Download La taxonomía de los eventos de seguridad de pacientes: una
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
International Journal for Quality in Health Care 2005; Volume 17, Number 2: pp. 179–183 10.1093/intqhc/mzi030 Abstracts en este número La taxonomía de los eventos de seguridad de pacientes: una terminología y esquema de clasificación estandarizada para los incidentes y eventos adversos. Desarrollo de un conjunto de indicadores estratégicos de funcionamiento del sistema en la atención al cáncer en Ontario, Canadá. ANDREW CHANG, PAUL M. SCHYVE, RICHARD J. CROTEAU, DENNIS S. O’LEARY AND JEROD M. LOEB ANNA GREENBERG, HELEN ANGUS, TERRENCE SULLIVAN AND ADALSTEINN D. BROWN Int J Qual Health Care 17: 95–105 Int J Qual Health Care 17: 107–114 Antecedentes: Las discusiones nacionales sobre seguridad del paciente no se basan en un lenguaje común. Ello dificulta la aplicación de los datos obtenidos en los reportes de incidentes y el aprendizaje a partir de incidentes y eventos adversos. Objetivos: Desarrollar un conjunto de indicadores de rendimiento de sistema para el tratamiento del cáncer, científicamente aceptable y útiles para la gestión en Ontario, Canadá Objetivo: Desarrollar una terminología y esquema de clasificación (taxonomía) comunes para recoger y organizar los datos sobre seguridad del paciente. Métodos: El proyecto incluyó una revisión sistemática de la literatura, la evaluación de las clasificaciones y terminologías sobre seguridad del paciente existentes y la identificación de aquéllos que deberían incluirse en la clasificación básica de la taxonomía estandarizado, evaluación de la validez aparente y de contenido de la taxonomía; la recogida de las aportaciones de los interesados en la seguridad del paciente de múltiples disciplinas y un estudio preliminar de la fiabilidad comparativa de la taxonomía. Resultados: Los elementos (terms) y estructuras (capos de datos) de los esquemas de clasificación y sistemas de declaración existentes pueden agruparse en cinco nódu los raíz complementarios o clasificaciones primarias: impacto, tipos, domicilio, causa y prevención o mitigación. Los nódulos raíz se dividen en veintiuna clasificaciones que a su vez se dividen en 200 categorías codificadas y un número infinito de campos de texto no codificados para capturar la información narrativa. Una versión anterior de la taxonomía (n= 111 categorías codificadas) demostró una comparabilidad aceptable con los requerimientos de datos del sistema de declaración de seguridad del ICU ( ICUsrs ). Conclusiones: Los resultados sugieren que la taxonomía de eventos de seguridad del paciente de la Joint Commission on Accreditation of Health Care Organization (JCAHO) puede facilitar una aproximación común para los sistemas de información sobre seguridad del paciente. El acceso a datos estandarizados puede hacer más fácil rellenar la declaración de eventos de seguridad y conducir el análisis de causas raíz de forma consistente. Implementación: Utilizando un método modificado de panel Delphi, compuesto por una revisión bibliográfica sistemática y múltiples de rondas estructuradas de feedback de 34 expertos, el Cancer Quality Council de Ontario desarrolló un conjunto de indicadores de calidad desde la prevención del cáncer a los cuidados del final de la vida. Para que fueran útiles tanto a los proveedores de servicios como a los gestores, los criterios de selección de indicadores debían tener un claro enfoque en el sistema del cáncer, ser relevante para gran diversidad de proveedores de cáncer, ser una fuerte conexión con la misión y los objetivos estratégicos del sistema de tratamiento y tener un claro enfoque de los resultados de indicadores, debían contar con objetivos y datos para el benchmarking, debía ser factible que se popularizaran, y tener credibilidad la medida como un indicador de calidad. Para asegurar que los indicadores seleccionados medirían el progreso longitudinal respecto a unas metas específicas ampliamente aceptadas, creamos un mapa estratégico basado en cinco objetivos estratégicos del sistema de tratamiento de cáncer de Ontario: (1) mejorar la medición y la información de la calidad del tratamiento de cáncer (2) aumentar el uso de la evidencia y la innovación en la toma de decisiones (3) mejorar el acceso a los servicios de cáncer y reducir las listas de espera (4) aumentar la eficiencia entre sistemas (5) reducir la carga del cáncer. Se identificación 36 indicadores considerados adecuados para la medida rutinaria del sistema de cáncer de Ontario tras un análisis de los indicadores evaluados por expertos, y el ejercicio de mapeo de la estrategia. Lecciones aprendidas: El instrumento resultante incorpora