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Centro Islámico Árabe Salvadoreño Mezquita Dar Ibrahim – Mezquita de La Luz – Mezquita Palestina Tierra Santa Jutba del viernes 6 de noviembre de 2015 Inna al hamda lillah, nahmaduhu ua nasta‘inuhu ua nastagfiruh. Ua na‘udhu billahi min shururi anfusina ua min saii'ati a‘malina. Man iahdihillahu fala mudilla lah, ua man iudlil fala hadia lah. Ua ashhadu an la ilaha illa Aláhu uahdahu la sharika lahu ua ashhadu anna Mujámmadan ‘abduhu ua rasuluh - Ciertamente las alabanzas pertenecen a Aláh. A Él alabamos, pedimos ayuda y rogamos perdón. Nos refugiamos en Aláh contra el mal de nuestro ego y la maldad de nuestras acciones. Aquel a quien Aláh guía nada lo puede desviar, y aquel a quien Aláh desvía nada lo puede guiar. Atestiguo que nada ni nadie tiene derecho a ser adorado salvo Aláh, Único y sin copartícipes, y atestiguo que Mujámmad es Su siervo y Mensajero”. Ammabad (A continuación) 1º PARTE ¡Hermanos y hermanas en el Islam! Tengamos temor de Allah, pues la piedad es la mejor provisión y el camino más recto que todos debemos seguir. Allah dice en el Sagrado Corán: “¡Oh, creyentes! Teman a Allah como es debido y no mueran sino musulmanes sometidos a Él.” (Corán 3:102) “¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios y hablen solo con la verdad. [Si lo hacen,] Él hará virtuosas sus obras y perdonará sus pecados. Quien obedece a Dios y a Su Mensajero obtendrá un triunfo grandioso.” (Corán 33:70-71) Una de las bases fundamentales del Islam, citada claramente en el Corán, es la libertad religiosa. El Libro Sagrado en la Sura 2, versículo 256; reconoce que no hay imposición (ni coacción), en cuanto a la religión. Debido a ello, el Islam somete la cuestión de la creencia o la incredulidad, a la voluntad y la satisfacción del hombre o de la mujer. Dice el Corán en la sura 18, versículo 29: “Quien quiera creer, que crea, y quien no quiere creer, que no crea”. Ibn 'Abbás narró: "Cuando el Profeta envió a Mu'ádh al Yemen, le dijo: "Te dirigirás a una nación donde hay gente de la Escritura, así que la primera cosa a la cual los invitarás es a testificar el Tawhid de Alláh [Lá iláha illa Alláh (nadie tiene el derecho de ser adorado excepto Alláh)]. Si aceptan eso, infórmales que Alláh les ha ordenado cinco Salát (oraciones) obligatorias al día. Y si cumplen sus oraciones, diles que Alláh les ha ordenado pagar el Zakát sobre sus propiedades y que (éste) debe ser recaudado de los ricos entre ellos para dárselo a los pobres entre ellos. Y si aceptan eso, entonces recauda de ellos el Zakát, y evita tomar lo mejor de sus propiedades." [Al-Bujári] El Corán revela esta cuestión con claridad al Profeta, Muhammad, al anunciarle que lo que le corresponde es comunicar el Mensaje de Dios a la Humanidad y que él no tiene ningún poder para convertir a la gente al Islam; ya que la verdadera conversión proviene de Dios. En el sura 10, versículo 99 dice Dios: “¿Acaso puedes tú obligar a la gente a que sean creyentes?”. En la sura 88, versículo 22 dice: “No tienes potestad sobre ellos” y en la sura 42 versículo 48 dice: “Y si se apartan, no te hemos enviado como guardián de ellos. A ti sólo te incumbe comunicar”. Todo esto asegura que el Corán rechaza definitivamente obligar a la gente a convertirse al Islam. Es la persona quien voluntariamente acepta el Islam. No la coaccionamos; ni le ofrecemos enseñanzas de salvación automática; ni lo presionamos para que acepte al Islam. Simplemente le informamos sobre sus enseñanzas. El Islam ha definido el método que los musulmanes deben seguir en la divulgación del Islam, que es la sabiduría y la buena exhortación. Dice el Corán en la sura 16, versículo 125: “Llama al camino de tu Señor por medio de la sabiduría, la buena prédica y convenciéndoles de la mejor manera”. Todo esto basado en el Corán y en la sunna del Profeta Muhammad. A este respecto se citan en el Corán más de 120 versículos que llaman todos a la divulgación del Islam mediante el conocimiento, la sabiduría y el respeto