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I.E.S. “Rodríguez Moñino” Departamento de Filosofía Historia de la filosofía. 2º Bachillerato TEMA 11 EL PENSAMIENTO MARXISTA 1. CONTEXTO HISTÓRICO _____________________________________ 2 2. LA CRÍTICA ANTROPOLÓGICA Y MATERIALISTA A HEGEL. ________ 4 2.1.LA 2.2.LA 2.3.EL 2.4.LA CRÍTICA ANTROPOLÓGICA A HEGEL _______________________________ ASIMILACIÓN CRÍTICA DE FEUERBACH POR MARX ___________________ NATURALISMO DE MARX ________________________________________ ALIENACIÓN __________________________________________________ 4 6 7 8 3. LA NOCIÓN DE DIALÉCTICA EN MARX _________________________ 9 3.1.CONCEPCIÓN DIALÉCTICA DEL MUNDO _______________________________ 9 4. EL MATERIALISMO HISTÓRICO _____________________________ 10 4.1.LA TESIS GENERAL DEL “MATERIALISMO HISTÓRICO” _________________ 4.2.LA PRODUCCIÓN: FUERZAS PRODUCTIVAS Y RELACIONES DE PRODUCCIÓN 4.3.ESTRUCTURA DE LOS MODOS DE PRODUCCIÓN: INFRAESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA ______________________________________________ 4.4.EL PROCESO HISTÓRICO __________________________________________ 4.5.EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA Y LA REVOLUCIÓN PROLETARIA _ 10 10 11 12 13 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato 1. CONTEXTO HISTÓRICO El siglo XIX es, desde el punto de vista económico, el siglo de la Revolución industrial y del capitalismo. La industrialización se extendió por toda Europa sustituyendo una economía basada en la agricultura y en la manufacturación doméstica, por la producción mecánica en grandes fábricas, donde se concentraban los trabajadores y los medios de producción (maquinaria, herramientas, materias primas, etc.). Esto comportó un aumento de la producción y un rápido incremento del capital (dinero que al invertirse permite obtener un beneficio). Este nuevo sistema es el capitalismo cuyo fundamento teórico es el liberalismo económico desarrollado a partir de las ideas de Adam Smith. Para este autor la economía debe funcionar en libertad absoluta, sujeta a las reglas propias de la oferta y la demanda que son las que han de fijar los precios. La intervención del Estado ha de sestar al margen de la actividad económica y limitarse a para garantizar el estricto cumplimiento de la ley y el orden. En las doctrinas de Smith, están expresados, a nivel económico, los intereses de la alta burguesía, que seguirá ascendiendo en poder e influencia social hasta adquirir una hegemonía económica absoluta. Pero su auge llevó parejo la aparición de una nueva clase social: el proletariado que no solo irá aumentando en número, sino también en protagonismo político y social al amparo de los movimientos y las ideas socialistas y comunistas de las que el pensamiento marxista será el máximo exponente. La burguesía consolida su poder desplazando a la aristocracia y al absolutismo. Tras la Revolución Francesa las potencias europeas reaccionaron contra las ideas revolucionarios y declararon la guerra a Francia. Guerra que se prolongó incluso después de la abolición de la República francesa y la proclamación de Napoleón como emperador. Tras la derrota de Napoleón, las monarquías europeas (Francia, Prusia, Rusia y Austria) convocaron el Congreso de Viena en 1815 y crearon La Santa Alianza para velar por la restitución de los antiguos valores e impusieron en Europa una reordenación política y territorial que pretendía asegurar la reacción conservadora y bloquear cualquier estallido revolucionario burgués y liberal. Sin embargo las ideas liberales derivadas de la revolución francesa habían ido ganando adeptos en todo el continente y generaron a partir de 1830 una oleada revolucionaria que consiguió derrotar el poder aristocrático. En estas revoluciones comenzaron luchando juntas burguesía y proletariado; sin embargo las aspiraciones de ambas no coincidían. El proletariado comenzó a manifestar sus propias exigencias: sufragio universal y mejoras sociales. La Revolución de 1848 supuso la proclamación de la Segunda República francesa en cuyo gobierno provisional había por primera vez un obrero (aunque más bien en plan testimonial). Este gobierno aplicó reformas sociales suprimidas por la Asamblea Constituyente que le sucedió provocando la insurrección de obreros y republicanos radicales. Fue el primer enfrentamiento directo entre la burguesía y el proletariado. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.2 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato En 1871, se produjo un vació de poder que fue ocupado por la Comuna de París. Este organismo revolucionario estaba dominado por la pequeña burguesía y los obreros y representó el primer intento de construir un estado al servicio de la clase obrera. Sin embargo, estos movimientos fueron insuficientes para dar satisfacción a una inmensa población que vive en condiciones miserables y a las que se les niega muchos derechos. Las primeras manifestaciones obreras tuvieron un carácter espontáneo con brotes aislados de violencia contra las propiedades de los empresarios y las nuevas máquinas que ponía en peligro sus puestos de trabajo. Poco a poco, surgieron organizaciones (sindicatos) cuyo objetivo era luchar por la defensa de los derechos de los trabajadores. Entre los hechos decisivos del desarrollo del movimiento obrero hay que destacar la publicación del Manifiesto Comunista y El Capital de Marx y la creación en 1864 de la Asociación Internacional de trabajadores Paralelo al desarrollo de las actividades obreras se van gestando una serie de doctrinas sociales a las que se les denomina genéricamente socialismo. Es un movimiento social, teórico y práctico que lucha contra las desigualdades económicas en el que se pueden diferenciar tres corrientes. El Anarquismo que, además de luchar contra las desigualdades sociales, también