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IMPACTO DE LA CRISIS SOBRE LAS RELACIONES LABORALES Y SOBRE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL Los jóvenes son generalmente los primeros en perder sus puestos de trabajo en tiempos de crisis económica y los últimos en obtener un empleo cuando la economía se recupera. En todo el mundo, unos 211 millones de personas desempleadas en 2009, casi el 40 por ciento, o unos 81 millones, tenían entre 15 y 24 años de edad. En 2009, el número de jóvenes desempleados aumentó en 6,7 millones. En América Latina la tasa de de desempleo juvenil aumentó de 14,3 a 16,1 por ciento entre 2008 y 2009. Esta situación de desempleo empeora aún más por el gran número de jóvenes involucrados en empleos de mala calidad y mal remunerados, con acuerdos laborales discontinuos e inseguros, incluyendo la economía informal. Alrededor de 16 millones de trabajadores jóvenes en la región tienen empleos precarios. Por otra parte, el porcentaje de trabajadores jóvenes (de 15 a 19 años) que participan en la economía informal en las zonas urbanas aumentó un 5,3 puntos porcentuales entre mediados de 2007 y mediados de 2009 para llegar a 52,3 por ciento, mientras que un 25 por ciento de los trabajadores jóvenes estaban empleados de manera informal por las empresas que operan en la economía formal. Por un lado se observan efectos negativos, y por otro lado, algunos sectores empresariales caen en la tentación de aprovechar las circunstancias para deshacerse de personal y/o disminuir los beneficios a los/as trabajadores/as, afectando de manera directa la producción real. De acuerdo al instrumento “Pacto Mundial para el Empleo de la OIT –adoptado en 2009”, se ha definido como “una respuesta a la crisis basada en el trabajo decente”. En este sentido tanto para la OIT, como para la CSA, este programa de enfrentamiento de la crisis, centra sus propuestas y compromisos para dejar de lado las tradicionales soluciones neoliberales y así poder centrarse en los derechos laborales para la población en general y la intervención estatal en la economía y estos se enuncian a continuación: El respeto de los derechos de los/as trabajadores/as, la promoción de las normas internacionales del trabajo, la formulación de políticas activas de empleo, La ubicación del pleno empleo y el trabajo decente en el centro de la política económica, El impulso de la demanda, La creación directa de los puestos de trabajo, La formulación de paquetes de estímulos macroeconómico, La ejecución de obras públicas y de inversiones en infraestructura, Investigación y desarrollo, El impulso de servicios públicos y la regulación de la economía. Efectos específicos de la crisis sobre el Derecho del trabajo En la región de América Latina, muchas empresas afectadas por la crisis, pueden verse inclinadas y obligadas a prescindir de personal, procurar la disminución de los salarios y la desmejora de otras condiciones de trabajo, afectando directamente a los/as jóvenes. Así mismo, se dificulta la negociación colectiva y se alienta el recurso a la celebración de convenios in pejus, e inevitablemente se alienta la conflictividad. En general, puede decirse que las crisis tienden a acentuar las desigualdades (la desigualdad genérica entre capital y trabajo, tanto como las desigualdades específicas entre grupos de trabajadores, por edad, género, nacionalidad, etnia, etc.), ya que afecta más o primero a los más débiles que en este caso son los/as jóvenes como lo hemos mencionado anteriormente. Por tanto, puede decirse que ante la crisis, el derecho de trabajo puede reaccionar de dos maneras diferentes. Por un lado, puede debilitar la protección apostando, de conformidad con el modelo neoliberal, a que la disminución de costos permita al empresario mejorar su rendimiento y así, mantener o generar empleo. Esto es lo que ha sucedido generalmente, desde la década de los ’70. Pero por el otro lado, el Derecho del trabajo puede enfrentar la crisis de una manera más propia de su función tradicional, esto es, manteniendo o aún aumentando la protección para desestimular la transferencia del costo de la crisis a la parte más débil: puédese, por ejemplo, limitar la posibilidad del despido o aumentar su costo, se puede crear o mejorar un sistema de seguro de paro, etc. Instrumentos laborales de enfrentamiento de las crisis La batería de instrumentos