de la libertad humana en aceptar o rechazar la religión. Después de conquistar la Meca y el definitivo triunfo, el Profeta liberó a todos los presos políticos y no obligó a ninguno a creer en el Islam al decirles: Idos. Sois todos libres. No se sabe en toda la historia del Islam que los musulmanes hayan obligado a nadie, sea cristiano o judío, a adoptar al Islam. El Islam afirma que existe un lazo especial entre los musulmanes, los judíos y los cristianos. Los judíos y los cristianos son mencionados como "la gente del Libro" en el Sagrado Corán, haciendo referencia a la gente de la Torá y los Evangelios. Los judíos los cristianos y los musulmanes son vistos como familiares, cuyas creencias están basadas en las escrituras reveladas y quienes comparten la tradición profética. En particular, el Sagrado Corán hace énfasis en la cercanía entre los seguidores del cristianismo y del Islam: "Encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que creen son los que dicen: "Somos cristianos" ". (Sagrado Corán 5:82) En el Sagrado Corán Dios ordena a los musulmanes (y de hecho a todos los creyentes sinceros) creer en Jesús, Moisés y todos los profetas bíblicos, que fueron enviados como misericordia para la humanidad: "Decid: "Creemos en Dios, y en lo que se hizo descender a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las Tribus, y lo que se le dio a Moisés y a Jesús y en lo que le fue dado a todos los profetas procedente de su Señor. No hacemos distinciones entre ellos y nos postramos ante Dios" (Sagrado Corán 2:136) La tolerancia del Islam no se limita a la "Gente del Libro", sino que se extiende a todos los creyentes sinceros y amantes de la verdad. Dios afirma en el Sagrado Corán: "Cierto que los que han creído, los que siguen el judaísmo, los cristianos y los sabeos, si creen en Dios y en el Último Día y actúan rectamente, tendrán su recompensa ante su Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán". (Sagrado Corán 2:62) Los creyentes sinceros de todas las religiones, de hecho, forman la comunidad de los justos, y Dios extiende Su gracia sobre ellos con justicia: "Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan, y a los que recuerdan mucho a Dios y a las que recuerdan; Dios les ha preparado el perdón y una enorme recompensa". (Sagrado Corán 33:35) Prueba de ello es la primera Constitución puesta por el profeta Muhammad después de haber emigrado a Medina, en la que cita que los judíos componen una parte de la sociedad de Medina junto con los musulmanes, y que aquéllos tienen el derecho de quedarse fieles a su religión. También el segundo califa, “Omar Ben al – Jattab, al entrar en Jerusalén, hizo un Convenio de seguridad con los cristianos en el que consta que éstos, sus iglesias y sus cruces están seguros y que no se debe obligar a ninguno de ellos a dejar su religión. Prueba de ello es que las Iglesias cristianas en Tierra Santa se mantienen intactas. Mahatma Gandhi: el héroe de la independencia india, escribió: “Los musulmanes nunca han caído en la arrogancia, incluso en los tiempos de su mayor grandeza y triunfo. El Islam alienta la admiración hacia el Creador del Universo y sus obras. Cuando Occidente vivía en un período de terrible oscuridad, la resplandeciente estrella del Islam que brillaba en el Este, trajo luz, paz y alivio a nuestro sufrido Mundo”. El Islam afirma inequívocamente el derecho de cada individuo a la libertad de pensamiento y religión. Si alguien se toma el tiempo necesario para leer el Corán y estudiar la vida del Profeta Muhammad, la paz sea con él, y la de sus compañeros, descubrirá que ellos construyeron una sociedad basada en el amor, la misericordia, la justicia y la hermandad. También encontrará que su aceptación del Islam fue resultado del uso de su razón y convicción, y no de la violencia, la compulsión o la opresión. El Sagrado Corán ordena: "No hay compulsión en la religión, la verdad se mantiene claramente diferenciada del error. Quien rechaza el mal y cree en Dios se ha sujetado al asidero más