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R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E PATOLOOÍA MACULA Volumen I - Nº 1 - Septiembre de 2009 ORIGINAL ■■Prevención y cribaje de la retinopatía diabética Natalia Fernández Romero, Patricia Martín Rojas-Marcos, Natalia Pérez Ferre, Alfonso L. Calle Pascual REVISIÓN ■■Retinopatía diabética. Factores de riesgo y prevención Inés Molina Guilabert CASOS CLÍNICOS ■■Hamartoma mixto de epitelio pigmentario y retina. A propósito de un caso Ana Mª Suelves, Miguel Harto, José Mª Millán, Manuel Díaz Llopis ■■Ranibizumab (Lucentis®) intravítreo en el tratamiento de membrana neovascular coroidea secundaria a Coroidopatía Punctata Interna Alicia Valverde Megías, Pedro Arriola Villalobos, Juan Reche Frutos, Cristina Calvo González, Juan Donate López ■■¿Podemos los oftalmólogos diagnosticar la diabetes tipo LADA? M.J. Díaz Granda, E. Esteban González, J.M. Cubero Parra ■■Retinopatía diabética preproliferativa ■■Coroidopatía serosa central aguda ■■Coroidopatía serosa central resolución cuadro ■■Inyección accidental intraocular en tratamiento estrabismo BIBLIOGRAFÍA ■■Artículos destacados de revistas internacionales M.J. Pérez Álvarez CON EL PATROCINIO DE Sociedad Española de Retina y Vítreo EDITA: IMÁGENES STAFF R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E PATOLOOÍA MACULA Coordinador: Juan Donate López Madrid Comité de honor: Julián García Sánchez Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal José M. Ruiz Moreno Manuel Díaz Llopis Madrid Santiago de Compostela Alicante Valencia Consejo editorial: Rosa Coco Clemencia Torrón Inmaculada Selles M. Concepción Hernáez M. Isabel Pinilla Miguel Ángel de la Fuente Félix Armadá Maresca Miguel Ruiz Miguel Enrique Cervera Taulet Eduardo Esteban González José Garrido López Javier Montero Moreno Alfredo García Layana Luis Arias Barquet Javier Araiz Iribarren Daniel Vilaplana Blanch Jesús García Martínez José Luis Olea Vallejo Ramón Torres Imaz M. Jesús Escobar Moreno M. Jesús Pérez Álvarez Inés Molina Guilabert Aurora Gimeno Quintana Marta Suárez de Figueroa María Isabel López Gálvez Enrique de la Rua Franch Juan Reche Frutos Cristina Calvo González Valladolid Zaragoza Murcia Cantabria Zaragoza Madrid Madrid San Sebastián Valencia Sevilla Vizcaya Alicante Navarra Barcelona Vitoria Barcelona Madrid Palma de Mallorca Madrid Madrid Madrid Madrid Cáceres Madrid Valladolid Valladolid Madrid Madrid EDITA: C/ Concha Espina, 8 - 1º Dcha. 28036 Madrid. Teléfono: 91 411 00 32 – Fax: 91 411 01 46 C/ Berga, 25 - 1º – 08012 Barcelona Teléfono: 93 237 28 71 E-mail: informacion@lineadecomunicacion.com © 2009 Línea de Comunicación Título abreviado: Rev. esp. patol. macular ISSN: 1889-6626 – Depósito Legal: M-12.329-2009 3 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 SUMARIO RR EE VV II SS TT AA EE SS PP AA ÑÑ OO LL AA DD EE PATOLOOÍA MACULA Coordinador: Comité de honor: Volumen I - Nº 1 - Septiembre de 2009 Juan Donate López ORIGINAL Julián García Sánchez Madrid Madrid ■Francisco ■Prevención y cribaje de la retinopatía Gómez-Ulla de Irazazábal Santiagodiabética de Compostela Natalia Fernández Rojas-Marcos, José M. Ruiz Moreno Romero, Patricia Martín Alicante Natalia Pérez Ferre, Alfonso L. Calle Pascual Manuel Díaz Llopis Valencia Consejo editorial: 7 Rosa Coco REVISIÓN Valladolid Clemencia Torrón ■■Retinopatía diabética. Factores Zaragoza de riesgo Inmaculada Selles Murcia y prevención M. Concepción Hernáez Cantabria Molina Guilabert 13 M.Inés Isabel Pinilla Zaragoza Miguel Ángel de la Fuente Madrid Félix Armadá Maresca Madrid CASOS CLÍNICOS Miguel Ruiz Miguel San Sebastián ■■Hamartoma mixto de epitelio pigmentario y retina. Enrique Cervera Taulet Valencia A propósito de un caso Eduardo Esteban González Sevilla Ana Mª Suelves, José Garrido López Miguel Harto, José Mª Millán, Vizcaya 17 Manuel Díaz Llopis Javier Montero Moreno Alicante Alfredo García Layana Navarra Arias Barquet (Lucentis®) intravítreo Barcelona ■Luis ■Ranibizumab Javier Araiz Iribarren en el tratamiento de membrana Vitoria neovascular Daniel Vilaplana Blanch Barcelona coroidea a Coroidopatía Jesús García secundaria Martínez Madrid José Luis Olea Interna Vallejo Palma de Mallorca Punctata Ramón Imaz Madrid Juan Reche Alicia Torres Valverde Megías, Pedro Arriola Villalobos, M.Frutos, Jesús Escobar MorenoGonzález, Juan Donate MadridLópez Cristina Calvo 20 M. Jesús Pérez Álvarez Madrid Molina Guilabert Madrid ■Inés ■¿Podemos los oftalmólogos diagnosticar Aurora Gimeno Quintana Cáceres la diabetes tipo LADA? Marta Suárez de Figueroa Madrid M.J.Isabel Díaz Granda, E. Esteban González, Valladolid J.M. Cubero Parra 25 María López Gálvez Enrique de la Rua Franch Valladolid IMÁGENES 28 Juan Reche Frutos Madrid Calvo González Madrid ■Cristina ■Retinopatía diabética preproliferativa ■■Coroidopatía EDITA: serosa central aguda ■■Coroidopatía serosa central resolución cuadro ■■Inyección accidental intraocular en tratamiento estrabismo C/ Concha Espina, 8 - 1º Dcha. 28036 Madrid. Teléfono: 91 411 00 32 – Fax: 91 411 01 46 C/ Berga, 25 - 1º – 08012 Barcelona Teléfono: 93 237 28 71 BIBLIOGRAFÍA E-mail: informacion@lineadecomunicacion.com ■■Artículos destacados de revistas internacionales © 2009. ISSN: 1889-6626 M.J. Pérez ÁlvarezRev. esp. patol. macular Título abreviado: Depósito Legal: 4 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 30 ORIGINAL Prevención y cribaje de la retinopatía diabética Natalia Fernández Romero, Patricia Martín Rojas-Marcos, Natalia Pérez Ferre, Alfonso L. Calle Pascual Departamento de Endocrinología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. La diabetes mellitus representa un primer problema de salud. Su asociación a cambios en el estilo de vida más sedentarios, y que inducen sobrepeso y obesidad, justifica su alta prevalencia y unas expectativas que la definen como la epidemia del siglo XXI. Una de las complicaciones más relevantes es la retinopatía diabética. Todavía representa en los países desarrollados la primera causa de ceguera por enfermedad no ocular. El diagnóstico precoz de lesiones incipientes persiste como la herramienta más eficaz para la prevención de la ceguera. Se ha estimado que para seguir la recomendación de realizar un fondo de ojo anual con pupila dilatada se necesitarían al menos 5 oftalmólogos dedicados exclusivamente a la detección de la retinopatía de 18.000 pacientes diabéticos, como están registrados en el área 7 de Madrid. Por ello se han implantado programas de cribaje de retinopatía diabética más eficientes, que pueden seleccionar de una forma segura los pacientes que deben ser evaluados por oftalmólogos expertos en el tratamiento de la retinopatía. En este artículo realizamos una revisión de los factores involucrados en la aparición y progresión de la retinopatía diabética y exponemos los resultados iniciales del Programa de Cribaje de Retinopatía en el Área 7 de Madrid. Correspondencia Natalia Fernández Romero – Servicio de Endocrinología y Nutrición – Hospital Clínico San Carlos C/ Profesor Martín Lagos, s/n – 28040 Madrid – Teléfono: 91 33 03 281 – E-mail: nataliafernandez81@hotmail.com La Diabetes Mellitus (DM) es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en nuestro medio, estando presente en el 6-18% de la población. El riesgo relativo de padecer ceguera es 20 veces mayor en los pacientes diabéticos, siendo la retinopatía diabética (RD) la principal causa de ceguera legal en personas en edad laboral en los países industrializados. A menudo, las lesiones con alto riesgo de producir amaurosis son asintomáticas; los pacientes no son conscientes de ellas a menos que se sometan de forma periódica a un examen oftalmológico. Cuando estas lesiones progresan y ocasionan un déficit visual, suelen ser ya irreversibles. Por tanto, la RD cumple todos los criterios clínicos para justificar un programa de cribado nacional. Además, los gastos derivados de su prevención son mucho menores que los derivados de un tratamiento poco efectivo de las lesiones avanzadas y de los costes socio-económicos derivados de ayudar a las personas ciegas1. El cribado sistemático de la RD ha demostrado ser un instrumento eficaz para la disminución de la incidencia de déficit visual y de ceguera. Su cumpli- miento es de aproximadamente el 50% en atención primaria y del 70% en especializada, y su realización mediante cámara no midriática presenta los mejores resultados de coste-efectividad. Es importante, además, conocer y tratar adecuadamente otras enfermedades sistémicas concomitantes, como la hipertensión arterial, que pueden tener marcados efectos en la progresión de la RD y en el riesgo de pérdida visual. Epidemiología e impacto2 Según la OMS, en el año 2002 había unos 161 millones de personas con deficiencia visual, y de éstas, 37 millones sufrían ceguera, de las que el 4,8% se debía a retinopatía diabética. En España, la prevalencia de ceguera en pacientes diabéticos se encuentra entre el 4 y el 11%, siendo la principal causa la RD, aunque también son importantes las cataratas (segunda causa de ceguera en diabéticos), el glaucoma y otras causas de degeneración macular. Según la ONCE (Organización Nacional de Ciegos), entre el total de sus afiliados, el 7,6% tienen 7 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 1-6 ORIGINAL Prevención y cribaje de la retinopatía diabética retinopatía diabética, ocupando el quinto lugar entre las causas más frecuentes de ceguera legal. Aunque varía según diferentes estudios, la prevalencia de RD en España está en torno al 40%, la de retinopatía diabética proliferativa (RDP) entre el 4-6% y el edema macular (EM) entre el 1,4 y el 7,9%. es del 6-30%. En el United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS) en pacientes recién diagnósticados de DM2, el 39% de los varones y el 35% de las mujeres presentaban RD. Factores de riesgo Control metabólico 2, 3 Factores modificables En el DCCT, un estudio multicéntrico diseñado para determinar si la terapia intensiva con insulina podía prevenir el desarrollo o enlentecer la aparición de las complicaciones de los diabéticos tipo 1, se estudiaron 1.441 pacientes durante 6,5 años. Las HbA1c medias fueron de 7,2% para el grupo intensivo y de 9,1% para el convencional. Se objetivó que en el grupo de tratamiento intensivo se reducía en un 76% la incidencia de RD, un 56% la progresión y un 47% la evolución a grave o proliferativa. Además, la mejoría persistía 4 años después de finalizado el estudio, a pesar de la convergencia en el control de la glucemia en los dos grupos. En el UKPDS diseñado con los mismos objetivos para los diabéticos tipo 2, se estudiaron 3.867 pacientes recién diagnosticados de DM2, durante 10 años. Las HbA1c fueron de 7% y 7,9% para el grupo de tratamiento intensivo y el convencional, respectivamente. En el grupo de tratamiento intensivo se redujo en un 25% el inicio y la progresión de la RD. Marshal et al.3 clasificaron los factores que influyen en la aparición o progresión de la RD en no modificables y modificables. De todos ellos, los más relevantes son: Factores no modificables Genéticos Algunos genes pueden estar en relación con la RD, como el de la aldolasa reductasa, el de la sintetasa de óxido nítrico, del receptor de productos avanzados de la glucosilación, del factor de crecimiento del endotelio vascular, de la enzima de conversión de la angiotensina. También algunos haplotipos del HLA podrían predecir su pronóstico, como el HLA-DR7, HLA-A24, HLA-B62m, Cw4 y DQ4. Tipo de DM Clásicamente la fotocoagulación panretiniana está indicada cuando la RDP está presente. En el Early Treatament Diabetic Retinophaty Study (ETDRS) encontraron que los diabéticos tipo 2 con RD no proliferativa severa o RDP temprana obtenían mayor beneficio si se realizaba la fotocoagulación antes del desarrollo de la RDP de alto riesgo, reduciendo el riesgo de pérdida de visión severa o de vitrectomía al 50% a los 5 años, comparado con el inicio de la fotocoagulación si la RDP de alto riesgo ya estaba presente (p = 0,0001). Estos resultados no se encontraron en los pacientes con DM1 (p = 0,43)4, 5. Hipertensión arterial La hipertensión arterial (HTA) por sí sola es capaz de producir retinopatía hipertensiva (macro y microaneurismas, hemorragias en llama, exudados maculares…). El estudio Wisconsin Epidemiology Study of Diabetes Retinopathy (WESDR) encontró una prevalencia de hipertensión del 17% en diabéticos tipo 1 en el momento del diagnóstico, y del 25% a los 10 años de evolución. La HTA se correlacionaba con la duración de la diabetes, los niveles altos de HbA1c, la presencia de proteinuria y el sexo masculino. En DM2 la prevalencia de HTA es de 38-68%3. Numerosos estudios demuestran el papel de la HTA como factor de riesgo para el desarrollo y la progresión de retinopatía diabética. El estudio UKPDS demostró que la reducción de la presión arterial sistólica en 10 mmHg y de la diastólica en 5 mmHg disminuía en un 34% el riesgo de progresión de la RD y en un 47% (p = 0,004) la pérdida moderada de visión Duración de la diabetes y edad de aparición 6 Casi todos los pacientes con DM1 y más del 60% de los DM2 desarrollan RD a los 20 años de evolución de la enfermedad. Al momento del diagnóstico, sólo entre el 0-3% de los diabéticos tipo 1 presentan retinopatía diabética. Según el Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) el 67,5% padecían RD antes del los 5 años de evolución. En la DM2, la prevalencia de RD al diagnóstico 8 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 1-6 ORIGINAL Natalia Fernández Romero, Patricia Martín Rojas-Marcos, Natalia Pérez Ferre, Alfonso L. Calle Pascual la RD y el efecto de su tratamiento. Concluyeron que en DM1 la microalbuminuria no predice la aparición o progresión de la retinopatía simple, aunque sí de la retinopatía proliferativa, y que en DM2 tampoco predice la incidencia o desarrollo de la retinopatía simple, y es dudoso su valor predictivo en la retinopatía proliferativa. Está más aceptado que la macroalbuminuria se correlaciona con la retinopatía proliferativa. Como conclusión, parece que la microalbuminuria no es un marcador de riesgo de la retinopatía, aunque la asociación de ambas patologías es frecuente, y que la macroproteinuria sí está más relacionada con las formas más graves de retinopatía diabética. en DM2, con independencia del control glucémico y del fármaco usado (captopril o atenolol)2, 3. Dos cuestiones se encuentran actualmente en debate: definir cuál es la cifra óptima de presión arterial (PA) y si los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) o los antagonistas del receptor de la angiotensina II (ARA-II) tienen un papel que va más allá de los efectos hipotensores. Schrier et al. encontraron que una PA media de 128/75 fue suficiente para lograr un descenso significativo de la progresión de enfermedad en pacientes con DM2 7. El estudio multicéntrico DIRECT (Diabetic Retinopathy Candesartan Trials) diseñado para mostrar si candesartán (ARA-II) podía disminuir la incidencia y progresión de RD en diabéticos tipo 1 (DIRECT1) y enlentecer la progresión o inducir regresión en los diabéticos tipo 2 (DIRECT-2), demostró que el tratamiento con candesartán 32 mg/día reducía la incidencia de RD en DM1 y producía una mejoría de la retinopatía leve-moderada en los diabéticos tipo 2 8, 9. Obesidad y tabaco Ambos constituyen factores de riesgo cardiovascular bien conocidos y, por lo tanto, se deben tratar en pacientes diabéticos para minimizar la morbimortalidad por esta causa. Sin embargo, no queda claro si constituyen factores de riesgo independientes para el desarrollo o progresión de la RD o actúan por medio de otros factores como la hipertensión arterial, la hiperlipemia o el mal control metabólico. Dislipemia El estudio WESDR mostró que los niveles de colesterol no predecían de forma significativa la severidad de la RD ni en DM1 ni en DM2, pero sí estaba asociada con la severidad de los exudados duros. Resultados similares se obtuvieron en el ETDRS, en el que la elevación del colesterol total, LDL y triglicéridos se asociaba a un desarrollo más rápido de los exudados duros (p = 0,001)1. Se han ensayado estudios con estatinas sin resultados en la prevención de la retinopatía, pero sí en la reducción de la severidad de los exudados duros. Recientemente el estudio FIEDL (Effect of fenofibrate on the need for laser treatment for diabetic retinopathy) observó que el tratamiento con fenofibrato podía reducir la necesidad de tratamiento con láser en DM2 independientemente de la modificación de los lípidos plasmáticos10. Al margen de la retinopatía diabética, el control de la dislipemia en pacientes diabéticos está indicado para reducir la morbimortalidad cardiovascular. Anemia En el estudio ETDRS el hematocrito bajo fue un factor de riesgo independiente para el desarrollo de RDP de alto riesgo. En otro estudio, 5 pacientes diabéticos con fracaso renal y anemia que recibieron eritropoyetina se objetivó que un incremento del hematocrito de 29,6% a 39,5% respecto al basal inducía importante mejoría en el edema macular y los exudados duros y una estabilización en la agudeza visual11. Embarazo Durante el embarazo, la retinopatía diabética puede sufrir una progresión más rápida. Tanto el Diabetes in Early Pregnancy Study como el DCCT encontraron que en mujeres con mal control glucémico el riesgo de progresión de la retinopatía diabética aumentaba durante el primer trimestre. Estos hallazgos señalan la importancia de un buen control glucémico previo al embarazo y de la realización de una revisión oftalmológica antes del embarazo, en el primer trimestre, periódicas según los hallazgos del primer trimestre y al año del parto6. Microalbuminuria Newman et al. publican en 2005 una revisión sistemática diseñada para valorar a la microalbuminuria como signo precoz de la aparición o progresión de 9 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 1-6 ORIGINAL Prevención y cribaje de la retinopatía diabética visual y pueden ser evaluadas por un oftalmólogo a lo largo de los 6-12 meses posteriores a su diagnóstico: - RD no proliferativa moderada13 (exudados algodonosos no asociados a lesiones proliferativas, hemorragias ocasionales y/o microaneurismas y exudados fuera del diámetro de un disco del área macular). - RD no proliferativa leve13 (sólo microaneurismas). Los métodos para la realización del cribado de la RD deben proporcionar una sensibilidad y especificidad de más del 80%, según la British Diabetic Association1, y además el cociente coste-efectividad debe ser realista y permitir el estudio periódico de la mayor parte de la población con DM. Las técnicas más comunes son: - Oftalmoscopia directa: que no alcanza el límite de especificidad y sensibilidad marcado por la British Diabetic Association. - Oftalmoscopia indirecta/biomicroscopia con lámpara de hendidura: sensibilidad y especificidad mayores del 80%. Es útil para el diagnóstico pero no para monitorizar los cambios. Debe ser realizada por oftalmólogos expertos. - Fotografía digital midriática de varios campos: sensibilidad y especificidad mayores del 85%; precisa de instrumental complejo y caro y debe ser realizada por