Download El mundo de Sofía (1999) de Erik Gustavson basado en el libro de
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EL MUNDO DE SOFÍA Texto del CDROM basado en el libro de Jostein Gaarder MITOS Los mitos son relatos tradicionales, frecuentemente sobre dioses o criaturas del reino animal, que pretenden explicar por qué el mundo es como es. Los pueblos de todos los tiempos y culturas se han topado con una vida llena de misterios: cómo empezó el mundo, por qué se mueve el sol por el cielo, qué hace que las cosas crezcan, por qué las plantas mueren en invierno y renacen en primavera, por qué hay terremotos, dónde van las personas cuando mueren, etc. Intentando encontrar una explicación a cuestiones como éstas, los diferentes pueblos han ido creando vistosos cuentos que llegaron a convertirse en parte fundamental de sus culturas. Y las respuestas a las difíciles preguntas de la vida fueron pasando de generación en generación en forma de mitos. Incluso se podían encontrar similitudes entre las leyendas de sociedades muy diferentes, como entre la mitología griega y nórdica, respecto a los temas universales, como la vida después de la muerte y el origen del mundo. Los mitos eran algo más que simples historias narradas. Cada cultura tenía sus propios actos religiosos o ritos asociados a los mitos. éstos podían abarcar desde la escenificación de leyendas famosas hasta el ofrecimiento de sacrificios a los dioses para recibir a cambio algún tipo de bendición, como una buena cosecha o una victoria en una batalla. Las explicaciones mitológicas del Universo son diferentes a las dadas por la filosofía, las cuales se basan en la experiencia y en la razón. Los filósofos griegos buscaron explicaciones naturales, no sobrenaturales. Creían que los mitos nunca nos llevarían al verdadero conocimiento de la realidad y criticaban las narraciones de Homero porque asociaba a los dioses los mismos errores que a los seres humanos. Mitología griega Antes de que aparecieran los primeros filósofos de la Antigua Grecia, la imagen predominante del mundo era la mitológica. ésta se iba enriqueciendo a través de los siglos y era trasmitida de generación en generación. La mitología griega fue completamente desarrollada hacia el 700 a. de C., cuando Homero y Hesíodo dejaron escritas varias colecciones de mitos, siendo las más famosas La Ilíada y La Odisea, de Homero. Algunas de las posibles explicaciones al desarrollo de la mitología griega sería que los dioses representaban fenómenos naturales, como la luna o el sol, o la existencia de unos héroes a los que se glorificaba. Los dioses griegos se asemejaban a los humanos en su forma. Además, mostraban sentimientos humanos, a veces llegándose a mostrar tan egoístas como cualquier mortal. Sus narraciones son de una "época heroica", cuando los hombres y mujeres tenían extraordinarios poderes. Y, como en la mayoría de las culturas, presenta mitos que explican la creación del universo y de la humanidad. Los dioses más importantes eran Zeus, las divinidad suprema, y su esposa Hera, Atenea, diosa de la sabiduría; Artemisa, la diosa de la caza y de la luna, y su hermano Apolo; Afrodita, la diosa del amor; Dionisio, el dios del vino y el placer; Hermes, el mensajero de los dioses. Los rituales que involucraban a los dioses eran un aspecto importante del modo de vida de la Antigua Grecia, aunque las creencias y prácticas variaban bastante, pues no había una estructura formal ni organización religiosa. Mitología nórdica Los vikingos eran los antepasados de lo que hoy son los modernos escandinavos: noruegos, suecos y daneses. Los vikingos plasmaban en su mitología la constante lucha entre el bien y el mal ("las fuerzas del caos") en la Tierra mediante relatos de batallas entre los dioses, los cuales intentaban mantener el orden en la Tierra, y los poderes malignos, que intentaban destruirla. Estas luchas de buenos y malos mantenían el Universo equilibrado. El jerarca era el dios Odín, dios de la guerra también asociado a la sabiduría, la poesía y la magia. Otras deidades importantes eran Freya, la mujer de Odín, y su hijo Tor, el dios del trueno. El árbol de Igdrasil Los vikingos creían que el mundo estaba formado por muchas capas. Estas capas permanecían unidas gracias a un enorme fresno o tejo, llamado Igdrasil, que crecía desde las profundas tinieblas hasta los cielos. Igdrasil era el perpetuo árbol de la vida, el tiempo y el universo. Alzándose hacia el cielo se encuentra la rama más larga, la llamada Lerad. Encima de ella hay encaramada un águila, vigilando todos los incidentes del mundo que tiene debajo e informando de ellos a Odín. También viven en el árbol, además del águila, cuatro ciervos y una ardilla. En las profundidades de la tierra, un dragón y unos gusanos roen maliciosamente las raíces del árbol, pues saben que la muerte de Igdrasil supone la caída de los dioses. En medio del cosmos se encontraba el Midgard, donde vivían los animales y las plantas. El Midgard estaba rodeado por el mar, detrás del cual se extendían las montañas de la región de Jotunheim, tierras de los pérfidos gigantes, que recurrían a todo tipo de argucias para destruir el mundo. En la mitología nórdica, como en tantas otras culturas, las personas se encontraban con un precario equilibrio entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. Åsgard era la morada de los dioses, a la que se podía llegar solamente cruzando el puente Bifrost, el arco iris. En el Åsgard se encontraba el palacio de Valhala, donde pasaban su tiempo batallando y festejando los guerreros muertos en batalla, en espera que llegue el día en que tengan que luchar por sus dioses contra los poderes de la oscuridad. Después de morir, todo aquel que no fuera al Valhala iba al Niflheim, un frío y nebuloso submundo, donde permanecería durante toda la eternidad. En otra de las partes de los infiernos se encuentra la morada del gigante de fuego Surtur, que espera junto con el resto de dioses malignos el día en que consigan ascender y destruir el mundo. Tor Tor, hijo de Odín y dios del trueno, fue el dios más fuerte y uno de los más importantes de la mitología nórdica (escandinava). Se creía que Tor viajaba por el cielo en un carro tirado por dos machos cabríos. Cuando agitaba su martillo, había truenos y rayos. La palabra noruega "thor-døn" (truenos) significa "ruidos de Tor". Cuando Tor agitaba su martillo, como hemos dicho, había truenos y rayos. Y cuando hay truenos y rayos suele llover. Así, la explicación mitológica a la lluvia era que Tor agitaba su martillo. Y cuando llovía, todo crecía bien en el campo, por lo que se le acabó venerando como el dios de la fertilidad, vital para la comunidad agrícola. Tor era particularmente popular entre los campesinos. Pero Tor también era un personaje central en las continuas batallas entre los dioses y sus enemigos, representados por las fuerzas del caos en la existencia humana. Su martillo tenía poderes especiales y era un arma clave en las luchas, pues podía matar a muchos y, seguidamente, regresar a sus manos, como si fuera un bumerán. Se han contado numerosas historias sobre la muerte por Tor de gigantes y monstruos, como la serpiente del Midgard. Se creía que los mortales no deberían esperar que los dioses intervinieran para evitar desastres como una sequía o plaga. En vez de eso, deberían actuar por sí mismos realizando diferentes ritos y ceremonias. En particular, los sacrificios a los dioses aumentaban su poder, dándoles más fuerza para conquistar las fuerzas del mal. Los mortales podían conseguir este efecto sacrificando un animal a un dios. El ofrecimiento que se solía hacer a Tor era una cabra, mientras que el que se solía hacer a Odín podía llegar a ser un ser humano. Orión Orión era un gigante de la mitología griega, tan enorme que podía andar por las profundidades marinas sin mojarse el pelo de la cabeza. Orión era hermoso y un cazador famoso. Se dice que se enamoró de una doncella, la hija de un rey, y ayudó a su padre a limpiar la isla de las peligrosas bestias salvajes. Orión pidió la mano de su amada, a lo cual se negó el rey. En un ataque de borrachera, Orión intentó raptar a la doncella, por lo que su padre tuvo que invocar al dios Dionisio, que cegó al gigante. Siguiendo el consejo de un oráculo, Orión viajó hacia el este y dejó que los primeros rayos del sol naciente entraran por sus ojos. Recuperó la vista y se marchó a Creta a vivir con Artemisa, la diosa de la caza. Orión fue asesinado por Escorpio, el escorpión. Existen varias versiones sobre su muerte. Unos dicen que Artemisa envidiaba las artes de Orión con el arco y envió al escorpión para que le picara. Otros dicen que Orión violó a Artemisa y la diosa (que en algunas versiones era la hermana de Apolo) vengó el ataque. Incluso hay otras versiones que afirman que Artemisa estaba enamorada de Orión y que el celoso Apolo hizo que el escorpión matara al amante de su hermana. Pero en lo que todos concuerdan es en que, después de la muerte de Orión, éste fue puesto en el cielo en forma de constelación, como lo fue Escorpio, que siempre perseguirá al cazador a través de los cielos. Algunos dicen que Artemisa puso a Orión en el cielo por su amor, aunque otros afirman que fue para recordar a los mortales que los dioses eran celosos y vengativos. Deméter La leyenda de la diosa de la fertilidad, Deméter, y su hija Perséfone es uno de los mitos griegos más antiguos, siendo particularmente importante para los atenienses. Cuando Perséfone fue raptada por Hades, el señor de los infiernos, el dolor de Deméter fue tan grande que se olvidó de la tierra. Las plantas no crecían y el hambre devastaba las tierras, mientras Deméter vagaba descalza y hambrienta por el mundo en busca de su hija. Zeus, el rey de los dioses, intervino para salvar a la humanidad de su extinción y persuadió a Hades para que devolviera a Perséfone a su madre. Decretó, sin embargo, que Perséfone debería volver a Hades cuatro meses al año. Durante esos meses, Deméter convertía la tierra en un sitio frío y estéril, por lo que su pena, se creía, era la causa de que apareciera el invierno. Cuando volvía Perséfone de nuevo con su madre, Deméter, en su alegría, hacía que la tierra volviera a la vida y que las plantas empezaran a crecer. ésta era la razón por la que aparecía la primavera. Los griegos representaban este mito ritualmente. Descalzos y hambrientos como Deméter, hacían una peregrinación, recorriendo los templos de la diosa, donde participaban en rituales secretos. Inicialmente, éstos se realizaban para asegurarse una primavera generosa. Hacia el cuarto siglo a. de C., sin embargo, los griegos empezaron a interpretar la leyenda como algo más que una explicación a la aparición de las estaciones y la celebración de la primavera. Creían que Perséfone bajaba a las profundidades de la tierra como una semilla y que cada primavera renacía, venciendo a la muerte. Postreramente, se creía que los rituales asociados con Deméter permitían que las almas renacieran después de la muerte, como Perséfone. Enlaces Filósofos relacionados: Destino - Fe en el destino: para la superstición fatalista que subyace en muchos mitos. 2 Filósofos de la naturaleza - Cambios naturales: para la sustitución de los mitos. Historia: Antigua Grecia - Perspectiva: para la religión griega. Siglo XIX - Cultura: para lo cuentos populares. Antigua Grecia - Perspectiva El periodo clásico de la Antigua Grecia alcanzó su apogeo en Atenas aproximadamente en el año 450 a. de C. y duró hasta el reinado de Alejandro Magno al final del siglo IV a. de C. Fue un periodo de extraordinarios logros intelectuales, culturales y artísticos que iban a influir notablemente en el desarrollo de la civilización occidental. El alcance de esta influencia es casi ilimitado, afecta a todos los aspectos de la existencia humana incluyendo la filosofía, la política, las matemáticas, el teatro y la arquitectura. Palabras como política y democracia, historia y economía, biología y física, matemáticas y lógica, teología y filosofía , ética y sicología proceden de este periodo. Estas perdurables contribuciones al progreso humano se originaron en un mundo cuyas fronteras eran mucho más pequeñas que las que conocemos hoy. La visión que los antiguos griegos tenían del mundo que les rodeaba podemos verla en los mapas del historiador Heródoto. Estaban familiarizados con el Mediterráneo debido al comercio y a los asentamientos, especialmente en Sicilia y el sur de Italia, pero su conocimiento del interior era relativamente limitado. Ellos conocían que tras Gibraltar estaba el Atlántico, pero tenían poca idea de la superficie total del océano. Heródoto también relató un viaje por áfrica pero, al contrario que con otras regiones, fue incapaz de ofrecer detalles de sus gentes, plantas o animales. Las griegos también desarrollaron un concepto del sistema solar que, aunque basado en un error fundamental, iba a prevalecer en la astronomía europea durante casi dos mil años. Según Platón, que estaba influenciado por los seguidores de Pitágoras, la tierra era una esfera alrededor de la cual el sol, la luna y los planetas giraban. Más tarde, Tolomeo desarrolló esta teoría en el periodo helenístico, y no fue hasta el siglo XVI cuando el concepto heliocéntrico del universo surgió como un serio reto a las viejas ideas. En Grecia durante muchos siglos se desarrolló una religión basada en relatos sobre los dioses heredados de generación en generación. Entre los dioses más importantes estaban Zeus, el dios padre, su mujer Hera, Atenea, Artemisa y Apolo. A pesar de sus poderes sobrenaturales, eran esencialmente humanos en cuanto a forma y comportamiento; esta tendencia a humanizarles encontró su máxima expresión en el arte y la cultura de la Grecia clásica. Filósofos e intelectuales podían no creer en los dioses, pero la mayor parte de la población aparentemente lo hacía, y durante el periodo clásico existía todavía un considerable respeto por la religión tradicional. En el año 399 a. de C. Sócrates fue condenado a muerte por su actitud impía hacia estos dioses, una víctima propiciatoria tras la derrota de Atenas en la gran guerra contra Esparta (Guerra del Peloponeso). Posiblemente el legado más duradero de la civilización griega haya sido la democracia que se desarrolló en Atenas, con asambleas populares y tribunales de justicia. Se convirtió en esencial para los atenienses dominar el arte de la oratoria para convencer a sus conciudadanos de sus argumentos políticos. Educación, grupos de debate y escuelas de filosofía proliferaron a medida que los atenienses se implicaban en los procesos políticos. Aunque en Atenas la democracia estaba al alcance de menos de la mitad de la población, pues las mujeres y los esclavos estaban excluidos, sembró las semillas de las moderna democracia que conocemos hoy en día. Ver también: Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la visión del universo, Tolomeo. Renacimiento - Perspectiva: para un repaso de la cultura clásica, una visión del universo. época barroca - Perspectiva: para la visión del universo. Sócrates - La vida de Sócrates: para el procesamiento de Sócrates. Mitos - Mitología griega: para la religión griega. Antigua Grecia - Política Los griegos inventaron la política tal como la conocemos hoy en día. Crearon instituciones para debatir los asuntos de la comunidad y decidir posibles actuaciones. Incluso el vocabulario del debate político es griego: "política" por ejemplo procede de la palabra griega polis, que significa ciudad, y "democracia" de los términosdemos, o pueblo, y cracia, o soberanía; es decir, soberanía del pueblo. La Antigua Grecia estaba dividida en distintas ciudades-estado que compartían la lengua , la religión y la cultura pero se diferenciaban enormemente en su experiencia política. Los conceptos de monarquía, democracia y oligarquía (forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo) proceden de la Antigua Grecia. Entre las ciudades importantes Esparta era una oligarquía, aunque en el grupo dirigente existían reyes hereditarios; mientras que Atenas tenía el gobierno más democrático, alcanzando su máxima expresión bajo el liderato de Pericles en el siglo V a. de C. Las decisiones políticas en Atenas se tomaban por votación mayoritaria de todos los ciudadanos varones. Actualmente, la exclusión de las mujeres, esclavos y extranjeros podría parecer primordial, aún así en el contexto de su época los logros atenienses continúan siendo extraordinarios 3 El periodo clásico en la Antigua Grecia comienza en el siglo V a. de C. con el rechazo de dos invasiones persas. A mediados de este siglo se produjo el mayor desarrollo de la civilización ateniense. Durante este periodo se construyó el Partenón, los grandes dramaturgos escribieron y representaron sus obras y el debate filosófico floreció encabezado por Sócrates. La supremacía política de Atenas, sin embargo, duró poco. Atenas construyó un imperio sostenido en parte por ciudades débiles que pagaban por la protección contra la amenaza persa. Cuando esta amenaza disminuyó, Atenas hizo uso del dinero para mantener su poder, adoptando represalias contra las ciudades que se negaban a pagar. El resentimiento aumentó y condujo a una alianza de las ciudades más pequeñas contra los atenienses. Esto condujo, finalmente, a las Guerras del Peloponeso en las cuales Atenas y Esparta, con sus respectivos aliados, lucharon durante muchos años. La derrota de Atenas en el año 404 a. de C. supuso el triunfo inicial de Esparta, pero más tarde Esparta fue amenazada por la oposición de los estados vecinos. El periodo clásico de Grecia terminó alrededor del año 335 a. de C. con la subida al poder de Alejandro Magno, el rey de una región del norte, Macedonia. En diez años Alejandro iba a conquistar Persia, Siria y Egipto antes de marchar a Oriente hacia la India, donde sus tropas se negaron a ir más lejos. Como entidad política el imperio de Alejandro no sobrevivió a su muerte, pero sus conquistas llevaron la cultura griega al mundo conocido. Ver también: Helenismo y Roma - Perspectiva: para la repercusión cultural de las conquistas de Alejandro Magno. Helenismo y Roma - Política: para la repercusiones políticas de las conquistas de Alejandro Magno. La Edad Media - Política: para el aumento de asambleas representativas. Renacimiento - Sociedad: para las ciudades-estado en la Italia Renacentista. época barroca - Política: para la monarquía absoluta, declive de instituciones representativas en la mayor parte de Europa. Siglo XIX - Sociedad: para el aumento de la democracia en Europa . Antigua Grecia - Economía La palabra griega "economía" procede de la palabra griega usada para "casa", y para mucha gente la granja familiar era el centro de la vida económica. La sociedad griega se basaba principalmente en una sencilla economía agrícola. La productividad de esta economía agrícola estaba condicionada por la naturaleza del suelo, la geografía y el clima. El territorio griego estaba formado por estrechos valles que se abrían al mar separados por cadenas montañosas. La comunicación era difícil entre estos valles lo que propició la independencia de cada ciudadestado. Viajar por mar era una alternativa más fácil que por tierra , y el comercio marítimo con otras ciudadesestado y otros países mediterráneos era vital. La mayoría de las ciudades importantes eran puertos, aunque algunas se desarrollaron alrededor de centros de culto. Esparta y Atenas, las dos grandes ciudades-estado se desarrollaron por muy diferentes caminos económicos. La sociedad espartana era eminentemente agrícola, basada en el trabajo de una inmensa población de siervos esclavos ligados a la tierra. Lo importante era la intervención del estado y el igualitarismo al estilo militar más que la riqueza hereditaria, y no se permitía la aparición de ningún grupo de comerciantes. Cuando se empezó a usar el dinero en el resto de Grecia alrededor del año 600 a. de C. a los espartanos se les permitió usar únicamente una moneda de hierro de uso interno. Las granjas atenienses las dirigían los ciudadanos y las trabajaban familiares y esclavos. Además, Atenas tenía un importante comercio y poder marítimo, con una floreciente economía mixta que le convirtió en la más rica de las ciudades griegas. Las exportaciones atenienses incluían barcos y cerámica decorativa muy valorada. En cambio la ciudad importaba cereales, armas y caballos. El descubrimiento de la plata al final del siglo VI a. de C. aumentó la riqueza ateniense. Era extraída por esclavos que vivían en pozos a 500 metros bajo tierra o trabajaban en la superficie encadenados. En particular, los niños esclavos eran muy apreciados por su agilidad en los túneles pequeños. El hecho de que Sócrates, un crítico atrevido de la sociedad ateniense, no condenara esta práctica acentúa la realidad conocida de que la esclavitud era admitida no sólo en Grecia sino en todo el mundo antiguo. Cada aspecto de la sociedad estaba organizado bajo la suposición de que debía ser sustentado por esclavos, y así iba a permanecer en casi todas partes durante siglos. Ver también: La Edad Media - Economía: para los esclavos ligados a la tierra en el sistema feudal. época barroca - Económicas: para el comercio de esclavos. Antigua Grecia - Sociedad La civilización griega no surgió de un único estado unificado sino de numerosas ciudades-estados que compartían la lengua y la cultura y que se diferenciaban considerablemente en el desarrollo político y social. Un ejemplo de esta diversidad es el contraste entre Atenas y su importante rival Esparta. 