seguro, que nunca falla" (Sagrado Corán 2:256) El Islam insiste en que la gente, no sólo los musulmanes, debe disfrutar de la libertad de religión y adoración, considera los lugares de adoración son sagrados, sean éstos judíos, cristianos o musulmanes, y pide a los musulmanes que defiendan esta libertad de culto para todos. El Islam busca el establecimiento de una sociedad libre y universal en la cual todos puedan vivir disfrutando de la libertad religiosa a salvo y en igualdad. Dios dice: "Si Dios no se hubiera servido de unos hombres para combatir a otros, habrían sido destruidas ermitas, sinagogas, oratorios y mezquitas, donde se menciona en abundancia el nombre de Dios. Es cierto que Dios ayudará a quien Le ayude." (Sagrado Corán 22:40) Otro punto importante dentro de la tolerancia religiosa del Islam es la idea de que, donde existan diferencias de credo, sus seguidores deben relacionarse los unos con los otros sobre la base del respeto mutuo y la amabilidad. El Islam invita a los musulmanes a conducir este diálogo, y también las disputas, sobre asuntos religiosos, con un espíritu de amabilidad, sensibilidad y buenas intenciones y nunca con hostilidad o violencia. Dios dice en el Sagrado Corán: "Y no discutas con la gente del Libro sino de la mejor manera" (Sagrado Corán 29:46) El reconocimiento de que Dios es el Señor de todo, el Único Juez y el Conocedor de todo, es la razón por la que los musulmanes llevan sus discusiones con amabilidad: "Llama al camino de Tu Señor por medio de la sabiduría, la buena exhortación y una bella prédica". (Sagrado Corán 16:125) Incluso cuando se enfrentan a gentes que son hostiles a su fe y a ellos mismos, los musulmanes deben tomar el camino de la bondad, la paz y la unidad y responder con paciencia y amabilidad. Dios se dirige a los creyentes de la siguiente manera: "No son iguales la bondad y la maldad; responde con la mejor actitud y aquel con el que tenías enemistad se convertirá en un amigo ardiente" (Sagrado Corán 41:34) 2º PARTE Ejemplos de Tolerancia: Un día Umar ibn al-Jatab vio a un hombre pidiendo limosna en la calle y preguntó quién era ese hombre y le dijeron que era un judío. Umar lo tomó de su mano y lo llevó a su casa, le alimentó y le dio dinero y lo mandó al Tesoro de los musulmanes, diciendo, "dadle a este hombre del dinero de los musulmanes. ¿Acaso está permitido tomar su dinero (Jizya) cuando era joven y negárselo cuando es mayor? Eso no es posible en el Islam. Los cargos en los estados islámicos se le daban a los mejor calificados, independientemente de sus creencias u orígenes. Por ejemplo, ibn Athal, el médico cristiano, fue el doctor privado de Muawiya, el fundador del estado Omeya. Otro califa Omeya, Abdul Malik ibn Marwan, puso a dos cristianos, Atanasio e Isaac, en las posiciones más altas de Egipto. Adud al-Dawla, el califa Abbasí, hizo a Nasr ibn Harun, un cristiano, su primer ministro y le dio autoridad sobre Irak y el sur de Persia. El Islam garantiza a los no musulmanes sus derechos, junto a los de los musulmanes, entre ellos el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. El Profeta Muhammad, la paz sea con él, dijo: "Quien maltrata a un no musulmán o le impone cargas superiores a las que puede soportar, me encontrará como su enemigo". El Islam permite a los no musulmanes a vivir en tierras musulmanas con respeto y honor, lejos de imponer segregación, les permite participar completamente en la sociedad islámica y participar en las actividades de los musulmanes, de acuerdo a lo que establece Dios en el Corán: "Hoy se os hacen lícitas las cosas buenas. Y es lícito para vosotros el alimento de los que recibieron el Libro, así como el vuestro lo es para ellos. Y (son lícitas para vosotros) las mujeres libres y honestas que sean creyentes, así como las mujeres libres y honestas de los que recibieron el Libro antes que vosotros." (Sagrado Corán 5:5) Un musulmán debe tratar al no musulmán amablemente y debe solamente evitar hacer amistad con los que tengan enemistad contra el Islam. En