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UNIDADTEMÁTICA ATENCIÓN DE ENFERMERÍA AL PACIENTE CON TRASTORNOS EN LA PIEL 1.REPASO DE ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA TEGUMENTARIO La piel es el sistema orgánico más grande del cuerpo y resulta indispensable para la vida humana. Constituye una barrera entre los órganos internos y el medio externo, además de participar en muchas funciones vitales del cuerpo. La piel está contigua a las mucosas de las aberturas al exterior de los sistemas digestivo, respiratorio y urogenital. ANATOMÍA DE PIEL, CABELLO, UÑAS Y GLÁNDULAS CUTÁNEAS La piel se compone de tres capas: epidermis, dermis y tejido subcutáneo. . Epidermis La epidermis es la capa más externa y se compone de células epiteliales estratificadas. Su espesor varía de 0,1 mm hasta casi 1 mm en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Distintas capas forman la epidermis (ver esquema adjunto) Cada capa es más diferenciada (es decir, más madura y con funciones más específicas) conforme se avanza del estrato basal en la capa germinativa al estrato más externo de la capa córnea La epidermis contigua a las mucosas y el revestimiento de los conductos auditivos se compone de células vivas en división continua y está cubierta en la superficie por células muertas que primero se hallaban en capas más profundas de la dermis pero fueron empujadas hacia arriba por células menos diferenciadas recién, desarrolladas debajo de ellas. Esta capa externa es reemplazada casi por completo cada 3 a 4 semanas. Las células muertas contienen grandes cantidades de queratina, una proteína fibrosa insoluble que forma la barrera más externa de la piel y posee la capacidad para repeler agentes patógenos e impedir pérdidas excesivas de líquidos corporales. La queratina es el principal ingrediente endurecedor del cabello y las uñas. Los melanocitos son células epidérmicas cuya principal función es producir el pigmento melanina, que da color a la piel y el cabello. El color de la piel se oscurece conforme se incrementa su contenido en melanina. Casi toda la piel de personas de color oscuro y las áreas más oscuras de la piel de personas de color claro (p.ej.,los pezones) contienen mayor cantidad de este pigmento. El color normal de la piel depende de la raza y varía de pálido, casi como el marfil, a moreno oscuro, casi negro. Muchas enfermedades sistémicas también afectan el color de la piel. Por ejemplo, la piel se vuelve azul oscura cuando la oxigenación de la sangre es insuficiente, amarillo verdosa en personas con ictericia o roja en caso de inflamación o fiebre. En el encéfalo, el hipotálamo secreta una hormona (llamada Hormona Estimulante del Melanocito) que regula la producción de melanina; se cree que este pigmento absorbe luz ultravioleta de la luz solar. En la epidermis también son comunes las células de Merkel y Lagerhans; las primeras son receptores que transmiten estímulos al axón por medio de una sinapsis química. Las células de Langerhans pueden desempeñan un papel significativo en las reacciones del sistema inmunitario cutáneo; es decir son accesorios aferentes del sistema inmunitario que procesan antígenos invasores y los transportan al sistema linfático para activar los linfocitos Características Las características de la epidermis varían en diferentes áreas del cuerpo. En las palmas de manos y plantas de los pies es más gruesa y con mayor cantidad de queratina. El espesor de la epidermis se incrementa con el liso y, como resultado, se forman callos en las manos o en los pies. La unión entre la epidermis y la dermis es un área con muchas ondulaciones y surcos llamado borde ondulado. Esta unión ancla la epidermis a la dermis y permite el libre intercambio de nutrientes esenciales entre ambas capas. El entrelazamiento entre la dermis y la epidermis forma bordes en la superficie de la piel. En las puntas de los dedos de la mano, estos bordes son conocidos como huellas digitales, que son la característica física más indeleble de una persona y rara vez cambian. Dermis La dermis constituye la mayor parte de la piel y le confiere resistencia y estructura. Se compone de dos capas: papilar y reticular. La primera de estas –capa papilar- se encuentra justo bajo la epidermis y se compone sobre todo de células fibroblásticas producidas de fibras de colágeno (principal componente del tejido conjuntivo). La capa reticular está situada debajo de la papilar y también produce colágeno y haces de fibras elásticas. Además, la