultados de los estudios analizados demuestran que los estudiantes mejoran sus habilidades con la utilización de la simulación. Las conversaciones específicas sobre el tema, antes y después, con el apoyo de lecturas complementarias, mejoraron la Simulación y sepsis: ¿cuál es la mejor evidencia?... Ortiz y cols 291 confianza del estudiante para desarrollar diferentes tareas. Está claro que los estudiantes sólo recuerdan un 10% de lo que leen, mientras que si lo realizan recuerdan el 90% (51). Existen muy pocos estudios que evalúen las ventajas de la simulación en sepsis. Además, la heterogeneidad de los estudios encontrados en la revisión sistemática no permite la elaboración de un meta-análisis por imposibilidad de efectuar mediciones cuantitativas. Los puntajes de STROBE encontrados demuestran que estos estudios no tienen una rigurosa metodología epidemiológica para su realización. Se encontraron múltiples veces en las que no se tuvo en cuenta la prevención de los diferentes sesgos en los estudios. Igualmente, los métodos estadísticos utilizados en algunos casos fueron confusos. La mayoría de estudios no refieren ni niegan patrocinador. Limitaciones Esta revisión utilizó la técnica de revisiones sistemáticas enfocada a la revisión de la literatura, la cual está limitada por la calidad de los estudios incluidos en la revisión y por la metodología de la misma. Los estudios de cohortes, que fueron los revisados, son susceptibles de sesgos, en especial de selección e información, así como de confusión. En esta revisión se tuvo restricción de idioma inglés en las búsquedas, por falta de disponibilidad de los artículos en las bases de datos. Conclusiones La simulación es un método eficaz para enseñar los paquetes de medida de la campaña de sobrevida a la sepsis, y mejora las habilidades de los estudiantes frente a este tipo de pacientes. Sin embargo, sigue existiendo la necesidad de investigación de alta calidad, que busque identificar el método óptimo en sepsis a fin de mejorar la adherencia, la entrega de información y la medición de los diferentes paquetes de medidas de la campaña de sobrevida a la sepsis en los estudiantes. Conflictos de interés No se declaró ningún tipo de conflicto de interés de tipo académico, político o financiero, para la realización del estudio. 292 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Bibliografía 1. Ziv A, Erez D, Munz Y, et al. The Israel Center for Medical Simulation: a paradigm for cultural change in medical education. Acad Med. 2006; 81: 1091-1097. 2. Kneebone R, Nestel D, Wetzel C, et al. The human face of simulation: patient-focused simulation training. Acad Med. 2006; 81: 919-924. 3. Bradley P. The history of simulation in medical education and possible future directions. Med Educ. 2006; 40: 254262. 4. Sexton HJB, Thomas EJ, Helmreich RL. 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Síndrome inflamatorio de reconstitución inmune en un paciente con histoplasmosis pulmonar y mediastinitis fibrosante: reporte de un caso María Margarita Casanova, MD.(1); Giovani Lastra, MD.(2) Resumen El síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI) es una enfermedad cada vez más común que se ha descrito en individuos inmunosuprimidos una vez se restaura la función inmune. En este caso, una paciente femenina de 32 años de edad VIH-positivo con histoplasmosis pulmonar se trató con TARVc y anfotericina B. La anfotericina B fue reemplazada más tarde con itraconazol (400 mg/ día). Dos meses después del inicio de la terapia, las lesiones pulmonares mejoraron, pero presentó deterioro clínico dado por disnea y dolor torácico. En control radiográfico se evidenció obstrucción completa del bronquio fuente izquierdo con el subsecuente colapso pulmonar ipsilateral por mediastinis fibrosante. Se descartó coinfección y se decidió dar manejo de soporte y corticoides orales. En exámenes posteriores se documentó un aumento del recuento de células T-CD4+ de más de 20 veces el conteo inicial. Esta respuesta paradójica, junto con el aumento concomitante en las células T-CD4+ y la carga viral indetectable después de iniciada la TARVc, sugiere que se trató de un caso de síndrome inflamatorio de reconstitución inmune. Palabras