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volumen 2 - número 2 - abril - junio - 2011 VOL. 2 NÚM. 2 Editor Raúl J. Arciniega Vega Co-Editor Comité Editorial Alberto Lifshitz Guinzberg José Emilio Exaire Murad Antonio Soda Merhy Carlos García Irigoyen Francisco J. Ochoa Carrillo David Servín Hernández Roberto J. Hinojos Villaseñor Sergio R. Álvarez Rubio Magda Luz Atrian Salazar Mario Rodríguez León Carlos Garay Consejo Editorial Federico Bonilla Marín William H. Ortiz Briceño Alejandro Dueñas Corona Saúl Díaz López Juan Francisco Elizalde García Martín Ruíz Aguirre Juan A. Hernández Alcalá REVISTA ARCHIVOS DE MEDICINA GENERAL DE MÉXICO se encuentra bajo protección de recserva de derechos ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor número 04-2010-122113000200-20, ISSN en trámite, autorización COFEPRIS en trámite. Prohibida la reproducción total y/o parcial del contenido de la presente revista sin la autorización expresa del editor. ABRIL-JUNIO 2011 Contenido volumen 2 - número 2 - abril - junio - 2011 EDITORIAL Mensaje del Editor 61 Editor's message Raúl J. Arciniega-Vega EXPLORACIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE Interrogatorio y exploración en oftalmología para el médico general 63 Ofthalmologic exploration in general practice José Enrique Ramírez-Vega MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS Elementos para el manejo del paciente diabético tipo 2 por el médico general. (1a parte) 71 Tipe 2 Diabetic patient. Basic mannagement from general practitioner. (Part one) Raúl J. Arciniega-Vega INTERCONSULTANDO AL ESPECIALISTA Litiasis urinaria Urolithiasis Carlos García-Irigoyen, Jaime Saavedra-Abril 83 Contenido volumen 2 - número 2 - abril - junio - 2011 CONTRIBUCIONES ORIGINALES Los médicos generales certificados y las instituciones de salud en México 95 Certificated general practitioners and medicalinstitutions in Mexico Juan Urrusti-Sanz Recertificación en Medicina General. Créditos validos 97 Certification Rencival in General Medicine. Valid Credits Instrucciones para los autores Instructions for the Authors 99 EDITORIAL Mensaje del Editor El dirijirme a nuestra audiencia en esta ocación representa una doble satisfacción. La primera es que a partir del presente número se une al cuerpo editorial un médico distinguido, con una trayectoria amplia y reconocida en el ámbito editorial médico; me refiero al Dr. Francisco Espinosa Larrañaga editor de la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social lo que representa un alto honor pues el trabajo de Archivos de Medicina General de México, sin duda alguna se verá fortalecido. Agradezco en forma muy especial el que el Dr. Espinosa haya aceptado la invitación para trabajar como editor asociado pues comparte la visión de los que creemos en este proyecto. Por otro lado, debemos hacer del conocimiento de nuestros lectores que el Subcomité de Educación Médica Continua del Comité Normativo Nacional de Medicina General, también conocido como CONAMEGE, a tra- Recibido 31-07-2010 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 61 vés del registro 1434/2010, ha concedido un punto por cada cuestionario contestado en forma correcta con validez para fines de recertificación de los médicos generales ante el Consejo Nacional de Certificación en Medicina General. Si tomamos en cuenta que en cada número se incluyen dos cuestionarios, en un año se reunirán un total de ocho puntos; ahora bien, la vigencia del certificado en medicina general es de cinco años con lo que en ese lapso un médico podría alcanzar hasta cuarenta puntos válidos para su revalidación del certificado en medicina general. Con lo dicho anteriormente, sabemos que el compromiso de ofrecer material original y de alta calidad para educar al médico general se hace más importante lo que al final dará como resultado que éste posea competencias definidas en términos de excelencia y no que cumpla solamente con criterios mínimos para otorgar atención a la sociedad. Aceptado 31-08-2010 61 62 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 62 EXPLORACIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE Interrogatorio y exploración en oftalmología para el médico general Dr. José Enrique Ramírez-Vega Médico Cirujano Oftalmólogo, Exjefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Regional “Dr. Carlos Mc Gregor” del Instituto Mexicano del Seguro Social. México D.F. Profesor titular de la asignatura de Oftalmología en la West Hill University, Campus D.F. México. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología. Miembro de la Asociación Panamericana de Oftalmología Resumen El presente trabajo tiene como objetivo principal el exponer los fundamentos clínicos que constituyen una exploración oftalmológica mínima a realizar por el médico general. El autor aborda de forma general los procedimientos que implica la exploración del sentido de la visión en el primer nivel de atención y para los que no resulta necesario contar con aparatos de alta tecnología, haciendo mención de las patologías más frecuentes que pueden identificarse en el curso de una exploración oftalmológica general. Palabras clave Médico general, Oftalmología, Exploración oftalmológica Recibido 31-07-2010 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 Abstract Goal of this work is exposed fundamental clinical proceedings in ophthalmologic exploration for general practitioners. Author makes an general approach of minimal proceedings for exploring visual sense without need of high technology implements in first attention health level and mentioned about more prevalent ophthalmologic diseases found in general exploration. Key words General practitioner, Ophthalmology, Ophthalmologic exploration Aceptado 31-08-2010 63 José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología Introducción La demanda de consulta concerniente a problemas oftalmológicos para el médico en el primer nivel de atención resulta ser muy frecuente y abarca desde conjuntivitis hasta cuadros que por su complejidad diagnóstica y de manejo, deben ser canalizados por el médico general al especialista. Existen otras condiciones donde las acciones preventivas implementadas por el médico general resultan de primera importancia, como es evidente en el manejo del paciente diabético donde el control metabólico y la revisión oftalmológica periódica en el consultorio del médico general son de vital importancia, tales acciones se deben realizar con el mínimo de aparatos para lo que el médico solo requiere de realizar un buen interrogatorio dirigido, explorar al paciente y saber manejar un oftalmoscopio. Interrogatorio en oftalmología Al igual que en toda especialidad médica, en oftalmología es muy importante realizar un adecuado interrogatorio y una buena exploración para iniciar el tratamiento oportuno y completo y de esa manera resolver las alteraciones que nuestro paciente refiere. Cabe mencionar que en la actualidad los recursos para la exploración oftalmológica son cada vez más precisos y sofisticados y muchas veces están fuera del alcance de la mayoría de los médicos en ejercicio de la medicina general o familiar, por lo que el interrogatorio y la exploración física adquieren una importancia capital en nuestro trabajo profesional. Es por esto que intentaremos recordar los puntos importantes para un interrogatorio amplio y una exploración lo más completa posible. Ficha de identificación: debe contener entre otros datos la edad pues tiene importancia debido a que hay padecimientos en los que la edad nos orienta para su diagnóstico, por ejemplo, el retinoblastoma que se presenta en niños, mientras que en adultos cuando sospechamos de neoplasias debemos pensar en melanomas o metástasis de carcinomas extraoculares. Por otro lado, existen padecimientos muy relacionados al género, 64 como pueden ser la artritis reumatoide y el síndrome de ojo seco, mucho más frecuente en las mujeres y otros ligados al cromosoma X como puede ser el daltonismo (discromatopsia) la cual solo los varones la padecen. Antecedentes personales no patológicos: debemos recordar que dependiendo del sitio de residencia nos podemos orientar a determinados padecimientos como puede ser el tracoma y la oncocercosis de frecuente presentación en el sur de la República Mexicana; los pterigiones son más frecuentes en zonas con gran exposición al sol como son las costas, aunque también puede existir un factor genético predisponerte. Tienen mucha importancia los hábitos higiénicos, pues la convivencia con animales y los “remedios terapéuticos” con frecuencia complican más los eventos patológicos. Antecedentes personales patológicos: son de suma importancia desde la etapa infantil como en los casos de productos de pretérmino que son sometidos a manejo en incubadora ya que ellos tiene mayor riesgo de padecer retinopatía del prematuro. En los jóvenes debemos interrogar sobre la utilización de drogas y de medicamentos en forma indiscriminada y sin prescripción médica ya que muchos tienen reacciones secundarias a nivel ocular. Debemos investigar padecimientos como diabetes mellitus, hipertensión arterial, colagenopatías (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide), macrosomías, tiroidopatías, etcétera. Es ineludible interrogar a los pacientes si presentan factores de riesgo para seropositividad al VIH ya que en estos casos es frecuente observar infecciones oportunistas tanto extraoculares (conjuntivitis, blefaritis, queratitis o sus combinaciones) como intraoculares (uveitis, endoftalmitis, coriorretinitis por citomegalovirus, etcétera). Debemos saber si el paciente está en contacto o ha consumido metanol, plomo, talio, mercurio, inhibidores de la monoaminooxidasa, etambutol, etcétera, pues estas sustancias ocasionan neuritis óptica. Las sales de oro, colirios de plata, fenotiazinas, amiodarona y cloroquina, forman depósitos en córnea y cristalino y ésta última también se acumula en el área macular condicionando la denominada “mácula en ojo de buey”. Los esteroides y el di- Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 nitrofenol producen en algunos pacientes la formación de cataratas. Son también importantes los antecedentes de cirugías previas, uso de algún tipo de corrección óptica, medicamentos y aplicación de laser por algún motivo. Antecedentes heredo-familiares: hay padecimientos ligados a patrones hereditarios específicos como son el glaucoma primario de ángulo abierto, retinosis pigmentaria, retinoblastoma, distrofias corneales y retinianas y también algunos tipos de cataratas. Padecimiento actual: debemos permitir que el paciente exprese con sus palabras la signo-sintomatología que le aqueja, tratando de que fije el tiempo de inicio, evolución y progresión de los síntomas; que refiera, si son uni o bilaterales y cuál ha sido su manejo y la respuesta al mismo. En el momento en que repite los datos ya expresados, nosotros debemos dirigir el interrogatorio agotando todos los datos que nos parezcan importantes. Para comprender mejor los datos del padecimiento actual hemos dividido las manifestaciones oculares en: a) sensitivas, b) sensoriales, c) del aspecto exterior y d) astenópicas. a) Manifestaciones sensitivas • Dolor: puede ir desde leve a muy intenso (glaucoma agudo de ángulo estrecho) y acompañarse de náusea, vómito, mareo, cefalea y choque por reacción vagal, pudiéndose confundir en ocasiones con un cuadro de abdomen agudo. Es importante que sepamos distinguir qué es lo que duele; muchas veces los pacientes refieren dolor ocular y en el momento que exploramos nos damos cuenta que lo que duele es el párpado (orzuelo). Vale la pena recordar que la inervación corneal está dada por la rama oftálmica del trigémino (quinto par craneal) por lo que con frecuencia el dolor dentario o con origen en los senos paranasales puede referirse al ojo; así pues, las siguientes manifestaciones tienen relación con la inervación. • Ardor: generalmente traduce irritación de la superficie ocular, ejemplo; el contacto con humos o sustancias químicas irritantes. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 • Sensación de cuerpo extraño: puede ser ocasionado por escoriación corneal, presencia de cuerpo extraño o inflamación del epitelio corneal así como resequedad del mismo (síndrome de ojo seco). • Fotofobia: es la sensación desagradable a los estímulos luminosos que condiciona dolor ocular y puede ser ocasionada por inflamación del iris y cuerpo ciliar o debida a alteraciones superficiales del ojo como queratitis y cuerpos extraños, o bien a midriasis medicamentosa. • Sensación de resequedad: debida a disminución de la cantidad de las lágrimas (síndrome de Sjögren) o a alteración en su calidad por ejemplo en el síndrome de Stevens-Johnson, penfigoide ocular, blefaritis crónica, etcétera. • Prurito: frecuentemente relacionado con los cuadros alérgicos como la conjuntivitis primaveral; procesos irritativos del borde palpebral como la blefaritis seborreica o la blefaritis alérgica. • Lagrimeo: ocasionado por un estímulo del sistema nervioso central (llorar) o periférico, casi siempre de tipo irritativo en el segmento anterior del ojo que condiciona aumento en la producción de lágrimas. • Epífora: es la producción normal de lágrimas que rebasa el borde palpebral al encontrar dificultad en su drenaje (salida) por ejemplo en estenosis del punto lagrimal inferior, ectropión, entropión, etcétera. • Cefalea: síntoma frecuente muy relacionado con los errores de refracción. Cuando la cefalea es del mismo lado del ojo afectado puede deberse a procesos inflamatorios como el glaucoma, o cambios vasculares como la migraña. José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología b) Manifestaciones sensoriales En este rubro mencionaremos algunos cambios posibles en la función visual que son referidos por los pacientes y que debemos conocer para poder integrar un buen diagnóstico. • Pérdida súbita de la visión unilateral: las causas más frecuentes son: vasculares (oclusión de arteria o vena retiniana, hemorragia en vítreo, hemorragia intrao- 65 José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología 66 cular secundaria a traumatismo, etcétera), glaucoma agudo, desprendimiento de retina, neuritis óptica, etcétera. • Pérdida súbita de la visión bilateral: de pronóstico grave para la vida y la función. Puede tener relación con intoxicaciones sistémicas, ingestión de metanol, neuritis óptica, lesión traumática de la vía visual, etcétera. • Disminución progresiva de la agudeza visual uni o bilateral: puede corresponder a patologías como glaucoma, cataratas, leucomas, retinopatía diabética, neoplasias intraoculares o de la vía óptica, etcétera. • Alteración del campo visual: la mayoría de las veces el paciente no se da cuenta de la pérdida del campo sino que se descubre al realizar una campimetría. Puede tener relación con el glaucoma cuando se pierde en forma periférica y concéntrica; hemianopsias por lesiones vasculares o tumorales; periféricas en la retinosis pigmentaria, etcétera. • Miodesopsias: es la percepción de puntos negros en el campo visual, los cuales son móviles cuando movemos los ojos y se ven contra fondos claros; corresponden a acúmulos proteicos en la trama vítrea o acúmulos celulares a nivel del espacio vítreo, “llaman la atención, pero no interfieren con la visión”. • Metamorfopsias: es la percepción distorsionada de las imágenes, tanto en forma como en tamaño. Es común que el paciente mencione que las líneas rectas las percibe onduladas. Nos traduce generalmente alteraciones de la visión central (macular), estando el edema y la degeneración macular relacionada a la edad dentro de las más comunes. • Fotopsias o fosfenos: observación de destellos luminosos condicionados por estímulos irritativos o traccionales de la retina sensorial como en el desprendimiento de retina, desprendimiento posterior del vítreo, hipertensión arterial sistémica y migraña. • Discromatopsias: alteración en la percepción de los colores por lesión o ausencia de los fotorreceptores que se encargan de dicha percepción (conos) como sucede en el daltonismo; también los cambios de densidad de los medios transparentes • • pueden modificar la percepción de los colores. Mala adaptación a la obscuridad: puede obedecer a la disminución del número de fotorreceptores periféricos para el blanco y el negro (bastones); un ejemplo de esto es la retinosis pigmentaria. Diplopia o visión doble: se produce generalmente al perderse el paralelismo ocular y una de las causas más comunes son las paresias o parálisis de los músculos extraoculares. c) Manifestaciones del aspecto exterior Ojo rojo: las causas del enrojecimiento ocular son muy variadas; debemos saber distinguir entre hematoma subconjuntival (hiposfagma) e hiperemia conjuntival donde son los vasos dilatados los que condicionan el enrojecimiento; las causas pueden ser en el primer caso los traumatismos, hipertensión arterial sistémica, uso de anticoagulantes, etcétera y en el segundo el glaucoma, uveitis, conjuntivitis, queratitis, etcétera. • Otras pigmentaciones del ojo: pueden corresponder a adelgazamiento escleral que permite ver lo obscuro de la uvea y de esta manera se observa un color azul. Otras pueden ser los nevos conjuntivales y el gerontoxón o arco senil. • Leucocoria o pupila blanca: se debe hacer diagnóstico diferencial con catarata total, endoftalmitis, retinoblastoma, etcétera. No debemos confundirla con leucomas que son las opacidades de la córnea. • Exoftalmos: es la protrusión anormal de uno o ambos ojos en la órbita. Está en relación con orbitopatía tiroidea, neoplasias orbitarias, malformaciones vasculares, etcétera. • Desviación ocular: puede deberse a alteraciones de los músculos extraoculares, fracturas orbitarias con entrampamiento muscular, masas ocupativas en órbita y en ocasiones con la ausencia de función visual. • d) Manifestaciones astenópicas Se presentan con el esfuerzo visual cercano (lectura) por fatiga del músculo ciliar en pacientes mayores de 40 años. Hay resequedad, ardor y sensación de pesadez palpebral. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 Exploración oftalmológica Para mayor facilidad dividimos la exploración en funcional y física estructural. Exploración funcional Para la exploración funcional ocular nos basamos en la visión, la cual se explora como mencionamos a continuación: a) Visión lejana central: utilizamos la cartilla de Snellen la cual muestra líneas de letras de molde de tamaño decreciente. La agudeza visual se expresa mediante un numerador y un denominador, pero debemos saber que la notación no representa una fracción. El numerador indica la distancia entre el paciente y la cartilla (expresada en pies y generalmente son 20); el denominador representa la línea más pequeña de letras que el paciente puede leer a la distancia en que se hace la prueba. Debemos explorar ambos ojos por separado iniciando siempre por el derecho; si el paciente usa anteojos para visión lejana debemos realizar la exploración con ellos puestos y se denomina entonces “agudeza visual corregida”. Para cada ojo debemos poner una calificación que va desde: no percibe luz (NPL), percibe luz y la localiza (PLL), percibe luz y discrimina colores (PLDC), movimientos de mano (MM) y ¿a qué distancia?, cuenta dedos (c/ dedos) y ¿a qué distancia?, 20/400, 20/300, 20/200, 20/100, 20/80, 20/60, 20/50, 20/40, 20/30, 20/25 y 20/20, ésta última es la agudeza visual normal. b) Prueba de perforación puntíforme (agujero estenopéico): si la agudeza visual no es normal, utilice la prueba de la perforación puntiforme para determinar si el problema es óptico (defecto de refracción no corregido o una opacidad parcial de los medios como catarata en evolución) o neural (lesión del nervio óptico, lesión retiniana, hemorragia en vitreo, etcétera). Esta prueba se realiza teniendo al paciente sentado a la misma distancia que para realizar la prueba de la agudeza visual, ocluyendo un ojo mientras que con el otro se hace que vea a través de un oclusor que tenga uno ovarios orificios de 1.5 mm de diámetro. Debemos explorar ambos ojos y Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 puede realizarse la exploración con anteojos o con lentes de contacto y se indicará cuando se reporte el resultado, ejemplo: A.V. O.D. 20/60 (.) 