4 Más que por sus logros intelectuales o culturales Esparta era conocida por su sociedad conservadora y estrictamente estructurada en la cual las virtudes militares representaban el ideal. En Atenas, se le rendía honor a la familia, monógama y nuclear, y era respetada como base del estado. Por el contrario en Esparta, la familia fue anulada, a los niños se les separaba de los padres a una corta edad y eran educados en un estricto régimen de entrenamiento físico y disciplina mental. Todos los ciudadanos varones de Esparta servían en el ejercito y, aunque el matrimonio estaba permitido, los hombres tenían que comer y dormir en barracones públicos. La gran mayoría de la población espartana eran ilotaso, siervos esclavos ligados a la tierra. El miedo a la rebelión de los esclavos era una constante en la política interna y externa de Esparta; su característico sistema social se desarrolló en parte para facilitar el control del estado. A pesar de sus grandes éxitos militares, Esparta temía cada vez más mandar su ejercito fuera por si se producía una rebelión interna. Posiblemente debido a las largas ausencias militares de la población masculina, las mujeres espartanas tenían más libertad y autoridad que otras mujeres griegas, y participaban tanto en la política como en la vida económica. Podían heredar y tener propiedades, a diferencia de Atenas donde no era posible. Los hombres atenienses sólo valoraban a sus mujeres como instrumento económico-reproductor y bromeaban sobre la actitud que tenían los espartanos, a los que consideraban débiles e incapaces de manejar a sus mujeres. El que la mujer ateniense fuera considerada ciudadana de segunda clase puede verse en la planificación de la vivienda que consistía en pequeños cuartos en la parte superior y cuartos más grandes para los hombres en la inferior. Las casas de campo solían tener una torre detrás de la casa a donde las mujeres se retiraban cuando había visitantes. Las mujeres atenienses raramente salían sin compañía masculina, únicamente las mujeres pobres eran vistas a solas en público. Mientras los varones atenienses sabían leer y escribir y tenían acceso a las escuelas, a las mujeres no se las consideraba merecedoras de la educación. En la práctica, sin embargo, a algunas mujeres se les enseñaba a leer y a escribir en el seno familiar. Ver también: Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer La Edad Media - Sociedad: para la posición de la mujer Renacimiento - Sociedad: para las ciudades-estado en la Italia Renacentista, posición de la mujer Siglo XX - Sociedad: para la mujer en la vida moderna Antigua Grecia - Descubrimientos Los antiguos griegos eran magníficos pensadores abstractos como nos muestra su filosofía. En líneas generales no eran pensadores prácticos o grandes inventores, preferían buscar el conocimiento del mundo mediante la abstracción mental antes que por los procesos de experimentación y observación necesarios para el progreso tecnológico. Platón, por ejemplo, no valoró el conocimiento de la naturaleza mediante la experiencia práctica, pues creía que se podía llegar a la verdadera comprensión de la realidad únicamente mediante la razón. Por el contrario, el discípulo de Platón, Aristóteles (384-322 a. de C.) creía que la experiencia de los sentidos era esencial para el conocimiento de la naturaleza. En este sentido, Aristóteles era más científico que Platón. Sus investigaciones abarcaron numerosos campos como la biología, la física, las matemáticas y la astronomía. Sus observaciones de los animales y su método para clasificar las cosas vivas proporcionaron un modelo para los biólogos durante dos mil años. En otros campos el trabajo Aristóteles consiguió menos resultados positivos. En particular su visión de que la tierra era el centro del universo y que los cuerpos celestes se movían en círculos alrededor de ella, se confirmó como un obstáculo para el progreso de la astronomía y de la física hasta el Renacimiento. Un ejemplo importante de la temprana creatividad griega fue su alfabeto. Antes del tiempo de Homero, los mercaderes importaron el alfabeto fenicio al que los griegos refinaron e hicieron más fácil de leer y escribir. La escritura griega, llegó a ser capaz de plasmar las ideas de una manera sutil y económica. Las griegos generalmente escribían en papiros o en pergaminos. Los libros, o propiamente rollos de escritura, eran copiados a mano y enrollados en tubos. Frágiles, delicados y caros los poseían los adinerados o las bibliotecas asociadas a las escuelas, como la Academia fundada por Platón en la Atenas clásica. Los griegos idealizaron el cuerpo humano, y estudiaron su forma y proporciones. Esta percepción del cuerpo les llevó a una destreza en medicina por la cual los griegos fueron famosos en todo el mundo antiguo. Los médicos griegos pusieron de relieve la buena dieta y la forma de vida sana. Documentos médicos, que reflejaban una observación detallada y extraída de la experiencia práctica, eran escritos y comentados. Sin embargo, la anatomía interna era casi desconocida; los griegos no se dedicaron a la disección porque era considerada una afrenta para el cuerpo humano. El médico más famoso de la Antigua Grecia fue Hipócrates (460-357 a. de C.) al que se le atribuye el juramento hipocrático, en uso hoy en día, por el cual los médicos juran entre otras cosas no causar daño a los pacientes. Ver también: Helenismo y Roma - Descubrimientos: para una comparación general, especialmente la visión del universo, La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Grecia a través de sabios medievales. 5 Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, medicina, desafío a la ciencia de Aristóteles por el Renacimiento. época barroca - Descubrimientos: para la medicina (el descubrimiento de la ciculación de la sangre por Harvey). Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina. Platón - La vida de Platón: para estudios en la Academia. Aristóteles - La primera ciencia: para las observaciones de Aristóteles. Destino - Historia y medicina: para el juramento hipocrático. Antigua Grecia - Cultura En el arte al igual que en otros campos la búsqueda de los griegos por la belleza ha tenido una enorme influencia en la civilización occidental. La arquitectura de la Grecia clásica proporcionó un modelo para las estructuras monumentales que ha dominado periódicamente la arquitectura europea hasta nuestros días. El Partenón, o Morada de la Virgen, representa un ideal de la arquitectura griega. El templo más grande de Atenas, fue levantado en honor a Atenea , la diosa patrona de Atenas. La enorme estructura de mármol no tiene una línea recta, los cuatro costados tienen una suave curvatura para que el edificio parezca menos pesado. A pesar de sus enormes dimensiones, el Partenón consigue dar la impresión de ligereza. En realidad no es sino una ilusión óptica. Las columnas se inclinan suavemente hacia dentro, y formarían una pirámide de mil quinientos metros de altura si continuaran hacia un punto por encima del templo. El templo no contenía más que una alta estatua de Atenea. El mármol blanco, que originalmente estaba pintado en colores vivos, se transportó desde una montaña a dieciséis kilómetros de distancia. Los antiguos griegos idealizaron el cuerpo humano y estudiaron su forma y proporciones. La figura del desnudo humano fue plasmada en bronce y mármol y se realizaron estatuas de extraordinaria belleza. Aunque pocas pinturas murales han llegado a nuestros días, los griegos perfeccionaron nuevas técnicas de pintura en vasijas, y muchas de las piezas conservadas nos proporcionan una valiosa información sobre los dioses, los héroes y la vida cotidiana de los griegos. El primer escritor griego conocido es Homero y vivió alrededor del año 700 a. de C. Sus poemas épicos la Iliada y la Odisea relatan episodios de las guerras troyanas y las aventuras de Ulises en su regreso a casa, se consideran entre las más grandes obras de la literatura de todos los tiempos. Tratan de temas eternos como la vida y la muerte, victoria y derrota, libre determinación e intervención divina, y están llenas de imágenes, especialmente la del Caballo de Troya que todavía se repite en la literatura occidental. Se tardaba un día en recitar cada poema y las historias se representaban probablemente en los festivales religiosos. El teatro evolucionó a partir de los festivales. A medida que la filosofía evolucionaba, las actuaciones dramáticas eran cada vez menos religiosas y en su lugar trataban de temas humanos realistas. El teatro de Dionisos en Atenas es probablemente el más antiguo de Europa y fue aquí donde se representaron a partir del siglo V a. de C., las obras de los grandes autores de tragedias Esquilo, Sófocles y Eurípides. Las tragedias trataban de justicia y venganza. Edipo Rey, de Sófocles, narra la historia de un hombre predestinado a matar a su padre y casarse con su madre. Cuando descubre que la profecía se ha hecho realidad, Edipo se saca los ojos y su madre/esposa se suicida. En el mismo periodo la comedia se desarrolla como forma dramática por derecho propio, frecuentemente se burlaba de atenienses muy conocidos. Las Nubes, de Aristófanes, retrata a Sócrates dirigiendo una escuela filosófica llamada " los que piensan" capaz de caminar en el aire mientras habla con las nubes. Ver también: Helenismo y Roma - Cultura: para comparación, especialmente arquitectura, escultura, literatura. Renacimiento - Perspectiva: para el renacimiento de la cultura clásica. Renacimiento - Cultura: para el renacimiento de las ideas clásicas en arte. Siglo XIX - Cultura: para el renacimiento del estilo clásico en arquitectura. Antigua Grecia - Grandes mujeres Aunque la estructura social de la Antigua Grecia limitaba la habilidad de las mujeres para lograr notoriedad, había excepciones, como la de la poetisa Safo y Aspasia, amante de Pericles. Safo nació alrededor del año 612 a. de C. en la isla de Lesbos, aunque de niña estuvo exiliada debido a la inestabilidad política interior. A su regreso se convirtió en el centro de un grupo de muchachas jóvenes dedicadas al culto de la diosa Afrodita y las Musas. Safo escribía poemas sobre el grupo, y canciones para las bodas, su trabajo se ha recopilado en diez libros. Recogen los más bellos y enternecedores poemas de amor de la antigüedad, que reflejan los intensos sentimientos de Safo hacia sus amigas y por la belleza de la naturaleza de forma sencilla y sincera. Se casó y tuvo una hija, pero poco más conocemos de su vida, su hermano, al que tenía gran afecto aparece en alguno de sus versos, imitados por el poeta romano Catulo. Aspasia (470-410 a. de C.) era la amante del líder ateniense Pericles, famosa por su belleza, inteligencia y habilidad política. Estaba interesada en la filosofía y era muy respetada por Sócrates, quien afirmó que aprendió 6 todo lo que sabía de retórica de Aspasia, mientras sus amigos traían a sus mujeres para oírla hablar. Fue acusada por los escritores ancianos de conducta inmoral y de ejercer dudosa influencia política, y se dice que fue acusada de impiedad pero absuelta tras una apasionada suplicatoria en su defensa realizada por Pericles, que estaba profundamente enamorado de ella. Se dice que nunca salía de casa o regresaba a ella sin darle un beso. Filósofos de la naturaleza Los filósofos de la naturaleza estaban fascinados por los procesos naturales y los interrogantes que éstos planteaban. Esto les llevó a preguntarse si no existiría una materia primaria a partir de la cual se habría formado todo. Sus indagaciones eran más científicas que filosóficas pero marcaron el punto de partida para abandonar las anteriores narraciones mitológicas e iniciar un debate filosófico riguroso sobre la naturaleza de las cosas. El pensamiento de los filósofos de la naturaleza fue posteriormente examinado por los grandes filósofos de la antigüedad: Sócrates, Platón y Aristóteles. Ver: Los filósofos de la naturaleza Demócrito (460-370 a. de C.) Demócrito era contemporáneo de Sócrates pero su enfoque científico le hacía más cercano a los presocráticos. Al igual que los primeros filósofos de la naturaleza, Demócrito se interesaba por los cambios de la naturaleza, aunque creía que las explicaciones mantenidas por sus antecesores para estos cambios no eran del todo correctas. Demócrito ofreció una explicación alternativa que es ampliamente aceptada por la comunidad científica del siglo XX, en tanto que su visión materialista fue adoptada por muchos pensadores desde su época hasta nuestros días. Ver: Demócrito El destino Los enfoques lógicos y científicos que surgieron en Grecia tenían en contra el telón de fondo de una arraigada superstición. Los griegos estaban obsesionados con el destino: nuestro futuro está decidido de antemano y no podemos hacer nada para evitarlo. El destino, además de ser un tema frecuente en la mitología griega, afectaba a muchas facetas de la vida cotidiana. Ver: Destino Sócrates (470-399 a. de C.) Sócrates es una de las mayores personalidades de toda la historia de la filosofía. Era conocido en toda Atenas por su amor al debate filosófico y por sus magníficas dotes de orador. A diferencia de los filósofos de la naturaleza, Sócrates no se interesaba por la naturaleza; en su lugar, él defendía el poder del razonamiento humano y la filosofía como fuente de la verdad. Sus apasionadas y sinceras convicciones le proporcionaron muchos amigos, entre los que se encontraba el joven Platón, pero también muchos enemigos y, finalmente, le costarían la muerte. Ver: Sócrates Platón (428-347 a. de C.) Platón es el discípulo más conocido de Sócrates; sus Diálogos nos proporcionan un magnífico retrato del atractivo carácter de Sócrates. También fue Platón un importante maestro. Su "Academia" fue la primera escuela, y allí se educó Aristóteles, su más famoso alumno. Muy influenciado por las matemáticas y la geometría, Platón pensaba que el razonamiento lógico usado para hallar las verdades matemáticas se podía usar también para encontrar las verdades metafísicos. Platón, con sus obras escritas y la tradición de enseñanza que estableció, dejó un legado muy valioso a la filosofía occidental. Ver: Platón Aristóteles (384-322 a. de C.) El pensamiento de Aristóteles ha sido una gran contribución para el pensamiento moderno. Sus escritos abarcan muchos campos importantes: lógica, metafísica, ética, política, biología y meteorología. Aristóteles también delimitó la separación entre muchas de las disciplinas de estudio que son habituales hoy en día. Discípulo de Platón, Aristóteles fue también un gran maestro, fundó su propia escuela y fue el profesor tutor de Alejandro Magno. Mientras que su éxito con Alejandro es cuestionable, muchos otros aprendieron muchísimo de Aristóteles, incluso siglos después de su muerte. Ver: Aristóteles 7 LOS FILóSOFOS DE LA NATURALEZACambios naturales A los primeros filósofos de Grecia se les suele llamar filósofos de la naturaleza porque, ante todo, se interesaban por la naturaleza y sus procesos. Hoy en día, mucha gente cree que en algún momento todo surgió de la nada. Esta idea no era tan corriente entre los griegos. Por alguna razón, suponían que ese "algo" había existido siempre. Vemos, pues, que la gran pregunta no era cómo todo pudo surgir de la nada. Por el contrario, los griegos estaban más interesados en cuestiones como la aparición de un pez a partir del agua o la conversión de la tierra inerte en árboles o bonitas flores de colores. Los filósofos observaban con sus propios ojos cómo constantemente ocurrían cambios en la naturaleza. Pero ¿cómo podían llegar a realizarse tales cambios? Los primeros filósofos compartían la creencia de que tenía que existir una materia primaria que era el origen de todos los cambios. Tenía que haber "algo" de lo que todas las cosas partieran y a lo que todas las cosas volvieran. Lo más interesante para nosotros no es saber cuáles fueron las respuestas a las que llegaron esos primeros filósofos, sino qué preguntas se hacían y qué tipo de respuestas buscaban. Sabemos que se hacían preguntas sobre los cambios visibles en la naturaleza. Querían comprender los sucesos de la naturaleza sin tener que recurrir a los mitos tradicionales. Ante todo, intentaron entender los procesos de la naturaleza estudiando la misma naturaleza. De esta manera, la filosofía se independizó de la religión. Podríamos decir que los filósofos de la naturaleza dieron los primeros pasos hacia una manera científica de pensar, desencadenando todas las ciencias naturales posteriores. La mayor parte de lo que dijeron y escribieron los filósofos de la naturaleza se perdió para la posteridad. Lo poco que conocemos lo encontramos en los escritos de Aristóteles, que vivió un par de siglos después de los primeros filósofos. Pero sabemos lo suficiente como para constatar que el proyecto de los primeros filósofos griegos abarcaba preguntas en torno a la materia primaria y los cambios en la naturaleza. Mileto De Mileto, una colonia griega en Asia Menor, vinieron tres filósofos de la naturaleza. Los tres creían en la existencia de una sustancia básica y simple que era el origen de todas las cosas. Tales Tales opinaba que el agua era el origen de todas las cosas. No sabemos exactamente lo que quería decir con eso. Quizá opinara que toda clase de vida tiene su origen en el agua y que toda clase de vida vuelve a convertirse en agua cuando se disuelve. Tales viajó por muchos países, entre ellos Egipto, donde se dice que llegó a calcular la altura de una pirámide midiendo su sombra en el preciso momento en el que la longitud de su propia sombra era igual a su altura. Anaximandro Anaximandro vivió en Mileto en el siglo VI a. de C., en la misma época que Tales. Pensaba que nuestro mundo simplemente es uno de los muchos mundos que nacen y perecen en algo que él llamó "lo Indefinido". No es fácil saber lo que él entendía por "lo Indefinido", pero parece claro que no se imaginaba una substancia conocida (como Tales). Quizá pensara que aquello de lo que se ha creado todo tiene que ser precisamente distinto a lo creado. En ese caso, la materia primaria no podía ser algo tan normal como el agua, sino algo "indefinido". Anaxímenes Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526 a. de C.), el cual pensaba que el origen de todo era el "aire" o la "niebla". Anaxímenes conoció, por supuesto, la teoría de Tales sobre el agua. Pero ¿de dónde viene el agua? Anaxímenes pensaba que el agua tenía que ser aire condensado. También opinaba que el fuego debía ser aire diluido. Según Anaxímenes, tanto la tierra como el agua y el fuego tenían como origen el aire. Los eleáticos Los tres filósofos de Mileto pensaban que tenía que haber una materia primaria de la que estaba hecho todo lo demás. Pero dejaba sin resolver el problema del cambio. ¿Cómo era posible que una materia se alterara de repente para convertirse en algo completamente diferente? Desde aproximadamente el año 500 a. de C., un grupo de filósofos de la colonia griega de Elea, al sur de Italia, conocidos como los "eleáticos", se preocuparon por esta cuestión. Parménides El más conocido de ellos era Parménides (aprox. 