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Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático?1 Floods in Colombia. Are we prepared to face climate variability and climate change? Yesid Carvajal-Escobar* Presentado: 8 de abril del 2011 Aprobado: 21 de julio del 2011 Resumen Abstract Introducción: las variaciones climáticas generan frecuentes anomalías de precipitación que, sumadas a la construcción social del riesgo, están impactando la sociedad y los sectores productivos del país, con pérdidas superiores a US6.000 millones, evidenciando la necesidad de mejorar mecanismos de prevención y respuestas adaptativas. Metodología: mediante revisión bibliográfica de diferentes enfoques para gestionar crecientes en armonía con una visión ecosistémica y gestión integral del recurso, se analizaron factores que contribuyen a las inundaciones en Colombia. Resultados: discutiendo enfoques tradicionales de manejar inundaciones y factores causantes, se plantean cambios para mejorar su gestión, analizando la necesidad de incluir nuevos conocimientos de clima en la gestión del riesgo y la planificación. Conclusiones: se ofrecen lineamientos y recomendaciones para abordar las inundaciones integralmente y adaptar la sociedad colombiana en los próximos años, mediante una gestión más eficiente, acorde con conceptos modernos de gestión del agua, y en armonía con procesos de desarrollo sostenible. Introduction: climatic variations generate frequent anomalies of rainfall, which added to the social construction of risk, they are impacting society and productive sectors of the country, with losses exceeding US6,000 million, demonstrating the need to improve prevention mechanisms and adaptive responses. Methodology: bibliographical review of different approaches to manage growing in harmony with a vision eco systemic and comprehensive management of the resource, analyzed factors contributing to the floods in Colombia. Results: discussing traditional approaches to manage floods and causative factors, there are changes to improve its management, analyzing the need to include new knowledge of climate risk and planning management. Conclusions: provide guidelines and recommendations to address flooding integrally and adapting the Colombian society in the coming years, through more efficient management, in line with modern concepts of water management, and in harmony with sustainable development processes. Keywords: adaptation, climate change, management of risk, flood, climate variability. Palabras clave: adaptación, cambio climático, gestión del riesgo, inundaciones, variabilidad climática. Cómo citar este artículo: Carvajal-Escobar, Yesid (2011), “Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático?”, en Revista Memorias, vol. 9, núm. 16, pp. 105-119. 1 * Artículo de la investigación “Environmental flow project”, financiada por la Unesco ihe, 2009-2011 105 Ph.D. Hidráulica y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, España. MSc Suelos y Aguas de la Universidad Nacional de Colombia, Palmira. Ingeniero Agrícola de la Universidad del Valle y de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor de la Escuela Eidenar de la Universidad del Valle. Director del grupo de investigación en Ingeniería de Recursos Hídricos y Suelos irehisa, Escuela de Ingeniería Recursos Naturales y del Ambiente Eidenar, Universidad del Valle, Colombia. Correo electrónico: yecarvaj@univalle.edu.co. Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? Introducción y el cambio climático (cc); y aunque la variabilidad climática (vc) y el cambio climático (cc) están generando frecuentes anomalías de precipitación, (Vincent, 2007; Brown y Funk, 2008; Magrin et al., 2007) que impactan ecosistemas y sectores socioeconómicos del país, con pérdidas de vidas humanas, de bienes, migraciones masivas, degradación ambiental, escasez de alimentos, energía, agua y otras necesidades básicas (Carvajal, 2010a; Carvajal y Ordoñez, 2010), es cierto que la fluctuación natural o antrópica del clima no es su única causa y se requieren explicaciones adicionales. Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 L as inundaciones siempre han existido y el desarrollo de la humanidad se ha dado con ellas, aprovechando la abundancia y fertilidad que traen. Por ejemplo, las antiguas civilizaciones se desarrollaron en parte gracias a estas inundaciones: la India (ríos Indo, Ganges y Brahmaputra), la China (ríos Yangtsé y Amarillo) y la Egipcia (río Nilo), entre otras, donde la fertilidad de su valle ocurría por desbordamientos periódicos del río, cuyos sedimentos fertilizaban el suelo, aumentando la producción de los cultivos en beneficio de la población. En América, también son numerosos los ejemplos de adaptaciones y manejo del territorio para el desarrollo o sostenimiento de sociedades en condiciones ambientales adversas. Los aztecas prosperaron en un valle lacustre; Tenochtitlán fue una ciudad anfibia, beneficiada por suelos fértiles y aguas, donde desarrollaron adaptaciones tales como chinampas —huertos flotantes— (Márquez, 2011); los Muiscas vivieron en planicies inundables y los chibchas, mediante técnicas de manejo de inundaciones y aprovechamiento de la pesca, sostuvieron la población indígena en lo que hoy es Colombia. La cultura Zenú desarrolló camellones en los ríos Sinú y San Jorge (zona de recientes inundaciones), para