clave: histoplasmosis, mediastinitis fibrosante, fibrosis mediastinal, mediastinitis esclerosante, síndrome inflamatorio de reconstitución inmune. Immune reconstitution inflammatory syndrome in a patient with pulmonary histoplasmosis and fibrosing mediastinitis: report of a case Abstract (1) Médico y Cirujano, Hospital Universitario de Neiva. (2) Internista Neumólogo, Hospital Universitario de Neiva, Docente Universidad Surcolombiana Correspondencia: giovanilastra@yahoo.com Recibido: 19/06/2013. Aceptado: 22/07/2013. Immune Reconstitution Inflammatory Syndrome (IRIS) is an increasingly common disease that has been described in immunosuppressed individuals once the immune function is restored. In this case, a 32-year-old, HIV-positive, female patient with pulmonary histoplasmosis was treated with cARVT and amphotericin B. Itraconazole (400mg/day) was later substituted for amphotericin B. Two months after initiation of therapy, the pulmonary lesions improved, but the patient showed clinical deterioration given by dyspnea and chest pain; radiographic control evidenced complete obstruction of the left main bronchus with complete ipsilateral lung collapse due to fibrosing mediastinitis. Coinfection was ruled out, and it was decided to initiate supportive management and oral corticoids. Subsequent tests documented a 20-fold increase in CD4+T-cells with regard to the 295 initial count. The paradoxical clinical response, together with the concomitant CD4+T-cell increase and the undetectable viral charge after the initiation of cARVT suggests a case of IRIS. Keywords: histoplasmosis; fibrosing mediastinitis; mediastinal fibrosis; sclerosing mediastinitis; immune reconstitution inflammatory syndrome. Introducción Reporte de caso El síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI) es una enfermedad caracterizada por una reacción inflamatoria exuberante a infecciones oportunistas previamente no reconocidas, al cual se denomina específicamente SIRI desenmascarado, o desencadenada durante el tratamiento apropiado de infecciones oportunistas documentadas, llamado también SIRI paradójico. Se describe principalmente en el escenario de pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), posterior al inicio de la terapia antirretroviral altamente activa (TARVc), sumado a la restauración de la función inmune previamente comprometida. Con la introducción de la TARVc en 1996, se produjo un impacto significativo en la reducción de la mortalidad y la aparición de eventos oportunistas relacionados con el SIDA (1-3). Sin embargo, subsecuentemente se reportó un incremento importante en los casos de reacciones paradójicas con empeoramiento de los síntomas clínicos de infecciones oportunistas y reacciones inflamatorias severas, los cuales fueron descritos en 1992 en pacientes que recibían monoterapia con zidovudina (1, 4) y aun más tempranamente, en 1984 y 1995, en casos de tuberculosis no relacionada con VIH, después del inicio del tratamiento específico (1, 5). De esta manera, junto con el variado espectro de infecciones oportunistas que afectan a los pacientes con VIH, existe este grupo de desórdenes inflamatorios con presentaciones atípicas en aquellos que inician recientemente la TARVc (6). Este informe describe un caso de SIRI asociado a mediastinitis fibrosante, causado por histoplasmosis pulmonar en una paciente con VIH después de iniciado el tratamiento específico adecuado y la terapia antirretroviral. Paciente de género femenino, de 32 años de edad, procedente de Baraya (Huila), madre de tres hijos sin antecedentes previos conocidos, cuya presentación clínica se caracterizó por curso de dos meses de tos productiva, disnea y dolor pleurítico en hemitórax derecho, asociado a dolor faríngeo, disfagia y aparición de placas en paladar blando. Una semana previa al ingreso hubo incremento de la sintomatología acompañada de fiebre y exacerbación de la dificultad respiratoria. A la exploración física se encontraron aftas en la cavidad oral y estertores pulmonares bilaterales, sin tirajes. La radiografía de tórax y la tomografía axial computarizada de alta resolución (figura 1) mostraron infiltrado intersticial retículo-nodular difuso de predominio