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Compartiendo Experiencias Gobernabilidad en el siglo XXI La Argentina y Canadá: Economías locales, Desarrollo y Cooperativismo 4 de diciembre de 2003 Introducción En noviembre de 2002, la Embajada de Canadá en Argentina inició un ciclo de mesas redondas con el objetivo de crear un espacio donde compartir experiencias en áreas de interés común para ambos países. La primera mesa redonda versó sobre el federalismo impositivo. En la segunda, se analizaron las relaciones del Estado con la sociedad civil. El objetivo de la tercera mesa fue analizar las relaciones existentes entre el desarrollo regional, las economías locales y las diferentes formas de cooperativismo; y, compartir experiencias y lecciones aprendidas para mejorar la gobernabilidad en los dos países. La Embajada de Canadá estuvo a cargo de la organización de esta tercera mesa redonda, en colaboración con la jefatura de Gabinete de Ministros, el Ministerio de Economía y Producción y el Ministerio de Desarrollo Social de la Argentina. También contó con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina. El encuentro se celebró en Buenos Aires el 4 de diciembre de 2003, con la participación de funcionarios de diversos organismos gubernamentales, académicos, periodistas y una amplia gama de organizaciones de la sociedad civil. Representantes del gobierno y de diferentes organizaciones de la sociedad civil fueron invitados a realizar presentaciones. La mesa redonda constó de dos partes. La primera estuvo integrada por cuatro panelistas que ofrecieron, por un lado, la perspectiva gubernamental en el desarrollo económico regional, y por otro, las experiencias del cooperativismo en el desarrollo económico regional. Durante la segunda parte, los panelistas presentaron experiencias concretas de promoción y desarrollo de pequeñas y medianas empresas en el nivel local. A cada conjunto de presentaciones siguió un animado período de preguntas y respuestas.La apertura de la mesa estuvo a cargo del Embajador de Canadá en Argentina, Thomas A. MacDonald, y de varios representantes del gobierno argentino. Alejandro Arlía y José Luis Coraggio moderaron los diferentes paneles y la Embajadora Ana Cafiero tuvo a su cargo el cierre de la jornada. Este informe ofrece una síntesis de las principales ideas que se desarrollaron durante la mesa redonda. Al final del trabajo se incluyen las referencias para contactar a los diferentes disertantes. Las versiones en inglés y francés del presente informe estarán disponibles en el sitio web de la Embajada de Canadá: www.buenosaires.gc.ca Palabras de bienvenida El Embajador MacDonald abrió la mesa redonda identificando algunas de las similitudes que acercan a Argentina y Canadá: entre otros aspectos, grandes territorios con poblaciones similares y régimen federal. Subrayó la importancia que en este contexto adquiere la búsqueda de un desarrollo económico equilibrado. Esta temática, explicó, ha ocupado desde siempre un importante lugar en la agenda pública de Canadá, lo que ha permitido a los canadienses adquirir una vasta experiencia.. El desarrollo regional, por cierto, no es sólo una preocupación argentina o canadiense, sino que lo es también a nivel hemisférico. Por ello, esta temática ha integrado la agenda de la última Cumbre de las Américas que se celebró en Québec en 2001 y, seguramente integrará la de la próxima Cumbre que se celebrará en Argentina en 2005. El Vicejefe del Gabinete de Ministros argentino, Juan Carlos Pezoa, recordó las características que comparten los dos países –abundancia de recursos naturales, sistema federal de gobierno, etc.–, aunque aclaró que los avatares de las respectivas historias han aparejado desarrollos económicos muy diferentes. Avanzar por la senda de un desarrollo económico equilibrado, explicó Pezoa, es una prioridad del gobierno del actual presidente Néstor Kirchner, y su practicabilidad está íntimamente ligada al fomento de la producción. Las grandes masas de población excluidas del sistema deben integrarse a la sociedad a través del sistema productivo y a partir del ámbito local. La búsqueda del desarrollo equilibrado es un importante desafío para los argentinos, particularmente por las grandes desigualdades que existen no sólo entre las provincias sino también en el interior de cada provincia nacional. Y, en este sentido, cree que los intercambios que tendrán lugar durante la jornada, donde se examinarán y compartirán experiencias y lecciones aprendidas, resultarán altamente positivos. El Subsecretario de Coordinación Económica del Ministerio de Economía y Producción, Daniel Novak, apuntó las diferencias que existen entre ambos países, particularmente en lo que hace a la situación socio-económica. Consideró que este encuentro también representa una oportunidad para aprender a partir de lo que no se ha hecho bien en el país. Novak identificó tres aspectos de la política económica del gobierno del presidente Kirchner vinculados con la temática de la jornada. En primer lugar, la existencia de un Ministerio de Economía y Producción, que implica que para el gobierno actual la política productiva resulta indisoluble de la política económica. A su vez, en el interior del ministerio se ha formado un Gabinete de Producción coordinado por la Secretaría de Política Económica, donde se encuentran representadas las diferentes secretarías, así como otros ministerios cuyas carteras guardan relación con los temas de economía y producción: por ejemplo, como es el caso de la Secretaría de Minería, la Secretaría de Turismo, el Ministerio de Planificación, el Ministerio de Trabajo, entre otros. El retraso cambiario y una política basada durante más de una década sobre la valorización financiera de los activos productivos han aparejado la desaparición de una cantidad importante de actividades productivas en el interior del país. « Nuestro propósito », agregó Novak, « ha sido el de contribuir en la medida de lo posible a reequilibrar el desarrollo productivo desde una perspectiva territorial. Para este fin, se organizan los denominados foros económicos productivos y regionales con la participación de gobiernos provinciales y municipales. A través de ellos se identifican las prioridades del desarrollo productivo, teniendo en cuenta las cadenas de valor más importantes para los gobiernos locales. Y también se ha desarrollado un proyecto de cajas de créditos denominadas entidades financieras, no bancarias, de carácter local. El objetivo de las mismas es facilitar la captación del ahorro local y su reinversión en el sector productivo local y/o regional ». En nombre de la Cancillería Argentina, el representante Especial para Integración Económica Regional y Participación Social, Hugo Varsky, dio la bienvenida a los panelistas y participantes de la mesa redonda. Recordó que Canadá es un gran amigo y socio de la Argentina, país con quien se comparten un sin número de posiciones en temas sustantivos de la agenda regional y multilateral. Canadá ha alcanzado un alto nivel de desarrollo humano, lo que le otorga autoridad moral para hablar de un tema tan relevante como es el desarrollo regional, cooperativismo y pymes. Este tema, en la opinión de Varsky, constituye uno de los vértices del triángulo para el desarrollo del país y para la construcción de alternativas de integración como el MERCOSUR. El desarrollo de las pymes, a su vez, constituye la base del tejido social de nuestras sociedades. En los países desarrollados, detrás de las pymes existe una sociedad articulada donde intervienen mancomunadamente diferentes actores (privados y públicos) que apoyan el desarrollo y crecimiento de estas empresas. Para que esto sea posible, continúa la argumentación de Varsky, es necesaria la construcción de consensos en la sociedad. Sin ellos, los esfuerzos de desarrollo regional y de as l economías locales no podrán resultar duraderos en el largo plazo. Primer Panel: El desarrollo económico regional – las perspectivas desde el gobierno Daniel Arroyo, Secretario de Desarrollo Social Daniel Arroyo inició su presentación con un breve diagnóstico de la situación socio-económica de las diferentes regiones. En Argentina existen fuertes desajustes a nivel de los ingresos, de la estructura poblacional y de la capacidad productiva. La diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre es casi del 42 a 1 o 46 a 1 de acuerdo a cómo se lo mida. Se considera que una familia es pobre en la Argentina si tiene cuatro personas y gana menos de 720 pesos por mes. Este parámetro nos arroja un 53% de pobreza. Se considera indigente la familia de cuatro personas que gana menos de 316 pesos por mes, y hoy el 25% de las familias es indigente. Los desajustes a nivel de ingresos y de desarrollo regional han aparejado una importante pauperización de la sociedad argentina, no sólo en términos del ingreso familiar, sino también de la producción a nivel regional. Por esta razón, agrega Arroyo, hacer políticas sociales en la Argentina de hoy significa generar condiciones para que las familias tengan mayores ingresos. La Argentina necesita repensar la forma de generar desarrollo regional. En nuestro país, explica Arroyo, han existido experiencias absurdas de expertos que a tres mil kilómetros de distancia diseñaron programas de desarrollo local, pensando lo que la gente debía producir en determinadas zonas del país sin siquiera haber consultado con ellos qué sabían hacer, o sin haber recorrido la zona en cuestión para determinar la viabilidad del proyecto. Experiencias como la de Cutral-Co en la Patagonia o la de Tartagal en el Norte demuestran que no faltan ni