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Universidad de Colima Doctorado en Ciencias, Área: Biotecnología INFLUENCIA DE HONGOS MICORRÍZICOS ARBUSCULARES, BACILLUS SP Y VERMICOMPOSTA EN EL CRECIMIENTO Y FLORACIÓN DE PLANTAS DE PAPAYO Tesis que para obtener el grado de Doctor en Ciencias, Área: Biotecnología Presenta Héctor López Moctezuma Asesores Dr. Sergio Aguilar Espinosa Dr. Ronald Ferrera -Cerrato Coasesores Dr. Javier Farías Larios Dra. Ma. del Rocío Flores Bello Dr. Alejandro F. Barrientos Priego Tecomán, Colima; enero de 2003 OFICIO No. 014/2003. C. HÉCTOR LÓPEZ MOCTEZUMA EGRESADO DEL DOCTORADO EN CIENCIAS ÁREA: BIOTECNOLOGÍA P R E S E N T E. Con fundamento en el dictamen emitido por el jurado revisor del colegiado del área: de Biotecnología de est a Facultad a mi cargo, de su trabajo de tesis del Doctorado y en virtud de que efectuó las correcciones y acató las sugerencias que le habían indicado los integrantes del mismo, se le autoriza la impresión de la tesis "INFLUENCIA DE HONGOS MICORR ÍZICOS ARBUSCULARES, BACILLUS SP Y VERMICOMPOSTA EN EL CRECIMIENTO Y FLORACIÓ N DE PLANTAS DE PAPAYO. ", misma que ha sido dirigida por los C.C. Dr. Sergio Aguilar Espinosa, Profesor - Investigador de la Universidad de Colima y el Dr. , Ronald Ferrera Cerrato del Colegio de Posgraduados de Chapingo. Este documento reunió todas las características apropiadas como requisito parcial para obtener el grado de Doctor en Ciencias; Área : Biotecnología y fue revisado en cuanto a forma y contenido por los C.C. Dra. María del Roc ío Flores Bello, Dr. Javier Farias Larios, Dr. José Gerardo López Aguirre y Dr. Sergio Aguilar Espinosa ProfesoresInvestigadores de la Universidad de Colima, así como el Dr. Ronald Ferrera- Cerrato Investigador del Colegio de Posgraduados de Chapingo. S in otro particular de momento, me despido de usted muy cordialmente. AGRADECIMIENTOS Deseo expresar mi más sincero agradecimiento a las instituciones y más aún a los hombres que las dirigen, por apoyar este proyecto que forjó y fortaleció mi vida profesional. Es mi reconocimiento a: La Universidad Veracruzana. A la Dirección General de Apoyo al Desarrollo Académico de la Universidad Veracruzana. A la Facultad de Ciencias Agrícolas, Zona Xalapa. Al Programa PROMEP dependiente de la SEP. Al Programa de Posgrado en Biotecnología en la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Colima. Al Colegio de Postgraduados. A la Universidad de Chapingo. También quiero decirles a los hombres que están dedicados a la ciencia; Dr. Sergio Aguilar Espinosa, Dr. Ronald Ferre ra Cerrato, Dr. Javier Farías Larios, Dra. Ma. Del Rocío Flores Bello, Dr. José Gerardo López Aguirre, Dr. Alejandro F. Barrientos Priego, a Uds. que me orientaron, formaron y modificaron positivamente m pensamiento hacia esta inherente manera de vida del humano que es la investigación; que les estoy infinitamente agradecido por su enseñaza tiempo, asesoría, apoyos, por darme confianza, por sus comentarios por corregir mi trabajo de investigación y por brindarme su amistad. Mi agradecimiento muy especial a mis amigos M.C. Juan 3. Almara; Suárez y a la Ing. Ma. De Jesús Manjarrez Martínez y al personal de área de Microbiología de Suelos del Colegio de Postgraduados por e apoyo brindado. DEDICATORIAS A mi familia toda… A mi madre Josefa por su bondad y cariño, y enseñarme a soportar los momentos difíciles. A mis hermanos Ita y Carl os por darme su amistad y cariño, y por mostrarme el camino de la perseverancia. A mi esposa María Elena, por estar siempre conmigo en mi s ausencias, por ser mi apoyo y guía, y enseñarme el camino de la fe. A mis hijos Héctor y Mariela por soportar con amor el tiempo que no les di, por comprender mi afán de darles todo. A mi nieta Mariela Fernanda por llegar a dar más luz a mi camino. A mi suegro Jacinto (…) por dejarnos su esencia y enseñanza para apreciar nuestras raíces y tradiciones. A mi suegra Margarita por su liderazgo para sacar adelante a la familia, por su fortaleza y espíritu de bondad que ofrece. A sus hijos, mis amigos, por ser como son. A mis compadres y amigos de siempre, Rubén M. y Rubén R., por su amistad. A mi entrañable compadre y amigo Armando por mostrar esa transparencia y franqueza. ÍNDICE PÁGINA ÍNDICE DE CUADROS……………………………………………………………………………… v ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………………………………. vi ANEXOS………………………………………………………………………………………………….. vi¡i RESUMEN……………………………………………………………………………………………….. ix ABSTRACT………………………………………………………………………………………………. I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………. x II. ANTECEDENTES………………………………………………………………………………… 2.1. La agricultura moderna y agricultura sustentable………………... 7 7 2.2. 10 Relación planta-suelo-microorganismos………………………………. 1 2.2.1. La absorción de nutrimentos por las plantas………….. 10 2.2.2. Nutrición mineral de la planta…………………………………… 11 2.2.2.1 El nitrógeno………………………………………………………………… . 2.2.2.2 El fósforo…………………………………………………………………….. . 2.2.3. La rizósfera-microorganismos y nutrición de la planta. 13 15 2.2.3.1. La rizósfera…………………………………………………………………. 15 2.2.3.2. Exudados de la raíz y nutrición de la planta…………. 16 2.3. La materia orgánica y la nutrición de la planta…………………….. 17 2.4. Erosión del suelo como pérdida de nutrimentos……………………. 17 2.5. Los microorganismos: Bacterias y HMA………………………………….. 19 14 2.5.1. Las bacterias………………………………………………………………. 19 2.5.2. Hongos micorrízicos…………………………………………………… 22 2.5.3. La endomicorriza arbuscular……………………………………… 24 2.5.3.1. Fisiología de la simbiosis…………………………………………. 26 2.5.3.2. Absorción y transporte de fósforo por los HMA…….. 27 2.5.3.3. Demanda de P y costo energético para la planta…… 29 2.5.3.4. Hongos micorrízicos arbusculares nativos………………. 31 2.5.3.5. Los beneficios de los hongos MA…………………………….. 32 2.6. La materia orgánica y la micorriza arbuscular……………………….. 33 2.7. Relación de hongos micorrízicos arbusculares y bacterias……. 34 2.8. Los microorganismos y la producción de sustancias reguladoras del crecimiento…………………………………………………………………………. 36 2.9. La propagación de frutales y su relación con microorganismos. 39 i 2.10. El significado de la floración en frutales………………………………… 40 2.10.1. La floración………………………………………………………………………… 40 2.10.2. La juvenilidad y floración en especies frutales………….. 40 III. MATERIALES Y MÉTODOS……………………………………………………………….. 43 3.1. Condiciones de crecimiento para las plantas………………………….. 43 3.2. Material biológico ………………………………………………………………………. 43 3.2.1. Obtención de semilla…………………………………………………………………… 3.2.2. Preparación de la semilla para la siembra………………………………… 43 43 3.2.3. Bacterias……………………………………………………………………………………….. 44 3.2.4. Hongos micorrízicos arbusculares………………………………………………. 44 3.3. 45 Metodología…………………………………………………………………………………. 3.3.1. Primera fase: efecto de la inoculación de HMA y bacterias en plantas crecidas en sustrato deficiente en fósforo …………………….. 3.3.2. Evaluación en vivero…………………………………………………………………….. 45 46 3.3.2.1. Tratamientos evaluados y diseño experimental………. 46 3.3.2.2. Trasplante e inoculación…………………………………………… 47 3.3.2.3. Determinaciones…………………………………………………………. 47 3.3.2.4. Evaluación de la floración………………………………………….. 48 3.4. Segunda fase: efecto de la inoculación de HMA y bacterias en plantas crecidas en vermicomposta…………………………………………………… 48 3.4.1. Experimento 1: Efecto de la vermicomposta y HMA…………………… 3.4.1.1. Trasplante e inoculación……………………………………………… 49 49 3.4.1.2. Diseño experimental……………………………………………………. 50 3.4.1.3. Evaluación de la floración………………………………………….. 50 3.4.1.4. Determinaciones………………………………………………………….. 50 3.4.2. Experimento 2: Efecto de vermicomposta, HMA y bacterias……… 50 3.4.2.1. Tratamientos evaluados y diseño experimental………. 50 3.4.2.2. Transplante e inoculación de los HMA y bacterias…. 51 3.4.2.3. Determinaciones…………………………………………………………. 52 3.4.2.4. Evaluación de la floración………………………………………….. 3.5. Análisis estadístico…………………………………………………………………………… 52 52 3.6. Determinaciones………………………………………………………………………………. 52 3.6.1. Análisis del crecimiento…………………………………………………………. 52 3.6.2. Análisis de nutrimentos en el tejido vegetal……………………… 53 ii 3.6.3. Colonización endomicorrízica……………………………………………… 3.6.4. Colonización por bacterias…………………………………………………. 54 54 3.6.5. Determinación de clorofila y asimilación de CO 2…………….. 55 3.6.6. Determinación de ABA y AIA…………………………………………….. 56 3.6.6.1. 3.6.6.2. Separación de las hormonas…………………………………….. Detección…………………………………………………………………… 56 56 3.6.6.3. Cuantificación……………………………………………………………. 57 3.6.7. Determinación de azúcares totales……………………………………… 57 IV. 4.1 . 4.2 . RESULTADOS……………………………………………………………………………. 58 Colonización de la raíz por los microorganismos y su efecto en el crecimiento de las plantas en sustrato deficiente en P….. 58 4.1.1. Crecimiento de las plantas a 48 días de edad…………….. 58 4.1.2. Crecimiento de las plantas a 77 días de edad…………….. 61 4.1.3. Nutrimentos en el tejido vegetal………………………………….. 63 4.1.4. Colonización de la raíz por las bacterias y HMA…………. 65 4.1.5. Contenido de AIA y ABA……………………………………………………. 66 4.1.6. 67 Floración………………………………………………………………………….. Efecto de vermicomposta y HMA en el crecimiento y colonización de las plantas………………………………………………………. 4.2.1. Crecimiento de las plantas……………………………………………… 69 69 4.2.2. Asimilación de CO2………………………………………………………….. 73 4.2.3. Colonización……………………………………………………………………. 74 4.2.4. Floración………………………………………………………………………….. 76 4.2.5. Nudos en los tallos y la madurez de las plantas…………. 78 4.2.6. Efecto de los HMA en la madurez de las plantas………… 78 4.3 Efecto de la vermicomposta, HMA y bacterias……………………….. . 4.3.1. Crecimiento de las plantas…………………………………………….. 79 4.4 V. 79 4.3.2. Colonización de la raíz…………………………………………………… 83 4.3.3. Concentración de nutrimentos en el tejido vegetal……. 84 4.3.4. Crecimiento y floración bajo condiciones de campo…… 86 Efecto de la vermicomposta y HMA en la velocidad de crecimiento de las plantas……………………………………………………….. DISCUSIÓN………………………………………………………………………………… 91 iii 93 5.1. Efecto de la inoculación de HMA y bacterias en el crecimiento y floración de las plantas crecidas en sustrato de baja disponibilidad de P………………………………………………………………………. 5.2. Efecto de la inoculación de HMA en el crecimiento y floración de plantas crecidas en vermicomposta ……………………………………………. 5.3. Efecto de vermicomposta, HMA y bacterias en el crecimiento y floración de las plantas………………………………………………………………… 5.4. Colonización de las plantas por los microorganismos………………… 5.4.1. Bacterias……………………………………………………………………………… 5.4.2. Colonización por los HMA…………………………………………………… 5.4.3. La asimilación de CO 2 y contenidos de AIA y ABA…………. 5.5. Influencia de los microorganismos……………………………………………….. 93 99 102 107 107 109 111 111 VI. CONCLUSIONES………………………………………………………………………………… 114 VII. BIBLIOGRAFÍA CITADA…………………………………………………………………… VIII. ANEXOS………………………………………………………………………………………….. 116 139 iv Cuadro 1 ÍNDICE DE CUADROS Título Página Características químicas del sustrato empleado…………………….. 45 2 Tratamientos evaluados en el ensayo con sustrato deficiente en fósforo…………………………………………………………………………………. 46 3 Contenido nutrimental y características físicas de las mezclas de vermicomposta y suelo………………………………………… 48 4 Cantidades de vermicomposta en el sustrato………………………… 49 5 Tratamientos evaluados en el segundo experimento…………….. 51 6 Crecimiento de plantas de papaya a 48 días de edad…………… 59 7 Crecimiento de las plantas y su asimilación de CO2, concentración interna de CO2 (Ci) y conductancia estomática 60 8 Crecimiento de plantas de papaya a 77 días de edad…………… 61 9 Crecimiento de las plantas y su asimilación de CO 2, concentración interna y conductancia estomática a los 77 días de edad…………………………………………………………………………… 62 Contenido de macronutrimentos (g.g-1) en base al peso seco de las plantas a 77 días de edad……………………………………………. 64 11 Contenido de macronutrimentos en las plantas a 77 días de Edad…………………………………………………………………………………………. 64 12 Número de bacterias totales (UFC) y colonización MA en plantas de papayo en dos fechas de estudio ………………………… 65 13 Plantas con flor a los 160 y 175 días de edad de la planta 68 14 Contenido de los nutrimentos en el tejido vegetal a los 160 días de edad de la planta……………………………………………………….. 69 15 Efecto de HMA y vermicomposta en la altura y área foliar de las plantas a los 60 días de edad…………………………………………… 72 16 Volumen radical (cm3) a los 60 días de edad de las plantas.. 73 17 Concentración interna de CO 2 y asimilación de CO 2, a los 60 días de edad…………………………………………………………………………… 74 18 Efecto del número de nudos en el tallo en la maduración de las plantas………………………………………………………………………………. 78 10 v 19 Crecimiento de las plantas en sus primeras fases de Crecimiento…………………………………………………………………………….. 80 20 Crecimiento de las plantas a 64 días de edad, en un sustrato con 40% de vermicomposta…………………………………………………… 81 Crecimiento de las plantas a 64 días de edad, en un sustrato de muy bajo contenido de P…………………………………………………… 83 21 22 23 24 25 26 27 28 Colonización de las plantas por las bacterias y los HMA a los 64 días de edad……………………………………………………………………….. Contenido de nutrimentos en el tejido vegetal a 64 días de edad de la planta……………………………………………………………………… Contenido de micronutrimentos en el tejido vegetal a 64 días de edad de la planta……………………………………………………………….. Plantas que llegaron a la madurez después de 100 días de edad de la planta……………………………………………………………………… Crecimiento de las plantas a los 115 días de edad bajo condiciones de campo……………………………………………………………… 84 85 85 86 87 Plantas con 115 días de edad mostrando el número de nudos en el tallo y plantas que florecieron……………………………………….. 88 Crecimiento de las plantas y número de flores promedio a los 115 días de edad……………………………………………………………………… 89 29 Macronutrimentos en el tejido vegetal a 115 días de edad de la planta, durante la fase de floración……………………………………. 30 Contenido de micronutrimentos en el tejido vegetal a 115 días de edad de las plantas…………………………………………………….. vi 90 91 Figura 1 ÍNDICE DE FIGURAS Título Condición del P en la solución del suelo y como lo adquiere la planta mediante la extensión de raíces y HM……………………………………………………………………………………… Página 10 2 Flujo de elementos en relación a la erosión nutrimental… 18 3 Cambios morfológicos en las raíces por efecto de los hongos micorrízicos………………………………………………………….. 23 4 Ilustración de la simbiosis micorrízica arbuscular…………… 26 5 Estimulación del alargamiento de raíz por bacterias promotoras del crecimiento…………………………………………….. 38 6 Metodologí a para determinar el número de unidades formadoras de colonias……………………………………………………. 54 7 Crecimiento de las plantas a los 28 días de edad…………… 59 8 Crecimiento de las plantas a 48 días de edad………………… 60 9 Contenido total de azúcares en hojas y raíz a los 77 días de edad…………………………………………………………………………….. 63 10 Contenido de ácido indolacético (AIA) y abscísico (ABA) en el tejido de las plantas………………………………………………… 66 11 Flores por planta a los 160 días de edad………………………… 67 12 Flores por planta a los 175 días de edad………………………… 68 13 Efecto de la vermicomposta en la altura y peso seco de la planta………………………………………………………………………………… 70 Efecto de la vermicomposta en área foliar y volumen de raíz de las plantas……………………………………………………………. 70 15 Efecto de vermicomposta y HMA en el peso seco de las plantas……………………………………………………………………………… 71 16 Efecto de HMA y cantidad de vermicomposta en el crecimiento de las plantas………………………………………………. 71 Efecto de la vermicomposta y (V)+HMA en laconductancia estomática……………………………………………………………………….. 74 14 17 vii 18 Efecto de la vermicomposta en la colonización micorrízica. 75 19 Efecto de la dosis de vermicomposta y HMA en el porcentaje de plantas que llegaron a la floración……………… 76 20 Efecto de HMA y vermicomposta en el número de flores por planta a los 120 días de edad……………………………………………. 77 21 Relación del número de nudos en el tallo y flores por planta en sustrato de vermicomposta……………………………….. 79 22 Efecto de las bacterias y HMA+bacteria en el crecimiento de las plantas……………………………………………………………………… 81 23 Efecto de los HMA en el desarrollo de las plantas a los 64 días de edad crecidas en un sustrato del 40% de vermicomposta…………………………………………………………………… 82 Efecto de las bacterias sobre el crecimiento de plantas en sustrato suelo sin vermicomposta…………………………………….. 83 Vigor del tallo de plantas de papayo a los 115 días de Edad……………………………………………………………………………………. 87 26 Influencia de HMA y bacterias en la floración de las plantas a 130 días de edad…………………………………………………………….. 90 27 Efecto de la vermicomposta y HMA en la velocidad de crecimiento de las plantas…………………………………………………. 92 Factores relacionados con el crecimiento de las plantas de papaya en sustrato de vermicomposta inoculadas con HMA y bacterias promotoras del crecimiento……………………………. 113 24 25 28 ANEXOS Página 1 2 Agar nutritivo Fermentador para la producción de inóculo de bacterias 3 Multiplicación de bacterias 140 4 Separación y cuantificación de ABA y AIA 141 5 Reactivo de antrona 143 viii 139 139 RESUMEN A través de tres experimentos en invernadero y condiciones de campo se evaluó el efecto del complejo Glomus sp Zac-19 y las bacterias Bacillus pumilus (Bp) y B. macerans (Bm) en la colonización de raíces, crecimiento, absorción nutrimental, contenido hormonal de AIA y ABA, y floración en plantas de papaya (Carica papaya L.) crecidas en sustratos de bajo (4.4 y 11 mg.kg -1 de P) (BCP) y alto contenido de P (ACP) con la adición de vermicomposta (V) de pulpa de café (30 a 160 mg.kg - 1 de P). En BCP, la colonización micorrízica influyó positivamente en el crecimiento de las plantas hasta los 48 días de edad, superando a las inoculadas con HMA+Bp y Bp. Con HMA las plantas crecieron 300% más que sin inocular, pero fueron superadas en un 33% por plantas en V. El efecto benéfico de HMA+Bp se manifestó después de los 77 días promoviendo un mayor número de flores en las plantas que fue similar a la de las plantas con V, y superó a las plantas con HMA. En ACP a 30 y 40% de V, la colonización micorrízica favoreció el crecimiento de las plantas, superando a las plantas sin inocular. La aplicación del 50% de V tuvo un efecto neutro y en cantidades mayores de 60% no se registró efecto. En campo, las plantas que crecieron en vivero con HMA+50%V y en 80 a 100% de V sin inocular desarrollaron mayor número de flores a los 115 días de edad. Los microorganismos favorecieron la absorción de P, Fe y Zn e influyeron en una mayor asimilación de CO2 y contenido de AIA en las plantas de papayo en vivero. Palabras clave: HMA, Bacillus pumilus, Bacillus macerans, Glomus, asimilación de CO2 , Carica papaya L., vermicomposta, hormonas, AIA, ABA, colonización micorrízica. ix ABSTRACT Several trials were done under greenhouse and field conditions for evaluate the effect of Glomus sp Zac-19 strain (AMF) and Bacillus pumilus (Bp) and B. maceraras (Bm) bacteria on roots colonization, growth, nutrient absorption, AIA and ABA content, and fiowering of papaya plants, (Carica papaya L.). Piants were grown in substrate of low content (4.4 and 11 mg.kg- 1 ) (LCP) and high content of P (30 to 160 mg.kg- 1)(HCP) by addition of vermicompost (V) of coffee puip. On LCP, arbuscuiar mycorrhizal colonization (AMC) influenced positively plant growth until 48 days oid, it is got over to the inoculated plants+ with AMF + Bp and Bp. Plants with AMF shown 300% more growth that noninoculated plants, however, they were overcome on a 33% by plants grown on V. Beneficia) effect of AMF + Bp was manifested 77 days later showing a higher number of flowers in plants whi ch were similar to the plants with V, and overcome to the plants with AMF. In HCP with 30% and 40% of V, AMC favored the plants growing, overcoming to the noninoculated plants. In treatments with 50% of V and 50% V+AMF had similar effects, and in treatment with 60% of V and higher there was not effect when AMF was added. On the other hand, under field conditions, plants grown in nursery with MAF + 50% of V and from 80% to 100% of V and no-inoculated, had a higher number of flowers after 115 days oid. The absorption of P, Fe, and Zn, were favored by the microorganisms presence, moreover, a higher assimilation of CO2 , and content of AIA in the papaya plants at nursery. Key words MAF, Baci llus pumilus, Bacillus macerans, Glomus, CO2 assi mi lation, Carica papaya L., earthworm castings, hormones, AIA, ABA, arbuscular mycorrhizal. x I. INTRODUCCIÓN Gracias a la capacidad de las plantas de utilizar la energía luminosa y convertirla en energía química, con la cual logra la síntesis de sustancias como aminoácidos y vitaminas que son aprovechadas por el hombre para su dieta (Mengel y Kirkby, 1978). Para que estas plantas logren satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento, es necesario encontrar sistemas agrícolas que incrementen los rendimientos de los cultivos. Los avances en el conocimiento sobre la nutrición de las plantas han contribuido en aumentarlos considerablemente. A pesar de lo anterior, existe una presión sobre los sistemas agrícolas que se asocia con una disminución en la productividad del suelo y en un deterioro ambiental que puede incluso afectar la salud humana y animal (Reganold et al., 1990). Debido a este efecto, los beneficios de la agricultura moderna son solo a corto plazo, con una ineficiencia a largo plazo (Schaller, 1993). La definición de nuevas estrategias que disminuyan los efectos nocivos hacia el ambiente se hace prioritario, y se enmarca en lo que se denomina agricultura sustentable; cuya finalidad última es el empleo de tecnologías limpias, donde los microorganismos como las bacterias y hongos micorrízicos arbusculares (HMA) se perfilan hoy en día como una de las opciones biotecnológicas con mayor futuro en esta nueva estrategia de producción (Hamel, 1996; Nehl et al., 1997). Se considera así al suelo como un complejo viviente que asegura la productividad por un largo periodo (Reganold et al., 1990). Donde la materia orgánica condiciona muchas de las propiedades de este medio edáfico, que Influye en el desarrollo de la microflora y repercute en el sistema sueloplanta (Grayston et al., 1996). En el suelo los microorganismos Intervienen en el funcionamiento de ese sistema (Rose, 1997), ayuda a 1 que soporte cualquier estrés, constituyen una dinámica de fuente y demanda de nutrimentos en el ecosistema con una participación a importante en la descomposición de la materia orgánica y el ciclado de nutrimentos (Smith y Paul, 1990; Cambardella y Elliott, 1992; Collins et, al., 1992), o en la fijación de nitrógeno (Jha et al., 1993). En este contexto es importante la visión sobre la relación planta-suelomicroorganismos, definida por Lynch (1990), como la trilogía del suelo. '' Así planteado, el modelo representa una guía para imitarse y llegar a una agricultura sustentable. Este modelo puede realizarse en aquellas plantas que requieren una fase de crecimiento inicial en vivero antes de establecerse en campo, en donde el sustrato se esteriliza para eliminar agentes patógenos y por consiguiente también los microorganismos benéficos como bacterias y hongos micorrízicos arbusculares (HMA). Bajo esta condición, se plantea que los dos elementos de la trilogía: suelo y microorganismos pueden modificarse a través de la reinoculación para restablecer el sistema con un beneficio potenciado ya que los organismos se establecen sin la competencia de otros (Alarcón y Ferrrera -Cerrato, 1999) y por otro lado mejoran la fertilidad del sustrato. De las bacterias a introducir es importante tomar en consideración a ciertos microorganismos de vida libre denominados PGPR (Plant Growth Promoting Rhizobacteria) (Kloepper e t al., 1989), pertenecientes a los géneros Azotobacter, Pseudomonas y Bacilius Acetobacter, (Elmerich, Azospirillum, 1984; Kloepper Burkholderia, et al ., 1989; Probanza et al ., 1996). Se ha encontrado que cuando se asocian a la rizosfera pueden modificar la actividad fisiológica de las plantas y mejorar su desarrollo al intervenir en el sistema con acciones como: (a) solubilizar nutrimentos, (b) fijación biológica del nitrógeno, (c), producción de reguladores del crecimiento (d) inhibición de patógenos y 2 (e) la interacción sinérgica con otros organismos (Perry et al., 1987; Bashan et al., 1996). Con relación al suelo, la fertilidad es un factor asociado con la planta y