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2 Volumen 71 ISSN 0327-3326 Año 2006 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA · Abril - Junio de 2006 · Vol. 71 · Pág. 73 a 143 Revista Argentina de UROLOGIA Fundada en 1932 SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGIA Revista Argentina de 2 Volumen 71 Año 2006 UROLOGIA Organo de la Sociedad Argentina de Urología Director: Asesores del Director: Dr. Ameri, Carlos A. Dr. Rovegno, Agustín R. Dr. Chéliz, Germán Propietario Editor Responsable Sociedad Argentina de Urología Comité Editorial: Dr. Contreras, Pablo Dr. Barros, Diego Director Dr. Carlos Alberto Ameri Comité de Redacción: Dr. Cobreros, Christian Dr. Favre, Gabriel Dr. Corbetta, Juan Pablo Revista Argentina de Urología Vol. 71, Nº 2, año 2006 COMITÉ EJECUTIVO Domicilio legal Pasaje De la Cárcova 3526, (1172) Ciudad de Buenos Aires, República Argentina. Tel.: 4963-8521/4336/4337 E-mail: sau@sau-net.org Derecho de Propiedad Intelectual Nº 501.013/2006 Coordinación y corrección Rosa Frontera Tel.: 4504-0577 CONSEJO EDITORIAL NACIONAL Dr. Bechara, Amado J.; Cap. Fed. Dr. Becher, Edgardo F.; Cap. Fed. Dr. Bernardo, Norberto; Cap. Fed. Dr. Bogado, Humberto E.; Ba. Blanca Dr. Borghi, Marcelo; Cap. Fed. Dr. Casabé, Alberto R.; Cap. Fed. Dr. Costa, Miguel; Cap. Fed. Dr. Frattini, Gustavo; Mar del Plata Dr. Garrido, Gustavo; Cap. Fed. Dr. Giúdice, Carlos R. (h); Cap. Fed. Dr. Gueglio, Guillermo; Cap. Fed. Dr. Hernández, Alberto; Cap. Fed. Dr. López Laur, José Daniel; Mendoza Dr. Mazza, Osvaldo N.; Cap. Fed. Dr. Mingote, Pablo; Cipoletti Dr. Minuzzi, Gustavo; Córdoba Dr. Moisés, Miguel J.; Tucumán Dr. Pautasso, Oscar; Córdoba Dr. Podestá, Miguel L.; Cap. Fed. Dr. Rey Valzacchi, Gastón; Cap. Fed. Dr. Romano, S. Víctor; Cap. Fed. Dr. Rozanec, José J.; Cap. Fed. Dr. Sáenz, Carlos; Cap. Fed. Dr. Villaronga, Alberto; Cap. Fed. Dr. Zeno, Lelio; Rosario CONSEJO EDITORIAL INTERNACIONAL Dr. Arap, Sami; Brasil Dr. Boccon-Gibod, Laurent; Francia Dr. Escovar, Paul; Venezuela Dr. García Guido, Luis; Uruguay Dr. González, Ricardo; Estados Unidos Dr. Jiménez Cruz, Fernando; España Dr. Jordan, Gerald; Estados Unidos Dr. Lobel, Bernard; Francia Dr. Morales, Álvaro; Canadá Dr. Resnik, Martín I.; Estados Unidos Dr. Rodrigues Netto, Nelson (Jr.); Brasil Dr. Schulman, Claude; Bélgica Dr. Valdivia-Uría, José G.; España Dr. Vallancien, Guy; Francia Diagramación e impresión «Marcelo Kohan/ diseño + broker de impresión», estudio@marcelokohan.com.ar Edición Septiembre de 2006. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina Revista Argentina de Urología indexada en la base de datos de LILACS. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 I SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA C O M I S I Ó N D I R E C T I VA 2006-2007 Presidente: Vicepresidente: Secretario Científico: Prosecretario Científico: Secretario Administrativo: Prosecretario Administrativo: Dr. Oscar Héctor Damia Dr. Alberto Ricardo Casabé Dr. Amado José Bechara Dr. Ubaldo César Iturralde Dr. Ernesto Omar Rodríguez Dr. Emilio Miguel Longo Vocales Titulares: Dr. Hugo Carlos Borgnia; Dr. Raúl Néstor Galigniana; Dr. Roberto Esteban Hernández Dr. Ricardo Miguel Nardone; Dr. Andrés Rebaudi; Dr. Alfredo Osvaldo Rizzi Vocales Suplentes: Dr. Daniel Jorge Coppola; Dr. Carlos Salvador Palazzo Órgano de Fiscalización: Dr. Miguel Angel Costa; Dr. Alberto José Muzio; Dr. Miguel Luis Podestá COMITÉS DE LA SAU Comité de Congresos y Jornadas Comité de Publicaciones y Sesiones Científicas Dr. Miguel Ángel Costa Dr. Carlos Alberto Ameri Comité de Biblioteca Comité de Educación Médica Continua Dr. Pablo Alejandro Ranitzsch Dr. Jorge Humberto Schiappapietra Comité de Residencias Médicas en Urología Comité de Especialidades Urológicas Dr. Juan José Solari Dr. Osvaldo Néstor Mazza Comité Colegio Argentino de Urólogos Comité de Relaciones Internacionales Dr. Horacio A. Levati Dr. León Bernstein Hahn Comité de Interior Comité de Ética Dr. Carlos A. Acosta Güemes Dres. Marco Aurelio Castría; Alfredo Osvaldo Rizzi; Roberto Juan Barisio Comité de Defensa de los Intereses Profesionales Dr. Horacio Manuel Rey II Comité de Bioética Dr. César E. Aza Archetti Indice EDITORIAL HISTORIA DE LA UROLOGÍA 73 Discurso del presidente saliente, Dr. Norberto M. Fredotovich 75 Discurso del Dr. Oscar Héctor Damia en la asunción de la Presidencia 77 Los orígenes de la transmisión del conocimiento médico: de Crotona a Montpellier (Segunda parte) Dr. Norberto M. Fredotovich EDITORIAL 85 Tratamiento del cáncer de próstata hormonorrefractario Dr. Gustavo Jankilevich ARTÍCULOS ORIGINALES 89 Técnica del ganglio centinela dinámico en pacientes con cáncer de pene. Evaluación de la experiencia inicial del Instituto de Oncología Angel H. Roffo.U.B.A. Dres. Malagrino, Héctor N.; Tsou, Chi Liang; Menniti, Leonardo; Zarlenga Ana Cristina; Prof. Dr. Casabé, Alberto R. 97 El tratamiento del adenoma prostático sintomático con el KPT-Láser de 80 watt y la resección transuretral de baja presión Dres. Verger-Kuhnke A.B.; Reuter M.; Epple W.; Ungemach G.; Beccaría M.L. 104 Experiencia preliminar con quimioterapia de inducción basada en docetaxel y estramustina en cáncer de próstata andrógeno-independiente Dres. González Morales, M.; Montes de Oca, L.; Becher, E.; Borghi, M.; De Cristófaro, O.; Hernández Morán, J.; Lewi, D.; Chernobilsky, V. 113 Resultados significativamente superiores en continencia y micción con la neovejiga colónica derecha parcialmente destubulizada. Trece años de experiencia Dres. D`Orazio; Osvaldo R.; Lambert, Osvaldo L.; Vallati, Juan C.; De Lasa Stewart, Tomás A.; Borelli, Damián R.; Romano, Salomón V.; Saénz, Carlos A. 121 Los quistes renales complejos: evaluación mediante la clasificación de Bosniak Dres. Vázquez Avila LG.; Braschi EJ.; Matteoda M.; Guraiib Muhala AF.; Santomil FM.; Varea SM. COMUNICACIÓN DE CASOS 126 Divertículos paraureterales congénitos de vejiga en adulto joven como causante de obstrucción ureteral. Reporte de un caso Dres. Mansur, J.; Espada, J.D.; Mórtola, J.; Cabrera, A.; Bóveda, A. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 V COMUNICACIÓN DE CASOS 130 TÉCNICA QIRÚRGICA 133 Metástasis infrecuente de tumor mixto testicular Dres. Gómez Elías, J.; Mazurski, F.; Vitali, A.; Arias, M.; Teiblum, V.; De Oliveira, L. Nefrectomía parcial laparoscópica en tumores renales: nuestra técnica Dres. Octavio Castillo; Gonzalo Vitagliano. COMENTARIO DE TRABAJOS VI 136 Dr. Fernando Ambrosetti Dr. Claudio Koren Dr. Gabriel Favre Prof. Dr. Rubén Bengió Index EDITORIAL 73 The president’s words Dr. Norberto M. Fredotovich 75 The president’s words Dr. Oscar Héctor Damia HISTORY OF THE UROLOGY 77 EDITORIAL 85 Medical knowledge transmission origins: from Crotona to Montpellier (Part two) Dr. Norberto M. Fredotovich Treatment of hormone-refractory prostate cancer Dr. Gustavo Jankilevich ORIGINAL ARTICLES 89 Dinamic sentinel limph node technique in patients with penis cancer. Evaluation of initial experience. Instituto de Oncología Angel H. Roffo.U.B.A. Dres. Malagrino, Héctor N.; Tsou, Chi Liang; Menniti, Leonardo; Zarlenga Ana Cristina; Prof. Dr. Casabé, Alberto R. 97 Treatment of symptomatic prostatic adenoma with the laser-KTP of 80 watt and transurethral resection of low presure Drs. Verger-Kuhnke A.B.; Reuter M.; Epple W.; Ungemach G.; Beccaría M.L. 104 Preliminary experience with induction chemotherapy based on docetaxel and estramustine for androgen-independent prostate cancer Drs. González Morales, M.; Montes de Oca, L.; Becher, E.; Borghi, M.; De Cristófaro, O.; Hernández Morán, J.; Lewi, D.; Chernobilsky, V. 113 Results in continence and micturition remarkably superior with a right colonic neobladder with partial detubularization. Thirteen years of experience Drs. D`Orazio; Osvaldo R.; Lambert, Osvaldo L.; Vallati, Juan C.; De Lasa Stewart, Tomás A.; Borelli, Damián R.; Romano, Salomón V.; Saénz, Carlos A. 121 Cystic renal masses: evaluation with the Bosniak classification Drs. Vázquez Avila LG.; Braschi EJ.; Matteoda M.; Guraiib Muhala AF.; Santomil FM.; Varea SM. CASE REPORTS 126 Bladder congenital parauretheral diverticula in young adult as a cause of uretheral obstruction. Report of a case Drs. Mansur, J.; Espada, J.D.; Mórtola, J.; Cabrera, A.; Bóveda, A. 130 Infrequent metastasis of testicular mixed tumor Drs. Gómez Elías, J.; Mazurski, F.; Vitali, A.; Arias, M.; Teiblum, V.; De Oliveira, L. SURGICAL TECHNIQUE 133 Laparoscopic partial nephrectony: our technique Drs. Octavio Castillo; Gonzalo Vitagliano. COMMENTARY OF ARTICLES Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 136 Dr. Fernando Ambrosetti; Dr. Claudio Koren; Dr. Gabriel Favre; Prof. Dr. Rubén Bengió IX EDITORIAL EDITORIAL Discurso del presidente saliente, Dr. Norberto M. Fredotovich Distinguidos socios, invitados especiales, familiares, amigos: Culmina hoy para la Sociedad Argentina de Urología un ciclo, al mismo tiempo que otro nuevo inicia su derrotero. Los que finalizamos nuestro mandato estamos seguros de haberlo cumplido de la mejor forma, dentro de nuestras posibilidades. Por tal motivo, hoy como máximo responsable del mismo quiero agradecer y destacar públicamente la labor de cada uno de los integrantes de la Comisión Directiva, muy especialmente la desarrollada por el Sr. Secretario Científico Dr. Lorenzo Grippo y del Sr. Secretario Administrativo Dr. Claudio Rosenfeld, quienes además de su intelecto, vocación y trabajo pusieron una gran dosis de cariño en su tarea. Del mismo modo mi sincero reconocimiento a todos los Sres. Directores de Comités que se desempeñaron durante este período, con una mención especial hacia los Dres. Solari, Levati y Schiappapietra por haber continuado su labor por un período más cuando habían expresado con sobrados méritos desistir de sus postulaciones. Al Dr. Mazza por la colaboración brindada a través de los diferentes Sub Comités para el éxito científico de nuestros principales eventos e igualmente al Dr. Costa por contribuir con su tarea a la diagramación y al buen éxito financiero de los mismos. Al Dr. Ameri y su grupo de trabajo por “aggiornar” nuestra “Revista” con calidad y buen gusto durante los últimos años. A los Dres. Bernstein Hahn, Acosta Güemes y Ranitzsch mi complacencia por la dedicación y el empeño en llevar a cabo su tarea. Al Dr. Rey por su efectividad en enfocar y dar respuesta a los diferentes planteos de los Intereses Profesionales. A los Dres. Castria, Rizzi y Barisio por el trabajo a destajo que tuvieron que realizar y por el valor de sus decisiones. Al Dr. Aza Archetti por logar una participación multi-disciplinaria y darle una reglamentación a este novel Comité. Una palabra de aliento es poco para expresar mi reconocimiento a la labor desarrollada por nuestro Gerente en constante apoyo a la Comisión Directiva. ¡Querido Sr. Santoro, ya mismo comienzo a extrañarlo! Si todo el trabajo realizado durante este lapso pudiera ser valorado, no cabe duda que todo el éxito debe atribuirse a este grupo de socios y administrativos, yo sólo me limité a tocar suavemente el timón de esta aceitada estructura que es hoy la Sociedad Argentina de Urología. Así todo quedan mojones que señalan un camino, hemos insistido en destacar el año 1923 de la Fundación de nuestra entidad, porque nos destaca y prestigia como entidad señera de la Urología. Hemos respetado también en nuestro distintivo la reproducción fiel del logo que nos identifica desde hace ya veinte años. Hemos otorgado un sitio destacado en nuestros eventos a lo que llamo “La generación intermedia” de la Urología y no nos hemos equivocado al hacerlo. Por último hemos pensado que llegó el momento de brindar algo más a nuestros asociados junto a la inRev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 73 formación y capacidad científica, esto es darle a una parte de nuestros recursos una finalidad social. Por ello, la última Asamblea nos acompañó en este pensamiento, aprobando mayoritariamente la implementación de un fondo para ayuda económica y un subsidio por fallecimiento del asociado. Un hombre de letras anglosajón, más precisamente irlandés, que se llamaba George Bermard Shaw dijo: “Algunos personas ven las cosas como están y preguntan ¿por qué?; otras sueñan cosas que nunca están y preguntan ¿por qué no?” Señores asociados fue para mí un placer y un honor haber presidido una institución así. Sólo me resta desearle al nuevo Presidente Dr. Oscar Damia y a todos los que lo acompañarán en su C.D. y Comités el mejor de los éxitos, que no será otro que el de la propia SAU. Muchas gracias, DR. NORBERTO M. FREDOTOVICH Presidente Sociedad Argentina de Urología 2005-2006 74 EDITORIAL EDITORIAL Discurso del Dr. Oscar Héctor Damia en la asunción de la Presidencia Distinguidos socios, invitados especiales, familiares, amigos: La SAU creada en el año 1923, cumple esta noche un nuevo cambio de autoridades como lo ha hecho ininterrumpidamente desde su fundación hace 83 años. Es para mí un gran honor y la distinción médica más importante que he recibido en mi vida, el hecho de Presidir durante este año los destinos de nuestra querida Sociedad. Nuestro pasado indica que esta Asociación sin fines de lucro ha mantenido, como lo han hecho numerosas instituciones médicas cobijadas bajo el manto de la AMA, valores éticos, voluntad de crecer permanentemente, ideas societarias progresistas y firmeza en las decisiones durante momentos políticos y económicos no favorables al país; trataremos de seguir y fortalecer estos queridos ideales. En este momento no puedo dejar de agradecer a las autoridades del Hospital Italiano, en la cual he desarrollado toda mi carrera urológica el apoyo incondicional que he recibido de las mismas. Un reconocimiento sincero y tierno para mis maestros cirujanos y urólogos, Dres. Francisco Loyiudice, Enrique Beveraggi, Jorge Schiapappietra y Carlos Andrés Giúdice. Un abrazo para mis hermanos de la vida, vaya mi reconocimiento a Horacio Gori, Eduardo de Santibáñes, Guillermo Gueglio, Pedro Daels, Juan Tejerizo y Carlos Giúdice. Para mis secretarias, enfermeros y demás integrantes de mi equipo mi eterno reconocimiento. Para el Fuego Sagrado de nuestro Servicio, la Residencia mi orgullo y mi admiración por las 29 camadas que han pasado por ella. Para mi numerosa familia, los que están físicamente y aquellos que espiritualmente estarán con nosotros siempre presentes, mi amor y mi agradecimiento incondicional. Nada es fácil, decía un viejo proverbio chino, poco se aprende con la victoria, pero mucho con la derrota... Tenemos que trabajar y mucho. Nos espera un Curso de Avances en mayo de este año y unas Jornadas Argentinas-Portuguesas en noviembre para estrechar vínculos internacionales. El Congreso de la Confederación Americana, que se realizará este año en la ciudad de Recife (Brasil), tendrá un Presidente Argentino, hecho que nos llena de orgullo. El Congreso Argentino de las FAU y SAU se realizará en Tucumán, con la participación activa de ambas Sociedades. Todas las actividades que las comisiones anteriores han realizado tan eficazmente las mantendremos, e impulsaremos aquellas que necesiten mayor ayuda. Estoy convencido de que nuestra relación con la Federación Argentina de Urología, debe cambiar radicalmente, es el pensamiento conjunto de los Presidentes actuales de ambas Sociedades. Debe ser fraternal y adulta, el mejor aval de este pensamiento es que tenemos di- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 75 seminados por todo nuestro país casi 30 años de residencias urológicas formadas en Buenos Aires y otros centros de excelencia del Interior de nuestro país... Las medidas que impulsaré como Presidente actual, y que tienen el consenso de la Federación Argentina de Urología, según lo expresado por el Dr. Sergio Metrebián, actual Presidente de la misma, espero que sean continuadas en el tiempo, a saber: – Dar un nuevo impulso a las Comisiones de trabajo conjunto en las áreas de Pautas en Oncología, para que sirvan de Guías para todos los Urólogos del país. Comisión que ha funcionado armónicamente y eficazmente durante los últimos años. – Evaluación de Residencias Médicas. – Títulos de especialistas en Urología. – Comisión de Defensa de los Derechos Profesionales y Nomenclador Urológico nacional. – Las mismas se reunirán durante los eventos conjuntos Nacionales. – El Congreso Argentino de Urología tendrá como Presidentes a las dos Autoridades pertenecientes a la SAU y a la FAU,o sea compartirán la Presidencia. Como tradicionalmente ha habido una Mesa de la Sociedad Argentina de Urología y otra de la Federación Argentina de Urología, propondremos que se realice una Mesa Urológica Argentina única, con la particicipación de 3 urólogos de cada sociedad que determinarán el tema y los relatores de la misma, designados por cada Comisión Directiva. Todas estas acciones se llevarán a cabo manteniendo cada Sociedad su independencia económica y estatutaria. Quiero destacar y agradecer, que esta Comisión recibe, de la anterior, una sociedad ordenada societariamente, científicamente y equilibrada en sus balances. Deseo por último hacer un llamado a los jóvenes urólogos de nuestro país. Deben acercarse a nuestra sociedad, participar, disentir, pelear, hacer sentir su voz, formar parte de los subcomités especializados, son el futuro y la sociedad es de ustedes, no la desaprovechen. Muchas gracias y buen año para todos. Dr. Oscar Héctor Damia Presidente Sociedad Argentina de Urología 2006/2007 76 HISTORIA DE LA UROLOGÍA HISTORY OF THE UROLOGY Los orígenes de la transmisión del conocimiento médico: de Crotona a Montpellier (Segunda parte) Medical knowledge transmission origins: from Crotona to Montpellier (Part two) Dr. Norberto M. Fredotovich* El dilatado lapso temporal que transcurre entre la invasión del Imperio Romano de Occidente por los pueblos germánicos, a lo largo del siglo V y la toma de Constantinopla por los turcos en 1453, es el que la Historia Universal ha reunido arbitrariamente en la denominada “Edad Media“. A lo largo de este milenio, en torno al Mediterráneo existen y se contraponen tres culturas distintas entre sí, la bizantina, la islámica y la europea de occidente. La medicina no permaneció ajena a estos cambios y se tuvo que acomodar al triple monoteísmo: cristiano- bizantino- oriental, islámico y cristiano- romano- occidental. Intentaremos en un mismo contexto histórico, estudiar sucesivamente las modificaciones que presentó el saber médico. Sin duda el Edicto de Milán (año 313), en el cual el Emperador Constantino declaró religión del Imperio Romano a la cristiana, ésta se puso en contacto con las culturas griega y romana, cobrando así su primera forma histórica y social. Por tal motivo la relación entre el cristianismo y la medicina evidencia cambios en la realización de la caridad médica, como ser la institución social de la ayuda al enfermo domiciliario por viudas y diáconos, la creación de los hospitales, la igualdad de tratamientos de asistencia médica, la incorporación del consuelo, el cuidado de incurables y moribundos, la asistencia gratuita al menesteroso, y la valoración del tiempo moral y terapéutico de la convivencia con el enfermo. * Jefe División Urología del Hospital Carlos G. Durand. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Como resultado de una división del Imperio Romano en una mitad Occidental y otra mitad Oriental (mayo del año 330) el Imperio Bizantino duró hasta 1453, en que su capital Constantinopla, fue conquistada por los turcos. Caracterizaron a Bizancio el orden idiomático, con el griego- bizantino como lengua; el orden religioso, una sociedad profundamente cristiana que llegó al cesaropapismo (vinculando el poder civil con el religioso); un orden socioeconómico, con una sociedad señorial, agraria y artesanal, comercial y urbana con enormes diferencias entre ricos y pobres; y un orden intelectual con una masa popular burda y supersticiosa y una minoría refinada y sutil, helenizada. La medicina bizantina se divide en dos etapas, la primera desde su creación en el año 330 hasta el año 642, fecha de la conquista de Alejandría por los Arabes y una segunda hasta la caída de Constantinopla en el año 1453 en manos de los turcos, con el fin del Imperio Bizantino. Se mantuvo la medicina técnica hipocrática - galénica, aunque con el paso del tiempo permitió la creciente penetración de supersticiones populares orientales que la fueron convirtiendo en subtécnica. Otro problema que influyó fue el hecho de que la civilización griego -bizantina, se encontraba agotada y de ella no podía surgir un “nuevo” Galeno. El emperador Constantino fundó en Constantinopla una escuela médica “Estoa Real”, donde se destacaron Oribasio, Jacobo Psicresto, Aclepiodoto y Aeccio de Amida; mientras que Zenón de Chipre se destacaba como jefe de la escuela en Alejandria. La enseñanza en dichas escuelas era puramente teórica, la formación clínico - tera- 77 Figura 1. Página de una traducción al árabe de la obra de Galeno, con un autógrafo del médico persa-musulmán Avicena. Biblioteca de París. péutica se adquiría al lado de un médico más o menos acreditado. Hubo entre los bizantinos médicos paganos y cristianos y también mujeres médicas, pero no existió la titulación oficial de los profesionales. Consta sí la existencia de corporaciones médicas en épocas del emperador Justiniano en el siglo VI. Si algo caracterizó a la escuela en Alejandría fue la convivencia amistosa entre los médicos paganos y cristianos, así como el desarrollo de la capacidad de recopilación ordenada y sinóptica (“alejandrina“) del precedente saber griego. Así en el siglo IV tres obras importantes de la medicina bizantina llevaban por título “Synogogai” (colecciones), “Hyponnema” (memorandum) y “Synopsis”. Las figuras de dicha escuela fueron Oribasio de Pérgamo, Alejandro de Treller que actuó y se destacó también en Roma, Teófilo Protospatario, Estéfano de Atenas y Pablo de Egina. Del último período de la medicina bizantina solo podemos rescatar a Miguel Psellos, Simón Seth y Juan Actuario. El patriarca Nestorio de Constantinopla negó la divinidad de Cristo y fue condenado por hereje en el Concilio de Efeso (año 431), él y sus seguidores fueron desterrados a oriente en Eddesa, Siria de donde años después tuvieron que emigrar a Gundishapur en Persia, sede desde el siglo III de un centro de estudios semejante al de Bizancio. En Gundishapur fueron recibidos varios sabios atenienses, quedando constituido un grupo de intelectuales greco - bizantino - persa consagrado a la teología, la filosofía, la ciencia y a la medicina. Pronto tuvo un papel preponderante en la génesis de la medicina Arabe. El fulgurante auge del Islam a la muerte de su pro- 78 feta Mahoma (año 632) continúa siendo uno de los sucesos más sorprendentes de la historia. En el curso de los próximos cien años un puñado de belicosos beduinos que en sus comienzos era el ejército musulmán, había conquistado Siria, Palestina, Persia, parte de la India, Egipto, todo el norte de Africa y la península Ibérica. Hasta el año 740 incluso después de su decisiva derrota en la batalla de Poitiers, Francia (año 732) no finalizó ese fantástico proceso expansivo de los árabes. Quedó así su territorio dividido en el Califato de Oriente con capitales en Damasco y Bagdad y el Emirato y luego Califato de Córdoba en España. La medicina Arabe puramente empírico - mágica, pretécnica en sus comienzos, a partir de las conquistas que se sucedieron a la muerte de Mahoma, llegó y se instaló en ciudades como Eddesa, Nisbis y en Gundishapur, absorbiendo la cultura heleno - bizantina que en ella había. La asimilación fue rápida desde el principio, se tradujeron los textos de Hipócrates y poco después las obras de Aristóteles, Dioscórides, Galeno y de otros médicos. Bajo el Califa abasí al Mamum (813-833) se fundaron en Bagdad la “Casa de la Sabiduría” junto al mismo palacio califal. Descuellan a partir del siglo IX el cristiano Mesué “el viejo”, Hunayn ben Ishaq y Jakub ben Ishaq al Kindi como hábiles traductores y autores médicos. Esto permitió que la medicina técnica griega fuera asimilada y recreada, no tardarán los árabes en dar al mundo grandes figuras de la suya como: Rhazes, Ali Abbas, e Isaac Iudeus que brillaron en Oriente, mientras que en Occidente en el “al Andaluz” lo hacían Abulqasin o Abulcasis, Avicena, Avenzoar y Averoes. Junto a ellos se destacó también un médico y filósofo genial, el judío -cordobés Musa ben Maimón o Maimónides. Expulsado de Córdoba halló refugio en El Cairo donde su fama lo llevó a ser el médico personal del Gran Sultán Saladino; dejando excelentes muestras de su saber en “Aforismos” y en “Ars amatoria”. Los escritos árabes llegaron a ser tan famosos como los de los helenos que les precedieron; “Sobre la viruela y el sarampión” de Rhazes,“Sobre las fiebres” del judeo árabe Isaac Iudoeus, “El saber médico” de Abulcasis y el “Canon” de Avicena son muestras del talento médico Arabe. La institución educativa por excelencia fue para los árabes la escuela (“madrasa”) instalada dentro de la mezquita. En ella se realizaba la lectura y comentario de los textos didácticos. La “madrasa” se convirtió en “Casa de la Ciencia” con bibliotecas, pensionados y en lo que a la medicina atañe una íntima relación con la práctica en los hospitales (“bimaristan”), teniendo como ejemplos las escuelas de Alejandría y Gundisha- Figura 2. Grabado con el retrato del médico judeoárabe Maimónides de la España musulmana, con su autógrafo en facsímil. Biblioteca Nacional de N. Y. pur. Hubo escuelas médicas superiores en Bagdad, en Harram, en El Cairo y en Córdoba. Existieron también organizaciones profesionales médicas “sinf”; el califa al Muqtadir estableció la obligación de obtener previo examen técnico un título “ichasa” para la práctica legal de la profesión. Según el “Abad al Tabid”, un famoso manual médico, la educación debía ser también deontológica y social; allí se describen hasta las normas indumentarias y cosméticas del que dignamente debe visitar a sus enfermos. En orden descendente los títulos sociales de los médicos eran el de “hakin”, el de “tabib” o simple práctico,“mutabbib” y el de “mudawi” o mero aprendiz o practicante. La medicina se dividió en teórica y práctica. Esta comprendía la higiene y la terapéutica; y la terapéutica abarcaba la dietética, la materia médica o farmacoterapia y la cirugía. En definitiva el clásico esquema ternario de Celso. En los grandes tratados hay amplias secciones de contenido quirúrgico, se ordena la misma en tres partes según la región del cuerpo: cirugía de los vasos, de las partes blandas y de los huesos. La cirugía del Islam tuvo su máxima figura en el cordobés Abulcasin quien diseñó y construyó un sin número de instrumentos para la cirugía. En la farmacoterapia la medicación se regía por el principio “contraria , contrasiis, contratus”. De los árabes hemos heredado “la píldora” como forma farmacéutica de administración terapéutica, la que era preparada por los médicos. Dado que los medicamentos utilizados en ella resultaban tener un sabor amargo y desagradable, el médico trataba de encubrir el mismo, envolviendo la Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 píldora con un papel laminado de oro. Esto dio origen a la expresión idiomática de”dorar la píldora”, cuyo significado es hacer o volver algo mas atractivo o aceptable; aunque también para los árabes de clases pudientes, expresaba cómo suavizar una mala noticia, por ejemplo, los honorarios del médico. En la asistencia al enfermo, la praxis distinguía una medicina para ricos y otra para pobres. Los ricos podían tener sus propios médicos por costosos que fueran; los pobres eran asistidos en los hospitales. Fue adaptado a la fe coránica un juramento hipocrático “anánke” vigente entre los médicos árabes. En el año 476 cae el emperador Rómulo Augusto y con él, el Imperio Romano de Occidente. Las sucesivas invasiones de los pueblos germánicos desde comienzos del siglo V habían iniciado este proceso. Los romanos los llamaban “barbari” (bárbaros) para denotar su torpeza en la pronunciación del latín. Por los próximos mil años la Europa medieval, “enorme y delicada” para el poeta Verlaine, “oscura y tenebrosa” para la historiografía anglosajona; se caracterizará la medicina por su helenidad, monoteísmo y sociedad señorial. Algo inédito traían consigo esos bárbaros invasores, algo cuya virtud iba a dar insospechados frutos entre la ciencia griega y el monoteísmo cristiano. La medicina que se practicaba en Europa no era empírica o empírico- mágica, pretécnica, puesto que algunos restos de la ciencia helénica habían perdurado tras la destrucción del Imperio Romano de Occidente; pero tampoco formalmente “técnica” porque esos restos distan mucho de permitir un conocimiento racional de la enfermedad y el tratamiento. Por eso se la calificó de “cuasitécnica” a la medicina de la Alta Edad Media y los historiadores suelen denominarla “medicina monástica“. Desde el siglo IV se fueron deshelenizando las provincias del Imperio Romano de occidente; eran entonces contadísimos los hombres que podían leer un manuscrito griego, si añadimos la destrucción de las escuelas retórico - científicas y la rudeza intelectual de los invasores del norte, se comprenderá la enorme postración cultural de Europa en ese período. Los escasos libros que se pudieron salvar en las bibliotecas de los monasterios, conventos o abadías para la medicina fueron extractos de compilaciones latinas de Celio Aureliano, de Quinto Severo, algunas obras de Rufo, Dioscórides y Galeno, fragmentos de Oribasio y de Alejandro de Trelles, constituyeron el bagaje sobre el que se intentaría mantener el saber médico de la época. Quienes pudieron acceder a esas colecciones fueron médicos profesionales de las incipientes naciones de Europa, otros bizantinos como Antimo, y otros judíos con presencia cada vez más frecuente, especialmente en 79 Figura 3. Antiguo grabado del siglo XVII, que muestra el edificio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Montpellier, Francia. la península Ibérica, a pesar de lo cual ninguno contribuyó al progreso del arte de curar. A partir del siglo VI en su primera mitad, sobre el médico seglar va a prevalecer el “sacerdote médico“, perteneciente al clero secular. Los nacientes monasterios benedictinos (en el año 529 se funda Monte