evidencia creíble de medidas de rendimiento alineadas con los cinco objetivos estratégicos del sistema de cáncer de Ontario. Representa la integración de la cultura de gestión, centrada en la implementación de nuevas direcciones estratégicas para el sistema de cáncer, teniendo como fondo la cultura basada en la evidencia de los clínicos. International Journal for Quality in Health Care vol. 17 no. 2 © The Author 2005. Published by Oxford University Press on behalf of International Society for Quality in Health Care; all rights reserved 179 Abstracts en este número Frecuencia del contacto médico-paciente en la atención del enfermo renal y cumplimiento de los objetivos clínicos. Predictores de guias de práctica clínica de alta calidad: ejemplos en oncología. LAURA C. PLANTINGA, BERNARD G. JAAR, NANCY E. FINK, JOHN H. SADLER, NATHAN W. LEVIN, JOSEF CORESH, MICHAEL J. KLAG AND NEIL R. POWE BEATRICE FERVERS, JAKO BURGERS, MARGARET C. HAUGH, MELISSA BROUWERS, GEORGE BROWMAN, FRANCOISE CLUZEAU AND THIERRY PHILIP Int J Qual Health Care 17: 115–121 Int J Qual Health Care 17: 123–132 Objetivo: Examinar si la frecuencia del contacto con el médico está asociada con medidas de calidad de cuidados que reflejan la práctica clínica en los pacientes con enfermedad renal crónica. Objetivo: Las guías de práctica clínica se utilizan de forma extendida como herramientas efectivas para la mejora en la gestión del paciente con cáncer. De todas formas, hay un interés creciente en la variabilidad de la calidad de estas guías. En este estudio se identifican predictores de alta calidad en las guías oncológicas. Diseño: Estudio prospectivo de cohorte de pacientes renales en estado terminal, comenzado en 1995 y con un seguimiento de dos años y medio. Ámbito: 17 Clínicas de diálisis sin ánimo de lucro de los Estados Unidos. Participantes en el estudio: 678 pacientes de hemodiálisis de los que se dispone de información sobre la frecuencia media del contacto médico-paciente en cada clínica (baja: mensual o menos frecuente; intermedia: entre mensual y semanal; alta: mayor que semanal) determinada por una encuesta clínica. Principales medidas de resultado: Logro a los seis meses de los objetivos clínicos aceptados de albumina ( ≥ 3.5g/dl), fosfato de calcio (Ca-P) producto (< 60mg2 /dl2), dosis de diálisis (Kt/V≤ 1.2), tipo de acceso vascular (fístula), y hemoglobina ( ≥ 11 g/dl). Resultados: Al realizar la regresión logística, los pacientes tratados en clínicas que presentan una menor frecuencia de contacto con el médico tienen menos probabilidades de alcanzar la mayoría de los objetivos, siendo estadísticamente significativo para la albumina (baja: el porcentaje ajustado (OR) = 0.83, 95% intervalo de confianza (IC), 0.55-1.25; intermedia: OR ajustado = 0.62, 95% IC, 0.42-0.93) y dosis de diálisis (baja: OR ajustado= 0.26, 95% CI, 0.08-0.89; intermedia: OR ajustado= 0.67, 95% IC, 0.20 – 2.27); No obstante, tenían mayores probabilidades de alcanzar el objetivo de la hemoglobina (baja: OR ajustado= 1.94, 95% CI, 1.24-3.04; intermedia: OR ajustado= 1.89, 95% IC, 1.27 – 2.83). Además, el número de objetivos alcanzados era significativamente menor en el grupo con contacto mensual o menor (OR ajustado= 0.43, 95% IC, 0.20-0.94). Conclusión: El contacto médico-paciente frecuente se asocia positivamente al cumplimiento de los objetivos clínicos de funcionamiento en el tratamiento de la patología crónica de riñón. Palabras clave: contacto médico-paciente; enfermedad crónica de riñón; resultados de pacientes; funcionamiento clínico; calidad de cuidados. 180 Diseño: Se utilizó el instrumento AGREE (Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation) por cuatro evaluadores diferentes para establecer las puntuaciones en calidad de 32 guías oncológicas de 13 países. Medidas principales: Se estableció la contribución al nivel de calidad de seis características de las propias guías y de tres características de las organizaciones elaboradoras de estas guías mediante el análisis de la varianza y un análisis de regresión lineal por variable. Resultados: Algunas de las características de las guías y de las organizaciones se revelaron como responsables de una gran parte de las variaciones en los niveles de calidad. La disponibilidad de información acerca de los antecedentes fue el predictor más potente de calidad con una varianza explicada de entre el 17% (“aplicabilidad”) y el 67% (“rigor en el desarrollo”). Las guías de alta calidad fueron elaboradas más frecuentemente por organizaciones con apoyo gubernamental y/o dentro de un programa estructurado y coordinado. Las otras características (año de publicación, tipo de guía, formato, nivel asistencial o ámbito) no resultaron