con que puede contar el Derecho Laboral para hacer frente a la crisis puede ser sistematizada, por lo menos, en tres grandes grupos: (a) instrumentos de anticipación o de previsión, que operan antes de la crisis; (b) instrumentos de reparación, que operan ex post (ya hubo trabajadores dañados, ya hubo trabajadores perjudicados, por lo que ahora se trata de reparar los daños provocados ); y (c) instrumentos que podríamos llamar mixtos o intermedios, que según el caso, operan anticipadamente o como reparación posterior. Por otro lado, habría que agregar: (d) la reivindicación del papel de las normas laborales como instrumento protector de los trabajadores dentro y fuera de los contextos de crisis. Y finalmente, parecería indispensable, (e) la acción sindical. Los Instrumentos de previsión o anticipación de la crisis son: El Dialogo Social, La Negociación Colectiva, La Reducción de la Jornada Laboral y El Conflicto Colectivo. El diálogo social en todas su formas (información, consulta, participación, negociación colectiva bi y tripartita, acuerdos marco, pactos sociales, concertación, etc.), es sin lugar a dudas, un instrumento privilegiado de prevención o anticipación a los efectos de la crisis. Así lo declara el ya mencionado “Pacto Mundial para el Empleo”, de la OIT. En general, a pesar de su importancia, el diálogo social es una asignatura pendiente de América Latina hacia la Juventud, a diferencia de lo que preponderantemente acontece en Europa. Por otro lado, aún en los países en los que está más asentada, la herramienta del diálogo social no siempre es utilizada. En el Uruguay, por ejemplo, a comienzos de 2009, o sea, apenas percibidos los primeros efectos de la crisis, se verificaron dos experiencias contradictorias en el mismo sector, el automotriz, que son dos ejemplos antitéticos, de lo que se debe y lo que no se debe hacer. Primer caso. En una empresa automotriz supuestamente afectada por la crisis, sin aviso previo, se suspende a un número importante de trabajadores, enviándolos al seguro de paro (da la impresión inclusive de que se incluyó a varios dirigentes sindicales y que de alguna manera se aprovechaba la excusa para adoptar una medida antisindical). Respuesta inmediata: ocupación de la empresa. Consecuencia posterior: intervención de la autoridad administrativa del trabajo para tratar de solucionar el conflicto, que fue tan intenso como prolongado. Segundo caso. En los mismos días, en el mismo sector, otra empresa similar maneja el tema de manera totalmente distinta. Pierde importantes pedidos de exportación de auto partes y entonces llama al sindicato, le da toda la información, y le consulta: “muchachos, este es el panorama, qué hacemos con esto“. Se inicia un proceso de negociación del cual surge un acuerdo: en vez de despedir o suspender a un grupo de trabajadores, se acuerda un sistema de envío rotativo al seguro de paro, no hay un solo día de conflicto y las autoridades nacionales no tienen necesidad de intervenir. ¿Por qué? Porque hubo información, porque hubo consulta, porque hubo una negociación, es decir, en este caso el diálogo social funcionó, se lo utilizó correctamente. En el otro caso, no. La negociación colectiva propiamente dicha es también, como surge de los últimos ejemplos mencionados, un elemento de diálogo social de especial utilidad en este caso. Así, por ejemplo, es posible negociar colectivamente “cláusulas de salvaguarda” que prevean que en caso de verificarse cambios radicales en las condiciones económicas que se tuvieron en cuenta para la celebración del acuerdo, cualquiera de las partes podría solicitar la renegociación de tales condiciones. También es posible negociar “cláusulas de descuelgue”, de conformidad con las cuales a una empresa que afronte dificultades económicas que le impida solventar los niveles salariales pactados en el convenio de rama, puede solicitar que se discuta su concreta situación. Cabe agregar que la legislación argentina prevé, desde antes de la coyuntura desencadenada a fines de 2008, una especial “negociación colectiva de crisis”. La reducción de la jornada es un tercer instrumento de anticipación, que proviene de una propuesta de los sindicatos europeos que se manejó insistentemente hace algunos años bajo el lema “trabajar menos para trabajar todos“, es decir, repartir el empleo existente. Aplicada a las situaciones de crisis, la