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402 ORIGINAL Rev. Soc. Esp. Dolor 10: 402-410, 2003 Comparación de dos pautas analgésicas para el tratamiento del dolor postoperatorio tras reconstrucción de los ligamentos de la rodilla en programas de cirugía mayor ambulatoria S. López-Álvarez1, C. Bonome1, M. C. González-Nisarre2 y J. M. Cobián 3 López-Álvarez S, Bonome C, González-Nisarre MC, and Cobián JM. Comparison between two analgesic regimes for the management of postoperative pain after reconstruction of knee ligaments in programs of major outpatient surgery. Rev Soc Esp Dolor 2003; 10: 402410. SUMMARY Introduction: Over the past decade, the number, diversity and complexity of the interventions performed as MOS have increased, with the standard analgesic techniques failing to achieve optimum postoperative analgesia. Between 30 and 40 per cent of patients discharged from a MOS unit may present moderate or severe pain. The most frequent complication in reconstructive surgery of knee ligaments through the arthroscopic route is severe pain. So, in order to successfully perform these procedures in programs of major outpatient surgery, an effective postoperative analgesia must be guaranteed. Objective: The aim of this study is to determine the effectiveness and efficacy of postoperative analgesia, its side effects and the degree of satisfaction in a MOS program with the administration of continuous intravenous analgesia through elastomeric infusion pumps, compared to standard oral therapy. Material and method: Patients were randomised to two groups according to the type of postoperative analgesia administered. Group A: intrave- 1 2 3 nous metamizol through continuous infusion 2 ml.h-1, 6 g.day-1. Group B: oral metamizol 575 mg each 6 hours. All the patients received instructions prior to hospital discharge and pain severity was assessed at home during the first 48 hours at 6-hour intervals, along with side effects, sleep disorders, need of rescue analgesia and degree of satisfaction. Results: Fifty patients were randomised to the two treatment groups. In both groups, the most severe postoperative pain was reported in T2 and T3 (24 and 32 hours), but there were only significant differences between T1 and T3 /16 and 24 hours). Thirty four per cent of patients did not reported postoperative pain, the difference being significant between group A (44%) and group B (24%). Fifty two per cent reported slight pain and 14%, moderate pain. In group B, 12% had episodes of night awakening associated to pain, and the need of rescue treatment and the incidence of nausea and/or vomiting were significantly greater. The degree of satisfaction was similar in both groups. Conclusion: None of the two analgesic regimes provided appropriate analgesia to all the patients (20% of patients required rescue treatment), but the administration of analgesia through elastomeric infusion pumps is a safe and effective method that provides more comfort to the patient (better management of pain, less need of rescue treatment and more hours of sleep) with less side effects. Further research is needed in order to demonstrate the benefits of these analgesic techniques in MOS. © 2003 Sociedad Española del Dolor. Published by Arán Ediciones, S.L. Key words: Arthroscopic surgery. Outpatient surgery. Postoperative pain. Multimodal analgesia. Elastomeric infusion pumps. Médico Adjunto Enfermera Supervisora de la Unidad Coordinador de la Unidad RESUMEN Unidad de Cirugía sin Ingreso del Hospital Abente y Lago. Complexo Hospitalario Universitario Juan Canalejo. A Coruña. Introducción: Recibido: 31-01-03. Aceptado: 11-08-03. Durante la última década la CMA aumentó el número, la diversidad y la complejidad de las intervenciones realiza24 COMPARACIÓN DE PAUTAS ANALGÉSICAS PARA TRATAMIENTO DEL DOLOR POSTOPERATORIO TRAS RECONSTRUCCIÓN DE LIGAMENTOS DE RODILLA EN PROGRAMAS DE CMA das, fracasando las técnicas analgésicas convencionales en el objetivo de conseguir una analgesia postoperatoria óptima. Un 30-40% de los pacientes dados de alta en una unidad de CMA pueden tener dolor de moderado a severo. La complicación más frecuente en cirugía de reconstrucción de los ligamentos de la rodilla, vía artroscópica, es el dolor severo, por lo que para realizar con éxito estas intervenciones en programas de CMA, debemos garantizar una buena analgesia postoperatoria. 