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Controversias en Medicina Cardiovascular ¿Deben usarse los nuevos anticoagulantes orales como medicación de primera línea para prevenir el tromboembolismo en pacientes con fibrilación auricular y factores de riesgo para ictus o tromboembolismo? Los nuevos anticoagulantes orales no deben usarse como medicación de primera línea para prevenir el tromboembolismo en los pacientes con fibrilación auricular Jack Ansell, MD C uando Karl Paul Link, en 1939, aisló la sustancia derivada del trébol dulce que era el agente causal de la enfermedad hemorrágica del ganado vacuno1, probablemente no imaginaba lo que los antagonistas de la vitamina K (AVK) serían al cabo de unos 70 años ni que se utilizarían para prevenir el tromboembolismo arterial y venoso en el 1% a 2% de la población de los países desarrollados. La longevidad de un fármaco, incluso cuando se aprecian en él muchos inconvenientes, como ocurre con la warfarina, el principal antagonista de la vitamina K, nos dice algo sobre él. ¿Cuántos fármacos pueden enumerarse que reduzcan de manera consistente dos terceras partes de la incidencia de una complicación devastadora relacionada con un ritmo cardiaco patológico? Y sin embargo, ha habido mucha fanfarria con la introducción de los nuevos anticoagulantes como medicamentos para sustituir a la warfarina. Se han dedicado páginas enteras del New York Times a anuncios dirigidos al consumidor, se realizan múltiples simposios satélites en los congresos profesionales, y en las revistas médicas aparecen frecuentes revisiones que loan sus virtudes. Pero, ¿hasta qué punto son buenos estos fármacos? y ¿deben utilizarse como tratamiento de primera línea para la prevención del ictus en la fibrilación auricular (FA)? Examinemos brevemente los datos. Respuesta de Granger y Armaganijan en la página 75 En pacientes seleccionados con FA no valvular, el etexilato de dabigatrán, un inhibidor directo de la trombina por vía oral, en el ensayo Randomized Evaluation of Long-Term Anticoagulant Therapy (RE-LY) cuando se administró a dosis de 150 mg dos veces al día, produjo una reducción significativa de los ictus o embolias sistémicas, en comparación con la warfarina (1,11% frente a 1,69%; riesgo relativo 0,66; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,53–0,82; p < 0,001 para la superioridad) con una incidencia de hemorragias mayores similar (3,11% frente a 3,36%; riesgo relativo 0,93; IC del 95%, 0,81–1,07; p = 0,31)2. La eficacia de una dosis inferior de etexilato de dabigatrán (110 mg dos veces al día) resultó no inferior a la de warfarina (1,53% frente a 1,69%; riesgo relativo 0,91; IC del 95%, 0,74–1,11; p < 0,001 para la no inferioridad), mientras que la tasa de hemorragias mayores se redujo significativamente (2,71% frente a 3,36%; riesgo Las opiniones expresadas en este artículo no son necesariamente las de los editores o las de la American Heart Association. Este artículo es la Parte II de un artículo con 2 partes. La Parte I se publica en la página 159. Department of Medicine, Lenox Hill Hospital, New York, NY. Remitir la correspondencia a Jack Ansell, MD, Department of Medicine, Lenox Hill Hospital, 100 East 77th St, New York, NY 10075. E-mail jansell@ lenoxhill.net (Traducido del inglés: Should Newer Oral Anticoagulants Be Used as First-Line Agents to Prevent Thromboembolism in Patients With Atrial Fibrillation and Risk Factors for Stroke or Thromboembolism? Circulation. 2012;125:165-170.) © 2012 American Heart Association, Inc. proof prueba Circulation se encuentra disponible en http://circ.ahajournals.org prova DOI: 10.1161/CIRCULATIONAHA.111.031153 69 70 Circulation Abril, 2012 relativo 0,80; IC del 95%, 0,69–0,93; p = 0,003 para la superioridad). En el ensayo Rivaroxaban Once Daily Oral Direct Factor Xa Inhibition Compared With Vitamin K Antagonism for Prevention of Stroke and Embolism Trial in Atrial Fibrillation (ROCKET-AF), Rivaroxabán, un inhibidor directo del factor Xa, de administración oral, fue no inferior a warfarina en la prevención de los ictus o embolias sistémicas en pacientes