540-480 a. de C.). Parménides pensaba que todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada y algo que existe tampoco se puede convertir en nada. Pero Parménides llegó más lejos. Decía que no era posible ningún cambio verdadero. No hay nada que se pueda convertir en algo diferente a lo que exactamente es. Por supuesto, Parménides sabía que la naturaleza muestra cambios constantes. Con los sentidos observaba cómo cambiaban las cosas, pero esto no concordaba con lo que le decía la razón. Parecía lógicamente imposible 8 que una cosa se pudiera convertir en otra diferente y todavía seguir siendo de alguna forma lo mismo. Cuando se vio forzado a elegir entre fiarse de sus sentidos o de su raciocinio, Parménides optó por la razón. Esta firme fe en la razón humana se llama racionalismo. Un racionalista es el que tiene una gran fe en la razón de las personas como fuente de sus conocimientos sobre el mundo. Heráclito Heráclito (aprox. 540-480 a. de C.) procedía de éfeso, en Asia Menor, y fue contemporáneo de Parménides. Pensaba que precisamente los cambios constantes eran los rasgos más básicos de la naturaleza. Podríamos decir que Heráclito tenía más fe en lo que le decían sus sentidos que Parménides. "Todo fluye" dijo Heráclito. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos "bañarnos dos veces en el mismo río", pues cuando entramos en el río por segunda vez, ni el río ni nosotros somos los mismos. Heráclito también señaló el hecho de que el mundo está caracterizado por constantes contradicciones. Creía que tanto lo bueno como lo malo tenían un inevitable lugar en el orden de las cosas y que sin esta constante interacción de opuestos el mundo dejaría de existir. "Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad", decía. Emplea la palabra "Dios", pero es evidente que se refiere a algo muy diferente a los dioses de los que hablaban los mitos. Para Heráclito, Dios (o lo divino) es algo que abarca a todo el mundo. En lugar de la palabra "Dios", Heráclito emplea a veces la palabra griega logos, que significa razón. Aunque las personas no hemos pensado siempre del mismo modo, ni hemos tenido la misma razón, Heráclito opinaba que tiene que haber una especie de "razón universal" o "ley natural" que dirige todo lo que sucede en la naturaleza. Esta "razón universal" es algo común para todos y por la cual todos tienen que guiarse. En general, Heráclito no tenía muy buena opinión de su prójimo: "Las opiniones de la mayor parte de la gente pueden compararse con los juegos infantiles", decía. Esta "razón universal" es algo común para todos y por la cual todos tienen que guiarse. En general, Heráclito no tenía muy buena opinión de su prójimo: "Las opiniones de la mayor parte de la gente pueden compararse con los juegos infantiles", decía. Empédocles Parménides y Heráclito tenían dos puntos de vista diametralmente opuestos. Parménides dice: a) que nada puede cambiar, y b) que las sensaciones, por lo tanto, no son de fiar. Por el contrario, Heráclito dice: a) que todo cambia ("todo fluye"), y b) que las sensaciones son de fiar. ¡Difícilmente dos filósofos pueden llegar a estar tan en desacuerdo! Pero ¿cuál de ellos tenía razón? Empédocles (490-430 a. de C.) de Sicilia sería el que lograra salir de los enredos en los que se había metido la filosofía. Opinaba que tanto Parménides como Heráclito tenían razón en una de sus afirmaciones, pero que los dos se equivocaban en una cosa. Empédocles pensaba que la causa del desacuerdo era que ambos filósofos habían dado por sentada que la presencia de un único elemento. Si esto fuera cierto, el conflicto entre lo que dice la razón y lo que "vemos con nuestros propios ojos" sería insuperable. Es evidente que el agua no puede convertirse en un pez o en una mariposa. El agua no puede cambiar. El agua pura sigue siendo agua pura para siempre. De modo que Parménides tenía razón al decir que "nada cambia". Pero, al mismo tiempo, Empédocles daba la razón a Heráclito en que debemos fiarnos de lo que nos dicen nuestros sentidos. Debemos creer lo que vemos, y vemos, precisamente, cambios constantes en la naturaleza. Empédocles llegó a la conclusión de que lo que había que rechazar era la idea de que hay un solo elemento. Ni el agua ni el aire son capaces, por sí solos, de convertirse en un rosal o en una mariposa, razón por la cual resulta imposible que la naturaleza sólo tenga un "elemento". Empédocles pensaba que la naturaleza tiene en total cuatro elementos o "raíces", como él los llamaba: tierra, aire, fuego y agua. Todos los cambios de la naturaleza se deben a que estos cuatro elementos se mezclan y se vuelven a separar, pues todo está compuesto de tierra, aire, fuego y agua, aunque en distintas proporciones. Cuando muere una flor o un animal, los cuatro elementos vuelven a separarse. éste es un cambio que podemos observar con los ojos. Pero la tierra y el aire, el fuego y el agua quedan completamente inalterados o "intactos" con todos esos cambios en los que participan. Básicamente, nada cambia. Lo que ocurre es, simplemente, que cuatro elementos diferentes se mezclan y separan para luego volver a mezclarse. Empédocles señala, como hemos visto, que los cambios de la naturaleza se deben a que las cuatro "raíces" se mezclan y se vuelven a separar. Pero queda algo por explicar. ¿Cuál es la causa por la que los elementos se unen para dar lugar a una nueva vida? ¿Y por qué vuelve a disolverse la "mezcla", por ejemplo, una flor? Empédocles pensaba que tenía que haber dos fuerzas que actuasen en la naturaleza. Las llamó amor y odio. Lo que une las cosas es el amor y lo que las separa es el odio. También distinguía entre "sustancia" y "fuerza". 9 Incluso hoy en día, la ciencia distingue entre los elementos y las fuerzas. Los científicos modernos mantienen que todos los procesos de la naturaleza se pueden explicar como la interacción entre diferentes elementos y varias fuerzas. Empédocles también discutió la cuestión de qué pasa cuando observamos algo con nuestros sentidos. ¿Cómo puedo "ver" una flor, por ejemplo? ¿Qué sucede entonces? Empédocles creía que nuestros ojos estaban formados de tierra, aire, fuego y agua, como todo lo demás de la naturaleza. Y la "tierra" que tengo en mi ojo capta lo que hay de tierra en lo que veo, el "aire" capta lo que es de aire, el "fuego" lo que es de fuego y "el agua" lo que es de agua. Si el ojo hubiera carecido de uno de los cuatro elementos, yo no hubiera podido ver la naturaleza en su totalidad. Anaxágoras Anaxágoras (500-428 a. de C.) fue el primer filósofo de los de Atenas. Vino de Asia Menor, pero se trasladó a Atenas cuando tenía unos 40 años. En Atenas lo acusaron de ateo y, al final, tuvo que marcharse de la ciudad. Entre otras cosas, había dicho que el sol no era un dios, sino una masa ardiente más grande que la península del Peloponeso. Anaxágoras era otro de los filósofos que no se contentaban con la teoría de que un solo elemento (por ejemplo, el agua) pudiera convertirse en todo lo que vemos en la naturaleza. Opinaba que la naturaleza estaba hecha de muchas piezas minúsculas, invisibles al ojo. Todo puede dividirse en algo más pequeño todavía, pero incluso en las piezas más pequeñas hay algo de todas las demás cosas. Si la piel y el hueso no se han convertido en otra cosa tiene que haber piel y hueso también en la leche que bebemos y en la comida que comemos. A lo mejor, un par de ejemplos modernos pueden ilustrar lo que se imaginaba Anaxágoras. Mediante la técnica láser se pueden hacer hoy en día los llamados hologramas. Si el holograma muestra un coche, y este holograma se rompe, vemos una imagen de todo el coche aunque conservemos solamente la parte del holograma que muestra el parachoques. Esto se debe a que todo el motivo está presente en cada parte. De algún modo, también se puede decir que es así como está hecho nuestro cuerpo. Si separo una célula de piel de un dedo, el núcleo de esa célula contiene no sólo la receta de cómo es mi piel, sino que en la misma célula se encuentra también la información sobre mis ojos, el color de mi pelo, cuántos dedos tengo, etc. En cada célula del cuerpo hay una descripción detallada de la composición de todas las demás células del cuerpo. Es decir, que hay "algo de todo" en cada una de las células. El todo está en la parte minúscula. Empédocles pensaba que era el "amor" lo que unía las partes en cuerpos enteros. También Anaxágoras se imaginaba una especie de fuerza que "pone orden" y crea animales y seres humanos, flores y árboles. A esta fuerza la llamó espíritu o entendimiento (nous). Enlaces Filósofos relacionados: Demócrito - La teoría atómica: para su solución al problema del cambio. Aristóteles - Forma y materia: para su punto de vista sobre los constituyentes de los objetos. Bibliografía G. S. Kirk, J. E. Raven y M. Schofield: Los filósofos presocráticos, Gredos, Madrid, 1987. Es ésta una colección de obras presocráticas, en el original griego y en castellano, con algunos comentarios útiles. ESTUDIOS: Barnes, J.: Los presocráticos, Cátedra, Madrid, 1992. Guthrie, W. K. C.: Historia de la filosofía griega, vol. I: Los primeros presocráticos y los pitagóricos, Gredos, Madrid, 1991. Jaeger, W.: La teología de los primeros filósofos griegos, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1982. 10 DEMóCRITO (aprox. 460-370 a. de C.)La teoría atómica Demócrito fue el último de los grandes filósofos de la naturaleza. Sabemos muy poco de su vida, aunque sí sabemos que venía de la ciudad costera de Abdera, al norte del mar Egeo. Demócrito estaba de acuerdo con sus predecesores en que los cambios en la naturaleza no se debían a que las cosas realmente "cambiaran". Suponía que todo tenía que estar construido por unas piececitas pequeñas e invisibles, cada una de ellas eterna e inalterable. A estas minúsculas piezas Demócrito las llamó átomos. La palabra "átomo" significa "indivisible". Era importante para Demócrito poder afirmar que eso de lo que todo está hecho no podía dividirse en partes más pequeñas. Si eso fuera posible, no habrían podido servir de ladrillos de construcción. Pues, si los átomos hubieran podido ser limados y partidos en partes cada vez más pequeñas, la naturaleza habría empezado a flotar en una pasta cada vez más líquida. Además, los ladrillos de la naturaleza tenían que ser eternos, pues nada puede surgir de la nada. En este punto, Demócrito estaba de acuerdo con Parménides y los eleáticos. Pensaba, además, que los átomos tenían que ser fijos y macizos, pero no podían ser idénticos entre sí. Si los átomos fueran idénticos, no habríamos podido encontrar ninguna explicación satisfactoria de cómo podían combinarse para formar de todo, desde amapolas y olivos y hasta piel de cabra y pelo humano. Demócrito creía que existía un sinfín de diferentes átomos en la naturaleza. Algunos son redondos y lisos, otros son irregulares y torcidos. Precisamente por ser tan diferentes, podían unirse para componer muchísimos y muy diferentes cuerpos. Pero aunque sean muchísimos y muy diferentes entre sí, son todos eternos, inalterables e indivisibles. Cuando un cuerpo (un árbol o un animal, por ejemplo) muere y se desintegra, los átomos se dispersan y pueden utilizarse de nuevo en otro cuerpo. Los átomos se mueven en el espacio, pero como tienen "entrantes" y "salientes" se acoplan para configurar las cosas que vemos en nuestro entorno. La solución de Demócrito al problema del cambio era que el átomo (la unidad individual básica de la que todo se compone) no cambiaba. Lo que realmente cambiaba era la distribuciónde los átomos. átomos y Lego Los átomos son como las piezas del Lego. Tienen más o menos las mismas cualidades que Demócrito atribuía a los átomos y, precisamente por ello, resultan muy buenas para construir. Ante todo, son indivisibles. Tienen formas y tamaños diferentes, son macizas e impenetrables. Además, las piezas del Lego tienen "entrantes" y "salientes" que hacen que se puedan unir para poder formar todas las figuras posibles. Estas conexiones pueden deshacerse para poder dar lugar a nuevos objetos con las mismas piezas. El hecho de que se puedan utilizar tantas veces como se quiera es lo que ha hecho al Lego tan popular. Una pieza del Lego puede formar parte de un camión un día y de un castillo al día siguiente. Podríamos decir además que las piezas del Lego son "eternas". Más de un niño jugará con las mismas piezas de su padre. También podemos formar cosas de barro, pero el barro no puede utilizarse una y otra vez, precisamente porque se puede romper en trozos cada vez más pequeños. Esos minúsculos trozos de barro no pueden unirse para formar nuevos objetos. La moderna teoría atómica . Hoy podemos decir que la teoría atómica de Demócrito era más o menos correcta. La naturaleza está efectivamente compuesta de diferentes "átomos" que se unen y se separan constantemente. Un átomo de hidrógeno de una célula de la punta de mi nariz pudo pertenecer, en alguna ocasión, a la trompa de un elefante. Un átomo de carbono dentro del músculo de mi corazón estuvo una vez en el rabo de un dinosaurio. En nuestros días, la ciencia ha descubierto que los átomos, a su vez, pueden dividirse en partes más pequeñas, en "partículas elementales". Hasta hace poco, dichas partículas eran los protones, neutrones y electrones. Pero se ha descubierto que dichas partículas pueden descomponerse en otras. Quizá estas últimas partículas puedan dividirse aún en partes más pequeñas. No obstante, los físicos están de acuerdo en que tiene que haber un límite. Tiene que haber unas "partes mínimas" de las que está hecho el mundo. Demócrito no tuvo acceso a los aparatos electrónicos de nuestra época. Su único instrumento fue su inteligencia. Y su inteligencia no le ofreció ninguna elección. Si de entrada aceptamos que nada cambia, que nada surge de la nada y que nada desaparece, entonces la naturaleza ha de estar compuesta necesariamente por unos minúsculos ladrillos que se juntan y se vuelven a separar. Materialismo Demócrito no creía en ninguna "fuerza" o "espíritu" que interviniera en los procesos de la naturaleza. Lo único que existe son los átomos y el espacio vacío, pensaba. Puesto que no creía en nada más que en lo material, le llamamos materialista. Según Demócrito, no existe ninguna "intención" determinada detrás de los movimientos de los átomos. En la naturaleza todo ocurre mecánicamente. Eso no significa que todo lo que ocurre sea casual, pues todo sigue unas leyes inquebrantables de la naturaleza. Pensaba que había una causa natural en todo lo que ocurre, una causa 11 que se encuentra en las cosas mismas. En una ocasión, Demócrito dijo que prefería descubrir una ley de la naturaleza a convertirse en rey de Persia. La teoría atómica también explica nuestro sentido de la percepción, nuestras sensaciones. Cuando captamos algo con nuestros sentidos, captamos los movimientos de los átomos en el espacio vacío. Vemos la luna porque los "átomos de la luna" penetran en nuestros ojos. ¿Y qué pasa con la "conciencia"? ¿Estará formada por átomos, es decir, cosas materiales? Desde luego que sí. Demócrito se imaginaba que el alma estaba formada por unos "átomos del alma". Cuando una persona moría, los átomos de su alma se dispersaban hacia todos lados, pudiendo entonces penetrar en el alma de otra persona en proceso de creación. Eso significa que el ser humano no tiene un alma inmortal. Mucha gente comparte esa idea hoy en día. Opinan, como Demócrito, que el "alma" está conectada al cerebro y que no podemos tener ninguna especie de conciencia cuando el cerebro se haya desintegrado. Estaba de acuerdo con Heráclito en que todo "fluye" en la naturaleza, puesto que las formas van y vienen. Pero, detrás de todo lo que fluye, hay algunas cosas eternas e inmutables que no fluyen. Demócrito llamó a estas cosas átomos. Enlaces Filósofos relacionados: Filósofos de la naturaleza - Parménides: para la negación del cambio. Filósofos de la naturaleza - Heráclito: para su teoría sobre el flujo. Filosofía helenística - Los epicúreos: para su reinterpretación del materialismo. Marx - Marx y la Historia: para el materialismo histórico. Historia: Siglo XX - Descubrimientos: para la teoría cuántica y la división del átomo. Bibliografía Las obras más importantes de Demócrito son: Los filósofos presocráticos, de G. S. Kirk y M. Schofield.: Gredos, Madrid, 1987. Es ésta una colección de obras presocráticas, en el original griego y en castellano, con algunos comentarios útiles. ESTUDIOS: Alegre Gorri, A.: Estudios sobre los presocráticos, Anthropos, Barcelona,1985. Barnes, J.: Los presocráticos, Cátedra, Madrid,1992. En esta obra se encuentra un análisis detallado de los textos de Demócrito, y para su compresión se requieren unos conocimientos mínimos de lógica. Jaeger, W.: La teología de los primeros filósofos griegos, Fondo de Cultura Económica, México, 1982. 