20/25 O.I. 20/80 (.) 20/30 José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología Esto quiere decir que la agudeza visual con el ojo derecho es de 20/60 simple y que con el agujero estenopeico mejora a 20/25 y en el ojo izquierdo la agudeza visual simple es de 20/80 y mejora con estenopeico a 20/30, lo que traduce, en este caso, que se trata de un defecto de refracción. c) Visión cercana: esta se mide en usando las cartillas de visión cercana (Rosenbaum, Jaeger, etcétera.). La prueba se realiza colocando la cartilla entre 30 y 35 cm del ojo del paciente explorando primero el ojo derecho y posteriormente el ojo izquierdo. Debemos recordar que la exploración de visión cercana hay que realizarla en todos los adultos después de los 35 años de edad y debe utilizar los anteojos para visión lejana, en caso de que los tenga, para esta prueba. Sabemos que después de los 40 años de edad aparece la presbiopía que consiste en la fatiga del músculo ciliar para hacer que el cristalino modifique su curvatura y por ende no alcanza a enfocar objetos pequeños a corta distancia. d) Visión periférica: la prueba de campo por confrontación mide la capacidad del paciente de identificar objetos grandes con la visión periférica. Sólo detecta trastornos grandes de la vía visual, si se desea más precisión tendremos que realizar una perimetría con fondos, objetivos y número de puntos variables. Dentro de las causas comunes de alteraciones del campo visual están: tumores en la región del quiasma óptico, alteraciones vasculares en cualquier hemisferio cerebral, oclusión vascular (arterial o venosa) de la retina, neuritis óptica, neuropatía óptica isquémica y glaucoma entre otras. e) Percepción de los colores: la medición de la visión del color no es una prueba de rutina, sin embargo en algunas áreas de la medicina laboral es un examen cotidiano. Esta prueba se realiza con las láminas seudo isocromáticas de Ishihara que presentan 67 José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología números o símbolos sobre un fondo en el que el paciente debe distinguir la forma dispersa entre pequeños círculos de colores que varían de intensidad y saturación del color. De esta manera el sujeto con una discriminación anormal del color se confunde. La prueba se realiza con ambos ojos abiertos. Denominamos discromatopsia a toda alteración en la percepción de los colores y de ellas la más frecuente es el daltonismo que es una enfermedad heredo familiar ligada al sexo, y quien la padece es incapaz de distinguir uno o varios de los colores (verde, rojo o azul) cuando se presentan con contornos que se confunden con otros colores. f) Adaptación a la luminosidad: en esta prueba se registra el tiempo que tarda un individuo en adaptarse al cambio brusco de intensidad luminosa mediante un aparato denominado adaptómetro (difícil que lo tenga un médico y un oftalmólogo general). Exploración oftalmológica física estructural Esta debe realizarse una vez concluido el interrogatorio y la exploración funcional de los ojos; necesitamos contar con una lámpara de mano, una lupa, un oftalmoscopio directo, un oclusor y una regla graduada en centímetros, cuando menos. Iniciamos la exploración oftalmológica con una inspección general de la cara que incluye la simetría facial y la del los ojos, en especial la posición de los párpados y la hendidura de los mismos, también en los párpados debemos investigar coloración, temperatura, secreción, aumento de volumen, posición de las pestañas, etcétera. Posteriormente investigamos la integridad y características de la conjuntiva bulbar (superior, inferior, nasal y temporal) y la tarsal (superior e inferior). Se describirá la presencia o ausencia de secreciones y sus características, hiperemia conjuntival, hipertrofia de papilas o folículos, nevos y tumores. Continuamos con la exploración de la córnea, la cual debe tener un brillo estable y uniforme y transparencia en toda su superficie. Auxiliados de una lámpara de mano o con una lupa y una lámpara hacemos que caiga la luz en la córnea para poder revisarla. A través de ésta podemos explorar la pro- 68 fundidad de la cámara anterior incidiendo la luz de la lámpara en forma oblicua y viendo la sombra que se proyecta sobre el iris; podemos reportar la cámara anterior como plana, media o profunda. Continuamos con la exploración de los reflejos pupilares (fotomotor, consensual y de acomodación); también se describe si existe anormalidad en la forma, tamaño, posición, número y coloración de las pupilas. A continuación debemos explorar la vía lagrimal, recordando que lo que vemos en el ángulo palpebral interno, que muchas personas piensan que es la glándula lagrimal, corresponde a la carúncula y en el borde palpebral está en punto lagrimal que es por donde sale la lagrima hacia las fosas nasales. Una manera sencilla de explorar la vía de salida de las lagrimas es colocando una gota de cloranfenicol en fondo de saco conjuntival y el paciente a los dos o tres minutos dice sentir el sabor amargo en la garganta; esto nos indica la integridad de la vía de salida. Existen pruebas específicas para cuantificar la cantidad de lágrima (Shirmer I y II) las cuales se realizan con unas tiras de papel filtro que se coloca en el fondo de saco conjuntival inferior y a los cinco minutos se mide la zona húmeda desde el borde del párpado hacia fuera. En pacientes con artritis reumatoide o alguna otra colagenopatía debemos realizar esta prueba y la de la velocidad de ruptura de la película lagrimal auxiliados con un colorante como es la fluoresceína. Los músculos extraoculares se exploran sentados frente al paciente a una distancia aproximada de 40 cm con un oclusor en una mano y en la otra una lámpara de mano. Lo primero es detectar el reflejo de la luz de nuestra lámpara sobre la córnea de cada ojo y pidiendo al paciente que vea a la distancia así podremos detectar si existe paralelismo en ambos ojos a lo cual denominamos posición primaria de la mirada (PPM) en ortoposición. Si algún ojo se desvía hacia adentro (endotropía) el reflejo luminoso corneal será excéntrico (hacia fuera); por el contrario, si el ojo se desvía hacia fuera (exotropía) el reflejo corneal estará adentro. Posteriormente se desplaza la luz hacia la derecha, hacia la izquierda, arriba y abajo, en forma oblicua en todas las posiciones de la mirada y se determina si persiste el paralelismo. Por Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 último, una maniobra muy útil es el pantalleo que se realiza ocluyendo un ojo y haciendo que fije con el otro hacia la luz; al descubrir en forma brusca el ocluido, observamos si el ojo se mueve hacia adentro (viene de una exo) o hacia fuera (viene de una endo) o no se mueve y el reflejo es central. Este procedimiento nos ayuda a detectar las desviaciones no constantes o “forias”. El médico general habitualmente no cuenta con un tonómetro, por lo que se recomienda hacer la prueba digito-digital para saber si el tono esta elevado, bajo o normal. Se realiza indicando al paciente ver hacia abajo y apoyando los dedos medio, anular y meñique de ambas manos por arriba de la ceja derecha y con los dedos índices sobre el párpado superior se hace una mínima presión y se compara con el contra-lateral de la misma manera. También podemos compararlo con nuestro tono. Es importante recordar que la tensión intraocular normal es de 10 a 20 mm de mercurio cuando la medición se realiza con algún tonómetro (indentación, aplanación, no contacto, etcétera). Para finalizar debemos realizar una adecuada exploración de los medios transparentes intraoculares hasta llegar a la retina y la papila del nervio óptico; para ello se debe colocar en nuestro oftalmoscopio directo la lente de 0 dioptrías (neutro) a una distancia de 30 cm aproximadamente, proyectando la luz sobre el área pupilar entonces observaremos el reflejo anaranjado del fondo de ojo limpio, o podremos apreciar algunas manchas grises o francamente obscuras que pueden corresponder a opacidades cristalinianas o cataratas; o sombras corneales oblicuas que pueden corresponder a astigmatismo alto o queratocono (banda astigmática). Si los medios lo permiten, podemos entrar a través de la luz del oftalmoscopio y poder revisar la papila del nervio óptico a la que le estudiamos forma, tamaño, color, vascularización, excavación y bordes. Se recomienda continuar la exploración observando los vasos de las arcadas nasales (superior e inferior) observando la arteria y la vena así como sus cruces, relación arteria/ vena, banda refleja arterial, trayectos, hemorragias, exudados, etcétera. Al terminar realizamos el mismo estudio en las arcadas Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 63-70 temporales, para finalizar observando el área macular, la cual se encuentra a dos diámetros papilares en el sector temporal de la papila y a la que estudiamos: coloración, vascularización, reflejo foveolar (luz intensa), exudados, orificios, hemorragias, etcétera. Si las estructuras del fondo de ojo no son perceptibles con claridad debemos ajustar las dioptrías de nuestro oftalmoscopio; las lentes negras (positivas) nos permiten observar las imágenes que se encuentran más cerca por ejemplo condensaciones vítreas, hemorragias vítreas, opacidades cristalinianas; o bien las lentes rojas (negativas) nos ayudan a ver los vasos y las estructuras del fondo de los miopes las cuales se encuentran más lejos. José Enrique Ramírez-Vega. Interrogatorio y exploración en oftalmología Conclusiónes Este trabajo representa un resumen de la forma adecuada en la que debe realizarse una exploración oftalmológica por parte del médico general. Es importante mencionar que para efectuarla solo es necesario la disposición del facultativo y un mínimo de aparatos con el propósito de brindar una atención integral al paciente y ejercer acciones preventivas y de tratamiento oportuno, en cuadros que sean de su dominio, además de identificar aquellos que ameritan un manejo especializado canalizando al enfermo, evitando de ésta forma cronicidad y complicaciones de cuadros que pueden limitar su calidad de vida. Lecturas recomendadas 1. 2. 3. 4. Vaughan DG, Asbury T, Riordan-Eva P. Oftalmología general. 11a edición, 3a Reimpresión. Editorial El Manual Moderno. México, 1998. Graue WE. Oftalmología en la práctica de la medicina general. 3 a edición. Mc Graww Hill. México, 2009. Trobe JD. Guía del médico para el cuidado de los ojos. 2 a edición. Editorial Intersistemas. México, 2004. Kanski JJ. Clinical ophtalmology. A systematic approach. 4 th edition. Butterworth-Heinemann. London UK, 1999. 69 70 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 70 MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS Elementos para el manejo del paciente diabético tipo 2 por el médico general (1a parte) Dr. Raúl J. Arciniega Vega Médico general con ejercicio privado Vicepresidente del Consejo Nacional de Certificación en Medicina General Resumen El objetivo principal de este trabajo es establecer las pautas de atención mínima para el paciente diabético tipo 2 por el médico general. Para la realización del documento se han tomado fundamentos de algunas guías de práctica clínica, fueron consultadas fuentes que a juicio del autor ofrecen información basada en evidencias útil para el médico general y finalmente, la selección de la información se enfocó en cuestiones primordialmente de orden práctico en la clínica diaria. El documento se ha estructurado estimando catorce áreas esenciales que son: diagnóstico, prevención, educación, atención sicológica, metas de control glucémico, autocuidado de la salud, automonitoreo de la glucemia, manejo farmacológico de la diabetes tipo 2, control de la presión arterial y protección cardiovascular, fundoscopía, cuidado de los pies, neuropatía, diabetes y embarazo y diabetes mellitus tipo 2 en niños. Summary The aim of this paper is to define minimal approaches for attention to type 2 diabetic from general practitioner. For making document was taken several principles of guidelines medical practice, the author consider other useful evidence based papers for general practitioner and finally selected information was focused in daily clinical practice. This paper was integrated in fourteen principal sections: Diagnosis, Prevention, Education, Psychological care, Targets for glycemic control, Health self-care, Glycemic self-monitoring, Pharmacologic management of type 2 diabetes, Blood pressure control and cardiovascular protection, Fundoscopy, Foot care, Neuropathy, Pregnancy and diabetes, and Type 2 diabetes in children. Key words General practitioner, type 2 diabetes Palabras clave Médico general, diabetes tipo 2 Recibido 23-10-2010 Rev Arch Med Genera Mex 2011; 2 (2): 71-82 Aceptado 1-01-2011 71 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético Introducción La diabetes se define como un trastorno metabólico caracterizado por la presencia de hiperglucemia debida a defectos en la secreción de insulina, defectos en la acción de ésta hormona o ambas. La hiperglucemia crónica de la diabetes se asocia con complicaciones tardías, particularmente daño, disfunción y falla de varios órganos, particularmente, riñones, ojos, nervios, corazón y vasos sanguíneos.1 Se calcula que 285 millones de personas en el mundo padecen diabetes y ésta representa una de las principales causas de muerte y discapacidad, además de requerir cuantiosos recursos económicos para su atención por los sistemas de salud.2 Todas las personas con diabetes deben tener acceso a una atención basada en evidencias y es aquí donde el médico general posee un papel relevante para la sospecha, diagnóstico, tratamiento y control de éstos pacientes, debiendo actualizar sus conocimientos para que al momento de aplicarlos en la clínica diaria otorgue alta calidad en la atención. I. Diagnóstico Parecería poco útil o reiterativo hablar acerca del diagnóstico de la diabetes, sin embargo, debemos reconocer que la identificación de la enfermedad no siempre resulta fácil; por otra parte cuando se diagnostica al enfermo con sintomatología florida, éste ya presenta complicaciones a la microcirculación y finalmente, en forma frecuente se deja de lado la importancia de realizar acciones preventivas en la comunidad a la que se atiende. Resulta conveniente que se efectúen pruebas de tamizaje seleccionando a los sujetos que presenten datos de riesgo para la presentación de la enfermedad entre los que podemos contar a sujetos con familiares diabéticos que estén entre los 45 y 60 años (en México las actividades de detección se realizan a partir de los 20 años de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 015-SSA2-1994), mujeres con antecedentes de diabetes gestacional o productos macrosómicos, personas sedentarias y con malos hábitos de alimentación y aquellos que presenten condiciones que se sabe están asociadas a resistencia a la 72 insulina tales como; acantosis nigricans, síndrome de ovario poliquístico, hipertensión, dislipidemias, personas obesas o con sobrepeso y en adolecentes con sobrepeso u obesidad y cuando existen antecedentes familiares de diabetes mellitus. Un método sencillo y accesible por su costo en casi cualquier medio, es la determinación de glucosuria posprandial con tiras reactivas como fue demostrado desde los estudios realizados a principios de los años 60 por Zubirán y colaboradores;3 en apoyo a lo anterior, debemos decir que si bien esta prueba tiene una baja sensibilidad la cual se ubica entre 21 y 64 %, si posee una altísima especificidad la que llega a ser de 98 %. Se debe hacer notar que esta prueba puede no resultar confiable en casos donde se sospecha insuficiencia renal. Una vez que se identifican los individuos con glucosuria positiva estos deben ser sometidos pruebas confirmatorias. Un diagnóstico oportuno de la enfermedad hará factible una reducción importante en el deterioro de la calidad de vida y en el número de muertes prematuras, lo anterior cobra mayor relevancia si tomamos en consideración que al momento del diagnóstico alrededor del 40 % de los pacientes ya presentan datos por complicaciones en nervios, retina y riñón, lo anterior sirva como recordatorio de que los cambios metabólicos y tisulares originados por la enfermedad se ubican hasta 12 años antes de la presentación sintomática4 debido al deterioro de la función de la célula beta al perder inicialmente la capacidad para originar una respuesta insulínica primaria.5 El diagnóstico de los casos deberá cumplir con los criterios de la Asociación Americana de Diabetes dados a conocer en enero de 2009.6 Otra situación que puede complicar el diagnóstico es la presentación cada vez más frecuente de diabetes tipo 2 en edad pediátrica, la que merece una mención aparte por lo que será tratada en otra sección del presente trabajo. II. Prevención El aumento en la esperanza de vida de la población, los cambios negativos en el estilo de vida, la sobrealimentación, la inacti- Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 vidad física y el incremento en la obesidad han sido identificados como factores ambientales para la mayor presentación de diabetes tipo 2. Con base en lo anterior, es imperativo identificar a aquellos sujetos a quienes deben dirigirse las actividades preventivas con el propósito de diferir la presentación de le enfermedad. Cambios en la dieta y el estilo de vida Se han publicado múltiples trabajos que avalan las ventajas que reportan los cambios dietéticos y el aumento de la actividad física para demorar la aparición de la diabetes tipo 2. El Estudio Finlandés para la Prevención de la Diabetes (DPS)7 y el Programa para la Prevención de la Diabetes (DPP),8 aportan datos muy importantes que hacen evidente que la modificación de la dieta disminuyendo el aporte calórico, disminuyendo las grasas saturadas, incrementado la fibra en la dieta y realizando actividad física moderada hasta reunir un total de 150 minutos a la semana; dan como resultado una disminución de aproximadamente 5 % del peso corporal inicial, en ambos estudios, la reducción del riesgo para desarrollar diabetes fue de aproximadamente 58 % a cuatro años. Intervención farmacológica Una vez que se identifica al paciente en riesgo de presentar diabetes tipo 2 y se instalan las primeras medidas preventivas, resulta que en la práctica clínica no son suficientes para modificar la historia natural de la enfermedad y se hace necesario implementar medidas de tipo farmacológico. Haciendo referencia nuevamente al estudio DPP debemos decir que existió un brazo de la investigación en el que se usó metformina donde se demostró una disminución en la presentación de diabetes de 31 %, este efecto se mantuvo aún después de suspender el medicamento aunque en menor proporción. Otro trabajo que avala las ventajas de la intervención farmacológica es el Estudio para Prevenir la Diabetes no Insulinodependiente (STOP-NIDDM),9 donde se usó acarbosa y el resultado fue la reducción de 25 % en la progresión de la diabetes tipo 2. En este Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 caso el efecto del medicamento no persistió una vez que se descontinuó su uso. Finalmente, el Estudio de Valoración de Reducción de Diabetes con Medicación consistente en Ramipril y Rosiglitazona (DREAM),10 demostró una reducción del 60 % en el inicio de la enfermedad; sin embargo debemos hacer notar que en este caso se observó una tendencia al aumento de riesgo cardiovascular con el uso de rosiglitazona con un marcado incremento en el número de casos de falla cardiaca congestiva no mortal. Por lo anterior, sería prudente esperar más tiempo con estudios que demostraran beneficios, si éstos existieran, con el uso de rosiglitazona para la prevención en diabetes tipo 2. Concluimos que tomando en cuenta todo lo anterior; una vez que se identifican sujetos de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2, es muy importante implementar medidas tendientes a modificar positivamente el estilo de vida. El primer propósito debe ser obtener una baja del 5 % del peso corporal a través del diseño de una dieta con aporte reducido de grasas saturadas y aumento de fibra y programar actividad física regular, con esto resulta factible disminuir la presentación de la enfermedad lo que se hace más importante si se agrega tratamiento farmacológico, preferentemente metformina o acarbosa. El uso de tiazolidinedionas aún requiere de más estudios sobre todo en pacientes con riesgo cardiovascular manifiesto. Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético III. Educación Uno de los aspectos fundamentales que debieran ser usados siempre en la atención de los pacientes es la de poder influenciar positivamente en sus vidas a través de la educación en salud. Cada uno de los personajes del equipo de la salud debe constituirse en educador de la población a la que atiende y, en diabetes esto resulta de especial relevancia pues debemos aceptar que la era de dependencia paternal a los sistemas de salud no ha dado buenos resultados y es indispensable fomentar en nuestros pacientes actitudes de autocuidado y automanejo en muchas áreas de su vida con lenguaje y objetivos estrechamente li- 73 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético gados a su entorno sociocultural. La educación en diabetes es el pilar principal para lograr éxitos en el manejo de la enfermedad y los medicamentos serán un agregado para esos logros. Miembros del equipo para educación en diabetes En el primer nivel de atención resulta necesario contar con un médico general actualizado y que sea el coordinador de las acciones del resto del equipo involucrado en la atención del paciente diabético pues es el primer contacto con el sistema de salud además de ser el elemento encargado de la continuidad de la atención a lo largo de la vida del individuo. Idealmente se debe contar además con una enfermera con elementos de educación en diabetes, un nutriólogo o un técnico en nutrición, un podiatra, un optometrista, un estomatólogo, un fisioterapeuta. Cada uno de ellos debe tener bien establecido su campo de acción sin querer decir que no compartan conocimientos mínimos de otras áreas. Habrá quienes consideren lo anterior como un dream team, pero debemos recordar que la atención multidisciplinaria para el diabético siempre será la mejor y ésta pudiera ser la imagen del equipo dentro del ámbito institucional, aunque no siempre se encuentre en la realidad. En el ámbito privado el médico general debe constituir su equipo en base a la confianza y conocimiento de otros trabajadores de la salud cuidando que el pago de honorarios no sea motivo para que un paciente no asista a visitar a los especialistas en otras áreas. En caso contrario, debe suplir con suficiencia el papel de otros miembros del equipo indicando las acciones que debe asumir el paciente en cuanto a su atención y refiriéndolo en su caso oportunamente a otras áreas, realizando fundoscopía periódicamente, indicando fluoroangiografía retiniana cuando sea necesario con la asesoría de un oftalmólogo, realizando exploración minuciosa de los pies, indicando pruebas de función renal periódicamente, instruyendo en el automonitoreo de la glucemia, etcétera. No debemos soslayar la importancia que reviste la inclusión del resto de la familia en estas acciones, los demás miembros de- 74 ben ser solidarios con el diabético y compartir rutinas de alimentación, de ejercicio, etcétera, que al final de cuentas les ayudarán tanto como al paciente. El paciente diabético finalmente debería aprender a ver la vida de forma diferente y positiva, aunque al inicio de la enfermedad, ésta parezca una cuestión imposible de sobrellevar. IV. Atención sicológica El personal médico frecuentemente deja de lado la importancia de los aspectos sicológicos que conlleva la diabetes y se ubica prioritariamente en el control de las cifras de glucemia. Se debe tener presente que los factores sicosociales cuando no son manejados en forma adecuada, pueden repercutir desfavorablemente en el control de la enfermedad, lo que finalmente dará malos resultados en el control glucémico, aumentará el costo de la atención de la enfermedad e impactará desfavorablemente en la calidad de vida. Una vez que se diagnostica diabetes en un individuo es factible que se precipiten o exacerben problemas de tipo sicológico; por otro lado se requiere de ajustes en el estilo de vida del paciente y su familia ya que se desencadenan una serie de reacciones que suponen la aparición súbita de una carga afectiva y económica que durará toda la vida. De las comorbilidades que se han identificado con especial relevancia en el paciente diabético está la depresión que se presenta dos veces más que en la población general11 y que pasa desapercibida frecuentemente por el clínico. Si el control glucémico del diabético es deficiente es muy probable que tal condición se asocie a trastornos de ansiedad.12 Es recomendable que el médico general realice periódicamente exploración dirigida a reconocer patologías del entorno sicológico del paciente y su familia para que en caso de identificarlas, el paciente sea referido en forma oportuna al siquiatra; cuando esto no sea posible, es factible que el clínico en el primer nivel pueda realizar labores de consejería y dar pautas sencillas de tipo conductual para fomentar la confianza del paciente dando como resultado mejor con- Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 trol de la enfermedad y mayor adherencia al tratamiento. Habrá casos en los que será necesario contar con profesionales que brinden terapia familiar. Se debe reconocer la necesidad de que todos los integrantes del equipo de salud deben manejar conocimientos mínimos de esta área con el fin de reconocer tales problemáticas y efectuar la referencia oportuna a otro profesional. V. Metas de control glucémico Las cifras de glucemia deben conservarse dentro de rangos normales durante la mayor parte del día sin que esto quiera decir que sea lo más importante en el tratamiento de la enfermedad, debemos abandonar la terapéutica glucocéntrica y adoptar una actitud donde además de las cifras de glucosa el cuidado de paciente diabético sea integral. El paciente debe tener presente que la cifra de glucosa en ayunas, en forma aislada, nunca será un parámetro suficiente para evaluar el control de su enfermedad; las determinaciones frecuentes y en diferentes etapas del día, además del conocimiento periódico de las cifras de hemoglobina glucosilada (HbA1c), son parte de un control y tratamiento intensivos del que debe tomar parte activa el enfermo a través de elementos como el autocuidado y el automonitoreo. Tales acciones permitirán al médico indicar las medidas necesarias para modificar el estilo de vida, la alimentación y la administración de medicamentos, en forma más rápida y con elementos más apegados a la realidad diaria del diabético. El clínico debe instituir un tratamiento intensivo y agresivo que permita un control de la enfermedad en el menor plazo posible ya que esta forma se reducirá significativamente el riesgo de complicaciones. Hemoglobina glucosilada En relación a las metas de control glucémico han existido desacuerdos, pero es innegable que los resultados obtenidos en el Diabetes Control and Complications Trial (DCCT)13 realizado con diabéticos tipo 1 y el United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS)14, en diabéticos tipo 2, son Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 claros e irrefutables; una cifra de HbA1c menor de 7 % disminuye las complicaciones a la microcirculación y a largo plazo existe menor riesgo cardiovascular. Estudios más recientes como el ADVANCE,15 también hacen evidente un menor daño renal con HbA1c por debajo de 7 %. La contraparte la aportan estudios como el The Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes Study Group (ACCORD)16 y el Veterans Affaire Diabetes Trial (VADT),17 donde el llegar a metas bajas de glucemia y HbA1c aumentaron la mortalidad de diabéticos tipo 2 con edad avanzada, alto riesgo cardiovascular y niveles bajos de HDL. Sin embargo en el estudio ACCORD los pacientes sin eventos cardiovasculares previos y HbA1c por debajo de 8% presentaron menos eventos cardiovasculares, así mismo, en el VADT se observo reducción de eventos en pacientes con una menor duración de la enfermedad. Con base en lo anterior podemos aseverar que las metas recomendadas en cuanto a las cifras de glucosa sérica y HbA1c tendrán altos beneficios cardiovasculares y a todos niveles mientras más bajas sean, siempre y cuando, el tiempo de evolución de la enfermedad no sea prolongado, el paciente no tenga edad avanzada, no sea embarazada o paciente pediátrico, el perfil de lípidos se encuentre en parámetros normales y no exista riesgo cardiovascular aumentado o eventos cardiovasculares previos; luego entonces, queda evidente la importancia de acciones que contemplen: tamizaje obligado a sujetos con factores de riesgo, un diagnóstico oportuno y un manejo agresivo de la enfermedad. Dado el conocimiento previo, el grupo formado por la American Diabetes Association y la European Association for the study of Diabetes publicó su algoritmo para el tratamiento de la hiperglucemia en la diabetes tipo 2,18 confirmando que la meta de control glucémico debe de ubicarse con valores de HbA1c menores de 7 % advirtiendo la necesidad de elevar la meta en función de factores como la edad, los años de evolución de la enfermedad, la expectativa de vida, los riesgos de hipoglucemia y la presencia o no de enfermedad cardiovascular. La determinación de HbA1c debe solicitarse cada tres meses. Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético 75 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético Glucemia en ayunas Otro punto importante a tomar en cuenta son los niveles de glucosa plasmática en ayunas. Los niveles altos glucemia en ayunas se han relacionado en forma directa con eventos cardiovasculares, este riesgo se ve incrementado aún con niveles de glucosa plasmática dentro de rangos normales para personas no diabéticas.19 El nivel más alto de los valores de glucosa en ayunas en sangre total se fija en 100 mg/dl que puede equipararse con una HbA1c referenciada con el DCCT de 6.1 %. En este punto resulta importante que no resulta fácil traducir estos datos a los niveles capilares que reflejan los glucómetros ya que la sangre total proporciona lecturas más bajas debido al volumen ocupado por la hemoglobina, por otro lado las diferentes marcas y modelos de glucómetros manejan distintos códigos para cada lote de tiras reactivas, aunque algunos modelos ya están calibrados para reflejar un nivel de glucosa similar al de la sangre total; de forma aproximada podríamos aceptar que los valores de glucemia capilar en ayunas medidas con glucómetro deben ser menores de 110 mg/ dl y en sangre total no debe ser mayor de 100 mg/dl. Glucemia posprandial Ahora bien, se mencionó anteriormente que es de primera importancia controlar la glicemia durante la mayor parte del día; si sabemos que los niveles más altos de glucemia se dan después de las comidas, resulta imprescindible controlar las cifras de glucosa posprandial pues son especialmente patológicos para el endotelio. El estudio DECODE20 encontró que los valores de glucosa posprandial a las dos horas son mejor predictor para enfermedad cardiovascular y otras causas de muerte que la glucosa en ayunas. El estudio Kumamoto21 encontró que las complicaciones en la microcirculación aumentaban significativamente con niveles de glucosa posprandial por arriba de 180 mg/dl (> 10 mmol/L). Otro estudio japonés efectuado por Shiraiwa et al,22 demostró que los niveles elevados de glucemia posprandial son un mejor predictor para retinopatía diabética que la HbA1c. 76 Otros efectos de las cifras elevadas de glucemia posprandial que justifican su control son: aumentan el stress oxidativo,23 están asociadas a un aumento del grosor íntima/media de las carótidas24 y se asocian con alteraciones en la función cognitiva en personas mayores,25 solo por mencionar algunos. Así se ha establecido que los valores de glucemia posprandial a las dos horas deben ser menores de 140 mg/dl en sangre total y menores de 145 mg/dl por automonitoreo en sangre capilar. Es necesario decir que las cifras para las metas mencionadas en este apartado no aplican en edad pediátrica ni en embarazadas y que en todos los casos pueden adaptarse en razón de la edad, la presencia de complicaciones, el estilo de vida, etcétera. Por otro lado, sabemos que en la práctica clínica el llegar a las metas resulta sumamente difícil para algunos pacientes, en este caso debe hacerse saber al enfermo que cualquier logro modifica favorablemente la historia natural de la enfermedad y disminuye en alguna medida la presentación de complicaciones. VI. Autocuidado de la salud Dentro de las múltiples acciones que el personal de salud debe efectuar en los pacientes diabéticos es el fomentar el autocuidado de su salud y el automanejo de su enfermedad dentro de límites claramente establecidos entre el paciente y su médico. Los pacientes con enfermedades crónicas como el diabético deben aprender que el autocuidado es una parte fundamental de su vida diaria que afirma su autonomía y le permite vivir una vida lo más cercano a lo normal. El autocuidado de la salud se define como; la práctica de actividades que libremente realiza el individuo en forma responsable sobre sí mismo con el objeto de mantener su salud y su bienestar; prevenir enfermedades y sus limitaciones y en su caso, hacerse cargo de su medicación y cuidar su dieta y ejercicio.26 El autocuidado de la salud es una actividad tutorial e informada. Actualmente con los adelantos tecnológicos resulta desafortunado reconocer que los cuidados han caído en desuso dando paso a las acciones que dentro del campo de la sa- Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 lud llamamos tratamientos; los cuidados se han convertido en algo accesorio y de poco valor, pero debemos recordar que mientras los tratamientos tienen como finalidad circunscribir la enfermedad, los cuidados se dirigen a todo lo que estimula la fuerza vital del individuo, la despierta y la mantiene. En ningún momento los tratamientos pueden sustituir a los cuidados, en muchos hospitales la abundancia de tratamientos oculta a menudo una carencia de cuidados,27 dicho de otra forma, se debe reconocer que en la actualidad es necesario recobrar el sentido humanitario que a la medicina la convierte en un arte. Debemos aprender a cuidar mejor de nuestros pacientes. El paciente diabético debe conocer el origen de la enfermedad, su evolución, las complicaciones a las que está expuesto, las razones para usar tal o cual fármaco y su forma de actuar, los elementos para reconocer las comorbilidades más frecuentes, la forma óptima de realizar el automonitoreo y las medidas a tomar en forma inmediata para resolver episodios de hipo o hiperglucemia, entre otras cosas. De esta forma el paciente cobra conciencia de la importancia del control de su enfermedad, acepta en forma más adecuada su condición, cambia su actitud ante la enfermedad, está preparado para manejar información apropiada y eventualmente puede ayudar a otros diabéticos. Está comprobado que las actividades de autocuidado disminuyen las visitas al médico, reducen las visitas a las unidades de salud, pueden disminuir el consumo de medicamentos y limitan el ingreso innecesario a los servicios de urgencias. El autocuidado a la salud representa una opción real y tangible que puede cambiar la vida del diabético. Con el fin de fomentar el autocuidado será necesario implementar campañas informativas en los hospitales y unidades de primer nivel sobre el desarrollo de habilidades de los diabéticos para un desempeño eficaz en su autocuidado y a los familiares para que desarrollen aptitudes para cuidar a otros cuando sus capacidades se vean limitadas por pérdida de funciones, lo que en el caso del diabético y en nuestro medio, desafortunadamente es algo muy frecuente. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 VII. Automonitoreo de la glucemia El automonitoreo de la cifras de glucemia debe ser recomendado en todo paciente diabético. El médico debería sugerir la compra de un glucómetro a todo paciente independientemente del tiempo de evolución de la enfermedad y del tipo de tratamiento a que es sometido tomando en cuenta que se recomiende uno para el que sea fácil la compra de tiras reactivas, tenga facilidad en su manejo, que de preferencia sea autocodificable y pueda ser leído en la oscuridad o por personas con limitación visual. Entre algunos de los beneficios que se obtienen con el automonitoreo están que ofrece la posibilidad de tener cifras de glucemia en tiempo real, facilita una intervención oportuna si es necesario modificar dosis de medicamentos o insulina, incrementa las acciones de autocuidado del individuo, se identifican y es factible iniciar manejo por el paciente o los familiares de casos de hiperglucemia o hipoglucemia, a largo plazo es posible disminuir la cifras de HbA1c y finalmente, el costo por tira reactiva para determinación de glucosa es de menos de 10 pesos en la actualidad. El paciente debe ser adiestrado por el médico para que efectúe la punción en forma adecuada sobre los bordes de los dedos y nunca en la cara palmar, en los sitios alternos de punción como el muslo, el antebrazo y el lóbulo de la oreja; la profundidad de la punción y el aseo previo de la zona donde se efectuará la misma. Al inicio el número de determinaciones puede ser frecuente llegando a ser de tres a cuatro veces por día principalmente en usuarios de insulina. Cuando se tienen los registros de tres a cuatro semanas, el clínico tendrá información suficiente para realizar ajustes en el tratamiento farmacológico, dietético y de actividad física del paciente. Una vez que se hacen evidentes los logros en el control glucémico, las determinaciones se harán cada vez menos frecuentemente hasta que solo se realicen un total de tres por semana con el siguiente esquema sugerido: los lunes una determinación en ayunas, los miércoles antes de algún alimento y los viernes una toma posprandial a las dos horas y aún, a juicio del clínico, se podría adicionar una más los domingos por la madrugada entre 3 y 5 am. Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético 77 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético VIII. Manejo farmacológico de la diabetes tipo 2 Antihiperglucemiantes Las consideraciones siguientes se encuentran basadas principalmente en la Guía del Tratamiento médico para la hiperglucemia en la diabetes tipo 2 declaración por consenso de la Asociación Americana de Diabetes y la Asociación Europea para el estudio de la Diabetes.18 Los pacientes deben saber que una vez que se instaura el tratamiento farmacológico, éste no sustituye a los cambios en el estilo de vida, la dieta y la actividad física. Por otro lado el médico en caso de manejar varios fármacos, debe tomar en cuenta que los mecanismos de acción sean diferentes y finalmente que en conjunto tengan un costo accesible el paciente. Metformina28 La metformina es la única biguanida disponible y podemos decir que es el fármaco de elección para iniciar el tratamiento de la diabetes tipo 2 tanto en personas obesas como en las no obesas, siempre y cuando no existan datos de afectación renal. Metformina actúa principalmente disminuyendo el gasto hepático de glucosa inhibiendo la gluconeogénesis y en menor grado la glucogenolisis y aumenta la sensibilidad a la glucosa por el músculo esquelético y los adipocitos, disminuye la absorción de glucosa desde el intestino y no requiere del páncreas para ejercer su función. La reducción en el peso corporal es un efecto que no se observa en todos los pacientes y no se conoce exactamente el mecanismo por el que se presenta aunque se relaciona con los efectos colaterales del fármaco. Posee efecto cardioprotector a través de diferentes mecanismos entre los que podemos enunciar: disminuye la hiperglucemia, mejora la función diastólica, disminuye el colesterol total junto con las VLDL y las LDL, incrementa las HDL, disminuye el stress oxidativo, mejora la relajación vascular, incrementa la actividad del activador del plasminógeno tisular, disminuye los niveles de factor Von Willebrand y disminuye la adhesión y la agregación plaquetaria. 78 La dosis inicial puede ser de 500 mg administrada con la comida principal y se irá aumentando en periodos de cada dos semanas hasta alcanzar los 2550 mg. La incidencia estimada de acidosis láctica como serio colateral del uso del fármaco se da en presencia de insuficiencia renal y es de 0.03 casos por 1000 pacientes/año. Dentro de la guía mencionada al inicio de este apartado es el único fármaco que debe conservarse a lo largo del tratamiento, independientemente de cualquier cambio debido a su costo accesible y sus ventajas para el sistema cardiovascular. Sulfonilureas29 Se mencionarán únicamente a la glibenclamida compuesto de 2ª generación y la glimepirida de 3ª generación. Se deben agregar al tratamiento cuando las medidas no farmacológicas además de la metformina, no dan resultado para al control de la hiperglucemia. En forma general, actúan directamente sobre la célula beta del páncreas estimulando la secreción de insulina disminuyendo con esto los niveles de glucosa plasmática además de inhibir la insulinasa, aumentan la captación y oxidación de glucosa por el tejido adiposo, inhiben la salida y producción de glucosa hepática y aumentan la expresión de receptores celulares de insulina. Ya que estos fármacos son de acción prolongada la hipoglucemia es el efecto indeseable más importante, además pueden causar ganancia de peso. La dosis de glibenclamida se ubica desde 2.5 hasta 20 mg y la dosis total debe ser dividida y administrada en intervalos de cada 12 horas, el hacerlo en forma más repetida ofrece mayor posibilidad de hipoglucemia principalmente en ancianos. La glimepirida de dosifica desde los dos hasta los 8 mg como máximo y solo se administra una vez al día. Una vez que se alcanzan las dosis máximas de sulfonilureas resulta inútil agregar tabletas y se debe pensar en agotamiento de la célula beta programando a corto plazo tratamiento de reemplazo hormonal con insulinas. Los cambios en el estilo de vida, el aumento de actividad física y los cambios en la dieta, además del uso de metformina y glibenclamida o glimepirida, se ubican en los pasos 1 y 2 del Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 primer nivel y son catalogados como tratamientos bien validados en el algoritmo publicado por la ADA/EASD ubicado en la referencia 18 de presente trabajo. Por otro lado en la mencionada guía debemos hacer notar que las adecuaciones en relación al ajuste de metformina, se dan en razón de las costumbres de alimentación en la Unión Americana y por lo tanto deben ser adecuadas a las que privan en nuestro país tomando como base que regularmente el desayuno no es muy cuantioso, la comida principal es la de la tarde y por la noche el aporte se asemeja al desayuno e incluso puede ser mayor. tánea en cada comida que contenga no menos de 30 g de carbohidratos o contenga por lo menos 250 calorías, el riesgo de hipoglucemia cuando se usa solo para control de la glucemia posprandial es bajo pero aumenta significativamente si es administrada junto con insulina de acción rápida o ultrarápida, por lo que al inicio de su administración debe ajustarse las dosis de cualquiera de los dos fármacos. El costo del medicamento y la necesidad de su administración parenteral repetida pueden ser limitantes para su indicación en algunos pacientes. Inhibidores de la alfa-glucosidasa30 Inhibidores de la dipeptidilpeptidasa 4 (DPP4)32,33 En este grupo de fármacos se ubica la acarbosa que es un compuesto que ejerce su acción inhibiendo en forma reversible la acción de las alfa-glucosidasas que se producen en el epitelio proximal del intestino delgado y de la alfa-amilasa pancreática que cumplen la función de desdoblar polisacáridos para finalmente ser absorbidos como monosacáridos, al bloquear ésta acción enzimática el fármaco retrasa la absorción intestinal y evita las elevaciones de la glucemia posprandial. Los efectos colaterales más frecuentes son dolor abdominal, diarrea y flatulencia. Se recomienda iniciar con dosis de 25 mg con el primer bocado de cada una de las tres comidas y dependiendo de la determinación de las cifras de glucosa posprandial aumentar la dosis cada 4 semanas hasta llegar a 300 mg, con lo que se reduce la presentación de efectos adversos. Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético Los fármacos de este grupo comprenden a la sitagliptina y la saxagliptina y actúan inhibiendo la acción de dipeptidilpeptidasa que degrada el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP1), éste último es una incretina intestinal que disminuye la secreción de glucagon por las células alfa del páncreas y estimula la secreción de insulina, por lo que también estos compuestos se llaman “potenciadores” del GLP1. Se considera que en general no tienen efecto sobre el peso corporal y que son útiles para disminuir las cifras de glucemia posprandial. Los efectos de los inhibidores de la DPP4 son dependientes de los niveles de glucemia y pueden ser administrados con o sin alimentos. Pueden ser usados en combinación con metformina, sulfonilureas o tiazolidinedionas. Tiazolidinedionas (glitazonas)34 Análogos de la amilina31 La amilina humana es un péptido glucoregulador de 37 aminoácidos que es cosecretado por las células beta junto con la insulina. La pramlintida, es un análogo sintético de la amilina humana que restaura los efectos naturales de la amilina sobre el metabolismo de la glucosa disminuyendo la velocidad de vaciado gástrico, suprimiendo la gluconeogénesis hepática, reduciendo el glucagon en plasma y aumentando la sensación de saciedad y con esto disminuyendo la glucemia posprandial. La pramlintida requiere refrigeración y se administra en forma de inyección subcu- Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 En este grupo tenemos a la pioglitazona y rosiglitazona; a nivel molecular se unen a los receptores nucleares Receptores activados del proliferador del peroxisoma (PPAR ). Requieren de células beta para su función. Aumentan la sensibilidad a la insulina y mejoran la acción de ésta sobre el adipocito y el músculo, tienen un efecto directo sobre la esteroidogénesis ovárica, disminuyen las concentraciones de insulina y andrógenos plasmáticos, mejoran el perfil de lípidos disminuyendo los triglicéridos y modulan la secreción de adiponectina. Entre algunos de sus colaterales podemos enunciar ganancia de peso y edema. Una vez 79 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético iniciado el tratamiento sin otro fármaco agregado es necesario esperar de seis a doce semanas para evidenciar su máximo efecto. En el estudio DREAM mencionado anteriormente, se hizo hincapié en relación a la más frecuente presentación de falla cardiaca con el uso de rosiglitazona, aunque pudiera indicarse como único fármaco, o asociado a metformina en pacientes sin enfermedad cardiovascular previa. La dosis es de 4 a 8 mg en dosis única o fraccionada para administrarse cada 12 horas. La pioglitazona es el fármaco recomendado añadido a la metformina y los cambios en el estilo de vida en el segundo paso del segundo nivel de la guía ADA/EASD. Puede combinarse con metformina, sulfonilureas o algún tipo de insulina. La dosis va de 15 a 45 mg y se administra solo una vez al día. Actualmente se encuentran disponibles combinaciones de estos fármacos con metformina la cual mejora sensiblemente su efecto hipoglucémico. Glinidas35,36 Son dos los agentes considerados en esta categoría, la nateglinida y la repaglinida. La repaglinida es derivado del acido benzoico, en tanto nateglinida es derivado de la fenilalanina, son secretagogos de insulina de efecto rápido y corta duración restablecen la primera fase de la secreción de la insulina, por lo que para su efecto depende de la presencia de células beta. Los valores basales de insulina retornan de tres y cuatro horas después de ingesta del medicamento por lo que reduce tanto la glicemia como la hiperinsulinemia posprandial. La eficacia de estos fármacos es menor a la de metformina en monoterapia. Se administran inmediatamente antes de cada alimento. La hipoglucemia es poco frecuente cuando son usadas como monoterapia y aumenta ligeramente si se combinan con otros hipoglucemiantes. La repaglinida pudiera estar asociada con un aumento en la incidencia de síndrome coronario agudo. Agonistas del GLP137 La exenatida es la única sustancia disponible de este tipo de fármacos. Se le considera agonista de los receptores para GLP1, promueve la secreción de insulina por las células 80 beta del páncreas dependiendo de los niveles de glucosa y restaurando la fase primaria de secreción de insulina, disminuye los niveles de glucagon y reduce la velocidad del vaciamiento gástrico. La secuencia de aminoácidos de exenatida es similar en más del 50 % a la del GLP1 humano por lo que se une al receptor de GLP1 y lo activa con lo que promueve la reducción de las cifras de glucosa en ayunas y en el posprandio. Exenatida puede ser usada como fármaco único o combinado con metformina o sulfonilureas o ambas. Requiere de refrigeración y se administra por inyección subcutánea a partir de jeringas precargadas de fábrica. En la Unión Americana en octubre de 2007 fueron reportados seis casos de pancreatitis necrozante o hemorrágica en pacientes que usaban el fármaco y actualmente se realizan estudios para definir si existe relación causal entre la enfermedad y el uso del medicamento. Insulinas y sus análogos38 Desde el inicio del manejo de la enfermedad el paciente diabético debe saber que la terapia de reemplazo hormonal con insulina es una opción para el tratamiento y que llegará al momento en que sea necesaria pues la historia natural de la diabetes supone un deterioro progresivo e inexorable de la célula beta. El inicio de la adición de insulina al esquema de tratamiento para diabetes se encuentra referido en el 2º y 3er pasos de los niveles 1 y 2 de la guía ADA/EASD. Las indicaciones para iniciar terapia con insulina a largo plazo son: que se hayan alcanzado las dosis máximas de medicamentos no insulínicos por un tiempo de tres meses sin conseguir reducciones significativas de la glucemia o bien que la HbA1c se encuentre en valores mayores de 7.5 % persistentemente. La introducción del paciente al esquema de tratamiento con insulina debe ser progresiva e informada y debemos reconocer que el uso de la hormona, en muchas ocasiones, no es indicado en forma oportuna por falta de experiencia en su manejo por el personal de salud. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 El optar por el uso de insulina supone un desgaste menor de la célula beta cuando se usan secretagogos y disminuye los costos del tratamiento. El paciente debe ser adiestrado en el correcto manejo de los viales y las jeringas de insulina. La inyección de insulina preferentemente se realizará en el abdomen o la cara anterior de los muslos con cuidado de no lesionar algún vaso pues a partir de éstos lugares es de donde se obtiene la mejor absorción del fármaco, la región deltoidea se reservará para cuando los otros lugares de punción requieran de un periodo de descanso pues en esta región es frecuente la aparición de lipodistrofia hipertrófica lo que retrasa significativamente la absorción del fármaco. duce significativamente los riesgos de hipoglucemias por la madrugada, en este momento podrá ser necesario el retiro de las sulfonilureas y otros secretagogos sin abandonar el uso de la metformina. Otra forma de abordar el problema es iniciar con una dosis única de análogos de insulina de larga acción como glargina o detemir en dosis de 10UI pudiendo aplicarse a cualquier hora del día pues no ofrecen la presencia de picos a lo largo de su tiempo de acción. En este caso se refuerza la actividad de la fase basal de la secreción de insulina endógena pero pueden persistir los episodios de hiperglucemia posprandial por lo que deberán tomarse las determinaciones dos horas después de las comidas para su control. Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético Tratamiento con insulina basal Esquema de control intensivo Cuando se cumple con algunas de las indicaciones anteriores es recomendable iniciar con la administración de dosis basales de insulina. El primer paso puede ser usando insulina NPH de acción intermedia con una dosis de 10 UI entre las 21:30 y las 22:00 horas; lo anterior fundamentado en que el inicio de acción del fármaco es aproximadamente cuatro horas y su pico máximo se ubica a las seis horas después de su aplicación; por otro lado sabemos que existe una disminución inicial de requerimientos de insulina entre las 24 horas y las tres de la mañana seguido por aumento de estas necesidades entre las cinco y las ocho am lo que coincide con aumento de hormonas contrarreguladoras, en particular de la hormona del crecimiento que tiene un efecto antagónico a la insulina. La dosis nocturna permite llegar al paciente con glucemia baja en ayunas y mantener cifras cercanas a lo normal durante el resto del día con los hipoglucemiantes utilizados, la dieta y la actividad física. Si con la dosis inicial no se consigue el objetivo glucémico se harán ajustes cada tres días adicionando 2UI en cada ocasión hasta llegar a un máximo de 20UI. Al llegar a este punto, en caso de no llegar a la meta deseada se recomienda calcular una dosis total de insulina NPH a razón de 0.5/kg y fraccionarla aplicando 2/3 por la mañana y 1/3 por la noche con lo que se reRev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 Al momento de abordar el esquema intensivo ciertas condiciones en relación al paciente deben ser evaluadas cuidadosamente, su edad, perfil de lípidos, existencia o no de enfermedad cardiovascular, expectativa de vida, nivel socioeconómico, demanda laboral, etcétera, con el fin de adecuar las metas de control glucémico de forma que se eviten episodios de hipoglucemia hasta donde sea posible. Se debe conservar la metformina en el esquema con una toma antes de cada comida. Al inicio del tratamiento el paciente debe estar motivado para evitar el temor a las inyecciones y aceptar que es la mejor opción de tratamiento para el control de su enfermedad. Una forma de iniciar el esquema puede ser usando insulina rápida cristalina o los análogos ultrarápidos en combinación con insulina NPH. Cuando se combina insulina rápida cristalina y NPH la aplicación se hará 30 minutos antes del alimento y si se combina NPH y análogos ultrarápidos, la aplicación se realizara inmediatamente antes de comer; lo anterior en razón de las condiciones farmacocinéticas de cada tipo de insulina. Se disponen de tres variedades de análogos de insulina ultrarápidas; LisPro, glulisina y aspartato B 28. Cuando se usan en forma adecuada y se supervisan de cerca la actividad física y la dieta del paciente, no se 81 Raúl Arciniega-Vega. Elementos para el manejo del paciente diabético encuentran diferencias significativas en los logros glucémicos aunque una ventaja de los preparados ultrarápidos pudieran ser en cuanto a que el breve tiempo de acción protege de eventos de hipoglucemia y se puede flexibilizar la hora de la comida del medio día, hasta cierto punto, no así el desayuno ni la cena pues van acompañadas de insulina NPH, menos aún si se usan premezclas. Inicialmente debe de calcularse la dosis total de insulinas a 0.5UI/Kg, este resultado de divide en tercios; dos terceras partes corresponderán a la dosis total de insulina NPH en el día de la cual dos tercios se aplicarán por la mañana y un tercio por la noche. El tercio restante de insulinas representa la dosis de insulina rápida o ultrarápida que se dividirá en tres tercios aplicando cada uno antes de las tres comidas. La mezcla de NPH/Rápida o ultrarápida puede realizarse en la misma jeringa lo cual no modificará el perfil de acción de las insulinas. Ejemplo: Para un paciente de 60 kilos la dosis total de insulinas calculada a 0.5 UI/kg sería de 30 UI, de las cuales 20 corresponderían a NPH para aplicarse 14 por la mañana y seis por la noche. Las 10 UI restantes serían de rápida o ultrarápida y se aplicarían 3 UI antes de cada comida. Por lo tanto el esquema quedaría: NPH/R = 14/3 antes del desayuno, 0/3 antes de la comida y 6/3 antes de la cena. Para realizar ajustes en la dosificación de las insulinas bajo este esquema, resulta imprescindible el automonitoreo frecuente con tantas tomas como sea necesario. Sólo así el clínico podrá hacer los ajustes necesarios al esquema sin comprometer la salud del 82 paciente. El realizar mezclas manuales le ofrece al paciente la libertad de adaptar la cantidad del componente rápido en razón de la carga glucémica del alimento. Cuando se opta por las premezclas se sugiere la mezcla de análogos 75 % NPH y 25 % ultrarápida o 70/30; el cálculo de la dosis y su fraccionamiento para administrarlas se hace en la misma forma, sin embargo existe la posibilidad de presentar picos posprandiales elevados si no se administra una dosis de insulina rápida o ultrarrápida sola, antes de la comida principal, ahora bien, si se indicara una dosis en éste alimento de premezcla existiría el riesgo de acumulación de efecto del componente intermedio con la dosis nocturna y el consiguiente riesgo de hipoglucemia en las primeras horas de la madrugada. Todas las formas de insulina antes nombradas tiene la posibilidad de ser administradas a través de plumas las que simplifican el transporte del fármaco y no requieren de refrigeración hasta por cuatro semanas. Uno de los riesgos más importantes en el tratamiento intensivo con insulinas son los episodios de hipoglucemia que se presentan por la noche en 50 % de los casos, los pacientes deben ser informados suficientemente de los datos tanto neurológicos como adrenérgicos para reconocerla e instaurar tratamiento en forma inmediata sin esperar el resultado de la glicemia capilar. Es importante que el diabético disponga al alcance de su mano y en forma inmediata de jugos o refrescos no dietéticos, en caso de que el episodio sea más profundo y el paciente se encuentre inconsciente deben usarse sustancias con textura similar al gel, pues debemos recordar que el reflejo de la deglución permanece funcional. Los datos de cefalea matutina, pesadillas o diaforesis nocturna deben hacer pensar al clínico en la presencia de ésta eventualidad. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 71-82 INTERCONSULTANDO AL ESPECIALISTA Litiasis urinaria Dr. Carlos García-Irigoyen,1 Dr. Jaime Saavedra-Abril2 1Servicio de Urología del Hospital General de México de la Secretaría de Salud. Académico de la Academia Mexicana de Cirugía. Secretario del Comité Normativo Nacional de Medicina General. 2Médico radiólogo. Miembro de la Sociedad Mexicana de Radiología e Imagen. Director de Radiología General del Centro CT Scanner Lomas Altas, México, D. F. Introducción Las enfermedades del aparato urinario siempre han sido objeto de estudios mediante métodos de imagen. Los avances en las técnicas de imagenología correlacionan adecuadamente con los adelantos en el diagnóstico de una gran variedad de entidades nosológicas del aparato urinario. Es evidente hoy en día que los métodos de imagen tienen un papel cada vez mayor en el diagnóstico, manejo clínico, seguimiento y en algunos casos tratamiento de las enfermedades del aparato urinario. Uno de estos papeles de la imagen es en el cáncer del aparato urinario para una detección temprana, tratamiento precoz y por consiguiente un mejor pronóstico reduciendo la mortalidad. Con los avances de la tecnología, algunos métodos de imagen como la radiografía simple del abdomen, la urografía excretora Recibido 31-07-2010 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 y la tomografía lineal renal se utilizan cada vez menos en el diagnóstico de cierta patología urinaria. Los métodos seccionales de imagen como el Ultrasonido (US), la Tomografía Computada (TC) y la Resonancia Magnética (RM), son de gran utilidad en el diagnóstico, basadas en la morfología de los órganos; más recientemente las técnicas funcionales y moleculares de imagen como la Tomografía Computada y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET-CT) ayudan y nos proveen más información acerca de la actividad biológica del cáncer y son muy útiles para su detección, seguimiento, recidiva y respuesta al tratamiento médico o quirúrgico. Objetivos El propósito de éste trabajo es realizar la revisión de una de las entidades más frecuentes que afecta al aparato urinario, la litiasis Aceptado 31-08-2010 83 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria urinaria, en la cual la clínica apoyada por los métodos de imagen juega un papel importante en el diagnóstico, seguimiento y en algunos casos en su tratamiento. La comunicación estrecha con el clínico es de vital importancia cuando se utilizan los métodos de imagen en el diagnóstico de una enfermedad y éste es otro de los objetivos de este trabajo creando guías de diagnóstico por imagen específicas y de ayuda para el clínico cuando se estudia esta patología. Definición La litiasis urinaria es la presencia de cálculos urinarios en el riñón, uréteres, vejiga y uretra y representa uno de los problemas urológicos más comunes en la práctica diaria del médico general y del urólogo. Sin embargo, existe a menudo un profundo desconocimiento de la fisiopatología y de los métodos de imagen para el diagnostico y manejo de esta patología. El objetivo que se persigue con la presente aproximación práctica es ofrecer a los lectores una fuente de consulta concreta y actualizada, que permita un manejo dinámico de los pacientes y proporcionar recomendaciones diagnosticas y terapéuticas.1 Epidemiología En algunos países es la causa de 13 por 1.000 egresos hospitalarios. En los Estados Unidos (USA) su incidencia aproximada es de 30-70 x 100.000 habitantes y su prevalencia es del 3-7 %; la mayor incidencia oscila entre la 5ª y 6ª década de la vida y afecta más frecuentemente al sexo masculino con una relación de 3:1. En México, Estrada y colaboradores, encontraron en su estudio epidemiológico que 51 % fueron hombres, 61 % tiene pareja, 52.5 % vive en zona urbana, 78 % pertenece a un núcleo familiar, 45 % corresponde a un medio socioeconómico bajo, 95 % consume dieta rica en proteínas, 33 % tiene un pariente directo con litiasis urinaria, 93 % no realiza ejercicio físico, 17 % consume alcohol, 60 % toma menos de cuatro vasos de agua diariamente, 59 % padece infecciones de vías urinarias, 38 % arrojó cálculos urinarios, 62 % consume refrescos. Más del 50 % de los entrevistados tenían más de cinco factores modificables para litiasis y con- 84 cluyen que hubo factores de riesgo modificables y plantean revisar las estrategias educativas actuales.2 Etiología Es multifactorial en los que participa la herencia, como en la hiperoxaluria primaria tipo 1 o la hipercalciuria idiopática. Geográficamente son más frecuentes en las regiones desérticas y tropicales. Las altas temperaturas incrementan la transpiración, lo cual se traduce en una mayor concentración de la orina. Adicionalmente, la exposición persistente a los rayos solares causa una mayor producción de dihidroxivitamina D3 y una mayor excreción urinaria de calcio. La diuresis aumentada a expensas de una mayor ingesta de agua reduce el tiempo de permanencia de los solutos en la orina y aumenta la dilución de la misma, previniendo la formación de cristales. El contenido mineral del agua ingerida es también importante, puesto que la presencia de carbonato de sodio produce una mayor incidencia de cálculos y un mayor contenido de zinc que es un inhibidor eficaz de la cristalización siendo un factor protector. En relación a la dieta podemos mencionar que la aparición de cálculos se ve favorecida por dietas ricas en purinas, oxalatos, calcio y fosfato y en los sujetos con alta ingesta de proteínas animales y por lo tanto mayor concentración de ácido úrico, oxalato y calcio. Principios químicos La teoría más aceptada acerca de la formación de cálculos, sugiere que se deben de cumplir una serie de etapas que son: la sobresaturación, nucleación, crecimiento, agregación y retención. Frecuencia de los diferentes tipos de cálculos Se enumeran los principales tipos de cálculos en orden de frecuencia, teniendo en cuenta que en un porcentaje elevado la constitución es mixta y de que 10 % pueden ser radiolúcidos a los rayos X simples. Cálcio 70-88 %: Oxalato de cálcio 36-70 % Fosfato de cálcio 6-20 % Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 Oxalato/ fosfato de cálcio 11-30 % Estruvita 6-20 %, Ácido úrico 6-15 % Cistina 1-3% Mixtos 1-4% Composición de los cálculos Se mencionan los más frecuentes. Cálculos de oxalato de calcio: pueden explicarse por estados de hipercalcuiria idiopática, hiperoxaluria, hiperuricosuria, hipocitraturia o hipomagnesuria. Se presentan entre 40 a 60 % de los enfermos. Los litos se inician como placas de Randall en las papilas renales y en los conductos de Bellini, que cuando están enfermos, la hidroxiapatita puede formar el núcleo.3 Hiperoxaluria: se presenta en aproximadamente 3 % de los pacientes con litiasis de oxalato de calcio. Puede ser producto de una mayor absorción intestinal, mayor producción endógena o una excreción renal aumentada. Se define por niveles urinarios de oxalato mayores de 3 mol al día y puede ser hiperoxaluria primaria tipo I, que es debida a un defecto en la enzima alanino-glioxilato aminotransferasa en el hígado, la cual normalmente depura el glioxilato a glicina. Con su defecto, el glioxilato se oxida a oxalato. Por otra parte, la hiperoxaluria tipo II es debida a la deficiencia hepática de las enzimas D-glicerato deshidrogenasa y glioxilato reductasa y también se asocia con nefrocalcinosis y falla renal. Hiperoxaluria entérica: la mala absorción de cualquier causa incrementa la permeabilidad colónica al oxalato como resultado de una mayor exposición a las sales biliares. Hiperoxaluria idiopática: es aquella que no puede ser explicada por las entidades descritas arriba. Se detecta de 0.3 a 50 % de los pacientes con cálculos de oxalato de calcio. Hiperuricosuria: presente en 28 % de los pacientes. La hiperuricosuria se presenta en 10-40 % de los pacientes con cálculos de oxalato de calcio, la mayoría de los cuales son hombres (80-90 %). Es debida a la excesiva ingesta de purinas y, en ocasiones, a la sobreproducción endógena de uratos. Los niveles séricos de ácido úrico se encuentran normales debido a que existe una pérdida renal aumentada. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 Hipocitraturia: se encuentra en 70 % de los pacientes con cálculos de oxalato de calcio. Se define como la excreción diaria menor de 115 mg en hombres y 200 mg en mujeres. Es ocasionada principalmente por cuadros de acidosis metabólica, pues el pH tubular bajo incrementa la reabsorción tubular y la oxidación mitocondrial renal del citrato. Hipomagnesuria: la excreción disminuida de magnesio se ha identificado como un factor de riesgo para nefrolitiasis. La causa más frecuente de hipomagnesuria es la enfermedad inflamatoria del intestino. La pérdida de la actividad inhibitoria del magnesio causa cristalización de oxalato de calcio. Se presenta en 1 % de los pacientes formadores de cálculos de oxalato de calcio. Cálculos de fosfato de calcio: los cálculos de fosfato de calcio representan 10 % de los casos de litiasis. Se relacionan con fenómenos de hipercalciuria (69 % de pacientes), hipocitraturia (62 %), hiperuricosuria (31 %), hiperparatiroidismo (15 %) y acidosis tubular renal (23 %). Esta última consiste en la pérdida de la capacidad renal para acidificar la orina; el consecuente aumento del pH tubular incrementa las formas divalentes y trivalentes del fosfato, de fácil cristalización. Existen cuatro formas de acidosis tubular. En los enfermos con recidivas de litos se deben prevenir los futuros episodios de cólico renal y deterioro de la función renal siendo necesario la evaluación metabólica del paciente.4 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Síntomas Crónicamente favorecen las infecciones urinarias. Los cálculos renales pueden ser silenciosos, asintomáticos y descubrirse en un estudio radiológico no urológico o manifestarse por dolor lumbar que se irradia hacia flanco, fosa iliaca y genitales del lado en dónde se localiza el cálculo dentro de la vía urinaria (riñón, uréter, vejiga) originando dolor cólico nefrítico que se puede acompañar de estado nauseoso, vomito, distensión abdominal y ocasionalmente íleo paralítico. En ocasiones se acompaña de hematuria. Si el cálculo se localiza en vejiga puede condicionar, polaquiuria, nicturia, urgencia, ardor uretral, tenesmo vesical, o retención aguda de orina si el cálculo se enclava en el cuello vesical o en la uretra. Cuando se expulsa 85 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria puede aparecer hematuria, discreto sangrado y disuria. Imagen de la litiasis urinaria Los estudios de imagen diagnóstica de la litiasis urinaria se han utilizado desde el descubrimiento de los rayos X. La primera radiografía de un cálculo renal fue obtenida meses después del descubrimiento de los rayos X. Radiografía simple de abdomen Es limitada por varios factores como el gas intestinal, la presencia de calcificaciones extrarrenales, y obesidad. Todos estos factores disminuyen la sensibilidad de la radiografía en la detección de cálculos urinarios, sin embargo es usada para planear la guía fluoroscópica para litotripsia y para monitorear los fragmentos del cálculo después de litrotripsia y ureteroscopía o ureterolitotomía percutánea. Figura 1a Urografía excretora Fue por décadas la modalidad primaria de imagen del tracto urinario pero en los pasados 10 años se ha comprobado la superioridad de la tomografía computada simple (TCS) en el diagnóstico de la litiasis urinaria. La urografía excretora falla en la detección de cálculos urinarios del 31 al 48 % de los casos y tiene los riesgos inherentes a la inyección del material de contraste yodado.5 (figura 1a y 1 b). . Ultrasonido Tiene un valor limitado en el diagnóstico de pacientes con cálculos urinarios por ser operador dependiente, entrando en juego varios factores que dificultan el estudio como el gas intestinal y la grasa corporal del paciente. 86 Figura 1b Tomografía Computada Simple Figura 1a y 1b. Urografía excretora, fases tardías: dilatación de sistemas colectores en el riñón izquierdo y litiasis obstructiva en tercio distal del uréter (flechas) La TCS actualmente es el método de diagnóstico por imagen de elección en el estudio de la litiasis urinaria. El primer reporte del uso de la TCS para este diagnóstico fue hecho por Smith en el año 1995 en el RSNA.6 La TCS simple actualmente tiene un alto grado de sensibilidad (95-98 %) y de especificidad (96-100 %) en el diagnóstico de litiasis urinaria.7 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 La TCS tiene grandes ventajas sobre otros métodos de imagen; se realiza muy rápido, evita movimientos, no requiere de medio de contraste endovenoso, detecta cálculos de todos los tamaños, densidades y puede diagnosticar patología extrarrenal no sospechada como apendicitis, diverticulitis, colecistitis o enfermedades ginecológicas que con frecuencia simulan cólico renal o ureteral. También puede diagnosticar anomalías congénitas y/ o anormalidades del tracto urinario. La tomografía computada multidetector (TCMD) ha abierto nuevos horizontes en el estudio de litiasis urinaria por reconstrucciones volumétricas, el post-proceso de la imagen, la posibilidad de imágenes multiplanares. La TCMD identifica el diámetro del cálculo, localización, densidad, predice la presencia de hidronefrosis (figura 2a y 2b). Figura 2a. Cálculo en la unión ureteropielica derecha con dilatación de sistemas colectores (flechas) El estudio y las imágenes reconstruidas en los diferentes planos axial, coronal y sagital son una ayuda valiosa para determinar la patología urinaria. La cuantificación de la composición o dureza de los cálculos con técnicas volumétricas en la TCMD han hecho posible planear el tratamiento quirúrgico o intervencionista. La TCMD es de gran ayuda en valorar la fragilidad del cálculo y su composición al obtener los coeficientes de atenuación.8 Puede diferenciar cálculos de oxalato de calcio y de ácido úrico (figura 3, cuadro I). En el cuadro I se hace un recuento de las diferentes composiciones de los cálculos, su prevalencia, como se observan en las radiografías simples del abdomen, su densidad en la TCMD y los factores etiológicos asociados.9 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Figura 3. Cálculos de acido úrico, con densidades bajas entre 218 y 342 UH. (flecha) Signos en la TCMD 2b. Cálculo pequeño localizado en la luz del tercio inferior del uréter izquierdo (flecha) Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 Generalmente todos los cálculos son visibles en la TCMD incluyendo aquellos que son radiolúcidos en la radiografía simple del abdomen, como los cálculos con matriz de ácido úrico, cistina, xantina, como se muestra en el cuadro 1. Estos cálculos generalmente tienen valores de atenuación menores de 200 UH. Los únicos cálculos que no pueden ser visualizados en la TCMD son los que tienen matriz producida por el medicamento 87 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Cuadro I. Composición Frecuencia (%) PSA Ct. densidad Etiología Oxalato, Monohidrato de calcio Fosfato calcio Brushita Ácido Úrico 40-60 Radiopaco 1700-2800 UH. Transtornos metabólicos (hiperclaciuria,oxaluria) 20-60 2-4 5-10 Radiopaco Radiopaco Radiolúcido 1200-1600 UH. 1700-2800 UH. 200-450 UH. No anormalidad metábolica Struvita Cistina 5-15 1-2.5 Radiopaco Moderada opacidad 600-900 600-1100 Hiperuricemia o hieruricosuria Idiopática Infección renal Defecto tubular renal edema de la pared del uréter (50-77 %). Tiene una especificidad cuando se observa del 90 al 100 %.11 (figura 5). Indinavir que es un inhibidor de la proteasa en el tratamiento de pacientes con SIDA.10 Estos cálculos tienen coeficientes de atenuación de tejido blando entre 15-30 UH. 2) Indirectos: Los signos de la litiasis urinaria 1) Directos: - Identificar cálculo en la luz ureteral. - Dilatación del uréter proximal y calibre normal del uréter distal (figura 4). - Signo del halo: Densidad de tejido blando rodeando al cálculo producida por el - Dilatación del sistema colector. Edema perinefrítico. Edema periuretral. Aumento del volumen del riñón. La dilatación de los sistemas colectores y el edema perinefrítico tienen un valor predictivo positivo del 98 % y negativo del 91 % (figura 6a y 6b). - Pérdida de la imagen hiperdensa de las pirámides renales con diferencia de densidad del parénquima renal menor de 15 UH en el riñón obstruido. - Cálculo mayor de 6mm en el tercio superior del uréter acompañado de más de cinco signos secundarios requieren pronta intervención. - Signo de la cola del cometa: para diferenciar cálculos de flebolitos. Representa la continuación no calcificada de la pared de la vena en el flebolito. Los datos anteriores son demostrados por Ege.11 Figura 4. TCMD. Reconstrucción coronal. Cálculo en la luz del tercio distal del uréter con dilatación proximal (flechas rojas) y uréter distal de calibre normal. (flecha amarilla) 88 - Centro radiolúcido y forma redonda se ve en los flebolitos y no en los cálculos, los cuales tienen pared irregular y a veces facetada. La TCMD puede ser negativa para cálculos en casos que este haya sido expulsado Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 Composición del cálculo Conocer la composición del cálculo es muy importante. Los cálculo de ácido úrico pueden ser tratados con alcalinización de la orina inicialmente. Los cálculos de cistina son difíciles de fragmentar en la litotripsia, cálculos de brushita y de oxalato de calcio son muy resistentes de fragmentar. Los valores de atenuación de los cálculos pueden predecir su composición in vitro de 64 a 81 % de seguridad. Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Figura 5. Corte axial de TCMD el cual muestra un cálculo en el tercio distal del uréter izquierdo rodeado por una densidad de tejido blando que representa el signo del "halo" (flecha) o sea muy pequeño pero generalmente existen signos secundarios como dilatación ureteral, edema perinefrítico y periuretral. Tamaño del cálculo Es muy importante para determinar la estrategia y el manejo del paciente. La medición del cálculo se realiza en milímetros utilizando ventana ósea y magnificación de cuatro a cinco veces.12 Actualmente se mide el volumen del cálculo eliminando el problema que existía al realizar la medición lineal del cálculo y más en los casos el cual la calcificación tiene contornos irregulares. Existen varios métodos para calcular el volumen del cálculo (mediciones en tercera dimensión ortogonales.)13 Wang y colaboradores demostraron que un cálculo de más de 700 mm3 de volumen es predictor significativo de falla para la litotripisia.14 Figura 6a. TCMD. a. Reconstrucción coronal. Dilatación de sistemas colectores en el riñón izquierdo y de todo el trayecto del uréter con cálculos en la luz del tercio distal (flechas) Fragilidad del cálculo Puede ser homogéneo o heterogéneo en densidad. Los cálculos de fosfato y monohidrato de calcio y cistina tienen densidad heterogénea a la TCMD y son más frágiles que los de apariencia o densidad homogénea y requieren menos fragmentación en la litotripsia15 (figuras 7a y 7 b). Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 6b. Corte axial en otro paciente mostrando el edema perirrenal en el lado derecho con dilatación de sistemas colectores (flechas) 89 d) Fosfato de cálcio: 1200-1600 UH. e) Oxalato de calcio y brushita: 1700-2800 UH16 (figura 8a y 8 b). Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Figura 7a. Corte axial de TCMD que muestra un cálculo grande con densidad homogénea localizado en el colector superior del riñón izquierdo. (flecha). Además existe otro cálculo más pequeño en el polo 7b. Reconstrucción coronal en donde se observa un cálculo coraliforme en la pelvis renal izquierda con densidad heterogénea (flecha) Existen cálculos que tienen componentes mixtos por lo cual sus coeficientes de atenuación varían bastante y en estos casos no es posible determinar con exactitud su composición principal. Solo los cálculos de ácido úrico no tienen otros componentes por lo cual su medición es más exacta y fiable. La tomografía computada con energía dual representa un avance importante en determinar la composición del cálculo. Esta técnica puede diferenciar entre cálculos de ácido úrico y de calcio de 92 al 100 % de seguridad y entre cálculos de estruvita y de cistina.17 Planeación del tratamiento La información que proporciona la TCMD en cuanto al tamaño, localización, composición y orientación de los cálculos es de gran ayuda en la planeación del tratamiento, ya sea quirúrgico o por intervencionismo en donde el acceso adecuado percutáneo de los cálices posteriores es vital para la manipulación de los litos. Por esta vía se tiene acceso a manejar cálculos de la pelvis renal, se tiene una vía a los cálices superiores que facilitan la remoción de cálculos coraliformes y de cálculos del tercio superior del uréter.18 La medición del cálculo a tratar, del centro de éste a la piel, para realizar la litrotripsia se obtiene en los cortes axiales para la litiasis de los polos inferiores. Pareek y colaboradores encontraron que una medida mayor a 10 cm resultaba en un alto porcentaje de falla en la litotripsia y sugieren que en estas condiciones se realice ureteroscopia o nefrolitotomia percutánea o bien pielolitotomia abierta.19 Dosis de radiación Los valores de atenuación para los cálculos urinarios en TCMD utilizando 120 Kv caen dentro de los siguientes rangos: a) Ácido úrico: 200-450 UH. b) Estruvita: 600-900 UH. c) Cistina: 600-1100 UH. 90 Es muy importante considerar la dosis de radiación, principalmente en pacientes jóvenes que necesitan TCMD seriadas por recurrencia de su enfermedad litiasica. La dosis de radiación de la TCMD simple varia en un amplio rango de 2.8 a 13.1 mSv para hombres y de 4.5 a 18 mSv para mujeres. Dosis mucho más altas que en una urografía Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 mAs mientras pacientes que pesan entre 68 a 136 kg con 120 Kv proveen buena imagen. Con estas técnicas de baja radiación y protocolos de estudio más limitados, con técnica de automodulación de los tubos de rayos x se han logrado bajar las dosis de radiación en promedio entre 3 a 5 rads.20 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Tratamiento Para realizar el correcto tratamiento de la litiasis urinaria es necesario considerar los siguientes principios: Figura 8a Figura 8b Figura 8a y 8b Múltiples cálculos en 2 pacientes diferentes con densidades mayores de 1,700 1. 2. 3. 4. Sitio Número Tamaño Repercusión sobre la anatomía de las vías urinarias y la función renal 5. Infección urinaria asociada 6. Complicaciones asociadas 7. Presencia o no de obstrucción congénita o adquirida de las vías urinarias además de la presencia del cálculo. Tratamiento médico: en la fase aguda del cólico nefrítico, la aplicación intravenosa o intramuscular de derivados de la dipirona con butilhioscina, la hidratación y el control de otra patología es importante (infección, diabetes y otras), más el diagnostico integral permitirán la planeación adecuada del tratamiento del enfermo. El bloqueo subcostal controla fácilmente el dolor y se utiliza en el servicio de Urología del Hospital General de México de la Secretaría de Salud, desde hace varios años con excelentes resultados.21 Debemos recordar que los cálculos menores de 1 cm pueden expulsarse espontáneamente con analgésicos asociados a la tamsulosina.22 Tecnología actual excretora (1.5 mSv para tres radiografías y de 2.1 a 6 mSv para seis radiografías). Hoy en día existen varios protocolos de TCMD para reducir las dosis de radiación, con técnica de automodulación de los tubos de rayos x, bajos kilovoltajes y miliamperajes (50-100 mAs) que pueden reducir las dosis de radiación hasta 80 %. En general pacientes que pesan menos de 68 kg se pueden escanear con 80-100 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 Las mejoras tecnológicas con ureteroscopios flexibles, la endoscopia digital, mejores canastillas extractoras con la colocación de conos que evitan la migración de fragmentos, la litotripsia intracorpórea con equipo electrohidráulico, litoclast y láser facilitan el manejo de los cálculos ureterales.23 La litotripsia intracorpórea con ondas de choque (LEOCH) origina cavitación acústica, 91 Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria tensión intralito y fragmentación del mismo el que será expulsado en forma de arenillas. Se puede maximizar la fragmentación y evitar daño a los tejidos. La tecnología (máquinas y la aplicación adecuada son muy importantes) y la cirugía renal percutánea han facilitado el manejo de estos enfermos. La colocación de un catéter doble J en los casos de litos ureterales y post LEOCH evitan que los fragmentos de cálculo obstruyan el uréter por acumulación y facilitan la expulsión de los mismos.24 El éxito en la aplicación de estas técnicas se define como la ausencia de litos residuales. Cirugía mini-intervencionista por ureteroscopía Se utiliza primordialmente para los cálculos que se localizan en el tercio medio o inferior del uréter con tasas de éxito del 90 %. Se introduce el ureteroscopio a la vejiga por la uretra, se localiza el orificio ureteral y a través de el se pasa el aparato hasta localizar el lito y con diversos extractores, canastillas, litotritores ultrasónicos o electrohidráulicos se extrae o se multifragmenta. Es el tratamiento de elección en la gran mayoría de los cálculos del tercio medio e inferior del uréter.25,26 Litotripsia extracorpórea por ondas de choque: el urólogo realiza la valoración y evaluación preparatoria. Ya diagnosticado y programado el paciente es colocado en una mesa que tiene asociado un brazo en C radiológico, (algunos tienen U.S.) para localizar el lito, al cual ya ubicado, se dirige la onda de choque adecuadamente. El número de impactos que se dirigen al cálculo varían dependiendo del tamaño y dureza, de 3500 a 4500 por sesión. Habitualmente no requiere anestesia. El cálculo se multifragmenta y se expulsará en el transcurso de 2 a 3 semanas por la uretra. Previamente a la realización del tratamiento se ha colocado un catéter doble J con el propósito antes mencionado. Se maneja como cirugía de corta estancia. Es muy útil en el enfermo con cólico nefrítico. La nefrolitotomía percutánea e utiliza para los cálculos renales que no pueden ser tratados con el procedimiento anterior como son los cálculos coraliformes, los localiza- 92 dos en divertículos caliciales, etcétera. Se practica colocando tubos por punción y dilatación al riñón a través de los cuales se introducen los diversos aparatos de litotripsia: litoclast, equipo electro hidráulico, láser verde, extractores diversos, etcétera.27 La cirugía laparoscópica es un armamento más que se tiene para resolver los problemas de litiasis. Cirugía abierta: las píelolitotomías, calicostomia, nefrectomías, ureterolitotomia, cistolitotomias, son cada vez menos frecuentes pues los hospitales públicos y privados suelen disponer de los equipos necesarios para tratar a los enfermos con la tecnología mencionada lo que proporciona muchas ventajas. Sin embargo continúan vigentes. Es útil para cálculos de grandes dimensiones, coraliformes, intracaliciales, múltiples, etcétera. Es un procedimiento seguro mas no exento de complicaciones como toda cirugía invasiva. Requiere de varios días de hospitalización. Es necesario tratar la infección urinaria previamente al inicio del tratamiento de la litiasis intervencionista. Finalmente el tratamiento se planeará con el diagnostico integral, los recursos, experiencia y la relación médico-paciente. En cuanto a las alteraciones anatómicas de las vías urinarias se podría escribir largamente pero solo mencionaremos que cuando existen, se deben de corregir para evitar las recidivas y controlar mejor la infección. Como ejemplos mencionamos la estenosis ureteropiélica, los vasos aberrantes de dicha unión, anomalías congénitas como riñón en herradura, angulaciones ureterales, hiperplasia prostática y estenosis de uretra. Los cálculos pueden bloquear el paso de la orina en diversas partes de la vías urinarias y condicionar, según su localización, gran ureterohidronefrosis que puede condicionar la pérdida de la función renal o del órgano. Si los litos se impactan en el cuello vesical o en la uretra, el enfermo presentará retención aguda de orina. Existen otras causas de la litiasis urinaria: 1. 2. 3. 4. El síndrome metabólico Cirugía bariátrica Modificaciones de la dieta Enfermedad intestinal Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 En el síndrome metabólico se presenta en 9.8 % de los casos. Este síndrome se caracteriza por diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y alteraciones glandulares diversas siendo factores de riesgo en los cálculos de oxalato el aumento en la excreción, factores dietéticos como el aumento en la ingestión de sodio y el consumo de proteínas animales así como alteraciones en la síntesis endógena con la excreción de oxalatos, acido úrico y fosfatos. Existe una correlación importante con el pH urinario. Se ha encontrado en la actualidad aumento de la litiasis por ácido úrico. En esos enfermos es importante una buena hidratación, llevar el pH urinario entre 6 y 6.5 con concentrados de citrato de potasio, sodio, bicarbonato de sodio, alopurinol en hiperuricemicos y medir el pH diariamente. En la cirugía bariátrica se desarrollan cálculos renales entre 2.2 y 3.6 años postcirugía aumentando a los 7.6 años en que se practica derivación en Y de Roux debido al aumento en la excreción de oxalatos (entre 60-83 mg por día), pudiendo condicionar nefropatía por oxalatos observándose menos prevalencia de hiperoxaluria cuando se utilizan bandas gástricas.28 Litiasis y embarazo Afecta entre el 1:200 a 1:500 embarazadas siendo más común entre el segundo y tercer trimestre del embarazo y pueden condicionar parto prematuro, parto pre-termino, ruptura de membranas y otros. El diagnóstico se basa en la elaboración de una historia clínica completa en la cual se indague acerca de datos de cólico nefrítico, hematuria macro o microscópica debiendo existir una comunicación estrecha entre el ginecoobstetra, el urólogo y el radiólogo para la toma de decisiones terapéuticas. El análisis de los cálculos deberá realizarse en laboratorios especializados. La dificultad para el estudio de la constitución química de los cálculos urinarios es debida a falta de equipo para: 1. Técnicas estandarizadas 2. Espectroscopia 3. Di fragmentación de rayos x Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 83-94 4. Microscopio polarizante 5. Termo gravimetría 6. Identificación residual. Carlos García-Irigoyen, et al. Litiasis urinaria Conclusiones La TCMD ha demostrado ser hoy en día el estudio más seguro y eficiente en el diagnóstico de la litiasis urinaria. La TCMD es un método seguro, no invasivo, rápido, relativamente de bajo costo y efectivo en el diagnostico oportuno de los cálculos renales y ureterales, en el planeamiento y seguimiento del tratamiento. Actualmente es muy bien aceptada por los urólogos, médicos generales y en el departamento de urgencias. Los radiólogos deben estar entrenados en este tipo de tecnología, conocer muy bien la técnica, los riesgos de la radiación y los detalles de la interpretación. Bibliografía 1. Tiselius FG, Ackerman D, Alken P, Bucht C, Conort P, Gallucci M. Guide lines on urolithiasis . Eur Urol. 2001;40:362-71. 2. Deyanira Estrada-Jasso, Jorge Martínez-Torres et al. Litiasis urinaria en la atención primaria. Rev Fac Med UNAM 2005;48(5):187-190. 3. Miler et al B.J.U. 2009;103:966-971. 4. Chandhoke P. Evaluation of the recurrent stone forrmer. Urol. Clin North Am. 2007;34:315-322. 5. S andhu C, Anson KM, Patel U. Urinary tract stones. I. 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Subcomité de Educación Médica Continua Miembro Titular de la Academia Nacional de Medicina de México “La organización de los servicios de salud, si logra superar las trabas burocráticas, las inercias y los intereses particulares, tendrá que rectificar y conceder al médico general el lugar que se merece y que la sociedad necesita.”1 Alberto Lifshitz La mayor garantía que tiene la sociedad de que quienes atienden sus necesidades de salud están capacitados y debidamente actualizados en los constantes avances de la medicina es que estén Certificados y mantengan su certificación periódicamente. En México, desde hace varias décadas la Certificación es una realidad en lo que respecta a los médicos especialistas, pero no lo ha sido, sino en estos primeros años del siglo XXI cuando lo han logrado los médicos generales. Actualmente para certificarse los médicos generales han de aprobar un examen formal de amplia cobertura, debidamente Recibido 31-07-2010 Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 95-96 estructurado, desarrollado y realizado por un organismo profesional de educación independiente de asociaciones, sociedades y consejos médicos.2 Su certificación tiene vigencia de cinco años, transcurridos los cuales debe acreditar, ante su Consejo Estatal de Medicina General y el Comité Normativo Nacional de Medicina General (CONAMEGE), estar ejerciendo la profesión y contar con los suficientes puntos de Educación Médica Continua para que le sea renovada su Certificación (Recertificación). CONAMEGE es el único organismo facultado por la Dirección General de Profesiones de la Secretaria de Educación Pública, para la Certificación y Recertificación de los Médicos Generales a nivel nacional, según consta en el Reconocimiento de Idoneidad SEP/DGP/CP032/10, emitido el 10 de abril del año en curso.3 Hasta la fecha, en diversos países, México entre ellos, los médicos generales, médiAceptado 31-08-2010 95 Juan Urrusti-Sanz. Médicos Generales y las instituciones de salud cos de primer contacto, médicos del primer nivel de atención, médicos de atención primaria a la salud, como también suele designárseles, han sido vistos y tratados con poco aprecio por sus colegas especialistas, por las instituciones de salud y por la sociedad misma.4 Múltiples son los factores que han contribuido y aún siguen contribuyendo a situarles en tal tesitura, entre ellos el no ser contratados por las Instituciones de Salud y las excesivas cargas de trabajo, pobre remuneración y escaso o nulo apoyo para acceder a cursos formales de actualización, en quienes han logrado ingresar a ellas. En nuestro país, esta situación ha llegado al extremo de que buen número de médicos generales ha acabado por asumir una actitud conformista, otros inclusive, han optado por abandonar la profesión. No obstante, cada vez es mayor el número de médicos generales que se esfuerzan por mantenerse actualizados, bien a través de programas formales como es el caso de PRONADAMEG, o bien como es lo más frecuente, asistiendo a las conferencias, seminarios y congresos auspiciados por la industria farmacéutica. Tampoco dejan pasar las escasas oportunidades que se les presentan de exponer sus conocimientos y experiencia en el ejercicio cotidiano de la atención primaria, como ocurrió en el I Congreso Latinoamericano de Médicos Generales. XV Aniversario de PRONADAMEG, realizado en la ciudad de Zacatecas en octubre de 2009.5 Hoy día no se justifica que las instituciones de salud se nieguen a contratar médicos generales, dado que el perfil de este profesionista ha cambiado sustancialmente y, a semejanza de los especialistas, se preocupan por su desarrollo profesional, estudian se mantienen actualizados en los avances de la medicina, se Certifican y Recertifican ante CONAMEGE y nadie puede negar que desempeñan un papel fundamental en la atención de la salud, como lo afirma un número cada vez mayor de reconocidos especialistas. Las siguientes palabras de Julio Sotelo son por demás elocuentes: “…Aunque a los especialistas nos cueste trabajo reconocerlo, hay que admitir que una gran proporción de las dolen- 96 cias más frecuentes que afectan al ser humano, se encuentran dentro del marco conceptual de intensa competencia del médico general, no del especialista. La visión y actualización de un competente y experimentado medico general en muchos casos no la obtiene, por múltiples razones un competente y experimentado especialista, desde luego la relación inversa también es clara por muchas otras razones...”6 Es más, la progresiva incorporación de médicos generales certificados a las instituciones de salud se traducirá, sin duda alguna, por una mejor atención a la salud en el primer nivel y, consecuentemente, por mayor eficiencia en los niveles segundo y tercero. Es de esperar que las instituciones de salud de México sigan pronto el ejemplo de la Academia Nacional de Medicina de México, A. C., y de la Academia Mexicana de Cirugía, A. C., que a partir del año 2009 abren ya sus puertas a los Médicos Generales. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Alberto Lifshitz. La vocación del médico general. Gac. Méd. Méx. Vol. 140, suplemento No. 1, 2004. Convenio de concertación en materia de vigilancia del correcto ejercicio profesional en la modalidad de certificación entre la Secretaria de Educación Pública (SEP) con la participación de la Dirección General de Profesiones y el Comité Normativo Nacional de Medicina General (CONAMEGE). Mtro. Víctor Everardo Beltrán-Corona. Director General de Profesiones, Secretaría de Salud Pública. Reconocimiento de Idoneidad SEP/ DGP/CP032/10. Comité Normativo Nacional de Medicina General A. C. Juan Urrusti-Sanz, Manuel de la Llata-Romero. El difícil ejercicio de la medicina en las unidades del primer nivel de atención. Gac. Méd. Méx. Vol. 140 Suplemento No. 1, 2004. I Congreso Latinoamericano de Médicos Generales. XV Aniversario de PRONADAMEG. Palacio de Convenciones, Zacatecas, Zac. 19-23 de octubre de 2009. Julio Sotelo. El médico general, actor imprescindible de la medicina de futuro. Gac. Méd. Méx. Vol. 140, suplemento No. 1 2004. Rev Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 95-96 EDUCACIÓN MÉDICA CONTINUA Recertificación en Medicina General. Créditos válidos Objetivos Créditos Reafirmar o incrementar los conocimientos del médico general, posterior a la lectura de los trabajos publicados en Archivos de Medicina General de México. Por cada cuestionario resuelto completamente y en forma correcta se otorgará un punto válido para la recertificación por el Consejo Nacional de Certificación en Medicina General. Los cuestionarios resueltos deberán ser enviados por correo electrónico a la dirección: archivosmgmexico@gmailcom; por esa misma vía el participante recibirá el reconocimiento otorgando el puntaje correspondiente para anexarlo una vez que se solicite la renovación de la vigencia del certificado en Medicina General. Los participantes serán capaces de aplicar los conocimientos adquiridos a la atención de los pacientes en la práctica clínica. Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 97-98 97 Elija sólo una de las opciones de cada reactivo Recertificación en Medicina General. Créditos válidos Litiasis urinaria Elementos de manejo del diabético tipo 2 por el médico general Rev Arch Med General Mex 2001; 2 (2):83-94 Rev Arch Med General Mex 2001; 2 (2):71-82 1. Los cálculos urinarios se componen más frecuentemente de: 1. De acuerdo al grupo ADA/EASD la meta de HbA1c para el control de DM2 debe ser: a) b) c) d) a) b) c) d) Ácido úrico Oxalato de calcio Sales de magnesio Fosfato de calcio 2. Se considera el estudio de elección para el diagnóstico de litiasis urinaria: 2. Los valores de glucemia posprandial a las horas deben ser: a) b) c) d) a) b) c) d) Ultrasonograma Placa simple de abdomen Tomografía computada simple Urograma excretor 3. Es un fármaco útil que favorece la expulsión de cálculos menores de 1 cm: a) b) c) d) Butilhiocina Dipirona Buprenorfina Tamsulosina 4. La cirugía bariátrica puede originar urolitiasis por: a) b) c) d) 98 Entre 8 y 9 % 7.5 % Menor a 7 % De 7 a 8 % Hiperuricemia Excreción aumentada de fosfatos Aumento en la excreción de oxalatos Hipervitaminosis D Entre 140 y 160 mg/dl De 160 mg/dl como máximo No menos de 150 mg/dl Menores de 145 mg/dl en sangre capilar 3. Puede considerarse como el antihiperglicemiante oral de elección para iniciar el tratamiento de la DM2: a) b) c) d) Pioglitazona Glimepirida GLP1 Metformina 4. Es un ejemplo de análogo de insulina ultrarápida: a) b) c) d) Glargina Neutral Protamine Hagedorn Glulisina Cristalina Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 97-98 Instrucciones para los autores Archivos de Medicina General de México (Arch Med General Mex) es una publicación trimestral editada por el Comité Normativo Nacional de Medicina General; tiene como objetivo fundamental difundir información sobre las diversas formas de abordaje del conocimiento y experiencia de la práctica en medicina. Con ello impulsar y fomentar la discusión y el intercambio disciplinario con otras instituciones académicas y de salud, nacionales e internacionales. Publica artículos originales e inéditos, previamente evaluados y aprobados por consultores expertos y Grupo Editor en forma de editoriales, resultados de proyectos de investigación en el campo de la medicina, casos clínicos, procesos de atención de enfermería, procedimientos, guías clínicas, ensayos, revisiones monográficas, reseñas, noticias y cartas al editor. Archivos de Medicina General de México se apega a las normas establecidas en Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (NEngl J. Med 1997; 336: 309-15). Los artículos deberán enviarse a Archivos de Medicina General de México... o por correo electrónico... Se entregará acuse de recibo al autor, y en su momento, informe del dictamen del Grupo Editor. Con el propósito de orientar sobre los componentes de cualquier manuscrito propuesto para publicación, se recomienda cumplir con los siguientes requisitos. Guía para la presentación de manuscritos Normas de Vancouver Publicación de Trabajos Científicos Versión española traducida de: International Commitee of Medical Journal Editors. Uniform Requirement for Manuscript Submitted to Biomedical Journal. N Engl J Med 1997;336:309-315. Los miembros del comité son: Linda Clever (Western Journal of Medicine), Lois Ann Colaianni (Index Medicus), Frank Davidoff (Annals of Internal Medicine), Richard Horton (Lancet), Jerome P. Kassirer y Marcia Angell (New England Journal of Medicine), George D. Lundberg y Richard Glass (Journal of the American Medical Association), Magne Nylenna (Tidsskrift for den Norske Lacgeforening), Ricahrd G. Robinson (New Zeland Medical Journal), Richard Smith (British Medical Journal), Bruce P. Squires Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 99-108 (Canadian Medical Association Journal), y Martin Van Der Weyden (Medical Journal of Asutralia). En 1978 un pequeño grupo de directores de revistas médicas generales, se reunieron informalmente en Vancouver (Columbia Británica) para establecer las pautas relativas al formato de los manuscritos enviados a sus revistas. Este grupo llegó a ser conocido como el Grupo de Vancouver. Sus requisitos de uniformidad para los manuscritos, incluidos los formatos para las referencias bibliográficas desarrollados por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, fueron publicados por vez primera en 1979. El Grupo de Vancouver creció y evolucionó para convertirse en el Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas (CIDRM), que se reúne anualmente y que, poco a poco, ha ido ampliando los temas estudiados. 99 Instrucciones para los autores Requisitos para la remisión de manuscritos Resumen de los Requisitos Técnicos • • • • • • • • El artículo se mecanografiará a doble espacio en su totalidad. Se iniciará una nueva página para cada apartado. Se seguirá el siguiente orden: página del título, resumen y palabras clave, texto, agradecimientos, bibliografía, tablas (cada una en una página distinta), y leyendas. Las figuras (dibujos o fotos sueltas, sin montar o pegar) no serán superiores a 203 x 254 mm (8 x 10 pulgadas). Se incluirán los permisos para reproducir material que haya sido anteriormente publicado o para hacer uso de figuras que pudieran servir para identificar a personas. Se enviará el documento de cesión de los derechos de autor y otros documentos que sean necesarios para la publicación. Se enviará el número requerido de copias del trabajo. Se guardará copia de todo el material remitido a una revista. texto, los agradecimientos, la bibliografía, las tablas, y las leyendas. Las páginas se numerarán en orden correlativo, comenzando por la página del título. Se escribirá el número de página en el ángulo superior o inferior derecho. Manuscritos en disquete Para los trabajos que están próximos a ser aceptados para su publicación, algunas revistas piden a los autores que envíen una copia en soporte informático (disquete); se suelen admitir gran variedad de procesadores de texto o archivos ASCII (American Standard Code for Information Interchange). Cuando se envíe el disquete los autores deberán: • • • • • Asegurarse de incluir una copia impresa en papel de la misma versión del artículo que contiene el disquete. Se archivará en el disquete únicamente la versión más reciente del trabajo. Se nombrará el fichero de forma clara. Se etiquetará el disquete haciendo constar el nombre y formato del fichero y Se suministrará información acerca del ordenador y programa utilizados. Preparación del manuscrito El texto de los artículos sobre trabajos experimentales o de observación normalmente, aunque no de forma obligatoria, se dividirá en apartados con los siguientes encabezamientos: Introducción, Métodos, Resultados y Discusión. Se podría dar la necesidad de emplear subtítulos dentro de algunas secciones pertenecientes a artículos de gran extensión con objeto de aclarar su contenido (especialmente en las secciones de Resultados y Discusión). Otro tipo de trabajos, como las revisiones, editoriales e informes sobre casos médicos, es probable que necesiten otro tipo de formato. Los autores deberán consultar las normas de cada revista para más información. Los artículos se imprimirán o mecanografiarán en papel blanco de calidad, de 216 x 279 mm (8 1/2 x 11 pulgadas), o UNE A4 (210 x 297 mm), con márgenes de al menos 25 mm (1 pulgada). El papel se imprimirá o mecanografiará sólo por una cara, escribiendo a doble espacio todo el artículo, incluida la página del título, el resumen, el 100 Los autores deberán consultar las instrucciones de la revista en lo relativo a formatos aceptados, convenciones para nombrar archivos, número de copias a entregar y cualquier otro aspecto. Página del título En la página del título constará lo siguiente: a) El título del artículo, que deberá ser conciso pero informativo; b) El nombre de cada autor y autora, con su rango académico más elevado y su centro de trabajo; c) El nombre del departamento e institución a los que el trabajo debe atribuirse; d) Renuncias si las hubiera; e) Nombre y dirección del autor responsable de la correspondencia sobre el manuscrito; f) El nombre y la dirección del autor al que se debe dirigir cualquier solicitud para nuevas reimpresiones, o una declaración de que las reimpresiones no se podrán obtener de los autores; Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 99-108 g) Apoyos recibidos para la realización del estudio en forma de becas, equipos, fármacos, o todos ellos; y h) Un breve encabezamiento o pie en cursiva de no más de 40 caracteres (contando letras y espacios) al pie de la página del título. Autoría Todas las personas que figuren como autores deberán estar cualificadas para ello. Cada autor deberá haber tomado parte en el trabajo de manera suficiente como para responsabilizarse públicamente del contenido. El reconocimiento de la autoría deberá basarse únicamente en contribuciones sustanciales en cuanto a los siguientes aspectos: a) concepción y diseño, o análisis e interpretación de los datos; b) redacción o elaboración del borrador del artículo, o revisión crítica del contenido intelectual relevante; c) visto bueno definitivo de la versión a publicar. Deben cumplirse todas las condiciones anteriores. El participar sólo en la adquisición de fondos o en la recogida de datos no justifica la autoría. La supervisión general del grupo investigador no es suficiente para figurar como autor. Cualquier parte de un artículo que sea esencial para las conclusiones fundamentales del mismo será responsabilidad de por lo menos uno de los autores. Los directores de revistas pueden pedir a los autores que especifiquen cual es la aportación de cada uno; esta información puede ser publicada. Frecuentemente las investigaciones multicéntricas se atribuyen a un autor colectivo. Todos los miembros del equipo que consten como autores, ya sea en el lugar de la autoría debajo del título o en una nota a pie de página, deberán cumplir en su totalidad los criterios arriba indicados para figurar como autores. Los miembros del equipo que no satisfagan estos criterios podrán figurar, con su permiso, en la sección de agradecimientos o en un anexo (consultar el apartado “Agradecimientos”). El orden en el que aparecen los autores deberá ser una decisión conjunta de los coautores. Debido a que este orden se asigna de diferentes maneras, no se puede inferir su significado con exactitud a menos que sea in- Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 99-108 dicado por su parte. Puede que los autores deseen explicar el orden en el que aparecen en una nota a pie de página. Cuando estén decidiendo sobre el orden, los autores deberán ser conscientes de que muchas revistas limitan el número de autores que figuran en el índice de materias y de que la National Library of Medicine recoge en MEDLINE sólo los 24 primeros autores más el último cuando hay más de 25. Instrucciones para los autores Resumen y Palabras Clave La segunda página deberá constar de un resumen (de no más de 150 palabras si no está estructurado o de 250 palabras si está estructurado). En el resumen se harán constar los propósitos del estudio o investigación, procedimientos básicos (selección de los sujetos del estudio o animales de laboratorio; métodos de observación y de análisis), hallazgos más importantes (consignando información específica o datos y su significación estadística siempre que sea posible) y las conclusiones principales. Deberán destacarse las observaciones y aspectos más novedosos y relevantes del estudio. Tras el resumen los autores deberán especificar e identificar como tal, de 3 a 10 palabras clave o frases cortas que ayudarán a la hora de indizar el artículo en las bases de datos. Estas palabras claves se podrán publicar con el resumen. Se deberán utilizar los términos del Medical Subject Headings (MeSH) del Index Medicus; si no hubiera términos apropiados disponibles de la lista del MeSH para los recientemente incorporados a la literatura, se podrán utilizar términos o expresiones de uso conocido. Introducción Debe contener el propósito del trabajo y resumir los fundamentos lógicos para la realización del mismo. Sólo se darán las referencias estrictamente oportunas y no incluirá datos o conclusiones del trabajo que se está publicando. Métodos Se hará una clara descripción de la selección de los sujetos que intervienen en la investigación (pacientes o animales de laboratorio, 101 incluyendo los controles). Se identificarán la edad, sexo, y otras características relevantes de las personas que sean objeto de investigación. La definición y relevancia de la raza y la etnia son ambiguas. Los autores deberán ser especialmente cuidadosos a la hora de usar estas categorías. Se identificarán los métodos, aparatos (reseñar el nombre del fabricante y su dirección entre paréntesis), y los procedimientos utilizados con detalle suficiente como para permitir a otros profesionales reproducir la investigación. Se facilitarán las referencias de los métodos, incluidos los métodos estadísticos (consultar más adelante) y se suministrarán referencias y breves descripciones de los métodos que aunque ya estén publicados no sean muy conocidos; se describirán los métodos nuevos o sustancialmente modificados y se darán las razones para utilizarlos, evaluando sus limitaciones. Se identificarán con precisión todos los fármacos y productos químicos utilizados, incluyendo los nombres genéricos, dosis y vías de administración. Los informes sobre ensayos clínicos realizados de forma aleatoria deberán presentar información referente a los principales elementos del estudio, incluyendo el protocolo (población estudiada, intervenciones o exposiciones, resultados, y los fundamentos lógicos para la realización de los análisis estadísticos), asignación de las intervenciones (métodos de aleatorización, asignación a los grupos de intervención y control) y el sistema de enmascaramiento empleado (ciego). Los autores que envíen revisiones deberán incluir una sección que describa los métodos empleados para localizar, seleccionar, extractar y sintetizar la información. Estos métodos se deberán resumir también de forma estructurada. Hay que justificar la elección de los sujetos que participan en la investigación, detallar la aleatorización, informar sobre las posibles complicaciones de la intervención, número de observaciones, pérdida de sujetos, (tales como las bajas en un ensayo clínico). Siempre que sea posible, las referencias sobre el diseño del estudio y los métodos estadísticos serán de trabajos vigentes (indicando el número de las páginas), mejor que de los originales dónde se describieron por primera vez. Si se han utilizado programas informáticos, también se indicará cuales. En la sección de Métodos se incluirá una descripción general de los métodos empleados. Cuando los datos se resuman en la sección de Resultados, se especificarán los métodos estadísticos utilizados para analizar los datos. Hay que restringir las tablas y figuras a aquellas estrictamente necesarias para explicar el argumento del trabajo y respaldarlo y usar figuras como alternativa a las tablas con muchas entradas; no se deben duplicar los datos en los gráficos y tablas. En las estadísticas hay que evitar la utilización de términos como “aleatorio” (que implicaría un mecanismo de elección al azar), “normal”, “significativo”, “correlaciones” y “muestra”, si no es en sentido estrictamente técnico. Siempre se Definirán los términos estadísticos, abreviaturas y los símbolos. Ética Resultados Cuando se trate de experimentos con seres humanos, hay que indicar si los procedimientos empleados han respetado o no los criterios éticos del comité responsable de experimentación humana (local o institucional) y la Declaración de Helsinki de 1975, enmendada en 1983. No se incluirán los nombres de los pacientes, ni sus iniciales, ni los números que les hayan sido asignados en los hospitales, especialmente si se trata de material ilustrativo. Cuando se trate de experimentos con animales, se indicará si se siguieron o no las recomendaciones de alguna institución o del Consejo Nacional de Investigación para el cuidado y utilización de los animales de laboratorio o alguna ley nacional sobre el mismo tema. Estadísticas Se describirán los métodos estadísticos con detalle suficiente como para permitir a los lectores entendidos en el objeto de estudio con acceso a la información original, verificar los resultados. Siempre que sea posible, se cuantificarán y presentarán los hallazgos con indicación apropiada del margen de error o la fiabilidad (como por ejemplo los intervalos de confianza). Hay que evitar apoyarse únicamente en las pruebas de hipótesis estadísticas, como el uso de valores “p” puesto que omite información cuantitativa importante. 