403 Palabras clave: Cirugía artroscópica. Cirugía ambulatoria. Dolor postoperatorio. Analgesia multimodal. Infusores elastoméricos. Objetivo: El objetivo de este estudio es valorar la eficacia y efectividad de la analgesia postoperatoria, los efectos secundarios y el grado de satisfacción en un programa de CMA, de la administración de analgesia endovenosa continua, mediante infusores tipo elastoméricos, frente al método convencional de tratamiento vía oral. Material y método: Estudio prospectivo, randomizado de 50 pacientes, programados para cirugía de reconstrucción de ligamentos de la rodilla, vía artroscópica. En todos se realiza un manejo multimodal del dolor postoperatorio (AINE, anestésicos locales y opiáceos) y se emplea una técnica anestésica similar. Los pacientes fueron distribuidos de forma aleatoria en dos grupos en función del tipo de analgesia postoperatoria administrada. Grupo A: metamizol endovenoso mediante infusor continuo a 2 ml.h -1, 6 g.día -1. Grupo B: metamizol vía oral 575 mg cada 6 horas. Todos recibieron instrucciones previas al alta hospitalaria y en su domicilio evalúan la intensidad del dolor en las primeras 48 horas en 6 intervalos de tiempo diferentes, efectos adversos, alteraciones del patrón de sueño, requerimientos de analgésicos de rescate y grado de satisfacción. Resultados: Se incluyen 50 pacientes distribuidos en dos grupos de tratamiento. En ambos grupos el dolor postoperatorio más elevado fue en T2 y T3 (24 y 32 h), sin embargo sólo existen diferencias significativas en T1 y T3 (16 y 24 h). El 34% de los pacientes no presentó dolor postoperatorio, siendo significativa la diferencia entre el grupo A (44%) y el B (24%); el 52% refirió un dolor leve y el 14% presentó dolor moderado. En el grupo B, un 12% presenta episodios de despertar nocturno asociados a dolor, y la necesidad de tratamiento de rescate e incidencia de náuseas y/o vómitos fue significativamente superior. El grado de satisfacción fue similar en ambos grupos. Conclusión: Ninguna de las dos pautas analgésicas proporciona analgesia adecuada a todos los pacientes (20% de pacientes requieren tratamiento de rescate), pero la administración de analgesia mediante infusores elastoméricos es un método seguro y eficaz que proporciona más confort al paciente (mejor control del dolor, menores necesidades de tratamiento de rescate y más horas de sueño) con un número de efectos secundarios menor. Son necesarios más estudios, para demostrar los beneficios de estas técnicas analgésicas en el contexto de la CMA. © 2003 Sociedad Española del Dolor. Publicado por Arán Ediciones, S.L. 25 INTRODUCCIÓN El dolor postoperatorio (DP) es la causa médica más frecuente de demoras en el alta en una unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), y junto con las náuseas y/o vómitos postoperatorios (NVPO) es el principal motivo de ingreso hospitalario (1-3). Uno de los retos más importantes para los profesionales que trabajan en CMA, es conseguir una analgesia postoperatoria óptima para sus pacientes. Aproximadamente el 30-40% de los pacientes dados de alta en una unidad de CMA, pueden tener dolor de moderado a severo durante las primeras 24-48 horas del periodo postoperatorio y un 20% refieren problemas de sueño durante la primera noche debido a dolor severo (4-11). El DP, de la mayoría de los procedimientos realizados en CMA, puede ser controlado mediante la administración de analgésicos por vía oral; sin embargo, cada día se incorporan procedimientos más complejos y dolorosos a estos programas (reconstrucción de rodilla y hombro, hemorroidectomía, cirugía ortopédica del pie), que ponen en evidencia el fracaso de las técnicas analgésicas convencionales en este tipo de intervenciones (4-8). La complicación más frecuente de la cirugía de reconstrucción de los ligamentos de la rodilla, vía artroscópica, es el dolor severo, por