basal y perihiliar. La prueba ELISA para VIH fue positiva y se confirmó con Western Blot. Se inició tratamiento anti-TBC por sospecha radiológica de TBC miliar y se realizó 296 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 Figura 1. TACAR de tórax que muestra infiltrado intersticial retículo-nodular difuso bilateral, con áreas de coalescencia que configuran macronódulos, y disminución del calibre de los bronquios fuente. fibrobroncoscopia que evidenció múltiples lesiones nodulares de 1 a 2 mm, recubiertas de fibrina y edema de toda la mucosa de tráquea, carina y bronquios fuente derecho e izquierdo de las cuales se tomó biopsia, cuya patología reportó histoplasmosis pulmonar (figura 2). La PCR para Micobacterias en lavado bronquio-alveolar fue negativa, por lo que se suspendió el tratamiento anti-TBC, y se inició anfotericina B y fluconazol endovenosos. Al tercer día del tratamiento se inició terapia antirretroviral (zidovudina 600 mg/día más lamivudina 300 mg/día+ efavirenz 600 mg/ día). La carga viral inicial fue de 10.439 copias de RNA/mL (4.0 log10 copias de RNA/mL), y el recuento de células T-CD4+ de 8 células/mm3. La inmunodifusión para hongos fue negativa, con antigenuria para histoplasma positiva. Durante el tratamiento presentó bicitopenia (anemia y leucopenia) por lo que se realizó aspirado y biopsia de médula ósea que descartó infección diseminada. Se completaron dos semanas de tratamiento de inducción con anfotericina B y se dio ciclo de corticoide con mejoría clínica, de ahí que se decidió dar de alta con itraconazol oral y terapia antirretroviral. Reingresó doce días después por deterioro de la disnea hasta el reposo asociada a tos sin fiebre, sibilancias a la auscultación en ambos campos pulmonares y tirajes. La TACAR comparativa evidenció disminución del infiltrado intersticial retículo-nodular difuso bilateral (figura 3), sin lesiones nuevas. Se descartó coinfección oportunista, BK de esputo negativo. Se inició ciclo de prednisona 30 mg/día por seis días y tratamiento inhalado (salbutamol + beclometasona) con persistencia sintomática de bronco-espasmo. Posteriormente se administró hidrocortisona 100 mg cada seis horas por cinco días adicionales. Finalmente se decidió adicionar naproxeno 250 mg cada ocho horas por evolución sintomática tórpida. En la cuarta semana de hospitalización presentó episodio súbito de dolor torácico y exacerbación de la disnea con disminución de los ruidos respiratorios en el campo pulmonar izquierdo. Una nueva radiografía de tórax mostró velamiento de todo el campo pulmonar a b Figura 2. (a) Los extendidos citológicos muestran, en un fondo eosinofílico amorfo, células epiteliales escamosas y epiteliales bronquiales con cambios reactivos, linfocíticos e histiocíticos, algunos de los cuales contienen levaduras en su citoplasma. (b) Los cortes de la biopsia muestran fragmentos de tejido fibroconectivo con fibroblastos reactivos, linfocitos frecuentes e histiocitos abundantes que contienen levaduras en su citoplasma. Figura 3. En análisis comparativo con el estudio anterior, con la ventana para tejido pulmonar, se observa mejoría del infiltrado intersticial retículo-nodular difuso bilateral; hay algunas áreas de consolidación parcialmente definidas, así como leves dilataciones bronquiales y espesamiento de los tabiques interlobulillares. Síndrome inflamatorio de reconstitución inmune... Casanova y cols 297 izquierdo (figura 4), con signos de pérdida de volumen dados por disminución de la amplitud de los espacios intercostales y retracción de la tráquea ipsilateral. La TAC de tórax de control mostró obstrucción del bronquio fuente izquierdo (figura 5). Se realizó fibrobroncoscopia en la cual se halló obstrucción del 100% de la luz del bronquio, con Figura 4. Opacidad de los segmentos superiores del pulmón izquierdo con discreta tracción del mediastino hacia el mismo lado, indicativo de un cuadro de atelectasia. Hemitórax derecho con signos de hiperinsuflación. Figura 5. El pulmón izquierdo presentó atelectasia total, lo que ocasionó tracción homolateral de las estructuras del mediastino. Se observa disminución de la amplitud del bronquio fuente izquierdo. El pulmón derecho tiene signos de hiperinsuflación compensatoria y presenta infiltrado intersticial micronodular difuso. 