con FA no valvular (2,12% frente a 2,42%; razón de riesgos, 0,88; IC del 95%, 0,74–1,03; p = 0,117) y mostró igualmente una no inferioridad en cuanto a las hemorragias mayores (3,6% frente a 3,45%; razón de riesgos, 1,04; IC del 95%, 0,90–1,20; p = 0,576)3. Estos resultados aparentemente favorables se habían predicho también varios años antes para el inhibidor directo de trombina, de administración oral, ximelagatrán, que fue no inferior a warfarina en la prevención del ictus en la FA, así como en cuanto a las hemorragias mayores4,5. Sin embargo, se demostró que la toxicidad hepática de este fármaco, que inicialmente se pensó que constituía un efecto secundario menor y controlable del tratamiento a largo plazo, se producía también con el tratamiento a corto plazo, con lo que el fármaco fue retirado del mercado y se abandonó su ulterior desarrollo6. Lo que conocemos son los resultados de primera línea de los ensayos recientes y, sin saber más, es comprensible que los médicos estén deseosos de cambiar el paradigma del tratamiento de la FA para pasar de un AVK a un inhibidor directo de factores de la coagulación, sobre todo porque estos fármacos tienen la ventaja de no requerir una monitorización de la coagulación y, por tanto, de ser de un uso más cómodo. Sin embargo, es importante profundizar más en los resultados de estos ensayos para determinar qué más nos dicen los datos obtenidos. Tanto el ensayo RE-LY como el ROCKETAF utilizaron criterios de inclusión/exclusión importantes que limitaban su capacidad de generalización o que cuando menos planteaban dudas respecto a los resultados que obtendrían en la práctica clínica real en pacientes con FA no seleccionados. En el ensayo RE-LY, se administró y manejó la warfarina en un diseño abierto, lo cual introducía la posibilidad de un sesgo en el tratamiento. El ensayo RE-LY tuvo una tasa de abandonos del 21% en el grupo de dabigatrán en comparación con el 17% en el grupo de warfarina; hubo un aumento significativo de la dispepsia en el grupo de dabigatrán en comparación con el de warfarina (~ 12% frente a 6%); se observó un aumento inexplicado de los infartos agudos de miocardio en el grupo de dabigatrán en comparación con el de warfarina7; se produjo un aumento significativo de las hemorragias digestivas mayores en comparación con warfarina, aunque en el contexto de una tasa global de hemorragias mayores no inferior o más baja; y lo que es más importante, la diferencia de eficacia relativa se desvanecía a medida que mejoraba el tratamiento con warfarina, según lo determinado con el tiempo de permanencia en el rango terapéutico8 (Tabla 1). Muchos de los detalles del ensayo ROCKET-AF no se conocen porque los resultados no se han publicado todavía por completo, pero por lo indicado en la presentación inicial, sabemos que el manejo de la warfarina proof Tabla 1. Tasas de ictus y embolia sistémica con dabigatrán en comparación con diferentes niveles de control terapéutico con warfarina, según lo determinado por el tiempo de permanencia dentro del rango terapéutico de la INR. Tasas de ictus y embolia sistémica por 100 años-persona en el RE-LY (razón de riesgos, intervalo de confianza del 95% frente a warfarina)8 Tiempo de permanencia de la INR en el rango terapéutico, % Dabigatrán 110 mg dos veces al día 57,1 Dabigatrán 150 mg dos veces al día 1,91 1,10 1,00 (0,68–1,45) 0,57 (0,37–0,88) 57,1–65,5 1,67 1,04 0,81 (0,56–1,17) 0,50 (0,33–0,77) 65,5–72,6 1,34 1,04 0,89 (0,58–1,36) 0,69 (0,44–1,09) 72,6 1,23 1,27 0,92 (0,59–1,45) 0,95 (0,61–1,48) Warfarina 1,92 2,06 1,51 1,34 INR indica ratio normalizada internacional; RE-LY Randomized Evaluation of Long-Term Anticoagulant Therapy. (mediana de tiempo de permanencia en el rango terapéutico 57,8%, con un 20% del tiempo por debajo de una ratio normalizada internacional [INR] de 2) fue inferior al ideal (Tabla 2). El último de los ensayos de fase III en la FA publicados, el Apixaban Versus Acetylsalicylic Acid to Prevent Strokes (AVERROES), comparó apixabán, otro inhibidor oral directo del factor Xa, con ácido acetilsalicílico en pacientes cuyos médicos pensaban