personal experto. Obliga al paciente a desplazarse a un centro especializado. - Fotografía digital con cámara no midriática: sensibilidad y especificidad de más del 80%. Presenta el mejor cociente coste-efectividad de entre las técnicas habituales14-16. Puede ser realizada por personal técnico no médico y hay medios portátiles, por lo que evita el desplazamiento de los pacientes, la pérdida de productividad, tanto del paciente como del acompañante, minimiza los tiempos de espera y se descongestionan las consultas de oftalmología. Ya que las imágenes son digitales, se pueden almacenar e incorporar a la historia del paciente, y por métodos de telemedicina pueden ser enviadas a través de correo electrónico para su lectura e interpretación por personal médico especializado (oftalmólogos, endocrinólogos o médicos de familia debidamente entrenados). En la actualidad, la mayoría de las guías apoyan el cribado de la retinopatía diabética con cámara no midriática por presentar el mejor resultado de costeefectividad y por su facilidad de uso. Cribado de la retinopatía diabética Además de en el buen control metabólico y de los factores de riesgo asociados, la prevención de la deficiencia visual y de la ceguera en los diabéticos se basa en los programas de detección precoz y en las revisiones periódicas. Un examen de cribaje es un procedimiento simple de diagnóstico que se realiza al conjunto de la población de diabéticos, con riesgo de presentar retinopatía diabética, para detectar lesiones que deban ser investigadas más a fondo o recibir tratamiento. No es una evaluación clínica completa, sino un método para identificar pacientes en riesgo, que requieran un examen más completo en un centro oftalmológico, para realizar un tratamiento efectivo. La ADA (American Diabetes Association) recomienda el cribado de la retinopatía diabética en12: - DM1 a los 3-5 años del diagnóstico. - DM2 al diagnóstico. - Controles anuales en ambos tipos de diabetes y espaciar el control cada 2-3 años si es normal. - Exámenes más frecuentes si se observa progresión de la retinopatía diabética. El examen de cribaje debe identificar a aquellos pacientes en los que deba realizarse un tratamiento inmediato, pero para evitar que sean remitidos un número excesivo de pacientes sin justificación a los centros de oftalmología, se recomienda utilizar un sistema de clasificación en dos niveles2: 1º.- RD que amenaza la visión y se deben citar inmediatamente: - Retinopatía proliferativa13 (neovasos, hemorragias prerretinianas, tejido fibroso, hemorragia vítrea, desprendimiento de retina reciente o rubeosis del iris). 2º.- Lesiones que deben citarse lo antes posible: - RD no proliferativa severa13 (irregularidades venosas, hemorragias múltiples, exudados algodonosos múltiples). - RD no proliferativa con afectación de la mácula (disminución de la agudeza visual que no se corrige; sugestivo de edema macular, hemorragias o exudados duros dentro del diámetro de un disco en relación a la mácula con o sin pérdida de visión). - RD no proliferativa sin afectación de la mácula (exudados duros en forma de placas en las principales arcadas vasculares temporales). Otras lesiones que también indican la presencia de RD, no representan un riesgo inminente de pérdida 10 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 1-6 ORIGINAL Natalia Fernández Romero, Patricia Martín Rojas-Marcos, Natalia Pérez Ferre, Alfonso L. Calle Pascual Atención primaria/ consulta endocrino Telecita: Modesto Lafuente: OFTMRE (martes y jueves) Av. Portugal: OFTARE (Lunes, miércoles y viernes) Consulta de retinógrafo Endocrino/oftalmólogo HCSC Imagen digital Retinopatía Informe fecha de la cita a oftalmología gestionada desde el hospital Sí No Informe + imagen Médico de atención primaria HbA1c < 7 Médico de atención primaria Informe Consulta de oftalmología Retinografía cada 3 años HbA1c < 7 Fumador HTA Microalbuminuria Retinografía anual Figura 1.- Protocolo de cribaje área 7. Cribaje de la retinopatía diabética con cámara de fotos no midriática en el área 7 de Madrid Tabla i Resultados del cribaje Desde el año 2007 están disponibles 2 cámaras de fotos no midriáticas para el despistaje de la retinopatía diabética en los dos centros periféricos de especialidades. Los pacientes son remitidos desde cualquier centro de atención primaria del área en jornada de tarde, y las imágenes obtenidas (2 por campo y por ojo) están disponibles en la red a través del programa paciente. Por problemas del ancho de banda, las imágenes sólo son evaluables en el hospital, donde un día por semana son valoradas por un equipo compuesto por 3 endocrinólogos que seleccionan los pacientes para ser evaluados por el oftalmólogo. Su informe es accesible a través del programa paciente para todos los médicos de familia del área sanitaria. Los algoritmos se pueden observar en la Figura 1. Hasta el 30 de mayo de 2009 han sido evaluados 1.076 pacientes. El ancho de banda es el factor que más limita la rapidez en el estudio de las imágenes y, por lo tanto, en la elaboración de los informes y su transmisión al médico peticionario. El protocolo Pacientes evaluados Nº pacientes evaluados Año 2007 (12 meses) 466 Año 2008 (12 meses) 319 Año 2009 (5 meses) 291 Total 1.076 Resultado del cribaje Nº pacientes % Paciente derivable 148 13,7 Paciente no derivable 617 57,4 Paciente no evaluable 131 12,2 Pacientes que no acudieron 180 16,7 Total 1.076 100 fue ralentizado hasta octubre de 2008, lo que puede justificar el lento acceso de pacientes al programa de cribaje. El porcentaje de pacientes no evaluables del 12%, globalmente se puede considerar aceptable. La baja calidad de las imágenes, fundamentalmente por déficit de transparencia de medios, se ha reducido sustancialmente con la práctica. Los resultados pueden observarse en la Tabla I. 11 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 1-6 ORIGINAL Prevención y cribaje de la retinopatía diabética ciales, mejorando la satisfacción de los pacientes. Sin embargo, el programa utilizado presenta limitaciones, pues la estimación de la agudeza visual y la toma de tensión ocular también debe ser evaluada periódicamente en los pacientes con diabetes. Ya que la hipertensión ocular está frecuentemente asociada a la retinopatía diabética, la toma de tensión ocular debería ser incluida en cualquier protocolo de cribaje de retinopatía diabética. El porcentaje de pacientes que fueron derivados al Servicio de Oftalmología fue del 13% (sólo un paciente con carácter urgente). Esto asegura la eficacia del protocolo y permite reducir la presión asistencial que la diabetes mellitus produce en los servicios de oftalmología. En resumen, el cribaje de retinopatía con cámara de fotos no midriática emerge como el método de elección, permitiendo optimizar los recursos asisten- BIBLIOGRAFÍA 1.-. 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- 7.- 8.- 9.- Kohner E, Porta M. Traducción revisada por PouTorelló JM, Rigla M, Arroyo JA. Protocolo para el examen, prevención y tratamiento de la Retinopatía Diabética en Europa. Educación Diabetológica Profesional 1994;vol IV:12-34. Vila LL, Viguera J, Alemán R. Retinopatía diabética y ceguera en España. Epidemiología y prevención. Endocrinol Nutr 2008;55(10):459-475. Marshall SM, Flyvbjerg A. Prevention and early detection of vascular complications of diabetes. BMJ 2006;333:475-480. Aiello LP, Cahill MT, Wong JS. Systemic Considerations in the Management of Diabetic Retinopathy. Am J Ophthalmol 2001;132(5):760-776. Ferris F. Early Photocoagulation in patients with either type 1 or type 2 diabetes. Trans Am Ophthalmol Soc 1996;94:505-537. Brownlee M, Aiello LP, Cooper ME, Vinik. 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La base de su patogenia es una microangiopatía, y en el fondo de todo el proceso aparecen alteraciones de la permeabilidad vascular, bien por exceso, por afectación de las paredes endoteliales y las capas adventicias, o por defecto, apareciendo áreas de isquemia y necrosis del parénquima retiniano con las consecuencias clínicas y fisiopatogénicas que ello conlleva. Correspondencia Inés Molina Guilabert – Hospital del Sureste – C/ Ronda del Sur, 10 – 28500 Arganda del Rey (Madrid) Teléfono: 91 83 94 000 – E-mail: ines.molinagui@salud.madrid.org Como cualquier enfermedad vascular, está influenciada por una serie de factores de riesgo, de los que dependerá, por un lado, su evolución a estadios más severos y, por otro, la rapidez de ésta. Los factores de riesgo de mayor impacto bien identificados en nuestro entorno son la duración de la diabetes, la hiperglucemia, elevación de la hemoglobina glicosilada por encima de 7 unidades, hipertensión arterial, cifra de colesterol total y LDL 1. Otros factores menos consistentes, pero que han sido identificados en diferentes estudios son la obesidad (índice de masa corporal mayor de 25) y las hiperlipidemias2-4. Bien es cierto que algunos de los factores referidos, en función de los diseños de los estudios a los que se refieren, arrojan resultados contradictorios, como es el caso del sobrepeso para el Wisconsin Epidemiological Study of Diabetic Retinopathy 6, en el que demostró una correlación inversa, aunque no está claro el porqué se le achacó al efecto de la malnutrición en pacientes con microangiopatías. Otro nivel de asociación lo estableceríamos con las consecuencias de finales de la macroangiopatía, como es la asociación con los accidentes cardiovasculares, nefropatías crónicas y otras enfermedades vasculares periféricas, de las que hay amplias evidencias, aunque, lógicamente, éstas no son el