Download 25 Sonetos Anónimos a la Virgen de los Dolores
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i i 25 SONETOS ANÓNIMOS ■ ALA leí raen <o Patrona de Requena Recopilados por FELICIANO A. YEVES DESCALZO | Mayo 1982 Abril 1998 m M EDITA: M.I. Ayuntamiento de Requena Concejalía de Cultura DISEÑO: José Ángel Jesús-María Romero DEPÓSITO LEGAL: V- 1,212-1998 IMPRIME: Govi, s. l. - Gral. Pereira, 7 - Requena PATOCINA: Fundación BANCAJA (Grabado portada: Colección de Fermín Pardo) 5rao cíe los Excelsa Patrona de Requena A MANERA DE JUSTIFICACIÓN Es obvio, a estas alturas, resaltar el amor y devoción de las gentes de Requena a su Patrona la Santísima Virgen de los Dolores. lampoco resulta novedoso el descubrimiento da la pléyade de poetas locales o ajines que cantaron con sus mejores versos a María, en su advocación de Doloroso, como signo y clave, norte y guía del alma requenense. ¿Qué poeta nativo, o amante de Requena, no na tratado de plasmar en sencillas o profundas estrofas todo el dolor y la dulzura que irradian los ojos de la Virgen al píe de la Cruz Redentora!1 ¿ Y qué sensibilidad poética no na convulsionado su ser y liasta brotado amargo llanto -interno y externo- ante la contemplación de la soledad y la aflicción de nuestra Virgen de los Dolores? No es extraño, pues, que ese llanto naya fructificado en versos; y que esos versos hayan servido como lenitivo para el atribulado corazón que se siente comprometido en el sublime negocio de la redención humana; y, que, desde el humilde gesto de rodillas, hasta la verticalidad ascensional del que se siente elevado por el vértice de la Cruz, hayan sido los versos requenenses compañeros apenados tratando de consolar el desamparo de María en el crucial momento de la Salvación. Y hubo días en que este sentimiento y devoción eclosionaron en un florilegio sin precedentes -y quizás irrepetible- moviendo a los poetas a competir en noble emulación para descubrir la mejor capacidadac síntesis lírica en la glosa del transido gesto cordimariano abierto en siete pétalos de sangre corredentora. Yse apostó por el mejor soneto -estrofa que encarna la dificultad del concepto y la expresión poética-, y dicha apuesta impulsó la inspiración y la péñola de aquellos poetas. Y en aquel insólito certamen concurrieron más de un centenar de sonetos, disputándose el honor de un premio convocado por la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores en los Juegos Florales de la Feria Requenense de 1Q4Ó. Escudriñando papeles viejos, hemos hallado una feliz muestra de aquella manifestación poética, que indudablemente rayó a gran altura, dado el valor de una gran mayoría de las composiciones encontradas -y en trance de desaparición-, al cabo de los años. Lamentablemente, las plicas en las que se consignaron los nombres de sus autores han desaparecido, por lo que nos obliga noy el silencio del anonimato. De entre los 50 sonetos hallados hemos elegido 2¡D; los que, a nuestro humilde juicio, consideramos de mayor calidad y perfección, ateniéndonos a la hondura, fuerza expresiva, y aspecto formal de los mismos. Y ahora, como prueba manifiesta en el quehacer literario del amor ferviente que siempre Requena y sus poetas expresaron a su Excelsa Patrono, los sacamos a la luz impresa para meditación de todos los que -todavía- se sienten con el corazón oprimido ante el majestuoso y grave paso procesional de la Madre Dolorosa, o acuden a buscar el paño de sus lágrimas en devoto peregrinaje ante su imagen en el camarín del Carmen. ai alguno de los que escribieron estos hermosos sonetos todavía vive, que perdone mi afán de bucear por viejos anaqueles, ante la imperiosa motivación que me induce a sacar a flote los tesoros poéticos olvidados o perdidos, y que fueron y siguen siendo evidencia de un amor siempre firme de Requena y sus gentes a la Virgen de los Dolores, Requena, mayo de 1Q82. FELICIANO