que no eran candidatos adecuados para un tratamiento con warfarina o que, por otras razones, no desea- Tabla 2. Tasas de ictus y embolia sistémica con rivaroxabán en comparación con diferentes niveles de control terapéutico con warfarina, según lo determinado por el tiempo de permanencia dentro del rango terapéutico de la INR. Tasas de ictus y embolia sistémica por 100 años-persona en el ROCKET-AF (razón de riesgos, intervalo de confianza del 95% frente a warfarina)3 Tiempo de permanencia de la INR en el rango terapéutico, % 0 –50,6 Rivaroxabán 1,8 Warfarina 2,5 0,71 (0,48–1,03) 50,7–58,5 1,9 2,2 0,83 (0,62–1,29) 58,6–65,7 1,9 2,1 0,92 (0,62–1,28) 65,7–100 1,3 1,8 0,77 (0,49–1,12) INR indica ratio normalizada internacional; ROCKET-AF, Rivaroxaban Once Daily Oral Direct Factor Xa Inhibition Compared With Vitamin K Antagonism for Prevention of Stroke and Embolism Trial in Atrial Fibrillation. prueba prova Ansell Nuevos anticoagulantes como primera línea en la FA 71 Tabla 3. Inconvenientes de los nuevos anticoagulantes orales Semivida corta Potencial de aumento del riesgo de ictus o embolia sistémica con la mala adherencia a la medicación No requiere monitorización habitual de la coagulación Potencial de aumento del riesgo de ictus o embolia sistémica con la mala adherencia a la medicación No disponemos de un ensayo analítico de la coagulación de fácil acceso para medir con precisión el efecto de anticoagulación No es posible realizar una titulación de la dosis No puede evaluarse la causa del fracaso terapéutico (mala adherencia frente a fallo de la medicación) No es posible determinar con facilidad el grado de inhibición de la coagulación en situaciones de urgencia, como la necesidad de cirugía urgente o en el contexto de una hemorragia con peligro para la vida No disponemos de un antídoto o de una intervención bien establecida para revertir la anticoagulación en situaciones de urgencia Coste ban utilizar este fármaco9. Apixabán mostró una reducción significativa de los casos de ictus o embolia sistémica en comparación con ácido acetilsalicílico, sin causar un aumento de las hemorragias mayores, y el ensayo fue interrumpido prematuramente. Sin embargo, el ensayo ha sido criticado en muchos frentes, sobre todo por los criterios diversos y no sistemáticos aplicados por los médicos para no utilizar warfarina en estos pacientes10. El AVERROES recordaba los ensayos muy anteriores de comparación de warfarina con ácido acetilsalicílico, en los que warfarina mostró una reducción adicional de un 37% en los casos de ictus o embolia sistémica en comparación con ácido acetilsalicílico11. Pronto se dispondrá de una comparación de los resultados de apixabán con los de warfarina con la presentación de los resultados del ensayo Apixaban for Reduction in Stroke and Other Thromboembolic Events in Atrial Fibrillation (ARISTOTLE)12. Aun en el caso de que estos nuevos fármacos resulten no ser superiores a warfarina a largo plazo, se les continúa considerando favorables dada su respuesta anticoagulante predecible, la ausencia de interacciones con los alimentos y las interacciones limitadas con otros fármacos, en comparación con warfarina. En consecuencia, se afirma que no es necesaria una monitorización del efecto anticoagulante, lo cual hace que el manejo del fármaco pueda ser más fácil que el de warfarina. Además, la semivida de estos fármacos es más corta que la de warfarina, del orden de 8 a 17 horas para los diversos productos, lo cual permite una disminución rápida del nivel del fármaco y del efecto anticoagulante, en comparación con warfarina; esto podría ser una ventaja en caso de que se produzca una hemorragia mayor. Por último, dependiendo del fármaco, estos nuevos medicamentos tienen una eliminación renal o una eliminación/metabolismo mixto renal/hepático, lo cual permite al clínico elegir un determinado fármaco que sea adecuado para la comorbilidad de cada paciente13. Sin proof embargo, inmersos en estos atributos farmacocinéticos, están también los orígenes de los principales problemas de estos nuevos fármacos. En la Tabla 3 se ponen de relieve