Download Número 11 PDF
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
11 Mayo 2004 La Ratonera 9 771578 251002 ISSN 1578-2514 11 Sumario La Ratonera Revista asturiana de teatro Nº 11. Mayo de 2004 Consejo de dirección Roberto Corte, Francisco DíazFaes, Pedro Lanza, Boni Ortiz, Inma Marcos Edita ORIS Teatro Av de La Vega 67, 2º 33940 El Entrego (Asturias) Teléfono: 985654091 info@la-ratonera.net Recepción de artículos y correspondencia Av de Portugal 9, 3º D 33207 Gijón (Asturias) redaccion@la-ratonera.net Diseño y maquetación Pedro Lanza ISSN 1578-2514 Dep. Legal: AS-4093-2000 Filmación: Asturlet 2000 Impresión: Ápel (Gijón) 2 La escritura teatral en Asturias 3 Los autores asturianos contestan. 30 Alfonso Sastre en lucha perpetua. 36 La memoria histórica de Mozo. Manuela Fox 47 Jorge Bosso, actor, sindicalista. Carolina Sánchez Velasco 53 En clave de monólogo 76 De la crítica. 78 20 notas sobre la crítica. 83 Identidad del teatro venezolano(II). 85 Sobreactuando sobre la urna. 87 Bandera de conveniencia. 88 Azucena, pasión por el teatro. 90 Espacios escénicos dignos 94 El perfil del espectador 96 Críticas. Roberto Corte José Luis Campal Fernández Roberto Corte Boni Ortiz Yubisay Guzmán Savinelli Laureano Mántaras Francisco Díaz-Faes F. Díaz-Faes y Roberto Corte Roberto Corte y Francisco Díaz-Faes 104 Ha muerto Alberto Miralles. 106 El Circo Nacional Chino. José Luis Campal Fernández Francisco Martín Medrano 110 Federación de Teatro Aficionado. Mary Chely Fernández 112 Libros y revistas. Ana Vanessa Gutiérrez, Chechu García, Aique Facuriella, Roberto Corte, Francisco Díaz-Faes. www.la-ratonera.net Editorial La escritura teatral en Asturias Los autores asturianos contestan Roberto Corte 2 a endogamia en el teatro es pan del día. Las compañías no aceptan fácilmente componentes exógenos, incluso del mismo gremio. El escritor teatral que aspira a mantenerse con cierta intermitencia en el cartel tiene que ocuparse también de la escena. Así que al resto, a los que no lo hacen y se acercan al teatro sólo desde la edición, ya puede pronosticárseles un mero valor testimonial. O mucho cambia la política de apoyo al autor desde la administración –improbable a juzgar por lo presente–, o la escritura teatral en Asturias continuará por los derroteros de toda la vida. Tan confusos como ambiguos. Por precarios. Y que afectan tanto a la calidad de la escritura como a su realización, la representación. Pues en la precariedad del teatro está, a veces, la precariedad del texto, que fuerza así al escritor a convertirse en director, actor y gerente de sociedad. Condenado siempre a girar en una ceremonia artesanal de autosuficiencia un tanto primitiva. Aunque nos valga de consuelo de muchos saber que esto es así casi para toda España. a escritura teatral asturiana de hoy –entendiendo por tal autores que escriben desde Asturias– puede dividirse, principalmente, y casi al igual que ocurría hace quince años, en frentes que se caracterizan por el modelo de producción. De un lado los autores ligados al entramado teatral a través de compañías profesionales, que, por lo común, montan sus propios textos, se expresan en castellano, y lo hacen con estéticas y contenidos “contemporáneos”. Y del otro lado estaría un grupo de autores, pocos, que escriben en asturiano para grupos amateurs en un estilo costumbrista, aunque aquí Javier Villanueva sea un caso de excepción. Pudiendo contemplar como distante a estos modelos el caso de Maxi Rodríguez, que es el autor asturiano por antonomasia del panorama nacional, a caballo entre Madrid-Gijón, o Eladio de Pablo, con cierto seguimiento crítico fuera de casa. Aunque también cabe nominar ahora los autores de reciente aparición, jóvenes que se acercan al teatro al ser galardonados por su escritura en asturiano, sin corsé estilístico predeterminado y con deseo de modernidad, pero que al actuar extramuros o de espaldas a la producción –es decir, sin grupo o relación con el gremio– lo más fácil es que aborten obra y vocación. a escritura teatral requiere un cultivo y ejercicio como cualquier otra disciplina. Y un compromiso. Personal, que co- La Ratonera / 11 L L rresponde al autor. Y público, de formación y difusión, que es el que han de promover las administraciones. Ya que a ser escritor también se aprende. Aunque, desgraciadamente, el apoyo económico que desde la administración regional se le presta al teatro sufre, desde hace dos años, un retraimiento inexplicable que afecta a todo por igual. Un vaivén de indecisión e incertidumbre a través de un laisser faire que ya se puede etiquetar de irresponsable. En lo que concierne a la escritura teatral baste decir que se han cargado su propio ciclo anual de encuentros dedicados a los dramaturgos contemporáneos “A de autores” o “Código dramático”, que tenían la virtud de airear enconados posicionamientos numantinos; reducido el presupuesto dedicado a las lecturas dramatizadas, reestructuradas ahora con mejor propósito en monólogos representados; y perseverar en el sistemático acoso y derribo de quienes desde fuera, en condiciones más que paupérrimas, venimos apostando por una política teatral estable que permita a los autores dar a conocer sus obras con cierta regularidad. LA RATONERA, que incluye en cada número un texto inédito, y a quien se le ha retirado desde hace año y medio una página de publicidad, puede ser un ejemplo. Por no hablar de otros. s cierto que algunas administraciones respaldan iniciativas privadas para la publicación de textos en asturiano cuyos criterios cabría consolidar, o que ellas mismas organizan de manera esporádica cursos de iniciación y perfeccionamiento para dramaturgos, o ayudas a la escritura –éstas más que discutibles pues para escribir sólo es menester papel y lápiz–, pero también es cierto que tales actividades, en conjunto, ofrecen un cuadro de resultados tan parco como inopinado por lo que tiene de sempiterna eventualidad. Una eventualidad que choca con la imagen de una Asturias que tiene como proyecto de inmediatez y futuro una Escuela Superior. on muchas las asignaturas pendientes que la administración y la SGAE tienen con los escritores. Enumerarlas sería redundar en los comentarios que hacen los autores a continuación. Si queremos que Asturias tenga dramaturgos y poéticas adheridas a la ardua realidad, la política cultural del Principado tiene que ser un proyecto consciente y comprometido, y no una suma de improvisaciones o remiendos circunstanciales. Algo que ya hemos repetido en más de una ocasión. E S N o están todos los que son, pero los que están, son harto suficientes para hacernos una idea cabal del momento que vive el teatro escrito en nuestra comunidad. Dos lenguas, varios estilos y un abanico de intenciones y realidades que muestran otras tantas problemáticas que invitan a la reflexión. Fuera han quedado –por razones selectivas o porque los duendes obran a sus anchas en los correos– otros nombres con forma y obras bien diferenciada: Javier Villanueva, José Luis Busto (Ajenjo), Valderrama Modrón, Josefa Rico…, y otras autorías de naturaleza directamente escénica. Desde los autores más experimentados que han visto sus obras representadas por varias compañías, hasta los más noveles, la escritura teatral asturiana exhibe en su diversidad y constancia su mejor defensa hacia el futuro. El cuestionario que viene a continuación confirma la vitalidad de nuestros dramaturgos, al igual que reconoce la existencia de una falla estructural que interfiere las representaciones. 3 CUESTIONARIO 1. ¿Cuál es el género, la estética y los temas que caracterizan su teatro? ¿Cuál es su título más representativo? 2. ¿Qué “dramaturgias” o autores son sus preferidos? 3. En caso de que haya tenido la experiencia de ver sus textos representados, ¿ha quedado satisfecho de los resultados obtenidos en los montajes? 4. ¿Le parece que la situación del autor asturiano ha mejorado en estos últimos años? 5. ¿Qué opinión le merece la política de apoyo al autor que se realiza desde las administraciones locales y regionales? (Encuentros, becas a la escritura, lecturas dramatizadas, cursos de iniciación o perfeccionamiento, etc.) 6. ¿Cree que la Sociedad General de Autores y Editores favorece y apoya al autor asturiano? 7. ¿Qué tendría que cambiar en Asturias para que el estreno de nuestros autores se realice de manera más óptima? 8.- ¿Qué opinión le merece el teatro que representan los grupos asturianos? Mayo 2004 L Oviedo, 1971 La Ratonera / 11 4 Obras estrenadas, publicadas o premiadas: 11 obras de teatro y un guión de radionovela. Seis obras estrenadas y representadas en Asturias (Oviedo y Gijón, 2001; Mieres, 2002); en Italia (Roma, 2003) y Madrid (Leganés, 2003). Una obra a estrenar en Oviedo (mayo 2004), por el grupo “Pulcinella”, dependiente del Departamento de Italiano de la Escuela Oficial de Idiomas de Oviedo. Tres premios de teatro durante el año 2003: Premio de la Academia de la Llingua (co-autoría con Jorge Fernández García), Premio “Attori in cerca d’autore” de Roma (Italia) y Premio de Teatro Breve “Animasur” de Leganés, (Madrid). 1. Excepto la tragedia, he cultivado y cultivo comedia, drama, algún que otro entremés, monólogos y “piezas de teatro del absurdo”. Para mí, los principios estéticos de la Poética de Aristóteles son los mandamientos que debe seguir un autor teatral. Huyo de la procacidad, la banalidad, la obscenidad, la vulgaridad... El arte no debe imitar a la naturaleza, sino superarla. Busco siempre una cierta elegancia en las formas y en el fondo, prestando especial atención al lenguaje. Por la forma, mis textos son ingeniosos y contundentes, con frases cortas, casi lapidarias y con presencia del humor o la ironía. Humor blanco o negro, exclusivamente. En cuanto a la temática, la madurez ha marcado una evolución desde los temas generales (el poder, el dinero, la ambición, la muerte...) hacia la intimidad de temas más familiares y personales, en los que destaca siempre el papel de la mujer en la sociedad. 2. Soy licenciada en Filología Clásica, así que siento devoción por el teatro clásico y el del Siglo de Oro: Sófocles, Esquilo, Eurípides, Plauto y Terencio; Lope, Calderón, Tirso... y en el siglo XX; Valle-Inclán, Poncela, Casona, Mihura, Buero, Ionesco y Beckett... En cuanto a las vanguardias... lo dicho, por deformación profesional (y convicción personal), prefiero las “retaguardias”. 3. Sí, siempre. Incluso en aquellos casos en los que el director, por voluntad y criterio propios, ha decidido introducir algunas modificaciones en el guión o en la escenografía. Esas alteraciones nunca han desvirtuado ni el texto ni la finalidad de la obra, que es lo que le interesa a un autor. 4. A otros colegas les va bien, ¿no?, les atienden los medios, con “Mis textos son ingeniosos y contundentes, con frases cortas.” siguen subvenciones, publican, representan... Yo siempre llego tarde a todas las convocatorias... 5. ¿Existe una política de apoyo al autor...? ¡Y yo con estos pelos! 6. Quiero creerlo... 7. Voluntad. Si desde las esferas políticas y culturales se viviera un cambio de voluntad, no harían falta ni medios técnicos ni recursos económicos. Existen teatros, centros culturales y municipales; existe público, obras y autores. Insisto, falta voluntad. Hay una actitud generalizada de desánimo en nuestros políticos, en nuestros empresarios, en nuestros técnicos municipales... A todos ellos, del primero al último, les falta voluntad de compromiso con el arte y la cultura asturiana. Sobre la actitud y la (in)aptitud de los delegados y/o técnicos de cultura, me gustaría contar una anécdota vivida: una funcionaria de un Centro Municipal de Cultura de Gijón, rechazó mi oferta y propuesta de obras de teatro justificándose del siguiente modo: “...los adultos tenemos una vida muy complicada como para ir al teatro...” (sic). 8. Muy buena, de notable alto. Hay una excelente cantera de autores y actores asturianos, son (somos) supervivientes frente a la adversidad. Nel Amaro Katowice, Polonia, 1946 1. Quizá el absurdo, aunque también el realismo, el tan denostado “realismo social” caracterizó mi trabajo teatral. Tengo especial predilección por Buffet-tard. 2. Joan Brossa, Bob Wilson, Romero Esteo y, naturalmente, Samuel Beckett. Sin olvidarme de Harold Pinter. 3. Dado que todos mis “estrenos” ¿? los dirigí yo mismo, diré que quedé moderadamente satisfecho. 4. No estoy muy al día, dado mi paulatino alejamiento de la “escena”, pero creo que algo sí ha mejorado. 5. Insisto en mi “exilio” teatral, Obras Estrenadas: Buffet-tard (“La condena”), en Turón, 1978. Antígona en capilla (“Primer Acto”), en Turón, 1978. Xénesis o alborá de la conciencia (“Box”), La Felguera, 1979. Obras infantiles: García Lorca para los niños (“Escuela de teatro infantil”), en Turón, 1980. Siete vidas tiene un gato (“Escuela de teatro infantil”), en Turón, 1981. Más moral que Samaniego (“Escuela de teatro infantil”), en Turón, 1982. Obras Premiadas: Glayios nuevos, vieya murnia (“Soto Torres”), Langreo, 1978. Antígona, por exemplu (“Academia de la Llingua”), Uviéu, 1991. Sextaferia (“Teatru Costumbrista”), Candás, 1994. Publicadas: Bloquea-dos y El niño y el ángel (“Nueva conciencia”) Revista del Instituto “Bernardo de Quirós”, Mieres 1976. Antígona, por exemplu (“Llibrería Académica”), Uviéu, 1991. El banquete (“Deus ex machina”), El Entrego, 1996. Ego (“Art teatral” nº12), Valencia, 2000. Les manes en caxón (“Trabe” Puntu y coma. Teatru), Uviéu, 2003. por lo que desconozco en profundidad los apoyos que las Administraciones prestan a nuestros teatreros, a los que además siempre oigo (o leo) quejarse de sus miserias y pobrezas (especialmente a mi admirado Etelvino Vázquez). 6. Tengo muy mal concepto de la SGAE, de manera que si digo que parece un “club de bandoleros” igual no estoy siendo del todo justo, pero escrito queda. 7. En Asturias tendría que cambiar absolutamente todo. Si el teatro es el reflejo de la sociedad en la que vive y “actúa”, ¿qué puede reflejar si no que desolación moral y material? Mal caldo este para que nuestros autores se “realicen”, y aquí precisamente. 8. Hay un grupo y una obra, el “TEG” y Los emigrados (de un autor polaco), que está reflejando perfectamente una de nuestras mayores tragedias actuales, la emigración de nuestros mejores jóvenes. Los riesgos y experimentos de dos “Josés”, Rico y Ajenjo. Margen, Teatro del Norte... Me parecen de una calidad contrastada y solamente son, me parece, la punta de un insólito iceberg creativo. “En Asturias tendría que cambiar absolutamente todo.Si el teatro es el reflejo de la sociedad en la que vive y ‘actúa’, ¿qué puede reflejar si no que desolación moral y material?” 5 Mayo 2004 Mª Azucena Álvarez García Xixón, 1972 La Ratonera / 11 6 Obres estrenaes: Aurelia Obres publicaes: Aurelia (Conceyu Bable, Zapping Teatru). De la vida de les piedres (Vtp). Depués, el silenciu –nel llibru Habitaciones vacies– (Ambitu). Aghata-Aurelia (Ámbitu). 1. La mio escritura dramática, cola escepción de Aurelia, nun ta pensada pa la escena. El so viaxe termina nel llibru y na relación íntima que la escritura consiga establecer col llector, non col espectador. Esto condiciona seguramente la so naturaleza. Son testos qu’intenten xenerar un espaciu d’intimidá, cuasi de confidencia, ente lo escrito y el llector. Esto llevóme a asitiame nel tarrén de los monólogos (munches veces con forma de diálogu), ensin nengún tipu d’acotación d’acción nin movimientu. Tampoco hai tra- mes, nin siquiera conflictu dramáticu convencional... Namás la escritura, la palabra. Los temes más presentes nestos testos, como nel restu de la mio obra (cinematográfica, lliteraria, musical) xira alredor d’una pregunta doble: ¿quién soi? ¿quién somos? La identidá, individual y colectiva, ye’l tema central de la mio escritura. Otru tema presente, nel fondu y la forma, ye una continua reflexón sobre’l llinguaxe, sobre la propia escritura. 2. Nun soi un home de teatru. El teatru pa mi ye una estación de pasu a la que vuelvo con regularidá cola sensación del estranxeru, del desarraigáu. Hai veces qu’escribes y que’l resultáu ye una película, una canción o una novela, otres toma l’apariencia de les formes del teatru. Pa la puesta n’escena, decántome por un teatru de la palabra, onde la importancia recae nel testu, na escritura previa. Un teatru cuasi estáticu, ensin acciones... Nel que too se tresmite al traviés del testu. L’atención del espectador tendría que tar nes palabres, nun habría nada más: nin actores –como tal–, nin escenografía... Nengún filtru al testu. D’otra banda tamién m’interesen les dramaturxes opuestes, como dalgunes de Peter Handke o dalgunos trabayos de Beckett pa la televisión, obres ensin palabres. Na que se recueyen escenes mudes. Obres nel que’l movimientu y les acciones de los actores van xenerando’l significáu conxuntu de la obra. “Los grupos asturianos por falta de defición y ambición sana, tán faciendo un teatru pequeñu y provincianu. ¿Qué obres tienen dientro d’Asturies una repercusión reseñable más allá del propiu mundu “teatreru”? ¿Qué compañíes asturianes salen coles sos obres d’una manera natural y normalizada fuera de les fronteres del país? Siéntolo, pero tengo’l sentimientu íntimu, que nun se ta faciendo coses realmente importantes na escena teatral asturiana.” Nun m’interesa nada, nin como autor nin como espectador, les representaciones “naturalistes”, nes que me proponen, al traviés d’una trama, unos personaxes y unos decoraos, una supuesta realidá que ta pasando enriba del escenariu nesi momentu. Yá tengo una incapacidá grande pa entrar nesi tipu de teatru. Nun me xenera nengún interés. Nesti orde de coses puedo citar dalgunos autores qu’a lo llargo del tiempu, por disintos motivos y con diferentes intensidaes considero importantes pa la mio escritura: Bertold Brecth, Samuel Beckett, Albert Camus, Marguerite Duras, Peter Handke, Sam Shepard, David Mamet... 3. Como yá dixi, namás la mio primer obra Aurelia (inspirada en testos de Marguerite Duras) foi pensada pa la escena y foi montada por Zapping Teatru baxo la dirección del actor y director Lluis Antón González (Telón de Fondo). Nun creo qu’aportaremos, nin dende’l testu nin dende’l montaxe, nada especialmente destacable. Yera un exerciciu teatral convencional de puesta n’escena... Un camín que considero agotáu o que polo menos nun llega, nin emocional nin intelectualmente, a los sitios a los que quiero llegar. Recuerdo aquella esperiencia con cariñu, pero en términos reales nun creo que consiguiéremos nada. 4. N’Asturies hai tiempu que yá nun meyora nada. Somos una sociedá estancada, n’arba de la paralisis y la desaparición. A esto añédese que dende’l teatru, que tendría que funcionar como reactivu ente esta realidá y, como diz Mamet, “representar la vida onírica del país” dedícase a otros menesteres. Considero que’l “teatru asturianu” (d’esistir) nun ta cumpliendo’l so papel más importante... Nel meyor de los casos, trataríase d’un teatru desentendíu dafechu de la realidá más prósima, descargándose asina d’efectividá (estética y ética)... La mayoría de los montaxes “asturianos” tienen al propiu teatru como espeyu, envede intentar xenerar dalgún tipu de dialéctica cola so sociedá. 5. Nun participo de la vida del teatru dende dientro. Al tar fuera del círculu nunca participé de nenguna d’eses coses y nun conozo realmente cuala ye la so situación. Asturies necesita’l diseñu d’una política cultural integral y rigurosa. Los parches puestos pola alministración equí y allá namás sirven pa anestesiar a los diferentes “sectores implicaos” y afondar na nuestra desvertebración colectiva. 6. Creo que la SGAE ye una mafia impresentable. 7. Un mayor rigor nos testos de los autores y un mayor compromisu de les compañíes del país con esos testos y autores. Nós tendríemos qu’arreglar lo nuestro, yá veríemos lo que pasaría depués. 8. Creo que por falta de definción y ambición sana, tán faciendo un teatru pequeñu y provincianu. ¿Qué obres tienen dientro d’Asturies una repercusión reseñable más allá del propiu mundu “teatreru”? ¿Qué compañíes asturianes salen coles sos obres d’una manera natural y normalizada fuera de les fronteres del país? Siéntolo, pero tengo’l sentimientu íntimu, que nun se ta faciendo coses realmente importantes na escena teatral asturiana. vtp editorial 7 www.vtpeditorial.com Mayo 2004 Ramón Lluis Bande Obres estrenaes: Asturianu: Ente 1979 y el 1985, a lo primero col Grupu Teatru Guaxa (1979-1980) y depués colos grupos de teatru Güestia y el Coleutivu de Teatru Universitariu Amorecer estrenó los montaxes: Ren, Una hestoria del teatru, Ragnarok, a-ragnarok, El ruiu, Llan- tu por desconocíos, Parexes, Xuiciu a Reagan... son 12 montaxes en total en 6 años con tres compañíes distintes. Nel 1987 la Cía d´alumnos del Cep Vallín presenta’l Llantu por desconocíos. Nel 2000 la Cía de Teatru Nun Tris estrena los Socedíos de Nelón. Nel 2001 Nun Tris fai la lletura dramatizada de Psicokiller. Castellanu: Guaxa estrena la versión castellana de Ren nel 1980: Nada. Güestia estrena les versiones en castellano de Una historia del teatro, Ragnarok, Parejas... Nel 1992, la Cía Espacio Abierto estrena La sombra del traductor. Nel 1994, la Cía Espacio Abierto estrena Mond. Nel 1995, la Cía Ñaque estrena La maldición de los aburridos. Nel 1996 la Cía de Teatro Ñaque estrena el musical El país de las puertas y nel 1997 estrena Cuando éramos druidas. Nel 2003, Tragaluz Títeres estrena Felpeyu y el televisor asesino. Nel 2004, Higiénico Papel estrena Autopsia adientru del espeutáculu monólogos. Portugués: La Cía E Vida, de Oporto, estrena en 1987 Hestorias do teatro (Una historia del teatro); en 2001, la Cía de Teatro Morabeza de Praia (Cabo Verde) estrena dos skets de Parexes. Traduciones y adautaciones: Con Güestia: Carta al padre de F. Kafka, La condena de F. Kafka y El convidáu de Martinez Mediero, El solicitante de Harold Pynter. Con Amorecer: Les silles d´Eugene Ionesco y Los patafísicos, dellos testos d´Alfred Jarry. Obres publicaes (namás que en volume: arrecoyío en delles publicaciones hai obra llarga, LA RATONERA Muñeca rusa ó curtia, n´asturiano o en castellano, Lletres Asturianes, Escenastur, etc.): 1992: Psikokiller (Academia de la Llingua); Nueche (Ambitu edic. 2002), Los socedíos de Nelón (Ttrabe, 2002), Ensayu: El teatru popular asturianu (Academia de la Llingua, 2001). 1. Cuando ún ve un telediariu y tien problemes pa entendelu ye que 1- Unu ta más sordu que’l Presidente saliente, 2- Fredo Urdaci dirixe tolos telediarios de toles televisiones, 3- unu ta viendo un telediariu codificáu porque nun paga la mensualidá o porque nun ve bien... Ergo: préstame desplicar qué ye lo que pasa a partir de lo que veo, presiento, temo. La manera meyor d´entender y, con ello, de treslladar esa entendedera ye l’humor al través de cualaquiera de les sos maneres. Pero un humor con vitriolu y bisturí, non un humor de Club de la Comedia pa pijos presonrientes o un humor de Fernando Esteso pa amebes con boína. Un humor d’esos que te dexen la cara como si acabaren de facete l’autopsia. L’asurdu ayuda, vaya que ayuda (compensa tanta realidá). La estética alcuando bebi de la serie negra, otres de les formes más populares, del vodevil, de la comedia d’enredos.... Casi siem- pre del guignol, que ye al teatru, lo que’l cómic al cine. Los asuntos dalos el día a día, con temes mayores que, d’una manera, apaecen en cásique toles propuestes: la mentira como motor social, la rebelión... Eso qu´enantes llamábase compromisu y agora (socialistes y peperos mediante) llámase cómprameeso. De lo publicao peme que resumen bien esa particular mirada los dos títulos sobre’l Comisariu Ramos: Psikokiller y Muñeca rusa. Caborana (Ayer), 1963 La Ratonera / 11 8 2. De siempre me prestó Alfred Jarry y lo qu’armó, l’arquetipu que fixó pa tou tiempu y pa tou espaciu (De UBU REY a PRESIDENTE AZNAR A TOMAR POL CULO). Queda ver cuándo escribe una dedicada a los mandones del país asturi-anu... Beckett, Ionesco... Harold Pinter. Sastre o Martinez Mediero marcáronme l’adolescencia. Y Muñoz Seca y ¿por qué non?, Caravera y Anxélu, que Shakespeare ta bien pa los finales de cursu de los Institutos y pa la Seleutividá, pero ya fiede tanta acomplexada postura a cuatro pates. Hai autores más nuevos que me presten. De los de casa (pero que podríen arrasar en cualaquiera otra casa del mundu) tán casi tolo que publica y/o estrena Eladio de Pablo y el Roberto Corte y el Chechu García de la Gasolina con Capullos. Jorge Moreno, un gallu, vaya que sí. Xente como Fernando Hurtado, dende’l territoriu danza... Hai teorizadores como José Rico que m´apasionen... Siempre que nun lo lleven a la práutica, anque a veces, tamién. Préstame pervertir los xéneros, les miraes. Llevo años mui atentu a los llinguaxes alternativos tresversales: a los raperos, a los performer... El conceutu teatru, mal que-yos pese a los talibanes de la escena, ye más grande que’l mesmu conceutu. 3. Pienso que sí... Encantome la versión que fizo Ñaque del Musical dirixíu por Jesús Cracio El país de las puertas. Yera un desafíu y creo “La manera meyor d´entender y, con ello, de treslladar esa entendedera ye l’humor al través de cualaquiera de les sos maneres. Pero un humor con vitriolu y bisturí, non un humor de Club de la Comedia pa pijos presonrientes o un humor de Fernando Esteso pa amebes con boína. Un humor d’esos que te dexen la cara como si acabaren de facete l’autopsia.” “Shakespeare ta bien pa los finales de cursu de los Institutos y pa la Seleutividá, pero ya fiede tanta acomplexada postura a cuatro pates.” que salió especialmente brillante. Tamién me prestó pola vida la versión de Los socedíos de Nelón que fizo Nun Tris. Tamién teo reconocer el meritu de Xuacu Fernandez de Tragaluz con Felpeyu y el televisor asesino, al pesar de la somanta crítica, pelín desquiciada (onde hai qu´incluir cariñosamente al bonu de Boni que nun la vio o nun la oyó porque la punxo a parir diciendo que yera una obra n´asturiano de Dolfo Camilo, cuando les dos úniques pallabres asturianes de tol montaxe yeren el nome del protagonista: lo demás taba dicho na llingua de Federico Trillo y del mesmu Boni... Ah, la otra pallabra n´asturiano díxola l´autor cuando lleó la referencia: ¡esti chaval ta endrogáu!). Tamién el trabayu de Higiénico Papel na adautación d´Autopsia. Toi na cuenta de que tuvi’l privilexu de tar, la mayor parte les veces, nes meyores manes posibles. 4. Sí. Cambió muncho. Enantes, yo que sé, hai 10 años yo tenía 30 años. Güei tengo 40. Tamién Eladio de Pablo tenía diez años menos... Incluso Roberto Corte. José Rico non, hai 10 años tenía tres meses menos. Yeren otros tiempos. Güei, ya ves. Tamién teo apuntar que más coses cambiaron muncho: Yo vivía en Corvera. Güei vivo n´Avilés. Eso tamién cambió. Incluso la ubicación del ITAE. Enantes golía a parrocha y güei güel a silu. Somos la hostia. 5. ¿Política d´Apoyu al autor? ¿Lleí bien la pregunta o son les llágrimes y los mocos que me fain lleer 9 Mayo 2004 Adolfo Camilo Díaz “¿Ónde entren los autores asturianos, los clásicos y los d’agora, en castellanu o n’asturianu, nos planes d’estudiu de los guajes asturianos? ¿Correspóndese lo que l’espeutaor asturianu ve nel teatru colo que ve na tele o nel cine?” La Ratonera / 11 10 lo que quiero lleer y non lo que trai? Vuelvo la pregunta. ¿Hai política d´apoyu al autor? ¿Quién inventó’l culu? ¿Pue habela cuando ponemos en dulda –y non nuna dulda metódica, non nuna dulda retórica– la idea d ´una política qu’apoye a los teatreros nel so conxuntu? ¿Ye una provocación? ¿Un sarcasmu?. ¿Una patada nos coyones, nos ovarios? D´hai mui pocos años sí se ven pequeños detalles que funcionen como síntomes de lo que tendría haber: lletures dramatizaes, cursos... Anque más paecen el voluntarista esfuerzu de dalgún qu’otru autor comprometíu, de dalguna qu’otra responsable administrativa, que dalgo consustancial a un discursu teatral coherente que, al día de güei, institucionalmente ye inexistente. ¿Qué pasa si se ponen de baxa los que lo promueven? ¿Qué queda de la política d’apoyu a los autores cuando nin tan siquiera sacaron pegatines? 6. Si creer ye cosa de fé, nun creo, soi un radikal agnósticu de lo teatral n´Asturies. Si creer ye una manera de decir “piensa”, “valora”, “considera” etc. cuatro coses namás teo decir: D´hai unos años cobro relixosamente los drechos d’autor que me correspondan. Ergo, la SGAE funciona bien como recaudadora, alcuando rapaz, pero funciona, claro. Va-y la vida néllo. Otra cosa ye lo que tendría facer compaña a esa función de cobrador del frac. Como escritor en llingua asturiana nun existo nel Estáu... Y eso nun ye sólo culpa de la SGAE, por supuesto. Pero neses tamos. El premiu al meyor cantar n’asturianu entra esti añu por primer vez pa ser valoráu más allá del Payares. ¿Pa cuándo la primer meyor obra n’asturiano nos Max? La SGAE tendría defender lo que asegura el primer puntu tratáu, faciendo lo imposible por esti segundu y por otros puntos que ya nin ponemos porque entós esto sedría más una mancadura qu’un cuestionariu: Proyeición Interior y Exterior de los Autores, llínia de publicaciones, etc. 7. ¿Tendría cambiar el mapa? ¿La hestoria? ¿La xeografía? ¿Los ADN de los que nos mandaron, de Rafael Fernández hasta Tini Areces, que nun supieron nin saben lo que ye l´Estáu les Autonomíes, un Proyeutu Integral pal Teatru, una Política Identitaria cultural? ¿Que nun saben lo que ye la mercadotecnia y el sieglu XXI? ¿Saben que dediquen al Teatru, que mueve a mediu millar de profesionales, que mueve miles de espeutadores, que mueve a compañíes que mueven el nome d´Asturies per tol mundu, una tercera parte de lo que destinen a la OSPA? Y ná nun tengo contra la OSPA, más nada ye que’l sentíu aldeanu, papanata, reacionariu, acomplexáu, qu’enseñen los que manden n’Asturies, de lo que ye la cultura de criación como manifestación psicosocial del país, rompe tolos discursos que se quieran facer sobre lo que son pallabres (faciendo usu del so mesmu palabreru políticu) como eficacia, solvencia, compromisu, representatividá... Tendríemos, en de- “Como escritor en llingua asturiana nun existo nel Estáu. ¿Pa cuándo la primer meyor obra n’asturiano nos Max? La SGAE tendría defender la proyeición interior y exterior de los autores.” duciones teatrales de los últimos, pongamos, diez años nel Estáu: Los emigrados na versión de TEG. Cualquiera que tea pateao dalgo pel Estáu sábelo y reconozlo. Equí sí, sabemos que ye un montaxe de qualité, como tantos de Margen, como’l K de Nun Tris como, nel tiempu, otros de los mesmos TEG, Yeppa, Kamante, Higiénico Papel, Tramoya, Casona, Telón de Fondu o Teatro del Norte. Pero ehí queda la cosa. ¿Cómo lo rentabilizamos como sociedá, como país, como coleutivu de profesionales, como públicu? De nenguna manera. L´ambiente de pensar pequeñu traduzse nuna cierta especie de miseria mental, de falta de reconocimientu ente los mesmos profesionales, d´andar pequeñu y poco ambiciosu. Hai compañíes de danza como les de Hurtado que podríen machacar en cualquier esquina del mundu. ¿Cuántes representaciones ficieron n´Asturies? ¿Qué nivel de formación tienen los nue- sos programadores? Hai compañíes amateur que, literalmente, se salen no que fain. Cabriola, EL Hórreo... ¿Ónde esa consideración cuando hasta nos preminos del teatru asturianu-yos negamos la so especificidá con un reconocimientu esplícitu, por exemplu, a tolos que fain teatru popular asturianu y/o monólogu, manifestaciones úniques nel so xéneru? N’Asturies, al pesar de too, fáise bon teatru, siempre condicionáu polo pequeño del mercáu (¿Un Ricardo’l terceru pue sobrevivir con 2 o 3 representaciones cuando, p’aposentar como propuesta, necesitaría de 20 o 30?) Y polo pequeño de los pensamientos. La falta de coherencia teatral, tamién se traduz en que les compañíes, como rempuesta a esa miseria, dá-yos como un subidón y traten d’enseñar montaxes aparatosos, como si nun supieren en qué país tán, cómo son los salonzucos d´actos, cuánto te paguen... Alcuandu hai como una ausencia de la realidá. Eso que los psicólogos llamen solipsismu: nun saber en qué sitiu tamos. Pero ye que los que de verdá lo tendríen que saber (la Comunidá y los ayuntamientos nun dexen de ser la principal empresa contratadadora del país: otra significativa anomalía) nun saben nin interpretar un planu de Carabanzu y al pie de la revista La Ratonera, confusos, siguen poniendo un cachu quesu, pa ver si cai alguién. Asina son les coses, y asina vos les contamos. 11 Mayo 2004 “El teatru, los sos autores, los sos actores, los sos téunicos, los sos críticos..., ye toa una industria cultural colo que ello implica... Y ye industria cultural en casique tol mundu normal, menos equí, que tien una consideración artesana... ensin el sobreañedíu y la consideración, que los artesanos de verdá tienen.” finitiva, que ser una parte respetada (porque sé que la nuesa profesión, ente toos, va muncho que la ficimos respetable) d´un tou que güei nun sé dá. ¿Ónde entren los autores asturianos, los clásicos y los d’agora, en castellanu o n’asturianu, nos planes d’estudiu de los guajes asturianos? ¿Correspóndese lo que l’espeutaor asturianu ve nel teatru colo que ve na tele o nel cine? La cosa nun se resuelve dando charles p’aniciaos nel ITAE, que ta bien, pero nun ye suficiente. El teatru, los sos autores, los sos actores, los sos téunicos, los sos representantes, los sos críticos, ye toa una INDUSTRIA CULTURAL colo que ello implica... Y ye Industria Cultural en casique tol mundu normal, menos equí, que tien una consideración artesana... ensin el sobreañedíu y la consideración, que los artesanos de verdá tienen. Lo teatral, lo cinematográfico, lo musical, lo plástico, tendríen de ser asuntos tresversales de lo que tendríen qu´ocupase non solo les carteres culturales, tamién les turístiques, les xuveniles, les económiques... Pero quiá... Avezáronmos a ser pequeños y a pensar pequeño... Y esa ye la peor y la mayor de les perversiones: xibarizar a los que tendríen ser xigantes. I+D a l´asturiana: Idiotismu y Desconocimientu. 8. Bona, polo xeneral... Pero enllena, inevitablemente, de tol mal ambiente, o ambiente deficitariu, que envuelve a lo teatral nesti País. Desplícome. Nel 2002/2003 salió d’Asturies una de les meyores pro L’Entregu, 1970 La Ratonera / 11 12 Obres estrenaes: Gasolina con capullos Obres publicaes: Gasolina con capullos Obres premiaes: Gasolina con capullos (Premiu del concursu de teatru de l’Academia de la Llingua Asturiana, 2001) 1. El títulu más representativu y de momento únicu, ye Gasolina con capullos, firmáu al empar con Roberto Corte, nun intentu d´apueste nidio por la modernización del teatru popular asturianu, dar un pasu alantre nesti tipu de teatru que tien éxitu de públicu dende va sieglos. Un campu, que ye tremendu y ufierta enormes posibilidaes. 2. Toi bastante al tantu de lo que se fai n’Asturies, sobretoo n’asturianu, onde d’unos años p’acá ta dándose un espoxigue de calidá, xente como Pablo Rodriguez Medina, Xabiero Cayarga, Ramón Lluis Bande, Monserrat Garnacho, Lluis Antón González, Adolfo Camilo Díaz... tán poniendo los pegoyos pal continuum d’una escritura dramática n’asturianu. Ye una evolución apasionante la del teatru n’asturianu. Afuera d’estes fontes, les mios llectures van dende Maxi Rodriguez, Eladio de Pablo, Laura Iglesia... a testos clásicos, Calderón, Casona, Ionescu, Genet... aprendiendo, bebiendo y esfrutando d’ellos lo que se pueda. 3. Nel casu de Gasolina con Capullos, quedé percontentu. La seriedá, bonfacer y maneres de Barataria, ficieron que’l testu escamplara, meyorara enormemente. El trabayu de direición y la llabor interpretativa foron magnífiques, tantu ye asina, que nun soi a maxinar la obra representada d’otra manera. 4. Puedo falar del casu de los autores que faen teatru n´asturianu. Vense más trabayos asoleyáos, testos, pero échase en falta’l qu’exista una interconexión ente los autores y los grupos, una ponte d’intercambiu d’opinión y postures. Lo xeneral ye que los grupos representen obres d’autores asturianos si’l mesmu autor trabaya nel grupu. 5. ¿Ah, pero existe? La política nel casu del autor ye borrisona, nel casu de testos dramáticos subvenciónense obres yá escrites, y non al revés, con ayudes pa escribir una nueva obra. Sí, hai dalgún cursu perinteresante, pero que va xuncíu al restu del teatru, y voi explicame, los autores tamién mos beneficiamos del puxu del teatru asturianu, de la “Nun existe una interconexión ente los autores y los grupos, una ponte d’intercambiu d’opinión y postures. Lo xeneral ye que los grupos representen obres d’autores asturianos si’l mesmu autor trabaya nel grupu.” enseñanza reglada y normalización del fechu teatral. Too depende del interés, si tenemos estudiantes, profesores y profesionales, esi mercáu cultural de formación dramática, beneficia per se a los autores tanto como al restu de los estamentos tetrales. 6. Tá claro qu´ensín la llabor de la SGAE, diba ser bien difícil cobrar un duru de los drechos d´autor y la cosa taría munchísimo pior, nesi casu, la normalización de les rellaciones autor-teatru-perres ye daqué positivo. Sicasí, munchos de los autores asturianos llevamos bien de tiempu pidiendo que se reconoza a la llingua asturiana na SGAE, nel casu de la música yá se fizo, pero nel teatru sigue existiendo esa discriminación. Dígolo, porque Gasolina con Capullos tá escrita y representada nuna llingua que nun existe pa la SGAE. 7. Falten contactos, falten pontes d´información, foros de deba- tes, alderiques, xuntes y alcuentros. Nel casu del teatru n’asturianu, les I Xornaes de Teatru Popular Asturianu de Candás, son un exemplu a siguir. Hai que dase cuenta que los dramaturgos vienen de la mano de la lliteratura o de les tables. Si vienes de la lliteratura... ¿Cuála ye la posibilidá de que a un grupu-y dea por representar la to obra? Nenguna, porque malapenes se llee teatru, y menos d’autores non encumaos. ¡Claro, que yo nun digo ná! Un Beckett, un Lorca, un Casona... tienen muncho tirón, pero d’un autor actual y asturianu, o yes amigu del director o montes el to grupu, sinón la salida a les tables ye un milagru. 8. N´Asturies vívese nun nivel altísimu de teatru, la existencia de la escuela de teatru, grupos que lleven munchos años na brega, la profesionalización... tán faciendo que’l nivel seya mui altu, que s’establezan unos criterios de calidá que nun existíen va poco. Hai un dinamismu progresivu: revista de teatru La Ratonera, Gala de premios... nun intentu necesariu de prestixar ente la sociedá la llabor teatral; la debilidá d´esti sistema ye que depende de l’actitú de los políticos de turnu, embede ser reconocío como dalgo necesario pa la industria cultural asturiana, nesti sen, ye chocante la falta de salides de los grupos, los intercambios con otres comunidaes autónomes, talanto qu’esa tenía de ser ún de les mayores prioridaes de la política teatral, la promoción de los nuestros grupos al exterior. Arsenio González Álvarez Gijón, 1931 Obras estrenadas: Asturias patria querida. 1952 Hay otros ojos. 1962 La trastá. 1963 El tramposu. 1966 Los figos de San Miguel. 1983 Güela por una necesidá. 1985 La declaración. 1987 Estampas costumbristas estrenadas: ¿Quien manda en casa? Voy pal paru. Una copa al día. Cuando quieren los dos. La ludópata. La vieyera. ¡Caracoles! El recateo. ¡Mosque pa cá! Los décimos. La viagra. 1. El teatro que yo escribo es costumbrista y sencillo. No presento ningún problema, no hago ninguna protesta, no intento reivindicar ninguna cuestión. Sólo escribo para divertirme y soy el primer sorprendido de que haya algún grupo que haya representado mis divertimentos. Busco una anécdota, un chiste, una pequeña historia que me pueda servir de esqueleto y luego procuro vestirlo con unos personajes que dialogan en un asturiano de la calle, que no en bable. Hablo de cosas cercanas a mí y fácilmente reconocibles, buscando situaciones que despierten la risa y, quizá, un poco de melancolía en la gente mayor, que, como yo, ya haya dejado atrás una “estaya llarga” de su vida y, con ella, muchos recuerdos. No sé si es mi obra más representativa, pero con la que más satisfecho estoy es con La declaración. Un sainete que, aunque sea en caricatura, creo que deja a los personajes bien definidos. También porque es la obra que más grupos han representado. La estrenó la Compañía Asturiana de Comedias y luego la pusieron en escena los grupos Refaxu, La Fumarea y Rosario Trabanco. 2. Mis autores preferidos son Valle Inclán, García Lorca y Alejandro Casona. La lectura de las obras del dramaturgo asturiano, dejó tanta huella en mí, que en mi obra Hay otros ojos hay reminiscencias de su influencia, salvando, claro, la enorme diferencia que hay entre su ingenio y mi ignorancia. Mi obra, que fue estrenada por el grupo Talía, de Tremañes, tuvo una fría acogida y quizá por ello me refugié en “les cosiquines” que escribo, mucho más 13 Mayo 2004 Chechu García 7. Creo que lo básico y más importante sería conseguir que cada localidad, por modesta que sea, contara con un local que reúna condiciones para hacer representaciones teatrales de una forma periódica. Eso crea una costumbre y una afición a ver teatro, a conocer el teatro y a disfrutar con él. Eso, a la larga, beneficiará a toda la gente que se mueve en ese ambiente y, principalmente, a los autores. Yo siempre pongo como ejemplo a Noreña. Allí siempre se hizo teatro. Primero en el Centro Parroquial, en el Polideportivo, en el cine, en el Colegio de Formación Profesional y ahora en la Antigua Plaza de Abastos. Eso va creando una cultura teatral y una asistencia fija. Me acuerdo que, allá por los años 60, cuando yo formaba parte de la Compañía Asturiana de Rosario Trabanco, cuando tenía una temporada floja, siempre recalaba en Noreña, donde tenía un seguro de asistencia. 8. Refiriéndome al teatro costumbrista que yo hago, estimo que hay demasiados grupos y nunca pueden ir de la mano cantidad y calidad. En cuanto al otro teatro que se hace en Asturias, y del que soy espectador, creo que tiene un nivel estupendo, tanto en grupos como en actores y actrices. Estos últimos me parece que alcanzan cotas muy altas. Tengo en la mente el nombre de algunos de ellos, pero no quiero nombrarlos, puesto que me olvidaría de alguno y no quiero ser injusto. d ll d LAURA IGLESIA l Gijón, 1968 Obras estrenadas: Ha participado como autora, coautora y directora en los siguientes espectáculos: Carne de prensa, OhTelº, Arriba el periscopio, En un plis plas, El desván de las horas muertas, Frío frío..., Con Urgencia. Medicina sobre ruedas, Con P de Piano, Cielos. Premio mejor autoría por Con P de Piano. Premios Asturias de Teatro 2003. 1. Lo primero de todo, debo decir que no me considero “dramaturga”. No soy una autora de pura sangre. Soy más bien un híbrido perverso de empresaria y creadora teatral: Directora-Autora-Productora. Tengo la sensación de que ese totum revolutum no está muy bien visto entre los autores al uso, pero yo lo vivo como una inmensa suerte. Soy consciente de que es un lujo poder materializar mis textos, dar vida a mis personajes en colaboración con los actores y actrices que los interpretan. Poder tocarles, verles en movimiento, vestirles, probar peinados para ellos, colores, gestos. Envolverles en atmósferas, localizaciones, músicas... En resumidas cuentas, adjudicarles discursos no verbales, y dar forma a una creación teatral íntegra en la que todos los signos cuentan y son herramientas de expresión y significado. Dicen que mis textos y espectáculos son muy frescos. Supongo que esto se debe a que la mayoría de las veces son textos creados sobre el terreno, a lo largo del proceso de ensayos y en colaboración con los actores y el resto del equipo. Textos que crecen en función de los demás elementos de la puesta en escena (escenografía, atrezzo, luz y sonido...) y que se nutren de múltiples estímulos, destacándose entre ellos las problemáticas sociales del momento. Son textos poco literarios, a veces casi cotidianos. De diálogo rápido, frases cortas. Ligeros, con ritmo y con múltiples guiños y referencias a la actualidad. A la prensa, al cine, a la televisión... Mayormente humorísticos, pero salpicados de zarpazos críticos, de ironía y, en ocasiones, hasta de mala uva. 2. Me quedo con el más manido: Shakespeare, sin duda. Y en cuanto a las propuestas, me interesa mucho el lenguaje escénico de algunos directores contemporáneos, como Alex Rigola, Calixto Bieito, Roger Bernat... 3. En sólo una ocasión se ha “No me considero ‘dramaturga’. Soy un híbrido perverso de empresaria y creadora teatral: DirectoraAutora-Productora. Me parece que ese totum revolutum no está muy bien visto entre los autores al uso, pero yo lo vivo como una inmensa suerte.” “Tomo notas en cada actuación y sigo modificándo los textos hasta el final. Me gusta escuchar al público y recoger sus reacciones.” montado un texto mío por otra compañía. Soy Mala un monólogo para el espectáculo Mujerhartas del grupo A toda Prisa dirigido por Carolina Barrios, y me encantó su propuesta y la interpretación de Silvia Díaz. Carolina fue muy fiel al texto y a las acotaciones y lo agradecí. Además, pude sentir que el texto realmente les gustaba y que lo trataban con mucho mimo... qué más se puede pedir. Por lo que respecta a los textos montados por mí misma, aunque parece obvio que debiera estar satisfecha de los resultados, debo matizar que siempre sigo buscando el “mañana más y mejor”. O sea que, en cierto modo, vivo instalada en la insatisfacción. Soy muy exigente y nunca abandono los espectáculos. Suelo tomar notas en cada actuación y sigo modificándolos hasta el final. Me gusta escuchar al público y recoger sus reacciones. El pulso del público es el mejor termómetro que existe a la hora de limpiar, pulir y perfeccionar un espectáculo. Normalmente esos retoques siempre suelen ser tijeretazos, recortes de paja y de excesos innecesarios. Busco síntesis, eficacia y limpieza... “Menos es más”. 4. En general quiero creer que sí, pero aún queda mucho camino que recorrer. Sobretodo, en lo que se refiere al asunto de traspasar fronteras, salir de casa, que se nos vea allende Pajares... 