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SOCIEDAD DE ENFERMERÍA DE ATENCIÓN PRIMARIA DE ASTURIAS Vol.3 nº2, primavera 2015 Faro de San Juan de Nieva (Avilés) Experiencia Comunitaria Programa de educación en autocuidados en Original Revisión La ética de las instituciones sanitarias 14 Efectividad de un programa de deshabituación tabáquica llevado a cabo en el centro de salud de Tapia de Casariego (Principado de Asturias) 23 Colaboración Proyecto “Con tus manos puedes salvar vidas” 35 sumario Cardiopatía Isquémica 7 ISSN: 2254-8270 SEAPA (Sociedad de Enfermería de Atención Primaria de Asturias) Directora: Carmen Santano Vilchez SUAP. Centro de Salud El Quirinal (Avilés) Comité Editorial: Fernanda del Castillo Arévalo Sheila Sánchez Gómez Centro de Salud de Contrueces (Gijón) Centro de Salud Zaramaga. Presidenta de la Subcomisión de Enfermería de la Unidad Docente de Álava (Álava) Ana González Pisano Centro de Salud de Vallobín – La Florida (Oviedo) Carmen Santano Vilchez Manuel Rich Ruíz Vicedecano de Coordinación Académica y Extensión Universitaria. Facultad de Medicina y Enfermería. Universidad de Córdoba (Córdoba) SUAP. Centro de Salud El Quirinal (Avilés) Mª Ángeles González Fernández Subdirectora de Enfermería de Atención Primaria del área del Bierzo (León) Laura Albornos Muñoz Susana Navalpotro Cristina González Aller Enfermera de UVI Móvil del SUMMA 112 (Madrid) Unidad de Investigación en Cuidados de la Salud del Instituto de Salud Carlos III (Madrid) Centro de Salud de Llanera (Oviedo) Rosendo Argüelles Barbón Ángel Martín García Coordinador de Continuidad de Cuidados (Gijón) Centro de Salud San Blas Dirección Asistencial Sur. Gerencia de Primaria (Madrid) Francisco Javier Izurubieta Barragán Escuela Universitaria de Enfermería. Servicio Riojano de Salud/Universidad de La Rioja (Logroño) (Parla). Atención Comité de Redacción: Fernanda del Castillo Arévalo Fernando Alonso Pérez Centro de Salud de Contrueces (Gijón) Escuela Universitaria de Enfermería de Gijón (Gijón) Ana González Pisano Centro de Salud de Vallobín – La Florida (Oviedo) Santiago González Sánchez Emilio Velasco Castañón Centro de Salud Llano Ponte (Avilés) Dolores Mirón Ortega Centro de Salud El Llano (Gijón) Centro de Salud de Mieres Sur (Mieres) Carmen Santano Vilchez Rubén Martín Payo SUAP. Centro de Salud El Quirinal (Avilés) Marta Pisano González Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Universidad de Oviedo (Oviedo) Centro de Salud de Ujo (Figaredo) Emilia Romero de San Pio Enrique Oltra Rodríguez Escuela (Gijón) Universitaria de Enfermería de Gijón UCI. Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) Sofía Osorio Álvarez Carmen Teresa Velasco González Hospital de Cabueñes (Gijón) Jefa del Sección del Servicio de Calidad de la D.G. de Innovación Sanitaria. Consejería de Salud de Asturias (Oviedo) Rosendo Argüelles Barbón Rosario Riestra Rodríguez Centro de Salud de Llanera (Oviedo) Escuela Universitaria de Enfermería de Gijón (Gijón) Coordinador de Continuidad de Cuidados (Gijón) Cristina González Aller comités Entidad editora: ISSN: 2254-8270 Título Clave: Revista (SEAPA. Internet) Depósito Legal: AS 2340-2002 Periodicidad: Trimestral EDITA: SEAPA Dirección: C/ Víctor Sáenz 5, bajo-33012 (Oviedo) Teléfono: 615 761 501 E-mail: revistaseapa@seapaonline.org comiteeditorial@seapaonline.org Web: www.seapaonline.org Maqueta: Javier González Pisano María Rodríguez Fernández Comité Científico: Rubén Martín Payo Santiago González Sánchez Escuela Universitaria de Enfermería de Oviedo (Oviedo) Centro de Salud El Llano (Gijón) Berna García Menéndez Sofía Osorio Álvarez Centro de Salud de Sama de Langreo (Sama) Hospital Universitario de Cabueñes (Gijón) Belén Fernández Suárez Servicio de Planificación, Calidad y Aseguramiento. D.G. de Innovación Sanitaria. Consejería de Salud (Oviedo) Margarita Fernandez Garcia Raquel Pérez Otero Centro de Salud Otero (Oviedo) SESPA, Área I. (Jarrio) Subdirectora de Enfermería de Atención Primaria del área del Bierzo (León) Centro de Salud de Ujo (Figaredo) Enrique Oltra Rodríguez Universitaria de Enfermería de Gijón Universitaria de Enfermería de Gijón UCI. Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) Fernando Alonso Pérez Universitaria de Enfermera de UVI Móvil del SUMMA 112 (Madrid) Escuela Universitaria de Enfermería. Servicio Riojano de Salud/Universidad de La Rioja (Logroño) Sheila Sánchez Gómez Emilia Romero de San Pio Escuela (Gijón) Susana Navalpotro Francisco Javier Izurubieta Barragán Rosario Riestra Rodríguez Escuela (Gijón) Charo Gª-Cañedo Fernández Mª Ángeles González Fernández Marta Pisano González Escuela (Gijón) UGC de Sotrondio (Sotrondio) Enfermería de Gijón Carmen Teresa Velasco González Jefa del Sección del Servicio de Calidad de la D.G. de Calidad e Innovación en los servicios de salud de la Consejería de Salud de Asturias (Oviedo) Emilio Velasco Castañón Centro de Salud Llano Ponte (Avilés) Dolores Mirón Ortega Centro de Salud de Mieres Sur (Mieres) Centro de Salud Zaramaga. Presidenta de la Subcomisión de Enfermería de la Unidad Docente de Álava (Álava) Manuel Rich Ruíz Vicedecano de Coordinación Académica y Extensión Universitaria. Facultad de Medicina y Enfermería. Universidad de Córdoba (Córdoba) Laura Albornos Muñoz Unidad de Investigación en Cuidados de la Salud del Instituto de Salud Carlos III (Madrid) Ángel Martín García Centro de Salud San Blas (Parla). Dirección Asistencial Sur. Gerencia de Atención Primaria (Madrid) E n los últimos días han sido numerosos los escritos que hemos podido leer en relación con la regulación de la prescripción enfermera, unos más sensatos, otros más encendidos. Desde SEAPA no vamos a comentar las declaraciones realizadas por las cúpulas de las organizaciones médicas y enfermeras, la OMC y el CGE, se comentan por si solas; resulta difícil mantener la calma ante tan desafortunadas palabras y no responder desde el estupor y los sentimientos que producen de rabia e indignación; aún así vamos a intentarlo. de modificación de la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios nace para incluir a la La Ley 28/2009, de 30 de diciembre, enfermería en la prescripción. El pasado 26 de marzo se aprobó el proyecto de Real Decreto que viene a regular esta prescripción, pendiente de su aprobación final en Consejo de Ministros. La finalidad de este RD se expone que es: por un lado, regular las actuaciones de los enfermeros en la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios y por otro crear los procedimientos para la acreditación de los/as enfermeros/as para poder realizar esta práctica. En el Real Decreto, se establece que los enfermeros/as podrán recetar productos sanitarios y medicamentos no sujetos a prescripción médica de forma autónoma y también fármacos sujetos a prescripción médica pero regulada por guías clínicas definidas por una comisión en la que participarán profesionales de la medicina y de la enfermería y representantes de varios ministerios. Por tanto, ¿de qué estamos hablando?, estamos hablando de: 1. Hacer legal lo que ya se practica todos los días en todos los centros sanitarios del país, tanto Hospitales como Centros de Salud, en cuanto a la dispensación de medicamentos pautados por un médico y la indicación de forma autónoma de material sanitario como sondas, productos de ostomías, material de curas, etc. 2. De que las enfermeras puedan “indicar” medicamentos de venta libre que los ciudadanos actualmente pueden comprar en la farmacia por “indicación” propia, de un vecino o del auxiliar de farmacia. Y 3. De la prescripción de determinados medicamentos sujetos a prescripción médica bajo la aplicación de guías clínicas y protocolos Para ello el RD dice que las enfermeras deberán acreditarse previamente; los requisitos para dicha acreditación son: tener la titulación de grado o enfermera especialista, (el ministerio de Educación determinará las equivalencias académicas para los títulos de ATS y DUE) y además haber adquirido las “Competencias necesarias para indicar, usar y autorizar la dispensación de medicamentos y productos sanitarios” editorial Posicionamiento de SEAPA ante la prescripción enfermera Dichas competencias son: Conocer los diferentes grupos de fármacos, los principios de su indicación, uso y autorización, y los mecanismos de acción de los mismos. Conocer la indicación y el uso de productos sanitarios vinculados a los cuidados de enfermería. Indicación y uso de los medicamentos, evaluando los beneficios esperados y los riesgos asociados y/o efectos derivados de su administración y consumo. Aplicar las tecnologías y sistemas de información y comunicación de los cuidados de salud Estas competencias se adquirirán mediante programas formativos semipresenciales de 150-180 horas, 6 créditos ECTS. Ante todo ello SEAPA quiere hacer público su rechazo a este RD, pensamos que: Las competencias ya se han adquirido en la formación universitaria, así tanto la facultad de enfermería de Gijón como la de Oviedo en sus programas formativos incluyen 9 créditos para la asignatura de Farmacología, Nutrición y Dietética. Supone una carga lectiva de farmacología igual a la de otras profesiones, como podólogos y odontólogos, ellos sí con la competencia reconocida. En cuanto a las especialistas de nuestro ámbito, en el programa formativo de la Especialidad de Enfermera Familiar y Comunitaria se establece entre sus competencias clínicas avanzadas que tendrán capacidad para “Usar e indicar el uso de fármacos y otros productos sanitarios vinculados a los cuidados de enfermería en el ámbito de la atención familiar y comunitaria, de acuerdo con la legislación vigente, con especial atención a los procesos de cronicidad y a las situaciones de dependencia”. Ello no es óbice para que desde Seapa, aboguemos por la necesidad de la formación continuada de los profesionales, fruto de ello y relativo al tema que nos ocupa, nuestra Sociedad ha realizado dos ediciones del Curso “Actualización farmacológica para enfermería en Atención Primaria” de 100 horas. Las necesidades sanitarias actuales implican cambios en los roles profesionales, las verdaderas reformas que nuestro país necesita pasan ineludiblemente por el aumento de las competencias de los profesionales de enfermería; su papel relevante en las estrategias de atención a los problemas crónicos de la población o en el seguimiento de personas con polimedicación, está reconocida por todas las CCAA y por el propio Ministerio de Sanidad. Algunas Comunidades, como Cataluña y País Vasco, han ido más allá y han dado un papel destacado a las enfermeras en la atención de algunos procesos agudos previamente protocolizados y consensuados. Todo ello, para ser verdaderamente resolutivo y eficaz debe ir acompañado de la capacidad legal de prescripción por los/las enfermeros/as. En numerosos países la prescripción enfermera es una realidad desde hace ya muchos años. Algunos sistemas de salud como Reino Unido o EEUU están centrando sus líneas de trabajo en comprobar si se puede garantizar una asistencia sanitaria más eficiente ampliando las funciones de las enfermeras tanto en el seguimiento de patologías crónicas como de procesos agudos leves, siendo hasta el momento muy satisfactorios los resultados. En Andalucía, el Decreto 307/2009, de 21 de julio permite, a las enfermeras del Sistema Sanitario Público Andaluz, el uso e indicación de indicación o prescripción de productos Sistema Sanitario Público de Andalucía seguimiento protocolizado de pacientes requieren la prescripción médica. los medicamentos no sujetos a prescripción médica, la sanitarios con cargo a la prestación farmacéutica del y la colaboración con médicos y odontólogos para el con determinados tratamientos farmacológicos que sí La estrategia ministerial sobre atención a la cronicidad incluye como uno de sus objetivos el impulsar la autonomía y autocuidado de las personas, entre otras medidas, mediante la creación de escuelas de pacientes. Estos pacientes expertos aprenden, en muchos casos, a manejar y modificar sus tratamientos, asesorados previamente por profesionales sanitarios, en la mayoría de los casos enfermeros/as. De nuevo se da la paradoja de que las personas sin una formación académica pueden realizar modificaciones en los tratamientos pero la profesional del cuidado no puede. Debería imponerse la realidad, esta es, que en muchos Centros de Salud son las enfermeras las que realizan el seguimiento de personas con procesos crónicos modificando, si es preciso, las dosis de los antidiabéticos orales, de los anticoagulantes orales, u otros fármacos. Por todo ello, en SEAPA: Rechazamos lo relativo a la necesidad de formación para la adquisición de dichas competencias Exigimos que se regule de una vez la práctica diaria de miles de enfermeras para evitar situaciones de indefensión legal Requerimos la necesidad de avanzar más y mucho más rápido para poder dar respuesta a las necesidades sanitarias actuales Instamos al nuevo Gobierno Autonómico que se forme tras las elecciones, que dada la lentitud con la que opera la Administración Central, tome las riendas y, al igual que en Andalucía, elabore su propio marco regulador de prescripción enfermera. 