dermis también contiene vasos sanguíneos y linfáticos, nervios, glándulas sudoríparas y sebáceas y raíces pilosas. A menudo se dice que la dermis es la <<verdadera piel>>. Hipodermis El tejido subcutáneo, o hipodermis, es la capa más interna de la piel. Está formado principalmente por tejido adiposo Actúa como cojín amortiguador de las capas cutáneas, músculos y huesos. Favorece la movilidad de la piel, moldea los contornos del cuerpo y al cuerpo del exterior. La grasa se deposita y distribuye según el género de la persona, lo cual es una de las causas de la diferencia entre la forma del cuerpo de varones y mujeres. Con la comida excesiva se incrementa el depósito de grasa bajo la piel. El tejido subcutáneo y la cantidad de grasa depositada son factores importantes en la regulación de la temperatura corporal. Pelo El pelo es una excrecencia de la piel de todo el cuerpo, excepto en palmas de las manos y plantas de los pies. El pelo consta de una raíz formada en la dermis y el tallo del pelo que se proyecta fuera de la piel. Crece dentro de una cavidad llamada folículo piloso. La proliferación de células en el bulbo piloso forma el tallo del pelo. Los folículos pilosos pasan por ciclos de crecimiento y de reposo. La velocidad del crecimiento es variable; el pelo de la barba es el que crece más rápido, seguido por el pelo del cuero cabelludo, axilas, muslos y cejas. El pelo del cuero cabelludo en fase de crecimiento o anágena puede durar creciendo hasta 6 años, pero en la fase telógena o de reposo el crecimiento sólo dura unos 4 meses. Durante la fase telógena, el cabello se desprende del cuerpo. El folículo piloso se recicla de manera espontánea en la fase de crecimiento; también es posible inducir este reciclamiento al arrancar el pelo. En todo el cuerpo se encuentran pelos en crecimiento y en reposo, unos juntos a los otros, alrededor de 900 de los 100000 folículos pilosos del cuero cabelludo normal se hallan en fase de crecimiento diariamente se corresponde; del cuero cabelludo de 50 a 100 pelos. Al lado del folículo piloso se encuentra una pequeña prominencia donde se alojan citoblastos que migran hacia la raíz del folículo para iniciar el ciclo de reproducción del tallo. Las prominencias también contienen células madres que migran para formar parte de la localización de estas células en el tallo del pelo, en vez de la base, es un factor importante en la pérdida del pelo. Aunque una inflamación lesione la raíz del pelo es posible que éste vuelva a crecer. Sin embargo si la inflamación afecta a las paredes del folículo piloso destruirá los citoblastos y el pelo no volverá a crecer. En ciertos sitios del cuerpo las hormonas sexuales controlan el crecimiento del pelo. El ejemplo más claro es el crecimiento del vello: de la cara (o sea barba y bigote), pecho y espalda guiado por hormonas masculinas conocidas como andrógenos. Algunas mujeres con altas concentraciones de testosterona tienen vello en áreas generalmente consideradas masculinas, como el pecho y abdomen bajo. Con frecuencia, ésta es una variación genética normal, pero cuando se acompaña de irregularidades menstruales y cambios del peso corporal puede indicar un desequilibrio hormonal. El pelo cumple diversas funciones en las distintas partes del cuerpo. El pelo alrededor de los ojos (cejas y pestañas), así como en la nariz y los oídos filtran polvo del medio, insectos y bacterias acarreados por el aire. El pelo de la piel proporciona aislamiento térmico en mamíferos con vello o pelo. Con el frío o el miedo esta función se refuerza por medio de piloerección (o sea, los «se paran de punta»), causada por la contracción de músculos erectores unidos al folículo piloso. Es probable que la respuesta de piloerección observada en humanos sea vestigial (es decir, rudimentaria). El color del pelo se debe a diferentes cantidades de melanina en el tallo del pelo. El pelo gris o blanco indica pérdida del pigmento. Algunos trastornos endocrinos afectan la cantidad y distribución del pelo. Por ejemplo, el Síndrome de Cushing causa hirsutismo (sobre todo en mujeres) y de hipotiroidismo (o sea, actividad disminuida de la glándula tiroides) ocasiona cambios en la textura del pelo. En general, la alopecia es una perdida amplia del pelo debido a diversos factores. La quimioterapia y la radioterapia causan adelgazamiento del pelo o debilitamiento del tallo del pelo. Varios trastornos autoinmunitarios, como lupus eritematoso sistémico y alopecia areata provocan pérdida de pelo en