lo que habitualmente este procedimiento se realiza en programas convencionales de cirugía con ingreso. Muchos pacientes intervenidos de rodilla, presentan un DP de moderado a severo cuando se emplean tratamientos analgésicos convencionales por vía oral, con numerosos efectos secundarios (4-8); por tanto, los bloqueos regionales deben proporcionar analgesia residual, para reducir al mínimo la necesidad de analgésicos por vía oral. El empleo de anestésicos locales y opiáceos intraarticulares, según diferentes estudios, permitirán este doble objetivo (12-14). A pesar del intenso DP, la cirugía reconstructiva de rodilla vía artroscópica, es un procedimiento óptimo para realizar en programas de CMA, si garantiza- 404 S. LÓPEZ-ÁLVAREZ ET AL. mos una buena analgesia postoperatoria. Es importante informar al paciente del grado de dolor esperado y de las alternativas de las que disponemos para tratarlo, basadas en el concepto de analgesia multimodal, combinando técnicas y fármacos analgésicos que actúan a distintos niveles nociceptivos con el fin de obtener un efecto sinérgico (15-18). En la actualidad disponemos de técnicas y métodos eficientes y seguros para garantizar la consecución de analgesia en el periodo postoperatorio (analgesia continua mediante sistemas de infusión elastoméricos) (19-25). El objetivo de este estudio era comparar la eficacia, efectividad, efectos secundarios y satisfacción del metamizol administrado de forma continua, vía endovenosa, mediante infusores tipo elastoméricos durante las 48 primeras horas del postoperatorio en cirugía de reconstrucción de ligamentos, frente al método convencional de tratamiento vía oral del dolor postoperatorio en programas de CMA. PACIENTES Y MÉTODOS Se realizó un estudio prospectivo, randomizado, comparando la analgesia postoperatoria con metamizol intravenoso (mediante infusor elastomérico) frente al metamizol por vía oral en pacientes intervenidos de reconstrucción de ligamentos de rodilla, vía artroscópica, bajo anestesia subaracnoidea en programa de CMA. Se incluyeron 50 pacientes, habiendo manifestado su consentimiento respecto a la técnica de analgesia postoperatoria y a su inclusión en el estudio; estado físico ASA I-II, con edades comprendidas entre 14-60 años ambos inclusive y un peso corporal ≤ 20% del peso ideal. Fueron excluidos del estudio aquellos pacientes que rechazaron la técnica, los que presentaron posibles alergias a los fármacos empleados, antecedentes de enolismo, drogadicción y/o enfermedad psiquiátrica. Los pacientes fueron distribuidos de forma aleatoria en dos grupos en función del tipo de analgesia postoperatoria utilizada: —Grupo A: metamizol i.v. (Baxter C1075 de 2 ml.h-1, 6 g.24 h-1). —Grupo B: metamizol v.o. (575 mg.6 h -1). En quirófano se les monitorizó con electrocardiografía en las derivaciones II y V5, presión arterial no invasiva y pulsioximetría. Previa venoclisis y administración de forma estandarizada de 500 ml de suero ringer lactado, fue practicada anestesia subaracnoidea con aguja punta de lápiz (Sprotte G 25). Todas las punciones fueron realizadas a nivel de L3-L4 en Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 10, N.º 7, Octubre 2003 posición sentada, por vía medial y con las medidas habituales de higiene y asepsia, administrándose bupivacaína hiperbara al 0,5% (10-12 mg) para conseguir un bloqueo aproximado a D10. El manejo del DP, mediante analgesia multimodal, se inició al finalizar la cirugía con ketorolaco intravenoso (60 mg) y bupivacaína al 0,25% (20 ml) más morfina (5 mg) intraarticular a través del artroscopio. Posteriormente los pacientes pasaron a la Unidad de Recuperación Post-Anestésica (URPA), donde se les valoró el dolor mediante la escala analógica visual (Visual Analogue Scale, VAS de 0-10), considerando en CMA valores aceptables de 3. Se midieron valores cada hora, en reposo y movimiento; en caso de dolor moderado o severo (VAS >3) se les administró tramadol intravenoso (100 mg). Cuando eran dados de alta a su domicilio, el personal de enfermería de la unidad proporcionaba el informe de alta y la medicación analgésica pautada: 75 mg de