102 En el texto, las tablas y las figuras, los resultados se presentarán en un orden lógico. No se debe repetir en el texto la información de las tablas o figuras; se destacarán o resumirán sólo las observaciones relevantes. Discusión En ella se destacarán los aspectos nuevos y relevantes del estudio, así como las conclusiones que de ellos se derivan. Hay que evitar repetir de forma detallada información u otro material ya facilitado en la Introducción o en el apartado de Resultados. Las conclusiones se vincularán a los objetivos del estudio y se evitará realizar afirmaciones no cualificadas y conclusiones que no estén plenamente respaldadas por los datos. Los autores deberán evitar en particular hacer declaraciones sobre los beneficios económicos y los gastos, a menos que su trabajo Arch Med General Mex 2011; 2 (1): 51-60 incluya información y análisis económicos. Hay que evitar reclamar prioridad y aludir a un trabajo que aún no esté terminado. Se establecerán nuevas hipótesis cuando estén claramente justificadas. Cuando sea conveniente se incluirán recomendaciones. Agradecimientos En un lugar adecuado del artículo (en una nota al pie de la página del título o en un apéndice; consultar las normas de cada revista) se podrán incluir una o varias declaraciones especificando: a) Las colaboraciones de personas que merezcan reconocimiento pero que no justifican su aparición como autor, como puede ser el apoyo general de un jefe de departamento; b) Los agradecimientos a la ayuda técnica; c) Los agradecimientos al apoyo económico y material, especificando la naturaleza del apoyo; d) Las relaciones que pudieran plantear un conflicto de intereses. Deberá nombrarse a aquellas personas que hayan prestado su ayuda intelectual al trabajo pero cuyas contribuciones no justifiquen la autoría y se describirá la contribución llevada a cabo, por ejemplo, “asesoría científica”, “revisión crítica del proyecto de investigación”, “recogida de datos”, o “participación en el ensayo clínico”. Estas personas deberán haber expresado su consentimiento para ser mencionadas. Los autores son responsables de la obtención de un permiso escrito de las personas cuyo nombre conste en el apartado de agradecimientos, ya que los lectores podrían dar por hecho su aprobación sobre el contenido y las conclusiones del trabajo. Se agradecerá la ayuda técnica en un párrafo separado de aquellos destinados a expresar agradecimiento por otro tipo de contribuciones. Referencias bibliográficas Las referencias se numerarán de manera correlativa según el orden en el que aparecen por primera vez en el texto. Se identificarán en el Arch Med General Mex 2011; 2 (1): 51-60 texto, tablas y leyendas mediante números arábigos entre paréntesis. Las referencias que se citan sólo en las tablas o en las leyendas de las figuras se numerarán de acuerdo con el orden establecido por la primera identificación dentro del texto de cada tabla o figura. Los ejemplos siguientes están basados en la forma usada por la National Library of Medicine (NLM) de los Estados Unidos en el Index Medicus. Se deberán escribir en abreviatura los títulos de las revistas según el estilo empleado en el Index Medicus, para lo cual se puede consultar la List of Journals Indexed que se publica anualmente como publicación específica y en el número correspondiente al mes de enero de Index Medicus. El listado también se puede obtener a través de Internet: http://www.nlm.nih.gov. Es conveniente evitar citar como referencia los resúmenes presentados en congresos u otras reuniones. Las alusiones a trabajos admitidos para su publicación pero aún no publicados deberán aparecer como “en prensa” o “de próxima aparición”; los autores deberán obtener permiso escrito para citar estos trabajos así como tener constancia de que están admitidos para su publicación. La información sobre trabajos presentados pero que no han sido aceptados deberá aparecer en el texto como “observaciones no publicadas” y siempre con consentimiento escrito por parte de los responsables de la fuente de información. En la medida de lo posible, se evitará utilizar expresiones como “comunicación personal”, a menos que lo citado suministre información esencial que no se pueda obtener de fuentes publicadas, en cuyo caso el nombre de la persona y la fecha en que se efectuó la comunicación deberán constar entre paréntesis en el texto. Si se trata de artículos científicos, los autores necesitarán obtener permiso escrito de donde proceda la información particular, y confirmación de la exactitud de la misma. El autor deberá comprobar las referencias cotejándolas con los documentos originales. El estilo de los “Requisitos de Uniformidad” (estilo Vancouver) se basa en su mayor parte en un estilo estándar ANSI adaptado por la NLM para sus bases de datos. En los puntos donde el estilo Vancouver difiere del estilo utilizado por la NLM, se ha hecho referencia a ello, explicando en qué consiste la diferencia. Artículos de Revistas (1) Artículo estándar Incluir los seis primeros autores y a continuación escribir et al. (Nota: la NLM incluye un máximo de 25 autores; si hay más de 25 la NLM anota los 24 primeros, luego el último, y finalmente et al.). Vega KJ, Pina I, Krevsky B. Heart Transplantation is associated with an increased risk for pancreatobiliary disease. Ann Intern Med 1996 Jun 1;124(11):980-3. Como opción, si una revista utiliza paginación correlativa a lo largo del volumen (como suelen hacer la mayoría de las revistas médicas) el mes y el número del ejemplar pueden omitirse. (Nota: Para ser coherentes, esta opción se utiliza a lo largo de los ejem103 Instrucciones para los autores plos en los “Requisitos de Uniformidad”. La NLM no utiliza esta opción). Vega KJ, Pina I, Krevsky B. Heart Transplantation is associated with an increased risk for pancreatobiliary disease. Ann Intern Med 1996;124:980-3. Más de seis autores: Parkin DM, Clayton D, Black RJ, Masuyer E, Friedl HP, Ivanov E, et al. Childood leukaemia en Europe after Chernobyl: 5 year follow-up. Br J Cancer 1996;73:1006-12. (2) Autor corporativo The Cardiac Society of Australia and New Zeeland. Clinical exercise stress testing. Safety and performance guidelines. Med J Aust 1996;116:41-2. (3) No se indica el nombre del autor Cancer in South Africa [editorial]. S Afr Med J 1994;84:15. (4) Artículo en otro idioma distinto del inglés (Nota: la NLM traduce el título al inglés, lo mete entre corchetes y añade una indicación del idioma original en abreviatura. Ryder TE, Haukeland EA, Solhaug JH. Bilateral infrapatellar seneruptur hos tidligere frisk kvinne. Tidsskr Nor Laegeforen 1996;116:41-2. (5) Suplemento de un volumen Shen HM, Zhang QF. Risk assesment of nickel carcinogenicity and occupational lung cancer. Environ Health Perspect 1994;102 Supl 1:275-82. (8) Parte de un número Poole GH, Mills SM. One hundred consecutive cases of flap lacerations of the leg in aging patients. N Z Med J 1994;107(986 Pt 1):377-8. (9) Número sin volumen Turan I, Wredmark T, Fellander-Tsai L. Arthroscopic ankle arthrodesis in reumathoid arthritis. Clin Orthop 1995;(320):110-4. (10) Sin número ni volumen Browell DA,Lennard TW. Inmunologic status of the cancer patient and the effects of blood transfusion on antitumor responses. Curr Opin Gen Surg 1993:325-33. (11) Paginación en números romanos Fisher GA, Sikic Bl. Drug resistance in clinical oncology and hematology. Introduction. Hematol Oncol Clin North Am 1995 Abr;9(2):XI-XII. (12) Indicación del tipo de artículo según corresponda Enzensberger W, Fischer PA. Metronome in Parkinson´s disease [carta]. Lancet 1996;347:1337. Clement J, De Bock R. Hematological complications of antavirus nephropathy (HVN) [resumen]. Kidney Int 1992;42:1285. (13) Artículo que contiene una retractación Payne DK, Sullivan MD, Massie MJ. Women´s psichological reactions to breast cancer. Semin Oncol 1996;23(1 Supl 2):89-97. Garey CE, Schwarzman AL, Rise ML, Seyfried TN. Ceruloplasmin gene defect associated with epilepsy in the mice. [retractación de Garey CE, Schwarzman AL, Rise ML, Seyfried TN. En: Nat Genet 1994;6: 426-31]. Nat Genet 1995;11:104. (7) Parte de un volumen (14) Artículo retirado por retractación Ozben T, Nacitarhan S, Tuncer N. Plasma and urine sialic acid in non-insulin Liou GI, Wang M, Matragoon S. Precocius IRBP gene expression during mouse (6) Suplemento de un número 104 dependent diabetes mellitus. Ann Clin Biochem 1995;32(Pt 3):303-6. Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 99-108 development [retractado en Invest Ophthalmol Vis Sci 1994;35:3127]. Invest Ophthalmol Vis Sci 1994;35:1083-8. (15) Artículo sobre el que se ha publicado una fe de erratas Hamlin JA, Kahn AM. Herniography in sinptomatic patients following inguinal hernia repair [fe de erratas en West J Med 1995;162:278]. West J Med 1995;162:28-31. Libros y otras monografias (Nota: el estilo Vancouver anterior añadía, de manera errónea, una coma en lugar de un punto y coma entre el editor y la fecha). (16) Individuos como autores Ringsven MK, Bond D. Gerontology and leadership skills for nurses. 20 ed. Albany (NY): Delmar Publishers;1996. (17) Editor(es), compilador(es) como autores Norman IJ, Redfern SJ, editores. Mental health care for elderly people. Nueva York: Churchill Livingstone; 1996. (18) Organización como autor y editor Institute of Medicine (US). Looking at the future of the Medicaid programme. Washington (DC): The Institute; 1992. (19) Capítulo de libro Oct 15-19; Kyoto, Japón. Amsterdam: Elsevier; 1996. (21) Ponencia presentada a una conferencia Bengtsson S, Solheim BG. Enforcement of data protection, privacy and security in medical informatics. En: Lun KC, Degoulet P, Piemme TE, Rienholf O, editors. MEDINFO 92. Proceedings of the 7th World Congress on Medical Informatics; 1992 Sep 6-10; Ginebra, Suiza. Amsterdam: North-Holland; 1992. p. 1561-5. (22) Informe científico o técnico Publicado por la agencia patrocinadora: Smith P, Golladay K. Payment for durable medical equipment billed during skilled nursing facility stays. Fynal report. Dallas (TX): Dept. of Health and Human Services (US), Office of Evaluation and Inspections; 1994 Oct. Report No.: HHSIGOE169200860. Publicado por la agencia responsable de su desarrollo: Field MJ, Tranquada RE, Feasley JC, editors. Health Services Research: work force and educational issues. Washington: National Academy Press; 1995. Contrato N1.: AHCPR282942008. Patrocinado por la Agency for Health Care Policy and Research. (23) Tesis doctoral (o similar) Kaplan SJ. Post-hospital home health-care: the elderly´s acces and utilization [tesis doctoral]. San Luis (MO): Washington Univ.; 1995. (24) Patente (Nota: el anterior estilo Vancouver tenía un punto y coma en lugar de una “p” para la paginación). Phillips SJ, Whisnant JP. Hypertensión and stroke. In: Laragh JH, Brenner BM, editores. Hypertensión: pathophysiology, diagnosis and management. 20 ed. Nueva York: Raven Press;1995. p. 465-78. Larsen CE, Trip R, Johnson CR, inventors; Novoste Corporation, assignee. Méthods for procedures related to the electrophisiology of the heart. US patente 5,529,067. 1995 Jun 25. (20) Actas de conferencias (25) Artículo de periódico Kimura J, Shibasaki H, editors. Recent advances in clinical neurophisiology. Proceedings of the 10th International Congress of EMG and Clinical Neurophisiology; 1995 Lee G. Hospitalitations tied to ozone pollution: study estimates 50.000 admissions annually. The Washington Post 1996 Jun 21; Sec. A:3 (col. 5). Arch Med General Mex 2011; 2 (2): 99-108 Instrucciones para los autores Otros trabajos publicados 105 (26) Material audiovisual Material Informático VIH +/SIDA: the facts and the future [videocassette]. San Luis (MO): Mosby-Anuario; 1995. (33) Artículo de revista en formato electrónico (27) Documentos legales Preventive Healths Amendments of 1993 Pub. L. No.103-183, 107 Stat 2226 (Dec. 14, 1993). Morse SS. Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg Infect Dis [serial online] 1995 Jan-Mar [citado 5 Jun 1996];1(1):[24 pantallas]. Disponible en: URL: http://www.cdc.gov/ncidod/EID/ eid.htm. Proyecto de ley: (34) Monografía en formato electrónico Medical Records Confidentiality Act of 1995, S. 1360, 104th Cong., 1st Sess. (1995). Código de Regulaciones Federales: CDI, clínical dermatology illustrated [monografía en CD-ROM]. Reeves JRT, Maibach H. CMEA Multimedia Group, producers. 2nd ed. Versión 2.0. San Diego: CMEA; 1995. Ley aprobada: Informed Consent, 42 C.F.R. Sect. 441257 (1995). Comparecencia: (35) Archivos de ordenador Increased Drug Abuse: the impact of the Nation´s Emergency Rooms: Hearings before the Subcomm, on Human Resources and Intergovernmental Relations of the House Comm. on Goverment Operations, 103rd Cong., 1st Sess. (May 26, 1993). Hemodynámics III: the ups and downs of hemodynámics [programa de ordenador]. Versión 2.2. Orlando (FL): Computerized Educational Systems; 1993. (28) Mapa Tablas North Carolina. Tuberculosis rates per 100,000 population, 1990 [mapa demográfico]. Raleigh: North Carolina Dept. of Environment, Health and Natural Resources Div. of Epidemiology; 1991. Imprimir o mecanografiar cada tabla a doble espacio y en hojas diferentes. No enviar las tablas en fotografía. Se numerarán correlativamente según el orden en el que aparecen por primera vez en el texto y se asignará un título breve a cada una. Cada columna llevará un título escueto o abreviado. Las explicaciones irán en notas a pie de página, no en los títulos. Todas las abreviaturas no estándar que se usen en las tablas serán explicadas en notas a pie de página. Para las notas a pie de página se utilizarán los símbolos siguientes, en el orden que se muestra: *, H, I, ', **, &, **,HH, II, y así sucesivamente. Se identificarán las medidas estadísticas de dispersión tales como la desviación estándar y el error estándar de la media. No se trazarán líneas internas horizontales o verticales en las tablas. Cada tabla deberá ser mencionada en el texto. Si se utiliza información de cualquier fuente, publicada o no, es preciso obtener permiso e la misma y expresarle el agradecimiento. Si hubiera demasiadas tablas podrían surgir problemas en su distribución en las pági- (29) Libro de la Biblia La Sagrada Biblia. Versión del Rey Jaime. Grand Rapids (MI): Zondervan Publishing House; 1995. Ruth 3:1-18. (30) Diccionarios y obras de consulta similares Stedman´s medical dictionary. 26th ed. Baltimore: Williams & Wilkins; 1995. Apraxia; p. 119-20. (31) Obras clásicas The Winter´s Tale: act 5, scene 1, lines 13-16. The complete Works of William Shakespeare. Londres: Rex; 1973. Material no publicado (32) En prensa (Nota: la NLM prefiere poner "de próxima aparición" puesto que no todos los informes serán impresos). Leshner AI. Molecular mechanisms of cocaine addiction. N Engl J Med. En prensa 1997. 106 Arch Med General Mex 2011; 2 (1): 51-60 nas en relación con la extensión del texto. Se deben estudiar algunos ejemplares de la revista a la que se piensa enviar el trabajo, con objeto de calcular cuantas tablas se pueden incluir por cada 1000 palabras de texto. El director de una revista al aceptar un trabajo, podría recomendar que las tablas adicionales con información de apoyo relevante pero demasiado amplia para su publicación, se depositen en un servicio de archivos como el “National Auxiliary Publication Service” (NAPS) en los EEUU, o que sean los autores quienes faciliten el acceso a esta información. En tal caso, se añadirá en el texto la nota informativa necesaria. En cualquier caso, estas tablas se enviarán para su evaluación junto con el resto del trabajo en cuestión. Figuras Se enviarán el número necesario de juegos completos de figuras. Estas deberán estar dibujadas y fotografiadas de manera profesional; no se admite la rotulación a mano alzada o mecanografiada. En lugar de dibujos originales, películas de rayos X, y otro tipo de materiales, es necesario enviar fotografías nítidas, en blanco y negro y reveladas en papel satinado, normalmente de 127 x 178 mm (5 x 7 pulgadas), pero nunca mayores de 203 x 254 mm (8 x 10 pulgadas). Las letras, números, y símbolos deberán ser claros y uniformes a lo largo de todo el trabajo y de un tamaño tal que, cuando se reduzcan para su publicación, sigan siendo legibles. Los títulos y explicaciones detalladas se incluirán en las leyendas de las figuras y no en las propias figuras. Cada figura deberá llevar una etiqueta pegada en el reverso que indique el número de la misma en el texto, el nombre del autor y cual es la parte superior de la misma. No escriba directamente en el reverso de las figuras, ni utilice clips que pudieran estropearlas o rayarlas. Tampoco las doble ni las monte sobre cartulina. Las fotografías tomadas a través de un microscopio deberán tener indicadores internos de escala. Los símbolos, flechas, o letras empleados en este tipo de fotografías contrastarán claramente con el fondo. Si se usan fotografías de personas, o bien los sujetos no deben poder ser identificados Arch Med General Mex 2011; 2 (1): 51-60 o bien sus fotos deberán ir acompañadas de un permiso escrito para el uso de estas fotografías (consultar la sección de Protección del Derecho a la Intimidad de los Pacientes). Las figuras deberán numerarse correlativamente según el orden en el que aparecen en el texto. Si alguna figura está ya publicada, hay que mencionar la fuente original y enviar el permiso escrito del propietario de los derechos de autor para reproducir el material. Se necesita permiso independiente del director o del autor, excepto para los documentos de dominio público. Para las figuras en color, hay que informarse de si la revista pide negativos en color, diapositivas o copias en papel. Podría resultar de utilidad para el director recibir dibujos suplementarios que indiquen la zona a reproducir de las figuras. Algunas revistas sólo publican figuras en color si el autor se hace cargo del coste extra que ello supone. Epígrafes o pies de las figuras Mecanografiar o imprimir los epígrafes y pies de las figuras a doble espacio, en una página a parte, con la numeración arábiga que corresponda a la figura. Cuando los símbolos, flechas, números, o letras se utilicen para identificar una o varias partes de las figuras, sería preciso identificar y explicar el significado de cada una con claridad en el pie o epígrafe. Se explicará la escala interna y se identificará el método de tinción empleado en las fotomicrografías. Unidades de medida Las medidas de longitud, altura, peso, y volumen serán expresadas en unidades métricas (metros, kilogramos o litros, o sus múltiplos decimales). Las temperaturas se indicarán en grados Celsius. La presión sanguínea se indicará en milímetros de mercurio. Todos los valores hemáticos o bioquímicos se presentarán en unidades del sistema métrico decimal de acuerdo con el Sistema Internacional de Unidades (SI). Los directores podrán pedir a los autores que añadan unidades alternativas o no pertenecientes al SI antes de la publicación. Abreviaturas y símbolos Se utilizarán sólo abreviaturas estándar, evitando su uso en el título y en el resumen. Cuando se emplee por primera vez una abreviatura irá precedida del término completo al que corresponde, salvo si se trata de unidades de medida común. Remisión del trabajo a la revista Enviar el número pertinente de copias del trabajo en un sobre resistente, protegiendo, si fuera necesario, las fotografías y figuras con una cartulina, para evitar que se doblen. Las fotografías y diapositivas se colocarán aparte en un sobre resistente. Se acompañarán los trabajos con una carta de presentación firmada por todos los autores, la cual incluirá: 107 a) Información sobre cualquier publicación previa o duplicada o la presentación de cualquier parte del trabajo en otra revista o medio de difusión, según se ha explicado anteriormente; b) Una declaración sobre aspectos de financiación o de cualquier otro tipo que pudiera llevar a un conflicto de intereses; c) Una declaración de que todos los autores han leído y aprobado el manuscrito, de que los requisitos para la autoría, según fueron expresados con anterioridad en este documento, se han cumplido y de que cada autor opina que el manuscrito obedece a un trabajo honrado; d) El nombre, dirección, y número de teléfono del autor que se responsabiliza de hacer saber a los demás las revisiones y la aceptación definitiva de las pruebas de imprenta. La carta deberá incluir cualquier información adicional que pudiera resultar útil para el director, como el tipo de artículo que el manuscrito representa para esa revista en particular y si los autores estarían dispuestos a hacerse cargo del coste de la publicación de las figuras en color. El manuscrito se acompañará de copias de los permisos obtenidos para la reproducción de material ya publicado, para usar las figuras o suministrar información acerca de personas identificables, o para nombrar a determinadas personas por su colaboración. Citación de los requisitos de uniformidad. Los “Requisitos de Uniformidad para manuscritos presentados a Revistas Biomédicas” y las declaraciones que se incluyen en este documento están publicados en revistas de todo el mundo (y ahora diferentes páginas WEB contienen el documento). Para citar la versión más reciente de los “Requisitos de Uniformidad”, debemos asegurarnos de que sea una versión publicada el 1 de enero de 1997 o posteriormente a esa fecha. Transferencia de derechos de autor Título del artículo: Autor (es): Los autores certifican que el artículo anterior no ha sido previamente publicado, excepto en forma de resumen; una vez aceptado para publicación en Archivos de Medicina General de México, los derechos de autor serán transferidos a esta última. Los autores acceden, dado el caso, a que este artículo sea incluido en medios electrónicos. Firma de todos los autores: Lugar y fecha: 108 Arch Med General Mex 2011; 2 (1): 51-60