11 de marzo de 2015 Junta Directiva de SEAPA Experiencia comunitaria Programa de educación en autocuidados en Cardiopatía Isquémica Self-care education program Ischaemic Heart Disease Alba Martínez Álvarez Laura González Lozano Nuria Álvarez Mon U.G.C. Arriondas Manuscrito recibido: 12-12-2014 Manuscrito aceptado: 12-02-2015 Cómo citar este documento Martínez Álvarez A, González Lozano L, Álvarez Mon N. Programa de educación en autocuidados en Cardiopatía Isquémica. RqR Enfermería Comunitaria (Revista de SEAPA). 2015 Mayo; 3 (2): 7-13 Resumen Los Programas de Rehabilitación Cardiaca han demostrado mejorar la calidad de vida y el pronóstico de las personas con cardiopatía isquémica. La educación sanitaria es uno de los tres componentes de dichos programas, junto al entrenamiento físico y al apoyo psicológico. Los objetivos del programa son, promover los autocuidados, la corresponsabilidad y autonomía de estos pacientes; mejorar la calidad de vida; disminuir en la medida de lo posible recidivas y complicaciones. En este caso se trata de un programa de educación para la salud a nivel individual, dirigido a personas que han padecido un infarto agudo de miocardio o un ángor estable en los últimos 4 meses. Consta de 9 sesiones individuales con la enfermera de atención primaria, una vez a la semana. Cada sesión se desarrolla en tres partes: Evaluación de la adherencia al plan terapéutico; valoración de los conocimientos, actitudes y habilidades del paciente sobre el tema a tratar; desarrollo del contenido educativo correspondiente, incluyendo en esta última parte la entrega de un impreso que resume todo lo tratado. La experiencia desarrollada, nos indica excelentes resultados sobre la satisfacción tanto de pacientes como profesionales. Al realizar la intervención inmediatamente después del accidente vascular, los pacientes presentaron altos niveles de motivación y adherencia tanto al programa como a los cambios de hábitos y de actitud. Así mismo se observó un aumento del nivel de conocimientos y capacidad de autocuidado. Las enfermeras comunitarias debemos participar activamente en la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular utilizando programas educativos estructurados. Palabras Clave Educación en salud, Enfermería en salud comunitaria, Isquemia miocárdica, Rehabilitación RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 7 Abstract Cardiac rehabilitation programmes have shown to improve the life quality and the prognosis of people with ischemic heart disease. Health education is one of the three components of this programme, along with physical fitness and psychological support. This programme’s objectives are, to promote the self-care, co-responsibility and autonomy of these patients; to improve the quality of life; to decrease, if possible, recurrences and complications. In this case, it’s about an education programme for individual-level health, intended for people who have experienced an acute myocardial infarction or a stable angina, within the last 4 months. It consists of 9 individual sessions with the primary care nurse, once a week. Each session has 3 parts: Evaluation of the adherence to therapeutic plan; assessment of the knowledge, attitude, and skills of the patient on the topic; development of the relevant educational content, including the delivery of a form summarizing the subject. The experience developed, indicates excellent results in the satisfaction of both patients and health professionals. When the intervention is right after a stroke, the patients will have high levels of motivation and adherence to the programme and to the changes of habits and attitudes. An increase in the level of knowledge and self-care capacity was also observed. Primary care nurses should actively participate in the secondary prevention of cardiovascular illnesses, by using educative structured programmes. Keywords Health Education, Community Health Nursing, Myocardial Ischemia, Rehabilitation Introducción Desde hace años se está produciendo un imparable envejecimiento de la población española, siendo Asturias la CCAA más envejecida de todo el territorio. Esto, junto con otros factores como los avances médicos, ha dado lugar a un incremento de la tasa de enfermos crónicos, alcanzando ya el 33% en nuestra comunidad, con previsión, según el INE, de continuar aumentando1. Esta parte de la población consume el 80% del gasto sanitario y es actualmente, bien por su patología o por las complicaciones derivadas, el que más ingresos hospitalarios genera2. Sin embargo, son varios los estudios que señalan que muchos de estos ingresos y complicaciones son consecuencia de un mal control de la enfermedad y no consecuencia de la normal evolución de la misma. Es decir, ingresos y complicaciones potencialmente evitables3. Para prevenir este tipo de enfermedades, disminuir sus complicaciones o recaídas y mejorar la calidad y esperanza de vida de las personas que las sufren, disponemos de herramientas como la promoción y prevención de la salud. Ambos, junto con la educación para la salud (EpS) son, según estudios desarrollados desde la conferencia de Alma-Ata, las mejores herramientas para lograr estos objetivos, así como los pilares fundamentales de la atención a la población. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 8 Estos movimientos y avances en el conocimiento han dado lugar a un cambio progresivo de perspectiva en la formación y práctica diaria de profesionales, en la atención al usuario y en las políticas de salud. En este sentido, cada vez se sitúa más el empoderamiento del paciente como uno de los principales objetivos de la atención primaria. El empoderamiento del paciente es un proceso mediante el cual el usuario busca ser más activo y responsable en la gestión de su salud mediante el aumento de conocimientos, habilidades y capacidad en la toma de decisiones, entre otros aspectos. Este proceso no se basa en una educación en el sentido clásico, es decir, no es una simple transmisión vertical de conocimientos, sino que debe basarse en una relación horizontal en la cual el paciente se apoya en el personal sanitario para que le guíe, le forme y le aporte las herramientas necesarias, siendo el usuario el que lidera la gestión y mejora de su salud y autocuidado. Por tanto es un proceso que requiere un cambio de actitud y visión no sólo de la población, sino también de los profesionales, quienes deben dejar a un lado la visión paternalista como modelo de educación y sustituirlo por una metodología de atención al usuario que sitúe a la persona y no a la enfermedad en el centro de atención, teniendo en cuenta los múltiples factores que van a afectar al proceso, como son la autoeficacia, gravedad percibida, motivación, nivel cultural, entorno etc. Dentro del campo de las enfermedades crónicas, es importante recordar que las enfermedades del aparato circulatorio suponen el 30% del total de fallecimientos, destacando la angina de pecho y el infarto como principales causas de mortalidad 1 y, al igual que en el resto de patologías crónicas, las principales herramientas para prevenirlas, evitar recaídas y mejorar la calidad de vida de estas personas son la prevención secundaria y la EpS4. Un ejemplo de este tipo de intervenciones, se encuentra de manera estructurada, organizada y con evidencia científica de su eficacia, en los programas de rehabilitación cardiaca5. Según la OMS, estos programas son “el conjunto de medidas que persiguen la recuperación y readaptación del enfermo que padece o ha padecido alguna manifestación de cardiopatía, hasta conseguir niveles óptimos en los aspectos físico, psicológico, social, y laboral.”6 Para ello se abordan fundamentalmente cuatro áreas: entrenamiento aeróbico; control de factores de riesgo; apoyo psicológico; reincorporación social y laboral. Comenzaron a realizarse en 1960 bajo recomendación de la OMS y actualmente es una medida de eficacia demostrada y realización recomendada, estando, sin embargo y a diferencia del resto de Europa, infrautilizados en nuestro país, disponiendo de esta intervención en apenas una docena de centros sanitarios y careciendo de ellos en el Principado de Asturias. “El empoderamiento del paciente es un proceso mediante el cual el usuario busca ser más activo y responsable en la gestión de su salud mediante el aumento de conocimientos, habilidades y capacidad en la toma de decisiones” Cabe destacar que los cambios en el estilo de vida, la adherencia al tratamiento farmacológico y la reducción de factores de riesgo modificables, son claves en la prevención secundaria de estas patologías, pero para alcanzar ese objetivo, es imprescindible el protagonismo y participación activa del paciente en la gestión de su enfermedad, así como la ayuda y soporte de profesionales que promuevan los autocuidados y la elección de conductas saludables, condicionadas en muchas ocasiones por factores personales, sociales y culturales7. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 9 El programa de Educación en Autocuidados de la Cardiopatía Isquémica (EACI), está basado en este tipo de programas y abarca todos los aspectos antes mencionados, excepto el entrenamiento aeróbico. Se basa en la metodología de trabajo centrada en el paciente, a través de EpS y empoderamiento del usuario como principales herramientas. Se atiende de manera global a la persona y sobre todo permite atender de manera organizada, unificada y estructurada a un grupo de alto riesgo, altamente influenciados por factores de riesgo modificables. Así mismo, es un programa que se realiza de manera coordinada entre distintos niveles asistenciales, mejorando la captación precoz de estos pacientes para aprovechar su etapa de mayor motivación e incertidumbre, consiguiendo mayor eficacia en la intervención. Por tanto, teniendo en cuenta el aumento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares y las proyecciones de mortalidad para las próximas décadas, junto con lo anteriormente expuesto, consideramos necesaria la puesta en marcha de un programa de EACI. Objetivos - Promover los autocuidados, la corresponsabilidad y la autonomía de los pacientes con Cardiopatía Isquémica. - Mejorar la calidad de vida favoreciendo que el paciente continúe con sus actividades de la vida diaria adaptándolas a su situación, si fuese necesario e incorporar determinadas actividades así como hábitos saludables. - Disminuir en la medida de lo posible recidivas y complicaciones. Desarrollo 1. Estructura del programa Consiste en un programa de EpS realizado a nivel individual y de manera íntegra en la consulta de enfermería de atención primaria. Para la elaboración de este programa nos basamos en guías y recomendaciones ya existentes8,9. El taller se divide en nueve sesiones, con una periodicidad semanal y dividida cada sesión a su vez en tres partes: 1º Valoración de plan terapéutico: En la primera parte se evalúa la adherencia al plan terapéutico. 2º Valoración del tema a tratar: Posteriormente se valora el nivel de conocimientos, actitudes y habilidades del paciente sobre el tema a tratar, a través de las plantillas de evaluación realizadas ad-hoc. 3º Desarrollo del contenido correspondiente y entrega de documentación : Por último, se desarrolla el contenido educativo correspondiente establecido en la “Guía para pacientes”, cuyos temas se enumeran a continuación, utilizando, si fuera preciso, herramientas de apoyo como las que se proponen en dicha guía (vídeos, imágenes…). Al finalizar, se entrega un documento impreso que resume lo tratado para que el paciente lo pueda leer en su domicilio a lo largo de la semana, afianzar la información y poder solucionar dudas que le surjan durante la primera fase de la siguiente sesión. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 10 2. Temas a tratar Cuando una persona sufre un accidente cardiovascular, además de las alteraciones anatomofisiológicas, podemos observar alteraciones emocionales y del comportamiento. Surgen miedos, incertidumbres, alteraciones laborales y sociales, etc. Es por ello que este programa educativo pretende atender a la persona desde una perspectiva holística, ofreciendo tanto formación en conocimientos y habilidades como apoyo emocional y ayuda en el afrontamiento, teniendo siempre en cuenta los aspectos propios de la persona que influyen en la adherencia a los cambios de conducta (motivación, intereses personales, entorno, gravedad percibida, actitud, etc). Para ello, se ha dividido el programa en nueve temas, un tema por sesión: Aparato circulatorio y cardiopatía isquémica: conceptos básicos anatomofiosiológicos del sistema cardiovascular; concepto de angina e IAM y diferencias; identificación precoz de angina. Medicamentos: información sobre medicación habitual en pacientes que han sufrido un IAM. Actividad física: tipos de ejercicio e indicación de cada uno y fomento del mismo. Alimentación cardiosaludable: cardiosaludable. Entender lo que siento: afrontamiento emocional a la nueva situación de salud de la persona. Factores de riesgo: conceptos básicos sobre los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Pruebas diagnósticas y terapéuticas: información básica sobre ECG, ecocardiograma, ergometría, cateterismo cardiaco, angioplastia coronaria y By-Pass Sexualidad: pautas generales precauciones a tener en cuenta. Signos de alerta coronarios: identificación precoz de signos de alerta en caso de angina coronaria. conceptos sobre generales reanudación de sobre la alimentación actividad sexual y 3. Criterios de inclusión Para acceder al programa es imprescindible que el paciente acuda antes de los 4 meses tras el infarto y preferentemente de manera inmediata tras el mismo, ya que es la etapa de mayor motivación y porque, según muestran varios estudios, el beneficio es mayor si se inicia de forma precoz. Un segundo criterio consiste en la edad máxima de inclusión situada en los 70 años, siendo en este caso flexible y dependiente de la capacidad de la persona para beneficiarse de este programa tanto a nivel cognitivo como de calidad de vida. Este aspecto debería ser valorado, previa incorporación al programa, bien por el servicio de cardiología que lo deriva o por su médico o enfermera de atención primaria. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 11 4. Circuitos de captación Una vez dado de alta, el paciente puede acceder al programa a través de tres vías: 1. Servicio de cardiología: recomendado o derivado a través de contacto directo o de los circuitos establecidos (si los hubiera) entre el servicio de cardiología correspondiente y la enfermera responsable del programa en su zona. 2. Médico del Centro de Salud: derivado mediante contacto directo desde este profesional una vez el paciente acuda a su consulta tras el alta. Esta opción es de especial importancia en caso de pacientes que no padezcan otras patologías que requieran seguimientos por parte de su enfermera de A.P., motivo por el cual es habitual que se retrase el contacto si no es derivado. 3. Enfermera del Centro de Salud: mediante el mismo circuito instaurado en caso de contacto con el médico de atención primaria. Conclusiones Este programa ha sido pilotado en las áreas III (Áviles), IV (Oviedo), VI (Arriondas) y VIII (Langreo) durante un año. Durante este transcurso de tiempo hemos observado excelentes resultados en la satisfacción tanto de los pacientes que han realizado el programa como de los profesionales que han intervenido. Así mismo, hemos podido ver pacientes motivados hacia el cambio y hacia su empoderamiento, con muy buena adherencia a los cambios de actitud y hábitos necesarios en su nueva situación de salud. La adherencia al programa también ha sido del 100%, tan sólo necesitando pequeñas adaptaciones en algún caso. En cuanto a los resultados, al finalizar el programa e incluso en el transcurso del mismo, demostraron un aumento del nivel de conocimientos, capacidad de autocuidado y numerosas mejoras en sus hábitos, afrontamiento y en el nivel de estrés. Tras el éxito obtenido en este periodo, se están trabajando en la realización de estudios que aporten pruebas concluyentes, así como en las herramientas adecuadas para el registro de los datos y en la mejora de los circuitos de derivación. Una vez instauradas en el programa OMI-AP podremos unificar el registro de todos los pacientes para poder extrapolar datos y trabajar todas las enfermeras de la comunidad con la misma metodología de trabajo. Por tanto y a falta de estudios con pruebas concluyentes, creemos recomendada la implantación de este programa en tantos centros de atención primaria como sea posible y en coordinación activa con atención hospitalaria. Como conclusión final, las enfermeras comunitarias debemos participar activamente en la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular a través de programas educativos estructurados siendo este un claro ejemplo de ello. Es un buen proyecto actualmente trabajado de forma individual con éxito tanto para el paciente como para la satisfacción profesional de las enfermeras implicadas y por ello creemos que debe ser un trabajo integrado en la actividad diaria de las enfermeras de AP aunque para ello el apoyo e impulso de las gerencias de las áreas resulta fundamental. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 12 Bibliografía 1. Instituto Nacional de Estadística. INE base [consultado en agosto 2014]. Disponible en:http://www.ine.es/inebmenu/indice.htm#12 2. Consejo Asesor de Sanidad del, Gobierno del Principado de Asturias. Directrices para un Plan Integral de prevención de las enfermedades crónicas y de atención a los pacientes crónicos. 2014. 3. Arribas JM, Ramírez M, Rodríguez N. Rehabilitación cardiaca en pacientes de bajo riesgo en los centros de salud. En: Maroto JM, De Pablo C, editores. Rehabilitación cardiovascular. Madrid: Médica Panamericana; 2011. p. 417-28. 4. Fundación Española del Corazón http://www.fundaciondelcorazon.com [Consultado en agosto 2014].Disponible en: 5. de la Cuerda RC, Alguacil Diego IM, Alonso Martín JJ, Molero Sánchez A, Miangolarra Page JC. Programas de rehabilitación cardiaca y calidad de vida relacionada con la salud. Situación actual. Rev Esp Cardiol. 2012; 65(1):72-9. 6. López Jiménez F, Pérez Terzic C, Cecilia Zeballos P, Victoria Anchique C, Burdiat G K. Sociedad Interamericana de Cardiología, Sociedad Sudamericana de Cardiología, Comité Interamericano de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular. Consenso de Rehabilitación Cardiovascular y Prevención Secundaria de las Sociedades Interamericana y Sudamericana de Cardiología. Rev Urug Cardio. 2013; 28: 189-224. 7. Portuondo Maseda MT, Martínez Castellanos T, Delgado Pacheco J, García Hernández P, Gil Alonso D, Mora Pardo A, et al. Manual de enfermería en prevención y rehabilitación cardiaca. Madrid: Asociación Española de Enfermería en Cardiología; 2009. 8. Rehabilitación Cardiaca en Atención Primaria. Guía de apoyo para el profesional de enfermería. Red de Enfermería de Cuidados Cardiovasculares de Asturias (REccAP-Astur). Oviedo: Sociedad de Enfermería de Atención Primaria de Asturias; 2012. 9. Guía del enfermo coronario. Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias. Sociedad Española de Cardiología; 2010. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 13 Revisión La ética de las instituciones sanitarias The ethics of health institutions Emilia Romero de San Pío (Máster de comités de ética e investigación en ética sanitaria. Universidad complutense de Madrid y fundación UNED (2010-2012). Miembro del CEICR del Principado de Asturias) Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) Manuscrito recibido: 06-06-2014 Manuscrito aceptado: 29-12-2014 Cómo citar este documento Romero de San Pio E. La ética de las Instituciones Sanitarias. RqR Enfermería Comunitaria (Revista de SEAPA). 2015 Mayo; 3(2):14-22. Resumen Objetivo: Dar una visión de los criterios éticos para la acción dentro de las organizaciones de salud. Método: Se realiza una revisión de base bibliográfica sobre el tema de la ética de las instituciones sanitarias, principales autores y obras más significativas. Se ofrece una necesaria visión histórica de la evolución ética de las instituciones sanitarias y una valoración actualizada de los criterios éticos que deben de caracterizar a toda institución sanitaria. Conclusiones: Actualmente las personas de una sociedad esperan que las instituciones sanitarias se caractericen por los valores éticos y el buen hacer. La ética es en la actualidad un valor en alza en la sociedad y en las instituciones de carácter sanitario. A la luz de la evolución histórica de la ética de las instituciones sanitarias, los criterios éticos serán la base más importante de valoración global de las instituciones de éste tipo. Palabras clave Bioética, enfermería, ética institucional Abstract Objective: To provide a clear view of the ethical criteria for action within healthcare organizations. Method: We reviewed literature base on the subject of ethics of health care institutions, and major authors and of the main works. It provides a necessary historical review of the ethical evolution of health institutions and an updated assessment of the ethical criteria that must characterize any health institution. Conclusions: Today people expect in society that health care institutions are characterized by ethical values and good work. Ethics is now a rising valor in society and in a sanitary institutions. In light of the historical evolution of the ethics of health care institutions, we can see at the ethical criteria are the most important basis of overall assessment of the institutions of this kind. Keywords Bioethics, nursing, ethics, institutional RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 14 Introducción Un trabajo sobre la ética de las instituciones sanitarias puede ser pertinente, en primera instancia, por el mero hecho de que en la actualidad el gran desarrollo de la medicina y los grandes avances en curación y tratamiento de enfermedades de diferente índole, contribuyen a que existan una gran profusión de instituciones sanitarias tanto abiertas como cerradas, de carácter privado como público con unas características intrínsecas especiales. Éste hecho, hace que sea necesaria una reflexión profunda sobre la necesidad de concienciarnos sobre la ética que debe de alumbrar dichas instituciones donde el verdadero protagonista es la persona y en unas condiciones especiales de vulnerabilidad al encontrarse en el seno de algún proceso patológico más o menos grave y, en ocasiones fuera de su medio ambiente familiar protector. Es importante discernir las cualidades éticas mínimas que deben de alumbrar sus acciones, como instituciones humanas y determinar la importantísima cuestión de si la ética de las instituciones sanitarias es la suma de las éticas individuales de las personas que las conforman o debe de ser necesariamente algo diferente a todo ello. Debemos asegurarnos también, en todo momento como miembros de una profesión sanitaria que se estén” haciendo bien las cosas correctas” y para ello, sin duda nos viene en ayuda la disciplina de la ética que desde sus inicios ha tenido esa gran responsabilidad con las personas. Objetivo - Contribuir a dar una visión clarificadora de los criterios éticos que deben de alumbrar la actuación dentro de las organizaciones sanitarias tanto de trabajadores como de dirigentes. Método Se ha realizado una revisión de base bibliográfica sobre el tema de los principales estudiosos del mismo y de las obras más significativas, para posteriormente hacer una reflexión sobre un tema tan apasionante como complicado como es el del estudio de la ética de las instituciones sanitarias. Desarrollo Las instituciones sanitarias tienen un papel social innegable y esto es debido a dos importantes razones que deben de tenerse en cuenta: La primera razón es que las acciones que realizan las instituciones sanitarias repercuten directamente en la sociedad en la cual están inmersas. La segunda razón es porque los fines que persigue una institución sanitaria son eminentemente sociales en prácticamente todos sus aspectos. Aquí y en este sentido se pueden distinguir entre sus principales misiones y objetivos, los siguientes: o Atender a la población enferma o Procurar un aumento de la calidad sanitaria real y percibida o Promocionar unos niveles de salud adecuados o Prevención de enfermedades con un adecuado programa de educación sanitaria o Prevención de riesgos laborales en la población activa de la comunidad. o Elaboración de programas de desarrollo a nivel sanitario en la población atendida. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 15 En virtud de que una institución sanitaria logre los fines que se ha planteado desde el principio queda legitimada ante la sociedad. Ésta es una diferencia crucial entre las personas y las instituciones, las primeras no necesitan una legitimación para existir, cuestión muy importante con respecto a las instituciones que Sí la necesitan y se deslegitiman si con sus acciones no realizan las misiones para las que están creadas. La sociedad tiene, por tanto, en sus manos la posibilidad de reclamar que dicha institución concreta realice lo adecuado y esperable de ella y si no es así puede rechazarla y realizar las acciones pertinentes para lograr deslegitimarla en cualquier momento. Quizás una de las características más peculiares en el tema que nos ocupa en éstas páginas es que la falta de eticidad de un elemento decisivo como son los pacientes y usuarios del sistema de salud, es intrascendente para la consideración de una organización sanitaria y sus actividades como éticas o no. El comportamiento no conforme a criterios éticos de los beneficiarios de las actuaciones sanitarias puede no ser punible, no así el comportamiento no ético de la organización sanitaria o de sus trabajadores, que dependiendo de las circunstancias y del bien ético transgredido pueden estar sujeto a sanciones más o menos graves. Para diseñar una ética de las instituciones se indica la necesidad de definir por parte de la organización un Fin específico por el que cobra legitimidad dicha institución y ver los medios adecuados para producir el bien esperado y esperable además de los valores que deben de incorporarse a la organización para alcanzarlos. Para ello, también es necesario determinar los hábitos que deben de ir adquiriendo tanto la propia organización como todos y cada uno de los miembros integrantes de la misma para poder incorporar dichos valores y poder llegar a realizar decisiones adecuadas y de acuerdo con las metas y fines iniciales determinados de antemano. En una sociedad pluralista, donde cada persona tiene sus propios ideales y concepciones morales pueden llegar a convivir de forma pacífica todos sus miembros debido a la necesaria existencia de unos mínimos de justicia que todos comparten, conocen y necesariamente respetan. Dichos conceptos no sólo sirven para la convivencia pacífica en la sociedad, sino también los podemos introducir en una organización humana, de cualquier tipo en general y en particular las sanitarias, objeto del presente trabajo. Una organización sanitaria no deja de ser una pequeña sociedad, un microcosmos con prácticamente las mismas características de una sociedad humana general, por lo que lo que nos sirve en lo grande (la sociedad)1,2 necesariamente nos sirve también en lo pequeño (la organización sanitaria). Esos mínimos compartidos y respetados por todos son lo que se denominan ética cívica, los cuáles desglosándolos son los siguientes: Concepto de igualdad, en el sentido de igualdad de oportunidades para alcanzar unos mínimos de cuidados a los usuarios. Concepto de libertad, en el sentido de que cada elemento humano que conforma la organización sanitaria tenga una autonomía moral reconocida y respetada, la cuál debe de tener las características necesarias de respeto hacia la autonomía del resto de las demás personas y el respeto por la dignidad de las mismas. El concepto de diálogo y de deliberación, en cuanto a respeto activo hacia las opciones legítimas de los “otros” que conforman la organización sanitaria y de los usuarios de la misma. El concepto de tolerancia hacia las acciones y actitudes legítimas y razonadas del resto de las personas que forman la organización y también de los usuarios y beneficiarios de la atención sanitaria realizada en dicha organización. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 16 La sociedad civil ha madurado y las instituciones también han debido de desarrollar ese necesario proceso de maduración para poder atender a las expectativas que se necesitan y se espera de ellas para lograr el fin último y legítimo de cualquier institución humana en general y de cualquier institución u organización sanitaria en particular: atender y cubrir las necesidades básicas de la sociedad para poder contribuir con ello al avance social y humano. Mucho se ha dilucidado3 para determinar qué cualidades generales deben de alumbrar a las organizaciones humanas para poder cumplir con estas premisas de eticidad ;en general, se proponen hasta diez cualidades que deben de estar presentes en una institución sanitaria para legitimarla desde el punto de vista ético: La cualidad de la integridad, que da sentido de coherencia entre lo que se dice y las acciones para realizarlo. Confianza en la institución lo que le otorgará credibilidad y reputación entre sus miembros y entre las personas a las que sirve. Justicia, en el sentido de correcta distribución entre cargas y beneficios. Responsabilidad, ante las necesidades de las personas a las que atiende. Ecología, es decir, acciones correctas para respetar siempre el medio ambiente en la cuál está inmersa. Legalidad, en el sentido de cumplimiento de las leyes establecidas y compromiso cívico, contribuyendo al desarrollo de la zona. Dignidad, a través del necesario respeto a los derechos humanos. Transparencia, en el sentido de accesibilidad a los controles. Veracidad de acciones y protocolos. Diálogo, con posibilidad de participación y consenso entre los diferentes grupos implicados. La ética de las organizaciones humanas, enmarcada, por tanto, en un contexto de ética cívica, tiene una historia relativamente reciente ya que nace en los siglos XVI y XVII gracias a la experiencia positiva de desarrollo humano psicológico y social colectivo que logró conseguir una convivencia pacífica de diferentes concepciones siempre que se compartiesen unos valores y normas ético-morales mínimas ; pues tenemos que tener en cuenta que la ética cívica es una ética de mínimos nacida de la fehaciente convicción de que los hombres son capaces de tomar decisiones de un modo moralmente autónomo y por tanto, de tener un conocimiento suficiente de lo que se considera bueno para poder tener ideas moralmente adecuadas a ética y sin tener por ese motivo la necesidad de recurrir a autoridades que impongan sus propias decisiones. Aquí ,como vemos, ya podemos entresacar el importantísimo concepto de autonomía humana que nace como germen inicial en el desarrollo de las instituciones humanas en el transcurso del tiempo y es también concepto importantísimo en cuanto a desarrollo de la ética de las organizaciones; éste concepto de autonomía fructifica a lo largo de las últimas décadas del pasado siglo XX y es en la actualidad decisivo en el desarrollo de las acciones humanas y en particular, en el desarrollo de las instituciones sanitarias. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 17 Los profesionales sanitarios tienen en las organizaciones una gran responsabilidad desde el punto de vista del campo de la ética y del campo científico–técnico, el de realizar nuestras acciones asistenciales conforme a valores éticos y siguiendo nuestra lex–artis, respetando en todo momento los cuatro principios de la Bioética y el respeto a los derechos y a la dignidad humana. Es una responsabilidad de tipo moral 4 y como tal, de ineludible y obligado cumplimiento según los códigos deontológicos de las diferentes profesiones sanitarias. Todos los profesionales, sanitarios o no, que actúen en una institución sanitaria deben de encaminar sus acciones hacia la excelencia, todo lo cuál nos llevará de una forma clara y continua hacia la calidad. Actuar de ésta forma es actuar éticamente, buscar la calidad y tener en objetivo la excelencia en la práctica clínica es actuar éticamente. Esto es debido a que la casi recién nacida ética empresarial tiene la calidad como valor imprescindible e irrenunciable en cualquier circunstancia. En el caso sanitario, por tanto, la calidad asistencial es de todo punto insustituible y es exigible como misión a la que deben de aspirar todas las instituciones de éste tipo. La buena gestión y la honradez, el respeto de las relaciones entre los miembros de la misma, la capacidad de prudencia y justicia no dejan de ser también cualidades esperables en las organizaciones humanas para poder considerarlas como éticas 5. Cuando nos enfrentamos a un tema como el presente de la ética de las instituciones sanitarias, lo primordial es establecer objetivos de actuación para que en todo momento se cumplan con las directrices éticas generales6-9 y en las que se basan los modelos éticomorales que deben presidir en todo momento las actuaciones de todas las personas que conforman una institución de éste tipo. Los objetivos que deben de alumbrar la práctica empresarial en las instituciones de tipo sanitario son en algunos puntos, lógicamente especiales adaptados a las particulares circunstancias concurrentes en éstos casos y podemos resumirlas en los siguientes aspectos a tener muy en cuenta: Las instituciones sanitarias deben de ser presididas en todo momento por aspectos éticos debido a sus propias características. Los aspectos éticos –morales priman en los objetivos primarios de dichas instituciones. Los clientes-pacientes vivencian la necesidad de ser tratados de una forma correcta y adecuada por encima a veces de otras premisas como puede ser el trato eminentemente clínico. De esta forma, la ética cívica desde el punto de vista de las organizaciones sanitarias tiene como objetivo lograr una igualdad en el trato de todas las personas que se atienden, teniendo en cuenta las diferentes necesidades de cada persona y respetando la diferencias entre las mismas, sin ningún tipo de postura discriminatoria. Esto es bien claro en las organizaciones sanitarias donde el mero hecho de búsqueda de ganancia económica no es un objetivo legítimo en principio. Pero, en éste contexto de cosas, puede surgir de una forma lógica y espontánea una serie de dudas y dilemas que se pueden resumir en la siguiente pregunta: ¿sería lícito tener organizaciones sanitarias que sólo procuren el bienestar sin un objetivo económico? Esto sería inviable pues iría en contra de la justicia distributiva y ocasionaría posiblemente una situación de inviabilidad de la institución sanitaria lo que iría en perjuicio de las personas que conforman la sociedad donde está inmersa dicha institución y de la que se benefician y a la que necesitan para sus cuidados y atención a sus procesos patológicos. En la actualidad, las organizaciones sanitarias tienen una definición y una visión generalizada caracterizada por tener un sentimiento de pertenencia a un todo social y humano que les da sentido y una búsqueda de su sostenibilidad económica para dar a las personas bienestar y cuidados necesarios cuando lo precisen por su situación de salud y enfermedad, lo cual se constituye en los principales objetivos de las mismas. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 18 Se puede afirmar que la calidad moral de una sociedad humana concreta se debe en gran medida a la calidad moral de sus organizaciones e instituciones entre las cuáles, las sanitarias son de especial relevancia social y en sentido contrario, la calidad moral de las instituciones es fiel reflejo de los valores y calidad moral de la sociedad y sus miembros. Si queremos una sociedad de elevada moralidad es totalmente imprescindible que las diferentes organizaciones se presten a contribuir al desarrollo de acciones conforme a la moral y a la ética, pues estamos en la sociedad de la responsabilidad a parte de la sociedad de las exigencias 10,11. Por tanto, para determinar de una forma clarificadora un diseño de la ética de una organización, es necesario definir una serie de necesarios aspectos a tener en cuenta: Definir un fin para dicha organización. En el caso de las instituciones sanitarias, el fin parece claro en principio, velar por el cuidado y la atención de las personas. Éste es un hecho indiscutible que la legitimará como organización sanitaria frente a la población. Definir qué medios dispondrá dicha organización. En éste aspecto, cada institución sanitaria dispondrá de una serie de medios físicos y humanos que han sido consensuados y establecidos como necesarios para la atención dentro del necesario control presupuestario y adecuada distribución de recursos de acuerdo a las necesidades concretas de cada población atendida. Definir qué valores debe de alumbrar sus acciones para que todo ello esté perfectamente delimitado y legitimizado. Dichos valores éticos deben de ser inculcados a sus miembros a través de protocolos, normas etc. para realizar sus labores conforme a ética. La ética de las instituciones sanitarias al igual que la de las instituciones humanas en general, es una ética aplicada, como hemos visto, además de una ética cívica con la misión de aplicar leyes, consensos, etc. aceptados y elegidos por el hombre como justos y por ello, debe de aplicarlos a dichas instituciones, desarrollando modos, formas y sistemas capaces de aplicar los principios consensuados a las mismas. La ética tiene, por tanto, la difícil tarea de definir y concretar cuáles son los valores y normas que dicha institución sanitaria debe de ofrecer a la sociedad concreta donde se encuentre inmersa. Existe, no obstante una controversia en cuanto a si las instituciones sanitarias tienen o no responsabilidad moral a demás de la jurídica que se les acredita. Desde luego, las instituciones y organizaciones en general y las sanitarias en particular tienen la obligación de tener una responsabilidad social ineludible y obrar en consecuencia realizando rectas acciones en bien de las personas a quien cuidan y ofrecen sus prestaciones y atenciones. El actuar éticamente nos lleva al importante concepto de la ética de la responsabilidad y para entrar en una ética de responsabilidad de forma plena no sólo tenemos que fijarnos en los fines sino también en las consecuencias de las acciones humanas sean éstas realizadas en cualquier campo del desarrollo humano. Las consecuencias, por tanto, se erigen también como referentes morales de todas las acciones humanas, de nuestras acciones también, por supuesto, como miembros integrantes del organigrama de trabajo de una organización del tipo sanitario. Basar, sin embargo, la moralidad de un acto en las consecuencias del mismo introduce un sesgo. La responsabilidad basada en estos términos tiene una visión jurídica de imputación debido a las consecuencias de nuestras acciones, lo cual puede llevarnos a confundir legalidad y eticidad como indica el profesor Glez. R. Arnaiz siguiendo a P. Ricoeur 12 .El realizar actos conscientemente amorales constituye un comportamiento anti -ético y un atentado contra la dignidad humana en el caso que aquellos actos tengan como sujeto protagonista a una persona y ello tiene especial gravedad si es cometido por un componente RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 19 de una profesión asistencial sanitaria sobre sus enfermos que son su responsabilidad. Como hemos visto, una organización sanitaria actúa conforme a criterios éticos si contempla dentro de sus estrategias de actuación la meta de la calidad y