cultivar áreas anegadizas durante todo el año (Plazas et al., 1993), modificando mínimamente el paisaje, para convivir con las inundaciones, en un sistema que persiste a pequeña escala como indicador de las culturas anfibias de zonas inundables del Magdalena y Cauca, (Patiño et al., 2003). Estas civilizaciones comprendieron (seguramente mejor que las actuales) la naturaleza de las zonas inundables y sus beneficios, aprovechándolas sin sufrir graves consecuencias al tomar ventajas de los beneficios que ofrecían. Recientemente, es normal atribuir estas catástrofes a la variabilidad climática (vc) En este contexto, se efectuó una revisión bibliográfica para detectar, obtener y consultar información útil, extrayendo y recopilando información relevante y necesaria sobre el tema. Se presenta una reflexión sobre otros factores adicionales que contribuyen a la tragedia de las inundaciones, bajo la hipótesis de que si bien el fenómeno de la Niña fue intenso, las lluvias no fueron la única y principal causa de la catástrofe; inundaciones como las del 2008, sin Niña, indican que no se requieren grandes lluvias para que se generen las inundaciones con efectos tan catastróficos, y se analizan otros factores adicionales, no menos importantes. Los planes de reconstrucción deben considerar la prevención del riesgo —aun invisible en muchos planes de gobierno local y regional— las condiciones de la población expuesta, la construcción social del riesgo y una mayor preocupación en las comunidades más afectadas, reconociendo que la vulnerabilidad es la principal causa de las pérdidas, y así consagrar acciones para reducirlas, enmarcándolas en el contexto de desarrollo sostenible, como lo plantean los objetivos de desarrollo del milenio. El desarrollo de sociedades que no aseguran la preservación ambiental y la equidad social potencia no sólo la ocurrencia de desastres, sino 106 Yesid Carvajal-Escobar deja amplios sectores con baja capacidad de respuesta ante un evento catastrófico (Wolansky et al., 2003). Enfoques tradicionales para controlar inundaciones Las inundaciones en la región no son un tema nuevo, Olarte, Ospina, Arias y Payán Ltda.; Gibbs y Hill; Knappen, Tippetts, Abbett y McCarthy (1956) describen crecientes históricas del río Cauca en 1916, 1932, 1934 y 1938 e inundaciones registradas en Juanchito en 1938, 1943 y 19491950; Velásquez yy Rosales (2003) reportan a 1996 como un año que estuvo afectado por el incremento de huracanes en el Caribe que alteraron el clima de la región andina, con inundaciones; ya hacia la mitad del siglo XX, el Valle del Cauca era considerado una de las regiones con mayor potencial de desarrollo social y económico en Colombia, pero uno de los mayores obstáculos para el aprovechamiento de los recursos naturales y la extensión de cultivos eran las frecuentes inundaciones. Lo que dio origen a creación la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca cvc (Velásquez y Jiménez, 2004), que posteriormente puso en marcha la construcción de la Salvajina y obras complementarias, para mitigar los efectos de las inundaciones, y adecuar tierras destinadas para usos agrícolas. Gestión integral del riesgo (gir) y adaptación a la vc y el cc La mitigación (reducción de emisiones de gases de invernadero) por sí sola no es suficiente para proteger a las sociedades frente a los efectos de la vc y el cc, reconociéndose que la adaptación juega un rol fundamental (Carvajal et al., 2007). La Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial [onu-bm] (2010) indican que a finales del 2100 se triplicarán las pérdidas por efectos climáticos, mientras la población urbana expuesta se duplicará para 2050. América Latina-Caribe (alc) es una región muy afectada por desastres socionaturales (Vargas, 2002, p. 36); casi US50.000 millones en pérdidas ocurrieron en 2010, de las cuales US10.000 millones corresponden a desastres de origen climático (Cepal, 2010) sin considerar las pérdidas por inundaciones en Colombia, aún en evaluación, y que superan los US6.000 millones, más de 300 muertes y 2.500.000 damnificados. A pesar de esto, Lavell et al. (2004) destacan que el concepto de gir es relativamente reciente, y aunque su uso es amplio a nivel gubernamental, aún falta avanzar en su adecuado entendimiento y aprovechamiento práctico. Pese a que el término desastre natural tiene amplia difusión y uso práctico, realmente son desastres sociales asociados a procesos naturales, porque el desarrollo de sociedades que no aseguran la preservación ambiental y la equidad social potencia, no sólo su ocurrencia, sino que Osso y la Red (2004) reportan cerca de 1.000 desastres históricos (1921-2003) por inundaciones, lluvias y avenidas torrenciales que generaron pérdidas en el área plana del Valle del Alto Cauca. A pesar de estos antecedentes a nivel regional y mundial, el enfoque clásico maneja el desastre ejecutando rápida y urgentemente proyectos centrados en problemas y soluciones evidentes, enfocadas a mitigar efectos y reducir vulnerabilidad a los daños causados (omm, 2007, un/isdr, 2005), sin considerar riesgos de inundaciones aguas arriba y abajo. Esta visión, 107 Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 que deja amplios sectores con baja capacidad de respuesta ante un evento catastrófico, situación que es aún más dramática en un país que alcanza niveles del 45% de pobreza, como Colombia. La idea tradicional de gestionar el riesgo y la adaptación al cc, centrándose en la infraestructura y no en las personas, es un planteamiento persistente en muchos planes de reconstrucción que debe revisarse. Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 ocasiona mayores demandas de coordinación en la toma de decisiones (Gallopin et al. 2001; Carvajal, 2010c), y además de duplicar esfuerzos y funciones, incrementa la espiral de vulnerabilidad en los sectores más pobres, que frecuentemente, son los más impactados (Enarson, 2002; pnud, 2007). Algunas de estas actuaciones tradicionales son: controlar fuentes para reducir escurrimiento; almacenamiento de agua de ríos (humedales, presas); aumento de la capacidad hidráulica de los ríos; sistemas de protección entre ríos y poblaciones; gestión de emergencias durante las crecidas (avisos de crecidas, trabajos urgentes para levantar o reforzar diques, protección de evacuación); y recuperación después de la inundación (omm, 2007). Hansdford, 2006; O’Brien et al., 2008; Schipper, 2008; Quintero y Carvajal, 2010). Factores que aumentan el riesgo de inundaciones Las inundaciones indican la necesidad de mejorar mecanismos de respuesta y disponer de una mejor gir. En cualquier sociedad, es mejor prevenir que curar y el supuesto para integrar el riesgo en el desarrollo es que ignorarlo cuesta más que prevenirlo (6 a 10 veces más) (Enarson, 2002; Mauro, 2007; pnud, 2008); situación que aumenta cuando las pérdidas en sociedades en desarrollo, como la nuestra, son mayores, comparadas con el total de riqueza que producimos. Aunque el aspecto técnico es muy importante, no es el único a considerar, porque factores como la imprevisión, falta de capacidad de respuesta, la corrupción en algunas instituciones el inadecuado ordenamiento territorial, la visión cortoplacista, diseños inadecuados (y, en algunos casos, sin atender las restricciones que impone el territorio), entre otros, hacen más críticos sus efectos. Si bien las inundaciones no se pueden evitar, sí se pueden tomar acciones precautorias para reducir su daño, invirtiendo en prevención, y elaborando políticas públicas para reducir riesgos, entre otros (pnud, 2007, 2008; onu-bm, 2010). La ocurrencia de un evento extremo que podría poner en riesgo una obra de protección varía con el tiempo, porque múltiples causas contribuyen a aumentarlo (Vargas, 2002; Lavell, 2004; Quintero y Carvajal, 2010), por factores que se describen a continuación: Recientemente, la Gestión del Riesgo gr, definida como el control sistemático de decisiones administrativas, organización, y habilidades operativas para aplicar políticas, estrategias y la capacidad de supervivencia de la sociedad o los individuos, para reducir los efectos de amenazas socio-naturales y tecnológicas (onu/ eird, 2007; Quintero y Carvajal-Escobar, 2010) es un aspecto fundamental a considerar por los gobiernos y la sociedad (Lavell et al., 2004). La sectorización del pensamiento, trabajo e indicadores de rendimiento (enfocados generalmente a indicadores económicos), y la división arbitraria de territorios, son obstáculos para alcanzar metas integrales, que intensifican el trabajo fraccionado, sectorial e individualizado, sobre el enfoque sistémico (Gallopin et al., 2001; Carvajal, 2010c). Esto explica, en parte, que comunidades científicas como la de gir, adaptación al cc, gestión ambiental y desarrollo sostenible, entre otras, aborden el tema separada e independientemente, siendo cada vez más urgente, coordinar esfuerzos conjuntos para integrar estos complejos temas (Venton y Variabilidad climática y cambio climático. Fenómeno El Niño Oscilación del Sur (enos) El enos es el conjunto de variaciones climáticas interanuales más poderoso a escala planetaria (Mesa, 2008). Dicho patrón climático 108 Yesid Carvajal-Escobar que sucede con frecuencias medias de 7 años (ver tabla1). Cambio climático Aunque las emisiones de gases de efecto de invernadero de Colombia son reducidas con respecto a total mundial (0,37%) el país enfrenta riesgos de sufrir los efectos del problema, por la vulnerabilidad de su población y ecosistemas (Carvajal y Ordoñez, 2010). Algunos estudios reportan que por efecto del cc se incrementará la frecuencia de ocurrencia extremos del enos, que impactarían considerablemente la región convirtiéndolo en una normalidad climática (Magrin et al., 2007, Collins et al., 2005). Falta de inversión y conciencia social del riesgo Lastimosamente, nuestra sociedad requiere de acontecimientos catastróficos para tomar la decisión de invertir en la gr y la adaptación [que aunque no son lo mismo, están estrechamente relacionadas (Quintero, Carvajal y Aldunce, 2010). Prevenir riesgos no da créditos políticos y es un tema aún invisible en los planes de gobierno o no abordado integralmente. Aún persiste la idea tradicional de que gestionar el riesgo y la adaptación al cc debe hacerse centrándose en la infraestructura y no en las personas (Vargas, 2002; Lavell et al., 2004; omm, 2007). Tabla 1. Ocurrencia de eventos Niño y Niña entre 1950-2010, basados en un umbral de +/- 0,5 °C para el índice oceánico en la región Niño 3-4 Fenómeno El Niño Fenómeno La Niña N Inicio Final N Inicio Final N Inicio Final N Inicio Final 1 jul-51 ene-52 9 ago-77 feb-78 1 dic-50 abr-51 10 ago-95 abr-96 2 mar-57 jul-58 10 abr-82 jul-83 2 may-54 feb-57 11 jun-98 