propuesta consistiría en reducir el tiempo de trabajo y complementar o “llenar” ese tiempo reducido con capacitación. Desde hace tiempo, Brasil tiene un sistema de suspensión del contrato de trabajo para capacitación, con control sindical y financiación estatal, por un máximo de seis meses. Un convenio colectivo reciente de una empresa maderera uruguaya, prevé una reducción de la jornada semanal, con disminución salarial y compromiso de no envío de trabajadores al seguro de paro. En Nueva Zelandia se previó que cada diez días de trabajo efectivo, uno sea dedicado íntegramente a capacitación, con financiación estatal. El conflicto colectivo también es, claro está, un instrumento de enfrentamiento a los efectos de las crisis sobre los trabajadores y como tal, puede operar tanto preventivamente – intentando evitar que tales perjuicios se produzcan -, como a posteriori, con la finalidad de reparación de los daños causados. Es interesante destacar que precisamente en el marco del enfrentamiento de esta crisis, se habría verificado un cierto resurgimiento de la ocupación del lugar de trabajo en países en los cuales esta medida no era de uso frecuente. Se habría registrado esta estrategia en casos de riesgo de cierre de plantas o de reducción de la plantilla en Argentina, Inglaterra, Canadá, Francia, Irlanda, Polonia y Estados Unidos. LA ACCIÓN SINDICAL ANTE LA CRISIS El sindicato es, probablemente, el primer instrumento laboral de acción ante la crisis. La sola presencia de una organización sindical fuerte constituye un preventivo de algunos de los efectos perniciosos de la crisis para los/as trabajadores/as. Pero la acción sindical no se agota en esa función profiláctica, sino que también juega un papel fundamental en la puesta en práctica de las demás acciones reparatorias ya reseñadas. Siendo por un lado, sujeto de la negociación colectiva, del diálogo social y del conflicto, y por otro, grupo de presión o factor de poder que incide en la adopción de leyes y decretos, del sindicato depende – al menos en parte -, el funcionamiento de esas herramientas. Ahora bien, parece claro que la estructura sindical predominante en Latinoamérica limita severamente ese papel del sindicato o su eficacia. En efecto, ¿en qué medida un sindicato por lo general débil, de baja representatividad y claramente atomizado, puede afrontar con éxito una presión tan fuerte como la derivada de una crisis económica severa y sobre todo, de una dimensión global o, por lo menos, internacional? ¿En qué medida un sindicato de empresa, como el prevaleciente en la mayor parte de los países latinoamericanos puede confrontar un fenómeno que lo rebasa ampliamente? Hay allí un problema de escala que es insuperable para el sindicato de empresa. Por otra parte, debe agregarse que, habida cuenta del origen externo de la crisis y su difusión internacional, parece claro que los ámbitos regionales e internacionales son, asimismo, particularmente apropiados – por no decir necesarios - para el diálogo social y la acción sindical en general. Esta ya no puede ser solamente nacional. Es indispensable la regionalización e internacionalización del sindicato, la negociación colectiva y el conflicto. EL TRABAJO DECENTE PARA LA JUVENTUD: UNA PRIORIDAD PARA LA CSA La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas fue fundada en marzo del 2008 en la Ciudad de Panamá y es la más grande organización sindical del continente. La CSA es la rama hemisférica de la Confederación Sindical Internacional (CSI) y representa en el continente a más de 50 millones de trabajadores y trabajadoras pertenecientes a 66 organizaciones nacionales repartidas en 29 países. En su Programa de Acción la CSA se compromete a empoderar a la Juventud Trabajadora como sujeto social y sindical, que tenga pleno ejercicio de sus derechos políticos, laborales y sociales, esto, tomando en cuenta que el movimiento sindical y la juventud trabajadora se necesitan mutuamente: ésta para potenciar sus capacidades reivindicativas y el sindicalismo para fortalecerse y responder desde una cultura organizativa que refleje las necesidades de toda la clase trabajadora actual. Ante la baja afiliación juvenil y la escasa participación en los diferentes niveles de las estructuras, para la CSA es fundamental que las dirigencias nacionales se sensibilicen sobre el valor real y urgente de la participación juvenil, adecuar