microorganismos. Dentro de los nutrimentos es el fósforo el que contribuye significativamente en la fisiología de la planta al formar part e de los ácidos nucleicos, fosfolípidos y del ATP (Schachtman et al ., 1998), es por lo tanto un factor genético y energético, siendo el segundo elemento esencial más importante para el desarrollo de las plantas (Kramer y Koloswski, 1979). El fósforo se encuentra en el suelo en grandes cantidades, pero por lo regular no esta disponible para las plantas. Las causas son diversas; puede estar fuertemente adsorbido a los coloides, formar precipitados con el Fe, Al, Ca y Mg o estar en forma orgánica. Además el ortofosfato, que es la forma asimilable se mueve muy lentamente en la solución del suelo (Bolan, 1991; Schachtman et al., 1998). De esta forma este elemento esta en insuficiencia constante en el suelo y es uno de los factores que limita el crecimiento vegetal, presetandose este fenómeno en cultivos tropicales (Diederichs y Moawad, 1993). En la propagación de especies frutales se hace uso de este suelo, con los resultados de pobre crecimiento de las plantas en vivero. Este efecto se reduce al inocular los HMA , ya que al formar la simbiosis micorrízica contribuye a incrementar la eficiencia de la raíz del hospedero, facilitando una mayor absorción de este nutriente, además del cobre y zinc (Bolan, 1991). El uso de sustratos para el crecimiento de las plantas en vivero se ha convertido en una prioridad al tratar de incrementar la fertilidad y mejorar el desarrollo de las plantas, como es el caso de los abonos orgánicos que beneficia el crecimiento de las plantas al mejorar las condiciones físicas y químicas del suelo y que los nutrimentos están en forma disponibles; como es el caso de la vermicomposta, que no es más 3 que la excreta de la lombriz cuando ha digerido residuos orgánicos (Riffaldi y Levi -Minzi, 1983; Albanell et al. , 1988). La vermicomposta esta considerada como un agente de control de varias enfermedades causadas por patógenos como Coletotrichum y por bacterias como Pseudomonas (Zhang et al., 1998). Niveles altos o muy bajos del P también, según Koide (1991), pueden reducir la infección y colonización de la raíz. Se requiere por lo tanto buscar alternativas que mejoren el desarrollo de las plantas sin detrimento de la simbiosis y sin depender de los fertilizantes. Al modificarse los componentes de la trilogía propuesta por Lynch (1990); la acción de los microorganismos como los HMA y bacterias PGPR sería una propuesta viable como inóculo, ya que un organismo por si solo no puede ser responsable de todos los beneficios para la planta (Linderman, 1992). Al respecto se ha demostrado que estos organismos coexisten en forma mutualista, donde las bacterias influyen sobre los HMA en: (a) ayudando a la colonización (Garbaye, 1994), (b) en la germinación de esporas (Mayo et al ., 1986), y (c) en la producción de esporas que favorecen la cantidad de raíces colonizadas (Azcón, 1993). Por otro lado los HMA influyen en la calidad de los exudados radicales modificando el crecimiento de las poblaciones bacterianas (Christensen y Jakobsen, 1993) y que las hifas del hongo son un vehículo de transporte (Bianciotto et al., 1996). Sin embargo, se ha encontrado que hay especificidad entre el genotipo de la planta y la bacteria, para que esta última pueda tener un efecto positivo en el desarrollo vegetal (Provorov et al., 1994; García de Salmone y Döbereiner, 1996). Primero deben colonizar la rizosfera, y esto depende en gran medida del tipo de planta, el sustrato, la especie de bacteria (Asanuma et al., 1979) y del HMA presente (Nehl et al., 4 1997); condiciones que hay que determinar para cada bacteria y planta en particular. Una gran cantidad de investigaciones con bacterias se han realizado en diferentes plantas, principalmente en gramíneas (Bashan et al., 1996), pero no se descarta la posibilidad que tenga efectos positivos en plantas perennes, como es el caso de papaya. Por otro lado, los resultados obtenidos sobre la interacción materia orgánica y la micorriza no son consistentes y algunos son contradictorios. Algunos investigadores han encontrado incrementos en la colonización (Ishac et al., 1986; Sieverding, 1991) y en otros trabajos se reporta una disminución (Tarkaison et al ., 1998a). No siendo aún claro los efectos en la colonización y crecimiento de las plantas. En general se ha encontrado que la eficiencia de la micorriza depende de la fertilidad del suelo y de la dependencia de la planta (Plenchette et al ., 1983) así, una alta dependencia a los HMA hay un mayor beneficio cuando los suelos son fértiles con un alto contenido de P (Johnson, 1993). Las bacterias y HMA, pueden ser contemplados en su influencia en el balance hormonal, o la tasa fotosintética que modifique el desarrollo del vegetal como requisito para seleccionar estos organismos y usarse como herramienta biotecnológica en el mejoramiento de los cultivos (Azcón, 2000). Bacillus pumilus es un organismo considerado como promotor del crecimiento, que produce hormonas en el medio de cultivo y tiene Influencia en el desarrollo de gramineas diferentes a frutales (Gutierrez Mañero et al., 1996). Existe escasa literatura sobre el efecto de la interacción de bacteriasMA-vermicomposta en plantas frutales de origen tropical; sin embargo, cierta experiencias en la producción de tomate de cáscara, demostraron una buena eficiencia, cuando se realizó la inoculación de Glomus 5 intraradix y Azospirilum brasilience usando vermicomposta como sustrato (Velasco et al ., 2001), lo que permite establecer que estos tres factores pueden ser importantes en frutales como la papaya. A la fecha se desconoce que nivel de fertilidad del sustrato es adecuado para permitir la colonización radical sin ocasionar detrimento en el crecimiento de las plantas o de cómo se modifica su crecimiento, y floración. La pregunta es sí la fertilidad del sustrato por la adición de vermicomposta influye en la eficiencia de los hongos MA y bacterias promotoras del crecimiento (BPC) para colonizar las raíces, mejorar el crecimiento y reducir el periodo afloración de las plantas de papayo. Para tratar de dar respuesta a esta interrogante se planteó la hipótesis de que los complejos de HMA y BPC tienen mayor eficiencia para incrementar el crecimiento inicial en plantas de papayo y reducir el periodo a floración como resultado de una mayor absorción de nutrimentos, asimilación de CO 2 y balance hormonal de las plantas crecidas en vermicomposta. Como objetivo general se planteó evaluar la inoculación de un complejo HMA y bacterias del género Bacillus en plantas de papayo crecidas en sustrato deficiente en fósforo y en vermicomposta. Objetivos específicos 1. Determinar el efecto de la inoculación del complejo Glomus sp (Zac-19) y Bacillus pumilus en sustrato deficiente en fósforo. 2. Evaluar el efecto de la inoculación del complejo Glomus sp (Zac 19), Bacillus pumilus y vermicomposta. 6 B. macerans en sustrato con II. ANTECEDENTES 2.1. La agricultura moderna y agricultura sustentable El término "agricultura" o "sistema agrícola" es una expresión que denota una actividad biológica que involucra el manejo de los procesos de crecimiento y reproducción de las plantas y animales para proveer al hombre recursos de alto valor; principalmente como alimentos y fibras. El término abarca además, los aspectos económicos, políticos, sociales, de comercio y abastecimiento de la industria. Que en un sentido amplio incluye tres ambientes: a) socio-político, b) biofísico, y c) tecnológicoeconómico (Lehman et al ., 1993). La "agricultura convencional", "agricultura actual o moderna" está caracterizada por su alta especialización (Schaller, 1993), en el uso de insumos; como los fertilizantes químicos, plaguicidas y herbicidas, es preferentemente mecanizada, con aportación de grandes capitales; con el paradigma de "obtener energía a través del agotamiento" (Lehman et al., 1993; Hansen, 1996). Este tipo de agricultura, si bien ha creado grandes ganancias en la producción de alimentos y ha sostenido a una población creciente, el costo ha sido de igual magnitud, ya que esta ha generado grandes daños como son: (1) contaminación de suelos y agua por la aplicación de agroquímicos, 2) daños a la salud humana y animal por el uso de plaguicidas, (3) destrucción de la biodiversidad, (4) aumento de plagas y enfermedades por la resistencia a plaguicidas, (5) muerte de insectos benéficos por el abuso de agroquímicos, (6) reducción de la fertilidad del suelo por la erosión, (7) dependencia de los recursos no renovables. Puede decirse en general que se está ocupando cada día un ambiente con menos capacidad, y que cualquier disturbio puede resultar en un desastre ecológico (Hansen, 1996). 7 Ante esta problemática y al aumento de la población, en 1960 la población mundial era de 3,000 millones de personas, y para 1990 creció a 5,300 millones, se espera que para el año 2025 sea de 8,500 millones, con una tasa crecimiento de 100 millones cada año. La pregunta es si ¿bajo una agricultura convencional, que cada día causa más daños al ambiente, podrá continuar abasteciendo a esta población?. A esto hay que agregar el desequilibrio social, la injusticia y falta de equidad que se ha venido generando. Sin embargo, al ser los recursos naturales finitos y escasos, es imperioso buscar alternativas que sean más justas, otras formas de usar los recursos sin afectar al ambiente; que a futuro eviten la incapacidad de producción del suelo o sistema agrícola (Hansen, 1994). En el año 1987 apareció la palabra "sustentable" o "sostenible" y que ha sido dispersada Environment sustentable and o rápidamente, Development) sostenible como la WCED definió "El el (World Commission concepto desarrollo para de on desarrollo satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus necesidades" (Willer, 1994; Hansen, 1996). En este mismo tenor ha sido descrita la agricultura alternativa o sustentable, que se le han atribuido conceptos como: Agricultura alternativa, orgánica, biológica, biodinámica, permacultura, agroecológica o de bajos insumos (Vandermeer, 1995); aunque no hay una definición exacta ya que depende en el contexto que se este usando (Meyer y Helfman, 1993); pero si hay en su significado ciertos aspect os generales, como de ser una agricultura para conservar los recursos naturales y proteger el ambiente en forma indefinida, aumentar la salud y seguridad del consumidor, que sea rentable y justa (Schaller, 1993). Tres categorías integran la definición: la ecológica, social y económica (Goodland, 1995; Elmore, 1996). 8 Los paradigmas de la agricultura sustentable están enmarcados en la agricultura ecológica, agroecología, equidad, y suficiencia alimentaría (Smith y Smithers, 1993). Park y Seaton (1996) establecen que son tres aspectos que se deben tomar en cuenta en la investigación agrícola: (1) El ampliar e integrar lo más relevante de la investigación para que la información quede disponible para la toma de decisiones, (2) la operatividad, flexibilidad, adaptabilidad e identificación de políticas que sean capaces de incrementar las opciones en el futuro y (3) la identificación a grandes términos de los atributos para desarrollar sistema atractivos. Para llegar a una agricultura sustentable se requiere util izar los recursos renovables y disponibles en una localidad dada con tecnologías apropiadas y accesibles, que minimice el uso de insumos externos y costosos, aumentando de está manera la autosuficiencia (Yunlong y Smit, 1994). Las prácticas agronómicas que ayudan a la sustentabilidad tienden 3 la mejora del ciclado biológico de nutrimentos, al control biológico de patógenos y a la estabilización del sistema suelo-planta. La microbiología del suelo es parte de la agricultura sustentable, al ser responsable en la formación del humus, textura y estructura del suelo (Kennedy y Smith, 1995). Grandes áreas del trópico están bajo un manejo inapropiado que hace que la productividad sea cada vez menor, aún en suelos de alta calidad agrícola; el mejoramiento desde el punto de vista sustentable a largo plazo, es el uso de prácticas que incrementen la materia orgánica, el uso de cubiertas vegetales, incrementar la actividad microbiana de la rizósfera, hongos micorrízicos arbusculares más eficientes y que sean compatibles con el cultivo (Hoffman y Carroll, 1995). 9 2.2. Relaci ón planta-suelo-microorganismos 2.2.1. La absorción de nutrimentos por las plantas Los procesos que controlan la absorción son complejos, involucrando la solución del suelo, características del nutrimento en el suelo y las interacciones físicas y químicas de las raíces con el suelo. Para nutrimentos como el fósforo (P), que está fuertemente ligado a las partículas del suelo, su absorción depende de la distribución que tenga la raíz para llegar a él, más que el flujo que pueda tener este para llegar hacia ella (Fig. 1); por lo que el tamaño y geometría del sistema radical, (también incluyen las hifas de los HMA), así como los exudados de la raíz son el factor dominante en la nutrición de las plantas (Loneragan, 1997; Schachtman et al., 1998). Figura 1. Condición del P en la solución del suelo y como lo adquiere la planta mediante la extensión de raíces y HMA (Modificado de Bolan, 1991; y Schachtman et al., 1998). 10 La tasa de absorción de N03 - y K + por las raíces de las plantas, puede incrementarse si existe suficiente cantidad en la solución del suelo, no ocurriendo así para el P; debido a que este elemento se mueve muy lentamente con relación a la tasa en que las raíces pueden absorberlo. Si la concentración en la solución del suelo, próxima a la raíz, desciende lentamente hasta agotarse, la tasa de absorción es superior a la de abastecimiento. En un suelo enriquecido localmente (en parche) con una solución de fosfato a concentración de 20 mol m-3 ; las raíces removieron del suelo tratado en campo hasta un 60% de P de la solución más rápidamente que en los ensayos de laboratorio donde las raíces estuvieron con un suelo tratado con agua. Esto demostró la importancia de fertilizar con P en forma localizada; si la concentración de P se incrementa las raíces pueden absorberlo más rápidamente. Una alta colonización de raíces por HMA puede causar un déficit en la solución del suelo más rápidamente, a causa de ampliar el área de raíz por unidad de volumen de suelo (Robinson, 1994; Schatman et al., 1998). Cuando los nutrimentos son absorbidos, estos son usados para los procesos de crecimiento o ser acumulados como una reserva, es el caso de N, P y K; está reserva es utilizada por la planta cuando hay alguna restricción en el abastecimiento de los elementos desde el suelo (Robinson, 1994). 2.2.2. Nutrición mineral de la planta La supervivencia del hombre siempre ha dependido de las plantas como un recurso para obtener fibra, alimento y energía. Esto es, por la capacidad de las plantas de convertir la energía luminosa en energía química, base importante para la síntesis de materiales como las fibras, almidón, aceites, además de los aminoácidos y vitaminas que son esenciales en la dieta del hombre. Un aspecto importante es la 11 productividad de las plantas, para que satisfagan las necesidades dE una población en constante crecimiento; y la productividad depende entre otros aspectos de la nutrición de la planta, en base a sus requerimientos nutricionales (Mengel y Kirkby, 1978). La nutrición mineral, desde el punto de vista bioquímico, es una serie de eventos complejos de biosíntesis por los cuales las sustancias orgánicas de la planta son producidas a partir de materiales inorgáni cos tomados del medio. Desde el punto de vista fisiológico es la adquisición selectiva de esos materiales y su distribución hacia los lugares que la planta los requiere. La nutrición está relacionada con el metabolismo, con la asimilación de nutrimentos y con su función en el desarrollo. Loneragan (1997), hace una referencia histórica del descubrimiento de los nutrimentos desde 1900 y destaca la importancia de este conocimiento y su contribución en la producción de alimentos. Esto último por las características de esencialidad de los elementos, que desempeñan un papel muy específico en la fisiología de la planta: El nitrógeno (N) y azufre (S) constituyen la materia orgánica de la planta; el fósforo (P), boro (B), y silicio (Si) involucrados en los procesos energéticos y transporte de sustancias. El potasio (K), sodio (Na), magnesio (Mg), calcio (Ca), manganeso (Mn), y cloro (CI) intervienen en balance iónico y osmótico de la planta, conformación de enzimas y en los fenómenos de catálisis. El hierro (Fe), cobre (Cu), molibdeno (Mo) y zinc (Zn) son esenciales en las reacciones redox de las células y para el transporte de electrones (Mengel y Kirkby, 1978; Clarkson y Hanson, 1980). El incremento mejoramiento protección con en la producción genético, irrigación agroquímicos, es debido uso incremento de de a factores cultivos la como el intercalados, disponibilidad de nutrimentos. Con relación a la nutrición, el nutrimento más común en 12 afectar al rendimiento y la calidad de los productos es el nitrógeno (Fell y Stamp, 1993; Bockman, 1997). 2.2.2.1. El nitrógeno El nitrógeno está en la biósfera y es disponible para las plantas en diferentes formas: N2 molecular, amonio (NH3), como óxido nitroso (N02), nitrógeno mineral (NO3 y NH4 ) y el nitrógeno orgánico (aminoácidos, péptidos, etc.). Este elemento es altamente demandado por la planta y no es de sorprender que las plantas usen casi todas las formas, con excepción del N2 que es usado por las plantas que viven en simbiosis con las bacterias fijadoras de N (Wirén et al., 1997). La fijación de N y la fertilización mineral son las principales entradas de N al suelo. A escala global la fijación biológica de N es de alrededor de 44 a 200 Tg de N por año, de las cuales unas 140 Tg son usadas por las plantas. Se estima que la productividad no puede ser posible sin la fertilización mineral; en México se consumen de 10 a 25 Kg de nitrógeno por hectárea y se sigue incrementando su aplicación (Peoples et al ., 1995), a nivel global el uso de fertilizantes nitrogenados ha aumentado de 9.6 Tg de N en 1960 a 77 Tg en 1995. Está dependencia hacia los fertilizantes puede tener las siguientes consecuencias: 1) la producción de fertilizante depende de recursos naturales no renovables; ¿Es esto sustentable?, ¿pue de la agricultura encarar una crisis de recursos en el futuro?, 2) la agricultura intensiva implica aumentar la disponibilidad de N con los riesgos de incrementar las p erdidas de N por lixiviación (NO 3 ) y emisiones gaseosas al ambiente (NH3 , N2 O y NO) (Bockman, 1997). A pesar de esto, propuso que para el año 2000, la demanda global sería de 80 a 90x10 6 ton de N (Peoples et al, 1995). 13 El aumento en los rendimientos depende de altos niveles de N disponible para las plantas; con está intensificación de la agricultura se han incrementado los residuos de N en raíces y una mineralización muy fácil, otros problemas del uso intensivo de este elemento son la producción de NO 3- hacia los mantos acuíferos, que afectan negativamente la calidad del agua. Existen pérdidas de NH3 por evaporación (Bockman, 1997), cambios en el cicl o de N que afecta en forma diferente a las especies, llegando a producir alteraciones en los ecosistemas, como la volatilidad de amonio y N2 O que altera químicamente la atmósfera; de los excesos de N que disminuyen la actividad de microorganismos fijadores de este elemento (Vitousek, 1994). En los trópicos la perdida de nitrógeno es por lixiviación y arrastres, por la cantidad de lluvia (Campbell et al ., 1995). 2.2.2.2. El fósforo El fósforo es un nutrimento importante, contribuye con un 0.2% al peso seco de la planta, es componente de moléculas como el ácido nucleico, fosfolípidos y el ATP; de tal manera que es esencial para el crecimiento de las plantas (Kramer y Kozlowski, 1979). Después del N, es el segundo elemento más importante que limita el crecimiento de los vegetales. Aunque el P en el suelo este en grandes cantidades, está frecuentemente en forma no disponible o se encuentra fuera de la rizósfera. El P en el suelo existe en forma orgánica e inorgánica, dependiendo del tipo de vegetación, historial de fertilización, actividad microbiana y tipo de suelo. Un 80% aparece en forma inmóvil y no disponible para la planta por causas como la adsorción, precipitación (formando fosfatos de aluminio o fierro en suelos ácidos, y fosfatos de Ca y Mg en suelos calcáreos o alcalinos) o conversión a formas orgánicas. El resto del fósforo inorgánico está en forma mineral y como fosfato disponible (menos del 1% en la solución 14 del suelo) (Fig. 1). El P-orgánico pasa a través de la mineralización a formas inorgánicas. Está baja disponibilidad (menos de 10 µM) es una limitante para las plantas, además este elemento se mueve muy lentamente por difusión (Bolan, 1991; Schachtman et al., 1998). La deficiencia de P tiene un impacto en la síntesis de proteína, el crecimiento de la planta es menor, en frutales disminuye la calidad de la fruta, existe un menor amarre de flor y fruto (Mengel y Kirkby, 1978). El fósforo se mueve a través del suelo por difusión, el movimiento es de un lugar de alta concentración hacia otro sitio de baja concentración. Al ser absorbido el P que se encuentra cerca de la raíz deja una zona 'vacía" o de menor concentración que hace que el P de la solución del suelo se difunda hacia la raíz, por formarse un gradiente de concentración. La velocidad de movimiento depende del tipo de suelo (tortuosidad), lámina de agua y la cantidad de P; que por las características de este elemento siempre es un movimiento muy lento. En el trópico húmedo el fósforo es uno de los elementos que más limitan el crecimiento de las plantas (Diederich y Moawad, 1993). 2.2.3. La rizósfera -microorganismos y nutrición de la planta 2.2.3.1. La rizósfera La rizósfera es definida como la zona alrededor de la raíz, en donde se lleva a cabo una gran actividad biológica, como proceso respiratorio, intercambio de nutrimentos y actividad de microorganismos (Foster, 1988; Smiles, 1988). En está zona se encuentran sustancias que son exudadas por la raíz (carbohidratos, sustancias como la tiamina, biotina, niacina, colina, inositol, etc., ácidos orgánicos, enzimas, y hormonas); que de alguna manera mantiene a los microorganismos que ahí habitan. La asociación entre organismos y raíz pueden ser benéficas, sin efectos o producir daños a la planta; uno de los objetivos en manipular la 15 rizósfera es incrementar el balance de organismos benéficos que inhiban los efectos de organismos dañinos (Lynch, 1990). Los microorganismos crecen a expensas del carbono orgánico, por lo que su disponibilidad es importante y son las raíces en crecimiento una fuente vital de carbono para la población microbiana (Whipps y Lynch, 1983; Wheatley et al., 1990). La diferencia en la composición de exudados hace que varíe la composición de las poblaciones microbianas en la rizósfera (Bowen y Rovira, 1991). Como consecuencia cada genotipo de planta puede tener en su rizósfera cierta población microbiana específica (Neal et al ., 1973). Por otro lado, ciertos compuestos que son exudados por la raíz actúan como señales que permiten que ciertos microorganismos que forman simb iosis con ella sean atraídos hacia su rizósfera, estos compuestos son del tipo de los ácidos fenólicos (López de Victoria y Lovell, 1993). 2.2.3.2. Exudados de la raíz y nutrición de la planta Los microorganismos de la rizósfera liberan nutrimentos, intervienen en la nitrificación y desnitrificación con una influencia en el balance de nitrógeno en el suelo, hacen disponibles las diferentes formas de fósforo, modifican la morfología de raíz, el desarrollo de la planta se incrementa por sustancias como las fitohormonas (Rovira et al ., 1983). Los efectos de la rizósfera en las plantas están relacionados con la nutrición, crecimiento y desarrollo, patogenecidad, y simbiosis. Los microorganismos colonizan el rizoplano o las estructuras internas y su actividad metabólica modifica el suelo que las rodea, especialmente el intercambio de iones y gases que con frecuencia modifican el pH (García, 1987). Se sugiere que los exudados se relacionan con el intercambio de nutrimentos con la solución del suelo por un proceso de 16 “Intercambio por contacto”, donde la fosfatasa ácida, liberada como una enzima a través de la raíz o por los HMA que cambia el pH, potencial redox. Para la absorción de elementos como P, Fe, Mn, Cu y Zn es prioritario mejorar su absorción (Marschener, 1998). En los países desarrollados, la productividad ha sido adquirida por el uso intenso de fertilizantes químicos, que ahora están creando problemas al ambiente. La nutrición de las plantas es un factor que debe cambiar para tener la máxima producción con el mínimo de nutrimentos emitidos al ambiente; haciéndose necesario investigar en las áreas de la fijación biológica de N, el fenómeno simbiótico de la micorriza arbuscular y en los sistemas de diagnóstico nutrimental del suelo y planta (Loneragan, 1997). 