lo hace contra el Estado defendiendo la máxima libertad individual frente a la cualquier tipo de restricción (Proudhon, Bakunin, Kropotkin). El Socialismo utópico que pretende reformar el sistema social a base de buena voluntad: la educación o la creación de sociedades alternativas. (Fourier, Owen). El Comunismo que defiende la igualdad económica y la creación de una comunidad de bienes mediante la toma del poder por parte de un partido organizado. Este movimiento recibirá un impulso decisivo con la obra de Marx y Engels quien definió sus ideas como socialismo científico. En definitiva, se puede decir que si durante la primera mitad del siglo XIX se consolida el poder de la burguesía, es en la segunda mitad cuando se da un empuje creciente del proletariado en el que la filosofía de Marx jugó un papel destacado. La filosofía Marxista es una reacción a la corriente de pensamiento dominante en Alemania: el idealismo de Hegel. Es un idealismo absoluto ya que concibe todo lo real como sujeto, como espíritu y la materia es reflejo de la idea. Con Hegel el idealismo llega a su máxima consecuencia: la separación sujeto-cosa despreciando el objeto por el sujeto. Marx se encuadra dentro de un movimiento crítico a esta filosofía conocido como izquierda hegeliana. Uno de pensadores de este círculo fue Feuerbach quien elaboró, en oposición al idealismo, las tesis materialistas y la crítica a la religión que servirán de base al materialismo marxista y a su concepto de alienación. Sin embargo Marx superó ambas tesis feuerbachianas. Por un lado conjugó el materialismo de Feuerbach con la dialéctica hegeliana como explicación del devenir creando el materialismo dialéctico a partir del que desarrollará el materialismo histórico. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.3 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato Por otro, opina que Feuerbach, en su análisis de la alienación religiosa, no va a la “raíz” del problema que para él es la alienación económica, originada por la propiedad privada que, a su vez, es la expresión del trabajo alienado y sólo podrá ser superada mediante una sociedad comunista. 2. LA CRÍTICA ANTROPOLÓGICA Y MATERIALISTA A HEGEL. 2.1. LA CRÍTICA ANTROPOLÓGICA A HEGEL Tras la muerte de Hegel, su filosofía va a verse envuelta en una serie de controversias, centradas sobre todo en materia religiosa y política que terminará escindiendo el hegelianismo en dos corrientes, que vinieron a llamarse “Derecha” e “Izquierda” hegelianas. La Derecha se atuvo al sistema doctrinal de Hegel que parecía justificar como racionales la religión y el estado existentes; así solía interpretarse su afirmación de que “todo lo real es racional”. La “Izquierda” se atuvo al método dialéctico que permitía concluir que ninguna forma de conciencia era definitiva, todas eran etapas pasajeras y superables de la vida del Espíritu, lo que incluiría la religión y el estado prusiano, cuyo despotismo era más patente día a día favoreciendo así una una crítica de ambos El momento que marcó separación de las dos corrientes fue la aparición de la “Vida de Jesús”, de David Strauss, en 1835, donde se presentaba al cristianismo como un producto de la conciencia de las primitivas comunidades cristianas, es decir, una mitología en que estas comunidades plasmaron su espíritu y sus deseos, pero carente de verdad histórica. La polémica se centró, pues, en el terreno religioso, y la crítica a Hegel comenzará en todos sus componentes como crítica de la religión. Feuerbach y su crítica antropológica. El pensador más importante de esta “Izquierda hegeliana” fue Feuerbach, quien influiría en gran manera en Marx durante su juventud. Feierbach, partió de la crítica religiosa a la que dedicó su obra La esencia del cristianismo. Su tesis fundamental es que la esencia de la religión es la esencia del hombre, que el secreto de la teología hay que buscarlo en la antropología. Para Feuerbach, el hombre crea a Dios a su imagen y semejanza, de acuerdo con sus necesidades, deseos y angustias, y por ello todos los atributos de Dios (omnisapiencia, bondad, etc.), son en realidad atributos que corresponden al hombre, aunque sin los límites del individuo humano. La religión es la esencia humana convertida en Dios1; Feuerbach condena la religión como “alienación” o “enajenación”, porque el hombre religioso no es consciente de esta verdad y adora a Dios como a un ser “ajeno”, distinto, extraño al hombre. En lugar de reconocer al hombre como el secreto de Dios, los concibe 1 lo prueba el hecho de que todos sus dogmas y creencias apuntan en definitiva al hombre: por ejemplo, la doctrina de la inmortalidad del alma: ¿no es sencillamente la satisfacción de un anhelo humano de no morir?; o el dogma de la Trinidad: ¿no estamos, sencillamente, divinizando con él una forma de sociabilidad humana, la familia (o la necesidad de relación social, en general)? Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.4 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato separados y ajenos, hasta el punto de que el hombre aparece incluso dominado y rebajado ante aquello que no es más que una representación superlativa de sí mismo. Esta es la situación que Feuerbach describe como “enajenación”: la propia esencia del hombre, vista como un poder “ajeno” y extraño a él, por lo que el hombre queda desposeído de su propia esencia, ante la que se postra, en lugar de reconocerse en ella. A pesar de ello, Feuerbach se resistía a la caracterización de su filosofía como un “ateísmo”; la religión no debe suprimirse, pues en ella está la verdad escondida bajo un ropaje teológico: que el Hombre es el verdadero Dios del hombre. Por tanto, esta crítica es a la vez la realización de la religión, pues desarrolla la verdad contenida en ellas y permite desembocar en un culto a la humanidad. El