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Actividades PAU bloque V Población 15/04/2016 Geografía Judit Gutiérrez Noble 2º Bach. B Los sectores de actividad económica. El problema del paro. La economía del Estado español y de la Nacionalidad Canaria está conformada por tres sectores principales que engloban toda la actividad económica del país y ocupan a la población activa del mismo. La población inactiva que son las personas entre 16 y 65 años que no quieren o no pueden trabajar por diferentes circunstancias, y la población activa la comprenden aquellos que están en edad de trabajar, que están trabajando o que buscan trabajo. Estos tres sectores han evolucionado a lo largo de la historia de diversas formas, siendo durante el siglo XX cuando las actividades económicas experimentaron un vuelco espectacular. El sector primario constituye el conjunto de actividades económicas que obtienen materias primas del medio natural: ganadería, agricultura, pesca y minería y explotación forestal. A principios del siglo XX, este era el sector predominante en España, ya que constituía la base de su economía. Durante la Guerra Civil y la posguerra, el sector se recuperó porque ante las dificultades de empleo y alimentación, la población permaneció en el campo e incluso retornó al mismo. Además, la política franquista de extensión del regadío y creación de nuevos núcleos de hábitat rural favoreció la permanencia en el campo. En el periodo del segundo franquismo, el sector agrario volvió a experimentar otro éxodo rural, provocado tanto por el cambio de mentalidad de la sociedad española entre esos años como por la mecanización del campo. A partir de 1975, el descenso se desacelera pero continúa paulatinamente hasta situarse en niveles muy bajos, un hecho reflejado tanto en los datos de población activa en el sector como en el peso del mismo en el Producto Interior Bruto. En la Nacionalidad Canaria, en 2007, trabajaba en el sector primario el 3,6 % de la P. A., menos que en el conjunto del Estado español. El sector secundario comprende las actividades económicas destinadas a la transformación de las materias primas: industria y construcción. A principios del siglo XX, incluía un pequeño porcentaje de la población activa española con la solo un 16%, debido al insuficiente desarrollo industrial, pero durante el primer tercio del siglo XX creció con el impulso dado a la industria y a las obras públicas. La Guerra Civil y la posguerra promulgaron el crecimiento por las consecuencias que tuvo para el sector la política autárquica franquista. En la década de los 60, se superó la situación anterior produciéndose un auge del sector secundario, basado en la expansión de la industria por los planes de desarrollo y en el aumento de la construcción en las ciudades industriales y las áreas turísticas. En 1963 se produce la guerra del petróleo, que afecta a nivel mundial especialmente a la industria ya que esta estaba muy apoyada en él. Al final del franquismo, la población activa en el sector ha entrado en decadencia, generada por el trasvase de la población activa hacia el sector servicios. En la Nacionalidad Canaria, en 2007, trabajaba en el sector secundario el 21,3 % de la P. A. El sector terciario comprende todas las actividades económicas que proporcionan servicios como el transporte, comercio, turismo, sanidad, educación y finanzas. En 1900 partía de porcentajes bajos de población activa y creció a lo largo de todo el siglo, salvo durante la Guerra Civil. En la actualidad, posee unos datos que lo convierten en el principal sector de la economía española con una aportación al PIB del 65,6% y una población ocupada en el sector del 74,63% en el primer trimestre del año 2012. La causas del crecimiento tan desmesurado que experimentó este sector durante el siglo XX fueron fundamentalmente: el aumento del nivel económico y del nivel de vida, los cambios operados en la industria el brutal desarrollo de las zonas turísticas y sus actividades y el incremento de los servicios públicos por la creación de la administración autonómica y la implantación del estado del bienestar. En Canarias, en 2007, trabajaba en el sector servicios el 75,1 % de la P. A., siendo éste, por tanto, el sector claramente dominante en la economía canaria. En cuanto al paro El desempleo en las últimas décadas