298 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 fibrosis del tejido. Se intentó dilatación, con poco éxito, debido a que había signos de estenosis distal a la obstrucción, por lo que no se consiguió una adecuada recanalización del bronquio, dejando una luz de 3 mm. Se infiltró corticoide local; sin embargo no se observaron cambios clínicos ni en el control radiográfico. En imagen tomográfica de control se encontró tejido con densidad de tejido blando que rodea y oblitera el bronquio fuente izquierdo, y pulmón derecho con mejoría de los granulomas. Se decidió continuar manejo ambulatorio con itraconazol oral, oxígeno domiciliario, tratamiento antirretroviral y prednisona 30 mg/día por dos semanas. El diagnóstico del síndrome de reconstitución inmune se hizo con base en la disfunción pulmonar progresiva después de la clara mejoría clínica con la terapia patógeno-específica instaurada antes del inicio de la TARVc, y una vez se descartó la posibilidad de una infección oportunista no documentada previamente, con la ausencia de microorganismos en el estudio del lavado broquio-alveolar, así como en la resolución espontánea de los síntomas sin una terapia antimicrobiana específica (3, 7). En este caso, considerando la evolución tórpida de los síntomas respiratorios a pesar del uso de anti-inflamatorios no esteroideos (AINE), se decidió continuar una dosis baja de corticoides por cuatro semanas. En control ambulatorio tres semanas después del egreso, presentó mejoría de la disnea. En resonancia magnética de tórax se encontraron hallazgos compatibles con colapso del pulmón izquierdo asociado a obstrucción del bronquio fuente ipsilateral por fibrosis mediastinal secundaria; se observó, además, hiperexpansión del pulmón derecho con desviación contralateral del mediastino, el cual presentó pequeños focos nodulares captadores de contraste localizados en el tercio superior, debiendo corresponder a granulomas del proceso infeccioso en tratamiento, pequeñas cavitaciones secuelares en el remanente del tejido pulmonar izquierdo colapsado (figuras 6a y b). El control virológico e inmunológico posterior reportó una carga viral menor de 40 copias de RNA/mL, y el recuento de células T-CD4+ fue de 183 células/mm3. a b Figura 6. (a) Imagen de resonancia magnética en la que se observa pulmón izquierdo colapsado, retraído posteriormente en su totalidad, con captación heterogénea del medio de contraste. Se aprecia también tejido de aspecto fibrótico retrotraqueal el cual capta levemente el medio de contraste traccionando la tráquea y los bronquios fuente a la izquierda, obliterando el bronquio fuente izquierdo. (b) Tráquea lateralizada a la izquierda por hiperexpansión del pulmón derecho, el cual presenta pequeños nódulos realzados por el contraste debiendo corresponder a focos de proceso infeccioso en tratamiento. Discusión El SIRI es un estado de enfermedad cada vez más reconocido, que se define por la reconstitución gradual de la inmunidad patógeno-específica del huésped, sumado a una respuesta inflamatoria exagerada, dada por la mejoría de la función inmune (8, 9). Este síndrome inflamatorio se ha descrito en otros escenarios clínicos, como en casos de neutropenia después de la recuperación de los recuentos celulares, al igual que en pacientes que toman medicamentos inmunosupresores, después de suspenderlos (9). Sin embargo, en pacientes infectados por el VIH, el SIRI es consecuencia de la supresión de la replicación viral y el incremento en el conteo de células T-CD4+ por efecto de la TARVc (3). Aunque los criterios definitorios de la enfermedad aún son poco claros (10), existen algunos acercamientos en lo referente a los factores de riesgo para desarrollarla; por ejemplo, un conteo basal de células T-CD4+ menor de 50/uL, y un intervalo corto o simultáneo entre el inicio de la terapia de infecciones oportunistas y la TARVc. Sin embargo, cuándo iniciar la TARVc en un paciente con una infección oportunista activa continúa siendo controversial, si se considera que el riesgo de morbilidad y mortalidad por una nueva infección oportunista se incrementa mientra más tiempo se retrase el