de la excelencia clínica, también actuarán éticamente los profesionales de la institución sanitaria si la misión de sus actuaciones es llegar a dicha calidad a través de sus actuaciones, a través del cumplimiento escrupuloso del código deontológico y de la lex-artis de cada profesión La institución sanitaria, en base a sus necesarios e incuestionables valores éticos, aporta a la sociedad en la que está inmersa algo más que su específica aportación al trato de las personas que necesitan de ella, deben de contribuir al proceso de bienestar humano a dar ejemplo social de eticidad en sus actuaciones, debe de ser por tanto, ejemplarizante con respecto a la sociedad general. Una institución sanitaria debe de reflejar sus valores en la sociedad, de esta manera será respetada por los ciudadanos, de forma contraria, si deja de ser exponente de valores éticos y deja de ser una institución en la que confiar, será vulnerable. Todos los estudiosos del tema consultados se aúnan en indicar que existen una serie de principios éticos que deben de alumbrar las acciones y las actitudes tanto de gerentes de instituciones sanitarias como de profesionales sanitarios en todos los niveles. Dichos principios éticos no son más que los principios de la Bioética, además de los importantes principios de buena praxis profesional y de respeto hacia la dignidad de las personas. El respeto por las personas incluye, al menos, dos consideraciones éticas fundamentales: Respeto por la autonomía, lo que implica que se respeten las decisiones de nuestros pacientes. Protección de las personas con autonomía disminuida o deteriorada; lo que implica que se debe proporcionar seguridad contra todo daño o abuso a aquellas personas dependientes o vulnerables13. Los profesionales sanitarios deben además de realizar su trabajo realizando una buena praxis, es decir, conforme a su lex artis. En éste concepto de buena praxis se reflejan acciones y decisiones que implican asegurar la calidad de los servicios de salud y en el ejercicio de los deberes administrativos de los profesionales e instituciones de la salud, el uso de la información confidencial, el respeto a la intimidad de las personas y la resolución de conflictos de intereses. “…una organización sanitaria actúa conforme a criterios éticos si contempla dentro de sus estrategias de actuación la meta de la calidad y de la excelencia clínica.” RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 20 La buena praxis, es un principio con profundas raíces en la ética médica universal, es ejemplificada en la máxima "primum non nocere": es decir, primero no causes daño. Es el principio bioético de la no maleficencia .Todos aquellos comprometidos y guiados por el principio de buena praxis toman decisiones que minimizan el daño, tanto físico como mental que pueden sufrir las personas en una institución sanitaria. Otro necesario principio o concepto es el de la concienciación, pues es necesaria una verdadera labor de concienciación a nivel personal e institucional de los deberes éticos que deben de estar presentes en las labores de cuidado y atención hacia las personas tanto de los profesionales sanitarios como de las instituciones sanitarias. No nos pueden obligar a ser éticos (salvo que de ello se deriven daños hacia el enfermo objetivables), porque el actuar con ética hacia las personas a nuestro cargo es actuar con actitudes de respeto, buen trato, empatía, deferencia, etc. y a ello, salvo concienciación interna de deber actuar así, no se puede obligar14,15. Por último, es necesario destacar el concepto de interiorización que está íntimamente ligado al concepto anterior, es decir, el de concienciación pues concienciación e interiorización son dos términos estrictamente implicados en una labor psicológica de personalización de todos los conceptos hasta ahora descritos y sobre todo una concienciación interior de llevar a cabo siempre y tener en todo momento presentes los cuatro principios de la Bioética en nuestra labor asistencial en las instituciones sanitarias hoy existentes16-19. Conclusiones Una ética de las instituciones se hace necesaria actualmente por muchos motivos entre ellos por la sensación de necesidad que tiene la población de respirar un ambiente que en todos los niveles se caracterice por la ética y por la moralidad. Y esto es debido precisamente al grado de madurez colectiva al que ha llegado la sociedad. Las instituciones sanitarias, por tanto, deben de redefinirse de forma continua desde sus finalidades, es decir, desde los valores que la identifican para que éstos sean siempre conformes a ética. Lo ético es, sin duda, rentable en muchos sentidos, pues en una institución el actuar de forma ética contribuye a disminuir costes de coordinación de la institución y posibilita una motivación, lo cual es imprescindible para conseguir los objetivos que persigue dicha institución concreta. Las organizaciones sanitarias deben distinguirse por una dirección ética que cumpla las directrices determinadas por el buen hacer moral que inculque desde el punto de vista de modelo a seguir un desarrollo ético en las personas que están bajo su mando y responsabilidad. Vemos que la ética de las organizaciones sanitarias está solamente en sus comienzos por lo que nuestra responsabilidad 20 como estudiosos del tema e interesados en su desarrollo e influencia decisiva en sanidad, tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos que no debemos desaprovechar para su completo desarrollo en las próximas décadas. Las personas esperan hoy en día, por tanto, que las instituciones que las amparan y cuidan se caractericen por la ética en sus acciones y la honestidad en su proceder. La ética es un valor en alza aún hoy en pleno siglo XXI, los valores éticos constituyen la necesaria referencia formal para mantener unos niveles de convivencia adecuados entre las personas. Como nunca hasta ahora, la ética se ha visto ponderada y tenida en cuenta en múltiples facetas de la vida y de las actividades humanas. Todo debe de estar impregnado en valores éticos y más aún, si cabe, ciertas instituciones que por sus importancia y especiales connotaciones, deben de estar regidas por la ética de una forma ineludible, como son las instituciones sanitarias. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 21 Bibliografía 1. Casado A. Bioética para legos. Una introducción a la ética asistencial. Vol I. Plaza y Valdés. Madrid: Plaza y Valdés; 2008. 2. Siurana JC. La sociedad ética. Indicadores para evaluar éticamente una sociedad. Barcelona: Proteus; 2010. 3. Simón P. Ética de las organizaciones sanitarias. Nuevos modelos de calidad. Madrid: Triacastela. 2005; 1(1):50-100. 4. Siurana JC. La sociedad ética. Indicadores para evaluar éticamente una sociedad. Barcelona: Proteus; 2009:100-320. 5. Albrecht K. Inteligencia social. Barcelona. Vergara; 2006. 6. De Mingo A, García V, Junquera R. Bioética y Bioderecho. Madrid, Moralia; 2006. 7. Feito L, Gracia D, Sánchez M. Bioética: el estado de la cuestión. 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RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 22 Efectividad de un programa de deshabituación tabáquica llevado a cabo en el centro de salud de Tapia de Casariego (Principado de Asturias) Original Effectiveness of a giving up tobacco program carried out at the health center in Tapia de Casariego (Principado de Asturias) Mª Covadonga Blanco Riopedre Eduardo Fernández Fernández Centro de salud de Taramundi, Área Sanitaria I (Jarrio) Manuscrito recibido: 05-12-2014 Manuscrito aceptado: 07-01-2015 Cómo citar este documento Blanco Riopedre M C, Fernández Fernández E. Efectividad de un programa de deshabituación tabáquica llevado a cabo en el centro de salud de Tapia de Casariego (Principado de Asturias). RqR Enfermería Comunitaria (Revista SEAPA). 2015 Mayo; 3(2):23-34 Resumen Introducción: El tabaquismo es una enfermedad de naturaleza adictiva, crónica, recurrente y tratable que constituye la principal causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en países desarrollados. Objetivo principal: Evaluar la efectividad de una intervención intensiva sobre deshabituación tabáquica llevada a cabo por un profesional de enfermería en el centro de salud de Tapia de Casariego. Método: Tipo de estudio. Estudio descriptivo de carácter retrospectivo. Ámbito de estudio. Centro de salud de Tapia de Casariego, de carácter semirrural, perteneciente al Área Sanitaria I del Principado de Asturias. Periodo de estudio. Comprendido entre el año 2004 y el año 2012 ambos inclusive. Población a estudio. Pacientes fumadores pertenecientes al centro de salud de Tapia de Casariego que demandaron ayuda para dejar de fumar, que se encontraban en fase de preparación (criterio de inclusión). Variables a estudio. Características sociodemográficas, antecedentes personales (factores de riesgo o enfermedades previas) relacionados con el tabaco y características del hábito tabáquico. Instrumento de medida. La principal medida de resultado o de la efectividad del programa fue la abstinencia mantenida y autodeclarada del hábito de fumar al año de haber abandonado el consumo de tabaco. Resultados: La efectividad de la intervención, considerada como la tasa de abstinencia a los 12 meses, fue del 45,1%. Conclusiones: Las intervenciones educativas de carácter intensivo sobre deshabituación tabáquica realizadas en atención primaria son muy efectivas, contribuyendo notablemente a la reducción del tabaquismo si se realizan sobre fumadores motivados para dejar de fumar. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 23 Palabras clave Enfermería; Atención Primaria de Salud; Hábito de Fumar; Cese del tabaquismo. Abstract Introduction. Smoking is a chronic, recurrent, treatable and addictive nature disease that constitutes the main preventable cause of disease, disability and premature death in developed countries. Main objective. Evaluate the effectiveness of an intensive intervention on smoking cessation carried out by a nursing professional at the health center in Tapia de Casariego. Method. Type of study. Descriptive retrospective case study. Scope of study. Health center of Tapia de Casariego, semirural character, within the Sanitary Area I (Principado de Asturias). Period of study. Between 2004 and 2012 inclusive. Study population. Smoking patients from the health center of Tapia de Casariego who were at preparation stage (inclusion criteria) and demanded help to cese smoking. Variables to study. Sociodemographic characteristics, personal history (risk factors or prior illness) related to tobacco and smoking characteristics. Measuring instrument. The main outcome measure or the effectiveness of the program was maintained and self-declared abstinence from smoking a period not shorter than 12 months after having abandoned the consumption of tobacco. Results. The effectiveness of the intervention, considered as the abstinence rate at 12 months, was 45.1 %. Conclusions. Educational interventions on intensive smoking cessation carried out in primary care are very effective, contributing significantly to the reduction of smoking if carried out on smokers motivated to stop smoking. Keywords Nursing; Primary Health Care; Smoking; Smoking Cessation. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 24 Introducción El tabaquismo es una enfermedad de naturaleza adictiva, crónica, recurrente y tratable 1 que constituye la principal causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en países desarrollados1,2, por lo que es considerado un grave problema y una de las mayores amenazas de salud pública a nivel mundial3. En el concejo de Tapia de Casariego, el 30,6% de la población adulta fuma diariamente siendo este porcentaje muy similar al de la población asturiana en general (30,4%) 4 y superior al de la población española (24%)5. Según la OMS, “ofrecer ayuda para dejar de fumar” es una de las medidas más eficaces para disminuir la morbi-mortalidad provocada por el consumo de tabaco6. La Atención Primaria ha de ser la principal protagonista en la intervención a los fumadores ya que este nivel asistencial es la puerta de entrada al sistema sanitario, abarca un mayor volumen de población y por su accesibilidad y continuidad en la atención, es el lugar idóneo para la captación de fumadores, su tratamiento y su seguimiento7. Así pues, en el centro de salud de Tapia de Casariego, además de consejo antitabáquico sistematizado, desde el año 2004 se vienen realizando intervenciones intensivas de apoyo a aquellos fumadores que han decidido dejar de fumar. Objetivos - Objetivo principal. Evaluar la efectividad de una intervención intensiva sobre deshabituación tabáquica llevada a cabo por un profesional de enfermería en el centro de salud de Tapia de Casariego. - Objetivo secundario. Describir las características sociodemográficas y otras variables relacionadas con el consumo de tabaco de los fumadores que participaron en el programa de deshabituación y analizar su influencia en el éxito o el fracaso del abandono del hábito tabáquico. Método 1. Tipo de estudio Estudio descriptivo de carácter retrospectivo. 2. Ámbito de estudio Centro de salud de tapia de Casariego, de carácter semirrural, perteneciente al Área Sanitaria I del Principado de Asturias. 