5. Aquí aprovecho para lanzar un ¡chapeau! a todas las iniciativas de carácter privado, que hacen una gran labor de difusión y salen adelante gracias a esfuerzos personales más que loables. Mencionar como ejemplos las publicaciones de la Editorial Oris, o, sin ir más lejos, vuestra revista LA RATONERA. Por lo que respecta a las iniciativas institucionales de apoyo a la dramaturgia, destacan los encuentros “Con A de Autores” y las lecturas dramatizadas, las publicaciones de 15 Mayo 2004 La Ratonera / 11 14 acordes para una persona como yo, que lleva toda su vida como actor, y que de tarde en tarde juega a escribir, pero siempre con la evidencia de que mis alcances como autor, son muy limitados. 3. Sí. Casi siempre quedé satisfecho y agradecido con los grupos y los actores que dieron vida a mis obras y a los personajes creados por mí. Y me quedo admirado al ver que, en el escenario, todos mis muñecos iban cambiando. Unos se hacían más importantes y otros más inocuos, pero nunca dejan de sorprenderme. Faltaría a la verdad si no dijera que la puesta en escena algunas veces me ha defraudado, pero siempre fue por falta de capacidad, pero siempre pusieron todo su interés y su entusiasmo para sacar adelante el proyecto. 4 y 5. Estoy encerrado en mi cueva egoísta, plácida y tranquila, y no tengo elementos de juicio para contestar con conocimiento, a estas preguntas, quizá porque yo, en mi fuero interno, nunca me consideré autor. 6. En cuanto a la Sociedad General de Autores y Editores, soy socio desde el año 1962, pero mi relación con ella se limita a registrar mis obras y a recibir, muy de tarde en tarde, los derechos de autor cuando se me representa una obra en un teatro de cierta importancia, ya que en muchos sitios no se cotiza a autores. Solo puedo dar fe de su honradez, ya que, siempre que se generan derechos, me los remiten. ta subjetivos, siguiendo a los actores por un plató de televisión estilo culebrón etc... También acuso una corriente conservadora... Vientos norteamericanos de puritanismo facha e intolerante... Ahí tienes el lapidamiento de Medem con La pelota vasca o la censura ejercida sobre la Plataforma “Cultura contra la guerra” y, en la línea opuesta, el triunfo de los grandes musicales-franquicia made in usa con entradas a precio de oro, chicas boom de piernas largas y sonrisas profidén en un mundo de color de rosa. La censura, o autocensura, está a la orden del día. No se pueden decir cosas que ofendan. No se puede cuestionar el poder, el clero, la familia, la tradición... Con algunos temas hay que andarse con pies de plomo. No existe censura oficial del franquismo, pero existe otra clase de censura más solapada. Si eres rebelde o políticamente incorrecto, sencillamente desapareces de las carteleras. No te contratan. O te contratan muy poco. Como ejemplo, mencionar que nos cuesta horrores vender Jarrón Frankenstein de Eladio de Pablo, un espectáculo y un texto magnífico que ha recibido tres premios, dos al texto y uno a la interpretación de Carlos Dávila y del que sólo se han hecho 19 actuaciones. ¿Y por qué? Pues sencillamente porque es un texto duro, en el que se tocan temas como la violencia, el sexo, el incesto... No apto para todo público. La mayoría de programadores tienden a buscar espectáculos asépticos, teatro blanco poco comprometido y para todos los públicos, y normalmente suelen tener detrás un concejal que no quiere escándalos, ni alteraciones del orden. No quiero decir con todo esto que el teatro deba ser necesariamente un arte comprometido, pero sí debe ser libre. Y si inquieta o remueve, pues bienvenidos sean la inquietud y el revolcón, ¿no? 6. Yo no tengo ninguna queja y mantengo unas excelentes relaciones con ellos. Pero supongo que siempre se puede hacer más. Más incentivos, más difusión, más cursos... 7. Los textos tienen que sembrarse, germinar y convertirse en uña y carne con los actores. Eso necesita tiempo, es un proceso largo y minucioso, que se traduce en cifras. En este momento, las cantidades que se destinan a la producción teatral desde la administración pública en Asturias son ridículas. En 2004 hay 72.000 euros, o sea, 12 millones de las antiguas pesetas para la producción anual, las giras y la promoción de más de 20 compañías profesionales. Las compañías hacen lo que pueden, invierten, se endeudan para sacar adelante sus proyectos... pero la situación es tan precaria que asumir según qué clase de riesgos puede ser suicida. Hay textos apetecibles, pero resbaladizos, peligrosos. Y un espectáculo fallido puede hundir a una compañía veterana... y cuando digo fallido no me refiero a que sea malo, sino a que no se venda. Los costes de producción son muy altos, y si no se amortizan rápidamente, la cuesta abajo de descenso a los infiernos del déficit es trepidante e inevitable. Por otra parte, creo que necesitamos que se tenga más fe en nosotros, más confianza. Desde la administración y desde la gestión cultural. En otros países y en otras comunidades el teatro se considera un bien público, un tesoro cultural que se debe mimar y proteger. Creo que uno de los grandes pecados de nuestra región es precisamente la falta de autoestima. Curiosamente, cuando viene a Asturias una compañía de fuera medianamente famosilla se hace una apuesta mediática. Prensa, entrevistas, televisión, carteles por todas partes, derroche de marketing... etc. Sin embargo, ese despliegue no se hace jamás con una compañía asturiana. Y hay espectáculos de Asturias muy competitivos y que incluso superan con creces en interés y calidad a esos “famosillos”, sin embargo, no se asume el riesgo de apostar por nosotros. Falta confianza. Seguimos arrastrando un insano complejo de inferioridad, y mientras esto no cambie, lo tenemos crudo, porque el teatro, además de ser una pasión y un arte, es una industria que debe distribuir con habilidad sus productos para que lleguen al público. Y para vender con entusiasmo hay que tener fe, confianza, y utilizar refuerzos positivos. Medio en broma, medio en serio, “Acuso una corriente conservadora... Vientos norteamericanos de puritanismo facha e intolerante... Ahí tienes el lapidamiento de Medem con La pelota vasca o la censura ejercida sobre la Plataforma “Cultura contra la guerra” y, en la línea opuesta, el triunfo de los grandes musicales-franquicia made in usa con entradas a precio de oro, chicas boom de piernas largas y sonrisas profidén en un mundo de color de rosa.” “La censura, o autocensura, está a la orden del día. No se pueden decir cosas que ofendan. No se puede cuestionar el poder, el clero, la familia, la tradición...” me autocito en el P de Piano: “Tendríais que aprender de los catalanes... Esos sí que saben..., no como vosotros que estáis en la aldea.... ¡pueblerinos!” Efectivamente los catalanes saben hacerlo muy bien y se lo toman muy, pero que muy, en serio. Cuidan a sus autores, miman a sus compañías, impulsan y apoyan su teatro. Lo tienen en palmitas y lo venden como oro líquido. Creo que ese es uno de los secretos de su éxito, aparte de un trabajo riguroso y sudor de camiseta, claro está... Al final el teatro es una carrera de fondo, que como todas conlleva sangre, sudor y lágrimas, pero también muchísimas satisfacciones y un placer inmenso. 8. Magnífica. En general se están haciendo buenos espectáculos tanto de teatro como de danza, con nivel, con rigor, y con profesionalidad. El teatro asturiano vive un momento boyante en lo que respecta a la cuestión creativa y en los últimos años ha mejorado muchísimo en la calidad de las producciones. Hay muchas compañías, mucha producción, variedad de géneros, estilos... Ahora sólo necesitamos más espacios, más programación, más apoyo institucional, más difusión y más promoción en otras comunidades. Y, cómo no, arrimar hombros y aunar fuerzas en pro del teatro. Alimentar, en suma, la unión y el buen rollito, así que me despido enviando besos mil a todos y cada uno de los lectores/as de LA RATONERA. ¡Nos vemos en el teatro! 17 Mayo 2004 La Ratonera / 11 16 la Academia de la Llingua en la colección Mázcara, los premios y concursos como el Casona o el Jovellanos, etc., pero todo eso sigue siendo poco. Podrían hacerse muchos más cursos, más encuentros, más publicaciones... Mi opinión en que, en general los apoyos institucionales a la dramaturgia son insuficientes, al igual que los apoyos a la cultura, el arte, la literatura, el teatro... Quizás sea un poco paranoica, pero tiendo a creer que hay una especie de conjura cósmica respecto a esto. El conocimiento es peligroso. Se maneja mejor a los ignorantes. Nos quieren matar de inanición cultural. Quieren tenernos “alloriaos” y robarnos la capacidad crítica. La cultura es un artículo de lujo y cada vez hay más censura, más falta de libertad. Cada vez somos más rebaño y nos parece más normal este mundo ridículo de operaciones triunfo, grandes hermanos, y cutreprogramas del corazón centrados en personajillos impresentables. Por otra parte vivimos un momento donde prevalece la cultura de la imagen, del zapping y el ritmo frenético, la mayoría de las veces en vuelo rasante, sin profundizar en las cosas... Por ejemplo, en televisión, apenas hay programas de teatro ni culturales... Por cierto, el otro día vi un fragmento de un Estudio 1 y estaba totalmente adulterado, de hecho, me atrevería a decir que aquello NO ERA TEATRO, sino una especie de sucedáneo con realización de teleserie, la cámara dando puntos de vis- Gijón, 1973 La Ratonera / 11 18 Obras estrenadas, publicadas o premiadas: Fuertes y débiles (estrenada en 1995). La posada del avaro (estrenada en 1996). Ampurias, patria querida (estrenada en 1997). La esquina de las horas perdidas (estrenada en 1998). Barrotes de pega (estrenada en 1998). ...Entre todas las muje- res (estrenada en 1998). Nosferatu, mon amour (estrenada en 1999). La maté porque era tuya (estrenada en 1999 y galardonada con el Premio al Mejor Actor Protagonista en los IV Encuentros Teatrales Elisa y Luis Villamil, año 2001). Lo nuestro es puro teatro (estrenada en 1999). La afonía del apuntador (estrenada en 1999 y galardonada con el Premio al Mejor Montaje en el I Certamen de Teatro Abierto hasta el amanecer, año 2001). Me lo llevo puesto (estrenada en 1999). ¿Todavía respira? (estrenada en 1999). Dos en el vestíbulo (estrenada en 1999). Caridad urbana (estrenada en 1999). Como cabras (estrenada en 1999). 1. La mayor parte de mis obras se ubican en la más desenfadada comedia. Mi título más representativo, por el número de representaciones alcanzado, La maté porque era tuya; por la cercanía de su estreno, Croissant. 2. Adoro a Tennessee Williams y mi obra de cabecera es ¿Quién teme a Virginia Wolf?, de Albee. 3. Si soy yo quien los lleva al teatro, nunca del todo (aspiro a la perfección sabiendo que nunca se alcanza) y si son otros quienes los re- De aquí a Hollywood (estrenada en 1999). Ensayo Generalísimo (estrenada en 1999 y publicada en el número 9 de LA RATONERA). Lo que el viento no se llevó (estrenada en 1999). ¡Vaya bufonada! (estrenada en 2000). Los otros (estrenada en 2000). Cosas del directo (estrenada en 2000). La costilla de Eva (estrenada en 2000). El caso de las figuritas de cristal (estrenada en 2000). Un misterio muy particular (estrenada en 2000). El baile de los cojos (estrenada en 2000). Histerias de la Historia (estrenada en 2000). ¡Mamá, miedo! (estrenada en 2000). La caja (estrenada en 2000). Hotel Pesadilla (estrenada en 2000). ¡El Gordo es nuestro! (estrenada en 2000). De risa (estrenada en 2000). Una familia... de película (estrenada en 2001). El verso perverso (estrenada en 2001). El muerto al hoyo (estrenada en 2001). Mi mamá me mima (estrenada en 2001). Síndrome de Estocolmo (estrenada en 2001). El pequeño Hamlet (estrenada en 2001). Romeín y Julietina (estrenada en 2001). El guante de Gilda (estrenada en 2001). El mayordomo no es el asesino (estrenada en 2001). ...Y que cumplas muchos más (estrenada en 2002). ¡Vaya Navidad! (estrenada en 2002). Croissant (estrenada en 2003). “Nunca ha habido tanta proliferación de talento. Lástima del componente cainita que aqueja a esta profesión...” presentan, agradezco tanto el hecho en sí de la puesta en escena, que no puedo dejar de sentirme satisfecho. 4. Ha mejorado de manera direc- tamente proporcional a la aparición de buenos autores asturianos, con un indiscutible espíritu de supervivencia. 5. Dos frases hechas: Todo es poco y Menos da una piedra. 6. Ídem. 7. Antes que la mentalidad institucional, la mentalidad de los creadores. 8. Nunca ha habido tanta proliferación de talento. Lástima del componente cainita que aqueja a esta profesión... Pilar Murillo Avilés, 1967 Obras Todo en la vida... son mentiras, estrenada en 1996. Trauma, premiada en Art-Nalón 2000. Gracias, Claudia, premiada en ArtNalón 2001. El sexo en el teatromonólogo, publicado en la revista Valenciana Art-Teatral en el 2000. Faustina, madre de Alejandro Casona, estrenada en el 2002. Siempre hay una primera vez, monólogo estrenado en 2003 y publicado en la revista asturiana de teatro La Ratonera en 2004. La Mansión, estrenada en el 2003. Puntuales, como siempre, monólogo estrenado en el 2004-03-07. Los juguetes olvidados, obra infantil estrenada en el 2004. 1. La mayoría de mis obras son comedias con sarcasmo, críticas al comportamiento de la sociedad frente a unos problemas que existen y no se quieren ver. Me acerco a un “Mis obras son comedias con sarcasmo, críticas al comportamiento de la sociedad frente a unos problemas que existen y no se quieren ver. Me acerco al teatro social.” teatro social en la mayoría de mis obras. Mi titulo más representativo es Trauma. 2. Shakespeare, Calderon de la Barca, Casona, Laura Iglesias y Paloma Pedrero. 3. Sí, Sobre todo en Trauma, Todo en la vida... y de la que más me siento satisfecha es Faustina. 4. Sí, porque hay instituciones que nos ayudan a que se conozca nuestra obra. 5. Me parecen bien y ojalá que cada vez sean más. 6. Sí y espero que cada vez sea mayor el apoyo. 7. Mejora de los espacios escénicos, dotación de personal cualificado en los teatros y una mayor promoción en los medios. 8. Me parece de gran calidad para los pocos medios con los que contamos. Los textos pueden ser de gran calidad pero luego en el montaje, en ocasiones se queda corta la estética. Aún hay muchas compañías que apuestan por los clásicos. José Ramon Oliva Alonso Gargantada (Langreo), 1966 Obras largas Publicadas: Barájoles col defuntu. Estrenadas: De piescos y escayos. Una apuesta que nin pintá. Aire de castañes. Les desventures de Xuacu. Un negociu de cuidau. ¡Tan repitíos! Mentires. Les joyes de la marquesa. 19 Sainetes: La quiniela. El mio Marcelo. Amores riñíos (Publicada junto a Barájoles… en Teatro asturiano). El escarmientu. 1. Tantu les obres como los sainetes son de teatru costumista asturianu. Ambiéntense nos años cuarenta o cincuenta, en cualesquier aldea d’Asturies, aunque en toes elles faigo referencia a Carbayín, pueblu onde viví hasta que me casé, y Mayo 2004 JORGE MORENO “Fai falta promocionar, al igual que hay un circuitu asturianu de teatru, un circuitu de teatru costumista asturianu, que ye un bagaje cultural nuestru.” periencia que tuvi con otros grupos, non quedé muy satisfechu, porque paez que el fechu de facer teatru asturianu va junto a facer teatru en plan baratu (casi sin escenografía, ensin decoraos), y a veces hay quien piensa que el fechu de ser en asturiano y de humor conlleva el escesu y caen nel esperpentu. 4. Hay un problema seriu pa publicar, o po lo menos yo súfrolu. Si non hay subvención, non hay editorial que se arriesgue, y les subvenciones ya sabemos lo que son. A veces caen y a veces non, en sin saber de qué depende. En cuantu a grupos que representen les obres, paez que el teatru asturianu costumbrista ta repuntando, porque hay ca vez más grupos aficionaos que se dediquen a ello. Igual lo que fai falta ye promocionar, al igual que hay un circuitu asturianu de teatru, un circuitu de teatru costumista asturianu. 5. Ya contesté un pocu anantes. De toes formes, desconozco la mayor parte d’estes coses que se faen, porque desde lluego lo que non hay ye publicidá de esos temas. Nel mio casu, confórmome con poder publicar, aunque non me reporte ingresos. El mio deseu ye ver les obres impreses y que se representen, non ganar perres con elles. 6. Non sé como ta el tema con los autores, pero si funciona igual que con la música, pocu verán los autores de los ingresos que recauden. Nésti tema casi prefiero non entrar. 7. El circuitu de teatru asturianu debería de fomentar les obres feches en Asturies, y en asturianu, y debería de facese un circuitu aparte de teatru costumista, que dichu sea de pasu, ye un bagaje cultural asturianu que tenemos. Non taría mal tampocu que los medios de comunicación ayudaren (como mínimu, la prensa escrita). Ya tengo la esperiencia de comunicar estrenos de obres a dalgún periódicu, y nin siquiera poner una nota de prensa. 8. Equí solu voy falar de los grupos de teatru costumista, porque del restu veo muncho menos. Falta nos grupos costumistas un pocu de infraestructura, porque suelen llevase montaxes a veces demasiau parcos, pero hay que reconocer que si non fuese per ellos esti teatru morría y caía nel olvidu pocu a pocu. Quizás hay un pocu de mala sangre ente nosotros. Refiérome a que dellos grupos (y cuantu más emportantes, peor) non dexen les obres, acaparen semanes de teatru en sin dexar entrar a otros grupos que podríen aportar coses nueves… En fin, supongo que como en tou, haylos con padrín y otros en sin él. Catedrático de lengua y literatura españolas, profesor actualmente de la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático) de Asturias. Ha estrenado hasta 1950 la fecha sus siguientes obras, con Teatro Tramoya y dirigidas por él mismo: Tú serás mi negro, Famélica Legión, Vidas en Canal, Equipaje, Sólo Soledad Sonando (Primer Accésit de los Premios Hermanos Machado de Teatro de Sevilla, 1998), La cuarentena de los pájaros. Tramoya ha estrenado también, bajo la dirección de Xuacu Carballido y Pili Hevia textos de su obra Mediodramas en un espectáculo junto con textos de Sanchis Sinisterra. También Tramoya, bajo la dirección de Javier el Moreno estreno su obra El hermano Bastardo de Macbeth. Jarrón Frankenstein fue estrenada por la compañía Higiénico Papel. Ha escrito el guión y dirigido la primera Gala del Teatro Asturiano (Premios Asturias 2000), celebrada el 15 de diciembre de 2000 en el teatro Mari Peña de La Felguera. Su obra Mobbing & Burking fue leída por Soledad Mallol (Virtudes) en el ciclo de lecturas dramatizadas que, dentro del III Salón del Libro Teatral, organizó la AAT (Asociación de Autores de Teatro de España) y que tuvo lugar en la Casa de América de Madrid entre los días 18 al 21 de octubre de 2002. Su obra Memoria del Llaberintu fue leída por la compañía Margen en el ciclo de Lecturas Dramatizadas organizado bajo el patrocinio de la SGAE en 2003 en Asturias. Su obra Nada personal, papá fue leída en el Ateneo de Madrid el 9 de marzo de 2003 dentro de la lectura de textos contra la guerra organizada por la AAT. Asimismo fue representada en el espectáculo En clave de monólogo realizado por Higiénico Papel y bajo el patrocinio de la SGAE de Asturias en 2004. Sus obras editadas son : Famélica Legión (Publicada por el Ateneo Obrero de Gijón, 1994). Memoria del Llaberintu (Publicada en la colección “Mázcara”, de la Academia de la Llingua Asturiana, 1996, en traducción al asturiano de Ramón de Andrés) , Mediodramas (“Deus ex-machina”, 1995); El Hermano Bastardo de Macbeth (“Deus ex-machina”, 1998), Entropía, publicada por la FMC del Ayuntamiento de Corvera (2000), Sólo Soledad Sonando (nº 1 de la revista La Ratonera), Pasión por la diferencia , Savuar fer y Vasos comunicantes, publicadas por la revista ÁBACO (1998, 2000 y 2002), Nada personal, papá (editada por la AAT, 2003). Permanecen inéditas Tú serás mi negro, Vidas en canal, Equipaje, Ancla (que recibió de la Consejería de Cultura una ayuda a la creación literaria el año 2001), Mobbing & Burking, Tiempo para morir (que recibió de la Consejería de Cultura una ayuda a la creación literaria el año 2002), La cuarentena de los Pájaros, esta última estrenada en el Teatro Jovellanos el 26 de octubre de 2002; y Apocalipsis (que recibió de la Consejería de Cultura una ayuda a la creación literaria el año 2003). VR/RV, que obtuvo el Premio de Monólogos Dramáticos de Corvera 2001, y Las mentiras de Eva han visto la luz en 2002 editadas por Deus ex machina, edición patrocinada por el Ayuntamiento de Corvera. Eladio de Pablo En el prólogo de la edición de VR/RV menciono cuáles –creo– son las orientaciones que mi obra, en el correr del tiempo y de mi quehacer teatral, ha tomado, con el concurso de mi voluntad o sin él. A él remito al lector, puesto que esto que escribo ahora no son más que unas notas apresuradas, a vuela pluma, pues no tengo todo el tiempo que quisiera para poder responder puntualmente a vuestras cuestiones. Puedo decir que yo he pretendido hacer un teatro que divierta y al mismo tiempo divertirme haciendo teatro. El teatro o es diversión o no es nada, como Brecht se encargó de dejar muy bien sentado en la teoría y en la práctica. Y confieso que he divertido. Mea culpa. Ya sé que “diversión” es una palabra cajón de sastre, donde cabe de todo. Pero la forma que yo he buscado de que el público “diverja” de su rutina cotidiana –de su tele(visor), su tele(fono móvil), su tele(pizza), su tele(dirigida) vida– es poniéndole ante cosas normalmente la mar de serias: (la crisis industrial y de valores de nuestra sociedad, la soledad 21 Mayo 2004 La Ratonera / 11 20 onde radica el grupu de teatru asturianu que dirijo: Grupo de Teatru de Carbayín. Aunque la forma de escribiles y la ambiéntación bebe munchu de los autores clásicos (Pachín de Melás, Eladio Verde, etc), la temática ye novedosa con respectu al teatru de siempre. Son toes comedies d’enredu, al estilu, por poner un exemplu, de Arniches o de Alfonso Paso. A partir de situaciones más o menos normales na época onde les desarrollo, y procurando non alejame de les costumbres de aquella época, lío y deslío situaciones cómiques, con un humor munchu más cercanu a la época actual que al teatru cásicu asturianu. Delles tan feches más pensando na actuación que la llectura, como pue ser Les desventures de Xuacu con numerosos gags visuales. Aunque ye difícil pa un autor quedase con un título, destacaría Aire de castañes que toca temas como el machismo, los malos tratos, etc, aunque siempre en clave de humor. La más exitosa cara al público fue Les joyes de la marquesa. 2. Leo tou lo que me cae nes manes de teatru costumista asturianu, aunque tengo que reconocer que encuentro un tantu desfasaes ya les obres de los autores clásicos (hay que tenr muy en cuenta la época en la que se escribíen). Sin embargo, como ya comenté, prefiero el estilo de Arniches y Alfonso Paso. 3. La mayor parte de los montajes son realizaos por el mio grupu de teatru, con lo que el montaxe ye tal y como yo lu veo. Con dalguna es- “¿Dónde está la publicación regular y sistemática de textos, con la publicidad adecuada, alentada por organismos públicos y la SGAE? ¿Dónde un decidido apoyo a la autoría teatral no sólo con premios esporádicos, sino del fomento de actividades regulares que pongan en contacto al autor dramático con la sociedad?” “La prensa asturiana no tienen la menor consideración de la necesidad de una crítica teatral solvente, regular y continuada.” luz? ¿Tiene algún valor, para las gentes de teatro de Asturias, lo que hacemos los autores? Sinceramente, no puedo responder positivamente, a lo mejor por falta de conocimiento. Pero son muchos años teniendo la pertinaz impresión de que somos compartimentos estancos. Yo –en actos organizados por el ITAE y la Consejería de Cultura, con la colaboración sui generis en alguna ocasión de la Universidad– he coordinado buena parte de los encuentros de autores (entre los de aquí y muchos de fuera de aquí) que se han hecho en Asturias, las lecturas dramatizadas realizadas con el patrocinio de la SGAE asturiana es a mí a quien hay que achacárselas como coordinador. “Código Dramático” es ya un hecho consolidado en la doble labor de suscitar encuentros entre nuestros autores con los de más allá de nuestras fronteras y en sacar a la luz de la lectura, ya que no de la representación, textos inéditos de autores asturianos. Creo, por tanto, que tengo conocimiento de causa para afirmar que faltan vasos comunicantes en el mundo teatral asturiano. En la era de las comunicaciones nos comunicamos mal entre nosotros mismos. Somos intransitivos hasta la médula. Y tal vez esa actitud del mundo teatral asturiano ante sus propios autores sea el sustrato que sostenga la actitud leve o descaradamente displicente, paternalista y desentendida de la Administración y de la SGAE con los autores dramáticos de aquí. Las medidas de la Administración son, por decir poco, raquíticas, en el apoyo a la escritura teatral. ¿Que se incentiva en las subvenciones a la compañía que estrena autor asturiano? Bien. ¿Que se conceden unes ayudines a la escritura de textos dramáticos? Bien también. ¿Que se ponen tres mil euros por parte de la SGAE para organizar un Ciclo de Lecturas Dramatizadas (un miniciclo, dada la exorbitante cantidad, claro), pues rebién. Pero eso son parches que no apuntan para nada a una concepción por parte de la Administración y de la SGAE de la importancia que tiene promocionar aquende y allende de nuestras fronteras la escritura teatral. ¿Dónde está la publicación regular y sistemática de textos, con la publicidad adecuada, alentada por organismos públicos y la SGAE? ¿Dónde un decidido apoyo a la autoría teatral a través, no sólo de premios esporádicos, sino del fomento de actividades regulares que pongan en contacto al autor dramático con la sociedad? Ya sabemos que el contacto del autor dramático con la sociedad se hace a través de la representación de sus textos, del contacto con el público. Pero la función única en los grandes teatros, la imposibilidad de que una obra de autor asturiano permanezca en cartel más de dos días (caso extraordinario, si exceptuamos al autor de éxito por excelencia, mi tocayo Eladio Verde), aun siendo una función de éxito, veda ese contacto deseado con el público. Y las funciones en otros espacios dispuestos para representaciones teatrales (dispuestos no quiere decir “aptos”) no colaboran en absoluto a esa difusión de la labor del autor dramático asturiano. En años anteriores existía un programa costeado con fondos pú- blicos llamado LITERASTURA, que llevaba a los autores dramáticos a los centros escolares, los ponía en contacto con un potencial público joven. Los resultados de esa experiencia no podían ser más positivos. (Incluso, en alguna ocasión, en un instituto de Enseñanza Media, al calor de la experiencia, quisieron poner de lectura obligatoria para los alumnos una obra teatral de un autor asturiano, mi Mediodramas. La posibilidad probablemente se frustró porque no se podía hacer una segunda edición de esa obra, pues la primera estaba prácticamente agotada: los quinientos ejemplares de rigor; aunque es más seguro que acudieran a la socorrida fotocopia). ¿Por qué se anuló la experiencia de LITERASTURA, o no se inició una semejante, y en cambio se dotó millonariamente otro tipo de iniciativas “culturales” de puro escaparate? ¿Y la Universidad? ¿Considera la Universidad asturiana que existe en Asturias cosa tal como autores teatrales dignos de estudio y mención en sus múltiples clases y cursos de verano, otoño e invierno? Otro compartimento estanco, otra frontera. ¿Y la prensa llamada asturiana? ¿Existe un tratamiento crítico serio desde la prensa asturiana a los espectáculos basados en textos de autores asturianos? Radicalmente no, desde el momento en que los periódicos regionales no tienen la menor consideración de la necesidad de una crítica teatral solvente, regular y continuada, de lo que no es la menor prueba el trato casi humillante que dispensa a los habituales críticos teatrales (remuneración miserable, publicación de las críticas pasados meses de los estrenos, o, sencillamente, mutilación o no publicación de las mismas a gusto del último mono enmaquetador), o bien encargar las “críticas” (más bien cotilleos de portera verborreica) a plumíferos más preocupados de exhibir su pluma que de hacer un análisis profundo, documentado y con conocimiento de causa de los espectáculos asturianos y sus soportes textuales. Eso sí, nada que ver con el tratamiento sin restricciones de espacio ni de elogios (merecidos unas veces; fruto del más acendrado papanatismo, otras) que despliegan cuando el espectáculo viene avalado por su no-asturianía y por unos cuantos nombres “consagrados” en la tele o en el cine. Pero todo tiene una sencilla explicación: el que no sabe es como el que no ve. Y la prensa sedicente asturiana, en lo tocante a teatro de aquí (y de acullá, no nos engañemos), no sabe/no contesta. Ah, si este artículo a vuela pluma me ha salido con un poco de mala leche es porque creo que el teatro que se hace en Asturias merece la pena, que no es oro todo lo que reluce, pero que hay diamantes entre el estiércol. Lo malo es cuando el personal se empeña en ver el estiércol sin reparar en esos chisporroteos de luz que destellan aquí y allá. 23 Mayo 2004 La Ratonera / 11 22 oceánica del hombre y de la mujer de hoy, el terrorismo de Estado, la telebasura, el acoso moral, los sicarios colombianos, la cultura autodestructiva que tiene como máxima expresión las “snuff movies”, el amor y la seducción como pugilato y ausencia, el sexo como coartada...) y mostrárselas desde un punto de vista des-quiciado, empleando todas las armas del humor a mi alcance, desde el humor más blanco al más negro. Claro que la “juerga” ha sido a un nivel bastante limitado. Se ha quedado en juerga asturiana, porque mis obras no han traspasado las fronteras. Mea culpa seguramente también. Ni siquiera han traspasado las fronteras de mi grupo de teatro, con la rarísima excepción de Jarrón Frankenstein, llevado a escena, como es sabido, con notable éxito, por Higiénico Papel. (Premio al mejor actor y al mejor autor en los Premios Asturias de Teatro 2002). Porque el problema nuestro, el del autor teatral en Asturias, es la frontera, estamos rodeados de fronteras por todas partes menos por una que somos nosotros “istmos”. En el supuesto de que un autor dramático de aquí se dedique únicamente a escribir, sin contar con una compañía propia que ponga en pie su obra, sería casi un milagro verla sobre un escenario. ¿Existe dentro del teatro asturiano la menor consideración hacia el autor dramático asturiano? ¿Hay interés o curiosidad por lo que el autor dramático de aquí saca a la Luanco (Gozón), 1963 La Ratonera / 11 24 Obras publicadas: Días grises, Las primaveras de la loba, Trilogía del Nilo (Dios Nilo, Simiente de faraón, Arsínoe, reina de Egipto) y las piezas cortas en un acto Desengrásame y Buen rollo. Obras estrenadas: Cabecita loca (1992), Simiente de faraón (1993) Paso de historias... (1994), Dios Nilo (1996), Noventayocho (1997). 1. Quizás la inclinación más evidente sea al teatro histórico, pero haciendo un repaso de los textos en los que hasta el momento he trabajado, las proporciones resultan muy similares. Seguramente la tragedia sea el que más admiro, pero no siento prejuicio ni contra la tragicomedia, melodrama, absurdo o cualquier otra posibilidad formal de la teatralidad. Por lo que se refiere a una estética concreta, tampoco me identifico con una línea concreta (aparte de aquellos textos publicados). Mi mayor interés gira entorno al plan- teamiento y desarrollo de unos personajes que se definan como seres humanos, enfrentados a situaciones poco comunes en espacios no convencionales y luchando entre lo conveniente y lo deseable. Expresivamente me identifico con la prosa poética y la búsqueda de una emocionabilidad que resulte asequible al espectador y que sea capaz de transmitir intensidad y rotundidez. En cuanto a los temas, me interesa sobre todo el de la soledad y la búsqueda del destino. Siento predilección por los personajes que intentan alcanzar unas metas que los enfrenten con la mayoría. El amor, la muerte, la justicia y la libertad, también están entre mis preferidos. No sé cuál es mi título más representativo. Si me circunscribo a los que han subido al escenario, seguramente lo será Dios Nilo, aunque personalmente me quedo con Simiente de Faraón. Creo que según el momento me identifico más con unos que con otros. En estos momentos, considero que Aquí cerca, que es el último que he escrito, es el que mejor define mis intereses, preocupaciones y cercanías. 2. Casi todas. Me gustan los realistas, el teatro de posguerra español y una buena parte de los autores contemporáneos, sobre todo franceses y alemanes. 3. Como siempre he sido director de los mismos, la respuesta se hace más compleja. Seguramente dentro de las posibilidades sí. Como autor tendría mis más y mis menos. “Mi mayor interés gira entorno al planteamiento y desarrollo de unos personajes que se definan como seres humanos, enfrentados a situaciones poco comunes en espacios no convencionales y luchando entre lo conveniente y lo deseable.” Aunque me parece que dadas las circunstancias del teatro en Asturias, y las oportunidades de subir al escenario textos nuevos, más me parecen proezas dignas de encomio que objetos de análisis profundo. Tampoco me voy a quejar porque asumo la responsabilidad plena de todas ellas, pero hoy me siento incapaz de volver a asumir todo lo que supone estrenar un nuevo texto. 4. Hace ya mucho que no estreno un texto propio ni trato de editarlo o darlo a conocer, por lo que no estoy muy al tanto de cómo se presenta el panorama. No obstante, no me atrevería a asegurarlo. Me parece que en casos individuales sí, pero en general, los autores en Asturias siguen siendo vistos con un cierto recelo. Quizás aprecie una corriente que trata de satisfacer las aparentes demandas del público teatral; aunque echo en falta textos con mayores ambiciones artísticas. 5. No tengo nada que decir porque no participo, pero las observo de lejos como una especie de entretenimiento enunciativo. Parece que en algunos círculos está bien la denominación... 6. No. 7. Lo primero un conocimiento o reconocimiento de los mismos, ya sea a nivel de espectadores como de consideración por parte de la profesión. Luego, seguramente una mayor definición artística en muchos aspectos. Plantearse por qué se escribe teatro, para qué y quién lo demanda. Cuestionarse cuánto hay de imposición por parte de los autores y cuánto de necesidad de comunicación y de tener algo que transmitir y menos que decir... 8. De admiración. Con semejante panorama, ya es de admirar que sigamos teniendo teatro y grupos que quieran seguir representándolo. Me gusta mucho que los grupos estrenen, que sigan siendo capaces de resistir, aunque a veces echo de menos, autores, textos y personajes de la gran literatura dramática universal que no conocen nuestros parajes. También la presencia de autores contemporáneos, aunque entiendo que los derechos de autor tiran para atrás a cualquiera... al final que sigo quedando con los que tienen líneas de trabajo sólidas e intereses artístico-teatrales precisos. José Rico Martínez Gio (Illano), 1958 Obras Estrenadas: Flashes en la noche, Tarde de domingo. Piezas cortas presentadas bajo el título genérico de “Dislates”: El piano, La caja, La Scala todos ellos publicados en la revista de teatro La Ratonera. Una nota de color, El sida, El concurso, El racismo. Monólogos encuadrados bajo el título de “Aló”: Nocturno, seleccionado para ser representado en la convocatoria de monólogos de Encuentro de de Autores en colaboración con el ITAE y la SGAE, Despertar, La au-pair, Cenizas, Más allá del vals. Obras sin estrenar: Chantaje a la presidencia, Out-side. 1. Mi producción como autor no es tan extensa para que se pueda hablar de constantes tanto en el plano de la estética como en el de los temas que trato, pero sí recuerdo que hace un cierto tiempo me hice el propósito de tratar sólo temas de denuncias, de conspiraciones y simular aquellas situaciones en las que el ser humano está indefenso frente al poder, aquellos acontecimientos que le afectan y contra los que no puede hacer nada (es el ejemplo de Chantaje a la presidencia) pero está claro que hasta el momento no he conseguido ser consecuente con ello; quizás porque casi siempre escribo por encargo, aunque el encargo provenga de mi compañía. Me interesa el tema de la indefensión frente al poder y especialmente la imposibilidad de fiscalización ética de sus resoluciones. En cuanto a la estética me muevo en el campo del realismo, aunque sin despreciar otras vías. 2. Si descontamos a los clásicos, que siempre son el marco de referencia obligado en el siglo XX, de una extensa lista de autores, salvando las distancias, destacaría a Harold Pinter por su forma de manejar la gramática es quien más me ha influido en la forma de construir los diálogos. Descartando a H. Pinter podría hablar más de obras que de autores, La visita de la vieja dama de F. Dürrenmatt muy especialmente. Un enemigo del pueblo de Ibsen, teniendo en cuenta que es del siglo XIX, aparte de los clásicos es el primer texto que responde a ese propósito del que antes hablaba de denuncia, de conspiraciones del poder, últimamente de rabiosa y non grata actualidad, ahí está la guerra de Irak para refrendarlo. El precio de Arthur Miller montada en 2003 y muy querido para mí, ya que tuve ocasión de charlar brevemente con 25 Mayo 2004 Leopoldo García-Pumarino “Uno puede escribir en su casa con un folio en blanco y un bolígrafo. Lo que sí me parece preocupante es el tema del jurado en los concursos que siempre lo forman sesudos catedráticos y profesores universitarios que desconocen totalmente la potencialidad teatral de un texto.” 4. El teatro asturiano lleva veinte años de retraso con respecto al resto de Europa. El Circuito Profesional de Teatro es una reivindicación, como poco, ya de principio de los ochenta por tanto aunque ha mejorado, el autor no está desligado de todo el proceso y avanza o retrocede con él. Lo que sí se da en Asturias es que los autores suelen ser directores y por tanto tienen la posibilidad de estrenar sus obras. Ahí están los casos de Eladio de Pablo, Javier Villanueva, Roberto Corte, Maxi Rodríguez en su momento, Leandro G. Pumarino, Pilar Murillo, Laura Iglesia, Jorge Moreno, etc. Aunque también escriben otros que no tienen esa posibilidad y por tanto sus textos tienen más dificultades para llegar al público. Ejemplos pueden ser Adolfo Camilo Díaz como estrenado en varias ocasiones y Valderrama Modrón como ejemplo de no estrenado, junto a otros muchos. Existe en Asturias una dramaturgia muy considerable que no tiene la repercusión exterior que se merece, condicionada por la falta de proyección del teatro asturiano; situación verdaderamente lamentable. 5. Escasas, aunque no creo que esto sea tan grave. Uno puede escribir en su casa con un folio en blanco y un bolígrafo, lo que sí me parece preocupante es el tema del jurado en los concursos que siempre lo forman sesudos catedráticos y profesores universitarios que desconocen totalmente la potencialidad teatral de un texto y por tanto premian lo que conocen que es la metaliteratura y el texto metateatral, textos sin ningún interés dramático generalmente. 6. Me parece un órgano o lo que sea creado con intereses recaudadores por tanto es irrelevante que apoyen o no, siempre miraran sus propios intereses. He de decir que no estoy asociado. 7. Tendrá que mejorar la propia situación del teatro asturiano en general; no se puede desligar una cosa de la otra. 8. Equiparable a cualquier otro. Los creadores asturianos además de ser muchos han llegado a una madurez creativa muy considerable sobre todo si tenemos en cuenta la situación de precariedad en la cual se materializa su trabajo. Pablo Rodríguez Medina San Andrés (L’Entregu), 1978 Obres: Orbaya, Premiu de Teatru de la ALLA 2002, editada na Coleición Mázcara, nº 8, Uviéu, ALLA, 2003 (Ficiéronse dos llectures dramatizaes de la obra nel añu 2002). Martema, Premiu Asturies Xoven de Testos teatrales 2003, de prósima espublización. 1. Nes obres espublizaes y premiaes muévome al rodiu d’una estética amestada qu’intenta conxugar lo nuevo colo vieyo, lo clásico colo vanguardista. Xunto al teatru costumista, l’absurdu de Beckett y Calvino y l’absurdu español de Mihura y Jardiel Poncela, por exemplu. D’eses obres paezme muncho más representativa la d’Orbaya pal absurdu lóxicu de Mihura o Jardiel; pela cueta, pal absurdu descarnáu de Beckett o Calvino, Martema. 2. En verdá, tolo que lleo y veo paeme que m’inflúi: dende los clásicos grecollatinos, pasando pel Sieglu d’Oru Español o’l teatru tanto costumista como’l de nueva fechura n’asturianu. ¿Autores? Nun sé… Los citaos enantes amás de los clásicos (Lope de Vega), Eladio Verde, Pachín de Melás, Roberto Corte, Chechu García, etc. 3. Lo único que tuvi la oportunidá de ver foi la llectura dramatizada y prestóme a esgaya. Pero montaxe, montaxe, lo que se diz montaxe… 4. Yo, como quien diz, acabo d’incorporame a esti mundín d’hai bien poco. Sicasí, y falando como autor y non como home de teatru –que me paez que son conceutos estremaos–, daqué paez que s’ameyoró (concursos, ayudes pa la creación artística, etc.), magar que me paeza que entá fai falta muncha más implicación por parte de l’alministración. 5. D’hai poco p’acá paezme que ta ameyorando pero fai falta andar munchu más camín. Convóquense ayudes dende hai cuatro años a la creación lliteraria, pero nun se favorecen alcuentros, nin una comunicación mayor ente autores y compañíes, ente autores mesmo; y, tocántenes a los cursos d’iniciación y perfeicionamiento, yo nun tengo noticia d’ellos. Paezme qu’hai que salir d’esti guetu nel qu’andamos metíos. 6. Al qu’escribe n’asturianu, que ye lo que faigo yo, de nenguna de les maneres. Bien ye verdá que les llectures dramatizaes d’Orbaya ficiéronse nel marcu d’unos alcuentros nos que taba implicada, pero a nivel nacional, nun pintamos un res. Hai concursos que contemplen les “A nivel nacional nun pintamos res. ¿Por qué los autores qu’escriben en galego o en català tienen más derechos que nós?” diverses modalides llingüístiques, pero falta la del asturianu. Pasó daqué asemeyao cola canción. ¿Qué ye que los autores qu’escriben en galego o en català paguen más pa poder tener esa consideranza? ¿Por qué ellos tienen más derechos que nós? Paezme cuando menos, una falta de consideranza y que los organismos implicaos, como l’Academia de la llingua y la Oficina de Política Llingüística, amás de los políticos deberíen llantar una quexa formal, como fizo Valledor colo de la canción. 7. Eso creo que lo podría responder meyor los autores que son, amás, homes de teatru. Pero pamidea que fai falta más dotación ya implicación en materia de formación, de apoyu, d’educación del públicu… 8. Paezme que’l teatru n’asturianu ta infravaloráu y que los montaxes en bien de casos tán perriba de les posibilidaes de los grupos. Hai propuestes novedoses, hai reposiciones de clásicos y un apueste por facer un teatru de calidá y dignu qu’en bien de casos nun cuenta col respaldu nin del públicu nin de les corporaciones llocales y l’alministración. 27 Mayo 2004 La Ratonera / 11 26 el autor. Alguno de los títulos de A. Boadella, a mi entender, el hombre del teatro más importante del último cuarto del siglo XX en España. De cualquier forma la lista sería interminable, pero he de confesar que no me entusiasman los iconos nacionales Valle y Lorca. Llega un momento que las preferencias se van suavizando y miras la dramaturgia mundial cada vez con ojos más imparciales y los intereses dependen de la situación personal de cada momento. Mi generación se formó, en parte, con la selección de H. Wellworth, Teatro de la protesta y paradoja y su Spanish Underground Drama, y también con las consecuencias del teatro independiente, cambia la autoría a favor de una supuesta creación colectiva que el que suscribe cree modestamente que en muy contadas ocasiones fue tal a pesar de que figurase así en carteles, programas de mano, etc. 3. Aunque generalmente escribo por encargo, estos provienen de mi compañía y por tanto la dirección suele ser mía. El montaje me deja sistemáticamente insatisfecho, tal vez porque se den excesivas responsabilidades: autoría, dirección, puesta en escena, interpretación algunas veces, etc., con lo cual la frustración es grande. Los procesos teatrales suelen tener una dinámica parecida a otros procesos humanos pero más acusada; pasa progresivamente de una excesiva euforia a una increíble frustración que queda superada por un nuevo proyecto. Mieres, 1965 La Ratonera / 11 28 Obras estrenadas, publicadas o premiadas: Ondas (publicada en la revista Escena de Barcelona, premio Espiga de Oro); Gaita y María (premio Soto Torres); El mio coito o la épica del BUP (premio Borne de Menorca); El color del agua (premio Marqués de Bradomín, publicada por Injuve y por Deus ex machina); El arte que hizo pub (publicada por la revista Estreno de la universidad de Pennsylvania); ¡Oé, oé, oé! (publicada por la Avispa y por Deus ex machina); La caseta (publicada por la Muestra de Autores Españoles de Alicante); El lobulo y las orejas (premio Jovellanos, publicado por el Teatro Jovellanos); Tris/travel (publicado por la Asociación Autores Teatro); The curran 3; El swing del maletin; Pildoras de cabaret; ¡Alucina, Colombina!; Muchocuento; No tengo palabras. Versiones: Versión española de Cuarteto para cuatro actores de Boguslaw Shaffer y de Ensayos para siete del mismo autor. 