objetivo de los programas de prevención de las retinopatías diabéticas precoces y sí de los de tratamiento en enfermedades avanzadas7, 8 (Tabla I). Tabla i Factores de riesgo para desarrollo de retinopatía diabética Bien identificados - Duración de la diabetes - Hemoglobina glicosilada - Colesterol total y LDL FR poco consistentes - Índice de masa corporal - Hiperlipidemia Control de los factores de riesgo Hipertensión Es bien conocido el efecto que la hiperglucemia mantenida tiene sobre los pequeños vasos, siendo el resultado final las lesiones en las nefropatías, neuropatías y retinopatías propias de la diabetes. En estos pacientes, la presencia de hipertensión arterial incrementa de manera exponencial el riesgo de desarrollar microangiopatía en cualquiera de sus formas. El control de la tensión arterial, por tanto, es clave para evitar, o al menos retrasar, la aparición de los cambios en pequeños vasos, y, por tanto, las disminuciones de agudeza visual propias de la retinopatía diabética. Uno de los mecanismos de disfunción en la microcirculación es el incremento en el umbral de la regulación de los receptores tipo 1 de la angiotensina II. Así, en los pacientes con diabetes, y especialmente en los que ya existe algún grado de retinopatía o nefropatía, es imprescindible un control exhaustivo 13 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 7-10 REVISIÓN Retinopatía diabética. Factores de riesgo y prevención en parte, hacia los inhibidores de la Proteín kinasa C, antioxidantes12, como veremos más adelante, etc. de la tensión arterial, manteniendo como objetivo tensiones por debajo de 130/80 mmHg, lo cual, además, ha demostrado una reducción de la mortalidad y morbilidad por causa cardiovascular. Son muchos los estudios que hablan de buenos resultados con fármacos inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), tanto en la disminución de la aparición como aparición de la retinopatía y de la nefropatía diabética9. Otra línea de trabajo en la prevención de la retinopatía diabética consiste en diminuir el cociente VEGF (Vascular Endothelial Growth Factor/PEGF (Pigment Epithelilium Growth Factor), el cual puede servir como indicador del efecto protector de los inhibidores del enzima convertidor de la angiotensina (IECA), ya que éstos parece que disminuyen el cociente VEGF/PEGF y mejora el pronóstico a largo plazo en lo que a la aparición de complicaciones de microcirculación se refiere10. Tiempo desde el diagnóstico Existe concordancia en todos los estudios realizados en presentar una relación directa entre el tiempo de evolución desde el diagnóstico y la presencia de algún tipo de retinopatía diabética. El estudio epidemiológico de Wisconsin reveló que a los 15 años del diagnóstico, el 98% de los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y el 78% de los que presentaban diabetes mellitus tipo 2 tenían RD6, y hasta un 20% de los pacientes presentan incluso edema macular clínicamente significativo, en cualquiera de sus formas tras 15 años desde el diagnóstico. Sobrepeso Si bien está claro que la presencia de un incremento de grasa y, por lo tanto, un índice de masa corporal superior al 25% supondrá un mecanismo patogénico en el desarrollo de determinados tipos de diabetes en los que el factor fundamental es la resistencia a la insulina, no hay acuerdo en lo relativo al aumento de riesgo para padecer complicaciones en la microcirculación directamente relacionado con la diabetes. Así lo indica el Wisconsin Epidemiological Study of Diabetic Retinopathy6 y el grupo de Romero et al.13. El sobrepeso por sí solo es factor de riesgo para los problemas macroangiopáticos, cardiovasculares, por ejemplo; pero no parece clara su relación con la presencia y gravedad de la retinopatía diabética. Lógicamente el control de la retinopatía diabética no se entiende sin el control de estos factores, bien conocidos desde hace años. Además, las opciones de tratamiento han mejorado el pronóstico a largo plazo de estos pacientes; sin embargo, la tendencia es la de controlar la aparición de las complicaciones microangiopáticas antes de su aparición, y en el caso de no ser posible disminuir su impacto en la calidad de vida de los pacientes. Un trabajo reciente14 nos dibuja un cambio de tendencia en el número y gravedad de la retinopatía diabética en nuestro entorno, especialmente en los casos de diabetes tipo II14. Este trabajo hace una comparación epidemiológica de los últimos 15 años, desde 1993, y se evidencia una mejora en el control de los factores de riesgo importante, HTA, lipedemia… Esto no es tan evidente en los casos de diabetes tipo I, ya que normalmente los controles ya eran muy buenos en estos pacientes en aquellos años. Control metabólico El ETDRS (Early Treatment Diabetic Retinopathy Study) identificó como un importante factor de riesgo tanto para la aparición de la retinopatía como para la progresión a formas severas y, por tanto, pérdidas de visión, los altos niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c), añadiendo a éste otros parámetros, como un descenso del hematocrito y la hiperlipidemia. El control a largo plazo de la glicemia está bien contrastado por numerosos estudios independientes (DCCT - Diabetes Control and Complication Trial; Stockholm Interventional Study y el UK Prospective Study). Dicho control reduce hasta en un 27% el riesgo de aparición de cualquier forma de retinopatía. El ETDRS demostró que un descenso de la lipidemia minimizó la probabilidad de aparición de exudados duros y formas exudativas de retinopatía diabética 11. Los elementos celulares de la retina son muy susceptibles a los ambientes hiperglicémicos, respondiendo éstos con multitud de cambios bioquímicos que incluyen una elevación del estrés oxidativo y de la activación de la vía de los polioles, activación de la proteína kinasa C. Este estrés oxidativo crucial en la patogenia de la retinopatía diabética, siempre ligado a otros cambios que conducen a los cambios estructurales y pérdida de capilares que caracterizan la enfermedad. Todo esto hace que los objetivos en las estrategias terapéuticas y profilácticas se dirijan, 14 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 7-10 REVISIÓN Inés Molina Guilabert Nuevas tendencias en el control de las complicaciones microangiopáticas Los nuevos tratamientos están basados en el origen fisiopatológico de la retinopatía diabética, atendiendo a las vías metabólicas implicadas en el desarrollo de la retinopatía: a) vía de la aldosa-reductasa o de los polioles; b) vía de la hexosamina; c) vía del diacilglicerol-proteincinasa C (DAG-PKC); d) acumulación de AGE, y e) estrés oxidativo, que serán fundamentales en los primeros estadios; pero una vez que existe cierto grado de oclusión vascular (Figura 1) y, por tanto, isquemia tisular, es más importante como estímulo la angiogénesis Los inhibidores de la aldosareductasa (sorbinil, tolrestat, ponalrestat) no parece que sean tan efectivos en prevenir la incidencia o la progresión de la RD como se esperaba, y, además, se ha comunicado una elevada tasa de efectos secundarios. Sin embargo, los resultados preliminares obtenidos con inhibidores de la aldosa-reductasa más potentes y selectivos (epalrestat, fidarestat, ARI-809) son muy prometedores. Ésta podría ser la tendencia en los próximos años. Entre los inhibidores de PKC, la ruboxistaurina se ha mostrado claramente efectiva en reducir la pérdida de visión y en retrasar la progresión del EMCS (Figura 2), sin haber apreciado efectos adversos graves, y posiblemente se convierta en un fármaco habitual en el tratamiento de la retinopatía diabética, especialmente para evitar la evolución a estadios avanzados. El resto de ensayos clínicos con inhibidores de los AGE no han sido concluyentes hasta ahora, fundamentalmente por la elevada tasa de efectos secundarios de los primeros modelos (déficit de vitamina B6, neurotoxicidad y anemia). El estrés oxidativo desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las complicaciones de la diabetes, y aunque todavía no hay resultados concluyentes, pronto es posible que basemos nuestras estrategias de prevención en antioxidantes. Ya en estadios avanzados los tratamientos se Figura 1.- Retinopatía isquémica. Figura 2.- Edema macular clínicamente significativo. orientan a combatir el factor de crecimiento vascular, como consecuencia de la hipoxia mantenida. Estos fármacos, que actualmente se encuentran en estudio para esta patología, pegaptanib, ranibizumab… de aplicación intravítrea o incluso los corticoides nos ofrecen a corto plazo una mejoría de la calidad de visión en pacientes con retinopatía diabética, pero no parecen aplicables en la prevención de la misma. BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- Wong TY, Cheung N, Tay WT, Wang JJ, Aung T, Saw SM, Lim SC, Tai S, Mitchell P. Prevalence and Risk Factors for Diabetic Retinopathy. The Singapore Malay Eye Study. 