predictores independientes de calidad. Conclusiones: Las guías deberían suministrar una información más explícita acerca del contexto en que se han elaborado y de los métodos utilizados en su elaboración para mejorar su calidad y, en consecuencia, potenciar su uso en la práctica clínica. Esperando cirugía ortopédica: factores asociados con tiempos de espera y opinión del paciente SOFIA LÖFVENDAHL, INGEMAR ECKERLUND, HELEN HANSAGI, BENGT MALMQVIST, SYLVIA RESCH AND MARIANNE HANNING Int J Qual Health Care 17: 133–140 Objetivos: Evaluar tiempos de espera para tres grupos de pacientes ortopédicos en Suecia e identificar los factores que explican las variaciones en los tiempos de Abstracts en este número espera. Adicionalmente, se examinaron los factores asociados con la percepción del paciente de que los tiempos de espera eran demasiado largos. Diseño: Estudio retrospectivo. Ámbito y participantes en el estudio: Pacientes de unidades de ortopedia de diez hospitales de Suecia participantes en el estudio. Se envió por correo un cuestionario a 1336 pacientes quirúrgicos (517 prótesis de cadera, 321 cirugías de espalda y 198 cirugías artroscópicas de rodilla. Se analizaron los datos utilizando principalmente análisis de regresión. Resultados: La tasa media de respuesta fue de 79%. En todos los estadios pre-operatorios, los tiempos de espera fueron mayores en el grupo de prótesis de cadera. Las variables socio-económicas no fueron determinantes consistentes de variación en los tiempos de espera, excepto en el estado laboral para el grupo de cirugía de espalda, en el que los pacientes trabajadores tenían tiempos de espera inferiores que los pacientes no trabajadores, independientemente de la fase la lista de espera. La admisión en un hospital de distrito o condado, comparado a la de un hospital regional o universitario estaba asociado a un menor tiempo en la lista de espera. Los pacientes con una mejor calidad de vida en relación a la salud tenían tiempos de espera para la cirugía artroscópica de rodilla significativamente mayores en todas las medidas de tiempos de espera. La duración de la espera era un predictor significativo de la aceptación del paciente del tiempo de espera. La posibilidad de los pacientes de influir en la fecha de la cirugía también parece afectar a su opinión sobre el tiempo de espera. sobre programas de atención integrados para pacientes con patologías crónicas. A pesar de la heterogeneidad considerable en las intervenciones, poblaciones de pacientes, procesos y resultados de la atención, los programas de atención integrados parecen tener efectos positivos sobre la calidad de atención del paciente. Se platearon definiciones no concordantes para la gestión del paciente con enfermedades crónicas.En todas las revisiones los objetivos de los programas de atención integrados eran bastante similares, tratando de reducir la fragmentación y mejora de la continuidad y de la coordinación de la atención de los pacientes, pero el foco y los contenidos de los programas tenias diferencias sustanciales. Los elementos más comunes en los programas integrados eran el apoyo en la autogestión y la educación al paciente, a menudo combinada con un seguimiento clínico y estructurado de gestión de casos; un equipo multidisciplinario; vías clínicas multidisciplinarios y retroalimentación, recordatorios clínicos (reminders) y formación de los profesionales. Conclusión: Los programas de atención integrados parecen tener efectos positivos sobre la calidad de la atención. Sin embargo, los programas de atención integrados tienen definiciones y componentes muy variables entre sí y el fallo en el reconocimiento de estas variaciones, puede conducir a conclusiones inadecuadas sobre la eficacia de estos programas y a la aplicación inadecuada de resultados de investigación. Para comparar programas y entender mejor (el coste) la efectividad de los programas, deberán utilizarse definiciones estables y los componentes de las intervenciones deberán estar bien descritas. Conclusiones: Los factores relacionados con el hospital son más importantes que las características de los pacientes como explicación de la variabilidad en los tiempos de espera de cirugía ortopédica. Los pacientes valoran los tiempos de espera cortos y la posibilidad de influir en la fecha de la cirugía. Identificación teórica de barreras para la mejora de la calidad: gestión del aborto voluntario. Programas de atención Integrados para pacientes con enfermedades crónicas: una revisión de revisiones. Int J Qual Health Care 17: 147–155 MARIELLE OUWENS, HUB WOLLERSHEIM, ROSELLA HERMENS, MARLIES HULSCHER AND RICHARD GROL Int J Qual Health Care 17: 141–146 Objetivo: Investigar la