el lenguaje y generar mecanismos que no solamente atraigan a la juventud, sino que la hagan permanecer activamente en las organizaciones y potenciarse dentro de ellas, teniendo pleno ejercicio de sus derechos políticos, laborales, sociales y culturales. Un tema muy relevante para la juventud es el de la formación profesional ya que las oportunidades de trabajo son escasas y cada vez más exigentes en torno a la capacitación. Es indispensable que el sindicalismo fortalezca las políticas en esta dirección. Ante este escenario, las tareas del sindicalismo internacional, incluyen promover la transformación de las estructuras para que sean más flexibles para afiliar, representar y reivindicar los intereses y derechos de sectores laborales estratégicos -y a la vez vulnerablescomo son los/as jóvenes, mujeres, trabajadores/as de la economía informal, migrantes y todo tipo de trabajadores/as, sin ninguna discriminación. La CSA se compromete a acompañar y complementar un trabajo nacional que tenga como objetivos la formación permanente de cuadros jóvenes y una participación activa y sistemática de la juventud afiliada que se prepare para una mejor acción sindical juvenil y que contribuya con el fortalecimiento sindical y la defensa de los derechos laborales de la juventud trabajadora. EL COMITÉ DE LA JUVENTUD TRABAJADORA DE LA CSA: FUNCIÓN Y LÍNEAS DE TRABAJO En los estatutos de la CSA, se constituye el Comité de la Juventud Trabajadora de las Américas (CJTA) como ente consultivo del Consejo Ejecutivo, y de apoyo al Secretariado Ejecutivo. El CJTA tiene como objetivos fundamentales: a. Involucrarse activamente en los asuntos políticos, económicos, sociales, culturales, jurídicos para elevar las oportunidades de formación y acceso efectivo al trabajo decente, reducir el desempleo y la precariedad a la que está sometida la juventud trabajadora de la Región; b. Promover la participación, formación y militancia sindical comprometida de los/as jóvenes, así como el acceso a las instancias de representación sindical y la transversalidad de la política de juventud de la CSA en todo el quehacer organizativo de sus afiliadas; b. Participar activamente en la lucha contra las peores formas de trabajo que afecta a los/as jóvenes; c. Representar a la juventud trabajadora de la CSA en los distintos foros y ámbitos Regionales, en coordinación con el Secretariado Ejecutivo; e. Participar en representación de la Región en el Comité de Juventud de la CSI. PLAN DE TRABAJO COMITÉ DE JUVENTUD TRABAJADORA DE LAS AMÉRICAS (2009 – 2012) Eje de Trabajo Objetivo Acciones 1. Fortalecer la 1.1 Dinamizar el grupo de correos comunicación interna y electrónicos del CJTA. externa del CJTA y Visibilizar las acciones desarrolladas desde el 1.2 Crear un blog de la Juventud CSA y aprovechar otros medios de comunicación CJTA. (Facebook, Twitter, Hi - 5, Youtube). 2. Promover el fortalecimiento interno y reconocimiento político de los espacios de juventud a nivel nacional, sub regional y continental. I. Fortalecimiento Interno 2.1 Contactar y establecer relaciones con los equipos de trabajo en el orden nacional. 2.2 Llevar a cabo el 1 Congreso de las Américas de Juventud de la CSA. 2.3 Promover la discusión sobre la importancia del modelo sindical de acuerdo a la propuesta de la CSA. 2.4 Promover el desarrollo de propuestas Organizativas para los y las trabajadores/as jóvenes rurales. 2.5 Generar canales óptimos de información y participación como CJTA en los escenarios regionales y sus respectivas coordinadoras. 3.1 Generar un programa de formación de cuadros de juventud desde la CSA (UTAL). 3. Promover acciones de formación dirigidas al 3.2 Llevar a cabo procesos de formación CJTA (incidencia, con equipos de juventud en el orden afiliación). subregional en el orden subregional y nacional (multiplicadores), donde se incluyan los temas sobre libertad sindical. I. Fortalecimiento Interno 5.1 Desarrollar en la región una campaña de sensibilización y afiliación de personas jóvenes trabajadoras. II. Sensibilización y 5. Promover la afiliación 5.2 Conmemorar el Día Internacional de la Afiliación Sindical de sindical de personas Juventud visibilizando el tema del personas jóvenes jóvenes trabajadoras. desempleo juvenil. 5.3 Promover la celebración del Día Mundial por el Trabajo Decente por parte de la juventud trabajadora. 