2.3. La materia orgánica y la nutrición de la planta Históricamente se ha demostrado la importancia de la materia orgánica en la fertilidad de los suelos, en la asimilación de nutrimentos, en la sanidad y producción de los cultivos. Está es la fracción del suelo que incluye residuos vegetales y animales en diferente estado de descomposición, tejidos y células de organismos que viven en el suelo; la parte más estable es el humus, que se obtiene cuando se ha descompuesto la materia orgánica, en este proceso intervienen los microorganismos, y las lombrices (Fassbender y Bornemisza, 1987). Las condiciones edáficas son importantes en el sistema suelo-planta y la materia orgánica condiciona muchas de las propiedades del suelo que afecta tanto al crecimient o de las plantas como a la microflora (Grayston et al ., 1996). 2.4. Erosión del suelo como pérdida de nutrimentos La erosión del suelo es el resultado de una serie de procesos, en donde la pérdida de nutrimentos es uno de los problemas principales, debido a la remoción de los cultivos, lixiviación y pérdidas al ambiente en forma 17 gaseosa (Fig. 2); en América Latina se estima que se pierden hasta 70 kg de N ha- 1 año -1 (Giller y Cadisch, 1995). Una exportación continúa de la planta o parte de ella puede disminuir el abastecimiento de nutrimentos en cualquier suelo (erosión) y el fósforo es el elemento más limitante. El nitrógeno es limitante en cualquier etapa del cultivo necesitando la fertilización suplementaria (fertilización biológica o fertilizantes químicos), para obtener altos rendimientos. Un uso sostenido del suelo puede ser logrado si se reemplazan esos elementos en el suelo y en el sitio donde se cultivaron las plantas (Buol, 1995). Figura 2. Flujo de elementos en relación modificado de Giller y Cadisch, 1995. 18 a la erosión nutrime ntal, 2.5. Los microorganismos: Bacterias y HMA 2.5.1. Las bacterias La agricultura alternativa, según Vandermeer (1995) busca, al contrario de la agricultura moderna, mantener un equilibrio en las tres categorías del suelo: estructura física, dinámica de nutrimentos, y la biota. Con relación al N, los organismos como Rhizobium y bacterias de vida libre como Azotobacter y Azospirillum intervienen en la fijación biológica de este elemento. Los organismos que fijan nitrógeno; pueden estar en la rizósfera y son llamados de vida libre y los simbióticos que están en íntima relación con la raíz formando nódulos. Las primeras son denominadas PGPR (Plant Growth Promoting Rhizobacteria) que tienen la facultad de producir sustancias reguladoras del crecimiento; como las citocinina y auxinas, que influyen grandemente en el desarrollo de la planta (Kloepper et al., 1989). Los géneros más conocidos son Azospiri llum, Azotobacter, Acetobacter, Burkholderia, Pseudomonas y Bacillus (Elmerich, 1984, Kloepper et al., 1989; Bashan y Levanony, 1990, Probanza et al ., 1996). En zonas tropicales pueden ser de gran potencial en combinación con otros microorganismos. Las bacterias de vida libre (PGPRs) tienen influencia sobre la raíz como: promover su crecimiento y desarrollar pelos radicales. Además intervienen para que las plantas mejoren la absorción de N, P y K y en algunos casos inhibir el desarrollo de patógenos al quelatar el ion Fe; cuya forma no es disponible para ellos (Okon y Kapuinik, 1986). En general las bacterias pueden afectar a las plantas directa e indirectamente. En forma indirecta la bacteria libera metabolitos los que tienen un efecto en otros factores de la rizósfera que provocan un estimulo para el crecimiento de la planta. Estas sustancias pueden ser 19 ácidos orgánicos, que tienen la capacidad de movilizar nutrimentos hacia la planta (Yosikawa et al., 1993; Jones, 1998) o de aminoácidos que movilizan específicamente el P, Fe y Al (Jones et al., 1994). Otro mecanismo indirecto es la producción de sideróforos, que le permite a estas bacterias competir con otras bacterias (Kloepper et al., 1980; Leong, 1986). Las bacterias secretan los sideróforos los que se asocian al Fe3+, quelatándolo, forma que no esta disponible para otros microorganismos, lo que disminuye la población por falta del nutrimento; principalmente en bacterias patógenas (O'Sullivan y O'Gara, 1992). Las plantas tienen la capacidad de utilizar estos sideróforos, con lo que mejoran su nutrición (Crowley et al., 1988; Bar-Ness et al., 1992; Wang et al ., 1993). Ciertas sustancias con características de ser antifúngicas como la pirrolnitrina, pioluteorina y tropolona; pueden ser sintetizadas por Pseudomonas y Bacillus (Howell y Stipanovic, 1979, 1980; Lindbergh, 1981). Las bacterias también producen sustancias que causan en la planta una resistencia inducida, como los liposacáridos y ácido salicílico (Van Loon et al ., 1998). Los metabolitos que producen las bacterias afectan directamente el crecimiento de las plant as y ocurre en forma independiente de los factores externos, como es la producción de reguladores del crecimiento o fijación de N. Las citocininas son el principal grupo de reguladores del crecimiento de las plantas; estas estimulan la división celular, retardan la senescencia, son capaces de dirigir la traslocación de materiales dentro de-Ja planta. Las citocininas se sintetizan en los ápices de las raíces desde donde se trasladan hacia la parte aérea. Las bacterias producen grandes cantidades de estos reguladores que controlan el desarrollo de las plantas, siendo en algunos casos benéficos. (Greene, 1980). 20 Se dice que las bacterias favorecen el desarrollo de las plantas al aportarles N, modificar el desarrollo y función de la raíz mejorando la absorción de nutrimentos, así como facilitar el establecimiento de otros microorganismos mutualistas (Pacovsky, 1988). Las plantas de maíz inoculadas con Azospirillum brasilense, mostraron un alto contenido de N en el tallo, debido a un incremento en la proliferación de raíces que aumentó la absorción de nutrimentos y las plantas tuvieron una mayor acumulación de biomasa (Stancheva y Dinev, 1992). En cultivos como Brassica campestris, Triticum turgidum y Lycopersicon esculentum al ser inoculados con Azotobacter paspali incrementaron su desarrollo; el efecto pudo haber sido por la producción de AIA, citocininas y giberelinas (ácido giberélico: AG) (Abbas y Okon, 1993). Según Zimmer y Bothe, (1988) Azotobacter brasilense forma AIA en grandes cantidades la cual tiene influencia en la formación de raíces laterales. El crecimiento y rendimiento de plantas de arroz, trigo y colza por aplicaciones de aislados de Bacillus cereus L., se atribuyó a sustancias reguladoras del crecimiento y a la supresión de patógenos del suelo (antibióticos) que producen estos organismos (Selvadurai, et al ., 1991). En Vicia faba, las bacterias como Bacillus cereus, Pseudomonas fluorences y hongos como Aspergillus niger y A. terreus incrementaron el peso seco por efecto de los reguladores del crecimiento (Omar y AbdAlla, 1994). Con bacterias del género Azospiri llum las plantas mejoran su crecimiento, a causa de la síntesis de hormonas; especialmente AIA, citocininas y giberelinas. Desde su descubrimiento, algunas giberelinas han venido siendo usadas para múltiples propósitos entre los que se destacan el amarre de flor y fruto, y en mejorar la calidad de los frutos 21 de cítricos (Rademacher, 1994). De Azospirillum lipoferum se han aislado giberelinas GA1 , y GA3 (Bottini et al., 1989). En arroz, Hernández et al., (1996) encontraron que utilizando Azospiri lum brasilense, ahorran el 25% de fertilizante mineral; dejándose de aplicar 51 kg ha- 1 de N sin afectar el rendimiento. Según Garbaye (1994), las bacterias pueden ayudar a reemplazar las fumigaci ones químicas a los substratos (para eliminar patógenos); debido a que las bacterias suprimen por competencia a los simbiontes no deseables. La colonización depende del tipo de planta, el suelo y de la especie de microorganismo (Asanuma et al., 1979). Por ejemplo, Ghai y Thomas (1989), encontraron una alta incidencia de Azospirillum en caña de azúcar, media en cafetos, canela, coco y pimienta; pero no se observó en guayaba ni en mango. 2.5.2. Hongos micorrízicos Ciertos hongos del suelo muy específicos en asociación con las raíces de las plantas se denomina micorriza; está es una simbiosis tipo mutualista, donde la planta le proporciona sustancias carbonadas necesarias para el desarrollo del hongo, y este a través de sus hifas externas explora la solución del suelo significativamente absorbiendo con la los nutrición nutrimentos; mineral de contribuyendo la planta; proporcionándole principalmente el fósforo (Botan, 1991). La asociación micorrízica varia en estructura y función y que esta de acuerdo a las condiciones donde crecen las diferentes especies (Fig. 3): las plantas Ericaceas, que predominan en suelos con alto contenido de materia orgánica, son colonizadas por hongos ascomicetos; este tipo de micorriza se caracteriza por un crecimiento extensivo dentro del cortex celular, pero con pequeña extensión en el suelo. El hongo produce 22 enzimas que fragmentan los compuestos orgánicos del suelo, quedando a disposición de las plantas. Dentro de este grupo se han descrito a las Ericoides, Arbutoide y Monotropoide (Fig. 3)(Peterson y Farquhar, 1994). Figura 3. Cambios morfológicos en las raíces por efecto de los hongos micorrízicos (Linderman, 1988). 23 Las coniferas (3% de las plantas) son colonizadas por hongos basidomicetos que colonizan la zona cortical de las raíces, no habiendo penetración intracelular (Fig.3). El hongo forma un manto de hifas alrededor de la raíz, su función es el transporte de nutrientes y agua, además de producir enzimas que liberan los compuestos orgánicos del suelo (Peterson y Farquhar, 1994). En zonas de baja disponibilidad de fósforo, las plantas (cerca de un 80% de las especies) son colonizadas por hongos del orden Glomales que forman intracelularmente en la raíz (Fig. 3), estructuras que semejan pequeños árboles, denominados arbúsculos; estas son la micorriza arbuscular. Estos hongos producen una extensa red de hifas en el suelo que incrementan significativamente el flujo de fósforo y agua hacia las plantas, y las orquidaceas que colonizan a la raíz de orquideas (Bonfante y Perotto, 1995; Azcón-Aguilar y Barea, 1997). 2.5.3. La endomicorriza arbuscular Son hongos que según Morton y Benny (1990) pertenecen a la clase zygomicetos del orden glomales. Son micorrízicos porque la raíz de muchas plantas son colonizadas por estos hongos formando una asociación simbiótica con un gran significado para la planta, ya que se sirve de ellos para adquirir nutrimentos del suelo (Botan, 1991). Esta simbiosis ha tenido lugar durante la evolución de las especies, donde la micorriza co -evolucionó al adaptarse las plantas acuáticas al medio terrestre (Simon et al ., 1993). Con la característica de que el hongo se convirtió en un simbionte obligado, desarrollando la estrategia de colonizar a una gran cantidad de especies vegetales, se estima que sea más del 80% de ellas (Bonfante y Perotto, 1995). 24 El hongo al estar en contacto con la raíz forma un apresorio y penetra el tejido parenquimatoso, sin invadir los haces vasculares. Dentro de las células el hongo forma los arbúsculos; estos se desarrollan en forma apoplástica, al extenderse la membrana celular de la planta alrededor de estos arbúsculos, formándose de esta manera una zona de interfase entre las membranas plasmáticas de los simbiontes permitiendo un íntimo contacto entre ambos organismos (Smith y Gianinazzi -Pearson, 1988; Peterson y Farquhar, 1994; Gianinazzi-Pearson, 1996). Se ha encontrado que la función de estos arbúsculos es como sitios de intercambio, principalmente de la transferencia de nutrimentos que son transportados por las hifas desde el suelo hacia la planta y de fotosintatos del hospedero hacia el hongo (Smith y Smith, 1990, 1997; Azcón-Aguilar y Barea, 1997; Blee y Anderson, 1998). Cuando se da la colonización de la raíz, el hongo desarrolla un micelio externo (Fig. 5), que es un sistema de hifas que están en contacto con una considerable cantidad de suelo que rodea a la raíz (Toro et al ., 1997). El efecto más inmediato es que la planta incrementa la absorción de fósforo (Koide, 1991); debido a la capacidad del hongo para absorber fosfatos del suelo y transportarlo a la raíz (Asimi et al., 1980; George et al., 1995). Por esta vía se ha comprobado que las plantas colonizadas incrementan su biomasa en mayor proporción que las que no son inoculadas con HMA (Johansen et al ., 1996). El hongo endomicorrízico es un simbionte obligado que pertenece a la clase Zygomicetes, Glomaceae con los orden Glomales, géneros Glomus Acaulosporaceae con los géneros suborden y Glomineae, Sclerocytis y la familia familia Acaulospora y Entrophospora. El suborden Gigasporaceae con la familia Gigasporaceae con los géneros: Gigaspora y Scutellospora (Morton y Benny, 1990). La mayoría de hongos endomicorrízicos forman estructuras tipo Arum (Figs. 3 y 4) que 25 tiene una fase intercelular muy extensa con ramificaciones (Smith- y Smith, 1997). Figura 4. Ilustración de la simbiosis micorrízica arbuscular. Números del 1 al 6 indican los puntos de control molecular o genético. Ep= Epidermis, C = Cortex, En = Endodermis, S= espora, eh= Hifa externa, ap= apresorio, ih=hi fa intracelular, a= arbúsculo, v= vesícula y A= tipo Arum (Barker et al., 1998). 2.5.3.1. Fisiología de la simbiosis En forma muy general y basándose en una extensa investigación básica se han propuesto modelos que indican como se da está simbiosis y los mecanismos que la regulan, principalmente en lo referente a como llega el hongo a la raíz, como inicia su penetración al hospedero y como pasan los nutrimentos de los arbúsculos a la células del hospedero (Fig. 4). En todos los casos son señales químicas y aspectos genéticos (Cooper y Tinker 1981; Anderson, 1988; Schwab et al., 1991; Koske y Gemma, 1992; Barker et al., 1998; Douds et al., 1998). 26 2.5.3.2. Absorción y transporte de fósforo por los HMA El H2 PO4- es llevado al citoplasma de las hifas y acumu lado en las vacuolas como polifosfato, después pasa a los arbúsculos donde el polifosfato es degradado a Pi y transferido a la célula de la planta. Existen evidencias de dos sistemas de transporte; el sistema I con una alta afinidad y una limitada capacida d para el P, y el sistema II con una gran capacidad pero baja afinidad, ambos están regulando la transferencia de este elemento (Ayling et al., 1997). Por está vía de absorción del P se ha comprobado que las plantas colonizadas tienen un mayor desarrollo; medido como biomasa, principalmente por el aporte de nutrimentos. Se ha comprobado que los hongos micorrízicos arbusculares pueden liberar hacia el hospedero el 80% de P, 25% de N, 10% de K, 25% de Zn y 60% de Cu. Con relación al Mg, B y Fe no se conoce completamente cuanto puede ser absorbido y transportado por los hongos micorrízicos. Las hifas externas de Glomus intraradices son capaces de absorber el NH 4+ y el NO3 - e incorporarlo a los aminoácidos, el crecimiento de las hifas es estimulado por la adición de NH 4 en el suelo (Johansen et al., 1996). Para la planta le representa un costo entre el 10 al 20% de la fotosíntesis, que el hongo requiere para su desarrollo (Marschener y Dell, 1994). En la mayoría de los casos, la micorriza mejora la absorción de P que es la causa primera de incrementar los rendimientos de las plantas, el hongo MA desarrolla una cantidad grande de hifas que exploran un volumen de suelo más allá de donde llegarán las raíces (Gianinazzi -Pearson y Gianinazzi, 1983). En trébol, Bolan et al., (1987) encontraron que las plantas micorrizadas absorbieron más fósforo que las no inoculadas, atribuyendo esto a que la micorriza explora un mayor volumen de suelo y son capaces de absorber el P que está precipitado o unido al fierro; debido a que produce compuestos como el citrato. 27 El aumento del área de las hifas incrementa el área de la zona de "vacío" que acorta la distancia para que el fósforo se pueda difundir en el suelo (Coleman et al., 1988). Cuando en el suelo existen deficiencias de P, la extensión de las hifas del hongo pueden mejorar el funcionamiento de la planta al reducir el déficit de este elemento = (Koide, 1991). Sin embargo, a altas concentraciones de P las plantas tienen un crecimiento menor, decrece la colonización por la micorriza; indicando que aparentemente la concentración de fósforo regula el" desarrollo de la colonización (Gianinazzi -Pearson y Gianinazzi, 1983; Negeve y Roncadori, 1985). Según Schachtman et al., (1998) y Bonfante y Perotto (1995), cuando existe limitación de P, las raíces crecen más, se incrementa la tasa de' absorción, se trasladan el P desde las hojas más viejas, se vacían las vacuolas y las micorriza coloniza profusamente a la raíz; por el contrario, en un exceso se desencadenan procesos para prevenir que k haya toxicidad; entre los cuales está el mandar señales hacia la raíz para disminuir la actividad de los hongos micorrízicos. A concentraciones extremadamente bajas de fósforo el beneficio para el hospedero puede ser pequeño a pesar de estar coloniza da (Koide y Li, 1990). El contenido de P en las células del tallo reduce el número de apresorios (Braunberger et al ., 1991), y regula la colonización, y producción de esporas (Menge et al., 1978). Sin embargo, a baja disponibilidad de nutrimentos no siempre existe un aumento en el crecimiento de la planta colonizada, sugiriéndose que ocurra lo siguiente: (a) que la planta sea eficiente en la absorción, (b) que no requiera una alta demanda, (c) que las hifas se destruyan, (d) disturbios en el suelo, (e) por aplicación de fungicidas o por (f) simbiosis incompleta (Smith et al., 1994a). 28 De cómo la micorriza modifica la absorción de nutrimentos hacia la raíz depende de: 1) desarrollo de las hifas en el suelo, 2) la capacidad de absorción de las hifas, 3) la traslocación a través de las hifas a diferente distancias y 4) la transferencia de P a las células de la raíz. La extensión de las hifas depende de la especie de hongo MA, estado de desarrollo de la simbiosis y las condiciones ambientales (Smith y Gianinazzi -Pearson, 1988). Jakobsen et al ., (1992a), encontraron diferencias en la extensión de hifas entre Glomus ssp, Scutello spora calospora y Acaulospora laevis en plantas de trébol. Esta última produjo un incremento mayor en la absorción de P y crecimiento de la planta, que fue atribuido a su distribución espacial de las hifas y a su capacidad de absorción. Estos mismos autores encontraron que A. laevis tuvo una extensión de hifas mayor que las otras (Jakobsen et al., 1992b). Johansen et al., (1993) estudiaron la absorción de P y N por el hongo Glomus intraradices. Los nutrimentos se pusieron a 2 y 5 cm de distancia de la raíz; a la distancia más pequeña la planta poseía el 70% más de N que el testigo, y a la distancia de 5, la cantidad fue de 175% de aumento, demostrando una eficiencia de este hongo a absorber los nutrimentos a grandes distancias. Smith et al., (1994a) encontraron diferencias en el flujo de nutrimentos a través de las hifas de dos hongos; Glomus spp y G. mosseae, el primero fue más eficiente. 2.5.3.3. Demanda de P y costo energético para la planta La simbiosis micorrízica es de tipo mutualista, sin embargo puede convertirse en parasítica por factores ambientales, nivel de P, intensidad luminosa, genotipo del hospedero; en donde los costos para la planta son mayores que los beneficios (Johnson et al., 1997). 29 Las hifas usan la glucosa producida por la planta como sustrato en la respiración (Solaiman y Saito, 1997), las altas concentraciones de P en el suelo decrecen la concentración de carbohidratos en la raíz y también la proporción de raíz infectada (Thomson et al ., 1990). Las defoliaciones y disminución de luminosidad reducen la respuesta a la colonización y producción de esporas de los HMA; por lo que el abastecimiento de fotosintatos es un factor que controla el desarrollo de la micorriza (Daft y El-Giahmi, 1978). Las necesidades de P por la planta dependen de la especie o variedad, demandando por lo tanto diferentes tasas de P. Está demanda es definida como la tasa absorción para un óptimo crecimiento y depende de: (a) área de absorción, (b) capacidad de absorción, (c) disponibilidad del nutrimento, (d) la tasa de crecimiento y (e) la fenología de la planta; estrategias que dependen de la especie o variedad (Koide, 1991; Smith et al., 1992). En estos aspectos de alta y baja disponibilidad del fósforo la agresividad de los hongos mi corrízicos es importante básicamente por el costo del C para la planta; Graham et al., (1996) estudiaron el efecto de varios hongos MA del género Glomus y encontraron que a elevados niveles de P los hongos más agresivos (mayor colonización) provocaron un mayor costo para la planta, reduciendo su crecimiento, no resultando así para los menos agresivos que demandaron menos energía y favorecieron ligeramente el crecimiento de las plantas. En cinco genotipos de cítricos, Graham et al ., (1997) encontraron que los genotipos menos dependientes de las micorrizas tuvieron la concentración más baja de carbohidratos en sus raíces en relación con los dependientes de micorrizas, y que trasladaron más C. El gasto de la planta de limón, cuando existe alta concentración de P, se ha estimado en un 50% más de C hacia la raíz que en los no inoculados; del cual el 30 39% es respirado para mantener el tejido del hongo en la raíz y el 11% en la síntesis de lípidos para la estructura del hongo (Peng et al., 1993). 2.5.3.4. Hongos micorrízicos arbusculares nativos La búsqueda y uso de hongos nativos eficientes como un potencial para ser utilizados en las zonas o regiones y en el cultivo donde son aislados es una de las prioridades para un beneficio eficiente. Stahal et al., (1988) concluyen que los hongos nativos pueden formar una asociación efectiva y mejorar el crecimiento de las plantas en suelos perturbados y que poblaciones individuales de MA pueden tener una gran amplitud de tolerancia a condiciones ambientales y que pueden encontrarse ecotipos bien adaptados. En maíz, Gavito y Varela (1995) determinaron que Acaulospora biriticulata fue tan eficiente como los hongos nativos en niveles bajos y altos de fósforo. Henkel et al., (1989) establecieron diferencias en los porcentajes de colonización en los tejidos de plantas con hongos aislados de diferentes condiciones ambientales de suelo de alto y bajo nivel de fósforo. Algunas cepas están adaptadas a altos niveles de P. Talukdar y Germida (1993; 1994) también han demostrado el potencial que existe entre diferentes cepas nativas en promover el crecimiento de las plantas, Indicando que si se quiere incrementar los rendimientos de un cultivo, es necesario conocer los hongos nativos y tener cepas locales que tengan influencia en el desarrollo de las plantas. En papaya se ha encontrado que ciertas especies de hongos micorrízicos arbusculares tienen un efecto positivo en el desarrollo a nivel de vivero (Ferrera -Cerrato, 1987), pero a nivel de campo, los efectos no han sido documentados. En general los HMA son una alternativa muy promisoria 31 en frutales, principalmente en los que se requiere de una primera fase' de vivero (Azcón-Aguilar y Barea, 1997). 