1. Supongo (uno nunca sabe muy bien qué hay en lo que escribe) que me muevo casi siempre sobre una base de comedia ácida. Me gusta que la gente se divierta con lo que cuento y, a ser posible, que al final quede en el espectador un regusto amargo, una especie de reflexión más o menos agria sobre la realidad. Esa es un poco la idea general. Pero, claro, después de escribir durante trece años para tu propia compañía (Producciones Toaletta) haciendo casi teatro de repertorio, hay textos de intención y estética muy diversa: juguetes cómicos, infantiles, cabareteros... propuestas, en algunos casos, de una autoría muy colectiva, revisados por nosotros, para interpretarlos nosotros y tal. Así pues, entre tanta variedad, no tiene mucho sentido hablar de una poética unitaria. En nada se parece, por ejemplo, The Curran 3 (montaje de clowns creado a partir de un andamio) a No tengo palabras (monólogo interpretado por mí mismo en protesta por la postura del gobierno de Aznar frente a la guerra de Irak.) En cuanto al título más representativo, no sé qué decir. Parece razonable confundirlo con el más representado. En ese caso, ¡Oé, oé, oé! (con siete montajes, que yo haya visto, de compañías profesionales de diversas partes de España, y tres en Portugual, y los estrenos de Argentina, Uruguay y una universidad italiana), es sin ninguna duda el de mayor proyección. ¿Pero representa o define al cien por cien mi forma de escribir? Seguramente sí, pero la de ese momento (año 1994). Ahora no siento el mismo grado de identificación con la obra. En fin, serán cosas de la edad. 2. Para mí en este oficio están Shakespeare (quien quiera que haya sido), Valle-Inclán y luego (a años luz) los demás. Pero, ojo, eso no quiere decir que recurra a la emulación para tratar de que se me pegue algo. Es más, si algo no soporto son las malas imitaciones. A veces la veneración de los clásicos puede resultar patológico. En una ocasión, siendo jurado de un certamen literario encontré una obra de un tipo que fusiló al pie de la letra una acotación de El Embrujado de Valle. Pero lo acojonante es que no tenía nada que ver ni con lo que estaba pasando, ni con sus personajes ni con nada. Era como una especie de delirio de fan, como si esperara que alguien le dijera: “joer, tío, como te curras las didascalias, me recuerdas tanto a Ramón María...” 3. Depende. Los que me conocéis ya sabéis que soy de natural suspirón y sufridor. Suelo pasarlo fatal, aunque la histeria se me va quitando –creo– con la edad. En cualquier caso, es muy diferente cocinar tu mismo con tu equipo el texto dramático que sea (le has dado mil vueltas, sabes a donde quieres llegar...) a sentarte en un patio de butacas y estar acojonado desde que se levanta el telón por no haber tenido ninguna relación con el proceso creativo. Y te llevas sorpre- sas, claro. Por ejemplo, en el Teatro Borne de Ciutadella de Menorca, viendo El Mio Coito, asistí estupefacto al deambular de un personaje adicional vestido de blanco. Al final le pregunté al director y me dijo: “¿quién va a ser, coño? ¡El angel de la guarda de Zulima! Ya sé que no lo has escrito, pero nos hacía tanta falta...” También aluciné bastante viendo ¡Oé, oé, oé! en Lisboa porque los personajes estaban muy apagados, muy tristes desde el minuto uno. Era un rollo Kantor extrañísimo, rebosando “saudade” por todos los costados. Al final, les dije a los actores que su trabajo era cojonudo –lo era– pero que, quizá, deberían explotar más la comedia, que los futboleros se lo pasan bien hablando de fútbol, joder. Pero ellos insistian: “¡Ah, no, eso será en España, aquí somos así... de tristes!”. 4. Parece ser que sí, no sé. Me da la sensación de que cada vez escribe más gente, hay más grupos, se les estrena más... Habrá que ser optimista porque hay mimbres y calidad. 5. La verdad es que, como paso largas temporadas en Madrid, no estoy al cabo de la calle. Pero me llegan bastantes cosas organizadas por el ITAE y tal... Hombre, toda la ayuda es poca y siempre conviene apoyar más, apostar por el futuro. Espero que la cosa esté mejor que hace veinte años porque si no... 6. Supongo que no, ni al extremeño, ni al gallego, ni al leonés... El problema es que Asturias tiene muy “Me muevo casi siempre sobre una base de comedia ácida. Me gusta que la gente se divierta con lo que cuento y, a ser posible, que al final quede en el espectador un regusto amargo, una especie de reflexión más o menos agria sobre la realidad.” “El problema es que Asturias tiene muy poco peso a nivel nacional y por eso nos toman menos en serio. Es casi imposible que una producción asturiana gane un premio Max (a no ser que circuite de puta madre pasando el Pajares) por la desproporción que se produce en relación a otros puntos del país.” poco peso a nivel nacional y por eso nos toman menos en serio. Es casi imposible que una producción asturiana gane un premio Max (a no ser que circuite de puta madre pasando el Pajares) por la desproporción que se produce en relación a otros puntos del país. Para ellos no es lo mismo actuar en el Tivoli de Barcelona que en la casa de cultura de Pravia. Aquí hay poca profesión que te vaya a votar. Y si encima escribes en una llingua que no es oficial... Se dan premios al mejor autor en euskera o en gallego, pero en asturiano... Ni hablar. 7. Aguantarlos más en cartel, que las obras se mantuvieran por más tiempo con una buena promoción. Por lo demás, que los famosos circuitos se consoliden y las obras acaben dando que hablar. 8. Aunque me he perdido bastantes producciones de esta última hornada, estoy convencido de que hay muy buenos trabajos. Siempre hubo una gran cantera, un montón de profesionales que llevan toda la vida al pie del cañón y que, con el complemento y la savia nueva que sale de la Escuela de Arte Dramático, seguirá dando tardes de gloria a esta región. ¿Tardes de gloria? Hummmm... Si no lo digo, reviento: ¡Aupa Sporting, ya estamos en Primera! 29 Mayo 2004 Maxi Rodríguez Entrevista con Alfonso Sastre, dramaturgo y teórico teatral. “QUIERO UN TEATRO QUE SEA CAPAZ DE CAMINAR SIN ARRASTRARSE ENTRE LOS DESECHOS DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO” José Luis Campal Fernández RIDEA La Ratonera / 11 30 M encionar a Alfonso Sastre Salvador (Madrid, 1926) es recorrer más de medio siglo de historia del teatro español de crítica social; es asistir a todo un rosario de dificultades varias para poner en pie sus cuando menos controvertidas propuestas escénicas; es, en suma, contemplar el apasionamiento por la representación en un autor resistente a todo desaliento, siempre en el disparadero, que ha bregado desafiando las leyes empresariales y administrativas, construyendo su producción con tesón y sin buscar a toda costa el rescoldo del reconocimiento público. Residente en el País Vasco desde los primeros momentos de la transición española, Sastre fue, en sus inicios, un paladín de la agitación revolucionaria y la denuncia realista, posiciones de las que, con transformaciones y matices, no ha claudicado. Su currículo, que arranca en los años 40 del siglo pasado y llega hasta nuestros días, abarca medio centenar de piezas teatrales propias: algunas bien conocidas, como: Escuadra hacia la muerte, La mordaza, Ana Kleiber, La cornada, En la red o La taberna fantástica; otras, la mayoría, ausentes de los circuitos teatrales habituales. A éstas se añaden más de una veintena de traducciones y adaptaciones (de Lenormand, Sartre o Weiss a Lope de Vega, Pirandello o Eurípides), más de una decena de textos de reflexión teórica (Drama y sociedad, Anatomía del realismo, La revolución y la crítica de la cultura, Prolegómenos a un teatro del porvenir) y varios libros de narrativa (Las noches lúgubres, Necrópolis, Historias de California) y poesía (Balada de Carabanchel y otros poemas celulares, Vida del hombre invisible contada por él mismo), además de diversos guiones cinematográficos redactados en colaboración con José M.ª Forqué (Amanecer en Puerta Oscura, La noche y el alba) o Juan Antonio Bardem (A las cinco de la tarde, Nunca pasa nada). Traducido y premiado en varias ocasiones, sus creaciones no han gozado de la atención que a todas luces demanda una trayectoria parangonable a la de un autor mayor de nuestra literatura dramática contemporánea (al final de la charla, incluimos una bibliografía cronológica de Alfonso Sastre que da cuenta de una actividad incesante, siempre en la brecha). El dramaturgo compartió con LA RATONERA sus impresiones y puntos de vista acerca de algunos aspectos característicos de su periplo. ▬¿Qué valoración hace de la reciente concesión del premio Max de Honor a su trayectoria dramática, siendo usted un autor casi semioculto para los escenarios españoles? ―Es un premio paradójico, como tantas cosas en el teatro español; pero éste tiene su propia paradoja: si este autor (en este caso, yo) es tan importante, ¿por qué no se representan nunca sus obras? Si no lo es, ¿por qué le dan un premio tan importante? Creo que la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), felizmente para mí, ha querido poner en juego y evidenciar esa paradoja. ▬¿Piensa que no se han tomado en consideración sus aportaciones a la escena contemporánea, dado que no tenemos posibilidad de aproximarnos a sus nuevas, y antiguas, creaciones con la regularidad deseable? Alfonso Sastre. ▬Su escritura dramática, ¿la ha interrumpido voluntariamente alguna vez? ―Interrumpido no; aplazado. ¡O quizás ahora sí la he interrumpido definitivamente! Sí, sí, creo que esto se acabó. En el lugar de aquel autor ahora hay un pequeño filósofo. ▬¿Sus posicionamientos ideológicos determinan sus proyectos dramáticos? ―La ideología comporta una determinada sensibilidad (y viceversa); y la sensibilidad dice mucho cuando se trata de un proyecto dramático o poético en general. O sea, que sí. ▬¿Conoce usted el diálogo escénico de Jesús G.ª Blanca Apología de Alfonso Sastre (puede verse en www.lahaine.org/ espana/apologia_sastre.htm)?, ¿qué le parece? ―Me sentí generosamente “socratizado”. Yo no doy para tanto. ▬¿Qué papel juega en sus obras la violencia política y la culpa? ―Mucho siempre. ¡Mucho! ▬Enjuicie el estado actual de la escena nacional: ¿los actores están suficientemente preparados?, ¿atienden los nuevos autores a los problemas sociales? ―Me gustaría que los actores aprendieran a hablar mejor, y consideraran como un crimen contra el arte sobreactuar sus papeles. Cuando alguien lea mi libro El drama y sus lenguajes verá que yo propongo en él un método teatral “gramático” (así, con “g”: gramático). Ello quiere decir algo en ese sentido, cuidar la significación de las palabras y la estructura de las frases. Saber lo que se dice y cuidar el modo de decirlo; es algo tan sencillo como esto. En cuanto a los autores, algunos ya están tratando los problemas más vivos de nuestro tiempo, como el de la emigración. ▬¿Cree usted que son válidos hoy los planteamientos del teatro realista y del teatro de agitación social en el que fue parte implicada hace unas décadas? ―Reformulados, sí. ▬¿Qué recuerda del Teatro Unitario de la Revolución Socialista? ―No llegó a funcionar. Era una tentativa de conseguir en el plano de 31 Mayo 2004 Alfonso Sastre en lucha perpetua ―Es cierto, no se han tomado en consideración. ¿Pero a quién le hacían falta esas presuntas aportaciones? ¿Alguien las esperaba? ¿Alguien las deseaba? En realidad no ha habido tales aportaciones porque “no se han tomado en consideración”, pero no estoy tan seguro de haber propuesto aportaciones muy importantes. Es un asunto que más adelante algunos estudiosos pondrán en cuestión. ▬¿Nota que persiste una cierta censura o amordazamiento empresarial o administrativo hacia sus propuestas? ―Objetivamente, ocurre así. Otra cosa es lo que se pueda pensar de ello. ▬¿Piensa que su teatro es temido? ―No, mi teatro no es temido por nadie. No se teme aquello que se desdeña. ▬¿Cree que va camino usted de convertirse en un autor más de teatro leído que representado? ―Ya lo soy; y menos mal que alguien me lee. ▬Dramaturgo poco menos que inédito en los teatros, pero admirado, estudiado y reivindicado por la crítica académica, ¿no es eso una paradoja inexplicable? ―Justo. Es esa paradoja a que antes me he referido. ▬¿No provoca desaliento sopesar, a la hora de escribir, que tal vez sus criaturas no traspasen el papel? ―¡Pues sinceramente sí! autor como personaje dramático, como se ha dado en algunas de sus piezas? ―Un autor de teatro (incluso si es el autor de la propia obra) es siempre un personaje posible. ¿Por qué no iba a serlo? ▬Valore, en un fogonazo, algunas de sus obras: En la red. ―Un reloj que funciona como un cruel mecanismo ▬El cubo de la basura. ―Mi primera impresión, desolada, ante el mundo de los vencidos de la guerra civil. ▬Muerte en el barrio. ―Un análisis de la violencia popular. ▬La cornada. ―Una metáfora sobre la explotación de un ser humano por otro. ▬Las guitarras de la vieja Izaskun. ―Un homenaje a Bertolt Brecht y una reflexión, con él y con Gorki, sobre las luchas armadas y el pacifismo. ▬Askatasuna. ―Una tentativa de aclaración en Europa de la “cuestión vasca”, por medio de la TV sueca. ▬Ahola no es de leíl. ―Una tragedia compleja para denunciar la existencia de un racismo ignorado e interiorizado. ▬Tierra roja. ―Un canto de emoción a unos héroes proletarios. ▬Lluvia de ángeles sobre París. ―Una comedia irónicamente “comercial”. ▬Las cintas magnéticas. ―Una denuncia al genocidio norteamericano en Viet Nam de aquellos años. ▬¿Qué son Los crímenes extraños? ―Es una trilogía de obras policíacas. No quisiera morirme sin verlas en escena. Creo que el tipo del comisario (un falangista “sui generis”) es de lo mejor que yo he hecho. ▬Ha declarado usted que su libro Los títulos de la nada es un recorrido por las obras que quiso escribir pero no pudo, ¿ha renunciado usted a concluir o abordar muchas piezas teatrales? ―Sí, bastantes. Se puede ver en ese libro; y algunas todavía podría escribirlas alguien. Me reservaría, claro, el cincuenta por ciento de los derechos. (Es una broma). ▬¿Qué sacó de su labor como traductor/adaptador de Eurípides, Weiss, Strindberg, Pirandello, Ibsen, Wilde o Büchner? ―Con Eurípides, la decepción de que José Tamayo hiciera una chapuza con nuestra Medea (de Aurora Bautista y mía). Con Weiss, una de las mayores emociones de mi vida (el estreno de Marat/Sade en el Teatro Español de Madrid) y uno de los mayores disgustos (la retirada de la obra en Barcelona, en pleno éxito). Con Strindberg, un toque profundo y cruel en la realidad de la pareja humana, en dos versiones excelentes: una convencional, con Mari Carrillo, y una de vanguardia, en el Teatro Estudio de Madrid. Con Pirandello, PACO G. PAREDES ▬¿Se arrepiente de haber escrito alguna obra? ―No. Siempre escribí desde mis propias profundidades; tocando fondo o, al menos, mi propio fondo, que es lo más que yo tengo, por poco que sea. ▬Son frecuentes en sus piezas los personajes históricos o literarios (Viriato, Moisés, Sancho Panza, Edgar Allan Poe, Miguel Servet, etc.), ¿qué meta aspira a conseguir con su tratamiento? ―Los tomo prestados de nuestro acervo cultural y me los apropio. En el curso de la escritura llegan a formar parte de mí mismo como cualquier otro personaje que se hubiera originado en mi imaginación sin esas ayudas. ▬¿Añadiría actualmente algún elemento más a la “receta” de la tragedia compleja, además de tragedia clásica, esperpento y teatro brechtiano? ―Por hoy, vale así: son definiciones que valen para manejarse y decir algo sobre la entidad estética (o mejor, poética, ¡o mejor, poestética, que es como yo suelo decir!) de lo que se hace o se intenta hacer. Si no existieran los géneros, todas las obras serían iguales; y no es así. Decir “piezas” no es bastante, aunque también se puede, para distinguir un drama de una novela, a guisa de información: si yo digo que estoy escribiendo “una pieza” se entiende que esa cosa está destinada, en principio, al teatro. ▬¿Piensa que, hoy en día, sigue siendo válida la presencia del 33 Ahola no es de leíl, en versión de Teatro Margen (1989). un homenaje debido al gran maestro. Con Büchner, también: un rendido homenaje. Con Wilde, una propuesta que todavía no se ha hecho: la de que se haga mi opereta sobre su enorme comedia. Ibsen fue también un proyecto irrealizado. ▬Ha dedicado en su carrera mucho tiempo y páginas a la reflexión teórica y, principalmente, Mayo 2004 La Ratonera / 11 32 la cultura la unidad de la izquierda que resultaba imposible en el de la política. Todo se quedó en un mero manifiesto. ▬Usted ha postulado recientemente un “teatro vertebral”, ¿en qué consiste? ―Un teatro que se mantenga de pie; o sea, capaz de no caminar arrastrándose entre los desechos de la sociedad de consumo. Pero también puede leerse mi prólogo a El nuevo cerco de Numancia. Como dije el pasado septiembre en una conferencia que pronuncié en La Habana, propongo hacer un teatro contra el Imperio que habría de financiarse en nuestros países de sistema capitalista con el dinero de los bolsillos de nuestro potencial público. Los bolsillos de nuestro potencial público serían, pues, nuestra fuente de financiación, en una dialéctica Público/Teatro que sería muy beneficiosa para éste al quedar el teatro como actividad social liberado de la dependencia de las subvenciones, que siempre comportan una forma más o menos larvada y no explícita de censura o, al menos, de control político de su actividad. ▬Si de toda su creación teatral debiera sobrevivir una obra de sus comienzos y otra de su última etapa, ¿cuáles serían éstas? ―No tengo predilecciones excluyentes. Me gusta recordar obras como Guillermo Tell tiene los ojos tristes, también Los hombres y sus sombras, pero también todas las demás. En todas ellas he puesto mucha sangre y mucho espíritu y mucha melancolía. fin esa película? El año pasado se representó la obra en México y hace unas semanas en la TV cubana, y mis amigos mexicanos y cubanos creen que es una obra actual “porque es un clásico”. ¡Quizás sea demasiado decir! Pero también es verdad que los clásicos empiezan a serlo algún día; y que tampoco son hechos tan extraordinarios. ▬¿Cómo calificaría su experiencia como guionista de cine? ―Media docena de guiones con un buen comienzo: el triunfo en Berlín (“Oso de plata”) de José María Forqué con la película para la que escribí mi primer guión: Amanecer en Puerta Oscura (1956). Por lo demás, muchos sufrimientos y algunas anécdotas divertidas. ▬Usted no se ha definido como “hombre de teatro”, ni como “animal de teatro”, ¿cómo se autorretrataría, pues, habiendo dedicado mucha tinta a fabricar textos para su representación teatral? ―Como un poeta pensativo, y nada más. ▬¿Busca Alfonso Sastre sobrecoger al espectador a través del dolor? ―No, pero tampoco trato de evitar que los espectadores sufran lo que tengan que sufrir; y creo que en los escenarios, fingidamente, se producen sufrimientos reales; es decir, sufrimientos ficticios que operan como hilos conductores de sufrimientos reales llevados, en el fuego del drama, directamente al corazón de los espectadores. BIBLIOGRAFÍA DE ALFONSO SASTRE [J.L.C.F.] Los crímenes del zorro (en colaboración con Alfonso Paso, Enrique Cerro y Carlos José Costas) [Teatro] Los muertos no están aquí (en colaboración con Alfonso Paso) [Teatro] Comedia sonámbula (1945) [Teatro] Ha sonado la muerte (1946, en colaboración con Medardo Fraile) [Teatro] Uranio 235 (1946) [Teatro] Cargamento de sueños (1946) [Teatro] Prólogo patético (1949-1950) [Teatro] El cobarde, de H. R. Lenormand (1950) [Traducción] El cubo de la basura (1950-1951) [Teatro] El tiempo es un sueño, de H. R. Lenormand (1951) [Traducción] Escuadra hacia la muerte (1951-1952) [Teatro] El pan de todos (1952-1953) [Teatro] La mordaza (1953-1954) [Teatro] Tierra roja (1954) [Teatro] Ana Kleiber (1955) [Teatro] La sangre de Dios (1955) [Teatro] Muerte en el barrio (1955) [Teatro] Guillermo Tell tiene los ojos tristes (1955) [Teatro] El cuervo (1956) [Teatro] Drama y sociedad (1956) [Ensayo] Medea, de Eurípides (1958) [Versión española] Asalto nocturno (1958-1959) [Teatro] En la red (1959) [Teatro] La cornada (1959) [Teatro] Las cinco de la tarde (1960, con J. A. Bardem) [Guión de cine] La dama del mar, de Henrik Ibsen (1960) [Versión española] Novelas y cuentos, teatro, poemas en prosa, ensayos, cartas y otros escritos, de Oscar Wilde (1961) [Traducción] Oficio de tinieblas (1960-1962) [Teatro] El circulito de tiza o Historia de una muñeca abandonada (1962) [Teatro] Los acreedores, de August Strindberg (1962) [Versión española] M.S.V. o La sangre y la ceniza (1962-1965) [Teatro] Las noches lúgubres (1963) [Narrativa] Mulato, de Langston Hughes (1964) [Versión española] El banquete (1965) [Teatro] El paralelo 38 (1965) [Narrativa] Anatomía del realismo (1965) [Ensayo] La taberna fantástica (1966) [Teatro] Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, de Peter Weiss (1966) [Versión española] A puerta cerrada, de Jean-Paul Sartre (1967) [Traducción] Flores rojas para Miguel Servet (1967) [Narrativa] La puta respetuosa, de Jean-Paul Sartre (1967) [Traducción] Crónicas romanas (1968) [Teatro] Las moscas, de Jean-Paul Sartre (1968) [Traducción] Los secuestrados de Altona, de Jean-Paul Sartre (1968) [Traducción] Muertos sin sepultura, de Jean-Paul Sartre (1968) [Traducción] Las troyanas, de Jean-Paul Sartre (1968) [Traducción] Melodrama (1969) [Teatro] Trotski en el exilio, de Peter Weiss (1969) [Traducción] Rosas rojas para mí, de Sean O’Casey (1969) [Versión española] Ejercicios de terror (1969-1970) [Teatro] El seguro, de Peter Weiss (1970) [Traducción] La revolución y la crítica de la cultura (1970) [Ensayo] Noche de huéspedes, de Peter Weiss (1970) [Versión española] El señor Mockinpott, de Peter Weiss (1970) [Versión española] Liolá, de Luigi Pirandello (1970) [Versión española] Las cintas magnéticas (1971) [Teatro] Askatasuna (1971) [Teatro] Asalto a una ciudad (1971) [Versión de El asalto de Mastrique por el Príncipe de Parma, de Lope de Vega] El camarada oscuro (1972) [Teatro] Hölderlin, de Peter Weiss (1972) [Versión española] Historia de Woyzeck, de G. Büchner (1972) [Versión española] Terror en el teatro, de Jean Ray (1972) [Traducción] ¡Irlanda, Irlanda!, de Sean O’Casey (1973) [Versión española] Fábricas de muerte, de Jean Ray (1973, con Eva Forest) [Traducción] El jardín de las furias, de Jean Ray (1973, con Eva Forest) [Traducción] La piedra lunar, de Jean Ray (1973, con Eva Forest) [Traducción] La terrible noche del zoo, de Jean Ray (1973, con Eva Forest) [Traducción] Los terroríficos, de Jean Ray (1973, con M. A. Yanez) [Traducción] Ahola no es de leíl (1975) [Teatro] Balada de Carabanchel y otros poemas celulares (1976) [Poesía] Evangelio de Drácula (1976) [Poesía] Tragedia fantástica de la gitana Celestina (1977-1978) [Teatro] Análisis espectral de un comando al servicio de la Revolución Proletaria (1978) [Teatro] T.B.O. (1978) [Poesía] Crítica de la imaginación (1978) [Ensayo] El español al alcance de todos (1978) [Poesía] Las guitarras de la vieja Izaskun (1979) [Versión española de Los fusiles de la Madre Carrar, de Bertolt Brecht] El hijo único de Guillermo Tell (1980) [Teatro] Vida del hombre invisible contada por él mismo (1980) [Poesía] Lumpen, marginación y jerigonza (1980) [Ensayo] Aventura en Euskadi (1982) [Teatro] Escrito en Euskadi: revolución y cultura (1982) [Ensayo] El lugar del crimen (1982) [Narrativa] Los hombres y sus sombras (Terrores y miserias del IV Reich) (1983) [Teatro] Jenofa Juncal, la roja gitana del monte Jaizkibel (1983) [Teatro] Bunbury (1983) [Versión española de La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde] El viaje infinito de Sancho Panza (19831984) [Teatro] El cuento de la reforma o ¿Qué demonios está pasando aquí? (1984) [Teatro] Los últimos días de Emmanuel Kant contados por Ernesto Teodoro Amadeo Hoffmann (1984-1985) [Teatro] Detrás de algunas puertas o La columna infame (1986) [Teatro] “Frankenstein” en Hortaleza (1986) [Guión de cine] Revelaciones inesperadas sobre Moisés (1988) [Teatro] El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde (1988, con José Sastre) [Traducción] Demasiado tarde para Filoctetes (1989) [Teatro] Drama titulado A (1990) [Teatro] ¿Dónde estás, Ulalume, dónde estás? (1990) [Teatro] Prolegómenos a un teatro del porvenir (1992) [Ensayo] Necrópolis (1993) [Narrativa] Lluvia de ángeles sobre París (1994) [Teatro] Elogio de la sedición o ¿Dónde estoy yo? (1994) [Ensayo] Residuos urbanos (1994) [Poesía] Los dioses y los cuernos (1995) [Teatro] ¡Han matado a Prokopius! (1996)[Teatro] Historias de California (1996) [Narrativa] Crimen al otro lado del espejo (1997) [Teatro] El asesinato de la luna llena (1997) [Teatro] Las brujas (1997) [Poesía] El drama y sus lenguajes I. Drama y poesía (2000) [Ensayo] El drama y sus lenguajes II. Gramaturgia y textamento (2001) [Ensayo] Los intelectuales y la utopía (2002) [Ensayo] Diálogo para un teatro vertebral (2002) [Teatro] Ensayo general sobre lo cómico (en el teatro y en la vida) (2002) [Ensayo] Limbus o Los títulos de la nada (2002) [Ensayo] Manifiesto contra el pensamiento débil (2003) [Ensayo] Las dialécticas de lo imaginario (2003) [Ensayo] 35 Mayo 2004 La Ratonera / 11 34 sobre la imaginación, a la que le ha consagrado ya dos libros (Crítica de la imaginación y Las dialécticas de lo imaginario), ¿en qué radica este interés? ―El interés para nosotros, los poetas menores o mayores, reside en que trabajamos con este delicado instrumento. ▬El papel de la comicidad y lo cómico en el teatro le ha llevado a plasmar sus ideas en Ensayo sobre lo cómico, libro escrito en los últimos años, ¿a qué conclusiones ha llegado? ―¡Ay!, tendría que leerte ese libro, o escribirlo de nuevo. ¿Nos vemos otro día? ▬Háblenos de Los intelectuales y la utopía. ―Yo apuesto por los intelectuales y los artistas que apuestan, a su vez, por un mundo habitable, y que ponen sus vidas en esa apuesta. Benditos sean. ▬Paralelamente a su ensayismo teatral y a su práctica articulista, le ha dedicado su tiempo a la poesía, ¿cómo encuadraría esta faceta suya? ―Soy un poeta lírico de media docena de libros en los que he puesto mucho de mi vida; algún día será leído alguno de ellos. ▬Tengo entendido que está barajándose el rodaje de una película basada en Escuadra hacia la muerte, ¿cómo contempla Alfonso Sastre esta pieza transcurridos más de 50 años? ―Ah, pero, ¿se va a rodar por LA “TRILOGÍA DE LA MEMORIA HISTÓRICA” DE JERÓNIMO LÓPEZ MOZO «Callar... es matar los recuerdos» (J. López Mozo, El olvido está lleno de memoria) Manuela Fox UNIVERSIDAD La Ratonera / 11 36 C DE TRENTO on ocasión de la primera lectura dramatizada de El arquitecto y el relojero 1 (1999) , Jerónimo López Mozo declaró que esta obra era parte de una trilogía que el mismo autor llamó “Trilogía de la memoria histórica”, junto con El olvido está lleno de memoria (2002) y Las raíces cortadas (2003). Según el dramaturgo madrileño, la memoria histórica se está perdiendo en España desde hace unas décadas por razones políticas, sobre todo en el periodo de la llamada transición hacia la democracia (el «gran tabú colectivo de la transición», según una acertada definición de Colmeiro2), en el que los hechos relativos a la Guerra Civil y a la dictadura franquista cayeron en una especie de tácito “pacto de olvido”. Ninguna de las tres obras se puede clasificar como Teatro histórico, ya que en ellas no se representan hechos realmente ocurridos, sino las consecuencias de estos sucesos en los acontecimientos posteriores en la medida en que su experiencia o recuerdo afecta a los personajes. En la trilogía, los sucesos que sirven de fondo a la acción teatral siempre se refieren a los pocos años anteriores a la Guerra Civil, a la guerra misma y a la dictadura franquista y no se representan nunca de manera directa, ni siquiera a través de flashback, recuerdos actualizados o evocaciones. La acción se desarrolla en años recientes para que pueda haber una perspectiva clara frente a los acontecimientos que se recuerdan. La historia, pues, es parte del drama gracias a unos personajes cuya función es narrar lo que pasó o, según una técnica muy utilizada por López Mozo, mediante pantallas en las que se proyectan grabaciones o fotos. Pero lo que más nos interesa en este análisis es el nivel textual, más que el de la representación y, por consiguiente, dejemos a un lado el examen de recursos propiamente escénicos, como las pantallas y las proyecciones, para centrar nuestra atención en el texto. Las tres obras presentan historias de reivindicación de la memoria de un pasado que se pretende olvidar o que ya ha sido olvidado y, según un jue- go metanarrativo, las mismas obras se presentan como antídoto para el olvido y la desmemoria y como instrumentos de una “memoria de oposición”, según las explícitas intenciones de López Mozo. Antes de pasar al análisis de los textos, quiero introducir con pocas palabras el contexto en que el autor escribe. Jerónimo López Mozo, nacido en 1942, pertenece a una «generación de escritores teatrales defenestrada»3, como él mismo la define, porque empezó y desarrolló parte de su actividad creadora durante la dictadura, prosiguiendo luego durante la transición democrática, hasta el día de hoy. Dictadura y transición se caracterizan por una poca o nula libertad de expresión, sobre todo la primera; también la segunda, a pesar de que marcara el final de una época de represiones y el comienzo de un nuevo periodo, ya que la transición «fue pactada y “hubo que hacer renuncias porque se querría borrar el pasado”, añade López Mozo»4. Es significativo un fragmento de El arquitecto y el relojero, en el que se cuenta lo que pasó en aquellos años: ARQUITECTO: Los expedientes que usted asegura poseer, tenían que haber sido destruidos en el setenta y siete. A los autores teatrales que escribían en ese periodo se les negó casi por completo la posibilidad de llevar a escena sus obras, aunque en los últimos años han sido galardonados con prestigiosos premios y ha sido publicada casi la totalidad de su obra. Seguramente por eso el autor tiene en tanta consideración el tema de la memoria histórica, para que los errores ajenos que él mismo padeció no se olviden nunca y no se vuelvan a repetir; no escatima ocasión para recordar la costosa batalla intelectual e ideológica a favor de la democracia que vivió como protagonista5. En la primera obra de la trilogía, El arquitecto y el relojero, cuya acción se sitúa «entre 1995 y 1998, aunque los hechos podrían haber tenido lugar en cualquiera de los años posteriores a 1975» (p. 16), se ve el enfrentamiento entre un joven arquitecto encargado de la rehabilitación de la antigua Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid, que fue sede de la Dirección General de Seguridad durante el franquismo, y un viejo relojero que lleva toda la vida trabajando con el reloj del mismo edificio. Entre los dos personajes se va desarrollando un conflicto, ya que el Arquitecto quiere rehabilitar el edificio borrando las huellas del pasado negro del que fue escenario para crear un nuevo espacio para la democracia, nuevo, luminoso, transparente, pero sin historia, mientras que el Relojero propone que se dé paso al progreso pero sin borrar el pasado, dejando viva la memoria de lo que pasó dentro de aquellas paredes, aunque se trate de una memoria dolorosa. La obra se basa únicamente en el diálogo entre estos dos personajes, que representan actitudes diferentes y hasta opuestas, la cuales se desarrollan a partir de dicotomías ideológicas y estéticas. Los dos tienen una dimensión casi arquetípica, como señala Méndez Moya: «El arquitecto se ocupa del edificio, con referencias especialmente insistentes a la fachada; esto es, de lo externo, de lo que se ve, de la apariencia. Por el contrario, el relojero cuida el interior, en el colmo sentido del término, se preocupa de lo que hay y lo que hubo dentro, de lo real, de lo auténtico»6. No hay que olvidar el marco temporal y político en que López Mozo ambienta su obra, entre 1995 y 1998, o sea cuando las derechas accedieron otra vez al gobierno del país y con este suceso «se refrenda la convivencia con “lo ante- rior”, con los restos del franquismo reciclados en “demócratas de toda la vida”»7, aunque la acción, tal como la cuenta el autor, bien puede trascender a lo local y lo particular. El texto tiene una estructura circular en la que el final enlaza con el principio, aunque se nota el progreso de la acción en el hecho de que el Arquitecto, cuando termina la obra, está herido; sin embargo el público tiene la sensación de que nada ha ocurrido de verdad, que sólo se trata de imaginación. Este elemento, junto con un firme mecanismo metateatral en el que aparecen unos tramoyistas y un utilero como tales, además del autor, de quien los protagonistas hablan en la última escena declarando de esa manera su explícita naturaleza dramática de seres creados en un ámbito literario, demuestra el hábil y constante manejo de recursos puramente dramáticos de López Mozo, cuya estética aspira, y llega, a un resultado auténticamente ‘teatral’. Si bien, en un principio, parece que el Arquitecto se muestre sensible a las huellas del pasado que están presentes en el edificio, a medida que prosigue la acción nos damos cuenta de que su manera de trabajar se ajusta a las ideas de otro personaje que nunca sale al escenario, o sea el Presidente. A su ideología a menudo se refiere el mismo Arquitecto, pero su pasado de hombre adicto al régimen surge a través de las palabras del Relojero. A veces el Arquitecto habla de lápidas o placas, única manera que se le ocurre 37 Mayo 2004 La memoria histórica de Mozo RELOJERO: ¿Por decisión de quién? ARQUITECTO: Fue un acuerdo tácito de las fuerzas políticas durante la transición. Era aconsejable pasar la página y así se hizo. Oficialmente no existen. RELOJERO: Hay papeles y documentos que se resisten a desaparecer. Sobreviven a la hostilidad de los hombres y del tiempo. Piden salir a la luz, como estos. ARQUITECTO: ¡Los papeles no piden nada! RELOJERO: Hablan por los muertos. (p. 62) «[...] el hombre sin recuerdos se convierte en un ser estúpido. En un cadáver. Sólo vive el que recuerda. Mirar hacia atrás desde el presente es un buen modo de asomarse al porvenir. Más. [...] es un error relegar al olvido sólo los sucesos abominables. Ignorarlos, es como cerrar heridas en falso. Más. [...] ser Presidente no le autoriza a hipotecar la memoria. [...] es inútil que lo intente. La memoria es rebelde. Rebelde». (p. 49) Luego recuerda al Arquitecto y al público, gracias al auxilio de duras imágenes que se suceden en la pantalla, como veremos más adelante, lo que sucedía a los detenidos en la época franquista en el interior de ese mismo edificio, cuando «los de la brigada político-social» (p. 60) querían que confesasen: a los presos «les refrescaban la memoria. ¡A ellos no les estaba permitido perderla!» (p. 52). La memoria de los hechos pasados, pues, acompaña constantemente el desarrollo de la acción y marca de manera significativa la actitud de los personajes, la calidad del diálogo dramático, sirviendo de pretexto y base temática. Desde el comienzo, cuando los dos protagonistas todavía no han llegado a enfrentarse, las palabras del Arquitecto reconstruyen la historia del edificio, comentando que «fue Real Casa de Correos, luego Ministerio de Gobernación y aún tuvo algún otro destino antes de convertirse en sede de la Comunidad de Madrid» (p. 19). Cuando comunica al Relojero su intención de cambiar casi por completo el interior del edificio y buena parte del exterior, eliminando todos los elementos y objetos que se refieren a la historia reciente, habla de «espacio en blanco, como las páginas de un cuaderno sin estrenar, puesto a disposición del hombre actual para que escriba su historia» (p. 38). Entonces el anciano Relojero, personaje inicialmente tímido y casi sumiso, se atreve a decir que «en este edi- ficio han ocurrido cosas que no debemos olvidar» (p. 41) y luego hace un inventario de los objetos que hay que salvar y propone que en el nuevo edificio se reserve un pequeño espacio, «del tamaño de una celda» (p. 46) para instalar estos objetos, pero el Arquitecto se niega comentando que el Relojero «pretende convertir este edificio en el parque temático de la represión franquista» (p. 49). Es constante en el texto la referencia a objetos que sirven de metáforas de la memoria o como pretextos para recordar, algunos ya institucionalizados, tales como las arriba citadas lápidas y placas, o las estatuas, y otros más bien relacionados con la época histórica y a las circunstancias concretas que se describen en la obra, como los objetos que aparecen en la lista redactada por el Relojero, que el Arquitecto lee, con desgana, en voz alta: «Una máquina de escribir Olivetti, una lámpara potente, una cámara fotográfica marca Kodak, una grabadora magnetofónica, tres cerrojos, un manojo de llaves, una palangana, una barra de hierro, ocho gafas rotas, quince juegos de esposas, ocho pares de guantes, tres pasamontañas, seis casquillos de balas oxidados, cinco sellos de caucho, un tampón, veinte legajos atados con balduques que contienen cientos de expedientes, miles de fichas con las fotos de los que pasaron por las dependencias de la Dirección General de Seguridad, una baldosa con manchas que pudieran ser de sangre, dos trozos de pared con restos de grafitos, otro con un nombre arañado en el yeso». (pp. 45-46) Los objetos-metáforas de la memoria y la idea de crear un espacio para guardar estos objetos encuentran una teorización y una clasificación sistemática en el volumen de Aleida Assmann, Ricordare8. De hecho archivos, museos, inventarios son espacios donde caben objetos que sirven como medios para recordar, que tienen como objetivo, a veces malogrado, una eficaz síntesis de memoria histórica e identidad cultural9. Por lo que concierne al análisis del lenguaje dramático, hay que decir que de vez en cuando se reemplaza con proyecciones o es sustituido por momentos de silencio o ruidos. Por ejemplo, para reaccionar contra la cerrazón del joven Arquitecto, el Relojero cuenta lo que pasaba en los sótanos de aquel edificio y, mientras habla, en la pantalla se suceden imágenes de hombres esposados y funcionarios, bofetadas y sangre, declaraciones firmadas y sellos. La deta- llada narración se entremezcla con sonidos onomatopéyicos de palizas, escupitajos, gritos: «Plaf, flap, patch, sock. [...] Ppptuh [...] CRACK, Aaauuugh, AAAH» (pp. 52-53), del teclear en la máquina de escribir y de las firmas: «Tac, tac, tac, tac, tac. [...] Ras, ras y ras» (p. 53) y finalmente con el ruido de los cuerpos arrojados por la ventana, de quienes morían en los interrogatorios o se negaban a declarar: «Boum. BOUM. BOUM.» (p. 54). Las formas onomatopéyicas se suman a «los golpes, las risas de los policías, los quejidos, el tecleo de la máquina de escribir, ruidos irreconocibles...» (p. 54) como se lee en una acotación. Hay también pausas, silencios que adquieren una elocuencia especial, marcados por acotaciones escénicas. Aquí el “no decir nada” es algo efectivamente preñado de sentido: se trata de un silencio que llamaríamos, con Pavis, ‘metafísico’ ya que «no parece tener otra causa que una imposibilidad congénita para la comunicación o una condena que obliga a interpretar las palabras sin poder vincularlas a las cosas salvo bajo una forma lúdica»10. Volviendo otra vez al lenguaje, se puede afirmar que los términos utilizados por el Relojero a lo largo de la obra constituyen casi una isotopía de la memoria11, véase por ejemplo el largo monólogo en las páginas 66-68 donde aparecen, en pocas líneas, palabras como «ausentes», «esperanza», «recuerdo», «hueco». En la última escena es cuando más patente se hace el elemento metateatral: el Relojero explica al Arquitecto que hay, en el texto, un añadido de última hora y, en vez de actuar, lee y parafrasea lo que el Autor acaba de escribir. Luego hace lo que está escrito en el guión: durante la fiesta de inauguración del palacio, deja caer la bola dorada del reloj de la antigua Casa de Correos contra la vidriera y por los agujeros abiertos arroja fotos, fichas y expedientes, encima de la gente que había acudido a la fiesta. Estos hechos se ven reproducidos en la pantalla y «lo que el RELOJERO tira y los cristales rotos regresan en forma de lluvia desde el telar» (p. 74). Cuando aparece el Arquitecto, «con el rostro descompuesto, el traje destrozado, heridas cortantes en el rostro y en las manos» (p. 75), el Relojero le explica que sólo ha hecho lo que el Autor puso en el libreto y lo lee, comentando que mira a los invitados y «reconoce a algunos de ellos, cuya presencia en ese acto no llega a comprender. Frecuentaron el edificio en otros tiempos y hasta tuvieron despacho en él. Le sorprende la facilidad con que han olvidado su antigua forma de saludar, con el brazo en alto [...] También le llama la atención que, entre los asistentes, figuren personas que fueron visitantes obligados de aquel lugar y que, por su desenfadada forma de actuar, parecen haberlo olvidado. Cosa extraña, pues su desmemoria no puede ser tanta que no reconozcan los rostros de sus anfitriones de entonces 39 Mayo 2004 La Ratonera / 11 38 para dejar huellas del pasado, pero a condición de que se trate de un pasado lejano, por ejemplo «el alzamiento del pueblo de Madrid contra los mamelucos del ejercito francés» (p. 47), ya que la proclamación de la segunda República en 1931 y los sucesos siguientes le parecen «un hecho reciente, de ayer» (p. 47), un pasado «reciente, demasiado reciente, inoportuno» (p. 55), que se recuerda en nombre de una «memoria innecesaria» (p. 64); todo ello hace que llame al Relojero «nostálgico peligroso» (p. 55). La actitud del Relojero se sintetiza en un breve monólogo con el que contesta a una pregunta del Arquitecto, que quiere saber por qué insiste en encontrar al Presidente. En pocas líneas cuaja su idea de memoria y, por supuesto, del autor: La Ratonera / 11 40 Con ocasión de la primera lectura dramatizada de la obra (véase la nota 1), el mismo autor declaró que había apostado por el Relojero y que es mejor un exceso de nostalgia que el olvido. Su postura, constante en el tiempo, resulta hoy en día incluso más consciente y éticamente comprometida, sobre todo a la luz de los recientes acontecimientos internacionales y de la nueva fuerza que está adquiriendo la derecha en el panorama mundial. De hecho, resulta evidente que el “olvido” del que hablamos no es un proceso casual ni accidental, sino que se refiere a una falta de memoria histórica voluntaria, un desconocimiento y un desinterés por los hechos que ocurrieron en el pasado (y, en este caso concreto, durante la dictadura franquista) que han sido socialmente y políticamente determinados en los años recientes. Por eso, parece más acertado hablar de «desmemoria», como sugiere Colmeiro12, más que de «olvido», término atinado también por lo que concierne la obra siguiente. El olvido está lleno de memoria13 es la obra de la trilogía que mejor presenta el problema de la memoria en el mecanismo de una obra de teatro, porque la dicotomía entre recuerdo y olvido no se muestra únicamente como temática en sentido narrativo, sino que afecta a la estructura de la obra y se manifiesta principalmente como elemento metateatral. En ésta, un anciano actor español, Edmundo Barbero, en su tiempo muy famoso, vuelve a España de su exilio en Latinoamérica, adonde se fue a raíz de la Guerra Civil y adonde también tuvo mucho éxito. Su regreso después de muchas décadas, en 1980, se produce cuando su fama ha sido olvidada y nadie se acuerda ya de sus triunfos. Si bien logra un papel segundario, el de Clotaldo y luego del Rey Basilio, en la obra maestra de Calderón, La vida es sueño, su ambición es volver a interpretar papeles más relevantes, como el de Segismundo que interpretaba cuando era joven, pero el empresario de la compañía no acepta su pasado y le repudia, mientras que una joven periodista, Julia Arroyo, quiere recuperar al hombre —no sólo al actor— y su historia. La vida es sueño sirve de hipotexto que avala la memoria literaria e histórica y se convierte en un instrumento que Barbero, actuando de Clotaldo, pero anhelando representar a Segismundo, utiliza para entrar en contacto con los preconocimientos del público y revindicar su historia de actor olvidado, de personaje sin identidad y de hombre que perdió la guerra. Pero surge un problema: mientras actúa, Edmundo empieza a olvidar sus parlamentos, significativo paralelismo con el olvido en el que cae la historia de España. El actor se presenta, pues, como un personaje sumamente complejo, víctima de la falta de memoria en dos sentidos: nadie se acuerda de él como artista ni del porqué de su exilio y, además, él mismo no recuerda las citas de La vida es sueño que, siendo actor, como norma deontológica, tiene que aprender de memoria. De la misma manera su identidad se niega de dos formas: como actor olvidado y como hombre que vivió directamente el trauma de la guerra y fue al exilio. Lo que resulta paradójico es que Barbero busca su identidad en la identificación con un personaje, el Segismundo calderoniano, que es el emblema de la privación de identidad por razones políticas. Esta negación se refuerza semánticamente en el momento en que a Barbero se le niega interpretar a Segismundo. El elemento realmente impactante no es que la gente haya olvidado al actor Edmundo Barbero, sino que olvide los acontecimientos que le llevaron al exilio y, aún peor, que no tenga interés en lo que pasó o que niegue su importancia y gravedad, o sea el fenómeno que antes llamamos “desmemoria”. Lo peor es que hay personas o personajes que instigan al olvido, el empresario Alvar y el Arquitecto por ejemplo, y resulta por eso fundamental el papel de la periodista Julia que, desde el principio, cuando intenta entrevistar a Barbero, cumple con el compromiso de descubrir quién es el anciano actor que actúa como un gran profesional, cuál es su historia y por qué nadie sabe de él. Gracias a las preguntas de la joven, Edmundo narra su vida personal y profesional y lo hace a pesar de la entrevista, lo hace por necesidad de que alguien le escuche, pero Julia en un principio se niega a ser una simple oyente, no quiere renunciar a su papel de periodista profesional. Su actitud, en principio, es igual a la de la gente que no quiere saber lo que ha pasado, prefiere taparse los oídos y seguir viviendo sin problemas. Pero luego su conducta cambia, cuando se da cuenta de que sólo escuchando los recuerdos se llega a conocer lo que pasó y a comprender lo que está pasando: «Señor Barbero, ahora no soy la periodista Julia Arroyo [...]