jul-00 Continúa 109 Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 cuasi-periódico ocurre en el Océano Pacífico tropical en promedio cada 4 años, con variaciones entre 2 y 7 años. En sus fases extremas (El Niño y La Niña), se caracteriza por cambios en la temperatura superficial del Océano Pacífico Oeste (calentamiento o enfriamiento, respectivamente) y variaciones acopladas de la presión atmosférica en dicha región. La Niña se caracteriza por temperaturas bajas y duraderas en el Océano Pacífico, mientras El Niño presenta temperaturas más elevadas a las normales. Ambos fenómenos producen cambios en el patrón de vientos atmosféricos sobre el Océano Pacífico tropical (Trenberth y Stepaniak, 2001). Los mecanismos que causan la oscilación, están bajo estudio. En el trópico y, en particular, en Colombia, el efecto del fenómeno enos en sus fases extremas influye drásticamente (Mesa, 2008; Poveda y Salazar, 2004; Carvajal, 2004; Poveda y Álvarez, 2010), caracterizando eventos hidrometeorológicos críticos, que están cambiando las características hidro-climáticas mundiales, aumentando tormentas, sequías, etcétera, que afectan el pronóstico climático (Kundzewicz et al., 2007), potenciando mayor incertidumbre en la gestión hídrica futura (Kabat y Van Shaik, 2003). Mientras El Niño ha ocurrido en los últimos 60 años, con una frecuencia media de 4 años, y variaciones entre 2 y 7 años; la Niña, es un evento no periódico, Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? Cont. Fenómeno El Niño Fenómeno La Niña N Inicio Final N Inicio Final N Inicio Final N Inicio Final 3 jun-63 feb-64 11 jul-86 feb-88 3 ago-62 feb-63 12 ago-07 jun-08 4 may-65 may-66 12 abr-94 abr-95 4 may-64 feb-65 13 jul-10 -- 5 oct-68 jul-69 13 abr-97 jun-98 5 nov-67 may-68 6 ago-69 feb-70 14 abr-02 abr-03 6 jun-70 ene-72 7 abr-72 abr-73 15 may-04 mar-05 7 abr-73 jun-76 8 ago-76 mar-77 16 jun-06 feb-07 8 sep-84 oct-85 17 may-09 may-10 9 abr-88 jun-89 Fuente: adaptado de http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/ensostuff/ensoyears.shtml como la deforestación, incrementan la erosión y deslizamientos, aumentando la tasa de sedimentos y alterando regímenes naturales de ríos, al depositarse en cauces y canales, reduciendo su capacidad hidráulica. Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 Periodo base: 1971-2000. Los episodios fríos y cálidos fueron definidos para mínimo cinco trimestres consecutivos. La atención de desastres en alc se ha enfocado más en la amenaza (Agente causante), que en las condiciones de la población expuesta y la construcción social del riesgo (Vargas, 2002). Recientemente, la preocupación se está orientando hacia las comunidades más vulnerables y afectadas, reconociéndose que la vulnerabilidad es la principal causa de las pérdidas y acciones para reducirlas, enmarcándolas en el contexto de desarrollo sostenible, como lo plantean los objetivos de desarrollo del milenio (onu, 2000; Lavell et al., 2004; omm, 2007 ; Cepal, 2010) Revisión de diseños de obras hidráulicas La reducción de inundaciones ordinarias puede aumentar el riesgo de desastres ante inundaciones extremas porque: se genera una falsa sensación de seguridad, ante el poco uso de las estructuras de protección (diques, canales de evacuación, entre otras), que ocasiona una mayor ocupación de zonas de riesgo, menos conciencia social, y reducción u omisión de presupuesto para mantenimiento adecuado, o para el financiamiento de acciones complementarias para la gr, lo que aumenta el fallo de obras ante crecientes de menor magnitud a las normas de diseño. Generalmente, las pérdidas por inundaciones después de una catástrofe generan costos menores a la anterior, porque la sociedad está mejor preparada para aplicar las Cambios en el uso del suelo El principal objetivo del drenaje urbano es evacuar rápidamente excesos de escorrentía superficial, lo cual contribuye a incrementar los picos de crecidas y a reducir tiempos de concentración, especialmente en cuencas pequeñas (omm, 2007). Otros cambios de uso del suelo, 110 Yesid Carvajal-Escobar aguas abajo, o al otro margen del río. En los últimos 10 años, se secaron más de 23.000 ha. de humedales en el bajo Sinú y se construyeron obras de protección en zonas de amortiguamiento (Wilches-Chaux, 2010). Asimismo, los diseños hidráulicos deben revisarse y ajustarse a nuevos cambios y características económicas y productivas de las cuencas, porque las implicaciones climáticas y de construcción social de riesgo están aumentando la frecuencia, intensidad y duración de las inundaciones. Salvajina se planificó hace 40 años y se terminó en 1985, desde entonces la gestión del agua, del riesgo y la forma de ver los problemas ambientales han cambiando vertiginosamente en el mundo. Nuestros conocimientos hidro-climatológicos de la región eran más limitados (aún lo son), no sabíamos del enos, ni del cc y las series hidrológicas eran más cortas; las cuencas estaban menos intervenidas y los impactos ambientales en el río no eran tan evidentes y complejos como los de hoy. El enfoque clásico de los diseños se centraba en la probabilidad de un evento aislado de cierta magnitud; mientras que enfoques recientes exploran el análisis recurrente de eventos hidrometeorológicos, y las condiciones antecedentes, para analizar el efecto de eventos sucesivos, que aumentan la probabilidad de materialización de