Cassino por San Benito de Nurcia) comienzan a recibir y atender enfermos. “Aprended las virtudes de las plantas. Leed a Dioscórides, a Hipócrates, a Galeno, a Celio Aureliano” recomienda Casiodoro a los monjes de occidente. Casiodoro en el año 520 fundó en el sur de Italia una escuela “Vivarum“ para el cultivo de las ciencias profanas, especialmente la medicina. Le siguió San Isidoro en el siglo VII autor de “Etimologías“ y “el inglés Beda“ el Venerable“ con su enciclopédica producción que ilustró por igual a seglares y eclesiásticos. Carlomagno a fines del siglo VIII y IX promovió un auge de las ciencias, siendo su artífice Aleuino quien funda en Aquisgran “la Escuela Palatina“. Un discípulo de éste, Rábano Mauro, lleva a Germania en el monasterio de Fulda el espíritu de su maestro. Otro discípulo Walahfrid Strabo gozó de fama como monje médico en el monasterio de Saint Gall en Suiza. Carlomagno ordena en su acta capitular de Thionville, en el año 805, la enseñanza regular del arte de curar y poco después prohibe expresamente recurrir a las prácticas supersticiosas, aunque éstas, sin embargo, continuarán por siglos. La Escuela Capitular de Chartres, pronto célebre, tuvo como maestros de la medicina al doctor clérigo Heribrando y a Gerberto de Aurillac. Los “monjes sanadores” tuvieron una modesta participación a lo largo de 80 cinco siglos y sin la participación de los monasterios poco hubiera podido avanzar la medicina. En lo tocante al saber científico las Escuelas Capitulares de Reims, Chartres, Colonia, Magdeburgo, etc. dan un paso adelante. En ellas tuvieron su más inmediato precedente los “Estudios Generales“ y las “Universidades“ del siglo XIII. La praxis médica mereció una originaria y genuina consideración cristiana del enfermo, la regla benedictina, dice San Benito “se tratará al enfermo con toda solicitud, como a un padre”. Se establecieron enfermerías en los monasterios, no sólo para atender los miembros de la comunidad, sino también para los pobres del contorno y para los peregrinos, además de las primitivas visitas domiciliarias que hacían los monjes sanadores. Finalmente la prohibición de ejercer la medicina a los clérigos, tan frecuentemente reiterada desde el Concilio de Clermont en el año 1130, después de medio milenio en que tan habitual había sido, sumada a otros factores como la frecuente caída en prácticas milagreras o supersticiosas, terminaron con los “sacerdotes médicos o sanadores”. No por eso habían dejado de existir durante los años 700 y 1000 los médicos seglares junto a los monjes médicos, y nunca la terapéutica rebasó la prescripción empírica de consejos dietéticos o de remedios vegetales y la ejecución de sencillas operaciones quirúrgicas: una flebotomía, la incisión de un absceso, la reducción de alguna fractura o, según un texto milagrero y antimédico de Gregorio de Tours“ ...cuando los médicos abren de par en par el ojo de un enfermo y cortan con sus afiladas lancetas, más que ayudarle a ver, lo que hacen es presentarle los tormentos de la muerte...” al intento de curar una ceguera por catarata. Será durante el siglo XI que se inicia un proceso, que no se ha de interrumpir: la definitiva tecnificación de la medicina medieval, de lo que había sido hasta entonces un cuasitécnico “oficio de curar”. Es leyenda la creación a comienzos del siglo X de una escuela médica laica en una villa cercana a Nápoles por cuatro médicos (un griego, un hebreo, un árabe y un latino). Pese al pomposo nombre, “Collegium Hippocraticum” con el que se denominaron, perduró hasta nuestros días con el más conocido de “Escuela de Salerno”. También es legendaria su relación con el cercano geográficamente, monasterio de Monte Cassino, aunque el hecho de que uno de los más importantes médicos salernitanos de mediados del siglo XI, Alfonso, fuese arzobispo de Salerno e íntimo amigo del abad de Monte Cassino. A comienzos del siglo XI ya estaba organizada la enseñanza en la Escuela, varios médicos regidos por un Figura 4. Grabado de una edición alemana del "Régimen Sanitatis Salernitatum" publicada en Frankfurt en 1553, de la Escuela Médica de Salerno, Italia. prepósito o “decano“ cuidaban de ella. Varios escritos antiguos griegos y latinos conformaban un acerbo intelectual, como “Passionarius Galieni”, de Garioponto, “Practica” de Petroncellus, y “De mulierium passionibus, in et post partum” de Trótula, acaso la primera de las varias mujeres que aprendieron y enseñaron medicina en Salerno. De Alfano, la figura más importante del primer período de la escuela, se conservan los libros “De natura hominis”, “De pulsibus” y “De quatour humoribus”, además de “Antidotarium“, de Nicolás Prepósito. La escuela de Salerno alcanzaría su mayoría de edad con las traducciones que realizó Constantino el Africano. Este era un comerciante del norte de Africa, que tomó contacto con Alfano quien le instó a recorrer el mundo islámico, para conocer su medicina, y luego convertido al cristianismo y hermano lego en Monte Cassino puso al latín una considerable cantidad de escritos árabes, treinta en total. Gracias a ello el saber médico en Salerno, tan precario hasta entonces, pudo entrar en una fase nueva resueltamente técnica. En este nuevo período con la inyección de la medicina greco - árabe, surgirían un destacado grupo de médicos e importantes obras que darían renombre a la Escuela a partir de los últimos decenios del siglo XI. Entre ellas la recordada “Anatomía porci” (anatomía del cerdo), de Cofón “el joven” que sirvió para la ense- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 ñanza anatómica comparada, “De Intructione Medici” de Arquimateo acerca de lo que era entonces el ejercicio clínico; Mateo Plateario quien compuso un comentario al “Antidotarium” de Nicolás Prepósito tan conocido y leído en su época. De “Aegriturium Curatione”el mayor tratado de patología y terapéutica del período dorado de la Escuela y el famosísimo “Régimen Sanitatis Salernitanum” dedicado a la dieta, ambos anónimos. “Si te faltan médicos, sean tus médicos estas tres cosas: mente alegre, descanso y dieta moderada”, dicen los dos primeros versos de la obra. No sólo hubo anatomía, fisiología, patología, clínica y farmacología en Salerno desde el siglo XII, también la cirugía escrita por Rogerio “Practica chirurgiae” fue la mejor exposición de la cirugía salernitana. La irradiación y dispersión de la obra científica de Salerno fue importante para toda Europa, especialmente hacia la Escuela Capitular de Chartres por Guillermo de Conches y Juan de Salisbury, o hacia París por Gilles de Corbeil en el siglo XIII, autor de los poemas médicos “Liber de urinis” y “Liber de pulsibus”. Un párrafo aparte merece la tarea del arzobispo Raimundo de Sarwetat, que tuvo por escenario la ciudad de Toledo en España, reconquistada a los árabes en 1085, rica en manuscritos arábigos de todas las ciencias, dado que Toledo fue la puerta de penetración del saber greco - árabe en medio de una libertad absoluta intelectual, idiomática y religiosa (los “mauri, iudei et christiani” tenían igualdad de derechos ante la ley). Raimundo en plena conciencia de su misión histórica reunió una escuela de traductores que dio por legado la versión al latín, desde la obra completa de Aristóteles, Hipócrates, Galeno, Rhazes e Isaac Iudeus hasta el “Canon” de Avicena y la “Chirugia” de Abulcassin, reunidas ahora en el “Corpus Toletanum”. Nacida de Grecia y casi olvidada de sus orígenes griegos, la Europa medieval se helenizó de nuevo a través de los árabes. En la transición del siglo XII al XIII la creación de nuevas instituciones y la aparición de nuevos métodos para el cultivo y la transmisión del saber fue una constante. Frente al mundo feudal en extinción, gana creciente importancia la ciudad, el “burgo”. Allí el erudito comienza a discutir la tradición y a criticar a las autoridades, contrastar con la realidad las doctrinas científicas recibidas y hasta, como Roberto Grosseteste comienza 81 a utilizar el método científico, el que después afianzarían Pierre de Maricourt y Roger Bacon. El método escolástico en la medicina fue desarrollado por Tadeo Alderoti de Bologna, Arnau de Vilanova en Montpellier y Pietro d’Albano en Padua. Tal era el contexto histórico social del tránsito de las “Escuelas Capitulares“, a los “Estudios Generales” y a las”Universidades” del siglo XIII. La tecnificación de la medicina medieval tuvo como expresión social dos eventos conexos entre sí: la titulación del médico y la reglamentación de su formación científica. En Sicilia Rogerio II movido por el sólido prestigio logrado por la Escuela de Salerno estableció en 1140 la obligatoriedad de un examen estatal para ejercer en su reino la medicina. Lo mismo aconteció varios decenios más tarde en Montpellier, por disposición de su obispo bajo la pena de excomunión. Fue Federico II en 1240 quien en una amplia ordenanza reguló los estudios médicos, impuso la obligación de un año de práctica con un “médico experto” antes del examen oficial y mandó relatar la letra de un juramento del escolar así aprobado y del diploma de la aprobación. No tardaron las universidades en hacer suya tan decisiva novedad. Tratándose del saber médico la formación en las universidades medievales debe ser descripta recordando las tres más importantes escuelas de medicina fundadas en el siglo XIII, cuya existencia decisiva fue para que el saber médico se constituyera, desde la infancia misma de la institución universitaria, en una de sus facultades cardinales: La escuela de Bologna, la de París y la de Montpellier. Esta sobre todo porque de 1200 a 1300 Montpellier, el “Mons Pessulanus” de la antigüedad romana, va a ser uno de los más importantes centros, sino el que más, en la vida médica de la Europa Occidental. Son mal conocidos los orígenes de la escuela médica montepesulana. El nombre de Montpellier aparece por primera vez en la historia de la ciudad en el año 985. La primera mención respecto de la medicina data de 1137. Como la reputación médica de una ciudad no se puede hacer sin la contribución de varias generaciones de médicos, podría decirse que la medicina de Montpellier es casi tan antigua como la ciudad misma. El primer testimonio que se remonta a 1137 se encuentra en la crónica que Anselmo de Havelberg consagró a Adalberto II de Maguncia, arzobispo de esa ciudad. Este viajó por Europa para aumentar su ya gran cultura. Visitó Hildeshein en Alemania y en Francia, París, Reims y por último Montpellier donde dice el cronista: “La medicina tenía una morada y un templo”. El segundo testimonio bastante próximo data de 1153. Se encuentra en la biografía que San Bernardo 82 hace de Heracius de Montboissier, arzobispo de Lyon. Este había descendido por el Ródano en barco para llegar a Roma pero habiéndose enfermado fue conducido a Montpellier para ser curado. Pero...“tuvo que dejar lo que tenía y no tenía” ( quod habebad et quod non habebad ) ya que desde la mitad del siglo XII los médicos de Montpellier hacían pagar muy cara su reputación. El tercer testimonio no está bien documentado. Se lo ubica entre 1159, fecha de la ascensión de Adriano IV el trono pontificio y 1180, fecha de la muerte del obispo de Chartres, Jean de Salisbury. Por este texto se conoce que iban a estudiar medicina en forma masiva tanto a Salerno como a Montpellier de las que los estudiantes regresaban cargados de palabras bárbaras. El cuarto testimonio se remonta al mes de enero de 1180. Se trata esta vez de un texto oficial: un edicto dado por el señor de Montpellier Gilhem VIII: “Cualquier persona, no importa su lugar de origen tiene derecho de ejercer y enseñar medicina en Montpellier “. Esta es el acta principal de la Escuela de medicina, aunque Gilhem VIII sólo hubiera firmado el pergamino, provocaba así la eclosión de una escuela célebre. Viene ahora un quinto testimonio, el del renombrado médico Pierre Gilles de Corbeill, según Jean de Salisbury fue a estudiar a Salerno y al regresar se quedó en Montpellier. Esta escuela dependía de médicos influidos por Salerno pero también por otros con personalidad propia. Gilles de Corbeill terminó discutiendo con ellos. Primero cambiaron palabras, luego injurias y finalmente golpes y Gilles de Corbeill debió huir precipitadamente como si fuera un rústico. Este episodio fue contado por un cronista anónimo, contemporáneo cuyo manuscrito se conserva en la biblioteca del Arsenal de París. Así se puede comprender mejor por que Gilles de Corveill en su célebre y muy importante poema sobre las orinas y la uroscopía “Liber de Urinis”, manifiesta su cólera contra los médicos de Montpellier en términos poco fraternales:“Sobrio en tu ambición, cierra con cuidado la puerta de tu imaginación, desconfía del ojo de los vanidosos y ponte en guardia que la secta enemiga no te busque querella. Tu conoces bien a ese doctor de Montpellier que vaga a la aventura, ese hombre de humor irritante y mordaz, violento, escandaloso, frívolo que se nutre de la maleza estéril y se hincha con harinas crudas. Tiemblo porque nos busque para desgarrarnos el rostro, desmerecer nuestra doctrina tomándonos por sorpresa. Cuídate de mostrar tu rostro y de manifestar tu pudor a ese pueblo corrompido; que no vea el orillo de un hábito que es indigno de tocar”. Este texto, aunque no está fechado, es anterior a la muerte del rey de Francia, Felipe Augusto en 1123. Para completar citaremos un último testimonio de un monje sistiserciense de Colonia, César de Geisterbach. A partir de él, Montpellier alcanza una reputación médica europea. Este texto data del siglo XIII, hace mención a sucesos que se remontan al siglo XII. La prosperidad de Montpellier cuyo origen era reciente se debió a su proximidad al mar, que la hizo una ciudad marítima competidora de otras potencias del Mediterráneo. Así nació un comercio floreciente con todos los países que lo bordeaban, tanto cristianos como musulmanes. Este éxito comercial trajo a Montpellier una muchedumbre de mercaderes provenientes de distintos países europeos, asiáticos y africanos. Se estableció así un comercio muy próspero de especias, haciendo de Montpellier un centro privilegiado de occidente y provocando la creación de una farmacia cuyos productos se disputaría toda Europa. Entre los extranjeros que llegaron se encontraron muy pronto médicos que habían estudiado en los países mencionados. De este modo quedaban representadas las diferentes escuelas médicas de la Alta Edad Media: Salerno e Italia, Bizancio y la magna Grecia, Alejandría y el medio oriente, sin olvidar a Córdoba y la España musulmana. No es verdad que hubiera en Montpellier griegos y árabes. Los que sí venían eran cristianos y judíos, que representaban todas las tendencias: greco - latinas y judeo - árabes. Era posible encontrar maestros que enseñaban cada uno por su lado, todos los conocimientos médicos del momento. Esa fue la causa del éxito de Montpellier y la razón por la que estudiantes acudían en cantidad. En ese momento no existía la escuela, cada maestro enseñaba solo, trataba directamente con los alumnos. Esto tenía lugar en su casa donde se comentaban los libros de medicina que habían podido adquirir. Todo el mundo acudía enseguida al lecho del enfermo, caminando por la ciudad e inaugurando una verdadera enseñanza clínica. Las visitas concluían en la botica donde el maestro prescribía las recetas del día. Cuando el estudiante creía haber aprendido todo lo que el maestro podía darle, lo dejaba para seguir a otro y así hasta que lo consideraba necesario. Entonces se establecía en su casa y comenzaba a ejercer. A medida que pasaban los años comenzaban a manifestarse celos profesionales, sobre todo entre cristianos y judíos. Cada uno hubiera deseado tener el monopolio de la enseñanza, pero Gilhem VIII habiendo comprendido que el renombre de la medicina en Montpellier se debía a esa diversidad de origen, decidió que cualquiera fuera su origen, podía ejercer y enseñar. De Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 esta manera evitó la formación de una escuela sectarizada que fuera en detrimento de la verdadera medicina. Aceptada esta pluralidad de doctrinas, era necesario ahora organizarlas para no caer en la anarquía. Ese rol lo cumplieron los Estatutos del 17 de Agosto de 1220 dictados por orden del Papa Honorio III del cual era su delegado en Languedoc, por el cardenal Conard. Por dichos estatutos se fijará la duración de la enseñanza en tres años. Toda la medicina debía dictarse en ese tiempo. El maestro más antiguo llamado “Doyen” (decano) repartía las lecciones entre sus colegas y controlaba que los programas fueran cumplidos. Al cabo de tres años los alumnos podían someterse a examen, pues se sentían capacitados. El primero se llamaba Bachillerato, porque el candidato estaba autorizado a recibir una baya del laurel de Apolo considerado en la antigüedad como dios de la Medicina. El conjunto de esas pruebas concluía con una ceremonia, la Licencia, en cuyo transcurso el obispo de Montpellier entregaba al estudiante, en nombre del Papa, su diploma de médico. La palabra licencia significa permiso (sobreentendido para ejercer) y de hecho el licenciado tenía el derecho de ejercer en cualquier parte, decía en Latín el diploma “hic et ubique terrum”. En esa época nadie cuestionaba la firma del Papa. Los pergaminos entregados en Montpellier tenían un valor universal. A continuación se pedía a los nuevos licenciados que permanecieran por lo menos dos años en la ciudad para, a su vez beneficiar a los futuros médicos con su saber. Para ello rendían una nueva prueba que les confería un nuevo grado: el Doctorado. Se destacaron en Montpellier Bernardo de Gordon, la figura medieval más importante de la escuela; luego en la Universidad Arnau de Villanova, Gilberto Anglico, Johanes de Tornamira, Henry de Mondeville, anatomista y cirujano, el primero en enseñar sus materias valiéndose de grandes láminas, Guy de Chaulliac canónigo y médico cirujano de los papas en Avignon, escribió su “Chirugia Magna” el tratado más importante hasta el siglo XVI. En el Diccionario Durvan la palabra Universidad deriva del latín “universalitas”, institución pública o privada donde se cursan estudios superiores de las ciencias universales y se confieren los grados correspondientes. Esta a su vez deriva de Universal del latín “universalis”, se aplica a la persona versada en muchas ciencias y ésta de Universo, del latín “universus”, Mundo, conjunto de todo lo creado. Resta aún un punto por aclarar, la creación de la Universidad. Una universidad está constituida por la reunión de varias escuelas o facultades. Esas escuelas 83 existían en ese momento o estaban próximas a serlo. El derecho venía enseñándose desde hacia tiempo, todos concuerdan que su creación data del año 1160. Es el año en el que el gran jurista de Bologna, Placentino deja definitivamente Italia para venir a enseñar a Montpellier, tarea que desempeñará hasta su muerte. Las letras o “las artes” también se enseñaban, pero desde hacia menos tiempo, su facultad se creó en 1242, o sea 22 años después de los Estatutos del cardenal Conard. Desde ese momento todos los elementos que configuran una universidad estaban reunidos. La de Montpellier abre sus puertas merced a la bula del Papa Nicolás IV el 24 de octubre de 1289, cuando reinaba Jacobo II, rey de Mallorca. No obstante, si la escuela de medicina aceptaba en- 84 trar en la nueva universidad, no habría adquirido gran renombre como para contentarse con ser sólo un elemento entre otros. Para marcar su independencia, decide tomar el nombre de Universidad de Medicina, título que mantuvo hasta la Revolución Francesa. Volverá a reaparecer en 1808. Se ha tomado la costumbre de hacer comenzar la historia de la medicina en Montpellier en los Estatutos de 1220, pero como acabamos de comentar el origen es mucho más antiguo y los estatutos sólo consagraron lo que existía desde por lo menos 83 años antes, porque el primer testimonio que encontramos es de 1137. Debido a que las Escuelas de Salerno cerraron sus puertas en 1811, Montpellier es hoy día la sede de la Facultad de Medicina en actividad más antigua del mundo. EDITORIAL EDITORIAL Tratamiento del cáncer de próstata hormonorrefractario Treatment of hormone-refractory prostate cancer Dr. Gustavo Jankilevich I NTRODUCCIÓN La orquiectomía (quirúrgica o farmacológica) ha sido la base del tratamiento de los pacientes con cáncer de próstata no localizado por más de medio siglo, desde que C. Hodges y C. Huggins reportaron y demostraron la relación directa de la dependencia de andrógenos y cáncer. Tal descubrimiento les valió a los investigadores lograr el Premio Nobel. Sin embargo, la principal causa de muerte en pacientes con cáncer de próstata es la aparición de clones celulares resistentes a la deprivación androgénica.7 Estas poblaciones celulares crecen a pesar de niveles séricos de testosterona de castración. La concepción teórica actual afirma que al diagnóstico, el tumor presenta tres fenotipos dominantes: el dependiente de andrógenos, el sensible a andrógenos y el andrógeno-independiente. El fenotipo dependiente a andrógenos requiere un nivel de andrógenos crítico para su crecimiento y desarrollo (sin dicho estímulo las células mueren). En este sentido las células tumorales son similares a las células epiteliales normales de la próstata. El fenotipo sensible a andrógenos no muere con la deprivación y entran en un estado de quiescencia (dormant cells). Por último, el fenotipo independiente resulta indiferente a los niveles de andrógenos para su crecimiento. Oncólogo Clínico. Servicio de Oncología, Hospital Durand, Buenos Aires, Argentina. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 ¿Cómo las células independientes de andrógenos emergen durante la terapia ablativa o de castración? Es la gran pregunta que intenta ser contestada en las últimas décadas. Hay dos grandes teorías esbozadas. Una habla de la selección celular y la otra afirma que es la adaptación de las células a un microambiente pobre en andrógenos, lo que llevaría a cambios genómicos adaptativos para mantener la supervivencia y llevar a la repoblación.1,2,5. Clínicamente, la selección de clones celulares resistente sería el hecho más relevante en forma inmediata luego de la maniobra de castración y la adaptación ocurriría más tarde como un fenómeno de la situación.Las dos teorías no serían mutuamente excluyentes, sino complementarias. La demostración, de que las células basales del epitelio sobreviven preferencialmente a la castración (en contraste con las células epiteliales secretorias), indicaría que células independientes existen aún en la próstata normal, lo cual corroboraría la hipótesis de la selección.3,4 85 Se desconoce si la célula stem que predomina finalmente, es al inicio, dependiente, sensible o independiente a los andrógenos. De la misma forma la teoría de la emergencia del fenotipo independiente procede realmente de las células stem epiteliales. Numerosos reportes demuestran mutaciones y amplificación en el receptor de andrógeno, el cual sería una tercera vía de hormonorresistencia a explorar. Lo cierto es que la ablación hormonal no logra erradicar todos los grupos celulares tanto a nivel local como metastástico, sugiriendo una resistencia intrínseca o al menos un fenotipo andrógenico sensible. Pacientes progresados inicialmente al bloqueo androgénico Los objetivos generales del tratamiento en los pacientes con un tumor de próstata hormonorrefractario son bien diferentes a los de etapas más tempranas.6,7 Dejada atrás la chance curativa inicial o el rescate de recaídas solitarias, la paliación de síntomas pasa a ser la meta primordial. Entre las diversas maniobras terapéuticas, el uso de agentes quimioterápicos para prolongar la sobrevida era, hasta hace un par de años, una verdadera quimera. De hecho el uso y tiempo para iniciar quimioterapia en este grupo de pacientes era muy discutido. Pacientes seleccionados, progresados a un bloqueo androgénico pueden responder a una variedad de terapias hormonales de segunda “línea”. Aminoglutetimida, hidrocortisona, retiro androgénico con flutamida, estrógenos, ketoconazol y combinaciones de estas terapias han logrado respuestas clínicas objetivas del 0 al 25% y respuestas del PSA en el 14-60% de los casos. Más importante es el hecho de que la duración de la respuesta es pobre (1-4 meses), lo cual debe sopesarse con la probable toxicidad. La duración de las respuestas con el PSA no sobrepasaron los 2-4 meses en estudios clínicos que compararon el síndrome de retiro androgénico con un antiandrógeno (flutamida, bicalutamida) contra ketoconazol y corticoides.8 La evidencia demuestra que bajas dosis de prednisona pueden mejorar la situación clínica de grupos específicos de pacientes.22 Una comparación aleatorizada directa entre prednisona (5 mg, 4 veces por día) versus flutamida (250 mg tres veces por día) en pacientes progresados a castración clínica o quirúrgica, no demostraron diferencias en sobrevida, pero mejoría sintomática a favor del uso de corticoides.9,10 86 La correcta evaluación de éstas y otras opciones (como los estrógenos), en este contexto, es de rigor en los pacientes candidatos a recibir agentes quimioterápicos. Sin embargo, existe un grupo de pacientes que puede responder por tiempo prolongado a una de estas maniobras, por lo que debe tenerse esto en cuenta antes de adoptar tratamientos más agresivos y compartir dicha información con ellos. Tratamiento de pacientes con enfermedad hormonorrefractaria Es de rigor obtener niveles de testosterona plasmática antes de juzgar a un paciente como hormonorrefractario. Debe tenerse en consideración que en pacientes con tumores sensibles a andrógenos, la respuesta es clínica y el descenso del PSA elocuente. En cambio, en el escenario de la hormonorresistencia, se considera respuesta al descenso de al menos 50% del PSA frente al de base y al menos no cambios en los estudios por imágenes.23 En este contexto, hasta el 2004 las opciones comprendían corticoides asociados con mitoxantrona.11,19 La quimioterapia no había logrado aumentar la sobrevida frente a corticoides solos y las expectativas de la comunidad médica hacia esa forma de tratamiento era escasa. Ninguno de los diferentes estudios había logrado ventajas, su valor radicaba el alivio del dolor y la mejoría en la calidad de vida. Por si fuera poco, ante la falta de beneficio en sobrevida, la toxicidad de la quimioterapia limitaba aún más el uso de esta forma de tratamiento. Debe recordarse que pacientes añosos, poseen un sinnúmero de alteraciones clínicas asociadas que pueden ser más problemáticas que el mismo tumor y limitar la indicación de citotóxicos. Estudios no aleatorizados habían demostrado que vinorelbine, docetaxel, paclitaxel y otros agentes obtenían resultados prometedores. Sin embargo, la falta de estudios bien diseñados y sobre todo la falta de beneficio en sobrevida restringían su uso.12 El uso de analgesia, radioterapia sobre zonas dolorosas y bifosfonatos terminan de enmarcar las diferentes opciones terapéuticas.20,21 El docetaxel como nuevo estándar Los frutos de varios años de trabajo se vislumbraron con la presentación y posterior publicación de dos estudios que consolidaron al docetaxel como nuevo estándar.13,14 El estudio TAX 327 comparó 1.006 pacientes aleatorizados a tres ramas, docetaxel (75 mg/m2 cada 3 sema- nas) docetaxel (30 mg/m2 semanal por 5 semanas cada 6 semanas) y mitoxantrona (12 mg/m2 cada 3 semanas). Todos los pacientes recibieron prednisona oral (5 mg dos veces al día). Luego de un seguimiento de 21 meses, la sobrevida global fue superior para la rama de docetaxel trisemanal contra las otras (50%), docetaxel semanal (43%) y mitoxantrona (40%, hazard ratio [HR] for death = 0,76). Sobrevida mediana 18,9 meses docetaxel / prednisona trisemanal vs. 17,4 meses para docetaxel semanal vs.16,5 meses para la mitoxantrona/prednisona (P = .009). No hubo diferencias entre la rama con docetaxel semanal vs. mitoxantrona. Por último, el descenso de PSA y scores de calidad de vida fue superior para las ramas con docetaxel. (P = .009). Al analizar la toxicidad, ésta fue superior en el grupo con docetaxel trisemanal , sobre todo en la neutropenia grave y neutropenia febril. El estudio del SWOG 99-16 aleatorizó 674 pacientes comparando docetaxel/estramustina vs. mitoxantrona / prednisona.Luego de un seguimiento de 32 meses la sobrevida media favoreció a la rama con taxanos con 17,5 meses vs. 15,6 meses (P = .02). Al igual que el estudio TAX 327, el descenso de PSA fue superior con docetaxel. Una preocupación vislumbrada en el estudio, es que la toxicidad de la rama con docetaxel fue acentuada en la combinación con estramustina. En efecto, la combinación tuvo mayores efectos adversos cardiovasculares y gastrointestinales. El aumento de sobrevida, calidad de vida y mayor descenso de PSA, convirtió al docetaxel trisemanal en el nuevo estándar, desplazando a la mitoxantrona. ¿Cuál es el rol de la estramustina? Dado que la diferencia en eficacia con o sin estramustina no ha variado en ambos regímenes, algunos investigadores cuestionan su rol. Sin embargo y pese a su toxicidad, hasta que un estudio bien diseñado lo demuestre, la asociación con docetaxel y estramustina es una de las combinaciones que han demostrado efectividad. Debe recordarse que en ambos estudios todos los pacientes poseían una buena condición clínica y metabólica y que para ese subgrupo se demostró ventajas y beneficios. Mas del 85% de los pacientes poseían enfermedad ósea y menos del 15% enfermedad visceral (hepática). No se hallaban comprendidos pacientes con historia de fenómenos tromboembólicos ni ascitis.Tampoco se permitieron pacientes con neuropatía periférica. Al momento de entrar al estudio, el dolor óseo era leve o moderado en la mayoría de los pacientes incluidos. De tal forma no debiera trasladarse el uso de agen- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 tes quimioterápicos a personas en mal estado general o con trastornos graves clínicos o de laboratorio. El riesgo de toxicidad por las drogas quimioterápicas puede exceder el beneficio buscado. La selección adecuada en cada caso es crucial. ¿Cuál es el rol actual de la mitoxantrona? Esta droga ha demostrado ser muy efectiva en el control de los dolores óseos, pero no puede afirmarse actualmente que sea una segunda chance de tratamiento. Otro tipo de agentes quimioterápicos resolverán esta cuestión en los próximos años. Más allá del docetaxel Con el docetaxel como nuevo estándar, las combinaciones con otras drogas se ha convertido en una consecuencia lógica. El agregado de carboplatino o exisulind (emparentado con el sulindac) a la combinación con docetaxel/estramustina no ofrecieron ventajas y sí más toxicidad.15 Otras combinaciones se hallan en estudio. Entre ellas merece mención los prometedores resultados del agregado de bevacizumab (un anticuerpo humanizado contra el VEGF-factor de crecimiento endoterial vascular) al régimen de docetaxel estramustina. El agregado del anticuerpo aumentaría la tasa de respuestas y sobrevida, aunque tales hallazgos deben ser reproducidos en un estudio Fase III.16 Una plétora de nuevos agentes se hallan bajo estudios clínicos. Entre ellos tenemos a las epotilonas , las cuales poseen un mecanismo de acción similar al docetaxel, ya que inducen inhibición de la actividad de los microtúbulos, con paro en mitosis y desencadenamiento de la apoptosis en la fase G2/M del ciclo celular. Si bien los resultados son prometedores, también pueden considerarse como prematuros Nueva evidencia se aguarda con interés para delinear su verdadera utilidad clínica.17 Otro ejemplo lo constituyen los complejos de coordinación de platino. Estas drogas interfieren con la replicación y transcripción del ADN, produciendo apoptosis. De ellas, sólo el satraplatino, una droga oral, ha demostrado actividad cierta en el cáncer de próstata. Un estudio aleatorizado comparó satraplatino/prednisona contra prednisona sola. Sin embargo, el estudio fue detenido prematuramente por la diferencia a favor de la rama combinada en el control de síntomas, no permitiendo llegar a un número de casos que permitiera medir diferencia significativa en sobrevida global. 