12 EL DESTINO Buscar explicaciones Los primeros filósofos griegos intentaban encontrar explicaciones naturales a las transformaciones de la naturaleza que, hasta entonces, sólo tenían explicación con la mitología. Había que despejar el camino de las viejas supersticiones en todas las áreas. Estas explicaciones naturales se intentaban aplicar en las enfermedades, en la salud o en los acontecimientos políticos. En todos los campos, los griegos tuvieron gran fe en el fatalismo. Fe en el destino Entendemos por fe en el destino o fatalismo la creencia de que todo está, de antemano, predeterminado, de forma que el futuro será el mismo independientemente de lo que hagamos. Muchos griegos creían que no hacía falta ir a un médico o tomar una medicina ante una enfermedad porque nada podría cambiar el destino. Si alguien estaba destinado a superar la enfermedad, la superaría independientemente de que tomara o no una medicina. Si su destino era morir, no haría falta entonces la atención médica. Esta forma de pensar la podemos encontrar en otras partes del mundo a través de la historia, incluso hasta en nuestros días. Es importante entender bien la diferencia entre la fe en el destino y otro punto de vista del destino llamado determinismo (a veces llamado determinismo causal). Los deterministas creían que todos los acontecimientos eran causados, o venían determinados, por acontecimientos previos. Todos los eventos pasados se unían para formar una cadena continua de la que todos los eventos futuros formarán parte. Una mujer puede decidir comprar un disco porque lo ha oído en la radio y cuando va a la tienda se encuentra con un viejo amigo que le invita a una fiesta. Allí conocerá al hombre de su vida, con el que se casará y tendrá hijos. Los deterministas creían que todos estos acontecimientos son parte de la cadena causal de hechos que se extienden en la historia, cada uno causando el siguiente. Así, desde el Big Bang estaba causalmente fijado que la mujer se casará con el hombre que conoció en la fiesta. Es como una hilera de fichas de dominó. En cuanto la primera ficha cae, es inevitable que las demás caigan una a una. El determinismo causal es diferente del fatalismo en que los fatalistas pensaban que tu destino te va a llegar independientemente de lo que hagas antes. Un determinista causal diría que la decisión de una persona de llamar a un médico cuando está enferma sí afectará a que muera o no, pero que dicha decisión de llamar ya estaba predeterminada por los hechos anteriores. Para los fatalistas, el futuro no está necesariamente conectado a los hechos que llevan a él. Para ellos, el destino no sólo es una secuencia causal, sino una misteriosa fuerza que pasa por nuestras vidas independientemente de lo que hagamos. Hay algunas cuestiones filosóficas, asociadas al determinismo, a las que todavía hoy los filósofos están intentando encontrar respuestas. Si cada evento es parte de una cadena causal, ¿cuál sería el principio de dicha cadena? ¿Hubo una causa primera que desencadenó todo? ¿Quién empujó esa primera ficha de dominó? ¿Fue Dios? Si es así, ¿qué causó a Dios? Y, si todo está predeterminado, ¿somos libres? Ver el futuro Tanto en la Antigua Grecia como en otras partes del mundo, las personas pensaban que podían enterarse de su destino a través de diferentes tipos de oráculos. Así, los antiguos griegos creían que si soñabas que veías tu propio reflejo significaba la muerte. Todavía hoy existen personas que creen que pueden decirte tu futuro con las cartas, leyendo la palma de tu mano, interpretando la posición de las estrellas o, incluso, interpretando los sueños como una forma de profecía. Un método nórdico antiguo de leer el futuro era sacar de una bolsa unas piedras especiales, que tenían unos símbolos (runas) dibujados en su superficie. El futuro lo leían en función de las runas extraídas. Los "adivinos" intentan vislumbrar algo que, realmente, es bastante imprevisible. Esto es característico de todas las formas de adivinación. Y dado que "ven" las cosas de una forma muy vaga, es muy difícil contradecirlos. Desde antaño, la gente ha creído que se puede proteger contra el futuro con amuletos de la suerte. Incluso hoy en día, la gente lleva patas de conejo o juega a los "números de la suerte". El oráculo de Delfos Los antiguos griegos creían que podían consultar su destino a través del famoso oráculo de Delfos. Apolo era el dios del oráculo y hablaba a través de la sacerdotisa Pitia, que estaba sentada en una silla sobre una grieta de la Tierra. De dicha grieta emanaban unos gases narcóticos que la embriagaban, circunstancia indispensable para que pudiera ser la voz de Apolo. Al llegar a Delfos, uno presentaba primero su pregunta a los sacerdotes, quienes, a su vez, se la transmitían a Pitia. Ella respondía de una forma tan incomprensible que hacía falta que los sacerdotes interpretaran la respuesta para la persona que la había solicitado. De esta forma, los griegos aprovechaban la sabiduría de Apolo, pues pensaban que este dios lo sabía todo sobre el pasado y el futuro. Muchos jefes de Estado no se atrevían a declarar una guerra o tomar decisiones importantes sin haber consultado antes el oráculo de Delfos. Así pues, los sacerdotes de Apolo funcionaban prácticamente como una especie de diplomáticos y asesores con un gran conocimiento de la gente y del país. Encima del templo de Delfos había una famosa inscripción: ¡CONóCETE A TI MISMO! Recordaba a los visitantes que nunca deben pensar que son algo más que seres humanos y que, como tales, no pueden escapar a su destino. 13 Entre los griegos se contaban muchas historias sobre las personas que habían sido alcanzadas por su destino. Con el tiempo, se escribieron una serie de obras de teatro (tragedias) sobre esas personas "trágicas", cuyo ejemplo más famoso es la historia del rey Edipo. Historia y medicina El destino no sólo determinaba la vida del individuo. Los antiguos griegos también creían que el devenir del mismo mundo estaba dirigido por el destino. Opinaban que el resultado de una guerra podía deberse a la intervención de los dioses. Hoy en día, mucha gente cree que Dios u otras fuerzas misteriosas dirigen el curso de la historia. Al mismo tiempo que los filósofos griegos intentaban buscar explicaciones naturales en los procesos de la naturaleza, los primeros historiadores empezaban a buscar explicaciones naturales al curso de la historia. Cuando un país perdía una guerra no había que buscar la explicación en la venganza de los dioses. Dos de los historiadores griegos más famosos fueron Herodoto (484-424 a. de C.) y Tucídides (aprox. 460-400 a. de C.). Los griegos también creían que las enfermedades podían deberse a la intervención divina, una idea que, de ningún modo, era exclusiva. Antes de la llegada de la medicina moderna, casi todos interpretaban las enfermedades como algo debido a causas sobrenaturales. Todavía muchas personas creen que algunas enfermedades contagiosas (como el sida, por ejemplo) son un castigo divino. Muchos piensan, además, que un enfermo puede ser curado de forma sobrenatural. Precisamente en la época en que los filósofos griegos iniciaron una nueva manera de pensar, surgió una ciencia griega de la medicina que intentaba encontrar explicaciones naturales a las enfermedades y al estado de salud. Se dice que Hipócrates, que nació en la isla griega de Cos hacia el año 460 a. de C., fue el fundador de medicina griega. La protección más segura contra una enfermedad era, según la tradición hipocrática, la moderación y la vida sana. Lo natural en una persona es la salud. Cuando aparece una enfermedad es porque la naturaleza se ha "desviado" a causa de un desequilibrio físico o psíquico. La receta para estar sano era la moderación, la armonía y "una mente sana en un cuerpo sano". Hoy en día se habla constantemente de la "ética médica". Por ejemplo, un médico no puede extender recetas de estupefacientes a personas sanas. Además debe mantener el secreto profesional, lo que quiere decir que no tiene derecho a contar a otras personas algo que un paciente le haya dicho sobre su enfermedad. Estas reglas tienen sus raíces en Hipócrates, que exigió a sus discípulos que prestaran el siguiente juramento: "Utilizaré el tratamiento para ayudar a los enfermos según mi capacidad y juicio, pero nunca con la intención de causar daño o dolor. A nadie le daré veneno aunque me lo pida o sugiera. Tampoco daré abortivos a ninguna mujer con el fin de evitar un embarazo. Consideraré sagrados mi vida y mi arte. No utilizaré el cuchillo, ni siquiera en aquellos que sufren indescriptiblemente, dejándoselo hacer a los que se ocupan de ello. Cuando entre en la morada de un enfermo, lo haré siempre en beneficio suyo; me abstendré de toda acción injusta y de abusar del cuerpo de hombres o mujeres, libres o esclavos. De todo cuanto vea y oiga en el ejercicio de mi profesión y aun fuera de ella callaré cuantas cosas sea necesario que no se divulguen, considerando la discreción como un deber. Si cumplo fielmente este juramento, que me sea otorgado gozar felizmente de la vida y de mi arte y ser honrado siempre entre los hombres. Si lo violo y me hago perjuro, que me ocurra todo lo contrario". Enlaces Historia: Antigua Grecia - Descubrimientos: para Hipócrates. Antigua Grecia - Cultura: para Edipo. SóCRATES (470-399 a. de C.) La vida de Sócrates Sócrates es posiblemente la figura más enigmática de toda la historia de la filosofía. Nunca escribió siquiera una línea y, aun así, es uno de los filósofos que más han influido en el pensamiento europeo, a lo que ayudó la dramática naturaleza de su muerte. Sabemos que nació en Atenas, en el seno de una familia acomodada. Su madre era comadrona y su padre, escultor. Durante un tiempo, Sócrates estuvo en el ejército, aunque pasó la mayor parte de su vida en las plazas y mercados públicos hablando con la gente que allí se encontraba. Hacia los quince años se casó con Jantipa y tuvieron tres hijos. Todos han descrito a Sócrates como extremadamente feo. Era barrigudo y tenía ojos protuberantes y nariz chata. Pero en la intimidad se decía que era "completamente encantador". A pesar de todo, fue sentenciado a muerte por sus actividades filosóficas. En el año 399 a. de C., Sócrates fue acusado de "introducir nuevos dioses" (las "voces divinas interiores" que afirmaba oír en su cabeza) y de corromper a la juventud, así como de no creer en los dioses aceptados. El gobierno de Atenas fue una de las primeras democracias. Sócrates, por el contrario, como hacía saber a todo el mundo, era partidario de un estado gobernado por una sola persona, a la que describió como "el único que sabe". Algunos de los francos y apreciados discursos de Sócrates se vieron como una amenaza para la vida ateniense. Preocupados por la influencia antidemocrática que tenía sobre muchos jóvenes aristócratas (entre 14 ellos, Platón) implicados en este círculo socrático de estudiosos, un jurado compuesto por quinientas una personas le encontró culpable por escasa mayoría. Seguramente podría haber solicitado el perdón. Por lo menos, podría haber salvado su vida abandonando Atenas. Pero, si lo hubiera hecho, no habría sido Sócrates. él valoraba más su conciencia (y la verdad) que su propia vida. Aseguró ante el jurado que él había actuado únicamente por el bien del Estado. A pesar de ello, fue condenado a beber cicuta. Poco después, bebió el veneno en presencia de sus amigos y murió. Su procesamiento exhibe un claro paralelismo con el procesamiento de Jesús. Ambos podían quizá haberse salvado suplicando clemencia, pero ambos pensaban que tenían una misión que cumplir y que ésta hubiera sido traicionada si no mantenían sus creencias hasta el amargo final. La vida de Sócrates la conocemos fundamentalmente a través de los escritos de Platón, uno de sus alumnos que llegó a convertirse en uno de los filósofos más grandes de todos los tiempos. Platón escribió diálogos (discusiones dramatizadas o conversaciones filosóficas) en los que utilizaba a Sócrates como personaje principal y como portavoz de la escena. Puesto que Platón ponía su propia filosofía en boca de Sócrates, no podemos asegurar que las palabras de este último fueran realmente las que solía pronunciar. Sócrates el profesor La Atenas de la época de Sócrates era un importante centro de debate visitado por todos los pensadores de aquellos tiempos. Uno de estos grupos de filósofos errantes eran los llamados sofistas. Cobraban por enseñar y proclamaban que las cuestiones de la filosofía, los enigmas del Universo, nunca podrían ser respondidas por hombres mortales (un punto de vista filosófico conocido como escepticismo). Como los sofistas, Sócrates se interesó más por el hombre y su lugar en la sociedad que por las fuerzas de la naturaleza. Pero, a diferencia de ellos, Sócrates nunca cobró dinero por sus enseñanzas, cosa que los sofistas hacían de buena gana. él no se consideraba a sí mismo un "sofista" (esto es, una persona instruida o sabia). Sócrates pensaba que un filósofo es alguien que reconoce que hay muchas cosas que no sabe y eso le preocupa. En este sentido, es más sabio que todos aquellos que presumen de saber cosas de las que no saben nada. Sócrates se decía a sí mismo: "Sólo sé que no sé nada". Se dice que uno de sus amigos preguntó al oráculo de Delfos quién era el hombre más sabio de Atenas. El oráculo contestó que, de todos los mortales, Sócrates era el más sabio. Cuando Sócrates se enteró de esto, se quedó asombrado. Sin dudarlo, se fue a ver a la persona que Sócrates y muchos otros consideraban la más sabia. Pero, cuando comprobó que dicha persona era incapaz de darle unas respuestas satisfactorias a sus preguntas, Sócrates reconoció que el oráculo tenía razón. La sabiduría de Sócrates estribaba en que él era completamente consciente de su ignorancia. Pero, aunque cuestionaba constantemente la magnitud de su conocimiento (un método que Descartes empleó unos 2.000 años después), Sócrates creía que era posible para el hombre obtener las verdades absolutas del Universo. él sentía que era necesario establecer una base sólida para nuestro conocimiento, una base que se encontraba en la razón del hombre. Esta inquebrantable fe en la razón humana caracteriza a Sócrates como un típico racionalista. Afirmaba que estaba guiado por una voz divina interior y que esta "conciencia" le indicaba lo que era correcto. "Quien sepa lo que es bueno, también hará el bien", decía. Con esto quería decir que los conocimientos correctos nos llevan a acciones correctas. Y sólo el que hace esto se convierte en un "ser correcto". Cuando actuamos mal es porque no conocemos algo mejor. Sócrates buscaba definiciones claras y universales válidas de lo correcto y de lo incorrecto. A diferencia de los sofistas, pensaba que la habilidad para distinguir lo correcto de lo equivocado se encuentra en las personas, no en la sociedad. El diálogo socrático La naturaleza esencial del arte de Sócrates se encuentra en el hecho de que no tenía como objetivo enseñar a la gente. Por el contrario, daba la impresión de que aprendía de las personas con las que hablaba. En vez de enseñar como cualquier profesor, discutía, formulaba preguntas (especialmente al empezar una conversación) como si no supiera nada. En el transcurso de una discusión solía conseguir, normalmente, que su interlocutor viera los fallos de sus argumentos y que, cuando estaba acorralado, se viera obligado a darse cuenta de lo que era bueno y de lo que era malo. Sócrates, cuya madre era comadrona, vio su propia actividad como la de ayudar a las personas a "dar a luz" la correcta comprensión, puesto que el verdadero conocimiento tiene que provenir de uno mismo. No puede ser impartido por otros. Y sólo el conocimiento que proviene del interior es el verdadero conocimiento. Haciéndose el ignorante, Sócrates obligaba a las personas con las que se reunía a utilizar su sentido común. Sócrates se hacía el ignorante, aparentando ser más necio de lo que era. A esto lo llamamos ironía socrática. Con ella, sacaba continuamente los puntos débiles de la manera de pensar de la gente. No le preocupaba en absoluto hacer esto en medio de una plaza pública. Si te encontrabas con Sócrates, te exponías a ser puesto en ridículo en público. Enlaces Filósofos relacionados: 15 Platón - La vida de Platón: para la influencia de Sócrates sobre Platón. Filosofía helenística - Los cínicos: para su desprecio a los bienes materiales. Kierkegaard - La vida de Kierkegaard: para su uso de la ironía socrática. History: Antigua Grecia - Perspectiva: para el contexto histórico de Sócrates y su ejecución. Bibliografía Sócrates no escribió ningún libro. Sabemos de su filosofía fundamentalmente a través de los diálogos de Platón, su alumno. Platón: Apología de Sócrates, en Diálogos, vol. I, Gredos, Madrid, 1993. Jenofonte: Recuerdos de Sócrates. Banquete. Apología de Sócrates, Gredos, Madrid, 1993. ESTUDIOS: Burnet, J.: Doctrina socrática del alma, Universidad Nacional Autónoma, Méjico, 1990. Cornford, F. M.: Antes y después de Sócrates, Ariel, Barcelona, 1980. Jaspers, K.: Los grandes filósofos. Los hombres decisivos: Sócrates, Buda, Confucio, Jesús, Tecnos, Madrid, 1993. Jaspers examina el carácter fundacional de la doctrina socrática. 16 PLATóN (428-347 a. de C.) La vida de Platón Platón provenía de una aristocrática familia ateniense. En su juventud, pasó mucho tiempo como discípulo de Sócrates, a quien profesaba una tremenda admiración. Sus escritos son la principal fuente de información del pensamiento de Sócrates. Platón pensaba meterse en política, pero, cuando Sócrates fue ejecutado, rechazó tal idea. Tenía 29 años cuando murió Sócrates, pero no se sabe cuándo empezó a escribir sus muchos diálogos (la mayoría de los cuales han llegado, creemos, hasta nuestros días), que tenían a Sócrates como personaje principal. Sócrates dejó una profunda huella en Platón, cuyas ideas pueden empezar a distinguirse, claramente, del pensamiento de Sócrates sólo en sus últimos trabajos. Tenía unos cincuenta años cuando fundó su escuela junto con el matemático Taeteto. Esta escuela se encontraba en una arboleda que debía su nombre al héroe griego Academo, por lo que la escuela de Platón acabó llamándose Academia. Con esta Academia, Platón pretendía dar una buena educación a los futuros gobernantes de Atenas y de otras ciudades-estado. Los temas impartidos eran filosofía, astronomía, gimnasia y, especialmente, geometría. Sobre la puerta había una inscripción en la que ponía "nadie entre aquí sin saber geometría". Uno de sus alumnos, Aristóteles, llegó a convertirse en uno de los filósofos que más han influido a lo largo de la historia. Platón se marchó posteriormente a Sicilia a intentar educar al joven Dionisio II, pero volvió a Atenas, donde murió a los 80 años. Lo verdadero Platón se interesó por un lado en la relación entre lo eterno y lo inalterable y en lo que "fluye", por el otro. Sócrates y los sofistas desviaron su atención de las cuestiones de la filosofía de la naturaleza para centrarse más en los problemas relacionados con el ser humano y la sociedad (la moral humana y los ideales o virtudes de la sociedad). Podríamos decir, en pocas palabras, que los sofistas pensaban que las percepciones de lo que era bueno y de lo que era malo variaban de ciudad en ciudad y de generación en generación, es decir, que la cuestión sobre lo bueno y lo malo es algo que "fluye". Sócrates no aceptaba en absoluto este punto de vista. él creía en la existencia de unas reglas básicas y absolutas para lo que es bueno y lo que es malo. Utilizando nuestro sentido común podemos llegar a conocer esas normas inmutables, pues la razón humana es, precisamente, eterna e inmutable. A Platón también le interesaba lo que es eterno e inmutable en la naturaleza y lo que es eterno e inmutable en la moral y la sociedad. Para Platón, estos dos problemas eran, en realidad, uno solo. Intentaba captar una "realidad" eterna e inmutable. El mundo de las Ideas Tanto Empédocles como Demócrito habían señalado que todos los fenómenos de la naturaleza "fluyen", pero que, no obstante, tenía que haber "algo" que nunca cambiara (las "cuatro raíces" o los "átomos"). Platón coincidía con este planteamiento, pero de una manera muy distinta. Creía que todas las cosas tangibles de la naturaleza "fluyen". Es decir, que no existen unas cuantas "materias primarias" que no se disuelven. Absolutamente todo lo que pertenece al "mundo de los sentidos" está hecho de materia que se desgasta con el tiempo. Pero, a la vez, todo está hecho con un "molde" eterno e inmutable. ¿Por qué todos los caballos son lo mismo? Hay algo que todos los caballos tienen en común, algo que los identifica como caballos. El caballo individual "fluye", naturalmente. Puede ser viejo y cojo y, con el tiempo, morir. Pero el "molde de caballo" es eterno e inmutable. Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no es una "materia primaria" física, como pensaban Empédocles y Demócrito. La concepción de Platón estaba construida de modelos eternos e inmutables, espirituales y abstractos en su naturaleza, a cuyas imágenes estaban moldeadas el resto de las cosas. Si un extraterrestre aterrizara en nuestro planeta y viera en el mostrador de una pastelería cincuenta pastas iguales, seguramente se preguntaría cómo era posible que fueran exactamente idénticas. Seguramente acabaría notando que, de alguna forma, tenían pequeñas diferencias. Pero, después de un razonamiento concienzudo, el extraterrestre llegaría a la conclusión de que todas las pastas tenían un denominador común. Aunque ninguna fuera totalmente perfecta, pensaría que debían tener un origen común: todas las pastas estaban hechas con el mismo molde. En ese momento, aparecería en el extraterrestre un irresistible deseo de ver ese molde, pues, evidentemente, el molde tenía que ser muchísimo más perfecto y, en cierto modo, más hermoso, que ninguna de esas frágiles copias. Platón pensaba que todas las similitudes que vemos entre los objetos son debidas al hecho de que provienen del mismo "molde". Le extrañaba la igualdad entre los fenómenos naturales y llegó a la conclusión de que debía haber un reducido número de moldes que se encuentran "detrás de" todo lo que vemos a nuestro alrededor. Platón llamó a estos moldes Ideas. Detrás de cada caballo, cerdo o ser humano se encuentra la "Idea de caballo", la "Idea de cerdo" o la "Idea de ser humano". (De la misma forma que la pastelería del ejemplo anterior podía tener pastas con forma de hombres, caballos y cerdos, puesto que un pastelero que se precie tendrá más de un molde. No obstante, un solo molde es suficiente para cada clase de pasta). 