una inundación por fallo de obras de protección. Asimismo, la combinación de amenazas como huracanes, crecidas, erupciones volcánicas, sismos, aumento del nivel del océano, entre otras, rompen esquemas tradicionales obligando a analizar sus interacciones. Más acertado que introducir cambios en las inundaciones frecuentes, es evaluar su probabilidad de ocurrencia y considerar condiciones adicionales para aprovechar ventajas de amortiguamiento de estos ecosistemas ante grandes crecidas, dando un uso adecuado a estas áreas, conforme su vocación, sin sacrificar ecosistemas naturales. Se destaca, además, que los humedales están en peligro en el país. Existen 1.600 en las partes inundables de grandes ríos. El Ideam (2001) reporta que las ciénagas del río Magdalena a la entrada del canal del Dique, la depresión Momposina y las lagunas de Sonso y Fúquene, presentan disminución en su espejo de agua entre 58 y 90%. En el Valle del río Cauca, la construcción de Salvajina y obras complementarias se realizó para incorporar tierras (humedales) a la producción agrícola, incluso hasta las orillas del río. Ante una creciente extraordinaria, la sociedad no está preparada para asumir las pérdidas, porque no las ha considerado en la gestión del recurso; la zona industrial AcopiYumbo, que concentra cuantiosos bienes e infraestructura, está asentada sobre una zona inundable, lo cual incrementó las pérdidas económicas. Asimismo, en la infraestructura para amortiguar inundaciones no hay zonas naturales de amortiguamiento para concentrar picos de exceso y evitar inundaciones en sitios estratégicos; o lo que es peor, se construyen soluciones parciales que trasladan el problema Los desastres de Armero (vulcanismo y lahar) y Páez (sismo e intensas lluvias) respondieron a la conjugación de amenazas con las consecuencias catastróficas ya conocidas pero también a la suma de pequeños eventos sucesivos o microdesastres, que disminuye las condiciones económicas y de 111 Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 lecciones aprendidas del evento pasado, y se ha generado mayor conciencia de gr. Algunas intervenciones de gestión de inundaciones frecuentes, alteran negativamente ecosistemas, al afectar conexiones naturales (humedales, estuarios) que generalmente son zonas ricas en bienes y servicios, por la fertilidad de los suelos, y la biodiversidad que contienen (Ahmad et al., 2001; Nakamura et al., 2006; omm, 2007). Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? resistencia social para gestionar futuros riesgos, o para invertir en su gestión (Vargas, 2002). Se espera que esto ocurra en el país en los próximos años, ante la frecuencia de eventos extremos en la región (especialmente en los sectores productivos más dependientes del clima, como el agrícola). Esto implica dar una mirada integral, incluyendo adecuadamente la gr en la planificación y el desarrollo del país. Durante la Niña, las lluvias favorecen condiciones lluviosas en el trópico ante la retroalimentación o feedback —condiciones de humedad del suelo favorecen evapotranspiración y lluvias convectivas y condiciones secas reducen la evapotranspiración, y las lluvias por convección, intensificando las sequías (Mesa y Poveda, 1997). hay que romper esquemas de comunidades aisladas de especialistas, renovándolas y enriqueciéndolas con aportes sociales, porque los fenómenos son nuevos, complejos, variables, impredecibles, y, frecuentemente, no bien entendidos. Es sobre estas bases científicas inciertas que deben tomarse decisiones políticas urgentes (Funtowicz y Ravetz, 1997; Gallopin et al, 2001). En 1992, el país conoció los impactos del enos en los sectores productivos, ante la sequía y apagón; en 1997 el proceso se repitió, y aunque el impacto económico en la comunidad andina fue estudiado —quizá el único— (caf, 2000), este evento aún no es incluido de forma efectiva y eficaz en la planificación del desarrollo de muchos sectores productivos. En 1999, La Niña causó efectos desastrosos para el país con inundaciones y deslizamientos, pero su impacto tampoco fue completamente cuantificado. Hoy, 28 años después de saber mediante estudios retrospectivos de la fuerte relación del enos con nuestra hidroclimatología (Poveda y Mesa, 1997; Carvajal, 2004; Mesa, 2008; Poveda, Álvarez y Rueda, 2010), este pareciera ser un asunto nuevo en la gr y planificación del país, lo que indica que tomadores de decisión y planificadores deben aproximarse más a un diálogo estrecho con la ciencia y la sociedad, para asimilar e incluir el nuevo conocimiento generado en la panificación y toma de decisiones complejas que implica la gr. Aunque parezca más costosa la inversión, los proyectos de consultoría deben incluir riesgos futuros conocidos en la construcción de obras. Tiene que ser motivo de reflexión para la ingeniería colombiana que grandes obras como la principal infraestructura vial del país queden fuera de servicio frecuentemente, al no considerarse en su diseño y construcción las características y las restricciones del territorio que atraviesan. Varios pronunciamientos indican que éstas no Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 Inserción del nuevo conocimiento en el desarrollo El limitado conocimiento y comprensión de los fenómenos y condiciones ambientales del territorio es otro factor a considerar. Es imposible predecir con certeza la magnitud