87 La rama combinada demostró aumento en el tiempo a la progresión (5,2 vs 2,5 meses) (P = .023) y mayor tasa de respuesta del PSA (33,3% vs 8,7%) (P= .046).18 Un estudio confirmatorio con más de 900 pacientes ha sido terminado y se aguarda el análisis definitivo. Valga el comentario del espectro de nuevos horizontes que se les ofrece a estos pacientes, desde análogos de la vitamina D, vacunas, anticuerpos monoclonales, antiangiogénicos orales (sorafenib),antagonistas de receptores del endotelio (atrasentán),vacunas, etc. Es de esperar que en los próximos años estas moléculas y compuestos sean confrontados con las combinaciones de docetaxel y ofrezcan mejores perspectivas para nuestros pacientes. Otro nuevo horizonte son los pacientes con mal estado general, o bien con complicaciones metabólicas. En ellos, no se ha demostrado tratamiento de valía aún y son un grupo importante de sujetos en los que no se ha evaluado todavía el uso de agentes. Para ellos el soporte paliativo clínico y humano es la mejor estrategia. 11. 12. 13. 14. 15. 16. BIBLIOGRAFÍA 1. Craft N, Chhor C, Tran C, y col.: Evidence for clonal outgrowth of androgen-independent prostate cancer cells from androgen-dependent tumors through a twostep process. Cancer Res 1999; 59:5030. 2. Bruchovsky N, Rennie PS, Coldman AJ, y col.: Effects of androgen withdrawal on the stem cell composition of the Shionogi carcinoma. Cancer Res 1990; 50:2275. 3. De Marzo AM, Nelson WG, Meeker AK, y col.: Stem cell features of benign and malignant prostate epithelial cells. J Urol 1998; 160:2381. 4. Bui M, Reiter RE.: Stem cell genes in androgen-independent prostate cancer. Cancer Metastasis Rev 1998;17:391. 5. 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Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Introducción: El manejo de los ganglios linfáticos ha sido durante mucho tiempo, motivo de controversia en el tratamiento del cáncer de pene. Su influencia en el factor pronóstico ha marcado la importancia de realizar un estudio detallado del mismo y tratar de encontrar un indicador que permita determinar un mayor riesgo de diseminación linfática o compromiso ganglionar con baja morbilidad. Objetivo: El propósito de este trabajo, es efectuar una descripción pormenorizada de la técnica dinámica del ganglio centinela (TDGC) y describir nuestra experiencia inicial con la misma, demostrando la franca disminución de la morbilidad que frecuentemente se asocia con la linfadenectomía clásica frente a la TDGC y estableciendo las pautas para que sea una técnica reproducible. Materiales y Métodos: Durante el período 2000-2004, 20 pacientes con diagnóstico de cáncer de pene han sido sometidos a la aplicación de TDGC. Fueron incluidos pacientes en estadio T1-T3. Resultados: Un grupo de 10 pacientes presentaba adenopatías no palpables y otro grupo, también de 10 pacientes, adenopatías palpables, pequeñas, móviles y no adherentes. En el total de 20 pacientes se identificaron 8 casos de metástasis con ganglio centinela positivo (40%) y 12 casos con ganglio centinela negativo (60%). A 6 de los 8 pacientes con ganglio centinela positivo, se les efectuó linfadenectomía iliofemoral, evidenciándose 2 pacientes con metástasis y 4 sin metástasis. En los otros 2 pacientes no se realizó linfadenectomía: uno por presencia de metástasis a distancia y el otro por abandono voluntario del tratamiento. El seguimiento mínimo fue de un año y el máximo de 5 años, con una media de 3 años. Ninguno de los pacientes desarrolló recidivas en ganglios linfáticos. Los 4 casos de óbito fueron por recidiva local del tumor primario, sepsis e hipercalcemia. Conclusión: La utilización de TDGC puede ser de gran utilidad en la detección de metástasis ganglionares. Es un buen indicador precoz predictivo de la diseminación linfática, que nos permite seleccionar los pacientes a quienes se les realizará una linfadenectomía ilioinguinal, con la consecuente disminución de la morbilidad asociada con ésta última. P A L A B R A S C L AV E : Pene; Ganglio centinela; Carcinoma. Purpose: Treatment of lymph nodes in penis cancer is controversial. Due their influence as prognostic factor, there are many trials trying to find with low mobility a test that can predict what patient is at risk of lymphatic dissemination. 89 Objective: Our objective was to make a description of the dynamic technique of sentinel lymph node (DTSLN), describe our initial experience with this procedure and try to demonstrate a morbidity decrease compare with classic lymphadenectomy, establishing guides to technical reproducibility. Materials and Methods: Between 2000 and 2004, 20 patients with diagnostic of penis cancer were selected to perform DTSNL. Were included patients with T1-T3 disease. Results: Group A, 10 patients with non palpable lymph nodes and group B, 10 patients with palpable, small, mobile and not adherent lymph nodes. From 20 patients, 8 cases with metastasis were identified with positive sentinel lymph node (40%) and 12 cases with negative sentinel lymph node (60%). Six of the 8 patients with positive sentinel lymph node, underwent iliofemoral lymphadenectomy, 2 of them presented with metastasis and 4 without metastasis. In the other 2 patients lymphadenectomy was not carried out: one due to distant metastasis and the another patient refused to continue with the treatment. The medium follow-up was 3 years (1-5 years). No lymphatic nodes relapse was observed. Four cases death due to local relapse of the primary tumor, sepsis and hypercalcemia. Conclusion: DTSLN can improve the detection of lymph nodes metastasis and can select the patients that will be benefit with ilioinguinal lymphadenectomy, with the consequent decrease of the morbidity. K E Y W O R D S : Penis; Sentinel limph node; Carcinoma. 1. I NTRODUCCIÓN Bien es sabido que el cáncer de pene es una patología tumoral poco frecuente y se presenta con mayor frecuencia en hombres alrededor de la quinta década de la vida. Representan del 2 al 5% de los tumores urogenitales, pero su incidencia es muy variable, estando francamente relacionado con hábitos higiénicos y culturales. La progresión de esta neoplasia es fundamentalmente locorregional. Ya Cabañas describe en 1977 a través de estudios linfográficos del pene, que existe un patrón regular de drenaje linfático y asevera que el mismo se dirige primeramente a los ganglios inguinales superficiales (por encima de la fascia lata), de allí a los ganglios inguinales profundos (por debajo de la fascia) y luego hacia los ganglios pelvianos (ilíacos internos, externos y obturadores); sin evidencia de ningún salto u omisión en las estaciones ganglionares. Además, el drenaje linfático peneano es bilateral por la existencia de múltiples comunicaciones cruzadas. En consecuencia, la evaluación de los ganglios regionales tiene importancia crítica, toda vez que la existencia o no de compromiso metastático conforma un factor pronóstico de primera línea. Si los ganglios inguinales representan la primera barrera de diseminación linfática, la atención debe estar focalizada en los mismos para proveer estadificación y tratamiento. La búsqueda incesante de algún indicador que pueda predecir un mayor riesgo de compromiso ganglionar, 90 con disminución de la morbilidad asociada frecuentemente a la linfadenectomía, ha llevado al desarrollo y aplicación de la técnica dinámica del ganglio centinela. La biopsia del ganglio centinela dinámico provee información significativa de compromiso ganglionar, a través de un procedimiento mínimamente invasivo, e intenta disminuir el riesgo de complicaciones. Solamente pacientes con biopsia del ganglio centinela positiva deberían someterse adicionalmente, en forma complementaria, a disección ganglionar inguinal. En nuestro Instituto, esta técnica está siendo utilizada desde el año 2000. Hasta el año 2004 fueron realizados 20 procedimientos utilizando la técnica del ganglio centinela dinámico. El presente trabajo fue desarrollado para efectuar una descripción pormenorizada de la técnica, a los fines de establecer los lineamientos necesarios para que sea reproducible y mostrar nuestra experiencia inicial con la misma. 2 . M AT E R I A L Y M E T O D O S Entre el año 2000 y 2004 fueron estudiados un total de 20 pacientes con diagnóstico de cáncer de pene en estadio pT1 o superior, a quienes se les realizó investigación de los ganglios linfáticos mediante la técnica del ganglio centinela dinámico. La mediana de seguimiento de los pacientes fue de 50 meses (con un rango de 3 a 60 meses). TÉCNICA 2.1 Método de investigación del ganglio centinela 2.1.1. Etapa preoperatoria (Medicina Nuclear 24 horas antes de la cirugía) - Material utilizado: Tecnesio 99 metaestable (tc 99) Coloide: tamaño de partículas de un rango entre 100 y 200 nanómetros. Se recomienda colágeno bovino desnaturalizado o albúmina humana. - Procedimiento Se realiza la inyección peritumoral de 4 habones de coloide marcado con Tc 99 en horas 3-6-9 y 12. Sobre la piel del paciente se marca la ubicación topográfica con informe de la profundidad de los mismos. Luego de 2 horas se puede evidenciar la migración a otros ganglios no centinela que completan el mapeo ganglionar regional. El informe de la linfografía radioisotópica y las imágenes deben incorporarse en la historia clínica del paciente. 2.1.2. Etapa intraoperatoria Inyección de 3 ml de azul patente (patent blue) peritumoral con masaje peneano durante 15 minutos. Inmediatamente después se coloca al paciente debajo del detector de gamma cámara y se obtienen imágenes centellográficas: linfografía dinámica y estática. Se adquiere una imagen cada 15 segundos durante 15 minutos, que permite visualizar la progresión del radiocoloide a través de los canalículos linfáticos eferentes del tumor y aferentes al/los ganglios centinela. A los 30 minutos permite objetivar el incremento del radiocoloide en los ganglios centinelas. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 91 Rastreo de la radioactividad con sonda probe (gamma probe). La zona de la piel del ganglio centinela marcada previamente coincide con una mayor actividad captada por el gamma probe. Incisión mínima sobre la región de máxima captación. Búsqueda del ganglio centinela mediante gamma probe e identificación del/los ganglios centinela teñidos 92 de azul con sus canalículos. Comprobar fuera del campo quirúrgico la captación de la pieza con gamma probe. 3 . R E S U LTA D O S La edad media de los pacientes evaluados fue de 55 años, con un rango de 24 a 79 años. El 70% de los pa- De los 20 pacientes, 10 resultaron presentar adenomegalias inguinales clínicamente palpables, pequeñas, móviles y no adherentes (de las cuales 5 fueron derechas, 1 izquierda y 4 bilaterales) y 10 no presentaron adenomegalias palpables. En relación con la marcación inguinal realizada por medicina nuclear, de los 20 casos, 15 fueron bilaterales, 4 derechas y 1 izquierda. Se determinaron 48 ganglios centinelas, 26 derechos y 22 izquierdos del grupo de 20 pacientes estudiados. La Anatomía Patológica determinó que 8 de los 26 Ganglios Centinela derechos remitidos (30,76%) y 3 de los 22 izquierdos (11,53%), presentaban metástasis al momento del examen, correspondiendo los casos con metástasis a 8 pacientes (40%) y 12 sin metástasis en ganglio centinela (60%). (Ver Tabla 2) De estos 8 pacientes, se observó que 6 presentaban clínicamente ganglios inguinales pequeños, móviles y no adherentes y 2 casos sin ganglios clínicamente palpables. Por lo tanto, si se analiza clínicamente, 4 de los 10 casos evaluados con ganglios palpables, resultaron ser de origen inflamatorio, con ganglio centinela negativo. En el mismo sentido, de los 10 pacientes evaluados con ganglios clínicamente no palpables, 8 presentaron ganglio centinela negativo. De los 5 pacientes con estadío pT1, se identificó 1 sólo caso con ganglio centinela positivo; de los 13 casos en estadio pT2, 7 presentaron ganglio centinela positivo y de los 2 pacientes pT3 llamativamente ninguno presentó ganglio centinela positivo. (Ver Tabla 3) Se realizó vaciamiento ganglionar posterior en 6 de los 8 pacientes con ganglio centinela positivo. En los 2 casos que no se hizo vaciamiento fue, en un caso por presentar metástasis a distancia y óbito; mientras que en el otro caso se produjo abandono voluntario del tratamiento. De los pacientes sometidos a vaciamiento ganglionar, se identificaron 2 con metástasis y 4 sin metástasis. De los 2 pacientes con metástasis sometidos a vaciamiento ganglionar, uno presentó óbito dentro del año y el otro lleva una sobrevida de 5 años hasta la fecha libre de enfermedad. De los 4 pacientes sin metástasis sometidos a vaciamiento ganglionar, 2 presentaron óbito dentro del año (en un caso por recidiva local y otro por hipercalcemia) y los otros 2 se encuentran en control hasta la fecha, libres de enfermedad. Cuatro pacientes fallecieron en total por la evolución de la patología, 1 abandonó el control y 15 conti- Tabla 2. Tabla 3. cientes presentaba más de 50 años al momento de la primera consulta. El procedimiento quirúrgico efectuado en los 20 pacientes fue: penectomía parcial en 18 y total en 2. La histología tumoral reveló carcinoma epidermoide en todos los casos. La estadificación patológica del grupo de pacientes estudiados determinó pT1 en 5 casos, pT2 en 13, y pT3 en 2. Tabla 1. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 93 núan en seguimiento hasta la fecha, en forma periódica, libres de enfermedad. No se reportaron falsos negativos y la única complicación observada fue 1 caso de seroma y otro de infección superficial de herida que cedió con el tratamiento adecuado. Tabla 4. 4. DISCUSIÓN El manejo de los ganglios linfáticos ha sido durante mucho tiempo motivo de controversia en el tratamiento del carcinoma de pene. Su influencia en el factor pronóstico ha marcado la importancia de identificar un indicador que permita predecir un mayor riesgo de diseminación linfática o compromiso ganglionar. La sobrevida en pacientes con cáncer de pene depende del status patológico de los linfáticos regionales y la extensión de la metástasis inguinal1,2,3. Desafortunadamente el examen clínico de la región inguinal es incierto. Desde que la disección del ganglio linfático inguinal es potencialmente curable en pacientes con bajo volumen de metástasis inguinal, es aceptable que los pacientes con adenopatías padezcan el procedimiento, ya que aproximadamente el 50% se beneficiarán. El gran problema es cómo detectar pacientes con exámenes inguinales negativos que presentan micrometástasis. La disección temprana del ganglio linfático inguinal sigue siendo el gold standard, desde que en algunas series se demostró una sobrevida del 57 al 100% de los pacientes que fueron sometidos a una disección temprana de los ganglios inguinales, vs. el 8 al 24% para aquellos que se presentan más tarde con ganglios inguinales positivos1,4. El costo de la disección de los ganglios inguina- 94 les es alto, desde que aproximadamente el 80% que no tiene metástasis tiene riesgo de edemas de piernas, infección de herida, absceso o necrosis de los colgajos de piel5. Esto antes dicho, ha motivado a varios grupos a intentar encontrar una técnica que nos permita investigar los ganglios inguinales en aquellos pacientes con ingles palpatoriamente negativas con mínima morbilidad. Nosotros hemos utilizado la Técnica del ganglio centinela dinámico con el objeto de identificar los pacientes con metástasis, con un procedimiento mínimamente invasivo y así seleccionar a los pacientes a quienes les vamos a realizar posteriormente una linfadenectomía estandar, con la consecuente disminución de la morbilidad asociada con esta última en los casos innecesarios. El término de ganglio centinela fue introducido por Cabañas en 1977 y se define como el primer ganglio en recibir la linfa que drena desde el tumor primario6. Este autor ha defendido la biopsia del ganglio centinela linfático, estableciendo que en pacientes con biopsia positiva del ganglio linfático centinela, a los que subsecuentemente se les realiza una disección ganglionar ilioinguinal, éste frecuentemente es el único ganglio positivo. Además no hubo evidencias que otros nódulos fueran positivos cuando el ganglio centinela fue negativo o que el drenaje linfático saltara los ganglios inguinales vía canales directos al sistema ilíaco. La cifra de sobrevida a 5 años de pacientes con ganglio centinela negativo, fue de 90%. Sin embargo, hubo varios casos documentados bajo el nombre de biopsias falsas negativas del ganglio centinela con recidiva de enfermedad irresecable 7,8. Catalona9 propone una disección modificada limitando el campo de disección, respetando la vena safena y evitando la transposición del músculo Sartorio. Sin embargo, todas estas técnicas en busca del ganglio centinela anatómico están asociadas con una cifra significativa de falsos negativos (25%)10. A los fines de disminuir el riesgo de falsos negativos, se desarrolló posteriormente la técnica del ganglio centinela dinámico, utilizando coloides radioactivos perilesionales marcados con tecnesio 99 asociado con la tinción intraquirúrgica con azul patente11. Kroon, Horenblas y col. publicaron recientemente su evaluación de 10 años de experiencia en ganglio centinela, resaltando que es una técnica mínimamente invasiva, que hace decrecer la morbilidad al prevenir las disecciones linfáticas innecesarias. Las series contemporáneas reportan cifras de complicaciones de la linfadenectomía inguinal en más del 88% vs. el 8% en el grupo de biopsia del gan- glio centinela, siendo menores y resueltas sin secuelas.12,13 A continuación se presentan comparativamente los distintos procedimientos y sus porcentajes de complicaciones según distintos autores. (Ver Tabla 5) Una segunda ventaja de la biopsia del ganglio centinela reside en el hecho de que el patólogo tiene que examinar unos pocos ganglios y son los que tienen más alta probabilidad de tener metástasis, pudiendo realizarse técnicas de inmunohistoquímica. El estado del ganglio centinela provee una importante información pronóstica. Los pacientes con ganglio centinela positivo tienen un pronóstico más pobre que aquellos con ganglio centinela negativo, con una reducción absoluta de sobrevida a 5 años de enfermedad específica del 30% y libre de enfermedad del 26%14. Una observación significativa es que en nuestra experiencia, ningún ganglio linfático positivo adicional fue detectado en el resto de la disección ganglionar en el 66 % de los pacientes con ganglio centinela positivo. En nuestra serie no hemos observado hasta el momento falsos negativos, sin embargo, una advertencia a tener en cuenta es la cifra de falsos negativos de aproximadamente 16% reportado en series importantes. Podría haber 2 razones para falsos negativos15: 1) fracaso en la identificación (el ganglio centinela no se Referencias Linfadenectomía estándar Johnson y Lo Ravi Ornellas y col. Bevan-Thomas y col. Presente serie Total encontró) o 2) fracaso del patólogo (el ganglio se extirpó pero la evaluación histológica falló). Más recientemente se han introducido modificaciones importantes en la práctica del ganglio centinela después de analizar los casos falsos negativos. Para reducir el fracaso en la identificación, debería considerarse explorar los “vasos azulados”. La palpación intraoperatoria del área explorada es mandataria para detectar ganglios linfáticos firmes y agrandados que no fueran visualizados debido al depósito del tumor que bloquea el ingreso del radioisótopo. En ocasiones la identificación del ganglio centinela es dificultosa y hace el procedimiento un tanto tedioso. A través de los últimos años, distintos investigadores han publicado sus experiencias iniciales con la técnica del ganglio centinela dinámico en pacientes con tumor de pene. El más amplio estudio hasta ahora, fue reportado por Perdona y colaboradores16. Ellos efectuaron biopsia del ganglio centinela en 17 pacientes con ganglio bilateral clínicamente negativo. Cinco pacientes tuvieron un ganglio centinela positivo. En todos los pacientes la subsiguiente disección ganglionar fue realizada y todas las biopsias de ganglios centinela negativos fueron confirmados por ausencia de tumor en el análisis de la pieza17,18,19,20. Una línea interesante de investigación se está desa- Período Nº procedimientos % necrosis, escara,etc. % Linfedema % infección % seroma % otros 1948-1983 1962-1990 1972-1987 1989-1998 1994-2003 101 405 200 40 34 780 50 62 45 13 15 51 65 27 23 21 32 31 14 17 15 18 26 16 25 7 6 15 21 10 8 0 0 7 21 2 6 14 26 12 66 12 136 0 0 0 8 5 8 4 67 0 19 42 14 17 18 0 0 15 0 9 0 7 17 0 31 8 12 8 14 17 0 0 17 9 25 9 189 20 1 0 1 0 4 1 3 1 1 0 Linfadenectomía modificada Catalona Parra Lopes y col. Colberg y col. Bevan-Thomas y col. Coblentz and Theodorescu Total 1988-1994 1993-1995 1989-1998 1995-2001 T.D.G.C. Horemblas, Kroon y col. Nuestra Serie 1994-2003 2000-2004 Tabla 5. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 95 rrollando en la búsqueda de la presencia del virus del H.P.V. en los ganglios centinela de pacientes con cáncer de pene, ya que trabajos presentados reportaron la presencia de virus de HPV 16 y 18 en las metástasis ganglionares de pacientes con cáncer de pene a quienes se les realizó linfadenectomía ilioinguinal21. 5. CONCLUSIONES La utilización de la técnica del Ganglio Centinela dinámico puede traer beneficios para el diagnóstico precoz, pronóstico, y tratamiento de los pacientes portadores de Cáncer de Pene y su componente ganglionar, basado en el mapeo individual del drenaje linfático, permitiendo seleccionar a qué grupo de pacientes se les realizará posteriormente el vaciamiento ganglionar, disminuyendo de esta manera la morbilidad asociada con esta última. La identificación de ganglio centinela en estos tumores es técnicamente factible y posee muy baja morbilidad. BIBLIOGRAFÍA 1. Johnson, D. 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Material y Métodos: 225 pacientes con HBP sintomática fueron tratados entre agosto del 2004 y mayo del 2006 con el KTP-Láser o combinado con RUTP a baja presión. La resección adicional fue efectuada en aquellos pacientes con adenomas grandes o por tener el lóbulo medio acentuado. El efecto ablativo fue controlado al final de la operación por medio de TRUS (sonografía prostática transrectal). Resultados: 225 pacientes tratados en 2 grupos, el grupo 1 (n:50) aquellos con solo tratamiento láser, sobre todo pequeños adenomas y el grupo 2 (n:175) con tratamiento combinado de KTP-Láser y RTUP a baja presión en adenomas grandes. La flujometría máxima demuestra una mejoría del 44,5% en el grupo 1 entre antes y después del tratamiento, en el grupo 2 la diferencia es de 122,4%. Conclusión: Nuestro estudio pone de manifesto las ventajas de combinar ambos procedimientos quirúrgicos para obtener un mejor resultado en la ablación del adenoma prostático, sobre todo en próstatas de gran tamaño. P A L A B R A S C L AV E : KTP-Láser, RTUP, HPB, TRUS; Flujometría máxima; Tratamiento combinado. Reuter Klink, Servicio de Urología del Hospital Karl-Olga, Hack Str. 61 C.P. 70190, Hospital escuela dependiente de la Universidad de Ulm, Stuttgart Baden-Württemberg-Alemania. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Introduction: The purpose of this prospective study is to determine the effectiveness of the KTPLaser method for vaporisation and elimination of the prostate adenoma. The results are analysed that obtain when combining this Laser-method with the Resection of low pressure. Material and Methods: 225 patients with BPH symptomatic were treated between August 2004 and May 2006 with the KTP-Laser or combined with low pressure TURP. The additional Resection was carried out in those patients with great adenomas or to have accentuated middle lobule. The ablative effect was controlled at the end of the operation with TRUS (transrectal ultrasound). Results: 225 patients were divided in 2 groups, group 1 (n:50) those with single laser treatment and group 2 (n:175) with combined treatment. The control of the post-miccional peak-flow demonstrates an increase of 44,5% in group 1, and of 122,4 % in group 2. Conclusion: Our study puts of open, the advantages to combine both operative procedures to mainly obtain a better result in the ablation of the prostate adenoma in prostates of great size. K E Y W O R D S : KTP-Laser, TURP, BPH, TRUS; Peak-flow; Combined treatment. 97 I NTRODUCCIÓN La historia del rayo láser comenzó en 1917, cuando Albert Einstein demostró que era posible estimular los átomos de manera que todos ellos emitan luz con la misma longitud de onda, este proceso se conoce como emisión estimulada. La sigla LASER significa, amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación. El rayo láser no es más que un rayo de luz de un único color amplificado. En 1958, los físicos Arthur Schawlow y Charles Hard Townes describieron a grandes rasgos los principios del funcionamiento del láser. Años después aparecio el primer rayo láser a partir de un cristal de rubí. En urología se utilizan el Nd:YAG láser, la enucleación prostática con Holmium láser (HoLEP) o el Low-power KTP láser (20-40 Watt)3,4,8,9. Todos ellos con propiedades hemostáticas semejantes a la RTUP, pero relativa escasa capacidad de ablación del tejido prostático. El último desarrollo técnico para el tratamiento láser de la HPB sintomática lo constituye el KTP (Kalium-Titanyl-Phosphat) 80 Watt “green Láser”1,2,5,11,12,13. La finalidad de este trabajo prospectivo es determinar la eficacia del método para la vaporización y por consiguiente eliminación del adenoma prostático. Por otro lado se analizan los resultados que se obtienen al combinar dicho método con la RTUP de baja presión. M AT E R I A L Y M É T O D O S Pacientes Entre agosto del 2004 y mayo del 2006 se efectuó en 225 pacientes con HPB sintomática un tratamiento endoscópico videoasistido con el KTP-Láser o combinado con RTUP. La indicación de combinar el láser con la RTUP a baja presión quedó a criterio de cada uno de los 5 Urólogos que participaron del estudio. La edad promedio de los pacientes fue de 71,7 años (51-87), 39 pacientes (17,3 %) tenían al momento de la operación un catéter uretral o suprapúbico por padecer una retención aguda de orina o presentar una vejiga hipotónica con un residuo post-miccional mayor de 400 ml, 223 pacientes (99 %) fueron operados con un trocar suprapúbico. Una RTUP adicional fue efectuada en aquellos pacientes con adenomas grandes o por tener el lóbulo medio acentuado. El efecto ablativo fue controlado durante y al final de la operación por medio de TRUS (sonografía prostática transrectal). Como estudios preoperatorios se efectuaron: anamnesis, exploración fisica incluida la palpación prostática, evaluación de la calidad de vida mediante los cuestionarios EORTC QLQ-C30 y PR 25, medición del PSA, TRUS, flujometría urinaria, residuo postmiccional y por último un pielograma endovenoso. 