sentimiento religioso, que a Feuerbach le parece legítimo, sólo tiene que reorientarse al hombre, no suprimiese. Más que de un ateísmo se trata de un Humanismo. Mayor ruptura con Hegel significaron las Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y los Principios de la filosofía del futuro, en los que Feuerbach critica la filosofía egeliana en general. Según Feuerbach, la filosofía de Hegel es una teología disfrazada con un lenguaje filosófico, pues el Espíritu, principio y fin de dicha filosofía, tiene todas las características del Dios de la Teología: carece de sensibilidad, pasión, materia, es trascendente al hombre, etcétera. Así, pues, la verdadera filosofía no puede comenzar con Dios (que es sólo la esencia humana objetivada y proyectada al más allá), pero tampoco con el Espíritu (que no es otra cosa que Dios, en versión laico-filosófica). ¿Cuál es el principio de la filosofía? Es lo real, lo finito, es decir: la naturaleza y el hombre como ser natural. Hombre y naturaleza son los únicos objetos legítimos de nuestro pensar. Hay que partir del hombre, pero no solamente del hombre considerado como ser pensante, sino del ser total del hombre, de la totalidad de la esencia humana. El hombre no es sólo pensamiento, conciencia, sino que es también sensibilidad, sentimiento, pasión, deseo, amor, relación con otros hombres. La filosofía de Feuerbach significa la reivindicación de la sensibilidad y el sentimiento como el principio de la filosofía. Además, los objetos dados a nuestro pensar son, también, objetos sensibles (captados por los sentidos), materiales. Lo primeramente real es, pues, lo sensible. Pero la sensibilidad no nos ofrece sólo objetos exteriores a nuestra consideración. También los otros hombres nos son dados en ella. La sensibilidad, pues, comunica también a los hombres, y sólo de esta comunicación surgen las ideas. El pensamiento, que Hegel consideraba lo primario es, pues, derivado: surge de la comunidad de los hombres. El hombre es sólo hombre auténtico, total, en relación con los otros hombres. Feuerbach habla de la comunidad de los hombres con un fervor verdaderamente religioso, llegando a decir que “el hombre con el hombre, la unidad del Yo y el Tú, es Dios”. Tan esencial le parece la verdad de que el hombre es verdadero hombre sólo entre los hombres, que considera el dogma de la Trinidad (que es una representación en lenguaje teísta de la necesidad de relacionarse) como el misterio supremo y la cuestión central tanto de la filosofía como de la religión. Con ello valoraba (aunque de manera idealizada) la importancia de las relaciones sociales, que son para Marx fundamentales. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.5 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato 2.2. LA ASIMILACIÓN CRÍTICA DE FEUERBACH POR MARX Feuerbach influyó mucho en Marx y Engels, en su juventud. Por el primado de la naturaleza y el hombre, de lo sensible, sobre el Espíritu, y su rechazo de la filosofía hegeliana como “teología hecha lógica”, Marx y Engels le consideraron instaurador del materialismo, que volvía a poner en correcta posición la relación naturaleza-espíritu, invertida por Hegel. Marx en sus Manuscritos económico-filosóficos dice que la gran aportación de Feuerbach consiste en tres puntos básicos: l) Haber probado que la filosofía no es otra cosa que la religión plasmada en pensamientos y desarrollada de un modo discursivo, y, por tanto, también ella debe ser condenada como otra forma de la enajenación del ser humano. 2) Haber fundado el verdadero materialismo y la ciencia real al establecer como principio de la teoría la relación social entre el hombre y el hombre. 3) Haber hecho de lo sensible lo positivo que tiene en sí mismo su fundamento, es decir, lo sensible como el saber inmediato, indudable y que no necesita prueba. Este entusiasmo no fue, sin embargo, duradero. En sus Tesis sobre Feuerbach y en La ideología alemana, Marx rompe con Feuerbach y con la Izquierda hegeliana en general. Las críticas que allí se formulan podemos resumirlas así: l) Feuerbach toma como punto de partida las cosas sensibles, pero las concibe sólo como objeto de contemplación por parte del hombre. Feuerbach olvida que el hombre actúa sobre las cosas, transformándolas, y que el mundo que él considera sólo objeto de contemplación es también creación del hombre. El mundo sensible que nos rodea no es algo dado desde toda la eternidad, sino el producto de la industria y el estado social humano. Así, pues, la verdadera relación del hombre con la naturaleza no es la contemplación, sino la actividad práctica, transformadora. Feuerbach mantiene, pues, un materialismo puramente pasivo y contemplativo, olvidando la actividad “práctica” y “revolucionaria” del hombre. 2) Feuerbach ha mostrado que la religión es enajenación, plasmación idealizada del mundo terrenal. Pero no advierte que la enajenación y miseria religiosa son un reflejo de la enajenación y miseria en el mundo terrenal, y por tanto, tras criticar y disolver el mundo religioso, es preciso criticar y revolucionar prácticamente ese mundo terrenal del que aquél es un reflejo. 3) Feuerbach dice que la esencia divina es la esencia humana. Pero no ve que no existe una única “esencia humana” eterna e inmutable, que sólo hay hombres concretos y determinados, condicionados por las circunstancias sociales en que viven. No existe “el Hombre”, sino el patricio romano, el siervo de la gleba... Al olvidar esto, Feuerbach deja sin analizar las relaciones sociales que determinan a los hombres y nos habla de un hombre abstracto y ahistórico, inexistente. Olvida también la trayectoria histórica por la que el hombre ha llegado a ser lo que hoy es, y pone al Hombre fuera de la historia, en la cual el propio hombre, al actuar y transformar la naturaleza y la sociedad, se crea a sí mismo. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.6 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato 4) Feuerbach considera fundamental la “relación del hombre con el hombre”, las relaciones sociales, pero como no analiza históricamente cómo se han ido desarrollando, ni las condiciones materiales de las relaciones sociales existentes, no sabe explicarlas, y funda esas relaciones sociales en una simple “necesidad esencial” del hombre de relacionarse, en un sentimiento (que para él es el verdadero “sentimiento religioso”), y establece, de manera idealista el amor como la base de las relaciones humanas. Olvida que el propio sentimiento religioso es un producto social que se explica por las formas concretas e históricas de sociedad que le permiten nacer. Y, además, estas relaciones sociales son tan abstractas como el propio Hombre de Feuerbach; habla de ellas en términos de “necesidad del Tú para el Yo”, “diálogo del Yo y del Tú”, en lugar de hablar de relaciones concretas dentro de una sociedad concreta (como la relación patricio-plebeyo en la República romana, por ejemplo). Feuerbach, en definitiva, sólo ha captado la alienación que el hombre sufre en el terreno religioso, no en el mundo concreto. Por ello, como los demás hegelianos, se ha dedicado exclusivamente a la crítica religiosa y no a la práctica política. A todos ellos puede aplicárseles el aforismo con que Marx cierra sus Tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. 2.3. EL NATURALISMO DE MARX El naturalismo o materialismo de Marx se contrapone tanto al idealismo de Hegel como al materialismo contemplativo de Feuerbach. Se trata de explicitar la relación entre el ser (lo sensible) y el pensar. Frente a Hegel que había afirmado la primacía del pensar sobre el ser, Marx (y Feuerbach) afirma que lo sensible es lo primario y el pensamiento es siempre el pensar de un ser natural, sensible, el hombre. Por eso, lo sensible es el comienzo de la ciencia. El materialismo de Marx significa sencillamente que se tiene que comenzar por la experiencia sensible, por lo sensible, por tanto, por la naturaleza, que nos es dada de manera inmediata como objeto. Ahora bien, la naturaleza no es para nosotros mero objeto de contemplación, sino algo con lo que nos ponemos en relación por medio de nuestro trabajo. Y esta relación nos es necesaria no sólo para poder vivir, sino incluso para ser hombres, pues sin este trabajo el hombre no se realizaría. Por tanto, el hombre no puede comprenderse en abstracto, sino en relación con la naturaleza. Esta relación hombre-naturaleza se realiza por medio del trabajo. El trabajo es, la actividad esencial del hombre, no solo porque le proporciona los medios para subsistir, sino porque es la forma en que el hombre realiza sus facultades; es, en suma, la actividad que le diferencia de los animales: por el trabajo, el hombre crea sus propias condiciones de vida, crea un mundo humano, y por tanto, se crea a sí mismo. Se “objetiva”, convierte a la naturaleza en un mundo humano “y se contempla a sí mismo en un mundo creado por él”. Con ello supera su mero “ser natural” para convertirse en un “ser natural humano”. Al actuar sobre la naturaleza creamos diferentes modos de relación con otros hombres: cooperación, intercambio de bienes, división del trabajo, aparición de clases Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.7 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato sociales, etc. El hombre es inconcebible sin una relación social, sencilla o compleja, de la que forma parte. Por ello, el segundo aspecto fundamental de su materialismo es la relación hombre-hombre: las relaciones hombre-naturaleza y la relación hombrehombre son los principios fundamentales de los que hay que partir para explicar la realidad humana, la sociedad que el hombre crea, la historia, y las formas espirituales de todo tipo (artísticas, religiosos, etc.), que el hombre ha producido a lo largo de esa historia. 2.4. LA ALIENACIÓN Para Marx el trabajo es la manifestación de la vida del hombre. Pero en la sociedad burguesa capitalista, se ha “enajenado” o “alienado”; se ha convertido en un poder extraño y ajeno que domina y sojuzga al trabajador como un poder hostil. A esto, lo llamó “enajenación” o “alienación”. Marx parte de la concepción de Feuerbach para quien el hombre pierde su esencia, trasplantándola a un más allá extraño que le domina y ante el que se postra como algo ajeno. Pero Feuerbach sólo conoció la alienación religiosa y, sin embargo, para Marx es sólo el síntoma de otras alienaciones y miserias en el mundo terrenal: si el hombre trasplanta su esencia a un más allá es porque ya está desposeído de ella en el mundo terrenal. Y es en la producción, en el trabajo, donde se da la alienación fundamental La producción ha dejado de estar al servicio del hombre para pasar el hombre al servicio de la producción. En lugar de ser el acto por el que el hombre transforma y humaniza la naturaleza, se ha transformado en un poder extraño que convierte al hombre en una cosa más, como las máquinas o las mercancías. Esto ha sido posible en un sistema de producción (el capitalista) cuyo objetivo es la obtención de mercancías. Lo que caracteriza a la mercancía es que además de un valor de uso (capacidad para satisfacer directamente una necesidad) tiene un valor de cambio (se intercambia por otros productos con los que no tiene ninguna semejanza natural), y ese valor de cambio acaba siendo el principal valor que se le reconoce: una cosa sólo “vale” en cuanto puede intercambiarse con otras. De este modo, el dinero, que puede cambiarse por cualquier cosa, es el “ser omnipotente” y lo que más se persigue en este sistema de producción. Esta economía de mercancías acaba convirtiendo al hombre y su trabajo en otra mercancía más: el trabajo (o mejor, la fuerza de trabajo) lejos de ser la manifestación de su vida se convierte en una simple mercancía que puede cambiar por un salario para subsistir. El propio trabajador es otra mercancía, otra cosa, que también se vende y se cambia, más aún, es “la más miserable de las mercancías”, puesto que, cuanta más riqueza crea, cuanto más produce, más se abaratan los medios de subsistencia del obrero, y más barata se convierte la propia mercancía-obrero. Por ello habla Marx de una “reificación” o “cosificación” de la actividad del hombre y analiza esta situación en El capital, bajo la denominación de “fetichismo de la mercancía”; es decir, la mercancía deviene en “fetiche” al que el hombre sirve a pesar de ser su propio producto, como pasa en las religiones, en que se adora a los propios productos del pensamiento humano. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.8 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato Hemos visto en qué consiste, en general, la alienación. Analicemos sus principales consecuencias y formas en que se manifiesta: l) Alienación del objeto, del producto del que pasa a ser propiedad del capitalista, no del productor. El producto es la objetivación del trabajo si el hombre es desposeído de él, el trabajo pierde sentido, y el propio producto se convierte en algo extraño. Y, como consecuencia, la naturaleza entera, que es la materia en que su trabajo se realiza, aparece como enemiga, como extraña. 2) Alienación del acto del trabajo que, en lugar de ser la expresión de la vida del hombre, se convierte sólo en medio de subsistencia; el trabajador no se siente afirmado en él, sino sacrificado, y lo rehúye, sintiéndose sólo libre cuando huye de él. 3) Alienación de sí mismo: el propio trabajador, convertido en mercancía, queda reducido a ser sólo trabajador, y no hombre, se reduce al comer, beber, dormir, etc., se reduce a lo animal. 4) Alienación de los otros hombres: si la fuerza de trabajo es vendida a otro su poseedor se convierte en un poder opresor ajeno. Los hombres se enfrentan como propietarios y no propietarios con intereses contrapuestos. Las relaciones de los hombres se reducen al intercambio de mercancías. La división en dos clases contrapuestas es el reflejo de esta alienación del hombre para con los hombres. La supresión de esta alienación se dará con la emancipación de los trabajadores. Y ello implica el derrocamiento del sistema económico-social existente. 3. LA NOCIÓN DE DIALÉCTICA EN MARX 3.1. CONCEPCIÓN DIALÉCTICA DEL MUNDO Si bien Marx admite, junto con Feuerbach que la realidad es material, le recrimina no haber tenido en cuenta la acción transformadora del hombre, descuidando la dialéctica o desenvolvimiento de la realidad a lo largo de la historia. Por ello Marx retorna a la dialéctica de Hegel, aunque rechaza su idealismo. En palabras de Engels la dialéctica, es una “concepción del mundo”. Significa concebir el mundo de la naturaleza, de la historia y del pensamiento como un proceso, es decir, en constante transformación y desarrollo, intentando además poner de relieve la íntima conexión que preside este proceso, a través del cual se muestra, a pesar del aparente caos, un desarrollo progresivo. Y ese cambio que todo lo envuelve es posible gracias a las contradicciones que anidan en las propias cosas, por la negatividad, que es el motor del cambio, como ya viera Hegel. Considerar que la realidad posee movimiento dialectico implica superar la antítesis ser/no ser: la cosa, si se está transformando, a la vez es y no es, pues todo lo que cambia va paulatinamente convirtiéndose en otra cosa sin dejar de ser ella misma; significa dejar de pensar en los términos “verdadero” y “falso”, “ser” y “no ser”, etc., como totalmente opuestas y sin mediación, considerando que ambas se presentan, Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.9 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato conjuntamente, en todas las cosas, y que la contradicción, la negatividad, forma parte de la realidad. Pero, además, significa dejar de ver las cosas aisladas y separadas unas de otras. Si todo es cambio, los acontecimientos, no son sino “momentos” de un conjunto o totalidad superior en el que se integran y cuyo significado sólo puede establecerse en relación con ese todo: todos los elementos se explican y determinan recíprocamente los unos a los otros. 4. EL MATERIALISMO HISTÓRICO 4.1. LA TESIS GENERAL DEL “MATERIALISMO HISTÓRICO” La tesis general del “materialismo histórico” puede ser enunciada así: la base para la explicación de cualquier fenómeno histórico es la producción económica de esa época y la estructura social derivada de ella. Esto vale incluso para la esfera humana de las ideas, tanto religiosas como morales, filosóficas, artísticas, etc., en una palabra, la “producción espiritual” o intelectual de una época. En oposición al idealismo, Marx parte no de lo que los hombres creen, piensan o imaginan que son, sino de lo que los hombres reales efectivamente son, de sus condiciones materiales de vida, de su producción y relaciones sociales, base de todo el edificio social. 4.2. LA PRODUCCIÓN: FUERZAS PRODUCTIVAS Y RELACIONES DE PRODUCCIÓN Cualquier sociedad tiene la necesidad de producir, por ello, lo que diferencia unas épocas económicas de otras no es lo que hace, sino cómo lo hace. Al analizar la producción, encontramos: 1. Las fuerzas productivas. a) El objeto sobre el que se trabaja (el mineral que se extrae de la mina, los peces que se pescan, etc.). b) Los medios de trabajo, que son los instrumentos con los que se trabaja (sierras, máquinas) y todas las condiciones materiales indispensables para la realización del trabajo (la tierra, los medios de transporte, canales de regadío, etc.). Ambos forman lo que Marx llama “medios de producción”. c) La energía humana empleada en el proceso de trabajo, y que Marx llama “fuerza de trabajo”. (capacidades, habilidad y cualificación del obrero) d) El producto, resultado del proceso de trabajo, 2. Relaciones de producción. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.10 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato En el proceso de producción los hombres establecen entre sí unas determinadas relaciones que Marx llama “relaciones de producción” o también “relaciones sociales de producción. Estas “relaciones de producción”, junto a las “fuerzas productivas” antes consideradas, forman la “ESTRUCTURA ECONÓMICA” de una sociedad determinada. (Como ejemplo de “relaciones de producción” podemos poner la división del trabajo, el régimen de propiedad imperante, la división de los hombres en propietarios de los medios de producción y asalariados, etc). Los hombres no eligen libremente sus relaciones sociales, sino que éstas vienen condicionadas por las fuerzas de producción existentes; son, pues, independientes de la voluntad de los individuos. De estas relaciones Marx destaca por sus consecuencias la división del trabajo, que ha adoptado múltiples formas. En principio era una división natural del trabajo basada en características naturales de los productores (diferencias de edad, de sexo, de fuerza, etc., que impondrían ciertas diferencias de tareas). Al desarrollarse la producción la división pasa a ser una división en diferentes ramas de la producción (por ejemplo, entre el trabajo agrícola, el industrial y el comercial, lo que engendra la oposición ciudad-campo); progresivamente se convierte en “división técnica del trabajo”: el trabajador no produce por sí solo el producto entero, sino que únicamente realiza alguna de las operaciones parciales que llevan a obtenerlo. Los trabajadores se especializan y comienzan a separarse del producto ya que ninguno puede considerar el producto como suyo. Esto comienza con la manufactura, prosigue con la gran industria, y significa el comienzo de la alienación hombre-objeto. Por fin, la división del trabajo toma la forma de “división social del trabajo”, cuando las diferentes tareas se realizan no por la habilidad del productor, sino según la situación que los hombres tienen en la estructura social. Esta división social del trabajo ha producido una distribución desigual del trabajo y sus productos y con ella la propiedad privada; esto ha dividido a los hombres en clases sociales con intereses distintos y contrapuestos, ha engendrado al Estado y, finalmente, la alienación del hombre, puesto que todas sus capacidades físicas y espirituales se sacrifican al perfeccionamiento de una sola actividad. 4.3. ESTRUCTURA DE LOS MODOS DE PRODUCCIÓN: INFRAESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA Las fuerzas productivas que intervienen en el proceso de producción material de la vida, y las relaciones sociales de producción, forman la estructura económica de la sociedad, la base (infraestructura) sobre la que se levanta la superestructura jurídica, política y espiritual de esa sociedad. La tesis marxista afirma que las ideas jurídicas, políticas y espirituales en general vienen condicionadas por la estructura económica, y son en última instancia un reflejo de ella. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.11 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato Dentro de la superestructura podemos distinguir dos niveles: la estructura jurídico-política y la estructura ideológica. La estructura jurídico-política la forman el conjunto de normas y de aparatos institucionales que reglamentan el funcionamiento de la sociedad y vienen aseguradas por el aparato del Estado. El Estado tiene una función organizativa y administrativa (administración de la sociedad) y otra función represiva o de dominación, por la que mantiene coercitivamente las condiciones de dominio de la clase dominante. Como la historia lo demuestra, el Estado, lejos de ser el instrumento de coordinación de los conflictos sociales es más bien el instrumento de la clase dominante para perpetuar su dominio. Es la suprema manifestación de las contradicciones de clase. Por ello, las luchas por alcanzar el poder, no son sino las formas que adquiere la lucha de clases en un momento determinado. La estructura ideológica son las ideas morales, religiosas, estéticas, filosóficas, que nos transmiten una cierta visión de la realidad y del papel del hombre en ella. Para Marx estas ideas, las ideas que predominan en una sociedad son las ideas de la clase dominante; clase que hace pasar por algo “natural” y “eterno” las ideas que responden a sus intereses. Cuando encontramos ideas que se contraponen a las predominantes, es porque existe ya una clase distinta de la dominante que va adquiriendo conciencia de sus intereses como distintos de los de la clase dominante. Asimismo, cuando cambian las ideas de una sociedad es porque primero se ha producido un relevo en la dominación de clase, y la nueva clase ha impuesto sus nuevas ideas, como más ajustadas al orden “natural” y “eterno”. Debido a esta característica de reflejar los intereses de una clase, el término “ideología” tiene en Marx un sentido negativo: no proporciona un adecuado conocimiento de la realidad social, sino un conocimiento falseado, deformado, presentando el interés particular de una clase como el interés general de la sociedad. La superestructura depende, en última instancia, de la estructura económica, pero no se trata de un determinismo absoluto, rígido y unilateral, sino más bien de un juego de acciones y reacciones” de una estructura sobre la otra, aunque en último término prevalezca la económica. Es decir, Marx y Engels no consideraron que la estructura económica determinaría de manera rígida y exclusiva las ideas de una época, sino que, a cierto grado de desarrollo, las ideas pueden también, a su vez, influir sobre la base económica, convertirse en fuerzas económicas, y no se limitan a ser una emanación directa de ellas; asimismo, también se produce el fenómeno de la conservación (en forma de tradición) de ideas que ya no corresponden a las nuevas relaciones productivas, lo que produce cierto desfase entre la producción material y la espiritual. 