2.5.3.5. Los beneficios de los hongos MA Linderman (1988), menciona que los beneficios que la micorriza puede producir en las plantas son: a) ayudar en la absorción de nutrimentos, b) incrementar la eficiencia de absorción cuando existe deficiencia en el abastecimiento de fósforo, c) reducir el estrés de agua y del suelo (toxicidad de elementos como el Mn y de metales pesados), d) reducir .los daños causados por patógenos, e) actuar como cofactores del enraizamiento de estacas, f) alterar la estructura y textura del suelo dándole mayor estabilidad, g) cambia la fisiología de la planta incrementando la producción de sustancias reguladoras del crecimiento, y h) inducir cambios en la permeabilidad de las membranas que produce mayor cantidad y calidad de exudados en la raíz que son un potencial benéfico para el desarrollo de la microbiota de la rizósfera, la que a su vez tiene efectos positivos en la planta. Según Hirsch et al ., (1997) la simbiosis micorrízica aumenta el nivel de citocininas, estimulando la síntesis de proteína, clorofila y división celular, razón por lo que las plantas tienen un aumento en su desarrollo. Otros aspectos de los hongos micorrízicos es que intervienen en estabilizar la estructura del suelo formando agregados que no se colapsan con el agua (Tisdall, 1994). En frutales los HMA reducen la aplicación de fertilizante y el tiempo para llevar las plantas de vivero al campo (Diederich y Moawad, 1993). La asociación micorrízica tienen una influencia importante en la absorción del P debido a: (i) la extensión de la hifas incrementa la absorción al disminuir la distancia entre el P que puede difundir hacia la 32 raíz, (ii ) debido al diámetro de la hifa, 2-4 µm, mientras que un pelo radical tiene 10 µm, permitiendo de está manera explorar una mayor superficie al penetrar en poros más pequeños del suelo donde no entran las raíces y (i v) por una afinidad del hongo micorrízico al P (Bolan, 1991). 2.6. La materia orgánica y la micorriza arbuscular Un suelo fértil microorganismos y es considerado materia orgánica biológicamente capaz de activo influir en con muchas propiedades que redundan en efectos directos en el crecimiento de las plantas (Henis, 1986). La vermicomposta es el humus que proviene del desecho de la lombriz de tierra, cuando esta ha ingerido para su alimentación, productos orgánicos (Tomati et al., 1987). El humus, debido a que pasa únicamente por su tracto digestivo, tiene una microflora diferente; puede contener vesículas de HMA, bacterias, nutrimentos y una diversidad de hongos (Clive et al., 1988; Pedersen y Hendriksen, 1993; Tiwari y Mishra, 1993). Desde el punto de vista de fertilidad, esta composta es considerada de alta calidad y es ideal como mejorador del suelo (Mitchell, 1996). Además es un producto que contiene sustancias microbicidas dominantes que en el ayudan a producto mantener (Brown, a ciertos 1995), con microorganismos altos niveles de vermicomposta se disminuye la colonización por Phytopthora y Fusarium en tomate (Szczech et al., 1993). El efecto de la materia orgánica o el humus de lombriz sobre el crecimiento de las plantas se ha estudiado ampliamente, pero existe escasas referencias sobre el efecto de la combinación de vermicomposta y HMA. 33 En maíces criollos, Quintero -Ramos et al., (1993) encontraron que a mayor contenido de materia orgánica tuvieron una mayor colonización micorrízica. En plantas de laurel a concentraciones bajas de 300 mg.kg-1 de suelo, se incrementó el crecimiento de la planta, y tuvo una mayor, colonización de Glomus mosseae, a concentraciones elevadas de ácidos húmicos (3000 mg) inhibió el crecimiento de las hifas (Vallini et al ., 1993). En piña, Noval et al., (1995) utilizaron suelo, cachaza, estiércol ovino y zeolita en combinación con Glomus clarum; en la combinación suelozeolita -micorriza las plantas tuvieron un peso seco de 0.94 g, con suelozeolita -cachaza-micorriza de 0.90 g en comparación de suelo con 0.51 g. Sin embargo, en otras plantas Joner y Jakobsen (1995), no encontraron respuesta a la colonización por Glomus invermaium ni a la absorción de P, cua ndo se aplicó materia orgánica. 2.7. Relacion de hongos micorrízicos arbusculares y bacterias En la rizósfera la población de bacterias es abundante lo mismo que los hongos micorrízicos, sugiriéndose que las bacterias están adaptadas a vivir en unión estrecha con estos hongos. Las bacterias intervienen en ,, el proceso de micorrización, a traves de: (a) mejorar la rizósfera por la producción de enzimas que ablandan la pared celular para un penetración fácil del hongo, (b) la bacteria está entre la raíz y el hongo, produciendo compuestos reconocimiento entre químicos hospedante (señales) y el que hongo, (c) ayuda a ayudando un al crecimiento del micosimbionte, con sustancias nutritivas como ácidos orgánicos o amonio, (d) modificando las condiciones del suelo cercano a la rizósfera que favorecen el desarrollo del hongo y (e) produciendo exudados que promueven la germinación de los propágulos del hongo endosimbiotico (Garbaye, 1994). 34 Con relación a los efectos entre bacterias y HMA sobre el crecimiento de las plantas se ha encontrado una respuesta positiva en la mayoría de los casos. En arroz, la inoculación con Pseudomonas y HMA nativos produjeron plantas con una mayor biomasa y acumularon más P y N que las plantas no tratadas (Dhillion, 1992). En papa, Paula et al., (1992) encontraron que el peso de los tubérculos aumentaron cuando inoculó un hongo MA + Acetobacter (32.79 g por maceta), con mayor contenido de N y P en la planta, en relación con la aplicación del hongo solo (13.53 g). En cambio, Staley et al ., (1992) no encontraron ningún beneficio para la planta de alfalfa con la inoculación de Pseudomonas y HMA, debido a que no haya sido compatible está combinación. Christensen y Jakobsen (1993), reportaron que los exudados de las raíces colonizadas por hongos MA alteran las condiciones de crecimiento de la microflora, en plantas de Cucumi s sativus L., inoculadas con Glomus fasciculatum disminuyó la síntesis de ADN bacteria) y la biomasa de estas, cambiando el patrón de crecimiento. Bianciotto et al., (1996) observaron en microscopio electrónico que en la masa micelial de Gigaspora margarita se adhirieron Pseudomonas fluorenscens y Rhizobium leguminosarum, esto soporta el punto de vista que los hongos son un vehículo para la colonización de las raíces por las bacterias y que existe una asociación muy estrecha entre hongos y bacterias. Los beneficios de la interacción pueden ser en ayudar a la colonización de la planta por el hongo micorrízico (Meyer y Linderman, 1986), en la germinación de esporas (Mayo et al., 1986) o por una mayor absorción de nitrógeno, por la fijación del mismo por las bacterias que para 35 lograrlo requieren de fósforo que puede ser proporcionado por las micorrizas (Ho, 1988). Existe una mayor cantidad de hormonas como giberelinas, citocininas y AIA producida por las bacterias (PGPR) que estimulan un mayor porcentaje de raíces infectadas por el hongo` micorrizico (Azcón et al., 1978; Azcón, 1993). Las bacterias como Azotobacter incrementan la formación de pelos radicales, los cuales tienen mayor capacidad de absorción del nutrimentos (Abbass y Okon, 1993). Según Linderman (1988; 1992), las bacterias afectan positivamente eI desarrollo de las hifas de los HM y que estas absorben los metabolitos de las bacterias y las tra sladan al hospedero, mejorando el crecimiento de estas. Las hifas de los HM están nutricional mente soportadas por el hospedero, pero su biomasa puede ser aumentada por los microorganismos del suelo. La pregunta es ¿la respuesta del hospedero es debida sól o a la presencia de los hongos micorrízicos, de otros microorganismos o a su combinación?, También, ¿la absorción de P está en función del potencial de absorción por el desarrollo de las hifas o es debido al efecto combinado con las bacterias que solubilizan el P?, ¿Los cambios en la fisiología y morfología de la raíz son debido a la sola colonización o a la asociación con bacterias? 2.7. Los microorganismos y la producción de sustancias reguladoras del crecimiento Si bien las plantas colonizadas por los HMA y bacterias mejoran su desarrollo, nutrimentos, lo que se explica principalmente el por una fósforo. mejor También disponibilidad es posible de una influencia del balance hormonal, que se modifica con la presencia de los microorganismos (Barea y Azcón-Aguilar, 1982). 36 Thiagarajan y Ahmad (1994), encontraron un incremento de citocininas en la raíz de Vigna unguiculata L. 30 días después que fueron inoculadas con Glomus pallidum. Alíen et al ., (1980), habían encontrado altos niveles de citocininas en raíces de Boutelova gracilis inoculadas con Glomus fascicuiatum; postulando que este incremento era debido que el hongo la sintetizó y que luego pasaba a la planta o que el incremento era debido a una mayor absorción de nutrimentos. Sin embargo, Edriss et al, (1984), reportan que la producción de citocininas esta asociada a la colonización micorrízica, más que a los niveles de fósforo en la planta. Danneberg et al., (1992) determinaron que en plantas de maíz colonizadas por los HMA se incrementaban los niveles de ABA y citocininas en la parte aérea de la planta, ya Alíen et al., (1982) habían encontrado en plantas de Bouteiova gracilis inoculadas con HMA, un incremento de giberelinas en hojas y menor cantidad en raíz y que el ácido absicíco estaba en mayores cantidades en raíz. Este balance hormonal alteró positivamente la fisiología de la planta. También existe una mejora en la colonización micorrízica (Azcón et al., 1978), y que aplicaciones externas de citocininas a las plantas mejoran el porcentaje de colonizaci ón (Amal, 1993). El incremento en las tasas de asimilación de CO2 en plantas que están colonizadas se debe según Drüge y Schünbeck (1992) a un aumento interno en el nivel de citocininas. Las bacterias promotoras del crecimiento (PGPRs) pueden incrementar los niveles de AIA (ácido indol acético) en la raíz (Fig. 5) y disminuir las concentraciones de etileno, favoreciendo la elongación de la raíz; la bacteria produce AIA que es tomado por la planta que internamente estimula la división y alargamiento celular, por otro lado esto también estimula a que la raíz produzca la enzima ACC sintetasa (1-amino37 ciclopropano-1-carboxílico), una cantidad considerable es exudada por la raíz y tomada por la bacteria para formar sus propios compuestos, bajando de está mane ra la producción de etileno en la raíz (Hall et al., 1996). Figura 5. Estimulación del alargamiento de raíz por bacterias promotoras del crecimiento (BPC) o (PGPR) (Hall et al., 1996). SAM= S-AdenosinMetionina, ACC=1 -amino -ciclopropano -1-carboxílico. El incremento en los niveles hormonales en plantas colonizadas, ya sea debida al aumento de absorción de nutrimentos o la producción por los organismos, tiene que ver con un factor del desarrollo importante como es la floración; ya que se ha encontrado que la floración de ciertas plantas coincide con el incremento en carbohidratos, auxinas, giberelinas, citocininas y el calcio (Berenier et al., 1993; Janick, 1993; Chasan y Walbot, 1993). 38 Las plantas de Abutilon theophrasti inoculadas con Glomus etunicatum florecieron más temprano que las no inoculadas, además de prolongar el periodo de duración de la floración y número de flores producidas (Stanley et al., 1993; Lu y Koide, 1994). 2.9. La propagación de frutales y su relación con microorganismos Según Diederich y Moawad (1993), en el trópico, la micorriza es un fenómeno importante en frutales y que debe verse bajo un contexto de que forman parte de una comunidad microbiológica, como inoculantes en asociación con otros organismos como las bacterias. En los frutales, donde la etapa de vivero es un requisito indispensable antes de llevarlos al campo; la biotecnología del uso de hongos micorrízicos arbusculares es factible, ya que reducen el estrés, incrementan resistencia a enfermedades, mejoran la absorción de nutrimentos y agua, incrementan la tasa de asimilación de CO 2, mejorando en general el vigor de las plántulas (Hamel, 1996). En frutales también, los HMA reducen la aplicación de fertilizante y el tiempo para llevar las plantas de vivero al campo (Diederich y Moawad, 1993). Los principales efectos de la inoculación de hongos rnicorrízicos en frutales son: (i) incremento en el crecimiento de las plántulas, (ii) incrementos en la absorción de fósforo, (iii) incremento en la supervivencia de las plántulas, (iv) resistencia a patógenos de la raíz, (v) resistencia al estrés, (vi) floración y fructificación temprana, (vi¡) uniformidad en la cosecha, (vi¡¡) mejoran el enraizamiento, (ix) e incrementan los rendimientos (Catska, 1994; Azcón-Aguilar y Barea, 1997). 39 2.10. El significado de la floración en frutales 2.10.1. La floración La floración es un proceso esencial en las plantas que asegura la producción de frutos y de ello depende las sobrevivencia del hombre ya que es un componente de la producción de alimentos, el interés en este proceso es asegurar la producción y calidad de los productos (Janick, 1993). El tiempo de la transición de vegetativo a floración es uno de los eventos más importantes en agricultura, horticultura y programas de 1 mejoramiento genético, ya que marca el inicio de la reproducción sexual de las plantas (Berenier et al., 1993). 2.10.2. La juvenilidad y floración en especies frutales Las plantas que se propagan por semilla pasan por diferentes fases de desarrollo: germinación, juvenilidad, madurez y senescencia. La fase juvenil es un periodo durante el cual la planta no puede producir flores bajo ningún medio, en está etapa la planta crece vegetativamente hasta alcanzar cierto tamaño (por lo general adquiere cierto número de nudos en el tallo) para llegar a la madurez, donde ya la planta adquiere la capacidad de florecer (Zimmerman, 1973; Zimmerman et al., 1985). Este periodo juvenil varía según la especie, que es un control genético o cambia de acuerdo a factores ambientales como el fotoperíodo, nutrición, y el manejo de la planta (Hackett, 1985). En mango (Mangifera indica L.) se ha encontrado que el nivel de citocininas se incrementa en el momento de la floración, lo mismo que el ácido abscísico, mientras que las auxinas y giberelinas tienden a disminuir su nivel; sugiriéndose una relación de los reguladores en la reducción del crecimiento de los tallos y en promover la floración (Chen, 1987). 40 Según Zimmerman (1973), el cambio a madurez se da al modificar internamente las condiciones físico-químicas (forma, número de capas, en ácidos nucleicos, enzimas y balance hormonal) de los meristemos (Sachs, 1977). Una de las hormonas que regula está fase son las giberelinas, y una manera de acortar este periodo es hacer crecer las plantas (proporcionando todos los factores en su nivel óptimo: como: luz, agua, temperatura y nutrimentos) y luego detener su crecimiento con prácticas de manejo como anillados, injertos, o aplicación de retardantes del crecimiento; que son factores que disminuyen el nivel de producción de giberelinas (Rogler y Hackett, 1975; Wareing y Frydman, 1976; Zimmerman et al., 1985). Una vez que las plantas llegan a la madurez y son capaces de florecer, necesitan percibir y responder a condiciones ambientales apropiadas, donde varias moléculas pueden estar controlando la transición hacia la floración, incluye el nivel de carbohidratos, auxinas, giberelinas, citocininas y el calcio (Chasan y Walbot, 1993). Las señales (fotoperíodo, temperatura, sequía) son percibidas por diferentes partes de la planta y en respuesta se forman compuestos como los carbohidratos, principalmente la sacarosa, las auxinas, citocininas, poliaminas y el calcio que controlan los procesos en los meristemos para que inicien la diferenciación floral, siendo en algunos casos como mensajeros (Berenier et al., 1993; Janick, 1993). En relación con el azúcar, se postula que la disponibilidad o falta de ésta dispara cualquier repuesta del desarrollo, debido a que está afectando intensamente la expresión de un gran número de genes (Smeekens y Rook, 1997). 41 De la información recabada se desprenden algunas conclusiones: El hongo MA es simbionte obligado; no ha sido posible su reproducción sin la presencia de una planta: las investigaciones se encaminan para poder tener suficiente inóculo. La búsqueda y uso de hongos MA nativos o autóctonos eficientes es un tema prioritario por su potencial en un cultivo y localidad determinada. La materia orgánica es un elemento importante en la fertilidad del suelo y es, junto co n los microorganismos, un recurso para la agricultura sustentable. En bacterias los estudios están encaminados a: (a) determinar que sustancias son las que originan la señal o señales para que se establezca está simbiosis y (b) determinar si hay especificidad entre ambos simbiontes; (c) cuantificar el grado de asociación y su influencia en el desarrollo de las plantas, (d) si la asociación HMA y bacterias ayuda en la colonización de las raíces, y si contribuye en la nutrición de la planta y (e) si las bact erias tienen un efecto de suprimir bacterias entomopatógenas. La presencia en las plantas de bacterias y la MA suele traducirse en mayores beneficios para las especies que los contiene, que cuando se encuentran por separado cada uno de ellos. No hay una respuesta clara entre la materia orgánica o vermicomposta y la colonización micorrízica arbuscular de las plantas; además de una escasa literatura. Las bacterias y plantas forman una asociación especifica que se requiere ampliar en su conocimiento de acuerdo a la especie, escasos trabajos hay con relación a frutales. 42 III. MATERIALES Y MÉTODOS 3.1. Condiciones de crecimiento para las plantas Este estudio se llevó a cabo en la comunidad de Santa Ana, municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios en el estado de Veracruz (20° 02' LN y 96° 39' LW). A una altitud de 10 msnm; con temperatura media anual de 24 a 26°C y de 1500 mm de precipitación, considerándose un clima cálido subhúmedo con lluvias en verano (INEGI, 1999). Para evitar que las plantas se infectaran con el virus de la mancha anular; estas se pusieron bajo una cubierta de plástico transparente con malla contra áfidos alrededor, en el interior la temperatura varió de 35 a 45°C. 3.2. Material biológico 3.2.1. Obtención de semilla La semilla fue obtenida de frutos maduros cosechados de plantas hermafroditas de Canica papaya L. cv Maradol Roja con similares características fenotípicas. Las plantas fueron seleccionadas de una huerta comercial ubicada en la comunidad de Santa Ana y que estaba en plena producción con una edad aproximada de 9 meses. Las semillas se pusieron a fermentar por un periodo de 24 h, posteriormente se frotaron con una tela para eliminar el arilo (Lange, 1961; Gherardi y Vallo, 1976), se lavaron con agua y se secaron a la sombra (Begum et al ., 1988). 3.2.2. Preparación de la semilla para la siembra Las semillas con un contenido de 25% de humedad se desinfectaron sumergiendolas durante 3 min en una solución de cloro al 10%, posteriormente se lavaron dos Inmediatamente se pusieron a veces germinar con agua destilada. en charolas plásticas previamente desinfectadas con formo) al 2%, y que contenían como sustrato arena esterilizada a 30 lb por tres horas. Las charolas con la 43 semilla se colocaron en invernadero a temperaturas de 35 a 40°C par. favorecer la germinación (Lange, 1961). Cuando las plántulas tenían dos hojas se consideraron con un desarrollo óptimo para el trasplante. 3.2.3. Bacterias Las especies de bacterias PGPR's evaluadas fueron proporcionadas por el área de Microbi ología de Suelos del Colegio de Postgraduados, Montecillo estado de México. Estas cepas se aislaron de vermicomposta y seleccionadas por su efecto en la promoción de la germinación de semillas y en el crecimiento de plántulas de Carica papaya L. Las cepas bacterianas fueron B-29 y B-87 que corresponden a Bacillus pumilus y B. macerans respectivamente. Estas se sembraron en tubos de ensaye con agar nutritivo Merck (Anexo 1) y se pusieron a crecer en una incubadora a 28°C y posteriormente en un refrigerador a 4°C para su conservación. La reactivación de las cepas bacterianas se realizó en caldo nutritivo (Anexo 1) incubándose en una agitadora rotatoria a 180 rpm y a una temperatura de 28°C durante dos días. 3.2.4. Hongos micorrízicos arbusculares Los hongos micorrízicos arbusculares fueron proporcionadas por el área de Microbiología de Suelos del Colegio de Postgraduados, Montecillo estado de México. Se usó el complejo Zac-19, compuesto de tres especies de Glomus: albidum, cleroides y diaphanum (Chamizo et al., 1998). Este inóculo MA se multiplicó en plantas de alfalfa (Medicago sativa L.) crecidas en sustrato de arena más suelo (3:1) y bajo condiciones de invernadero. 44 3.3. Metodología 3.3.1. Primera fase: efecto de la inoculación de HMA y bacterias en plantas crecidas en sustrato deficiente en fósforo El experimento se realizó del 19 al 20 de octubre de 1999 al 3 de enero del 2000. Se determinó el efecto de las bacterias y hongos micorrízicos arbusculares en el crecimiento y floración de las plantas cuando estas se establecen inicialmente en vivero en un sustrato deficiente en fósforo. 3.3.1.1. Evaluación en vivero La evaluación se realizó en diferentes edades de la plántula; que correspondió a los 48 y 77 días después del trasplante al vivero, considerando a la primera como fase para el trasplante a campo, y la tercera a los 160 días en que las plantas florecieron. El sustrato se formó con suelo más arena de río en una proporción (v:v) de 3:1; con las características químicas reportadas en el Cuadro 1. El suelo y la arena se esterilizaron a 30 lb por un periodo de tres horas (Antunes y Cardoso, 1991). El sustrato de vermicomposta (sin esterilizar) fue obtenida con lombriz Eisenia andrei L. a partir de pulpa de café con las características reportadas en el Cuadro 3 y se consideró como un testigo. Cuadro 1. Características químicas del sustrato empleado. Macronutrimentos N total Fósforo Potasio Calcio Magnesio pH Contenido 0.07 11.0 0.13 3.60 3.20 7.25 Micronutrimentos Contenido (mg.kg-1 ) % mg.kg- 1 mg.kg- 1 mg.kg- 1 mg.kg- 1 Boro Cobre Fierro Manganeso Zinc 0.216 2.153 24.70 48.70 2.46 Laboratorio de Nutrición Vegetal, Colegio de Postgraduados 45 3.3.1.2. Tratamientos evaluados y diseño experimental Se formaron 5 tratamientos (Cuadro 2), y se distribuyeron utilizando un diseño experimental completamente al azar con 5 repeticiones. El número de plantas por tratamiento fue de 14, con un total en el experimento de 70 plantas. A los 64 días se realizó el primer muestreo con 4 repeticiones en cada tratamiento (una so la planta por tratamiento), el segundo muestreo se realizó a los 77 días y se muestrearon 5 plantas por tratamiento considerando una planta como repetición. Las demás plantas se utilizaron para trasplantarlas a recipientes más grandes para posteriormente evaluar su floración bajo condiciones de campo. Cuadro 2. Tratamientos evaluados en el ensayo con sustrato deficiente en fósforo Tratamientos Simbología Cantidad agregada por planta 15 g 1.- Glomus sp (Zac-19) (HMA) 2.- Bacillus pumilus (B p) 3.- Glomus sp + Bp (13P) (HMABp) 4.- Vermicomposta (sin inocular) (V) 500 mL 5.- Testigo (sin inocular) (t) 500 mL 5 mL 15 g + 5 mL 3.3.1.3. Trasplante e inoculación Las plantas se trasplantaron a recipientes de plástico de 500 mL, y se realizó la inoculación de los HMA depositando 15 g del inóculo a la mitad del recipiente, procurando que este estuviera en contacto con la raíz (Sieverding, 1991). El inóculo estuvo constituido por el sustrato con 46 esporas, segmentos de raíces colonizadas en un 62% e hifas; el número de esporas fue de 60 por cada 15 g de sustrato. Baci llus pumi lus (B-29) se multiplicó usando un fermentador (previamente esterilizado a 18 lb por 18 min) con una corriente continua de aire. El medio fue caldo nutritivo (Anexo 1). El fermentador fue armado de acuerdo a Hoben y Somasegaran (1987) (Anexo 2). Las bacterias permanecieron en el fermentador durante 3 días, período en el cual el medio alcanzó una densidad de 1.8 x 109 células por mL . A cada planta se le aplicaron de 5 mL con una jeringa estéril procurando que el inóculo tuviera contacto con la raíz. 3.3.1.4. Determinaciones Se cuantificó la colonización radicular por los HMA y bacterias totales como unidades formadoras de colonias (UFC), se registraron variables de crecimiento (altura, área foliar, peso seco) y asimilación de CO 2 . A los 77 días se determinó el contenido nutrimental del tejido vegetal, azúcares y contenido de ABA y AIA. Para la determinación de ABA y AIA, las plantas se cortaron y se envolvieron con papel aluminio y se pusieron en nitrógeno líquido, posteriormente se pasaron a temperatura de -4°C, hasta que se realizaron los análisis. Para determinar el contenido nutrimental de las plantas, estas se secaron y se molieron para su posterior análisis. 