17 Platón llegó a la conclusión de que tenía que haber una realidad detrás del "mundo de los sentidos", realidad a la que llamó el mundo de las Ideas. En este mundo se encontraban las "imágenes modelo", eternas e inmutables, detrás de los distintos fenómenos con los que nos topamos en la naturaleza. Este espectacular concepto se conoce como la teoría de las Ideas de Platón. Conocimiento seguro ¿Pensaba realmente Platón que tales moldes existían en una realidad completamente diferente? Sabemos que todo ser humano y animal se acabará muriendo y descomponiendo tarde o temprano. Incluso un bloque de granito se altera y se desintegra lentamente. Lo que pensaba Platón era que no podíamos saber nada con seguridad sobre algo que cambia constantemente. Sólo podemos tener un conocimiento seguro de las cosas que comprendemos a través de la razón. Puesto que las relaciones matemáticas nunca cambian, Platón las encontró fascinantes. Eran algo sobre lo que podíamos tener conocimientos seguros. El dramaturgo Sófocles fue contemporáneo de Platón y menciona un juego similar al pentalfa en una de sus obras. La solución al juego se puede encontrar por puro razonamiento matemático (no sin dificultad). Una de las soluciones simples consiste en empezar en cualquier punto del tablero e ir haciendo que cada uno de los siguientes movimientos termine en el punto de partida del anterior. Platón pensaba que la razón humana era una fuente de conocimientos bastante superior a nuestros sentidos. Imagina que te encuentras en el bosque con una piña redonda. A lo mejor dices que "piensas" que es completamente redonda, aunque un amigo tuyo diga que está algo achatada por uno de sus extremos. Sin embargo, no podéis tener un conocimiento absolutamente seguro de algo que percibís con los ojos. En cambio, sí puedes tener una absoluta certeza de que la suma angular de un círculo es de 360 grados. En este caso, hablaríamos de un círculo ideal que puede no existir en el mundo físico pero que puedes visualizar con claridad en tu mente. En resumen: sólo podemos tener concepciones inexactas de las cosas que percibimos a través de nuestros sentidos. Sin embargo, podemos obtener un conocimiento infalible de lo que reconocemos con la razón. La suma de los ángulos de un triángulo será siempre de 180 grados. Igualmente, la "Idea" de caballo tendrá cuatro patas, aunque todos los caballos del mundo sensorial se rompieran una de ellas. El alma inmortal Platón pensaba que el hombre era una criatura dual, que participaba tanto del reino de lo perecedero como del reino inmutable de las Ideas. Tenemos un cuerpo que "fluye" y que, por lo tanto, está indisolublemente ligado al mundo de los sentidos, compartiendo el mismo destino que todo lo de este mundo. Todos nuestros sentidos dependen de nuestro cuerpo y son, consecuentemente, poco fiables. Pero también tenemos un alma inmortal, el dominio de la razón. Y, puesto que no es física, el alma puede escrutar el mundo de las Ideas. Platón también creía que el alma existía en el reino de las Ideas antes de establecerse en el cuerpo. Pero, tan pronto como el alma se despertaba dentro de un cuerpo humano, olvidaba las Ideas perfectas. Entonces, a medida que el ser humano va descubriendo las diferentes formas del mundo de los sentidos, empieza a crecer en su alma un vago recuerdo. Ve un caballo, un caballo imperfecto, y es suficiente para despertar en su alma un vago recuerdo del "caballo" perfecto que el alma vio en el mundo de las Ideas. Este recuerdo despierta en el alma un deseo de volver a la verdadera morada del alma. Desde ese momento, el cuerpo y el mundo de los sentidos se empiezan a ver como algo imperfecto e insignificante. El alma ansía liberarse de las cadenas del cuerpo. Pero Platón no creía que todos los seres humanos daban rienda suelta al alma y permitían que ésta se liberara de tal forma. Pensaba que la mayoría de ellos se aferraba a los "reflejos" de las Ideas en el mundo de los sentidos, un mundo lleno de pobres copias de algo verdaderamente perfecto. Sólo unas cuantas personas rechazaban esto: los filósofos. Platón ilustraba esto con un mito: el mito de la caverna. Fuera de la caverna Imagina a unas personas viviendo en las profundidades de una caverna, sentadas de espaldas a la entrada y atadas de pies y manos, de forma que sólo podrán mirar a la pared del fondo de la caverna. Detrás de ellas hay un muro alto y por detrás del muro caminan unos seres que se parecen a las personas. éstos sujetan diferentes figuras por encima del borde del muro. Detrás de estas figuras arde un fuego que hace que se proyecten las sombras en la pared del fondo. De esta forma, lo único que pueden ver los habitantes de las cavernas es un "teatro de sombras". Pero, como han estado sentados en esa postura desde que nacieron, creen que las sombras son lo único que existe. Imagínate ahora que uno de esos moradores empieza a preguntarse de dónde vienen todas esas sombras. ¿Qué crees que ocurrirá cuando se vuelva hacia las figuras y vea que están siendo manipuladas por detrás del muro? Al principio, la fuerte luz a la que no está acostumbrado le cegará. También le cegarán las nítidas figuras ya que, hasta ese momento, sólo había visto sus sombras. Si consiguiera saltar el muro y atravesar el fuego hasta llegar al mundo exterior, se cegaría aún más con la luz solar. Pero, después de haberse aclimatado, vería nítidos colores y siluetas. Vería animales y flores verdaderos, de los que las figuras de la caverna sólo eran malas copias. 18 Después, vería también el sol en el cielo y llegaría a la conclusión de que él es el que da la vida a las flores y a los animales, de la misma forma que la hoguera daba las sombras en la caverna. Después, volvería a la caverna e intentaría convencer a sus moradores de que las sombras en la pared de la caverna son sólo copias centelleantes de las cosas "reales". Pero nadie le creería, afirmando que lo que allí ven es lo único que hay, y le asesinarían. Lo que Platón quería ilustrar con este mito es el camino que recorre un filósofo desde los conceptos sombríos hasta las verdaderas Ideas que se encuentran tras los fenómenos naturales. Platón creía que todos los fenómenos naturales eran meras sombras de las Ideas eternas. Probablemente pensara también en Sócrates, a quien mataron los "moradores de la caverna" por perturbar sus ideas convencionales e intentar mostrarles el camino hacia la verdadera sabiduría. El Estado El mito de la caverna lo podemos encontrar en el diálogo de Platón La república; en él nos presenta una imagen del "Estado ideal" o Estado utópico. Platón pensaba que el Estado debería ser gobernado por filósofos, basando la explicación de esto a la composición del ser humano. Según Platón, el cuerpo humano estaba dividido en tres partes: cabeza, pecho y vientre. A cada una de estas partes le correspondía una facultad del alma. La razón pertenecía a la cabeza, la voluntad al pecho y el deseo al vientre. Cada una de estas facultades del alma tenía un ideal o "virtud". La razón debía aspirar a la sabiduría, la voluntad al valor y el deseo debía frenarse para que el ser humano mostrara moderación. Sólo cuando las tres partes del cuerpo funcionaran como una unidad, obtendríamos un individuo armonioso y honroso, "virtuoso". Platón se imaginaba un Estado construido exactamente de la misma forma que un ser humano. El equivalente a la cabeza, el pecho y el vientre serían los gobernantes, los soldados y los productores (agricultores, por ejemplo). De la misma forma que una persona saludable y armoniosa mostraba equilibrio y moderación, un Estado "justo" se caracterizaba porque cada uno sabría el lugar que le corresponde dentro del conjunto. Como todos los aspectos de la obra de Platón, su filosofía política se caracterizaba por el racionalismo. La creación de un buen Estado dependía de que fuera gobernado por la razón. Y así como la cabeza rige el cuerpo, los filósofos debían regir la sociedad. Platón describe así una correlación tripartita del Estado con el cuerpo, alma y virtud humanos. El Estado ideal de Platón no parece muy diferente del sistema de castas hindú, en el que cada persona tiene una función determinada para el bien del conjunto. Incluso desde antes de los tiempos de Platón, el sistema de castas ha tenido la misma división tripartita entre la casta dominante (la de los sacerdotes), la casta de los guerreros y la casta de los productores. Hoy en día seguramente llamaríamos al Estado de Platón Estado totalitario. No obstante, merece la pena destacar que él pensaba que las mujeres podrían ser unas gobernantas tan efectivas como los hombres, por la mera razón de que los gobernantes deberían gobernar en virtud de su razón. Pensaba que las mujeres tenían exactamente la misma capacidad para razonar que los hombres si reciben el mismo tipo de educación y se las exime del cuidado de los niños y de las tareas domésticas. En el estado ideal de Platón, los gobernantes y soldados deberían ser privados de la vida familiar y de la propiedad privada. La educación de los niños era, además, algo tan importante que no podía ser confiada a los particulares, sino que debería ser responsabilidad del Estado. (Fue el primer filósofo que apoyó un sistema público de guarderías y colegios). Después de vivir grandes desilusiones políticas, Platón escribió el diálogo Las leyes, en el que describía el "Estado legal" como el segundo mejor Estado. Aquí se mostraba más partidario de la propiedad privada y las ataduras familiares. De esa manera, la libertad de las mujeres se veía reducida. Sin embargo, decía que un Estado que no educara ni adiestrara a sus mujeres era como un hombre que sólo utilizara su brazo derecho. Enlaces Filósofos relacionados: Sócrates - La vida de Sócrates: para sus enseñanzas a Platón. Aristóteles - No hay ideas innatas: para su crítica a la teoría de los moldes. Filosofía helenística - El neoplatonismo: para la adaptación religiosa de Platón. Filosofía medieval - Defensa de Platón: para la interpretación de San Agustín de Platón. Hegel - Individualismo: para su punto de vista sobre el lugar del hombre en el Estado. Historia:Antigua Grecia - Perspectiva: para el entorno histórico de Platón. Antigua Grecia - Descubrimientos: para la Academia de Platón y su acercamiento a la ciencia. La Edad Media - Descubrimientos: para la clausura de la Academia. Bibliografía Los diálogos más importantes de Platón son los siguientes:Fedón, en Diálogos, vol. III, Gredos, Madrid, 1988. La república, Alianza, Madrid, 1995.Parménides, Alianza, Madrid, 1986. ESTUDIOS:Friedländer, P.: Platón: verdad del ser y realidad de la vida, Tecnos, Madrid, 1989. Hare, R. M.: Platón, Alianza, Madrid, 1991. Una buena introducción de Platón. Ross, W. D.: La teoría de las Ideas de Platón, Cátedra, Madrid, 1989. En esta obra se destacan los aspectos epistemológicos de la doctrina platónica. 19 ARISTóTELES (384-322 a. de C.) La vida de Aristóteles Aristóteles nació en Macedonia. Su padre fue médico de la corte del rey Amintas II de Macedonia y su formación científica le convirtió en un gran biólogo, así como en uno de los filósofos más importantes de la Antigua Grecia. Entró como estudiante en la Academia de Platón cuando tenía 17 años. Pronto sobresalió y se convirtió en profesor. Estuvo en la Academia hasta la muerte de Platón, unos 20 años después. Aristóteles pasó doce años alejado de Atenas. Durante tres años fue tutor del joven Alejandro Magno, heredero al trono macedonio. En el año 335 a. de C. volvió a Atenas para fundar su propia escuela: el Liceo. Pero después de que las tropas de Alejandro conquistaran Atenas, apareció un resentimiento general contra Macedonia. Este resentimiento se volvió contra el propio Aristóteles, pues además de ser macedonio, había sido el mentor de Alejandro. En el año 323 a. de C. fue acusado de impiedad, por lo que decidió dejar Atenas antes que sufrir el mismo destino que Sócrates. Murió en el exilio un año después. La primera ciencia Aunque Aristóteles estuvo altamente influenciado por Platón, había enormes diferencias entre ellos. Aristóteles estaba obsesionado con el estudio de la naturaleza, mientras que Platón no. Platón estaba tan fascinado con sus moldes eternos, sus "ideas", que prestó muy poca atención a los cambios de la naturaleza. Aristóteles, por el contrario, se preocupó más por estos cambios (o lo que hoy en día llamamos procesos naturales). Mientras que Platón utilizaba sólo su razón, Aristóteles usaba además sus sentidos: se acuclillaba y estudiaba las ranas y los peces, las anémonas y las amapolas. Escritos antiguos hablan de 170 títulos supuestamente escritos por Aristóteles. De todos ellos se han conservado 47. No se trata de libros acabados, sino de apuntes para lecciones. Recordemos que, todavía en aquella época, la filosofía era, sobre todo, una actividad oral. La importancia de Aristóteles en la cultura europea se debe también en buena parte al hecho de que fuera él quien creara el lenguaje y terminología que, todavía hoy, se utiliza en las ciencias. Fue el gran organizador que fundó y ordenó las diferentes ciencias. No hay ideas innatas Igual que los filósofos anteriores a él, Platón deseaba encontrar algo eterno e inmutable en medio de todos los cambios. Encontró las Ideas perfectas que estaban muy por encima del mundo de los sentidos. Platón opinaba, además, que las Ideas eran más reales que todos los fenómenos de la naturaleza. Primero estaba la "idea de caballo" y, luego, llegaban todos los caballos del mundo sensorial galopando en forma de sombras en la pared de una caverna. La "idea de gallina" estaba antes que la gallina y que el huevo. Aristóteles pensaba que Platón había dado la vuelta a todo. Estaba de acuerdo con su profesor en que el caballo individual "fluye" y en que ningún caballo vive eternamente. También compartía que el molde del caballo era eterno e inmutable. Pero la "idea" de caballo era simplemente un concepto que los seres humanos nos hemos formado después de varios caballos. Esto es, la "idea" o "forma" de caballo no existe en sí misma. Para Aristóteles, la "idea", o la "forma", de caballo era la suma de las características comunes de todos los caballos o, como decimos hoy en día, la especie. Para Aristóteles, las formas de las cosas son como las cualidades específicas de dichas cosas. Platón pensaba que todas las cosas que vemos en el mundo natural eran meros reflejos de unas cosas que existían en otra realidad, la del mundo de las Ideas (y, por lo tanto, en el alma humana). Aristóteles opinaba exactamente lo contrario: las cosas que se encuentran en el alma son solamente meros reflejos de los objetos de la naturaleza. Así, la naturaleza es el mundo real. De acuerdo con Aristóteles, Platón quedó anclado en una visión mítica del mundo, en la que la imaginación del hombre se confunde con el mundo real. Aristóteles señaló que no existe nada en la mente que no haya estado antes en los sentidos. Platón decía que no había nada en la naturaleza que no hubiera estado antes en el mundo de las Ideas. En ese sentido Aristóteles opinaba que Platón "duplicaba el número de las cosas". Explicaba cada caballo haciendo referencia a la "idea" de caballo. Pero ¿qué clase de explicación era ésa? ¿De dónde venía la "idea de caballo"? ¿Existe acaso también un tercer caballo del que la "idea de caballo" es un simple reflejo? Aristóteles pensaba que todo lo que tenemos dentro de pensamientos e ideas ha entrado en nuestra conciencia a través de lo que hemos visto y oído. Pero también tenemos una razón innata con la que nacemos. No tenemos Ideas innatas, como mantenía Platón, sino una capacidad innata para ordenar todas nuestras sensaciones en distintos grupos y clases. Es así como surgen los conceptos de "piedra", "planta", "animal" y "hombre". Forma y materia Después de aclarar su relación con la teoría de las Ideas de Platón, Aristóteles determina que la realidad está compuesta por una serie de elementos individuales que constituyen un conjunto de forma y materia. La "materia" es de lo que están hechas las cosas y la "forma" representa las cualidades específicas de cada cosa. Supón que tienes ante ti una gallina aleteando. La "forma" de la gallina es, justamente, aletear, cacarear y poner huevos. Es decir, la "forma" de la gallina son las propiedades específicas de la especie "gallina" o, en otras 20 palabras, lo que hace la gallina. Cuando la gallina muere, y con ello deja de cacarear, la "forma" de la gallina deja de existir. Lo único que queda es la "materia" de la gallina, con lo que ya no es una gallina. La "materia" siempre tiene el potencial de realizar una determinada "forma". Según Aristóteles, cada cambio en la naturaleza es una transformación de la materia de "posibilidad" a "realidad", de "potencia" a "acto". Imagina un escultor trabajando con un enorme bloque de granito. Todos los días da martillazos y pica la piedra informe. Un día recibe la visita de un niño que le pregunta: "¿Qué estás buscando?", a lo que el escultor responde: "Espera y verás". Al cabo de unos días el niño vuelve. Para entonces, el escultor ya ha esculpido un hermoso caballo. El niño mira asombrado, se vuelve al escultor y le dice: "¿Cómo podías saber que el caballo estaba ahí dentro?". En cierto modo, el escultor ya había visto la forma del caballo en el bloque de granito, puesto que el bloque de granito tenía la potencialidad inherente de transformarse en caballo. De forma similar creía Aristóteles que todas las cosas de la naturaleza tienen una posibilidad, un potencial inherente de realizar o alcanzar una "forma" determinada. La causa final Aristóteles tenía una notable visión de la causalidad en la naturaleza. Pensaba que había varias clases de causas en la naturaleza (mencionaba cuatro diferentes). Es importante comprender a qué llamaba Aristóteles la "causa final". ¿Por qué llueve? Seguramente sabrás que llueve porque el vapor de agua se enfría y se condensa formando gotas de agua que caen al suelo debido al efecto de la fuerza de gravedad. Aristóteles también estaría de acuerdo con este ejemplo. Pero añadiría que sólo has señalado tres de las causas. La "causa material" es que el vapor de agua (las nubes) se encontraba justo allí en el momento en el que se enfrió el aire. La "causa eficiente" o agente es que se enfría el vapor de agua y la "causa formal" es que la "forma" o naturaleza del agua es caer al suelo. Pero, además, Aristóteles añadiría que llueve porque las plantas y los animales necesitan el agua de la lluvia para poder crecer. ésta es la causa que Aristóteles llamaba "causa final". Aristóteles atribuiría a las gotas una tarea o "intención". ésta no es la forma de pensar de un científico de hoy en día. Decimos que la comida y la humedad son condiciones necesarias para que los animales y las personas puedan vivir, no que la intención del agua o las naranjas sea la de darnos de comer. Pero Aristóteles creía que hay un propósito o intención detrás de todo. Llueve para que las plantas puedan crecer, las naranjas o las uvas crecen para que las personas se las puedan comer. Lógica La distinción entre "forma" y "materia" juega también un importante papel cuando Aristóteles se dispone a describir cómo los seres humanos reconocen las cosas en el mundo. Cuando discernimos cosas, las ordenamos