diclofenaco/12 horas, más metamizol endovenoso u oral, según el grupo al que pertenecían; así mismo facilitaban la analgesia de rescate (50 mg de tramadol v.o.). En el grupo de tratamiento con sistema infusor revisaban su correcto funcionamiento e instruían a los pacientes y/o familiares en el manejo del mismo. Las valoraciones se realizaron en seis tiempos, según las instrucciones que previamente recibieron los pacientes antes de su alta hospitalaria: T0 (a las 8 horas después de la intervención), T1, T2, T3, T4 y T5 (16, 24, 32, 40 y 48 horas después de finalizar la cirugía). Asimismo, se estudiaron las siguientes variables: edad, sexo, ASA, duración de la cirugía y tiempo de estancia en la unidad de CMA. En T0, T1, T2, T3, T4 y T5 se registraron: intensidad del dolor evaluado por los pacientes según la escala VAS, cuantificable de 0 (sin dolor) a 10 (máximo dolor tolerable), efectos indeseables (náuseas, vómitos), alteraciones del patrón de sueño (número de horas de sueño, despertar nocturno), requerimientos de analgesia de rescate y grado de satisfacción del paciente valorado según una escala verbal (muy bueno, bueno, regular o malo). El seguimiento domiciliario se realizó vía telefónica durante las primeras 48 horas del postoperatorio, posteriormente los pacientes acudían a la unidad para revisión y retirada del dispositivo infusor si lo llevaban, valorando su grado de aceptación y satisfacción con el mismo. El análisis estadístico se realizó utilizando análisis de varianza (ANOVA) para observaciones repetidas con las variables cuantitativas y la prueba del Chi cuadrado con la corrección de Yates para variables 26 COMPARACIÓN DE PAUTAS ANALGÉSICAS PARA TRATAMIENTO DEL DOLOR POSTOPERATORIO TRAS RECONSTRUCCIÓN DE LIGAMENTOS DE RODILLA EN PROGRAMAS DE CMA cualitativas. Los datos se expresaron como error estándar o número de casos respectivamente. El nivel de significación propuesto fue un valor p < 0,05. RESULTADOS Se evaluaron un total de 50 pacientes divididos en dos grupos, ambos resultaron ser homogéneos. En la Tabla I se describen las características demográficas, ASA, duración de la intervención y tiempo de estancia en la unidad, que aunque fue superior en el grupo A (metamizol i.v.) no se hallaron diferencias estadísticamente significativas. Todos los pacientes fueron dados de alta, de la unidad de CMA, con un VAS inferior a 3. En la Tabla II se registra la intensidad del dolor, en cada tiempo, durante las 48 horas del estudio. Los valores más altos se registraron en T2 y T3, en ambos grupos. La diferencia en la intensidad del dolor en T1 y T3 fue estadísticamente significativamente entre ambos grupos. El 34% de los pacientes no presentó dolor postoperatorio, siendo significativa la diferencia entre el grupo A (44%) y el B (24%); el 52% refirieron un dolor leve y el 14% presentaron dolor moderado. El número de horas de sueño, en la primera noche de postoperatorio, fue mayor en el grupo A, mientras que en el B un 12% presentaron episodios de despertar nocturno asociado a dolor. La necesidad de analgesia de rescate fue significativamente superior en el grupo B, así como la incidencia de náuseas y/o vómitos (Tabla III). La analgesia continua endovenosa redujo un 25% las necesidades de analgésicos opiáceos de rescate, no analizando en el estudio el consumo medio de dosis de rescate en cada grupo. El 86% de los pacientes no presentó ningún efecto adverso, siendo las náuseas y/o vómitos el más frecuente, ni tampoco se registraron incidencias secundarias al sistema de infusión. El grado de aceptación del sistema de infusión continua fue muy bueno tanto por parte del paciente como de la enfermería, aunque el grado de satisfacción global fue similar en ambos grupos. TABLA I. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS, DURACIÓN DE LA CIRUGÍA Y TIEMPO EN LA UNIDAD Edad Sexo (H, M) ASA I, II Duración cirugía Alta a domicilio Grupo A (n=25) Grupo B (n=25) 31 ± 10 19/6 17/ 8 91 ± 16 240 ± 45 32 ± 9 18/7 15/10 94 ± 14 230 ± 42 Valores expresados como media ± DE. p = ns 27 405 TABLA II. VALORES MEDIOS DE DOLOR POSTOPERATORIO EN DIFERENTES TIEMPOS SEGÚN VAS EN AMBOS GRUPOS T0 T1* T2 T3* T4 T5 Grupo A (n=25) Grupo B (n=25) 1,2 ± 0,8 1,4 ± 0,7 2,7 ± 0,8 2,5 ± 0,9 1,3 ± 0,9 0,9 ± 0,8 1,3 ± 0,8 1,9 ± 0,9 2,9 ± 0,8 2,9 ± 0,9 1,5 ± 0,9 1,1 ± 0,9 Valores expresados como media ± DE. * p < 0,05 TABLA III. INCIDENCIA DE DP, NECESIDADES DE TRATAMIENTO DE RESCATE, EFECTOS ADVERSOS Y GRADO DE SATISFACCIÓN Ausencia dolor* (34%) Dolor leve (52%) Dolor moderado* (14%) Horas sueño Despertar nocturno Tratamiento rescate* NVPO* Grado de satisfacción (muy bueno, bueno) Grupo A (n=25) Grupo B (n=25) 11 (44%) 12 (48%) 2 (8%) 7 ± 1,8 0 2 (8%) 2 (8%) 6 (24%) 14 (56%) 5 (20%) 6 ± 1,5 3 (12%) 8 (32%) 5 (20%) 97% 95% Valores expresados como porcentajes. * p < 0,05 DISCUSIÓN La mayoría de los procedimientos realizados en CMA producen escaso DP, que puede controlarse fácilmente con fármacos analgésicos administrados por vía oral (4,11,15). La incorporación de intervenciones más complejas y dolorosas en los programas de CMA, nos obliga como anestesiólogos, al empleo de pautas analgésicas que permitan de una forma segura y eficaz un adecuado control del dolor, sin ocasionar retrasos en el alta hospitalaria, permitiendo la realización de vías rápidas en CMA (16-26). Las causas que determinan la severidad del dolor después de cirugía ambulatoria son multifactoriales: tipo de anestesia y fármacos administrados en el intraoperatorio, procedimiento quirúrgico, historia analgésica (tolerancia), factores demográficos del paciente y respuesta emocional y fisiológica del paciente al dolor (5-7). La efectividad de cualquier técnica analgésica depende tanto de la disminución del dolor que proporciona, como de los efectos secundarios y complica- 406 S. LÓPEZ-ÁLVAREZ ET AL. ciones que ocasiona, permitiendo una rápida incorporación del paciente a su actividad normal. Debemos pautar analgésicos de acuerdo a la severidad del dolor asociado al procedimiento, y suplementos analgésicos adicionales para cubrir cualquier actividad dolorosa. Los pacientes deben ser informados de los efectos adversos que produce el dolor, la necesidad de cumplir el tratamiento analgésico pautado y de las diferentes posibilidades de obtener analgesia postoperatoria (7). Las técnicas analgésicas en CMA deben ser efectivas, seguras, fácilmente manejables y con mínimos efectos secundarios (26). La combinación de diferentes fármacos analgésicos, con sus diferentes mecanismos de acción, produce un sinergismo que nos permite reducir las dosis y la incidencia de efectos secundarios. Los pacientes de ambos grupos recibieron analgesia multimodal para el control del DP, que se ha demostrado eficaz en diferentes trabajos (1518), que incluía anestesia regional para el procedimiento, analgesia intraarticular, antiinflamatorios (metamizol y diclofenaco) y opiáceos (tramadol). La anestesia espinal es adecuada para múltiples intervenciones de traumatología, ya que se trata de una técnica segura, fiable y sencilla, que permite ofrecer a pacientes y traumatólogos buenas condiciones para la intervención quirúrgica, sin embargo, no esta exenta de riesgos en procedimientos ambulatorios (27). Una de las principales complicaciones es la cefalea postpunción dural (CPPD), cuya incidencia se relaciona con múltiples factores (28,29). En nuestro estudio, utilizando agujas atraumáticas no hubo ningún caso de cefalea, pero el tamaño de la muestra es pequeño. La utilización de agujas de pequeño calibre y con punta cónica atraumática (punta lápiz) permite disminuir su incidencia, favoreciendo la utilización de esta técnica en gente joven y en cirugía ambulatoria (30). Con agujas tipo Sprotte o Whitacre, la incidencia de CPPD es significativamente menor que con agujas tipo Quincke, sin embargo, para observar diferencias con agujas atraumáticas de diferentes calibres se necesitan series muy grandes de pacientes. Tradicionalmente las diferencias entre los dos tipos de punta, se explican sobre la base de que la punta lápiz produce una menor lesión de las fibras de la duramadre. Trabajos recientes con microscopia electrónica demuestran que es poco probable que una aguja, independientemente del diseño de su punta, pueda atravesarlas sin dañarlas, por lo que debemos buscar otras explicaciones (31). El paracetamol y los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son los fármacos más empleados para el control del DP en CMA; aunque durante los últimos Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 10, N.