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A propósito de un caso Ana Mª Suelves1, Miguel Harto1, José Mª Millán2, 3, Manuel Díaz Llopis1, 3, 4 1 Departamento de Oftalmología y 2Departamento de Genética, Hospital La Fe, Valencia; 3CIBERER, Ciber de Enfermedades Raras, Valencia; 4 Facultad de Medicina, Universidad de Valencia. Presentamos el caso de un varón de 13 años que consulta por percepción súbita de disminución de agudeza visual en O.D. El examen mostró una agudeza visual de 0,16 O.D. y 1 O.I. La retinografía del O.D. reveló una lesión peripapilar sobrelevada cubierta por una membrana glial epirretiniana (Figura 1). Se observó, además, en su borde macular, una lesión semi lunar blancogrisácea compatible con una membrana neovascular coroidea (MNVC). La Tomografía de coherencia óptica (TOC) mostró un engrosamiento del espesor retiniano con edema microquístico asociado a membrana epirretiniana (MER) y MNVC (Figura 2). Comentario El hamartoma es una proliferación benigna de células que están normalmente presentes en la zona afectada, y que crecen formando una masa desorganizada. En el ojo el hamartoma puede ser simple -lo más frecuente-, si prolifera sólo el epitelio pigmentario de la retina (EPR), o mixto o combinado, cuando se produce un engrosamiento retiniano a expensas de tejido glial epirretiniano, células hipertrofiadas de EPR y vasos sanguíneos. El término de hamartoma combinado del EPR y de la retina fue acuñado por Gass en 19731. Sin embargo, esta entidad ya había sido descrita con anterioridad con otras denominaciones como: melanosis de papila2, hiperplasia del EPR3, hamartoma4, 5 y proliferación de EPR yuxtapapilar simulando un melanoma maligno6. Es un tumor ocular poco frecuente, hay descritos en la literatura 200 casos aproximadamente, y en niños sólo 30 casos. El hecho de que el hamartoma mixto se diagnostique en niños y jóvenes apoya la hipótesis de un origen congénito7. La mayoría de casos son esporádicos, pero puede aparecer tras trau- Figura 1.- Hamartoma mixto epi y perimacular. Nótese los cambios pigmentarios evidentes y la severa tracción macular perilesional por membrana epirretiniana, así como la semiluna macular correspondiente a la membrana subretiniana. matismo o papiledema, o como en este caso ante una pérdida brusca de visión secundaria al desarrollo de una membrana neovascular. No suelen asociarse a patología sistémica; sin embargo, en pacientes con hamartoma mixto debe descartarse una neurofibromatosis tipo I y II8, 9, síndrome de Gorlin Goltz10, anomalía de Poland11, incontinentia pigmenti, síndrome braquio-oculo-facial12 y angiofibroma nasofaríngeo juvenil13. El hamartoma mixto se manifiesta generalmente como una pérdida indolora de visión. Son manifestaciones menos frecuentes el estrabismo, leucocoria o dolor ocular. También pueden ser asintomáticos y ser un hallazgo funduscópico casual. La angiografía fluoresceínica, en estos casos, es de gran ayuda 17 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 11-13 CASO CLÍNICO Hamartoma mixto de epitelio pigmentario y retina Figura 2.- Tomografía de la lesión. Aumento del grosor retiniano, edema macular. Se aprecia MER, junto con área de hiperrefringencia compatible con MNVC exudativa. diagnóstica al mostrar tortuosidad vascular retiniana, hiperfluorescencia precoz de la lesión y áreas de hipofluorescencia irregular correspondientes a zonas de hipertrofia del EPR. Suele tener un curso estacionario en su evolución y su tratamiento se basa en el tratamiento de sus complicaciones: distorsión macular por MER, MNVC, hemorragias, etc.14. La neovascularización coroidea debida a hamar- toma es un hallazgo muy infrecuente. Revisando en Pubmed, se han descrito un total de 20 casos de MNVC asociada a hamartoma combinado de retina y EPR15, 16. No están bien establecidos hoy en día los beneficios y riesgos de realizar simplemente observación o vitrectomía con pelado de la membrana limitante interna (MLI) en estos pacientes, siendo un tema abierto y controvertido17-20. 18 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 11-13 CASO CLÍNICO Ana Mª Suelves, Miguel Harto, José Mª Millán, Manuel Díaz Llopis BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- 7.- 8.- 9.- 10.- 11.- 12.- Gass JDM. An unusual hamartoma of the pigment epithelium and retina simulating choroidal melanoma and retinoblastoma. Trans Am Opthalmol Soc 1973;71:171-185. Rovenda J.M. Melanosis de la papilla. Arch Oftalmol Buenos Aires 1952;27:61-64. Theobald G.D. Floyd G, Kirk HO. Hiperplasia of the retinal pigment epithelium simulating a neoplasm: report of two cases. Am J Ophthalmo 1958;45:235-240. Cardell BS, Starbuck MJ. Juxtapapillary hamartoma of retina. Br J Ophthalmol 1961;45:672-677. Machemer R. Die primäre retinal Pigmenteepithelhyperplasie. 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Visual improvement after pars plana vitrectomy and membrane peeling for vitreoretinal traction associated with combined hamartoma of the retina and retinal pigment epithelium. Retina 2002;22:101-104. 19 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 11-13 CASO CLÍNICO Ranibizumab (Lucentis®) intravítreo en el tratamiento de membrana neovascular coroidea secundaria a Coroidopatía Punctata Interna Alicia Valverde Megías, Pedro Arriola Villalobos, Juan Reche Frutos, Cristina Calvo González, Juan Donate López Servicio de Oftalmología. Hospital Clínico San Carlos. Madrid Dentro del grupo de las uveítis posteriores, la Coroidopatía Punctata Interna (CPI) es una entidad infrecuente descrita mayoritariamente en mujeres miopes en edades medias de la vida. Las lesiones típicas son redondas, amarillentas, planas y múltiples, de 50-300 micras de diámetro. Afectan al epitelio pigmentario de la retina y a la coroides interna y suelen estar situadas en polo posterior, sin asociar signos de inflamación vítrea1. Aunque el patrón más frecuente de presentación es unilateral, muchos de los pacientes presentarán síntomas y afectación del ojo contralateral. Los síntomas iniciales de presentación suelen ser escotomas y visión borrosa. La mayoría de los pacientes afectos de CPI desarrollan neovascularización coroidea (NVC) y, posteriormente, fibrosis subretinana, en el año siguiente al inicio de los síntomas 2. También se ha descrito la aparición de la NVC como primera manifestación de la enfermedad, catalogándose en un principio la NVC como idiopática3. Algunos de los tratamientos utilizados previamente para la neovascularización coroidea inflamatoria (NVCI) han sido la cirugía4, la fotocoagulación láser5, la terapia fotodinámica (TFD)6, los corticoides intravítreos y sistémicos7 y el tratamiento inmunosupresor. Recientemente se ha descrito el empleo de bevacizumab (Avastin®) para el tratamiento de la NVCI8-10. El ranibizumab (Lucentis, Novartis, Basilea, Suiza) es un fármaco antiangiogénico que actúa inhibiendo la unión del VEGF (Vascular Endothelial Growth Factor) a su receptor. Ha demostrado eficacia en el tratamiento de NVC por Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)11, y se ha propuesto su uso en otras patologías oculares en las que existe también una sobreexpresión de VEGF12. A B Figura 1.- Exploración inicial O.I. A) Retinografía. B) Angiofluoresceingrafía. Caso clínico Paciente varón de 25 años remitido desde otro centro con el diagnóstico de Membrana Neovascular Subretiniana (MNVSR) en ojo izquierdo (O.I.). Pre- 20 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 14-18 CASO CLÍNICO Alicia Valverde Megías, Pedro Arriola Villalobos, Juan Reche Frutos, Cristina Calvo González, Juan Donate López A B C D E F Figura 2.- Evolución de la lesión O.I. con los tratamientos aplicados. A) y B) Persistencia de actividad un año después de TFD. C) y D) Lesión estable tras la cuarta inyección de Lucentis®. E) y F) Fibrosis subretiniana macular. Seis meses más tarde. rencia óptica (OCT) mostraba una NVC yuxtamacular con edema intrarretiniano leve. Se realizó TFD en O.I. y a los 6 meses de seguimiento la MAVC mejoró a 0,8 en O.I., con pigmentación del borde nasal de la lesión objetivable por retinografía y ausencia de edema en el OCT. Seis meses más tarde, la MAVC había descendido en O.I., de manera inadvertida para el paciente, a sentaba miopía magna en ambos ojos (AO). En su centro había recibido prednisona oral y triamcinolona transeptal en O.I. A su llegada a nuestro centro, su mejor agudeza visual corregida (MAVC) era de 0,8 en el O.D. y 0,25 O.I. La angiofluoresceingrafía (AFG) revelaba puntos hiperfluorescentes en polo posterior de AO y en O.I. una hemorragia macular con MNVSR adyacente (Figuras 1A y 1B). La tomografía de cohe- 21 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 14-18 CASO CLÍNICO Neovascularización coroidea en Coroidopatía Punctata Interna. Tratamiento con Ranibizumab A B D C Figura 3.- Exploración del O.D. A) y B) NVC en el O.D. C) y D) Ausencia de actividad después de Lucentis intravítreo. ® Además, la presencia de manchas hiperfluorescentes en AO, junto a la asociación a NVC, condujo al diagnóstico de CPI. Se inició tratamiento con ranibizumab (Lucentis®) intravítreo en O.D., con la dosis de carga habitual. Un mes después de la tercera inyección, no existía actividad angiográfica ni tomográfica (Figuras 3C y 3D), con una MAVC de 0,8 en AO. 0,1. La AFG mostraba crecimiento del diámetro de la lesión y fuga de contraste (Figuras 2A y 2B). En el OCT se evidenciaba edema subretiniano. Se indicó tratamiento mediante inyección intravítrea de ranibizumab (Lucentis®) en O.I. (previa petición y consentimiento para uso compasivo de este fármaco). El tratamiento se realizó mediante la habitual dosis de carga consistente en inyecciones mensuales hasta un total de tres inyecciones. Al mes de la tercera inyección, la MAVC era de 0,25 en O.I. y la OCT objetivó la persistencia de líquido subretiniano, por lo que se indicó una cuarta inyección de Lucentis®. Un mes después, la MAVC en O.I. era de 0,7, con inactividad tomográfica y signos de inactividad en la retinografía (Figuras 2C y 2D). En las revisiones posteriores sólo se objetivó la aparición de fibrosis subretiniana macular en el O.I. (Figuras 2E y 2F), sin disminución de MAVC asociada. Un año después de la última inyección intravítrea en el O.I. el paciente acudió