98 Se realizaron controles postoperatorios antes del alta, a las 6 semanas a los 3 y 6 meses. Técnica quirúrgica y propiedades físicas del green láser La operación se efectúa transuretral videoasistida a través de un instrumento 28 Ch.con una óptica de 25°. Nosotros empleamos un trocar suprapúbico para la irrigación continua de baja presión hidráulica, que se coloca una vez llenada la vejiga con aproximadamente 450 ml de líquido de irrigación. La técnica quirúrgica se puede dividir en tres pasos, primero se comienza con el KTP-Láser, de esta forma se elimina la mayor parte del adenoma. Se prosigue a continuación con la RTUP (efectuada en 175 pacientes, 77,7 %) para eliminar los restos estromales irregulares que se presentan en forma de una malla coraliforme blanco grisácea y así “alisar” la celda prostática. De esta forma se obtiene también material de la cápsula prostática para biopsiar. Por último y para obtener una óptima coagulación de la celda se aplica el KTP-Láser por las excelentes propiedades hemostáticas del mismo4. Al final de la operación se procede con un lavado vesical sobre el catéter suprapúbico y uretral. Horas después o a más tardar al día sigiuente, se retira el catéter uretral. Para comprobar la micción espontánea se procede a cerrar el catéter suprapúbico, lo que permite el llenado vesical espontáneo; una vez conseguida la micción, y con un residuo postmiccional menor de 100 ml se retira dicho catéter y el paciente puede ser dado de alta. La fibra láser tiene un diámetro aproximado de 1,2 mm, con un haz de luz que permite dirigir exactamente Figura (1a) Se observa la fibra láser, el cuello vesical y el haz del rayo láser Figura (1b) Se aprecia el láser en acción con la vaporización del tejido prostático y la formación de burbujas Figura (1c) Se observa el efecto ablativo inmediato luego del tratamiento (los restos estromales irregulares son visibles) . el rayo láser, la distancia óptima de tratamiento es de 1 a 2 mm (técnica sin contacto). El green láser tiene una longitud de onda de 532 nm, por lo que se encuentra dentro del espectro de la luz verde. Una propiedad importante es la reducida absorción de energía por parte del agua, lo que se traduce en una marcada vaporización citoplasmática superficial con formación de burbujas y una mínima difusión de calor y coagulación en los tejidos profundos, más alla de los 2 mm (poca penetración). Por otra parte, con esa longitud de onda se produce una absorción máxima de energía por parte de la hemoglobina, lo que se conoce como fotoselectividad, de esta manera se produce la vaporización con ablación del tejido adenomatoso en forma inmediata. El tejido estromal residual que se observa como una formación coraliforme impide un correcto reconocimiento de los límites entre el adenoma y la cápsula prostática (zona periférica); debido a este fenómeno es de utilidad el control sonográfico transrectal intraoperatorio. El KTP-Láser es de tipo pulsátil. La RTUP se utiliza para asegurar la ablación completa del tumor, sobre todo en adenomas de más de 20 g. (volumen prostático en la sonografía transrectal de más de 40 ml). Figura 2 R E S U LTA D O S Grupo 1: 50 pacientes (22,2%) tratamiento con KTP-Láser únicamente. Grupo 2: 175 pacientes (77,7%) tratamiento combinado con KTP-Láser y RTUP. Grupo 1 n: 50 (KTP-Láser 80 Watt) Edad Volumen prostático por TRUS PSA Energía láser aplicada Tiempo quirúrgico Anestesia espinal Anestesia general Riesgo quirúrgico bajo ASA I Riesgo quirúrgico medio ASA II Riesgo quirúrgico alto ASA III Estadía hospitalaria Transfusión sanguínea Complicaciones intraoperatorias 72,6 años 59-87 años 38,8 ml 2,6 ng/ml 132 KJ 62 min. 49 pacientes 1 paciente 15 pacientes 23 pacientes 12 pacientes 3,5 días 0 1 12,5-60 ml 0,14-18 ng/ml 34-300 KJ 35-120 min. 30 % 46 % 24 % 1-6 Tabla 1 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 99 Grupo 2 n: 175, tratamiento combinado con KTP-Láser de 80 Watt y RTUP 72,6 años 59-87 años 70,8 años 61 ml 4,54 ng/ml 125 KJ 80 min. 174 pacientes 1 paciente 47 pacientes 98 pacientes 30 pacientes 4,2 días 158 pacientes 51-87 años 15,4,-150 ml 0,30-21 ng/ml 30-375 KJ 45-165 min. Edad Edad Volumen prostático por TRUS PSA Energía láser aplicada Tiempo quirúrgico Anestesia espinal Anestesia general Riesgo quirúrgico bajo ASA I Riesgo quirúrgico medio ASA II Riesgo quirúrgico alto ASA III Estadía hospitalaria Histopatología benigna (HPB-prostatitis crónica) Histopatología con carcinoma incidental de próstata Transfusión sanguínea Complicaciones intraoperatorias Volumen prostático transrectal (TRUS) pre y post operatorio en los 2 grupos 26,8 % 56 % 17,4 % 3-10 90,3 % 17 pacientes 38,8 ml Post-op Grupo 1 26,8 ml Pre-op Grupo 2 61 ml Post-op Grupo 2 23,1 ml 12 ml 30,9 % 38 ml 62,3 % Valores de hemoglobina, hematócrito, y eritrocitos antes y despúes de la intervención quirúrgica (medidos 6 horas después de la operación) 2 pacientes 0 Diferencia 9,7 % 1,1 % Tiempo Tejido ablacionado Tiempo para Diferencia OP ml (TRUS) ablacionar 1 ml en % 62 min. 80 min. 12 ml 38 ml 5,16 min. 2,10 min 60 % Tabla 3 Flujometría Flujometría miccional máxima en ambos grupos en ml/sec (columna verde grupo1 y columna roja grupo 2). 100 Pre-op Grupo 1 Valor promedio Tiempo quirúrgico en ambos grupos y cantidad de tejido ablacionado Figura 3 Volumen ablacionado Tejido ablacionado medido por TRUS en % Tabla 4 Tabla 2 Grupo 1 Grupo 2 Vol. TRUS Hemoglobina pre-op Hemoglobina post-op Hematócrito pre-op Hematócrito post-op Eritrocitos pre-op Eritrocitos post-op 15,5 15 44 % 43,5 % 4,78 4,45 3,2 % 1,14 % 0,6 % Tabla 5. Grupo 1 (KTP-Láser) Valor promedio Hemoglobina pre-op Hemoglobina post-op Hematócrito pre-op Hematrócrito post-op Eritrocitos pre-op Eritrocitos post-op 14,65 12,64 43% 37% 4,73 4 Diferencia 13,7 % 13,95 % 15,43 % Tabla 6. Grupo 2 (tratamiento combinado KTP-Láser + RTUP) Resultados en la calidad de vida La calidad de vida fue objetivada con los formularios de EORTC QLQ-C30 y PR25 (Genitourinary Group of the European Organisation for Research and Treatment of Cancer). La escala es de 1 a 7 puntos, siendo 1 una calidad de vida mala y 7 sobresaliente. La calidad de vida de los pacientes del grupo 1 (solamente KTP-Láser) fue antes de la operación en promedio de 4,5 puntos y a los 3 meses de 5,3 puntos. De estos pacientes 50% mantuvieron el mismo valor entre antes de la operación y a los 3 meses, 45% lo mejoró y sólo el 5% sufrió desmejoría. Control ecográfico pre y postoperatorio con TRUS Figura 4 (paciente grupo 1 ) Figura 5 En las Figuras 4 y 5 se observan los resultados obtenidos antes y después de la operación con KTP-Láser. El volumen prostático con TRUS varía de aprox. 39 ml antes de la operación a 29 ml después. También se aprecia el efecto ablativo, el tiempo quirúrgico fue de 60 minutos y la energía aplicada de 133 KJ. Figura 6 (paciente grupo 2 ) Figura 7 En las Figuras 6 y 7 se observan los resultados en un caso de tratamiento combinado de KTP-Láser y RTUP. El volumen prostático con TRUS varía de aprox. 50 ml antes a 15 ml después del tratamiento. La energía láser aplicada fue de 68 KJ y se resecaron adicionalmente 5 g.de adenoma. El tiempo quirúrgico fue de 80 minutos. Se puede apreciar claramente la ablación completa del adenoma. Figura 8 (paciente grupo 2 ) Figura 9 En las Figuras 8 y 9 se presenta un caso de tratamiento combinado (KTP-Láser +RTUP) con un adenoma de aprox. 105 ml. Se aplicaron 238 KJ de energía, se resecaron adicionalmente 66 g. de adenoma en un tiempo quirúrgico de 165 minutos. El resultado es la ablación completa del adenoma, pudiéndose observar solamente la zona periférica en el control postoperatorio de aprox. 14 ml. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 101 Por otro lado la calidad de vida de los pacientes del grupo 2 (KTP-Láser + RTU-P) fue antes de la operación de 4,3, a los 3 meses de 5,4 de los cuales 40% mantuvieron el valor, 40% lo mejoró y 20% presentó desmejoría en la calidad de vida. En un estudio prospectivo sobre la calidad de vida en 202 pacientes que recibieron una RTUP entre los años 2004-2005 en nuesto Servicio de Urología se obtuvieron los siguientes resultados: La calidad de vida antes de la operación fue de 4,7 a los 3 meses de 5,1. Los valores se mantuvieron en el 33% de los pacientes, en el 35 % mejoraron y en el 32 % desmejoraron. Como conclusión se rescata que los pacientes tratados con KTP-Láser desmejoraron en la calidad de vida en hasta un 5%, los pacientes que recibieron un tratamiento combinado desmejoraron hasta un 20%, mientras que los pacientes operados solamente con RTU-P desmejoraron hasta un 32% a los 3 meses. En el grupo 1 (solo KTP-Láser), se ablacionaron en promedio 12 ml de tejido prostático en 62 minutos de tratamiento (controlado por TRUS), lo que representa un promedio de 1 ml ablacionado en 5,16 minutos. Por otro lado, en el grupo 2 (KTP-Láser +TURP), se ablacionaron en promedio 38 ml en 80 min., lo que significa que por 1 ml de tejido resecado son necesarios 2,10 min. Como conclusión se destaca que en el grupo con tratamiento combinado el tiempo quirúrgico empleado es aproximadamente la mitad del que sería necesario con únicamente KTP-Láser. DISCUSIÓN En este estudio presentamos los resultados obtenidos en 225 pacientes con el tratamiento de KTP-Láser y RTUP. Los pacientes se dividieron en 2 grupos, grupo 1 sólo con láser, 50 pacientes (22,2%) y grupo 2 con tratamiento combinado, 175 pacientes (77,7%). Si observamos los resultados urodinámicos de los 2 grupos pre y postoperatorios, vemos un notable aumento del flujo entre ambos a favor de los que recibieron tratamiento combinado (44,5 % KTP solo, 122,4% KTP-Láser+RTU). En el grupo 1, tratado solamente con KTP-Láser se ablacionaron en promedio 12 ml de adenoma, y todos presentaban al final del tratamiento tejido adenomatoso restante (figuras 5-6). En el grupo 2 se ablacionaron en promedio 38 ml de tejido prostático y en el control ecográfico transrectal se observó solamente la zona periférica, sin tejido adenomatoso restante. El tiempo quirúrgico fue entre 62 minutos en el grupo 1 y de 80 minutos en el grupo 2. En este último grupo las próstatas eran en promedio aprox. 20 ml más grandes. Si observamos los resultados obtenidos por medio de 102 la RTUP, método considerado como el estándar de oro para el tratamiento de la HPB en un grupo de 1.544 pacientes, con una edad promedio de 69,2 (41-94) operados en nuestra clínica, se resecaron en promedio 37,7 g (rango 5-160 g)10,11,14. Si comparamos los resultados obtenidos con la RTUP de esos 1.544 pacientes con nuestro grupo 1 podemos concluir que con el KTP-Láser no se obtienen en promedio dichos resultados, tanto en el tiempo quirúrgico como en la cantidad de adenoma ablacionado y tejido adenomatoso residual. Con el KTP-Láser no es posible obtener biopsias típicas del tejido prostático, en nuestra serie de pacientes que recibieron tratamiento combinado se pudieron diagnosticar 17 adenocarcinomas de la próstata (9,7 %), los cuales tenían un PSA por debajo de 4 ng/ml y una palpación prostática normal7. La estadía hospitalaria en promedio de pacientes que recibieron solamente TURP es de 7,5 días. Al aplicar el KTP-Láser en el tratamiento, se consigue una reducción marcada de la hospitalización a 3,5 días (reducción del 53,3%). Esto se puede explicar por el hecho de que la herida operatoria se estabiliza más rápidamente y el sangrado es menor o nulo, lo que permite retirar los catéteres tanto uretrales como suprapúbicos en forma anticipada. Solamente en 2 pacientes de los 225 tratados tuvieron que recibir una transfusión sanguínea de dos conservas cada uno. Pacientes que son tratados en nuestro Servicio de Urología con RTUP requieren hasta un 9% de transfusiones (adenomas grandes). Como complicación intraoperatoria se observó en el grupo 1, un paciente con lesión bilateral de los meatos ureterales al ablacionar el lóbulo medio con el KTP-láser, el tratamiento fue conservador y no requirió la colocación de catéteres doble J. Un 24 % de los pacientes operados tenían un riesgo quirúrgico alto ASA III, los cuales presentaron un postoperatorio sin complicaciones y pudieron ser dados de alta rápidamente. Si se analizan los resultados obtenidos con los formularios de calidad de vida, antes de la operación y a los 3 meses se observa una mejoría similar en los dos grupos, lo que permite afirmar que la resección adicional no representó para los pacientes un factor negativo, a pesar de ser un tratamiento más agresivo que el KTP-Láser. CONCLUSIONES La ablación total del adenoma prostático, con el KTPLáser 80 Watt sólo es posible en próstatas de poco volumen y no mayores de 40 ml en la TRUS. El tiempo quirúrgico con el KTP-Láser es sustancialmente mayor, y estimado en el doble que con la RTUP, para obtener un resultado final similar. El KTP-Láser posee excelentes propiedades hemostáticas que lo hacen adecuado para el tratamiento de pacientes de alto riesgo quirúrgico. El método ofrece una alta seguridad y escasa complicación intraoperatoria. El KTP-Láser produce en los pacientes durante las primeras semanas al postoperatorio mayores síntomas irritativos que requieren tratamiento con alfabloqueantes o anticolinérgicos en combinación con fitofármacos. Con el método láser no es posible obtener muestras típicas para la biopsia. Si se pretende una ablación completa del adenoma, también en próstatas grandes (más de 100 ml) se puede combinar el método KTP-Láser con la RTUP de baja presión. De esta manera se adicionan los efectos positivos de ambos métodos, por un lado el mejor efecto hemostático del KTP-Láser, con una estadía hospitalaria reducida a la mitad y por otro lado la posibilidad de una eliminación completa del tumor con una mayor rapidez quirúrgica y la obtención de material para la histopatología6. Unicamente el 1 % de los pacientes con tratamiento combinado requirió una transfusión sanguínea, la hemoglobina se redujo un 13,7 % después de la intervención. Por otro lado, en el grupo 1 (KTP-Láser) ninguno requirió ser transfundido y la hemoglobina se modificó en forma mínima en un 3,2 %. El método ofrece una alta seguridad y solamente se presentó un paciente con una complicación intraoperatoria. El control ecográfico transrectal intraoperatorio permite comprobar la ablación completa del adenoma, lo que asegura un óptimo resultado quirúrgico. 6. 7. 8. 9. 10. 11. BIBLIOGRAFÍA 1. Bachmann A.; Wyler A.; Ruszat R.; Gasser T.; Sulser T.: Photoselektive KTP-laser vaporisation of the prostate. First experience after 50 procedures. J Endourol 2003 (Supp 1):A 188. 2. Bachmann A.; Reich O.; Wyler St.; Ruszat R.; Casella R.; Gasser T.; Hofstetter A.; Sulser T. Urologische Klinik, Universität Basel und Urologische Klinik, Ludwig Maximilians Universität München. 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Introducción y Objetivos: El objetivo de este ensayo es analizar la eficacia de la quimioterapia (QMT) de primera línea basada en docetaxel y estramustina en pacientes con cáncer de próstata andrógeno-independiente (CPAI). Material y Métodos: Se realizó un análisis retrospectivo de 9 pacientes con CPAI tratados desde 03/2003 hasta 07/2005. Los pacientes eran naïve para QMT con al menos 1 sitio metastásico documentado, performance score de 0 a 2 y habían recibido al menos entre 2 y 8 ciclos de QMT. El promedio de edad fue de 69 años y el PSA pre-QMT osciló entre 22 y 649 ng/ml. El estadio clínico inicial y el Gleason también fueron valorados. Todos los pacientes recibieron el mismo esquema cada 21 días de docetaxel 70 mg/m2 más estramustina 280 mg cada 6 horas por 5 dosis. Se evaluó la respuesta clínica y bioquímica cada 6 semanas y se analizó el grado de respuesta: parcial (RP), completa (RC), del PSA, enfermedad estable o progresión y el tiempo de progresión. Resultados: De los 9 pacientes, dos presentaron RC bioquímica, 3, RP y 4 tuvieron progresión intratratamiento. Cinco de los nueve pacientes tuvieron remisión clínica completa (control del dolor). La duración media de la respuesta terapéutica varió entre 4 y 11 meses. Fallecieron tres pacientes por progresión tumoral. Conclusión: Los resultados preliminares en esta reducida serie de pacientes son alentadores y justifican la continuidad del estudio. Los hallazgos demuestran la inequívoca eficacia de la QMT en el tratamiento del CPAI. Por lo tanto, es una alternativa válida y prometedora. P A L A B R A S C L AV E : Cáncer de próstata andrógeno-independiente; Quimioterapia; Docetaxel. Centro de Urología-CDU. Ciudad Autónoma Buenos Aires, Argentina. 104 Introduction and Purpose: This paper intends to analyze the effectiveness of first line chemotherapy based on docetaxel and estramustine in androgen-independent prostate cancer patients. Material and Methods: Retrospective analysis of 9 androgen-independent prostate cancer patients treated from 03/2003 through 07/2005. Patients were chemotherapy-naïve, with at least 1 documented metastasic site, performance score of 0 to 2 and had received at least 2 to 8 chemotherapy cycles. Average age was 69 and PSA prior to chemotherapy ranged between 22 and 649 ng/ml. The initial clinical stage and Gleason score were also considered. All patients received the same scheme every 21 days of docetaxel 70 mg/m2 plus estramustine 280 mg every 6 hours for 5 doses. Clinical and biochemical response was evaluated every 6 weeks, and the degree of partial response (PR), complete response (CR), PSA, stable disease or progression and the progression time were analyzed. Results: Out of 9 patients, two had biochemical CR, 3 had PR and 4 had intra-treatment progression. Five out of nine patients had complete clinical remission (pain control). The average length of therapeutic response ranged from 4 to 11 months. Three patients died out of tumor progression. Conclusion: Preliminary results in this reduced series of patients are encouraging and warrant continuing this study. Findings show the undoubted effectiveness of chemotherapy to treat androgen-independent prostate cancer. Thus it is a valid and promising alternative. K E Y W O R D S : Androgen-independent prostate cancer; Chemotherapy; Docetaxel. I NTRODUCCIÓN El cáncer de próstata es el principal diagnóstico de cáncer en el hombre y la segunda causa de muerte por esta enfermedad en EE.UU. A nivel mundial es el cuarto en frecuencia, con tasas de incidencia y mortalidad que varían ampliamente según los países y las razas1. Con los nuevos métodos de screening y la disponibilidad de mejores tratamientos se ha modificado considerablemente la incidencia, el estadio al momento del diagnóstico y la mortalidad de esta afección1. El riesgo de padecerlo aumenta con la edad, el 75% de los casos se diagnostican luego de los 65 años; sin embargo, la incidencia en hombres más jóvenes ha aumentado en gran medida a partir de la introducción de métodos como el PSA1,2. Se estima que, a los 80 años, el 70% de los varones tendrá alguna evidencia histológica de malignidad a nivel prostático. Sin embargo, muchos de estos tumores jamás llegan a la fase clínica de la enfermedad2. La gran mayoría de los hombres son diagnosticados en un estadio localizado, por lo cual pueden ser considerados candidatos para una terapia definitiva; sin embargo, la probabilidad estadística de recurrencia bioquímica a 10 años se acerca al 25%. En la actualidad el 15% se presenta con una enfermedad metastásica al momento del diagnóstico3. Cuando la forma de presentación inicial es una enfermedad avanzada la supresión androgénica con análogos LHRH, o la castración quirúrgica, acompañada o no del uso de antiandrógenos, sigue siendo la terapia de primera línea a utilizar. Lamentablemente, la terapia hormonal (TH) es paliativa y disminuye los niveles de PSA en 70 a 80% de los casos con una media de duración de 12 a 24 meses. En los hombres donde la enfermedad progresa el intento de supresión de antiandrógenos (withdrawal)4,5 resulta en una disminución transitoria del PSA de un 15 a un 30%, con una duración que varía entre 6 y 8 semanas. El mecanismo exacto de esta disminución todavía no puede explicarse de manera comple- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 ta, una posibilidad es la mutación en el receptor androgénico6,7. La manipulación hormonal de segunda línea utilizando drogas como el ketoconazol, la hidrocortisona, prednisona o dietilbestrol (DES) muestra respuestas subjetivas en el 25% de los pacientes con una duración promedio de 4 meses8,9. El cáncer de próstata es un modelo primario de tumor hormono-dependiente, pero como mencionamos anteriormente el efecto suele ser temporáneo y paliativo. El desarrollo de un estado de hormono-independencia o refractariedad es un fenómeno irreversible que se produce dentro de un tiempo casi predecible luego de iniciada la supresión androgénica10. El mecanismo exacto de las modificaciones fenotípicas de las células tumorales todavía no ha sido resuelto completamente, a pesar del progreso continuo de la biología celular y molecular; por lo tanto, la hormono-independencia (HI) del cáncer de próstata sigue siendo tema de estudio. Durante el desarrollo inicial del cáncer se pueden identificar células neoplásicas con un fenotipo de HI, y a medida que la enfermedad progresa y se evidencian clínicamente metástasis a distancia la suma o acumulación de estas células HI alcanza proporciones críticas. Se identificaron numerosos acontecimientos biológicos durante la progresión de la enfermedad que podrían explicar esta independencia androgénica. Estos acontecimientos estarían dados por cambios fenotípicos a nivel celular, modificación en la expresión de antígenos celulares, así como cambios en el patrón de crecimiento y en las vías de diferenciación. Se agregan también mutaciones en genes supresores del desarrollo tumoral; expresión de oncogenes que afectan la delicada relación en el control de crecimiento, proliferación y muerte celular; aumento en la angiogénesis tumoral y mutaciones en los genes que codifican los receptores de andrógenos.4,10,. Ante la presencia de andrógenos, el crecimiento neoplásico depende de la velocidad de proliferación 105 celular que supere a la muerte celular. La supresión androgénica afecta básicamente sobre todo la velocidad de muerte celular al inducir un desvío de la cascada apoptótica. A medida que el tumor avanza, el umbral para la apoptosis disminuye de manera progresiva, hasta que la proliferación supera la muerte celular. Esto marca un incremento de células independientes de los andrógenos que finalmente terminan dominando la situación biológica del cáncer9,10. Cada vez se demuestran más cambios en las vías de diferenciación y en la participación de varios factores de crecimiento peptídico, como el factor de crecimiento epidérmico, la familia de los factores de crecimientos insulina-símiles, factor de crecimiento derivado de los fibroblastos y otros, además de citocinas secretadas por las células estromales. Al demostrarse la importancia de estos últimos elementos en el crecimiento del cáncer de próstata hoy se focalizan los esfuerzos terapéuticos en el desarrollo de nuevos fármacos. Esta observación ha llevado a concentrar los esfuerzos en el uso de drogas quimioterápicas tanto in vitro como in vivo, con el uso de un solo agente o combinación de dos o más para el tratamiento del cáncer de próstata hormono-independiente (CPHI)11. Clínicamente el CPHI, revela un aumento de los niveles de PSA, como primera manifestación de progresión de la enfermedad. No se conoce a ciencia cierta cuánto tiempo después de esta elevación aparecen las metástasis. La afectación ósea es la más frecuente y al menos el 10% de estos pacientes tiene metástasis viscerales, mientras que el 20% tiene enfermedad ganglionar demostrable3,10. Ante el estado de hormono-refractariedad y progresión de la enfermedad, a partir de los 90 la quimioterapia (QMT) citotóxica encuentra un rol. Antes del inicio de la quimioterapia es importante valorar los factores pronósticos más frecuentes en este tipo de pacientes como son el estado funcional, la hemoglobina basal, los sitios o focos de metástasis, el tiempo de supresión androgénica hasta el inicio de la quimioterapia, el PSA basal pre–QMT8,10,11. Los factores pronósticos nos ayudan a identificar aquellos pacientes que serán los mejores candidatos u obtendrán los mejores resultados con nuevas modalidades terapéuticas que se encuentran en desarrollo12. En el 2003 el Centro de Urología inició un ensayo prospectivo empleando quimioterapia basada en docetaxel asociado con estramustina como terapia de inducción o primera línea en el CPHI. El docetaxel, miembro de la familia de los taxanos, ha mostrado recientemente tener una marcada activi- 106 dad citotóxica tanto como agente único como en combinación. Esta droga actúa a través de la inducción de vías apoptóticas de muerte celular de manera independiente al p53. La actividad antineoplásica del docetaxel se da de dos maneras, una inhibiendo la depolimerización microtubular y la otra, induciendo la fosforilación del bcl2 que fuerza la continua activación de la cascada apoptótica. Además, inhibe la expresión de la proteína bclxl, y de su ARN mensajero que tiene acción anti-apoptótica11. El docetaxel es un agente antineoplásico que actúa estimulando el ensamblaje de la tubulina beta en los microtúbulos estables inhibiendo su depolimerización, lo que conduce a un marcado descenso de la tubulina libre. La unión de docetaxel a los microtúbulos no altera el número de protofilamentos. Se ha comprobado in vitro que docetaxel altera la red tubular de las células que es esencial para las funciones vitales de la mitosis e interfase celular. El docetaxel mostró ser citotóxico, in vitro, frente a varias líneas celulares de tumores murinos y humanos y frente a células tumorales humanas recién extirpadas, en ensayos por clonación. El docetaxel alcanza altas concentraciones intracelulares con un prolongado tiempo de permanencia celular. Además, se mostró activo en algunas, pero no en todas, las líneas celulares que expresan la p-glicoproteína codificada por el gen de resistencia a diversas drogas. In vivo, docetaxel es un agente no catalogable y tiene un amplio espectro de actividad antitumoral experimental frente a injertos tumorales murinos y humanos4,5,11. En cuanto a la asociación de estramustina, ésta es una mostaza nitrogenada combinada con estradiol que fue originalmente sintetizada como agente alquilante para actuar sobre el receptor de estrógenos en las células tumorales. Se sabe que como agente único tiene poca actividad, con una tasa de respuestas globales del 20%. Posee también un efecto citotóxico a través de su interacción con los microtúbulos celulares5, 13. El fosfato de estramustina (EMP) es la única droga antitumoral con doble acción. La estrona y el estradiol son productos del metabolismo del EMP y han demostrado tener actividad antigonadotrófica, que redunda en una disminución marcada en los niveles de testosterona (T). La estramustina, el metabolito citotóxico producido por la desfosforilación del compuesto original, se convierte en estromustina, ambos con efectos antimitóticos en las células tumorales. Estos efectos dependen de una inhibición en la formación de microtúbulos durante la metafase y una ruptura de los microtúbulos en la interfase celular. Los efectos en los microtúbulos han sido también demostrados en injertos de tumores prostáticos humanos in vivo. Se ha comprobado que la inhibición de la polimerización de los microtúbulos se debe a una interacción directa con la tubulina. En resumen, se ha demostrado una interacción entre la estramustina y las proteínas asociadas con los microtúbulos (MAP`s). Además modula la función de la glicoproteína –P en las líneas celulares resistentes, por lo tanto se incrementa la acumulación intracelular de la droga y se aumenta la citotoxicidad cuando se administra en forma concomitante como en los esquemas con docetaxel, paclitaxel, vinblastina, etopósido y doxorrubicina13,14. El objetivo primario de este ensayo fue evaluar la eficacia del programa de QMT de docetaxel y estramustina en las siguientes variables: respuesta global, respuesta del PSA, sobrevida libre de progresión metastásica y sobrevida global. En este informe se detallan los resultados preliminares de nuestro estudio. M AT E R I A L Y M É T O D O S Los nueves pacientes recibieron como mínimo dos ciclos de quimioterapia; por lo tanto, todos fueron evaluables para respuesta terapéutica. Criterios de selección de pacientes: Aquellos pacientes seleccionados para este estudio presentaron un adenocarcinoma prostático, diagnosticado histológicamente por el mismo patólogo. Todos fueron catalogados como pacientes hormono-refractarios o independientes. Hemos definido como hormono-refractariedad a las siguientes situaciones. Progresión bioquímica, local o metastásica de la enfermedad en al menos un sitio a pesar de la instauEdad ración de un tratamiento de castración quirúrgica o bioquímica, esta última por análogos LHRH o antiandrógenos, solos o combinados15,16. Aquellos pacientes tratados con antiandrógenos presentaron la progresión de la enfermedad a pesar de su suspensión (withdrawal). Característica de la cohorte: En el Centro de Urología CDU en el período comprendido entre marzo de 2003 y julio de 2005 se evaluaron y trataron nueve pacientes con diagnóstico de cáncer de próstata hormono-refractario con edades comprendidas entre 46 y 80 años. La selección de pacientes fue independiente del score de Gleason combinado, el volumen tumoral, el estadio tumoral, el valor del PSA inicial, así como el tratamiento inicialmente escogido. Los pacientes fueron seguidos mediante laboratorio sanguíneo completo con PSA y evaluación clínica con examen dígito-rectal trimestral. Semestralmente se solicitaron tomografía o resonancia nuclear magnética abdominopelviana y centellograma óseo corporal total. Todos los pacientes presentaron un ECOG (Eastern Cooperative Oncology Group) performance score (Apéndice 1)17 de entre 0 y 2, niveles de hemoglobina mayor de 10 mg/dl, más de 100.000 plaquetas, leucocitos de más de 3000/ml, niveles normales de urea y creatinina y hepatograma normal previo a la QMT. Los pacientes recibieron tratamiento con análogos LHRH y/o antiandrógenos previo a la quimioterapia con una duración promedio de 49,8 meses. Tres pacientes recibieron corticoides por un lapso de tres meses. Las características de la cohorte estudiada se describen en la Tabla 1. Evaluación pre y postratamiento: Todos los pacientes debían tener al menos un sitio metastásico demostrable. Se registraron además los niveles de PSA preQMT y pos-QMT, así como el período libre de pro- ECOG ESTADIO GLEASON PSAi Tto. local PLE Tto. hormonal 76 1 T3N0M0 4+3 140 ng/ml Rt3d 24ms 24 meses 80 1 T3NxM1 4+4 52 ng/ml No no 29 meses 46 1 T4N1M1 3+4 22 ng/ml PR + Rt3d 7 ms 7 meses 73 2 T3bN0M0 3+4 80 ng/ml Rt 96 ms 108 meses 75 1 T3N0M0 4+4 102 ng/ml Rt3d 12 ms 84 meses 73 1 T2N0M0 3+3 120 ng/ml Rt3d 63 ms 84 meses 66 1 T2bN0M0 4+3 14 ng/ml Rt3d 3 ms 17 meses 75 0 T2bN0M0 5+3 34 ng/ml PR 48 ms 72 meses 59 1 T2N0M0 4+4 14 ng/ml PR 23 ms 24 meses Tabla 1. Características de la cohorte. PR: prostatectomía radical, Rt3d: radioterapia prostática tridimensional conformada, ECOG: Eastern Cooperative Oncology Group, performance score, PSAi: Antígeno prostático específico inicial, PLE: período libre de enfermedad. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 107 gresión (PLP) y la sobrevida, como se muestra en la Tabla 2. Plan de tratamiento quimioterápico: Se realizaron entre dos y ocho ciclos (promedio de cinco ciclos) de docetaxel 70mg/m2 por vía endovenosa asociado con estramustina 280 mg oral cada 6 horas por 5 dosis, todo cada 21 días. Se definió como respuesta completa (RC) al tratamiento a la desaparición de toda evidencia de enfermedad de los sitios mesurables o valores de PSA menores de 4 ng/ml y como respuesta parcial (RP) a la reducción del diámetro de las lesiones en los sitios mesurables y/o la disminución en un 50% del valor del PSA, sin aparición de nuevas lesiones o empeoramiento de las ya existentes4,5. Método estadístico: Se empleó la prueba no paramétrica de Rangos Señalados de Wilcoxon, intervalo de confianza del 95% de Variación Porcentual Promedio y la Función de Sobrevida. R E S U LTA D O S T E R A P É U T I C O S Dos pacientes (22%) presentaron remisión completa (RC) bioquímica, dada por la normalización del PSA. Tres tuvieron remisión parcial (RP) bioquímica (33%). Cinco presentaron respuesta clínica (55,5%) determinada por disminución del dolor, evaluado por la escala análoga visible de la OMS. La tasa global de respuesta fue del 55,5%. La duración media de la respuesta en los pacientes que presentaron RC y RP se extendió de 4 a 12 meses (promedio de 4,6 meses). De los nueve pacientes, 6 continúan en la actualidad con vida (66,6%). Se realizó el análisis estadístico de 9 casos con cáncer de próstata hormono-refractario tratados con quimioterapia. Se presentan las estadísticas descriptivas de las variables: edad, PSA inicial, Período libre de enfermedad (PLE), tiempo de hormonoterapia, PSA Sitios metastásicos Óseo-linfoganglionar Óseo Óseo Óseo-loco-regional Hígado-óseo-linfoganglionar Óseo-loco-regional-linfoganglionar Óseo-linfoganglionar Óseo Óseo-loco-regional-linfoganglionar pre-quimioterapia, PSA pos-quimioterapia, período libre de progresión (PLP), sobrevida y variación porcentual promedio de PSA pre vs. pos-quimioterapia. Se calculó el Intervalo de Confianza (IC) de 95% de la Variación Porcentual Promedio de PSA pre vs. posquimioterapia. Se compararon las medias de PSA pre vs. posquimioterapia mediante la Prueba no paramétrica de Rangos Señalados de Wilcoxon. Se graficaron la Función de Sobrevida luego de quimioterapia (Kaplan y Meyer) y la Variación de PSA pre vs. pos-quimioterapia. El PSA diferencial porcentual significa que luego de la quimioterapia hubo una caída del 23,19% en el PSA. Variación Porcentual PSA Prequimio vs. Posquimio IC (95%)= -84,92 < > 38,54 PSA Prequimio vs. PSA Posquimio Prueba de los Rangos Señalados de Wilcoxon; Z= -1,125; p=.26 Comparación de PSA: No se observó diferencia estadísticamente significativa entre los promedios de PSA pre y pos-quimioterapia. DISCUSIÓN El 55,5% de las respuestas globales obtenidas se extrapola a los resultados de otros ensayos de docetaxel, así como también la tasa de respuesta del PSA (completa 22% y parcial 33%), de respuesta clínica y de duración del período libre de progresión metastásico. Es importante destacar el surgimiento de este esquema de tratamiento, haciendo un revisión de otros regímenes y sus resultados. El primer estudio en demostrar la utilidad de la QMT fue reportado por Tannock y col.18. Este ensayo Fase III comparó prednisona y mitoxantrona vs. prednisona como agente único. Globalmente el régimen empleando prednisona y mitoxantrona generó mejorías significativas PSA pre-QMT PSA pos-QMT PLP 649 ng/ml 269 ng/ml 245 ng/ml 209 ng/ml 433 ng/ml 22 ng/ml 104 ng/ml 83 ng/ml 333 ng/ml 36 ng/ml 438 ng/ml 96 ng/ml 3 ng/ml 500 ng/ml 38 ng/ml 190 ng/ml 3 ng/ml 26 ng/ml 6 meses 1 mes 4 meses 6 meses 1 mes 1 mes 4 meses 12 meses 7 meses Tabla 2. Datos de sitios metástasicos, valores de PSA pre y pos-QMT y período libre de progresión. 108 Gráfico 1. Función de sobrevida luego de la quimioterapia ( Kaplan y Meyer) Gráfico 2. Variación de PSA pre vs. pos-quimioterapia de la respuesta analgésica (29% vs. 12%) y un incremento en la duración de la respuesta (43 vs. 18 semanas). En el estudio posterior presentado por Kantoff y col.19 se randomizaron pacientes con tumores hormono-refractarios para recibir hidrocortisona o hidrocortisona y mitoxantrona; el objetivo primario del estudio fue evaluar la sobrevida global. No se documentó diferencia en la sobrevida media global entre hidrocortisona y mitoxantrona vs. hidrocortisona (12,6 vs. 12,3 meses); pero sí se confirmó al igual que en el ensayo de Tannock que la adición de mitoxantrona producía una mejoría apreciable en el control del dolor. Basada en estos hallazgos la administración de drogas y alimentos de EE.UU. (FDA) aprobó la mi- toxantrona como agente paliativo en el tratamiento de la enfermedad metastásica sintomática, pero la introducción de los taxanos a mediados de los 90 fue el determinante para reconocer el potencial real de la QMT en el adenocarcinoma de próstata metastásico andrógeno-independiente. En el ensayo inicial de Oh y col.20 se emplearon taxanos en combinación. En ese estudio Fase II la asociación docetaxel y estramustina produjo una tasa global de respuesta de 45 a 82% superior a la observada con docetaxel como agente único. Las conclusiones de los ensayos Fase II condujeron al diseño de dos estudios de Fase III prospectivos. Petrylak y col.21 confrontaron docetaxel combinado con EDAD PSA Inicial Período libre de enfermedad Tiempo en HT Media Mediana DE Mínimo Máximo 69,22 64,22 30,67 49,89 73,00 52,00 23,00 29,00 10,74 47,98 32,27 36,90 46 14 0 7 80 140 96 108 Tabla 3. Descriptiva de edad, PSA inicial, PLE y tiempo de la hormonoterapia (HT) PSA Prequimio PSA Posquimio PSA Dif Porcentual PLP. Media Mediana DE Mínimo Máximo 260,78 147,78 -23,19 4,67 245,00 38,00 -60,82 4,00 194,23 191,72 80,31 3,61 22 3 -98,6 1 649 500 82,7 12 Tabla 4. Descriptiva de PSA pre-QMT, pos-QMT, PSA diferencial porcentual y PLP. DE: desvío estándar, PSA Dif Porcentual: PSA Diferencial Porcentual, PLP: Período Libre de progresión. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 109 Apéndice 1 0: actividad normal, asintomático. 1: sintomático; completamente ambulatorio. 2: sintomático; en cama menos del 50% del tiempo. 3: sintomático; en cama más del 50%del tiempo. 4: todo el tiempo en cama. 5: fallecimiento. ECOG (European Cooperative Oncology Group) Fórmula del docetaxel estramustina vs. prednisona y mitoxantrona. El programa docetaxel y estramustina exhibió un 20% de incremento en la sobrevida global y 27% de aumento en la sobrevida libre de progresión; además el régimen docetaxel y estramustina generó una significativa mejoría en la tasa de respuesta del PSA (50% vs. 27%). En el segundo ensayo Fase III prospectivo reportado por Tannock y col.15 se compararon tres esquemas, dos empleando docetaxel y prednisona con diferentes dosis y posología del taxano y el tercero, mitoxantrona y prednisona. Se observó un incremento significativo de la sobrevida global en los esquemas que utilizaron docetaxel; también la combinación docetaxel y prednisona superó al esquema de mitoxantrona en la tasa de respuesta del PSA, en la respuesta analgésica y en las variables de calidad de vida. Datos indirectos basados en ensayos previos de quimioterapia en combinación sugieren una potencial utilidad de este agente. Por ejemplo, en estudio Fase III presentado por Hudes y Einhorn y col.22,26 se comparó estramustina y vinblastina con vinblastina como agente único. Se determinó un importante incremento en la sobrevida libre de progresión y en la sobrevida global con la rama estramustina y vinblastina. Históricamente se consideraba que el período de andrógeno-independencia del adenocarcinoma de próstata metastásico era el inicio de la fase pre-terminal de la enfermedad. Por lo tanto, la demostración contundente en los ensayos de docetaxel del beneficio de la QMT para prolongar la sobrevida constituye unos de los avances más notables de la oncología en la última década. Un área conflictiva es la ausencia de tratamientos efectivos de segunda línea. En la actualidad la estrategia sugerida es la reutilización de docetaxel si la duración de la respuesta terapéutica obtenida con QMT de primera línea fue superior a seis meses. Queda por definir el beneficio de la mitoxantrona y de la estramustina en la terapia de segunda línea16,26. Nuevos rumbos de investigación ya en desarrollo se focalizan en la combinación de docetaxel con inhibidores de receptores de crecimiento epidérmico e in- hibidores del receptor de factor de desarrollo del endotelio vascular; por ejemplo, bevacizumad (Avastin), bortezomib (Velcade) y talidomida (Thalomid). Paralelamente se diseñaron ensayos Fase III aleatorizados, actualmente en curso, donde se compara docetaxel con o sin mesilato de imatinib. Estos estudios se llevan a cabo en varios centros de los EE.UU.: M. D. Anderson Cancer Center, Dana Farber Cancer Institute y Memorial Sloan Kettering Cancer Center23. También un estudio en curso confronta prednisona con o sin satraplatín, análogo oral del cisplatino. Otros promisorios agentes sistémicos incluyen las epothilonas y el atrasentán, antagonista del receptor endotelial. En un ensayo randomizado Fase II reportado por Galsky y col.24 se comparó epothilona B y estramustina con epothilona B. La tasa de respuesta del PSA fue mayor del 50% en la rama epothilona B y estramustina. En un estudio randomizado Fase II presentado por Carducci y col.9 empleando atrasentán se sugirió un efecto significativo de este agente en prolongar la sobrevida libre de enfermedad. Indudablemente la futuras direcciones de la investigación clínica del cáncer prostático avanzado se centrarán en la integración de quimioterápicos nóveles con agentes terapéuticos biológicos dirigidos. 110 CONCLUSIONES Los resultados terapéuticos preliminares de esta serie inicial de 9 pacientes confirman los hallazgos reportados por otros investigadores sobre la inequívoca eficacia de la QMT en el tratamiento del CPAI. La mayor comprensión de los patrones moleculares del crecimiento tumoral brindará nuevos recursos en la terapia contra el cáncer. El número creciente y la sofisticación de las nuevas drogas han actualizado varios temas trascendentes; primero, la necesidad de la incorporación de pacientes en ensayos clínicos y segundo, la obligación de desarrollar métodos diagnósticos más específicos para evaluar con mayor precisión los resultados. Solamente la aplicación sistemática del conocimiento biológico en estudios clínicos bien diseñados permitirá mejorar de manera racional la terapia sistémica de esta enfermedad tan agresiva. Debe considerarse que, por el escaso tamaño de la muestra, este estudio presenta una baja potencia. Por ende, se recomienda aumentar el efectivo de la muestra para una nueva prueba de la hipótesis del estudio. Creemos que esta estrategia terapéutica ofrece sin lugar a dudas una alternativa válida y segura para el tratamiento de pacientes con una enfermedad avanzada y que los resultados observados en nuestra casuística y los reportados en series internacionales justifican ampliamente la utilidad del programa de QMT basada en docetaxel asociado con estramustina. BIBLIOGRAFÍA 1. Reiter RE, deKernion JB : Epidemiología, etiología y prevención del cáncer de próstata. Campbell 8a edición, Tomo 4. Editorial Panamericana. 2005. Capítulo 85, 3287-3311. 2. Schröder FH.: Tratamiento hormonal del cáncer de próstata. Campbell 8a edición, Tomo 4. Editorial Panamericana. 2005. Capítulo 94, 3485-3515. 3. O`Reilly KJ, Crawford ED, Thrasher JB.: Combined androgen blockade: Current Controversies. Intermittent/Early vs Late. Comprehensive Textbook of Genitourinary Oncology. Second Edition. LW&W. 2000. Capítulo 45 B, 842-853. 4. Kiian MA, Carducci MA, Partin AW, y col. 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Los autores presentan un estudio retrospectivo de nueve pacientes portadores de cáncer de próstata hormonoindependiente (CAPHI) seleccionados, de los cuales a ocho se les realizó el diagnóstico en un estadio localizado, los mismos fueron tratados y luego progresaron, y uno fue diseminado al momento del diagnóstico. Se planteó como objetivo analizar la eficacia de la quimioterapia con docetaxel asociado con estramustina. Todos los pacientes recibieron por lo menos dos ciclos del esquema terapéutico. Obtuvieron como resultado dos respuestas completas (22%) y tres respuestas parciales (33%), una tasa global de respuestas de 55.5%, tanto clínicas como bioquímicas, con una duración de las mismas entre cuatro y once meses. Tres pacientes fallecieron. De estos datos del estudio se extracta la eficacia de la terapia basada en docetaxel con respecto a la evolución histórica de estos pacientes, arribando de esta manera al objetivo propuesto, con un minúsculo análisis estadístico de las variables estudiadas. Mas allá del objetivo primario de este estudio preliminar, surgen algunas reflexiones para el futuro: - Resultaría de interés conocer en comunicaciones próximas, la toxicidad del esquema docetaxel-estramustina en nuestro medio, y si esto tuvo alguna implicancia en que algunos pacientes hayan realizado sólo dos ciclos terapéuticos. Se ha reportado neutropenia y neutropenia febril hasta en un 5%, así como neuropatías y los clásicos eventos gastrointestinales, hepáticos, cardiovasculares y tromboembólicos asociados con la estramustina. - También suscita curiosidad describir si los resultados obtenidos fueron influidos por los tratamien- 112 tos previos realizados, ya que tres pacientes fueron prostatectomizados y seis recibieron tratamiento radiante. - Creo de importancia analizar, en nuestro ámbito, si la repuesta clínica y bioquímica observada en el presente estudio, se traduce en una mejora en la sobrevida media de estos pacientes como señala la literatura disponible. Como conclusión, si bien la potencia estadística de esta serie preliminar es baja debido al pequeño tamaño de la muestra, los resultados obtenidos se alinean con los reportados en la literatura. Adhiero a la opinión de los autores respecto de la utilización de la quimioterapia basada en docetaxel en el CAPHI, sin olvidar que el estándar hoy aprobado por la FDA para el tratamiento del CAPHI es el esquema docetaxel-prednisona, dejando las asociaciones de agentes nuevos con docetaxel en el plano de los estudios clínicos. Estimo que la utilización de la estramustina irá disminuyendo, ya que no agrega beneficios y sí aumenta la toxicidad y los gastos en recursos, los cuales podrían destinarse a la investigación de líneas terapéuticas basadas en docetaxel asociado con nuevos agentes, tales como los inhibidores de la angiogénesis, de la apoptosis y de los receptores de los factores de crecimiento. Por último, es gratificante observar un estudio sobre quimioterapia para el cáncer de próstata realizado en conjunto por urólogos y oncólogos y considero imperativo continuar y consolidar esta tendencia a los fines de lograr terapias más efectivas destinadas a una entidad para la cual hasta hace muy poco tiempo nos encontrábamos absolutamente inoperantes. Dr. Claudio Graziano Médico de planta del Servicio de Urología del Hospital Carlos Durand ARTÍCULO ORIGINAL ORIGINAL ARTICLE Resultados significativamente superiores en continencia y micción con la neovejiga colónica derecha parcialmente destubulizada. Trece años de experiencia Results in continence and micturition remarkably superior with a right colonic neobladder with partial detubularization. Thirteen years of experience Dres. D’Orazio Osvaldo R.1; Lambert, Osvaldo L.2; Vallati, Juan C.2; De Lasa Stewart, Tomás A.2; Borelli, Damián R.2; Romano, Salomón V.3 Saénz, Carlos A.4 Objetivos: Mostrar luego de 13 años de experiencia continua, los resultados en lo que a continencia y micción se refiere de la neovejiga colónica derecha, como así también los fundamentos fisiológicos y urodinámicos de los mismos. Materiales y Métodos: Entre febrero de 1993 y marzo de 2006 a 43 pacientes cistectomizados, por presentar cáncer de vejiga, se les reconstruyó el tracto urinario inferior utilizando un reservorio construido con colon derecho destubulizado y reconfigurado y ciego intacto. A todos los pacientes se les realizó cistografias al retirar el catéter uretral, a 32 estudios urodinámicos y a 5 videourodinámicos. Resultados: Cuarenta y un pacientes (95,4%) orinan con un flujo máximo de más de 25 ml/seg. La continencia diurna y nocturna fue completa e inmediata en el 97 % y 93 % respectivamente, un paciente requiere cateterismo intermitente, otro permanece incontinente y los dos restantes lograron continencia nocturna satisfactoria. Se define como continencia completa e inmediata al control de la orina sin necesidad de usar paño protector desde el momento en que se retira el catéter uretral, satisfactoria al uso de no más de un pañal por día y micción espontánea y efectiva a la evacuación del reservorio con un flujo medio de 10 ml/seg. sin residuo postmiccional. Conclusión: Los resultados con esta nueva neovejiga colónica derecha, en lo que a continencia y micción se refiere, son significativamente superiores a los logrados con otros procedimientos descriptos en la literatura. 1 Jefe del Servicio de Urología del Hospital Penna de Bahía Blanca, TE: (0291) 4541333, Chiclana 770, e-mail: odorazio@yahoo.com.ar 2 Médicos de planta del Servicio de Urología del Hospital Penna de Bahía Blanca. 3 Jefe de Sección de Urodinamia y Uroginecología del Servicio de Urología del Hospital Durand de Buenos Aires y Profesor de la Cátedra de Urología de la Universidad de Buenos Aires. 4 Ex Jefe Profesor Titular y ex jefe de División de Urología, Hospital de Clínicas “Dr José de San Martín”, UBA, Buenos Aires, Argentina. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 P A L A B R A S C L AV E : Cáncer de vejiga; Neovejiga colónica derecha; Urodinamia; Continencia Purpose: To present after 13 years experience, the results of continence and micturition with a right colonic neobladder, as well as physiologic and urodinamic background of it. Materials and Methods: Between February 1993 and march 2006, 43 patients underwent radical cistectomy and the lower urinary tract was reconstructed using an orthotopic diversion created with detubularized and reconfigured right colon and intact cecum. All patients had cistography after removing the urethral catheter, 32 of them urodinamic and 5 videourodinamic studies. Results: Forty one (95.6%) patients void with average peak of more than 26ml/ sec. Complete and immediate diurnal and nocturnal continence was achieved in the 97% and 93% respectively; one patient require clean intermittent catheterization, one is incontinence, and the others (2) are with satisfactory nigthtime continence. We define complete and immediate continence as the lack of necesity of pads using after removing the urethral catheter, satisfactory the use of no more than one 113 pad and spontaneous and effective voiding as the reservoir evacuation with a medium flow rate of 10 ml/sec.without residual volume. Conclusion: The results with this new right colonic neobladder, concerning to continence and micturition are remarkably superior to those achieved with other procedure described in the literature. K E Y W O R D S : Bladder cancer; Right colonic neobladder; Urodinamic; Continence. I NTRODUCCIÓN El mejor método a ser empleado para la derivación o reconstrucción del tracto urinario inferior luego de la cistectomía radical, preocupa a los urólogos desde hace más de un siglo.1,2 Con los nuevos conceptos oncológicos más del 90% de los pacientes cistectomizados por cáncer de vejiga son candidatos para realizarles una derivación urinaria ortotópica3, que representa la cirugía de mayor envergadura y complejidad que debe afrontar el urólogo. Los objetivos a lograr con las derivaciones ortotópicas en la actualidad son: Lograr una micción voluntaria a través de la propia uretra intacta; conseguir una buena continencia tanto diurna como nocturna. La reconstrucción ortotópica con intestino destubulizado hizo realidad dichos enunciados, a excepción de la continencia nocturna, mejorando la calidad de vida y la autoestima de los pacientes cistectomizados. Respetando los principios más importantes en la construcción de reservorios4: a) configuración esférica; b) acomodación y complacencia (Ley de Laplace), todos los procedimientos de construcción de neovejiga ortotópica en los últimos 18 años –utilizando íleon, colon, o ambos– han logrado desarrollar reservorios que acomodan grandes volúmenes a baja presión con escasa absorción de los componentes urinarios, y cuya evacuación se consigue por el uso de la prensa abdominal y la relajación simultánea del piso perineal. A partir de 1993, desarrollamos un nuevo método de construcción de neovejiga que combinó el uso de un tramo de intestino destubulizado con otro tramo intacto. Este nuevo sustituto tiene en su estructura dos componentes: uno superior, de gran volumen y baja presión de llenado, construido con los dos tercios superiores del colon ascendente y la mitad derecha del transverso destubulizado y reconfigurado en forma esférica; y otro inferior, con ciego y tercio inferior de colon ascendente intactos que conservan sus contracciones haustrales y en masa, ayudando las primeras al mecanismo de continencia y las segundas, al de evacuación5. El motivo del 114 presente trabajo es comunicar la evolución de los pacientes a largo plazo, luego de trece años consecutivos de experiencia con esta neovejiga, así como resaltar sus ventajas con respecto a otros procedimientos empleados, tanto en la construcción de la misma como en sus resultados funcionales, especialmente en lo que a micción y continencia nocturna se refiere. M AT E R I A L E S Y M É T O D O S Entre febrero de 1993 y marzo de 2006, se les reconstruyó el tracto urinario inferior luego de las cistectomía radical a 43 pacientes. De ellos, 40 fueron hombres y 3, mujeres; sus edades oscilaron entre los 44 y los 74 años. La indicación de la cistectomía fue por carcinoma transicional infiltrante en 40 pacientes y superficial grado 3, resistentes al tratamiento conservador en los restantes. En tres pacientes, la biopsia por congelación constató compromiso ganglionar; no obstante, se continuó con el procedimiento con fines paliativos de control local de la enfermedad. Los pacientes y sus familiares fueron previamente informados sobre la posibilidad de que, si por razones oncológicas o técnicas, la neovejiga propuesta no fuera viable, se procedería a reemplazarla por una derivación cutánea continente (como el Florida pouch6), que utiliza casi el mismo segmento de intestino. 1- Los principios básicos de la técnica quirúrgica han sido descriptos previamente 5,7,8 y los resumiremos a continuación (Figura1). 2- El segmento del intestino aislado comprende el ciego, colon ascendente y la mitad derecha del transverso; la destubulización del colon hasta los primeros 3 o 4 cm del ascendente que, junto con el ciego, permanecen sin destubulizar (inicialmente, la destubulización incluía todo el ascendente dejando sólo el ciego intacto). 3- Un amplio decolamiento del colon, especialmente a nivel del ángulo hepático, lo que permite dar gran movimiento al futuro reservorio y descenderlo fácilmente a la pelvis menor. 4- Una sutura del colon transverso al ascendente destubulizados en forma de U invertida y reimplante ureteral directo sin técnica antirreflujo. 5- El cierre de la cara anterior en forma transversal u oblicua, con lo que se logra una configuración esférica. 6- En la zona más declive del ciego se labra un ojal de 2 cm y, previa eversión de la mucosa, se anastomosa a la uretra. Se deja una sonda Pezzer N°32, la que se extrae por contraabertura junto con los catéteres ureterales y sonda Foley triple vía hematúrica N° 24, luego se procede a fijar el ciego y la parte inferior de la zona destubulizada a la fascia endopélvica y a la pared abdominal respectivamente. A los 12 días se retiran los catéteres ureterales y la sonda Pezzer a los 14. Se realiza una cistouretrografía miccional (CUGM) a los 21 días postoperatorios a todos los pacientes al tiempo de retirar el catéter uretral; 32 pacientes fueron evaluados urodinámicamente entre los 6 meses y 3 años postoperatorios y, a 5 de los que llevan entre 5 y 13 años de sobrevida (siete pacientes), se los evaluó con videourinodinamia en el Hospital de Clínicas “ José de San Martín”, en el Hospital Carlos G. Durand y en el Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, todos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se registró simultáneamente la presión intrarreservorio, la abdominal y la del “detrusor” (que corresponde a la musculatura de la neovejiga) con el paciente en posición de pie. La presión intrarreservorio se midió transuretralmente con un catéter triple vía N° 8 F; la presión abdominal, con un catéter balón rectal; y la presión del “detrusor” fue calculada por sustracción electrónica de la presión intrarreservorio y la abdominal. Se define como continencia completa e inmediata al control de la orina sin necesidad de protección alguna (paños o alarma nocturna ) desde el momento de retirar el catéter uretral; satisfactoria, a la necesidad de no más de un paño por noche: y micción espontánea y efectiva a la evacuación del reservorio con un flujo medio de 10ml/seg. sin residuo postmiccional ni utilización de la maniobra de Credé. R E S U LTA D O S Continencia Cuarenta y uno (97,7%) de los 43 pacientes operados –al serles retirada la sonda– presentaron continencia diurna completa e inmediata, uno la logró a los 30 días (mujer) y el otro (también mujer) permanece incontinente por lesión del esfínter externo al realizar la cistectomía. La continencia nocturna fue completa e inmediata en 40 pacientes (93,%); en dos fue satisfactoria y uno tiene incontinencia permanente. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Micción Fue espontánea, efectiva e inmediata (al retirar el catéter uretral) en 42 pacientes, mientras que uno requirió de autocateterismo intermitente limpio (A.C.I.L) y dos tuvieron episodios de retención aguda de orina, uno a los tres y el otro a los seis años de operados debido a recurrencia del tumor a nivel de la anastomosis uretrorreservorio; ambos fueron resecados recuperando la micción y la continencia. Urodinamia En los estudios urodinámicos realizados el llenado del reservorio luego de los 6 meses demostró gran capacidad : 730 ml (450-900), con una presión de fin de lleno (acomodación) de 26 cm de agua con mínimas contracciones no inhibidas. Las imágenes fluoroscópicas de las videourodinamias demuestran durante esta fase un ordeñe periódico de la orina desde el ciego hacia la porción superior del reservorio (Figura 2). La micción se efectúa en varios tiempos, por utilización de la prensa abdominal –a la que se suma la presión propia del colon– alcanzando presiones intrarreservorio superiores a los 100 cm de agua con una presión del “detrusor” de hasta 45 cm de agua (Figura 3). Las imágenes de las videourodinamias demuestran transformación tubular de la porción no destubulizada y conformación esférica de la porción superior destubulizada (Figura 4), consiguiendo un vaciado con un residuo < de 50 ml (20-70). El Qmax promedio fue de 25 ml/seg (16-42). Los valores de la flujometría que se observan en la Tabla 1 son similares a los presentados en las anteriores comunicaciones5,7,8 . En las distintas flujometrías realizadas a pacientes con más de 5 años de operados los valores se han mantenido estables. Variables Promedio Rango Volumen emitido Flujo máximo Flujo medio Tiempo miccional 580 ml 25 ml/seg 10,5 ml/seg 96 seg 340-780 ml 16-42 ml/seg 6,9-18,4 ml/seg 73-120 seg Tabla 1. Uroflujometría. Nº de pacientes: 32 DISCUSIÓN La continencia de los reservorios ortotópicos es la resultante del equilibrio entre la resistencia pasiva y activa que ofrece el aparato esfinteriano distal frente a la presión interior del reservorio. 115 La resistencia La preservación cuidadosa del muñón uretral postcistectomía radical es un paso fundamental de todo intento de confeccionar una neovejiga ortotópica, ya que éste es esencial para proveer un aparato esfinteriano funcionalmente útil, es decir, que provea: continencia: aportando resistencia pasiva a la presión de llenado y contracción activa frente a las contracciones involuntarias del reservorio que le permitan al sujeto alcanzar el baño cuando éstas produzcan un amago de incontinencia (urgencia motora) y frente a los esfuerzos; micción: por su relajación voluntaria, en el momento de la prensa abdominal. Es el mecanismo que utilizan las neovejigas intestinales para conseguir la micción. La presión del reservorio Respecto del reservorio, se lo construye destubulizando el intestino lo más esférico posible para acumular un buen volumen a baja presión desde que se introdujera el concepto de la destubulización y la reconfiguración para conseguirlo4. No obstante, aún cuando se sigan estos principios, representa un desafío construir un buen reservorio ya que, cuando se lo confecciona de gran capacidad, se consigue una mejor continencia inicial, pero a costa de un vaciamiento incompleto, requiriendo desde el comienzo el uso de ACIL. Esto puede evitarse construyéndolo relativamente pequeño 9,10,11 (150 ml), aunque deba entonces pagarse el precio de la incontinencia nocturna hasta que el reservorio “madure” (es decir, se estire y agrande) y pueda albergar un volumen mayor (idealmente, 500 ml), antes de superar la presión uretral pasiva y provocar la incontinencia nocturna. Esta, no obstante, se presentará con frecuencia si el sujeto no se despierta por lo menos una vez por la noche a orinar12. Otro de los factores que contribuye a esta situación en los cistectomizados es la falta de aferencia del reflejo guardián, careciendo los pacientes entonces del aumento del tono del esfínter estriado y de la presión uretral pasiva que normalmente acompañan al aumento de volumen vesical. Esa es la razón por la que esta situación no se presenta en los prostatectomizados13. ¿Cuáles son, entonces, las consideraciones que plantea la construcción del reservorio? 1- A mayor volumen, mayor tiempo de permanencia de la orina, con lo que se favorece su reabsorción (acidosis hiperclorémica) y la infección urinaria clínicamente significativa. 2- A mayor volumen, menor posibilidad de vaciamiento espontáneo (floppy bladder); 116 3- A mayor volumen, mejor continencia diurna y, sobre todo, nocturna; 4- A menor volumen, menor continencia diurna y nocturna. 