4.4. EL PROCESO HISTÓRICO Para Marx, el desarrollo histórico, la sucesión de las diferentes formaciones sociales, no es algo progresivo, sino que se dan épocas de cambio brusco en las que se revelan de forma violenta las contradicciones acumuladas lentamente en el seno de una Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.12 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato sociedad dada. Son las revoluciones que son propiciadas por una serie de condiciones objetivas que las hacen posibles, aunque, desde luego, siempre es necesario que haya una clase social que cobre conciencia de estas condiciones objetivas y realice la revolución. Las condiciones objetivas sólo pueden radicar en la estructura económica de la sociedad, ya que ésta era la base de todos los fenómenos sociales. El desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad acaba siempre rebasando el estrecho marco en que las mantienen las relaciones de producción y de propiedad y entran en contradicción con ellas. Contradicción que sólo puede resolverse disolviendo las antiguas relaciones de producción y creando otras nuevas que respondan mejor al nuevo grado de desarrollo de las fuerzas productivas. (Por ejemplo: con el desarrollo de la productividad acaecido con el desarrollo de la manufactura a fines de la Edad Media, se entra en colisión con el régimen de propiedad feudal, pues se producen excedentes, y con ello la necesidad de comerciar, de abrir nuevos mercados, de apartar las trabas y estorbos feudales a la libre concurrencia y libertad de comercio, etc.) Pero, además, todo modo de producción engendra las fuerzas que le permiten superar esta contradicción: como consecuencia de la división del trabajo y del régimen de propiedad existente, surge una clase social menos favorecida que realizará la revolución contra la clase dominante. (Así, en el ejemplo anterior, la clase burguesa, a la que interesaba el derrumbe de las trabas feudales a la libre concurrencia y comercio, se lanza a una lucha contra la nobleza feudal dominante). Comienza así una época de lucha de clases, a nivel económico, político (lucha por el poder) e ideológico (la nueva clase presenta sus intereses como los de la sociedad en general). Esta lucha de clases suele acabar con la victoria de la nueva clase, que instaura un nuevo régimen económico-social, en el que también se verán cambiadas, con mayor o menor celeridad, la superestructura ideológica con respecto a la época anterior. Por esto, decía Marx que ”la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”, Toda lucha en la sociedad no es más que una forma, más o menos encubierta, de la lucha de clases que se está ventilando. (Vistas las causas generales del proceso histórico, recordemos su desarrollo: la sociedad europea occidental ha pasado sucesivamente por un régimen de propiedad colectiva primitivo (comunismo primitivo), un modo de producción “asiático” (con aparición de propiedad privada, pues todas las tierras y aun los súbditos son la propiedad privada del déspota), la sociedad esclavista antigua de Grecia y Roma, la sociedad feudal, y, por fin, la sociedad burguesa capitalista. Este proceso culminará en una futura sociedad socialista, que según Marx, será el resultado de las tendencias y contradicciones inherentes al régimen de producción capitalista.) 4.5. EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA Y LA REVOLUCIÓN PROLETARIA De este proceso histórico Marx dedicó más su atención a la aparición de la sociedad burguesa a partir del modo de producción feudal, y la necesidad de superación Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.13 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato de esta sociedad burguesa en una sociedad socialista, debido a sus contradicciones inmanentes. La revolución industrial burguesa. En la Edad Media, regía la pequeña industria, basada en la propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción; tanto en el campo (pequeños labradores) como en la ciudad (artesanos), los medios de trabajo eran individuales, y por tanto, pequeños, limitados. La burguesía concentró y desarrolló estos dispersos y limitados medios de producción en los grandes medios actuales, primeramente con las manufacturas y luego con las grandes industrias, que acabaron con el trabajo artesanal. La burguesía, pues, para convertir aquellos primitivos medios de producción en poderosas fuerzas productivas, las convirtió en medios sociales, y no individuales, de producción, sólo manejables por una colectividad de hombres. Y con ello se transformó la producción, dejando de ser una cadena de actos individuales, para ser una cadena de actos sociales, y los productos mismos se transformaron de individuales en sociales. A la antigua división elemental del trabajo sin plan ni sistema, la substituyó la división planificada del trabajo dentro de cada fábrica, que aumentó la productividad y abarató los productos, sucumbiendo así poco a poco la producción individual. En definitiva, revolucionó totalmente el modo de producción anterior. Pero, a pesar de su carácter revolucionario, el nuevo modo de producción se implantó con la finalidad del modo de producción anterior: aumentar la producción de mercancías, y se mantuvo en vigor la forma de apropiación de la producción de mercancías (la propiedad privada de ellas). La mercancía pasa así a ser la propiedad privada del propietario del medio de producción a pesar de ser el resultado del trabajo colectivo. LAS