a Urgencias por metamorfopsias en O.D. Presentaba una MAVC de 0,9 en O.D. y 0,8 en O.I. y la AFG objetivó la presencia de una NVC en O.D. (Figuras 3A y 3B). Discusión En nuestro paciente, el ranibizumab (Lucentis®) intravítreo ha producido mejoría anatómica y visual tras su uso en la NVC asociada a CPI, mejoría no esperada en un caso dejado a su evolución natural13. Hasta hace bien poco, las opciones terapéuticas disponibles para este tipo de lesiones se limitaba a la observación, la fotocoagulación con láser Argón, el tratamiento corticoideo, la cirugía, la TFD y la combinación de estos tratamientos. El láser Argón sólo se puede emplear en algunos casos seleccionados de NVCI extrafoveal, aunque las recurrencias y la extensión de la lesión son frecuentes, por lo que es un tratamiento en desuso 22 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 14-18 CASO CLÍNICO Alicia Valverde Megías, Pedro Arriola Villalobos, Juan Reche Frutos, Cristina Calvo González, Juan Donate López en la actualidad. El empleo de triamcinolona intravítrea (TIV) asocia resultados visuales discretos, así como los efectos secundarios propios de este tipo de terapia, como elevación de la presión intraocular y cataratas7. Las opciones quirúrgicas se limitan fundamentalmente a la extracción de la MNV, pero presenta una alta recurrencia, que alcanza el 40% de los casos4. El empleo de TFD en la NVCI ha demostrado buenos resultados, pero no parece conseguir mejorías de agudeza visual, existiendo tendencia a la atrofia subfoveal6. La asociación de TFD y TIV sí parece obtener resultados aceptables, aunque aún existen resultados contradictorios. Se ha demostrado que el VEGF contribuye al desarrollo y crecimiento de la NVC14, lo que sustenta el empleo de anti-VEGF para su tratamiento. En los últimos años se han publicado estudios que analizan el uso de bevacizumab (Avastin ®) para el tratamiento de la NVCI8-10, con buenos resultados visuales y anatómicos. El empleo de ranibizumab (Lucentis ®) en esta indicación ha sido escasamente reportado, existiendo un solo caso publicado en un paciente con coroiditis multifocal15, con buena respuesta tras cinco inyecciones intravítreas. En nuestro paciente, el primer ojo en ser tratado había recibido previamente TFD. La influencia que tal tratamiento pudiera tener en el resultado visual final es incierta, si bien parece existir mejor respuesta cuando la terapia se inicia de manera precoz con anti-VEGF. La existencia de fibrosis en el O.I. concuerda con la historia natural de la NVCI asociada a PIC, aunque desconocemos, por poco seguimiento en O.D., si el uso de ranibizumab puede enlentecer o incluso evitar la aparición de esa fibrosis, que no siempre, como ilustra el O.I., es invalidante en términos de agudeza visual. Todas estas incógnitas deben ser aclaradas en el futuro con estudios prospectivos que comparen el empleo de TFD y anti-VEGF en el tratamiento de la NVCI, si bien queda patente que es una alternativa en pacientes con amenaza para su visión. En conclusión, nuestro caso clínico ilustra la utilidad del empleo de ranibizumab (Lucentis ®) en el tratamiento de la NVCI asociada a PIC, con mejoría anatómica y visual en los dos ojos. Futuros estudios prospectivos que incluyan mayor número de pacientes y seguimiento, así como la comparación con otras terapias como TFD ± TIV, son necesarios para establecer el papel que el ranibizumab (Lucentis®) ocupa en la terapia de la NVCI. BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- Watzke RC, Parker AJ, Fol JC, et al. Punctate inner chorioretinopathy. Am J Ophthalmol 1984;98:572-584. Gerstenblith AT, Thorne JE, Sobrin L, Do DV, Shah SM, Foster CS, Jabs DA, Nguyen QD. Punctate Inner Choroidopathy: a survey analysis of 77 persons. Ophthalmology 2007;114:12011204. 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Wai-Man Chan, Timothy YY Lai, David TL Liu, Dennis SC Lam. Intravitreal Bevacizumab (Avastin) for Choroidal Neovascularization Secondary to Central Serous Chorioretinopathy, Secondary to Punctate Inner Choroidopathy, or of Idiopathic Origin. Am J Ophthalmol 2007;143:977-983. Adán A, Mateo C, Navarro R, Bitrian E, Casaroli-Marano RP. Intravitreal Bevacizumab (Avastin) injection as primary treatment of inflammatory choroidal neovascularization. Retina 2007; 27:1180-1186. Vossmerbaeumer U, Spandau UH, V Baltz S, 23 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 14-18 CASO CLÍNICO Neovascularización coroidea en Coroidopatía Punctata Interna. Tratamiento con Ranibizumab 11.- 12.- Wickenhaeuser A, Jonas JB. Intravitreal bevacizumab for choroidal neovascularisation secondary to punctate inner choroidopathy. Clin Experiment Ophtalmol 2008; 36:292-294. Regillo CD, Brown DM, Abraham P, Yue H, Ianchulev T, Schneider S, Shams N, and The PIER Study Group. Randomized, Double-Masked, Sham-Controlled Trial of Ranibizumab for Neovascular Agerelated Macular Degeneration: PIER Study Year 1. Am J Ophthalmol 2008;145:239-248. Chun DW, Heier JS, Topping TM, Duker JS, Banker JM. A Pilot Study of Multiple Intravitreal Injections of Ranibizumab in Patients with Center-Involving Clinically Significant Diabetic Macular 13.- 14.- 15.- Edema. Ophthalmology 2006;113:1706-1712. Ho AC, Yannuzzi LA, Pisicano K, De Rosa J. The natural history of idiopathic subfoveal choroidal neovascularization. Ophthalmology 1995;102:782789. Kwak N, Okamoto N, Wood JM, Campochiaro PA. VEGF Is Major Stimulator in Model of Choroidal Neovascularization. Invest Ophthalmol Vis Sci 2000;41:3158-3164. Fine HF, Zhitomirsky BA, Freund KB, Barile GR, Shirkey BR, Samson CM, Yannuzzi LA. Bevacizumab (Avastin) and Ranibizumab (Lucentis) for choroidal neovascularization in multifocal choroiditis. Retina 2009;29:8-12. 24 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 14-18 CASO CLÍNICO ¿Podemos los oftalmólogos diagnosticar la diabetes tipo LADA? M.J. Díaz Granda, E. Esteban González, J.M. Cubero Parra Sección de Retina Médica. Departamento de Oftalmología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla. Paciente diagnosticado de diabetes mellitus tipo II (DMII) en tratamiento con antidiabéticos orales(ADO) que no consigue control glucémico adecuado. Tras estudio de historia clínica y protocolo de screening de diabetes autoinmune latente del adulto (LADA) se solicitan anticuerpos (Acs) Anti-GAD65, Anti-IA2 y Anti-islotes-pancreáticos, diagnosticándose de DM tipo LADA, instaurando endocrinología tratamiento combinado con metformina e insulina, consiguiendo cifras de glucemia regulares y prosiguiendo en la aplicación de controles oftalmológicos propios de diabetes mellitus tipo I (DMI). La diabetes tipo LADA supone entre un 10-20% de los pacientes diagnosticados de DMII. En el control metabólico de estos pacientes la necesidad de insulina aparece de forma precoz. Un inadecuado control de glucemias acelera la aparición de complicaciones en dichos pacientes en comparación con los bien diagnosticados de DMII. La evolución y el pronóstico visual de estos pacientes se relaciona con el diagnóstico precoz y la instauración de tratamiento insulínico. El oftalmólogo debe ser un pilar diagnóstico en dicha patología como arma de screening. El seguimiento de estos pacientes por oftalmología será similar al del DMI. tica, se recoge la obligación de realizar al menos un fondo de ojo anual a los diabéticos tipo I y al menos uno bianual a los diabéticos tipo II. Pero estos rangos diferenciales entre los dos tipos de diabetes no siempre se cumplen y se pueden dar casos de aparición más tardía en el diabético tipo I y más precoz en el tipo II. Y es en este grupo de pacientes donde vamos a centrar nuestras consideraciones, por poder pertenecer al grupo de pacientes diabéticos tipo LADA. Se define como LADA los casos de diabetes mellitus con anticuerpos antiácido-glutámico descarboxilasa 65 (anti GAD)1, asociados o no a la presencia de otros anticuerpos (Ac) propios de diabetes mellitus tipo I. Los más hallados son Ac. Anti-IA-2 y Ac. Anti-islotes-pancreáticos, teniendo en cuenta que los pacientes que presentan Ac. Anti GAD junto con Ac. Anti-IA-2 progresan más rápidamente a dependencia insulínica que los que únicamente presentan Ac. Anti GAD. Alrededor del 10-20% de las diagnosticadas de DMII en realidad tienen diabetes tipo LADA 2 y existen series que aseguran que es con toda probabilidad más prevalente que la DMI, teniendo en cuenta los datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), que indican que en 2.025 las personas afectadas por DM alcanzará 333 millones, siendo el 90% diagnosticados de DMII. Al comparar los signos clínicos con pacientes diabéticos tipo I, el individuo con LADA es de mayor edad, posee mayor índice de masa corporal (IMC), mayores niveles de péptido C y una mayor historia de diabetes tipo II 3. En cambio, comparado con el paciente tipo II, el individuo con LADA es más joven, posee un menor IMC y tiene menores niveles de péptido C en el momento del diagnóstico 4 y generalmente se presenta sin cetosis o cetoacidosis. Introducción Cuando realizamos estudios de FO a pacientes diagnosticados de diabetes mellitus, acuden a nosotros diagnosticados de: diabetes mellitus insulino dependiente (DMID) tipo I, o juvenil por aparecer antes de los 30 años, o diabetes mellitus no insulino dependiente (DMNID) o tipo II, o del adulto por aparecer después de los 30 años de edad. En la mayoría de los protocolos de seguimiento, por parte del oftalmólogo, de los pacientes con diabetes tipo I y tipo II, sin lesiones de retinopatía diabé- 25 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 19-21 