5- A menor volumen, mejor vaciamiento espontáneo (sin ACIL). Consideraciones funcionales de los segmentos intestinales tanto el colon como el íleon destubulizados se estiran y mejoran su acomodación con el tiempo, aumentando la capacidad del reservorio y manteniendo baja la presión del mismo pero, al mismo tiempo, este estiramiento puede disminuir la capacidad de recibir la presión abdominal durante la micción (floppy bladder). El colon tiene la pared más fuerte que la del íleon, por lo que contribuye más con la contracción de su musculatura al vaciamiento del reservorio cuando se le aplica la presión abdominal (fibras longitudinales indemnes). En un estudio comparativo sobre la contribución de la pared intestinal a la presión intrarreservorio en la micción, Koraitim14 encontró que en los reservorios ileocolónicos sin destubulizar, y en los reservorios sigmoideos e ileales destubulizados, aquella fue del 50%, 80% y 25% respectivamente. Hasta la fecha, todos los procedimientos de reconstrucción ortotópica han incorporado en su desarrollo estos conceptos, logrando –a los seis meses de la cirugía– resultados similares en lo que a continencia se refiere, como puede observarse en la Tabla 2. Comparando estos resultados con los obtenidos con nuestra técnica: continencia diurna (97,7%) y nocturna (93%) completa desde el momento en que se retiró la sonda, surgen naturalmente los interrogantes: ¿en qué se diferencia nuestra técnica de las otras?, ¿cómo se explican estos resultados? Las observaciones de las videourodinamias de los pacientes operados nos permiten asumir algunas afirmaciones sobre la continencia y la micción de este modelo de neovejiga ortotópica. Nuestro modelo de neovejiga combina una porción de intestino grueso (ciego y tercio inferior del ascendente) no destubulizado que es unido al muñón uretral y que consigue por medio de sus contracciones haustrales (“mecanismo de ordeñe invertido”3), empujar y mantener la orina dentro de la porción superior del reservorio7 destubulizado y reconfigurado de colon ascendente y transverso (verdadero reservorio de esta neovejiga) el cual posee por eso, menor presión y mayor acomodación que el colon no destubulizado, favoreciendo de este modo la direccionalidad y la acumulación de la orina en su interior durante la fase de llenado o de continencia, absorbiendo además las presiones provenientes de las contracciones del segmento cecoascendente (Figura 2). Series publicadas N° de pacientes col.15 Elmajian y Studer y col.16 Hautmann y col.17 Stein y col.18 Goldwasser19 Skolarikos y col.20 Light y Engelmann21 295 200 363 40 41 59 38 Tipo de neovejiga Kock/íleon Studer/íleon W/íleon T-pouch íleon Colon derecho S-ileal Le bag/ íleocecal Continencia completa (sin protección alguna)% Continencia satisfactoria (nº de un paño)% diurna nocturna diurna nocturna 65,1 44,1 87,1 92 83,8 75 95 92,7% 91 66,2 65 66*** 63,6%*** 46 95 – 86,7 80* 94,8 ** – n.e. 80 Tabla 2. Continencia completa y satisfactoria a los seis meses según tipo de neovejiga. n.e.: no especifica; * a los dos años; ** no especifica tipo de protección; *** si se despiertan cada 2/3 horas; **** evaluación realizada al año Este mecanismo de ordeñe invertido es el que explicaría que se mantenga la continencia en los 2 pacientes en los que el área del esfínter estriado fuera en parte resecada a causa de la recidiva tumoral. Un aporte adicional y no menor a la continencia de nuestro reservorio es la adecuada capacidad inicial (600 ml) con la que ex professo es construido. Ambos aspectos –el ordeñe peristáltico y la adecuada capacidad a baja presión– contribuyen, a nuestro entender, en forma decisiva al mecanismo de continencia pasiva y explican por qué ésta fue inmediata y completa en casi todos nuestros pacientes, sobre todo en lo que respecta a la continencia nocturna. Es posible construir un reservorio de “buen tamaño y capacidad” gracias a las características del segmento utilizado, el colon, que permite que el vaciamiento sea completo en casi todos nuestros pacientes (97%) ya que, ante la prensa abdominal, el colon contrae sus paredes con mayor potencia que el íleon22. Por otra parte, el segmento no destubulizado se Figura 1. Técnica quirúrgica de la neovejiga colónica. A- Segmento de intestino aislado. La destubulización no incluye al ciego ni al tercio inferior del colon ascendente. B- Creación de la pared posterior del reservorio. C- Configuración esférica del intestino destubulizado. Figura 2. Mecanismo de ordeñe invertido por el cual la orina se reintroduce direccionalmente en la zona destubulizada del reservorio. Aporte a la continencia pasiva. Las flechas indican las contracciones haustrales. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 117 Escalas gráficas Presiones: Flujo: Volumen: Tiempo (llenado vesical): Tiempo (vaciado vesical): Tiempo (perfil uretral): 20 (cm.de agua/div) 4 (ml/seg. por división) 100 (ml/div) 10 (seg/div) 5 (seg/div) 5 (seg/div) Figura 3. Estudio urodinámico que demuestra una micción en varios tiempos con una presión de detrusor de 50 cm. de agua y un flujo de 38 ml/seg. Figura 4. 1) Transformación tubular de la porción no destubulizada. 118 contrae en masa y en forma sostenida, transformando este segmento en un tubo continuo con la uretra favoreciendo el vaciado y generando presiones intrarreservorio de más de 100 cm de agua (Figura 4) con un flujo máximo promedio de 25ml/seg. Durante el día los pacientes orinan cada 3 a 5 horas según el tamaño de su reservorio, más del 50 % duermen alrededor de 6 horas sin mojarse, 30% se despiertan una vez y el 20% dos o tres veces por noche; pero sin usar despertador ni paños, a excepción de los dos con continencia nocturna satisfactoria y del paciente que permanece incontinente. En el estudio urodinámico del paciente que no logró la micción se registró un aumento importante de la presión intrarreservorio con el esfuerzo miccional, y en las imágenes fluoroscópicas se observó una marcada angulación entre el intestino reconfigurado y el intacto, impidiéndose el pasaje de orina entre ambos componentes del reservorio; probablemente, ésta se ha debido a una excesiva longitud del segmento sin destubulizar. Se le propuso realizar corrección quirúrgica, pero el paciente no aceptó al informarle que se trataba de una intervención de alta complejidad. Desde el punto de vista de la técnica quirúrgica, es importante señalar que el reservorio, tal cual se lo describe aquí, pudo ser construido, movilizado y descendido a la pelvis sin tensión alguna en todos los casos, no teniendo que lamentar necrosis de la bolsa por preservarse toda la vascularización colónica, ya que no requiere ser seccionada para conseguir una mayor movilización y descenso sin tensión. 2) Conformación esférica de la porción superior destubulizada. Lo que antecede explica el muy buen resultado obtenido en 42 de los 43 pacientes operados con esta técnica, tal cual lo comunicáramos a mediano plazo5,7 y que se ha mantenido después de 13 años. CONCLUSIÓN Este nuevo sustituto de gran tamaño que incorpora intestino sin destubulizar en su estructura logra ventajas significativas sobre las otras: 1- continencia diurna y nocturna completa e inmediata gracias a las contracciones haustrales del ciego y tercio inferior del colon ascendente que durante la fase de llenado empujan y mantienen la orina en la porción superior del reservorio (“mecanismo de ordeñe invertido”). Esto permite recomendarlo aún a pacientes cistectomizados con fines paliativos, alcanzando rápidamente una mejor calidad de vida, ya que los otros métodos requieren meses para lograr la continencia. 2- micción espontánea y efectiva, que resulta de las contracciones en masa del intestino intacto (“mecanismo de ordeñe”), desencadenadas por el aumento de la presión en el componente superior del reservorio al contraer el paciente la pared abdominal, previa relajación esfinteriana. 3- técnica de construcción de pasos sencillos y seguros, con una morbi-mortalidad comparable a la del conducto ileal (no es necesario sacrificar ningún vaso del mesocolon ni del mesenterio para incrementar la movilidad del reservorio y llegar a la pelvis, como ocurre con otros procedimientos). Un urólogo capacitado para confeccionar un conducto ileal –que continúa siendo la derivación más utilizada– lo está para construir este nuevo sustituto colónico y, con una corta curva de aprendizaje, puede ofrecer a su paciente lo que éste más valorará de una reconstrucción urinaria: la completa e inmediata continencia diurna y nocturna y una micción espontánea y efectiva. BIBLIOGRAFÍA 1. Verhoogan, J., De Grauve A.: La cystectomie totale. Folia Urologica, 1909; 3:629. 2. Makkas M: Zur Behandlune der Blasenektopie zentrazdlatt fur chirurgie. Umwandlung des Ausgeschalteten Coecun zur Blase und des Appendix zur Urethra. Zantnarblatt fur chirurgie. 1910; 37:1073. 3. Freeman, J.A., Tarter, T.A., Esrig, D., y col.: Urethral recurrence in patients with orthotopic ileal neobladder. J.Urol 1996 ; 156(5): 1615-1619. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 4. Hinman, F. JR. Selection of intestinal segments for bladder substitution; physical and physiological characteristics. J.Urol.1998; 139(3): 519:523. 5. Esta referencia se encuentra en la carta dirigida al Dr Amado Bechara 6. Lockhart, J.: Remodeled right colon: an alternative urinary reservoir. J. Urol. 1987; 138:730. 7. En la carta dirigida al Dr Amado Bechara. 8. En la carta dirigida al Dr Amado Bechara. 9. Boyd, S.D., Lieskovsky, G. y Skinner, D.G.: Kock pouch bladder replacement. Urol. Clin. North. Am. 18:1991; 641648. 10. Kreder, K., Das, A.K. y Webster, G.D.: The hemi-Kock ileocystoplasty: a versatile procedure in reconstructive urology. J.Urol.,1992; 147:1248-1251. 11. Studer, U.E. Gerber, E., Springer, J. y Zingg, E.J.: Bladder reconstruction with bowel after radical cystectomy. World. J.Urol., 1993; 10: 11-19. 12. Studer, U.E. y Turner, W.H.: The ileal orthotopic bladder. J.Urol.1995 Feb; 45(2): 185-189. 13. Presti, J.C.Jr., Schmidt, R.A., Narayan, P.A., Carroll, P.R. y Tanagho, E.A.: Pathophysiology of urinary incontinence after radical prostatectomy. J.Urol. 1990;143: 975-978. 14. 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Por ese motivo, quiero en primer lugar, felicitar a los autores por esta nueva técnica quirúrgica desarrollada por ellos, con la utilización de ciego, colon ascendente y transverso, tratando de lograr los objetivos fundamentales en todo neo reservorio, que son: buena capacidad, continencia, vaciado completo, ausencia de reflujo y que no produzcan alteraciones metabólicas. Analizando específicamente el trabajo, los autores ponen énfasis en dos temas fundamentales: uno, la capacidad que logran dejando sin detubulizar los primeros 10 cm. del colon (válvula ileo-cecal), mientras que los segundos 25-30 cm. restantes son detubulizados y plegados sobre sí mismos. De esta manera obtienen uno de los objetivos que es la buena capacidad. En múltiples trabajos de la literatura, habitualmente se recomienda no crear reservorios de gran capacidad porque generarían teóricamente dificultad en su vaciado. Una de las primeras preguntas que uno tiene que hacerse al leer este trabajo es: ¿la gran capacidad de este reservorio, no es extremadamente excesiva para un músculo liso en el momento de la micción? Según los autores, el principio de lograr esta gran capacidad es uno de los fundamentos de que esta neovejiga tenga baja presión y por lo tanto los pacientes permanezcan continentes. El segundo punto a considerar es la continencia, los autores, hablan de que el hecho de no detubulizar los primeros 10 cm. del colon (válvula ileocecal-colon ascendente), les permite generar un continuo “ordeñe”, o envío de la orina hacia la parte superior del reservorio, lo cual disminuiría la presión que se genera sobre la uretra. Se avaluó que más del 95% de los pacientes están continentes tanto de día como de noche, lo cual permite ver que esta técnica reúne el segundo objetivo 120 que se busca cuando se realiza el reemplazo vesical. La segunda pregunta que uno se haría sería ¿Cómo actuaría en el momento de la micción esta contracorriente, ordeñe o fuerza inversa que generaría el colon al no estar detubulizado? Los autores refieren que se comporta como un tubo uretral, pero no explican claramente que sucede durante la micción en este segmento no detubulizado, remarcando que la presión necesaria para la micción llega a ser alrededor de 100 cm. de agua. El tercer objetivo enumerado, es el vaciado completo, y los autores afirman que se logra con esta técnica en un porcentaje superior al 90%. No están analizados directamente en este trabajo los objetivos restantes que son el reflujo vesicouretral y los cambios metabólicos. Esto puede ser porque no los tuvieron, o no se investigó. Estos estarían relacionados, tanto con el tipo y la longitud de intestino que se utiliza. En la discusión del trabajo, hacen referencia que el uso de una gran porción de intestino grueso genera una gran absorción de líquido y electrolitos y esto potencialmente generaría cambios metabólicos no referidos en ningún momento en el trabajo. A su vez, la elevada presión necesaria para el vaciado sería potencialmente un elemento que produzca reflujo vesicouretral. En conclusión, podemos decir que es un importante aporte para la Urología donde los autores, compartieron la evaluación desde el punto de vista funcional, con tres centros importantes de nuestro país: Hospital de Clínicas “José de San Martín”. Hospital Ricardo Gutiérrez. Hospital Durand, donde se efectuaron las 5 videourodinamias que les permitió reafirmar los conceptos expuestos en el trabajo. Posiblemente si hubieran tomado un número más importante de pacientes por centro, el trabajo hubiese tenido un mayor valor significativo desde el punto de vista estadístico. Dr. Juan Carlos Tejerizo ARTÍCULO ORIGINAL ORIGINAL ARTICLE Los quistes renales complejos: evaluación mediante la clasificación de Bosniak Cystic renal masses: evaluation with the Bosniak classification Dres. Vázquez Avila LG*; Braschi EJ**; Matteoda M**; Guraiib Muhala AF**; Santomil FM**; Varea SM** * Servicio de Urología, Clínica Privada Pueyrredón. ** Servicio de Urología y Diagnóstico por Imágenes, Hospital Privado de Comunidad. Mar del Plata. Argentina. Luis Guillermo Vázquez Avila. Balcarce 3316 4ºC. CP 7600. Mar del Plata. TE: 0223 4739209 0223 155214738 luisvazquezavila@yahoo.com.ar Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Introducción: Los quistes renales son un hallazgo frecuente. La mayoría son quistes simples y no presentan problemas diagnósticos, al igual que los carcinomas quísticos. Sin embargo, es objeto de controversia el manejo de los quistes complejos Bosniak II, IIF y III. Objetivo: Evaluar la clasificación de Bosniak como método para diferenciar los quistes renales complejos y establecer una pauta de manejo en cada categoría. Material y Métodos: Estudio retrospectivo de todos los pacientes con quistes renales complejos diagnosticados en nuestra institución entre julio de 1997 y julio de 2005. Se incluyeron en el trabajo solamente los Bosniak II, IIF y III. Todos fueron estudiados con TC helicoidal con contraste endovenoso. Se evaluó el lado afectado, tamaño y densidad del quiste, presencia de calcio, número de septos, espesor de la pared o septo y realce tras la administración de material de contraste endovenoso. Se analizaron, según el caso, las piezas quirúrgicas y de biopsia percutánea. Resultados: Se incluyeron en el trabajo un total de 43 quistes complejos Bosniak II, IIF o III en 37 pacientes, con un seguimiento promedio de 36 meses; 24 masculinos y 13 femeninos. Edad promedio 67,4 años. El 62% de los casos fueron hallazgos incidentales. El tamaño de los quistes sintomáticos fue de 5,6 cm y el de los asintomáticos 3,7 cm. El 38% de los sintomáticos fueron Bosniak II en comparación con el 63% de los asintomáticos. Fueron 26 quistes izquierdos y 17 derechos. Tamaño promedio 4,5 cm; 32 quistes hipodensos y 11 hiperdensos. Se diagnosticaron 23 quistes Bosniak II, 11 Bosniak IIF y 9 Bosniak III. Se realizaron 5 biopsias percutáneas: 1 positiva para neoplasia y 4 negativas. Se optó por una conducta quirúrgica en 7 pacientes, todos eran Bosniak III al momento de la cirugía y resultaron ser neoplásicos en 5 casos y benignos en los 2 restantes. Sólo 2 de los quistes Bosniak IIF y ninguno de los Bosniak II, mostraron evidencias de malignidad. Conclusiones: La clasificación de Bosniak es un esquema útil para la evaluación y posterior tratamiento de las masas renales quísticas. Los pacientes con quistes complejos asintomáticos tienen un menor tamaño y una probabilidad mayor de tener quistes menos complicados que los sintomáticos. Debido a la posibilidad de cambio en las características iniciales de estos quistes, requieren ser controlados tomográficamente. Los quistes Bosniak III deben ser explorados quirúrgicamente, ya que un importante porcentaje de éstos son neoplásicos. Los quistes Bosniak IIF, merecen ser controlados tomográficamente a cortos intervalos para detectar precozmente cualquier cambio que sugiera malignidad. Los quistes Bosniak II pueden seguir con controles por imágenes menos estrictos. P A L A B R A S C L AV E : Quiste renal; Quiste renal complejo; Cáncer de riñón; Tomografía computada; Clasificación de Bosniak. Introduction: The renal cysts are a frequent discovery. Most of them are simple cysts and they don’t have diagnostic problems the same as the cystic carcinomas. However, it’s controversial the management of the cystic renal masses Bosniak II, IIF and III. 121 Objective: To evaluate the Bosniak classification to evaluate the cystic renal masses and to establish a management in each category. Material and Methods: Retrospective study of all patients with cystic renal masses diagnosed in our institution between July 1997 and July 2005. We included only the Bosniak II, IIF and III. All were studied with contrast-enhanced helical CT. It was evaluated the side, size and density of the cyst, presence of calcium, septations, wall thickness and contrast enhancement. We analyzed percutaneous biopsy and surgical specimens. Results: We found 43 cystic renal masses Bosniak II, IIF or III in 37 patients, with a mean follow up of 36 months. 24 males and 13 females. Mean age 67,4 years. 62% were incidental discoveries. The size of the symptomatic cysts was 5,6 cm. and 3,7 cm. of the asymptomatic. 38% of the symptomatic ones was Bosniak II in comparison with 63% of the asymptomatic ones. They were 26 left cysts and 17 rights cysts. Mean size 4,5 cm. 32 hypodenses cysts and 11 hyperdenses. 23 cysts Bosniak II were diagnosed, 11 Bosniak IIF and 9 Bosniak III. We performed 5 percutaneous biopsies: 1 positive for neoplasia and 4 negatives. 7 patients were surgically managed, all they were Bosniak III at the moment of the surgery and they were neoplasics in 5 cases and benign in the 2 remaining. Only 2 of the cysts Bosniak IIF and none of the Bosniak II, showed evidences of malignancy. Conclusions: The Bosniak classification is a useful method for the evaluation and management of cystic renal masses. The patients with asymptomatic cystic renal masses have a smaller size and a bigger probability to have less complicated cysts that the symptomatic ones. Due to the possibility of change in the initial characteristics of these cysts, they require to be tomographycally controlled. The cysts Bosniak III, they should be surgically explored, because an important percentage are neoplasics. The cysts Bosniak IIF, they have to be tomographycally controlled in shorts intervals to detect any change that suggests malignancy. The cysts Bosniak II, they can continue with less strict CT controls. K E Y W O R D S : Renal cyst; Cystic renal masses; Renal cell carcinoma; Computed tomography; Bosniak classification. I NTRODUCCIÓN Los quistes renales son un hallazgo sumamente frecuente y su detección ha aumentado debido al desarrollo de métodos diagnósticos no invasivos. La mayoría de éstos son quistes simples, los cuales se observan en más del 20% de las personas adultas, y no ofrecen dificultades al momento del diagnóstico, porque se trata de lesiones de contenido homogéneo, con densidad similar al agua, de paredes finas, sin calcificaciones ni componente sólido, ni realce al realizar la tomografía computada (TC) con contraste endovenoso. En el otro extremo se encuentran los carcinomas quísticos, que tampoco presentan problemas en cuanto a su interpretación con los métodos por imágenes utilizados en la actualidad, ya que tienen paredes engrosadas, con nódulos o incluso componente sólido, que muestra realce de estas estructuras tras la administración de material de contraste endovenoso. Sin embargo, hay quistes que no reúnen los criterios para ser clasificados como quistes simples ni como carcinomas quísticos. Por ello, en 1986, Morton Bosniak 122 introdujo un sistema de clasificación que ayuda en la interpretación y tratamiento de las masas renales quísticas1. Se los denominó Bosniak I, Bosniak II, Bosniak III y Bosniak IV de acuerdo con un grado creciente de complejidad. A pesar de eso, el manejo de estas lesiones sigue siendo objeto de controversia. Diferenciar un quiste complejo Bosniak II y III es difícil y de singular importancia, ya que los primeros tienen una muy baja probabilidad de ser maligno y los Bosniak III presentan alrededor de un 50% de probabilidad de ser neoplásico2. Por eso, el mismo Bosniak creó la subcategoría IIF (follow up) que indica aquellos quistes pasibles de seguimiento3. El objetivo de nuestro trabajo es evaluar la clasificación de Bosniak como método para diferenciar los quistes renales complejos y establecer una pauta de manejo en cada categoría. M AT E R I A L Y M É T O D O S Se realizó un estudio retrospectivo de todos los pacientes estudiados en nuestra institución por presentar un quiste renal complejo entre los meses de julio de 1997 a julio de 2005. Se incluyeron en el trabajo solamente los quistes complejos Bosniak II, IIF y III. Los datos fueron obtenidos de los registros del Servicio de Diagnóstico por Imágenes y de la historia clínica de cada paciente. Todos los pacientes fueron estudiados con TC helicoidal con administración de contraste endovenoso realizadas en el mismo equipo Piquer PQ 2000 S. El informe fue realizado por el mismo especialista en Diagnóstico por Imágenes (MM). Se evaluó en cada paciente: sexo, edad, motivo de consulta, fecha de primera TC y de las subsiguientes, otros métodos por imágenes realizados, lado afectado, tamaño y densidad del quiste, presencia de calcio, número de septos, espesor de la pared o septo y realce tras la administración de material de contraste endovenoso. La categoría de cada quiste se asignó según la clasificación de Bosniak, de acuerdo con los siguientes criterios: Bosniak II: Son lesiones quísticas que pueden contener escasos septos finos, finas calcificaciones pero no muestran realce con el contraste. También incluyen los quistes hiperdensos de menos de 3 cm de diámetro. Bosniak IIF: Son quistes más complejos que no pueden ser clasificados claramente como Bosniak II ni como Bosniak III. Pueden contener varios septos finos, presentar un mínimo engrosamiento de la pared o septos, tener calcificaciones gruesas. Pueden tener también un mínimo realce de la pared o septos (pero no hay realce marcado de la pared ni de componentes sólidos, a diferencia de los quistes Bosniak III y IV). También incluyen los quistes hiperdensos de 3 o más cm de diámetro. Bosniak III: Son lesiones quísticas que pueden contener engrosamiento parietal, nodularidad, calcificaciones gruesas, con múltiples septos. Se caracterizan por presentar realce de la pared o septos con el contraste endovenoso.1,3,5 Evaluamos también si los pacientes fueron sometidos a punción biopsia o cirugía. En esos casos, cada pieza fue analizada por el Servicio de Patología de nuestra institución. R E S U LTA D O S Se hallaron un total de 50 quistes complejos en 43 pacientes, pero se excluyeron 6 pacientes con 7 quistes por no haberse realizado el estudio con contraste endovenoso quedando para el análisis 43 quistes complejos Bosniak II, IIF o III en 37 pacientes (hubo 2 casos con 2 quistes y 2 casos con 3 quistes), 24 correspondieron al sexo masculino y 13 al femenino. La edad promedio fue de 67,4 años, con límites entre 26 y 83 años. En un 62% de los Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 casos se trató de un hallazgo incidental, encontrándose además 9 pacientes que consultaron por dolor, 3 por hematuria, 1 por dolor y hematuria y 1 por síntomas compatibles con una pielonefritis aguda. Tomando en cuenta el motivo de consulta de cada paciente, se dividió a la muestra en 14 pacientes sintomáticos y 23 asintomáticos. Su tamaño promedio y los distintos quistes hallados en ambos grupos se muestra en la Tabla 1. Treinta y cuatro pacientes fueron diagnosticados por ecografía para luego realizársele la TC con contraste endovenoso. En 15 pacientes se efectuó también una RMN. Tamaño Bosniak II Bosniak IIF Bosniak III Sintomáticos 5,6 cm. Total quistes 6 (38%) 5 (31%) 5 (31%) 16 (100%) Asintomáticos 3,7 cm. 17 (63%) 6 (22%) 4 (15%) 27 (100%) Tabla 1 El lado más afectado fue el izquierdo con 26 casos contra 17 derechos. El tamaño promedio fue de 4,5 cm, con límites entre 1 y 10,3 cm. Hubo 32 quistes hipodensos y 11 quistes hiperdensos, considerando a aquellos con una densidad de más de 20 UH. Cinco pacientes fueron sometidos a biopsia percutánea guiada por TC. En 1 caso se obtuvo un resultado positivo para neoplasia (Bosniak IIF). Los otros 4 pacientes tuvieron resultados negativos para neoplasia (1 Bosniak II, 2 Bosniak IIF y 1 Bosniak III). Se optó por el tratamiento quirúrgico en 7 (todos Bosniak III). Encontramos 9 casos de quistes Bosniak III en la primera TC más 2 pacientes (1 Bosniak II y 1 Bosniak IIF) que mostraron cambios durante los controles tomográficos, reclasificando sus quistes como Bosniak III: 7 operados: 5 malignos (4 adenocarcinomas de células claras y 1 papilar). 2 benignos (1 quiste hidatídico y 1 quiste simple). 4 no operados: 1 con biopsia (-) para neoplasia. 1 con controles con TC sin cambios, con 3 años de seguimiento. 1 que se negó a continuar con los estudios, pero está vivo con 4 años de seguimiento. 1 con controles con TC sin cambios, que falleció al año de seguimiento. Hallamos 11 casos de quistes Bosniak IIF: 1 operado: Se trató del quiste que progresó a Bosniak III, y resultó un adenocarcinoma de células claras. 123 10 no operados: 2 con biopsia (-) para neoplasia. 1 con biopsia (+) para neoplasia, que no aceptó el tratamiento quirúrgico. Actualmente está vivo, con 6 años de seguimiento, pero presenta un franco crecimiento de su masa quística. 7 con controles con TC sin cambios, con seguimiento promedio de 46 meses. Tuvimos 23 quistes Bosniak II: 1 operado: Se trató del quiste que progresó a Bosniak III y cuya patología mostró un quiste simple. 22 no operados: 1 con biopsia (-) para neoplasia. 21 con controles con TC sin cambios, con seguimiento promedio de 33 meses. El seguimiento promedio fue de 36 meses (límites entre 1 y 96 meses). Del total de los pacientes, 31 siguen vivos, 1 se perdió de seguimiento y 5 murieron, todos ellos por una patología no relacionada con el quiste complejo renal. DISCUSIÓN Las masas renales quísticas son un hallazgo frecuente en la práctica diaria y su manejo sigue siendo objeto de controversia. Durante casi 20 años, el sistema de clasificación ideado por Bosniak ha sido adoptado por Urólogos y Radiólogos de todo el mundo. La mayoría de los trabajos publicados coinciden en que es un método útil para el análisis de las masas renales quísticas. Este sistema tiene varias ventajas como ayudar, no sólo en el diagnóstico, sino también en brindar una guía para el tratamiento de los pacientes con quistes renales complejos. Además sirve como herramienta invalorable a la hora de realizar comunicaciones científicas. Sin embargo, esta clasificación carece de un punto de corte neto de separación entre las diferentes categorías que llevan a una variación interindividual importante al momento de llevar a cabo el análisis de las imágenes tomográficas6. Esto da lugar a una amplia diferencia en cuanto al porcentaje de neoplasias entre las categorías de Bosniak en los distintos trabajos publicados (Tabla 2). Claros ejemplos son los trabajos de Curry y col.2 con 0 % de malignidad en los Bosniak II, en comparación con un 80 % de malignidad reportado por Wilson y col.8. Con respecto a los Bosniak III encontramos algo similar, con Bellman y col.11 que informa todos sus casos como benignos, en contraste con Koga y col.10 que cuenta con un 100 % de malignidad en dichas lesiones. 124 Es evidente que los quistes Bosniak I y IV no ofrecen dificultades al momento del diagnóstico, pero observamos una importante discrepancia entre los Bosniak II y III, lo cual nos motivó a hacer este trabajo. Esta discrepancia llevó al mismo Morton Bosniak a formularse esta pregunta:“¿cuán complicado debe ser un quiste para que ya no sea aceptado como benigno?”. Su propia respuesta fue la creación de una nueva categoría para abarcar algunas de las lesiones en cuestión, el Bosniak IIF (follow up)3,14. Estos quistes son más complicados que los Bosniak II, pero son probablemente benignos, aunque tienen indicación de ser sometidos a controles con TC, inicialmente a los 6 meses y luego anualmente hasta determinar la estabilidad de la lesión o su progresión a otra categoría. En este trabajo se encontraron 9 quistes Bosniak III más los 2 que se agregaron debido a los cambios mostrados en los controles con TC; 7 fueron operados, siendo 5 malignos y 2 benignos. Si bien es un número bajo de casos para sacar conclusiones valederas, esto marca a las claras el lugar preponderante que tiene la conducta quirúrgica en este tipo de quistes. Nuestra experiencia con los quistes complejos Bosniak IIF consta de 11 casos; 2 resultaron ser malignos: 1 caso mostró progresión de categoría a Bosniak III, fue operado y la anatomía patológica reveló un adenocarcinoma de células claras y 1 de los tres quistes de esta categoría que fueron sometidos a biopsia, fue positivo para neoplasia. Los restantes pacientes fueron controlados con TC, con un largo seguimiento, sin mostrar cambios en sus características, por lo que podrían ser considerados como benignos. Por otra parte, ninguno de los 23 quistes Bosniak II ha mostrado hasta el momento neoplasia ni tampoco signos indirectos de malignidad, por lo que coincidimos en que los controles de pacientes deben ser menos estrictos que en aquellos con quistes Bosniak IIF. Al igual que en el trabajo de Koga y col.10, nosotros hallamos un alto porcentaje de pacientes asintomáticos al momento de la realización de la TC (62%) en comparación con los que presentaron síntomas (38%). Encontramos además que los quistes asintomáticos fueron un 34% de menor tamaño en relación con los sintomáticos (3,7cm. vs. 5,6 cm. respectivamente). Por último, los quistes asintomáticos fueron en su gran mayoría Bosniak II (63%) y sólo en un 15% Bosniak III, mientras que los sintomáticos mostraron porcentajes similares en las distintas categorías. CONCLUSIONES A pesar de contar con una relativamente escasa cantidad de casos y de no poseer resultados anatomopatológicos de todos los quistes, concluimos que: Aronson (7) Wilson (8) Siegel (6) Cloix (9) Koga (10) Bellman (11) Brown (12) Curry (2) Harisinghani (13) Este trabajo Total Bosniak II Bosniak III 0/4 4/5 1/8 1/7 1/2 0/5 0/4 0/11 4/7 4/4 5/11 4/13 10/10 0/5 3/12 29/49 (59,2%) 17/28 (60,7%) 5/7 81/146 (55,5%) 7/46 (15,2%) Tabla 2 3. 