3.3.1.5. Evaluación de la floración Las plantas con una edad de 77 días (el 18 de enero del 2000) y con los mismos tratamientos de la fase de vivero se pasaron a recipientes más grandes (bolsas de 30 kg de suelo). Las plantas continuaron bajo las condiciones del vivero, durante 100 días. El suelo con las mismas características químicas (Cuadro 1) se desinfectó con formol al 60%, usando dos litros por cada 100 litros de 47 agua; de esta solución se aplicaron 7 litros por cada m2 de suelo con 20 cm de altura, se cubrió con plástico durante 8 días, posteriormente se destapó y se dejó ventilar por 5 días. Con este suelo se llenaron bolsas de polietileno negro con una capacidad de 30 kg. El diseño experimental fue de bloques completos al azar con 4 repeticiones, con 8 plantas por parcela útil. Se midió el crecimiento de las plantas, se registró y cuantificó el número de botones florales y se determinó el contenido nutrimental. 3.4. Segunda fase: efecto de la inoculación de HMA y bacterias en plantas crecidas en vermicomposta El experimento se realizó para determinar el efecto de las bacterias y hongos MA en el crecimiento y floración de las plantas cuando estas se establecen inicialmente en el vivero en un sustrato con vermicomposta. En este aspecto se realizaron dos experimentos: uno para determinar la eficiencia de la vermicomposta y los HMA en el crecimiento de las plantas y otro para determinar el efecto de las bacterias y HMA. El sustrato para el crecimiento de las plantas fue vermicomposta y suelo con las características físicas y químicas señaladas en el Cuadro 3. Cuadro 3. Contenido nutrimental y características físicas de las mezclas de vermicomposta y suelo. P Muestra NH4 + Mg.kg N0 3 - M.O -1 Arena Arcilla Limo (%) pH Suelo 4.4 1.02 1.44 1.66 63.6 Vermicomposta 158 3.96 1150 37.69 -- -- -- 4.7 20%* 34 0.93 168 3.74 -- -- -- 6.9 40%* 32.3 1.02 171 3.92 -- -- -- 6.8 50%* 50.5 0.99 252 4.99 -- -- -- 6.7 60%* 59.2 0.93 419 6.98 -- -- -- 6.3 *Porcentaje de vermicomposta en el sustrato. 48 17.1 19.3 8.2 3.4.1. Experimento 1: Efecto de la vermicomposta y HMA El experimento se inició el 24 de febrero del 2000. Se formaron mezclas de vermicomposta con el suelo en diferentes proporciones (en porcentaje) en relación a volúmenes de vermicomposta: suelo (v:v) en cantidades que variaron de 10 en 10 como se reporta en el Cuadro 4. A estas cantidades, una parte se inoculó con el complejo micorrízico Zac19 (+HMA) y la otra sin inocular (-HMA). Las mezclas se esterilizaron a 30 lb por 3 h (Antunes y Cardoso, 1991). Cuadro 4. Cantidades de vermicomposta en el sustrato (%). Vermicomposta:suelo (%) Tratamientos Inoculados Sin inocular 1 100:0 100:0 2 90:10 90:10 3 80:20 80:20 4 70:30 70:30 5 60:40 60:40 6 50:50 50:50 7 40:60 40:60 8 30:70 30:70 9 20:80 20:80 10 10:90 10:90 11 0:100 0:100 3.4.1.1. Trasplante e inoculación Se utilizó la misma metodología del primer experimento, el número de esporas de HMA fue de 50 por cada 15 g de inóculo. 49 3.4.1.2. Diseño experimental Se usó un diseño completamente al azar con arreglo en parcele divididas con tres repeticiones, teniendo una planta como parcela útil. La parcela grande fue la inoculación con HMA y sin HMA y la parcela chica la cantidad de vermicomposta. Las plantas se analizaron a los 61 días considerados como la etapa de vivero (24 de febrero a 24 de abrí del 2000). 3.4.1.3. Evaluación de la floración A los 60 días las plantas se llevaron al campo hasta inicio de floración, en esta etapa se pusieron bajo un diseño de bloque al azar con arreglo en parcelas divididas con 5 repeticiones, utilizando una planta como parcela útil. Las plantas se distribuyeron en el campo de acuerdo al tipo de diseño con una separación entre sí de 40 x 40 cm. El experimento terminó el 24 de junio del mismo año a los 110 días. 3.4.1.4. Determinaciones A los 60 días de edad de las plantas, se cuantificó la colonización por los HMA y se registró el crecimiento, área foliar, peso seco, volumen de raíz y asimilación de CO 2. En campo se determinó el número de flores por planta y número de nudos en tallos. 3.4.2. Experimento 2: Efecto de Vermicomposta, HMA y bacterias Este experimento se inició el 4 de agosto del 2000, se usó un sustrato con 40% de vermicomposta y 60% de suelo en relación v:v y el testigo relativo con solo suelo con las características dadas en el Cuadro 3. El sustrato se esterilizó a 30 lb por tres horas (Antunes y Cardoso, 1991). 3.4.2.1. Tratamientos evaluados y diseño experimental Los tratamientos evaluados fueron la inoculación de las plantas con los HMA y las bacterias Bp y Bm y sus combinaciones, generando los 50 tratamientos que se reportan en el Cuadro 5. En esta fase de vivero se aplicó un diseño completamente al azar con cinco repeticiones, tomando una planta por tratamiento. Cuadro 5. Tratamientos evaluados en el segundo experimento. Tratamientos 1 Inóculo Característica Testigo (40% de vermicomposta) Sin inocular 2 Glomus sp Zac-19 3 Bp Bacillus pumi lus 4 B m Bacillus macerans 5 Bp+ Bm Las dos bacterias 6 HMA Bp HMA +b1 7 HMA Bm HMA + b2 8 HMA Bp+ Bm HMA + blb2 9 Testigo2 Suelo sin inocular 3.4.2.2. Transplante e inoculación de los HMA y bacterias Se utilizaron recipientes de unicel blanco de 500 mL , se llenaron con cada sustrato hasta la mitad, posteriormente se trasplantaron las plantas y se aplica ron 15 g del inóculo micorrízico, (el inóculo contenía en promedio 50 esporas, hifas y segmentos colonizados; las raíces de la planta de alfalfa tenía un 65% de colonización. Las bacterias (Bp y Bm) se multiplicaron utilizando una incubadora rotatoria a 180 rpm y una temperatura de 28°C (Anexo 3). Con una densidad de 1.8 x 109 bacterias por mL (McFarland, 1970), se inocularon 123 mL a 300 g de vermicomposta esterilizada la cual se incubó por 15 días hasta que alcanzó 2.8 x10 9 UFC por g, de este último se tomaron 3 g y se aplicaron a cada planta según el tratamiento. 51 3.4.2.3. Determinaciones A lo 64 días de edad de las plantas se determinó: la colonización por los HMA y bacterias, crecimiento de las plantas, área foliar, peso seco y contenido nutrimental en tejido. 3.4.2.4. Evaluación de la floración Los tratamientos de vivero (Cuadro 5) se pasaron a campo el 5 de octubre del mismo año, cuando las plantas tenían 64 días de edad. En campo el suelo fue desinfectado con 50 g de Dazomet por m2 , (Sieverding, 1991) después de aplicar el producto el suelo se humedeció a saturación con 20 litros de agua por cada m2 . Posteriormente se cubrió con plástico durante 14 días, dejándose destapado otro periodo de 10 días. Transcurrido este tiempo se realizó e trasplante las a una distancia de 40 x 40 cm. El diseño utilizado fue bloques al azar con cuatro repeticiones y tres plantas como unidad experimental (12 plantas por tratamiento). Los muestreos se realizaron a los 100, 115 y 130 días de edad de las plantas; a los 100 días se determinó el número de nudos en tallos y botones florales por planta. A los 115 días se cuantificó el área foliar, altura de planta, peso seco, botones florales y contenido nutrimental. 3.5. Análisis estadístico Los datos se analizaron por medio de análisis de varianza con el programa Statistical Analysis System (SAS Institute, 1982) y la separación de medias fue hecha por el método de Tukey (P ≤ 0.05) (Martínez, 1994). 3.6. Determinaciones 3.6.1. Análisis del crecimiento Altura de planta. Medida en cm de la base de la planta hasta el ápice. 52 Diámetro del tallo: medido con vernier en la parte cercana al cuello de la raíz. Área foliar: se midió el área de cada una de las hojas en cm2 con un equipo marca LI-COR 3000. Volumen de raíz: esta variable se midió sobre la base de su volumen radical dado en cm3 ; la raíz se extrajo, se lavó y se eliminó el exceso de agua, así se introdujo en una probeta graduada, el volumen desplazado se tomó como el volumen radical (Linderman y Hendrix, 1982). Peso seco; el peso de tallos, hojas y raíces se determinaron secando en estufa con corriente de aire a 70°C por 72 h. 3.6.2. Análisis de nutrimentos en el tejido vegetal Se realizaron las determinaciones de nutrimentos en hojas según la técnica propuesta por Awada et al., (1975), bajo la metodología propuesta por Alcántar y Sandoval, (1999). Las muestras se recolectaron e inmediatamente se lavaron, se secaron en estufa a una temperatura a 70°C por 72 h. Las determinaciones se realizaron por los métodos de: Elemento Método Nitrógeno semimicro_Kjeldahl modificado para inducir nitratos (Bremmer, 1965) Fósforo (P) Potasio (K) Ca, Mg y microelementos } Por digestión con HNO3 /HC1O 4 (Alían, 1971). 53 3.6.3. Colonización endomicorrízica Se siguió el procedimiento de tinción y clareo de raíces mediante el método propuesto por Phillips y Hayman (1970). El porcentaje de colonización fue estimado mediante la observación de hifas, arbúsculos y vesículas (en el microcopio 100x) del segmento radical. Se tomaron 3 repeticiones por raíz de cada tratamiento. 3.6.4. Colonización por bacterias Se cuantificó el total de bacterias en la rizósfera de las plantas, calculándose el total por conteo de placa en agar, en la que se consideraron como unidades formadoras de colonias (UFC) en las distintas diluciones (Clark, 1965; Wollum, 1982). El procedimiento fue el siguiente (Fig. 6). Figura 6. Metodología para determinar el número de unidades formadoras de colonias. 54 Se preparó agar nutritivo (Anexo 1), y se esterilizó a 18 lb por 18 min. El medio de cultivo se vació en cajas petri y se dejó solidificar. Por otro lado se prepararon botellas de dilución con 90 mL de agua destilada est éril y tubos de ensaye con 9 mL de agua también estéril. Procedimiento: 10 g de raíces se pusieron en la botella de dilución, se agitó vigorosamente por 15 min, se tomó una alícuota de 1 mL y se depositó en tubo de ensaye. De este se tomó una alícuota igual y se pasó a otro tubo y así sucesivamente para obtener diluciones de 10 -2 hasta 10 -7. Al final se tomó una alícuota de 0.1 mL y se inoculó en las cajas de petri y se distribuyó con una varilla en forma de L y se pusieron a incubar a 28°C durante 48 h; para después contar el número de colonias. Las bacterias se identificaron por morfología típica y de cada tratamiento se tomaron 4 repeticiones de cada dilución (Robert, 1990). 3.6.5. Determinación de clorofila y asimilación de CO2 El contenido de clorofila en las hojas fue estimado usando el medidor SPAD -502 (Minolta Corp), este valor se aplicó a la fórmula: Y=18.695175 + 6.50885 (lectura del SPAD) y los valores se reportan como µmol.m- 2 . Los datos se obtuvieron de la tercera hoja, contando de la apical hacia abajo. La asimilación de CO2 (A), conductancia estomática (gs) y concentración interna de CO2 (Ci) se midió con el analizador de gases infrarrojos (IRGA) marca LICOR modelo LI-6200 (LI-COR Inc.), que estima la asimilación neta de CO 2 en µmoles.m-2.s- 1. El dato se obtuvo a las 12 h del día tomándole el dato a la tercera hoja, la cual fue introducida en la cámara sin desprenderla de la planta (Long, 1981). Fue una sola medición a los 48 y 77 días después de la aplicación de tratamientos y a 60 días en el segundo experimento. 55 3.6.6. Determinación de ABA y AIA Se siguió el procedimiento indicado por Cowthon y Morris (1982) y Ciha et al., (1977); al que se le hicieron algunas modificaciones. El: procedimiento se describe en el Anexo 4 y consiste en: 3.6.6.1. Separación de las hormonas A 5 g de peso fresco (se tomó toda la planta) se le agregaron 50 mL de metano) al 80% se maceró con un mortero y se dejó reposar por 48 h a 4°C. Después de este periodo las muestras se filtraron con papel Whatman # 1 (Whatman International Ltd., Inglaterra) y el metano) se removió por evaporación a 40°C y aplicándoles un flujo continuo de aire filtrado. La fase acuosa obtenida se ajustó a pH de 2.5 con H2 SO4 al 0.8 N. Esta solución se particionó dos veces con un volumen igual de éter. Las fases etéreas se juntaron y se filtraron con el papel Whatman # 1. El filtrado se llevó a sequedad para después agregarle 200 µl de metano) al 100%. De esta forma quedaron listas para la detección de las hormonas. 3.6.6.2. Detección Las muestras se centrifugaron a 5,560 g durante 5 min, posteriormente se tomó una alícuota de 20 µl y se inyectó a un cromatógrafo de líquidos de alta presión (HPLC) modelo Varian 9012 con inyector Reodyne modelo 7125 provisto de un "loop" de 20 µl conectado a una precolumna y columna de fase reversa Beckman de 4.6 mm x 25 cm Ultrasphere -ODS con relleno de sílica C-18 de 5 µm. La muestra inyectada se separó isocráticamente en 45% de metano) (grado HPLC) y 0.2 N de ácido acético en agua (grado HPLC) a un flujo de 1.0 mL/min. 56 La identificación se realizó con un detector de longitud de onda variable UV-VIS (Varian modelo 9050) a una longitud de onda de 280 nm. La señal la recibe una computadora provista de una tarjeta 16 Star (Varian, Inc.) y con el programa de cómputo Star Chromatography Workstation (Varian Inc.). El tiempo de retención se determinó con estándares preparados con (±) cis-tras-ABA sintético (Lancaster, Inglaterra) y AIA (SIGMA, USA). 3.6.6.3. Cuantificación Con volúmenes conocidos y la absorbancia del HPLC se determinó una recta, y con la absorbancia o altura de la curva de la hormona detectada se comparó con la recta, dando en la abcisa "Y" la cantidad de hormona. 3.6.7. Determinación de azúcares totales Se utilizó el método de antrona propuesto por Southgate (1976); las muestras (2.5 g) de hojas y raíz se pusieron en etanol al 80% y se hirvieron durante 5 min, posteriormente se le adicionó al extracto 5 mL del reactivo de antrona (Anexo 5). Las muestras se dejaron reposar y se analizaron en un espectrofotómetro Beckman DU-60 tomandose la lectura a 620 nm. Se determinó una curva de calibración para glucosa a concentraciones de 0 a 200 µg mL-1, se determinó la ecuación de regresión y con esta se calculó la cantidad de azúcares de las muestras de acuerdo a cada absorbancia: 1°) Cálculo de µg en la curva: µg = absorbancia de la muestra (y) -b (0.071) m (0.0048 2°) Azúcares totales en mg.g-1 : = (µg x mL del extracto x dilución)+ (g de muestra) =1000 57 IV. RESULTADOS 4.1. Colonización de la raíz por los mi croorganismos y su efecto en el crecimiento de las plantas en sustrato deficiente en P 4.1.1. Crecimiento de las plantas a 48 días de edad La vermicomposta (V) tuvo una gran influencia en promover el mayor crecimiento de las plantas, este efecto fue observado desde los 28 días (Fig. 7). A los 48 días de edad (dd), las plantas en vermicomposta eran de mayor diámetro del tallo y volumen de raíz. En esta primera fase de crecimiento el efecto de los HMA sobre las plantas se equiparó con las plantas crecidas en V en altura, nudos en el tallo y hojas, pero tenían menor diámetro y volumen radical. La inoculación con HMA+Bp no tuvo un efecto de sinergismo para influir en un mayor crecimiento de la planta; estas presentaban una altura, diámetro del tallo y volumen radical similar a las plantas con sólo bacteria y al testigo. Las bacterias por si solas no influyeron sobre estas variables del crecimiento (Cuadro 6). Con relación a la biomasa desarrollada por las plantas, se demostró que las plantas crecidas en V y las inoculadas con HMA formaron un área foliar más grande; en V crecieron un 29% más de área, no existiendo una diferencia estadística clara entre estos dos tratamientos. Sin embargo, las plantas en V fueron de mayor peso seco, a pesar de que las plantas con HMA tuvieron una tasa de asimilación de CO 2 alta no acumularon igual materia seca. Las plantas inoculadas con el complejo HMA+Bp desarrollaron un área foliar intermedia, no existiendo el efecto de sinergismo, aunque fueron de mayor área foliar que las plantas con sólo bacterias, el peso seco de las plantas en estos tratamiento fue similar. Ambos tratamientos sólo superaron a las plantas testigo (Cuadro 7). 58 Con relación a la asimilación de CO 2, hubo una tendencia a que las plantas en sustrato de V y las inoculadas con HMA y bacterias tuvieran una mayor actividad fotosintética que se relacionó con un mayor crecimiento. En todos los tratamientos las plantas no presentaron una limitante para la difusión del CO2 , teniendo igual conductancia estomática (Cuadro 7). Figura 7. Crecimiento de las plantas en los primeros 28 días de edad. Cuadro 6. Crecimiento de plantas de papaya a 48 días de edad. Tratamientos Vermicomposta HMA HMA+Bp Bp Testigo Pr>F C. V. (%) Z Altura de planta (cm) 12.7 az 10.6 7.9 6.6 6.6 Nudos en tallos (Número) 10.7 a Hojas (Número) 11.7 a Diámetro del tallo (cm) 0.69 a Volumen de raíz (cm 3 ) 7.50 a ab bc c c 9.5 ab 8.2 bc 7.5 cd 6.2 d 10.2 9.5 8.7 6.5 ab b b c 0.45 b 0.40 bc 0.34 bc 0.30 c 4.50 b 2.50 bc 2.50 bc 1.38 bc 0.0001 15.5 0.0001 10.7 0.0001 8.84 0.0001 13.6 0.0005 42.8 En columna medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). 59 Cuadro 7. Crecimiento de las plantas y su asimilación de CO 2 concentración interna de CO2 (Ci) y conductancia estomática (Gs) a los 4 días de edad. V Área foliar (cm2 ) 153 aZ Gs Asimilación Ci Clorofila Peso de CO 2 seco (µ mol m 2 s -1 ) (mg.kg -1 ) (cm.s - 1 ) (µ mol m2 ) (g) 0.81 a 265.5 h 0.20 a 176 c 8.40 ab HMA 108 ab 10.90 a 226 bc 0.34 a 264.8 b 0.51 b HMA+Bp 84 bc 9.34 ab 271 abc 0.28 a 330.3 a 0.37 bc Bp 52 cd 6.20 ab 327 ab 0.32 a 259.3 b 0.23 de t 27 d 4.30 b 368 a 0.32 a 254.4 b 0.12 d 0.024 34 0.005 24 0.006 27 0.019 9.5 0.0001 21 Pr> F 0.001 C.V. (%) 25 z En columna medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). En la Fig. 8 se presenta el efecto de los diferentes tratamientos a los 48 días de edad de las plantas. Figura 8. Crecimiento de las plantas a 48 días de edad. 60 60 4.1.2. Crecimiento de las plantas a 77 días de edad A esta edad las plantas en V continuaron con un crecimiento vigoroso superando a las plantas de los demás tratamientos en altura de planta, diámetro del tallo y volumen radical (Cuadro 8). Las plantas inoculadas con HMA alcanzaron una la altura y volumen radical similar a las plantas crecidas con bacterias y menor que con la dual inoculación de HMA+Bp; a pesar de ello las plantas con la dual inoculación crecieron en menor proporción que las plantas en V (Cuadro 8). Cuadro 8. Crecimiento de plantas de papaya a 77 días de edad. Hojas Altura de Nudos en el tallo planta (Núm.) (Núm.) (cm) Z Vermicomposta 21.6 a 14.2 ab 11.5 a Diámetro Volumen del tallo de raíz (cm) (cm3 ) 0.98 a 12.9 a HMA+Bp 14.1 b 11.5 b 0.49 b 6.5 b HMA 10.9 c 12.5 ab 8.2 b 0.52 b 5.0 bc Bp Testigo 9.2 6.4 13.2 ab 12.0 ab 9.0 ab 8.7 ab 0.49 b 0.36 b 4.7 2.7 bc c Tratamientos P≤ F C.V. (%) z c d 0.0001 8.9 11.2 a 0.0209 8.5 0.0066 13.3 0.0001 14.7 0.0001 26.3 En columna medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). Las plantas en V además de tener una mayor altura, a esta edad también habían desarrollado la mayor biomasa en área foliar y peso seco. Las plantas inoculadas con HMA y con la dual inoculación estadísticamente presentaban el mismo crecimiento en área foliar superando a las plantas inoculadas con Bp y a las plantas testigo. Sin embargo, no se detecto ninguna diferencia en el peso seco de las plantas con HMA, HMA+Bp y Bp, aunque superaron a las plantas testigo (Cuadro 9). La capacidad de asimilación del CO2 en plantas crecidas en V disminuyó un 45% y se equiparó a la de las plantas con HMA pero de menor valor 61 que las de plantas inoculadas con HMA+Bp y Bp. Sin embargo, las plantas en V presentaban altos contenidos de clorofila. Las plantas con doble inoculación de HMA+Bp y de Bp mantuvieron una tasa de asimilación de CO2 alta durante los dos periodos de muestreo, con una ligera disminución a los 77 días de edad y que fue atribuido a una menor capacidad de forma r clorofila ya que no mostraron una resistencia a la difusión de CO2 (Cuadro 9). Cuadro 9. Crecimiento de las plantas y su asimilación de CO 2 en µ mol m 2 s -1 ,concentración interna de CO 2 (Ci) y conductancia estomática (Gs) a los 77 días de edad. Tratamientos V Área Asimilación Gs Clorofila Peso seco Ci -1 foliar de CO 2 (mg.kg 1) (cm.s ) (µ mol m2 ) (g) (cm2 ) 2.32 a 0.32 a 287 a 273 b 283 a 2 4.6 bc HMA+Bp 137 b HMA Bp t 408 a 0.55 a 242 ab 0.85 b 122 bc 5.3 bc 341 ab 0.46 a 225 bc 0.87 b 95 c 7.6 ab 339 ab 0.55 a 264 ab 0.68 b 38 d 3.1 c 400 a 0.59 a 189 c 0.25 c Pr>F C.V. (%) z 8.7 a 0.001 13 0.0004 24 0.008 14 0.07 27 0.001 15 0.0001 16 En columna medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). Las plant as de mayor biomasa (V) también acumularon mayor cantidad de azúcar en sus hojas. Las plantas con microorganismos tenían menos contenido pero superaron a las plantas testigo; notándose una influencia de los HMA. El mayor desarrollo de las plantas inoculadas con microorganismos se debió a un metabolismo más eficiente, ya que formaron una mayor cantidad de azúcar en sus tejidos; la cual puede ser utilizada para el crecimiento (Fig. 9). En raíz las plantas inoculadas presentaron menos azúcares que las plantas testigo y las crecidas en 62 (V). Las de doble inoculación (HMA+Bp) presentaron el menor contenido de azúcar en su raíz (Fig. 9). Figura 9. Contenido total de azúcares en hojas y raíces a los 77 días de edad. Barras con ± error estándar. 4.1.3. Nutrimentos en el tejido vegetal El contenido de los nutrimentos en el tejido vegetal varió en función de los diferentes tratamientos, encontrándose diferencia altamente significativa entre ellos. En las plantas con V siempre se encontraron los máximos niveles de P, N, K y Ca. En los casos donde se aplicaron los HMA, HMA+Bp y Bp los contenidos fueron similares a excepción del N, en cuyo caso fue absorbido en mayor cantidad por la influencia de HMA+Bp. En todos los casos las plantas del testigo presentaron los nive les más bajos (Cuadro 10). 63 Cuadro 10. Contenido de macronutrimentos (g.g-1 ) en base al peso seco de las plantas a 77 días de edad. Tratamientos Vermicomposta p 0.46 a z N 5.1 a HMA+Bp 0.18 b HMA 7.5 a Ca 1.62 a Mg 1.69 a 2.1 b 1.1 b 1.17 b 1.08 b 0.16 b 1.6 bc 0.8 b 1.11 b 1.14 b Bp 0.14 b 1.5 bc 0.8 b 0.83 b 0.76 b Testigo 0.05 c 0.3 c 0.2 c 0.42 c 0.33 c Pr> F C.V. (%) 0.0001 21.4 0.0001 38.5 0.0001 31.3 0.0002 25.3 0.0001 24.9 Z K En columna mismas letras indican igualdad estadística (DuncanP ≤ 0 .05). Con relación al contenido de micronutrimentos, las plantas colonizadas con HMA tuvieron mayor cantidad de Fe y con excepción a las plantas con vermicomposta; también presentaron un alto contenido de Zn. En las plantas con vermicomposta se registraron las mayores concentraciones de Cu, Mn, Zn y B. Las plantas con bacterias, HMA y HMA+bacteria presentaron concentraciones similares de Cu y Mn (Cuadro 11). Cuadro 11. Contenido de micronutrimentos (mg.g- 1 ) en base a peso seco de las plantas a 77 días de edad. Tratamientos Cu Mn Zn Fe B Vermicomposta 7.83 az 40.4 a 52.0 a 291.5 ab 94.8 a HMA+Bp 3.48 b 24.5 b 13.3 c 110.0 c 19.8 b HMA 4.52 b 29.2 b 28.0 b 360.0 a 16.3 bc Bp 3.37 b 22.5 b 12.6 c 132.0 bc 14.3 bc Testigo 1.29 c 07.4 c 07.7 c 077.4 c 07.8 c Z Pr> F C.V. (%) 0.0001. 23.6 0.0001 17.8 0.0001 42.6 En columna mismas letras indica n igualdad estadística (DuncanP ≤ 0.05). 64 0.0115 58.8 0.0001 21.0 4.1.4. Colonización de la raíz por las bacterias y HMA Las raíces de las plantas fueron abundantemente colonizada por las bacterias, cuyo crecimiento fue relativamente rápido y varió de acuerdo a la edad de la planta y al efecto de los hongos MA. En los primeros 48 días el número de bacterias totales en la raíz como unidades formadoras colonias (UFC); fueron mayores en las plantas inoculadas con Bp y estadísticamente diferentea los demás tratamientos. En plantas inoculadas con HMA, HMA+Bp y en V el crecimiento de bacterias nativas fue similar y mayor que en las plantas testigo (Cuadro 12). A los 77 dd, la diferencia en la intensidad de colonización fue afectada por la presencia de los hongos micorrízicos. La cantidad de bacterias (UFC) en la raíz de las plantas colonizadas con HMA fue mayor y similar a las plantas con solo Bp. Sin embargo, cuando se aplicaron HMA+BP, el número de UFC se incrementó. En plantas testigo los niveles fueron menores que los demás tratamientos. La colonización micorrízica fue elevada a los 48 y 77 días pero no fue incrementada por la aplicación de bacterias (Cuadro 12). Cuadro 12. Número de bacterias totales (UFC) y colonización MA en plantas de papayo en dos fechas de estudio. Tratamientos UFC x 10- 5 en 10 g de raíz Colonización MA (%) 48 77 días 48 77 días Bp 129 a Z 246 b 00 c 90.0 a HMA 49 b 225 b 77 a 83.5 a HMA+Bp 32 bc 399 a 64a 83.0 a Vermicomposta 44 bc 191 bc 00 c 00.0 b Testigo 146 c 7.0 b 90.0 a 0.0001 23.3 0.098 6.3 Pr>F C.V (%) 15 c 0.0001 26.3 0.0001 12.5 Z Medias con la misma letra en cada columna son estadísticamente iguales (Tukey 0.005). 