3. Periodo de estudio Se consideró el período de estudio comprendido entre el año 2004 y el año 2012 ambos inclusive. 4. Población a estudio Pacientes fumadores pertenecientes al centro de salud de Tapia de Casariego que demandaron ayuda para dejar de fumar y se sometieron voluntariamente al programa de deshabituación tabáquica en el período de estudio. El criterio de inclusión que se estimó para admitir a los pacientes en el programa fue que estuviesen en fase de preparación, es decir, decididos a fijar una fecha para abandonar el consumo de tabaco en el plazo de un mes8. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 25 5. Recogida de datos y variables a estudio La recogida de datos se realizó a través de la historia clínica de cada paciente y de los cuestionarios y registros elaborados durante el programa de deshabituación. Las variables a estudio fueron: sexo, edad, medio o lugar de residencia (rural o urbano), años de fumador, nº de cigarrillos/ día, nº de intentos previos, historia clínica previa (en cuanto a presencia de otros factores de riesgo o enfermedades relacionadas con el tabaco), test de Richmond9 (que valora de 0 a 10 el nivel de motivación para dejar de fumar), test de Fagerström breve10 (que valora de 0 a 6 el grado de dependencia física de la nicotina), tipo de intervención (individual o grupal), abandono de la terapia antes de finalizar la intervención y mantenimiento de abstinencia al año de dejar de fumar . 6. Instrumento de medida La principal medida de resultado o de la efectividad del programa fue la abstinencia mantenida y autodeclarada del hábito de fumar al año de haber abandonado el consumo de tabaco. 7. Descripción del programa Este programa de deshabituación tabáquica fue llevado a cabo por un enfermero perteneciente al equipo de Atención Primaria del centro de salud de Tapia de Casariego. Consistió en una intervención multicomponente, que se basó fundamentalmente en la combinación de técnicas cognitivas y conductuales pudiendo llevar asociado el uso de tratamiento farmacológico. Existieron dos modalidades de intervención, individual y grupal (entre 8 y 12 personas cada grupo) con diferencias organizativas y de desarrollo pero el abordaje y tratamiento del paciente fue el mismo en ambas intervenciones. El programa constó de dos fases: 1) Evaluación inicial en la que se realizó una recogida de datos generales sobre el estado de salud y antecedentes personales y familiares de cada fumador, la determinación de la fase de abandono del tabaco en la que se encontraba cada uno. Para someterse a la intervención el fumador debía de encontrarse en fase de preparación (criterio de inclusión) puesto que se trató de una intervención de ayuda para la cesación del hábito tabáquico y no de una intervención motivacional. Asimismo se les hizo una descripción breve y se les aportó información sobre la intervención que se llevaría a cabo, se les dio a elegir entre las dos modalidades de intervención (individual y grupal) en función de diferentes aspectos (de las preferencias del fumador, de su disponibilidad o compatibilidad horaria para acudir a las sesiones grupales en las fechas fijadas y de la presencia de características o circunstancias propias de la persona que dificultaban su integración en el grupo tales como dificultades de aprendizaje o de comunicación como hipoacusia o sordera, etc.). También se les exigió la cumplimentación de un cuestionario inicial en el que se recogieron datos sociodemográficos y sobre el hábito tabáquico. 2) Implementación o desarrollo de la intervención propiamente dicha que consistió en cinco sesiones presenciales de aproximadamente una hora de duración y con un intervalo de separación aproximado de una semana. Esta segunda fase del programa se dividió en tres fases: RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 26 Una primera fase denominada de preparación que abarca desde el inicio de la intervención hasta el día D (el día elegido por cada paciente para dejar de fumar). Esta fase se correspondió con las dos primeras sesiones y su objetivo fue trabajar la motivación, fortalecer el compromiso y el autoconocimiento de determinadas características personales en relación al consumo de tabaco. También se empezaron a trabajar estrategias de afrontamiento de cara al momento del abandono. Una segunda fase de abandono en la que se aplicaron los conocimientos y técnicas trabajadas y se produce el abandono del tabaco. Se correspondió con la tercera sesión y en ella el objetivo fue facilitar al individuo la cesación del hábito tabáquico y minimizar los efectos del síndrome de abstinencia. Y una tercera fase de mantenimiento que abarcó desde el día D hasta la finalización de la intervención. Correspondió a las dos últimas sesiones y su objetivo consistió en la prevención de recaídas y en mantener la abstinencia tabáquica a largo plazo mediante el entrenamiento de habilidades de afrontamiento, de solución de problemas y del apoyo social. Posteriormente a la finalización de las sesiones el enfermero encargado de llevar a cabo esta intervención, realizó un seguimiento telefónico de cada paciente al año del abandono del tabaco con la finalidad de evaluar la persistencia o no de la abstinencia, reforzarla en el caso de que se mantuviese y prevenir y/o detectar recaídas. También se aprovechó para animar a los no abstinentes a intentarlo de nuevo cuando se sintiesen preparados. Resultados En el estudio han participado un total de 163 pacientes, de los cuales 51,5% eran hombres y el 48,5% restante mujeres. El medio de residencia en el 63,2% de los pacientes era el urbano mientras que el 36,8% vivía en un medio rural. El 66,3% participaron en la intervención individual y el 33,7 en la intervención grupal. La edad media de los participantes fumador de 26,2 años (DT= 12,6), 11,6) y, el número medio de intentos muy significativas en todas estas participantes (Tabla 1). fue de 44,2 años (DT= 12,7), la media de años de el consumo medio diario de cigarrillos de 22,1 (DT= previos fue de 1,5 (DT=1,3). Se observaron diferencias variables predictoras en función del sexo de los Tabla 1. Diferencias en la edad, los años de fumador, el consumo de cigarrillos/ día y de intentos previos, y su significación estadística, según el sexo de los participantes Variable Hombres (51,5%) Mujeres (48,5%) t p Edad media (DT) 47,4 (14,4) 40,8 (9,6) 3,46 ** Años de fumador (DT) 29,5 (14,5) 22,7 (9) 3,57 ** Cigarrillos/ día (DT) 24,2 (13,4) 20 (8,9) 2,32 * Intentos previos (DT) 1,7 (1,4) 1,3 (1,1) 2,07 * ** p< 0,001; * p<0,05 RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 27 Además, se calculó la puntuación obtenida por los participantes en las escala de valoración de dependencia de la nicotina, “test de Fagerström breve”, y la escala de valoración de la motivación para dejar de fumar, “test de Richmond”. La puntuación media para la primera de las escalas fue de 3,9 puntos (DT= 1,49), mientras que para el segundo de los test fue de 8 (DT= 1,24). La interpretación cualitativa de estas escalas situaron a los participantes como “moderadamente dependientes de la nicotina” y también con una “motivación moderada” para dejar de fumar. El análisis de la puntuación de estas escalas en función del sexo de los participantes no mostró diferencias significativas. También se observó una influencia significativa entre la puntuación del test de Richmond y la variable “no fumar al año de la intervención”, que no así entre el test de Fagerström breve y la citada variable dependiente (Tabla 2). Tabla 2. Influencia de las variables “puntuación en el test de Fagerström breve” y “puntuación en el test de Richmond” en la variable dependiente “fumar al año de participar en el programa” (0= no fuma al año; 1= fuma al año). Fuma al año del programa N Media DT t p 4,19 <0,001 1,79 n.s. (0= no; 1= si) Test de Richmond No 60 8,63 0,901 Si 72 7,88 1,174 Test de Fagerström No 64 3,61 1,570 breve Si 78 4,06 1,417 En el momento del inicio de la participación en el programa de deshabituación, un 68,1% de los participantes ya presentaba patología que podía estar relacionada con el consumo del tabaco, siendo la más frecuente la hipertensión arterial. Abandonaron el programa un 12% de los pacientes y, tras finalizar el mismo, el porcentaje de fumadores que continuaban abstinentes a los 12 meses de finalizar el programa fue del 45,1%. Por sexos, un 40,8% y un 43,2% de hombres y mujeres respectivamente, no fumaban un año después de participar en el programa. Asimismo, se realizó una regresión logística múltiple tomando como variable dependiente la variable “dejó de fumar al año de la intervención” (0= no fuma al año/ 1= sí fuma al año) y como independientes el “sexo”, “edad”, “lugar de residencia”, “años de fumador”, “número de cigarrillos/día”, “número de intentos previos”, “presencia de factores de riesgo o enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco”, “Test de Richmond”, “test de Fagerström breve” y el “tipo de intervención”. En este análisis se observó asociación entre “haber recibido intervención grupal” y tener una mejor puntuación en el test de Richmond con la variable “no fumar al año de la intervención”. Esta regresión explica aproximadamente el 20% de la variabilidad de la variable dependiente (R2= 0,207) (Tabla 3). RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 28 Tabla 3. Regresión logística con la variable dependiente “fumar al año de participar en el programa” (0= no fuma al año; 1= fuma al año). B E.T. Wald Exp (B) Sig. I.C. 95% Inferior Superior Sexo 0,301 0,446 0,455 0,5 1,351 0,564 3,237 Edad 0,001 0,036 0,001 0,982 1,001 0,932 1,075 0,695 0,435 2,549 0,11 2,003 0,854 4,699 Años de fumador -0,006 0,036 0,024 0,877 0,994 0,926 1,068 Cigarrillos/día 0,019 0,025 0,570 0,45 1,02 0,971 1,069 Intentos previos -0,243 0,166 2,137 0,144 0,79 0,567 1,086 Enfermedad relacionada 0,130 0,483 0,072 0,788 1,138 0,442 2,931 Test de Richmond -0,833 0,225 13,705 <0,001 0,435 0,280 0,676 Test de Fagerström breve 0,198 0,191 1,082 0,298 1,22 0,839 1,773 (individual =0; grupal =1) 1,040 0,439 5,605 0,018 2,830 1,196 6,696 Constante 5,559 2,158 6,636 0,01 259,5 Medio (urbano=0; rural=1) Intervención RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 29 Discusión El porcentaje de participación en este programa de deshabituación tabáquica ha sido similar en ambos sexos, existiendo una pequeña diferencia a favor del género masculino (51,5% frente a 48,5%) que podría deberse en parte, a la mayor prevalencia del consumo de tabaco que hay en los hombres en la población en general4,5,11. En cuanto al medio de residencia de los participantes, ha sido muy superior la participación de fumadores residentes en el medio urbano (un 63,2% frente a un 36,8% del medio rural). Esto podría explicarse por una mayor facilidad o accesibilidad de la que dispone este grupo de fumadores para someterse a este tipo de tratamiento que requiere de sucesivas visitas al centro de salud para asistir a las sesiones, debido a una mayor proximidad o cercanía entre su domicilio habitual y el centro de salud, facilitando así su desplazamiento y aumentando la posibilidad de poder participar en el programa. Con respecto a la elección de la modalidad de intervención, el porcentaje de participación en la intervención individual se ha situado muy por encima de la intervención grupal (66,3% y 33,7% respectivamente). Esta preferencia o inclinación mostrada por los participantes por esta modalidad del programa puede ser debida, a que la intervención individual facilitaba la posibilidad de adaptar a cada paciente el horario y las fechas en las que habría de acudir a las sesiones, lo que no era posible en la modalidad grupal donde las sesiones ya estaban previamente establecidas siendo más difícil posteriores modificaciones. Esta menor participación en las terapias grupales también podría explicarse por la dificultad añadida que supone en esta modalidad, la formación de grupos y el reclutamiento de fumadores para unas fechas determinadas en las que se podían desarrollar los talleres de deshabituación. La media de edad de los participantes fue de 44,2 años, siendo superior a otros estudios encontrados sobre programas multicomponente similares 12,13, lo que puede explicarse por las características demográficas de la población asturiana, en progresivo envejecimiento. La diferencia en cuanto a la media de edad entre ambos sexos, ha sido casi 7 años superior en hombres que en mujeres (47,4 y 40,8 respectivamente) lo que podría ser debido a que las mujeres han empezado a fumar más recientemente y por ello son más jóvenes. Se encontraron diferencias significativas en función del sexo de los participantes con respecto a las variables “años de fumador” y “consumo de cigarrillos diario”, obteniéndose medias superiores en ambos casos en los varones lo que indica que existía una mayor intensidad del hábito tabáquico en los hombres que en las mujeres que han participado en este programa de deshabituación (Tabla 1). Según la literatura, los factores o características determinantes del éxito en la abstención tabáquica que contribuyen a una mayor efectividad de las terapias son: el grado de dependencia medido con el test de Fagerström (a mayor dependencia mayor dificultad para