de los cambios futuros, ante la conjunción incertidumbres ambientales, sociales, económicas y ante todo políticas, pero si es posible involucrar el nuevo conocimiento generado en los centros de investigación, para reducir incertidumbres en la planeación para el desarrollo. Los problemas ambientales poseen particularidades que los diferencian de los tradicionales: el incremento de la frecuencia, intensidad, y magnitud de los eventos hidrometeorológicos, y, especialmente, la velocidad con que están ocurriendo estos cambios. Éstas obligan a reconocer e involucrar la incertidumbre y la complejidad, en la planeación para el desarrollo, abordando visiones integrales, con mayor interacción entre ciencia-tomadores de decisión y sociedad, en la toma de decisiones políticas (que generalmente, son urgentes y trascendentales). De igual forma, 112 Yesid Carvajal-Escobar Los procesos de toma de decisiones Los problemas ambientales actuales desafían modelos tradicionales relacionados con la toma de decisiones; el manejo y análisis en equipo de la información es más conveniente mediante el trabajo colectivo en la toma de decisiones (Carvajal-Escobar, 2010c). Involucrar la sociedad en la gr es fundamental porque ésta es la que sufre los embates socio-naturales y además tiene mucho que aportar a las soluciones. Tomadores de decisión, e incluso técnicos, desconocen muchas veces este componente y se centran en la infraestructura más que en la mejora de capacidad de la sociedad para reducir el riesgo, desconociendo la importancia de enfoques de género (Enarson, 2002; Carvajal-Escobar et al., 2007), que la sociedad tiene conocimientos importantes que aportar y que su empoderamiento involucra mejores mecanismos de revisión, transparencia, e inclusión, para que sus intereses no sean excluidos. Descartar decisiones trascendentales por formas tradicionales de tomar decisiones (en estructura jerárquica, muchas veces politizada y aislada del consenso) es un asunto a revisar, evaluar y ajustar, porque muchas decisiones descartadas, en su momento, hubiesen contribuido a evitar inundaciones o a mitigar su impacto. Los nuevos paradigmas de desarrollo demandan una sostenibilidad ambiental, y están fuertemente relacionados con cambios en la educación y la creación de nuevos perfiles profesionales que puedan integrar y elaborar el conocimiento de diversos campos, comunicarse, cooperar con diferentes actores, y actuar y moverse en equipos interdisciplinarios e intersectoriales; por algo, la ciencia ambiental es interdisciplinaria (Bustamante, 2008; Carvajal, 2010c), Los centros de educación e investigación deben transformarse para responder a las nuevas estructuras en red y generar bases de aprendizaje de alto valor social en los conocimientos, desde una óptica interdisciplinaria y de investigación basada en el contexto nacional, sin dejar de sustentar su visión crítica hacia la sociedad y su responsabilidad con el desarrollo sostenible. El Sistema de prevención y atención de desastres de Colombia (1989) es resultado de una lección aprendida del desastre de Armero (1985) que, aunque es ejemplo en alc, por ser descentralizado, coordinado, participativo y contar con respaldo político, entre otros, ha tenido dificultades, porque localmente aún no se logra una aceptable capacidad de gestión y comprensión clara de sus competencias, o se espera, erróneamente, que el gobierno central resuelva los problemas locales (Cardona, 1998). Con esta Cooperación e integración interinstitucional Las instituciones tienen límites de jurisdicción y fronteras físicas que generalmente no coinciden con las naturales de los ecosistemas; por tanto, la toma de decisiones debe conciliarse y articularse con otros entes y sectores que 113 Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 expresen sus pareceres e intereses. Esto no es fácil, debido a las barreras funcionales y administrativas, pero es necesario y fundamental para adoptar enfoques de adaptación, cuyo éxito podría medirse a través de la comprensión pública de las estrategias empleadas, de su ejecución y de las medidas de respuesta integrales (Cardona, 1998). Es deseable, e incluso preferible, un plan integrado de medidas, porque ofrece mayor habilidad y flexibilidad institucional para enfrentar los riesgos. se están construyendo con la seriedad técnica necesaria, ni se compadecen con los costos que se pagan por ellas. Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 situación, aumenta la vulnerabilidad, perdiendo efectividad y eficiencia; hay dificultades en procedimientos administrativos, como la ágil contratación ante emergencias, que sólo puede hacerse cuando se materializa el evento; aumentando, además, el riesgo de contratación sin mecanismos de control para los desastres, en periodo pre-electoral. Esto genera riesgos de utilización de apoyos como parte de campañas políticas, la asignación de contratos directamente, carruseles de contratación, etcétera. En ocasiones, hay dificultades por confusión en el papel institucional de las entidades; asimismo, es común el manejo cortoplacista de la planificación, faltan estudios sobre amenazas y riesgos, y los que existen, no son suficientemente conocidos por los funcionarios de las entidades competentes. De otro lado, el nivel profesional de muchos funcionarios no es el mejor, por lo tanto, el entendimiento y conocimiento del tema