estudios, ni propuestas, ni papers armados, sino que lo que falta en nuestro país es la articulación de las capacidades productivas con los procesos productivos reales. Y, es por ello que hoy no hay forma de repensar nuestro desarrollo regional sino es sentándose y debatiendo con los actores locales (el Municipio, la Cámara de Comercio, la Cámara de la Industria, Caritas, la unión vecinal, entre otros). Sin articulaciones locales o acuerdos locales no hay posibilidad alguna de pensar el desarrollo regional. Sobre la base de este diagnóstico, el Ministerio de Acción Social ha puesto en marcha un plan nacional de desarrollo y economía social que denominamos Plan Manos a la Obra, cuya finalidad es generar desarrollo local desde abajo. ¿Cómo? A través de la puesta en marcha de emprendimientos productivos, para los sectores más pobres, de modo que formen parte de cadenas productivas y de una estrategia de desarrollo sostenido y sustentable de la región. Este plan busca: 1) identificar las potencialidades y los perfiles de desarrollo productivo de las localidades; 2) articularlos con las capacidades productivas existentes o de reconversión factible; y, 3) apoyar dichos emprendimientos con herramientas, materiales, insumos, bienes de capital, subsidios y crédito a través del modelo del micro-crédito. El principal problema con los planes nacionales de desarrollo social en nuestro país, explica Arroyo, consiste en que rápidamente se pierde la idea de estrategia local y del perfil productivo y, entonces, los excelentes diagnósticos de desarrollo local terminan en emprendimientos como panaderías, fábricas de pastas, pequeñas instancias de producción textil que si bien contribuyen a desarrollar la cultura del trabajo no son desarrollo local ni tampoco tienen impacto económico. Sólo podemos hablar de desarrollo local cuando los proyectos forman parte de cadenas productivas, integran una estrategia de desarrollo económico regional y tienen condiciones de sustentabilidad. La superación de este problema está ligada a la existencia de reglas claras y permanentes que permitan financiar emprendimientos estratégicos. Y, también, a la construcción de una metodología, que no existe hoy en la Argentina, a través de la cual se pueda identificar rápidamente cuáles son los procesos productivos sectoriales a encarar, y la mejor forma de volverlos operativos en un contexto determinado. No podemos estar seis meses para llegar a la conclusión de que el tema es la producción caprina, sino que es necesario que en el corto plazo definamos ¿cómo? ¿dónde? ¿quién puede hacerlo en la comunidad y quién no? ¿a quiénes se les vende? ¿cómo comercializar el producto? etc. Es decir, el desarrollo local se define en la capacidad de poder pasar de los títulos a la operatoria. Si se logra dar este paso habrá inclusión vía la producción. De lo contrario, agrega Arroyo, el plan Manos a la Obra será otro programa más, bien intencionado, pero sin impacto económico. El desafío de pasar de los títulos a la operatoria encuentra hoy tres grandes obstáculos. El primero es el de la calidad de la producción . Un problema que recurrentemente se encuentra en los emprendimientos financiados hasta ahora es lo desparejo de los procesos de producción de los pobres. La dificultad no es tanto la baja calidad cuanto lo desparejo de la misma. Un día el producto tiene una calidad, y al día siguiente otra. Esto ocurre por diversas causas: dificultad de acceso a los insumos, dificultades tecnológicas, falta de seguimiento. Producir bien y con calidad para los sectores pobres es hacerlo siempre parejo. De allí, que el primer desafío sea aumentar la calidad en la producción, para lo cual se necesita el aporte y el compromiso técnico de los expertos en el tema. La segunda barrera es la cuestión tributaria normativa. Una gran parte de los sectores más pobres no pueden comenzar a producir y a vender porque para empezar deben pagar ochenta y ocho pesos ($88.00) mensuales de monotributo. La ganancia que ellos obtienen de la venta de su producto no les alcanza para el pago del monotributo. Para resolver esta situación, explica Arroyo, hemos presentado un proyecto al Congreso por el cual se eximiría del pago del monotributo a los emprendimientos bajo el Plan Manos a la Obra. Es decir que durante un período determinado de protección, estos emprendimientos del Plan podrán facturar sin tener que abonar el monotributo. Con este fin, se constituirá un registro en el Ministerio de Desarrollo Social, que se fortalecerá para garantizar que la cadena productiva sea real, que el que produzca algo y le venda a otro no lo haga por izquierda, sino que pueda facturar y así formar parte del proceso productivo. El tercer problema es el fortalecimiento de las instituciones locales, no sólo en términos de su representatividad sino también de su capacidad de desarrollo productivo. Necesitamos un mapeo de la Argentina que identifique cuáles son las instituciones reales que promueven el desarrollo local en cada comunidad. No hay un modelo único. En algún lugar será la agencia de desarrollo local, en otro un comité de emergencia y en otro la representación de Caritas que está haciendo micro emprendimientos que serían lo más parecido a la producción que hay en esa localidad. Lo más crítico será el establecimiento de alianzas reales con aquellas instituciones locales que promuevan desarrollo productivo en las diversas comunidades. Sólo así, concluye Arroyo, podremos pasar de los títulos a las prácticas de desarrollo regional en la Argentina. David Slade, Director de Políticas de la Agencia de Promoción Económica de la Región Atlántica de Canadá David Slade comenzó ofreciendo una breve reseña de la evolución de las políticas de desarrollo regional en Canadá. La preocupación por las disparidades regionales es un tema de la agenda pública canadiense desde la década del 30. En sus inicios, los esfuerzos se concentraron en las zonas rurales, especialmente en el Este de Canadá, donde el ingreso per capita y el PBI eran del orden del 60% con respecto al nivel nacional. Gracias a la perecuación (sistema de transferencias federales a las provincias) y a programas específicos, esta región fue adquiriendo una infraestructura (autopistas, servicios públicos, educación) que facilitó su desarrollo económico. En la década del 70, el enfoque de esta política se amplió para incluir las zonas subdesarrolladas en otras regiones de Canadá. Con este fin, se creó un Ministerio de Expansión Económica Regional y se firmaron varios acuerdos federales-provinciales (gastos compartidos, desarrollo industrial) orientados al desarrollo de polos de crecimiento y a la desig nación de zonas especiales en las distintas regiones del país. En la década del 80, la política de desarrollo regional sufrió replanteos y se cambió el enfoque de la disparidad regional por uno centrado en el desarrollo de las oportunidades de cada región. Se crearon Agencias de Promoción Económica (organismos federales) –una para cada una de las cuatro grandes regiones en que se divide el territorio canadiense. Es importante señalar que la reducción de las fuertes disparidades regionales ocurrida durante las décadas anteriores permitió la introducción de este nuevo enfoque, orientado a la búsqueda de soluciones regionales que promueven el desarrollo de Pymes, el espíritu empresarial y la diversificación económica. La nueva estrategia busca trabajar no sólo con los gobiernos regionales sino también con las instituciones de la sociedad, universidades, sector privado, grupos de desarrollo económico locales, por nombrar algunos. ¿Qué se ha logrado durante estas décadas? Una importante reducción de las disparidades regionales sin perjuicio de que todavía siguen existiendo diferencias a nivel de ingresos/PBI, infraestructura, nivel de educación y desarrollo industrial. La clave de estos logros, según Slade, fue pasar de un enfoque centrado en las disparidades a uno basado en las economías regionales. Slade concentró el resto de su exposición en el enfoque utilizado por la Agencia de Promoción Económica de la Región Atlántica (APERAC) para mejorar el crecimiento de los ingresos y del empleo. A nivel de la misma se han priorizado cuatro áreas de intervención: la innovación; el comercio e inversión; el desarrollo económico de las comunidades; y el desarrollo de competencia y del espíritu empresarial. Para el logro de sus objetivos, la organización utilizó los siguientes instrumentos de trabajo: por un lado, el desarrollo de un marco normativo claro y permanente, la defensa de intereses (asegurando que los intereses de la región se tengan en cuenta al definirse las políticas económicas y sociales a nivel nacional) y la coordinación de las actividades de los diferentes organismos federales en la región y, por el otro, el acceso al capital (micro-créditos para pequeñas empresas, municipalidades, proyectos específicos) y a la información. En el 2000, la APERAC lanzó una nueva estrategia conocida bajo el nombre de Asociación para la Inversión en la Región Atlántica con el objetivo de facilitar la transición a una economía basada sobre el conocimiento. La iniciativa (5 años) tiene un enfoque regional, y hace hincapié en la cooperación entre las provincias de la región, las instituciones de investigación, los investigadores y las empresas, el gobierno federal y el sector privado. A nivel de recursos, la iniciativa cuenta con un Fondo de Innovación Atlántico de trescientos millones de dólares canadienses ($300 millones) destinado a la inversión en tecnología e investigación por parte de instituciones postsecundiarias, instituciones de investigación