el abandono), la edad (a mayor edad mayor probabilidad de éxito), el sexo (mayor incidencia de abandonos en los varones y mayor número de recaídas en las mujeres), en nivel educativo (a mayor nivel educativo mayor éxito en el abandono del hábito) y el padecimiento de enfermedad cardiorrespiratoria crónica (nivel de éxitos más bajo) 14,15. Sin embargo, en este estudio se ha encontrado influencia significativa entre la puntuación del test de Richmond cuya media se situó en los 8 puntos (motivación moderada para dejar de fumar) y la variable “no fumar al año de la intervención” (Tabla 2). RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 30 De los participantes en este programa, un 68,1% de los participantes presentaba patología previa que podía estar relacionada con el consumo de tabaco siendo la más frecuente la hipertensión arterial, aunque no se obtuvo asociación significativa con la variable “no fumar al año de la intervención” (Tabla 3). La presencia de enfermedades concomitantes es una característica frecuente entre los fumadores que se someten a este tipo de intervenciones educativas para dejar de fumar; así, en otros estudios publicados se han obtenido también porcentajes elevados en la presencia de patología previa entre los participantes sobre todo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Incluso hay estudios publicados en los que este tipo de intervenciones intensivas para dejar de fumar se han dirigido exclusivamente a este tipo de fumadores con patología previa16,17,18. El porcentaje de participantes que abandonaron el programa antes de finalizar la totalidad de las sesiones, se ha situado en un 12%. Hay pocos estudios que tengan en cuenta este aspecto porque los pacientes que abandonan la terapia de deshabituación suelen considerarse fumadores, ya que la mayor parte de las veces el motivo es la recaída. En este estudio se ha obtenido un porcentaje bastante inferior a uno de los estudios encontrados que también ha valorado este aspecto y en el que se ha obtenido un 29,13% de abandonos 19, lo que podría deberse a que todos los participantes del presente estudio se hallaban en fase de preparación (criterio de inclusión), concienciados y dispuestos a dejar de fumar en el plazo de un mes. Los resultados finales obtenidos con este tipo de intervención intensiva sobre deshabituación tabáquica medidos en términos de abstinencia al año, han sido superiores a lo esperado, obteniéndose un 45,1% de abstinentes al año de finalizar la intervención permitiendo hacer una valoración muy positiva del mismo. El porcentaje o tasa de abstinentes a los 12 meses de otros estudios encontrados sobre intervenciones o programas multicomponente similares para dejar de fumar es variable (entre un 5% y un 40%) pero en general con menor efectividad que la conseguida en la presente investigación12,18. Por el contrario, en un estudio realizado en un centro de salud de Vizcaya se consiguió un porcentaje superior de abstinentes al año (58,3%) disminuyendo ésta a un 35% a los 4 años 19. Otro de los estudios encontrados llevado a cabo por Sala M et al. en Sabadell obtuvo una tasa de abstinencia a los 12 meses muy similar a la nuestra (45%) pero también disminuyendo a un 33% a los 24 meses18. El alto porcentaje de abstinencia a los 12 meses conseguido en este estudio puede estar en relación con el nivel de motivación de los participantes, que como ya hemos señalado anteriormente se asoció significativamente con la variable “no fumar al año de la intervención”. Asimismo, en los últimos años, la entrada en vigor de la Ley antitabaco y actual la crisis económica, ha desencadenado un aumento del nivel de motivación de los fumadores para la cesación del hábito tabáquico, incrementando del número de ellos que se deciden a abandonar el consumo y a pedir ayuda para 20 conseguirlo , aumentando así las tasas de abstinencia conseguidas y disminuyendo el número de fumadores en la población en “Los resultados finales obtenidos con este tipo de intervención intensiva sobre deshabituación tabáquica medidos en términos de abstinencia al año, han sido superiores a lo esperado, obteniéndose un 45,1% de abstinentes al año de finalizar la intervención permitiendo hacer una valoración muy positiva del mismo” RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 31 general como demuestran la tendencia de las estadísticas en los últimos años5,11. Por otra parte también cabe destacar, que los buenos resultados obtenidos con este tipo de intervención también pueden ser debidos a que en este programa de deshabituación tabáquica se han incluido sólo a aquellos pacientes que se encontraban en fase de preparación, dispuestos a fijar una fecha para dejar de fumar en el plazo de un mes (criterio de inclusión en el programa) que creemos que son los pacientes que más se pueden beneficiar de este tipo de intervenciones intensivas para dejar de fumar. Aunque el programa de deshabituación tabáquica objeto de nuestro estudio sólo se realizó seguimiento hasta un año después de producirse el abandono del consumo de tabaco, no podemos olvidar que la recaída tardía, después de los 12 meses, puede aparecer entre un 25% y un 50% de los que siguen sin fumar según algunos estudios 13,15,19. Por ello, es necesario señalar que sería conveniente realizar mediciones de la abstinencia posteriores al año para confirmar el mantenimiento de la misma, ya que las posibles recaídas que podrían detectarse si existiese un seguimiento por un período de tiempo más largo podrían disminuir el porcentaje de éxito de la intervención a un plazo más largo. Conclusiones Los resultados finales de este tipo de intervención para dejar de fumar obtenidos en este estudio tras un año de seguimiento, ponen de manifiesto que las intervenciones educativas de carácter intensivo sobre deshabituación tabáquica realizadas en Atención Primaria son muy efectivas, contribuyendo notablemente a la reducción del tabaquismo si se realizan sobre fumadores motivados para dejar de fumar (mayor puntuación en el test de Richmond) y obteniéndose mejores resultados cuando se realizan intervenciones grupales. Aspectos éticos Para la realización de este estudio, fue necesario solicitar permiso a la Dirección Gerencia y al Comité de Ética del Área I para realizar la recogida de datos necesarios para llevar a cabo el trabajo de investigación. Tanto el diseño como el desarrollo del trabajo y la utilización de los datos se ajustan a lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, y en el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 32 Bibliografía 1. Fiore MC, Jaén CR, Baker TB, Bailey WC, Bennett G, Benowitz NL et al. Treating Tobacco Use and Dependence: 2008 Update. Clinical Practice Guideline [monografía en Internet]. Rockville, MD: U.S. Department of Health and Human Services. Public Health Service; 2008 [acceso 4 de febrero de 2013]. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK63952/ 2. 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Dado que el conocimiento en técnicas básicas de primeros auxilios forma parte del currículo escolar de Educación Primaria (R.D. 126/2014 de 28/02/2014) y que dentro de las competencias de la enfermera familiar y comunitaria está la de “Planificar y desarrollar programas de educación para la salud en la comunidad”, creemos que el desarrollo de programas de Educación para la Salud en las escuelas, dirigidos por enfermería, y orientados a la enseñanza de estas técnicas, puede mejorar la consecución de objetivos en salud, además de servir para visibilizar a los profesionales de enfermería como agentes promotores de salud en la comunidad. El uso de las redes sociales, los medios de comunicación y la motivación de los profesionales, son una alianza clave para la sensibilización y para la consecución de dichos objetivos en salud. Palabras clave Resucitación Cardiopulmonar, Educación en salud, Enfermería de Atención Primaria, Educación Primaria y Secundaria. Abstract In Spain, only 12% of the population knows CPR techniques; It is known that training to 20% we would save 100,000 lives annually in Europe. Given that knowledge in basic first aid techniques is part of the curriculum of primary education (Royal Decree 126/2014 from 28/02/2014) and within the professional competence of the family and community nurse is to "Plan and develop health education programs in the community", we believe that the development of education programs for health in schools Nursing-led and oriented to the teaching of these techniques, can improve the achievement of health outcomes, as well as serving to make visible to nursing professionals as promoters of health in the community. The use of social networks, the media and the motivation of professionals, are a key partnership for awareness and for the achievement of these outcomes in health. Keywords Cardiopulmonary Resuscitation, health Education, Primary and Secondary. education, Nursing Primary Health, Schools, RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 35 Desarrollo 1. Una realidad preocupante, un problema evidente La muerte súbita tiene una incidencia más elevada de lo que podría parecer. Las cifras impresionan. Hay más muertes por esta causa que fallecimientos en accidentes de tráfico. En España ocurre una parada cardíaca súbita cada 20 minutos. Si se suman los fallecimientos por atragantamiento o por parada respiratoria en personas inconscientes debida a la obstrucción de la vía aérea por la propia lengua del paciente, el resultado es, cuanto menos, impactante. Todo el personal sanitario que trabaja en la urgencia extrahospitalaria (servicios de atención continuada y urgencias nocturnas en centros de salud, servicios de atención médica de urgencia –SAMU-, Centro Coordinador de Urgencias…) ha atendido emergencias con resultado de muerte o grave incapacidad porque los testigos que rodeaban al paciente no supieron actuar para ayudarle. Día tras día estos trabajadores son testigos de la poca formación sanitaria, las dudas y los miedos de los ciudadanos en lo que a primeros auxilios y atención inicial a la emergencia se refiere. Personas con bajo nivel de conciencia a las que nadie ha sabido colocar en posición lateral de seguridad y fallecen tras pasar mucho tiempo boca arriba. Atragantamientos que se hubieran resuelto satisfactoriamente si alguien hubiera utilizado las maniobras de desobstrucción en los primeros minutos. Muertes súbitas presenciadas en las que nadie se ha atrevido a iniciar compresiones cardíacas, perdiendo en los primeros 5 minutos todas las posibilidades de supervivencia libre de secuelas antes de que llegue la ayuda sanitaria. Frente a esta triste realidad, destacan las cifras de supervivencia a una muerte súbita o una situación de emergencia en los países nórdicos. Hasta el 70% de los pacientes que sufren una parada cardiorespiratoria (PCR) presenciada llegan al hospital con vida tras ser reanimados precozmente por los testigos. En España no superamos el 10% de paradas cardíacas extrahospitalarias recuperadas. ¿Qué dato marca la diferencia? ¿La calidad de la atención sanitaria prehospitalaria? ¿La dotación de ambulancias o de centros de salud? ¿La atención hospitalaria posterior? No. La enseñanza de primeros auxilios y maniobras de atención a la emergencia en las edades tempranas de la vida. Aquellas en las que los conocimientos se aprenden y mecanizan sin miedos, dudas ni prejuicios. Enseñan a sus niños y jóvenes. Y los enseñan en los lugares por los que pasará más del 90% de la población en edad escolar: en los colegios e institutos. España está llena de actividades e ideas para llevar estas enseñanzas a los más pequeños. Pero, al no ser hasta ahora materia obligatoria, siempre se ha hecho partiendo de iniciativas personales y casi siempre puntuales o limitadas en el tiempo. Padres y madres de escolares con conocimientos sanitarios que quieren formar a los compañeros de sus hijos. Enfermeros o médicos vocacionales que quieren implantar esta educación sanitaria en los colegios de sus áreas. Afortunados (y escasísimos) colegios que cuentan con la figura de la enfermera sanitaria. Profesores, directores y Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS) que han contactado con instituciones o asociaciones capaces de dar formación a los niños. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 36 El Real Decreto 126 del 28 de Febrero de 2014 obliga por fin a España a incluir la enseñanza de los primeros auxilios en el calendario escolar. Pero esto todavía no se ha traducido en hechos. Aún no se ha precisado quién ni cómo deberá encargarse de esta labor: personal sanitario o profesores previamente formados, con talleres presenciales o simplemente con material didáctico. Tampoco se ha establecido la edad de los escolares; pero todo parece indicar que se comenzará con los alumnos la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Los más pequeños no la recibirán. Pero son precisamente los niños más pequeños los más indicados para comenzar a recibir educación sanitaria. Los niños de Primaria, todavía sin miedos ni condicionamientos heredados. Y los niños de Infantil, que carecen de recursos para actuar o pedir ayuda en el caso de que el adulto que está a su cuidado sufra una situación de emergencia. 