en distintos grupos o categorías. Veo un caballo, luego veo otro caballo y, luego, otro más. Los caballos no son idénticos, pero tienen algo en común, y ese algo en común es lo que constituye la "forma" del caballo. Lo que es diferente o individual pertenece a la "materia" del caballo. De esta manera, los seres humanos vamos por el mundo clasificando todo en categorías. Distinguimos las cosas hechas de piedra, las hechas de madera y las hechas de goma. Distinguimos entre las cosas vivas y las cosas muertas, entre lo vegetal, lo animal y lo humano. Aristóteles pretendía mostrar que todas las cosas de la naturaleza pertenecían a determinados grupos y subgrupos. (Así, por ejemplo, un perro determinado es un ser vivo, más concretamente un animal, más concretamente un vertebrado, más concretamente un mamífero, más concretamente un perro, más concretamente un labrador, más concretamente un labrador macho). Aristóteles era un meticuloso organizador que quiso poner en orden nuestros conceptos. De hecho, fue él quien creó la ciencia de la lógica. Demostró varias leyes estrictas para saber qué pruebas eran lógicamente válidas. Veamos un ejemplo clarificador: si primero constatamos que "todos los seres vivos son mortales" (primera premisa) y después constatamos que "el perro de antes es un ser vivo" (segunda premisa), podemos deducir, elegantemente, que "el perro de antes es mortal". Este ejemplo demuestra que la lógica de Aristóteles trata de una relación entre conceptos, en este caso entre "ser vivo" y "mortal". Aunque tengamos que darle la razón a Aristóteles en un 100%, debemos admitir que no nos dice nada nuevo. Nosotros ya sabíamos que el perro era "mortal", puesto que todos los perros son mortales. Pero la relación entre grupos de cosas no es siempre tan obvia. De vez en cuando puede resultar necesario ordenar nuestros conceptos. Escala de la naturaleza Aristóteles mantenía que todo en la naturaleza puede dividirse en dos grupos o categorías principales. Por un lado, tenemos las cosas inanimadas, como las piedras, las gotas de agua o los granos de tierra. Estas cosas no tienen ningún potencial inmanente de cambio, sino sólo por medio de influencias externas. Por el otro lado tenemos las cosas vivas, con un potencial inherente de cambio. Aristóteles dividía las cosas vivas en dos grupos 21 diferentes. Uno que contenía las plantas, y un segundo que contenía los seres vivos. Este último grupo lo dividía, a su vez, en otros dos: el de los seres humanos y el del resto de los animales. Cuando Aristóteles dividía los fenómenos naturales en varios grupos, se basaba en las características de los objetos, concretamente, en lo que podían hacer o en lo que hacían. Todos los seres vivos (plantas, animales o seres humanos) tienen la capacidad de sentir el mundo de su alrededor y de moverse en la naturaleza. Los seres humanos tienen, además, la capacidad de pensar o, en otras palabras, de ordenar sus sensaciones en varios grupos y clases. Así resulta que no hay realmente límites muy definidos en la naturaleza. Observamos una transición más bien gradual de plantas simples a plantas más complicadas, de animales simples a animales más complicados. En la parte superior de esta pirámide se encuentra el hombre, el cual, según Aristóteles, vive toda la vida de la naturaleza. El hombre crece y absorbe sus nutrientes como las plantas, tiene sentimientos y la capacidad de movimiento como los animales, pero además tiene la peculiar característica de pensar racionalmente. En la cima absoluta de esta pirámide Aristóteles colocaba al "primer motor", Dios, quien, según él, había iniciado todos los movimientos del mundo natural. ética Aristóteles pensaba que hay tres formas de felicidad. La primera de ellas es la vida de placeres y diversiones. La segunda forma de felicidad es vivir como un ciudadano libre y responsable. La tercera, vivir una vida como pensador e investigador. Aristóteles también subrayaba que tenían que darse simultáneamente las tres condiciones para que el ser humano pudiera ser totalmente feliz. Rechazaba cualquier forma de desequilibrio. Aplicaba lo mismo a las relaciones humanas, donde Aristóteles abogaba por el "justo término medio". No debemos ser ni cobardes ni temerarios, sino valientes (poco valor es cobardía y demasiado es temeridad). Por ejemplo, con la comida es muy peligroso comer demasiado poco, como también lo es comer demasiado. Tanto la ética de Platón como la de Aristóteles se remiten a la ciencia médica griega: sólo mediante el equilibrio y la moderación una persona será feliz, vivirá en "armonía". Política Aristóteles mencionaba tres buenas formas de Estado. Una de ellas era la monarquía, o reinado, donde sólo había un jefe de Estado. Para que este tipo de gobierno fuera bueno, debería evitarse su evolución hacia la "tiranía" (esto es, un gobernante que maneje el Estado para su propio provecho). Otra de las buenas formas de Estado era la aristocracia, en la que hay un grupo mayor o menor de gobernantes. En esta forma de gobierno debería evitarse la degeneración a la "oligarquía", donde sólo unos pocos serían los gobernantes. Un ejemplo de ello sería una asamblea La tercera forma de Estado es la que Aristóteles llamó politeia, la democracia. Esta forma de gobierno también tiene un aspecto negativo. Una democracia puede degenerar también en demagogia. La mujer A diferencia de Platón, Aristóteles tendía a pensar que las mujeres eran, en cierta forma, incompletas. Una mujer era algo así como "un hombre incompleto". En la procreación, la mujer debería ser pasiva y receptora, mientras que el hombre sería el activo y productivo. Pensaba que el niño sólo heredaba las cualidades del hombre, las cuales estaban contenidas en su esperma. La mujer era como la tierra, que sólo recibe y gesta la "semilla", mientras que el hombre es el que la "siembra". O, dicho de una forma genuinamente aristotélica, el hombre da la "forma" y la mujer contribuye con la "materia". El punto de vista de Aristóteles sobre los sexos fue doblemente negativo porque fue el suyo, no el de Platón, el que se mantuvo durante toda la Edad Media. La Iglesia heredó una visión de la mujer que, en realidad, no tenía ninguna base en la Biblia. Enlaces Filósofos relacionados: Platón - El mundo de las Ideas: para la teoría de los moldes. Filosofía medieval - Sto. Tomás de Aquino: para el resurgimiento del aristotelismo. Darwin - El origen de la vida: para el sistema de clasificación comparable. Locke - Los empiristas: para la visión empirista. Historia: Antigua Grecia - Descubrimientos: para la faceta científica de Aristóteles. Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno. La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles por los eruditos medievales. Renacimiento - Perspectiva: para Aristóteles. 22 Renacimiento - Descubrimientos: para el desafío de la ciencia aristotélica durante el Renacimiento. Bibliografía Las principales obras de Aristóteles son: ética nicomáquea. ética eudemia, Gredos, Madrid, 1993. Física, Gredos, Madrid, 1995. Metafísica, Gredos, Madrid, 1990. ESTUDIOS: Barnes, J.: Aristóteles, Cátedra, Madrid, 1987. Una obra accesible, escrita por uno de los mejores especialistas en Aristóteles en el mundo anglosajón. Lear, J.: Aristóteles: el deseo de comprender, Alianza, Madrid, 1994. Ross, W. D.: Aristóteles, Charcas, Buenos Aires, 1981. Destacan, sobre todo, los aspectos ontológicos de este estudio. Helenismo y Roma - Perspectiva Alejandro Magno dejó a su muerte en el año 323 a. de C. el mayor imperio que el mundo había conocido, uniendo la civilización griega con Egipto y Oriente hasta la India. Las conquistas de Alejandro marcaron el comienzo de una nueva época en la historia de la humanidad. Surgió una nueva civilización en la cual la cultura y la lengua griega jugaron un papel dominante. Los tres siglos siguientes son los conocidos como período helenístico. El término Helenismo se refiere tanto a la época como a la cultura predominantemente griega que prevaleció en los reinos helenísticos, entre los cuales Egipto, Siria y Macedonia fueron los más importantes. La cultura helenística unificó ideas científicas, filosóficas y religiosas de todo el mundo conocido. Nuevos movimientos religiosos, que prometían la inmortalidad y salvación a los que siguieran sus enseñanzas, aparecieron como resultado de la fusión de diversas creencias. El gran puerto de Alejandría se convirtió en el centro cultural y comercial del helenismo. Era una sociedad cosmopolita y próspera que atraía a mercaderes artistas y eruditos de diferentes naciones. Mientras Atenas, tras Platón y Aristóteles, continuaba siendo la capital de la filosofía, Alejandría era el centro de la ciencia helenística. Con sus grandes bibliotecas y museos, Alejandría era la vanguardia en los avances de las matemáticas, astronomía, biología y medicina. A partir del siglo II a. de C., Roma comenzó la conquista de los reinos helenísticos y, hacia el final del siguiente siglo, la cultura romana y el latín predominaron desde España por el oeste hasta Egipto y Asia Menor. El período romano supuso más una continuación que una ruptura con la civilización helenística. Roma había estado profundamente influenciada por la cultura clásica y helenística griega, los romanos sentían un enorme respeto por el arte, la literatura y la filosofía griega. Aunque el latín era la lengua oficial, el griego continuó siendo la lengua de las provincias del este y los romanos instruidos eran bilingües. Augusto, el primer emperador romano, trajo la paz, prosperidad y buen gobierno a Roma y a los ciudadanos del Imperio. A partir del tiempo de Augusto los romanos practicaron el culto al emperador por el cual a los emperadores se les otorgaba supremacía política y religiosa , y frecuentemente se les deificaba tras su muerte. Durante algunos siglos más el poder y el ejército romanos iban a poder imperar de forma hegemónica en sus vastos territorios. Hacia el siglo III d. de C., sin embargo, el Imperio comenzó a desmoronarse y existía una conciencia generalizada de declive. Durante este período la sociedad romana iba siendo cada vez más consciente de lo que al principio pareció ser el nacimiento de una nueva secta judía. No obstante, a pesar de la persecución inicial, el Cristianismo se extendió por el Imperio y hacia el año 300 d. de C. representaba aproximadamente la décima parte de su población. En el siglo cuarto consiguió el apoyo del emperador Constantino y, lo que había sido un culto ilegal, rápidamente se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. Esta identificación entre la Iglesia y el estado supuso un hecho de profundo significado histórico que iba a afectar a la sociedad occidental durante miles de años. ver también: Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno Antigua Grecia - Descubrimientos: para Platón y Aristóteles como científicos La Edad Media - Descubrimientos: para la clausura de la academia de Platón, el redescubrimiento de Aristóteles por sabios medievales. La Edad Media - Perspectiva: para Europa tras la caída de Roma, la expansión del cristianismo La Edad Media - Sociedad: para el importante papel de la iglesia en la Europa medieval La Edad Media - Política: para la importancia política de la iglesia medieval La Edad Media - Cultura: para la influencia de la iglesia en el arte medieval. Renacimiento - Descubrimientos: para el desafío a la ciencia de Aristóteles por sabios del Renacimiento. 23 Helenismo y Roma - Política Tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a. de C., el Imperio se repartió entre sus generales, dividiéndose en los reinos helenísticos; los tres más importantes eran Egipto, Siria y Macedonia. La cultura helenística floreció en el área mediterránea incluyendo la nueva república de Roma. En el segundo siglo a. de C. varios estados griegos pidieron ayuda militar a Roma en sus disputas regionales. Los romanos usaron esta oportunidad para conquistar Grecia y parte de Asia Menor, mientras que en el oeste derrotaban a su rival Cartago. Hacia el final del primer siglo a. C el Imperio Romano se extendía desde Oriente Próximo por todo el Mediterráneo hasta Francia, España y Britania. Sin embargo, a pesar de que el Imperio Romano conquistó vastos territorios en el exterior, en Roma estalló la guerra civil entre diferentes facciones políticas. Julio César consiguió el control pero fue asesinado en el 44 a. de C. El sobrino de César, Octavio, derrotó a los responsables de su muerte, incluido Marco Antonio que se suicidó con Cleopatra. Aunque al principio Roma continuó siendo una república, cuya autoridad recaía en el Senado y en los ciudadanos de Roma, Octavio fue reconocido como el primer emperador con el nombre de "Augusto" o "El Venerado". El reinado de Augusto fue un período de estabilidad política, prosperidad y reformas administrativas. La dinastía de Augusto se extinguió con la muerte de Nerón en al año 68 d. de C. Le siguió la guerra civil pero finalmente el Imperio se estabilizó y mediante el poder militar se extendió incluso más. Aunque la autoridad romana estaba basada en el poderío de su ejército, en su mejor momento supuso orden, paz y un gobierno eficaz. Los romanos eran tolerantes con las costumbres locales siempre y cuando se pagaran los impuestos y se reconociera la autoridad de Roma. En el siglo tercero se produjo una seria decadencia política y económica en el Imperio. La administración imperial se desmoronaba y las tribus bárbaras amenazaban sus fronteras. Esta situación mejoró en cierta medida al final del siglo, y poco después Constantino trasladó la capital a Bizancio, que pasó a llamarse Constantinopla. Pero la verdadera importancia histórica de Constantino está en la adopción del Cristianismo como credo oficial del Imperio, habiendo sido anteriormente perseguido como secta. A pesar de los intentos de reforma, el orden romano pereció. El territorio era demasiado grande para una sola administración, aunque el ideal de Imperio unificado iba a reaparecer periódicamente como mínimo hasta la época de Napoleón. La parte oriental de lengua griega crecía al margen de la occidental que hablaba latín y al final del siglo cuarto el Imperio se desdobló en dos mitades la oriental y la occidental. En el 410 y en el 455 Roma fue saqueada por los bárbaros, y el Imperio occidental finalmente se desmoronó en el 476. Ver también: Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno. La Edad Media - Política: para Europa despúes de la caída de Roma, imperio de Carlomagno. Renacimiento - Política: para la visión del Imperio por Carlos V. La Ilustración - Política: para las conquistas e imperio de Napoleón Siglo XX - Economía: para intentos de construir una unidad económica europea. Helenismo y Roma - Economía La civilización helenística y la romana al igual que la de la antigua Grecia eran esencialmente urbanas. Se fundaron numerosas ciudades que se convirtieron en centros de la cultura helena o romana para las poblaciones locales. Las ciudades podían tener funciones tanto estratégicas como comerciales para proteger las rutas del comercio o establecer una presencia militar. Las ciudades helenísticas -entre las que destacó por su importancia Alejandría en Egipto, fundada por Alejandro Magno- fueron repobladas bien por griegos que habían luchado en las campañas o por inmigrantes de otros reinos helenísticos. Las riquezas de la civilización helenística, con frecuencia sustraídas a los territorios conquistados, se exhibían en estas ciudades en suntuosos edificios públicos. Las ciudades del Imperio Romano se encontraban principalmente en la Europa occidental. París, Bonn, Viena y Londres surgieron en este tiempo. La ciudad más grande de todas era Roma con más de un millón de habitantes. A medida que el Imperio Romano se extendía, el comercio terrestre y marítimo florecía con nuevos mercados, una moneda única, excelentes comunicaciones y grandes períodos de paz. Se agrandaron los puertos o se hicieron de nuevo y se construyeron faros. Los canales ampliaron el acceso a los ríos, mientras que en todo el Imperio el transporte de personas y mercancías, así como de ideas, se vio facilitado por una inmensa red de carreteras. Se conectaron las ciudades desde Gran Bretaña a Egipto y los servicios postales mejoraron el envíos a largas distancias de cartas, libros y otros documentos. En esta sofisticada economía se intercambiaban el estaño británico, el marfil africano, caballos árabes, vidrio italiano, y la seda y especies de oriente. Las caravanas y los mercaderes marítimos viajaban hasta tan lejos como Corea y Sri Lanka donde se había adoptado la moneda romana. A pesar de la importancia del comercio, la economía romana se basaba en una agricultura simple y primitiva. Desde sus granjas agrícolas se tenían que pagar los impuestos para mantener la costosa infraestructura militar y 24 administrativa del Imperio. En el siglo III d. de C. los impuestos aumentaron para sufragar un ejército que se defendía de los bárbaros, en medio de la guerra civil y el declive económico. Los campesinos entregaban tierra a los terratenientes a cambio de protección. En ocasiones los campesinos se convertían en siervos ligados a la tierra porque el dinero perdía su valor y era reemplazado por el intercambio de bienes o servicios. La economía interrelacionada de los primeros siglos se volvió descentralizada y local a medida que la civilización de la antigüedad basada en las ciudades llegaba a su fin. Ver también: La Edad Media - Economía: para el colapso económico de Europa Occidental después de la caída de Roma. La Edad Media - Sociedad: para los esclavos ligados a la tierra en el sistema feudal. Helenismo y Roma - Sociedad La sociedad helenística surgió de la mezcla de las tradiciones griegas, extendidas por los ejércitos de Alejandro Magno, con la cultura de los pueblos conquistados. El imperio era demasiado grande para ser administrado únicamente por los griegos, y en general Alejandro permitió que continuaran las costumbres locales, adoptándolas él mismo hasta el punto de crear resentimientos entre sus seguidores. Su segunda mujer era hija de un rey persa, y alentó a muchos de sus soldados a casarse con mujeres orientales. El Imperio Romano continuó con la tolerancia helenística hacia las diferentes costumbres y tradiciones. Los romanos no imponían sus costumbres por la fuerza, pero ofrecían a cambio incentivos como la ciudadanía romana. A lo largo de todo el Imperio las ciudades recibieron los beneficios de la vida romana, desde los templos y los baños hasta el teatro, el foro y la eficiente planificación de la ciudad. La sociedad romana era patriarcal. El "pater familias", o "padre de familia", era el jefe de la casa y tenía una autoridad ilimitada. Se esperaba de él que se comportara con diligencia y autocontrol, encarnando la experiencia de generaciones anteriores. La disciplina doméstica era respetada desde los tiempos de la fundación del estado, pareja a la disciplina militar; el emperador simbolizaba al padre de la patria. La ley romana definía a las mujeres y a los niños como formas de propiedad; las mujeres estaban sometidas a la autoridad del "pater familias", ya fuera el padre o el marido. Aunque la dote de la mujer normalmente pasaba a ser propiedad del marido, las mujeres mayores tendían a aumentar sus propiedades, especialmente si sobrevivían al marido. El sistema legal romano era lo suficientemente flexible como para aceptar esta tendencia. No todos los romanos disfrutaban de los mismos privilegios. Existía un evidente contraste entre el ostentoso estilo de vida de los ricos, famoso por sus fiestas y orgías, y la exigua existencia de los pobres. Existía también un lado cruel y sanguinario en la sociedad romana, expresado de forma gráfica en la lucha de gladiadores que ofrecía divertimento a las masas de la época. Uno de los más importantes legados de Roma al mundo moderno fue su sistema legal, resultado de siglos de estudio, compilación y tratamiento de casos importantes, unido al desarrollo de la jurisprudencia y la filosofía del derecho. El derecho romano más tarde se extendió por Europa, en donde hoy sigue teniendo influencia, especialmente en Francia. Ver también: Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de las mujeres La Edad Media - Sociedad: para mujeres Renacimiento - Sociedad: para mujeres La Ilustración - Perspectiva: para el código de ley Napoleónico. Siglo XX - Sociedad: para mujeres en la vida moderna. Helenismo y Roma - Descubrimientos Centrada principalmente en la ciudad egipcia de Alejandría, la ciencia del helenismo consiguió enormes avances en muchos campos. Alejandría poseía la famosa biblioteca y museo donde Euclides, uno de los más importantes geómetras cuyos principios se enseñan todavía, fundó una escuela matemática. Entre sus alumnos se encontraba probablemente Arquímedes, fundador de la mecánica teórica, que estudió los principios de palancas, poleas y pesos. La biblioteca de Alejandría era la más grande del mundo antiguo, contenía cientos de miles de pergaminos. Eratóstenes, director de la biblioteca a partir del año 235 a. de C., hizo importantes contribuciones a la geografía, la astronomía y las matemáticas, pero es más conocido por haber calculado la circunferencia de la tierra. En el siglo segundo a. de C. el astrónomo Hiparco catalogó la posición de las estrellas, estudió los eclipses, y explicó los equinoccios científicamente. Un astrónomo anterior, Aristarco, fue el primero en proponer la teoría heliocéntrica del universo que sitúa al sol en su centro, pero esto fue desechado porque era incompatible con la física de Aristóteles. La visión del mundo que iba a prevalecer como dominante fue la de Tolomeo, el último de los grandes científicos Alejandrinos, en el siglo II d. de C. Los escritos astronómicos de Tolomeo permanecieron incuestionables hasta el siglo dieciséis, perpetuando su visión de que la tierra era el centro del universo. 