. Ahora soy Julia Arroyo, a secas, una mujer de veinticinco años que quiere saber» (p. 23). Lo que Julia desconoce no es sólo la vida privada del actor, sino lo que pasó durante la guerra y la dictadura, ignorancia común a las jóvenes generaciones14. Entonces Edmundo le explica lo que sucedió después de la sublevación militar en Marruecos, qué eran los “paseos”, quién era Queipo de Llano. Cuando Julia tiene que irse, el anciano sigue recordando y graba sus recuerdos en una cinta que luego entregará a la periodista. Sus recuerdos, pues, llegan al público como un monólogo, una confesión íntima aunque dirigida a Julia, a menudo interrumpida por frases que él mismo se dirige para encauzar la narración: «En realidad, hoy, todo eso, carece de importancia. ¿Qué le parece si voy al grano, Julia? ¡Adelante! Damos un salto [...]». En otro momento es a Alvar a quien relata un episodio de su vida, pero éste, como siempre, se niega a escuchar. Sin embargo, Barbero le cuenta que después de quince años de exilio quiso regresar a España para rehacer su vida pero unos parientes suyos le enviaron un recorte de periódico en el que salía un artículo en contra de la vuelta del actor y una carta en la que decía que su regreso los comprometía, justo en el momento en que habían empezado a levantar la cabeza, después de algunos acontecimientos que preferían olvidar. Hay muchas incomprensiones entre los personajes de Edmundo y Julia, que pertenecen a generaciones y a culturas diferentes, pero aunque Julia es joven y no vivió los sucesos que marcaron la vida de Edmundo, a medida que llegan a ser íntimos, su curiosidad e interés se avivan, a pesar de las palabras que le dirige Alvar: «Nena, te tomas un interés excesivo por Barbero. [...] Tiene poco que contar y, ese poco, carece de interés. Olvídale» (p. 23). Hay, en cambio, un neto paralelismo entre el personaje del empresario Antolín Alvar y el del Arquitecto de la obra precedente, ambos «creadores de una cultura elaborada desde la pasividad y el olvido, que niegan la historia o que la manipulan a su conveniencia»15. Alvar encarna justamente una categoría de personas que se empeñaron en ocultar y olvidar, actitud que es bien patente en las palabras que dirige a Barbero: «¿No te das cuenta de que más de media España nació cuando tú ya no estabas aquí? ¿Qué nos importan tus chismes? ¿Quién desea escuchar un revoltijo de calamidades y de fanfarrias inventadas?», «Mientras hacías turismo por el Olimpo del exilio, aquí ya estábamos en el borrón y cuenta nueva» (pp. 25-26), y hablando de los que vuelven del exilio dice que tienen que quedarse «quietos en un rincón y sin levantar la voz» (p. 31). Casi al final de la obra, Edmundo sale al escenario para actuar como Clotaldo, pero corta la representación de La vida es sueño en el primer cuadro de la segunda jornada, hace un rápido resumen de los parlamentos que le quedan por decir a su personaje y se dirige al público, contemplándolo antes en silencio y luego contando trozos de su historia y haciendo preguntas: 41 «¿Saben que hubo una guerra civil? ¡La hubo! Esas caras... ¿Acaso lo dudan? Disculpo a los más jóvenes, aunque me sorprende su ignorancia. Alguien tendría que haberles hablado de ella. Alguno de ustedes ya estaba, entonces, en este mundo. ¿Por qué no les han dicho nada? ¿Tal vez porque es algo remoto? ¿O, simplemente, la han olvidado? Me extraña... Los recuerdos perduran. Sólo han pasado cuarenta años. ¿O ha habido un pacto de silencio?» (p. 42) Barbero no acaba de darse cuenta de que la gente le ha olvidado a él como ha olvidado los hechos que le llevaron a América. Su reivindica- Mayo 2004 [...] El Relojero teme que los asistentes a la fiesta no se conformen con pasar algunas páginas de la historia reciente, sino que hayan pactado cerrar el libro». (p. 75) La Ratonera / 11 42 «La intención primaria es la de luchar contra la pérdida de la “memoria histórica”: la república, la democracia, la Guerra Civil, el triunfo de lo horrible, los años que borran lo que no conviene al dueño de la memoria pública. El resultado, tal como este espectador lo vio desde su butaca, es más bien el de un hombre que pierde, que lucha por salir adelante de esta corrosión histórica que le ha tocado vivir, y que muere en esa angustia del perdedor: la muerte es la ruina definitiva del futuro»16. Si bien es cierto que el anciano actor lucha por sacar adelante la memoria de lo que pasó en España y al final se rebela en medio de la representación y pide al público que no olvide, no compartimos la opinión del crítico sobre el hecho de que Barbero sea un perdedor y que la muerte ponga punto final a la memoria; de hecho, el personaje de Julia cumple justamente la función de redimir la memoria y lo hace a través de un libro, objeto clásico de la memoria y principal emblema de la fructífera metáfora de la escritura que, según Assmann, «implica al contempo la fissazione segnica e la leggibilità permanente dei contenuti della memoria»17. Además del libro, hay otros objetos que pueden ser identificados como metáforas del recuerdo, sobre todo las fotos que Edmundo lleva siempre consigo y las cintas que graba para que quede memoria de sus vicisitudes. Las fotos tienen una doble función, la de guardar los recuerdos y avivar la memoria de lo que representan cuando se las mira. La memoria visual de las fotos resulta más inmediata y más objetiva que un texto o un discurso, pero corre el riesgo de quedarse muda y convertirse en «un ricordo-fantasma non appena si spezza la cornice comunicativa della didascalia che è l’unica capace di ritradurre questi supporti materiali della memoria in ricordo vivente»18, oscuro final al que no están destinadas las fotos que aparecen en El olvido está lleno de memoria, ya que su destino es ilustrar un libro, síntesis de la memoria en imágenes y palabras. En Las raíces cortadas, la cuestión de la memoria se presenta de manera más obscura y su valoración se deja por completo a los espectadores, no llega a ser tematizada ni explícita, sino que surge a través del diálogo teatral que, en momentos dados, se desarrolla por entero en la memoria de uno de los dos per- sonajes. La obra parte del enfrentamiento entre Clara Campoamor y Victoria Kent, personajes reales, diputadas en el Parlamento Español en 1931 durante las Cortes Constituyentes, sobre la cuestión del voto femenino; la primera, del partido Radical, estaba a favor de que se aprobara enseguida, mientras que la segunda, socialista, si bien estaba de acuerdo en que se reconociera este derecho, abogaba por que se aplazara su aprobación hasta que la formación de las mujeres les permitiera votar con pleno conocimiento. Ganó Clara Campoamor, ya que su petición, apoyada muy a pesar suyo por la derecha y no por su partido ni por la izquierda, fue incluida en la Constitución. El voto femenino, previsiblemente orientado por la Iglesia, causó la victoria de la derecha en las elecciones de 1933 y la derrota de la República, justo lo que había previsto Victoria Kent. Ésta, negando la rápida aprobación del sufragio universal, según sus palabras «renuncia a un ideal»19 en contra de su propia naturaleza. A raíz del fracaso en las elecciones, Clara Campoamor se convirtió en el chivo expiatorio de la negra etapa que viviría España en las décadas siguientes y, además de esto, tuvo que escuchar graves acusaciones, tales como que su derrota fue causada por las mujeres mismas, que votaron en contra del partido y de los ideales de una de las mayores defensoras de sus derechos. López Mozo, al principio de El olvido está lleno de memoria, afirma que «Los nombres de Edmundo Barbero y Julia Arroyo corresponden a personajes reales», pero «los personajes no son trasunto de los seres reales que les prestan sus nombres, pues tanto tienen de ellos como de otros españoles que vivieron parecidas historias» (p. 2). Se nota una diferencia con el estatus de los personajes de El arquitecto y el relojero, que carecen de nombres propios y sirven de modelos abstractos, pero también difieren de los personajes de Las raíces cortadas que, si bien dramatizados, reflejan la vida de dos personas reales, aunque los cinco encuentros que tienen lugar en la obra nunca se produjeron20. En ellos las dos mujeres tienen la oportunidad de confrontar sus propios puntos de vista y lo que sobresale, a fin de cuentas, no es la cuestión del voto femenino que posiblemente, según comenta López Mozo, carecería de interés en el siglo XXI y tendría poca sustancia dramática, sino otros aspectos de la vida de ambas mujeres, que plantean asuntos de permanente actualidad. A pesar del estrecho vínculo que las dos tienen ante la historia y la política, apenas se conocían personalmente, y sin embargo sus vidas aparecen estrictamente entrelazadas: ambas se licenciaron en derecho, ambas consiguieron llegar al Parlamento en 1931 y ninguna logró renovar el escaño en 1933, no se casaron ni tuvieron hijos y, finalmente, ambas fueron al exilio en el que murieron. Las dos mujeres son los únicos personajes que aparecen en escena, si bien la figura de Victoria se desdobla: la Victoria de los años setenta y ochenta y la Victoria joven. Cuatro de los cinco encuentros que se narran en la obra tienen lugar en la memoria de Victoria, excepto el primero que tiene función de prólogo y ocurre durante la niñez de las dos mujeres, cuando todavía, en realidad, no se conocían, y sirve para aclarar algunas cuestiones biográficas. Dos de los cuatro restantes, en cambio, si bien no se produjeron, pudieron haber sido reales, pues son verosímiles aunque residan en el territorio de la ficción. En la segunda escena, ambientada en 1973 en Nueva York, ciudad donde Victoria Kent pasó gran parte de su exilio, ella misma acaba de recibir la llamada de una periodista que le anuncia la muerte de Clara y le pide una entrevista para hablar de las relaciones que ambas tuvieron: los dos encuentros sucesivos ocurren, pues, gracias a los recuerdos de Victoria, y se representan en la escena a través de la aparición de Clara y de una Victoria joven que se superpone a la Victoria octogenaria de los años setenta. El primero ocurre en 1931, unos momentos antes del famoso debate parlamentario que las vio enfrentarse por causa del sufragio universal y el segundo al estallar la Guerra Civil en 1936, en el momento de salir Clara de Madrid, mientras Victoria, que se quedará en la capital intentado luchar por lo que queda de la República, le reprocha su fuga. Entre estos dos encuentros, López Mozo inserta una grotesca escena con un teatrito de títeres para que esté presente el clima satírico que abundaba en los periódicos a raíz de las sesiones parlamentarias. La actitud de Victoria frente a sus recuerdos es a menudo contradictoria: antes de la segunda aparición de Clara, Kent mantiene una conversación telefónica con un colaborador de su revista, Ibérica, que acaba de entregarle un artículo. Después de leerlo, Victoria le dice que «mejor sería no mirar tanto al pasado [...] Todos caemos en la tentación de volver continuamente la vista atrás [...] Luchamos por la causa de España, sí, pero nuestra fidelidad no es a la España vencida, sino a la del futuro» (pp. 13-14). Luego aparecen Clara y Victoria joven y, hablando con la primera, ésta intenta desmentir sus propios recuerdos: «No pasé por allí cuando ella asegura que lo hice [...] Me acordaría» y es paradójico que lo haga enfrentándose consigo misma. De hecho Clara se da cuenta de que Victoria sólo trata de luchar contra recuerdos desagradables y contesta: «Te acuerdas. No es posible que lo hayas olvidado. Olvidar es muy difícil. Por mucho empeño que se ponga», palabras que suenan también a respuesta de lo que Victoria había comentado pocos momentos antes a su colaborador de Ibérica. El diálogo siguiente entre Clara y Victoria joven representa justamente lo que Victoria quisiera negar u olvidar, pero también un peso que quiere quitarse de encima, y esto resulta 43 Mayo 2004 ción como actor, que puede parecer innatural y algo arrogante, se justifica en cualidad de la reivindicación de la memoria histórica, de la que Barbero se presenta como personificación, hasta que se entera de que sus intentos para que la gente recuerde son en balde: «El público no está pintado, como otras veces. ¡Está ciego! ¡Y sordo! Eso lo resume todo. No quiero morir aquí en medio de tanta indiferencia» (p. 45). Eduardo Haro Tecglen, en la reseña al estreno de la obra, escribió: «VICTORIA: [...] No he bebido lo suficiente para ver fantasmas. CLARA: No soy un fantasma. VICTORIA: Un mal sueño, entonces. CLARA: Tampoco. Estás despierta». (p. 19) Clara está hablando después de morir, como resulta evidente unas páginas después, cuando dice «Por una vez no tuve dificultades para quedarme en España. Es verdad que no volví a pisar su suelo, pero mis cenizas pasaron la aduana y fueron mezcladas con su tierra» (p. 22). Clara, pues, no es un fantasma ni un sueño, es otra vez la materialización de la memoria de Victoria y también de su conciencia, ya que siempre aparece cuando su rival está luchando, aunque sin escándalos aparentes, con su pasado. Clara le reprocha que acepte la Gran Cruz del patrón de los abogados por parte del Rey, la acusa de haberse pasado a las filas de la Corona y le recuerda que ella rechazó una condecoración que le ofreció Alfonso XIII. En esta ocasión, además, Clara cuenta detalladamente su exilio y explica que no tuvo trato con los otros exiliados españoles porque «siempre hablaban de lo mismo, vivían enganchados al recuerdo de un pasado que yo me había propuesto olvidar». A menudo las dos mujeres hablan del olvido, del hecho de que quieren dejar atrás lo que les sucedió, lo cual puede parecer contradictorio respecto a la intención de esta ‘Trilogía de la memoria histórica’. Sin embargo es justamente si cuentan lo que no quieren recordar cuando, en realidad, están recordando. El último encuentro se desarrolla en una habitación del hospital donde Victoria ha sido ingresada; Clara entra con uniforme de enfermera y las primeras palabras que se dirigen dejan claro que ha sido Victoria quien ha llamado a Clara y que la estaba esperando en ascuas. Su aparición es ahora como el delirio de una enferma causado por el «derrame cerebral», ya que es la primera vez que ambas se preocupan de hechos contingentes y concretos: «¿Alguna dificultad para entrar? [...] No quería que registraran tu nombre en la recepción» (p. 24). La función de la memoria adquiere ahora una importancia cabal: Victoria pide a Clara que saque del armario un maletín en el que guarda dos marionetas que reproducen sus figuras: «Forman parte de mis recuerdos. Antes de entrar en el hospital he hecho buen acopio de ellos. El armario y mi cabeza están llenos. Los he traído a cientos» (p. 25). Son marionetas que recuerdan los títeres de la escena interpolada entre el segundo y el tercer encuentro, aunque aquí no hay en absoluto una intención satírica. Por fin las dos antiguas rivales encuentran un poco de complicidad, recordando juntas lo que tuvieron que pasar por ser mujeres comprometidas en causas políticas y civiles, y haciendo un balance que forzosamente resulta negativo, tanto que Victoria quiere que reconozcan que son «dos perdedoras» (p. 27). Clara, después de intentar defender su labor, se rinde también: «Tienes razón. El resultado de nuestra lucha no ha podido ser peor» (p. 28). Pero el efecto es tan doloroso que Clara acaba rebelándose: «Hablo de cosas que tenía olvidadas antes de cruzar esa puerta. ¿Por qué me has abierto los ojos cuando ya los tenía cerrados? ¿Por qué me has invitado a acompañarte en este buceo doloroso en el pasado?» (p. 28). En la última escena, cuando Clara hace ademán de irse, Victoria empieza a hablar con otro personaje que ya sólo existe en su cabeza, Leochu, que conoció de niño y que murió a los 24 años en el estallido de un laboratorio de explosivos de guerra. Clara también habla con él y hace de intermediaria entre los dos que no llegan a entenderse; explica a Victoria que Leonchu «no comprende tanto empeño en mostrar como inútil o insuficiente cuanto hicimos. Dice que, en aquella tarea, no fracasamos, que el fracaso está en que rememoremos aquellos hechos con amargura» (p. 31), tanto que al final, las dos mujeres acaban pacificándose con su pasado. Con la proyección de la imagen de una playa desierta (y con la aludida muerte de Victoria) se cierra la acción escénica, pero el telón no cae hasta que no terminen de desfilar en aquella playa «figuras humanas, que parecen desprendidas de un álbum de fotos [...] Junto a personajes inconfundibles –Margarita Nelken, Dolores Ibárruri, Federica Montseny, Manuel Azaña, Castelao, Largo Caballero, o Fernando de los Ríos- desfilan otros que nunca salieron del anonimato, como aquel miliciano captado por la cámara de Robert Capa en el momento de ser abatido al saltar, fusil en alto, de la trinchera». Otra vez el autor quiere ampliar el radio de acción de la memoria: no sólo atañe a la historia personal de sus personajes, sino que tiene que llegar a la conciencia de todos los espectadores, de todos los españoles, muchos de los cuales todavía se empeñan en olvidar o, aún peor, en practicar la desmemoria. En Las raíces cortadas, a diferencia de El arquitecto y el relojero y de El olvido está lleno de memoria, no hay personajes que tengan la función de destruir los recuerdos, como el Arquitecto o el empresario Alvar, pero domina una sensación de fracaso y derrota, apaciguada al final por la conciencia de que nada ha sido hecho en balde si queda la memoria de las acciones y de las personas que las realizaron. Aquí la reivindicación de la memoria no pertenece a los personajes, como pasaba en las dos obras anteriores, sino que se deja por completo en las manos del público: es su tarea recordar y valorar el trabajo de dos mujeres excepcionales que no llegaron a ver los frutos de su labor. Concluyendo, se puede afirmar sin duda que las tres obras que forman parte de la “Trilogía de la memoria histórica” son obras comprometidas, con un contenido ideológico sobresaliente y con una técnica dramatúrgica impecable, en las que se presentan conflictos entre personajes que mantienen posiciones diferentes u opuestas sobre varios as- pectos, pero en particular sobre la cuestión de la falta de memoria colectiva reciente. Hay personajes que abogan por una actitud de “conciliación pacífica”, de olvido o desmemoria y personajes que luchan por sacar adelante los hechos capitales que la «España oficial y oficialista de hoy»22 pretende olvidar y resulta que son estos últimos los que terminan ganando, o por lo menos ésta parece ser la intención del autor. Como en la mayoría de sus obras, López Mozo se muestra otra vez consciente del papel sociológico de los intelectuales, de hecho no es una casualidad que uno de los autores que él define como uno de sus maestros sea Bertolt Brecht, del que afirma que asimiló mejor «el discurso ético que las aportaciones técnicas con que logró alumbrar una nueva dramaturgia»23. Como Brecht, López Mozo es un hombre de teatro profundamente comprometido cuya tarea declarada es sacar al espectador de su modorra intelectual e ideológica. A la luz de estas consideraciones, la reivindicación de la memoria histórica a través del teatro es uno de los medios que parecen más acertados y eficaces para cumplir con el compromiso de los intelectuales con la sociedad, compromiso del que Jerónimo López Mozo se hace valioso intérprete y portavoz: «Me sorprende que algunos dramaturgos jóvenes que no vivieron aquella época, apenas tengan en cuenta el mundo que les rodea [...]. 45 Mayo 2004 La Ratonera / 11 44 evidente si escuchamos lo que su antigua rival le dice ante sus protestas: «Tú eres la que me ha evocado. Estoy en tu memoria» (p. 15). Victoria se queda sin palabras y no tiene más remedio que escuchar el diálogo que se desarrolla en su cabeza y ante los ojos de los espectadores, durante el cual la Victoria joven intenta disuadir a Clara de su decisión de dejar Madrid a raíz del estallido de la guerra. Por eso su postura aparece contradictoria: ella misma evoca los recuerdos, pero para desmentirlos y, sin embargo, al final acaba escuchando y compartiendo lo que antes quería negar. El cuarto y quinto encuentro se producen cuando Clara ya ha muerto y se realizan en un tiempo contemporáneo a la acción escénica. No residen, pues, en la memoria de Victoria, sino en su fantasía, aunque los diálogos sí se basan en recuerdos y hechos reales, ya que, como afirma el autor, «Mi propósito era trabajar en el territorio de la ficción, sin perder de vista que los personajes habían existido realmente y nada me autorizaba a modificar sus biografías, ni a manipular sus ideas»21. El cuarto encuentro se desarrolla a raíz de la concesión a Victoria de un galardón por parte del Rey Juan Carlos: Clara aparece de repente y se aclara enseguida cual es su naturaleza dramática: cesario hacerlo, pues para eso están los políticos, habría que recordarles que es tarea de los intelectuales ejercer una función crítica frente al poder, sea este autoritario o democrático»24. BIBLIOGRAFÍA LÓPEZ MOZO, Jerónimo, El arquitecto y el relojero, Comunidad de Madrid / AAT, Madrid, 2001. ―, El olvido está lleno de memoria, ADE Teatro, n. 98, noviembre 2003. ―, Las raíces cortadas, 2003, inédita. ASSMANN, Aleida, Ricordare. Forme e mutamenti della memoria culturale, Il Mulino, Bologna, 2002. CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro, La vida es sueño, ed. de J.M. Ruano de la Haza, Castalia, Madrid, 1994. COLMEIRO, José F., «Memoria histórica e identidad cultural: del cuarto de atrás a la primera plana», Revista de Estudios Hispánicos, XXXV, n. 1, enero 2001, pp. 151-163. DÍAZ SANDE, José Ramón, «El olvido está lleno de memoria», Reseña, n. 350, junio 2003. HARO TECGLEN, Eduardo, «El olvido está lleno de memoria», El País, 9/V/2003. LÓPEZ MOZO, Jerónimo, «Memoria democrática. Presencia del teatro en las jornadas “Cultura y disidencia”», Primer Acto, n. 271, noviembrediciembre 1997, pp. 4-6. ―, «De cómo supe de la existencia de Bertolt Brecht y de lo que aprendí de él», ADE Teatro, nn. 70-71, octubre 1998, pp. 286-287. ―, «Teatro y silencio», Anales de la literatura española contemporánea, n. 24, 1999, pp. 679-688. ―, «El olvido está lleno de memoria», Minerva, abril 2003, p. 20. ―, «Victoria Kent, el pecado mortal de Clara Campoamor», inédito, 2003. MÉNDEZ MOYA, Abelardo, «Prólogo» a J. LÓPEZ MOZO, El arquitecto y el relojero, Comunidad de Madrid / AAT, Madrid, 2001, pp. 9-15. PAVIS, Patrice, Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología, Paidós, Barcelona, 1998. REIZ, Margarita, «VIII Muestra y Premio “Arniches” en Alicante. Jerónimo López Mozo: el más joven», Primer Acto, n. 287, enero 2001, pp. 164-166. SEGRE, Cesare, Avviamento all’analisi del testo letterario, Einaudi, Torino, 1999. NOTAS La presentación se hizo en Toledo, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, el día 22 de abril de 2003, formando parte de un ciclo de lecturas dramatizadas de obras de dramaturgos españoles contemporáneos, entre ellos José María Rodríguez Méndez, Jaime Salom, José Luis Alonso de Santos. Los intérpretes del estreno de la lectura dramatizada de El arquitecto y el relojero fueron Miguel Ángel Barajas (Arquitecto), Fernando Botica (Relojero) y Diego Mendoza (Narrador). 2 Véase su valioso artículo «Memoria histórica e identidad cultural: del cuarto de atrás a la primera plana», en Revista de Estudios Hispánicos, XXXV, n. 1, enero de 2001, pp. 151-163. 3 Citado por Margarita REIZ en «VIII Muestra y Premio “Arniches” en Alicante. Jerónimo López Mozo: el más joven», en Primer Acto, n. 287, enero de 2001, pp. 164-166 [164], un artículo que se publicó cuando López Mozo recibió el Premio “Arniches” en el 2000, justamente por El arquitecto y el relojero. 4 Ivi, p. 164. 5 Véase, entre otros artículos, J. LÓPEZ MOZO, «Memoria democrática. Presencia del teatro en las jornadas “Cultura y disidencia”», en Primer Acto, n. 271, noviembre-diciembre de 1997, pp. 4-6. 6 A. MÉNDEZ MOYA, «Prólogo» a J. LÓPEZ MOZO, El arquitecto y el relojero, Comunidad de Madrid / AAT, Madrid, 2001, pp. 9-15 [12]. 7 Ivi, p. 12. 8 Aleida ASSMANN, Ricordare. Forme e mutamenti della memoria culturale, Il Mulino, Bologna, 2002. (Erinnerungsräume. Formen und Wandlungen des kulturellen Gedächtnisses, 1999). 9 Véase el artículo de COLMEIRO, «Memoria histórica…», cit., donde el autor hace una distinción entre «el tiempo-espacio del cuarto de atrás, espacio recóndito y tiempo remoto de antaño, el lugar del archivo custodiado del pasado» y «el tiempo-espacio de la primera plana del periódico, espacio cercano y contemporáneo, inmediatamente accesible, pero por su propia inmediatez y efímera naturaleza, paradójicamente destinado al olvido y al archivo» (p. 152). Además Colmeiro habla de «obsesión museística, celebratoria y antológica de nuestros días» que «es prueba evi- dente de la debilidad de la memoria y la fragilidad y fragmentación de la identidad cultural» (p. 156). 10 P. PAVIS, Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología, Paidós, Barcelona, 1998, p. 422. 11 Según la definición de Greimas/Courtés (Sémiotique. Dictionaire raisonné de la théorie du langage, 1979), reelaborada por Cesare SEGRE en Avviamento all’analisi del testo letterario, Einaudi, Torino, 1999, pp. 32-34. 12 J. F. COLMEIRO, «Memoria histórica...», cit., p. 158: «olvido es una palabra demasiado casual. Olvidar sugiere descuido, accidente. Desmemoria, sin embargo, implica una falta de memoria histórica voluntaria, un desconocimiento e incluso un desinterés por los años obscuros del pasado». 13 La obra se estrenó el 25 de abril de 2003 en el Círculo de Bellas Artes en Madrid. El director fue Antonio Malonda y los intérpretes Francisco Merino (Edmundo Barbero), Chema Ruiz (Antolín Alvar) y Ainhoa Amestoy (Julia Arroyo). 14 Cfr. J. F. COLMEIRO, «Memoria histórica…», cit., p. 161. 15 J. LÓPEZ MOZO, «El olvido está lleno de memoria», en Minerva, abril de 2003, p. 20. 16 E. HARO TECGLEN, «El olvido está lleno de memoria», en El País, 9/V/2003. 17 A. ASSMANN, Ricordare…, cit., p. 170. 18 Ivi, p. 247. 19 Fragmento de una intervención de Victoria Kent en la Cámara el 1 de octubre de 1931, citada en J. LÓPEZ MOZO, «Victoria Kent, el pecado mortal de Clara Campoamor», inédito, 2003, p. 1. Parte de la intervención aparece en la obra, p. 11. 20 De hecho, el subtítulo de la obra es «Cinco encuentros apócrifos». 21 J. LÓPEZ MOZO, «Victoria Kent…», cit., p. 23. 22 A. MÉNDEZ MOYA, «Prólogo», p. 11. 23 J. LÓPEZ MOZO, «De cómo supe de la existencia de Bertolt Brecht y de lo que aprendí de él», en ADE Teatro, nn. 70-71, octubre de 1998, pp. 286-287 [287]. 24 J. LÓPEZ MOZO, «Teatro y silencio», en Anales de la literatura española contemporánea, n. 24, 1999, pp. 679-688 [687]. 1 Jorge Bosso, actor, sindicalista ENTREVISTA A JORGE BOSSO Secretario General de la Unión de Actores de Madrid “Es necesario un convenio de teatro estatal que incluya las últimas novedades recogidas en los acuerdos madrileños y las nuevas demandas del sector” Carolina Sánchez Velasco E l sector teatral asturiano intenta desde hace un par de años negociar el convenio colectivo por el que deben regirse las contrataciones entre empresas y actores/actrices. Este objetivo ha sentado en la mesa en varias ocasiones a la Unión de Actores de Asturias, la Asociación de Compañías Profesionales de Asturias, y a los representantes del resto de compañías profesionales (no asociadas). Hemos hablado con Jorge Bosso, Secretario General de la Unión de Actores de Madrid, el sindicato de actores más importante del país, con casi 3.000 afiliados. El convenio colectivo de actores de teatro de Madrid puede servir como base para la firma del asturiano, todavía en su segunda fase de negociación. Jorge Bosso, en su despacho. Actualmente en España sólo dos comunidades autónomas tienen convenio, Madrid y Cataluña. Jorge Bosso, actor, argentino, nacido en el año 1941, lleva veintiséis años en España, dieciocho de los cuales ha estado implicado en el sindicalismo, siempre dentro del ámbito artístico. A sus veintidós años salió de su país natal hacia Londres, con una beca para estudiar arte dramático. En la capital británica trabajó como actor y productor para la BBC, y pronto colaboró con el sindicato inglés dentro del comité de acogida de los exiliados sudamericanos. Dada su experiencia en el sindicalismo, y ya en España, Bosso fue requerido por Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores cuando comenzó a fraguarse la primera Unión de Actores. Además de su pertenencia a esta organización ostenta los cargos de secretario general de la Federación de Actores Española y es, también, presidente del Consejo Europeo de Artistas, cuya sede se encuentra en Copenhague. Pregunta: ¿Cómo fueron los inicios del sindicato de actores? Respuesta: En principio la Unión de Actores fue fundada en el año 1986, por un grupo de doce actores entre los cuales yo me contaba. Se motivó en razón de un decreto inesperado del entonces gobierno socialista que nos condenaba a ser autónomos, creyendo que era una mejora para nuestra condición. De esa manera, la profesión en general demandó de la gente que más relación tenían con los sindicatos CCOO y UGT, que saliéramos de ese marco institucional y buscáramos una fórmula de crear esta Unión de Actores. Nació en la calle Carretas, en un pequeño despacho. En esta Unión de Actores comienza entonces la historia inmediata de dos líneas de negociación que afec- 47 Mayo 2004 La Ratonera / 11 46 Si el argumento para no ocuparse de cuestiones que afectan al interés general es que en democracia no es ne- R: Al mismo tiempo que se desarrollaba el convenio con TVE, se empieza a negociar en la comunidad de Madrid el Convenio de Teatro. Había uno que funcionaba desde el 75, que existía en el régimen franquista. Hay que entender que el tipo de producción en Madrid es distinto a las de las demás comunidades autónomas, conducentes a la autogestión, a formas cooperativas. Aquí estaban los mayores productores del país; estaba el Centro Dramático Nacional, el Teatro Español, el Teatro del la Comunidad de Madrid, entes estatales que logramos sentar en la misma mesa junto con productores privados. De ese primer convenio salieron tres o cuatro posteriores. El vigente en la actualidad está a punto de ser renovado. A partir del momento en que yo me hago cargo de la Unión de Actores de Madrid, intentamos negociar el convenio de teatro porque desde el 98 a fecha de hoy han ocurrido cosas que hacen necesario un convenio estatal; como el cambio de la seguridad social, como las nuevas demandas de las comunidades autónomas (resaltando aquellas con lengua propia), como la creación del culebrón nacional, que requiere otro tipo de producción. P: Explíqueme qué tipo de contratación se utiliza en España en el sector artístico y qué consecuencias tiene. R: España se resiste a dejar de lado la contratación por sesión, es una tradición y también una ventaja por el reconocimiento, en general, al actor de reparto en la televisión y el cine, a los que, comparativamente con otros países, se les paga bien. Pero lo lamentable es que se les paga bien un día, y, por tanto, tienen una seguridad social de un día. En otros países se contratan por períodos más largos. Por tanto, se paga menos el día pero la contribución a la seguridad social es mayor. Igual te contratan por una semana y has trabajo sólo tres días, pero tienes la semana completa asegurada. P: ¿Ocurre lo mismo en el teatro? R: No, en el teatro lo que afecta tremendamente es la preponderancia del bolo sobre la contratación de un mínimo de 30 días. Aquí se va al hecho de que no se puede conseguir un teatro por 30 días pero sí funciones esporádicas en el curso del mes. No se contrata al actor por el mes entero pero sí cabe la posibilidad de una compensación económica. Pero esto da lugar a tantos incumplimientos que es una fórmula mala sino se le pone coto. Es lo que venimos intentando desde el 98 pero es imposible evitar todo al mismo tiempo. Por eso creemos que es necesario un convenio de teatro estatal, para traspasar a otras comunidades la experiencia madrileña con los empresarios al uso; con el Centro Dramático Nacional, con la Comunidad de Madrid, con el Ayuntamiento, con todos los entes productores, en este caso, y en la parte social, la Unión de Actores de Madrid, CCOO y 49 Jorge Bosso, a la izquierda, en la firma del acuerdo de la Seguridad Social en el año 2000 con Juan Carlos Aparicio, que era entonces Secretario de Estado de la Seguridad Social, y representantes de CCOO y UGT. UGT. De alguna manera estamos en terreno peligroso si ponemos un horario determinado en la producción audiovisual para los actores y los técnicos tienen otros. Si a los técnicos se les paga un plus por horas evidentemente ellos querrán hacer horas y nosotros no permitimos las horas extras en los convenios de los actores porque hacen un flaco favor al sector. Además están las necesidades propias de cada producción, las cuales requieren en ocasiones que sí se realicen horas; con lo cual, al no existir ese reconocimiento, ló- gico por otra parte, se da la coyuntura de que sean los mismos actores quienes trabajen horas de más pero no se las paguen. Esto es lo que hay que corregir de base. Hemos intentado hacerlo en el audiovisual y ahora el próximo paso será hacerlo en el teatro. P: Desde que está usted en la Unión de Actores ¿cuáles han sido los logros de este sindicato? R: El más importante lograr la seguridad social para los actores y actrices. En el año 2000 exigimos la equiparación de bases y el re- conocimiento de que la seguridad social fuera igual para todo. Así mismo, la concesión especial para algunos actores con mayor sueldo de poder cotizar más días. ¡Esto es una cosa increíble! Creo que es el mayor logro a nivel europeo. También hemos confeccionado un Plan General de Teatro, que no es una ley pero sí el camino conducente hacia una ley. Para ello hemos estado todos: los directores, los autores, los teatros de pequeña envergadura, las producciones grandes, la red de teatro, los actores… De momento se ha Mayo 2004 La Ratonera / 11 48 taban al trabajo por los sectores propios que representábamos. En primer lugar en el terreno audiovisual, en 1988, encaramos el convenio de Televisión Española, firmado junto con CCOO, UGT, la Federación de Uniones de Actores y con, en ese momento, representantes de TV3 de Cataluña. P: ¿Se encontraron con dificultades en ese momento? R: Tuvimos un comienzo fuerte porque hicimos la primera huelga de TVE dentro de la Unión de Actores, en el año 1989, nada menos que a Pilar Miró, que era una de las personas salidas de nuestro seno, no sólo de la izquierda y de la participación colectiva sino también de la creación, no era una productora sino una colaboradora.. P: ¿Por qué fueron a la huelga? R: Concretamente por reivindicar lo que era un compromiso de Pilar Miró al frente de TVE y del partido PSOE, que era tener un mínimo de 25% de producción propia. Entonces había, y sigue habiendo, mayoría de productos extranjeros. Son años importantes porque se producen cosas importantes: “Los Gozos y las Sombras”, “Santa Teresa de Jesús”, etc. Y logramos que nuestras peticiones se recogieran de algún modo en el convenio, no dentro de él, pero sí en el preámbulo. Eso valió para que desconvocáramos la huelga. P: ¿Y la segunda línea de negociación? R: Dentro de la Federación de Uniones de Actores lo intentamos. ¿Qué ocurre? Que en algunos casos, como es el caso de Asturias, es muy difícil determinar la fórmula de contratación en compañías pequeñas de teatro, cuando son otras fórmulas que no están contempladas en nuestros criterios de negociación colectiva. Pero que tienen que estarlo, porque si no estamos estancados en la tradición y el mercado, sin embargo, ha cambiado totalmente. P: ¿Qué pasa cuando todavía no existe convenio como sucede en Asturias? R: Cuando quieren contratarse con un empresario factible, que podría ser incluso un ayuntamiento, evidentemente se busca la fórmula más conveniente. El convenio de Madrid es la referencia, es el que puede, si no igualar al menos intentar, equiparar esos salarios que consideramos indispensables para trabajar en el sector. P: ¿Cuáles son las condiciones que han de darse para que un convenio teatral sea operativo? R: El reconocimiento entre las partes, la operatividad de las asambleas paritarias, la operatividad de las comisiones conjuntas de seguimiento, que no sea siempre uno quien, que se aporten soluciones a partir de situaciones reales… P: Los actores en Asturias se ven obligados a trabajar en varias compañías al mismo tiempo si quieren vivir de esto, ¿ocurre también en Madrid? R: Sí. La compañía de repertorio estable prácticamente no existe en España. Sin embargo, ésa es la gran escuela profesional que hay en prácticamente todos los países tradicionales. Lamentablemente aquí se perdió, aunque alguna vez existió. Con los cambios propios de la historia de España, y del cambio hacia el mercado libre, ni siquiera los teatros nacionales contratan por tiempo sino por duración de obra, que es una posibilidad que sólo existe, creo, en nuestro ámbito y en el de la construcción. Pero en el caso del teatro lo que se ha perdido es esa historia del actor de reparto en las grandes compañías, que estaba al toro para salir a sustituir a quien fuere el día que había un accidente. Estaba aprendiendo en la práctica, con el público y con la profesión. Es muy distinto a aquél que estudia con un maestro, formación totalmente necesaria, pero que no es suficiente si no va acompañada de prácticas. P: ¿Cuál ha sido la trayectoria de la Unión de Actores? R: Hemos pasado del pequeño despacho que teníamos al principio en la calle Carretas, pasando por el segundo en la calle Montera, donde ahora se encuentra la Federación, a tener un local de 400 metros cuadrados donde se dan cursos. Y creo que nos quedamos cortos, todavía nos hace falta una ampliación del servicio jurídico. Hay casos que reclaman asesoría jurídica por un conflicto o una duda y tiene que esperar meses. En cuanto a organiza- ción interna también hemos crecido. A la acción sindical, antes cubierta por una persona, le hemos buscando gente con experiencia y la hemos dividido según los sectores: audiovisual, cine, televisión y teatro. P: En el preámbulo del convenio que se está negociando en Asturias se contempla la posibilidad de crear una mesa sectorial sobre cultura donde la gente del teatro manifieste sus opiniones sobre la política cultural y de subvenciones del Principado y los Ayuntamientos… R: Fundamental, sólo que en Asturias no se dan las dos, la producción nacional y la producción en teatro autonómica. No así en la televisión. Tele Madrid, por ejemplo, cuando quiere producir algo llama a una productora; y así le va, porque las producciones han sido desastrosas. Ahora bien, yo creo que aparte del gran concepto cultura queremos también en nuestro sector concentrar fuerzas en cada uno de los sectores. Un actor asturiano que no tenga experiencia en el sector audiovisual poco puede hablar de lo que significa la política audiovisual del país, sí sabrá de las necesidades que se planteen cuando se fragüe la posibilidad de un canal autonómico. Y volviendo a lo genérico, sería conveniente más mesas de trabajo específico sobre el teatro, más que el término “cultura” que abarca la industria del turismo, etc. O sea es tan grande el concepto de la cultura que la parte artística queda empequeñecida. P: Dentro de la UA ¿se incluyen las otras artes escénicas? R: No, hay una asociación de danza, que está dentro de nuestra Federación, es de Madrid. Nosotros estamos con ellos, y esperemos que el nuevo gobierno reconsidere el último decreto, que ha sacado en el último momento el gobierno saliente, con respecto a la danza y reconstituya lo que es una federación estatal de danza. La situación de la danza, por la homologación de títulos, es patente gracias a ese decreto vergonzoso; por el cual una persona como Gades con la nueva legislación no podría dar clases en una Universidad porque no tiene formación universitaria. Y esto es un disparate cuando estos mismos gobiernos llaman a sus bailarines, primeros bailarines en todo el mundo, embajadores de España. P: ¿Se refleja en el teatro esta subcultura del éxito fácil? R: Es más difícil, no obstante ahora está de moda esta fórmula de los “punto com” que, por un lado, llenan los teatros, pero tampoco es teatro realmente. Son más bien revista, género que, por otra parte, siempre existió y se había perdido. P: ¿Cree que el teatro debe enseñarse en las escuelas? R: Sí, es fundamental, ese es el público del futuro. Pero ahora en España lo que predomina es la fórmula Operación Triunfo. Desde su punto de vista, ¿cuál es la situación del teatro en comparación con hace veinte años en los siguientes aspectos? Grandes producciones: Está mejor en cuanto a las grandes producciones. El tema fuerte en Madrid es el musical, la comedia musical, que cuando yo llegué a este país hace veinticinco años no se hacía. Venían compañías de fuera, o se producían en comunidades como la catalana, que tienen su propia tradición, su propia formación y tiene actores formados en danza, en canto y drama. Madrid es la decantación de toda la gente, todos los actores que no encuentran trabajo en Asturias se vienen a Madrid. Calidad artística de los espectáculos: Ha mejorado en general. Siempre ha habido calidad en los actores pero ahora hay un mayor equilibrio en las compañías porque hay una mayor posibilidad de formación, aunque no todas las academias sean buenas. Cantidad de espectáculos y variabilidad: Ha aumentado en cantidad, en grandes espectáculos. Pero no se puede hacer una comparación simple ya que también ha aumentado el mercado. Me decía Fernando Fernán Gómez que una obra de éxito en los años 40 duraba meses en cartel, y entonces no había tele en competencia. Con lo cual el público que mantenía eso, era porque quería verlo y porque había una tradición teatral. Hoy en día eso se ha perdido. Curiosamente hoy hay muchos más espectadores pero las temporadas son más cortas. 