CONTRADICCIONES DEL CAPITALISMO. Esta propiedad privada de las mercancías tenía razón de ser en el feudalismo, en que el productor las creaba él mismo con su propio trabajo; pero ahora ya no tiene razón de ser, cuando los medios de producción y los productos, son sociales. Esta apropiación del capitalista de productos que no son suyos, sino fruto del trabajo colectivo ajeno, es una pervivencia fuera de lugar de un sistema de apropiación que corresponde a otro modo de producción. Esta es la contradicción principal en que se mueve el modo de producción capitalista: la “incompatibilidad entre la producción social y la apropiación capitalista”. El capitalismo ha dado lugar a otras contradicciones. El productor, que ya no tiene la propiedad de los medios de producción ni de los productos, se convierte en trabajador asalariado, componiendo un proletariado que no posee más que su fuerza de trabajo, mientras el capitalista posee los medios de producción y los productos. La contradicción entre la producción social y, la apropiación capitalista, reviste la forma de “antagonismo entre el proletariado y la burguesía”. Pero en este modo de producción, nadie sabe qué artículos debe producir, ni qué cantidad de artículos de la misma clase se necesitan etc.; nadie sabe si su artículo responde a una necesidad efectiva, si podrá cubrir gastos, etc. La anarquía impera en la producción social. Se impone sobre los productores la ley de la competencia. La sociedad se convierte en un campo de batalla en que vence el más fuerte: contradicción Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.14 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato entre la organización de la producción dentro de cada fábrica y la anarquía de la producción en el seno de toda la sociedad. Añádase a esto el perfeccionamiento de la maquinaria, que hace superfluo el trabajo humano, substituido por la máquina, creándose una masa de obreros disponibles (un verdadero “ejército industrial de reserva”), lo que permite, por la ley de la oferta y la demanda, encontrar muy barata la mano de obra humana, e imponerle condiciones inhumanas del trabajo, con la subsiguiente depauperación creciente del proletariado. El capitalismo engendra, pues, por una parte, superproducción; por otra, supermiseria. Esta situación sigue agravando las contradicciones, pues la superproducción, el exceso de productos, no encuentra salida; la expansión de los mercados no se desarrolla al mismo ritmo que la de la producción, y esta colisión engendra las crisis económicas; crisis que provienen de un exceso de productividad: los productos se estancan sin hallar salida, sin poder ser consumidos, lo que genera la crisis del capitalismo, crisis que se convierten en periódicas, pues no pueden solucionarse sin extender los mercados, y por tanto, preparando otras crisis más extensas, mundiales, con el paso del tiempo. El sistema capitalista engendra, pues, contradicciones que le llevan a su ruina. Y es el propio capitalismo el que crea la fuerza capaz de suprimirlo, el proletariado, cuya miseria y explotación le hace cobrar conciencia de la necesidad de revolucionar el modo de producción existente. Es el segundo aspecto necesario para que se produzca la revolución: la existencia de una clase que, por su situación de explotada, cobre conciencia de la necesidad de revolucionar el orden social existente. Precisamente, lo que el socialismo científico de Marx y Engels pretende es “infundir a la clase llamada a hacer esta revolución la conciencia de las condiciones y, de la naturaleza de su propia acción”. El comunismo. Ahora bien, ¿qué clase de sociedad tendrá lugar con la revolución proletaria? ¿Qué características principales tendrá esa futura sociedad socialista que substituirá al régimen capitalista? Veamos la caracterización que ofrecen Marx y Engels. Si la contradicción en que se mueve el capitalismo consiste en que no encaja su modo de producción social con su forma de apropiación capitalista, la única solución a sus males sólo puede ser el comunismo, es decir, el reconocimiento del carácter social de las fuerzas productivas, y por tanto, la armonización del modo de apropiación con ellas: abolición de la propiedad privada de los medios de producción y su substitución por su propiedad colectiva o pública. Para ello no cabe más camino que la toma del poder por parte del proletariado, instaurando así la “dictadura del proletariado”, la cual, desde el poder del Estado, irá destruyendo las condiciones del régimen capitalista de producción: la división social del trabajo, la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía económica, que se combatirá con la planificación de la economía. Estas medidas acabarán también con la división en clases y las luchas de clases, y, en fin, con el propio Estado, que se extinguirá paulatinamente como algo innecesario. La dictadura del proletariado es sólo una fase transitoria, pues, hacia la sociedad sin clases y sin Estado. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.15 I.E.S. Rodríguez Moñino Departamento de Filosofía Historia de la filosofía 2º de Bachillerato Como se ve, la simple abolición de la propiedad privada, o la toma del poder del Estado por el proletariado, no son fines en sí mismos, ni producirán automáticamente la emancipación humana. La abolición de la propiedad privada de los medios de producción caracteriza, efectivamente el comunismo, pero es sólo un medio para lograr una sociedad en que el régimen de producción esté al servicio del hombre, y no el hombre al servicio del régimen de producción, una sociedad que permita “el despliegue de las fuerzas humanas que se considera como fin en sí”. De este modo, el comunismo de Marx bien puede considerarse también, como él mismo lo dijo en sus Manuscritos, “humanismo”. Tema 11. El Pensamiento Marxista Pg.16