frecuentemente es deficiente (Cardona, 1998), lo cual —sumado a la alta rotación de cargos municipales y departamentales— genera desgaste para lograr el interés de nuevos funcionarios, que una vez concienciados y capacitados son relevados por aspectos políticos. Finalmente, los presupuestos institucionales son insuficientes para la gr (Cardona, 1998; Wilches, 2010). de información en los planes y esquemas de ordenamiento territorial respecto al cc (Ramírez et al., 2009), siendo necesario incluir las amenazas climáticas en las regulaciones para la protección, ocupación, utilización y transformación del territorio, enfatizando en mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas, para reducir el riesgo y garantizar condiciones de sostenibilidad. Enfoques modernos en el control de inundaciones Los enfoques modernos frente a las problemáticas ambientales actuales implican un abordaje ecosistémico —estrategia para la gestión integral de suelo, agua y recursos vivos que promueve la conservación y el uso sostenible equitativamente y que complementa consistentemente el pensamiento actual sobre la Gestión Integral del Recurso Hídrico (girh) (Guerrero et al, 2006; García et al. 2007; Carvajal-Escobar, 2008a,b, 2009, 2010c), asimismo, la gir (pnud, 2007), la gestión integrada de cuencas, y la gestión integrada de crecientes (omm, 2007). Todos estos enfoques favorecen los principios de visión holística, considerando la cuenca como una unidad que se ve afectada por el conjunto de las intervenciones socio económicas (omm, 2007). Algunos de los principios de la gic son: i) respetar la sostenibilidad ambiental; ii) gestionar eficaz y eficientemente la demanda de rh con un enfoque holístico que asocie el desarrollo económico y social con la protección de los ecosistemas naturales, y el adecuado ordenamiento territorial; iii) en la planificación y gir adoptar un enfoque holístico, en vez de abordar riesgos específicos, por lo tanto, la gic debe articularse a un sistema de gr más amplio que fomente un intercambio estructurado de la información y la creación de relaciones eficaces de organización, donde toda decisión que La Procuraduría Nacional reporta que el 73% (808) municipios del país no tienen comités locales ni regionales de prevención de emergencias. Recientemente, un estudio realizado por Irehisa (2010), en los municipios de la Ecoregión eje cafetero, evidencia que hay desarticulación entre actores e instituciones y una necesidad de capacitación en torno al tema. Si bien el Departamento Nacional de Planeación dnp (2006) involucra el cc en las acciones orientadas a la mitigación, el tema no se incluye ampliamente. Los pot son un instrumento importante en la reducción del riesgo; no obstante, existen vacíos 114 Yesid Carvajal-Escobar la gestión integral de los recursos naturales, la efectividad, el aprendizaje social, la pertinencia cultural, la reducción de la vulnerabilidad y la gestión capaz en el manejo de desastres. La gestión de adaptación ofrece un enfoque sólido y flexible para estudiar las incertidumbres, donde estas formen parte del proceso científico en el desarrollo, abarcando estrategias de planificación, actuación, seguimiento, valoración y ajuste de políticas, estrategias y prácticas de gestión, incorporando nuevos conocimientos. La vc y el cc afectarán simultáneamente y de diferentes formas el riesgo de inundaciones por aumento del nivel del océano y cambios en las lluvias que incrementarán el riesgo creciente, constituyendo aspectos nuevos a considerar en la gic. La adaptación a la vc, el cc y la gr persiguen metas comunes en la reducción del riesgo, siendo necesaria su integración para enfrentar los cambios del clima, requiriéndose su inclusión en la planificación para el desarrollo, para disminuir los riesgos existentes y evitar la construcción de otros nuevos. Las sociedades han estado y estarán amenazadas por peligros naturales o antrópicos, por tanto, conocer adecuadamente los riesgos es fundamental en la planificación del desarrollo. Promover una cultura de prevención eficaz es un reto que permite ahorrar presupuesto para promover el desarrollo sostenible, reduciendo la vulnerabilidad a peligros naturales, cuyo éxito depende de la participación activa de la sociedad y la movilización de todos los entes públicos y privados. Los tratamientos integrales en la gr cada vez reemplazan más las soluciones simples y generales. Un aspecto positivo de las inundaciones en Colombia (2010) fue dejar al descubierto la necesidad de hacer cambios institucionales y en la gr, proyectando una oportunidad de realizar un gran plan de reconstrucción que considere la gr para el desarrollo. El Plan nacional vigente comparte con otros temas un presupuesto insuficiente en gr, desconociendo que la vc y el cc están ocasionando cada vez más pérdidas y muertes, que guardan estrecha relación con una inadecuada gestión pública en la planificación y administración de los recursos naturales del país. Conclusiones y recomendaciones Las soluciones aisladas en la gestión de inundaciones no permiten garantizar equilibrio, seguridad y oportunidad de elección por no promover el uso eficiente de los recursos para mantener o mejorar la productividad de áreas inundables. Por eso, es necesario integrar los sistemas socio-naturales con la gestión del territorio, ante el incremento de actividades que aumentan