y sector privado. Es importante señalar que un 90% de las empresas privadas en esta región son pequeñas empresas. También el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá ha previsto ciento diez millones de dólares canadienses ($110 millones) de inversión en 5 años para el fortalecimiento de la red de Centros de investigación de la región Atlántica. Este programa incluye asimismo una serie de mecanismos que apoyan el desarrollo de la iniciativa empresarial y el perfeccionamiento de competencias para los negocios. Estos han sido diseñados teniendo en cuenta los perfiles y las necesidades de los grupos a los cuales van dirigidos: pequeñas empresas, empresarios jóvenes, mujeres de negocios, poblaciones indígenas, etc. Por otra parte, el Fondo de Inversión Estratégica Comunitaria apoya el desarrollo de los sectores y ramas clave y los esfuerzos de las comunidades para fortalecer su base económica. También se prevé la ayuda financiera reembolsable para las pymes, las corporaciones comunitarias de desarrollo económico (41 corporaciones de propiedad colectiva) y para las organizaciones locales de desarrollo económico regional (52 organizaciones que participan en la planificación social y económica en el nivel local). Y, por último, se han diseñado una serie de programas secundarios (subvencionados con fondos federales, provinciales y municipales) que apoyan obras de infraestructura, programas de ajustes o iniciativas para superar la crisis de la industria pesquera. Primer Panel: Experiencias del cooperativismo en el desarrollo económico regional Denis Laverdière, Vice presidente de la Federación de las Cajas Populares de la Acadia, Nueva Brunswick Denis Laverdière comenzó con una breve reseña histórica del movimiento de las Cajas populares de crédito acadianas a fin de comprender mejor los factores de su éxito. Las cajas de crédito, agregó Laverdière, tienen su base en el Movimiento de Antigonish y sus círculos de estudios. La situación catastrófica del sector pesquero en la década del 20 obligó al gobierno federal a otorgar una subvención anual a la universidad de San Francisco Xavier a fin de que ésta pueda liderar la organización de los pescadores para sobreponerse a la crisis. El padre Coady, familiarizado con el ideal cooperativo, recorrió los diferentes pueblos de pescadores promoviendo la creación de círculos de estudios que constituyeron la base del Movimiento de Antigonish. Estos círculos, integrados por un número pequeño de personas, resultaron un espacio importante de socialización de experiencias y de reflexión sobre la creación de asociaciones cooperativas. Cada círculo estaba liderado por una persona (llamada propagandista) formada en Antigonish y responsable de “sembrar” el instinto cooperativo entre los participantes. La élite, representada por la Iglesia y los ingenieros agrónomos, también desempeñó un importante papel en la propagación de la filosofía y la práctica cooperativas. El éxito de los círculos de estudios condujo al gobierno de la provincia de Nueva Brunswick a sancionar en 1936 una ley sobre Cajas populares de crédito, y a crear un departamento de Cajas populares de crédito dentro del Ministerio de Agricultura. Esta normativa facilitó el desarrollo del movimiento de Cajas populares de crédito. La primera caja popular de la Acadia se fundó en 1936, y para 1945 ya se habían creado más de 78 cajas en toda la región. En sus inicios, las Cajas de Crédito no contaron con la infraestructura ni con los recursos humanos necesarios para atender bien a sus miembros. Muchas de ellas funcionaban en los sótanos de las iglesias y atendían al público sólo unas pocas horas el domingo. Esta situación comenzó a cambiar a partir de 1946, con la creación de la Federación de las Cajas Populares de Crédito acadianas. El movimiento de Cajas Populares de Crédito acadianas cuenta hoy con 85 puntos de servicios; un activo de dos mil millones de dólares canadienses; más de 200.000 miembros; ofrece trabajo a más de 1000 empleados y cuenta con más de 400 dirigentes voluntarios. Las Cajas populares de crédito fueron claves en el desarrollo económico de Acadia, lo que a su vez contribuyó a fortalecer al mismo movimiento. Los excedentes producidos por las cajas son reinvertidos en la comunidad bajo la forma de participaciones y de contribuciones a los organismos comunitarios. Cuatro factores esenciales, según Laverdière, han contribuido al éxito del movimiento de las cajas populares. El primero, la intervención estatal, moderada, pero que desempeñó un importante rol catalizador. El Estado dio a la comunidad las herramientas necesarias para desarrollarse y generar su empleo, y luego se retiró. El segundo, la existencia de círculos de estudios. Éstos se expandieron como una mancha de aceite, permitiendo descentralizar la educación cooperativa: gracias a los propagandistas, la Universidad se desplazaba hasta las localidades más pequeñas. Entre 1936 y 1941 se crearon 744 círculos de estudios. Sin el aporte de estas “reuniones de cocina”, agregó Laverdière, nuestro movimiento no tendría la fuerza y el desarrollo actual. La existencia de líderes comunitarios fue el tercer factor clave en el desarrollo de las cajas populares. Al principio, el liderazgo fue ejercido por el Padre Coady y James Tompkins de Antigonish que convencieron a las autoridades de la urgencia de la crisis pesquera. Luego, ellos se relacionaron con personas clave en cada comunidad, quienes a su vez difundieron la metodología de los círculos de estudios. Los propagandistas elegidos eran agrónomos y otras personas que respetadas en la comunidad, generando un fuerte sentimiento de confianza y seguridad entre los participantes del círculo. Todos los líderes que formaban parte del movimiento de Antigonish compartían una fe ilimitada en los beneficios de la cooperación, incluyendo al clero que jugó un rol fundamental en los inicios del movimiento. Y, finalmente, en cuarto lugar, la creación de una Federación. Ésta permitió al movimiento darse una dirección global y ganar una voz más fuerte, aportándole credibilidad a un desarrollo más rápido. El movimiento de las Cajas Populares de Crédito acadianas satisfizo la necesidad de acceso al crédito de estas poblaciones. El desarrollo posterior de la comunidad, en parte, es atribuible al acceso al capital, como así también a la reinversión de los beneficios en la comunidad misma. Las Cajas Populares de Crédito son instituciones financieras sólidas, cuyas características responden a las necesidades de sus miembros, la comunidad. Floreal Gorini, Presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos Floreal Gorini inició su exposición con una breve descripción del estado actual del movimiento cooperativo de crédito argentino, al cual considera insignificante en comparación con el importante desarrollo que el mismo había alcanzado durante la década del 60. Hoy existen sólo dos cajas de crédito bajo el régimen del Banco Central y sólo dos bancos cooperativos, uno importante con más de 200 filiales y con un 2,2% del total de los depósitos bancarios a nivel nacional, y otro pequeño en la provincia de Tucumán. También encontramos 299 cooperativas de crédito que no se ajustan a la normativa del Banco Central y, consecuentemente, no pueden captar fondos del público. Estas cooperativas están registradas ante el LINEADES –organismo de control y fiscalización de cooperativas, mutuales y otros organismos de economía social, y según Gorini constituyen un verdadero misterio. Un pequeño número son cooperativas “reales”, que trabajan con fondos residuales de su liquidación, y el resto son “truchas”. En general, estas últimas están integradas por vulgares prestamistas que utilizan la forma de cooperativas mientras ofrecen fondos a altísimos intereses mensuales. La falta de un adecuado contralor por parte del Estado permite la supervivencia de estas organizaciones. No sólo producen un fuerte daño al movimiento cooperativista, sino también al público en general. Con la sanción de la ley de Entidades Financieras (1977, durante el ministerio de Economía de José Alfredo Martínez de Hoz) se inició un proceso de transformación de las cajas de crédito locales en bancos cooperativos, los que llegaron a ser ochenta y cinco. A estos bancos cooperativos se les aplicará todo el rigor de las normas de Basilea con exigencias de capital y efectivo mínimos o aumento de las relaciones de previsión por mora, por mencionar algunas. Estos requisitos redujeron la capacidad de préstamo de los bancos cooperativos y, consecuentemente, su rentabilidad, lo que volvió inviable el funcionamiento de muchos de ellos. De los ochenta y cinco bancos cooperativos que llegaron a existir sólo quedan dos; algunos cerraron definitivamente, otros quebraron y no pudieron devolver los fondos a sus asociados. Desde los inicios, según Gorini, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos tuvo muchas reservas con esta Ley y, por ello, implementó un proceso que facilitó la fusión de las cajas de crédito de sus miembros, lo que permitió a algunas de ellas sobrevivir al drástico cambio de reglas. Las cooperativas de crédito, en la opinión de Gorini, deben ser locales para asegurar la participación democrática y el control de sus asociados. Las grandes cooperativas de crédito como fue la del Hogar Obrero no son una solución adecuada. El socio se distancia de la entidad, y las mismas pasan a ser manejadas por burocracias que son la antesala de la corrupción. Las cooperativas de crédito locales, por el contrario, deben integrarse en federaciones, lo cual les otorga fuerza y capacidad para participar en grandes emprendimientos. Las