CASO CLÍNICO ¿Podemos los oftalmólogos diagnosticar la diabetes tipo LADA? sin hallazgos. FO: focos de coriorretinitis en arcada temporal superior de OD, no hallazgos de retinopatía diabética en ambos ojos (Figura 1). OCT: se evidencia atrofia de epitelio pigmentario sin signos de actividad (Figura 2) en O.D. y normalidad en O.I. Al encontrarnos ante un paciente joven, con diagnóstico DMII y mal control glucémico objetivado con cifras de HbA1c superiores a 11%, sin antecedentes familiares de DM, con Índice de Masa Corporal (IMC) de 25%, foco de coriorretinitis, de posible etiología autoinmune, decidimos solicitar Ac. Anti-GAD65, Ac. Anti-A2, Ac. Anti-islotes-pancreáticos que resultaron ser: - Ac. Anti-GAD65: 250,0 UI/ml (Rango aceptado en nuestro centro: 0,0-10,0). - Ac. Anti-A2: 61,0 UI/ml (Rango aceptado en nuestro centro: 0,0-15,0). - Ac. Anti-islotes-pancreáticos: negativo. El Servicio de Endocrinología, tras interconsulta previa, diagnostica al paciente de DM tipo LADA y comienza tratamiento combinado con insulina glargina 14 UI cada 24 horas y metformina 850 mg cada 8 horas, consiguiendo controles regulares de las glucemias y estabilización ponderal. Si no tenemos en cuenta este tipo de diabetes, estamos privando a un 10-20% de pacientes de un correcto seguimiento, sin contar el aumento de incidencia de DMID, que aumentaría en el mismo porcentaje, antes mencionado. Para poder detectar a estos pacientes hemos diseñado un screening de detección de LADA en la consulta de oftalmología. Área Hospitalaria Virgen Macarena Servicio de oftalmología Datos de identificación Screening para la detección de pacientes diabéticos tipo II susceptibles de ser encuadrados como diabéticos tipo LADA 1.- Edad de diagnóstico de la diabetes: □□ Años 2.- Tipo de tratamiento: □□ Insulina □□ Hipoglucemiantes orales 3.- Ausencia/presencia de antecedentes familiares con diabetes tipo II: □□ Madre □□ Padre 4.- Datos antropométricos: IMC: □□ <25% □□ >27% 5.- Valoración de otros factores de co-morbilidad: □□ Hipertensión arterial □□ Dislipemias 6.- Seguimiento por especialista en endocrinología: □□ Sí □□ No Observaciones y actuaciones: Conclusiones y discusión Tenemos en cuenta que alrededor del 10-20% de las diagnosticadas de diabetes mellitus tipo II en realidad pueden ser diabéticos tipo LADA. Si la edad de diagnóstico está entre 30-50 años aproximadamente, existe poca carga genética, el IMC es menor de 27%, no está en tratamiento con insulina y no es seguido por un endocrino, consideramos positivo el screening y solicitamos la determinación de los siguientes anticuerpos: - Ac. Anti-GAD65. - Ac. Anti-A2. - Ac. Anti-islotes-pancreáticos. Si estos anticuerpos son positivos, se remitirá el paciente a endocrinología, para que determine la necesidad de instaurar tratamiento con insulina y procedemos a realizar los controles periódicos establecidos para los diabéticos tipo I. Consideramos que detectar por parte del oftalmólogo al paciente LADA que le es remitido para FO como diabético tipo II, aunque al principio tenga un buen control metabólico sólo con ADO, puede ser determinante para su futuro visual, ya que la fotocoa- Caso clínico Paciente varón de 41 años, sin antecedentes familiares ni personales de interés, sin hábitos tóxicos, que acude a consulta para fondo de ojo tras diagnóstico reciente de DMII, con pérdida de peso de aproximadamente 10 kg y con últimas cifras de glucemia basal de 204 mg/dl. En tratamiento con metformina 850 mgs y glimepiride 4 mgs. AV: O.D. = 0,5/0,8; O.I. = 0,6/0,9. Polo anterior 26 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 19-21 CASO CLÍNICO M.J. Díaz Granda, E. Esteban González, J.M. Cubero Parra Figura 1.- Retinografías de ambos ojos sin hallazgos de retinopatía diabética. Figura 2.- OCT O.D. con focos de atrofia, y O.I. compatible con la normalidad. cia, la frecuencia de las revisiones periódicas de FO, que en un principio pasaría a ser anual por ser en realidad estos pacientes diabéticos tipo I. Comprender mejor por qué un número no despreciable de pacientes con DMII desarrollan tan precozmente retinopatía diabética proliferativa agresiva y con afectación macular severa. gulación temprana en la retinopatía diabética puede reducir el porcentaje de ceguera hasta en un 90%, por lo que es de vital importancia no demorar en un año el diagnóstico de retinopatía diabética, sobre todo en pacientes que están incluidos en un programa de detección precoz. Proceder a determinar según nuestra experien- BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- Bruno G, De Salvia A, Arcari R, et al. Clinical, inmmunological and genetic heterogeneity of diabetes in an Italian population-based cohort of lean newly diagnosed patients aged 30-54 years. Diabetes Care 1999;22:50-55. Palmer JP, Hirsch IB. What’s in a name: latent autoimmune diabetes of adults, type 1.5, adult-onset, and type 1 diabetes. Diabetes Care 2003;26:536-538. 4.- Martinka E, Strakova J, Galajda P, Shawkatova I, Buc M. Latent autoimmune (type1) diabetes mellitus in patiens classified as type-2: divergence of etiologic markers. Cas Lek Ces 2000; 139:120-123. Kobayashi T, Tamemoto K, Nakanishi K, et al. Immuno-genetic and clinical characterization of slowly progressive IDDM. Diabetes Care 1993;16: 780-788. 27 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2009; 1 (1): 19-21 IMÁGENES ¿Podemos los oftalmólogos diagnosticar la diabetes tipo LADA? Retinopatía diabética preproliferativa Juan Donate López Hospital Clínico San Carlos Madrid Isquemia retinocoroidea con aumento de la expresión de la red perifoveal y colaterales. Coroidopatía serosa central aguda Eduardo Esteban González, Antonio José Gómez Escobar Hospital Universitario Virgen Macarena Sevilla A: CCS Helycobacter positivo. B: OCT. Desprendimiento de retina neurosensorial. A B 28 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 IMÁGENES Coroidopatía serosa central resolución cuadro Eduardo Esteban González, Antonio José Gómez Escobar Hospital Universitario Virgen Macarena Sevilla A: Postratamiento tras TFD a baja fluencia. B: Resolución topográfica. A B Inyección accidental intraocular en tratamiento estrabismo Laura Morales Fernández Hospital Clínico San Carlos Madrid Paciente de urgencias tras cirugía estrabismo. A: imagen tras inyección. B: Fotocoagulación herida retiniana. 1 semana. A B 29 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 BIBLIOGRAFÍA Artículos destacados de revistas internacionales M.J. Pérez Álvarez Hospital Clínico San Carlos. Madrid ■■ Retinal functional changes measured by microperimetry in neovascular age-related macular degeneration patients treated with ranibizumab Arravano M, Oddone F, Tedeschi M, Lomoriello DS, Chiaravalloti A, Ripandelli G, Varano M. Retina 2009; 29:329-334. La sensibilidad retiniana medida mediante microperimetría puede proporcionar información adicional acerca de la función macular no reflejada sólo por la agudeza visual. Aunque los cambios en la agudeza visual y grosor retinianos parecen ser máximos a las 4 semanas de la inyección intravítrea, la sensibilidad retiniana muestra una progresiva mejoría hasta 24 semanas después. se correlacionan bien con síntomas subjetivos del paciente en su vida diaria. ■■ Clinical science: short-term response of macular oedema to intravitreal bevacizumab Welch DE, Elmariah H, Peden MC, Adams SG, Ratnakaram R, Kaushal S. Br J Ophthalmol 2009; 93:1033-1036. Mediante mediciones con OCT, los autores demuestran que bevacizumab require 24 horas para ser activo, y su efecto persiste durante 2 ó 3 semanas, este studio podría revisar las pautas actuales de retratamineto cada 4 ó 6 semanas. ■■ Vitreomacular adhesion in active and end-stage agerelated macular degeneration Craig D. Robisonab, Ilse Krebsc, Susanne Binderc, Irene A. Barbazettode , Athanasios I. Kotsolisd, Lawrence A. Yannuzzid, Alfredo A. Sadunb, Jerry Sebag. American Journal of Ophthalmology 2009;148: 79-82. Estudio multicéntrico que estudia mediante ultrasonografía y tomografía de coherencia óptica la existencia de DVP o adherencia vítreomacular en DMAE húmeda y seca en estadíos iniciales y tardíos, disciforme o atrofia. Los resultados sugieren que DVP podría proteger de DMAE exudativa, mientras que la adherencia vítreo macular promueve la misma. ■■ Intravitreal administration of the anti-tumor necrosis factor agent infliximab for neovascular age-related macular degeneration Panagiotis G. Theodossiadis, Vasilios S. Liarakos, Petros P. Sfikakis, Ioannis A. Vergados, George P. Theodossiadis. American Journal of Ophthalmology 2009;147:825-830. Estudio prospectivo no comparativo en 3 pacientes con inyección intravítrea de anti-tumor necrosis factor (TNF) 1 ó 2 mg/0,05 ml para el tratamiento de DMAE húmeda. Los resultados no permiten establecer conclusiones para su uso off-label, pero sí verificar la relación patogénica con la producción o acción local de TNF. ■ ■ Psychophysical function in age-related maculopathy Kumari Neelam, John Nolan, Usha Chakravarthy, Stephen Beatty. Survey Ophthalmology 2009; 54: 167-210. Los test psicofisiológicos de visión dependen del estado funcional de los fotorreceptores, permiten detectar cambios funcionales antes de que sean estructuralmente demostrables y la agudeza visual se vea deteriorada; así mismo permiten monitorizar la progresión de la enfermedad, y junto con otros factores establecer un pronóstico de evolución. Por último, ■■ Intravitreal ranibizumab, intravitreal ranibizumab with PDT, and intravitreal triamcinolone with PDT for the treatment of retinal angiomatous proliferation: a prospective study