65 4.1.5. Contenido de AIA y ABA Las plantas que se inocularon con microorganismos mostraron los niveles más altos del ácido indolacético (AIA), con menor cantidad en las plantas testigo y en plantas en V. Con relación al contenido del inhibidor del crecimiento ABA, las plantas testigo de menor crecimiento exhibieron el mayor contenido. Las plantas con HMA y Bp presentaron un contenido intermedio y menor que las plantas en vermicomposta y en HMA+Bp (Fig. 10). Figura 10. Contenido de ácido indolacético (AIA) y abscísico (ABA) en tejido (µg.5g -1 de peso fresco) de las plantas. Barras con ± error estándar. 66 4.1.6. Floración El crecimiento inicial de las plantas en vivero fue suficiente para promover un mejor desarrollo de las plantas en el campo. El periodo juvenil de las plantas con microorganismos se acortó, empezando la floración a los 160 días. Las plantas con Bp y HMA+Bp superaron a las plantas testigo y a las con solo HMA; la cantidad de flores en las plantas con vermicomposta fue superior a todos los tratamientos (Fig. 11). Figura 11. Flores por planta a los 160 días de edad. Barras con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey, P ≤ 0.05) y ± error estándar. El porcentaje de plantas que florecieron fue diferente en cada tratamiento; con la aplicación de vermicomposta, con bacteria y el complejo HMA+bacteria influyeron en un mayor número de plantas con flor (Cuadro 13). 67 A los 175 días la mayor población de plantas llegaron a florecer (Cuadro 13), con una cantidad de flores por planta que no mostró diferencia estadística entre los tratamientos (Fig. 12). Cuadro 13. Plantas con flor (%) a los 160 y 175 días de edad de la planta. Porcentaje de plantas con flor Tratamientos 160 días 175 días 0 31 75 69 81 87.5 87.5 87.5 93.7 93.7 Testigo HMA HMA+Bp Bp Vermicomposta Figura 12. Flores por planta a los 175 días de edad. Barras con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey, P ≤ 0.05) y con ± error estándar. Con relación al contenido de nutrimentos en los tejidos no se encontró una relación con algún elemento (Cuadro 14). Inclusive las plantas testigo lograron una mayor acumulación de nutrimentos que las plantas colonizadas, lo que influyó, para que posteriormente estas plantas 68 tuvieran la misma cantidad de flores que los demás tratamientos. Debido a que todos los tratamientos continuaron en un suelo de baja fertilidad, esto no fue suficiente para mantener el gasto energético de las plantas que iniciaron una floración temprana. Cuadro 14. Contenido de los nutrimentos en el tejido vegetal a los 160 días de edad de la planta. Tratamientos N (%) P (%) K (%) Ca (%) Mg (%) B Cu Fe (mg.kg - 1 ) 5.4a 94.0a HMA 4.2a 0.24 b 1.11a 1.3ab 0.62a 41.2a Bacteria 4.1a 0.30a 1.45a 1.4ab 0.65a 46.1a 6.2a 127.4a Testigo 4.1a 0.26a 1.29a 1.8a 0.78a 40.7a 7.la 124.4a HMA+b. 3.8a 0.29a 1.20a 1.6a 0.73a 49.5a 6.4a 111.8a Vermic. 3.8a 0.34a 0.95a 1.0b 0.62a 41.8a 4.5a 97.la C.V. (%) Pr>F 5.3 0.06 13.2 0.03 22.8 0.18 14.8 0.003 16.2 0.22 15.4 0.33 20.0 0.07 16.8 0.08 En columna promedios con misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). El efecto de los tratamientos en la fase de vivero fue suficiente para que las plantas adquirieran una gran carga energética que las capacitó para continuar con su desarrollo, luego de su trasplante en campo. Sin embargo, es necesario que estas continúen con un abastecimiento adecuado de nutrimentos, de lo contrario este efecto se pierde. 4.2. Efecto de vermicomposta y HMA en el crecimiento y colonización de las plantas 4.2.1. Crecimiento de las plantas La cantidad de significativamente vermicomposta en el crecimiento (V) en de las el sustrato plantas; influyó conforme se incrementó la cantidad de V, el crecimiento de las plantas también fue en aumento. Las plantas alcanzaron una mayor altura, área foliar y peso seco con cantidades de 60 a 90% de V, mientras que con 100% las plantas tuvieron un crecimiento similar a las plantas crecidas en 40 a 69 50% (Fig. 13 y 14). Las plantas crecidas en sustratos con 60 a 80% de V, crecieron con respecto a las plantas testigo, en 6 a 7 veces más en altura, con 27 a 35 veces más de área foliar y alcanzaron un peso seco de 14 a 16 veces más. En cantidades de 10 a 70% de V las plantas desarrollan un volumen radical que va en relación al aumento de V; las plantas en 70% de V crecen en un 478% más que las plantas testigo. Después de esta dosis, no hubo incrementos al aumentar la cantidad de V (Fig. 14B). Figura 13. Efecto de la vermicomposta en la altura y peso seco de la planta. (En barras misma letra significa igualdad estadística Tukey P ≤ 0.05. Barras con ± erro r estándar). Figura 14. Efecto de la vermicomposta en área foliar y volumen de raíz de las plantas. (En barras misma letra significa igualdad estadística Tukey P≤ 0.05). 70 La mezcla de los HMA+V afectó significativamente el crecimiento de las plantas; sin embargo este resultado sólo fue observado en cantidades de 0 a 50% de V. Bajo estas cantidades los efectos de los HMA fueron positivos incrementando en mayor proporción, con respecto a sólo V, la altura, área foliar y peso seco de las plantas. Con cantidades arriba de estas, los HMA afectaron negativamente el crecimiento con valores menores a las plantas con sólo V (Fig. 15 y 16, Cuadro 15). Figura 15. Efecto de vermicomposta y HMA en el peso seco de las plantas. (Barras con ± error estándar). Figura 16. Efecto de HMA y cantidad de vermicomposta en el crecimiento de las plantas. 71 Cuadro 15. Efecto de HMA y vermicomposta en la altura y área foliar de las plantas a los 60 días de edad. Altura de planta (cm) Vermicomposta (%) 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 promedio HMA Cantidad de V HMA*cantidad Con HMA Sin HMA 8.3 13.2 13.2 19.0 19.8 24.5 26.7 27.8 25.0 23.7 24.7 20.5 5.0 7.3 10.7 13.3 19.7 25.7 31.3 34.2 32.7 29.8 22.5 21.1 Pr>F 0.4467 0.0001 0.0008 Área foliar (cm2 ) Con HMA Sin HMA 78.7 118.7 104.0 261.0 194.7 363.0 353.0 333.7 284.3 320.7 291.3 245.7 14.3 55.0 127.3 200.7 313.0 360.7 384.3 406.3 494.7 430.7 277.7 278.6 Pr>F 0.02 0.0001 0.0021 Los HMA tuvieron un efecto significativo para influir en el crecimiento de raíz; con HMA crecieron en promedio un 19% más. El mayor crecimiento de la raíz en plantas inoculadas ocurrió en cantidades de 0 a 50% de V; con una mayor influencia en sustratos sin V. Al comparar cada una de las cantidades se observa que los HMA influyeron en forma positiva aumentando el volumen de raíz con respecto a las no inoculadas, pero su efecto disminuyó en forma decreciente de acuerdo a la cantidad de V. Después de 50% de V no hubo una influencia de los HMA (Cuadro 16). 72 Cuadro 16. Volumen radical (cm 3) a los 60 días de edad de las plantas. Vermicomposta (%) 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 promedio HMA Cantidad de V HMA*V Con HMA 5.0 z 7.7 9.7 10.7 12.3 17.0 16.0 21.3 13.3 15.7 15.7 13.1 Pr>F 0.006 0.0001 0.50 Sin HMA 2.3 4.3 6.0 9.3 12.3 14.0 15.3 14.0 13.3 16.7 14.0 11.0 Diferencia con HMA (%) +117 +79 +62 +15 0 +21 +4.5 +52 0 -6 +12 +19 4.2.2. Asimilación de CO2 La asimilación del CO2 en plantas con V se incrementó con respecto a las plantas en sustrato suelo. En todas las demás cantidades de (V) las plantas tuvieron una asimilación de CO2 muy semejante y que varió de 8 a 9.6 µmol de CO 2 por m- 2 s-1 . Aparentemente no hubo un efecto considerable de la cantidad de vermicomposta sobre esta variable, a pesar que la conductancia estomática (gs) no fue una limitante (Fig. 17 y Cuadro 17). La presencia de los HMA en el sustrato tuvo una marcada influencia en inducir una mejor respuesta a la asimilación de CO 2 en las plantas, con una tendencia a ser mayor en todos los niveles de V, superando a la de las plantas sin HMA. La máxima asimilación se dio a niveles mayores de 40% de V. La conductancia estomática no fue una limitante en las plantas para la asimilación de CO2 (Fig. 17 y Cuadro 17). 73 Figura 17. Efecto de la vermicomposta y (V)+HMA en la conductancia estomática. (Barras con ± error estándar). Cuadro 17. Concentración interna de CO 2 (Ci) y asimilación de CO 2, promedio por planta a los 60 días de edad. Ci de CO2 (mg.kg - 1) Vermicomposta (%) Con HMA Sin HMA 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 390 417 389 310 462 300 319 394 347 337 332 379 364 334 334 316 315 373 333 309 340 315 HMA 4.2.3. Pr>F 0.07 Asimilación de CO 2 (µ mol. m- 2. s- 1) Diferencia con HMA Con HMA Sin HMA (%) 8.3 8.7 6.4 7.4 9.7 9.6 9.7 12.0 10.9 11.0 8.1 Pr>F 0.002 5.5 6.3 8.1 8.3 9.2 5.6 6.5 7.8 7.9 9.6 7.7 +50.9 +38.1 -21.0 -10.8 +5.4 +71.4 +49.2 +53.8 +38.0 +14.6 +5.2 Colonización El porcentaje de vermicomposta en el sustrato influyó en la cantidad de raíz colonizada. De 0 hasta el 50% de vermicomposta, la colonización y 74 cantidad de arbúsculos fue elevado y en plantas con sustrato más rico en vermicomposta el porcentaje de colonización disminuyó. A dosis superiores a 60% de vermicomposta, las plantas colonizadas crecieron menos que las plantas con esas mismas dosis pero sin HMA; indicando que el efecto de la micorrización fue negativo a estas dosis (Fig. 18). Figura 18. Efecto de la vermicomposta en la colonización micorrízica. (Las líneas con ± error estándar). 75 4.2.4. Floración Bajo condiciones de campo, las plantas se desarrollaron de acuerdo a las condiciones de fertilidad del sustrato del vivero, así como por la influencia de los HMA. Así, las plantas que provenían de sustratos con altas cantidades de V, en campo su periodo juvenil fue más corto, alcanzando a florecer a los 120 días. Las plantas crecidas inicialmente sin V no llegaron a florecer a esta edad. Las que provenían de 10% floreció una población del 40% y sólo plantas con 50 a 100% el total de plantas llegó a floración. Cuando las plantas se inocularon con los HMA hubo un mayor efecto para que las plantas llegaran a florecer: las plantas sin V pero inoculadas, el 40% floreció y este efecto fue mayor conforme las plantas habían crecido en sustratos más ricos en V llegando a florecer el 80% de la población (Fig.19). Figura 19. Efecto de la dosis de vermicomposta y HMA en el porcentaje de plantas que llegaron a la floración después de 120 días de edad. 76 Con relación al efecto sobre la floración, se encontró que hubo una tendencia que al incrementar la cantidad de V, mayor fue el número de flores que desarrollaron las plantas. Las plantas que crecieron en sustratos con 10 a 30% de V en el vivero, en campo llegaron a producir una flor por planta, en cambio las que provenían de sustratos con 40% a 70% de V produjeron de 4 a 5 flores y con 80, 90 y 100% las plantas tuvieron más de 5 flores. Las plantas inoculadas promovieron más flores que las no inoculadas a las dosis iniciales de 0 a 50% de V, después de estas cantidades el efecto de los HMA fue menor. Las plantas que se desarrollaron en sustratos de 90 y 100% produjeron un número igual de flores que las plantas que habían crecido en sustrato con 40% de V e inoculadas con HMA (Fig. 20). Figura 20. Efecto de HMA y vermicomposta en el número de flores por planta a los 120 días de edad. Pr>F: Dosis =0.0001, HMA=0.20, HMA*dosis=0.17. 77 4.2.5. Nudos en los tallos y la madurez de las plantas El número de nudos que desarrollaron las plantas estuvo relacionado con la floración, las plantas con más de 20 nudos en el tallo, lograron salir del periodo juvenil en 120 días. No tomando en cuenta los efectos de los HMA ni de la vermicomposta, se ve una influencia muy marcada del número de nudos en la planta y su relación con su madurez. En el Cuadro 18 se observa que la mayoría de plantas florece cuando llega a desarrollar más de 20 nudos. Cuadro 18. Efecto del número de nudos en el tallo en la maduración de las plantas. Plantas con flor Nudos en el tallo Número % Flores totales 8-10 0 0 0 11-13 1 1.2 2 14-16 1 1.2 2 17-19 7 8.2 12 20-22 25 29.4 86 23-25 44 51.8 238 26-28 7 8.2 56 29-31 1 1.2 11 4.2.6. Efecto de los HMA en la madurez de las plantas Las plantas que en vivero fueron inoculadas con los HMA continuaron con un crecimiento vigoroso que les permitió que la mayoría de plantas llegara a tener más de 22 nudos. El incremento en el número de nudos fue favorable para que un mayor número de plantas salieran de la fase juvenil. Las plantas con HMA y cantidades de (V) tuvieron una influencia 78 en incrementar el número nudos por planta y la cantidad de flores, el efecto fue mayor de 0 a 50% de vermicomposta. La vermicomposta sin HMA solo tuvo efecto con dosis superiores al 60%, las plantas que fueron fertilizadas en el vivero con estas dosis desarrollaron más nudos y flores que las que se fertilizaron con dosis bajas (Fig. 21). Figura 21. Relación del número de nudos en el tallo y flores por planta en sustrato de vermicomposta. 4.3. Efecto de la vermicomposta, HMA y bacterias 4.3.1. Crecimiento de las plantas En los primeros 16 días de crecimiento el efecto de las bacterias en complejo con los HMA influyeron para promover un mayor crecimiento; con Bp, Bm, BpBm, HMA, HMA+Bm y HMA+BpBm tuvieron un crecimiento similar y superior a todos los demás tratamientos. Las plantas con HMA+Bp y las plantas en V sin inocular tuvieron el menor 79 crecimiento similar a las plantas testigo en suelo sin inocular. A pesa de existir diferencia estadística entre los diferentes tratamientos, el efecto de cada uno era muy pequeño (Cuadro 19). A los 30 días el efecto fue más notorio, y las plantas inoculadas con HMA, Bm, BpBm, y HMA+BpBm fueron más altas y con un área foliar más grande. Las plantas con HMA+Bm y HMA+Bp presentaron un crecimiento intermedio pero mayor que las plantas testigo (Cuadro 19). Cuadro 19. Crecimiento de las plantas en sus primeras fases de crecimiento. Tratamientos Altura de planta (cm) a 16 días a 30 días Área foliar (cm2 ) a 30 días HMA 3.46 a bz 6.15 a b 7.2 a Bp 3.78 a b 4.73 b c d 1.6 b c Bm 3.97 a 6.33 a b 5.2 a b BpBm 3.73 a b 6.43 a 4.8 a b HMA+Bp 3.20 b c 5.20 a b c 4.9 a b HMA+Bm 3.90 a 5.37 a b c 4.9 a b HMA+BpBm 3.99 a 5.89 a b 5.9 a T(V) 3.21 b c 4.08 c d 2.5 c St(suelo) 2.79 c 3.36 d 1.3 c Pr>F C.V. (%) 0.0001 12.79 0.0001 21.50 0.0001 17.83 Z En columna medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P 0 ≤ 0.05). A los 64 días las plantas colonizadas con HMA eran las más altas, con mayor área foliar y peso seco. La interacción de HMA se dio con la bact eria Bp que produjeron plantas con crecimiento similar a HMA. De menor crecimiento que estos tratamientos fueron las plantas con Bm, BpBm HMA+Bm y HMA+BpBm, con un crecimiento intermedio en altura con área foliar similar pero mayor que las plantas testigo (T (V) y t (suelo) (Fig. 22). Sin embargo, difirieron en el peso seco total de la 80 planta; las plantas inoculadas con Bp, Bm, HMA+BpBm tuvieron un peso seco estadísticamente igual al de las plantas crecidas en vermicomposta sin inocular. De mayor peso que éstas, fueron las plantas inoculadas con el complejo BpBm y HMA+BpBm (Cuadro 20). Figura 22. Efecto de las bacterias y HMA+bacteria en el crecimiento de las plantas. Cuadro 20. Crecimiento de las plantas a 64 días de edad, creciendo en un sustrato con 40% de vermicomposta. Tratamientos HMA Altura de planta (cm) 18.0 a z 238.4 a 0.77 a 1.46 a Bp 9.1 de 100.2 c 0.41 c 0.78 c Bm 11.0 bc 132.0 bc 0.44 c 0.78 c BpBm 11.4 bc 128.8 bc 0.52 abc 0.96 bc HMA+Bp 12.8 abc 193.6 ab 0.70 ab 1.24 ab HMA+ Bm 15.6 ab 128.0 bc 0.44 bc 0.82 c HMA+BpBm 12.6 abc 145.6 bc 0.54 abc 0.99 bc T(V) 13.4 abc 88.8 c 0.36 c 0.63 c t(suelo) 4.0 d 2.7 d 0.03 d 0.07 d F calculada Pr>F C. V. (%) 6.13 0.0001 18 10.9 0.0001 29.5 8.84 0.0001 28.6 15.27 0.0001 21.5 Z Área foliar (cm2 ) P. seco hojas P. seco total (g) (g) En columna medias con misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). 81 Las plantas en el sustrato con 40% de vermicomposta y colonizadas por los HMA crecieron en un 230% más que sin inóculo, notándose una gran influencia de estos organismos, a pesar del alto grado de fertilidad del sustrato. El crecimiento de las plantas en sustrato suelo fueron superadas por las plantas inoculadas con HMA y crecidas en V en un 450% (Fig. 23). Figura 23. Efecto de los HMA en el desarrollo de las plantas a los 64 días de edad crecidas en un sustrato del 40% de vermicomposta. El efecto de las bacterias fue más notorio en las plantas que crecieron en el sustrato del 100% de suelo de muy baja fertilidad. A los 64 días de edad las plantas con HMA tenían un crecimiento similar a las plantas testigo y aún no estaban colonizadas. Las plantas con HMA en asociación con las bacterias presentaban el mayor crecimiento y estaban colonizadas, sin embargo su crecimiento era muy lento y no se comparaba con las que crecían en vermicomposta (Cuadro 21 y Fig. 24). 82 Cuadro 21. Crecimiento de las pla ntas a 64 días de edad, crecidas en un s ustrato de muy bajo contenido de P (4 4 mg kg-1 de P) Sin Bp bacteria Con HMA 5.10 c 14.2 bc 16.9 bc 33.9 a Sin HMA Bm BpBm 2.30 c 15.2 bc 11.7 c 29.9 ab Con HMA 0.07 c 0.16 bc 0.17 bc 0.38 a Sin HMA 0.18 bc 0.15 c 0.28 ab 0.06 c Con HMA 4.10 d 4.60 bcd 5.40 abc 6.20 a Sin HMA 5.40 abc 5.60 ab 6.40 a 4.20 d Variable Área foliar (cm2 /planta) Peso seco (g/planta) Altura (cm/planta) Los promedios en la hilera con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). Figura 24. Efecto de las bacterias sobre el crecimiento de plantas en sustrato suelo sin vermicomposta. (b1= Baci ll us pumil us, b2= B. macerans). 4.3.2. Colonización de la raíz La colonización de las plantas por los HMA no se vio incrementada por la presencia de las bacterias, pero si tuvo una influencia en el crecimiento inicial de las plantas. La baja colonización pudo deberse a que el muestreo haya sido hecho en forma tardía, ya que a los 30 días se notaba la influencia de los microorganismos en el crecimiento de las plantas (Cuadro 22). La raíz de las plantas estuvo influenciada por las bacterias, con Bp las 83 plantas fueron más colonizadas que con la Bm, la influencia de los HMA modificó la cantidad de bacterias en la raíz (Cuadro 22). En el sustrato suelo el número de colonias siempre fue mayor que en el que contenía vermicomposta. Cuadro 22. Colonización de las plantas por las bacterias y los HMA a los 64 días de edad t (suelo) UFC 10- 5 Colonización (10 g de Total por HMA raíz) (%) z 201.7 a HMA+Bp 17.25 a HMA+Bp 190.0 a Bp 142.5 ab HMA+BpBm 8.25 ab HMA+BpBm 122.5 bc HMA+Bm 7.50 b HMA+Bm 92.7 bcd Bp 0.00 Bm 87.5 bcd BpBm 0.00 BpBm 74.7 cd Bm 0.00 HMA 66.7 cd T(V) 0.00 T (40% vermicomposta) 33.2 d Pr>F C.V. (%) 0.0001 23.7 Tratamientos z HMA 17.00 a t(Suelo) 0.00 0.0001 70.6 En columna medias con misma letra son estad ísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). 4.3.3. Concentración de nutrimentos en el tejido vegetal A los 64 días el contenido de fósforo en las plantas de mayor crecimiento (HMA+Bp y HMA) era más alto que los demás tratamientos. En los demás nutrimentos como Nitrógeno (N), Potasio (K), Magnesio (Mg), Boro (B) y Fierro (Fe) las concentraciones fueron iguales en todos los tratamientos. Solo en los tratamientos con HMA+Bp y HMA+Bm la concentración (mg.kg- 1 ) de Zn fueron más elevados que en los demás tratamientos, mientras que en las plantas testigo la concentración de N, Cu y Mn (mg.kg - 1 ) fueron las más altas (Cuadros 23 y 24). 84 Cuadro 23. Contenido de nutrimentos en el tejido vegetal a 64 días de edad de las plantas. Tratamientos Testigo N (%) 3.54 az P (%) 0.21 bcde K (%) 1.14 a Ca (%) 2.6 a Mg (%) 1.54 a HMA+BpBm 3.30 a b 0.25 abc 1.65 a 2.5 ab 1.41 a HMA+Bm 3.03 a b 0.23 bcde 1.98 a 2.2 abc 1.20 a HMA+Bp 2.97 a b 0.30 a 1.43 a 2.0 abc 1.33 a Bm 2.94 a b 0.16 de 1.83 a 2.0 abc 1.38 a Bp 2.87 a b 0.14 e 1.43 a 1.9 bc 1.13 a HMA 2.74 a b 0.27 ab 1.73 a 1.6 c 1.09 a BpBm Pr>F C.V. (%) 2.41 b 0.04 14.5 0.19 cde 0.0001 14.4 1.40 a 0.36 31.9 2.1 abc 0.001 13.5 1.33 a 0.06 15.2 Z En columna medias con misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). Cuadro 24. Contenido de micronutrimentos en el tejido vegetal a 64 días de edad de la planta. B Tratamientos Cu Fe Mn Zn -1 (mg.kg ) Testigo 61.3 a 3.54 a 414.4a 91.0 a 45.5 ab HMA+BpBm 51.1 a 1.54 b 274.4 a 73.8 ab 43.0 ab HMA+Bm 47.2 a 1.86 ab 235.9 a 70.8 ab 48.8 a HMA+Bp 52.7 a 2.77 ab 371.8 a 65.4 ab 50.8 a Bm 49.3 a 1.03 b 188.5 a 75.8 ab 37.6 ab Bp 41.1 a 1.04 b 274.4 a 66.0 ab 33.2 b HMA 41.1 a 3.48 a 374.8 a 51.8 b 39.4 ab BpBm 44.1 a 1.19 b 309.3 a 69.6 ab 41.8 ab Pr>F C.V. (%) 0.11 20.1 0.0001 37.5 0.18 41.4 0.02 18.5 0.01 14.5 Medias con misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). 85 4.3.4. Crecimiento y floración bajo condiciones de campo Las plantas con una edad de 64 días se trasplantaron al campo y no se fertilizaron en lo que duró el experimento. Cuando las plantas tenían una edad de 100 días iniciaron la floración en el 50% de las plantas que inicialmente fueron inoculadas en el vivero con HMA y HMA+Bp. En los demás tratamientos el porcentaje fue menor, y en las plantas testigo y las que se inocularon con Bp las plantas no florecieron (Cuadro 25). En todos los casos las plantas que florecieron habían desarrollado más de 19 nudos en el tallo. Al parecer este sigue siendo el parámetro que determina en que momento las plantas terminan su periodo juvenil. Cuadro 25. Plantas que llegaron a la madurez después de 100 días de edad de la planta. Plantas (Número) 12 Plantas con flor 6 Plantas con flor (%) 50 Flores totales 12 HMA+Bp 12 6 50 10 HMA+Bm 12 3 25 7 HMA+BpBm 11 4 36 7 Bp 12 0 0 0 Bm 12 1 8 1 BpBm 12 2 17 3 Testigo 12 0 0 0 Tratamientos HMA A los 115 días de edad (51 días después del trasplante) el crecimiento de las plantas con HMA y HMA+Bp y HMA+Bm presentaban un mayor vigor, peso seco de la planta y de las hojas, teniendo un área foliar significativamente más grande que los demás tratamientos; las plantas con bacterias superaron sólo a las plantas testigo (Fig. 25 y Cuadro 26). 86 Figura 25. Vigor del tallo de plantas de papayo a los 115 días de edad. Cuadro 26. Crecimiento de las plantas a los 115 días de edad bajo condiciones de campo. Tratamientos Área foliar (cm2 ) Peso seco (g/planta) Peso seco de hojas (g/planta) HMA+Bm 2612.3 aZ 24.3 a b 11.8 a HMA+Bp 2565.7 a 24.0 a b 11.7 a HMA 2380.3 ab 26.8 a 12.9 a HMA+BpBm 2177.3 ab 20.3 b 9.7 a b Bp 1840.3 ab 12.9 c 6.8 a b BpBm 1485.7 ab 10.5 c d 5.8 a b Bm 1361.0 ab 10.7 c d 5.8 a b Testigo Pr>F C. V. (%) 682.3 0.01 31.4 6.2 d 0.0001 12.6 3.1 b 0.004 31.8 Z b En columna medias con misma letra son estadísticamente iguales según (Tukey P ≤ 0.05). 