4. 5. 6. 7. 8. La clasificación de Bosniak es un esquema útil para la evaluación y posterior tratamiento de las masas renales quísticas. Los pacientes con quistes complejos asintomáticos tienen un menor tamaño y una probabilidad mayor de tener quistes menos complicados que los sintomáticos. Debido a la posibilidad de cambio en las características iniciales de estos quistes, requieren ser controlados tomográficamente. Los quistes Bosniak III, deben ser explorados quirúrgicamente, ya que un alto porcentaje de éstos son neoplásicos. Los quistes Bosniak IIF, merecen ser controlados tomográficamente a cortos intervalos para detectar precozmente cualquier cambio que sugiera malignidad. Los quistes Bosniak II, pueden seguir con controles por imágenes menos estrictos. 9. 10. 11. 12. 13. BIBLIOGRAFÍA 1. Bosniak MA: The current radiological approach to renal cysts. Radiology 1986; 158: 1-10. 2. Curry NS, Cochran ST, Bissada NK: Cystic renal mas- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 14. ses: accurate Bosniak classification requires adequate renal CT. AJR Am J Roentgenol 2000; 175: 339-342. 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Bosniak MA: Diagnosis and management of patients with complicated cystic lesions of the kidney. AJR Am J Roentgenol 1997; 169: 819-821. 125 COMUNICACIÓN DE CASOS CASE REPORT Divertículos paraureterales congénitos de vejiga en adulto joven como causante de obstrucción ureteral. Reporte de un caso Bladder congenital parauretheral diverticula in young adult as a cause of uretheral obstruction. Report of a case Dres. Mansur, J; I NTRODUCCIÓN Espada, J.D; Un divertículo vesical es una cavidad permanente anexa a la vejiga con la que se comunica. Generalmente son únicos, pero pueden ser múltiples, presentando histológicamente un aspecto normal o de infección. La muscular generalmente es débil, disociada por tejido conjuntivo, no pudiendo encontrarse en ella la disposición característica de tres capas.1 El divertículo de vejiga ocurre cuando se produce una protusión de la mucosa vesical a través de un defecto congénito en el detrusor.2 Pueden encontrarse en la literatura cuatro tipos de divertículos vesicales: Primario (Congénito) representado por lo descripto anteriormente, Secundario (Adquirido) a una obstrucción infravesical3, Iatrogénicos (posterior a una cirugía) y Síndrome asociado (Enf Ehlers-Danlos).4,5 No hemos encontrado en la literatura la incidencia real de esta patología, pero el tipo congénito es mucho más frecuente en los niños hasta los 10 años y el adquirido aparece entre la quinta y sexta década de la vida. Los divertículos congénitos paraureterales de vejiga son una entidad de rara aparición en el consultorio diario del urólogo general, por lo que consideramos interesante la presentación de un caso en un paciente de edad adulta y cómo se manifestó clínica y imagenológicamente, con una descripción de su tratamiento quirúrgico. Mórtola, J; Cabrera, A; Bóveda, A. CASO CLÍNICO Servicio de Urología del Hospital J.R Vidal. Necochea 1050, Corrientes Capital, Argentina TE: 03783-422072, Interno 115. 126 Paciente de sexo masculino de 21 años de edad sin antecedentes patológicos ni urológicos de importancia, que consultó en el mes de junio del 2004 por disuria, polaquiuria y dolor asociado con episodio de orinas turbias de varios días de evolución. Se le realizó un sedimento de orina donde se registraron piocitos y un laboratorio completo donde no se detectaron alteraciones significativas en el hemograma y una urea y creatininemia normal. Se inició tratamiento profiláctico con una quinolona (ciprofloxacina 500 mg ) 2 veces por día y se solicitó una ecografía renal y vésico-prostática de rutina. En dicho estudio se visualizó una ureteropielocaliectasia severa de la unidad renal izquierda y un riñón derecho normal, con la presencia de múltiples imágenes diverticulares en la vejiga con escaso residuo post miccional. Ante estas imágenes se le solicitó al paciente un urograma excretor minutado pudiéndose observar una ureterohidronefrosis severa asociada con una pielocaliectasia importante del riñón izquierdo y una ectasia piélica mínima del riñón derecho sin ureteroectasia. Se visualizaron así mismo dos imágenes de aspecto diverticular a los lados de la desembocadura de ambos uréteres en la vejiga con un uréter izquierdo muy dilatado y un uréter derecho indemne (Foto 1). Ante esta situación se le realizó al paciente una uretrocistoscopia donde se visualizó una uretra normal, un cuello vesical sin signos de obstrucción y una adecuada visualización de ambos meatos ureterales con dos pequeños orificios laterales a ambos lados de los mismos. Asumiendo la sospecha de divertículos vesicales se solicita una T.C. de abdomen y pelvis con contraste endovenoso y oral para la valoración de los distintos hallazgos y las relaciones anatómicas de ambos divertículos con el recto y los tejidos circundantes a la vejiga. En la T.C. (Foto 2) es interesante cómo se puede apreciar una adecuada visualización de ambos uréteres separados de las imágenes diverticulares constatándose una ureteroectasia severa del lado izquierdo con un uréter derecho normal. Ante esta situación se planteó la diverticulectomía vesical con un re-implante ureterovesical izquierdo utilizando la técnica de Cohen por una vía de abordaje transvesical. En el mes de julio del 2004 se ingresó con el paciente a quirófano. Bajo anestesia general y en posición de decúbito dorsal se realiza una incisión mediana infra umbilical. Se accede a la vejiga a través del espacio preperitoneal de Retzius. Se procedió a la apertura de la vejiga con una incisión transversal en el domo y se buscó el trígono vesical, procediéndose a cateterizar ambos orificios ureterales con catéteres K-30. Una vez reparados se constató la presencia de 2 orificios a los lados de ambos meatos ureterales y se introdujo una pinza de Allis a través del orificio, tratando de traer la mucosa del divertículo para realizar la disección entre ésta y la fibrosa, como lo describe Fey y Dossot7. Luego de liberar los sacos diverticulares se procedió a su resección y sutura del fondo de la vejiga con un surjet de Vycrill 3.0. Posteriormente se procedió a realizar el re-implante del uréter izquierdo con técnica descripta por Cohen, dejando un catéter doble J 6 fr. 26 cm en el uréter izquierdo re-implantado. Se cerró la vejiga en dos planos con surjet de Vycrill 3.0 y se dejó una sonda Foley Nº 18 en la vejiga y un drenaje en el espacio pre-vesical por contraabertura. El paciente evolucionó adecuadamente en el post operatorio, retirándose el drenaje pre-vesical al tercer día postoperatorio y fue dado de alta al 5to día con la sonda Foley, la cual fue retirada a los catorce días luego de la cirugía. El catéter doble J se retiró por cistoscopia a las cuatro semanas de la cirugía. La anatomía patológica informó la presencia de urotelio con tejido conectivo por debajo, visualizándose una delgada capa de fi- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 bras musculares sin signos de metaplasia, confirmando el diagnóstico de divertículo congénito de vejiga. Se realizó una uretrocistografía miccional a los tres meses (Foto 3) y otra uretrocistografía al año del procedimiento (Foto 4) constatándose una adecuado relleno vesical, sin reflujo vésico-ureteral activo ni pasivo. El paciente se encuentra asintomático y sin infección urinaria en la actualidad. DISCUSIÓN Los divertículos vesicales son relativamente comunes; sin embargo, su etiología todavía no es muy clara. La mayoría de los autores de trabajos relacionados con el tema interpretan que ocurre un incremento de la presión intravesical como resultado de una obstrucción distal al divertículo, produciendo esta situación una hipertrofia muscular compensatoria y una eventual herniación de la mucosa.7,8,9 Otros investigadores piensan que algunos divertículos son consecuencia de defectos congénitos en la musculatura vesical y citan como evidencia de casos en pacientes jóvenes sin manifestación de causa obstructiva demostrable.5,10 Lo interesante en nuestro caso es el hecho de que nos enfrentamos ante divertículos congénitos de vejiga en un paciente adulto joven, extremadamente raro, ya que las series más grandes de casos descriptos de esta patología son en niños.11,12,13 Si a esta situación la asociamos con la obstrucción ureteral unilateral, solamente tenemos referencia de un trabajo publicado por Livne et col.15 quien presenta dos casos de divertículos paraureterales congénitos de vejiga asociados con ureterohidronefrosis severa, pero sin reflujo vesicoureteral. Lo destacado de este trabajo es que también es en niños y no hace referencia a adultos. Algunos investigadores afirman que genéticamente todos los divertículos son congénitos, y que se desarrollan a partir de una zona que se encuentra entre el trígono y el detrusor, susceptible a disturbios embrionarios, encontrándose siempre una causa obstructiva infravesical que si afecta en el primer decenio de la vida será primario y si afecta la quinta o sexta década de la vida será secundario.15 Se describe así mismo una forma hereditaria autosómica dominante en una familia donde siete pacientes masculinos presentaron esta patología.3 También se describe una asociación muy inusual de divertículos congénitos de vejiga y la enfermedad autosómica dominante de Ehlers-Danlos4 tipo IV, V y IX, debiendo tenerse una conducta muy conservadora en estos casos tratando de evitar la cirugía. En nuestro caso, a pesar de ser un paciente adulto joven, no se pudo reconocer una causa obstructiva a 127 nivel del cuello vesical ni refirió antecedentes hereditarios asociados. Tampoco presentó antecedentes de hiperelasticidad ni fragilidad capilar ni cicatrización viciosa como para pensar en un síndrome de Ehlers-Danlos. Es común admitir que para que se produzca un divertículo vesical son indispensables dos condiciones: a- Una obstrucción, ya sea localizada en el cuello vesical o el cuello del divertículo. b- Un punto débil de la pared muscular a través de la cual realiza una herniación la mucosa que irá aumentando progresivamente si el obstáculo no es suprimido. En caso de los divertículos primarios la causa obstructiva no es posible de determinar. Williams17 trata de explicar esta situación citando a los trabajos de Chwalla, que aquellos divertículos en los que desembocan el uré- ter serían congénitos y los que acompañan a una desembocadura del canal dentro de la vejiga, serían los adquiridos. En la fisiopatología de un divertículo de vejiga asociado con una obstrucción ureteral como es nuestro caso reportado se proponen tres mecanismos. Primero compresión del trayecto extravesical del uréter por el divertículo lleno y tenso, segundo la fibrosis resultante de la peridiverticulitis y por último la hipomuscularidad primaria en la unión ureterovesical y el uréter distal.15 Clínicamente los divertículos vesicales tienen como síntoma principal la micción en dos tiempos. En nuestro caso los síntomas fueron vinculados con las causas que los complican (infección, retención) y a las afecciones que lo generan (disuria, polaquiuria, dolor). En Foto 2. T.C.: se visualiza uréter con contraste y divertículos paraureterales. Foto 1. Compromiso del sistema izquierdo. Foto 3. Uretrocistografía a los meses del post operatorio. 128 Foto 4. Uretrocistografía al año del procedimiento. cuanto al diagnóstico imagenológico una placa simple de árbol urinario serviría para visualizar un lito en vejiga y así llegar al diagnóstico de esta patología. En la actualidad la ecografía vesical de por sí detecta la presencia de divertículos, pero no nos dice si son primarios o secundarios. El urograma excretor continúa teniendo una gran vigencia, en especial para valorar la repercusión del sistema superior producido por la compresión del uréter. La uretrocistografía miccional suele ser un estudio de elección1, pero presenta el inconveniente de no diferenciar la imagen de un divertículo y la de una eversión de ureterocele asociado con dobles sistemas.17 Esta es la patología fundamental a la hora de hacer el diagnóstico diferencial. Conociendo lo importante que es para el cirujano el planeamiento pre-quirúrgico decidimos no realizar este procedimiento y sí una uretrocistoscopia que permitió valorar la dimensión intravesical de los divertículos y su localización y una T.C de abdomen y pelvis con contraste oral y endovenoso resultó muy valiosa a la hora de plantear la mejor estrategia quirúrgica para la resolución de la patología. Es importante discriminar cuándo se debe tratar un divertículo. Las indicaciones quirúrgicas de un divertículo congénito de vejiga se relacionan con episodios de infecciones urinarias a repetición, retención urinaria, litiasis intradiverticular y afectación de la unidad renal superior. Decidimos la conducta quirúrgica por dos razones, siendo la de fundamental importancia la afectación de la unidad renal izquierda y la segunda el comienzo de los episodios de infección urinaria. En cuanto a la mejor conducta quirúrgica a realizar va a depender del caso y su complejidad. Nosotros decidimos realizar un abordaje transvesical, ya que además de resolver la extirpación de dos divertículos de mediano tamaño debíamos realizar el re-implante del uréter izquierdo, por lo que consideramos más oportuna esa vía. Otros autores como Yu y col19 recomiendan la diverticuloplastia extravesical para cualquier tipo de divertículo asociado o no con reflujo vesicoureteral, basándose en su experiencia en 16 niños, diez de ellos con reflujo de distinto grado, relatando que se realizó un cierre sobre el uréter utilizando la mucosa del divertículo prolapsado para la resolución del reflujo vésicoureteral. Creemos que en el caso de un paciente adulto las relaciones anatómicas, así como la posibilidad de no resolver adecuadamente el reflujo hacen a esta técnica no muy recomendable. Con el advenimiento de la laparoscopia se han reportado la resolución quirúrgica de divertículos de vejiga en niños utilizando la vía transperitoneal o preperitoneal, no encontrándose asociado con reflujo vesicoureteral en ninguno de los casos descriptos.19,20 Realizamos los controles postoperatorios a los tres Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 y a los doce meses con una uretrocistografía miccional y un urocultivo y una ecografía renal y vesico-prostática a los 3, 6 y 12 meses. BIBLIOGRAFÍA 1. Hughes, F; Schenone, H.: Urología Práctica, Pág 759762. Editorial Intermédica, Buenos Aires II edición, 1971. 2. Boechat, M; Lebowitz, R.: Diverticula of the Bladder in Children. Pediatric Radiology 1978. 10; 7 (1) 22-28. 3. Hofmann, R; Hagemann, M; Mauermayer, W.: Hereditary autosomal dominant form of Bladder Diverticula in male patient. J Urol. 1984; 131 (2) : 338-339. 4. Bachiller Burgos, J; Varo Solís, C; Baéz,, J.M; y col.: Congenital Bladder diverticulum and Ehlers. 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A pesar del significativo aumento del diagnóstico en los últimos 20 años, la tasa de mortalidad específica ha decrecido de un 80% en la década de los 70 al 5 – 7% en los últimos años debido a los avances en los tratamientos quimioterápicos. Las metástasis de los tumores testiculares ocurren en el 2,5% de los casos, las mismas son más frecuentes en ganglios retroperitoneales, pulmón, próstata, piel, colon, riñón y bazo; la localización dérmica se considera como un factor de mayor agresividad tumoral1,6. Por último, la cirugía es el adyuvante más eficiente de la quimioterapia en pacientes con enfermedad avanzada en quienes no se ha obtenido una respuesta completa3,4. Vitali, A.; Arias, M.; Teiblum, V.; De Oliveira, L. CASO CLÍNICO Paciente de 27 años de edad, argentino, nacido en la provincia de Bs. As., de profesión mecánico, que presenta como antecedentes patológicos haber recibido tratamiento completo para TBC y migrañas tratadas en forma sintomática. Ingresa al Servicio de Clínica médica con un síndrome de impregnación con pérdida de peso de 10 kg en los últimos tres meses, disnea y tos con expectoración hemoptoica, a nivel testicular presenta dolor y aumento de tamaño del testículo derecho. Al examen físico: se descubre lesión tumoral sangrante a nivel torácico anterior de 3 cm de diámetro, dolorosa, con respiración superficial antálgica. Aumento de tamaño de testículo derecho (7 x 5 cm de diámetro), de consistencia duro pétrea y con dolor a la palpación. Servicio de Urología. Hospital Teodoro Alvarez Aranguren 2700 Buenos Aires, Argentina 130 Estudios Ecografía testicular: testículo derecho aumentado de tamaño (77 x 62 x 80 mm) de ecoestructura parenquimatosa heterogénea. Testículo izquierdo S/P. Subunidad B HCG: >200.000 mUI/ml. Alfa Fetoproteína: 1,52 ng/ml (VN:0 a 15 ng) LDH: 1590 U/L (VN: 100 a 250 U/L) Baciloscopía para BAAR: negativa. Cirugía Se realizó orquidectomía radical derecha por vía inguinal y exégesis del tumor de tronco, siendo el informe anatomopatológico: pieza de orquifuniculectomía de 7 x 6,6 x 5 cm. Que incluye 5 cm. de cordón espermático. Se realizó Tomografia Axial Computada con y sin contraste visualizando múltiples imágenes ganglionares y torácicas en proyección de ambas axilas, fuera del rango adenomegálico. Compresión de vena cava superior por conglomerado aórtico derecho del espacio retrocavo pretraqueal y subcarinal. Derrame pleural bilateral a predominio izquierdo. Múltiples imágenes de aspecto nodular a nivel de ambos campos pulmonares, las mayores de ellas ubicadas en la base pulmonar izquierda, presentan centro hipodenso, probablemente por la presencia de material necrótico. (Foto 4) Foto 1. Foto 2. Tumor mixto de células germinales 80% de coriocarcinoma y 20 % de seminoma con áreas hemorrágicas, necrosis, infiltración del epidídimo, invasión angiolinfática y sanguínea multifocal. Albugínea y márgenes quirúrgicos de resección libres. La biopsia de lesión de tronco informó metástasis cutáneas de tumor testicular con extensas áreas de necrosis y hemorragias, que no permite establecer con certeza el tipo histológico. Probable carcinoma embrionario o coriocarcinoma a confirmar por la histología del tumor primitivo (Foto 3). Foto 4. A nivel abdominal: múltiples imágenes hipodensas en lóbulo hepático derecho. Areas adenomegálicas retrocrural izquierda. Bazo, páncreas y ambos riñones normales, imagen ganglionar adenomegálica sobre el compás aortomesentérico. T R ATA M I E N T O El tratamiento quimioterápico consistió en una primera etapa de cuatro ciclos de bleomicina (30 mg semanal), etopósido (500 mg x m2) y cisplatino (80 mg x m2). Al no haber negativización de los marcadores, se realiza una segunda etapa donde se utiliza vinblastina (0,11 mg/kg ), ifosfamida (x3 1200 mg/mt2), Cisplatino (80 mg/mt2), logrando así una remisión completa de dichos marcadores, aunque persistían imágenes residuales pulmonares en la tomografía computada, las cuales retrogradan con el tiempo posterior al tratamiento. DISCUSIÓN Foto 3. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Se presenta el caso de un paciente con tumor testicular mixto (coriocarcinoma 80% y seminoma 20%) con metástasis a distancia de localización infrecuente6. Dicho tumor de muy baja incidencia y gran agresividad, debido a su ubicación a distancia en piel, no pre- 131 sentaba la elevación conjunta de los niveles séricos de subunidad beta de HCG y AFP2,5, característica que se encuentra en el 90% de los tumores mixtos. Solamente existen 7 casos de metástasis cutáneas de coriocarcinoma testicular reportados mundialmente hasta la fecha7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14. Actualmente el paciente cursa su segundo año posterior al comienzo del tratamiento, con marcadores negativos y con remisión de lesiones pulmonares posterior a dicho tratamiento, el cual se realizó de manera combinada con cirugía y quimioterapia, con resultados similares a lo comentado3,4. 6. 7. 8. 9. BIBLIOGRAFÍA 1. Journal American Academy of Dermatology 1999; 22:19 Medical Oncology: A comprehensive Review testicular cancer. Bringhurst, C; 2. Amato, R; Division of Medicine; University of Texas MD Anderson Cancer Center, Houston; 1995. 3. Tumores Urogenitales, Criterios Generales y recomendaciones para su diagnóstico y tratamiento. Dr. Bengió, R; Dr. Metrebián, S. Grupo de consenso Uro-Oncológico de Córdoba; 2001. 4. Interpretación clínica de las pruebas de laboratorio, 4° Edición Wallach, J Ed. Mason. 2003; 882-883. www.thedoctorsdoctor.com/diseases/skin_metastases 5. Gleizal A; Torossion JM; Geha H; Lebreton F; Beziat 132 10. 11. 12. 13. 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La técnica de cirugía abierta está claramente estandarizada, e incluye la colocación de un catéter ureteral, la perfusión con manitol, el clampeo del pedículo, la reparación del sistema pielocalicilar y la sutura del parénquima. Esta cirugía no está exenta de complicaciones, siendo las más frecuentes la fístula urinaria, el sangrado, la insuficiencia renal y la nefrectomía de necesidad. Con el avance de las técnicas laparoscópicas, la cirugía conservadora renal se ha convertido en un procedimiento de amplia difusión, practicado en centros especializados en laparoscopia avanzada. Los resultados reportados son buenos, aunque aparentemente este abordaje presentaría mayores complicaciones que la cirugía abierta. Describimos nuestra técnica de nefrectomía parcial laparoscópica. Dicha técnica es el fruto de la experiencia de un cirujano autodidacta.1 * Director Unidad de Endourología y Laparoscopía Urológica, Clínica Santa María y Profesor Asociado de Urología, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. ** Fellow en Laparoscopía Urológica, Clínica Santa María. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 Técnica quirúrgica Luego de la inducción anestésica, y debido a que el procedimiento es transperitoneal, se colocan una sonda nasogástrica y vesical. Se administra una dosis endovenosa de cefazolina 1g y el paciente es posicionado en decúbito lateral completo, con protección de las zonas de presión. Para prevenir el tromboembolismo pulmonar se utiliza de rutina la compresión neumática de extremidades inferiores (Figura 1). Realizamos el neumoperitoneo puncionando con aguja de Veress en posición subcostal o en la fosa ilíaca, e insuflamos hasta una presión de 15 mmHg. El primer trocar, para la óptica de 30°, se coloca en posición pararrectal y paraumbilical. Los trocares adicionales van en posición subcostal y fosa ilíaca en la línea medio clavicular. En el lado derecho se coloca un trocar en el epigastrio para desplazar el hígado con una pinza que se sujeta a la pared muscular posterior. En ambos lados se coloca un trocar de 5 mm en el flanco para que el ayudante sujete el polo inferior del riñón durante la disección del pedículo (Figura 2). En el lado derecho movilizamos el colon encima del riñón y realizamos una maniobra de Kocher. Luego entramos en el plano entre el uréter por arriba y la vena gonadal por abajo, avanzando hacia cefálico hasta identificar la vena renal. En el borde inferior de la vena y posterior a ella se encuentra la arteria renal, la cual disecamos con la ayuda de un disector de ángulo recto de 10 mm. En el lado izquierdo movilizamos ampliamente el colon, seccionando el ligamento freno-cólico y el espleno-renal, y avanzamos hacia cefálico seccionando el peritoneo que sostiene el bazo a la pared. Esto permite que el bazo se desplace hacia la línea media arrastrando consigo el páncreas. Con la ayuda del bisturí armónico (Ethicon Endosurgery®), disecamos el pedículo renal pri- 133 mero. Un buen detalle para localizar la vena renal es identificar la vena gonadal y seguirla hacia cefálico hasta llegar a la vena renal. Para localizar la arteria es necesario seccionar entre clips la vena gonadal y la vena lumbar. La arteria sale en el borde inferior de la vena siguiendo un curso oblicuo hacia arriba y se diseca con la ayuda del disector recto de 10 mm. En este momento se deja puesto el torniquete de Rimel,2 el cual se prepara con un elástico vascular de 15 cm y un trozo de sonda Foley de 18 Fr de 1,5 cm (Figura 3). Sólo en este momento se procede a la disección del riñón abriendo la Gerotta e identificando el tumor, siendo necesario exponerlo en toda su circunferencia con al menos 2 cm, de parénquima normal rodeándolo. Se aplica el torniquete o el clamp bulldog en la arteria, dejando la vena libre (Figura 4), y se procede a demarcar el límite de sección del parénquima con el gancho de coagulación monopolar. Utilizando en la mano izquierda el aspirador y en la derecha la tijera de sección fría, el cirujano procede a cortar el parénqui- ma renal identificando cuidadosamente el tejido normal para lograr un buen límite de sección de tejido sano (Figura 5). Una vez completada la resección, el tumor se deja en un sitio identificable, para ser extraído posteriormente. Se procede a la sutura del parénquima. Se sutura primero el plano calicilar-vascular con una sutura continua de Vycril® 2-0 de 25 a 30 cm con aguja UR-6 o SH. Para el segundo plano utilizamos un Vycril® 0 con aguja CT-1 de 30 cm. Existen 2 formas de realizar este paso de sutura del parénquima. El primero es colocar los cigarros de Surgicell sobre el parénquima y luego realizar puntos separados con nudos intracorpóreos, siendo necesario efectuar 3 o 4 puntos para completar el cierre (Figura 6). La segunda alternativa, y la que usamos en la actualidad porque disminuye el tiempo quirúrgico y por tanto el tiempo de isquemia, es realizar una sutura continua con el mismo material de sutura, fijando cada lazada con un Hem-O-lok®. La fijación de cada lazada puede ser realizada también con el instrumento Lapra-Ty® Figura 1: Posición del paciente. Figura 2: Ubicación de trocares. A B C Figura 3: Confección del torniquete de Rimel y esquema de aplicación del mismo. 134 D (Ethicon Endosurgery) diseñado para no hacer nudos en suturas laparoscópicas continuas. Se pasa la primera lazada y el extremo se toma con un clip de Hem-o-lok® de 5 o 10 mm. Bajo la lazada se colocan 2 o 3 cigarros, previamente preparados, de Surgicell®, y se tracciona el hilo comprimiendo el parénquima sobre los cigarros y fijándolo con otro Hem-O-lok®. Se continúa con una sutura continua, fijando cada lazada con un Hem-O-lok®, hasta terminar la sutura. La tracción de cada lazada debe ser cuidadosa para evitar el desgarro del tejido Figura 6: Cierre del segundo plano utilizando cigarros de Surgicell® y sutura a puntos separados. Figura 4: Esquema de clampeo arterial con clamp bulldog. AR- arteria renal, CB- clamp bulldog. renal, esta tracción debe ser realizada en el sentido del punto y no perpendicular a éste. Terminada la sutura se ubica el torniquete y se corta un elástico con tijera, liberando rápidamente la compresión de la arteria. Se extrae el torniquete y se revisa la hemostasia y la adecuada perfusión del parénquima renal. El tumor se extrae en un endobag de 10 mm (Ethicon Endosurgery®) y se retira ampliando la punción de la fosa ilíaca. Siempre solicitamos biopsia rápida para determinar los márgenes, pese a esto nunca ha sido necesario realizar una re-resección. Finalmente la Gerota es cerrada con una sutura continua de Vycril® 0 con aguja CT-1 de 25 a 30 cm y se deja un drenaje aspirativo por el orificio del trocar del flanco. La sonda nasogástrica se retira antes del traslado del paciente a la sala de recuperación y la sonda vesical se mantiene durante 2 días. BIBLIOGRAFÍA Figura 5: Resección tumoral con amplio margen de seguridad. A- aspirador, TL- tijera laparoscópica, PR- parénquima renal, C- cáliz abierto. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 1. Castillo O, Pinto I, Kerkebe M, Portalier P.: Laparoscopic nephron-sparing surgery in renal carcinoma. J Endourology 16 (Supplement 1): P28-5, A156, 2002. 2. A. Rosales, J. Salvador, N. De Graeve, O. Angerri, H. Villavicencio: Clamping of the Renal Artery in Laparoscopic Partial Nephrectomy: An Old Device for a New Technique. European Urology 47 (2005) 98–101. 135 Comentario de trabajos Outcome of penile cancer in circumcised men Seyam R.M., Bissada N.K. y col. J Urol 175: 557; 2006. Objetivos: Previamente hemos reportado sobre un grupo de pacientes con cáncer de pene post- circuncisión. Ahora estudiaremos la evolución de estos pacientes a largo plazo. Materiales y Métodos: Revisamos las historias clínicas de 22 pacientes presentadas entre octubre de 1997 y mayo de 2000. Resultados: De 22 pacientes, 18 fueron sometidos a circuncisión ritual con desarrollo de gran cicatriz. La edad media de diagnostico fue de 62,4 años. La lesión del pene fue dorsal y localizada en 15 pacientes la demora media antes de ser diagnosticado fue de 12 meses. Clínicamente, 14 pacientes tuvieron la enfermedad T1-T2, sólo 1 presentó compromiso ganglionar y ninguno metástasis a distancia, 8 pacientes tuvieron la enfermedad T3-T4. Un total de 15 pacientes fueron tratados quirúrgicamente con penectomías total (10) o excisión local conservativa (5), disección ganglionar inguinal (9) y la subsecuente reconstrucción de pene (3). Estudios patológicos realizados en 15 pacientes revelaron que 10 pacientes con etapa T1 y en 8 pacientes con disección ganglionar presentaban metástasis nodular. La clasificación histopatológica fue 20 carcinomas epidermoides, 1 sarcoma y 1 carcinoma verrugoso. 