51 Mayo 2004 La Ratonera / 11 50 parado, hasta que se comprometa el nuevo gobierno en el poder y el nuevo parlamento. P: Ahora que hace referencia a nuestro entorno, comparando la situación de actores y directores españoles con los foráneos ¿en qué situación nos encontramos? R: En general hay otro concepto de trabajo. Hay mayor reconocimiento. Aquí el actor es un trabajador por cuenta ajena. De ahí nuestra constante pelea, de ahí el peligro, sobre todo en el mundo del doblaje, que puede ser extendido al teatro o al cine, donde para no pagar la seguridad social (que es más cara en estos momentos), se intenta que el actor facture y sea autónomo. Y tenemos la realidad que para un actor que gane 25000 pesetas por una función en un mes tenga que pagar 30000 pesetas al mes para permanecer cotizando como autónomo. P: ¿Esto está ocurriendo actualmente? R: Sí, sí. Está ocurriendo el hecho gravísimo de que algunos actores están facturando para conseguir trabajo, para no quedar mal con la empresa, continúan trabajando sin estar asegurados, es decir, están ilegalmente trabajando. Igualmente la empresa se lava las manos, ya que no cotiza la seguridad social, dado que entiende que el autónomo cotiza por sí mismo. Cosa que sabe que es imposible. P: ¿Cómo solucionar este problema en regiones como la asturiana? bilidad de larga contratación. La única vigente es de treinta días; somos el único país del mundo que la tiene. En Europa el mínimo son tres meses. Algunos teatros públicos hacen contrato por obra, no por tiempo. Financiación: No puedo dar una cifra exacta. Yo creo que España no ha avanzado en términos generales, simplemente está más repartido. Hay un mayor número de ayudas a las producciones. Antes se dividía entre compañías estables o productoras reconocidas. Ahora se reparte entre más compañías. Esto tiene el inconveniente de que pan para todos no significa trabajo para todos. Hay gente que con 6.000 euros no puede producir. Movilidad de los espectáculos: Aquellas giras interminables que empezaban en México y terminaban en Argentina se han acabado. Fernando Fernán Gómez nació en gira, Mario Gas nació en Montevideo, hijo de cantantes de zarzuela. Ahora hay temporadas específicas en las que, mediante festivales o muestras determinadas, las compañías salen. Pero yo creo que si no hay una intención política de que el teatro sea parte del mensaje cultural, al final el actor sigue yendo a esos encuentros pero ahora por su cuenta. Rentabilidad de los espectáculos: A eso han de responder los productores, yo no lo sé. Aunque a los actores no necesariamente les sale más rentable hacer teatro ahora que hace veinte años. EN CLAVE DE MONÓLOGO En 53 Pilar Murillo Jorge Moreno Adolfo Camilo Díaz Roberto Corte Eladio de Pablo José Rico Mayo 2004 La Ratonera / 11 52 Seguridad en el trabajo: La seguridad es penosa. A nivel europeo se están elaborando legislaciones importantes, las cuales no son siempre adecuadas a la situación en España. Ahora mismo no se permiten en Europa escenarios inclinados porque está demostrado que a la larga son perjudiciales para la salud, sobre todo para los bailarines. Pero eso no puede cambiarse de un día para otro. Los niveles de ruido: en otros países se contempla en legislaciones especiales que afectan a quienes trabajan en esos ámbitos. Evidentemente los actores y artistas en conciertos, o en espectáculos musicales están afectados. No se cuenta en este momento con una previsión económica para tener los elementos técnicos necesarios que eviten esos problemas. Lo que en sí nos preocupa es el ingreso, sobre todo en teatros públicos, de técnicos que no tienen nada que ver con el teatro. Es decir, un electricista normal si no tiene experiencia en el teatro puede ser un peligro. Lo mismo un técnico que maneje plataformas que suban y bajen y que puede haberlo hecho en una empresa de construcción; en el teatro está trabajando con un grupo de gente, no con sacos de cal. Otro ejemplo es que estamos viendo que algunos teatros no tienen las necesidades básicas cubiertas. Estamos intentando crear una base que incluya un mayor reconocimiento de la seguridad y de la sanidad. Estabilidad Laboral: Se ha perdido en el teatro la posi- En clave de monólogo En clave de monólogo Autores: La Ratonera / 11 54 Pilar Murillo Jorge Moreno Adolfo Camilo Díaz Roberto Corte Eladio de Pablo José Rico El ciclo de lecturas dramatizadas que, coordinado por Eladio de Pablo y bajo el patrocinio de la SGAE-Fundación Autor, viene desarrollándose en Asturias estos últimos años se ha plasmado en 2003 en esta selección de seis monólogos de seis autores asturianos, que descubren una vertiente interesante del quehacer actual de la dramaturgia asturiana. Al ser seis monólogos breves, en lugar de la mera lectura dramatizada, se ha optado por una dramatización completa de los textos en un espectáculo conjunto, encargándose de esta tarea la compañía Higiénico Papel, dirigida por Laura Iglesia. Se estrenaron los monólogos en el Teatro Jovellanos de Gijón el 16 de enero de 2004, interpretados (en el mismo orden que a continuación se presentan) por Xuacu Carballido, Ana Blanco, Silvino Torre, Carlos Dávila, Félix Corcuera y Alberto Rodríguez. PUNTUALES, COMO SIEMPRE Pilar Murillo García Sale a escena Paco, un hombre de cuarenta años, funcionario del ayuntamiento. Anda cansinamente, con dolor de pies. PACO: (Mira al público.) Ah, ya están aquí. Puntuales, como siempre; en cambio, de mí no se puede decir lo mismo. Ustedes me tienen que disculpar, lo siento, no he podido llegar antes. El segundo grupo se acaba de ir y estoy molido. ¿Me perdonan si me siento un momento?... Son ustedes muy amables. (Coloca una silla a la izquierda.) Ando todo el día escaleras abajo, escaleras arriba. Mi mujer dice que tengo un trabajo de lujo. ¡Ja!, de lujo. Esto es matador. ¡Ah!, mi nombre es Francisco; pero pueden llamarme Paco. (Sentándose.) ¿No les importa que me quite los zapatos, verdad? (Quitándoselos.) Bueno, ya puesto... me quito los calcetines. (Lo hace y se da un masaje primero en un pie y luego en el otro mientras habla.) Mis pobres pies. Están más doloridos que si hubiera hecho el camino de Santiago. Necesito vacaciones. Vayan, vayan sacando fotos al teatro, pueden hacerlo, no se preocupen, como si estuviesen de visita en el museo. Aprovechen ahora, no sean tontos, porque cuando vengan a ver una función... ya saben, está prohibido. Es que con el flash se desconcentran los actores. ¿Han apagado el móvil? Ése es otro enemigo de la concentración. Una cosa que les ruego es que no fumen. Espero que no haya un pirómano entre ustedes, sería una pena destruir este bonito coliseo, fíjense que data de principios del siglo XX. Antes, de Cristo. No, no es tan antiguo, Cristo era el empresario a quien pertenecía. ¿Se acuerdan? Antiguamente había muchos teatros que pertenecían a particulares. Este era uno de ellos, ahora pertenece a este ayuntamiento, vamos, que es patrimonio de esta ciudad. Imagínense, un pedacito de él pertenece a cada ciudadano... Imagínenselo, pero ni se lo crean, por supuesto que es única y exclusivamente del director de la fundación de Cultura; y es mejor así, de otra forma esto sería una anarquía, figúrense que cualquier compañía de Asturias lo pidiese para sus ensayos... La manutención de este edificio es carísima. Si hay función que ensayen en el parque, están al aire libre, y el aire es de todos; el de la calle. (Transición.) ¡Eh! El del chicle, espero que se cuide de tenerlo en su boca todo el tiempo que dura la visita. Aquí no se pueden tirar al suelo, y nada de pegarlos a la butaca. Lo siento, ya sé que son ustedes muy educados, pero es mi deber avisarles, además, lo hago por el bien de ustedes. Vuelvan a imaginar por un momento. Imaginen que bajo sus posaderas hay un chicle, ¿qué pasaría? Pues que se quedarían pegados a su asiento y les aseguro que eso sería mucho peor que pensar en su ropa, irremediablemente estropeada; porque ver un espectáculo a la fuerza... Quiten, quiten, eso es un castigo. Sólo de pensarlo se me eriza el vello. Esos montajes que no hay quien los digiera... Aunque aquí no pasa, aquí no hay montajes de esos, y de los otros poquísimos. Este teatro sólo se abre cuatro veces al año... para que no se estropeen las pinturas rupestres, perdón, los carteles de las funciones que cuelgan de las paredes. Mientras estén aquí dentro ruego que no respiren. (Ríe.) Señora se está poniendo morada. Bueno, respiren pero háganlo muy despacito, alternándose de uno en uno, no lo hagan todos a la vez, ¿de acuerdo? Es que se puede enrarecer el ambiente. Las cuatro veces que hay fun- ciones son actores profesionales. Ustedes no se preocupen, su profesionalidad la acredita el pertenecer a grandes compañías de la capital. Aquí no vienen cómicos de poca monta, de esos que no saben andar más que tropezando con los muebles y depositando sus babas sobre el escenario. Tal vez me equivoco y los cómicos son los de las grandes compañías, no sé. Se me cansa hasta la mente. Esto de hacer de guía del teatro es muy cansado, en serio. No saben ustedes lo que agota repetir que esto es la corbata, que aquí, donde estoy ahora mismo, es el proscenio. A esto de aquí se le llaman patas. Y eso que me ilumina es un foco. Hay más datos, pero qué más les da cómo se llama cada elemento del teatro, lo que importa es saber dónde esta la butaca para sentarse en ella, ¿no? Y que no tenga chicle. Lo dicho, necesito urgentemente unas vacaciones. El lavabo lo tienen al salir a mano izquierda y otro más en la segunda planta. Espero que no esté atascado. Pueden ir a mirar los palcos de platea, subir al segundo piso, entrar en la cabina de iluminación y sonido. Y disculpen que no les acompañe, ya no tengo fuerzas. Siento como si me fuese a romper de un momento a otro. Después de que recorran su vista y sus manos por cada rincón de nuestro teatro pueden pasar por el hall donde tienen preparados unos canapés que yo mismo he preparado. (Se va poniendo el calzado.) Y me lo tienen que agradecer, porque otra cosa no, pero trabajador soy un rato largo, porque... les voy a hacer una pregunta, así, en confianza: ¿qué persona se viene a trabajar después de estar toda la noche indispuesto? Aún tengo un mal cuerpo... Pero ustedes no se preocupen por mí, esto se me pasa, ha debido de ser un virus, de esos que andan por el aire. (Comienza a toser.) No es nada importante. Con unas vacaciones quedo como nuevo. 55 Mayo 2004 En clave de monólogo La Ratonera / 11 56 (Se rasca y le cae una oreja. La recoge.) No soy perfecto, qué le vamos a hacer... Les digo que no se preocupen por mí, aún tengo otra oreja para oír. Señores, ustedes tienen que entender que me caiga a pedazos, ustedes que disfrutan de esas vacaciones que yo ni huelo... ¿Y usted qué olfatea? Sus pies huelen peor y nadie le apunta. Apuntar con el dedo es de muy mala educación, porque nunca se sabe en qué lugar lo ha metido usted antes. Yo también me meto el dedo en la nariz, pero hombre, lo hago discretamente, cuando nadie me ve (se lo está metiendo). Es mi dedo y mi nariz y no se lo voy enseñando a nadie. (Escucha un pitido.) Un momento. Está sonando el intercom. (Va a por él. Sale con él puesto.) Sirve para comunicarse la cabina de sonido con el maquinista que está entre cajas, o sea donde ustedes no lo ven, por ahí. (Al aparato.) Dime. ................ ¿Qué te crees que hago? Lo mismo de siempre. Explicarles todo esto a un grupo de turistas majísimos. ................ Oiga señorita, donde quiera que esté, porque no la veo. Yo estoy haciendo mi trabajo. ................. (Al público.) Algunos teatros tienen fantasmas, éste tiene a la mujer invisible. ¡Chúpate esa! ................ ¿Que no es invisible? Pues yo no la veo. Pero tu voz me suena... Sí, la he oído antes. Sí, en la máquina del tabaco: “Su tabaco, gracias” ................ ¿Que es la regidora? Mira al publico, mira a cajas, vuelve a mirar al público. En clave de monólogo Bueno, pues esto es donde se representa teatro y hoy es uno de esos cuatro días que hay función. Muy buenas. (Sale corriendo.) VOZ EN OFF: Señores, señoras, la función va a comenzar. Oscuro. PILAR MURILLO Vinculada como actriz al teatro desde 1983, y luego como directora y autora, funda en 1997 el grupo de teatro Momo, con el que representa sus obras Trauma y Gracias, Claudia, ambas premiadas en el certamen Art-Nalón. Dentro de su producción dramática, destacan sus obras Faustina, madre de Alejandro Casona, estrenada bajo la dirección de Nuria Gallardo, La mansión, Los juguetes olvidados, El sexo en el teatro (monólogo publicado en la revista valenciana Art Teatral). NOCTURNO José Rico No, escucha, escucha. Déjame hablar, por favor, escúchame... No me interrumpas, necesito que me escuches un minuto, sólo te pido un minuto, un minuto sin interrumpirme, no creo que sea mucho un sólo minuto... Déjame explicarme, Manu, por favor. Tienes que entender cómo me siento. No te puedes hacer una idea de cómo estoy pero es preciso que hagas un esfuerzo, trata de comprenderlo. Por favor, Manu, por favor inténtalo... No, no he tomado nada. Eres tú que no quieres entender. No te puedes imaginar cómo estoy. Estoy que me subo por las paredes. Tengo las gafas puestas ¿te das cuenta? Sí las gafas. Y tú sabes cómo me siento cuando me pongo las gafas... No aguantaba las lentillas. Tenía los ojos irritados, terriblemente irritados. Ya me he puesto colirio tres veces y he tenido que ponerme las gafas. De sobra sabes que no soporto verme con gafas. Hace un momento he tenido que ir al baño, me he visto en el espejo y no lo puedo soportar, me veo horrible con gafas. Claro, a ti no te parece tanto porque nunca has tenido que ponerte gafas. Y tú no quieres hacer una sola cosa que te pido. Sólo tienes que llamar a Juan. Llamarle, acercarte a su casa y que te firme esa jodida receta, sólo una jodida receta Manu, pero tú no puedes entender cómo me siento... Claro que sé qué hora es. He mirado el reloj cada 2 minutos. Es la una menos cuarto. Juan no se habrá acostado, está preparando el MIR seguro que se queda a estudiar. Tal vez está allí Mónica. Cuando va Mónica no se acuestan por lo menos hasta las dos. Sólo tienes que llamarlo y pasar a que te firme la jodida receta... ¿Qué? ¿Me estás toreando? Sabes que yo no puedo. Si yo pudiera llamar no estaría ahora hablando contigo y podrías estar viendo tu estúpida película... No, no me pongo, es que me estás toreando. Disfrutas haciéndome sufrir y sabes que no lo soporto... Joder, cómo tengo que decirte que sin receta no la despachan y además no tengo dinero... Ya lo he llamado pero los camellos no fían y me pidió 5.000 pelas. Sabes que es la única oportunidad para quitarme la Farma de en medio. Que si hago un buen examen Rodira me aprueba, pero tú lo quieres joder todo porque no te apetece llamar a Juan... No, escúchame, por favor. No cuelgues. No puedes colgarme, tienes que hacerme ese favor. Soy tu amorcito ¿no? Tú me quieres ¿no? Pues si de verdad me quieres, tienes que hacerme ese favor. No te imaginas cómo estoy sufriendo. No, no por favor, no cuelgues. ¡Será cabrón! Tiene que haber algo en alguna parte por aquí. Necesito tomar algo. Si no tomo algo voy a volverme loca. (Busca.) Esto tiene codeína, espera, déjame mirar el prospecto. Sí tiene codeína. (La toma.) Con la codeína no arreglo nada pero por lo menos podré pensar unos minutos. Será hijoputa, qué le costaba ir a ver a Juan. Ya le daré yo amorcito. Ya vendrás. Te vas a acordar. (Cogiendo el teléfono y dirigiéndose a él.) Vas a saber quién es Luisa. Tengo que centrarme. Voy a sentarme y centrar. (Toma café, intenta servirse más pero se ha acabado.) Ahora se acabó el maldito café. Es que no va a salir nada bien hoy. Tenía que irse Elena de vacaciones esta semana precisamente. Elena, claro, el botiquín de Elena. (Sale y trae el botiquín.) A ver qué tiene por aquí. Aspirinas, Nolotil y esto... hostia tiene hemorroides, mira que callado se lo tenía, para que te fíes. Antibabys, Ferrogradumet ¿toma hierro?; caducado de 57 Mayo 2004 En clave de monólogo En clave de monólogo podría rellenarla yo misma pero te prometí que no lo haría y yo cumplo mi palabra. Pero ahora necesito que me hagas ese favor... Es la última vez que recurro a ti... Sí, vale, vale, imité tu firma, es imperdonable, no tenía que haber usado tu número... Sí, ya sé que podrían haberte echado. Pero se arregló ¿no?... Por favor, Juan, estoy muy mal. Hazme ese favor y nunca más te llamaré... Mi abuela es pensionista sólo tienes que rellenar una receta con su nombre... Sí, de pensionista. No tengo dinero. Ni un puto duro. No, Juan, por favor, por favor, ¿Juan?... No, espera, espera. Que te jodan. Ojalá te quedes impotente. (Se pone a estudiar, lee un poco, llora.) “Es un fármaco con potentes efectos antiinflamatorios, analgésicos y contra la fiebre. Pertenece a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la formación de unas sustancias llamadas prostaglandinas. En tratamientos breves de las siguientes afecciones agudas: procesos inflamatorios postraumáticos, reumatismo extraarticular, infecciones dolorosas e inflamatorias de garganta, nariz, oído (por ej.: faringoamigdalitis). Procesos dolorosos o inflamatorios en ginecología, anexitis, dismenorrea primaria. Estados dolorosos post-operatorios...”. Tal vez Elena tenga algo de dinero por casa. Pero dónde lo puede tener. Dónde guardaría una urraca el dinero. No puedo perder tiempo. Será mejor que la llame. Y cómo la localizo yo ahora, esta tía siempre deja el móvil en casa. El novio, claro, joder. Sebas, (Mira en la agenda.) 65436745. ¿Sebas? ¿Eres Sebas? ¿El novio de Elena?... ¿Se puede poner? Soy su compañera de piso, Luisa... Sí, sí. Hola, sí... No, no pasa nada, es que necesito que me hagas un favor, necesito algo de pasta ¿Tienes algo aquí por casa?... Venga, joder, tú siempre tienes reserva... Sí pero estoy muy nerviosa, necesito bajar a comprar algo y no tengo pela... No joder, pillaré una centra... No, no sé, por qué me dices eso. Bueno es igual, ya me arreglaré. No te preocupes... Sí, sí, la agenda... Espera. Espera, sí, en la jota. Javier, sí. Hay tres javieres: Javier ojazos, Javier no se qué y Javier Mierda... Sí, sí, me acordaré. (Llama.) ¿Javier?... ¿Eres Javier? No oigo nada, hay mucho ruido... ¿Eres Javier? Sí, mira soy una... ¿No podrías irte a un sitio con menos ruido?... Es que no te oigo nada. (Casi gritando.) ¡Que si no podrías irte a un sitio con menos ruido!... Sí, ahora te oigo un poco mejor... Soy una amiga de Elena... Sí Elena, una morenita, de pelo corto, que vive en el Cristo... Sí, sí, esa. Pues yo soy Luisa su compañera de piso... Sí, la misma. ¿Ah sí? Es imposible yo a ti no te he visto en mi vida... Porque lo sabría... Hace más de un año que no voy por casa de Jorge... ¿Me viste hace un año y te acuerdas de mi?... ¿Sí?... ¿de verdad te parezco tan guapa?... Gracias. Verás, es que estoy en un aprieto y me dijo Elena que podrías ayudarme... Mira, es que tengo un examen muy importante mañana y necesito estudiar toda la noche. Y necesito que me pases algo. ¡Sí, sí está bien quiero comprar caramelos!... No, no espera, es que hay un pequeño problema. El caso es que no tengo pela en este momento... No, no, no se trata de que me fíes... No es diferente. Mañana o todo lo más pasado tendría tu dinero y si no te lo pagaría Elena, es mi compañera de piso y tú confías en ella ¿no? Elena y yo somos inseparables. Las mejores amigas que te puedas imaginar. Somos como hermanas, eso es hermanas... Ya pero... Sí, sí, lo entiendo pero ahora no puedo ya te he dicho que mañana o pasado... ¿Sí?... ¿Una forma?... Sí, muy guapa, sí, ya me lo has dicho antes y eso que tiene que ver... ¡Eres un cerdo! ¡Adiós! (Cuelga.) ¡Baboso! ¡Que te la chupe tu madre! ¡O mejor tu abuela que no tendrá dientes! ¿Javier?... Soy yo. Sí, mira, lo he pensado mejor y verás acepto... Pero tiene que ser rápido tengo mucho que estudiar... Sí, sí aquí. Te espero... Pero no hagas ruido que no se entere la portera... No, no, nieve, no quiero ir a la nieve. Algo más fuerte. Un paseo a caballo. Sí, sí una buena galopada... Sí, sí. No tardes estoy muy apurada. (Cuelga. Se sube la camiseta y sale mientras comienza a quitársela.) Oscuro. JOSÉ RICO Director de Bacanal Teatro lleva en el mundo del teatro más de 20 años y ha tocado todos los aspectos relacionados con esta actividad, desde director teatral, escritor de relatos, ensayo y piezas teatrales, así como adaptaciones de otras obras. Ha escrito diversos textos teatrales (Tarde de domingo, Flashes en la noche, Dislates, Más allá del vals, Una nota de color, Cenizas, Despertar), y ha realizado adaptaciones para la escena de textos no teatrales (La Metamorfosis de Kafka, Crimen y Castigo de Dostoievsky, La Sombra del Traductor de Adolfo C. Díaz, Carta al padre” de Kafka, Su único hijo de Clarín). 59 Mayo 2004 La Ratonera / 11 58 cuando tuvo anemia. Joder, es una urraca, no tira nada. Nada, alcohol, algodón, betadine, agua oxigenada. Bueno, me meteré los Nolotiles. Dos, joder, con dos no hago nada. Dentro de 10 minutos voy a estar peor. No voy a tener tiempo ni de meterme los putos principios activos de la mierda del diclofenaco. Hay que joderse y mira que me lo ponen fácil, a las cinco de la tarde. Tengo tiempo por la mañana para repasar pero necesito machacar toda la noche. Si no puedo concentrarme se va todo a tomar por culo. (Llama.) Cógelo, por favor, cógelo. Manu, Manu, soy yo. No Manu, por favor no me cuelgues, por favor, necesito que me escuches, necesito que me hagas un favor... No, por favor, no cuelgues, Manu, necesito que me prestes mil duros... No, no Manu, por favor es muy importante tengo que aprobar la Farma. Manu, por favor, sólo esta vez te juro que no te molestaré más. ¿Manu? ¿Manu? Serás hijoputa cabrón. Te vas a enterar, hijoputa cabrón. (Vuelve a llamar.) No, no me hagas esto, descuelga, por favor, descuélgalo necesito que me hagas este favor y nunca te pediré nunca más. (Llama a Juan.) ¿Juan? ¡Ah, Mónica! Eres tú... sí verás soy... Luisa ¿Puede ponerse Juan?... Sí, por favor... No, Mónica, por favor, escucha, tengo que hablar con él. Es muy importante. Gracias, Mónica (Gesto de desagrado.) Juan, mira, ya sé que no quieres hablar conmigo. Es muy importante. Esta vez es diferente... sí diferente. No, Juan, te lo juro. Es que estoy desesperada... No, no es por eso, es que tengo un examen, un examen muy importante, mañana, de Farma. Y este año lo da Rodira y ya sabes cómo es Rodira, es mi oportunidad para aprobar. Pero tengo que estudiar y no puedo concentrarme. Necesito la receta... Sí, sí, Juan, no sabes cómo me arrepiento. Nunca lo volveré a hacer, todavía tengo tu número, En clave de monólogo AUTOPSIA Un Psicodrama de Serie Negra Adolfo Camilo Díaz La Ratonera / 11 60 Cuartu d’Hospital. UCI, UVI. Escueye’l formatu. L’amalicáu qu’ocupa la cama ta en coma, con eso ya te lo digo too. Qué se yo, ta como Alfredo Urdaci, non, perdón, meca. ¿Qué ye, qu’Autopsia nun naz con afanes d’eternidá? ¡Pa que mentar a esi puntu del que nin Leti se va recordar dientru seis meses! Home, probe Fredo, con esos traxes que paecen talo cualo p’amortayalu y que nun arrugue. Entós lo que te digo. Coma, meyor, Puntu en coma. Asina, mui ortográfico. D’isquierda (la isquierda del espeutador) a drecha (la Drecha d’Urdaci, claro), hai una ventana (y, al so través, la única lluz qu’entra en cuartu). Si quies poner un neón que nun pareza un puticlub, mira, tiéneslo a la mano. Un Neón Azul (como Urdaci), con un cachu del nome del Hospital. El nome del Hospital ye “HOSPITAL LES BOCAES”. Claro, parez un sarcasmu, una chancia de descerebráu y non. L’Hospital llantose nun práu qu’asina se llamaba, claro boba. Como lo tas lleendo. Ye pura toponimia. Mira qué yes… Pero a lo que tábemos, d’Isquierda a Drecha la ventana, un Almariu, una mesitina con bandexa y ruedes, el goteru, la cama, mesmamente la cama hospitalaria, una pinfla de monitores (p’ayudalu a respirar, pa mové-y’l corazón etc., etc.: ya vos dixi que taba mui malu y ya veis que nun vos mentí.) Un lletreru d’esos de la enfermera mandando callar y, embaxu, una silla y una mesitina con un zume, una paya, un botellu d’agua mineral, una Biblia, una revista d’eses del Corazón, otra silla. La puerta d’entrada, con una llucecina colorada enriba, por si hai que salir pitando, otru lletreru col “prohibío fumar”… Y una puerta con otra llucecina colorada: suponse que la del escusao. Ábrise’l telón, que tamos nun Teatru ricu, non nuna Casa Cultura d’eses que tienen l’escenariu a la escala del bomberu En clave de monólogo toreru. Esto ye un teatru ricu como los de Catalunya, y non como los d’Asturies, y entós hai Telón... Somos la hostia n’Asturies: delincuentes culturales, eso somos: damos telones ensin fondos, nun hai país n’Europa que s’atreva a tanto. Cuando s’abri’l famosu telón aparez tolo dicho pero asina, a escures, namás que los flases del neón y les lluces d’emerxencia y los ruíos que fain los monitores, les llucines moviéndose. Too mui hospitalario… pero tan poco hospitalario, tú ya m’entiendes, como les llistes de (des)espera y les neglixencies carnalmente atapaes pol gremialismu consustancial a los que dominen l’Arte d’Hipócrates, los secretos del Mir, la esencia de los llimones selvaxes del Caribe. Asina pasen venti o trenta o cuarenta segundos: xenérase tensión escénico, tanto que, si te tomen la tensión (¿eh? ¿Viste? Una redundacia dramática), ha salite la entrada pela boca. ¿Pero pa esto vine yo a esti teatru tan ricu? ¿Pa ver esi cuartu que parez que nél trabaya l’equipu médicu habitual del putu Dictador que nin en paz descanse? ¿Y agora qué? ¿Voi ver un monólogu de la Momia? ¿Qué ye, Teatru Modernu d’esi que parez que ta fechu por xente rencoroso? ¿Pero qué ye esto mialma? ¿Pero esto nun tien subvención del Principáu? Darréu, la puerta d’entrada al cuartu ábrise y con ello acaben los murmullos, el ruxideru, los llinguateros y llinguateres de les butaques reservaes pa los políticos. La obra empieza y va ser la hostia. Entra n’escena CIPRIANO. El nome ye lo de menos, nun t’osesiones. Tú, al fin y al cabu, nun te llames asina. CIPRIANO tien d’ente trenta y cuarenta años y va vestíu de Médicu pero nun ye un médicu porque la bata y la sangre y el plasma nun fain a un médicu… CIPRIANO nun ye un médicu porque nun pudo: nun sacó bona nota media na seleutividá. Vamos, la verdá ye que nin se presentó. El día del esamen taba con Pacita. Pacita yera mui popular nel Institutu porque tenía cuatro clítoris, pero eso ye otra historia que nun vien al casu. CIPRIANO, definitivamente, nun ye médicu, pero va vestíu de médicu, como Emilio Aragón, y debaxo lleva lo que tien de llevar, chacho, claro, porque CIPRIANO ye un ACTOR/ARTISTA POLIFACÉTICU. Sábese porque, debaxo la bata, atiendi pa cuando la quite, tien un foulard coloráu, el pelo llargo (de magar-y falta: tien calveres), un macutu enllenu de consideraciones sobre’l Teatru de Tadeusz Kantor, Stalivnavsky y Alfonso Paso, unos pantalones de rayes verticales de colorinos, un xerséi de llana morao, too mui ajipiao… pero caro, de diseñu, de marca, sí, de marca y barbuca de dellos díes. Amás lleva un títere de manu na manu (¿tú viste que concidencia?) y delles insiñes, como si fuere la pechera d’un xeneralón, coles clásiques mázcares y otros motivos artísticos d’asemeyáu impautu emocional. Qué guapo too. Ah, qué bien, oh, Teatru dientru del teatru, oh, qu’orixinal. Non. Nun marches del Teatru Ricu, nun marches. Nun vas tener que lleer ente llinies, nun vas tener qu’andar al quite de los chistes privaos, qué va. Nun va ver maldaes a la contra de nadie, non, que depués parez mal, non. CIPRIANO ye ACTOR Y ARTISTA POLIVALENTE. Porque nun pudo ser otra cosa, nun sé si m’entiendes. Cuando Pacita acabó con él, presentárase pa bedel pero nun lu quixeren porque yera palmesu y nun sacare’l psicotéunicu. Asina son les coses. Ello ye que’l fechu de que sea ACTOR Y ARTISTA POLIVALENTE. Más nada ye una casualidá, el destín, lo que queda cuando nun hai nada. CIPRIANO entra en cuartu, devuelve la cabeza pal pasillu, cierra la puerta con muncho cuidao. CIPRIANO: Too bien, too bien, sí… Hala, a reposar, mui bien… A reposar. Vengo facete un favor, claro que te vengo facer un favor, cabrón, claro que sí. (Pembaxu la bata saca’l macutu, que posa en suelu. Posa’l muñecu na mesitina. Mira pa la cama, mira pal cuartu, mira pa la cama, mira pa la puerta l’escusao, mira pa la cama. Falando suave: fai porque la voz nun se-y escape.) Llamó esa, la to enfermeruca… Lloba, una puta lloba, si lo sabré yo. (Calla, arrímase a los monitores, mira pa les llucines.) Paeces al Pedro Duque esi… Madiós. (Arrímase pa prender la lluz, a la isquierda de la puerta d’entrada l’enchufe. Prende pero apaga de seguío.) Non, si te da igual ¿pa qué quies lluz? Si tas más p’allá que p’aquí, paisano, ye asina, mira… ¿Acuérdeste de lo que me dixiste cuando m’echaste de casa? ¿Quies que te lo diga? Voi dicítelo: hala, a rascala. ¿Pos sabes lo que te digo yo a ti agora? (Fai el ripiu, con intención.) ¿Qué tal enfermu terminal nel Hospital? Ná, nun te llevantes, nun te llevantes, que nun soi la enfermera. ¿Cómo ye? Chona, llámase Chona, dios. Rima con gochona, claro, con gochona, lo que te va, desque morrió mama ye lo que te va, claro que sí. (Entra-y la tos. Tapa la boca. La tos sal: repetitiva como un compangu con muncha grasa. Gárrase’l brazu drechu en xestu autodefensivu. Busca en macutu, saca una pastilla, pue ser cafinitrina. ¿Quién lo sabe?) Mira lo que saqué de ti, el corazón pa práu, eso saqué… Toi jodíu, home, toi mui jodíu… Nun me pueo animar falando de Chona nin de nadie… Teo tar tranquilu… Buf. (Empieza quitar la bata. Queda n’uniforme d’actor. Desenrosca el foulard.) Qué calorón fai equí… Mira cómo me tuve que vestir pa que nun m’echaren l’altu, mira… (Empieza quitase pelucos de la cabeza. Tíralos enriba los monitores y enriba la cama. Saca con cuidao unos guantes del macutu, tíralos al pie los monitores, meca cómo lu vean los de COGERSA.) Y atufes a mexuzo, 61 Mayo 2004 En clave de monólogo La Ratonera / 11 62 sí. (Quita’l foulard, pósalu nel espaldar de la silla.) ¿Viste? Merquelu faciendo teatru, performances, xugando a les cartes, viviendo de les muyeres, como Dinio, lo mesmo. (Rise.) ¿Sabes qué hora ye? ¡Les seis y media la mañana! Y mira ónde toi, enverde tar celebrando la estrena que fice nel Teatru La Parrocha, cinco minutos aplaudiendo ¿oyiste? cinco minutos, plas plas plas. (Garra la silla, ponla a la veriquina la cama, siéntase al revés: apoya los codos nel espaldar.) ¿Sabes? Voi esperar al cambiu de turnu, ye cuando más despistaos anden. Yo creo que lo apagué too pero nunca nun se sabe… (Silenciu reflexivu.) ¿Entós qué? (Paña’l picu’l fulard, empieza abanicase.) Echástime de casa y ficísteme un favor: cincu minutos nel Teatru La Parrocha. Como Pavarotti, lo mesmo. Y sedrá por perres, mialma… Tengo pa vivir d’hotel de cuatro estrelles… qué se yo, trenta años… (Como pa él.) y un día. (Calla. Mira pa unu de los monitores. Estira un déu decidíu. Calca un botonín. Apágase una lluz azul y préndese una encarnada y empieza sentise como una sirena… CIPRIANO ponse nerviosu. Calca dos o tres botones. La sirena apaga. Llevántase. Siéntese pasos en pasillu. Pon la silla onde taba. Garra tola cacía que traxo con él. Fai por poner la bata otra ves, nun-y da tiempo. Ponse como una percha, cola bata colgando ente l’almariu y la paré. Ábrise la puerta’l cuartu. Queda un momento abierta. Vuelve cerrase. Esto nun ye lo que parez. Nun ye una comedia, nun t’enquivoques. Esto ye Serie Negra, como’l Prestige. Ya lo verás. CIPRIANO aparez.) Casi… Nun lo entiendo… Si nel control taba too desconectao… (Va pa los monitores, agáchase.) Claro… Esti tien un alimentador autónomu, por eso suena… Vamos ver… (Rabila néllo.) Agora… (Llevántase, vuelve calcar el botón, espera, nun suena ná.) Ta bien… ¿Veslo? Pa que depués dixeres que namás que yera un drogadictu y un disgraciáu… ¿Veslo? La Comunidá de Ma- En clave de monólogo drid pagome un Cursu d’Oficios Escénicos y mira, fízome un “manitas”, amañosucu, que lo mesmo te cambia un cuadru de lluces que te roba un volvo… (Vuelve pa la ventana, baldáu, sorrochando.) Buf, lo malo ye que nun me pueo esforzar… (Asómase pela ventana.) Dixo Chona que tabes pa salir del coma, eso dixo, pero que a lo meyor que non, pola mio culpa, dixo. Gustaráte, nun m’estraña, que tien tetes d’eses que se midin en díes de güés, pero ye más basta qu’una mousse de fariñón, home por dios. (Asonsañando a Chona.) “Porque to padre va sobrevivir al to pesar, va sobrevivir”. (Engrífase tou: da miéu.) “Y va facete pagar por tol mal que ficiste”. Eso me dixo, sí, cuspiendo, asina, psh, psh. (Fai como que cuspe al falar.) Falando ye como un aspersor d’esos pa los xardinos… Que vas sobrevivir… (Vuelve despacino pa la silla.) Sedrá al revés… (Garra’l zume qu’hai na mesitina.) Toi resacosu. (Acaba’l zume. Garra’l botellu d’agua.) Cinco minutos, plas plas plas. El triple de lo qu’entardes tú en cha-y un polvo a Chona, home va… (Posa’l botellu d’agua.) Ná, esto nun val nin pa llimpiar la cacía… Nun tendría que lo facer, porque con eses pastilles pal corazón nun pueo… pero tengo que lo facer. (Saca una caxetina tabaco. Saca un pitu. Mira pal cartel que prohibe fumar. Fai como un brinde.) Nun lo llevo, paisano, nun lo llevo. (Saca un pitu, saca un zippo, prende’l pitu, meti’l fumo bien p’adientru. Échalo. Fai un furacu de fumo. Fai’l xestu de disparar al furacu, circunstancial diana.) Yereis feos, golíeis mal, yereis bastos como un samartín, cerraos como’l culu una pita… Nun lo llevaba, non y non. Yo naciere p’artista, pa “performer” y con vosotros quedaba pa sallar les patates y non, coño, non y non. (Pal padre.) ¿Pero tú ves pa que te valieron tantos praos, tantes finques? (Echa-y una fumarada.) ¿Y too pa qué? ¿Chona sabe lo que hai? ¡Qué lo va saber! Enan- tes de quedar tontu presumiríes: “sí Chona, teo más praos que pelos”. Dí la verdá, dí que tas embargáu hasta los calzones… Dí-y que si Europa, la cuota, les multes y les vaques lloques y la peste los gochos, que quedaste asina. (Fai’l xestu de pasase el déu indíz y el corazón per delantre los güeyos.) Dí-ylo, ye una pija, morbosona pero pija, a ver si t’entiende. (Paña’l macutu, rebusca, saca una petaca. Ábrela, güel.) Caliente como mexos pero meyor que l’agua ye. Coles pastilles nun tendría que lo tomar, pero ¿qué? (Fai otru brinde.) Si sales del coma, que diz ella que sí, llévala pa la casería, a ver qué-y parez l’arrecendor a cucho. Llévala. Fairá como yo, al segundu día que-y pidas que cate la vaca, pondrate una moñiga de boina y dirate: catala tú, cabrón y depués que te cate ella a tí. Eso te va decir, como te dixe yo… Papa, por dios, yo yera artista, necesita esparcir, pensar sobre les coses y contigo, nun podía. Mira, voi decite una cosa y que nun te pareza mal ¡hasta’l cuartu esti güel a silu! Y mira que soi ecoloxista, ¿eh? Mira. (Rebusca un pin. Quítalu de la pechera. Ye una flor de maría.) ¿Veslo? Esto sí, la yerba y non la pación, la yerba… ¿Pero tú acuérdeste d’aquelles mañanes a les cinco la mañana, lloviendo, metíu naquella cuadra? Ye indigno y, tómalo como quieras, pero ye humillante… Agora vas decir… “Pos gracies a la mio humillación metite nes meyores escueles, estudiaste Belles Artes y too eso” Una mierda, lo que yo te diga, una mierda. ¿Pa qué me tuviste entós? ¿Queríes un fíu o un pinche? Non, nun ye asina. Tolos pás fain lo que puen polos fíos, entós nun te deas tanta cosa. Ficisteis lo que teníes que facer y poco más. Atuñaos, siempre aforrando. ¡Nin un coche me comprasteis! ¿Y queríes que nun me metiere a xugar al bingo y a les cartes? ¡Tolo que pudiere! A ver si non d’onde sacaba yo l’untu! Home por dios, pero si vo- sotros tabeis podres de perres. Y total ¿pa qué? ¿Pa vete agora ehí, en coma, como un tucu? ¿Pa que te lo coma la Chona esa? Non. Pero mira, voi decítelo, acerté marchando, sí. Nun tenía porqué vos aguantar más, nin a ti nin a la histerica de mama, hala. El to fíu trunfando, cinco minutos. Je… Dexé hasta una espectadora cola boca abierta… Inda debe tar ellí. Cola boca abierta, asina. (Atiendi pa esta famosa escena: Cipriano abri la boca, esaxerao.) Pos eso ye gracies a que marché, mira, si non agora tendría aparcaes les madreñes a la puerta’l cuartu y golería que saltaríen hasta los apagafueos. (Otru lingotazu.) Pos sí, presentose ellí Chona, coles tetes tropezando nes parés. “Onde tas, asesín de mierda”. Asesín me llamó… ¿Pero tú que-y contaste de mama? Aquello fue un accidente. ¿Qué coño-y contaste? (Silenciu. Lingotazu. Acaba’l pitu. Rebusca nel macutu. Saca yerba. Saca otru pitu. Desemboquilla. Quita’l papel. Endolca la yerba, fai un peta de llibru. En silenciu. Namás que se siente el respiraor. Una sirena, lloñe. Ruios d’hospital onde nunca nun van los ministros del ramu. Prende’l canutu. Chupa que parez que se-y va meter la boca p’adientru. Echa una fumará.) Tú pienses que marché de casa polo de mama (Matiza.) qu’escapé. Eso ye confianza, dí tú que sí. Vamos, que si los padres de Newton fueren como vosotros garraben la mazana y poníenlu a mayar… Besties, de carga, tú y ella y ella y tú. Pos yo soi como’l Newton de la performance y del arte conceutual, pa que lo entiendas. Sí, marché pa Madrid y invertí les perres, que dixiste a Chona que vos les robare, qu’esa elementa cáscalo too y, coles mesmes, va cascate a ti. Hala, asesín y lladrón, claro, mira tú. Pos non, desconfiáu, atuñáu, arranciáu, non, nun les robé, lleveles emprestaes. Xugué con elles y gané más perres, sí , más perres, pa invertiles nun espeutáculu audiovisual 63 Mayo 2004 En clave de monólogo La Ratonera / 11 64 alternativu pa xente normal, xente que sabe quién ye Miquel Barceló y Paco Cao. Sí. Tuvi les meyores crítiques, sí: Guía del Ocio, una estrella y picu, casi dos… Un fanzín de Carabanchel, “Vanguardia Extrema” dixo que yo yera’l futuru, sí. Nun lo invento, non. (Rebusca nel macutu col peta nos llabios. Saca una fueya toa engurriada, plánchala.) Mira (Llee.) “CIPRIANO MELÁS ES EL FUTURO”, su manera de entender el Teatro es a la escena, lo que el Big Bang fue a la historia de la humanidad: un principio” ¿Viste? Vas decir, “ye mentira”. Y yo voi decite, pos sí mira, ye mentira, pero pa ser mentira ye una crítica bien bona. (Lingotazo.) Y tú sallando y esfoyando y estrando. Rediós. Y yo, trunfando, en Madrid, na Capital. Y too eso al pesar del nome. Cipriano… ¡Pero a quién coño se-y ocurre llamar Cipriano a nadie! ¡Si ye que sois ordinarios que da dentera, coño! Cipriano… La xente preguntábame si yera un nomatu, un pseudónimo como dicen en Madrid. Yo decía que yera una españolización del nome Chiprano, ciudadanu de Chipre. ¿Tú viste? Una ocurrencia, miles d’ocurrencies pa sobrevivir, porque con esi nome l’únicu que s’interesaba por mín yera José Luís Moreno, sí… Fice de too: xugué al tute, xugué al póker, al mus… Vendí ácedos, Lacasitos, “speed”… Too con tal de salir p’alantre… Y mientres tanto… ¿Tú qué? Rumiando la pena, fracasáu, que tienes cara de fracasáu, vaya que sí. Fracasáu. Fuiste capaz de denunciame, home. Gracies que cambiare pa Chiprano, hasta nel carné y que teo amigos que te fain un pasaporte col ticket del aparcamientu… Y gracies que lo fice que, si non, métenme en chirona poles tos paranoies… ¿Cómo nun te voi tener…? ¿Repunancia? Sí, aborrancia, ascu, cascancia… D’aquella, tando yo en Madrid, llegó lo de les vaques lloques… Jódete, tenís cuatro na casería, allo- En clave de monólogo riaes, como tú, y jodiéronte’l negociu, hala, túvote bien guapo. Cuenta-ylo a Chona, cuénta-ylo… Nun tienes un perru, esa ye la verdá, embargáu. Namás que tienes esi Seguru de Vida que sacaste cuantayá… Y que se t’olvidó correxir, tontu… (Silenciu tensu, intensu.) ¿Y a que nun sabes quién va cobrar si tú muerres? El to únicu heriede: yo, Cipriano, Ciprianín l’asturianu, l’aldeanu, el “paleto”, Chiprano, el Fíu de Chipre, hala, a rascala. (Sopla del peta que parez la ENSIDESA de cuando había ENSIDESA.) Sé que tovía nun te dio tiempu facer el testamentu, too esto pillote de golpe, claro, l’acidente cardiovascular, el paralís, el coma… Nun te dio tiempo a ná, pero la bruxa Chona sí tuvo tiempu… Y esa bruxa nun va quedar colo tuyo, mecago na puta que nun va quedar. ¿Sabes? Esa viva quier despertate, casase contigo y heredar. Y nun lo va conseguir, non. (Lingotazu.) Vine a facete un favor, a cambiate la vida. Cuando lo de les vaques lloques yo fici delles vídioinstalaciones pero limitaes porque nun tenía vídiu… Más nada que tenía una camaruca d’eses de fotos desechables, sí. Y la cosa nun tiraba. Madrid muerre pol espectáculu. Mira tú, cuatro millones de garrulos como tú, que salieron ayeri de la Mancha, de Galicia, d’Andalucía… Y entós eso, quieren espeutáculu, munchu musical, munchu “performance” con efectos especiales que-yos faiga olvidar el golor a oveya. Les videoinstalaciones non funcionaron, tengo que te lo reconocer porque vine pa decite la verdá. Entós, tuvi de camareru, sí, incluso pasé dos o tres selmanes ensin xugar. Fici dalgún bolu de teatru, compañíes d’aficionaos, enseñar el culu y poco más recitando textos de Baudrillard y d’Ana Palacio. Nun me fue bien, non, pola to culpa y pola culpa de mama, tea onde tea. Malos años. Pero mira lo que son les coses. D’aquella había como una epidemia per Madrid. Entrabes en cualquier pub, en cualquier teatru y, si nun yera un musical yeren los del Club de la Comedia. Mira tú. La cosa más fata que te pueas imaxinar… Porque un musical pase, pero lo del Club. Fáite a la idea: una silla, un fulanu vestíu de cai y a dar a la parpayuela diciendo ensinsustanciaes que nun firmaría’l más sosu l’aldea, too ello vestío d’humor intelixente, como pa decir que yo nun soi Lina Morgan que ye lo que los Garrulos de Madrid nel fondu más prefieren, y entós soi como, nun sé, Woody Allen pero col cerebru de Georges Bush… Nun sé, dame cosa falar d’esto contigo porque siempre fuiste como una duerna, pero mira, a estes hores ye lo qu’hai. Ello ye que, depués de les tos vaques lloques y de les mios vaques flaques llegaron les beques gordes del Ministeriu de Cultura, les boques gordes de les putones fines de la Gran Vía y los Bucos grandes a la vena, Clenbuterol 600, Arnomasin, Dopamina al 40%... como tien que ser, que lo que ganaba fundíalo porque pa eso se ficieron les perres, pa eso, non p’aforrales, non pa meteles en caxón, que les perres nun les vas llevar contigo, que van quedar equí. (Otru lingotazu.) Sí… ¿Sabes que tuvi que dexar de facer la comedia? Detectáronme una cosa rara nel corazón, herencia tuya… nun pueo pasame, poco sal, poco zúcare… Nun pueo poneme nerviosu, nun pueo tener estrés, sustos, angusties. Pero de la yerba y del güisqui nun dixeron ná. Non. Por eso toi equí, tan tarde. Dixeron que m’echaren porque robé a la compañía. Falso. Garré lo que yera mío, lo que nun me pagaben y pa enriba lo del corazón. Non. Por eso toi equí… Toi equí porque quiero tar tranquilu. (Llevántase. Va hasta la puerta. Ábrela suavino. Compreba que nun hai ná raro pel pasillu. Cierra.) Yo tamién saqué un bon seguru de vida… ¿Sabes? Contaba (Ponse confidente.) esapaecer y… Tuvi enrolláu con ella, con esi putón que conoces bien… Con Chona, claro, ella nun te lo diría… ¿Pa qué? Conocila nesti hospital, hai cuatro meses. Sí. Yo volviere p’Asturies, sí. Xugare lo que sacare de la compañía al póker y ganare cuatro duros, lo xusto pa volver… Nun sé, nel fondu toi na idea de que quería falar contigo, volver a la casería… Los médicos punxerenlo mal y yo creía, mira tú si taba jodíu, que tú podríes perdoname, nun sé, lo del fíu pródigu, eses coses… Llevaba dos o tres díes equí, dando vueltes a ver cómo sacar perres, necesito facer coses, ya lo sabes, soi un criador, hostia. Pero nun daba con ello, dába-y vueltes al tema, podría atracar un estancu, una tienda venti duros, pero qué… Col nerviosismu podría paráseme’l corazón, y, pensando eso, púnxime nerviosu y el corazón paró. Paró de verdá. Y desperté nesti hospital y lo primero que ví foron les tetes de Chona, sí. Dios. Encoñeme namás vela. Trempé, punxe la tienda campaña. Buf. Darréu intimamos, dixi la verdá: yo yera artista, performer, creativu, d’ésitu, como Warhol, como, nun sé, como Pajares, como Andrés Pajares y Chonchi, sí… Ella alucinó, por eso sé que alucinó coles tochaes que-y contaríes, como tien les tetes grandes debe pensar que too tien que ser grande: muncho arte, munches tierres… Munchu capital. Fue vela y dar cola solución pa salir de probe, pa siempre, sí. Pensé: voi tirame a esta gochona, voi faceme parexa de fechu d’ella, voi sacar un seguru de vida pa mín, voi facer como que muerro pa qu’ella cobre, yo esborro’l pasáu y saco unes perres pa retirame. ¿Viste? Entós tirémela claro, nel cuartu l’hospital y na so casa, ye muncho mayor que yo, más moza que tú pero mayor que yo y quería tralla, claro 65 Mayo 2004 En clave de monólogo En clave de monólogo nun chigre, en La Parrocha, el Bar de Lino, nun lu conoces, bono, da igual, ellí tuvi faciendo un choyucu: poner el zanquín d’unes escaleres, pa sacar perres, que toi de monu, hosties y entós llegó ella, lloca, pa poneme verde, pa decime que te conociere nel hospital, que falare contigo, que sabía que yeres mio padre, que yo yera un asesín y un lladrón. Non faló ná de les performances nin de les vidioinstalaciones. Más nada qu’eso: humillame, poneme a parir, rebaxame. Sentí que’l corazón se me paraba. Bum. Faltó poco. Aventela, emburriela contra la paré, un poco, quedó ellí pero nun-y pasó ná, prométotelo. Fue en defensa propia. Dexela metía nel bater del chigre. Ye’l chigre d’un amigu. Hoi teníalu cerráu. Amarrela y púnxey cinta d’embalar na boca. Quedó asina, cola boca abierta. (Repite la escena de la boca abierta.) Dientru d’un par d’hores voi sacala yo… Y voi conta-y la bona nueva. ¿Sabes por qué? Voi decítelo. (Arrímase a los monitores.) Voi facete una eutanasia, campeón, una eutanasia, sí. Quiero que muerras dignamente, con dignidá… Voi desenchufate, un poco, más nada, lo xusto pa que dexes de sufrir y yo puea cobrar mañana o en pasao, dame igual lo que tarde, esi seguru de vida tuyu. Con eso me conformo, ya ta. Y voi pal puticlub y méto-y a una puta, pente les piernes, 900 euros y dígo-y que diga que tuvo conmigo tola nueche y vuelvo pal chigre y saco a esa lloca y dígo-y que chitón. ¿Sabes por qué? Porque esta bata blanca ye d’ella, y esos guantes son d’ella y esos pelos que tiré son d’ella, sí. Ye como si ella te llevare a meyor vida. Y ya ta. Y tú quedes tranquilu y yo más… ¿Val? Chona dixo que ye complicao que salgas d’esto. (Empieza a apagar los monitores.) Que a les ochu hai cambiu de turnu y que anden apuraos y qu’entardarán en llegar, si lleguen. Que necesites poco, un emburrionín. Son agora les ocho menos cuartu. Tán en plenu cambiu. Nun te vas enterar. (APÁGALO TOO.) Meca, hasta vamos tener suerte. Nun suena ná raro. Mira, agora que tas dexando de respirar, voi dicítelo: tampoco soi actor. Soi electricista, non, tampoco, Fici un seminariu de máquines ferramientes… Anduvi con una máquina fresadora y eso. Pero préstame la estética de los actores, los pins coles mázcares. Bono, pa qué te voi mentir. Soi conceyal del PP. Non, del PSOE, ye lo mesmo, bono, conceyal. Nun sé, qué más te da. (YA NUN SE SIENTE NÁ.) Mira qué tranquilidá. Eutanasiete. Bono. Hala. Matote Chona. Un accidente. Como’l de mama. (Ríse. Tose.) Dios, cabrón. ¿Ves? Agora toi mediu afogáu, nun me puedo esforzar. Namás que me paguen el to seguru voi dir pa Estaos Xuníos pa que me trasplanten enteru, sedrá por perres… Venga, respira, respira… (Entós, siéntese una cisterna. Ciprianu mira pa la puerta’l báter. Abri los güeyos muncho, prende la lluz del cuartu. Tírase a la cama. Ta vacía. Empieza como a afogase. Empieza abrise la puerta del báter. Él lleva la manu izquierda al pechu. Gárrala cola otra.) ¿Pero qué ye esto? ¿El Padre de Hamlet? (Tose. Arrástrase pa garrar el macutu. Nun llega.) VOZ DEL PADRE: Cabrón… Mira tú peronde Chona y yo vamos vivir col to seguru… Hala, a rascala. ADOLFO CAMILO DÍAZ Novelista, músico, actor, ensayista, traductor, dramaturgo y animador cultural incansable. En su quehacer como autor dramático destacan obras como Psicokiller, Nueche, Los socedios de Nelón, El felpeyu asesinu. Gano el premio Xosefa Xovellanos en dos ocasiones con las novelas Añada pa un güeyu muertu y Diariu de viaxe fexo. Miénteme, dime la verdá, L’home que queria ser estatua, Nunca nun te fíes de la xente que nun enseña los dientes al rise y otros cuentos son otras tantas de sus creaciones narrativas importantes. 