A. YEVES DESCALZO MEDITACIÓN Se me figura, ante la publicación, en segunda edición del siguiente rosario lírico de sonetos en honor y amor a la Virgen de los Dolores, que sus autores -todos ellos anónimos- se elevarían en extático trance inspirador para culminar la hermo sa tarea de su enamorado empeño. Ycasi nos a ¡revemos a asegurar que para llegara ese trance -acercamiento del numen y la palabra al dolor y angustia de María -alguno de ellos, por no decir todos, abrumarían su inspiración con la sublime y redentora escena del Gólgota, el inmenso dolor del Descendimiento o la desolada soledad de María con el yerto cuerpo del Salvador en sus brazos. Por ello, hoy, con la motivación de la próxima y deseada Coronación de Nuestra Patrono, la Santísima Virgen de los Dolores, pretendemos transportarnos a una actitud emocional todavía superior a la que motivó aquella magnífica eclosión de versos. Para ello colocamos como preámbulo a los 25 sonetos dedicados a la Virgen Doloroso, otra composición de este tipo, también de autor anónimo, titulada "AL CRISJO DE LA VERA CRUZ", a cuya lectura remitimos a todos los que creen que, para conocer profunda y amorosamente a María, deben empeñarse primero en seguir el camino de la Cruz Redentora y rogar a Jesús que nos perdone, aunque sólo sea por acompañar por un momento a su Madre Doloroso, cuando serenamente aceptaba -icón inmenso dolor/- el martirio de su Divino Hijo. Requena, abril de 1QQS AL CRISTO DE LA VERA CRUZ ueres por mí, Jesús, y no consigo Iftr llorar la inmensidad de tu postura; soy la más vil y necia criatura, que no merece tenerte como amigo. Dame, Señor, la tuerza que persigo, para asumir lu calle de amargura, y heredar de tu Cruz dolor y altura, para surrir, de amor, siempre contigo, Oye, Jesús, que tu perdón imploro, y ante Lu cuerpo traspasado y yerLo, mi alma se entristece procelosa ... ¡Déjame decirte que te adoro, y tengo el corazón, de pena, abierto, por Ti y por tu Madre Dolorosa! A 110111)710 ALTO CIELO adre del hombre, abierta a la ternura de tu dolor, más hondo que la muerte. ¡Qué solitaria angustia he de orrecerte si la angustia del mundo es tu hermosura! Las siete espadas en tu carne pura su luz clavaron donde puedo verte, rosa de Dios, llorando, y encenderte sobre el camino de mi noche oscura. Primavera de sangre estremecida por lágrimas de amor casi inrinitas ... ¡Oh dulcísimo rostro en agonía! Salva mi pequenez desde tu vida, y velando mi sueño no permitas que el pecado rae arrastre, ¡oh, Madre mía! AQUÍ TIENES A TU HIJO adre de la amargura y del dolor: veo yo por li misma, que no nay cosa más acepta a tu Hijo y más gloriosa que, al lado de la Cruz, suirir de amor. Esto es lo que me pide mi Señor; lo aprendí aquí, contigo, Dolorosa ... Mi Señor que en la Cruz, rué espina y rosa, y muriendo, del mundo Salvador. No quiero ya gloriarme, Madre mía, sino en ser hijo riel de tus dolores sufriendo como tú, día tras día ... V mis trabajos, penas y sudores, padecidos al ritmo de María, me eleven a los altos esplendores. AVE MARÍA GRATIA PLENA res, Madre de Dios, triste, llorosa, Madre del Hombre que en la Cruz perdona; diadema de puñales te corona el corazón de "Mater dolorosa". Eres, Madre del Hombre, venturosa Virgen en la que Dios se nace persona, y en tu pecho de nácar se sazona la Trinidad del Ser: ¡seda en la rosa! Dios te salve María, madre nuestra, que a la diestra del Padre, eternamente, abogas por tus nijos pecadores. Ya tu Calvario al corazón le muestra cómo te na de llamar, humildemente, Nuestra Señora -Tú- de los Dolores. 