6 pacientes rehusaron la cirugía y 1 fue derivado para paliación. El seguimiento medio fue de 14,5 meses y la sobrevida media de 14,5 meses. La sobrevida de 3 años fue de 42% para pacientes con enfermedad T1-T2 y 13% para T3-T4 (P= 0,0052). La sobrevida media para el grupo sometido a cirugía fue de 34 meses (P= 0,0016). La sobrevida libre de recurrencia en el grupo sometido a cirugía fue del 50%. Conclusiones: El cáncer de pene en hombres seguidos de una circuncisión no clásica, agresiva es una enfermedad distinta. El diagnóstico y el tratamiento quirúrgico diferido está asociado con un incremento de la mortalidad. C O M E N TA R I O Los autores presentan la evolución de 22 pacientes tratados por cáncer de pene, con antecedentes de una circuncisión ritual en una población musulmana, donde analizan los resultados de la terapéutica instituida y los factores etiopatogénicos. Se trata de un grupo donde la edad promedio es de 62 años con el más joven de 29 años, 21 árabes y un filipino, 18 con circuncisión ritual, tres clásicas y un desconocido, todos con tumores infiltrantes, 14 con T1-T2 y 8 T3-T4, con un promedio 12 meses entre el inicio y la consulta. Esta consulta tardía y con tumores avanzados y complicados nos hace referencia a un grupo de baja condición sociocultural y coincide con los trabajos presentados en nuestro medio. Por la localización del tumor, un paciente se beneficiará con una amputación parcial y los 20 restantes tiene indicación de amputación total, de los cuales 10 aceptaron, 7 se negaron y 5 fueron a resecciones parciales, de este último grupo un paciente controló el tumor, los otros recidivaron y 4 fueron tratados únicamente con RAD local. Todos con progresión local. Esta evolución era previsible, dado que si la lesión no se ex136 tirpó con un margen amplio de tejido sano, tiene un porcentaje de recidiva local y está demostrado que la RAD no tiene margen de efecto sobre tumores infiltrantes. La negativa a la amputación está en relación con la localización del tumor. La mayoría de nuestros pacientes tiene una localización balanoprepucial y un 90% asociado con fimosis. Llama la atención que tres pacientes aceptaron una reconstrucción del pene y prótesis. De las 9 linfadenectomías inguinales positivas, cinco recidivaron localmente; dos eran N3 ulcerados. No hacen referencia de adyuvancia de RAD, quimioterapia post. linfadenectomía, en la enfermedad ganglionar avanzada. Coincidimos con el protocolo inicial del trabajo. Si bien la sobrevida está en relación con el T y grado histológico, el pronóstico lo marca la conducta quirúrgica propuesta. Es interesante la presencia de un sarcoma, dentro de este grupo reducido de pacientes que estadísticamente a nivel mundial está entre el 0,5 y 1% de los tumores de pene. Este trabajo nos saca del contexto habitual sobre la etiopatogenia del cáncer de pene, donde sabemos que la circuncisión es igual a la profilaxis en el cáncer. En los países desarrollados la frecuencia del cáncer de pene es del 0,4 al 0,6% de todas las neoplasias, donde la circuncisión habitualmente neonatal y en países con población de bajo nivel cultural la incidencia sube al 20-30% (Asia-África) o como en Uganda donde el 1% de los hombres padecerán cáncer de pene. Si bien la circuncisión tardía no hace al cien porciento de la profilaxis se detecta con mayor precocidad y mejor pronóstico, las publicaciones en este grupo son escasas. Los autores refieren una casuística de 32 pacientes en su Hospital, en el presente trabajo no comentan sobre los 10 pacientes restantes que nos parece de interés conocer las características de este grupo. La circuncisión ritual (Tihamah), a la que fueron sometidos 18 pacientes, donde la extirpación del prepucio se extiende a la piel dorsal del pene, esta conducta supera el concepto de circuncisión, y sería una mutilación donde se aplican plastrones de hierbas para hemostasia y curación, que es por segunda generando una cicatriz amplia. Buscan una explicación carcinogenética en estas hierbas, pero una posible causa sería una cicatriz fina y débil que sufre traumatismos, procesos inflamatorios y exposición a carcinogenéticos como el HPV. En una revisión se demostró hasta un 42% de DNA/ HPV en las muestras de cáncer de pene y hasta un 90% en las lesiones preneoplásicas.2 Esto explicaría la localización en glande de un individuo en este grupo de pacientes. Esta casuística única en pacientes circuncidados, llevaría a esta población del sudeste de Arabia a interrumpir este tipos de ritos, ya que en el resto del país la incidencia del cáncer es baja. El cáncer de pene es una patología de consulta tardía y el pronóstico depende de la conducta quirúrgica más que del grado tumoral o diferenciación. Asociado con una tasa de mortalidad elevada, hasta un 29% en nuestra casuística3 y de acuerdo con lo analizado pensamos que no se trata de una enfermedad diferente a la presentación distal. 1. E. Solsona, F. Algaba, S. Horenblas, G. Pizzocaro, T. Windahl.“Guidelines on Penile Cancer”. European Association of Urology. March. 2004. 2. Igor Stancik and Wolfgang Holtl.“Penile cancer: review of the recent literature”. Curr Opin Urol 13:467, 2003. 3. Ambrosetti, F.; Macias, F.; López, F.; Marottoli, N.; Mecca, R.“Tratamiento ganglionar en el cáncer de pene”. Rev. Arg. Urol; 2005; 70: Nº 3. Pág. 148-152. DR. FERNANDO AMBROSETTI Jefe del Servicio de Urología del Hospital Escuela General San Martín, Corrientes. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 137 A randomized study comparing an antireflux system with a direct ureteric anastomosis in patients with orthotopic ileal neobladders. Atallah A Shaaban, Mohamed Abdel-Latif, Ahmed Mosbah, Hossam Gad, Ibrahim Eraky, Bedeir Aliel-Dein, Yasser Osman, Mohsen El Mekresh, El-Housseiny Ibrahim And Hamdy El-Kappany. B.J.U. Int. 2006 May; 97(5):1057-1062 Objetivo: Para obtener el beneficio de un sistema de antirreflux en pacientes con neovejiga ileal ortotópica, como así también la controversia sobre cuándo la prevencion reflux ofrece alguna ventaja. Pacientes y Métodos: Nosotros conducimos un estudio prospectivo aleatorizado entre enero del 2002 y marzo del 2004, en 60 pacientes (53 hombres y 7 mujeres) con un promedio de edad de 52.7 años, que fueron candidatos para neovejia ortotópica. Pacientes con comorbilidades fueron excluidos. Una evaluación preoperatoria incluyó urografía intravenosa, biopsia cistoscópica y renografia radioisotópica para evaluar las tasas diferenciales de filtración glomerular. Casos con riñones y uréteres normales, y con tasas similares de filtración glomerular, fueron enrolados. La cirugía comprendió una cistectomía radical estándar con linfadenectomía pelviana. Los uréteres fueron aleatorizados para una anastomosis directa dentro de 5cm de una chimenea ileal en un lado, o ser implantado usando un sistema antirreflujo con túnel extramural seroso, en el lado contralateral en el mismo paciente. Un seguimiento regular incluyendo urografía intravenosa y renografia cada 6 meses en pacientes libres de cáncer. Resultados: La duración del seguimiento fue de 23 meses. Se registró una prolongada pérdida de orina desde un uréter con reflujo en un paciente que fue tratado con una nefrostomía percutánea temporaria. Las colecciones pélvicas sintomáticas requirieron un tubo de drenaje en seis casos. Seis uréteres desarrollaron una temprana estenosis de la anastomosis (uno directo y cinco antirreflujo), y fueron tratados con ureterotomía endoscópica en tres y cirugía abierta en los tres restantes. Los niveles de creatinina sérica fueron normales en todos los pacientes durante el período de observación. Las tasas de filtración glomerular (GFRs) eran similares en los dos grupos. El significado de GFRs antes de la cirugía y en 6, 12,18, y 24 meses después las cistectomías fue: 55.1, 50.7, 49.4, 52.2 y 53.9 me/min por el lado directo; y 56.1, 53, 52.4, 53.2 y 50.4 mL/min para unidades renales con implantación antirreflujo. Hubo un deterioro significativo de los GFRs debido a estenosis de las anastomosis desde 48,6 (6,7) ml/min antes de la cirugía hasta 31,8 (15,9) ml/min después de la revisión (P=0,01). Conclusiones: Los procedimientos antirreflujos se asociaron con una alta incidencia de estenosis de las anastomosis más que con los métodos directos y hubo un significativo deterioro renal. C O M E N TA R I O El presente es un trabajo prospectivo aleatorizado en pacientes con cáncer vesical y tracto urinario superior normal a los que se realizó reemplazo vesical con una neovejiga ileal ortotópica, comparándose la forma de reimplante ureteral directo a una chimenea de segmento ileal de 5 cm, con anastomosis según técnica de antirreflujo con un túnel extramural en el lado contralateral, es decir un estudio comparativo intragrupo, sin mencionarse la metodología de la elección al azar. Se reclutaron 60 pacientes, 53 de sexo masculino y 7 de sexo femenino respectivamente excluyéndose pacientes con morbilidad asociada, excepto el cáncer vesical, con una tasa de filtración glomerular dentro de límites normales. Los reimplantes ureterales del lado izquierdo se realizaron a través del mesocolon sigmoide y por delante del mismo, en el lado derecho sin modificaciones, en todos los casos se practicaron biopsia por congelación del extremo de uréter a anastomosar. Luego de un seguimiento de 23 meses (9,6) 6 unidades ureterales desarrollaron 138 estenosis de la anastomosis, 1 con la técnica directa y 5 con procedimiento de antirreflujo, 4 del lado izquierdo y 1 del derecho. La radiología mostró hidronefrosis en todos los casos de estenosis. Luego de la resolución de la misma por cirugía abierta o endoscópica no se halló evidencia de metástasis o recurrencia local. Realizando estudios ascendentes en 53 pacientes, se halló reflujo ureteral en 44 de los anastomosados directamente y en 6 con procedimiento antirreflujo, los niveles de creatinina sérica y tasa de filtración glomerular fueron similares en los dos grupos que no presentaron estenosis, no así en los casos donde la variable a evaluar estuvo presente, registrándose una significativa tasa de descenso en la filtración glomerular siendo ésta estadísticamente significativa (P= 0,01). El propósito del presente estudio fue determinar si un mecanismo sin técnica de antirreflujo permite realizar la confección de neovejigas con anastomosis del uréter en forma directa preservando la función del árbol urinario superior, de hecho la conclusión de los autores fue que las anastomosis con técnica antirreflujo tienen más incidencia de estenosis con significativo deterioro de la función renal. La controversia que se plantea siempre entre los urólogos es si la prevención del reflujo modificaría en forma alguna la función renal, quedando en parte resuelta desde que la confección de neovejigas destubulizadas crearía un sistema de baja presión que hace innecesario la creación de sistemas antirreflujo, haciendo más prolongada la cirugía y además con mayor índice de estenosis como lo demuestran los trabajos de Studer y los últimos trabajos de Hautman donde abandona la técnica de antirreflujo por tener mayor porcentaje de estenosis. Cuando se evalúa la posibilidad de estenosis en un reimplante entre uréter y vejiga ileal, además de la anastomosis en sí, deben plantearse otros factores como ser la forma en que se realizó la disección del uréter, en qué medida los factores generados por la isquemia pueden condicionar la presencia de estenosis, como así también el caso del uréter izquierdo que está condicionado por la transposición del mesocolon sigmoide. Por último, en este trabajo deberían tenerse en cuenta otras variables como son las que acabamos de mencionar que podrían alterar las conclusiones a las que se han arribado. Dr. Claudio Koren Médico de Planta del Servicio de Urología del Hospital Churruca-Visca Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 139 Seguridad y tolerancia de la tolterodina en el tratamiento de la vejiga hiperactiva en hombres con obstrucción urinaria. Dres. Paul Abrams, Steven Kaplan, Hendrik J. De Koning Gans y Richard Millard. Bristol Urological Institute, Southmead General Hospital, Bristol, United Kingdom (PA), Columbia Presbyterian Medical Center (SK) and Pfizer Inc (HJD), New York, and Prince of Wales Hospital, Randwick, Australia (RM).“Bioethics”. The Journal of Urology. Vol 175, 999-1004, March 2006. Objetivo: La terapia antimuscarínica en hombres con vejiga hiperactiva y obstrucción urinaria se percibe con un potencial riesgo de retención urinaria. Usando estudios de presión flujo, calculamos la seguridad y tolerancia de la tolterodina vs. placebo en hombres con vejiga hiperactiva y obstrucción urinaria. Material y Métodos: Hombres (mayores de 40 años) con obstrucción urinaria y detrusor hiperactivo fueron randomizados para tolterodina (2 mg 2 veces al día en 149) o placebo (en 72) por 12 semanas. Los objetivos primarios fueron determinar el flujo máximo y la presión máxima del detrusor. Resultados: Las diferencias medias en el flujo máximo (-0,7 ml. seg., 95% CI -1,6 a 0,4) y presión máxima del detrusor (-7 cm. de H2O, 95% CI -3 a 11) fueron comparables. La tolterodina redujo significativamente el índice de obstrucción urinaria vs. placebo (-9 vs. 0, p<0,02). Hubo diferencia significativa en el volumen de la primera contracción del detrusor (+59 ml, 95% CI 19 – 100) y de la capacidad cistométrica máxima (+67 ml, 95% CI 35 – 103), en favor de la tolterodina sobre el placebo (p< 0,003). Los cambios en el residuo postmiccional fueron significativamente mayores en los pacientes tratados con tolterodina (+25ml) que los del placebo (0 ml, p<0,004). No se registraron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la incidencia de efectos adversos. Fue reportado 1 paciente con retención urinaria en el grupo tratado con placebo. Conclusiones: La tolterodina no afecta negativamente la función urinaria en hombres con vejiga hiperactiva y obstrucción urinaria. El promedio del flujo urinario no fue alterado, y no hay evidencia de cambios clínicos significativos en la presión del vaciado y el residuo postmiccional o retención urinaria. La tolterodina fue bien tolerada. Estos resultados sugieren que los antimuscarínicos pueden ser administrados en forma segura en hombres con obstrucción urinaria. C O M E N TA R I O En este trabajo, los autores nos brindan más información acerca de cómo afecta la tolterodina a pacientes con síntomas irritativos y obstrucción, idea que se ha empezado a publicar en el último tiempo y que podría desmitificar algunos preconceptos erróneos. La vejiga hiperactiva es un síndrome que se caracteriza por urgencia, con o sin incontinencia de orina y acompañada usualmente por frecuencia y nocturia. Estos síntomas son generalmente atribuidos a una hiperactividad del detrusor, que se identifican urodinámicamente por la contracción involuntaria del detrusor en la fase de llenado. A medida que la edad aumenta, la incidencia de hiperactividad del detrusor también se incrementa, debido a múltiples factores. En los hombres, estos síntomas se asocian con una obstrucción urinaria secundaria a hipertrofia prostática benigna, que en un principio producen isquemia y luego denervación. Estos cambios miogénicos y neurogénicos hacer perder el control de la contracción vesical. Los síntomas de vejiga hiperactiva son tratados en las mujeres con éxito con drogas antimuscarínicas, mientras que en los hombres que presentan síntomas concomitantes de obstrucción evitamos utilizarlos por la creencia de que el efecto inhibitorio de los antimuscarínicos sobre la contracción del detrusor podría agravar la micción o producir retención urinaria. En este trabajo prospectivo, randomizado y ciego, Paul Abrams evaluó los efectos de la tolterodina vs. el placebo con estudios de presión flujo en hombres con vejiga hiperactiva y obstrucción urinaria. 140 Se incluyeron en este estudio a hombres mayores de 40 años, con una frecuencia urinaria de más de 8 veces en 24 horas y urgencia con o sin incontinencia (1 o más episodios en 24 horas). También requirieron de la confirmación urodinámica de hiperactividad del detrusor y un volumen a la primera contracción menor de 350 ml. Los criterios de exclusión incluyeron antecedentes de cirugía prostática, residuo postmiccional mayor de 40% a capacidad cistométrica máxima, retención urinaria en los últimos 12 meses, sonda vesical, infección urinaria, tratamiento con inhibidores de la 5 alfa reductasa u hormonas en los 6 meses previos o tratamiento con drogas intravesicales previo la randomización. Fueron estudiados un total de 222 hombres (150 en el grupo de tolterodina y 72 en el de placebo). Abandonaron el tratamiento 17% en el grupo placebo y 11% en el de tolterodina, siendo la principal causa los efectos adversos. Los pacientes fueron evaluados luego de 12 semanas de tratamiento. Hallaron cambios moderados, pero sin diferencia estadística significativa a favor del placebo en el flujo máximo y en la presión del detrusor a flujo máximo comparando los grupos, pero curiosamente refieren que el índice de obstrucción urinaria (pdet.Qmax. – 2Qmax) mejoró en favor del grupo de la tolterodina (p = 0,0108). Además aumentó el volumen urinario para la primera contracción del detrusor y para la capacidad cistométrica máxima. Como cabía de esperar el residuo postmiccional aumentó significativamente en el grupo de la tolterodina. Sin embargo, este incremento no fue clínicamente perjudicial para el paciente. Otro índice que calcularon fue el de contractilidad del detrusor (pdet Qmax +5Qmax), el cual aumentó en el grupo placebo y disminuyó en el de tolterodina (p=0,0045). El último parámetro calculado fue la eficacia del vaciado (volumen evacuado x 100) / capacidad cistométrica máxima). Esta no cambió en el grupo placebo, pero sí disminuyó 7% en el grupo de la tolterodina. La diferencia entre los grupos fue estadísticamente significativa. (p = 0,0183) Respecto de los efectos adversos, no se hallaron diferencias (p = 0,326) y sólo un paciente en el grupo placebo presentó retención urinaria. Aquí no hay diferencias, seguramente porque comparan todos los efectos adversos juntos. Cabe mencionar que la sequedad de boca fue el más frecuente y se presentó en el 24% de los pacientes que recibieron tolterodina, mientras que sólo estuvo presente en el 1,4% del grupo placebo. El estudio sugiere la utilización de la tolterodina en este grupo de pacientes como una droga bien tolerada y segura, ya que los antimuscarínicos actuarían sobre la fase de llenado, sin agravar la contractilidad del detrusor en el vaciado ni precipitar una retención urinaria en pacientes con obstrucción. Personalmente vengo tratando pacientes con estas características, y sin haber realizado un estudio controlado como el presentado por los autores, podría decir que con la utilización de drogas anticolinérgicas los síntomas irritativos como la calidad de vida de estos pacientes han mejorado sin agravar los síntomas de obstrucción. En caso de utilizarlos sugiero empezar con dosis bajas y controlar periódicamente el vaciado vesical. No es de menor importancia mencionar que el trabajo fue apoyado por la industria farmacéutica. Dr. Gabriel Favre Servicio de Urología del Hospital Italiano de Buenos Aires Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 141 Restaging transurethral resection of high risk superficial bladder cancer improves the initial response to bacillus Calmette-Guerin therapy Herr H. W. J Urol 2006, 174: 2134-2137 Introducción: Este estudio fue una evaluación sobre si una segunda resección transuretral (RTU) del cáncer superficial de vejiga mejora la respuesta temprana a la terapia con Bacilo de Calmette Guerin (BCG). Materiales y Métodos: Un total de 347 pacientes con cáncer superficial de vejiga de alto riesgo (Ta de alto grado y T1 asociados con carcinoma in situ) fueron sometidos a RTU simple (132 pacientes) y segunda RTU (215 pacientes) antes de recibir un tratamiento con BCG durante 6 semanas. Los pacientes fueron evaluados como respondedores (presencia o ausencia de tumor) a la primera cistoscopia de seguimiento, a los 6 y 12 meses y evaluados en relación con la progresión de la enfermedad dentro de los tres años de seguimiento. Resultados: De los 132 pacientes que fueron sometidos a RTU simple antes de la terapia con BCG, 75 (57%) tenían tumor residual o recurrente a la primera cistoscopia, en 45 (34%) presentaron luego progresión, comparado con 62 de 215 pacientes (29%) que tuvieron tumor residual y 16 (7%) que presentaron progresión luego de la segunda RTU (p=0,001) Conclusión: La segunda RTU (restaging) de los tumores superficiales de alto riesgo mejora la tasa de respuesta a la terapia con BCG, reduce la frecuencia de tumores recurrentes y parece demorar la progresión tumoral. C O M E N TA R I O Con cohortes numéricamente importantes y en un estudio no randomizado, el autor afirma que los resultados del tratamiento adyuvante con BCG en pacientes con tumores vesicales superficiales de alto riesgo son significativamente mejores luego de resección transuretral (RTU) de re-estadificación previo al empleo de BCG. Los tumores superficiales representan la forma más frecuente de presentación de las neoplasias de vejiga (75%) y de las mismas el 70-80% corresponden a estadios Ta de bajo grado, con importante tendencia a recurrir, pero con relativamente baja tasa de progresión (3-4%). Como contrapartida, las lesiones de estadio Ta de alto grado, las T1 y el CIS diseminado tratadas con RTU y adyuvancia con BCG exhiben progresión en un rango que va de un 13 a un 48%, con seguimientos de una media de cinco años. Las razones de estas discrepancias en cuanto a progresión pueden residir en diferentes criterios patológicos de gradación y estadificación, de la obtención o no de una resección completa, del tipo y modalidad de aplicación de la adyuvancia y del período de seguimiento, aspecto este último de importancia crítica al momento de evaluar resultados. El manejo más adecuado de estos tumores de elevado riesgo de recurrencia y progresión ha sido y es materia controvertida, desde que supone la toma de decisiones entre conductas que van desde la cistectomía radical a aquellas con conservación del reservorio a través de RTU y adyuvancia local agresiva. La RTU representa la piedra de toque para el diagnóstico y tratamiento de los tumores de referencia, siendo su objetivo la exéresis de la totalidad del o los tumores existentes. No obstante, existe creciente evidencia que la RTU es incompleta en un considerable número de casos, señalando el autor el hallazgo de 57% de tumores residuales en la re-estadificación, con 34% de progresión ulterior. Esta elevada incidencia se corresponde con las cifras de otras comunicaciones (Grimm, M.O., J Urol 2003, 170: 433), donde el uso rutinario de una segunda RTU resultó en hallazgos de lesiones residuales del orden del 27% y 53% para estadios Ta y T1 respectivamente y ubicadas en el sitio de la resección inicial en el 81% de los casos. Adicionalmente, la existencia de lesiones estadio T2 ha sido comprobada en el 24% de los pacientes sometidos a re-esta142 dificación (Brauers, A., J Urol 2001, 165:808). Teniendo en cuenta que la segunda RTU se realiza entre los 10 a 15 días de la primera intervención, los hallazgos de referencia demostrarían que buen número de las recurrencias posteriores serían en realidad tumores residuales. El objetivo de la terapia adyuvante intravesical es reducir el promedio de recurrencias y de progresiones. Si bien las distintas modalidades de adyuvancia parecen cumplir con el primer objetivo, existe considerable controversia respecto del segundo. Por otra parte, existe consenso en que BCG constituye el agente de elección para la consideración de tumores superficiales de alto riesgo de progresión (Smith,J., J Urol 1999, 162:1697) Los datos del trabajo analizado sugieren un resultado favorable en relación con recurrencia y progresión en los pacientes con tumores vesicales de alto riesgo sometidos a RTU de re-estadificación. Los mejores resultados a la adyuvancia con BCG en estos pacientes son coherentes con la noción de que la respuesta a la misma está en relación inversa con el volumen de neoplasia existente, lo que explica los buenos resultados en los casos de CIS sin lesiones endoscópicamente visibles. La práctica de la modalidad de re-estadificación aparece de sumo interés en los casos de tumores inicialmente estadificados como T1 y de alto grado en los que se intente conductas de preservación de vejiga. Aún cuando algunas corrientes sostienen la indicación de cistectomía radical primaria, apoyadas en resultados que muestran sobrevida de 90% a 5 años y de sólo 50% cuando la cistectomía es diferida, las evidencias muestran que un número significativo de pacientes serán sobretratados con la cistectomía. Merece una referencia especial la necesidad de períodos prolongados de control, de los que adolece la serie que estamos comentando, desde que la recurrencia y progresión tumoral puede ocurrir luego de períodos superiores a los 10-15 años Como ventaja adicional, la práctica de re-estadificación permitirá detectar los casos con compromiso de la muscular propia de vejiga, donde la cistectomía radical será el próximo paso. Prof. Dr. Rubén Bengió Profesor Titular de la Univ. Nac. de Córdoba Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (2) 2006 143 Reglamento de publicaciones Los trabajos deberán ser enviados al director del Comité editorial de la Revista Argentina de Urología, Dr. Carlos Ameri. Sociedad Argentina de Urología (SAU) Tel./fax: (5411) 4963-4336 / 4337 / 8521 E-mail: sau@sau-net.org La revista se reserva el derecho de rechazar los originales que no considere apropiados, así como sugerir modificaciones cuando el Comité editorial lo considere necesario. Los trabajos no deberán haber sido publicados anteriormente ni presentados simultáneamente a otra publicación. Una vez aceptados son propiedad de esta revista y no podrán ser reimpresos sin autorización total o parcialmente. Se presentará el trabajo original acompañado de dos copias (texto, gráficos e ilustraciones cuando las hubiere) en diskette o CD, aclarando el formato de los mismos. • En la 1ª página constará: Título del trabajo, nombre completo y apellidos de los autores, Institución donde fuera realizado el trabajo, localidad y país. Si desea hacer mención de los cargos que desempeñan los autores, se hará una referencia a pié de página. El primer autor será considerado el autor responsable, por lo cual debe adjuntar dirección, TE, e-mail y fax si los hubiere. El autor responsable será el interlocutor válido entre el Comité editorial y los miembros del trabajo. Los autores son los responsables exclusivos de todas las opiniones, conclusiones y métodos que presenten en sus escritos. • La 2ª página incluirá el resumen del trabajo y palabras clave en castellano y en inglés. El resumen constará de las siguientes partes: Introducción, Material y Método, Resultados y Conclusiones y no excederá de las 200 palabras. • Las secciones del trabajo constan de las siguientes partes: Introducción, Material y Método, Resultados, Discusión, Conclusión. • Referencias Bibliográficas • Bibliografía de Revistas: Apellidos e iniciales de todos los autores (a partir de tres autores se añadirá “y cols.”), título del trabajo en su idioma original, abreviatura de la revista según patrón internacional, número del volumen, primera página y año. • Bibliografía de Libros: Apellidos e iniciales de todos los autores, título del libro en su idioma original, páginas, editorial, ciudad y año, en este orden. XII • Figuras. Se enviarán las figuras por duplicado, en papel (tamaño 9 x 13) o diapositivas. También puede enviarlas en diskette (en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi) pero en ese caso incluya una copia en papel. La revista se reserva el derecho a rechazar las figuras que no considere de calidad o inapropiadas, así como cuando el trabajo incluya un número excesivo de figuras. Las figuras deben estar perfectamente numeradas e identificadas con el título y nombre del autor en el reverso de las mismas, así como sentido en que han de publicarse señaladas con una flecha. Las leyendas de las figuras irán en hoja aparte. No escriba con bolígrafo detrás de las fotografías, pues se estropean. • Tablas. Con su título correspondiente se incluirán separadamente, con numeración independiente de las figuras y en caracteres romanos. Las tablas y gráficos también pueden enviarse en diskette, en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi, pero adjuntando original y dos copias en papel. • Los casos clínicos deben presentarse en forma concisa, tendrán un máximo de 2 ó 3 ilustraciones y no se acompañan de un abstract inicial, guardando la siguiente estructura: Introducción, Casos Clínicos, Discusión. Enviar original y copia de texto y figuras. • Revisiones bibliográficas. El director de la Revista Argentina de Urología elige el tema de la revisión y designa a tal fin un “Editor invitado” que es el único responsable del contenido la misma. El Editor invitado elige los autores que colaboran. Los trabajos monográficos deben cumplir las normas expuestas en los puntos anteriores. Las secciones que componen una revisión bibliográfica son: Objetivo, Material y Método, Resultados, Conclusión. • Las publicaciones presentadas para que sea considerada su publicación que no cumplan con los requisitos explicitados anteriormente serán remitidos al autor responsable para su modificación. FICHA DE SUSCRIPCIÓN 2006 4 NÚMEROS ANUALES Revista Argentina de UROLOGIA Exclusivamente para no socios de la SAU Enviar ficha de suscripción a: SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA Pasaje de la Cárcova 3526, (1172), Buenos Aires, Argentina IMPORTE DE LA SUSCRIPCIÓN ANUAL Argentina $40. Latinoamérica u$s 80. Otros países u$s 100. DIRECCIÓN DE ENVÍO: Nombre y Apellido: ............................................................................................................................ Dirección: ........................................................................Nº: .................... Piso: ............................ 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