cajas deben integrarse y NO fusionarse. La integración permite mantener la identidad de las diferentes cajas a través de sus representantes, y al mismo tiempo les da capacidad para participar en proyectos de envergadura. La experiencia canadiense, alemana y estadounidense es muy rica al respecto. En los Estados Unidos existen once mil cajas de crédito (credit unions) que están bajo el control del Ministerio de Desarrollo Social y no de la Reserva Federal (similar al Banco Central) como en la Argentina. Esta situación evita que las cajas de crédito estén sometidas a los requisitos de las normas de Basilea. El sistema de las cajas de crédito locales, según Gorini, es un mecanismo financiero adecuado a las necesidades de la sociedad argentina. Pero, las políticas implementadas durante estos últimos años las han liquidado en su mayoría. Algunas de ellas terminaron vendiéndose a bancos extranjeros. Sin embargo, agrega Gorini, creemos que las intenciones del gobierno del presidente Kirchner son buenas. Hoy existe una ley de Cooperativas recientemente sancionada por el Congreso de la Nación por unanimidad de las dos cámaras y, además un proyecto del Ministerio de Economía que consideramos más adecuado. Este último ha profundizado en el estudio de la experiencia real de las cajas. Sin educación no se puede tener verdaderos cooperadores, como claramente lo expuso el representante canadiense. El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos ha firmado un convenio con la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires para desarrollar una maestría en cooperativismo. El objetivo es brindar la posibilidad de hacer una pasantía en cooperativismo para que aquellos interesados en el tema puedan embeberse del espíritu cooperativista cuyo objetivo es la búsqueda del mejor servicio y prestación y no de la máxima ganancia. Intercambio con los asistentes Acerca del papel de la coparticipación federal en el desarrollo económico regional: DavidSlade recordó que Canadá es un país federal y que existen áreas donde el gobierno federal y el provincial comparten responsabilidades. El gobierno federal es responsable de la promoción del desarrollo económico y de la reducción de las disparidades regionales. Y con este fin se han firmado acuerdos federales- provinciales que han facilitado el desarrollo sea de un sector específico, o de temas horizontales como el desarrollo industrial, el comercio, el turismo. Estos programas han sido desarrollados e implementados conjuntamente entre ambos niveles del estado, y muchas veces con la participación de otros actores de la sociedad. En Canadá, el sistema de coparticipación fiscal no tiene como finalidad la promoción del desarrollo económico regional. Por el contrario, las transferencias de recursos a las provincias en concepto de coparticipación buscan reducir las disparidades fiscales entre las provincias ricas y las pobres. Estos fondos se invierten en el sistema de salud, la educación y los servicios sociales de manera de asegurar que todos los canadienses, no importa donde habiten, tengan acceso a estándares similares de servicios. Acerca del tamaño y del desarrollo de las micro-regiones: Las micro-regiones cubren áreas muy pequeñas donde viven aproximadamente unos 30 mil habitantes. A este nivel, el objetivo de la agencia de desarrollo federal (APERAC) es ofrecer herramientas afines con las necesidades de cada micro-región. Se trabaja con diferentes niveles del Estado y con un importante abanico de actores sociales: líderes comunitarios, comerciantes, pequeñas empresas, ONGs con inserción local y grupos económicos. Algunos de estos programas son: a) apoyar a ONGs comunitarias para que ellas puedan trabajar en conjunto con diferentes niveles del estado; b) desarrollar infraestructura municipal en asociación con diferentes ministerios; c) facilitar la creación de una estrategia económica a nivel local trabajando con líderes comunitarios de diferentes sectores y con ciudadanos interesados en el tema; y d) proveer un sistema de micro-créditos para el desarrollo de las pequeñas empresas. Es importante mencionar que movimientos como el de las Cajas Populares de Crédito desempeñan un papel crítico en el desarrollo de las micro-regiones, puesto que movilizan capital de ahorro. A su vez, el crecimiento de las micro-regiones ha atraído a los grandes bancos que poco a poco se van desplazando hacia las zonas rurales. Acerca de la constitución formal de las regiones en Canadá: En Canadá, no existe una ley orgánica para las regiones. Sin perjuicio de ello, el Estado federal ha decidido sólo por razones de conveniencia administrativa agrupar las provincias canadienses y los territorios en cuatro regiones. No obstante, las cuatro provincias que integran la región Atlántica han constituido un Consejo de Ministros, organización que les sirve como plataforma para aunar posiciones sobre determinados temas cuando ellas lo consideran necesario. En esta región, ha existido un gran debate sobre la conveniencia o no de unirse y formar una sola entidad más fuerte. Por el momento, es posible decir que no existe voluntad política necesaria para fusionarse. Las provincias de esta región, aún las más pequeñas como la provincia de la Isla de Príncipe Eduardo, son muy celosas de su propia identidad y no están dispuestas a perderla. Acerca de los mecanismos existentes para que los intereses de la región Atlántica sean oídos a nivel nacional: Existen diferentes organismos que aseguran la representación de los intereses regionales a nivel nacional. Básicamente, la Agencia tiene como objetivo intervenir en la formación y delineamiento de las políticas que establecen los ministerios federales y asesorar al ministro propio cuando participa en las reuniones del gabinete nacional. Esta agencia, según Slade, como los otros tres organismos federales regionales, es parte de un ministerio federal con ministro propio y base en Ottawa, la capital del Canadá. Este mandato de defensoría no es aún perfecto y, en los más altos niveles de gobierno, se están buscando nuevos mecanismos que garanticen una mejor representación del interés regional y una mayor coherencia de las políticas canadienses con el desarrollo regional. El gran desafío consiste en asegurar que una nueva estructura regional ni contradiga ni compita con otras estructuras del Estado y con los ministerios federales que tienen jurisdicción a nivel sectorial. Esto es un trabajo en curso que todavía encuentra bastante resistencia en algunas esferas. Acerca de la viabilidad de transferir las cajas de crédito cooperativo de la órbita del Banco Central a la del Ministerio de Economía: Esta propuesta, reconoció Gorini, concuerda con la posición mantenida desde el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Sin embargo, el temor es que el proyecto, por razones políticas, quede empantanado en el Congreso. Por el momento, añadió Gorini, tenemos sólo un proyecto desarrollado al interior del Ministerio de Economía, que necesita pasar por la Jefatura de Gabinete y luego obtener la aprobación del Presidente de la Nación. Y, posteriormente, lograr la sanción del Congreso, quien acaba de aprobar, por unanimidad, una reforma a la Ley de Entidades Financieras que mantuvo a las cajas de crédito bajo la órbita del Banco Central. Además, es importante recordar que el proyecto de Economía se opone a la posición tradicional del Banco Central que exige mantener bajo su jurisdicción todo el control de la masa monetaria del país. Representantes del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos han pedido entrevistas con el presidente del Banco Central y con representantes del Ministerio de Economía para intercambiar ideas sobre el proyecto. Nosotros, agregó Gorini, reconocemos la importancia de la existencia de un efectivo control monetario para evitar impactos inflacionarios. Sin embargo, conviene denunciar la injusticia que resulta de aplicar las mismas normas y exigencias (de capital y encajes) a las grandes instituciones bancarias que a las cajas de crédito cooperativo. Hoy se le esta exigiendo a los grandes bancos como a las cajas cooperativas 15 millones de pesos, lo que es un despropósito. Las normas deben ser proporcionales a las capacidades de préstamo de cada organismo, y debe existir la voluntad política para crear un régimen favorable para su existencia. Acerca del origen de los fondos que permitieron la creación de las cooperativas de crédito en Canadá: Laverdière explicó que el movimiento de las Cajas Populares de Crédito no recibió fondos del gobierno. El Estado federal financió, por el contrario, el sistema de educación para adultos que dio origen a los círculos de estudio y, posteriormente, al movimiento de Antigonish . En la Acadia, el movimiento de las Cajas Populares de Crédito se constituyó sobre la base de los depósitos de sus asociados, y sólo esporádicamente se solicitan préstamos de corto plazo a entidades bancarias. Acerca del rol de los municipios en el desarrollo regional canadiense: En Canadá, el ámbito de gobierno municipal está subordinado al gobierno provincial. La mayoría de las normas implementadas en esta esfera son sancionadas por los gobiernos provinciales, lo que asegura su adecuación a las necesidades regionales. En la promoción del desarrollo regional interactúan esencialmente dos niveles del estado, el federal y el provincial. Sin embargo, explicó Slade, nosotros trabajamos directa e indirectamente con los gobiernos municipales. Directamente, en aquellas áreas donde las municipalidades tienen mayor fortaleza, es decir, el sector de infraestructura. En las pequeñas localidades donde