el riesgo de inundaciones. Los fenómenos climáticos, sumados a la inadecuada planificación y gestión ambiental, falta de priorización y coordinación en la toma de decisiones, son, entre otros, factores que contribuyen a las pérdidas por inundaciones. La gic debe ser parte integral de la girh, estableciendo una interacción acorde en los procesos de desarrollo, que permita adaptarse a condiciones concretas de inundación, condiciones socioeconómicas y el nivel de riesgos que la sociedad acepte para alcanzar sus metas de desarrollo. Requiere, además, enfoques administrativos a escala local, regional y nacional en la formulación de políticas, que en un futuro deben considerar La magnitud de las inundaciones indica la necesidad de mejorar mecanismos de respuesta y realizar una mejor gestión del riesgo en los diferentes planes de desarrollo locales, regionales y nacionales. Las lecciones aprendidas en esta 115 Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 influya en la respuesta hidrológica de la cuenca deba considerar otras decisiones similares. Revista Nacional de Investigación - Memorias Volumen 9, Número 16 / julio-diciembre del 2011 Inundaciones en Colombia. ¿Estamos preparados para enfrentar la variabilidad y el cambio climático? preocupación en las comunidades más vulnerables y afectadas, reconociendo que la vulnerabilidad es la principal causa de las pérdidas y acciones para reducirlas, enmarcándolas en el contexto de desarrollo sostenible, como lo plantean los objetivos de desarrollo del milenio. La idea tradicional de gestionar el riesgo y la adaptación al cc centrándose en la infraestructura y no en las personas es un planteamiento persistente en muchos planes de reconstrucción que debe revisarse. catástrofe indican que la imprevisión, falta de capacidad de respuesta, la corrupción en algunas instituciones, el inadecuado ordenamiento territorial, la visión cortoplacista, los diseños inadecuados (y en algunos casos, sin atender las restricciones que impone el territorio) entre otros, hacen más críticos sus efectos, de manera que se deben plantear estrategias para corregir estas falencias. Los Planes de Ordenamiento Territorial (pot) tienen deficiencias, en donde radica gran parte de la vulnerabilidad ante los desastres, uno de los retos será revisarlos y corregirlos. El país no estaba preparado y la tragedia desbordó la capacidad del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres (snpad), lo que indica que hay que otorgarle más peso y hacer más presencia regional. Aunque deberían existir comités locales y regionales de prevención y atención de emergencias (Clopad y Crepad), desde hace 26 años, el 73% de los municipios del país no los posee, y sólo en siete de los 32 departamentos y en dos distritos capitales hay centros reguladores de urgencias, emergencias y desastres. De los que existen, pocos logran romper el círculo vicioso de concentrar la mayoría de sus esfuerzos en la atención de víctimas y no en diagnosticar, prever y tomar decisiones de alto impacto que eviten riesgos o grandes pérdidas cuando se presente un fenómeno socio-natural. Se recomienda articular el Sistema Nacional Ambiental (sina) y el snpad. Se recomienda buscar formas más efectivas y eficaces de involucrar el nuevo conocimiento climático generado en los centros de investigación en la planificación del desarrollo de muchos sectores productivos, con el fin de reducir incertidumbres en la planeación, abordando visiones integrales, con mayor interacción entre ciencia, tomadores de decisión y sociedad, en la toma de decisiones políticas que, generalmente, son urgentes y trascendentales. Los diseños hidráulicos deben revisarse y ajustarse a nuevos cambios y características económicas y productivas de las cuencas, porque las implicaciones climáticas y de construcción social de riesgo están aumentando la frecuencia, intensidad y duración de las inundaciones. La suma de eventos sucesivos o microdesastres, disminuye las condiciones económicas y de resiliencia social para gestionar futuros riesgos, o para invertir en su gestión, como se espera siga ocurriendo en el país en los próximos años, ante la frecuencia de eventos extremos en la región. El país es vulnerable a la vc y el cc y son graves los efectos que desde ya están ocasionando en los diferentes sectores productivos, por lo cual, es urgente adoptar medidas mediante un plan de adaptación que prepare al país ante amenazas futuras. La prevención del riesgo aún es invisible en muchos planes de gobierno, o no se aborda integralmente, por lo que el planteamiento de los planes de reconstrucción debe considerar las condiciones de la población expuesta, la construcción social del riesgo, y una mayor Las decisiones en prevención del riesgo tendrán éxito si se plantea un componente educativo para los mandatarios locales y la población, en el que se incluyan los sectores salud, educación y academia. En los debates sobre la emergencia invernal, se habla del desconocimiento de la gestión del riesgo en las regiones; es importante destacar que en la atención de esta 116 Yesid Carvajal-Escobar Carvajal-Escobar, Y. (2009) “Caudal ambiental: conceptos, experiencias y desafíos”, en Régimen de caudal ambiental en el marco de la gestión integrada del recurso hídrico, Cali, Programa editorial Universidad del Valle. 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