Rouvas, Alexandros; Papakostas, Thanos; Vavvas, Demetrios; Vergados, Ioannis; Moschos, Marilita; Kotsolis, Athanasios; Ladas, Ioannis. Retina 2009; 29:536-544. Estudio prospectivo en tres grupos de tratamiento para RAP: ranibizumab intravítreo, triamcinolona asociada a PDT y ranibizumab 30 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 BIBLIOGRAFÍA ■■ Clinical science: association of diabetes with age-related macular degeneration in the EUREYE study Topouzis F, Anastasopoulos E, Augood C, Bentham GC, Chakravarthy U, de Jong PTVM, Rahu M, Seland J, Soubrane G, Tomazzoli L, Vingerling JR, Vioque J, Young IS, Fletcher AE. Br J Ophthalmol 2009;93:1037-1041. En el estudio EUROEYE se halla una asociación positiva entre la existencia de DMAE húmeda y diabetes mellitus. No se encuentra asociación con formas de atrofia geográfica, lo que puede sugerir una diferente patogenia. asociado a PDT. Los tres grupos muestran estabilización de la enfermedad; sin embargo, el grupo de triamcinolona asociada a PDT presenta mejores agudezas visuales y recuperación anatómica. ■■ Outer nuclear layer thickness at the fovea determines visual outcomes in resolved central serous chorioretinopathy Hidetaka Matsumoto, Taku Sato, Shoji Kishi. American Journal Ophthalmology 2009;148:105-110. El grosor de la capa nuclear externa ONL presenta una relación directa con la BCVA en los casos resueltos de CSC. La discontinuidad de la capa IS/OS fue más prevalente en los ojos con ONL más adelgazada y peor BCVA. ■■ Dexamethasone posterior-segment drug delivery system in the treatment of macular edema resulting from uveitis or Irvine-Gass syndrome George A. Williams, Julia A. Haller, Baruch D. Kuppermann, Mark S. Blumenkranz, David V. Weinberg, Connie Chou, Scott M. Whitcup and The Dexamethasone DDS Phase II Study Group. American Journal of Ophthalmology 2009;147:1048-1054. 135 pacientes con diagnóstico de edema macula crónico > 90 días secundario a uveítis o Irvine-Gass, fueron randomizados para implante de dispositivo intravítreo de dexametasona 350 ó 700 mg o grupo control. Durante el seguimiento a 3 meses, el implante fue bien tolerado y produce mejoría del edema angiográfico y de agudeza visual. El 24% de los pacientes presentaron elevación de PIO superiores a 10 mmHg. ■■ Three-year follow-up of a randomized trial comparing focal/grid photocoagulation and intravitreal triamcinolone for diabetic macular edema Diabetic Retinopathy Clinical Research Network (DRCR.net). Archives of Ophthalmology 2009;127: 245-251. Los resultados a 3 años de seguimiento no muestran diferencias a largo plazo en mejoría de agudeza visual de inyección intravítrea de triamcinolona 1-4 mg, respecto a fotocoagulación del edema macular focal/rejilla. La mayoría de los pacientes tratados con 4 mg de triamcinolona requirieron cirugía de cataratas. ■■ Intravitreal bevacizumab for refractory pseudophakic cystoid macular edema: the Pan-American Collaborative Retina Study Group results Pan-American Collaborative Retina Study Group (PACORES). Arevalo JF, Maia M, Garcia-Amaris RA, Roca JA, Sanchez JG, Berrocal MH, Wu L. Ophthalmolgy 2009;116:1481-1487. Los resultados a corto plazo sugieren que bevacizumab intravítreo es bien tolerado en pacientes con edema macular quístico postquirúrgico refractario. Los ojos tratados presentan disminución del grosor macular medido mediante OCT y mejoría de la BCVA a los 12 meses. ■■ Observational study of the development of diabetic macular edema following panretinal (Scatter) photocoagulation given in 1 or 4 sittings Diabetic Retinopathy Clinical Research Network (DRCR.net). Archives of Ophthalmology 2009;127: 132-140. El presente estudio compara la panfotocoagulación retiniana aplicada en 4 sesiones separadas 3 semanas con la realizada en 1 sesión única, en pacientes con buena agudeza visual y sin EMCS. No se encuentran diferencias significativas entre ambos grupos en agudeza visual y grosor macular medido por OCT. 31 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 NOTICIAS Heidelberg Engineering consolida su OCT Spectralis Spectralis, el OCT de última generación con prestaciones únicas en el mercado S pectralis es el angiógrafo por láser confo- velocidad y la resolución más altas del mer- cal de barrido HRA2 que añade ahora a cado con menor tiempo de adquisición, y 6 sus prestaciones un OCT de última generación modos de imagen. El software ART sigue los (Spectral Domain). Fabricado por Heidelberg movimientos oculares y el B-Scan OCT puede Engineering y distribuido en exclusiva en Es- ser estabilizado y congelado en la localización paña por Bloss Group, Spectralis se consolida retinal seleccionada. El resultado es la conse- como la tecnología más novedosa en el cam- cución de detalles en el B-Scan que ningún po de la exploración de la retina. otro sistema permite observar. La combinación del OCT con el HRA con- Cabe destacar que este innovador equipo vierte a Spectralis en una mezcla innovadora se ha convertido ya, gracias a sus excelentes de dos herramientas de diagnóstico para ofre- prestaciones y a ser el único capaz de realizar cer una nueva visión de la retina. El Spectralis un seguimiento fiable por eye tracking, en el permite hacer el escaneo OCT a la vez que se estándar en los protocolos de los estudios in- realiza la observación de la retina con láser ternacionales. confocal, monitorizando el fondo y controlan- El OCT Spectralis, que sigue su camino de do dónde realizamos el examen con el OCT. expansión por todo el territorio español, cuenta Con Spectralis se observa, en imágenes simul- también con el apoyo de líderes de opinión, táneas, la patología en la angiografía en di- tanto a nivel nacional como internacional, to- recto y, eligiendo una localización, el B-Scan. dos ellos expertos en esta especialidad, y que El OCT de Heidelberg es el único equipo están colaborando con Heidelberg Enginee- que incluye la función de alineación ocular ring en el desarrollo de la tecnología. Entre automática “eye tracking”, que detecta el ellos, cabe nombrar al Prof. Francisco Gómez- patrón de retina para realizar el examen en Ulla (Universidad de Santiago de Compostela, la misma localización durante el seguimiento España), Dr. Jordi Monés (Institut de la Màcula i de la patología, y facilita la adquisición de los de la Retina, España), Prof. Sebastian Wolf (Uni- escaneos 3D. versidad de Berna, Suiza), Prof. Giovanni Staurenghi (Universidad de Milan, Italia) y Prof. Frank La incorporación de la nueva tecnología Holz (Universidad de Bonn, Alemania). ART permite la obtención de imágenes de una calidad muy superior con resolución de 3 Más información sobre el OCT Spectralis en micras, dispone de un escaneo de 40KHz, la www.blossgroup.com 32 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009 NORMAS DE PUBLICACIÓN Recepción de trabajos E Primera página n el espíritu de la revista está fomentar el intercambio de información, por lo que te invitamos a que nos envíes, para su evaluación y publicación si procede, trabajos en relación con la mácula, médica o quirúrgica. El trabajo ha de cumplir los siguientes requisitos: - Estar relacionado con la mácula. - Tener relación con un tema de actualidad o de un mínimo de interés médico-científico. - Poder clasificarlo como: artículo de revisión, caso clínico o artículo original. - Estructurado según las normas de la Sociedad Española de Oftalmología publicadas en Archivos de la SEO. Remitir a Dr. Juan Donate López: Juan.donate@ gmodonate.com, indicando n ombre y apellidos, teléfono de contacto, E-mail, centro y ciudad de trabajo y dirección de correspondencia. Los manuscritos deberán ser mecanografiados a doble espacio (30 líneas, 60 pulsaciones), en DIN-A4 por una sola cara, con un margen no inferior a 25 mm, y con las páginas numeradas correlativamente 1.- Título: debe ser conciso e informativo. 2.- Nombre y apellidos completos del autor o autores. 3.- Centro y Departamento en que se realizó el trabajo. 4.- Dirección para correspondencia. 5.- Título corto, inferior a 40 caracteres. 6.- Resumen (7 líneas de texto). Bibliografía Las citas se presentarán según el orden de aparición en el texto, con numeración correlativa en superíndices, vaya o no acompañada del nombre de los autores en el texto. Las citas se comprobarán sobre los originales y se ordenarán según las normas de Vancouver disponibles en http://www.icmje.org Ilustraciones Se podrán publicar en blanco y negro, o a color; si se utilizan fotografías de personas identificables, es necesario tener la autorización para su publicación. Si puede aportar las ilustraciones en formato digital, es recomendable utilizar formato bmp, jpg o tiff, con un mínimo de 300 puntos por pulgada. Si las figuras no son originales, aun cuando cite la procedencia o las modifique, debe obtener permiso de reproducción del autor o de la editorial donde se publicó originalmente. Estructura El trabajo, en general, deberá estar estructurado en diversos apartados: Introducción, Material y métodos, Resultados y Discusión. En trabajos especialmente complejos podrán existir subapartados que ayuden a la comprensión del estudio. RECEPCIÓN DE REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR Si desea recibir Revista Española de Patología Macular, cumplimente este boletín Nombre Apellidos Calle Población Distrito postal Provincia E-mail REMITIR A: Línea de Comunicación: C/ Concha Espina, 8, 1º Derecha – 28036 Madrid Teléfono: 91 411 00 32 – Fax: 91 411 01 46 E-mail: redaccion@lineadecomunicacion.com 34 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - Nº 1 - SEPTIEMBRE DE 2009