los gobiernos municipales no cuentan con demasiados recursos humanos, por el contrario, nosotros preferimos trabajar con las ONGs, las que a su vez se interrelacionan con los gobiernos municipales y otros actores interesados en el desarrollo de la economía local. En las grandes municipalidades la situación es diferente, porque generalmente existen una oficina de desarrollo regional con infraestructura y suficientes recursos humanos. Acerca de la experiencia canadiense en la promoción de mercados: El desarrollo de mercados es un problema importante para algunas zonas rurales. Slade explicó que aunque éste no sea un enfoque prioritario de su agencia, se han desarrollado algunas experiencias, particularmente en el área del turismo y de los mercados para artesanías. En el nivel de la producción local de artesanías, la agencia ha contribuido al fortalecimiento institucional de las organizaciones que reúnen a los productores locales, organizando exhibiciones comerciales en momentos clave: por ejemplo período de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, gracias a lo cual los productores lograron imponer sus marcas y demostrar la excelente calidad de sus productos. También se han mejorado los canales de distribución de los productos. En el nivel del turismo, se ha desarrollado una estrategia asociándose con los gobiernos provinciales y con la industria del turismo. Esta ha priorizado la investigación de mercados y los esfuerzos de comercialización de las atracciones turísticas. Se han organizado ferias, mejorando la calidad de infraestructura donde fuese necesario, y se ha consolidado la organización de la industria del turismo. Laverdière, por su parte, explicó que la federación de las Cajas Populares de Crédito de la Acadia tiene como principal objetivo financiar a otras organizaciones que buscan asegurar nuevos mercados. Existen diferentes tipos de cooperativas que trabajan en el nivel de la demanda. Por ejemplo, hay cooperativas que trabajan con el sector pesquero y que se ocupan de comercializar langosta, langostinos, y otros tipos de pescados en los Estados Unidos. Hay otro tipo de cooperativas que reagrupan cooperativas agrícolas y cooperativas de consumidores. Y, finalmente, existe un tercer nivel de cooperativas (federadas) que se ocupan de hacer intercambios de productos de una provincia a otra y también a nivel internacional. Existen diferentes modalidades de cooperativas, pero lo importante es que ellas han demostrado ser un mecanismo adecuado para ayudar a la gente a encontrar los mejores mercados para sus productos. Acerca de la Iniciativa para las Mujeres de Negocios: Slade explicó que esta iniciativa tiene como objetivo principal el desarrollo de un modelo de negocios que responda a las características y necesidades de las mujeres empresarias. Con un grupo de ONGs (donde hay representantes de la comunidad de mujeres) afiliadas a escuelas de negocios de diferentes universidades se han venido identificando y extrayendo lecciones de las experiencias exitosas para el desarrollo del modelo. Las mujeres son por lo general mejores organizadoras y planificadoras que los hombres, y es importante la socialización de estas experiencias. Se han creado círculos de negocios donde las mujeres comparten experiencias y adquieren capacitación de expertos en diversas áreas de su interés. El micro-crédito es otro componente de este programa. A través del mismo, las organizaciones de mujeres acceden a un capital de trabajo que les permite poner en marcha sus emprendimientos. Existe una gran documentación sobre esta interesarles se les podría hacer llegar. Acerca de la regulación de las Cajas Populares de Crédito: iniciativa, que de En Canadá, el régimen de las Cajas Populares de Crédito es de carácter provincial. Es decir que cada provincia tiene su propia legislación al respecto, aunque existe una fuerte tendencia de armonización normativa. Asimismo, toda entidad financiera tiene una vinculación con el Banco Central de Canadá pero sólo las más grandes (como el Movimiento DesJardins) o los bancos más importantes mantienen una relación directa con el Banco Central. El resto de las entidades debe necesariamente pasar por éstas últimas para acceder a servicios financieros de compensación u otros. Consideraciones finales Alejandro Arlía reflexionó sobre algunas de las ideas expuestas durante el panel. Considera que es la primera vez que se toma conciencia de la importancia de ser consecuente con el diagnóstico y con los objetivos que se establecen en la Argentina. El gran desafío que tenemos delante, agregó Arlía, es el de integrar lo social con lo económico a fin de establecer un sistema democrático que sea fuerte en sus convicciones, sus principios y sus prácticas cotidianas. Con este fin, es necesario aunar las capacidades y las experiencias de los distintos actores de la sociedad, expertos, organizaciones de la sociedad civil y representantes del gobierno y juntos pensar en voz alta la forma de construir una sociedad pluralista, democrática e inclusiva. De las presentaciones surge con claridad la imperiosa necesidad de superar lo espontáneo y de trabajar con una estrategia de producción y de dignificación a partir de un proceso sistemático de documentación e incorporación de todos los conocimientos. Esto es parte del desafío que tenemos por delante, agregó Arlía. Los representantes canadienses han recordado que en todo proceso hay quienes avanzan más rápido y quienes lo hacen más lento y, ellos han comentado que su metodología consiste en que aquellos que avanzan más aceleradamente enseñen a aquellos que lo hacen más lento. Es decir, que no debemos trabajar con un concepto elitista ni culposo en relación con las asimetrías en el logro de los objetivos. Por el contrario, concluyó Arlía, hay que trabajar con la idea de coordinación y de compartir los aprendizajes para que todos podamos alcanzar juntos las metas propuestas. Segundo Panel: Las pequeñas y medianas empresas y el desarrollo económico regional Raymond Gervais, Sociedad Internacional de Organismos de Desarrollo Económico de Canadá (SIODE) Gervais centró su exposición en las Agencias de Desarrollo Local (ADL) que desempeñan un papel crítico en la promoción de desarrollos económicos exitosos a nivel comunitario. En Québec, explicó Gervais, la comunidad es el principal motor del desarrollo local. Y, con el apoyo de estas agencias, las difere ntes comunidades se convierten en incubadoras de empresas y empresarios. Una incubadora es un entorno donde encontramos elementos que favorecen el desarrollo de un bebé que, en este caso concreto, es una nueva empresa. Y, a su vez, la región también se convierte en incubadora virtual en la medida en que la misma tenga la capacidad de generar cambios que aseguren un ambiente favorable al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes) locales. Estos organismos de desarrollo local existen a través del país. Sólo en la provincia Québec, explica Gervais, encontramos más de 125. Su misión es la de favorecer, estimular y promover la competitividad económica de una región o de una localidad para la creación de nuevos empleos y el mantenimiento de los ya existentes. Las agencias trabajan directamente con el sector privado y la sociedad civil. La creación de empleos en el sector público no es competencia de estas agencias. Entre sus actividades, estas agencias proveen asistencia a las empresas que tienen dificultades para adecuarse al nuevo contexto económico mundial así como también a los jóvenes que quieren iniciar nuevos emprendimientos económicos. Estos nuevos empleos, por su parte, se transforman en un beneficio importante para los gobiernos municipales, provinciales y, en última instancia, para el gobierno federal. La Agencia está integrada por dos tipos de actores. Primero, los actores económicos locales (8 a 10 representantes) que provienen de diferentes sectores de la comunidad (profesionales, gente de negocios, diferentes grupos sociales, etc). Los representantes elegidos tienen cierto liderazgo dentro de la comunidad y buscan contribuir al desarrollo económico de la comunidad. La gente de negocios que forma parte de la Agencia tiene que tener una visión más amplia que su propia empresa. Segundo, tenemos los actores del sector público local (1 a 3 representantes), puesto que ningún desarrollo puede hacerse sin el apoyo de este sector. La responsabilidad de la municipalidad es apoyar los esfuerzos de la comunidad, no reemplazarla. De allí, la importancia de involucrar y responsabilizar a la gente local por el desarrollo de su comunidad. Luego, Gervais explicó el funcionamiento de la agencia. Gracias al aporte de todos los integrantes del Centro se desarrolla una Planificación Estratégica Dinámica de la que se deriva un Plan de Acción muy concreto basado sobre las capacidades y los medios con que cuenta la comunidad. Posteriormente se realiza una Cumbre Local con el fin de que la comunidad pueda tomar conciencia del plan que los líderes comunitarios proponen para el desarrollo económico de la comunidad. El éxito del plan de desarrollo depende en última instancia de que los miembros de la comunidad se impliquen y se apropien del mismo. De esta forma, el plan de desarrollo se transforma en un proyecto de toda la comunidad y, una vez puesto en movimiento, los políticos locales no tienen más opción que acompañarlo. A nivel de servicios, la AGD es un centro neurálgico dentro de la comunidad. Éste presta servicios en forma directa como, por ejemplo, asistencia técnica a las pymes; el desarrollo de proyectos con fuerte impacto en la creación de empleo a nivel comunitario (proyectos