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Sección para residentes T C N G A: A E P D D Jorge Ahualli Abstract Resumen Abdominal fat necrosis may cause pain, mimic findings of acute abdomen, or be asymptomatic and accompany other pathophysiologic processes. Common processes that are present in fat necrosis include torsion of an epiploic appendage (a self-limited inflammation of the appendices epiploicae), infarction of the greater omentum (a hemorrhagic infarction resulting from vascular compromise), encapsulated fat necrosis (traumatic or ischemic insult that causes fat degeneration), fat saponification and pancreatitis and heterotopic ossification in surgical incisions of the abdomen (represent a subtype of traumatic myositis ossificans in which osseous, cartilaginous, and, occasionally, myelogenous elements forms within a surgical incision). La necrosis grasa abdominal puede causar dolor, simular un abdomen agudo o ser asintomática y acompañarse de otros procesos fisiopatológicos. Alteraciones que comúnmente se relacionan a necrosis grasa abdominal incluyen la torsión de un apéndice epiploico (un proceso inflamatorio autolimitado de los apéndices epiploicos), infarto del omento mayor (un infarto hemorrágico resultante del compromiso vascular del omento), necrosis grasa encapsulada (afección traumática o isquémica que causa degeneración grasa), saponificación grasa y pancreatitis y osificación heterotópica vinculada a incisiones quirúrgicas del abdomen (un subtipo de miositis osificante traumática en la que elementos óseos, cartilaginosos y ocasionalmente mielógenos se forman en una incisión quirúrgica). Key words: necrosis, fat, abdominal. Palabras claves: necrosis, grasa, abdomen. Apendagitis Epiploica Apéndices Epiploicos: Anatomía y aspecto imagenológico normal Los apéndices epiploicos constituyen pequeñas evaginaciones del peritoneo visceral que contienen grasa y pequeños vasos sanguíneos. Los mismos nacen desde la superficie serosa del colon adyacente a la tenia coli (desde el ciego a la unión rectosigmoidea) y son más abundantes en el colon izquierdo y ciego (1,2) estando ausentes en el recto. Debido a que los mismos se combinan con la grasa pericólica vecina no suelen ser identificados con tomografía computada a no ser que se encuentren rodeados de líquido (Fig. 1) (3-6). Datos de contacto: Jorge Ahualli. Centro Radiológico Luis Méndez Collado. San Miguel de Tucumán. Tucumán. - Argentina. e-mail: jorahualli@hotmail.com Recibido: de Agosto de / Aceptado: de Octubre de Recieved: August , / Accepted: October , Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Apéndices epiploicos. a-b A) Imagen macroscópica la que demuestra a un apéndice epiploico del colon sigmoides con abundante contenido adiposo y estructuras vasculares en su interior (flecha). B) TC en un paciente con ascitis por carcinomatosis peritoneal en la que puede identificarse a los apéndices epiploicos del colon sigmoides como estructuras tubulares con densidad grasa (flechas). Apendagitis Epiploica: Fisiopatogenia y aspectos clínicos Los apéndices epiploicos pueden torsionarse sobre su propio eje o sufrir trombosis espontánea de su vena central. Ambos procesos determinan oclusión vascular con inflamación y eventualmente infarto isquémico agudo del apéndice epiploico afectado, (1) entidad reconocida recientemente, (7) denominada apendagitis epiploica (suele preferirse este término al de apendicitis epiploica a fin de evitar confusión con la apendicitis cecal aguda) (4, 8-10). Si bien este proceso suele ocurrir de manera espontánea, el ejercicio extremo ha sido reportado como un factor predisponente (11-13). La edad de presentación de dicho proceso varía de 12 a 82 años, con una incidencia máxima en la quinta década y siendo más común en obesos y mujeres (3, 12). Los pacientes típicamente presentan dolor abdominal agudo (no migratorio, aumenta con la tos sin significativa rigidez o defensa asociada), situado generalmente en fosa ilíaca izquierda (más frecuentes en relación al sigmoides, luego ascendente, descendente e infrecuentemente en el transverso) asociado a leve distensión abdominal, (3,7,11,14) pudiendo los pacientes presentar fiebre de bajo grado (3, 15). El apetito y la función abdominal no suelen modificarse mientras que las náuseas y vómitos son infrecuentes (13,15). En el análisis de laboratorio los glóbulos blancos suelen Vol. / Nº - Diciembre, . presentar recuento normal o levemente elevado (11). Debido a la ausencia de características patognomónicas, la AE suele ser difícil de diagnosticar clínicamente por lo que la evaluación imagenológica resulta fundamental, tanto para determinar el diagnóstico y establecer el tratamiento más adecuado (3,12,15). Apendagitis Epiploica: Aspecto Tomográfico En TC, el apéndice epiploico infartado se presenta como un área focal, oval, pequeña (1-4 cm), pericolónica, con densidad grasa (-40 a -120 unidades Hounsfield), habitualmente rodeada por un delgado y fino (2-3 mm de espesor) anillo denso (signo del anillo hiperdenso) el que representa al peritoneo visceral que recubre al apéndice epiploico, inflamado generalmente en relación al colon sigmoides (Fig. 2) (16, 17). Con menor frecuencia, puede identificarse en el interior de la lesión, un área densa, mal definida, redondeada o lineal (signo del punto o de la línea central) correspondiente a los vasos centrales trombosados o a áreas de hemorragia o fibrosis (Fig. 3). Si bien la presencia de estos signos resulta útil para el diagnóstico, su ausencia no excluye el diagnóstico de AE (4,7,12,13,16,18-20). Hallazgos menos frecuentes incluyen: aumento de la densidad del tejido adiposo pericolónico Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales mayor al engrosamiento mural del colon vecino (debido a cambios inflamatorios asociados) (Fig. 4); compresión extrínseca de la pared colónica vecina y engrosamiento fascial y del peritoneo parietal secundario a afección inflamatoria directa (Fig. 5) (38,12,16,21,22). Menos frecuentemente dichos hallazgos pueden observarse en relación al colon ascendente y descendente (Fig. 6), siendo en estos casos la TC una herramienta diagnóstica fundamental para la diferenciación de este proceso de otros cuadros abdominales agudos (por ejemplo, apendicitis aguda o peridiverticulitis aguda). Incluso han sido reportados casos de AE en el interior de una eventración o saco herniario con contenido intestinal (Fig. 7) (3, 4, 15). En otras ocasiones, el proceso inflamatorio e isquémico que compromete al apéndice epiploico es consecuencia del compromiso directo de otro proceso inflamatorio vecino (más frecuentemente peridiverticulitis aguda, apendicitis, pancreatitis, o colecistitis, etc.) siendo esta entidad mencionada como apendagitis epiploica secundaria (8,11,12,21). Ahualli, J. En estos casos, a los hallazgos anteriormente citados deben agregarse los de la causa productora (Fig. 8). Evolutivamente, el apéndice epiploico afectado puede demostrar varios aspectos que varían desde un área focal con densidad de partes blandas a un área focal con densidad grasa debido a necrosis grasa encapsulada residual, siendo frecuente en esta necrosis grasa la presencia de calcificación periférica (o en cáscara de huevo) (Fig. 9) (23). Menos comúnmente pueden sufrir calcificación central y rodearse de un anillo periférico compuesto de tejido fibroso (24). Han sido reportados casos de apéndices epiploicos secuelares, calcificados, avulsionados, presentes en la cavidad abdominal como cuerpos intraperitoneales perdidos (3,15,21,25). Incluso, estos cuerpos intraperitoneales pueden fijarse a estructuras u órganos (más comúnmente la superficie inferior del bazo); en estos casos se los denomina apéndice epiploico parasitario (3). La superficie lisa y la consistencia calcificada de los AE ayudan a distinguirlos de otras lesiones omentales, especialmente metástasis (6). Fig. : a-b Apendagitis Epiploica TC en la que se observa, en relación al colon sigmoides (CS), presencia de una formación oval con densidad grasa correspondiente a un apéndice epiploico inflamado, isquémico. La imagen en evaluación se rodea de un halo denso correspondiente al peritoneo visceral inflamado (flecha). Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Signo del Punto o de la Línea Central. a-b Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) en las que se observa una imagen oval con densidad grasa, rodeada de un anillo denso periférico correspondiente a apendagitis epiploica. Nótese en el interior del mismo, la presencia de una imagen lineal densa correspondiente al vaso central trombosado (flecha). Fig. : Cambios inflamatorios asociados a b A) Imagen ecográfica obtenida en fosa ilíaca izquierda en c la que se observa formación oval ecogénica no compresible (flechas). Imagen axial (B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en las que se observa una imagen oval con densidad grasa rodeada de un anillo periférico correspondiente a un apéndice epiploico infartado (*). Nótese aumento de la densidad del tejido adiposo vecino debido a la presencia de cambios inflamatorios asociados a nivel perilesional (flechas). Fig. : Engrosamiento fascial a-b Reconstrucción multiplanar coronal (A) y sagital (B) en dos pacientes con apendagitis epiploica (*). Nótese aumento de la densidad del tejido adiposo que rodea al apéndice epiploico afectado y engrosamiento de la fascia lateroconal homolateral (flechas), hallazgo también denominado “Signo de la Coma”. Vol. / Nº - Diciembre, . Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Apendagitis epiploica derecha a-b A) Imagen ecográfica transversal obtenida en fosa ilíaca derecha en la que se observa una imagen oval ecogénica no compresible (flechas). B) TC en la que se observa a un apéndice epiploico inflamado rodeado de un anillo denso correspondiente al peritoneo visceral inflamado (flechas). Su apariencia típica determina el diagnóstico diferencial con apendicitis aguda. Fig. : Apendagitis epiploica a-b en saco herniario Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar coronal (B) en las que se observa una pequeña hernia inguinal izquierda (cabeza de flecha) la que contiene tejido adiposo y un apéndice epiploico el que presenta cambios inflamatorios y engrosamiento del peritoneo visceral (flechas). Fig. : Apendagitis epiploica secundaria a b c d Reconstrucción multiplanar coronal (A) y sagital (B) en un paciente con apendicitis aguda (*) en las que se observa a un apéndice epiploico del colon ascendente, el que se presenta inflamado con signo del punto central (flecha). Imágenes axiales (C y D) en otro paciente en el que se observan al menos dos apéndices epiploicos, los que se presentan inflamados con un halo denso periférico (flechas) debido a compromiso inflamatorio directo por peridiverticulitis aguda asociada. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Cambios evolutivos a b c Evolución y Tratamiento En la mayoría de los pacientes, la AE constituye un proceso autolimitado el que se resuelve espontáneamente en 5-7 días (26). Infrecuentemente, la AE aguda puede resultar en adhesión, obstrucción intestinal, invaginación, peritonitis o formación de abscesos (3,4). La AE no requiere cirugía, y el tratamiento está basado en los síntomas del paciente (4,8,10,12,22) por lo que el mal diagnóstico puede llevar a cirugía, tratamiento médico y hospitalización injustificadas (12). Infarto omental Anatomía El omento mayor es un extenso pliegue peritoneal continuo a las capas peritoneales viscerales del estómago y colon transverso. El mismo contiene tejido adiposo y vasos sanguíneos resultando en una estructura fundamental la que actúa como una barrera para la diseminación de las infecciones o de tumores (6). Fisiopatogenia Vol. / Nº - Diciembre, . A) TC en la que se observa, en relación al colon sigmoides, presencia de imagen oval con densidad grasa y reborde denso (flecha) correspondiente a un área de necrosis grasa secuelar por apendagitis epiploica. B) Reconstrucción multiplanar sagital que demuestra una imagen oval de baja densidad y calcificación periférica parcial (flecha), como secuela de apendagitis epiploica. En otro paciente (C), los depósitos cálcicos periféricos son más extensos (flecha). La isquemia y posterior infarto del omento constituye una entidad infrecuente debido a la abundante perfusión y vasos colaterales presentes en el omento (26). La causa de infarto omental aún no es del todo clara aunque su patofisiología parece ser similar a lo que sucede en la apendagitis epiploica (27). Esta afección ocurre cuando existe una disminución o interrupción del aporte vascular arterial al omento (generalmente debido a torsión omental, insuficiencia venosa secundaria a traumatismo o trombosis espontanea de las venas del omento) (4,28). Si bien, en la mayor parte de los casos los infartos omentales son idiopáticos (15) algunos factores de riesgo (como la obesidad, la cirugía abdominal reciente, la actividad física extrema - corredores maratonistas lo que se piensa se relaciona a un bajo flujo sanguíneo como resultado de un shunt fisiológico y vasoconstricción esplácnica, la falla cardíaca congestiva, la administración de digitales y el traumatismo abdominal) han sido reportados en relación al mismo (4,9,29-32). El infarto omental primario consiste en un infarto hemorrágico resultante de un aporte vascular tenue (2, Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. 