10 AYUDA EN EL CAMINAR 1 verte, Madre, de dolor transida con siete espadas de bruñido acero, quiero ser, en tus brazos prisionero, cirineo de tu alma dolorida. A zaga de tus huellas va mi vida aupando el corazón en el sendero, que llevando contigo Lu madero, se mitiga el dolor de la subida. ¡Dame, madre, a gustar la dulcedumbre del cáliz de tu amarga pesadumbre! ¡No me importa el dolor, ni temo nada, si tus lágrimas ungen mi destino! ¡Pues, si un día desmayo en el camino, tendré aliento en la luz de tu mirada!. II BENDITO EL DOLOR QUE NOS REDIME o bendigo al dolor que me na traído hasta tu cara de amargura llena, y bendigo la angustia de esta pena, que en tus brazos de Madre se lia dormido. Bendigo, sí, el surrir, porque lia sabido mostrarme el sol de tu esperanza buena, y atraer tus caricias de azucena hasta mi pobre corazón herido. Te adoraba en la dicha, y no sania que guardas mas ternura todavía, y son para el que llora tus amores ... I Qué importan las espinas de este suelo, si para conducirnos hasta el Cielo nos dieron pasaporte tus Dolores! 12 CALVARIO irgen de los Dolores: siete espadas laceran con sus tilos tu costado, por donde al mundo das tu Hijo amado, y en cambio ai mundo das segura entrada. lu suprema bondad, Madre adorada, anima a nuestro corazón, turnado por el vivo dolor que da el pecado, a que elija en tu pecno su morada. Ya no tiene por qué surrir más daño el alma que en tu pecno nalla conijo, porque aunque el cuerpo surra con tamaño dolor, cosa muy justa, lú eres paño de lágrimas, sorbiendo con tu Hijo el cáliz del dolor del ser humano. CORREDENTORA ola a gota, la sangre del Cordero nuestra infinita deuda va paganclo. La máquina del Orne está temblando: ¿Quién llega confiado hasta el Madero? Junto a la Cruz, al precio justiciero María sus dolores va sumando. Icmo al pensar que Dios está expirando, y al ver la Madre de Jesús, espero ... Oigo la voz de Cristo generosa dando su Madre al redimido mundo. Un viento de dolor extiende el manto de la estorbada Virgen Doloro^a, y al fugor del Calvario moribundo se abre en un iris de perdón su llanto. 14 DOLORIDA Y MÍSTICA AZUCENA n tu rrente de lirios angustiados siete penas moradas, Dolorosa. luí mejillas, ayer mística rosa, noy nardos tristes ai dolor ganados. Siete dolores, Madre, atravesados un tu figura pálida y llorosa. ¡Cuánta tristeza, amarga y silenciosa, se refugia en tus ojos apagados! Ese duelo infinito te proclama capitana de amor y de quebranlo arrodillada, mística azucena. lotla mi sangre tu dolor reclama; ¡no quiero, madre, que Le allijas tanto, un poco, dame de tu enorme pena! 15 DOLOROSA YA DESDE EL PRINCIPIO u vida vertical que el Cíelo escala, tuvo la sencillez del arroyuelo; rumor y claridad en limpio vuelo; seda y luz, canto y miel, besos y ala ... Al Illanco nogar que olor de cedro exhala, llegó el dolor, como puñal de nielo; lo trajo un Ángel, desde el mismo Cielo, y con él tus entrañas apuñala ... rué la Lruz el final, gallarda almena que en un vértice único culmina; desgarro colosal del alma en pena. Mi culpa alzó esa Cruz, como una espina sonre tu corazón que el llanto llena. ¡ le hice doler en El, Madre divina! 16 DOLOROSISSIMA MATER o me importa que celes de tus ojos sus miradas, henchidas de dulzura; ni que veles tu célica hermosura con el triste crespón de tus enojos ... Lo que importa es que guardes -cual despojos de tu vida anegada de amarguraen tu seno, sagrario de ternura, esos cuchillos, por tu sangre rojos ... Porque así, de esta rorma, Madre mía, me parece que brota, cada día, de tu pecho, capullo de amapola, esta tierna plegaria, de amor llena: "Dales paz a mis hijos de Requena, y reserva el DOLOR ... para mi sola!" 17 FECUNDIDAD DOLOROSA ué dolor tan terrible y tan prorundo padeció nuestra Madre ante el madero, contemplando al Dios-Hombre verdadero, muriendo ensangrentado por el mundo! ÍAy, dolor de dolores! ¡Qué íecundo en gracia íue el oprobio lastimero, y cómo compitió lo traicionero con la verdad, segundo tras segundo! Muerte de Cruz; por el amor al nombre, desde entonces acá de Dios el nombre es ruego rormidable que, prolijo, da calor a las almas día día: ¡A costa de los llantos de María, y a costa de la muerte de Dios Hijo ...! 