25 Los médicos Alejandrinos practicaban la disección y las autopsias. En el siglo tercero a. de C. Herófilo identificó correctamente el cerebro como el centro del sistema nervioso. Su más destacado sucesor fue Galeno, físico griego nacido alrededor del año 130 d. de C. que trabajaba en Roma. Galeno practicó los métodos hipocráticos y la disección de animales como base para sus estudios de anatomía y sicología que dominaron la medicina hasta el siglo dieciséis. Sin embargo, el pensamiento de Galeno tenía fallos fundamentales, en particular el que se refiere a la circulación sanguínea. El genio romano estaba más por las aplicaciones que por la ciencia teórica. Los ingenieros romanos construyeron excelentes calzadas pavimentadas de piedras y sus acueductos son técnicamente asombrosos, dotados de una inclinación gradual para llevar agua a largas distancias. Los romanos fueron pioneros en el uso del agua como fuente de energía desarrollando el molino de agua. Usaban materiales manufacturados como ladrillos y hormigón, e hicieron posible, tras el descubrimiento del cemento, el uso del mortero hecho de la mezcla de piedra caliza y ceniza volcánica conocida como puzolana. Ver también: Antigua Grecia - Perspectiva: para la visión platónica del Universo. Antigua Grecia - Descubrimientos: para la ciencia de Aristóteles, medicina de la antigua Grecia La Edad Media - Perspectiva: para la continua influencia de Tolomeo. La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles, Galeno y Tolomeo por sabios medievales. Renacimiento - Descubrimientos: para la teoría heliocéntrica de Copérnico, desafío a la medicina de Galeno y a la ciencia de Aristóteles. época barroca - Descubrimientos: para Newton en física y astronomía, William Harvey en medicina. Siglo XIX - Descubrimientos: para progresos más recientes en medicina. Helenismo y Roma - Cultura Durante el periodo helenístico la cultura griega, extendida por las conquistas de Alejandro, dominaba el Mediterráneo y Asia Menor, para florecer posteriormente en los reinos helenísticos. Las ideas griegas mismas habían recibido influencias del contacto con otras tradiciones, especialmente las de Oriente; la cultura helenística era pues más variada y cosmopolita que la del período clásico. La principal tendencia artística eran el naturalismo exagerado y el realismo. En escultura eran frecuentes los retratos, evidenciándose así un interés por la apariencia, el carácter y el sentimiento del individuo en contraste con las idealizadas figuras de la Grecia antigua. La arquitectura carecía del sentido clásico de la proporción y frecuentemente era exagerada y de grandes proporciones. En el arte, al igual que en la filosofía y en la ciencia, los romanos eran más imitadores que creadores; imitaban en general a la Grecia clásica y en particular las tradiciones helenísticas. En muchos sentidos su civilización supuso una continuación del helenismo. El arte romano llevó el naturalismo helenístico incluso más lejos; tendía a representar escenas de la vida real, no solamente mitos. Uno de los mejores ejemplos de este estilo artístico de principios del siglo II d. de C., es la Columna de Trajano en Roma que describe gráficamente las campañas en el Danubio del emperador. El genio romano se manifiesta más en lo práctico que en lo ideal -en la tecnología e ingeniería más que en la ciencia abstracta-, en los edificios de utilidad pública más que en la arquitectura simbólica y religiosa de la Grecia clásica. La meta práctica de los arquitectos romanos era la creación del espacio interior, desarrollándose nuevas formas como arcos, volutas y bóvedas; uno de los mejores ejemplos supervivientes es el Panteón en Roma. Entre sus más impresionantes construcciones destacan los baños públicos (una influencia helenística), anfiteatros, arcos de triunfo y las puertas de las ciudades. También edificaron "basílicas", vestíbulos cubiertos con naves y techos altos, que se usaban como juzgados y mercados y, posteriormente, como lugares de culto para los cristianos. Los romanos disfrutaban con la poesía. En el siglo primero a. de C., el poema épico de Virgilio la Eneida recoge temas de la Iliada y la Odisea de Homero con la historía de Eneas, el héroe troyano fundador de Roma. La Eneida, con 12.000 versos representa la subida al poder de Roma. Es uno de las mejores obras de la literatura a pesar de que Virgilio mismo la considerara tosca y sin pulir. En el período romano la lectura se hizo más cómoda gracias a la aparición de los libros como alternativa a los pergaminos. Se hacían normalmente de pergamino, se encuadernaban cosiéndolos y se les ponía una cubierta rígida. Ver también: Antigua Grecia - Cultura: para comparación especialmente de escultura, arquitectura y literatura. Renacimiento - Perspectiva: para la influencia de Roma, e imitaciones romanas de formas griegas, en el Renacimiento. Renacimiento - Cultura: para la influencia de Roma en el Renacimiento, especialmente en la arquitectura. Siglo XIX - Cultura: para la continua influencia de la arquitectura griega y romana. 26 Helenismo y Roma - Grandes mujeres Algunas notables mujeres ocuparon puestos de poder durante este período, incluyendo tres dirigentes que guiaron a sus súbditos contra la dominación romana. La primera fue Cleopatra, cuya historia ha conquistado la imaginación de escritores y artistas desde entonces. Reina de Egipto, famosa por su belleza, Cleopatra pertenecía a la dinastía fundada tres siglos antes por Ptolomeo Soter, uno de los generales de Alejandro. Cleopatra, amante de Julio César por un período breve y posteriormente de Marco Antonio, se unió a Antonio contra Octavio que pronto se convertiría en el emperador Augusto. Derrotados por Octavio en el año 31 a. de C., primero Antonio y después Cleopatra, se suicidaron antes que afrontar la humillación de la captura. Egipto fue anexionada como una provincia romana, el último de los reinos helenísticos en perder su independencia. Casi un siglo después, en el otro extremo del mundo conocido, los romanos intentaban someter a la isla de Bretaña. Algunas tribus británicas fueron hospitalarias con los romanos, pero otras combatieron a los invasores como los icenos de Anglia Oriental. A la muerte de Prasutago, su rey, alrededor del año 60 d. de C., los romanos no permitieron que le sucediera su mujer Boudicca, en su lugar se apoderaron de su territorio y menospreciaron a su mujer. Bajo su dirección los icenos se rebelaron saqueando las principales ciudades romanas incluido Londres (Londinium). El gobernador romano se enfrentó a Boudicca y destruyó su ejército. En su desesperación la reina se envenenó, pero su ejemplo permanece como símbolo de valentía y determinación. La tercera mujer gobernante con poder en Roma al final del siglo III d. de C. fue Zenobia, reina de la colonia romana de Palmira, la actual Siria. Su marido había sido príncipe de Palmira, leal a Roma. A su muertte Zenobia tomó el control y emprendió la conquista de los territorios vecinos, primero Egipto y después parte de Asia Menor. Declaró la independencia y Roma envió al ejército contra ella. En el año 274 d. de C., tras su derrota y captura, Zenobia fue paseada por las calles de Roma con cadenas de oro. Posteriormente fue perdonada. Al igual que Cleopatra, por la que sentía una gran admiración, Zenobia fue un personaje valiente y romántico. Dirigía a sus ejércitos a caballo y era aficionada no sólo a la caza y la bebida sino también a la cultura griega; atrajo a famosos eruditos a su corte en Palmira. La filosofía helenística La Filosofía helenística no era como la que había existido en Grecia. Al igual que se fusionaban las distintas culturas, también la filosofía helenística se convirtió en una mezcla de ideas filosóficas, religiosas y científicas procedentes de Grecia y de otros lejanos lugares. Ahora, se concedía menos importancia a la verdadera naturaleza del universo y se daba prioridad a las cuestiones sobre la vida y la muerte. Surgieron gran diversidad de escuelas de pensamiento, con diferentes planteamientos sobre la mejor manera de vivir y con diferentes concepciones de la vida ultraterrena. Ver: Filosofía helenística 27 LA FILOSOFíA DEL HELENISMOFusión de culturas El término helenismo se refiere tanto al periodo de tiempo que abarca desde Alejandro Magno hasta el apogeo de Roma como al predominio de la cultura griega en los tres reinos helenísticos de Macedonia, Siria y Egipto. Una de las principales características del helenismo fue la eliminación de las fronteras entre los distintos países y culturas. Anteriormente, los griegos, romanos, egipcios, babilonios, sirios y persas adoraban a los dioses dentro de lo que se ha dado en llamar "religión de Estado". Desde aquel entonces, las distintas culturas empezaron a mezclarse en un crisol de ideas religiosas, filosóficas y científicas. El punto de vista griego sobre la vida llegaba ahora mucho más allá que en los días de la Antigua Grecia. Pero, a la vez, por toda la región mediterránea también se empezó a rendir culto a dioses orientales. Surgieron nuevas religiones que recogían dioses e ideas de las antiguas naciones. A esto se le llama sincretismo, fusión de credos. Una característica común de las nuevas religiones del helenismo era que solían tener una teoría, a menudo secreta, sobre cómo las personas podían salvarse de la muerte. La filosofía también se desplazaba cada vez más hacia la "salvación" y el consuelo. Los conocimientos filosóficos no sólo tenían un valor en sí mismos, sino que también debían liberar a los seres humanos de su pesimismo y de su miedo a la muerte. De esta forma, la frontera entre la religión y la filosofía fue gradualmente desapareciendo. Los cínicos Cuenta la historia que una vez se quedó Sócrates parado delante de un puesto que vendía toda clase de cosas. Al final, exclamó: "¡Cuántas cosas que no me hacen falta!". Esta exclamación podría valer de divisa para la escuela de filosofía cínica fundada por Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C. Los cínicos insistían en que la verdadera felicidad no depende de cosas externas tales como el lujo, el poder político o la buena salud. La verdadera felicidad no consiste en depender de esas cosas tan fortuitas y vulnerables. Y puesto que no depende de dichos elementos, puede ser conseguida por cualquiera. Es más, una vez lograda, no podrá perderse. El cínico más famoso fue Diógenes, discípulo de Antístenes, que, se dice, habitaba en un tonel y no poseía más bienes que una capa, un bastón y una bolsa de pan. Un día, estando sentado tomando el sol al lado de su tonel, le vino a visitar Alejandro Magno. El emperador se colocó frente al sabio y le preguntó si deseaba alguna cosa, que él se la daría. "Sí", respondió Diógenes, "que te eches a un lado, pues me estás tapando el sol". De esa manera mostró Diógenes que no era menos rico ni feliz que el gran hombre que tenía enfrente, pues tenía todo lo que deseaba. Los cínicos opinaban que el ser humano no tenía que preocuparse por su salud. Ni siquiera el sufrimiento o la muerte deberían ser motivo de preocupación. De la misma forma, tampoco deberían preocuparse por el sufrimiento de los demás. Los cínicos tuvieron gran importancia en el desarrollo de la escuela estoica de filosofía. Hoy en día, los términos "cínico" y "cinismo" se utilizan para señalar una incredulidad burlona en la sinceridad humana y falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los demás. Los estoicos La escuela estoica nació en Atenas hacia el año 300 a. de C. Su fundador fue Zenón, que era originario de Chipre y se unió a los cínicos después de un naufragio. Solía reunir a sus alumnos bajo un pórtico. La palabra "estoico" proviene de la palabra griega stoa, que significa pórtico. El estoicismo tuvo, después, una gran influencia en la cultura romana. Los estoicos pensaban que todos los seres humanos formaban parte de la misma razón universal o "logos". Opinaban que cada ser humano era como un mundo en miniatura, un "microcosmos" que, a su vez, era el reflejo de un "macrocosmos". Esto condujo a la idea de que existe un derecho universal llamado derecho natural. Y puesto que este derecho se basaba en la razón eterna del ser humano y del universo, no cambiaría según el lugar o la época. En este punto, tomaron partido por Sócrates y contra los sofistas. De la misma forma que los estoicos borraron la diferencia entre individuo y universo, también negaron la idea de un antagonismo entre "espíritu" y "materia". Sólo había una naturaleza. A este tipo de idea se le llama monismo (en contraposición al claro dualismo de Platón). Los estoicos atrajeron la atención sobre la asociación entre humanos, preocupándose por la política. Varios de ellos fueron hombres de Estado, como, por ejemplo, el emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. de C.). Contribuyeron a promocionar la cultura y filosofía griegas en Roma, siendo uno de sus más distinguidos seguidores el orador, filósofo y político Cicerón (106-43 a. de C.). él fue el que formuló el concepto de "humanismo" (esto es, el punto de vista en el que el individuo es el centro de todo). Algunos años después, el estoico Séneca (4 a. de C.- 65 d. de C.) dijo que "el hombre es sagrado para el hombre". Esta frase se ha mantenido como la consigna de todo el humanismo posterior. Los estoicos subrayaron además que todos los procesos naturales, tales como la enfermedad y la muerte, siguen las inquebrantables leyes de la naturaleza. Por tanto, el ser humano ha de conciliarse con su destino. Nada ocurre fortuitamente, sino que todo ocurre por necesidad, por lo que de poco sirve quejarse cuando el destino 28 llama a la puerta. Incluso hoy en día hablamos de una "tranquilidad estoica" cuando una persona no se deja llevar por sus sentimientos. Los epicúreos Sócrates tenía un alumno llamado Aristipo que creía que la meta de la vida debería ser conseguir el máximo placer sensual. "El mayor bien es el deseo", decía, "el mayor mal es el dolor". De esa manera, quiso desarrollar un arte de vivir que consistía en evitar toda clase de dolor. Hacia el año 300 a. de C., Epicuro (341-270) fundó una escuela de filosofía en Atenas, la de los epicúreos. Desarrolló la ética del placer de Aristipo y la combinó con la teoría atomista de Demócrito. Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, por lo que acabaron por ser conocidos como los "filósofos del jardín". También se cuenta que sobre la entrada al jardín colgaba una inscripción con las palabras "Forastero, aquí estarás bien. Aquí el placer es el bien primero". En contraste con los estoicos, los epicúreos mostraron poco o ningún interés en la política y en la comunidad. "¡Vive en retiro!", aconsejaba Epicuro. Quizá pudiéramos comparar su "jardín" con las comunas de nuestros días. Epicuro señalaba que era importante que el resultado placentero de una acción fuera sopesado siempre con sus posibles efectos secundarios (como el sentirse enfermo después de hartarse de chocolate). También pensaba que el resultado placentero a corto plazo tiene que sopesarse frente a la posibilidad de un placer mayor, más duradero o más intenso a más largo plazo. Pero "placer", como lo entendía Epicuro, no significa necesariamente placer sensual, como comer chocolate. También pertenecen a esta categoría valores tales como amistad o contemplación del arte. Además, disfrutar de la vida requería los viejos ideales griegos tales como el autocontrol, la moderación y el sosiego. El deseo debe ser refrenado y la calma nos ayudará a soportar el dolor. Por esta época, mucha gente temía a la muerte y buscaban a menudo ayuda en el jardín de Epicuro, que hizo uso de la teoría de los "átomos del alma" de Demócrito. "La muerte no nos concierne", dijo simplemente Epicuro, "pues, mientras existimos, la muerte no está presente. Y cuando llega la muerte, nosotros ya no existimos". No seguimos existiendo porque los "átomos del alma" se han dispersado. Después de la muerte de Epicuro, muchos epicúreos evolucionaron hacia el sibaritismo. La consigna era "¡Vive el momento!". Hoy en día utilizamos la palabra "epicúreo" para referirnos a los vividores. El neoplatonismo La tendencia más destacable del último periodo del helenismo estaba inspirada en las ideas de Platón, por lo que se la llama neoplatonismo. Su representante más importante fue Plotino (205-270 d. de C.), que estudió en Alejandría y, posteriormente, se trasladó a Roma. Plotino llevó a Roma una teoría sobre la salvación que se convertiría en una seria competidora del cristianismo cuando éste empezó a progresar. No obstante, el neoplatonismo tuvo una gran influencia sobre la teología cristiana. Platón hizo una distinción entre el mundo de las Ideas y el mundo de los sentidos, introduciendo así una clara distinción entre el alma y el cuerpo del ser humano. El ser humano era, según él, un ser dual: nuestro cuerpo se compone de tierra y polvo, como todo lo del mundo de los sentidos, pero también posee un alma inmortal. Esta idea había sido ampliamente admitida mucho tiempo antes de Platón. Plotino además estaba familiarizado con ideas similares provenientes de Asia. Plotino pensaba que el mundo estaba en tensión entre dos polos. En un extremo se encontraba la luz divina, a la que llamó Uno. Otras veces las llamó Dios. En el extremo opuesto estaba la oscuridad total, donde no llegaba la luz del Uno. Ahora bien, el punto clave de Plotino era que esta oscuridad, en realidad, no tenía existencia alguna. Era simplemente la ausencia de luz, de algo que no era. Lo único que existía era Dios, el Uno, pero, de la misma forma que la luz de una linterna se va extinguiendo con la distancia, existía un punto límite adonde la luz divina no llegaba. Según Plotino, el alma estaba iluminada por la luz del Uno, mientras que la materia era la oscuridad que no tenía existencia alguna. Pero también las formas