muchos de los inconvenientes de los nuevos anticoagulantes orales14. Está por ver todavía el grado de influencia que tienen estos inconvenientes en los resultados obtenidos en la práctica clínica real, y esta cuestión constituye un motivo importante que limita a los clínicos en el uso inmediato de estos fármacos como tratamiento de primera línea en la FA. La principal preocupación que se verbaliza la mayoría de las veces se refiere al cumplimiento y la adherencia a la medicación14,15. Dada la semivida corta, combinada con el hecho de que no requieren una monitorización regular de la coagulación, la cuestión de la adherencia a la medicación adquiere una importancia extrema. Teniendo en cuenta la protocolización y el seguimiento que se usan en los ensayos clínicos, la adherencia a la medicación rara vez constituye un problema, pero sí es en cambio una preocupación real en el tratamiento médico cotidiano, en el que hace que aumenten las tasas de morbilidad, mortalidad y, a su vez, los costes totales de la asistencia sanitaria16–18. El grado de adherencia se ve influido por muchos factores. Aproximadamente el 50% de los pacientes de distintos sexos, edades, orígenes étnicos y con distintos trastornos médicos no siguen las indicaciones prescritas para la toma de la medicación19,20. El coste, en especial el asumido por el propio paciente, es un factor importante que afecta a la adherencia20. En una reciente encuesta de 700 médicos se observó que su mayor preocupación era la de que los pacientes no obtuvieran la medicación prescrita o que se saltaran algunas de las dosis del fármaco a causa de problemas económicos, con objetivo de que las prescripciones les duraran más tiempo21. El coste estimado de uno de los nuevos fármacos ya comercializado es de ~ $3.000 por año frente al coste de ~ $50 por año de warfarina22. Choudhry y cols.23 observaron que la complejidad terapéutica tiene también una influencia importante en la adherencia a las medicaciones cardiovasculares; en su estudio, a los pacientes se les dispensaron 11,4 prescripciones, para 6,3 medicamentos diferentes, procedentes de 2 prescriptores; y acudieron 5 veces a una farmacia en un periodo de 3 meses. La población que estudiaron estaba formada por pacientes con enfermedad cardiovascular, ancianos y no difería de lo que podría ser la población tratada con un anticoagulante para la FA. La mediana de adherencia médica en su grupo de estudio fue de ~ 67%. La pauta de administración influye también en el grado de adherencia. Claxton y cols.24 observaron una reducción de la adherencia de ~ 10% (partiendo de un valor basal del 79%) para las medicaciones tomadas una vez al día en comparación con las tomadas dos veces al día. Uno de los nuevos fármacos se toma dos veces al día para la prevención del ictus en la FA2, al igual que sucede con otro medicamento actualmente en estudio12. Se ha demostrado que las hemorragias molestas reducen también la adherencia en los pacientes tratados con ácido acetilsalicílico solo en comparación con clopidogrel25. Tan solo un prueba prova 72 Circulation Abril, 2012 1% de los pacientes refirieron una falta de adherencia en un grupo tratado con ácido acetilsalicílico26, y este porcentaje aumentó a > 11% en los tratados con clopidogrel en otro estudio27. Ciertamente, estas hemorragias molestas se producen tanto con los AVK como con los nuevos anticoagulantes, pero la semivida breve de los nuevos fármacos hace que la falta de adherencia resulte probablemente más peligrosa. Los pacientes tratados con warfarina no son inmunes al problema de la falta de adherencia. Waterman y cols.28 observaron que el 36% de los valores de INR situados fuera del rango deseado se debían a la falta de adherencia en una cohorte de 347 pacientes estudiados a lo largo de un año. En un estudio prospectivo de cohorte realizado en 111 pacientes que iniciaron un tratamiento con warfarina, Platt y cols.29 comprobaron que la falta de adherencia a warfarina se producía en un 21% de los días-paciente observados. La adherencia se evaluó mediante las “aperturas del recipiente”; en el 92% de los