67 Nueche. Escuru. Mayo 2004 La Ratonera / 11 66 que sí. Tamién s’encoñó conmigu. Ya sabes cómo ye Chona. A los diez o doce díes conté-y lo del plan… Pero nun lo vio bien. Tolo que tien de tetoxona tienlo de corta. Estrañose, dixo que si yo yera tan famosu que porqué tenía que facer eso… Bono, ya sabes cómo ye, ye una importona, tolo quier saber. Dixi que, bono, que me prestaba xugar y que había deudes… Que tenía que desapaecer, sí. Nun entendía ná. Quería follar con un home más mozu y puntu. Más nada. Yo seguí col plan, pa ver si en viendome facer les coses, s’animaba. Entós saqué un bon seguru de vida. Paguelu colos últimos aforros. Como Chipranu tenía’l corazón jodíu, un mal historial clínicu, pero non como Cipriano. Ello ye que recuperé’l nome que me punxistes. Nun sospecharen nada. Saqué un bon Seguru de Vida: Un millón d’euros… Mira tú, un millón d’Euros pal deudu… nesti casu pa la futura deuda. Nadie nun vio ná raro. Yo apaecía de solteru y pagué bien… ¿Pero daste cuenta del sarcasmu? ¡Qué te vas dar cuenta! ¡Si yo morriere nesi momentu el qu’heredaba dibes ser tú, que yeres el mio únicu familiar… Pero Chona nun taba pa la mano, qué va. Dixi de facenos parexa de fechu y dixo que non, que nun lo vía. Eso fue hai cuatro selmanes. Lo que yo nun sabía ye que a ti diba date’l quite y que te diben ingresar equí, nesti putu hospital y que te diba atender ella. Y que, enantes de qu’entrares en coma, que dibes decí-y tantes coses… Dirás que non, que son coses míes, que lo toi inventando pa xustificar lo que voi facer. Pero nun ye asina. Hai diez díes marché de la so casa y tuve buscándome la vida, como siempre: tuvi con un par de putes pa convenceles del tema, pero ná… Nun lo vieron. (Llevántase. Recorre’l cuartu. Cada vez más nerviosu.) Mira, voi dicítelo: hoi nun tuvi en ningún teatru, non, les coses como son. Hoi tuvi En clave de monólogo En clave de monólogo IGUANA SOBRE EL TEJADO LLAMADO DESEO Jorge Moreno Un punto cualquiera en el Sur de los Estados Unidos. Calor tórrido. Aparece ÉL, un trasunto de Stanley Kowalsky –grasa en la camiseta, pantalones ajustados y sudor a flor de piel–, con el añadido de unas visibles marcas de pintalabios sobre todo su cuerpo. Viene huyendo de alguien. Se detiene. Está fatigado. Respira hondo. La Ratonera / 11 68 ÉL: ¿Hay alguna hija de rico hacendado en la sala? (Sin esperar respuestas.) ¿No? (Lo mismo.) Bien. (Pausa.) Entonces... éste es mi sitio. (Se apoya en alguna parte. Continúa la respiración agitada. Largo silencio.) Qué difícil resulta ser un personaje de Tennessee Williams. (Pausa.) Primero: huir de Ava Gardner, Deborah Kerr y Sue Lyon –sí, sí, la de Lolita–... (Pausa.) Ahora entiendo a Jeremy Irons. (Pausa. Traga saliva.) Después: esos monstruos cuellicortos que me traen por el camino de la amargura. Y, para rematar la jugada, el tranvía de los cojones, que no pasa a la hora y me hace escapar corriendo. ¡Buffffffffff! (Breve silencio.) Nunca debí fiarme de Tennessee. Me lo advirtieron, ¿eh? Me lo advirtieron. (Imitando otra voz.) “No te metas en una obra de ese tío que vas a acabar esquizofrénico. Que te van a inculcar lo del método. Lo que volvió tarumba a Marilyn Monroe”. (Con su tono de voz normal.) Pero, claro... Por el otro lado yo tenía al bueno de Tennessee diciéndome: (Voz suave.) “Tú, ven conmigo. Te meto en La noche de la iguana, en Un tranvía llamado deseo o en La gata sobre el tejado de zinc... ¡y te pondrás las botas! Puedes hacer lo que te dé la gana. Que no te quieres lavar... Pues no te lavas. Mejor. Así gustarás a mis mujeres. Oigh. Te voy a tener en palmitas”. (Voz normal.) Me dijo que iba a beber como un cosaco, a sudar como un cerdo y a follar como un descosido. ¡Qué hombre puede rechazar una invitación así! Acepté. Vaya si acepté. “Vale, Tennessee, tío”. Bueno... En realidad le dije: (Chulesco.) “O. K. Tennessee, my friend”, (Voz normal.) que suena más americano. (Pausa prolongada. Suspiro.) Aaaaaaaay... (Pausa.) Me fui de cabeza a Nueva Orleáns y el jodío Tennessee me da un empleo de mecánico. Ahí está el primer problema. “Tennessee. Tú te equivocas conmigo” –le solté–. “No he venido a Nueva Orleáns –que queda en el culo del mundo, por cierto– a trabajar”. Y va Tennessee y me responde: (La voz dulce de antes.) “Don´t worry. Be happy”. (Menea la cabeza.) Una gran facilidad de palabra. ¡Cómo se nota que es dramaturgo! (Pausa.) Al poco rato estaba ya arreglando mi primer coche. Eso sí, ¿eh?, un cadillac rosa de una madurita que estaba... (Se muerde el labio inferior y cierra los ojos.) Cómo estaba la madurita. Luego me enteré de que era Elizabeth Taylor. De joven. Que ella ya era madura... de joven. Hacía un calor... de ponerse malo. Y va la Liz –tengo confianza– y me espeta: (Voz pretendidamente femenina.) “¿Puede arreglar mi carburador?” (Deambula por el lugar, nervioso.) Joderrrrrrrrrrr... A eso se refería el Tennessee cuando me hablaba del “be happy”. (Resopla. Pausa.) Me pongo con Liz... a... (Pícaro.) arreglarle el carburador... y... ¡zas! ¡Aparece Stella! ¡Yo qué sabía quién era Stella! Sería de otra película. Va la rubia –era rubia y también estaba... (El gesto con el labio inferior y los párpados cerrados.) potentilla, ¿saben? (Retoma.) Eso. Va la rubia y empieza, como una ametralladora: (Habla rápido, imitando a una mujer.) “Stanley, ¿dónde has estado? llevo buscándote horas necesitaba que me llevases al piso porque estoy insa- tisfecha y hoy llega mi hermana y ya sabes que nuestro apartamento es de los de protección social y como hoy llega mi hermana me da apuro hacer el amor a un metro de ella porque además está un poco chiflada y es más rara que una iguana sobre el tejado del zoo de cristal por eso quería aprovechar el tiempo para hacer el amor contigo porque hoy llega mi hermana la loca y no vamos a poder tocarnos durante meses y nos tendremos que quedar con las ganas porque mi hermana llega en el tranvía con tejado de zinc caliente y ¿sabes lo que he hecho? me lo he hecho con otro insatisfecho... con Brick... no, “Tetra Brick”, no... Brick... el de la otra obra... si no sé para qué hablo contigo si nunca me escuchas... ni te has enterado de que hoy llega mi hermana Blanche que está como una regadera de jardín sureño y...” (Pausa. Toma aliento. Con su voz normal.) Tuve que pararle los pies. (Alarido.) ¡STELLAAAAAAAAAAAAAAAA! (Pausa.) Fue peor el remedio que la enfermedad, porque llegó su hermana en ese preciso momento, hablando de farolillos, de deseos que viajaban en un tranvía... y, para más INRI... traía una iguana como mascota. (Pausa.) Convendrán conmigo en que aquella no era la vida que Tennessee me había prometido. Y me quejé. “Tennessee, ¿de qué vas? No me como una rosca. Eso sí: me muero de calor y no paro de beber”. (La pretendida voz de Tennessee.) “Dos de tres. ¿De qué te quejas?” (Su voz.) “No estoy conforme. Me vuelvo a la realidad”. (La de Tennessee.) “ÉSTA es la realidad”. (Al público.) Total, que no he podido salir de este infierno lleno de moscas, sudor y mujeres alteradas. Y huyo de obra a obra... aunque todas son de Tennessee Williams y nada resuelvo. Fíjense que me colé en una que se llama Baby Doll pensando que iba de muñecas catalanas y... (Pausa. Sonrisa amarga.) Sí. Muñecas, sí... (Pausa. Ilusionado.) Lo mío sería acabar en una comedia de Jardiel Poncela, sin traumas familiares ni impotencia sexual. Allí no me acostaría con nadie pero, por lo menos, me echaría unas risas. Al fin y al cabo si en las de Tennessee ligo, después no se lo puedo contar a nadie, porque como ya están tarumbas de por sí y el calor les vuelve más inestables, a la mínima sacan el rifle de la Guerra de Secesión y me mandan a criar rosas tatuadas. (Pausa larga.) En fin... Les dejo. Me espera mi psicoanalista. Dicen que el primer paso para la curación consiste en reconocer que se tiene un problema... y yo tengo varios. Soy alcohólico y (Secándose el sudor.) sufro transpiración crónica... amén de no saber ya si soy heterosexual, homosexual, bisexual o trisexual... (Pausa.) Lo dicho: me espera el psicoanalista. Él me relajará. Es un chaval muy majo. (Recordando.) ...Woody Allen, creo que se llama... Da igual cómo se llame porque yo... (siniestra dulzura en el tono de voz) siempre he confiado en la bondad de los desconocidos. (Va saliendo.) Qué calor, por Dios... ¡STELAAA! ¡Trae el abanico! ¡Sí! ¡El de Lady Windermere! ¡STELLAAAAAAAAAAAAAAAA! 69 Sale. Telón. JORGE MORENO Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo, participa desde 1993, como actor y director, en numerosos espectáculos, desde zarzuelas hasta obras de Ibsen o Ionesco. Es fundador del grupo Konjuro Teatro y en su faceta de dramaturgo ha visto estrenadas numerosas creaciones: La maté porque era tuya (1999), Dos en el vestíbulo (1999), Ensayo Generalísimo (1999) —publicada en la revista teatral asturiana La Ratonera (2003)—, La caja (2001), Síndrome de Estocolmo (2001), El guante de Gilda (2001), Croissant (2003)... Mayo 2004 LA En clave de monólogo NADA PERSONAL, PAPÁ Eladio de Pablo La Ratonera / 11 70 NIÑO: Mira no te lo tomes a mal la vida es dura para todos tú lo sabes como yo mejor que yo que has vivido más tiempo qué carajo he dicho has vivido papá como si ya te hubiera matado pero no te preocupes que no vas a sufrir es un segundo de nada ya lo he hecho otras veces te juro que los he visto caer con la sonrisa en los labios mientras se estaban tomando su cervecita en la terraza de un bar platicando con los amigos y yo les dejaba con la palabra en la boca la boca contraída en la última sílaba papá pero sin rastro de amargura ni de dolor ni nada como si en cualquier momento pudieran reanudar la conversación rota por el disparo mientras yo me alejaba calle arriba en mi moto como una flecha deslumbradora ¿no sabías? sí viejo ya he podido comprarme una moto es de segunda mano pero cuando me subo en ella siento que puedo llegar al cielo tienes que estar orgulloso de mí papá desde que me arrojaste de tu casa todos aquellos años durmiendo en cualquier rincón del extrarradio mejor dicho pasando las noches tirado en el agujero más apestoso del último callejón de la ciudad siempre con el terror de que vinieran y nos clavaran al suelo mugriento a balazos o aun peor que nos descuartizaran a machetazos ni siquiera el pegamento que aspiraba durante casi todo el día me aturdía lo bastante para dormir ni una miserable hora de sueño en paz la vida es muy jodida ahí afuera papá tú sabes pero yo he sabido arreglármelas ya ves acabo de cumplir catorce años y aquí me tienes hecho En clave de monólogo un hombre con mi poderosa moto y con Marieta que es como le llamo yo a mi linda pistola en recuerdo de una compañera que me daba calor las noches de invierno hasta que un día alguien la robó para sacarle los riñones y luego la abandonó muerta en un descampado por eso llevo siempre a mi Marieta conmigo y cuando no apunto a nadie como ahora lo estoy haciendo pues la llevo pegada al vientre y siento su calor que no sé por qué me recuerda al de Marieta que siempre estaba fría como un cadáver y siempre estaba temblando pegada a mí y temblando que cualquiera que nos viese pensaría que estábamos chingando como monos pero Marieta sólo tenía nueve años y yo estaba demasiado asustado como para pensar en esas cosas papá bueno tanto tiempo sin verte y estoy casi relatándote la vida ahora que total a ti qué carajo te va a importar enseguida mi vida ni la de nadie tengo que hacerlo papá y tú vas a comprender sé que lo vas a entender la verdad es que sólo me pidieron una oreja tuya no sé qué les habrás hecho pero quieren tu oreja y yo qué quieres no tengo entraña para arrancarle una oreja a mi padre aunque hayas sido un hijo de mala madre conmigo eres mi papá sé que ibas a sufrir en cambio de la otra manera ya te digo es como quedarse dormido de repente como si te congelaran la vida con el mando a distancia ni te vas a enterar papá además que yo no suelo dejar detrás de mí nada que me pueda esperar el día de mañana a la vuelta de una esquina traicionera así he llegado a donde he llegado papá si me hubiera andado con contemplaciones algún hijo de puta desorejado me habría vaciado las entrañas al menor descuido y comprenderás papá que no pueda fiarme de ti pero que sepas que no es nada personal en realidad sólo me fío de mí y de mi Marieta ah y de mi moto ¿te dije que es una motaza requetechula que brilla como un disparo en medio de la oscuridad? y también tiene sus caprichos no creas tenías que ver la cantidad de combustible que consume y es por eso por lo que me he decidido a hacer el trabajito papá si no lo hago yo lo va a hacer otro que además no se iba a andar con contemplaciones seguro que te arrancaba media cara junto con la oreja y te condenaba a andar escondiéndote como un muerto en vida papá pero no te preocupes que yo voy a hacerte un corte fino justo la oreja y nada más verás qué muerto más lindo haces ya ves al final de tu vida acabas haciendo algo por tu hijo en el fondo yo no te he perdido el apego papá sólo quiero que sepas que no es nada personal que es por el combustible nada más que por eso papá que la vida anda muy cara y muy jodida ahí fuera hasta siempre papá. ELADIO DE PABLO Actor, director y autor teatral, actualmente profesor de la ESAD, ha estrenado hasta la fecha Tú serás mi negro, Famélica Legión, El hermano Bastardo de Macbeth, Equipaje, Sólo Soledad Sonando (Primer accésit del Premio Hermanos Machado de teatro 1998) y La cuarentena de los pájaros. Jarrón Frankenstein (Premio Corvera de monólogos teatrales 1999) fue estrenada por la compañía Higiénico Papel, obteniendo el premio al mejor autor y al mejor actor (Carlos Dávila) en la Gala del Teatro 2001. Están publicados ademas Mediodramas, VR/RV (Premio Corvera de monólogos teatrales 2001), Las mentiras de Eva y Memoria del Llaberintu. 71 Mayo 2004 En clave de monólogo SÓLO DIOS MANDA La Ratonera / 11 72 nos miramos sin arrojar una [lágrima Roberto Corte sabedores del destino que nos [esperaba, Bey sin que nadie osara soltar un grito Mameluco en harapos sanguinolentos. con algunos heridos, Bey Sin brazos. Muy sucio. que no podían seguir el paso y que fueron asesinados a golpe de bayoneta En el nombre de Dios, Bey en el acto el clemente y el resto que gozábamos de el misericordioso [mejor salud el soberano de todas las cosas, Bey atemorizados el que cultiva los jardines entre la multitud el que ornamenta los bosques atemorizados el que nos golpea, Bey por el peligro inminente, Bey el que castiga con lluvia de fuego quizá también [y bronce fundido algunos en Gaza, Bey de entre los más atrevidos una tarde de hace unos meses pensaron una vez cercados que todavía era posible romper el vencidos [cerco y hechos prisioneros que nos envolvía por la libertad quizá pensaban la fraternidad que era posible diseminarse y la igualdad entre los campos de alrededor por las tropas del general Bon para así a las órdenes de Napoleón escaparse de la muerte nos hicieron formar en columnas segura dentro de un batallón pero se equivocaban, Bey flanqueado por oficiales a caballo otra vez silenciosos, Bey los oficiales totalmente mudos y resignados habían tomado medidas como corderos muchas sin arrojar una lágrima contra cualquier tentativa En clave de monólogo de evasión así que después más tarde al llegar por fin a las dunas del suroeste en Gaza nos detuvieron al lado de una [charca de agua turbulenta y fue entonces, Bey cuando el capitán que dirigía las tropas mandó a los soldados dividirnos en pequeñas porciones conducirnos sobre espacios diferentes y fusilarnos aunque la horrible operación requería bastante tiempo y algunos de los soldados reservados para este funesto sacrificio parecían mirarse con extrema repugnancia, Bey como maldiciendo del abominable misterio que esperaban de sus brazos victoriosos había al lado de la charca otro grupo de prisioneros, Bey entre los cuales estaban algunos viejos jefes con mirada noble y segura y también un joven con una moral que se tambaleaba, Bey compungido, Bey porque tendría quizá una edad tan tierna que lo hacía sentirse inocente y este sentimiento le llevó también a realizar una acción que pareció sorprender incluso también a aquellos que le rodeaban y al pasar al lado de uno de los jefes de los franceses, Bey se precipitó entre las patas de su caballo y se abrazó a sus piernas implorando gracia para su vida, Bey con lágrimas en sus ojos y gritos espantosos exclamó ¿de qué soy culpable? ¿qué mal he hecho? pero ya otra vez más, Bey todo fue inútil porque ni las lágrimas ni los gritos podían cambiar ya el fatal desenlace pronunciado sobre su muerte pero a excepción de aquel joven, Bey los restantes hicimos con mucha calma las abluciones en aquel agua estancada nos dimos la mano y después de llevárnosla sobre el corazón y la boca nos despedimos con un eterno adiós presenciando cómo nuestras almas valientes esperaban la muerte contemplando, Bey ya con tranquilidad y confianza estos últimos momentos a la espera de un porvenir feliz como si nos dijésemos, Bey ya basta ya dejo este mundo para gozar al lado de Dios la felicidad eterna a la espera de un nuevo ser después de la vida porque somos vencidos pero orgullosos de nuestra desgracia también vi, Bey a un viejo venerable cuyo tono y maneras anunciaban un ser superior cavar fríamente ante él en la arena 73 Mayo 2004 En clave de monólogo La Ratonera / 11 74 movediza un hoyo lo bastante profundo para enterrarse vivo sin duda ya no deseaba morir más que por sus propias manos así que sin mediar palabra entre nosotros se extendió sobre la espalda en esa tumba tutelar y dolorosa y dirigiendo a Dios suplicantes ruegos pataleó la tierra haciendo de la arena su mortaja probablemente con la idea de prolongar así el final de sus sufrimientos este espectáculo, Bey que hace palpitar mi corazón y que yo cuento ahora En clave de monólogo sin demasiada gracia tuvo lugar durante la ejecución de varios grupos repartidos entre las dunas cuando ya no restaba más, Bey de todos los prisioneros que aquellos que se habían situado al otro lado de la charca y cuando ya pálido y próximo a desfallecer porque no teníamos esperanza de escapar cediendo a ese movimiento irresistible de la naturaleza que nos hace evitar el desfallecimiento nos lanzamos unos encima de los otros, Bey para mejor protegernos con nuestros propios cuerpos y así recibir de manera aleatoria los golpes de bayoneta que dirigidos al corazón debían terminar con nuestras vidas hasta formar, Bey una pirámide horrible de muertos y moribundos repugnantes sanguinolentos hasta que fue necesario retirar los cuerpos para acabar también con los desgraciados que al abrigo de ese horrible cerco espantoso todavía no habían sido golpeados y ahora ya el recuerdo de este cuadro exacto y fiel que yo te cuento, Bey hace quebrar mi voz porque de alguna manera no soy capaz de describir todo el horror que he visto y siento y si estoy vivo, Bey es porque el clemente el misericordioso el que cultiva los jardines ornamenta los bosques y nos golpea, Bey pide venganza porque ahora sí ya por fin por esta vez por esta única vez al fin sólo Dios manda. ROBERTO CORTE Roberto Corte está vinculado al teatro asturiano desde hace veintidós años como autor, director y editor teatral. Ha publicado Disonancia, Calderilla, Magma y Gasolina con capullos, está ultima escrita junto a Chechu García, con lo que consiguieron el Primer premio del Concursu de Teatru de L’Academia de la Llingua Asturiana y el Premio Asturias de las Artes Escénicas 2002 al mejor autor. De su primera obra, Disonancia, el grupo Inestética realizó en Lisboa una veintena de representaciones, con las que consiguieron una más que aceptable respuesta critica y algún que otro galardón a la interpretación y producción. En 2001 fue traducida al portugués. Roberto Corte es miembro del equipo de dirección de LA RATONERA, revista asturiana de teatro y responsable de la editorial de textos teatrales Deus ex Machina. 75 Mayo 2004 En clave de monólogo ALEGATO EN FAVOR DE LA CRÍTICA, DE LA CRÍTICA DE LA CRÍTICA Y DE LA AUTOCRÍTICA Roberto Corte A La Ratonera / 11 76 menudo se ha dicho que los críticos teatrales de provincia son actores, directores o autores resentidos, frustrados. Seres demoníacos que aprovechan su parcela de poder mediático para arremeter contra su impotencia artística disparando metralla escrita contra su propio deseo: el teatro y quienes lo practican. A través de una catarsis suicida o de negación. Si ellos no pueden hacer teatro, se lo cargan. Y si ellos no fueron capaces de labrarse un hueco en la profesión, tampoco hay razón para que otros lo consigan. Al menos, así parece la tesis esgrimida por quienes sufren las críticas cuando éstas son hostiles (que cuando son laudatorias la cosa cambia). Y que es algo que venimos oyendo irremediablemente, día tras día, por boca de autores e intérpretes. Y que consiste en combatir una supuesta malformación crítica –la del crítico– contraatacando con una memez acrítica, o disparate, más grande. Si la crítica es el vertedero o purgatorio donde van a parar los recha- zados del teatro –la verdadera huída o sumidero de resentimiento es la puerta por donde se escapan quienes abandonan para siempre la profesión y jamás vuelven a pisar una sala– el teatro tendría que ser el paraíso artístico donde se ejercitan los serafines que entretienen al Señor. Creadores y artistas que irradian por los poros de sus cuatro costados borbotones de luz, sustanciosas comedias y alardes interpretativos sin parangón, con pletóricas e ingeniosas propuestas de dirección que encandilan al espectador. Pero, por supuesto, naturalmente nada es así. Los críticos tienen de listo y de tonto, de lúcidos e ignorantes, de anodinos y vulgares, de espléndidos y maravillosos, en fin, de mortales, lo que el resto de la profesión. Es más: casi con toda seguridad se podría decir que los críticos casi siempre se parecen, y están a la altura, del teatro que describen. Vamos, que como miembros representativos del estado de la cuestión, no desdicen del conjunto, ni tienen desperdicio. Y no es sorna. Es puro y duro determinismo circunstancial. Y difícilmente podría ser de otro modo. La libertad de la crítica es lo que diferencia a un estado democrático de los que no lo son, y si podemos desbarrar contra los políticos me temo que no hay razones para no poder hacerlo contra los artistas. Ya que todos estamos hechos de la misma pasta, aunque a menudo se nos olvide. Y, en el fondo, las simpatías y antipatías, las impericias y habilidades de los unos para argumentar a favor o en contra de los otros, en fin, las veleidades propiamente artísticas, a veces también corren parejas a las frivolidades cotidianas empleadas en el arte de gobernar naciones, tribus, bandas urbanas o aldeanas. Así que lo que cabe pedir en un principio a la crítica es que cuanta más, mejor. Ya que la cantidad, al margen de la calidad, ya implica un grado de participación y normalidad recomendable. Y una sociedad cultural que se expresa y está en guerra consigo misma es una sociedad viva y con futuro. Pues todavía no conozco caso de escritor que renuncie a la escritura, ni artista que abandone el teatro, por falta de estómago para encajar un ataque. Al igual que no hay político lo suficientemente escrupuloso para largarse de la polis a Las Alpujarras (o a Taramundi tratándose de Asturias) por la dosis de bilis diaria que le lance un periódico. Y muy al contrario, a menudo estos infortunios parece que favorece el empecinamiento profesional, la inflación del ego y el martirologio está, siempre y cuando se trate de ajustes o desarreglos entre personas civilizadas o en vías de un desarrollo elemental. Ya que de lo contrario serán los golpes y juzgados suficientes armas para encargarse de ahorrar palabras, socavar libertades y reprimir la expresión. La batalla del artista contra el crítico –y viceversa– es tan antigua como el arte. Basta hojear la historia para constatarlo. El crítico no es más que un espectador formado que expresa su opinión al igual que el resto de los asistentes a la representación, con la diferencia de que su opinión es pública y quiere ser ordenada, a diferencia de las otras, que van a boleo del vaivén de un coloquio de amigos en la barra de un bar. Así que quienes se manifiestan contrarios a la crítica olvidan que el objetivo de conseguir un espectador crítico fue la aspiración y empeño de algunos de los dramaturgos más destacados del siglo XX: contra la modorra y apoltronamiento del público, el espectador consciente y reflexivo con lo que acontece; frente al espectador tragaldabas de indiscriminada ingestión, el público que cablea y relaciona lo visto y oído con lo sabido y vivido; frente al amorfismo y el chantaje cerebral, la dialéctica del juicio y la reconstrucción desvelada, el intercambio de ideas. Comportamientos que no llevan en sí cualidades irreprochables de descripción de cuanto acontece en escena, pero sí la intención de conseguirlas a través de aproximaciones que son suma de comentarios de espectadores preocupados. Una buena parte del psicoanálisis niega la posibilidad de la autocrítica. La religión la relega a examen de conciencia. El marxismo exacerbado de corte maoísta al juicio sumarísimo en la plaza del pueblo. Decididamente la autocrítica está mal vista y en desuso. Goza de mala prensa. Corren tiempos nefastos para la lírica auto-reflexiva. Pero no estaría de más concederle un hueco a través de un raciocinio elemental de mínimos que sea capaz de combatir el fundamentalismo ideológico del yoísmo, tan omnipresente, que nos tiraniza. Una autocrítica como principio de discusión e higiene ante tanta locura, y que nos afecte a todos por igual. Críticos y artistas. Una autocrítica que también haga al crítico reconocer –por ejemplo– los inconvenientes que supone el contemplar los espectáculos desde la fila 17, o los inconscientes prejuicios que de ordinario se esgrimen contra propuestas de corte no convencional. 77 Mayo 2004 De la crítica personal. Que para los masocas –y el masoquismo es al artista lo que el cilicio al penitente– nunca viene mal. El crítico de teatro no es el juez ni el jefe de un tribunal inapelable, por lo que siempre cabe al artista rebatir la supuesta paranoia argumental del crítico con una ligera descarga de artillería proporcional al envite. Se trata de responder con la misma moneda –ahí donde las armas de la crítica pasan por la crítica de esas armas– aunque con calderilla de un valor superior. Pues las impertinencias, generalmente extrateatrales, se las combate con un poco de rigor que sea capaz de disociar el trigo de la hojarasca emponzoñada. Bien a través de réplicas en apartados oportunos del mismo diario donde apareció la crítica, o en “carta al director” –lo más correcto y efectivo–, o ya de una manera más pormenorizada en las revistas y publicaciones especializadas. Por vergonzoso que parezca –y aquí las apariencias de prestigio tornan nuevamente a engaño– las cartas al director de un periódico miden la calidad del medio y es un apartado jamás desdeñado por el lector interesado. Pero si el artista sufridor no ha quedado satisfecho y siente que el agravio requiere un lance más ajustado, siempre le resta el careo como alternativa de prestigio. Preferentemente en un café, para que las ínfulas de disputa se diluyan entre los humos de la infusión y la tempestad que socava afecciones torne en concordia el hogar. Esto, claro 20 notas sobre la crítica D La Ratonera / 11 78 ías atrás, en la portada de una revista de la ADE, aparecía anunciado un artículo bajo el sugerente título de: El decálogo del crítico. He de reconocer que con mucho interés busqué en el interior, hasta que encontré el trabajo. Se trataba de una leve y breve serie de consideraciones generales y muy elementales, de carácter moral más que relativas al oficio en cuestión, que me dejaron con dos palmos de narices... No era la primera vez que buscaba referencias de este género, tanto en escritos clásicos (Las máscaras), como en la crítica ejercida a lo largo de décadas en Asturias desde los años veinte por PLUR, siguiendo con Emilio, Marcelino Junquera, Miguel Fontaniella, De Aguirre, Antonio Iglesias, Jesús G. Jovellanos, Tirso, “B”, “M.T.”, Merval, Terencio, Vega Pico, Francisco Carantoña, Chano Castañón, Gonzalo Mieres “Gofemi”, Fernando Lara, Pedro de Silva, Bernardo Velasco, Juan Cueto Alas, José Antonio Doval, Gaspar Sanz, Pedro Alberto Marcos... Hasta llegar a mis admirados Joaquín Fuertes y Francisco Díaz-Faes. Busqué (compré, leí) los diferentes trabajos de Marcos Ordóñez, siempre con el propósito de encontrar respuestas a los numerosos interrogantes que el ejercicio de este oficio, como cualquier otro, plantea en la práctica. No encontré nada que me sirviese en lo concreto, tal vez porque no existen fórmulas, ni respuestas. Como no existen manuales para barrenar el avance de una galería o postiar adecuadamente una mina, sin que se te venga encima el techo ¿Cómo explicar el ángulo que se precisa para barrenar, dando la necesaria salida al disparo de la dinamita, sin conocer bien las características del “testero”? –si es caliza, granito o esa “pizarraca” que se suelta y funde–; lo mismo si está verde o seca la madera, con la que hay que sujetarlo todo... Más que nada, porque en los oficios intervienen circunstancias y elementos que, pese a su dimensión física y objetiva, pueden variar de forma determinante todo el proceso y, por supuesto, el resultado final ¿De que manera explicar cómo se debe de lucir y fratasar una pared? ¿Cómo explicar –negro sobre blanco– las calidades y cualidades de la arena que se emplea, incluso si alguien de la obra orinó sobre ella? Pero además, en ese resultado final, será determinante si hace calor o llueve, para que la pasta tire de una manera o de otra; también el humor del oficiante y si durmió bien o mal. Me da la impresión de que no hay más respuestas que las que uno mismo pueda darse. Por eso, lo único que puede hacerse, es enumerar los pasos, reflexiones, actitudes, etc. que uno mismo va dando, haciendo, procurándose, en el proceso de elaboración de una crítica. Del oficio del crítico 1ª.- Podría decirse que la crítica, es la comparación de la función vista, con su “ideal” imaginado. Un “ideal” que podría definirse como el logro de que, la interrelación de todas las partes conjugadas, den un conjunto armónico. Ahora bien, esas distancias o diferencias (que el crítico subraya) deben de relativizarse ya que, en buena medida, es la subjetividad del crítico quien conforma e imagina dicho “ideal”, pesando (y mucho) la formación, los gustos, la ideología, la cultura, el talante, incluso la buena o mala “follá” que ese día tenga. Es evidente que este capítulo “subjetivo” se escapa del control de los afectados, puesto que al crítico no se le elige mediante el ejercicio del sufragio universal del censo de afectados (asunto que tampoco resolvería gran cosa), sino 79 que lo hace la dirección del periódico en el que escribe, ejerciendo ella el control sobre los contenidos y las formas, y ante la que debe de rendir cuentas. Lo que supone, de hecho, una doble verificación de el trabajo no-periódistico, no-objetivo, sino de opinión, por parte de los lectores y de la dirección del periódico. 2ª.- Sobre las características “espirituales” del crítico, antes mencionadas, poco se podrá decir que no digan sus propias críticas: su formación, su talante, su ponderación, etc., se demuestran como el movimiento: andando. De nada sirve elaborar una lista de adjetivos con los que debería de adornarse... Pero lo que sí se puede contar, lo que sí puede enumerarse es como cada cual se relaciona con la función a la que después hará la crítica, y eso es precisamente lo que hago a continuación. Antes de ir al teatro 3ª.- Una vez conocida la función que veré, me informo sobre ella. En esta tarea, desde el invento del internet y el Google, hay mucho camino andado. Antes de la función, la información que me interesa no es exhaustiva, quiero decir que procuro informarme sobre la compañía, los actores y actrices, la productora... Y sobre todo del texto que, si está disponible y me interesa el Mayo 2004 Boni Ortiz rente, vista y oída desde la butaca 9 de la fila 5 en el Palacio Valdés a hacerlo desde la butaca 29 de la fila 14 del Jovellanos. De una localización a otra, puede darse un abismo insalvable: disfrutar de la función a no enterarse de nada y salir envenenado... 6ª.- ...Por lo que afirmo que es fundamental un lugar adecuado para que la función sea “vista, oída y percibida” en la mejor de las condiciones posibles, asunto que debe de ser procurado por el crítico (si no es numerado y exige estar pronto en el local) o por la dirección de la sala que proporciona la butaca. Huir de los palcos que te alejan, no sólo la vista y la perspectiva, también de la cercanía del público, del magnetismo y la emoción colectiva –la comunión teatral– en la que el crítico, debe de estar inmerso para que su percepción de la obra, no difiera de la del público. 7ª.- Considero una obligación del crítico, guardar las “formas” en el teatro, entre otras, no abandonar la sala hasta ver toda la función, guste o no. Pasar desapercibido y mantener una actitud de respeto y contención, en relación a lo que suceda en la sala. Me explico: en la función de Historia de una escalera, en el Campoamor, se dieron una serie de advertencias en “off” absolutamente insultantes, dirigidas a los numerosos estudiantes de enseñanza media que acudieron al teatro, que muy gustosamente hubiese silbado (por lo menos) de no estar “trabajando”, pero me callé, pues ni siquiera había pagado mi entrada. 8ª.- El día de la función dispongo de toda la tarde: hago mis pesquisas en la red, me meto una ducha con su correspondiente afeitado, preparo un café en mi casa, mientras comento con Isabel la obra que veré, me mudo y me pongo guapo (asunto que a penas me cuesta) y si la función es en Gijón, paseo hasta la sala a la que llego media hora antes, para (sin premura) recoger la entrada y tomarme un café en un lugar cercano (el Mepiacci, si acudo al Jovellanos; el Lord Byron, si al Palacio Valdés o en el Gaudí, si al Campoamor) En mis bolsillos, tan importantes como las llaves de casa: los cigarrillos y las pastillas “Juanola”. Para mí, es un día de fiesta. Me dispongo a gozar. En la sala 9ª.- Un cigarrito en al puerta y acceder a la sala con el tiempo suficiente para coger el programa, ir al servicio y tomar asiento, sin agobio, con un perfecto estado de ánimo ¿les parece una tontería? Aseguro que no lo es. 10ª.- La observación minuciosa de todo lo que sucede, no solo en escena, también fuera de ella: el público, su número, las características sociales o de edad; si se divierte o se aburre; cantidad y calidad de los aplausos finales; los momentos de emoción colectiva: determinar si producen adecuadamente y en relación con la intencionalidad de la función (no hay nada más frustrante que provocar la risa en una escena pretendidamente dramática o que la gente no se ría en una comedia). Los ruidos tras los bastidores; la falta de concentración de los actores, perdida en labores de maquinista, etc. 11ª.- Música, iluminación, ambientes, escenografía (también el lugar que ocupa en el escenario y su relación con el proscenio, los laterales y... el techo y suelo, tan presentes como olvidados) su vinculación con la acción y la historia, como los muebles y objetos situados en escena... Los personajes, sus movimientos, su encarnación, el papel de cada uno de ellos en el desarrollo de la historia, sus características y sus interrelaciones. Los actores y actrices (que por supuesto, saben hablar y vocalizar y a los que siempre se les tiene que oír, sino mal asunto) y la libertad (o su carencia) a la hora de desarrollar la interpretación de cada uno de sus personajes; la relación entre ellos en la acción, si se “dan” unos a otros,... La “escuela” interpretativa a la que pertenece cada uno de ellos y si la mixtura (si la hubiera) funciona o no; la búsqueda y el grado de hallazgo de un proyecto común interpretativo. El proyecto común, el producto colectivo, la puesta en escena, el equilibrio, la armonía, es decir: la dirección que, desgraciadamente en tantas ocasiones, se presenta ante nuestros ojos, como el exhibicionista de la gabardina en un parque infantil. Todo a de verse y, en la medida de lo posible, todo debe de ser contado, como las intenciones vislumbradas que subyacen en toda empresa común, incluso teatral. Tras la función 12ª.- En los dos kilómetros que hay del teatro a mi casa y en compañía de un cigarrito moro, repaso lo visto y fijo el eje básico por el que va evolucionar la línea argumental de lo que escribiré mañana. Raramente modifico esa primera reflexión de la que parto (que se refiere a la idea general que preside la función) para después constatar aciertos y carencias, en esa relación equilibrada de las partes con aquel todo. 13ª.- La crítica, en la mayoría de los casos desea un interlocutor “avisado” al que se le supone haber visto la función o, por lo menos, tener interés por verla en otra ocasión o tal vez, recurrir a la lectura del texto y que, esa crítica, le sirva para visualizar la propuesta escénica y la intención, contribuyendo a una mejor comprensión de la lectura En cualquier caso, pienso que la crítica teatral es leída por una minoría de la amplía minoría (Asturias junto a Guipúzcoa, son desde hace muchos años la zona española donde más prensa se lee) que se asoma al periódico y cuya composición, al margen de los espectadores de la función en cuestión (que en ese día lean “tú periódico”, localicen la crítica y decidan leerla ¡casi nada!) es básicamente, gente del mundo del teatro o amigos del crítico que le siguen en sus opiniones. Si se trata de una compañía asturiana, los lectores y el interés aumentaría ligeramente, así como su trascendencia y difusión ya que formará parte (si es positiva, claro) de sus dosieres de prensa para la contratación. De la crítica 14ª.- La crítica teatral en Asturias no es ni mejor ni peor que el teatro que aquí se produce. Procede de ese mundo, del que refleja sus propias virtudes y carencias. Sin embargo, quienes ofician aquí la crítica, están al margen de los intereses de compañías teatrales, instituciones, capillas, lobbys y otros grupos de presión, de la identidad y composición que sea: autores, directores, programadores, actores... Sean gijoneses, ovetenses, avilesinos, etc. Independencia constatable, contrastable y saludable... asunto que no la convierte en buena, pero que la ayudará a crecer (como el Teatro Asturiano) en buena dirección. 15ª.- La crítica debe y puede referirse a todo lo que suceda en el escenario y la sala de exhibición. Tanto a lo que “existió” como a lo que debería de haber existido para que la función, funcione. De no ser así, bastaría con dar una puntuación y “sanseacabó”. No se trata de ejercer de severo profesor que examina y puntúa; se trata de contribuir desde el análisis, a la mejora de un arte (que tiene mucho de artesanía) colectivo y común, en el que el pú- 81 Mayo 2004 La Ratonera / 11 80 autor, en ocasiones leo. Conocer a grandes rasgos la propuesta: no es lo mismo acudir a una comedia que a un melodrama; a una sesión de títeres de cachiporra que a una musical. En esta fase de información previa a la función, no profundizo en exceso, huyendo a propósito de cualquier tipo de influencia y/o predisposición. Después, vista la obra, ha de buscarse la información complementaria y necesaria, para su elaboración correcta. 4ª.- En lo que respecta a la compañía, para mí es importante su historia, su trayectoria y, naturalmente, los medios de los que dispone y la realidad teatral en la que se mueve. Quiero decir, que distingo entre una compañía asturiana que cuenta con una “realidad teatral circundante” que difiere (y mucho), digamos de un “centro dramático nacional”, por lo que los resultados deben de ser obligatoriamente diferentes y los niveles de exigencia también distintos. En numerosas ocasiones a la compañía que has visto, sólo puedes compararla consigo misma en producciones anteriores, determinando la corrección (o lo contrario) del camino andado. 5ª.- Conocer la sala o teatro en la que se va a realizar la exhibición, sabiendo de sus particularidades y procurándose una localidad que permita una adecuada recepción de la obra. Esto, que parece una perogrullada, en muchas ocasiones es fundamental: una función puede ser percibida de manera muy dife- 18ª.- En la mayoría de las ocasiones el tono de la crítica viene sugerido por la obra vista. Cuando se ve Alejandro y Ana, una sátira política, inevitablemente te “sale” un repaso de la gestión del gobierno Aznar; si estuviste viendo XXX (X=falo) puede que recomiendes otra salida a los pespuntes que le hacen a la madre, a saber: un nudo con la polla del padre. Si viste Historia de una escalera, la valoración tomará un tinte trágico y nostálgico, fluyendo la crítica por la descripción del elemento que determina la obra: la escalera, su forma, significado, su arquitectura tanto física como, si se me permite, espiritual. Difícilmente hablarás de los intérpretes (uno a uno) de esa obra coral de largo reparto, ya que el espacio del que se dispone es limitado. 19ª- Y ahí enlazo con uno de los problemas más importantes, con los que todo crítico se encuentra a la hora de hacer su trabajo: el espacio disponible que en muchos casos no llega para hacer el repaso justo de todo lo dicho y hecho sobre el escenario, pues debes de utilizar entre 500 y 650 palabras, en el mejor de los casos. Otra característica de una crítica que debe de tenerse en cuenta es su naturaleza de “literatura de urgencia”: en unas horas has de confeccionarla y, en pocas más, estará impresa sin remedio. ¿Por qué hago crítica teatral? 20ª.- Dejo para el final, lo que debería de ser la primera pregun- ta que uno tendría que hacerse a sí mismo: ¿por qué haces crítica teatral? No por razones económicas, sabido es lo poco que se paga (cuando te pagan) que en muchas ocasiones te cuesta dinero ¿Exhibicionismo, vanidad o afán de notoriedad? Puedo afirmar y quien me conozca sólo un poco, lo sabe bien, que estoy curado de esos razonables y humanos pecados después de medio siglo largo de una existencia arrebatada (y por ende, muy satisfactoria) y que, aun teniendo esas necesidades, también tengo en mi mano (y ahora mismo) sobradas maneras de satisfacerlas. Esas son las razones dadas por gente ajena a este mundo, y que pudieran estar en un principio, cuando uno inicia su relación con la escena como joven actor o actriz aficionada. Sucede y todos lo sabemos, que en poco tiempo la escena, se convierte en la razón de ser y en la más grande de las pasiones. Hago crítica porque me obliga a ver teatro, porque me obliga (y despereza) a relacionarme con una de las actividades más nobles y dignas del ser humano; hago crítica porque me permite contribuir a mejorar la actividad teatral asturiana y porque, haciéndolo, yo mismo me hago mejor. Breve recapitulación crítica Ha de decirse que estas notas son incompletas, retóricas y personalistas y que, por ello mismo, deberían de provocar numerosas críticas. Identidad del teatro venezolano(II) APROXIMACIÓN A LA IDENTIDAD SOCIO-CULTURAL DEL TEATRO VENEZOLANO CONTEMPORÁNEO, DESDE LOS AÑOS ’50 HASTA LOS ’70 Yubisay Guzmán Savinelli L a década del ’70 significó para Venezuela el inicio de un período floreciente cuyo punto más álgido fue la nacionalización del petróleo en 1975. En el ámbito teatral, se construyeron nuevos espacios de representación acordes con el crecimiento del público; en 1973 se organizó el primero de una serie de festivales internacionales y con la llegada de creadores y artistas, provenientes del Cono Sur, nacieron nuevos grupos de teatro que hoy en día continúan en pleno funcionamiento como el Rajatabla, fundado por el argentino Carlos Giménez. También se creó el Centro Latinoamericano de Investigación Teatral (CELCIT) nacido del Encuentro de Dirigentes Culturales de América Latina convocado por el Ateneo de Caracas en 1975. 83 Néstor Caballero. En cuanto a la dramaturgia, además de contar con la labor prolongada de Rengifo, Chalbaud, Chocrón o Cabrujas, también nuevos dramaturgos dieron a conocerse, formando parte de un proceso de renovación y maduración que dará sus mejores frutos en la siguiente década: Edilio Peña (ganador del Tirso de Molina en 1976 con Los pájaros se van con la muerte); Néstor Caballero y el español José Antonio Rial son algunos de ellos. El resplandor absoluto del teatro venezolano se dio en los años ochenta con la constante creación de salas, nuevas agrupaciones como el Grupo Actoral 80 o el ALTOSF bajo la batuta de los argentinos Juan Carlos Gené y Juan Carlos De Petre respectivamente, o con la presencia del director uruguayo Ugo Ulive. En 1983 la Asociación Venezolana de Profesionales del Teatro (AVEPROTE) organizó el VI Festival de Teatro Nacional donde subieron a escena nuevos textos y dramaturgos como Xiomara Moreno, Thais Erminy, Carlos Sánchez Delgado, Carlota Martínez, Ricardo Acosta, Luis Chesney, Andrés Martínez y José Simón Escalona. Una característica importante de esta época es que muchos de Mayo 2004 La Ratonera / 11 82 blico (con quien el crítico está hermanado) tiene tanto que decir como el que más. 16ª.- Una crítica debe de ser clara. Huir de la erudición y de la exhibición de sabidurías teatrales. A pesar de que debería de servirle al lector para cierto aprendizaje teatral, dándole a conocer términos escénicos (corbata, proscenio, acotaciones, foro, etc.), así como otras obras, montajes, autores, etc. relacionadas con lo visto. Siempre con oportunidad, moderación y sin apabullar. Decía Marcos Ordóñez que hacía sus críticas como si tuviese que explicar la función a su joven hermano. Puede que esa sea una buena referencia, aunque a mí me parece que la cuento a otro aficionado que ese día no pudo verla, debido a un compromiso familiar ineludible. 17ª.