2. Surge la idea, la iniciativa se pone en marcha Con esta realidad en su día a día y estos datos en su cabeza, Raquel Palacio Villazón, enfermera de Atención Continuada del Área V de Asturias, y Felipe Carreño Morán, enfermero del SAMU, deciden, como tantos otros profesionales, llevar esta formación al colegio de sus hijos. Plantean un taller de una hora de duración: lo suficiente para explicar la atención inicial a las tres situaciones de emergencia vital (inconsciencia, parada cardíaca y obstrucción de la vía aérea) y lo justo para evitar el aburrimiento de los niños; facilitando, además, la adecuación de la actividad a los horarios de un centro educativo. Lo preparan utilizando videos y presentaciones prestados de Internet. Durante la primera parte del taller, deportistas famosos animarán a los niños a actuar frente a una emergencia. Bailes y canciones les mostrarán de manera atractiva y sencilla cómo hacerlo. Y los enfermeros harán una exposición teórica con diapositivas de apoyo y una simulación, para clarificar los conceptos. En la segunda parte, los niños practicarán las maniobras aprendidas entre ellos, con los profesores y con maniquíes de simulación. Finalmente una encuesta valorará el interés de la actividad y el grado de satisfacción de los alumnos. En Noviembre de 2013, a lo largo de dos mañanas y ayudados por otra enfermera, Anaí, imparten el taller a los niños de 3º, 4º, 5º y 6º de primaria del colegio Antonio Machado de Gijón. Su intención es atraer la atención de chavales y profesores y lograr repetir anualmente la actividad, extendiéndola a los más pequeños. Para ello Raquel ha escrito un cuento, “Marcela la enfermera visita la escuela”, en el que la enfermera Marcela, en forma de rima, explica a los niños de entre 3 y 7 años las técnicas de primeros auxilios y les introduce en el mundo de la emergencia, la llamada al 112 y las maniobras salvadoras. De momento las ilustraciones son tomadas de Internet; pero todo se andará. La dinámica convence. Los profesores (a los que se busca formar conjuntamente con sus pequeños alumnos) piden un taller para adultos. Los padres del AMPA hacen lo propio. Todos salen contentos con la experiencia. Varios de ellos proponen estos talleres en los colegios de los hijos de amigos y familiares. Se unen más profesionales: enfermeros del Servicio de Atención Continuada (SAC) y del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) como Laura, Lorena y Marta; residentes de enfermería familiar y comunitaria, como Luis y Silvia…, lo que permite extender los talleres a otros centros. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 37 Cuesta convencer a los directores de los centros. Hay que implicar a todo el colegio, cuadrar calendarios, hablar con profesores, coordinar asignaturas, hacer coincidir grupos, disponer de una gran sala con proyector. Al principio han de ser los padres y los propios enfermeros los que insisten en la importancia de esta actividad y presionan para llevarla a cabo en los centros. Marta Nonide Robles, médico del SAMU y compañera de Felipe, había hecho pequeños talleres para los niños de Infantil del colegio de sus hijos. Se suma al proyecto y se compromete a ilustrar el cuento de Marcela. Acompaña a los enfermeros y EIRES colaborando en los talleres por los cada vez más numerosos colegios. Ya hay suficientes voluntarios para extender la práctica a los más pequeños. Marcela la enfermera se presenta en las aulas de Infantil en forma de dibujos que se pegan sobre cartones, y en el primer ciclo de Primaria a través de diapositivas llenas de color. Los peluches sustituyen a los muñecos de entrenamiento, y la guitarra y las canciones a la complicada teoría. A los niños se les pide que enseñen lo que han aprendido al menos a dos personas de su entorno. Y poco a poco, a través de los pequeños, cada vez más personas van conociendo los talleres y poniéndose en contacto con los promotores para proponerlos en los colegios de sus hijos. Cada vez son más los residentes que piden permiso a sus tutores para colaborar en los talleres. Se hacen presentaciones y dibujos propios. Aparecen nuevas ideas. ¿Cómo reaccionarían los chavales si los deportistas asturianos, sus ídolos, les hablaran directamente a ellos? Móvil en mano se buscan colaboraciones. Los futbolistas del Sporting y del Oviedo, David Villa, Samuel Sánchez, Rosa Fernández, los campeones de trial, son algunos de los que se animan sin dudarlo. Bomberos, rescatadores de montaña, médicos deportivos, cardiólogos, se suman a la campaña de concienciación “Tus manos pueden salvar vidas”. Un grupo de rock navarro, Cero a la Izquierda, pone música y letra al mensaje principal que se lanza a los chicos. “Llama al 112, tú puedes ayudar, tus manos pueden salvar”. Su canción acompaña los videos que muestran las sencillas maniobras que pueden salvar una vida. “Cuesta convencer a los directores de los centros. Hay que implicar a todo el colegio, cuadrar calendarios, hablar con profesores, coordinar asignaturas, hacer coincidir grupos, disponer de una gran sala con proyector” Muchos profesores muestran su preocupación de no verse capacitados, por más formación previa que reciban, de transmitir estos conocimientos y técnicas a sus alumnos en el caso de que la responsabilidad de la enseñanza obligatoria de esta materia recaiga sobre ellos. No se ven capaces de contestar preguntas que se salgan de la teoría concreta. Junto con los niños disfrutan de los talleres, aprenden, preguntan. El personal sanitario sí es capaz de resolver dudas en el momento y contar anécdotas clarificadoras. Una de las grandes ventajas de este sistema de formación. Y aparece la primera enfermera de Atención Primaria, Begoña, que quiere sumarse a la experiencia y que, con su decisión, da el espaldarazo definitivo al proyecto. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 38 3. “Un proyecto que engancha e ilusiona”. El proyecto “Con tus manos puedes salvar vidas” alcanza a enfermería de Atención Primaria. Los residentes, enfermeros vitales para la puesta en marcha de la iniciativa, no podrán continuarla al terminar su formación y marchar. Pero si fuera posible implicar a enfermería de Atención Primaria, se podría conseguir un gran avance: la repetición de los talleres año tras año. Ya no se trataría de otra iniciativa puntual, sino que podría perseguirse un sueño: la continuidad del proyecto. Si cada centro de salud pudiese asumir los colegios e institutos de su cupo, si los enfermeros de cada centro pudieran disponer de tiempo para realizar esta actividad dentro de sus competencias de atención a la comunidad, tal vez se pudiera conseguir. A principios de 2014 se habla con la subdirectora de Enfermería del área V, Ana Cao Fernández. Se le expone el proyecto con pósters, presentaciones, encuestas, certificados, estadísticas. Y la subdirectora, persona clave para lograr el objetivo, se entusiasma con la idea. Habla con las coordinadoras de los centros de salud. Se hacen varias sesiones para presentar el proyecto a todos los enfermeros de Primaria del área V. Los que quieren participar pueden cerrar sus agendas u organizarse de diferentes formas. Cada vez más y más enfermeros se suman al programa piloto. Dicen que “es un proyecto que engancha e ilusiona”, mejora el trabajo en equipo y la comunicación entre profesionales. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 39 4. El proyecto “Con tus manos puedes salvar vidas” cobra impulso. La idea se extiende fuera de Asturias Los niños responden. Impresiona ver cómo absorben los conceptos, cómo memorizan las canciones, cómo ejecutan las maniobras. En Septiembre de 2014, se abre la página de Facebook “RCP desde mi cole”, con la intención de concienciar a padres y profesores de la importancia de instaurar la educación sanitaria para la atención a la emergencia desde la más temprana edad. El blog “Cuentos para aprender a salvar vidas” contribuye enseñando y animando a actuar a los más pequeños mediante cuentos e historias adaptados a las diferentes edades. Se cuelgan vídeos y fotos que muestran a los niños, desde los 3 años de Infantil hasta los 15 años de la ESO, aprendiendo y practicando. Padres y profesores comparten. Las imágenes se extienden por toda Asturias, por gran parte de España, por Latinoamérica. Mucha gente se asombra al ver a niños de Infantil citando el número de emergencias 112, poniendo a un adulto en posición lateral de seguridad, practicando RCP y maniobras de desobstrucción de la vía aérea con sus peluches, haciendo la maniobra de Heimlich contra la pared a sus profesores. Profesionales que realizan talleres a niños mayores y adultos se impresionan al comprobar que sí es útil comenzar con la enseñanza de los niños de 3 a 5 años. Más y más personas se interesan por el método que permite enseñar técnicas de atención a la emergencia a niños tan pequeños. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 40 Las visitas y reproducciones de algunos videos se disparan. Se contestan más de 500 mensajes llegados de toda España y de varios países de América Latina detallando el método que se sigue en los talleres. Se comparten los vídeos y presentaciones con enfermeros de diferentes perfiles, médicos de familia, pediatras y otros especialistas, miembros de Protección Civil, bomberos, socorristas, técnicos de ambulancias; cientos de personas deseosas de llevar a cabo iniciativas parecidas en los colegios de sus hijos. Muchos enfermeros escriben orgullosos de pertenecer a este colectivo y deseosos de hablar con sus supervisores para animarles a comenzar este proyecto en sus comunidades. Entrevistas en programas de radio y televisión de Asturias ayudan a difundir el proyecto. El 16 de Octubre, día europeo del paro cardíaco, las camisetas naranjas con el logo “tus manos pueden salvar”, “con la RCP en colegios e institutos”, aparecen por primera vez en televisión, en la RTPA. El evento TEDx Gijón 2014 brinda al equipo la gran oportunidad de participar con una charla y un taller. A partir de aquí la difusión del proyecto es exponencial. 5. La ilusión se hace realidad En Diciembre de 2014 la ilusión se hace realidad. Enfermería de Atención Primaria del área V se compromete a realizar los talleres de enseñanza de las maniobras de atención a la emergencia en los colegios e institutos de los cupos de sus centros de salud. Y en Enero de 2015 toma el relevo y se hace cargo oficialmente del proyecto. En lo que va de año se están repitiendo los talleres en los colegios ya formados y no dejan de añadirse nuevos centros. Más de 12.000 chavales han realizado los talleres. Y las encuestas de satisfacción siguen avalando la iniciativa. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 41 Estos talleres no son ni sustituyen a los cursos oficiales de formación en RCP. Sólo tratan de acercar a niños y jóvenes, posibles testigos y primer eslabón de la cadena de supervivencia, al mundo del reconocimiento y la atención inicial de la emergencia; de proporcionarles conocimientos básicos y de enseñarles técnicas sencillas para que el día de mañana, aprendidas e interiorizadas, puedan usarlas con seguridad y sin miedo en el segundo eslabón de dicha cadena y, con sus manos, puedan salvar vidas. El proyecto está respaldado por la Gerencia y Dirección del Área V y su servicio de Cardiología. Ha sido propuesto como práctica de excelencia por el Instituto Asturiano Adolfo Posada (IAAP) y recientemente ha sido galardonado con el segundo premio a la mejor comunicación oral en el IX congreso nacional de la Federación de Asociaciones de Enfermería en Atención Primaria (FAECAP). Los conocimientos y habilidades han de refrescarse con frecuencia para no olvidarlos nunca. Luchemos por la calidad de la enseñanza sanitaria y por su continuidad a lo largo de las etapas escolares. No permitamos que todo este fantástico proyecto quede solo en un sueño. RqR – Vol. 3 Nº2, Primavera 2015 42 Bibliografía 1. Bravo Arteaga A. Escuchando a los niños y niñas ¿están preparados para afrontar situaciones de emergencia? En: IX Jornadas ABA. Educar para las emergencias y seguridad en el ámbito socioeducativo. Gijón: Asociación de Bomberos de Asturias, 2013. 2. Edcivemerg.com [página web]. Los niños de hoy pueden salvar una vida mañana. [acceso el 4 de mayo de 2015]. Disponible en: http://edcivemerg.com/. 3. Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de Educación Primaria. (Boletín Oficial del Estado núm. 52, de 1 de marzo de 2014). 4. Lozano Lázaro D, Rivera Sanz F, Rodríguez Alonso M, Rodríguez Herce C, Palacios Marín G. Primeros auxilios, una experiencia de Educación Sanitaria. Ciber Revista. Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias 2003 [acceso el 3 de mayo de 2015]; 18. Disponible en: http://enfermeriadeurgencias.com/ciber/PRIMERA_EPOCA/2003/diciembre/primeros.htm 5 .Piqué Prado W, Valdivielso Fernández de Valderrama B. Taller de prevención de accidentes y primeros auxilios. Una experiencia grupal con adolescentes. Metas Enferm 2002; 5(8): 1012. 6. OMS. Manual sobre educación sanitaria en atención primaria de salud. Ginebra: OMS, 1989. 7. Committee on Pediatric Emergency Medicine. Role of pediatricians in advocating life support training courses for parents and the public. 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