ha sido uno de los principales problemas de la economía española, situándose por encima de la media europea constantemente y amenazando en la actualidad con convertirse en un gravísimo problema de tipo estructural. Al igual que los diferentes sectores económicos, el paro ha tenido una evolución significativa con variaciones que se mueven en función de diversos factores ( la edad, el sexo, el nivel de formación, la época del año y la Comunidad Autónoma) en la que se pueden distinguir varias etapas: - Hasta 1973 el desempleo no fue un problema grave (no superaba el 3% de la población activa), pues la presión demográfica sobre el mercado de trabajo se resolvía mediante la emigración al exterior y la escasa incorporación de la mujer al mundo laboral. - Entre 1973 y 1985, la tasa de paro experimentó un gran aumento como consecuencia directa de la crisis económica, la reconversión industrial, el retorno de los emigrantes españoles del extranjero, la incorporación de la mujer al mundo laboral y la demanda de empleo por parte de una población joven (la generación del baby boom). - Entre 1985 y 1995, el paro retrocedió ligeramente por la mejora de la situación económica, para volver a crecer hasta 1995, debido a la crisis de principios de la década que trajo consigo la destrucción de puestos de trabajo y la reducción de la oferta de empleo. - Desde 1995 la tasa de paro desciende hasta situarse en 2004 en el 10,8% y llega a contemplarse la idea de lograr el pleno empleo durante la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, dada la situación de bonanza y auge en la que se encontraba inmersa la economía española. No obstante, a partir de 2008 con la aparición de una crisis financiera en Estados Unidos que se extendería por toda Europa, estas expectativas cambian y salen a la luz todos los fallos de un sistema económico que se había basado en la implantación del sector de la construcción como motor económico. A partir de esta crisis, el índice de paro en España se dispara, poniéndose a la cabeza de Europa elevándose en el primer trimestre de 2012 hasta las 5.639.000 personas desempleadas. Esta situación, según afirma el ejecutivo de Mariano Rajoy, se mantendrá hasta los inicios de 2015, cuando la economía española comience su recuperación y la tasa de paro empiece a descender. En la Nacionalidad Canaria la tasa de desempleo supera las 300.000 personas, lo que supone casi el 33% de la Población Activa. Son tasas similares a las de países que acaban de salir de algún conflicto bélico o catástrofe. Gráfico y tabla “Evolución del índice de natalidad y mortalidad en España 1940‐‐2010”. Realiza una lectura del gráfico, comenta la tendencia de ambos índices a lo largo del periodo explicando sus causas y sus consecuencias. Estamos ante una gráfica lineal sobre la evolución del índice de natalidad y mortalidad en España desde 1940 hasta 2010 Las tasas de natalidad altas se deben a las convicciones religiosas, a la ausencia a de métodos eficaces de control de natalidad y a la mentalidad de procrear para asegurar con los hijos del trabajo y los ingresos familiares de una parte de la población rural pero también del proletariado urbano. Las tasas de mortalidad se deben a la ineficiencia de la medicina y a las deficiencias de los sistemas sanitarios. Como podemos observar en la gráfica, tanto la natalidad como la mortalidad han disminuido desde 1940, hasta la actualidad, esto se debe fundamentalmente a las mejoras en sanidad y a las mejoras condiciones de vida. Entre los años 1940-1950 descienden la natalidad como la mortalidad. En el caso de la natalidad este descenso se debe a las consecuencias de la Guerra Civil y a la crisis que trajo consigo el conflicto de la 2º Guerra Mundial, así como el posterior aislamiento de España tras el final de dicho conflicto. En el caso del descenso de la mortalidad se explica como consecuencia del descenso de la mortalidad catastrófica una vez finalizada la Guerra Civil. En la década de los cincuenta vemos un ligero descenso de la natalidad y un descenso mayor de la mortalidad. Esto también influyo en el descenso de la natalidad a principios de la década, aunque la recuperación economía y la prohibición estatal de los métodos anticonceptivos dieron paso en la segunda mitad al fenómeno “baby boom” Entre 1960 y 1970, observamos un descenso