18 LA VIRGEN PASA... ngrimas abrasando las mejillas, pálidas azucenas entre lirios. biete acervos puñales de martirios el corazón hiriendo sus cuchillas. bobre vientos oscuros de mantillas rompe una voz en místicos delirios. Vanse doblando trentes y rodillas: LA VIRGEN pasa entre temblor de cirios. Gime ante su dolor quien na probado la sal del lloro, el Irío de la muerte, sentido ausencias o pisado abrojos. Sólo yo, el pecador, que be traspasado con mi culpa su pecho, ¿de esta suerte sigo a la VIRGhN sin mojar mis ojos? 19 LAGRIMAS ientras el mundo en su cruel delirio, con mano criminal y raz serena, el Hijo de tu alma de azucena destroza en los horrores del martirio, al pie de aquella Cruz, igual que un lirio, morado de dolor, blanco de pena, tu corazón de Virgen nazarena se elevaba hasta el Cielo como un cirio. Los ángeles divinos contemplaron cómo los dos amores se trenzaron, del Hijo y de la Madre en la agonía; y la sangre que Cristo derramaba, con el llanto materno se sumaba para ser más recunda todavía. 20 MADRE DEL DOLOR ... MADRE DEL AMOR u imagen, traspasada de dolor -remanso palpitante de ternura velado por crudísima amargura-, es símbolo materno del amor. Tu imagen, abrasada en el ardor de herida que se ahonda, cruel y dura, en ese corazón, se me ligura un oasis de místico dulzor. Que es amor y es dolor tu imagen santa, porque amor y dolor ya se hermanaron cuando fuiste por Dios "DE GRACIA LLENA" Y viendo tanto amor, dulzura tanta, los hijos de este pueblo te aclamaron como Patrona excelsa de Requena. 21 MATER DOLOROSA endiente de la Cruz, Jesús expira, y viéndole morir, su Madre llora, pues muere el Hijo amado a quien adora, por quien su corazón late y suspira. Adolorida y triste al Hijo mira, que un día bello fue como la aurora, y al Padre celestial, ferviente, implora, que aparte de la Cruz su justa ira. Mas Dios, que la tuviera reservada para ser de Dolores Madre llena, no oyó de sus lamentos la llamada. Y el dolor que embargaba su alma pura partió su corazón con una espada, colmándola de pena y amargura. 22 MEDITACIÓN AL PIE DE LA CRUZ ajo el manto del Sol oscurecido, este otro manto de la Madre buena, con toda el alma de amargura llena, a su morando su rostro dolorido. Cristo en la Cruz, por la maldad herido, y, como tallo que dobló la pena, a sus plantas la Virgen nazarena, con el bello mirar entristecido. Entre el mundo que a Dios na condenado, y el Cielo de Jesús Crucificado, su corazón transido de dolores. Como divina estrella protectora, que hizo brotar la Mano redentora para rerugio de los pecadores. 23 MI PECADO ES TU DOLOR on los siete puñales de mi dura traición herí lu peclio. El sentimiento de mi aliña sin rlor atrajo el viento 11 i -~, . .-> el pecado, Deñora óv^uién te cura esa herida plural? Mi pensamiento se tinge corazón, y una voz pura me vuelve a Lus altares. En la impura verdad de mi dolor prende tu acento. ¡Ay, Madre Dolorosa! Yo no quiero volver al viejo ayer. Yo, Madre mía, añoro la niñez, con cuyas Mores era mi alma de virtud venero. ¡Ya para siempre mi verdad es tría palabra que quebraron los dolores! 24 ORACIÓN a ella tlor de pureza inmaculada, A del jardín del Señor divino anhelo, pasionaria sublime que del Cielo al dolor luíste ya predestinada; ese llanto que nubla tu mirada, de inrinita congoja sin consuelo; flores hace brotar del duro suelo, y es rocío del alma atribulada. ¡Quién pudiera, Señora, tu calvario compartir noche y día en dura vela, como lámpara viva del Sagrario, y, siguiendo, al morir, tu pura estela, conservar cual preciado relicario, una lágrima tuya en la escarcela! 25 PERDÓN IMPLORO s contemplo en la Calle de Amargura siguiendo, resignada y dolorida, los pasos de Jesús todo en herida manando sangre redentora y pura. Os contemplo del Oólgota en la albura, mirando al Hijo que, en la Cruz erguida, muere mártir de amor para dar vida a quien le mata con reroz locura. Acompañada del hvangelista, desde el Sepulcro regresáis; la vista lija en las liuellas que marcó el Axnado ... Y pienso -criatura miserame- que de tanto dolor yo soy culpable ... ¡Perdón imploro a vuestros pies postrado! 