motores); comunicación y educación económica que facilita cambios en la manera de pensar y en las actitudes. El organismo también desarrolla redes de comunicación que permiten acceder en tiempo oportuno a información clave para los diferentes tipos de empresas de economía social, Pymes y empresas más dinámicas que exportan al mercado internacional así como a programas disponibles a nivel nacional e internacional. Estas redes de información y conocimiento permiten a las empresas obtener servicios más específicos y especializados de los que está en capacidad de proveer la propia agencia local, dado lo reducido de sus recursos humanos. La agencia funciona asociada a diferentes ministerios del gobierno provincial y federal, así como a diferentes organismos internacionales. Por último, Gervais se detuvo en el proceso de implementación. Cualquiera sea el proyecto, casi siempre se comienza con una problemática a la cual se le busca una solución. Una vez que se cuenta con la idea del proyecto, hay que sensibilizar a la gente ante sus ventajas y desventajas, , pues sólo así podrán apoyarlo. Posteriormente, se identifican los líderes de la comunidad con capacidad de hacer avanzar el proyecto. Tanto el apoyo de la población como la identificación de los líderes son elementos claves para el éxito.. A partir de aquí, se desarrolla la estrategia y plan de acción y se buscan los apoyos financieros. Gervais concluyó que el éxito del modelo canadiense de desarrollo económico local es el resultado de la manera canadiense en que se han implementado muchas de las ideas que son compartidas por los estudiosos del tema. De esta manera, se lograron inducir cambios importantes en la manera de pensar y actuar de las personas que se implican en el desarrollo económico de la comunidad. Stella Dettoni de Dufour, Coordinadora de Unidad Ejecutora Local del Programa de Desarrollo Local y Competitividad de Pymes Stella Dettoni inició su exposición con una breve caracterización de Olavarría. Ubicada en el centro de la provincia de Buenos Aires y con una población de cien mil habitantes, Olavarría es el principal centro cementero del país. Hasta la década del 80, su estructura económica estaba integrada por cuatro grandes empresas dos cerámicas y dos cementeras que ocupaban en conjunto unos 6000 empleados, es decir, daban empleo a un 20% de la población activa. Al promediar la década del 90, la población activa que trabajaba en grandes empresas se había reducido al 4% como consecuencia de los procesos de tecnificación vinculados a cambios en la estructura productiva a nivel internacional. Este nuevo contexto exigía cambios en la estructura mental de la gente. Tradicionalmente, el itinerario de un profesional era primero aprender y luego trabajar y jubilarse. Las nuevas condiciones del mercado obligaban a desarrollar aptitudes y actitudes para aprender a buscar trabajo y aprender a ver el cambio como una oportunidad. Y fue entonces cuando desde la municipalidad se comenzó a trabajar con el programa de incubadoras de empresas. Olavarría contaba con un gran número de profesionales y empleados de nivel medio que habían perdido su trabajo en relación de dependencia. Por ello, en un principio, se orientó el trabajo hacia ellos, con el fin de ayudarlos a identificar otras maneras de insertarse en el mercado laboral. Actualmente, la municipalidad también brinda apoyo al sector de desocupados. En esencia, se usa la misma tecnología, variando el estadio donde se considera a la persona. Para aprender a emprender, explicó Dettoni, se creó este proyecto de las incubadoras. En un viejo galpón de ferrocarril, la municipalidad creó un espacio para que 8 nuevas empresas se establecieran durante un período de 4 años. La incubadora les permitió reducir costos y compartir servicios comunes, asociarse para hacer negocios e integrarse con otros incubados, etc. Pronto el espacio quedó muy chico, lo que llevó a crear una incubadora virtual, que en esencia es un centro de apoyo al desarrollo de la micro-empresa. Los emprendimientos que participan de la incubadora tienen un seguimiento regular. Hasta el presente se han incubado empresas de sectores diversos como agricultura, manufacturas y servicios. La generación de empleo de estas micro-empresas es más o menos del 2,8%. Y, la inversión no ha sido mucha. Según los cálculos, se invierten diez pesos por mes por cada persona/puesto creado. Asimismo, se ha generado un ambiente favorable a la creación de nuevos emprendimientos. Se han agilizado los tramites burocráticos requeridos para la obtención de habilitaciones (de 34 estadios se ha pasado a sólo dos que a más tardar se concretan en el plazo de una semana). El gobierno local creó un instituto tecnológico en el centro del parque industrial. Y un microbanco para apoyar emprendimientos de la economía social. La reestructuración como motor económico hizo tomar conciencia de que se debía ver el tema desde una perspectiva más amplia que la incubadora. Se empezó a mirar a la ciudad como territorio, un organismo complejo y sistémico con fortalezas y debilidades. Y a partir de aquí, agregó Dettoni, se desarrolló primero un plan estratégico comunitario, y posteriormente uno económico de competitividad. Ambos se hicieron de manera participativa para asegurar los recursos locales existentes. El plan estratégico de competitividad tiene cuatro grandes ejes: uno económico, uno social para fortalecer el capital social, uno educativo cultural, y el cuarto urbano ambiental. El proyecto de desarrollo local y competitividad de las pymes nace del plan estratégico. Adicionalmente, con aportes del BID se trabaja en el desarrollo de una red de valor y el desarrollo de la cadena de proveedores a grandes empresas. Había empresas proveedoras que estaban desapareciendo porque no alcanzaban la competitividad necesaria. Por suerte, esta situación se está revirtiendo poco a poco. También se trabaja en el desarrollo de tres clusters: uno metalmecánico, uno de materiales de construcción, y uno agroganadero, lo que permite fomentar la interrelación entre los grupos empresarios y beneficiarse de programas transversales (emprendedurismo, sistema de información y fortalecimiento institucional). En conclusión, Dettoni sostuvo que no existe controversia entre una política de competitividad territorial, desarrollo económico y desarrollo social. Más allá de las condiciones micro-económicas de desarrollo, el desarrollo de las empresas se potencia cuando los gobiernos locales promueven una agenda acertada de políticas activas y para lo cual debemos aprender a aprender y debemos ver el todo y las partes al mismo tiempo. Manuel San Pedro, Director Ejecutivo, Cluster Tecnológico Córdoba Manuel San Pedro centró su exposición en la presentación de un proyecto de asociatividad de empresas (Pymes) tecnológicas cordobesas que se inicia a principios del 2000. Este proyecto, que en sus orígenes incluyó a 10 empresas especializadas en tecnologías de softwares y hardwares, nació en un período caracterizado por fuertes debates sobre el nuevo perfil industrial de Córdoba y la búsqueda de competitividad regional que depende de la capacidad de sus empresas para alcanzar crecientes niveles de productividad. Este grupo de pymes tecnológicas estaba preocupado por mejorar su productividad en el interior de sus empresas lo cual depende, en última instancia, de la capacidad de las mismas para asegurar procesos permanentes de innovación. Asimismo, la reestructuración productiva de las grandes empresas con sus procesos de terciarización y outsourcing les ofrecía nuevos mercados para sus servicios. Pero estos desafíos, obviamente, no podían ser resueltos individualmente, con lo que adquirió gran relevancia la creación de espacios de operación, colaboración y asociatividad. Es así, explicó San Pedro, como surgió el concepto de cluster. Los clusters son concentraciones geográficas de empresas e instituciones, no necesariamente del mismo sector, complementarias entre sí, que compiten pero que también cooperan. Esta es una nueva manera de ver las economías regionales e identificar las fuentes de ventajas competitivas. Los clusters a su vez permiten articular todo lo que se desarrolla y así asegurar la socialización de sus beneficios. Nosotros, agregó San Pedro, comenzamos siendo un cluster de 10 pymes y, hoy por hoy, tenemos 35 pymes asociadas. A su vez, en la ciudad de Córdoba y sus alrededores existen por lo menos 100 empresas que están vinculadas a la tecnología informática y que forman el cluster electrónico. El Cluster Córdoba Tecnológico tiene como objetivo incrementar la eficiencia económica de las empresas, promover la innovación y facilitar la internacionalización del sector. Desde el inicio se dedicaron muchos esfuerzos a desarrollar un contexto institucional favorable a esta iniciativa. Sus miembros participaron activamente en la constitución de lo que es casi un cluster tecnológico de Universidades incluyendo a la Universidad Nacional, la Universidad del Siglo XXI, la Universidad de Córdoba, la Universidad Tecnológica Nacional, la Universidad Pascal, el Instituto Universitario Aeronáutico y dos institutos terciarios que son miembros del cluster. Asimismo, se desarrollaron relaciones con diferentes cámaras y consejos profesionales –Cámaras de empresarios, Unión Industrial de Córdoba, la Cámara de Comercio Exterior, el Consejo Profesional de Ingenieros Especialistas, por nombrar algunos –, el gobierno de Córdoba y algunos gobiernos municipales, y agencias internacionales como el BID, el Eurocentro de Córdoba, etc. ¿Cómo se fue estructurando esta red? Primero, se crearon programas de