33). Algunos infartos omentales están relacionados a una combinación de flujo arterial y venoso reducido lo que ocurre en estados de hipercoagulabilidad, falla cardiaca congestiva y vasculitis (34). Estos infartos suelen presentarse con mayor frecuencia en el lado derecho (superior o inferior derecho en el 90% de los casos) lo que estaría en relación a que en este sector el omento es más largo y móvil, a la vez que presenta un aporte vascular más tenue que el resto del omento (15,25,28,29,35,36). Por su parte, el infarto omental secundario suele presentarse luego de una injuria directa como resultado de un traumatismo abdominal o traumatismo quirúrgico. A menudo, el lado del infarto se sitúa próximo al sitio quirúrgico (1,37). La torsión omental es una causa rara de IO y ocurre cuando una porción del omento se torsiona sobre si misma conduciendo a compromiso vascular. En la torsión omental, la torsión de los vasos es a menudo visible dentro del omento (1). En TC, los hallazgos vinculados al infarto omental varían desde un sutil, focal y leve aumento de la densidad del omento (en casos leves o moderados) (Fig. 10 y 11) (1,16,26,40) a la presencia de una masa (generalmente mayor a 5 cm) con densidad grasa, heterogénea, densa y que no demuestra realce tras la administración de contraste endovenoso (Fig. 12) (5,15,16,25,41). Hallazgos asociados menos frecuentes, consisten en engrosamiento parietal intestinal reactivo (el proceso inflamatorio en el omento es usualmente desproporcionadamente más severo) (5,16,25,28,33) y en los casos de infarto secundario a torsión omental, se puede identificar un patrón en remolino de bandas lineales concéntricas (25) (Fig. 13). Infrecuentemente, un infarto omental puede sobreinfectarse y simular una lesión masa o evolucionar a absceso (Fig. 14) (1,16). Clínica Evolución y Tratamiento El infarto omental suele presentarse con mayor frecuencia en pacientes obesos con leve predilección masculina y a diferencia de la apendagitis epiploica, el lO afecta en un 15% de los casos a pacientes pediátricos (4,15,30,38). Los pacientes usualmente se presentan con dolor abdominal de evolución subaguda en el cuadrante inferior derecho (en los casos primarios) o en otras regiones del abdomen (en los casos secundarios), a menudo con leve aumento de glóbulos blancos (34). Otros síntomas gastrointestinales como vómitos, náuseas y fiebre suelen estar ausentes (36). Establecer el diagnóstico clínico prequirúrgico de esta entidad resulta difícil debido a que a menudo simula apenditicis aguda, colecistitis aguda u otras alteraciones abdomi- En la mayoría de los casos, el IO es un proceso que suele evolucionar favorablemente con tratamiento médico estando la cirugía indicada si los síntomas persisten o se desarrolla un absceso (40). Por lo tanto y debido a que tanto el infarto omental y la apendagitis epiploica comparten el mismo denominador común (necrosis tisular grasa espontánea) recientemente se ha propuesto un nuevo término: “infarto grasa focal intraabdominal” (IFFI por su siglas en inglés) con el objetivo de reforzar que su diferenciación no es clínicamente importante ya que ambas suelen ser patologías autolimitadas y que el manejo de las mismas generalmente es conservador (1). nales (39) por lo que, en la mayoría de los casos, el diagnóstico es realizado por los radiólogos (1). Imágenes Fig. : Infarto omental a-b Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) en un paciente con dolor de fosa ilíaca derecho tras la realización de ejercicios físicos extremos en altura. Las imágenes demuestran leve aumento de la densidad del tejido adiposo que rodea al colon ascendente (flechas) indicando infarto omental. Tras la administración de antiinflamatorios el mismo evolucionó satisfactoriamente. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Infarto omental a b c A) Imagen ecográfica obtenida en un plano sagital en fosa ilíaca derecha en la que se observa la presencia de una formación oval, ecogénica, no compresible (flechas). Imagen axial (B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en las que se observa leve aumento de la densidad del tejido adiposo pericecal (flechas), debido a la presencia de un infarto omental de origen idiopático. Fig. : Infarto omental postquirúrgico a b c Vol. / Nº - Diciembre, . Imagen axial (A y B) y reconstrucción multiplanar sagital (C) en un paciente recientemente intervenido quirúrgicamente por hernia inguinal y colocación de malla. En las mismas se observa aumento de la densidad del tejido adiposo del omento mayor en hipocondrio derecho y región periumbilical (flechas). Nótese que el mismo presenta mayor densidad incluso que en los casos de figuras y . Los elementos metálicos situados en la pared abdominal anterior en fosa ilíaca derecha corresponden a los clips utilizados para fijar la malla protésica (flecha en B). Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Hallazgos asociados a-b A) TC reforzada en la que se observa franco aumento de la densidad del tejido adiposo del omento mayor del hipocondrio derecho debido a infarto omental (*). Nótese suave y regular aumento del espesor parietal del ángulo hepático del colon (flecha) el que es desproporcionadamente menor en comparación a los extensos cambios inflamatorios e isquémicos presentes en el omento. B) En otro paciente, se observa aumento de la densidad del omento mayor en hipocondrio izquierdo debido a infarto omental. Nótese patrón en “remolino” dentro del cual se observa una imagen focal densa correspondiente al vaso central trombosado e indicando torsión omental. Imagen cortesía Dr. Pablo Cikman. Fig. : Infarto omental complicado a-b Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar coronal (B) en las que se reconoce la presencia de una imagen oval heterogénea correspondiente a infarto omental. Nótese, realce periférico y presencia de burbujas de aire en el interior de la misma (flecha) debido a infección sobreagregada. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Necrosis grasa encapsulada Si bien la necrosis grasa encapsulada puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo la misma ha sido inicialmente descrita en la mama en 1975 por Schmidt-Hermes y Loskant (42). La NGE se piensa es el resultado de un traumatismo o isquemia que causa degeneración grasa con posterior organización del tejido adiposo necrótico el que se rodea por una cápsula fibrótica (43). Su aspecto tomográfico puede ser complejo aunque Ahualli, J. en general se caracteriza por la presencia de una imagen oval (de tamaño variable) con densidad grasa central y una línea densa periférica, la que suele condicionar un suave efecto de masa sobre estructuras vecinas (Fig. 15) (44-46). La capsula que rodea a la necrosis grasa central puede demostrar leve realce tras la administración de contraste (Fig. 15) o demostrarse parcialmente calcificada (Fig. 16) (43). La progresión natural de la NGE es a mantener sus características morfológicas o reducir en tamaño con el tiempo (Fig. 17) (1). Fig. : Necrosis grasa encapsulada en un paciente apendicetomizado hace meses a-b Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) donde se observa imagen oval con densidad grasa, la que se presenta rodeada por una fina y delgada cápsula la que realza levemente (flecha) Fig. : Necrosis grasa a-b encapsulada Imagen axial (A) y reconstrucción multiplanar sagital (B) en las que se observa una imagen oval con densidad predominantemente grasa, correspondiente a necrosis grasa. Nótese la presencia de imágenes de elevada densidad (flecha) presentes en la cápsula y correspondientes a calcificaciones. Vol. / Nº - Diciembre, . Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Ahualli, J. Fig. : Evolución de la necrosis grasa a-b A) TC que demuestra necrosis grasa encapsulada en el omento mayor (flecha). La misma no demostró cambios significantes meses posteriores (B). Saponificación grasa y pancreatitis La necrosis grasa mesentérica y retroperitoneal puede causar saponificación grasa por una pancreatitis, en las que el páncreas dañado libera enzimas lipolíticas quienes autodigieren al parénquima pancreático y tejido adiposo peripancreático (46–48). El tejido adiposo dañado activa macrófagos y otros mediadores inflamatorios, quienes exacerban la respuesta inflamatoria (47,48). Como las fosfolipasas y proteasas afectan a la membrana plasmática de las células grasas, los triglicéridos son liberados e hidrosolubilizados, produciendo ácidos grasos libres que combinan con el calcio sérico y precipitan en jabo- nes de calcio. Este proceso, se piensa, es causa de la hipocalcemia que a menudo ocurre en casos de pancreatitis severa (49). Luego de la resolución del exudado agudo y la ascitis, nódulos de necrosis grasa diseminados pueden estar presentes en el retroperitoneo y en la cavidad abdominal. Estos nódulos pueden exhibir efecto de masa y retardo en