pacientes faltó al menos una apertura del recipiente, y en el 36% faltó > 20% de las aperturas previstas. Los factores de riesgo independientes para la falta de adherencia fueron el nivel de estudios del paciente, el empleo, la salud mental y el deterioro cognitivo. Los investigadores observaron una asociación significativa entre la falta de adherencia y los valores de INR subterapéuticos. Los pacientes incluidos en estos estudios son del mismo tipo de los que serían tratados con un nuevo anticoagulante de acción corta. Aunque los estudios de Platt y cols. y Waterman y cols. no tenían la potencia estadística suficiente para detectar acontecimientos adversos, dada la semivida breve de los nuevos anticoagulantes en comparación con la de warfarina, existe la posibilidad de periodos más prolongados de anticoagulación subterapéutica y ello puede tener repercusiones significativas en la eficacia. Warfarina tiene una semivida media de ~ 36 horas, que depende del fenotipo genético de CYP 2C9 del individuo, así como de otros factores como la presencia de hepatopatía o el empleo de otras medicaciones30. Dado el periodo de tiempo prolongado que transcurre hasta la desaparición de sus efectos, el hecho de dejar de tomar una dosis ocasionalmente puede no ser un problema, aun en el caso de que el INR se sitúe transitoriamente por debajo del rango terapéutico. La ausencia de síntomas significativos hasta el momento en el que se produce un ictus en muchos pacientes con FA puede ser también un factor que influya en el cumplimiento de la medicación, ya que los pacientes pueden no comprender del todo la importancia de su medicación, tal como ha revelado una reciente encuesta31. Las unidades de anticoagulación son útiles para la monitorización y el manejo de la adherencia, y alcanzan unos porcentajes elevados de tiempo de permanencia en el rango terapéutico32. No es probable que estas unidades participen en el manejo de los pacientes tratados con los nuevos anticoagulantes orales. La inexistencia de un ensayo sencillo para valorar el estado de la coagulación y medir con precisión el efecto biológico de los nuevos fármacos es otro motivo de preocupación14. El hecho de que no sea necesaria una monitorización regular puede proof ser una consecuencia favorable de la farmacología predecible de los nuevos fármacos, pero la posibilidad de medir con exactitud el efecto del fármaco cuando ello sea necesario sería una característica muy deseable. Esto adquiere importancia en diversas situaciones como las siguientes: ¿Está tomando el paciente el fármaco si se produce un ictus? ¿Está el paciente excesivamente anticoagulado si se produce una hemorragia mayor? ¿Es seguro practicar al paciente una intervención quirúrgica de urgencia si no puede medirse el grado exacto de anticoagulación? Aunque existen diversos ensayos de evaluación ordinaria de la coagulación cuyo uso se recomienda para evaluar el efecto del fármaco, la correlación entre dicho efecto y el resultado del ensayo no es buena, y la sensibilidad de diferentes combinaciones de reactivos/instrumentos no está en modo alguno establecida33,34. Aunque los nuevos fármacos tienen unas interacciones farmacológicas limitadas en comparación con las de los antagonistas de la vitamina K, no están exentos por completo de tales interacciones. La concentración sérica de varios de los nuevos fármacos se ve influida por los inhibidores o inductores potentes de la glucoproteína P, y algunos de los fármacos son metabolizados, en parte, por el sistema del citocromo P450 del hígado (en especial el CYP 3A4)35. El hecho de no conocer el espectro completo de estas interacciones y no disponer de un ensayo de monitorización para evaluar su repercusión respalda también la recomendación de que estos fármacos no debieran utilizarse como tratamiento de primera línea. Dado que al menos 1 de los nuevos fármacos es eliminado predominantemente de manera inalterada a través de los riñones, y los otros son eliminados en mayor o menor grado también por vía renal, hace que la fluctuación de la función renal sea otra variable que es preciso tener muy