investigación y desarrollo afines con las necesidades de las pymes. Esto fue posible gracias a los vínculos desarrollados entre el grupo de pymes y la constelación de Universidades y al acceso a líneas de crédito, entre otras del FONTAR. Segundo, con el apoyo de consultoras y certificadoras y del gobierno de Córdoba se desarrolló un programa de calidad CMM (la norma de mayor exigencia a nivel de software en el mercado internacional) que permite a las pymes del cluster tecnológico obtener una estandarización reconocida a nivel internacional que facilita la penetración en nuevos mercados. Tercero, se desarrolló con los medios de comunicación un programa de promoción del sector tecnológico y del cluster en su conjunto. Gracias al financiamiento de organismos internacionales, hoy se está financiando un programa de fortalecimiento institucional. Por otra parte, con algunos inversores y consultoras (Price y Deloitte) se comenzó a desarrollar un programa de búsqueda de inversores internacionales y de creación de un fondo de inversión tecnológica regional. Asimismo, se lleva a cabo un relevamiento de las necesidades tecnológicas y de los sectores donde se podrían generar mejoras de competitividad. Por otra parte, es importante señalar que existe un conjunto de políticas públicas que han apoyado y facilitado el desarrollo del cluster. Entre ellas: la provincia y el municipio apoyaron la erradicación del centro de software de Motorota, lo que fue un importante incentivo para que las empresas locales empezaran a buscar su propio protagonismo. El gobierno es contraparte del programa del BID de apoyo al cluster; se recibió apoyo financiero para el programa de capacitación de CMM y para la implantación de una plataforma unificada de desarrollo de software. A su vez, una reducción de la alícuota de ingresos brutos y de promoción industrial se agregó a las ventajas recibidas. En conclusión, sostuvo San Pedro, el esfuerzo todavía incipiente de este grupo de pymes intenta no solamente plantearse un desarrollo de cambio de la configuración industrial o económica de la provincia sino también retener la mayor cantidad de talentos cordobeses en tecnología de ingeniería porque lo interesante es principalmente exportar talento, y no exportar jóvenes. Intercambio con los asistentes: Acerca de la diferencia entre las pymes existentes y las empresas de economía social: Las primeras, aclaró Raymond Gervais, son empresas que están establecidas en la comunidad pero que requieren de apoyos diversos para seguir creciendo, por ejemplo, para conquistar nuevos mercados para sus productos. Por el contrario, cuando hablamos de empresas de economía social nos estamos refiriendo a un nuevo fenómeno en términos de creación de empleo que se realiza en forma comunitaria. El objetivo es que la gente pueda salir de la pobreza dándoles capacitación y apoyándoles para que puedan crear un proyecto de empresa y tengan rentabilidad que les permita ganar un salario de calidad al mismo tiempo que adquirir nuevos conocimientos. En esencia, son proyectos comunitarios que dan origen a nuevas empresas con visión social. Acerca de cómo la economía social se inserta en el marco de la planificación económica: Raymond Gervais explicó que en Canadá existe una fuerte voluntad política de promover la economía social tanto a nivel del gobierno de Québec como del federal. Desde hace ya varios años el gobierno canadiense viene apoyando con políticas activas la creación de empresas de economía social en las diferentes comunidades. En muchas regiones de la provincia de Québec, estas micro-empresas y empresas de economía social han creado más empleos que las grandes empresas en ciudades como Québec o Montréal. Gracias a ellas, muchas pequeñas localidades han salido de la pobreza permitiendo a la gente encontrar nuevos empleos. Acerca de las limitaciones inherentes del desarrollo local en Olavarría: Stella Dettoni explicó que el límite es lo local, lo que se agrava en un país fuertemente centralizado como la Argentina. Para que funcione el desarrollo local, lo esencial es la existencia de voluntad política. Los cambios en los sistemas productivos a nivel mundial nos obligan a introducir modificaciones a nivel de las instituciones y de la participación de los actores. Y para que estos cambios sean duraderos debe hacérselo desde lo local. Por ejemplo, es sumamente difícil intentar cambiar la forma de participación de arriba hacia bajo. Según Dufour, sólo con la participación de la gente, una comunidad podrá encontrar el rumbo adecuado para su desarrollo económico. Sin embargo, no se puede hacer desarrollo local sin involucrar a los gobiernos locales, aunque el nivel de intervención varíe según el caso. Por ejemplo, el intendente de Olavarría siempre dijo que él no creía mucho en el proyecto de incubadoras de empresas, pero de todos modos dio el apoyo suficiente para que se lo pudiera llevar adelante. Se hace lo que se puede con los recursos que se tiene. El desarrollo local cuesta plata, porque en una primera instancia uno debe llevar expertos que enseñen a hacer bien las cosas. Esto es lo que hicieron en Olavarría y, con el aprendizaje y experiencia adquirido, ahora están en posición de difundir y socializar este conocimiento. Ahora se está trabajando en el desarrollo del plan estratégico para cuatro ciudades –Azul, Tandil, Olavarría y Rauch– ya previsto para iniciarse en el 2004. Lo que se necesita para que funcione este plan estratégico es voluntad política, y sobre todo honestidad intelectual para hacer las cosas lo mejor que se puede. Acerca de las empresas de economía social: Según Stella Dettoni las micro-empresas y las empresas de economía social entran en un mercado donde las reglas son iguales para todas las empresas. De allí que sea necesario darles asistencia técnica y facilitarles el acceso al crédito para que ellas puedan competir en el mercado. En una charla con cartoneros y cooperativas de cartoneros le preguntaron dónde se podía acceder a un centro virtual de incubadora de empresas, porq ue ellos también necesitaban asesoramiento de cómo hacerlo y vender mejor para poder competir en mejores condiciones en el mercado. Acerca de la generación de empleo del cluster tecnológico en Córdoba: Manuel San Pedro explicó que hoy por hoy hay aproximadamente unos 1500 empleados trabajando directamente para el núcleo de las empresas del cluster. Pero que esta cantidad aumenta considerablemente si se toma en cuenta la cantidad de empresas que proveen servicios a las empresas tecnológicas. Acerca de los esfuerzos de exportación del cluster tecnológico: La Argentina es un país esencialmente exportador de commodities que son productos sin complejidad técnica. Por el contrario, la exportación de software es un proceso complejo que requiere un régimen legal adecuado. En el país falta un régimen de protección de la propiedad intelectual del software así como procedimientos productivos que tengan estándares de calidad, como las normas ISO lo son para el resto de los sectores productivos. Para algunos mercados (como el norteamericano), las empresas de software necesitan de las normas CMM, que son muy costosas de implementar así como es largo el proceso de hacerlo. Si bien se han dado algunos pasos en esta dirección, el proceso todavía es muy incipiente. Hoy por hoy, se inició un período de prospección de mercados. Algunas empresas del cluster tienen socios extranjeros y consecuentemente venden sus software en el exterior, pero esto es por el momento más una excepción que la regla general. Consideraciones Finales Luis Coraggio advirtió sobre el riesgo de pensar que se pueden transferir fácilmente de un país a otro modelos de situaciones exitosas sin tener en cuenta su contextualización histórica. La historia del movimiento Desjardins, por ejemplo, está marcada de conflictos, crisis y redefiniciones de estrategias; y, los resultados exitosos que hoy se constantan son consecuencia de la forma en que se resolvieron dichos conflictos a lo largo de su propia historia. Por otra parte, es necesario comprender que la problemática argentina está inserta en un sistema internacional profundamente asimétrico. Podemos tener experiencias exitosas a nivel micro-económico pero las mismas encontrarán fuertes dificultades dentro un contexto macro-económico adverso. Un reciente estudio del PNUD y de la CEPAL estima que se necesitarían alrededor de 80 años para reducir a la mitad el nivel de indigencia en nuestros países. Se ha hablado mucho de la importancia de aumentar la productividad, pero es indispensable recordar que el crecimiento económico por sí mismo no apareja desarrollo. La importancia del entorno para el desarrollo de las pymes y micro-emprendimientos ha sido enfatizado en todas las presentaciones. Los fracasos de largas décadas de experiencias de intervención para generar pymes en la Argentina no hacen más que corroborarlo. En Argentina también necesitamos cambiar el entorno de las políticas públicas, del sistema científico y tecnológico y de las instituciones. Este proceso encuentra dos grandes obstáculos. Primero, el entorno adverso de las grandes empresas que no proveen una plataforma de servicios para las empresas con las cuales trabajan. Segundo, la forma de hacer política en la Argentina. Basta con mirar lo que sucede en el conurbano bonaerense donde las micro-empresas o emprendimientos, las cooperativas, las pymes se enfrentan constantemente con la violencia política a todos los niveles. Por otra parte, hay regiones del país que son verdaderos feudos donde la posibilidad de desarrollo económico desde lo local depende de la capacidad real de democratizar