6. Impulsar medidas a 6.1 Construir un posicionamiento del CJTA nivel regional y nacional sobre Trabajo Juvenil y primer empleo. sobre políticas de empleo juvenil. 6.2 Apoyar el emprendimiento de procesos de incidencia política en el orden nacional sobre empleo juvenil y primer empleo. 6.3 Generar un espacio de discusión y posicionamiento sobre el tema de emprendimiento y empresarismo III. Incidencia y 7.1 Hacer un inventario sobre las organizaciones con las que se puede hacer alianzas 7. Posicionar la alianzas. reivindicación del empleo decente para la juventud en la agenda de otros 7.2 Participar en el movimientos de Iberoamericano de Juventud. juventud. Espacio 7. 3 Reunirse con la juventud de OCLAE, Mov. Sociales, juventud eclesiástica, partidos políticos y juventud campesina para hacer alianzas en los temas de Trabajo digno para jóvenes y primer empleo. LA CONSTITUCIÓN DE LAS SECRETARÍAS DE JUVENTUD EN LAS CENTRALES Dentro del proceso de Autoreforma Sindical que reconoce la importancia de la participación activa de la juventud trabajadora dentro del movimiento sindical, poco a poco las centrales, confederaciones y sindicatos de cada país han ido modificando su estructura y creando espacios de participación en la toma de decisiones para los y las jóvenes afiliadas: en muchos casos se han creado Comités de Juventud o Comisiones de Juventud y paulatinamente, se han creado y consolidado las secretarías de juventud en dichas estructuras sindicales. AFILIACIÓN SINDICAL Y JUVENTUD TRABAJADORA Con base en el Programa de Acción de la CSA y su proceso permanente de autoreforma Sindical, se ha determinado la importancia de impulsar acciones dirigidas a fortalecer los procesos de afiliación a nivel local. Recordemos que la afiliación sindical es un proceso que ha resultado complejo por varias razones, entre las que se listan: El sistema de contratación laboral tercerizada o la aplicación de los métodos deslaborizados le impiden a los jóvenes afiliarse a los sindicatos. La estigmatización que empleadores y gobiernos cumplen contra los sindicatos desestimulan el interés de los jóvenes por el sindicato. Faltan metodologías atractivas para atraer a la juventud hacia el sindicalismo. En esa estrategia es clave el lenguaje a utilizar. La juventud también es discriminada y tienen muchas dificultades, pero estas son mayores si su condición es ser mujer. Algunos jóvenes no asumen cargos en la dirección sindical por temor a la responsabilidad o porque no están capacitados. El sindicalismo posee una estructura vertical que tiende a facilitar prácticas adultocéntricas, lo que hace que los y las jóvenes no se sientan convocados a participar. POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA PROMOCIÓN DEL TRABAJO DECENTE PARA LA JUVENTUD Garantizar el derecho a la educación fundamental, incluso en lo caso de los trabajadores fuera de edad que no tuvieran oportunidad; Universalización de Educación primaria y secundaria, desarrollando proyectos de suporte económico, esencialmente para las familias de baja renta; Fiscalizar y promover las pasantías y becas enfocadas en el marco del trabajo decente; Promover mediante el diálogo social itinerarios para la Formación Profesional y Técnica como formula para combatir el abandono escolar; Fortalecimiento de sectores de políticas sociales por medio de la promoción del diálogo social; Fomentar la enseñanza superior; Incluir temas de la formación sindical en las escuelas secundarias, cursos técnicos y en la universidad; Formación continua de los trabajadores también en las empresas, para favorecer su desarrollo integral y incluso en reinserción laboral como herramienta para prevenir los periodos de desempleo; Ratificación de las Convenciones 151 (Despidos sin Justa Causa) y 158 (Organización y Negociación Colectiva en lo sector público) de la OIT; Incentivos para las empresas que promovían empleos para jóvenes; Fiscalización y punición para practicas antisindicales; Valoración del Salario Mínimo; Garantizar derechos laborales y de seguridad social; Fomentar Sistema de regulación jurídica pública de Trabajo, Empleo y Renta que resguarde los derechos laborales y sindicales; Fomentar la formación y mantenimiento del desarrollo de la Agricultura Familiar; Garantizar los mismos derechos y condiciones para emigrantes; Evitar el Dumping salarial en multinacionales POSICIONAMIENTO CJTA CON RESPECTO A POLÍTICAS DE EMPLEO JUVENIL