en cuenta. La función renal disminuye con la edad y, lo que es más importante, puede fluctuar ampliamente en relación con las posibles comorbilidades. Esta volatilidad de la función renal en los ancianos puede llevar a variaciones en los niveles del fármaco y a consecuencias no conocidas, de las que el médico no es consciente, sobre todo sin disponer con facilidad de un ensayo para la monitorización. La posibilidad de realizar ajustes de dosis y monitorizar el efecto del fármaco es también una característica deseable para los clínicos. Los AVK tienen un rango bien establecido de equilibrio entre beneficio y riesgo, y existen datos abundantes para poder determinar el riesgo en los límites de ese rango, así como por debajo y por encima del mismo30,36,37. En función del riesgo de tromboembolismo y el riesgo de hemorragia de un individuo, el clínico puede elegir el tratamiento con un AVK (medicina personalizada) que mayor beneficio aportará a ese paciente. Tal vez sea mejor tener un fármaco monitorizado que un fármaco sin monitorización. Aunque la reducción de la hemorragia intracraneal ha sido una observación uniforme con al menos 2 de los nuevos fármacos, ambos se asocian a un aumento de las hemorragias digestivas, que es una complicación más frecuente en los ancianos. No se conoce todavía la forma de abordar específica- prueba prova Ansell Nuevos anticoagulantes como primera línea en la FA 73 mente este tipo de hemorragia con esos fármacos. El uso de un anticoagulante sin disponer de un medio bien establecido de reversión de su efecto en caso de hemorragia mayor o con peligro para la vida, o como preparación para una intervención de cirugía mayor urgente, debe llevar al clínico a pensarlo dos veces y reflexionar sobre lo que haría si se diera esa situación. Para los AVK disponemos de varios posibles productos para la reversión del efecto, que pueden usarse para diversos grados de urgencia. La vitamina K revertirá de manera sustancial el nivel de anticoagulación a lo largo de 12 a 24 horas30. En situaciones de mayor urgencia, el plasma fresco congelado, en dosis apropiadas, revertirá el grado de anticoagulación y el riesgo de hemorragia en poco tiempo (< 12 horas); y para las hemorragias con peligro para la vida, los concentrados de complejo de protrombina con 3 o 4 factores (factores dependientes de la vitamina K) revertirán el nivel de anticoagulación y la hemorragia en cuestión de minutos30,38–40. En la actualidad no disponemos de ningún antídoto específico para estos nuevos fármacos. Su semivida corta es una característica favorable en situaciones no urgentes. En el contexto de una hemorragia mayor o con peligro para la vida, no disponemos de procedimientos terapéuticos establecidos. La hemodiálisis reducirá la concentración de 1 de los nuevos fármacos41 pero no es muy práctica a la hora de aplicarla en el contexto de una hemorragia intracerebral aguda. Los concentrados de complejo de protrombina y factor VIIa recombinante se han utilizado de manera testimonial34,42, pero carecemos de un fundamento fisiológico respecto a por qué debieran ser eficaces, y simplemente no existe evidencia clínica al respecto. Mientras no conozcamos mejor la forma de revertir el efecto anticoagulante o no hayamos desarrollado un antídoto específico, deberemos usar estos fármacos con precaución y de manera restringida. El coste de los medicamentos es otro factor que es preciso tener en cuenta. Los gastos que generan estos nuevos fármacos y que deben ser asumidos por el propio paciente serán considerablemente superiores a los de warfarina, y hemos comentado ya la forma en la que esto podría afectar a la adherencia a la medicación si los pacientes son reacios al copago que podría ser necesario22. Los costes que supone para la sociedad deben tenerse también en cuenta siempre que se introduce un nuevo tratamiento. En un modelo de decisión de Markov, Freeman y cols.43 calcularon los años de vida ajustados por calidad, los costes y los cocientes de coste-efectividad incrementales para dabigatrán frente a warfarina con ajuste de dosis en el tratamiento de pacientes