la política. Un sistema de pymes exitosas como aquí se propuso correctamente requiere la conformación de redes pero necesita también un piso social mínimo distinto del contexto actual donde un 53% de la población vive en la pobreza. De lo contrario, podremos llegar a tener un sistema de pymes exitosas, pero las mismas se convertirán en enclaves sin capacidad de generar sinergias y de contribuir a un desarrollo económico armónico de la región y del país. Necesitamos que la polít ica social y la política económica se integren en una política socio-económica. Estamos en un momento muy particular, donde el gobierno ha planteado su voluntad de pasar del asistencialismo al desarrollo de otras estructuras productivas basadas en la asociación, en la distribución de activos como el crédito y el acceso a la tecnología, etc. Estas son políticas sumamente valiosas que ojalá se hagan realidad sabiendo que los cambios no se producen de un día para el otro. Palabras de cierre de la mesa redonda La embajadora Ana Cafiero ofreció una rápida mirada a la temática de la mesa redonda desde las dolorosas consecuencias que a nivel de los procesos migratorios (emigración y migraciones internas) genera la ausencia de un desarrollo económico local duradero. América Latina, recordó Cafiero, es el continente más urbanizado y más inequitativo del mundo, aunque no el más pobre. Y, dentro de ello, Argentina es el país más urbanizado. Hoy los panelistas han compartido las experiencias y prácticas del desafío del desarrollo local, proceso sumamente complejo que puede ofrecer una solución sostenida a la emigración de jóvenes argentinos en búsqueda de un mejor nivel de vida. Y, al mismo tiempo a nuestro déficit de gobernabilidad, que aunque duela esta palabra, tenemos en nuestro país. Durante esta mañana, hemos realizado un trabajo fecundo y profundo del cual salimos todos enriquecidos, reconoció la embajadora Cafiero, quien agradeció a todos los panelistas canadienses y argentinos por haber compartido con el auditorio sus valiosas experiencias y prácticas. Enfatizó la importancia de esta serie de mesas redondas no sólo porque permiten aprender de las experiencias de los amigos canadienses sino también porque, como en este caso concreto, dan una oportunidad de juntarnos entre nosotros y compartir las experiencias de trabajo que desde distintos lugares estamos debatiendo y llevando a cabo en el ámbito del desarrollo local. Biografías de los expositores ALEJANDRO ARLÍA Subsecretario de Relaciones Institucionales, Jefatura de Gabinete de Ministros. Previamente se desempeñó como Subsecretario de Relaciones con las Provincias y Presidente del Comité Directivo del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. También fue Director Provincial de Estudios Económicos y Jefe de Asesores de la Subsecretaría de Política y Coordinación Fiscal del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires (1997 hasta abril de 2001). Participó en programas de reformas estructurales provinciales y en misiones técnicas internacionales. Es licenciado en Economía y su especialidad son las finanzas públicas, tema en el cual ha trabajado los últimos 13 años. arliaa@jgm.gov.ar DANIEL ARROYO Secretario de Políticas Sociales, Ministerio de Desarrollo Social. Docente-Investigador de Flacso en el área de Estado y Políticas Públicas. Profesor en las universidades de Buenos Aires, San Martín y Belgrano. Se ha desempeñado como consultor del Banco Mundial para los procesos de reformas en provincias y municipios y como consultor del BID para la reorganización de políticas sociales locales. Es licenciado en Ciencias Políticas (UBA) con un posgrado en Control y Gestión de Políticas Públicas (FLACSO). Ha participado en la elaboración de planes estratégicos en varios municipios del país. Temas de investigación que ha trabajado: Desarrollo local y proyectos productivos; Planificación estratégica regional; Descentralización y políticas sociales locales y, modelos de gestión asociada entre gobiernos locales y ONGs. sps@desarrollosocial.gov.ar JOSÉ LUIS CORAGGIO Investigador –Docente Titular de Sistemas Económicos Urbanos en el Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Es Director Académico de la Maestría en Economía Social y organizador de la de la Red Latinoamericana de Investigaciones en Economía Social y Solidaria auspiciada por la Maestría en Economía Social, la catedra UNESCO (Brasil), FLACSO (Ecuador) y URBARED. Miembro del Comité Académico de la Red Federal de Investigadores de Desarrollo Local y Economía Social promovida por el Ministerio de Desarrollo Social (noviembre 2003). Actualmente realiza investigaciones sobre economía popular urbana, desarrollo local y economía del trabajo y polític as sociales, en particular políticas educacionales. Licenciado en economía con maestría y Ph.D. Candidate en Ciencia Regional de la Warthon School de la Universidad de Pennsylvania. jlcoraggio@fibertel.com.ar STELLA MARIS DUFOUR Coordinadora Unidad Ejecutora Local del programa de Desarrollo Local y Competitividad PYME (cofinanciación BID-FOMIN y recursos locales). Previamente se desempeñó como Secretaria de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Olavarría, provincia de Buenos Aires (1991-2002). Abogada de profesión con estudios de posgrado en desarrollo local. La Dra. Dufour tiene amplia experiencia en gestión y coordinación de proyectos como el de “Incubadoras de Empresas Olavarría” del programa Provincial de Microempresas; el de Descentralización del Parque Industrial de Olavarría y creación de la Asociación Propietarios del Parque Industrial”. mdufour@coopenet.com.ar RAYMOND GERVAIS Director general y responsable para el desarrollo económico de cuatro regiones de la provincia de Québec ( Bellechase, Norte de Québec, Haut Richelieu y Lanaudiére). En 1998, Gervais fundó de la Société Internationale des Organismes de développement économique de Canada (SIODE Canada), organismo sin fines lucrativo que reune a más de 400 profesionales en desarrollo económico y cuyo objetivo es la transferencia de conocimientos y experiencia canadiense en materia de desarrollo económico a países con economías en transición. Durante los últimos seis años, SIODE ha trabajado en Marruecos, Senegal, Costa del Marfil, Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay. Es licenciado en ingeniería industrial y en desarrollo económico y, posee más de 20 años de experiencia en desarrollo local y regio nal en Québec. mrgervais_siode@hotmail.com FLOREAL GORINI Presidente del Consejo de Administración del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y miembro del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Es docente del IDELCOOP –Instituto de Cooperación, Fundación Educacional. También se desempeña como Prosecretario del Consejo de Administración de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERA) y miembro de la Comisión de Finanzas de esta entidad. Ha asesorado a entidades cooperativas de crédito de América Latina para la elaboración de proyectos de financiamiento en el área de la economía social. Entre diciembre de 1995 y 1997 se desempeñó como Diputado Nacional. Ex- Gerente General del Instituto Mobilizador de Fondos Cooperativos (1973 y 1992). mmarisa@imfc.coop DENIS LAVERDIÈRE Vice-presidente de finanzas y administración de la Fédération des Caisses Populaires Acadiennes Ltée (desde Julio de 1994). Tiene bajo su responsabilidad las direcciones de: Recursos Humanos y Formación; Tesorería y Contabilidad; Recursos Materiales y de Tecnología de Información. Es Director General de varios institutos del movimiento cooperativo tales como el Institut de Coopération Acadien ; Société d’investissement du Mouvement Acadien (a partir del 2000) y del Conseil Acadien de la Coopération (desde el 2001). Previo a su experiencia a nivel del cooperativismo, el Sr. Laverdière se desempeñó como agente de desarrollo económico de la Comisión industrial de Restigouche y como gerente de la compañía Compucentre. Es diplomado del Instituto de Cooperación de la Acadia y tiene una licencia en Administración de Negocios de la Universidad de Laval. mdenis_laverdiere@acadie.com MANUEL SAN PEDRO Fundador y Director Ejecutivo de Cluster Cordoba Technology. Presidente de MKT S.A. Consultores. Se desempeña en la Universidad Empresarial Siglo 21 como Vicerrector de Desarrollo; docente de Análisis Integral de la Competitividad Empresaria y docente de Planeamiento Estratégico. Ha desarrollado consultoría y trabajos de investigación para empresas locales, nacionales e internacionales. DAVID SLADE En la actualidad, el Sr. Slade se desempeña como Director General de Políticas para la Atlantic Canada Opportunities Agency (ACOA). Desde junio de 1987, ha trabajado en ACOA en varios cargos, a saber: en Terranova, como Director General de Política y Coordinación; en Ottawa, como Ayudante en Jefe del Ministro en lo relativo a ACOA, y en la sede de ACOA, como Director Ejecutivo de Estrategia y Planificación Corporativa, y como Jefe de Economistas. El Sr. Slade es un funcionario público de carrera. Entre 1971 y 1985, ocupó cargos en diversas secretarías dentro del Gobierno de las provincias de Terranova y Labrador, y ha trabajado en el ámbito de las políticas fiscal y financiera, los análisis macroeconómicos, las políticas energéticas y de recursos, y el desarrollo económico regional. En 1985 se incorporó al Gobierno de Canadá, y comenzó a desempeñarse en el Federal Economic Development Coordinator (la Secretaría de Coordinación de Desarrollo Económico Federal) para las provincias de Terranova y Labrador. El Sr. Slade es economista. david.slade@acoa-apeca.gc.ca