87 El crecimiento de las plantas estuvo relacionado con el número de nudos que desarrollaron en el tallo y esta variable se asoció con el inicio e intensidad de floración. La inoculación de las plantas en vivero fue un factor que favoreció que en campo estas plantas formaran más; nudos que las plantas sin inocular. La inoculación con HMA y HMA+Bp . influyeron para que una población alta de plantas desarrollara de 17 a 25 nudos en el tallo y el 90 a 100% de plantas floreciera. Con HMA+Bm y HMA+BpBm sólo el 80 y 75% de plantas llegó a este desarrollo. Las plantas inoculadas con bacterias a pesar de desarrollar plantas con más de 17 nudos, el porcentaje de plantas que llegaron a florecer fue más bajo que cuando se asociaron con los HMA. Las plantas testigo alcanzaron un desarrollo que les permitiera salir de la fase juvenil (Cuadro 27). Cuadro 27. Plantas con 115 días de edad mostrando el número de nudos en el tallo, plantas que florecieron (Pcf) de un total de 12 plantas, y el total de flores. Sin bacteria Tratamientos Nudos 14a16 17a19 con 20a22 HMA 23a25 suma Sin HMA Pcf -3 4 4 11 91% 11 a 13 0 14a16 0 17a19 2 20a22 -23a25 1 suma 3 25% Bp flores Pcf -14 22 25 61 0 0 4 -5 9 flores Pcf --4 18 7 36 1 6 12 60 100% 0 0 6 14 3 10 --9 24 75% 88 Bm 6 4 10 83% 0 4 2 1 7 58% BpBm flor c/f flor -22 25 47 0 2 6 1 9 75% -0 1 2 -3 25% 0 8 33 5 46 -0 11 8 6 25 2 7 38 47 Las plantas inoculadas con HMA y con HMA+bacteria produjeron el mayor número de flores a los 115 y 130 días de edad de las plantas, aunque no hubo diferencia significativa con las plantas inoculadas con HMA+Bm y HMA+BpBm. Con HMA+Bm y HMA+BpBm lograron un efecto similar en las plantas pero superaron a las plantas inoculadas con sólo bacterias. Las plantas inoculadas con bacterias únicamente superaron a las plantas testigo. A los 115 días el promedio de flores por planta en los mejores tratamientos fue de 4 a 5 flores y los 130 días fue de más de 8 (Cuadro 28 y Fig. 26). En general la inoculación con HMA y HMA+bacteria influyeron en el desarrollo de las plantas para incrementar el número de nudos en el tallo, la altura, y la cantidad de flores por planta. Cuadro 28. Crecimiento de las plantas y número de flores promedio a los 115 días de edad Tratamientos Altura Nudos (cm) (No/planta) Hojas flores HMA 44.7a 20.9 a 17.8 a 5.1 a HMA+Bp 41.8 a 20.2 ab 17.7 a 5.0 a HMA+BpBm 38.7 a b 20.2 ab 17.7 a 4.2 ab HMA+Bm 36.4 a b c 18.9 abc 16.7 a 3.9 abc Bm 32.4 b c 19.3 abc 16.2 ab 2.1 bcd BpBm 32.0 b c 18.8 abc 15.9 ab 1.6 Bp 31.0 b c 18.5 bc 15.9 ab 2.0 bcd Testigo 28.5 c 17.2 c 14.7 b 0.7 Pr>F C. V. (%) 0.0001 19.0 0.0001 8.9 0.0001 9.3 Medias con misma letra son estadísticamente iguales (Tukey P ≤ 0.05). 89 cd d 0.0001 67.8 Figura 26. Influencia de HMA y bacterias en la floración de las plantas a 130 días de edad. (Las barras con misma letra significa igualdad estadística Tukey P ≤ 0.05). A los 115 días no se encontró ninguna relación entre el contenido nutrimental de las plantas y la floración (Cuadros 29 y 30). Cuadro 29. Macronutrimentos en el tejido vegetal a 115 días de edad de la planta, durante la fase de floración. Tratamientos N (%) P (% K (% Ca (%) Mg (%) Bm 1.54 a 0.12 a 1.24 a 2.89 a 0.56 a Bp 1.47 ab 0.14 a 0.66 a 3.06 a 0.66 a Testigo 1.44 ab 0.12 a 1.74 a 2.95 a 0.69 a HMA+Bp 1.30 ab 0.14a 1.55 a 2.98 a 0.62 a HMA+BpBm 1.28 ab 0.13 a 0.94 a 2.95 a 0.56 a BpBm 1.26 ab 0.13 a 1.40 a 2.34 a 0.57 a HMA+Bm 1.24 ab 0.11 a 1.40 a 2.63 a 0.49 a HMA 1.16 b 0.14 a 0.94 a 3.00 a 0.55 a En las columnas medias con la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey, P ≤ 0.05). 90 Cuadro 30. Contenido de micronutrimentos en el tejido vegetal a 115 días de edad de las plantas. Tratamientos B Cu Fe (mg kg - 1 ) (mg kg - 1) Mn Zn (mg.kg- 1) (mg kg-1 ) (mg kg- 1 ) BpBm 34.0 ab 2.84 a 56.2 a 23.5 a 11.2 ab Bp 29.4 ab 2.36 ab 89.0 a 27.6 a 7.3 ab Bm 31.5 ab 2.13 abc 66.5 a 23.2 a 9.1 ab Testigo 51.7 a , 1.97 abc 157.1 a 28.7 a 17.2 a HMA+ Bm 27.2 ab 1.93 abc 48.5 a 30.1 a 4.1 HMA+ Bm 23.3 b 1.92 abc 96.6 a 22.2 a 0.89 b HMA+ Bp 36.5 ab 1.78 bc 90.8 a 24.4 a 16.9 a HMA HMA En las columnas 26.7 ab 1.29 c 26.7 1.29 c son medias con ab la misma letra b 133.0 a 24.6 a 18.1 a 133.0 a 24.6 estadísticamente igualesa(Tukey, P ≤ 0.05). En general se encontró que cuando las plantas crecen en un sustrato de alta fertilidad, estas plantas responden a la colonización MA aún a niveles de 40% de vermicomposta. Las bacterias junto con los hongos micorrízicos no incrementaron el desarrollo inicial pero superaron a las plantas testigo. El máximo crecimiento y floración de las plantas fue con la aplicación de solo los HMA y con la inoculación de HMA+Bacillus pumi lus. 4.4. Efecto de la vermicomposta y HMA en la velocidad de crecimiento de las plantas Con sólo vermicomposta el crecimiento es más acelerado y crecen más que las plantas con HMA y en un sustrato de bajo contenido de P. Pero si las plantas con V se inoculan con HMA, el crecimiento se acelera aún más que con sólo V y llegan a un mayor desarrollo (Fig. 27). 91 Figura 27. Efecto de la vermicomposta y HMA en la velocidad de crecimiento de las plantas en relación al tiempo o edad de las plantas (T). 92 V. DISCUSIÓN 5.1. Efecto de la inoculación de HMA y bacterias en el crecimiento y floración de las plantas crecidas en sustrato de baja disponibilidad de P Se demuestra con este estudio que los bajos niveles de fósforo son importantes para que los HMA colonicen las raíces y mejoren el crecimiento de las plantas, no es claro que nivel de P es el adecuado, ya que esto depende de la especie vegetal y el hongo (Henkel et al ., 1989; Mcarthur y Knowles, 1992; Graham et al., 1996). En general los beneficios de los hongos micorrízicos arbusculares se reducen o no tienen efecto cuando el fósforo está en cantidades que son las adecuadas para el crecimiento de las plantas (Bolan, 1991). Esto explica que las plantas aún colonizadas por los HMA no alcancen su máximo crecimiento; y este es uno de los problemas, debido a que no se tiene suficiente evidencias de cuanto es el crecimiento de las plantas inoculadas con los HMA con respecto a los suelos fértiles con suficiente contenido de P. En este trabajo se abordó esta temática, además de que se suma el factor de que papaya es una planta donde las deficiencias de P, Fe y Zn limitan su crecimiento (Bowen, 1991). En los resultados de este trabajo se observó que las plantas en sustrato con 11 mg.kg- 1 de P y sin inocular con los HMA, tienen una tasa de crecimiento muy baja y el periodo en vivero se prolonga más de 70 días. Cuando se inoculan con los HMA las plantas tienen un mayor crecimiento que difiere de acuerdo al tiempo que pasen en la fase de vivero. En los primeros 48 días las plantas inoculadas superaron a las plantas testigo en área foliar y peso seco en un 300% y crecieron en volumen radical en un 226% más. Esta es una ventaja de la inoculación de las plantas en las primeras fases de crecimiento; 93 autores como Jaizme-Vega y Azcón (1995), demostraron que plantas de papaya CV. Sunraise inoculadas con Glomus mosseae y G fasciculatum mejoraron su crecimiento en un 46%, crecidas en sustrato con 26.7 ppm de P. El crecimiento de la planta fue una respuesta a la simbiosis con los HMA, ya que se colonizaron en un 80%, y que según Koide (1991), cuando el P está en una condición limitante, la colonización micorrízica ocurre y mejora el desarrollo de las plantas. En suelos con bajo contenido de fósforo la respuesta a la micorrización es una característica ampliamente estudiada. Smith (1988) reporta que en estos suelos las plantas se colonizan y alcanzan la mayor tasa de crecimiento que las no inoculadas. Al respecto Henkei et al., (1989) encontraron que en suelos con 10 y 19 mg kg - 1 de fósforo, las plantas inoculadas con HMA alcanzaron el mayor nivel de colonización que en sustrato con 50 mg.kg - 1 ; lo que coincide con lo obtenido por Graham et al., (1996) y Mcarthur y Knowles (1992). En este estudio se encontró que el crecimiento de las plantas fue mayor con la aplicación de HMA, pero sin llegar a su máximo crecimiento, existiendo limi tantes nutrimentales que impiden que se exprese su potencial genético. En esta primera etapa las plantas crecidas en vermicomposta superaron a las inoculadas en un 29 a 37% en área foliar y peso seco respectivamente. En esta etapa de crecimiento las plantas colonizadas con HMA alcanzaron altas tasas de asimilación de CO2 y contenido de clorofila, lo que significa un estimulo importante de los microorganismos y que puede tener repercusiones positivas al trasplantarse al campo. Esta es una característica que debe ser estudiada con mayor detenimiento. Con relación a la asimilación de CO2 se ha encontrado que es más alta en las plantas colonizadas (Aguilera-Gómez et al., 1999; Lynch et al., 94 1991). Este he cho ha sido atribuido a un efecto de los microorganismos para mejorar la conductancia estomática. Brown y Bethlenfalvay, (1987) encontraron que las plantas de soya (Glicine max) e inoculadas con Glomus mosseae tenían una mayor conductancia estomática que las plantas testigo; a pesar de que tenían un bajo contenido de fósforo (P) en sus tejidos, concluyendo que la sola micorrización fue el estimulo para que ocurriera. Ya en 1979 las investigaciones de Wong et al ., habían demostrado importante en el que la conductancia intercambio de gases estomática en la es hoja; un factor una mayor conductancia permite una mayor difusión hacia el interior del mesófilo. Drüge y Schönbeck (1992), también encontraron que la asimilación de CO 2 se incrementó en las plantas colonizadas; la causa la atribuyeron a una mayor apertura de estomas, la cual estaba relacionada con el balance hormonal. Un incremento de citocininas es importante para estimular dicha apertura, y en cambio un aumento de ácido abscísico provoca el cierre de estomas. Lo mismo fue determinado por Radin en 1984. En ciertos frutales como guayaba, papaya y pistache y en hortalizas, la conductancia estomática estuvo asociada al intercambio de CO 2 (Estrada-Luna et al., 2000; Aguilera-Gómez et al., 1999; Vemmos, 1994; Manjarrez-Martínez et al., 1999). Estos resultados concuerdan con lo encontrado en este trabajo, donde la conductancia estomática de las plantas fue independiente de la fertilidad del sustrato; las plantas crecidas en sustrato de bajo contenido de P tuvieron la misma conductancia estomática que las plantas crecidas en vermicomposta. A los 77 días en vivero la tasa de crecimiento de las plantas inoculadas con HMA disminuye; debido principalmente a las restricciones en el volumen de suelo que contiene el recipiente, posiblemente debido a una deficiencia en el abastecimiento nutrimental, que esta de acuerdo a lo 95 que mencionan Munro et al., (1999), en el sentido de que las plantas inoculadas con HMA inicialmente tienen una alta tasa de crecimiento y se vuelve más lento en el momento en que los nutrimentos son limitantes. Este hecho hace que en la planta disminuyan los procesos fisiológicos; a esta edad las plantas redujeron su tasa de asimilación de CO 2 en un 50%, a pesar de presentar una alta conductancia estomática. Se forma entonces un circulo donde un déficit nutrimental provoca poco crecimiento de la planta, pocos fotosintatos a la raíz, la cual crece menos y no abastece a la planta y que según Scaife, (1994) la raíz crece en proporción al peso de la planta y que cuando aumenta el crecimiento aumenta la demanda de nutrimentos. El efecto de las bacterias fue observado hasta los 77 días de edad de las plantas donde la doble inoculación de HMA+bacterias, provocaron el mayor crecimiento en área foliar, clorofila e intercambio de CO 2 . El efecto de las bacterias solo superó a las plantas testigo. Las plantas con la doble inoculación presentaron un intercambio de CO 2 que no vario su intensidad de los 48 a 77 días; posiblemente a una mejor característica metabólica interna. A diferencia de las plantas con solo HMA que a los 77 días disminuyó esta capacidad, posiblemente a un estrés nutrimental por fósforo. Las plantas con HMA y bacterias tuvieron una mayor cantidad de bacterias en su raíz que se relacionó con una mayor área foliar. Se ha encontrado que las plantas inoculadas con HMA muestran una mayor población de bacterias y que algunas de estas puede influir en la sanidad y crecimiento de las plantas (Secilia y Bagyaraj, 1987; Tisdall, 1991). Estos reportes concuerdan con los trabajos de Linderman (1988), quien encontró que las plantas de alfalfa crecieron más en las primeras 6 semanas por efecto de los HMA, pero a las 8 semanas las plantas con 96 bacterias PGPR fueron más grandes y con trébol, este efecto, se not ó hasta las 11 semanas. En sustrato con baja fertilidad fue más evidente el efecto de las bacterias; en suelo con 4.4 ppm de P, se encontró que cuando las plantas tenían una edad de 64 días, el efecto de la doble inoculación con HMA+bacteria influyeron en un mayor crecimiento de las plantas con un efecto de sinergismo, siendo más notorio con el complejo HMA +BpBm. Lo que concuerda con los datos de Woodard y Bly (2000), quienes encontraron que Azospiri llum brasilense fue eficiente en incrementar la materia seca de maíz solo en los tratamientos de sustrato con baja fertilidad. Se especula que el estrés nutrimental pudo provocar una respuesta de la planta con exudados hacia la raíz de diferente composición que incrementó la disponibilidad de nutrimentos, de acuerdo a lo expresado por autores como Lee y Gaskins, (1982); Beck y Gilmore, (1983) y Laheurt y Berthelin, (1988). A los 77 días de edad, a pesar de una mayor eficiencia en la asimilación de CO 2 en plantas inoculadas con HMA+Bacillus pumilus, las plantas en vermicomposta habían acumulado la mayor cantidad de azúcar y nutrimentos en sus tejidos, y que se tradujo en el mayor crecimiento de las plantas, a pesar de tener un contenido menor de hormonas promotoras del crecimiento como el ácido indolacético (AIA). Las plantas inoculadas con HMA, bacterias y HMA+bacterias crecieron, por efectos nutrimentales y hormonales; ya que presentaron un incremento en los contenidos de AIA y menor contenido de ácido abscísico (ABA). Por el contrario las plantas sin inocular, con estrés nutrimental, presentaron los niveles más altos de ABA. Esta mayor actividad fisiológica en plantas inoculadas favoreció su desarrollo. Se ha encontrado que los HMA y bacterias contribuyen para 97 mejorar la nutrición de la planta y en modificar el balance hormonal, con influencia positiva en el desarrollo vegetal (Hirsch et al ., 1997). Es un hecho que estos microorganismos producen sustancias hormonales (Azcón et al ., 1978; Barea y Azcón-Aguilar, 1988). La relación entre ABA y hormonas promotoras del crecimiento puede estar regulando el desarrollo vegetal. En plantas colonizadas con HMA son estimuladas a sintetizar ABA en menor cantidad que los promotores del crecimiento (Danneberg et al ., 1992); como es el caso de giberelinas (Allen et al ., 1982) o de auxinas (Strzelczyk y Pokojsk Burdzie, 1984). Las otras hormonas que han sido identificadas en plantas inoculadas con HMA y bacterias son las citocininas y giberelinas (Allen et al., 1980; Bass y Kuiper, 1989). Estos efectos de las hormonas tienen que ver con el desarrollo posterior de los vegetales. A los 160 días, las plantas iniciaron la floración, indicando el inicio de la madurez y etapa final de la juvenilidad. Las plantas que fueron inoculadas con el complejo de HMA+bacteria y las inoculadas con sólo bacterias produjeron mayor número de flores que aquellas inoculadas con HMA. Posiblemente debido a un efecto hormonal y a que las inoculadas con bacterias habían absorbido mayor cantidad de nitrógeno y boro al momento de trasplante al campo. Esta influencia aparente de los microorganismos en mejorar el proceso de floración puede estar relacionada en papayo con un aumento en la producción de ATP, al mejorarse la absorción de P, a una mayor síntesis de carbohidratos y a un balance hormonal con mayor proporción de auxinas, y citocininas. En suelos de bajo contenido de P, las plantas con HMA tienen un desarrollo más acelerado que cuando están presentes los complejos de HMA+bacteria, posiblemente debido a la competencia o a una incompatibilidad de Bacillus con estos HMA. Sin embargo, al pasar el 98 tiempo la eficiencia de los complejos aumenta; la cantidad y calidad de los exudados pueden ser uno de los factores que esté relacionado con esta capacidad de crecimiento de determinada bacteria asociada a los HMA; ya que los microorganismos pueden favorecer el incremento de exudados con diferencias en cantidad y calidad (Meharg y Killham, 1995). Queda sin respuesta si a trasplantar las plantas inoculadas con HMA en forma temprana, se favorece su desarrollo y floración. Pero se demuestra que a pesar de que la vermicomposta mejora el crecimiento de las plantas en vivero, los microorganismos tienen una mayor persistencia en los efectos benéficos que pueden ocasionar a las plantas. De hecho las plantas con vermicomposta tuvieron altos niveles de bacterias en sus raíces y algunas pudieron ser benéficas para su crecimiento. 5.2. Efecto de la inoculación de HMA en el crecimiento y floración de plantas crecidas en vermicomposta Es evidente que las plantas de papayo soportan niveles elevados de vermicomposta. El crecimiento de las plantas se incrementó conforme se aumentaron las dosis de vermicomposta, teniendo un máximo de crecimiento con la dosis del 80%, a partir de estas dosis, el crecimiento de las plantas es constante, y con 100% el crecimiento es similar a las plantas crecidas con 30 a 40%, posiblemente debido a la presencia de algunos elementos tóxicos liberados por el calor usado para la desinfección. Esta respuesta está relacionada con los altos contenidos de nutrimentos en los sustratos (Albanell et al., 1988; Deuliegher y Verstraete, 1997), pero también es respuesta de la especie a altas dosis de P, como lo 99 demostraron Sáinz et al ., (1998) que encontraron que el trébol rojo creció mejor en 50 y 100% de vermi composta; mientras que el pepino creció mejor en un 50%. Con lo que respecta a colonización MA, se encontró que todas las plantas crecidas en las dosis estudiadas registraron colonización; aunque esta decreció significativamente con el incremento de la cantidad de vermicomposta. Solo un 8% de raíces fue colonizado a 80, 90 y 100% de vermicomposta que corresponde a 100 a 160 mg.kg -1 de P, que coincide con lo reportado por Sáinz, (1998) en el sentido de que las altas cantidades de vermicomposta se relacionan con contenidos elevados de fósforo y este factor pudo ser el responsable de esta baja colonización. Existen numerosas evidencias que demuestran que los altos niveles de P disminuyen la colonización (Graham et al., 1996). Con cantidades de 60 a 70% de vermicomposta las plantas se colonizaron en alta proporción que varió de un 40 a 70%, pero las plantas no manifestaron una respuesta positiva en su crecimiento. Estas dosis corresponden a 60 y 70 mg.kg - 1 de P y se podría establecer que las altas colonizaciones no siempre implican una simbiosis benéfica. En este trabajo se encontró que la efectividad de los HMA sólo se manifestó en los niveles de 0 a 40% de vermicomposta, con un efecto neutral a 50%; que es similar al encontrado en otras plantas y reportado por Fitter, (1991), y con un efecto negativo arriba de 60% de V. Este último efecto Johnson, (1997) lo califica como de parasitismo, ya que solo es un costo para la planta. En este caso el costo para la planta pudo ser el incremento de recursos energéticos para mantener una raíz más grande y el C para los HMA. Porque a pesar que las plantas colonizadas y en dosis altas de V presentaban una alta tasa de asimilación de CO2 , que indicaba una alta capacidad de la planta para formar asimilados, la planta tenía menos crecimiento. Davies et al., 100 (1993); Bayne et al., (1984) encontraron que las plantas colonizadas logran una mayor eficiencia en el uso del fósforo para la asimilación de CO 2. El efecto de la vermicomposta en la colonización de papaya y en respuesta en el crecimiento coinciden con el estudio en Sesbania emerus (Aubl) realizado por Gardezi et al., (1999) quienes encontraron que con la aplicación de vermicomposta y HMA, las plantas se colonizan y mejoran sustancialmente su crecimiento. Los porcentajes de colonización fueron de 34.8% para la dosis alta de vermicomposta (7.6 g/2kg de suelo) y de 64.2% para la dosis intermedia (6.08 g/2kg de suelo). En chile serrano también la aplicación de vermicomposta no tuvo efecto negativo en la colonización micorrízica (Manjarrez-Martínez et al ., 1999), aunque también fueron dosis pequeñas de vermicomposta que varió de 1.25 a 6.0 g.kg-1 de suelo. En otros trabajos se ha encontrado una respuesta negativa en el porcentaje de micorrización cuando se aplica materia orgánica (tensen y Jakobsen, 1980; Brechelt, 1989). Existe escasa literatura sobre el efecto de HMA y vermicomposta y la producción en campo, por lo que no se tiene información al respecto. En este trabajo se encontró que la floración de las plantas dependió básicamente por el sustrato-vermicomposta y de la interacción V+HMA que afectaron inicialmente el crecimiento de las plantas en vivero. Más del 80% plantas lograron salir del periodo juvenil en 120 días, estas fueron las plantas que habían crecido en el vivero con cantidades de vermicomposta arriba del 60%, y las inoculadas con HMA que crecieron en 30 al 40% de V. Sin embargo, el mayor número de flores correspondió a las plantas inoculadas que crecieron en vivero en 50% de V, que estaban consideradas con un efecto neutral de los HMA. El número de flores por planta fue similar a las que habían crecido con 80 101 a 100% de V. Esto indica una mayor eficiencia metabólica que puede estar relacionada con una mayor capacidad de absorción de nutrimentos, síntesis hormonal y mayor eficiencia en el uso del P para la fotosíntesis. 