con FA. Estimaron los costes totales en $143.193 para warfarina frente a $164.675 para la dosis baja de dabigatrán y $168.398 para la dosis alta de dabigatrán. Los cocientes de coste-efectividad incremental para la dosis baja y la dosis alta de dabigatrán en comparación con warfarina fueron de $51.229 y $45.372, respectivamente. Estos cocientes favorables limítrofes se basaron todos ellos en los resultados obtenidos en 1 ensayo aleatorizado que, tal como ya hemos comentado, pueden no ser extrapolables a los resultados en la práctica clínica real. Con unos resultados diferentes, un análisis similar produce unos cocientes de coste-efectividad proof drásticamente distintos. En otro análisis de Markov recientemente publicado, Shah y Gage44, utilizando nuevamente los resultados obtenidos en el ensayo RE-LY, observaron que los cocientes de coste-efectividad dependían del riesgo de ictus y de hemorragia con warfarina del paciente individual. En los pacientes que se encontraban en el extremo inferior de la escala de riesgo para ambas complicaciones, el empleo de ácido acetilsalicílico era el que tenía una relación coste-efectividad más favorable. En los pacientes con un mayor riesgo de hemorragia o ictus, dabigatrán, en dosis de 150 mg dos veces al día, era el que tenía mejor relación coste-efectividad. La enseñanza que hay que extraer de estos estudios es que la relación coste-efectividad depende en gran manera de las características de los pacientes así como de los resultados atribuidos a cada modalidad de tratamiento, que, en la actualidad, sólo podemos obtener de 1 ensayo controlado aleatorizado. Cuando menos para 1 de los nuevos fármacos, la estabilidad de la cápsula fuera del recipiente puede ser también un factor que influya en los resultados cuando se emplee la medicación en la población general45. Las repercusiones de esta característica de la cápsula deben hacer también que los médicos sean cautelosos en la selección de los pacientes, sobre todo en ancianos que toman otras medicaciones que deben ser identificadas y repartidas a lo largo de una semana de tratamiento regular. Por último, a la vista de todas estas incertidumbres, ¿sabemos qué pacientes evolucionarán mejor con estos nuevos fármacos? ¿Cuáles son las características que hacen que un individuo sea el paciente óptimo para iniciar la transición a un nuevo anticoagulante oral? ¿Pueden sustituir estos fármacos a los AVK en todas las indicaciones? No podrán hacerlo si muchas de las indicaciones no han sido estudiadas todavía, como ocurre en el caso de los pacientes portadores de válvulas cardiacas mecánicas. ¿Es el paciente tratado con AVK y que tiene una INR inestable el candidato ideal para tomar un fármaco que no requiere monitorización? No será así si la inestabilidad de la INR se debe a un mal cumplimiento. ¿Es el paciente tratado con AVK sin complicaciones y muy estable el candidato ideal? ¿Por qué cambiar la medicación y arriesgarse a que se produzca una complicación con un nuevo fármaco en un paciente estable de este tipo? ¿Es el paciente en una ubicación geográfica aislada, que no tiene acceso a la monitorización de laboratorio del INR, el candidato ideal? Tal vez, pero en un paciente de este tipo existe actualmente la posibilidad de realizar una monitorización del INR de aplicación inmediata en su propio domicilio. Tal como recomienda la guía de American College of Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines, estos y otros factores deben ser tenidos en cuenta antes de iniciar un tratamiento con estos nuevos fármacos o cambiar de medicación para pasar a utilizarlos46. En resumen, es innegable que los nuevos anticoagulantes orales inhibidores directos de factores aportan unas características farmacocinéticas de interés para los pacientes y los clínicos. Sin embargo, en la actualidad existen todavía prueba prova 74 Circulation Abril, 2012 9. incertidumbres suficientes sobre su empleo como para advertir a los prestadores de atención médica para que no utilicen estos fármacos como tratamiento de primera línea en los pacientes con FA. Mientras no conozcamos las