Sería fundamental establecer que el primer paso a desarrollar es la construcción y promoción de las políticas públicas concertadas por los diversos sectores productivos, académicos y sociales del país. Esto debido a que en los diversos países de las Américas existen solo programas gubernamentales. En esta línea, se debe promover el desarrollo de políticas públicas de Estado de empleo digno para los y las jóvenes, pero no como elemento aparte a la política de empleo general, que incluyan los aspectos de convenciones colectivas y demás normativa nacional. Estas políticas deben contemplar Generación de nuevas fuentes de empleo teniendo especial atención a los trabajadores de diversos sectores (autónomo, indígena, rural, etc.) y de acuerdo a la realidad de cada país. Que permitan la transición a puestos de trabajos verdes y con sostenibilidad y sustentabilidad. Construir escenarios para discutir, proponer o evaluar las políticas o programas de empleo juvenil. Desarrollar estrategias que permitan hacer efectivos los procesos de inspección laboral de las condiciones del trabajo, seguridad social y garantías laborales de los y las jóvenes. Que contemple la no discriminación. Formación para el trabajo Conformar o fortalecer los institutos de formación y capacitación para el trabajo con participación efectiva con las y los empresarios, las y los trabajadores y gobiernos. Inclusión de la temática sindical en los diversos espacios educativos del país. Generar una política de alianzas con organizaciones o agencias que piensan igual para desarrollar acciones en función de la construcción de las políticas de empleo. Es importante poner como antecedente el proyecto brasilero de primer empleo. Programa Projoven: el dinero que se destina para esta ley es de un fondo de amparo donde las y los trabajadores hacen un aporte al igual que el gobierno anual para este fondo de manera obligatoria, se destina entonces para el seguro de desempleo, formación para el trabajo, el cual es coordinado por un consejo (tripartito, trabajadores/as, empresarios/as y gobierno) el gobierno es quien recibe los fondos y los administra desde el Ministerio del Trabajo. Es importante además, generar a lo interno de los sindicatos la discusión y el posicionamiento sobre temas de emprendimiento. ACERCA DEL CONVENIO 189 (TRABAJADORAS DOMESTICAS) La CSA está trabajando a nivel continental con la Juventud por la ratificación del convenio 189. El día 17 de Agosto de 2011, los/as jóvenes provenientes de más de 11 Nacionalidades diferentes reunidos en Lima, Perú, en las instalaciones de la OIT para América Latina, formaron parte del Lanzamiento Campaña Regional “Trabajo Decente para las Trabajadoras del hogar” El lanzamiento de esta iniciativa se dio con la presencia de 130 personas aproximadamente, dentro de ellas se contó con la participación de la directora de la OIT para América Latina, el viceministro de trabajo de la República de Perú, la Directora del Ministerio de la Mujer de Perú, la directora del departamento de igualdad de la CSI, compañeras y compañeros de 14 países diferentes, representando a mujeres y a la juventud del movimiento sindical de las Américas. SOBRE LAS POLÍTICAS DE FORMACIÓN La CSA reafirma el enfoque integral de la educación y la formación sindical. La educación es un derecho humano fundamental que se desarrolla durante toda la vida. En ese sentido, ubica la formación sindical junto al derecho a la educación formal y a la formación profesional. Sobre la educación formal se plantea la necesidad de que las políticas públicas integren el concepto de una educación para la vida, integral, continua, gratuita, obligatoria, pública, laica, de calidad, con igualdad de oportunidades y con acceso para todas y todos. De igual forma, se plantea que la formación profesional y técnica debe responder a las estrategias de desarrollo integral de nuestras sociedades. Asimismo, en la formación profesional es clave favorecer una participación sindical de calidad y preparada para desarrollar capacidad de propuesta y de incidencia, recordando que nuestro mayor desafío es construir plataformas y buscar estrategias que nos permitan una mayor incidencia y cobertura universal. En ese sentido la CSA desarrollará acciones de coordinación con la Internacional de la Educación (IE), CINTERFOR y otros organismos vinculados a estos derechos. La formación sindical, desde