5.3. Efecto de la vermicomposta, HMA y bacterias en el crecimiento y floración de las plantas Las plantas que crecieron en un sustrato con el 40% de V, la colonización de bacterias y HMA fue en forma temprana influyendo en su crecimiento, esto se vio reflejado a los 30 días de edad de las plantas. El efecto de las bacterias fue notorio igualándose al efecto de los HMA. En sustrato con vermicomposta es posible que las plantas se colonicen en una forma temprana, aunque no se tomaron datos, el crecimiento en sí indica un estímulo importante de estos microorganismos. Suponiéndose que las plantas con vermicomposta con un crecimiento más acelerado en una primera etapa, pudo haber existido mayor cantidad de fotosintatos hacia la raíz y permitir la colonización. En el posterior desarrollo de la planta, con suficiente contenido de P en sus tejidos, la simbiosis dejó de tener respuesta. Con vermicomposta más la adición de hongos MA la velocidad de crecimiento es mayor; debida a una disposición de nutrimentos y a la acción temprana de los microorganismos. Esta mayor tasa de crecimiento supera a las demás plantas para adquirir un desarrollo y madurez más temprano. Es posible, en base al mayor crecimiento de las pl antas en las primeras etapas (30 días) que las bacterias hayan favorecido una colonización más rápida por favorecer la germinación de esporas. De acuerdo a lo reportado por Alten et al., (1993), la colonización de la raíz se da en forma temprana cuando los HMA se inocularon junto con 102 Bacillus mycoide y que al final de la etapa de crecimiento de las plantas no observaron diferencias en colonización entre plantas con solo HMA y los HMA+bacteria, indican además que este establecimiento temprano de la simbiosis puede favorecer el desarrollo por un largo periodo. Varios aspectos pueden estar ocurriendo con la presencia de las bacterias junto con los HMA antes de la colonización: (a) que las bacterias estimulen la germinación de las esporas, (b) que estimulen el crecimiento de las hifas hacia la raíz y (c) provoquen una mayor sobrevivencia del micelio, esto pudo resultar en una colonización temprana en aquellas plantas con vermicomposta con un beneficio temprano para ella (Azcón, 1987). En este trabajo no se realizaron muestreos en las primeras etapas del crecimiento, pero en otros estudios con la inoculación de bacterias la colonización de la raíz por los HMA ocurrió en las primeras 6 semanas, encontrando una colonización similar a las 12 semanas en plantas con solo HMA y HMA+ bacteria (Meyer y Linderman 1986). Los resultados del efecto en el crecimiento de las plantas a 30 días, sugieren que hubo esa respuesta temprana a la colonización, ya que al ocurrir ésta siempre hay un estímulo en el crecimiento (Abbott y Robson, 1981). En el sustrato con 40% de V, hubo una diferencia en la respuesta al tipo de bacteria. Las plantas a 64 días de edad e inoculadas con Bacillus, macerans tuvieron el mismo peso seco que cuando se inocularon con B. pumilus, pero con un área foliar superior en esta última. Al co-inocularse con los HMA hubo una mejor respuesta de B. pumilus, superando a las plantas con cualquiera de las dos bacterias solas y teniendo un crecimiento similar a las plantas inoculadas con HMA. Con el incremento de edad de las plantas (130 días) los HMA solos y HMA + Bacillus pumilus influyeron en un mayor crecimiento de las 103 plantas, con este último tratamiento no se notó un efecto de sinergismo, es posible que las plantas hayan alcanzado su máximo crecimiento, con otras limitaciones como luz, temperatura o cantidad de CO 2 para expresar su potencial genético. Las bacterias pueden influir en promover o no el crecimiento de las plantas de acuerdo a las' condiciones del ambiente, genotipo de las planta y a los HMA que participen (Nehl et al., 1997). El efecto de la doble inoculación de bacterias y HMA en algunos casos ha sido positivo en producir plantas de mayor crecimiento que por el efecto de cualquiera en forma individual (Linderman, 1992). El efecto del género Bacillus se ha encontrado que participa como una bacteria "ayudante" permitiendo que el principal organismo lleve a cabo sus funciones de manera óptima (Bashan et al., 1996). Además de ser una bacteria que produce auxinas en medios de cultivo (Gutierrez Mañero et al., 1996). Sin embargo, en este trabajo no se encontró una respuesta positiva a la doble inoculación, a pesar que sus raíces se colonizan con esta bacteria. Al parecer la efectividad de la bacteria y HMA en el crecimiento de las plantas se da en forma específica, hay una relación simbiótica más estrecha cuando ambos simbiontes pueden estar asociados. Por ejemplo la rizobacteria Azotobacter fue más efectiva cuando estuvo asociada con Glomus mosseae, en cambio Enterobactericeae fue efectiva junto con G. fasciculatum (Azcón, 1989). A pesar de que no se notó una respuesta en el crecimiento de la planta, las que fueron inoculadas con HMA, con HMA+Bp, HMA+Bm la doble inoculación de HMA+BpBm absorbieron más P y Zn que las plantas testigo o con solo bacteria. El zinc es uno de los elementos nutrimentales que tiene que ver con los procesos metabólicos de la planta; interviene en la estabilización de la clorofila, en la actividad de 104 al menos 80 enzimas en las cuales es parte de su estructura. Hay una relación entre la cantidad de Zn y la hormona AIA; ya que interviene en la síntesis de triptofano, aminoácido precursor de la hormona (Salisbury y Ross, 1994). En general las plantas colonizadas pueden absorber el Zn a través del micelio del hongo y la cantidad absorbida depende de la especie del hongo, de su densidad de las hifas, las condiciones del suelo y el nivel de P en el suelo (Clark y Zeto, 2000). En las plantas colonizadas el incremento de P en sus tejidos fue de 115% y de Zn un 22% más que las plantas testigo. Esas altas concentraciones se deben en gran medida a las hifas del hongo (Kothari et al ., 1991). Además de lo anterior la densidad de las hifas (Bürkert y Robson, 1994) y a la especie de HMA que esté presente (Mehravaran et al., 2000). Esta mayor absorción de elementos minerales del suelo puede ser atribuido al efecto de la colonización por los HMA, a pesar de encontrarse en niveles del 17% de colonización, lo que no concuerda con los resultados del segundo experimento, debido posiblemente a errores de muestreo o a diferencias en las condiciones ambientales. Sin embargo, esta baja colonización fue efectiva en el crecimiento de las plantas. Se hace necesario evaluar la eficiencia de los HMA por porcentaje de colonización, por la extensión y efectividad de las hifas para absorber el fósforo para determinar la efectividad de la simbiosis (Gryndler et al., 1995). Sugiriendo que el desarrollo de las hifas es un factor importante, Graham et al., (1982). Esto colonización no necesariamente significa que significan los que niveles el hongo altos de también desarrolle en concordancia el micelio para el transporte de nutrimentos. Es posible que una baja colonización sea suficiente para el transporte 105 de nutrimentos, si estos se encuentran bastante disponibles, como es el caso de la vermicomposta. Hepper y Warner (1983); St. John et al ., (1983) coinciden en señalar que las hifas de los HMA incrementan su longitud con la adición de materia orgánica, lo que pudo ser el caso para este estudio. Por otro lado la infl uencia de la fertilización orgánica, ha sido controversia) en el proceso de colonización de las raíces de las plantas. Por ejemplo, se han encontrado incrementos en la colonización (Ishac et al., 1986) y baja colonización (Tarkalson et al., 1998a). En plantas inoculadas con HMA+bacterias se encontró una menor concentración de Mn que en las plantas testigo. Según Marschener (1992), cuando las raíces son una fuente de compuestos carbonados, la densidad de microorganismos, especialmente bacterias, son más altas en la raíz que en el suelo; afectando la movilización de algunos elementos y reducción de otros como el Mn. En papaya, se ha encontrado que las deficiencias de P, Fe y Zn limitan el crecimiento y desarrollo de las plantas (Bowen, 1991). Este aspecto nutrimental inicial, donde la interacción V+HMA y V+HMA+Bp promueven una mayor absorción de estos elementos fue suficiente para que en campo las plantas con estos tratamientos llegaran a la madurez en tan sólo 100 días y que a los 115 días tuvieran el mayor crecimiento y número de flores por planta. La cantidad de nutrimentos en las plantas, a excepción de K, Ca y Cu, durante la floración fueron menores que en plantas en crecimiento, suponiendo un gran gasto energético para este proceso. Existe una limitada información referente al efecto de los organismos sobre los componentes de la reproducción como es la floración; en plantas anuales del género Abutilon, la colonización micorrízica y la aplicación de fósforo redujo el tiempo entre el trasplante y antesis, 106 además de incrementar el número de flores por planta (Lu y Koide, 1994; Stanley et al., 1993). De cómo es el comportamiento de las plantas bajo condiciones de V+HMA y V+HMA+bacterias, posiblemente tengan explicación en lo que propone Koide (1991), en el modelo sobre el abastecimiento y demanda de nutrimentos en relación a la colonización micorrízica. Si se define la demanda de nutrimentos como la tasa absorbida que se refleja en el máximo crecimiento de la planta y al déficit de nutrimentos reflejada por el menor crecimiento. Se observa que a mayor disponibilidad mayor crecimiento de la planta disminuyendo con mucho el déficit de nutrimentos (d). El déficit se reduce aún más y en un menor tiempo si se adiciona al sustrato los HMA. En suelos con baja fertilidad el déficit es mayor y se disminuye este solo con la inoculación con HMA (Fig. 27). Con vermicomposta e inoculación con HMA la cantidad de vermicomposta por planta se reduce considerablemente sin afectar el posterior desarrollo de las plantas. El déficit de nutrimentos esta en base a la velocidad de absorción y a la eficiencia que estos tienen en la fisiología de las plantas. 5.4. Colonización de las plantas por los microorganismos 5.4.1. Bacterias Los conteos de la población microbiana en raíces de plantas crecidas en el sustrato de bajo contenido de P, muestran que al inocularse con los microorganismos, la población de bacterias se incrementa con un efecto muy significativo en plantas con HMA + bacterias donde la población fue mayor que los demás tratamientos. En plantas crecidas en vermicomposta y sin inocular, la raíz presentó mayor cantidad de bacterias que las plantas crecidas con solo suelo. 107 En sustrato enriquecido con el 40% de vermicomposta hubo el mismo comportamiento, con una mayor población bacteriana en plantas con HMA más Bacillus pumilus, la cual mostró por si sola una mayor capacidad de crecimiento. En suelo y sin inocular, las plantas desarrollaron una colonización más alta que las plantas crecidas en vermicomposta. Estos resultados muestran que la doble inoculación de las plantas con HMA y bacterias, tanto en suelo con alta o baja fertilidad, los hongos MA tienen una influencia para incrementar la población microbiana de la raíz. Con respecto a esto se ha encontrado que los HMA y bacterias están bien adaptados a coexistir en forma mutualista y que las hifas de los hongos pueden enriquecer la flora bacteriana de la raíz, principalmente por los exudados (Andrade et al., 1997); las hifas por lo tanto pueden producir sustancias útiles para las bacterias (Linderman, 1992) o ser un modo de trasporte para las bacterias (Boddey et al., 1991; Bianciotto et al., 1996). Cuando las esporas del hongo germinan y crecen hacia la raíz, las bacterias están presentes y de alguna manera tener influencia tanto en la germinación de esporas, en la colonización o en la inhibición de ambos, que en último de los casos solo se nota un incremento en el desarrollo de la planta (Fifter y Garbaye, 1994). En general, los HMA pueden influir en la persistencia de las bacterias inoculadas, así como favorecer su crecimiento (Andrade et al., 1998). Esto mismo fue observado por Linderman (1988), indicando además que las hifas de los HMA enriquecen la flora bacteriana en forma específica de acuerdo al hongo y a la bacteria presente y que la interaccón entre los hongos MA y bacterias es selectivo (Gryndler et al., 1995). En este caso se encontró una concordancia, ya que B. pumilus inoculada con los 108 HMA tuvieron una mayor capacidad de crecimiento que con B. maceran. La cantidad y calidad de los exudados pueden ser uno de los factores que esté relacionado con esta especificidad en la capacidad de crecimiento de determinada bacteria asociada a los HMA; ya que los microorganismos pueden favorecer el incremento de exudados con diferencias en cantidad y calidad (Meharg y Killham, 1995). 5.4.2. Colonización por los HMA Se encontró que la mayor colonización se da en sustratos de bajo (11 mg. kg- 1 ) y mediano (32 mg. kg - 1) contenido de P. Con dosis altas de vermicomposta la colonización es baja y sin efecto en el crecimiento de las plantas. Se estableció que las bacterias no influyeron en un incremento de la colonización de las plantas por los HMA. Pero se pudo demostrar que los HMA se vinculan con las bacterias en una forma indirecta y su influencia puede ser en la germinación de esporas y la estimulación del crecimiento de los hongos por sustancias producidas por las bacterias (Mayo et al ., 1986). En 1985 Azcón-Aguilar y Barea encontraron que al desinfectar superficialmente las esporas de los HMA se producían menos vesículas en las raíces colonizadas. Con relación a la colonización en plantas crecidas en sustratos ricos en nutrimentos como es el caso de la vermicomposta, aún no es bien definido este efecto, ya que pueden estar involucrados varios aspectos como: materia orgánica, ácidos húmicos, o cantidad de P, entre otros. Por ejemplo, en sistemas agrícolas manejados orgánicamente las plantas se colonizan por los HMA en mayor proporción que en sistemas convencionales (Ryan et al., 1994) y hay incrementos de esporas (Kurle y Pfleger, 1994), en base a que las hifas de los HMA se asocian a las partículas de materia orgánica las que utiliza como fuente de energía (St. John et al., 1983). 109 En trabajos con plantas de trébol, Joner (2000) encontró que la colonización fue alta cuando se fertilizó con un contenido bajo de nutrimentos y que fue de muy baja colonización cuando se aplicó la materia orgánica; sin embargo, las plantas con M.O. y colonizadas tuvieron el mayor crecimiento. Concluye que la fertilización orgánica representa una fuente de nutrimentos que permite beneficios adicionales con la inoculación de HMA. Saif (1986) encontró que retornando los residuos de cosecha al suelo, la colonización de las raíces por los HMA se mejora. Tarkalson et al ., (1998b) muestra que con la adición de materia orgánica se incrementó la colonización de raíces y el peso seco de las plantas de frijol, datos que se correlacionaron con la absorción de Zn. Una causa adicional en la inhibición de intensidad de la colonización de las raíces por los HMA, es el contenido de ácidos húmicos. Vallini et al., (1993) mencionan que con 3000 mg.kg-1 de esta sustancia hubo una disminución en la micorrización e inhibición del crecimiento de las hifas. A pesar de las controversias en los datos de la colonización, se concluye que el contenido de fósforo en el sustrato donde crezcan las plantas es importante en la colonización y desarrollo de las plantas (Alloush et al ., 2000). A pesar de que la cantidad de fósforo para la colonización no esta bien definida; ya que depende de la demanda de la planta y el hongo; Joner y Jakobsen (1995) encontraron que con aplicaciones de 45 mg.kg - 1 de P e inoculando las plantas con los HMA, las plantas se colonizaron en un 30% y las plantas alcanzaron mayor biomasa que las que tenían 15 mg.kg- 1 de P con un 39% de colonización y superando también a las testigo con 0% de fósforo + HMA que llegaron a obtener un 52% de colonización. En el caso del experimento con vermicomposta al 40%, los niveles de fósforo en los sustratos 110 estuvieron dentro de estos rangos, con niveles bajos de micorrización pero con una gran respuesta en el crecimiento de las plantas. Cuando al sustrato se le adicionó vermicomposta, la fertilidad cambió de acuerdo a la cantidad proporcionada en cada mezcla; así, con 20% de vermicomposta y un 80% de suelo, el sustrato contenía 34 mg.kg- 1 de P. Con 50% de vermicomposta y 50% de suelo el contenido fue de 50.5 mg.kg- 1 y con un 60% de vermicomposta contenía un 59.2 mg.kg - 1 de fósforo. Esas cantidades de fósforo en el sustrato fueron importantes en el crecimiento de las plantas y en la colonización por los HMA. En todos los niveles de vermicomposta la raíz de las plantas se colonizó; sin embargo, se encontró que el nivel de colonización fue inversamente proporcional a la dosis de vermicomposta aplicada. 5.4.3. La asimilación de CO2 y contenidos de AIA y ABA La tasa fotosintética siempre fue más elevada en las plantas con microorganismos, tanto en plantas crecidas en suelo como aquellas en los diferentes porcentajes de vermicomposta; característica que estuvo unida a una mayor apertura estomática que permitió una mayor difusión del CO 2 al interior del mesófilo de la hoja. Una absorción de nutrimentos y sin estrés hídrico las plantas logran hacer un uso eficiente de los nutrimentos. En varias investigaciones se ha demostrado que la asimilación de CO2 de fotosíntesis es más alta en las plantas colonizadas (Aguilera-Gómez et al., 1999; Lynch et al., 1991). Este hecho ha sido atribuido a un efecto de los microorganismos para mejorar la conductancia estomática. La mayor actividad microorganismos, que fisiológica además de de la planta incrementar inoculada los con contenidos nutrimentales, también favorecieron el contenido hormonal de AIA con una disminución de los niveles de ABA, balance que está relacionado con el incremento en el crecimiento de las plantas (Hirsch et al., 1997). 111 Las plantas testigo con menor crecimiento, tuvieron mayor cantidad de ABA que de AIA. 5.5. Influencia de los microorganismos en el crecimiento vegetal La reducción en la aplicación de fertilizantes químicos es fundamental para implementar la sustentabilidad agrícola, sin que haya detrimento del medio y sin que se disminuya el efecto en la productividad de las plantas; por lo que el uso de complejos como el aquí planteado puede llegar a ser esta alternativa encaminada al conocimiento de una agricultura con reciclaje de nutrimentos, con un incremento en el uso de mi croorganismos benéficos como los hongos endomicorrízicos y las bacterias que mejoren la fertilidad de los suelos. Se presenta un modelo que pretende demostrar la hipótesis sobre la relación entre las bacterias, HMA y la vermicomposta con el desarrollo de las plantas de papaya (Fig. 28). Se resalta que la vermicomposta tiene un efecto en mejorar la disponibilidad de nutrimentos, factor que hace que las plantas tengan una mayor tasa de crecimiento. Las bacterias mejoran las condiciones químicas del medio, siendo un estímulo para la germinación del hongo MA y crecimiento de sus hifas, pero también pueden influir en el crecimiento de raíces de las plantas. Estos son factores que modifican la fisiología de la planta, por lo que los exudados tienen un efecto temprano para que los HMA colonicen la raíz. Las hormonas producidas por los microorganismos y las condiciones nutricionales de las plantas son factores que modifican su balance hormonal y desarrollo de la planta en general. 112 Figura 28. Factores relacionados con el crecimiento de las plantas de papaya en sustrato de vermicomposta inoculadas con HMA y bacterias promotoras del crecimiento. 113 VI. Conclusiones En suelos con bajo contenido de P: 1. Los HMA con infectividad del 80%, promueven un mayor crecimiento de las plantas hasta una edad de 48 días, superadas por sólo un 33% por plantas crecidas en 100% de vermicomposta. Después de este periodo, las plantas tienen una menor capacidad fotosintética y tasa de crecimiento. 2. El complejo de HMA+Baciilus pumilus tuvo un efecto benéfico en el crecimiento de las plantas que se manifestó después de los 48 días, con una tasa de asimilación de CO 2 constante. Promovieron en las plantas mayor número de flores, igualándose con las plantas inoculadas con bacterias y vermicomposta, pero superando a las plantas inoculadas con HMA. 3. El estrés nutrimental tiene un efecto hormonal en las plantas incrementando los niveles de ABA y disminuyendo el ATA. El abasto nutrimental por los microorganismos elimina este factor invirtiendo dichos niveles. En sustratos con vermicomposta: 1. Los HMA colonizan a las raíces de las plantas que crecen en niveles desde 0 hasta colonización es 100% de vermi composta. inversamente proporcional El a porcentaje la dosis de de vermicomposta. 2. Los efectos benéficos de la colonización micorrízica en el crecimiento de las plantas fue en plantas crecidas en 30 a 40% de V, con un efecto neutro a 50% de V y de consecuencias de parasitismo con más de 60%. Sin embargo, el mayor efecto en floración se observó en plantas que crecieron en 50% de V+HMA y en plantas con 80 a 100% de V sin Inóculo. 114 3. El complejo de HMA+Bacillus pumilus inoculados en sustratos con un 40% de vermicomposta, inducen en las plantas, efectos similares en crecimiento y floración que las inoculadas con sólo HMA y superando a las plantas sin inocular. Estos organismos promueven una floración temprana a 100 días, mientras que en las plantas testigo fue de 130. Tasa de asimilación de CO 2 y absorción de nutrimentos: 1. Los microorganismos incrementaron la asimilación de CO2 , al mejorar la conductancia estomática en las plantas, independientemente de la fertilidad del sustrato. 2. Aunque en menor proporción que las plantas en vermicomposta, las inoculadas con los HMA, bacterias y HMA+bacteri as promovieron mayor absorción de P, Fe y Zn en plantas crecidas en suelo con bajo contenido de P. En vermicomposta el complejo de HMA+Bacillus pumilus influyeron en una mayor absorción de P y Zn. Colonización: 1. Las bacterias Bacillus pumilus y B. macerans fueron capaces de colonizar las raíces del papayo. Los HMA estimulan su crecimiento, pero las bacterias no influyeron en el incremento de la colonización micorrízica. Juvenilidad: 1. La fase juvenil de las plantas de papaya termina cuando estas logran desarrollar más de 20 nudos en el tallo. 115 VII. BIBLIOGRAFÍA CITADA Abbas, Z., y Okon, Y. (1993). Physiological properties of Azotobacter paspali in culture and the rhizosphere. Soil. Biol. Biochem. 25 (8), 1037-1073. Abbott, L. K., y Robson, A. D. (1981). Infectivity and effectiveness of vesicular-arbuscular mycorrhizal fungi: effect of inoculum type. 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Evaporación del Metanol Se pusieron los frascos en plato caliente a una temperatura que varió de 35 a 40 °C, a cada frasco se le inyectó un flujo continuo de aire filtrado. Se obtuvo una solución acuosa. Después del filtrado cada muestra se ajustó a pH de 2.5 a 2.8, utilizando H2SO4 a 0.8 N. 141 Separación de las sustancias: a la solución acuosa con pH ácido se le agregó igual volumen de éter etílico y se puso en un embudo de separación el cual se agitó durante 15 minutos y se procedió a la separación de las fases: 142 Cuantificación ANEXO 5 Reactivo de antrona Ácido sulfúrico 660 mL Tiourea 10 g Antrona 0.5 g Agua destilada 340 mL 143 ING. RODOLFO V. MORENTÍN DELGADO DIRECTOR DE LA F.C.B.A. PRESENTE En atención a que el C. Héctor López Moctezuma, alumno egresado del Doctorado en Ciencias, área: Biotecnología, con número de cuenta 98 -4314, ha realizado todas las correcciones al manuscrito de tesis que presentó al cuerpo académico de revisores, constituido por: Dra. María del Rocío Flores Bello, Dr. Javier Farías Larios, Dr. José Gerardo López Aguirre y Dr. Sergio Aguilar Espinosa profesores investigadores de la Universidad de Colima, así como el Dr. Ronald Ferrera Cerrato Investigador del Colegio de Posgraduados, me dirijo respetuosamente para solicitarle la autorización de impresión de la tesis titulada: "Influencia de hongos micorrízicos arbusculares, Bacillus sp y vermicomposta en el crecimiento y floración de plantas de papayo". Esta tesis ha sido dirigida por el Dr. Sergio Aguilar Espinosa de la Universidad de Colima y el Dr. Ronald Ferrera Cerrato del Colegio de Posgraduados de Chapingo. Sin otro asunto más que tratar, reciba s aludos. DR. SERGIO AGUILAR ESPINOSA COORDINADOR DE POSGRADO UNIVERSIDAD DE COLIMA PRESENTE Estimado Dr. Aguilar: Después de revisar el escrito del M.C. HÉCTOR LÓPEZ MOCTEZUMA, considero que reúne los requisitos para su impresión, así como para llevar a cabo la presentación de la disertación doctoral. Como siempre le deseo muchos éxitos en sus actividades de investigación y docencia. Carretera México - Texcoco Km. 35.5 C.P. 56230 Montecillo, estado de México. Teléfonos (Conmutador) + ( 5) 95 20200 extensiones: Laboratorio Fijación Biológica del Nitrógeno 1277; Laboratorio Micorrizas 1269 Oficinas 1279 y 1280. Fax + (5) 95 20287 Asunto: Aprobación de tesis de Doctorado. DR. SERGIO AGUILAR ESPINOSA COORDINADOR DEL POSGRADO EN BIOTECNOLOGÍA P R E S E N T E. De la manera más atenta me permito comunicarle que he concluido con la revisión del Informe en Extenso de los estudios de Doctorado en Ciencias del C. Héctor López Moctezuma, titulado "INFLUENCIA DE HONGOS MICORRÍZICOS ARBUSCULARES, Bacillus sp Y VERMICOMPOSTA EN EL CRECIMIENTO Y FLORACIÓN DE PLANTAS DE PAPAYO". Luego de su revisión he encontrado que el documento reúne los requisitos necesarios, tanto en su contenido como en su forma. Por lo anterior, deseo expresarle mi aceptación para su impresión final. Agradezco la oportunidad brindada para fungir como revisor de este documento, a la vez que ratifico mi firme deseo de continuar contribuyendo en la formación de recursos humanos altamente calificados y con carácter independiente. Sin otro particular, aprovecho la presente para enviarle un cordial saludo. DR. SERGIO AGUILAR ESPINOSA RESPONSABLE DEL POSGRADO EN BIOTECNOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AGROPECUARIAS PRESENTE Por este conducto, hago de su conocimiento que después de haber revisado el borrador de tesis de doctorado titula do "Influencia de hongos micorrízicos arbusculares. Bacillus sp y vermicomposta en el crecimiento y floración de plantas de papayo", que presenta el C. Héctor López Moctezuma, considero que reúne los elementos suficientes de contenido y forma de un documento de doctorado en ciencias. Por lo que expreso mi aprobación para que se sigan los tramites académicos que correspondan. Sin otro particular me despido de usted. UNIVERSIDAD DE COLIMA FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AGROPECUARIAS Tecomán, Col., a 14 de Enero de 2003 Asunto: Aprobación de Tesis de Doctorado DR. SERGIO AGUILAR ESPINOSA RESPONSABLE DEL POSGRADO EN BIOTECNOLOGÍA PRESENTE. Por este medio me dirijo a Usted, para informarle que, una vez que he concluido la revisión del documento titulado: "INFLUENCIA DE HONGOS MICORRÍZICOS ARBUSCULARES, Bacillus sp., Y VERMICOMPOSTA EN EL CRECIMIENTO Y FLORACIÓN DE PLANTAS DE PAPAYO", que presenta el C. Héctor López Moctezuma como requisito para obtener el grado de Doctor en Ciencias, verifiqué que las observaciones que se le hicieron al documento han sido incorporadas y por lo tanto no tengo ningún inconveniente para otorgar mi autorización para que s e realice su impresión final y de esta manera continúen los trámites académicos correspondientes. Agradezco de antemano la oportunidad brindada en la revisión de este documento, y al mismo tiempo me pongo a sus respetables órdenes para continuar apoyando la formación de recursos humanos de alta calidad. Sin más por el momento, reciba un cordial saludo.