repercusiones de los diversos niveles de falta de adherencia a la medicación sobre los resultados clínicos, los ensayos analíticos apropiados para medir el efecto anticoagulante en caso necesario, la forma de tratar la hemorragia mayor o la sobredosis del fármaco o de revertir su efecto, y las características del candidato ideal para este tratamiento, no debe sustituirse sistemáticamente warfarina por estos nuevos fármacos en los pacientes con FA y no deben usarse estos productos como medicación de primera línea en pacientes con FA. Declaraciones El autor es consultor de Bristol-Myers Squibb, Pfizer, Boehringer Ingelheim, Janssen y Daiichi, y forma parte del Consejo de Vigilancia de Datos y Seguridad de Bristol-Myers Squibb. Bibliografía 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 1. Campbell HA, Link KP. Studies on the hemorrhagic sweet clover disease, IV: the isolation and crystallization of the hemorrhagic agent. J Biol Chem. 1941;138:21–33. 2. 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Cost-effectiveness of dabigatran compared withcentrada en muchos de los retos prácticos que plantea la aplicación for stroke prevention in atrial fibrillation. dewarfarin los nuevos anticoagulantes orales, incluidoAnn su Intern coste.Med. Sin embargo, en vez de utilizar estas consideraciones como razones 2011;154:1–11. para no usar los nuevos fármacos, nosotros pensamos que estas preocupaciones pueden y deben abordarse y que haciéndolo 44. Shah SV, Gage BDF. Cost-effectiveness of dabigatran for stroke prosephylaxis aportará un enorme beneficio a los pacientes. in atrial fibrillation. Circulation. 2011;123:2562–2570. Su preocupación más importante es lastorage de la adherencia, 45. FDA drug safety communication: special and handlingrespecto a la cual presenta un excelente análisis. Tal como reconorequirements must abe followed es forbaja Pradaxa (dabigatran etexilate ce, la adherencia warfarina y, por tanto, existe la posibilidad de mejorar la adherencia a la anticoagulación oral con mesylate) http://www.fda.gov/Drugs/DrugSafety/ucm248746. los nuevoscapsules. fármacos, aunque tan solo si se identifican y abordan las dificultades existentes. Es de destacar que, en el ensayo htm. Accessed December 6, 2011. Acetylsalicylic Prevent StrokesMD, (AVERROES), la adherencia a apixabán fue mejor que la adherencia 46.Apixaban Wann LS, Versus Curtis AB, Ellenbogen KA,Acid EstestoNA III, Ezekowitz alJackman ácido acetilsalicílico, al menos según lo indicado por los abandonos definitivos del tratamiento. WM, January CT, Lowe JE, Page RL, Slotwiner DJ, Stevenson WG, Tracy CM, Fusterde V, anticoagulación Rydén LE, Cannom DS, HJ, Curtis AB, Aunque el nivel conCrijns los nuevos fármacos puede evaluarse con los análisis de laboratorio existentes, seEllenbogen KA, Halperin JL, Kay GN, Le Heuzey JY, Lowe JE, Olsson rán necesarios nuevos estudios para orientar a los clínicos sobre su uso. Dada la falta de antídotos específicos, son necesarios SB, Prystowsky EN, Tamargo JL, Wann LS, Jacobs AK, Anderson JL, más datos sobreMA, la forma de RA, manejar laJL, hemorragia Albert N, Creager Ettingerpráctica SM, Guyton Halperin Hochman con estos nuevos fármacos. Sin embargo, esta no es una razón para evitar su uso y, de hecho, la mejor forma de abordar la hemorragia es evitarla, lo cual se consigue con todos los nuevos JS, Kushner FG, Ohman EM, Stevenson WG, Yancy CW. 2011 ACCF/ AHA/HRSen focused updateaon management patientslawith atrial fármacos lo relativo la the de carácter másof grave, hemorragia intracraneal. En última instancia, según lo indicado por varios fibrillation (update on dabigatran): a report of the American College of ensayos grandes, los nuevos fármacos tienen importantes ventajas respecto a warfarina, como son la menor tasa de ictus y la Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on tasa muyGuidelines. inferior de hemorragia intracraneal, Practice Circulation. 2011;123:1144 –1150. la comodidad de uso, y más baja mortalidad, por lo que deben ser los fármacos Respuesta a Ansell de primera línea por delante de warfarina. proof prueba prova