áreas definidas más pequeñas. Una foliculitis del cuero cabelludo causa inflamación de la raíz del pelo y alopecia cicatricial. Uñas Sobre la superficie dorsal de los dedos de los pies y manos la piel está cubierta por una placa de queratina transparente llamada uña que crece desde su raíz, situada bajo un delgado pliegue de piel llamado cutícula, y protege a los dedos de pies y manos para que, conserven funciones sensoriales muy desarrolladas , por ejemplo para levantar objetos pequeños. El crecimiento de las uñas continúa durante toda la vida, con un crecimiento promedio de 0,1 mm diario. El crecimiento es rápido en las uñas de la mano que en las uñas de los pies y con envejecimiento tiende a ser más lento. La renovación completa de una uña en la mano tarda alrededor de 170 días, en tanto que en las uñas del pie toma 12 a 18 meses . Glándulas de la piel La piel posee dos tipos de glándulas: las sebáceas y las sudoríparas. Las glándulas sebáceas se relacionan con los folículos pilosos y sus conductos vierten sebo en el espacio situado entre el folículo piloso y el tallo del pelo, para lubricar el pelo y dar suavidad y flexibilidad a la piel. La piel de casi toda la superficie corporal contiene glándulas sudoríparas pero éstas se hallan mucho más concentradas en las palmas de las manos y en las plantas de los pies; las únicas partes desprovistas de estas glándulas son el glande del pene, los labios, oído externo y lecho ungueal. Las glándulas sudoríparas se subclasifican en dos categorías: ecrinas y apocrinas. Las glándulas sudoríparas ecrinas se encuentran en todas las áreas de la piel y sus conductos desembocan directamente en la superficie cutánea. La base de estas glándulas tiene una porción en espiral, donde se produce una secreción acuosa delgada, llamada sudor, y es liberada por el estrecho conducto glandular. El sudor se compone principalmente de agua y su concentración de sal es casi igual a la mitad de la que contiene el plasma sanguíneo. Las glándulas ecrinas secretan sudor como reacción a los aumentos de las temperaturas del medio y del cuerpo. El sistema nervioso simpático regula la velocidad de secreción del sudor. Además, tomo respuesta al dolor y el estrés se puede producir secreción excesiva de sudor en palmas de las manos, plantas de los pies, axilas, frente y otras áreas. Las glándulas sudoríparas apocrinas son de mayor tamaño que las glándulas ecrinas; se localizan en axilas, región anal, escroto y labios mayores; por lo regular, sus conductos se abren en folículos pilosos. Las glándulas apocrinas se activan en la pubertad y, en las mujeres, aumentan y disminuyen de tamaño en cada ciclo menstrual. Las glándulas apocrinas producen un sudor lechoso que a veces es descompuesto por las bacterias para producir el olor característico de la axila. El oído externo contiene glándulas apocrinas especiales llamadas glándulas ceruminosas, productores del cerumen (o sea, la cerilla) FUNCIONES DE LA PIEL Protección La piel cubre casi todo el cuerpo aunque no tiene más de 1 mm de espesor, es una barrera protectora muy eficaz contra bacterias invasoras y otros materiales extraños. La piel engrosada en las palmas de las manos y en las plantas de los pies protege contra los efectos de los continuos traumatismos en estas áreas. El estrato corneo de la capa mas externa de la epidermis constituye la barrera más eficaz contra la perdida de agua por la epidermis por la penetración de factores ambientales como sustancias químicas, microbios y picaduras de insectos. En el estrato córneo se sintetizan varios lípidos que constituyen la base de la función barrera de esta capa; se tratan de lípidos de cadena larga, más adecuados que los fosfolípidos para resistir el agua. En el estrato corneo, los lípidos crean una barrera relativamente impermeable a la pérdida de agua y a la entrada de microbios y otras sustancias que hacen contacto con la superficie de la piel. Algunas sustancias penetran en la piel, pero encuentran resistencia para desplazarse a través de los conductos situados entre las células del estrato córneo. Los microbios y hongos pueden penetrar si se produce alguna rotura en la barrera de la piel. La unión de la dermis con la epidermis es la capa basal compuesta por colágeno y cumple cuatro funciones, sirviendo como armazón para organizar el tejido y es una plantilla parar la regeneración del mismo; posee permeabilidad selectiva para la filtración de suero; es una barrera física entre diferentes tipos de células