inicio de la TARVc, especialmente en pacientes con conteos bajos de células T-CD4+ (11-13). Se cree que el SIRI resulta de una activación inmune descontrolada a una variedad de estímulos antigénicos con una posterior tormenta de citoquinas, siguiendo el inicio de la TARVc. El sistema inmune funciona bajo un fino equilibrio entre el anfitrión y el organismo infectante, y tanto la función inmunológica subóptima como la excesiva, pueden ser perjudiciales para el huésped. En el SIRI, un sistema previamente subóptimo que ha sido infectado por un organismo oportunista se vuelve hiperactivo después de la eliminación de la fuente inmunosupresora (8). El SIRI se ha descrito con varias infecciones oportunistas, y las fúngicas son algunas de las más observadas. A nivel celular, el sistema inmune equilibra citoquinas de las vías TH1 y TH2. La vía TH1 libera interferón gamma, que es pro-inflamatorio. Las células TH2 liberan citoquinas antiinflamatorias e inmunosupresoras (14). En el paciente infectado por VIH-1, que ha iniciado la TARVc, los niveles de RNA viral caen, el recuento de T-CD4+ mejora y el equilibrio se desplaza de TH2 a TH1. En este punto se puede ver el síndrome clínico de SIRI en el paciente. Desde el punto de vista clínico, el SIRI se puede manifestar de dos formas. El “SIRI desenmascarado”, corresponde a una respuesta inmune que no estaba causando una enfermedad abiertamente reconocida antes del inicio de la TARVc. Síndrome inflamatorio de reconstitución inmune... Casanova y cols 299 Este tipo de presentación usualmente es causada por organismos viables. En el “SIRI paradójico”, la infección oportunista está presente al iniciar la TARVc la cual empeora con la terapia. Esta podría ser una respuesta a patógenos vivos o a antígenos de patógenos no viables (10, 11). El caso que se expone corresponde a un SIRI paradójico. Aunque los casos de SIRI asociado a histoplasmosis son menos frecuentes que para otras infecciones por hongos (Cryptococcus neoformans y Pneumocystis jirovecii), este se puede presentar clínicamente con incremento de los nódulos pulmonares y linfadenopatías mediastinales (6, 11, 15). Si bien el diagnóstico del SIRI es esencialmente de exclusión de otras causas, se han propuesto criterios para el diagnóstico en infecciones oportunistas por hongos: nueva aparición o empeoramiento del proceso inflamatorio por examen clínico o radiológico (incluyendo pleocitosis en el LCR, aumento de la PIC, hipercalcemia inexplicable, crecimiento de las lesiones contrastadas en las neuroimágenes); síntomas que se presentan mientras el paciente está recibiendo el tratamiento antifúngico adecuado y que no pueden ser explicados por una infección recientemente adquirida, y resultados negativos de los cultivos o biomarcadores estables o reducidos para el hongo patógeno inicial (8). En el caso de la paciente estudiada se cumplió el criterio de deterioro clínico y no se visualizaron formas de levaduras en el estudio del lavado bronquio-alveolar realizado durante la exacerbación de los síntomas que motivaron su segunda hospitalización; adicionalmente se descartó coinfección. Por otro lado, la reacción inflamatoria exuberante produjo hipoxia e incremento de la disnea, consecuencia de la obstrucción del bronquio fuente, y subsecuente colapso del pulmón izquierdo documentado en los estudios iniciales. Finalmente, la reducción en la carga viral, el incremento en los recuentos de células T-CD4+ desde el diagnóstico de SIDA y la mejoría clínica sin un tratamiento antimicrobiano adicional, permitieron el diagnóstico diferencial entre una recaída secundaria a una reducción en la inmunidad por falla de la TARVc, y el SIRI. Con el tiempo, la resonancia magnética del tórax demostró que el colapso del bronquio fuente se debió a una mediastinitis fibrosante, que 300 Acta Colombiana de Cuidado Intensivo Volumen 13 Número 4 corresponde a una complicación rara de la histoplasmosis pulmonar (16). Se cree que la mediastinitis fibrosante se produce por la ruptura de nódulos linfáticos caseificantes en el mediastino, invocando una reacción inflamatoria intensa que conlleva fibrosis. No obstante, explicaciones alternativas proponen anormalidades en la organización del