26 PLEGARIA orno rayo de luna en noche umbría, la perla del dolor orilla en tus ojos .. I Iav un rosal de rosas sin abrojos Eloreciao n tus plantas, Madre mía; y el alma, contemplando tu agonía, que acalla del Señor justos enojos, un tu altar, adorándote de ninojos, Le ofrenda su plegaria, amante y pía. Hoy como ayer, beñora de Requena, en Lu pueblo leal, que siente y jura, por hallar un consuelo a tu honda pena, quererte con pasión y con locura, ¡reina Tú sola, Madrecita buena, e inunda a Lu Requena de dulzura! 27 SÁLVAME, VIRGEN MÍA! irgen de los Dolores te han llamado porque tú los sumste, dolorida. ¡Qué dulce Lu mirada ennoblecida por el martirio de Lu Hijo amado! Siete puñales ya te lian traspasado tu corzon de madre, la tu herida sanara fecunda. Sangre que da vida, promesa de tu amor nunca negado. ¡Qué serena tu trente en la amargura, tu angustiada sonrisa de azucena, la soledad que, mansa, te ponía! ¡Sálvame de mi noene más oscura, mi noclie, de pecado toda llena, Virgen de los Dolores, Virgen mía! 28 STABATMATER ... uán triste y dolorosa es tu mirada, ¡on, Madre del amor! que junto al Hijo, a los pies de la Cruz, el rostro rijo nos apartas de su carne lacerada ... Desde la cuna ya clavó una espada lo que el anciano birneón predijo ... ¡Qué caro que os costó nuestro cobijo! iCuánto dolor la protección brindada! Mujer y Madre triste y afligida, excelsa en el amar y en el sufrir, Virgen, entre las vírgenes, nermosa que en crisol de dolor dejó vencida, con Cristo entre sus brazos al morir, del pecado la fuerza poderosa. 29 TEMOR o me atrevo a mirarte porque temo que más, por mi sufrir, te desazones, le pudieran saltar los eslabones, quebrándose tu ser de extremo a extremo. Cadena de dolor, temple supremo, te levanta un imán de los talones. Y nacen nieve el carmín tus pulsaciones, para tu yerta raz de crisantemo. Sangre sin sol y entrañas desveladas, grito en mitad del beso contenido, descolorida angustia en las miradas ... - ¡Párale, brisa en flor; trena el latido! - ¡No muevas ni un puñal! ¡Que todavía le raltan siete calles a María! 30 UNA SONRISA EN TU DOLOR asta siete puñales, a porfía, el humano turor niñeó en tu pecho al dar a tu Hijo amado, en duro lecho de una afrentosa Cruz, lenta agonía. Arrancarlos quisiera, Madre mía, de tu doliente corazón maltrecho y en el mío clavarlos, a despecho de lacerar sus libras noche y día. Pues si en mi sufrimiento yo encontrara alivio de tu mal, dichoso hiera, y a padecer por Vos diérame prisa; que mi dolor en gozo se trocara, si tu angustiada faz resplandeciera en la inefable luz de una sonrisa. 31 YO, PECADOR M I L 'I Yo puse a Cristo de la Cruz pendiente, mi pecado hie espina de su [rente, mi cobardía, esputo y bofetada. Abrió mi ingratitud de una lanzada su pecho y de tus lágrimas la rúente. le vi de entre la turba maldiciente junio a la Cruz, sublime y desalada. Madre del pecador y el Inocente, puerta nunca cerrada al penitente, ¡acógeme a la sombra de tu manto y dame el más cruel de tus puñales!: ¡quiero abogar las raíces de mis males derramando las venas de mi llanto! 32 1 adre, en tu corazón clave una espada. NOTA FINAL El orden de colocación de los sonetos en la presente colección no prejuzga mayor o menor pureza literaria o expresiva de los mismos. Simplemente se na seguido el orden alfabético de sus títulos, adjudicados por el recopilador, ya que la denominación de todos ellos, aparte el lema con el que fueron presentados a certamen, correspondía al tema propuesto: "Soneto en nonor de la Santísima Virgen de ios Dolores . LA US DE O M. I. Ayuntamiento de Requena , QLcntro lie m cqucnrnsfs SAI Caja tic Ahorros de Valencia, Castellón y Alicante