y, por último, fija el epitelio a las capas celulares subyacentes. Sensibilidad Las terminaciones de nervios receptores en la piel permiten al cuerpo vigilar de manera continua el estado del medio externo inmediato. Las principales funciones de las terminaciones cutáneas de nervios receptores son detectar temperatura, dolor, tacto ligero y presión (o tacto pesado). A cada estímulo diferente responden terminaciones nerviosas diferentes; aunque éstas se hallan distribuidas en todo el cuerpo, están más concentradas en unas áreas que en otras. Por ejemplo, las puntas de los dedos de la mano poseen una inervación más densa que la piel de la espalda. Equilibrio hídrico El estrato córneo, la capa más externa de la epidermis, tiene capacidad para absorber agua; por tanto, evita pérdidas excesivas de agua y electrólitos del interior del cuerpo y retiene humedad en el tejido subcutáneo. A veces, cuando la piel se lesiona, como en una quemadura grave, se pierden con rapidez grandes cantidades de líquido y electrólitos, lo que puede ocasionar colapso circulatorio, choque y muerte. La piel no es del todo impermeable al agua y pequeñas cantidades de líquido se evaporan de manera continua de la superficie cutánea. En un adulto normal, tal evaporación, llamada transpiración insensible, es de hasta 600 mL al día, más o menos. La pérdida insensible de agua varía con la temperatura del cuerpo y del medio; así, en personas con fiebre esta pérdida es mayor y durante inmersión en agua, la piel puede acumular agua hasta tres o cuatro veces su peso normal, como se aprecia por la hinchazón cutánea que se observa después de un baño prolongado. Regulación de la temperatura Como resultado del metabolismo de los alimentos para producir energía, el cuerpo genera calor de manera continua. Este calor se disipa sobre todo a través de la piel. La pérdida de calor hacia el medio se realiza por tres procesos físicos principales. El primer proceso, radiación, es la transferencia de calor a otro objeto separado que se halla a menor temperatura. El segundo proceso, conducción, es la transferencia de calor del cuerpo a un objeto más frío con el cual está en contacto. El tercer proceso, convección, debido al movimiento de moléculas de aire caliente que se alejan del cuerpo, es la transferencia de calor, por conducción, al aire que rodea el cuerpo. La evaporación desde la piel ayuda a perder calor por conducción. El calor es conducido a través de la piel al interior de moléculas de agua situadas sobre su superficie, lo que causa la evaporación del agua, que puede hallarse sobre la superficie por y transpiración insensible, sudor o humedad del medio. Normalmente se usan todos estos mecanismos para perder calor. Sin embargo, cuando la temperatura del medio es muy alta, la radiación y la convección son ineficaces, de modo que la evaporación se convierte en el único proceso eficaz para perder calor. En condiciones normales, las pérdidas de calor equilibran la generación metabólica de calor y la temperatura interna del cuerpo se mantiene constante alrededor de 37°C (98,6 ºF). El ritmo de la pérdida de calor depende sobre todo de la temperatura cutánea de la superficie, que es una función del riego sanguíneo de la piel. En condiciones normales, el total de sangre que circula a través de la piel es de alrededor de 450 mL/min, o sea, 10 a 20 veces la cantidad de sangre requerida para proporcionar los metabolitos y el oxígeno necesarios. El flujo de sangre a través de los vasos cutáneos depende sobre todo del control ejercido por nervios del sistema simpático. El incremento del flujo de sangre a la piel conlleva mayor suministro de calor a la piel y en consecuencia, mayor rapidez de pérdida de calor del cuerpo. Por el contrario, con la reducción del flujo de sangre a la piel disminuye la temperatura cutánea, lo que ayuda a conservar el calor del cuerpo. Cuando la temperatura corporal empieza a descender, como sucede en días fríos, los vasos sanguíneos de la piel se contraen y por tanto, se aminora la perdida de calor del cuerpo. La sudoración es otro proceso por el cual el cuerpo regula la rapidez de las pérdidas de calor. Este proceso no se produce mientras la temperatura central del cuerpo no exceda de 37ºC, sin importar cual sea la temperatura de la piel. En medios de calor extremo, el ritmo de producción de sudor puede alcanzar hasta 1L/h. En ciertas circunstancias (p.ej.,estrés emocional), la sudoración puede ocurrir como un reflejo, tal vez sin relación con necesidad