colágeno, predisposición genética, o superposición de diferentes mecanismos patogénicos (17). Cualesquiera que sea el proceso fisiopatológico responsable, parece evidente que la naturaleza y el vigor de la respuesta del huésped es de vital importancia. Este proceso benigno de “curación” produce efectos fisiológicos significativos debido a la naturaleza compacta del mediastino y a la importancia y vulnerabilidad de sus estructuras (18). En el plano clínico se manifiesta de acuerdo con la estructura mediastinal involucrada, la cual puede ser la vía aérea, la vena cava superior, el esófago, los vasos pulmonares mayores y los nervios mediastinales (18). Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad parecen ser el resultado, tanto de los factores del huésped, como de la infección en sí misma y de acuerdo a esto, la terapia ha sido dirigida a la repuesta inflamatoria del huésped. Aunque por lo regular es un proceso autolimitado (17, 19), algunas series de casos han reportado éxito con el empleo de corticoides (17, 20) y tratamientos quirúrgicos, principalmente en casos en los que hay compromiso bilateral de estructuras vitales (16). En el caso clínico abordado, hubo compromiso unilateral de la vía aérea, con episodios de broncoespasmo severo que motivaron a suministrar tratamiento con AINE y corticoides, con la esperanza de evitar la progresión de la sintomatología hasta la falla ventilatoria. De forma similar, el tratamiento del SIRI es predominantemente de apoyo (9). Las infecciones oportunistas documentadas deben ser, por supuesto, óptimamente tratadas. En general, los AINE se reservan para las manifestaciones leves, y los esteroides para casos de inflamación severa (10) que puedan comprometer el SNC y la vía aérea (11). Aunque ciertas manifestaciones de SIRI pueden llevar a la muerte, los pacientes que lo presentan no tienen una mayor mortalidad comparados con otros pacientes infectados con VIH que reciben TARVc, de manera que el desarrollo de esta condición no es una indicación para interrumpir la TARVc (6, 21); sin embargo se requiere una cuidadosa revisión basada en cada caso para determinar si la terapia debe o no continuar durante el SIRI (11). 5. Park JA, Park SS, Park SE. A paradoxical reaction during antituberculosis therapy for congenital tuberculosis. Int J infect Dis. 2009; 13: e279-81. Conclusión 8. Singh N, Perfect JR. Immune reconstitution syndrome associated with opportunistic mycoses. Lancet Inf Dis. 2007; 7: 395-401. Aunque se podría pensar que la mediastinitis fibrosante documentada en estudios posteriores, pudo corresponder al curso natural de la infección pulmonar por histoplasma, después de la evaluación del escenario específico del caso discutido, el equipo tratante consideró que ésta corresponde a una manifestación de SIRI, si se tiene en cuenta, además de los criterios clínicos de diagnóstico, el bajo recuento de células T-CD4+ al inicio del tratamiento, la asociación casi simultánea del tratamiento antifúngico y la TARVc, la erradicación histológica del hongo en los estudios posteriores al deterioro sintomático, y, por último, el incremento significativo de los linfocitos T-CD4+, de más de 20 veces el conteo basal, así como el descenso de la carga viral a niveles indetectables a solo seis meses de iniciada la TARVc. Finalmente, puede decirse que, si bien se evitó la progresión de la mediastinitis a compromiso bilateral de los bronquios fuente, lo cual habría generado un desenlace fatal en la paciente, no existen estudios clínicos prospectivos aleatorios que evalúen el manejo óptimo de quienes cursan con SIRI, y el beneficio del uso esteroides y AINE en el tratamiento se reporta como anecdótico. Bibliografía 1. Passos L, Talhari C, Santos M, Ribeiro-Rodrigues R, de Lima Ferreira LC, Talhari S. Histoplasmosis-associated immune reconstitution inflammatory syndrome. An Bras Dermatol. 2011; 86 (4Supl.1): S168-72. 2. Mocroft A, Ledergerber B, Katlama C, Kirk O, Reiss P, d’Arminio Monforte A, et al. Decline in the AIDS and death rates in the EuroSIDA study: an observational study. Lancet. 2003; 362: 22-9. 3. Muller M, Wandel S, Colebunders R, Attia S, Furrer H, Egger M. 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