el realce, posiblemente como resultado de la baja difusión del contraste a través de los pequeños capilares en la granulación tisular (Fig. 18) (45,50). Una historia clínica o estudios imagenológicos previos que demuestran episodios anteriores de pancreatitis, pueden ser necesarios para distinguir necrosis grasa nodular de carcinomatosis peritoneal (1). Fig. : Saponificación grasa a b c Imagen axial (A), reconstrucción multiplanar coronal (B) y sagital (C) en las que se observa comprometiendo al espacio pararenal posterior izquierdo, imágenes focales, densas, de aspecto nodular (flecha) los que presentan suave realce tras la administración de contraste endovenoso, correspondientes a áreas de saponificación grasa en este paciente con pancreatitis aguda. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Osificación heterotópica La osificación heterotópica del mesenterio y peritoneo (también referida como metaplasia ósea) es una condición infrecuente que puede desarrollarse luego de un traumatismo o procedimientos quirúrgicos abdominales repetidos. La patogénesis de la osificación mesentérica heterotópica no se encuentra claramente entendida, sin embargo, se han postulado que esta condición representa una metaplasia del mesénquima submesotelial (51). La osificación mesentérica heterotópica ha sido reportada en pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente una o más veces su abdomen (la prevalencia exacta no está bien establecida aunque ha sido reportada que afecta a el 25% de los pacientes con incisiones abdominales) por enfermedad no neoplásica y se presentan luego con obstrucción de intestino delgado subsecuente (52, 53). En TC, la osificación mesentérica heterotópica se caracteriza por múltiples estructuras lineales ramificadas de alta densidad dentro del mesenterio y Ahualli, J. extendiéndose hacia las superficies peritoneales (51, 54). Principalmente ocurre luego de incisiones abdominales en la línea media vertical (más común en la línea alba tanto en incisiones supra como infraumbilicales) y más a menudo en las supraumbilicales. En ocasiones puede identificarse médula ósea en su interior aunque este hallazgo no es tan sensible (Fig. 19) (53). La osificación heterotópica se desarrolla rápidamente y ha sido documentada en TC ocurriendo dentro de 2 semanas luego de la cirugía (53). El seguimiento secuencial con TC puede demostrar tanto el incremento o la reducción en tamaño presumiblemente reflejando el hecho de que la osificación heterotópica es un proceso activo de formación ósea y resorción. La significancia de esta entidad radica en dos hechos: A) clínicamente, puede causar dolor en el lugar de la incisión cicatrizal; y b) radiológicamente, puede ocasionalmente ser mal interpretada como un cuerpo extraño o una recurrencia tumoral, especialmente cuando aumentan de tamaño en los controles (55-57). Fig. : Osificación heterotópica a bc Vol. / Nº - Diciembre, . Imagen axial (A), reconstrucción multiplanar sagital (B) y coronal (C) en las que se observa una imagen lineal con densidad cálcica, comprometiendo al omento mayor en región infraumbilical. Como antecedentes quirúrgicos esta paciente refería apendicectomía, cesáreas e histerectomía. Apendagitis Epiploica y sus Principales Diagnósticos Diferenciales Conclusiones La tomografía computada constituye un método diagnóstico de elevada sensibilidad y especificidad para el diagnóstico y caracterización de la necrosis grasa del abdomen. La misma resulta fundamental particularmente en los procesos agudos (apendagitis epiploica e infarto omental) ya que permite su diferenciación de otros procesos agudos abdominales más frecuentes. Bibliografía 1- Kamaya A, Federle MP, Desser TS. Imaging Manifestations of Abdominal Fat Necrosis and Its Mimics. Radiographics 2011; 31:2021-2034. 2- McClure MJ, Khalili K, Sarrazin J, Hanbidge A. Radiological features of epiploic appendagitis and segmental omental infarction. Clin Radiol 2001; 56:819–827. 3- Sand M, Gelos M, Bechara F, et al. Epiploic appendagitis: clinical characteristics of an uncommon surgical diagnosis. BMC Surg 2007; 1:7-114. 4- Singh AJ, Gervais DA, Hahn PF, Sagar P, Mueller PR, Novelline RA. Acute epiploic appendagitis and its mimics. RadioGraphics 2005; 25:1521-1534. 5- Pereira JM, Sirlin CB, Pinto PS, Jeffrey RB, Stella DL, Casola G. Disproportionate fat stranding: a helpful CT sign in patients with acute abdominal pain. 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