la CSA como estructura sindical continental y desde un enfoque sistémico se estructurará bajo los siguientes principios: a. Corresponsabilidad. Todos y todas somos responsables en la tarea de la formación sindical. A la CSA como estructura continental le corresponde desarrollar sus programas formativos de carácter complementario y de nivel internacional. Las políticas, programas y contenidos se derivan de sus congresos. La corresponsabilidad permite a las organizaciones sindicales poner en práctica la solidaridad y generar mecanismos de cooperación económica, logística y de personal en el campo de la formación sindical. b. Complementaria. La CSA como estructura continental desarrolla su formación complementaria sobre aquellos temas comunes de carácter internacional o mundial que se han definido de manera consensuada. En efecto, es complementaria porque la CSA no suple o sustituye a las organizaciones nacionales y regionales en sus responsabilidades educativas. c. Descentralizada. Es descentralizada porque las organizaciones sindicales son las responsables de desarrollar los programas formativos en sus niveles básicos, intermedios e inclusive de especialización en algunos temas donde el énfasis lo constituyen contenidos de carácter nacional o subregional. d. Articulada en red. Es articulada porque las escuelas de formación de carácter nacional, regional, internacional y otras instituciones educativas fraternas están interrelacionadas y coordinadas. En las relaciones se produce un flujo e intercambio de informaciones, aprendizajes y conocimientos. Y en esas interacciones surgen nuevos aprendizajes y nuevos desafíos que se deben ir enfrentando, superando y mejorando. e. Indelegable. La formación sindical es una tarea de las organizaciones sindicales dado que a través de ella los trabajadores reflexionan sobre su identidad como clase trabajadora y construyen su proyecto político. Pensar y definir el ser y el hacer como clase trabajadora solo puede ser definido por aquella organización que defiende sus intereses, a saber la organización sindical. En ese sentido, la formación sindical comparte con la formación obrera y la formación sociolaboral el objeto de estudio, a saber el trabajo, sin embargo, las dos últimas pueden ser desarrolladas por instituciones públicas o privadas. Por lo tanto, la formación sindical es indelegable: no puede ser delegada a otra institución que no sea la propia organización sindical. PROGRAMAS DE FORMACIÓN Y DESARROLLO SINDICAL La CSA, está desarrollando una seria de seminarios/talleres en la región, sobre autoreforma sindical no solamente encaminados a una población específica sino también a nivel continental para beneficiar a todos/as los/as trabajadores/as de las Americas. Estos seminarios son realizados en los programas de Educación, Género y Juventud como parte de las estrategias del plan de acción de la CSA. Dentro de estos talleres se destaca el Seminario Regional La Autoreforma Sindical Género y Juventud, donde se contó con la participación de representantes de las tres sub-regiones (México, Panamá, Rep. Dominicana, Perú, Ecuador, Colombia, Paraguay, Brasil, Argentina y Chile) Así mismo, la CSA atreves de su programa de educación ha desarrollado tres cursos importantes de formación con el objetivo de contribuir al desarrollo sindical. Estos son: Formación de cuadros de nivel internacional en Autoreforma Sindical, Formación de formadores de nivel internacional y Formación de cuadros en economía internacional y desarrollo. 1. Formación de cuadros de nivel internacional en Autoreforma Sindical Con este curso la CSA, pone a disposición una seria de seis cartillas encaminadas en el tema de autoreforma sindical. Organizar –sindicalizar y empoderar a las Mujeres y Juventud Trabajadora. 2. Formación de formadores de nivel internacional Algunas temáticas que se desarrollan en este módulo son: La facilitación, la dinámica de grupos y los contenidos, planificación evaluación y seguimiento de la formación sindical, dirección y gestión de la formación sindical. 3. Formación de cuadros en economía internacional y desarrollo En este tercer modulo se abordan los siguientes temas: ¿Que es y que hace la CSA?, sistema económico internacional, deuda externa y ajuste, consenso de Washington y crisis neoliberal, proceso real y financiero, crisis internacional situación laboral e impacto social.