º 7, Octubre 2003 años diferentes unidades incorporaron el tramadol, pese a los detractores del uso de opiáceos en CMA debido a los efectos secundarios que producen (1,32). El paracetamol es el analgésico de elección para el tratamiento del dolor leve o moderado. Los escasos efectos indeseables asociados a su uso, ausencia de efectos a nivel gastrointestinal, renal o sobre la agregación plaquetaria, lo hacen especialmente recomendado cuando se precisa un analgésico puro o como alternativa a los AINE en pacientes que presentan contraindicaciones a los mismos. Los AINE son fármacos muy utilizados para tratar el DP en CMA, pero resultan insuficientes en procedimientos que producen DP de intensidad moderada-severa (4,5,26). El DP tras cirugía de reconstrucción de ligamentos de rodilla, vía artroscópica, es de moderado a intenso. Puede tratarse adecuadamente en programas de CMA con la asociación de opiáceos a fármacos analgésicos-antiinflamatorios (4-9,12-14). La efectividad de los opiáceos en el tratamiento del DP es conocida, pero su uso en CMA es controvertido por los efectos secundarios que producen (32). El efecto emetizante de los diferentes opiáceos es similar y su uso incrementa la probabilidad de sufrir NVPO; sin embargo, el dolor por sí mismo es una causa importante de náuseas y vómitos. En este estudio existen diferencias significativas (8 frente 20%) en la incidencia de NVPO entre los grupos y los resultados son comparables con otros estudios (2,4,7,9). Los procedimientos incluidos en CMA deben clasificarse según la intensidad del DP que producen. La introducción de técnicas analgésicas invasivas, en el ámbito domiciliario, posibilita un control del DP severo y permite la incorporación de nuevos procedimientos a los programas de CMA (19-25). Rawall, en 1998, fue el primero que utilizó los sistemas de infusión elastoméricos con anestésicos locales para analgesia postoperatoria después de cirugía ambulatoria (19). Posteriormente publicó dos series de 70 y 149 pacientes, sometidos a diversas intervenciones en régimen ambulatorio, en los que utilizó sistemas de infusión elastoméricos tipo PCA conectado a un catéter peridural multiperforado colocado en diferentes localizaciones (subcutáneo en la herida quirúrgica, en la vaina del plexo braquial e incluso intraarticular). Los pacientes se autoadministraban bolos e incluso fueron entrenados para la retirada del catéter domiciliario. El control, por personal especializado, se realiza diariamente por vía telefónica. En ambas series la analgesia obtenida fue buena o excelente en más del 85% de los pacientes y la satisfacción con el sistema fue alta. Goldtein describió el empleo de un sistema de PCA domiciliaria con mor28 COMPARACIÓN DE PAUTAS ANALGÉSICAS PARA TRATAMIENTO DEL DOLOR POSTOPERATORIO TRAS RECONSTRUCCIÓN DE LIGAMENTOS DE RODILLA EN PROGRAMAS DE CMA fina subcutánea para el tratamiento del DP de hemorroidectomía con resultados satisfactorios y sin un incremento del número de efectos secundarios (33). Klein utiliza el bloqueo continuo de nervios periféricos (plexo lumbar y nervio ciático) en cirugía de reconstrucción de rodilla multiligamentosa, como método alternativo de control del DP, y así evita muchos de los efectos secundarios de la analgesia con opiáceos; sin embargo estos sistemas, actualmente, son poco utilizados en CMA (34,35). La infusión continua de anestésicos locales a nivel intraarticular proporciona una excelente analgesia postoperatoria y su uso se está incrementado (14,36). Estos estudios demuestran la posibilidad de utilizar técnicas analgésicas invasivas domiciliarias; pero debemos definir claramente qué procedimientos ambulatorios son los que más se benefician de este sistema de administración de analgésicos. Las pautas analgésicas que incluyen la administración de fármacos por sistemas de