- Puedo afirmar que si explico la acción en más de dos centenares de palabras, es que la función no tuvo el interés suficiente. Es más, personalmente intento por todos los medios referirme a la acción, a la historia desarrollada sobre el escenario, lo menos posible, huyendo deliberadamente de aclarar asuntos fundamentales de la trama para no desvelar efectos sorpresa, intenciones y juegos paradójicos, etc. Siendo consciente de que en la mayoría de los casos, la crítica teatral en nuestra comunidad autónoma, no es una referencia para que el público acuda a la función, puesto que las representaciones son de función única y su publicación a toro pasado. Sobreactuando sobre la urna < Elidio Peña. Laureano Mántaras La Ratonera / 11 84 los noveles autores se formaron en talleres, escuelas de teatro, universidades extranjeras y nacionales (la 1ª promoción de la escuela de artes de la Universidad Central de Venezuela data de 1983). Cabe mencionar que el nacimiento de agrupaciones formadas por jóvenes también contribuyó al desarrollo de la dramaturgia; de igual manera el Centro de Directores para el Nuevo Teatro estrenó varios de estos textos. Por otra parte, y pese a la difícil situación económica del país a finales de la década (ej: devaluación de la moneda), dramaturgos conocidos como Rodolfo Santana o Gilberto Pinto vieron publicados sus obras; otros como Gustavo Ott, un joven que mantenía inédita su obra, logró publicar cinco de sus obras. El último grupo de autores vinculados al Centro de Directores para el Nuevo Teatro pudo montar y publicar un tomo con dichos textos: Elio Palencia, Rubén Darío Gil y Marcos Purroy. A estos nombres deben agregarse los de Romano Rodríguez, Blanca Strepponi y Theotiste Gallegos, quienes por cuenta propia han logrado estrenar o publicar sus primeras obras. Es necesario aclarar que si bien el proceso dramatúrgico en Venezuela data de poco más de 200 años, contando desde las obras primige- nias hasta el día de hoy, también es cierto que a partir de los años ’50 la dramaturgia comenzó su andadura por nuevas corrientes, actualizándose e incorporando innovaciones. Por otra parte, el fracaso de algunas instituciones como AVEPROTE no ha mermado las intenciones de los dramaturgos de organizarse, por ello nació el Círculo de Dramaturgos. Por último, el teatro venezolano, a pesar del conflicto socio político actual que vive el país, ofrece hoy en día un panorama prometedor porque está siendo uno de los receptáculos y simiente de una realidad teñida de la auto crítica e ironía que tanto caracteriza la identidad nacional. S obreactuar para conseguir el éxito no reporta nunca buenos resultados. La falsa apoyatura de la situación, pone de manifiesto la manipulación de los hechos, dejando a los intérpretes en situación penosa. Los grupos se obligan a practicar la sobreactuación cuando el camino emprendido intenta converger con el que anima el inconsciente colectivo. A la hora de montar el espectáculo, no hay mayor equívoco que intentar halagar al público en sus gustos para hacer del espectáculo, un zapato de encargo, esperando que la imagen reflejada en el espejo, nos aplauda. No hay públicos cualificados o definidos, a no ser que se haga una representación en un local determinado para un colectivo especifíco; y aún así, quedaría “muchu arbeyu por esbillar”. El público, simplemente, no “es”. Sólo (es público) cuando se agrupa en el preciso momento del espectáculo, y es extremadamente pretencioso saber lo que le gusta o quiere. Intúyese en primera instancia, que lo que el público quiere es, sombra y agua fresca, pero... ¿todo el público? Lo pongo en duda. Lo 85 Rodríguez Zapatero en el mitín de Gijón del 9 de marzo de 2004. que no habrá nunca duda es, a lo que tú (erigiéndote en protagonista) te obligas a darle y cómo dárselo, pues contraes un compromiso ético en una actividad que necesariamente forma opinión. El espectáculo nacional de las últimas elecciones, en medio de sus nunca lo suficientemente lamentados y trágicos acontecimientos, sufrió por parte de los gobernantes de sobreactuación. Los gobernantes no supieron distinguir la diferencia existente entre ficción y realidad. Acostumbrados a circular por el escenario nacional representando la tragicomedia tradicional con su juego maniqueo (donde todos danzamos), cuando se presentó la tragedia, el gobierno no tuvo intérpretes a la altura. El director, taciturno, refunfuñón y obstinado en doblegar los acontecimientos, fracasó estrepitosamente, en la lectura de los sucesos, idealizando una dramaturgia buscando el aplauso. Fue un tremendo error de puesta en escena. El público se quedó atónito al sentir que se escenificaba una farsa, cuando lo que estaba viviendo era, una angustiosa y sanguinolenta tragedia. Los días de campaña oficial, anteriores al 14-M, nos anunciaban una dramaturgia anodina. Quizás Mayo 2004 Cartel de Paulov, de Gustavo Ott, en montaje de Teatro El Vitral, en coproducción con el > teatro San Martín. Quizás sea ese extraño rictus de la boca, al hacer el paréntesis, complejo belfo, de engullirse el labio inferior, como una vieja desdentada de ojos regañados. Lo peor que recibió la platea de MR, fue la cobarde negativa a debatir con ZP. El haberles arrebatado la escena cumbre de la dramaturgia electoral, (el debate en televisión) le dejó como un miedica. Estampa poco lisonjera para quien tiene la pretensión de ser Presidente. Creo que fue Teresa de Cepeda y Ahumada, la que dijo en Ávila por los idos 1500, aquello de... “vivo sin vivir en mí...”, y así parecía sentirse MR. En sus interpretaciones parecía temeroso de que apareciera el ánima en pena del Comendador de Calatrava con aquello de... “no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”. Salieron a la palestra las claques con ruidosos y estomacales aplausos. “La comparsa patronal, como siempre, apostando por la inmovilidad. Así estamos porque así somos. Siempre hubo pobres y ricos. Así estamos porque así somos. El pez grande siempre comerá al chico. Así estamos y así debemos de quedar”. A esta hora, estarán lamentando los dineros aportados para la campaña de MR., pues estos siempre apuestan por el ganador. Lo que es para tomar a gritos fue el auto sacramental representado por la Conferencia Episcopal, para intimidarnos. “Todos los que no comulguen con lo que YO digo, están contra Dios”, dijo el protagonista Sr. Rouco Varela. Y soltó una filípica sobre... antes del coito, durante el coito y después del coito; pura retórica, pues le falta práctica para discurrir sobre tan placentero asunto. A lo que nos consta, él solo la tiene para hacer “pipí”, y dado que... la teoría, en la práctica es otra, puede aseverarse que el discurso fue una boludez. A estas alturas el Sr. Roco, le habrá encargado un proyecto de ampliación del averno, al renombrado arquitecto Calatrava, para que quepamos todos los pecadores votantes de las hordas rojas. Una cosa es ser Episcopal, y otra querer ser Dios. El sesgo de los acontecimientos era tan inopinado que el Coro erigiéndose en protagonista tomó las calles y se fue resuelto al asalto de las urnas. La catarsis acumulada durante los tres días anteriores al 14M, no podía tener otro resultado. A final voy a tener que desempolvar el refranero español para aprender a vivir; “no la hagas, no la temas”. Me gustaría saber que están rumiando (los analistas sociales y los equilibristas apolíticos) que no hace mucho discursaban garantizando que se habían acabado las ideologías. Y puede ser que las gentes no “entiendan” las sutilezas de la teoría ideología, pero los “sentidos”, siempre atentos, los tienen alertas y les van anunciando de dónde vienen los tiros. Aviso a la “troupe”: cuidado al plantear la dramaturgia no caer en el embolado de la sobreactuación. FETEN 2004 Bandera de conveniencia Francisco Díaz-Faes A cabóse Feten sin premio para Asturias. Esto es signo que da impresión de independencia del jurado: no por ser de casa nadie ha de recibir premios. Personalmente pienso que, sin premio, pueden ustedes ir con total confianza, incluso con niños, a obras no pazgüatas como el clásico de Quiquilimón, o Yheppa que sí he visto, o a La Sonrisa del Lagarto que no conozco. Lo mismo diría de los búlgaros afincados aquí de Teatre Plus que han hecho Soldadito de plomo y de los que hablaré en primer lugar por dar título a esta reseña. “Bandera de conveniencia”, es la impresión que me dieron el año pasado con el delicado espectáculo Blanco cuando fue presentado por Factoría Norte, que en sí es una productora no un grupo de teatro, que lleva varios en cartera. En efecto el olfato comercial de Carmen Gallo no disputa con buscar equipos de conveniencia para productos, en un campo en el que lleva iniciándose desde la administración pública a su empresa privada, con el aderezo del gran técnico y constructor de muñecos Gonzalo Mateos. Esta configuración empresarial merece la atención, no exclusiva, pues se está solidificando, o haciendo sólida, entre otros grupos de conveniencia, que, cual el Prestige, cambian de bandera y caminan por procelosas aguas de la administración teatral. Tenemos así al propio Quiquilimón convertido en productora de espectáculos sin que ninguno de sus dos actores actuales figure desde hace tiempo en el elenco. Hay algún otro contratando según interese: Bacanal, Barataria, Higiénico Papel, Nun Tris, y en general casi todos, pasando del teatro independiente, con plantilla fija, a contar o subcontratar actores y equipo técnico. Esa movilidad no es mala, antes al contrario, facilitada por numerosos actores que terminan estudios en el ITAE, se da juego a ver muchos más trabajos. Margen y Teatro del Norte no son excepción aunque cuenten con equipos más o menos estables, así como grupos pequeños como Kamante o Yheppa, con dos o a lo sumo tres titiriteros. He empezado a distinguir en Feten la barahúnda de intereses entrecruzados, donde contratadores y productores, o distribuidores y funcionarios, aparentan ser distintos, aunque a veces, a su conveniencia sean los mismos, y no digo que revueltos –en la feria que se forma en La Bodeguita del Medio (o del miedo). Todo esto viene a cuento no por la idea de fran- quicia que Comediants lleva en algún espectáculo, y que vuelve a la quiebra esperemos que momentánea, sino porque en esta situación hay cierto desamparo no sólo de jóvenes que comienzan su carrera, sino de veteranos actores que están a veces dando tumbos entre 3, 4, 5 o más espectáculos, en condiciones económicas de hace 20 años. Vemos esa cara de quien se presentó por el PP, la no menos disparatada del PSOE o la propia IU, que dan la espalda normalmente a este colectivo. Pero no son ellos, no es la derecha la que gobierna a estos grupos de teatro. Esas banderas de confianza las alzan personas normales ¿ingenuos?: unos, negociantes, otros empobrecidos o desinteresados, otros enriquecidos. Distingámoslos. 87 Mayo 2004 La Ratonera / 11 86 con un poco más de ritmo que otras veces. Fui testigo ocular del ensayo de ZP, en el polideportivo del Piles, y los ánimos estaban más exaltados que de costumbre y el coro era bastante más numeroso. Primero actuaron los teloneros, éste, ésta, aquél, el otro; el mejor de todos... el gordo “Pipas”. Ahí, tomó la escena el protagonista con el aire jovial del joven que se dispone a luchar contra el dragón. Fue bastante interesante. Con una bonita voz de barítono para la zarzuela (tenor, en la ópera) fue desgranando los asuntos. La caterva coreaba cada vez con mayor intensidad. A una cierta altura me pareció que el candidato estaba metido en el papel, creía lo que decía. La repuesta de la turbamulta arreciaba con más y más intensidad. Por fin entraron en juego los 5.000 vatios del prefijo musical y el paroxismo fue total. Algunos dicen que ZP, es muy joven para interpretar el papel de Presidente. Yo no creo en eso de la edad. Todo ser humano que le haya nacido la muela del juicio, la cuide libre de caries y la venere, está apto para ser Presidente. Del antagonista de la horda roja, no puedo decir grandes cosas pues no pasó de la vetusta e invicta ciudad de Oviedo. Sí tengo la impresión de que fallaron el figurinista y el guionista de la dramaturgia. La campaña se parecía mucho a... (Omo lava más blanco). MR, teniendo los mismos años, más o menos, que ZP, parece mucho más viejo. Roberto Corte N La Ratonera / 11 88 os damos cita en el Café Dólar, en Oviedo, una tarde de marzo. Y allí está Mª Azucena Álvarez García, puntual a la entrevista, acompañada de su amiga Rocío. Tras comentar los resultados del proceso electoral y los trágicos sucesos de Atocha que conmovieron el país, damos paso a la entrevista. Azucena tiene el teatro como una actividad a la que dedica gran parte de su tiempo. Hay en su haber unas cuantas obras en el cajón, algún que otro premio y los consiguientes estrenos. Asume que el teatro le apasiona, que acaba de empezar y que intentará permanecer con entusiasmo en la trinchera escénica. LA RATONERA.- Háblanos de tu acercamiento al teatro. Si se produce desde la literatura, desde el mismo hecho escénico o por influencia de amistades. AZUCENA ÁLVAREZ.- No reniego de mis orígenes familiares. Mi padre cuando estudiaba Magisterio también hizo sus pinitos escribien- do y actuando. Acudía a las representaciones aquí en Oviedo, en temporada, y fue quien fomento en mí la afición. Yo empecé con el teatro como espectadora. Y es que el teatro me encanta verlo y vivirlo. Después comencé a leerlo y ahora... también a escribirlo. L. R.- Como espectadora, ¿qué tipo de teatro te interesa más? A. A.- Bueno, a mí me gusta todo el teatro. Aunque sólo sea para tener una visión distinta de las cosas acudo también al teatro experimental. Aunque reconozco que a la Fura dels Baus no le acabo de coger el sentido... Quizá porque lo que más conozco es el teatro clásico, greco-romano, y el resto son derivados, pues voy más al teatro de corte dramático. L. R.- En la literatura te muestras partidaria de la poesía visual y del caligrama. Sin embargo tu obra dramática es de corte tradicional. ¿A qué responde? A. A.- Es verdad. Quizá sea por deformación profesional. Por la afi- Mª Azucena Álvarez García. ción que le tengo al Siglo de Oro y al clásico. Por eso cosas como la que está poniendo Animalario en Gijón las veo como un mero experimento. Pero, indistintamente del género a tratar, yo al teatro le pido que me llegue. He de salir de la sala sintiendo algo y, a ser posible, con deberes para casa. FRANCISCO DÍAZ-FAES Rocío, Azucena y Roberto, en el Café Dólar de Oviedo. que en los encuentros de Lugones vendría a la presentación, junto a la autora, también Carmen Bobes, que es una estudiosa y gran conocedora del tema. Aunque me fue imposible asistír... Respecto a mi grupo de teatro os diré que empezamos como una actividad extraescolar relacionada con el italiano para mejorar la pronunciación, y... tras catorce representaciones, ahora estamos ensayando una obra mía. Es un vodevil policíaco, con muchos personajes, que se interpretará en italiano. Una especie de teatro dentro del cine. L. R.- El teatro musical... A. A.- Prefiero el ballet. Aunque el musical también lo veo con mucho agrado. Trata de salirse de las pautas marcadas por el teatro convencional. Quizá por estar muy in- fluenciado por el cine. No cabe duda que va muy dirigido a públicos de masa. L. R.- ¿Tienes mucho teatro escrito? A. A.- Tengo once obras escritas y seis representadas. Casi todas por el teatro independiente o aficionado. Cuando las escribo las guardo en un cajón y espero a que llegue el oportunidad para sacarlas. L. R.- ¿Te interesa el teatro infantil? A. A.- El teatro infantil me da miedo porque me parece muy difícil. Hay que acercarse a él con muchísima prudencia. Pero soy espectadora y me considero bastante afectada. Yo de pequeña pedía siempre a los reyes un teatrillo. No lo he tenido y... quizá, ahora, lo consiga. 89 Mayo 2004 Francisco Díaz-Faes FRANCISCO DÍAZ-FAES Azucena, pasión por el teatro L. R.- ¿Asistes a las jornadas de teatro greco-romano que se celebran en Gijón todos los años? A. A.- Sí. Tengo un compañero que era uno de los organizadores, Santiago Regio, que me acercó a esas jornadas, y ahora se encuentra en el extranjero. L. R.- ¿Tienes relación con los grupos asturianos? A. A.- Conocí a Eva Vallines en su faceta profesional de clásicas, en unos encuentros de filología. Y me sorprendí mucho cuando supe que era actriz... Ahora os conozco a vosotros... también a Tino Pertierra, por referencias, y a Jorge Moreno. Con Tino Pertierra me desconcertó tu crítica. Me dije, bueno, aquí lo que ocurre es que hay dos obras, una la que he visto yo y otra la que ha visto el señor Díaz-Faes. También he de reconocer que los textos de partida, los de Ellas, yo los había leído como bastante crueles y el público los recibía con humor. Aunque el trabajo realizado por mi compañero de teatro, Armando, como intérprete, me gustó. L. R. Cuéntanos algo acerca de tu grupo. A. A.- Se llama Polichinela, y está ligado al departamento de italiano en la Escuela de Idiomas. Está compuesto por gente que proviene del grupo universitario y de Pumarín. L. R.- ¿Conoces los libros de Claudia Contin sobre la Comedia del Arte? A. A.- No. Pero leí en la prensa Espacios escénicos dignos La Ratonera / 11 90 A nte la deficiente situación de los espacios escénicos asturianos y la incorrecta rehabilitación y diseño técnico de algunos de ellos, el presente decálogo de mínimos se ha acometido porque entendemos que la opinión de los actores e intérpretes, de los técnicos y de los programadores y gestores, constituye el punto de partida válido a la hora de planificar un espacio escénico, afrontando un trabajo de responsabilidad compartida, basado en la experiencia diaria y en trabajo y rigor empírico. El realismo y el asesoramiento son pues, las dos líneas claves que deben presidir este tipo de trabajos, por lo que las asociaciones y entidades abajo firmantes se comprometen a trabajar asesorando y ayudando, a las organizaciones y profesionales que intervengan en la rehabilitación y diseño de este tipo de espacios. 1. Disposición del espacio En cuanto a la disposición del aforo de la sala, se recomienda en anfiteatro o grada para el público. Este sistema garantiza una mejor audición y potencia la visión del escenario. Con esta disposición el público tiene un punto de vista en perspectiva del escenario y ve siempre el suelo del mismo, lo que le da un sentido de la profundidad que no tiene desde el patio de butacas convencional. Este punto de vista de los espectadores es muy interesante para apreciar aspectos espaciales de la puesta en escena, no sólo en espectáculos teatrales sino también en ballet y danza. La disposición en grada acorta la distancia de las últimas filas al escenario optimizando la capacidad de aforo de la sala y estableciendo una relación de igualdad entre el público, al no privilegiar por pisos y localidades. De ser técnicamente imposible estar recomendación, se tendrá en cuenta al planificar el patio de butacas, el potenciar la visión de los espectadores disponiendo el suelo en rampa que baje hasta el escenario. 2. Medidas del escenario El escenario no debe ser un espa- cio decorado sino un espacio neutro que acoja la escenografía de cada espectáculo; las dimensiones mínimas recomendables para un auditorio de unos 200 a 500 localidades serán de 10 metros de ancho (entre paredes), por 8 metros de profundidad (desde el primer término del escenario a la pared del fondo), por 6 metros de altura (desde el suelo del escenario al techo del mismo). Debe haber posibilidad de salir del escenario por ambos laterales y poder cruzar de un lado a otro por detrás del mismo; si la construcción de este paso fuese técnicamente inviable, ha de tenerse en cuenta alargando un metro más la medida de profundidad del escenario, para disponer una vara de sujeción en el techo, a unos 70 cm. de la pared del fondo, en la que colgar un fondo de tela negra tras el que poder cruzar. 3. Equipamiento del escenario Un equipamiento mínimo necesario para el escenario es una “cámara negra” de tela opaca de este color e ignífuga, compuesta de un fondo y de patas laterales dispuestas de forma que “aforen”, es decir que el público nunca vea lo que hay tras la tela y a ambos lados de la misma, posibilitando al tiempo que los intérpretes aparezcan y desapa- 91 Aspecto de corral provisional primitivo. rezcan de escena y se oculten entre “cajas”(espacio entre la “cámara negra” y las paredes del escenario) por las distintas aberturas que las patas de la “cámara negra” establecen. La “cámara negra” es un elemento muy útil como fondo para todo tipo de actos: conferencias, recitales y otros que carezcan de una escenografía propia. Dicha “cámara negra” puede retirarse fácilmente cuando sea necesario para colocar escenografías, aunque la mayor parte de las veces convive con éstas y ayuda a completar y aforar partes de las mismas. Las paredes y el techo del escenario deben de estar desprovistas de cualquier elemento ornamental, estando pintados en negro mate para evitar que cualquier luz que incida sobre estas superficies refleje; lo ideal es que las paredes, tanto las laterales como la del fondo, estén cargadas con pasta negra para evitar que los posibles desconchados, producidos por un roce accidental, aparezcan en blanco. 4. Suelo del escenario El suelo del escenario ha de ser horizontal y de madera en la que sea posible fijar elementos escenográficos clavando o atornillando. Por ello se recomienda la utilización de tabla machihembrada de pino o tableros aglomerados. Nunca se ha de pulir o barnizar; por el contrario debe pintarse en ne- Mayo 2004 MEDIDAS TÉCNICAS BÁSICAS PARA LA REHABILITACIÓN, ADECUACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS ESCÉNICOS* 5. Calefacción en sala y escenario No se deben instalar radiadores o elementos calefactores en el contorno o suelo del escenario. No es necesaria la calefacción en el escenario, pues el calor que despide la iluminación de los focos a lo largo de una representación, hace innecesario una calefacción en escena. En cuanto al sistema de calefacción del resto de la sala, debe evitarse, en la medida de lo posible, el aire acondicionado como calefactor, ya que es nefasto para la voz de los actores y cantantes. Se recomienda la calefacción por radiación, y evitar el aire forzado, que genera ruido y levanta polvo. 6. Iluminación espectacular del escenario Debe de disponerse de una acometida eléctrica, específica e independiente, para la “iluminación espectacular” del escenario. Esta acometida debe terminar en un lateral del escenario, en un cajetín, y tener capacidad para 48.000 watios, en tres fases y neutro, 380 voltios entre fases y 220 voltios entre fase y neutro, con protecciones magnetotérmicas y terminada en bornas para conectar en ellas las alimentaciones de los equipos de iluminación de las compañías de teatro. Esta acometida puede alimentar el equipamiento de iluminación del escenario, si lo hubiera, pero siempre es recomendable que tenga una derivación terminada en bornas para conectar otro equipo que sustituya ocasionalmente al del teatro. De no disponer el escenario de equipamiento de iluminación espectacular completo, que incluiría focos y aparatos de iluminación, regulación y control, al menos ha de disponerse de una estructura mínima donde las compañías puedan colgar sus focos. Esta estructura de soporte estaría compuesta por, al menos, cuatro varas de sujeción de hierro de 5 cm de diámetro exterior y del mismo ancho que el escenario, sujetas al techo y dispuestas en horizontal y paralelamente entre sí. Una primera vara se colgará en el techo de la sala, sobre las butacas, a unos dos metros de la embocadura del escenario, colocándose en ella los focos que iluminan el primer término de la escena. La segunda vara se colgará en la boca del escenario, o detrás del telón, una tercera a mitad del escenario, y la cuarta y última a un metro por delante de la pared del fondo. Dichas varas deben estar electrificadas; cada una debe tener una instalación de entre 10 y 12 líneas distribuidas equitativamente a lo largo de las mismas y terminadas en enchufes hembra donde se podrán colocar los focos. Por el otro extremo, todas las líneas de las cuatro varas deben terminar en enchufes macho e ir agrupadas a un mismo punto, situado en un hombro del escenario, donde se conectarán a los equipos de regulación. 7. Acceso de carga y descarga Se debe disponer de un portón de carga lo más cercano posible del escenario. El ideal es lograr que los camiones puedan descargar el material escenográfico, directamente al escenario por el fondo o lateral del mismo; el portón tendrá unas medidas mínimas de 2.50 metros de alto por 2,50 metros de ancho. Hay que prever un espacio para almacén cercano al escenario (puede estar al mismo nivel) con una puerta de al menos dos metros de ancho, para poder mover del escenario mesas de gran formato para conferencias, pianos, etc. (en este último caso, y en escenarios de grandes dimensiones, susceptibles de acoger orquestas sinfónicas, se recomienda instalar un montacargas en el lugar que corresponde al piano en el organigrama de la orquesta) 8. Cabina de control La cabina de control debe de situarse frente al escenario, al fondo del patio de butacas, lo más elevada posible, facilitando una buena visión del escenario. Debe tener unas dimensiones suficientes para trabajar al mismo tiempo, en su interior, al menos dos técnicos, uno de luces y otro de sonido. La disposición que se recomienda es la de “palco”, estando cerrada al frente hasta la altura de una mesa y permaneciendo abierto en toda su dimensión el resto del frontal, para permitir, no sólo la perfecta visión, sino también la audición correcta de la voz de los actores. Así el técnico de sonido tendrá la misma relación de audición que cualquier espectador de la sala y podrá controlar los volúmenes de los efectos sonoros que conviven con la viva voz de los actores. En la cabina de control están los controles de las luces de la sala y las mesas de control de la “iluminación espectacular” del escenario y del equipo de sonido; asimismo ha de disponerse de una intercomunicación con el escenario y tener acceso a los controles de apertura y cierre del telón, si lo hubiera. Ha de evitarse cualquier aparato que genere ruido en la cabina, pues dificulta la audición de lo que pasa en escena. Frecuentemente se comete el error de colocar en la cabina de control, entre otros aparatos, las etapas de potencia del sonido que tienen ventilación forzada; por otra parte es totalmente desaconsejable, técnicamente hablando, esta ubicación, pues las etapas de potencia deben estar lo más cerca posible de las cajas acústicas o bafles, para que el cableado entre ambos elementos sea lo más corto posible y no se generen pérdidas de potencia. Como las cajas acústicas se situarán cerca de la boca del escenario, la ubicación más sensata de las etapas de potencia sería en un espacio cercano al escenario y aislado de éste, nunca en la cabina de control. 9. Oscuridad total de la sala La sala puede tener luz natural y ventilación para el trabajo diario, pero es absolutamente imprescindible que pueda oscurecerse totalmente y que quede aislada acústicamente de su entorno. Ha de cuidarse que la puerta de acceso a la sala desde el hall no permita el paso de luz y de sonido durante el espectáculo si alguien la abriera, por lo que se recomienda dos puertas consecutivas o sistema similar. Firman el escrito: • Instituto de Teatro y Artes Escénicas del Principado de Asturias. • Escuela Superior de Arte Dramático del Principado de Asturias. • Asociación de Compañías Profesionales de Teatro de Asturias. • Asociación de Gestores Técnicos de Cultura del Principado de Asturias. • Asociación de Compañías de Teatro Amateur del Principado de Asturias. • Sindicato Unión de Actores de Asturias. • Asociación de Profesionales de la Danza del Principado de Asturias. 93 *Para aclarar cualquier duda sobre el asunto o solicitar más información pueden dirigirse al Instituto del Teatro donde se establecerá una Comisión permanente de asesoramiento, representativa de los sectores implicados. Mayo 2004 La Ratonera / 11 92 gro mate o simplemente dejarlo en el color natural de la madera; los suelos de escenarios pulimentados y barnizados dificultan la interpretación, los desplazamientos y carreras de los actores, el baile, etc. llegando a ocasionar accidentes. Si ocasionalmente se quisiera “ennoblecer” el aspecto del suelo, para una conferencia o acto social, puede disponerse de una alfombra para este uso. En la mayoría de las representaciones escénicas el suelo idóneo es madera sin tratar y, en ocasiones la propia escenografía del espectáculo incluye un tratamiento específico para el suelo. La altura del suelo del escenario con respecto al suelo del patio de butacas se situará partiendo del plano de los ojos de los espectadores de la primera fila; de esta manera todos los espectadores de la sala verán la totalidad del suelo del escenario, así como las figuras y elementos escenográficos que sobre él se coloquen. DE Estos datos muestran que el “consumidor tipo” entiende la asistencia a un espectáculo escénico como una forma de relacionarse. Los factores que explican el bajo nivel de consumo de artes escénicas en España son: • El bajo nivel de identificación de los no consumidores con el perfil de la audiencia habitual de espectáculos. Si bien el público habitual es de clase media, media-baja en cuanto a ingresos, los “inhabituales” suelen atribuir características como la de contar con un alto nivel cultural, vestir elegante y tener una renta elevada. • Escasez de políticas dirigidas a captar públicos de menor edad. 95 TEATROS Mayo 2004 cercanas e influyentes en el comportamiento del consumidor, con el fin de educar en el consumo de las artes escénicas desde los círculos más cercanos al individuo”. La audiencia que ha asistido a edades tempranas a actividades escénicas registra un mayor consumo en la actualidad (69,1% de los espectadores). En este sentido, la motivación más frecuente para asistir a una representación es el entretenimiento, seguido de “desarrollar una afición y aprender” y, en tercer lugar, “para ver a artistas conocidos”. Además, este tipo de ocio se suele combinar con otras actividades (83,9%), como ir a cenar o a tomar copas. DE yoritariamente una elevada capacidad adquisitiva. • Se ha confirmado, la influencia directa del nivel de estudios. Así, el consumo de actividades escénicas aumenta en el mismo sentido que el nivel educativo. • La importancia de la educación en la generación de públicos. Aunque el 85% de los teatros y auditorios de España desarrollan políticas conjuntamente con centros educativos, éstas no están siendo lo suficientemente efectivas, ante los bajos niveles de espectadores de edades comprendidas entre 14 y 24 años. La audiencia que ha asistido a edades tempranas a actividades escénicas registra un mayor consumo en la actualidad (69,1%). De ahí la importancia de generar políticas que incidan en este aspecto. A la hora de ir al teatro, más allá de políticas institucionales influyen más los grupos de amigos o familiares. Por esta razón, Mª José Quero sostiene que “es necesario reforzar las estrategias de educación escolar con políticas que fomenten el consumo familiar y de grupos de referencia que resultan ser las más FUENTE: RED ESPAÑOLA FUENTE: RED ESPAÑOLA TEATROS marketing o comunicación que amplíen la formación del público. Aparte de analizar el perfil del espectador de artes escénicas español, el estudio destaca que: • Por el nivel de renta de la mayor parte de los encuestados, se derrumba la idea de que los consumidores de artes escénicas tienen ma- DE La Red Española de Teatros, Auditorios y Circuitos de titularidad pública, ha publicado el libro Marketing Cultural. El enfoque relacional de las Artes Escénicas. Es un estudio realizado en colaboración con la Universidad de Málaga sobre la realidad de las artes escénicas en España. El libro, realizado por la economista Mª José Quero, analiza la gestión de los espacios escénicos públicos desde la perspectiva del marketing relacional, así como el perfil de los espectadores y el público en general de España. Además de estudiar los comportamientos de los espectadores y de los ciudadanos en general, se ha querido conocer la gestión cultural de las entidades escénicas: cuál es su orientación hacia el público, cómo se relacionan con él y si aplican técnicas de FUENTE: RED ESPAÑOLA La Ratonera / 11 94 • Aunque se asocia asistir al teatro con clase social alta, el 55,6% de los espectadores tiene unos ingresos inferiores a 18.000 €. • El 36,2% de los espectadores acude más de seis veces al teatro, frente al 5,1% de la población española que no ha ido nunca al teatro. • Las entidades escénicas deben enfocar sus políticas para fomentar la asistencia de jóvenes y mayores, que son los que menos acuden a espectáculos. TEATROS EL PERFIL MEDIO DEL ESPECTADOR ES: MUJER, DE ENTRE 25 Y 44 AÑOS, SOLTERA, SIN HIJOS, CON ESTUDIOS UNIVERSITARIOS Y UNA RENTA MEDIA INFERIOR A 18.000 FUENTE: RED ESPAÑOLA DE TEATROS El perfil del espectador XXX 96 La Fura dels Baus. Versión libre de La filosofía en el tocador, del Marqués de Sade. Teatro Jovellanos, Gijón. 7/12/03 Intérpretes: Teresa Vallejo, Pedro Gutiérrez, Pau Gómez y Sonia Segura. Iluminación: Carlos García. Escenografía: Roland Olbeter. Diseño sonido: Francesc Busquets. Diseño vestuario: Toni Allende. Dirección: Álex Ollé y Carlos Padrissa. Roberto Corte Escena de XXX, con proyeción sobre la pantalla del fondo. La Ratonera / 11 S ade. Tótem del libertinaje. Seductor, subversivo. Especialmente para los lectores más jóvenes. Literariamente prosaico e incisivo. Sobremanera al roturar los territorios de poder que se instalan en las geografías de uso y abuso del cuerpo. En el sexo, que se redime y libera en el otro sexo humillado y reprimido. En la perversión del orden sexual con rituales que flagelan todo el orden social existente. El de la burguesía revolucionaria en el XVIII y su flamante razón de estado. Y, todavía, por extensión, en buena parte del presente. Para contarnos a las claras que todos los poderes se representan en una violenta pulsión sexual despojada de Eros que tiene como objeto el dominio absoluto del cuerpo. Del otro o de los otros. Pero cualquier parecido del XXX de La Fura con la vida y obra del Divino Marqués –como no podía ser menos– es mera retórica gaseosa en un teatro de cabaret que sirve de recreo. Philosophie de boudoir a la carta para espectadores que hacen visita colectiva en un sex-shop. Así que lo primero que cabe resaltar –y único flanco por el que cabe entrar– es que se trata de un teatro que une al cabaret tradicional parte de la tramoya espectacular que caracteriza al grupo catalán. Y que se incorpora a unos espacios convencionales para públicos mayoritarios que saben que lo que van a ver (el Sade de reclamo) lo han visto en revistas y videos, y en noches de alterne (los menos). Que se hace con un astuto y atinado juego de cámaras y pantallas que combinan a la perfección la retransmisión en directo con imágenes de archivo de los mismos intérpretes, o directamente recogidas del porno. Para eludir los planos escabrosos que serían prohibidos de o Pasolini. Que han sabido plasmar con acierto algunas de las ceremonias que plantea su obra. JULIO CÉSAR de William Shakespeare. Compañía Teatre Lliure. Teatro Jovellanos, Gijón. 14/01/04 Traducción: Salvador Oliva. Escenografía: Bibiana Puigdefàbregas. Iluminación: María Doménech Coreografía: Ferran Carvajal. Vestuario: M. Rafa Serra. Espacio sonoro: Jordi Collet. Intérpretes: Nao Albert, Daiel Casadellà, Joe Roldán, Mireia Aixalà, Pere Arquellué, Ferrán Carvajal, Joan Palau, Matilda Espluga, Cristina Genebat, Julio Manrique, Alicia Pérez, Xavier Ripio, Marc Rodríguez, Eugeni Roig, David Selvas, Gastón. Dirección: Álex Rigola. No quisiera que la poca simpatía que causan a la crítica asturiana montajes como este Julio César, de Rigola, estimule mi exceso de pasión. A menudo la pasión interfiere en la razón artística, y basta que el desinterés ajeno sea manifiesto para que la pasión se encone. Aunque también sabemos que los argumentos se defienden –las más de las veces– apasionadamente. Álex Rigola ha logrado un acabado con el texto de Shakespeare que no es usual en este tipo de acon- Escena de Julio César. tecimientos. Las claves de su propuesta escénica están emplazadas en la naturaleza donde se desenvuelve el mundo que vivimos. Que no es poco. Tanto las de estilo como temáticas. Las que emanan con fuerza del trabajo creativo de su poética con los intérpretes, como las que sobrevienen del Julio César de Shakespeare: la ambición, la envidia, la superstición, la rebelión, la guerra y el orgullo del vencedor justiciero; también la honestidad. Que es la sempiterna enjundia y pulsión que nos identifica. Y nuestra tragedia. La misma que transita por lo siglos de los siglos desde que el mundo es mundo, y que tan atinada y maravillosamente ha plasmado el autor de Stratford. Y la misma que Rigola ha sabido plasmar convenientemente con poé- 97 Mayo 2004 Críticas hacerse en vivo en estas condiciones. Aunque la ausencia de “philosophie”, lo ambicioso y malogrado del proyecto, tampoco tiene por qué restar méritos al resultado. Que no es más –ni menos– que lo propio del café teatro o el cabaret literario en gran formato, con unos excelentes actores muy bien dotados: Teresa Vallejo, Pedro Gutiérrez, Pau Gómez y Sonia Segura. Que dominan sobradamente el género como para contar con eficacia la anécdota argumental de la adaptación, en un juego que requiere intérpretes solventes y con reflejos, capaces de dialogar con el espectador en el patio de butacas. Siempre muy bien arropados en escena por un equipo de profesionales que despliegan una técnica “furera” perfilada. Sincronizada. Tanto en las luces y sonidos como en efectos. Y que son del agrado y gusto del público. Que sigue la obra como si se tratase de un juego, con entusiasmo y humor, con curiosidad por los desnudos y cierta morbosidad festiva. Quizá hay que resaltar por su interés el tratamiento que sobrelleva la imagen cinematográfica en su relación con el fluir del espectáculo. Una videoimagen suplantando la realidad para desvelarnos la dureza de un porno virtual cuyos derroteros permanecen aún sin cerrar. Y que representa la revolución más importante que ha tenido la pornografía en los últimos años. Aunque para acercarnos teatralmente a Sade –repito– no nos reste más que seguir haciéndolo desde la obra de Weiss de Pere Arquillué; o el no menos orgulloso y desconfiado conquistador de Munda, en la correctísima efigie cesárea lograda por Ferran Carvajal, que fue muy discutido a la salida por su exigua voz. Pero todo dentro de una poética que incorpora elementos de contextualización del día, en unos códigos y registros plásticos contemporáneos. Como el vestuario, de esmoquin y frac, una mesa de consejo de dirección de empresa, secuencias sabiamente movidas y coreografiadas con estética Matrix, micros por donde se sueltan los partes de guerra y una banda sonora que funde los temblores epilépticos del César con las premoniciones de traición, rebelión y guerra; seguidas en finales con un Wagner o The Doors de sugestivos y efectivos tonos que nos remiten al Apocalipsis Now. Elementos que están dentro del un campo general de exposición objetivo y “pop”, limpio, y, en cierta manera, épico; tan riguroso y preciso como espectacular, y que, pese al riesgo que implican algunas de las propuestas –a veces los micrófonos son utilizados como arma letal– jamás ponen en peligro o cuestionan la unidad plástica y semántica que el trabajo afronta. Sino que muy al contrario lo refuerzan y afirman. La manera tradicional de representar a los clásicos ha muerto, irremediablemente. Y el Lliure es una buena muestra para constatarlo. Con el Julio César han demostrado que sólo alejándonos de la idea de estilo preconcebida desde donde parte el texto original, Shakespeare se nos aproxima. Ignorarlo no es más que encorsetarse en un sin sentido que rechaza la realidad. Arqueología y paradigma de la reacción presente. ¡MALDITA COCINA! de F. Cabal y Amanda Rodríguez, basada en La cocina de Arnold Wesker. Escuela Superior de Artes y Espectáculos TAI. Sala Triángulo. Madrid, 6 de marzo de 2004. Intérpretes: Teresa Semprún, Amaia Garmendia, Jorge Vales, Jesús Menéndez, Claudia Weitzman, Belén Márquez, Isabel Cubel, Isabel Gábana, Fernando Carral, Juan C. Sánchez, José María Álvarez, Coraly Ortiz, Eva Cortés, Nayra Navarro, Beatriz Argiz, Carolina Peinado, Paula Sanpol, Andrea Schweich y Miguel López. Escenografía: Florencia Campanini. Vestuario: Banca Otamendi. Coreografía: Eliane Capitone. Dirección: Fermín Cabal. La cocina de Wesker es un clásico de los “jóvenes airados” que destacó al lado de otros memorables textos de Pinter. En España lo montó, hace tiempo, Narros, y en los primeros noventa –creo– los alumnos de la RESAD. Entre otros. Obra de realización difícil para principiantes, ya que exige ritmos y biorritmos complicados. Aunque es muy recurrida como ejercicio en las escuelas por ser obra coral muy atractiva. En esta recomendable versión de Fermín Cabal y Amanda Rodríguez, con importantes cambios en los personajes y diálogos puestos al día, la cocina es el laboratorio de la vida donde se cuece la realidad de una ciudad de nuestro entorno. Aunque aquí Madrid sea el modelo preciso. Y la cocina de un restaurante el espacio ejemplar donde se cruzan jerarquías profesionales, relaciones interpersonales de amor esperanzadas o frustradas, con sus respectivos odios; las oportunas problemáticas laborales y sociales que las circunscriben, y los añadidos que traza la inmigración en su integración al trabajo. Es decir: la cocina como el espacio óptimo de representación del presente que mejor compendia el microcosmo civilizador que pasa de lo crudo a lo cocido cada día. Frente a la grada o patio de butacas hay una cocina con tres mesas alargadas de trabajo donde opera el servicio. Aunque las puertas de la sala Triángulo y paredes son utilizadas también en la representación, con mucho acierto, como refuerzo del espacio escénico para que todo sea más verosímil. Al igual que los espaguetis que se preparan y comen, o el olor y picor que produce la cebolla cuando se pica, y que perci- ben los espectadores. Verosimilitud ambiental que se funde bien con el plano general de naturalidad que tienen los personajes, su humor, y algunos despuntes estereotipados. La obra, dividida en cuadros unidos con nexo musical, comienza con la incorporación del personal de cocina al empezar la jornada –ayudantes, cocineros, chef, jefa de servicio, camareras–, momento en que se presenta el equipo y empiezan los problemas, que se irán incrementando a medida que aumentan los ritmos con las exigencias infernales que tiene el restaurante en su pleno apogeo. Hasta acabar en un acto violento de ruptura que da al traste con el negocio, y abre o deja en suspenso el futuro de los implicados, propietaria incluida. Un futuro en precario –suponemos– marcado nuevamente por una realidad hostil en constante pugna con el deseo. Los intérpretes, casi una veintena de jóvenes, con entradas y salidas sin interrupción, sostienen la pieza sin mayores altibajos, y logran un resultado de conjunto excelente. Donde sobresalen algunos de los momentos más recogidos y personales que tiene la pieza, o los papeles que interpretan Claudia Weitzman y Amaia Garmendia, haciendo de Berta y yonqui, respectivamente. Fermín Cabal ha sabido dirigir –y reescribir a dos manos– con la entrañable efectividad a que nos tiene acostumbrados una obra a la que le ha espetado cierta impronta del costumbrismo madrileño. Y ha conseguido junto a la Escuela Superior de Arte y Espectáculos TAI el espectáculo más cálido y entretenido que tiene hoy la ciudad en cartelera. Un teatro al que le van sin paliativos los calificativos de: realista, emotivo, comprometido, crítico, social y divertido. 99 Mayo 2004 La Ratonera / 11 98 ticas distintas a las tradicionales, a sabiendas de que las viejas maneras ya no sirven para devolverle al texto el sentido original. El que ha de estar presente para que Julio César sea el Julio César, siempre. Tres paredes blancas con la palabra “Roma”, unas sillas y unas puertas al fondo son suficiente apoyo para que un plantel de jóvenes actores lo consigan. La anécdota histórica de la pieza es conocida: Idus de marzo. Julio César, el general y dictador romano conquistador de las Galias, es asesinado por un grupo de conspiradores entre los que se encuentra Bruto (el Bruto de “¿tú también hijo mío?” esperado y aquí no versionado). Marco Antonio, oportuno a los hechos, divide los ejércitos y comienza la guerra. Pero la historia no es más que el decorado donde se zurcen los deseos y los caracteres. Que es lo que nos importa. Y que en la propuesta se sostienen muy bien matizados por el conjunto de intérpretes, pese a que las subordinadas y elípticas del castellano se resienten un poco en los acentos. Desde la desdichada Porcia, abandonada en el tálamo por su amor, que Matilde Espluga borda con delicadeza, al virtuoso Bruto, que arrastrado al magnicidio y dividido entre su recíproco amor al César y el odio a su intransigencia, interpreta David Delvas. O el Casio de Julio Manrique, tan justiciero como envidioso con la gloria del tirano, magistralmente construido, al igual que el Marco Antonio de Pilar Murillo. Producción La Diosa del Sarcasmo. Dirección: Nuria Gallardo. Escenografía: Víctor Navarro. Vestuario: Cristina Victoria. Iluminación: Fernando Ayuste. Reparto: Natalia Suárez, Marisa Vallejo, Carolina Sánchez, Susana Mendoza, Daniel Loredo y Alberto Rodríguez. Teatro Palacio Valdés. Jornada de la Mujer Trabajadora. Francisco Díaz-Faes La Ratonera / 11 100 Inspirándose en la biografía de la estancia de la madre de Casona en Miranda de Avilés de José Manuel Feito, Pilar Murillo construye su mejor semblanza teatral, la más intensa de sus escrituras. Con una fórmula que propone Nuria Gallardo para la puesta en escena en la que el propio Casona se presenta ante el público dirigiendo la función en la que aparecerá su madre como protagonista, la misma en la que se basó para el personaje de Nuestra Natacha, Faustina Álvarez García. Es esta pionera de las mutualidades escolares, la organización de las cantinas y la incorporación de las niñas en igualdad de condiciones en el primer decenio del siglo pasado, la que se retrata con especial emoción en el trágico final de su enfermedad. Allí va apareciendo su ambiente familiar e inquietudes en diversos cuadros que trazan sinté- ticamente esta vida. La iluminación de Ayuste, el encuadre en una muy bien resuelta escenografía de Navarro a la que contribuye la maquinaria de Noemí Bastida y Tatiana Fernández Ramírez y la clarividente conjunción del cuadro de actores, doblando personajes han maravillado a la audiencia de un atentísimo público en su estreno de Avilés. El teatro dentro del teatro que domina lateralmente el Alejandro Casona de Alberto Rodríguez, en un nivel presencial pero no secundario, da pié a la interpretación mayor del resto de protagonistas. Ha sido Carolina Sánchez el mayor descubrimiento de la temporada que ha ofrecido este teatro, en una panoplia ejemplar de modulaciones y sensibilidad para acaparar las tipologías de delicadas mujeres. No queda lejos la versatilidad de Susana Mendoza, ni por supuesto aquella en quien recae el personaje que conduce esta historia, la Faustina de Natalia Suárez que va agrandándose conforme transcurre la acción. No dejamos para el final la feliz recuperación para los escenarios asturianos de Marisa Vallejo dando ejemplo de su vigorosa presencia y fortaleza que imprime en el carácter de aquellas a quienes cede su alma. Como suele ocurrir la aportación de Daniel Loredo cambiando de registro dos veces para otros tantos tipos, vuelve a evidenciar el entusiasmo que irradia por su poder de convicción y asimilación de quien no tiene más remedio que mostrarse en toda potencialidad para estar al día de las cinco o seis obras, con sus respectivos textos, con las que trabaja a la vez en, por supuesto, diferentes equipos teatrales. En fin, aquí ha estado algo de un nuevo tiempo que en el momento que refleja este teatro parecía inalcanzable y que sin el ánimo de quienes lucharon por buscar su lugar para la mujer no sólo trabajadora, sino en la familia no existiría. Un tiempo que se ha ido desvirtuando, transformando o descomponiéndose, según como se observe hasta llegar al actual. Que se celebre este acto dentro del día de la mujer trabajadora, es un homenaje tal vez a tantas y tantos que anteriormente se han esforzado por lograr algo así. Que este propio día no desaparezca, así como el instituto de la mujer, y otras entidades específicas para este género, que no es tonto, tal vez signifique que la labor iniciada hace poco más de cien años por ciertas personas, probablemente se encamine por sendas más confusas que equivocadas. Las de la subvención, el socorro público y la tutela eterna de quien no quiere crecer. Pilar Murillo hace aquí su mejor papel pintado por las manos de Nuria Gallardo para el cuadro escénico de nuestra siempre necesitada de valores foráneos Asturias. Música ARABESQUE de Jane Birkin. Teatro Jovellanos, Gijón. 