alguna de perder calor del cuerpo. Producción de vitamina D La luz UVA que incide en la piel convierte sustancias y produce las necesarias para la síntesis de vitamina D (colecalciferol) que es indispensable para evita osteoporosis y raquitismo, trastornos debidos a la deficiencia de vitamina D, calcio fósforo y que ocasionan deformaciones óseas. Función en la respuesta inmunitaria Por medio de investigaciones, se ha confirmado que las células de Langerhans cumplen una acción definida en la captación de inmunoglobulina E en relación con la de alérgenos. Esta función es crucial en la patología de la dermatitis atópica y otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis alérgica. Tal descubrimiento fundamentó el concepto de un mecanismo sistémico regulador que puede desencadenar enfermedades alérgicas y es indicio de que la a acción desencadenante puede agravarse por la inflamación local de eccema atópico. CONSIDERACIONES GERONTOLÓGICAS En la piel se producen muchos cambios fisiológicos relacionados con el envejecimiento normal. Una vida entera de exposición excesiva al sol, enfermedades sistémicas y mala nutrición amplían el espectro de trastornos cutáneos e incrementan la rapidez de su desarrollo. Además cientos de medicamentos (p.ej. antihistamínicos, antibióticos…) son fotosensibilizantes y agravan las lesiones causadas por exposición al sol. El resultado es mayor vulnerabilidad a ciertas lesiones y enfermedades. En consecuencia, es frecuente que las personas de edad avanzada padezcan trastornos de piel. Los principales cambios cutáneos en la personas de mayor edad son sequedad, arrugas, pigmentación irregular y diversas lesiones proliferativas. Un cambio celular importante relacionado con el envejecimiento es el adelgazamiento de la unión entre la dermis y la epidermis. El resultado de este adelgazamiento es la disminución de sitios de fijación entre las dos capas de la piel, lo cual significa que lesiones a la epidermis e incluso estrés menor puedan causar deslizamiento entre las capas y separación de la dermis. Este fenómeno es causa de mayor vulnerabilidad de la piel envejecida a traumatismos. Con el avance de la edad, epidermis y dermis se adelgazan y aplanan con lo que se forman arrugas, hundimientos y superposición de los pliegues cutáneos. Con la pérdida de sustancias del tejido subcutáneo (elastina, colágeno y grasa) disminuye la protección y acojinamiento para los tejidos y órganos subyacentes, se reduce el tono muscular y el resultado es una pérdida de las propiedades aislantes de la grasa. Con el envejecimiento el reemplazo de las células se vuelve más lento. A medida que adelgazan las capas dérmicas, la piel se hace frágil y transparente. Con la edad también se altera el riego sanguíneo de la piel, sobre todo las asas capilares, disminuyen en el número y calibre. Estos cambios vasculares causan retardo en la cicatrización de heridas, como se observa en pacientes de edad avanzada. También disminuyen el número y la capacidad funcional de las glándulas sudoríparas y sebáceas, lo que ocasiona que la piel se vuelva seca y escamosa. Se cree que la menor concentración de andrógenos influye en la declinación funcional de las glándulas sebáceas. El crecimiento de pelo disminuye gradualmente, en especial sobre la parte inferior de las piernas y el dorso de los pies. Por lo general se adelgaza el pelo del cuero cabelludo, axila y áreas púbicas. Otras funciones afectadas por el envejecimiento normal son la función de barrera de la piel, la percepción sensorial y la termorregulación. La fotosenilidad, o lesiones por exposición excesiva al sol, tiene efectos nocivos sobre el envejecimiento normal de la piel. Toda la vida de trabajo y actividades a la intemperie (p. ej., trabajos en la construcción, como salvavidas o tomar baños de sol) sin uso de prudente de filtros solares pueden ocasionar la formación de arrugas profundas, mayor pérdida de elasticidad, áreas moradas o pigmentadas, atrofia cutánea o lesiones benignas o malignas. Muchas lesiones de la piel, son resultado del envejecimiento normal. La identificación de estas lesiones permite al examinador ayudar al paciente a reducir su preocupación por las modificaciones de su piel. El cuadro 55-1 presenta un resumen de algunas lesiones cutáneas por envejecimiento que es posible pronosticar; son normales y no requieren atención especial, salvo en caso de infección o irritaci Anatomía de la piel Anatomía del folículo piloso Anatomía de la uña (frontal y lateral)