infusión son seguras, eficaces, cómodas, bien aceptadas por los pacientes, permiten el control del DP severo, facilitan altas precoces, disminuyen los costes y amplían el tipo de patologías subsidiarias de cirugía en régimen ambulatorio (19-25). Basándonos en esta filosofía realizamos el estudio, utilizando fármacos con diferentes mecanismos de acción y diferentes vías de administración. Los AINE son fármacos muy usados en el tratamiento del DP en CMA y actúan inhibiendo reversiblemente la ciclooxigenasa (COX) (4,37-41). Todos ellos tienen actividad analgésica, antiinflamatoria y antiplaquetaria aumentando el tiempo de sangrado. Cuando decidamos su utilización debemos tener presentes sus contraindicaciones y valorar de un modo individual la relación riesgo-beneficio (37-45). Los AINE poseen un “techo analgésico” claramente inferior al de los opiáceos, por lo que un incremento de la dosificación aumentará los efectos secundarios, sin mejorar los resultados; esto limita su utilización al dolor de intensidad moderada. Actualmente se acepta que la acción analgésica de los AINE tiene lugar tanto en los tejidos periféricos como en el SNC. A nivel periférico, mediante la inhibición de la síntesis de las prostaglandinas producidas, por ambas isoformas de la COX, en respuesta a una agresión o lesión tisular. A nivel del SNC, el efecto analgésico parece depender de la inhibición preferentemente de la COX-2, de las modificaciones en la viscosidad de la membrana plasmática, interfiriendo en la generación de las señales de transducción dependientes de la proteína G y la activación de vías serotoninérgicas descendentes que participan en la inhibición de la información dolorosa en el asta posterior de la médula espinal. El keto29 407 rolaco tiene un potente efecto analgésico y la administración intravenosa facilita el control rápido del dolor en el postoperatorio inmediato lo que le confiere una utilidad práctica en el periodo postoperatorio inmediato, sin embargo su administración durante varios días está controvertida por la posibilidad de aumento de la hemorragia postoperatoria. El diclofenaco es un potente antiinflamatorio y analgésico que se absorve bien por vía oral, se fija de forma importante a las proteínas plasmáticas y llega bien al líquido sinovial. El metamizol es un potente analgésico con escasa capacidad antiinflamatoria, que a dosis altas, puede igualar el efecto obtenido con dosis bajas de opiáceos, siendo su toxicidad gastroduodenal menor a la de otros AINE. Presenta buena absorción oral, alcanzando el nivel plasmático máximo a los 90 minutos de su administración y tiene una vida media de aproximadamente 6 horas. El mecanismo de acción de los opiáceos consiste en la unión a receptores farmacológicos específicos situados a nivel periférico, espinal y supraespinal (46,47). Son de elección en el tratamiento del DP intenso intrahospitalario; sin embargo, debido a sus efectos secundarios (náuseas, vómitos y sedación) son poco utilizados en régimen domiciliario (32). En este ámbito, cuando el dolor es de intensidad moderada, los más utilizados son tramadol y codeína. El tramadol es un opioide sintético que posee un mecanismo de acción central (agonista puro) uniéndose a los receptores mu, y una acción, no opioide, a nivel espinal inhibiendo la recaptación neuronal de norepinefrina, 5-hidroxitriptamina y serotonina, en las terminaciones nerviosas serotoninérgicas y noradrenérgicas. Ambos mecanismos tienen una acción de refuerzo y de potenciación del poder analgésico, por lo que es muy útil en el tratamiento del DP moderado-severo. La administración de codeína o tramadol oral para tratar el dolor post-artroscopia en el domicilio es un método seguro y económico con una mínima morbilidad (48). La mayoría de los estudios existentes actualmente utilizando sistemas de infusión tipo elastoméricos, utilizan anestésicos locales a través de catéteres insertados en diferentes localizaciones, pero sólo existe una referencia bibliográfica de infusión endovenosa continua en el ámbito domiciliario (49). En este estudio, de cirugía traumatológica de rodilla en programas de CMA, se