28/01/04 Traducción: Salvador Oliva. Francisco Díaz-Faes Una entrega infinita, fidelidad a su agudeza de niña perpetua, una adolescencia de cinco decenios, musicalidad y suavidad sin vencimiento, una voz aguda que exclama, susurra, exhala: Vino aquí Jane Birkin – ¿o deberíamos decir Virgin, virginal cual Jane sin Tarzán?– Obsequiosa, bella y remunerante atrajo hacia sí miradas y oídos inmersos en su calidez, elegancia y afecto. Ya llegándose al extremo del escenario para depositarse y leer versos, palabras, un alegato de ternura, piedad y compasión, o coloquiando en sus dos idiomas, francés e inglés, explicando el tenor de cada canción y poesías que destilan ternura contra la agresión a la paz. Y lo hizo despidiéndose casi desde el principio en una ceremonia de aplausos dedicados que prolongaría al marcharse en lo que no faltó los que concedió hasta su peluquero. Con acierto habla de seducción de Birkin a Gijón Juan Carlos Gea. Así como en Madrid, para algunos críticos, hizo de médium entre sí y Serge Gainsbourg, su viejo marido ya desaparecido, cineasta, y letrista, su descubridor. El autor y mentor de esta pieza visual, Jane Birkin, actriz que se prolonga cantando en formas caleidoscópicas, ya en catorce discos, girando continuamente alrededor de quien la hizo estrella en 1969. Está Gainsbourg, pero pueden ir apareciendo los chansonieres franceses a nada que tiremos del hilo, no sólo los viejos como Charle Trénet, o Chevalier, sino los nuevos, pasando por Leo Ferré, Georges Brassens o Moustaki, el Jacques Brel que se volcaba, se rendía, en el escenario, y por qué no, Aznavour o el también actor y gran cantante Ives Montand, sin olvidar a Edith Piaff, desgarrada, la Josephine Baker del primitivo siglo XX (y divertido), el propio Luis Mariano, o la coetánea de nuestra artista, François Hardy, la más pop de todas. Qué evocador suena el francés, y somos afrancesados quienes en generación perdida ya no vamos a cumplir 40 años querido Gèrard Applanocourt, y qué empeño en meternos a hablar en inglés, y más ahora casi más que hablar en castellano, “que los nenes hablen inglés”, repiten los políticos, mientras el español, suena cada vez peor y peor se habla, en fin. El francés parece desaparecer, por eso aprecia uno mucho en Birkin esta misión sonora: que suene otra vez estas cancioncillas siempre melódicas. Y ahí va su arreglista Djamel Benyelles al violín y las calibra, pues por otro lado es nada menos mano derecha del argelino Khaled, magna figura en el exilio francés. Y las prolonga en los juegos de imitación de estrofas, tras el inicio al piano sólo con Physique et sans issue, que establece con –arco y flechas del corazón herido de dos instrumentos– voz y cuerda. Pues son Jane y Djamel los que se llama y se responden en sones. Con majestuosidad que ha hecho llorar al menos a uno entre los espectadores: a mí (he de decirlo ahora que nadie me lee). Birkin habla, susurra, con la voz él la responde tensando o destensando el lamento del violín. El cierre de la actuación con La Javanaise de Gainnsbourg, cantado al micrófono en su sola voz (estrictamente no podríamos llamarlo “a capella” pues deberían ser al menos dos), fue regalo de altura y emoción. Así cerró nuevo y viejo ciclo quien tres temas atrás se marchaba del tema instrumental del grupo, algo que suele hacerse en todos los conciertos, para reaparecer esplendorosa como fue- 101 Mayo 2004 FAUSTINA, MADRE DE ALEJANDRO CASONA La Ratonera / 11 go bermellón en vestido de satén. Extasiándose al baile de aires exóticos, soltando el pelo mientras danzaba descalza. Se había acabado su semblante vestido de negro y aparecía de un rojo vivaz que anticiparía que se iba a mover, a bailar, a cantar de nuevo. Y llega lo árabe a inspirar a Birkin no sólo por ser la más inglesa de las cantantes francesas, o la más francesa de las actrices inglesas –recordemos para siempre el jipisimo del film Blow-Up de Antonioni, donde mareaban la perdiz de la psicodelia para dejarnos asombrados en el cine–. Es lo árabe que tiñe a Francia (desde la conquista de Egipto por Napoleón), cual los pintores románticos e impresionistas tiznaron el siglo XIX de mirada nueva. La mirada, la observación que está en todo este recital, bien que se diga “no canta nada”, o “tiene poca voz”, o, bien “me dice poco”, ¿pero cómo, de qué me habla usted? ¿usted es sensible? Jane Birkin ha hablado, ha recitado, nos ha consolado con el canto continuo de una nana francoárabe, ¿quiere más? Suena un magno violín en pizzicato, rasgado con el dedo o en ecos de retorno, y vibráfono, que multiplica la nota. Y la percusión de Aziz Boularoug se toca en timbales, agudos y graves, en cajas templadas de múltiples acentos, por no hablar de la magnitud del laúd magrebí de El Mansouri que la púa magnifíca como bordón doble. Al piano de cola o sintético, Fred Maggi, arranca sonoridad de gran- 103 Mayo 2004 Jane Birkin. 102 deza metálica durante toda la actuación, y la ocasional voz en algunos temas de Moumen, intérprete argelino con voz de muyaidín, llama al recogimiento o al regocijo. No sólo es Djamel –sabiduría de sones que transmite el genio de canción de Argel, Khaled, con quien trabaja–, sino contenidos innovadores a las nebulosas composiciones del magno autor francés Gainsboroug. No llegan a veinte los cantos de la actriz mágica que, depara en esta interesantísima función, desvelando, inquietudes humanitarias y favor por paz y concordia, la tristeza de alegría que equívocamente subyace en esa presencia risueña. Son suficientes. Sin el desgarro depauperado de la autodesaparecida Nico –de correrías del joven Lou Reed y la Velvet Underground–, pero con el mismo tono de melancolía y plenitud. Una lección de profesionalidad perdida para tantos atareados de las artes, música, teatro, cine, que desgraciadamente ignoran pedir una beca para verla, o no saben ni siquiera que ha nacido. Tamaña valía en un teatro iluminado con memorable pulcritud, aumentó al recibimiento a todos y cada uno de quienes fetichistas o no fueron a saludarla al término del concierto donde supo dar, ser y estar. Mientras su vieja perra buldog resoplaba por los pasillos en francés, entre los pies de los transeúntes. Habíamos viajado a un zoco, pero no habíamos salido de Francia. Y aún más, siquiera ni una vez, sonó el respirar gozoso de un acordeón. RIDEA E La Ratonera / 11 104 l pasado 2 de marzo, hacia la una de la tarde, fallecía en un hospital madrileño, víctima de un cáncer pulmonar, el polivalente creador teatral alicantino Alberto Miralles. Tenía 63 años y deja a sus herederos una carrera fulgurante en las filas de la dramaturgia menos convencional y narcotizada. La densa hoja de servicios, en la que no se puede eludir que fue uno de los artífices de la Asociación de Autores de Teatro, habla sin fisuras de un hombre de teatro integral que se distinguió en sus varias facetas escénicas por alentar progresivamente un deseo de toma de conciencia y compromiso social, así como de orgulloso respeto y renovación continuada hacia los postulados dramáticos, ya que entendía el teatro como una manifestación mayor. A los pocos días de su muerte, la escritora Paloma Pedrero condensaba, desde las páginas de La Razón, su figura con una sucesión de adjetivos sumamente definitorios: «Rebelde. Sentimental. Peleón. Bocazas. Elegante. Dinamita. Coqueto. Jocoso. Pelín machista como todos los de su generación. Inteligente. Irónico. Enamorado siempre del teatro». Natural de Elche, donde había nacido el 23 de septiembre de 1940, Alberto Miralles se licenció en Filosofía y Letras (especialidad de Filología Hispánica) en la Universidad Central de Barcelona, titulación académica a la que habría que añadir la de ingeniero técnico por la Escuela de Peritos Químicos de Barcelona o su diplomatura en Arte Dramático y Dirección Escénica por el Instituto del Teatro de la Ciudad Condal; participó como ayudante de dirección en dos montajes históricos de Marsillach: el Marat-Sade, de Peter Weis y Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca, de Martín Recuerda. En Barcelona subió a las tablas, a comienzos de los 60, su primera obra: Aquella risa. La docencia no le fue ajena, ya que desde 1979 Miralles dio clases en la Escuela Superior de Artes y Espectáculos de Madrid, ciudad a la que se había trasladado a vivir en 1976. A Miralles se debe la fundación y dirección del grupo «Cátaro» en 1966, con el que desarrolló sus ideas relativas a la creación colectiva y las influencias del teatro artaudiano y del Living Theatre, poniendo el acento en los ejercicios corporales del actor, al que pretendían devolverle «toda su primitiva, ritual importancia, para demostrar que su cuerpo posee recursos espléndidos que el teatro al uso había ocultado», según dejó escrito. Para y con ellos compuso CataroColón o La guerra y El hombre. El taller de «Cátaro» estaba realmente muy interesado por problemáticas de su época como el militarismo, Vietnam, el racismo, la hambruna del Tercer Mundo o la píldora anticonceptiva, y las llevaban a sus planes de trabajo en común. Parecidos asuntos a los que atenazaban a los componentes de «Cátaro» son los que nos encontramos en el itinerario individual de Miralles, en el que el autor no se aísla de su entorno próximo y humano, y que acabaron conformando el esqueleto y la carne íntima de sus propuestas dramáticas. En Juegos prohibidos, Miralles plantea el ambiente de la Universidad de los cincuenta que él conoció; en Hay motín, compañeras se vuelca sobre la situación de las cárceles de mujeres; en Céfiro agreste de olímpicos embates (expresivamente subtitulada Come y calla que es cultura) lanza sus dardos contra el desencanto de la transición; en El jardín de nuestra infancia propone un debate sobre los enfrentamientos generacionales; en Los amantes del demonio se mete en la boca del lobo para trasladarnos la crudeza 105 Alberto Miralles. tes tan dispares entre sí como Rodríguez Méndez, Lauro Olmo, Martínez Mediero, Francisco Nieva o Jerónimo López Mozo) constituían «la generación más premiada y menos representada». Miralles también hizo incursiones en el cuento, el guión televisivo, el teatro radiofónico, el teatro infantil y juvenil (Aventuras, misterios y maravillas del rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, Los mitos del Siglo de Oro, etcétera) o la novela (con Mi país es tu piel quedó finalista del premio «Plaza y Janés») y el ensayo: a su autoría se deben trabajos como Nuevos rumbos del teatro (1974), Nuevo teatro español: una alternativa social (1977) o La dirección de actores en cine (2000). Con la marcha de Alberto Miralles el teatro español pierde a uno de sus representantes más inquietos, activos y a alguien que no se mordía la lengua a la hora de cantarle cuatro verdades a la realidad. Una lástima su desaparición y un hueco que se dejará sentir en la escena nacional. Mayo 2004 José Luis Campal Fernández CUADERNOS EL PÚBLICO Nº 9 Ha muerto Alberto Miralles del zarpazo del terrorismo etarra; en Cuando las mujeres no podían votar aborda el inicio del sufragio universal en 1931; en Okupas en el Museo del Prado denuncia la política cultural española; en Comisaría especial para mujeres nos da su respuesta ante la lacra social de los malos tratos; en El último dragón del Mediterráneo dibuja la figura del intrigante banquero Juan March. Miralles fue asimismo autor de otras obras dramáticas como: El trino del diablo, Sois como niños, La ira de Job, Una noche de Walpurgis cualquiera, La asamblea de las mujeres, La felicidad de la piedra, Píntame en la eternidad o La presidenta, su última pieza publicada. A lo largo de su trayectoria profesional, Miralles se hizo acreedor de numerosos galardones; él mismo había dicho que los premios servían «para editar el texto y ser autor censado e historiable». Entre los que él logró están, por ejemplo, el Premio Universitario de Cataluña y Baleares, el Nacional Universitario, el premio «Guipúzcoa», el «Serafín y Joaquín Álvarez Quintero», el Premio de Teatro Breve de Valladolid, el de la RAE, el «Eduard Escalante», el «Margarita Xirgú» o el que convoca la SGAE. La treintena larga de distinciones de que se hizo acreedora su producción literaria ejemplifican a la perfección su famosa aseveración de que los autores surgidos a finales de la década de los 50 o principios de los 60 (y entre los que Miralles se contaba junto a gen- Circo El Circo Nacional Chino Zensation Exquisito ballet acrobático Francisco Martín Medrano L La Ratonera / 11 106 os orígenes del circo moderno son los de un espectáculo ecuestre acrobático, que nace en Inglaterra en 1768, y al que se irán añadiendo otras especialidades. Sin embargo la historia universal de la acrobacia tiene antecedentes en China hace más de cinco mil años; donde los primeros acróbatas salieron de los mejores cazadores y, posteriormente, al hacerse el hombre sedentario, incorporaron equilibrios con los objetos propios de las casas: platos, tazones, sillas... Tras la victoria de Mao, a partir de 1951 se da un fuerte impulso a la tradición acrobática. Recientemente, el Ministerio de Cultura se ha desentendido de las compañías y éstas se tienen que autogestionar. En China existen 50.000 acróbatas y 140 compañías oficiales, a las que se conoce por la región a la que pertenecen. Algunas triunfan mientras otras pasan grandes dificultades económicas. En realidad sólo una docena de ellas sale de su país, siendo las más rentables. “Stardust”, importante empresa holandesa del espectáculo (produce los festivales navideños de circo de Stuttgart y Amsterdam entre otros), contrata compañías circenses chinas para realizar giras europeas. En el 2001 presentó en España el espectáculo “Asiana” y, desde el 2002, tiene a “Zensation”, en el que hemos podido paladear este arte milenario de gran belleza. En 1985 vimos en gira por palacios de deportes “El Circo de Pekín”. Aquél, que en lo artístico no resultaba superior a éste, si lo aventajaba en que ofrecía música tradicional en vivo, interpretada por nueve músicos. La grabación devalúa notoriamente la calidad de un espectáculo, mientras que el directo da otro brillo y acabado más completo, resultado de la compenetración entre los artistas del instrumento y los de la pista. En esta ocasión goza de más intimidad, pues, la carpa crea un ambiente mágico y confortable en el que pudimos disfrutar de atracciones sensacionales. Sin presentador, se encadenan unas a otras bien engarzadas por la luz y las coreografías. En el desarrollo de cada uno de los cuadros percibimos que estamos ante un “circo de autor”, en este caso Gui Zhongshan, quien dirige a estos acróbatas de la región de Shandong, grupo creado en 1959. Generalmente son números de grupo y cada artista trabaja en varios. Algunos de los ejercicios presentados ya los conocíamos del “Circo del Sol” (más de treinta artistas de este país asiático están en el circo canadiense), como los mástiles chinos (especialidad en que la troupe de la región de Hunan obtuvo el Payaso de Plata en Montecarlo en el 2000), o el aéreo pendientes de cintas. Sin embargo tienen detalles y rutinas peculiares: en el primero incorporando un mástil oscilante y, en el segundo, siendo adolescentes los artistas (en las escuelas acrobáticas chinas se realizan selecciones de admisión a partir de los seis años). Novedoso también es el número de icarios, en el que los portores llevan su correspondiente trinca, cojín para su espalda, atada a su cintura, lo que les permite diversas variantes. Los números de lucha, concesión para occidente, chocan por la agresividad con la armonía del resto del programa. El humor no es tradicional en este arte, aunque los malabaristas con sombreros nos hagan un guiño. La improvisación y la comunicación visceral del artista con el públi- co es escasa, destaca la concentración. El vestuario, la dulzura de gestos, la juventud y la coreografía son los que crean el extraordinario ambiente. El número del beso en vuelo es de una refinada sensibilidad. La técnica y el equilibrio destacan sobre la fuerza en la pirámide de bancos soportados con los pies de Chen Ke en posición de antipodista (con el que esta región obtuvo en 1984 el Payaso de Oro en Montecarlo). El número que más llegó al público fue el del pavo real, en cuyo final casi veinte chicas giran por la pista sobre una misma bicicleta. Es un número original de este director, con el que estas mismas artistas de Shandong consiguieron en 1997 el Payaso de Oro en el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Las bicicletas dan al ambiente la ligereza y dinamismo de los caballos galopando en la pista circular. Y es entonces cuando sobre distintas bicicletas se componen cuadros plásticos en movimiento de gran perfección, realizados con una aparente gran serenidad; observamos desplazamientos acrobáticos y equilibrios imposibles de no haberlos visto con nuestros propios ojos. Estas ecuyeres sobre ruedas nos evocan las acrobacias a caballo que ya realizaban sus antepasados de la dinastía Song hace un millar de años; mostrándonos cómo el circo acrobático chino es un claro antecedente del circo moderno. 107 Un vuelo de ensueño de seda. Mayo 2004 Circo Circo Circo 109 Troupe de malabaristas con sombreros. Programa. Bilbao, 23-12-03, 20 horas. 1 Música grabada. 2 Desfile del ejército de terracota 3 Troupe de acróbatas en cinco mástiles chinos. 4 Contorsionista con equilibrio de velas. 5 Coreografía aérea con cintas verticales elásti- cas de cinco jóvenes: “Los Gatos garbosos”. 6 Saltadores de aros chinos. 7 Juegos en grupo con diábolos 8 Troupe de malabaristas con sombreros. 9 La pirámide de equilibristas sobre bancos con portora antipodista. El pavo real sobre ruedas, número premiado con el Payaso de Oro en Montecarlo en 1997. Descanso. 10 Troupe de saltadores y piramidistas Wushu. 11 Vuelo de parejas colgadas de telas. 12 Icarios con tres portores. 13 Número de olímpicos con cuatro atletas femeninas: “Los cuatro grandes Océanos”. 14 Los leones chinos acrobáticos 15 Bosque de equilibristas con platos. 16 Exhibición de distintas artes marciales con boquens, katanas... 17 La gran troupe femenina sobre bicicletas. 18 El adiós de la compañía. Mayo 2004 La Ratonera / 11 108 Mary Chely Fernández S La Ratonera / 11 110 e presentó en público el pasado 16 de enero en la sede de la ESAD la Federación de Grupos de Teatro AficionadoAmateur del Principado de Asturias (FETEAS) como consecuencia de un par de reuniones de las que fue anfitrión el grupo de teatro Trama de Granda hace poco más de un año. A la mesa presidencial del acto se sentaron: el presidente y vicepresidenta de FETEAS, José Luis Campa y Gemma de Luís, Marián Osácar, de la FMC y UP en representación del Ayuntamiento; Julia Martín, directora de la E.S.A.D. y, como invitados especiales venidos expresamente para el evento, el presidente y el secretario de la Confederación Estatal de Teatro Aficionado (C.E.T.A.) Josep María Porta y Rafael González que son, respectivamente, presidentes a su vez de las federaciones de Cataluña y Castilla-León. Entre el público, representantes de los medios de comunicación, Cajastur, Unión de Actores de Asturias, grupos de teatro y programadores. En la actualidad cuenta FETEAS con los siguientes 19 socios: Contraste, Tándem, Polimnia, Caracol, El Sostén, La Capacha, El Hórreo, Electra, La Galerna, Telón de Fondo, Traslluz, Kumen, Atodaprisa, Trama, Punto sin Coma, La Peseta, La castalia, Amalgama y Cía. Asturiana de Comedias. Lo que no es poco en un escaso año de andadura, aunque en la región sean muy numerosos los grupos de teatro no profesional. Esta unión se percibía como una necesidad cada vez más evidente, teniendo en cuenta que Asturias era ya una de las contadas autonomías que, con una tradición teatral tan amplia y antigua, carecía de federación. Las ventajas de este paso parecen claras, y vamos a enumerarlas como los objetivos prioritarios de la actual Junta Directiva. 1º) Integrarse en la C.E.T.A. Esto supone poder tomar parte en los festivales, cursos y demás actividades que se organicen a nivel estatal en condiciones muy ventajosas bien como participantes o bien, simplemente, como público (precios, alojamientos, etc.). Lo anterior conlleva la integración en A.I.T.A.S., de ámbito internacional, a lo que podemos aplicar todo lo anteriormente dicho, pero fuera de nuestras fronteras. Centrándonos ahora en los objetivos que tocan exclusivamente el ámbito territorial de FETEAS, tendríamos: 2º) Contratación de un seguro de Responsabilidad Civil para todo el conjunto de asociados que, al resultar mucho más económico que los de tipo individual, permitirá tener cubiertos los riesgos a los que aún no lo tuvieran por motivos de liquidez y ahorrarles dinero a los demás. 3º) Una oferta de formación especializada para sus componentes, tratando de buscar horarios compatibles, que era una de las mayores dificultades hasta la fecha para participar en los cursos que organizaban otras instancias. 4º) Negociar descuentos especiales para los grupos federados con las casas distribuidoras de material específico (iluminación, sonido, escenografía, etc.) 5º) La realización de una Feria de Teatro Amateur a nivel autonómico en el presente año donde pueda ser visto por aficionados y programadores de dentro y fuera, el trabajo de todos aquellos asociados que lo deseen y cuya sede será probablemente Gijón, debido al mayor número de espacios escénicos que posee. 6º) Ver la posibilidad de creación de un Circuito de teatro Aficionado, paralelo al Profesional que no com- Silvia, del grupo Atodaprisa; José Luis Campa, del grupo Contraste y Mary Chely Fernández, de La Galerna. ción interesada convoque una asamblea extraordinaria en que se tome el acuerdo de pertenecer a FETEAS y envíen a la misma un certificado del secretario en que conste dicho acuerdo. Para más información y consul- tas, os facilitamos las direcciones postal y electrónica de la entidad. F.E.T.E.A.S. La Pontica s/n. Cabueñes 33394 Gijón feteas@hotmail.com 111 Mayo 2004 Federación de Teatro Aficionado pita con el mismo y permita a los grupos mostrar la calidad de sus trabajos al mayor público posible. 7º) En este punto tenemos el “superproyecto”, al decir de alguno de los directivos, de la realización del montaje de una obra para el 2005, que sea representación de la propia FETEAS cuya dirección, actores y técnicos provengan de los distintos grupos federados. Más a medio plazo y optimistamente, se tiene también en cuenta la posibilidad de que la Federación Asturiana sea la organizadora de una Feria Nacional que se está celebrando bianualmente en la actualidad y cuya próxima sede será Valencia. Y todo esto, teatreras y teatreros, por la módica cantidad de 60 € por grupo al año. ¡Anímense los indecisos! Sólo es preciso que la asocia- 112 La Ratonera / 11 La dama l’alba Alejandro Casona Traducida por Sixto Cortina VTP Editorial Coleición El Globu, 1 12,5 x 20. 98 pax. Xixón, 2003 más conocida del autor de Bisuyu. Considerada la obra más completa del dramaturgu asturianu, ye tamién probablemente la más editada. L’autor de Bisuyu, qu’escribiere La dama l’alba ente los años 1943 y 1944, dixo que nella dexare muncho de la so infancia y del so corazón. Dedica la obra: “A la mio tierra d’Asturies: al so paisaxe, a los sos homes, al so espíritu.” Y, cuando-y preguntaben por ella, xustificábala diciendo que los porqués de La Dama… taben na so tierra. Nun ye d’estrañar que seya esta obra y non otra de la llarga bibliografía de Casona la elixida pa tornase a l’asturiano, lo mesmo que se ficiere en so día con L’aldea perdida de Palacio Valdés. Al marxe del alderique sobre si deben o nun deben tornase obres del castellán al asturiano (que a algunos abúlta-yos una pérdida de tiempu y de perres), hai que dicir que nesti casu la traducción vien de la mano de Sixto Cortina (Xixón, 1966) autor de El sitiu de Numancia (VTP, 1996) y que tá consideráu como ún de los meyores traductores asturianos. Ente les sos tornes destaquen les de Xuan Salvador Gaviota de Richard Bach (en collaboración con Inaciu Iglesias, Conseyería d’Educación, 1991); Les aventures de Pinocho de Carlo Collodi (Llibros del Pexe, 1991); El día non devueltu de Giovanni Papini (Llibros del Pexe, 1993), La lluna y les fogueres de Cesare Pavese (Trabe, 1993), El caballu d’ébanu (versión d’ún de los meyores rellatos de les Mil y una nueches, Llibros del Pexe, 1996) y L’aldea perdida, d’Armando Palacio Valdés (VTP, 1998). Nun hai qu’escaecer que, encuantes a la torna, el castellán pué convertise nun enemigu del traductor porque mos invita munches veces a “hiperasturianizar” el testu nel afán d’estremar una llingua d’otra; lo que nel casu del teatru estropia tovía más la obra al facela “estraña” pal públicu. El problema nun tá no que se traduz, si non en cómo se fai. Nesti casu, Cortina, avezáu a enfrentase con estes dificultaes, cuida’l llinguaxe del testu ensin que pierda na torna’l tonu poéticu que la carauteriza. Recupera asina pal públicu asturianu a ún de los sos autores más emblemáticos nel númberu 1 de la coleición El Globu de VTP, que sigue apostando con aciertu poles traducciones. El diseñu de la cubierta ye de Pedro Lanza. Asomeya a esa Anxélica pensatible enantes de metese nel remanse. Avisómos una estrella Monserrat Garnacho Escayo Dibuxos: Juan Díaz-Faes Díaz Editorial Trabe Coleición Montesín Redrueyu, 23 Uviéu, 2003 Ana Vanessa Gutierrez “Avisómos una estrella nun ye otra cosa que l’adaptación pal teatru del cuentu bíblicu del nacimientu de Cristo (…)”. Asina describe la propia autora la obra recientemente asoleyada por Trabe y que tá pensada pa ser representada por escolinos, dende los más párvulos. Con una puesta n’escena cenciella, la hestoria trescurre alredor del portal de Belén onde tá Xesús recién nacíu. Sentaos antre’l fueu tan los pastores charrando y, un poco más separtaos, el resto los personaxes que lleguen a da-y los sos presentes. Ente ellos tán l’Ánxel cola estrella, los Reis Magos, Simón Pedro, Herodes colos Antón. El cantu’l cisne 113 Lluis Antón González Editorial Ámbitu Coleición ámbitu, 23 Uviéu, 2002, 56 páxines Chechu García Dos pieces escrites pa la escena a partir de testos de Chejov y que reflexonen alrodiu del papel del actor, de la vocación y del fracasu, nun cascayu de diálogos intensos y sombríos. Un vieyu actor, solu en mitá d´un escenariu, declamando´l so penosu monólogu pa naide, ye´l entamu de Antón el Cantu´l cisne, primer de les pieces. Un monólogu nel qu´a poco y a poco se dirán esbillando les alcordances de Libros y revistas N Ana Vanessa Gutiérrez el añu del centenariu de Casona, VTP espubliza la torna al asturiano de la obra Mayo 2004 Libros y revistas soldaos, la Madalena, la Samaritana, Xuan el Bautista, Moisés, el Diablu, Pilatos y otres figures bíbliques que van acercándose a ufierta-y les sos ofrendes mentres van cuntando (recitando, porque’l testu tá escritu en versu) la vida y el destín que-y espera al Mesías. Nesti sen, la obra permite qu’intervengan toles persones que quieran, lleendo alguna poesía. Montserrat Garnacho (Mieres, 1952), amás de trabayar como maestra, ye autora de munchos trabayos periodísticos y lliterarios, la mayor parte d’ellos dedicaos al públicu infantil. De la so esperiencia colos neños nel Taller de Teatru del Colexu Lastra, ñacen tamién una serie de testos que depués foron publicaos, como ye’l casu de Maruxes y Xuanes (Trabe 2000) –divertida obra na que rinde un homenaxe al teatru costumista–, La Sal y el formientu (Trabe 2002) –na que recueye una serie de cuentos populares pa llevalos al teatru– o El formientu y la sal (Trabe 2003). La obra, editada na cuidada coleición Montesín Redrueyu por Trabe, va illustrada polos debuxos de Juan Díaz-Faes Díaz (Uviéu, 1982). Ye estudiante de Belles Artes en Salamanca y tien fecho dalgunes collaboraciones nes revistes Amajazz y Dr. Planeta. Les sos illustraciones faen que’l llibru resulte aínda más atractivu y divertíu pa los neños. Trabe tá apuntu sacar otru nueu llibru de Montse Garnacho, illustráu tamién por Juan Díaz-Faes, tituláu Coles tripes na garganta. La Ratonera / 11 114 Equí nun paga naide Dario Fo Versión Lluis Antón González Editorial Ámbitu Coleición ámbitu, 28 Uviéu, 2003, 64 páxines Les manes en caxón Nel Amaro Editorial Trabe Colección Trabe puntu y coma teatru, nº10 Uviéu, 2003, 96 páginas Aique Facuriella séntamos la obra de Darío Fo Equí nun paga naide con versión de Lluis Antón Gonzalez. Un claru exemplu de teatru comprometíu cola conciencia de clas, una comedia onde lo tráxico esvanezse con unos intelixentes diálogos dramáticos, personaxes prestosísimos y un puntu de franqueza que-y da´l conxuntu del testu una borrina tresgresora, de llibertá nes situaciones más inxustes. Darío Fo sigue na so llínea como voceru d´una clas trabayadora y escaecida que yá nun tien nada que perder. Lluis Antón, torna con naturalidá, ensín perasturianismos, acertando coles expresiones y la mentalidá asturiana, tan irónica y chanciona. Equí nun paga naide represéntola n´Asturies Telón de fondo con gran éxitu de públicu. Nel Amaro se presenta de nuevo ante los lectores de teatro en asturiano con Les manes en caxón. Las tres piezas cortas y dos monólogos que componen el volumen convergen en un punto: las relaciones de pareja. De hecho, a medida que leemos, es fácil imaginar cómo los personajes de las cinco obras van llegando al escenario por diferentes entradas y, casi simultáneamente, abren sus vidas al público para ir marchándose luego cada uno por su lado. El tema del suicidio como solución también está presente en todas las obras salvo en La píldora. Cada grupo ocupa su espacio sobre las tablas, sin interferir en la conversación de los otros, pero el público sabe que todos forman parte del mismo mundo. Un mundo que no es sino el mismo de todos los días pero pasado por la mirada deformante de Nel Amaro. Estas palabras no deben ser entendidas como un reproche, sino como el recuerdo de una ley universal: todas las miradas deforman, cada persona amplía ciertos aspectos de la realidad y minimiza otros. En el caso de Nel Amaro, su acercamiento se compone de una cotidianidad en la que resalta un absurdo aderezado con una pizca de surrealismo. Excepto en La píldora, la segunda obra de Les manes en caxón, los personajes son conscientes de que están siendo observados, acuden al teatro sabiendo que los estamos viendo y obran en consecuencia. Muchas veces se preocupan más de cómo reaccionará el público que de cómo reaccionarán sus interlocutores en el escenario. Este hecho, aunque muy bien integrado en los monólogos, rompe algunas veces el desarrollo de las obras en las que intervienen varios personajes. Una vez quebrado el pacto de ficción, Amaro deja por unos momentos de contarnos una historia para intentar hacer teoría literaria. Como dijimos al principio, cada una de las obras tiene sus propios principio y fin y apenas convergen en que todas hablan de parejas. La primera de ellas, ¡Qué felicidá!, comienza al final de una “prolongada y prolífica” noche de amor. En ese momento, en vez de caer rendidos sobre la cama, dormidos entre las sábanas revueltas, Él y Ella (los dos personajes de la obra) empiezan una discusión acerca de lo felices que son, una felicidad que rápidamente entienden como aburrimiento, por lo que en seguida se ponen a buscar formas de romper con esa dichosa (en los dos sentidos de la palabra) monotonía. La disputa adquiere intensidad cuando Ella propone como solución a Carlos Marx (aunque no queda claro en qué medida la plusvalía puede animar las relaciones conyugales), y también cerca del final, cuando, después de recordar sus tiempos de enamorados novios frecuentadores de parques con estatuas, se les ocurre mentar el suicidio. Podría parecer que la obra va a resolverse de modo trágico, pero no, ambos regresan plácidamente al punto de partida, felices y aburridos. La píldora es, tal vez, la pieza con mayor carga de crítica social. Nel Amaro dirige el objetivo de su pluma hacia la hipocresía de aquellos moralistas que cargan sobre las espaldas de otros las alforjas que ellos se han sacudido sin ruborizarse. Sin embargo, aunque la primera sensación es de una denuncia irónica y aguda, al terminar queda la sensación de que Amaro, si no ha errado el tiro, al menos no ha disparado con la precisión que era de esperar. Donde hay una mayor carga surrealista es en L’angustia de Sixto P. Salvo la discusión con su esposa y la obsesión por el trabajo de Sixto P. después de perderla a consecuencia de aquélla discusión, la obra es en todo punto inverosímil. Sin embargo, esto no quiere decir que sea prescindible, pues hay momentos, como el de las brujas, en los que una buena puesta en escena haría que mereciese la pena pagar la entrada del teatro. Por lo que se refiere a los monólogos, comparten, además de la pareja y el suicidio, el tema de la soledad. Ambos protagonistas han perdido sus relaciones familiares, sociales y conyugales, aunque de distinta forma: mientras que en el caso de Hamlet ha sido la muerte y las intrigas quienes se los han llevado, da la impresión de que Lin de la Llonga se ha apartado de su mujer por propia voluntad aunque sin quererlo. En todo el monólogo no se nos explica la supuesta traición de Sunta, la esposa, una traición que no tiene otra salida sino el suicidio de Lin. Por el final, más bien da la impresión de que Amaro quería explayarse sobre las virtudes del suicidio y únicamente con ese fin llamó sobre las tablas a Lin y Sunta, de cuya vida poco o nada nos cuenta. Al terminar la lectura, una cara conocida (será Marx o el propio Amaro) parece preguntarnos desde la portada con pétrea ironía “¿te quedó algo claro?”. Libros y revistas Chechu García La editorial Ámbitu sigue col apueste pol teatru n´asturianu y pre- 115 Mayo 2004 toa una vida dedicada a la escena, na que´l fracasu interpretativu representa un fracasu vital, nel que´l actor intenta inútilmente contestar a les entrugues que-y dean sentíu a la vida, y que lu llevarán nun revolvín d´intensidá y emoción a topase cola verdá desnuda. En Diálogu con Chejov, segunda de les pieces, ufiértasemos una entrevista con Chejov, la so rellación coles lletres, col teatru del arte y Stanislavsky, cola vida... nun metafóricu paséu pel bosque. D´esta miente, les reflexones sobre´l teatru, l´actuación y la escritura van amestándose cola figura del escritor qu ínspiró el testu, d´una forma elegante y precisa. Lluis Antón González Fernández, nome perconocíu nel mundu teatral asturianu, vien a xuntase a esti espoxigue de testos n´asturianu, con una obra d´una perfección formal admirable y un dominiu del tempo y la intensidá dramática envidiables. Too un aciertu editorial qu´hai d´agradecer a Ámbitu. Verdadero y falso 116 David Mamet Ediciones del Bronce Barcelona. 2003 La Ratonera / 11 Roberto Corte Si no le falta parte de razón a David Mamet para escribir este panfleto contra los profesores y las escuelas de teatro al uso, le sobra serosidad y resentimiento al hacerlo de esta manera. La treintena de –aparentemente apacibles y amenos– artículos recogidos en el volumen, presentados como manual de actores, traspiran un radical ataque a la pedagogía, a la investigación, y la experimentación escénica. O lo que es lo mismo: un vuelco incondicional a la ideología profesional que deviene en exclusiva del mercado. Para Mamet el actor ha Ramón López, en la vida teatral del municipio durante todos estos años, ha hecho de Langreo un buen modelo de programación y gestión para nuestra región. Anuario de teatro de Asturias 2003 Veinte años de Kumen Catálogo. 2003 Junto al Área de Cultura del Ayuntamiento de Langreo el Grupo Kumen (La Nueva, Langreo, 1983) organizó el pasado otoño una exposición para conmemorar sus veinte años de existencia. La instalación, efectuada en el Teatro de La Felguera, recogía carteles, programas, vestuario de los espectáculos realizados, representación de extractos de los mismos, y casi un centenar de fotografías. Las actividades se cerraron con la edición de un catálogo antológico que contiene comentarios a cada uno sus montajes, sinopsis argumental, y el nombre de todos los intérpretes y colaboradores. La incontestable incidencia del Teatro Kumen y de su director, José Primer acto Boni Ortíz Oris Teatro Ediciones Gijón, 2003 Nº 302, 1/2004. Ricardo de la Vega, 18. 28028 Madrid Francisco Díaz-Faes La revista, como hizo en años anteriores con otros ganadores, incluye entre sus páginas el Premio Born 2003, Patera, de Juan Pablo Vallejo, en edición bilingüe catalán-castellano; un monográfico bajo el epígrafe “Mujeres en escena”, con colaboraciones y texto inédito de Itziar Pascual, junto a otras; un pequeño homenaje-recordatorio a Enrique Buena Ventura y un interesante artículo de David Ladra sobre Alberti y Noche de guerra en el museo del Prado. Cierra el número los espacios habituales. Decía yo en la chistosa segunda presentación del Anuario de Teatro de Asturias, el pasado 6 de Abril, que “si consideramos los bares como una medida de presión” yo había conocido a Boni Ortiz en los primeros ochenta en una medida de presión, en un bar, en el café Gijón, más exactamente. Ahora ya no como cliente aprecio la valía de su investigación que va, dato a dato, rozando el sesgo de la erudición. Todo lo que difunde este rotundo personaje parece de interés renovado alrededor de esta villa y sus aledaños teatrales. En la primera presentación, en plena celebración del último Feten, nos fue dada una publicación tan necesaria, a nuestra observación. Casi a libro, o, a catálogo por año, viene saliendo este entusiasta de la escena dramática en Asturias. Más de mil representaciones ha contabilizado para el período estudiado con 33 estrenos de diversos grupos teatrales de la profesión. Otros que no se consideran profesionales no son recogidos, así como algunos datos, generalmente no cedidos por los propios interesados. Tiene el valor este documento del carácter pionero, el mismo que dio título hace casi 5 años a su primer libro: Los pioneros del teatro en Asturias. No como otra cosa veo lo que hace, como un precursor, un explorador o colonizador de tierras incultas, que, si bien yo intenté rozar (digámoslo en términos agrícolas, desbrozar, desmadejar), desde hace casi 16 años –por ejemplo en los primeros anuarios de Asturias publicados a finales de los 80, en los que colaboré discretamente, o pobremente–, posiblemente haya logrado lo contrario (liar, enrevesar, complicar). Tomémoslo pues como una actividad nueva y si es cierto que algunos han visto tachas o pegas en el conjunto de este estudio, como repeticiones de textos o estrenos, grupos y datos, o falta de algunos esenciales, nada de ello excluye que con la aquiescencia de todos se vaya logrando mejorar. Bien es cierto que muchos datos, seguramente, como ha apuntado en Avilés, no sea muy beneficioso dar a la luz, pues es bien sabido que la economía sumergida pulula por este mundo de la farsa, escabuyéndose de la subvención y su control. Pero henos aquí ante la verdad, escrita para aficionados y técnicos: estrenos, certámenes, encuentros y festivales, aniversarios (como el de Casona), exposiciones, enseñanza, lista de locales de Gijón, premios y subvenciones, revistas de prensa, directorio, efemérides y un listado general de funciones del año ¿Que ha de cambiar, mejorarse, modificar, corregir errores, inventar apartados? ¿Podemos esperar más énfasis, más sitio, para los grupos de amateurs, el ballet, la danza, títeres u otras disciplinas como la pantomima, o los malabares teatralizados, el teatro de objetos y otras artes menores que nos visitan? Sin duda. Tras su obra de los fundadores del teatro moderno del siglo XX, su trabajo de Lorca y Asturias, o el de Aurora Sánchez y el teatro costumbrista, ahora, este Anuario viste de luces las sombras del teatro que desde hace años venimos sistematizando, poniendo orden y desordenando para darlo a entender, a conocer, divulgarlo, sin hacerlo vulgar, algunos pocos. O algún poco como yo: el más ferviente admirador de este hombre que tiene por compañero en LA RATONERA, y que envidiando todo lo que hace, solo desea que no desista y consuele la próxima temporada con más novedades, ideas, ganas de vivir y dar a conocer aspectos ignotos del arte escénico. Libros y revistas 117 Mayo 2004 de limitarse a soltar, con un poco de tiento, las palabras que contiene el texto, sin más. Ya que cualquier otro elemento mediador entre la escritura y el público, que no sea el intérprete, es cáncer para la escena. Margen, 25 años Editado por Teatro Margen Oviedo, 2003 Francisco Díaz-Faes Cancio y Ramón Pérez, fallecidos casi de seguido–, donde se inicia el paseo por este laberinto de la escena asturiana, por su envejecimiento y su vigor que aún mantienen a mi modo de ver, gentes como Arturo Castro y José Lobato. Ni que decir tiene que la presentación de Miguel Ángel Granda abriendo la secuencia de las obras de este mítico grupo con Y los cíclopes salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo, es un homenaje a este hombre desplazado ya de nuestras tierras a las procelosas aguas del teatro suburbano de Madrid y provincias en su personal viaje a ninguna parte. Pero sobre todo es el inicio de una trayectoria extensísima que entremete en un prólogo exacto de anécdotas, la sabiduría de ese amigo del alma en la crítica del grupo, que es Julio Rodríguez Blanco. Allá quedaron con sus cuitas e inquietudes gentes por el camino, entre enfados y desavenencias que la concordia del tiempo siempre deja en sus sitios, en personas de la valía de Margarita Rodríguez y Etelvino Vázquez por ejemplo. El libro se estructura con las estaciones de la larga treintena de espectáculos que han ido acotando con palabras de gentes allegadas o interesadas en el teatro y la trayectoria de Margen. Desde La fauna de Vetusta que anticipa Pedro Alberto Marcos al cierre de una mesa que dirigió la periodista Marta Barbón con especialistas como el profesor Insuela y el director del Palacio Valdés Antonio Ripoll. Por eso, escudriñar en estos textos es volver a rememorar la recepción 119 que las imágenes –casi todas del portento de Paco Paredes, a las que se añaden las de inquietud tan artística como la de Jose Lui G. Nieto, por no hablar de Nebot, Santiago García o Carlos Gutiérrez, profesionales de la cámara–, representan. Aquí están gentes que creo han visto pasar por sí mismo, por sus vidas, a Margen, como yo: Julia Martín, Paco Prieto, Higinio del Río, Paco Cao, Javier Villanueva, Leandro Pozas, Francisco G. Orejas, Etelvino Vázquez, Javier Maqua, el gran Joaquim Benite (director de teatro desde Lisboa), Joaquín Fuertes, Adolfo Camilo Díaz, Leopoldo García-Pumarino, Ana Cristina Tolivar Alas, Juan José Plans y Alberto Vega. Desgranar estas palabras, los pies de fotos y comentarios, los retazos de diálogos, las anécdotas, contemplar la figuración, las iluminaciones, el vestuario y la caracterización, la complejidad de las escenografías, que sólo un descuido hurtó a nues- tra RATONERA destacar con más ahínco, es hacer un repaso al teatro en la democracia, a la tutela de las instituciones que han supervisado y dado el visto bueno, a la creatividad de estos actores que en número de dos aún quedan renovando las intenciones y ansias del teatro en Asturias, iniciando a nuevos valores, generando obras originales, transformando textos viejos, tomando la calle en la expresión más divertida y espectacular. Libros y revistas Mayo 2004 La Ratonera / 11 118 Veo aquí un magnífico compendio de libro luminoso y fotográfico de Margen, su vida, su muerte y su permanencia teatral, pues en teatro, tan acostumbrado a la defunción de cada función, tal vez ninguna muerte sea total. Con un juicio estético de diseño interior y cubierta de Juan M. Román que posiblemente merezca además del reconocimiento público el premio de una entidad que a ello se dedique. En efecto, el esperado libro de Margen ha salido a la luz de forma espectacular tras un largo parto, no se si lastimoso. Y sale no como fugaz cometa sin estela, sino cual aurora boreal que iluminará las noches polares de los extremos aficionados del teatro. Y digo lo de extremos porque los aficionados son eso mismo, el margen de lo que no hace tanto era el fulgor de una actividad que causaba sensación. Margen estuvo en esa sensación durante mucho tiempo. No sólo por ser el crisol de otras tres experiencias que se unieron en 1977 desde Caterva, La Carreta y Trasgos. No es ya el título por tanto exacto, han pasado más de los 25 años de su fundación, que da nombre al libro Margen, 25 años. Y es en la primera foto de las presencias y las ausencias –sobre todo en la de los desaparecidos Ceferino La Ratonera / 11 120