importante de la mortalidad que se empieza a estabilizar y un aumento de la natalidad hasta 1965, cuando disminuye ligeramente. Así, vemos un descenso de la mortalidad provocado por el aumento del nivel de vida, las mejores condiciones de sanidad e higiene, el aumento de la esperanza de vida, etc. Entre 1970 y 1980, las pautas de la década anterior se acentúan, pues la baja mortalidad se estabiliza y la natalidad sigue descendiendo, El crecimiento demográfico se vio un poco recortado de este modo. Las causas de la baja natalidad seguían siendo la mejora de las condiciones de vida y de la natalidad el cambio de mentalidad. En la década de los 80, comienza a producirse un alarmante descenso de la natalidad y el mantenimiento de la baja mortalidad. El descenso de la natalidad se produjo en parte debido al retraso de la edad del matrimonio, por motivos económicos adversos que dificultaban la emancipación, a la disminución de la influencia cristiana, al cambio del concepto de paternidad, etc. En los años 90, se siguen manteniendo las pautas de la década anterior, pues sigue disminuyendo la natalidad, aunque en menor medida, y se mantiene la baja mortalidad. Entre 2000 y 2010 comienza a aumentar ligeramente la natalidad y a mantenerse la baja mortalidad. Aunque la mentalidad comenzó a implantarse en los años 80 sigue latente, España comienza a convertirse en un país inmigrante, lo cual favorece el aumento de la natalidad. A partir de 2010, la natalidad disminuye ligeramente. Esto probablemente se deba a las condiciones económicas del país, crisis económica, y al ligero descenso de la población inmigrante. Gráficos: “Saldo migratorio de España (2008-2012)” y “Países de destino de la emigración española (20082013)”. Realiza una lectura de los gráficos, comenta las tendencias y los cambios de los dos gráficos, explicando sus causas y sus consecuencias. Nos encontramos ante dos gráficos de barras obtenidos ambos de la “Estadística de Migraciones” del Instituto Nacional de Estadística. La emigración exterior es el conjunto de personas que salen de su país de origen para establecerse en otro. Por inmigración se entiende el conjunto de personas que llegan a un país procedente de otro. Por tanto, una persona es emigrante en su país de origen. En el gráfico superior de barras verticales aparecen cuatro variables: la emigración en color negro; la inmigración en color amarillo, el saldo migratorio en gris y, en la parte inferior, los años desde 2008 hasta 2012. En vertical a la izquierda, las cifras de 10 en 10, tanto las positivas como las negativas. En el gráfico inferior de barras horizontales vienen reflejados dos variables: los países en el eje vertical, y el número de emigrantes, de 5000 en 5000, en la parte inferior. En el gráfico superior vemos como el saldo migratorio aumenta continuamente en sentido negativo debido, sobre todo, por el aumento manifiesto de la emigración que tampoco deja de crecer entre esos años. La causa de esa fuga de población se debe, sin duda, a la crisis económica, e incluye tanto a población autóctona como a emigrantes nacionalizados o censados en España que regresan a sus países de origen ante la falta de perspectivas laborales en España. La inmigración decrece ligeramente entre 2008 y 2009 y entre 2011 y 2012. Sin embargo, creció, también ligeramente, entre 2009 y 2011. Vemos como en 2008 la inmigración y la emigración son casi similares en torno a las 30.000 personas, apenas mayor la emigración. Sin embargo, apenas cuatro años después, la emigración es casi el doble que la inmigración. Por tanto, España pierde población, en especial población joven y cualificada debido a la falta de oportunidades, entre esos años. Si estos datos se mantienen el tiempo y las tasas de natalidad, España está expuesta al envejecimiento de la población y a perder población, en especial población joven y cualificada, con lo que todo ello puede representar, muy negativamente, para las pensiones futuras y el propio desarrollo como país. La población joven es fundamental para el pago de las pensiones a los mayores y para la ocupación de puestos de trabajo y dinámicas emprendedoras. Urge ya que los gobiernos tomen medidas tendentes a impulsar la economía y la consiguiente creación de puestos de trabajo atractivos para los jóvenes y población activa en general.