efectividad, las definiciones y los componentes de los programas de atención integrados en pacientes con enfermedades crónicas basándose en revisiones sistemáticas. Diseño: Revisión de la literatura entre enero de 1996 y mayo de 2004. Medidas principales: Definiciones y componentes de los programas de atención integrados y efectos generados en la calidad de la atención. Resultados: Se realizaron búsquedas en Medline y bases de datos Cochrane identificando trece revisiones sistemáticas ROBBIE FOY, ANNE WALKER, CRAIG RAMSAY, GILLIAN PENNEY, JEREMY GRIMSHAW AND JILLIAN FRANCIS Antecedentes: El Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido (UK Royal College of Obstetritians and Gynaecologists) publicó la guía clínica “El cuidado de las mujeres que solicitan aborto inducido” para reconducir las diferencias existentes en este tipo de asistencia. Existe poca evidencia empírica sobre qué factores influyen en el cumplimiento de esta guía. Se necesita entender mejor estos factores para realizar iniciativas de mejora de la calidad. Objetivo: Identificar los factores que influyen en el seguimiento de dos recomendaciones clave de las guías: la oferta de una primera visita de valoración antes de cinco días desde la derivación; y el suministro de anticonceptivos al alta. Ámbito: Trece unidades ginecológicas hospitalarias en Escocia. Métodos: El cumplimiento de las guías se evaluó mediante una revisión de historias clínicas. Las barreras y los facilitadores se establecieron mediante entrevistas semiestructuradas y una encuesta. El cuestionario, basado en conceptos de la Teoría 181 Abstracts en este número del Comportamiento Planificado, valoró la intención de comportamiento, la actitud, la norma subjetiva ( presión social percibida) y el control de comportamiento percibido. la media de puntuaciones de prioridad para cada servicio individualmente; y (3)formación de cuatro niveles de grupos de prioridad (alto, medio-alto, medio y bajo) de acuerdo con las puntuaciones de prioridad asignadas. Resultados: De los 507 casos revisados, la mediana del cumplimiento fue de un 46% para la visita de valoración y de un 59% para el suministro de anticonceptivos. Los cuestionarios fueron respondidos por 151(74%) de los 205 miembros de los equipos de 12 unidades. Las entrevistas y las preguntas abiertas desvelaron barreras de organización en el seguimiento de las guías. Resultados: se seleccionaron cinco criterios de priorización: “Carga de salud de la condición”, “Gravedad del problema de calidad”, “interés y demanda de la sociedad”, “Aceptabilidad”, y “factibilidad de una evaluación de calidad”. Entre los 57 servicios identificados como objetivos para el programa nacional de evaluación de calidad, 10 fueron seleccionados como de alta prioridad para una evaluación de calidad por su alta puntuación en factibilidad. Estos servicios son: cirugía cardiaca, cirugía de cataratas, amigdalectomía, apendicectomía, extracción de dientes, uso de productos con albuminas/ globulinas, tratamiento de hipertensión, neumonía e infecciones agudas respiratorias, y servicios proporcionados por los laboratorios clínicos. Los profesionales generalmente tenían fuertes intenciones y actitudes positivas hacia el seguimiento de estas dos recomendaciones. El control de comportamiento percibido fue bajo respecto a la visita de valoración. Se objetivó un 27% de variación en las intenciones según la Teoría del Comportamiento Planificado, siendo la norma subjetiva el predictor más potente. La intención y el control de comportamiento percibido fueron las variables que mejor explicaban el cumplimiento de las unidades, siendo responsables del 15% de la variabilidad. Respecto al suministro de anticonceptivos, la teoría explicó una variación del 34% en intenciones, siendo el control de comportamiento percibido el predictor más potente. Conclusión: El personal clínico estaba altamente motivado para cumplir con la guía pero se veía entorpecido por restricciones organizativas. Las iniciativas para la mejora de la calidad necesitan centrarse también en las barreras organizativas tanto como en los propios profesionales. Conclusión. Los servicios identificados como prioritarios en estos estudios ayudarán a la HIRA a seleccionar servicios diana y a implementar el programa nacional de evaluación. El papel de la prensa en la información a la comunidad sobre seguridad en los hospitales públicos de Victoria, Australia: el caso “del Staphilococcus aureus”. CHRISTINE F. WALKER AND STRUAN W. JACOBS Formulación de las prioridades nacionales para la evaluación de calidad de los servicios sanitarios de Korea. WOOHYUN CHO, SUNHEE LEE, HYE-YOUNG KANG AND MYONGKEUN KANG Int J Qual Health Care 17: 