evalúa la eficacia de la asociación de diclofenaco y metamizol dentro de un plan analgésico multimodal (anestesia regional y analgesia intraarticular con bupivacaína y morfina). La asociación de dos AINE puede incrementar el riesgo potencial de sus efectos indeseables, aumen- 408 S. LÓPEZ-ÁLVAREZ ET AL. tando poco la eficacia analgésica “efecto antiálgico techo”, sin embargo, al ser un grupo de fármacos muy heterogéneos, su efecto antiinflamatorio y analgésico será muy variable en función del principio activo que se trate (50-53). Desde el punto de vista farmacológico es discutible la asociación de dos fármacos que actúen por el mismo mecanismo de acción, aunque la actividad analgésica no guarda relación con su acción antiinflamatoria y varios estudios sugieren que la combinación de AINE tiene una mayor efectividad para el tratamiento del DP, sin embargo todavía no se ha demostrado si esta efectividad era por un aumento en la dosificación o por una combinación sinérgica (50-53). En base a ello, nosotros utilizamos el diclofenaco por su elevada eficacia antiinflamatoria y los escasos efectos sobre la coagulación y el metamizol como analgésico. Tras experiencias previas con infusores elastoméricos en cirugía de corta estancia, decidimos realizar en pacientes ambulatorios que presentan DP intenso este estudio, administrando el metamizol por diferentes vías de administración. Los resultados muestran que la administración continua mediante sistemas elastoméricos disminuye las necesidades de tratamiento de rescate con opiáceos y los efectos secundarios (náuseas y/o vómitos). Asimismo el número de pacientes libres de dolor es significativamente menor (24 vs 44%). Sin embargo, ninguna de las dos pautas analgésicas proporciona analgesia adecuada a todos los pacientes (20% de pacientes requieren tratamiento de rescate), aunque no analizamos el consumo medio de dosis de rescate en cada grupo de tratamiento. La probabilidad de consumir medicación de rescate fue cuatro veces superior en el grupo de pauta analgésica vía oral. Los resultados de nuestro estudio pueden estar sesgados debido a que la vía de administración es diferente y también la dosis total de metamizol (54). Uno de los motivos de una mayor eficacia analgesia de la administración intravenosa es por una dosificación superior debido a que la administración continua mantiene unos niveles plasmáticos más estables sin existir “picos y valles” en las concentraciones plasmáticas. Si las mismas dosis fuesen administradas vía oral nos encontraríamos con picos plasmáticos de estos fármacos que podrían generar efectos secundarios indeseables. Es probable que dosificaciones similares obtengan una misma respuesta, aunque el efecto psicológico de la administración elastomérica puede alterar de forma positiva los resultados a favor de este mismo. En resumen, en este estudio las técnicas invasivas proporcionan mejor analgesia, menor número de Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 10, N.º 7, Octubre 2003 efectos secundarios y un elevado grado de aceptación por parte de los pacientes. Son un método seguro, eficaz y viable que proporciona más confort al paciente (mejor control del dolor, menor consumo de opiáceos y más horas de sueño) con un número de efectos secundarios inferior (menor incidencia de náuseas o vómitos) a las pautas orales. Son necesarios nuevos estudios para determinar vía de administración y asociaciones de fármacos analgésicos más eficaces para proporcionar analgesia postoperatoria óptima y con escasos efectos secundarios, en cirugía de reconstrucción ligamentosa de rodilla vía artroscópica, para poder incorporar este procedimiento a todos los programas de CMA. CORRESPONDENCIA: S. López Álvarez Unidad de Cirugía sin Ingreso del Hospital Abente y Lago. Complexo Hospitalario Universitario Juan Canalejo. C/ Sir John Moore, s/n. 15001 A Coruña e-mail: slopezal@mundo-r.com BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Tong D, Chung F. Postoperative pain control in ambulatory surgery. Surgical Clinics of North America 1999; 79: 401-30. 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