caso de que esta enemistad cause ataques de violencia en contra de la existencia de los musulmanes, esto es, en caso de una guerra en contra de ellos, entonces los musulmanes deben responder con justicia, considerando las dimensiones humanas de la situación. Todas las formas de barbarismos, actos innecesarios de violencia y de agresión injusta está prohibido en el Islam. En otro verso, Dios advierte a los musulmanes en contra de esto y explica que la rabia que se siente en contra de los enemigos no debe ser la causa para caer en actos de injusticia. « ¡Vosotros que creéis! Sed firmes a favor de Allah, dando testimonio con equidad. Y que el odio que podáis sentir por unos, no os lleve al extremo de no ser justos. ¡Sed justos! Así se acerca más a la temerosidad. Y temed a Allah, es cierto que Él conoce perfectamente lo que hacéis. » (Corán 5: 8). La palabra Islam proviene de la raíz arábiga Salam, que significa paz y el Corán condena la guerra como un estado anormal de situaciones opuestas a la voluntad de Dios. El Islam no justifica una guerra totalmente agresiva o exterminadora; ya que el Islam reconoce que la guerra en ocasiones es inevitable y que algunas veces es un deber positivo debido a las opresiones y al sufrimiento. El Corán enseña que la guerra debe ser limitada y conducida lo más humanamente posible. El Profeta Muhammad no solamente tuvo que luchar con la gente de la Meca sino también con algunas tribus judías en el área, así como algunas tribus cristianas en Siria, que planearon una ofensiva en su contra. Pero esto no llevó al Profeta Muhammad a denunciar a la Gente del Libro (judíos y cristianos) o a pelear contra todos; sino sólo a defenderse de las tribus atacantes. Los musulmanes se vieron forzados a defenderse, no estaban llevando a cabo una Guerra Santa en contra de la Religión de sus enemigos. Cuando Muhammad mandó a Zaid como líder del ejército musulmán a pelear contra los cristianos les dijo: “Peleen por la causa de Dios valientemente pero háganlo humanamente. No debían molestar a sacerdotes, religiosas, monjes, ni tampoco a civiles débiles o gente no apta para pelear. No debe existir una masacre entre los civiles como tampoco se podrá cortar un solo árbol ni ningún edificio se podrá destruir”. Después de ello, se dictó una proclama del profeta Muhammad, válida hasta la consumación de los siglos; de amplia tolerancia, para todas las religiones, especialmente judíos y cristianos, los que son llamados “Ájel al kitab”, la gente del Libro. Hablar que el Corán fomenta el terrorismo es un error peligrosísimo y le hace juego al terrorismo, que es una minoría violenta, que ha existido históricamente y en los tiempos presentes, en todas las religiones. Finalmente en el caso del Islam, nosotros condenamos el terrorismo venga de donde venga; pero aquellos que dicen lo contrario, están justificando teológicamente al terrorismo y nos descalifican a la gran mayoría de musulmanes pacíficos, como nosotros. De esa forma otorgan incorrectamente una base coránica al terrorismo, convirtiéndolos en cumplidores de la religión islámica y así, el 99 % de los musulmanes pacíficos, quedaríamos descalificados incorrectamente. Suplicas: ¡Oh Allah, guíame! Hazme de los que has guiado, y sálvame de entre los que has salvado. Acéptame de entre los que has aceptado, y bendice lo que me has otorgado. Protégeme de lo que me has prescrito, porque sólo Tú juzgas y no puedes ser juzgado. ¡Oh Allah! Al que proteges, nunca será humillado, y al que rechazas, nunca será enaltecido. Bendito sea Allah en Su grandeza, y que la gracia sea con el Profeta Muhammad. ¡Oh Allah! Guíame a las buenas acciones, nadie más puede hacerlo. Y guíame a las mejores virtudes, pues sólo Tú tienes el poder de otorgar los favores. ¡Oh Allah! Protege este din que es nuestro sustento, y protege nuestra tierra que es donde vivimos, y protege nuestra última vida a la cual nos dirigimos. Haz que nuestra vida sea una acumulación de buenas obras, y que nuestra muerte sea una manera de evitar el mal.