157–165 Objetivo: Identificar los servicios diana, y determinar las prioridades nacionales entre los servicios identificados para un programa de evaluación de calidad de la Agencia de Revisión de Seguros Sanitarios (Health Insurance Review Agency, HIRA) de Korea. Diseño: Los servicios diana fueron identificados a través de fuentes publicadas en las que se trataban problemas de calidad, varios programas de monitorización de calidad de otros países, sugerencias de 26 asociaciones de especialidades médicas de Korea, y reclamaciones frecuentemente denunciadas por los usuarios. El proceso de priorización se llevó a cabo mediante tres fases: (1)Desarrollo de un conjunto de criterios de priorización, (2) Encuesta a panel de expertos para evaluar el nivel en el que los servicios, de forma individual, cumplen cada uno de los criterios de priorización, y cálculo de 182 Int J Qual Health Care 17: 167–172 Objetivo: En este artículo los autores exploran como los medios de comunicación escritos contribuyen a la información y educación de la comunidad sobre los aspectos de seguridad y calidad en los servicios sanitarios, dado que esta es una importante vía de obtención de este tipo de información y educación para muchos miembros en la comunidad. Diseño del estudio: Los autores llevaron a cabo un estudio cualitativo para una muestra aleatoria de artículos de prensa australiana entre 1996 y 2001 donde “Staphilococcus aureus” fue presentado como un tema de alto riesgo para la seguridad de consumidores de servicios sanitarios. El contenido de cada artículo fue evaluado en relación a varios criterios incluidos el título, la fuente del artículo y el lenguaje metafórico empleado por el periodista. Resultados: Los resultados muestran que a pesar de que los artículos son bastante precisos como fuentes de información sobre acontecimientos concretos, no son útiles como fuentes de educación para cuestiones de seguridad, puesto que habitualmente culpabilizan y contribuyen a mantener el status quo. Conclusión: Los autores concluyen que la prensa escrita no es una buena fuente de educación a la comunidad en las Abstracts en este número áreas de seguridad y calidad y no ayudan a las personas a participar en la orientación sobre aspectos de seguridad clínica. Infratratamiento del dolor agudo en las unidades de urgencia: un desafío” RUTH STALNIKOWICZ, RIAD MAHAMID, SIGALIT KASPI AND MAYER BREZIS Int J Qual Health Care 17: 173–176 Objetivo. Muchos pacientes que presentan dolor agudo en unidades de urgencia no reciben el tratamiento del dolor adecuado. Nuestro objetivo era evaluar y mejorar la gestión del dolor en nuestra unidad de emergencia. Diseño. Estudio prospectivo y observacional que incluía dos fases – antes y después de la intervención - Para cada sujeto, se preguntó a la enfermera, al médico y al mismo paciente por la intensidad inicial del dolor evaluada mediante la escala visual Analógica (Visual Analoge scale VAS). El horario y tipo de analgésicos administrados fueron registrados y la VAS fue realizado entre los 30-60 minutos después de la admisión y antes del alta del paciente. Ámbito: Hospital universitario de 400 camas. Sujetos: Se seleccionaron 140 pacientes ingresados por dolor agudo relacionado con lesiones traumatológicas, la mitad de ellos antes y la otra mitad después de la intervención. Se evaluó la diferencia entre la VAS expresada por el paciente y la estimada por el personal, el porcentaje de pacientes que reciben analgésicos, y el tiempo que hay entre la admisión y la administración del analgésicos. Intervención. La intervención incluyó formación de profesionales médicos y de enfermería, la introducción de una plantilla para evaluar la VSA en la historia clínica del paciente, el inicio de su evaluación y reevaluación rutinaria y la realización de un protocolo para la gestión del dolor con responsabilidades específicas para las enfermeras. Resultados: La diferencia de la evaluación de la VAS entre pacientes y enfermeras se redujo después de la intervención (p< 0.02), mientras que la diferencia entre pacientes y médicos no cambió. El porcentaje de pacientes que recibió analgésicos se elevó de un 70 a un 82% después de la intervención. El tiempo desde la admisión hasta la administración de la analgesia disminuyó de 80 +- 68 min. (media +- DS) antes de la intervención , a 58+-37 min. después de la intervención. Conclusión. La gestión del dolor inadecuada en las unidades de emergencia puede estar relacionada con la insuficiente evaluación del dolor por parte del personal sanitario y puede ser mejorada por el registro rutinario de la VAS en la historia clínica del paciente y en un protocolo de manejo del dolor por parte de enfermería. 183