de la naturaleza reciben un débil resplandor del Uno. Hay algo de misterio divino en todo lo que existe. Podemos ver su brillo en un girasol o en una amapola. También intuimos algo del inescrutable misterio cuando vemos una mariposa levantar el vuelo desde una rama o cuando vemos a un pez nadar en su pecera. Pero donde más cerca de Dios podemos estar es en nuestra propia alma. Sólo allí podemos unirnos con el gran misterio de la vida. En contraste con la clara bipartición de la realidad de Platón, las ideas de Plotino se caracterizan por la unidad. Todo es Uno, puesto que todo es Dios. Plotino tuvo en alguna ocasión la experiencia de ver su alma fundirse con Dios. A eso lo solemos llamar una experiencia mística. Plotino no es el único que ha tenido ese tipo de experiencias. En todas las épocas y culturas han aparecido personas relatando tales experiencias. Puede que lo describan de forma diferentes, pero las características esenciales son las mismas. Misticismo Una experiencia mística es una experiencia de fusión con Dios o el "alma universal". En muchas religiones se subraya la existencia de un abismo entre Dios y la Creación, que el místico no experimenta. él o ella ha tenido la experiencia de ser "uno con Dios", de haberse "fundido" con él. 29 La idea es que lo que habitualmente llamamos "yo" no es nuestro verdadero "yo". Durante brevísimos momentos podemos llegar a sentirnos fundidos con un "yo" mayor. El místico cristiano Silesius (1624-1677) lo expresó así: "En mar se convierte cada gota cuando llega al mar, igual que el alma asciende y se convierte en Dios cuando hacia él se encamina". En el misticismo oriental, el hinduismo, budismo y religión china, es más normal subrayar el encuentro entre el místico y Dios, o "alma universal", como una fusión total. Una experiencia mística también puede tener un significado ético. Un antiguo presidente de la India, Sarvepalli Radhakrishnan, dijo en una ocasión: "Debes amar a tu prójimo como a ti mismo, por que tú eres tu prójimo. Es una ilusión creer que tu prójimo es algo diferente de ti mismo". Hoy en día hay personas que no pertenecen a ninguna religión y que relatan experiencias místicas. Han tenido de repente lo que llaman "conciencia cósmica" o "sensación oceánica". Han tenido la sensación de haber sido arrancados del tiempo y han visto el mundo "bajo el prisma de la eternidad". Enlaces Filósofos relacionados: Demócrito - La teoría atómica: para el atomismo. Sócrates - La vida de Sócrates: para su estilo fundamental de vida. Sócrates - Sócrates el profesor: para su actitud hacia los sofistas. Filosofía medieval - San Agustín: para su neoplatonismo. Historia: Helenismo y Roma - Perspectiva: para el helenismo Renacimiento - Perspectiva: para el humanismo. Bibliografía Las obras más importantes de la filosofía del Helenismo. Epicuro.: Obras, Tecnos, Madrid, 1991. Plotino.: Enéadas III y IV, Gredos, Madrid, 1985. Séneca.: La vida feliz, Alianza, Madrid, 1980. ESTUDIOS: Long, A.: Filosofía helenística: Estoicos, Epicúreos, Escépticos., Revista de Occidente, Madrid, 1977. Piñero Sáez, A.: La civilización helenística, Akal, Madrid, 1989. La Edad Media - Perspectiva Al período de tiempo de mil años comprendido entre la caída de Roma en el siglo V y el comienzo del Renacimiento en el siglo XV, se le conoce con el nombre de Edad Media -un período entre dos épocas-. Tras la caída de Roma, el mundo grecorromanose dividió gradualmente en tres culturas diferentes. En Europa Occidental surgió la cultura latino-cristiana con Roma como capital. Mientras que en la Europa Oriental lo hacía un imperio greco-cristiano cuya capital era Constantinopla o Bizancio. Mientras tanto, tras la muerte de Mahoma en el año 632, Oriente Medio y el norte de áfrica fueron conquistados por el Islam con la Meca, Medina y Jerusalén como sus ciudades santas. En contraste con las culturas sumamente desarrolladas de Bizancio y el Islam, la caída de Roma condujo al anterior imperio occidental a un período de decadencia cultural. La infraestructura de la autoridad romana se desmoronaba al igual que su comercio y su economía. En la Edad Media se volvió al trueque o pago en especies. Durante los primeros siglos la población también decreció bruscamente; la población de Roma pasó de más de un millón de habitantes en la antigüedad a solamente 40.000 en al año 600 d. de C. Los eruditos del Renacimiento consideraban al período siguiente a la caída de Roma como "la edad oscura", una interminable noche de mil años que había enterrado a Europa entre la Antigüedad y el Renacimiento. También se considera a la Edad Media como un período de decadencia y estancamiento tras la fructífera cultura de la civilización romana, pero la Edad Media también puede ser considerada un período de crecimiento y germinación. Fue durante la Edad Media cuando se configuró el sistema escolar. A principios de la Edad Media se abrieron las primeras escuelas en los conventos, seguidas de las escuelas en las catedrales en el siglo XII, y alrededor del año 1200 se fundaron las primeras universidades. Lentamente empezaron a proyectarse los primeros Estados nacionales, especialmente en Inglaterra, España y Francia. Se arraigó la tradición de la música y los cuentos populares, muchas de cuyas historias todavía se cuentan hoy en día. La expansión del cristianismo y la evolución de la Iglesia son dos temas importantes de la Edad Media. Durante este período de mil años, el cristianismo fue penetrando en toda Europa llegando hasta Escandinavia en el siglo XI. En este proceso se adoptaron muchas costumbres precristianas que duran hasta nuestros días, como podemos ver en la celebración de la Semana Santa y la Navidad. Poco a poco, sin embargo, el cristianismo se convirtió en la filosofía de vida predominante y para la mayoría de las personas habría sido impensable una existencia que no estuviera dirigida por la religión y la iglesia. 30 Además de su papel espiritual, la Iglesia controlaba casi por completo la educación, la cultura, la administración y la ley. Tenía también enorme influencia política, aunque a medida que iban surgiendo los Estados nacionales sus gobernantes se cuestionaban cada vez más la autoridad de la Iglesia. El líder del cristianismo en Occidente era el Obispo de Roma, la cabeza suprema de la Iglesia católica. Recibió el nombre de "Papa" o "Padre" y poco a poco se le consideró el vicario de Cristo en la tierra. Roma fue la capital cristiana durante casi toda la Edad Media. El poder de la religión en la diplomacia internacional y como fuente de inspiración espiritual se puso de manifiesto en las Cruzadas, expediciones militares que entre los años 1095 y 1291 intentaron recuperar la Tierra Santa a los musulmanes. Las Cruzadas supusieron un considerable desarrollo del comercio internacional; ambos factores están relacionados con el rápido incremento de los conocimientos geográficos durante la Edad Media. Muchos mapas medievales situaban a Jerusalén en el centro del mundo, pero los navegantes del siglo XV cambiarían pronto esa percepción con sus viajes de descubrimientos cada vez más aventurados. Nuevas traducciones de los trabajos de Tolomeo, perdidas para Occidente durante cientos de años, mostraban técnicas para representar la superficie de la tierra en cartas planas, mejorando la elaboración de los mapas. A pesar de que la idea generalizada en la Edad Media era que la tierra era plana, la gente culta no tenía dificultad para aceptar la idea de Tolomeo de la tierra esférica; sin embargo también aceptaban sus errores, sobre todo el de que la tierra era el centro del universo. Ver también: Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la visión del Universo, Tolomeo. Renacimiento - Perspectiva: para una visión global, descubrimientos geográficos, reforma protestante. época barroca - Perspectiva: para el cristianismo después de la reforma, guerras religiosas Siglo XIX - Cultura: para el interés del Romanticismo en los cuentos populares. La Edad Media - Política Los bárbaros que habían invadido el Imperio Romano procedentes del centro y el este de Europa, establecieron reinos que finalmente se convertirían en el germen de los estados modernos. Los nombres de diferentes tribus tienen hoy resonancia en algunos de aquellos países europeos -los francos en Francia, los alamanes en Alemania, los anglos en Inglaterra-. Los francos llegarían a ser el grupo dominante. La única institución que sobrevivió a la caída del Imperio fue la Iglesia Cristiana y el obispo de Roma o Papa, que se convertiría poco a poco en una figura cada vez más poderosa. Con Gregorio Magno, que fue Papa desde el año 590 hasta el 604, aumentó la autoridad papal hasta el punto de organizar ejércitos y negociar tratados, adquiriendo así el Papa un papel político además del espiritual. Con su actuación, Gregorio sembró las semillas de la tensión entre la Iglesia y el estado, que aparecería periódicamente en importantes conflictos intelectuales y políticos durante toda la Edad Media y también a posteriori. Carlomagno, rey de los francos desde el año 768 al 814, pretendía restaurar la unidad política que tan buenos resultados tuvo en la época de los romanos. Conquistó gran parte de Europa central y occidental y levantó el reino más grande de Occidente desde la caída de Roma. Las conquistas de Carlomagno marcaron el comienzo de los intentos de reunificación del disgregado continente, un tema constante en la historia europea. A la muerte de Carlomagno se dividió su imperio y surgieron nuevos territorios parecidos a las actuales fronteras de Francia y Alemania. Sin embargo esta división no duró mucho tiempo y le sucedieron la desintegración política, la debilidad de los reyes y las continuas invasiones de eslavos, húngaros y escandinavos. Aunque en el siglo X el rey de Sajonia intentó recuperar el ideal de imperio, uniendo Alemania e Italia bajo la misma autoridad, no tuvo éxito y pronto se dividieron nuevamente en numerosos estados. En cambio, en otras partes de Europa comenzaban a aparecer naciones individuales, y al final de la Edad Media España, Francia e Inglaterra tenían fuertes monarquías. Los siglos XIV y XV vieron los comienzos de las asambleas representativas. La primera que apareció fue el Parlamento en Inglaterra; otras asambleas fueron los Estados en Francia, las Cortes en España y la Dieta en Alemania. Aunque no eran democráticas pues sólo podían asistir los ricos, estas instituciones establecieron el principio fundamental por el cual los dirigentes no podían fijar impuestos sin consultar a sus miembros. Ver también: Helenismo y Roma - Política: para el Imperio Romano y su caída final. Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo. Renacimiento - Perspectiva: para el aumento del secularismo, la reforma protestante. Renacimiento - Política: para el surgimiento de un sentimiento nacional entre estados europeos rivales, visión del Imperio por Carlos V. época barroca - Perspectiva: para la post-reforma del cristianismo, guerras religiosas época barroca - Política: para la monarquía absoluta, declive de muchas instituciones representativas, continua fragmentación de Alemania. La Ilustración - Perspectiva: para la revolución francesa como vía para llegar a la democracía. 31 La Ilustración - Política: para los principios democráticos de las revoluciones americana y francesa, conquistas e imperio de Napoleón. La Edad Media - Economía La desintegración del Imperio Romano causó un grave deterioro económico en Europa occidental, y tendrían que pasar varios siglos antes de que aparecieran signos de renovada expansión. La población disminuía, la vida urbana, propiciadora de las civilizaciones clásicas, desapareció en gran parte y el comercio se desestabilizó por las guerras. En todas partes los latifundios agrícolas autosuficientes eran la unidad económica principal, la manufacturación era puramente local y la economía del intercambio sustituyó a la monetaria. Por último, la sociedad al completo descansaba en una primitiva agricultura de subsistencia. Tras un largo período de anquilosamiento en el siglo XI se produjo un resurgimiento de la actividad económica en toda Europa. La población, aunque evidentemente con diferentes porcentajes, aumentó en todas partes. Alemania, Escandinavia, Francia e Inglaterra triplicaron su población entre los años 1000 y 1300, e incluso, tras las seria hambruna y las epidemias que se produjeron, en el siglo XIV seguían teniendo el doble de población que en el año 1000. La agricultura se hizo más productiva porque se dedicaban más tierras al cultivo y mejoraron las técnicas agrícolas y la variedad de los cultivos. Gradualmente las instituciones de la sociedad feudal dejaron paso a la economía monetaria y aparecieron en el campo los asalariados junto a los siervos. El rápido crecimiento de las ciudades propició la aparición de nuevos mercados en torno a las catedrales, castillos y universidades o en las rutas de comercio o de peregrinación. Se produjo una creciente especialización en el comercio tales como la panificación, la carpintería, la producción textil y la fabricación de ladrillos. Los gremios de artesanos controlaban la producción, supervisaban la calidad, el precio y la instrucción de los aprendices. La importancia de comerciantes y artesanos socavó la tradicional estructura social de los nobles, el clero y el pueblo. Los gobernantes locales se beneficiaban de la expansión económica cobrando impuestos y ofreciendo protección. El comercio se extendió tanto dentro de Europa como a ultramar. A mediados del siglo XII, ciudades italianas como Venecia, ciudad natal de Marco Polo, enviaban mercaderes al centro de Asia, China, áfrica y Oriente Próximo. Las necesidades financieras del comercio a larga distancia propiciaron el desarrollo de los sistemas de crédito. La banca surgió en Italia desde donde pasó a Flandes; las dos regiones económicamente más avanzadas de Europa. Inicialmente por seguridad, los comerciantes depositaban fondos en los cambistas, quienes entonces prestaban dinero a interés y ofrecían interés a los que depositaban los fondos. A medida que el comercio y los créditos se complicaron, los italianos hicieron seguros y contabilidad por partida doble. El desarrollo de los negocios se reflejó en la aparición de manuales que incluían instrucciones sobre el comportamiento del mercado, rutas comerciales e incluso locuciones extranjeras. Ver también: Helenismo y Roma - Economía: para el crecimiento de las ciudades y el comercio, colapso económico en el siglo III d. de C. Renacimiento - Economía: para la expansión del comercio, influencia de la última economía medieval en el Renacimiento época barroca - Económicas: para la posterior expansión económica. La Edad Media - Sociedad Tras la caída del Imperio Romano, la cultura de algunos pueblos bárbaros se integró paulatinamente con el resto de la población romana y en el sistema social. Esta unificación se vio facilitada por la aparición del cristianismo como religión común. La sociedad medieval se dividía principalmente en nobles, clero y campesinos. El feudalismo era el sistema económico y social predominante en la Edad Media; se desarrolló en tiempos de Carlomagno en el siglo VIII aunque sus orígenes se remontan a las costumbres romanas y germanas. El feudalismo era un sistema de obligaciones recíprocas basado en la propiedad de la tierra. El rey, que gobernaba por la gracia de Dios, entregaba tierra a los nobles a cambio de compromisos de lealtad o por las prestaciones militares. Estos nobles transferían tierras a los miembros de la baja nobleza que pertenecían a una escala social inferior de caballeros y escuderos. A la escala social más baja pertenecían los campesinos o siervos que estaban atados a la tierra de su señor y no podían abandonarlas sin su permiso. A cambio se les ofrecía seguridad, cobijo en el castillo del señor o feudo en tiempos de agitación y la protección de su ejército. La nobleza a finales de la Edad Media estaba subscrita a un código de conducta sintetizado en la palabra caballero, en el que destacaban el honor, la lealtad y el servicio abnegado a la comunidad. El código de caballería idealizaba a la mujer que era teóricamente objeto de desinteresada devoción similar al que se profesaba a la Virgen María. Sin embargo, la sociedad medieval estaba en general dominada fuertemente por el hombre; para la mujer la vida religiosa era la única alternativa respetable al hogar. La Iglesia era una fuerza social poderosa en la Edad Media, poseía grandes cantidades de tierra y controlaba a su campesinado como un señor feudal. Los monasterios y los conventos eran los principales centros de educación y de ciencia. Muchos hombres y mujeres ingresaban en la Iglesia, cuya jerarquía significaba para los jóvenes ambiciosos una forma de ascender en la escala social. 32 Aunque a lo largo de su vida mucha gente hacía uno o más peregrinajes a los lejanos lugares sagrados o a las catedrales, la mayoría de los campesinos vivían y morían en lugares próximos a donde habían nacido. Para la gran mayoría, la vida era corta y dura, con pésimas condiciones de vida y de higiene. La catastrófica aparición, en el año 1348, de una epidemia bubónica, conocida como la Peste Negra, mató a un tercio de la población europea causando el caos económico y una inestabilidad social generalizada. Ver también: Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de la mujer. Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer. Renacimiento - Sociedad: para cambio de la estructura social, ascenso de la clase media, posición de la mujer. época barroca - Sociedad: para la persistencia del feudalismo en Rusia y Europa del Este, diferencia de clases en la Europa Occidental Siglo XX - Grandes mujeres: para la mujer en la vida moderna. La Edad Media - Descubrimientos Durante la mayor parte de la Edad Media los eruditos de la Europa occidental casi no prestaron atención a la ciencia. Todo el conocimiento estaba controlado por la Iglesia, cuya preocupación se centraba más en buscar la salvación en el otro mundo que en las especulaciones sobre la naturaleza de este. Se olvidó la gran herencia de la cultura clásica y en el año 529 la Iglesia cerró la Academia de Platón en Atenas. Los árabes, que se hicieron con la antigua ciudad helénica de Alejandría, heredaron gran parte de la ciencia griega y helenística a la que sumaron sus contribuciones, especialmente en matemáticas, astronomía y medicina. Entre las muchas contribuciones que debemos a la ciencia islámica se encuentran los números árabes que seguimos utilizando hoy en día. En el siglo XII los trabajos de pensadores como Aristóteles, Galeno y Tolomeo empezaron e extenderse por toda Europa a través de la España musulmana, punto de encuentro de las culturas cristiana y musulmana. Por primera vez los eruditos cristianos podían estudiar en detalle las ideas de la antigüedad clásica. La Iglesia se mostró en principio desconfiada, pero finalmente, en el siglo XIII fue persuadida por Santo Tomás de Aquino de que el pensamiento aristotélico podía reconciliarse con la teología cristiana. Pronto se estudiaría la ciencia griega en toda Europa, estableciéndose los cimientos para los grandes avances del Renacimiento. Las nuevas enseñanzas tenían lugar en las universidades, una de las grandes instituciones de finales de la Edad Media. Se desarrollaron a partir de las escuelas de las catedrales de los siglos anteriores; las primeras universidades aparecieron alrededor del año 1200. Bolonia, París y Oxford fueron las pioneras, pero pronto surgieron otras por toda Europa. Profesores y estudiantes se agrupaban por materias o facultades, tal como las conocemos hoy en día, y los modernos títulos académicos o niveles se originaron en este período. En la Edad Media se produjeron importantes avances en el diseño de los barcos; se hicieron más grandes, menos dependientes de la climatología, más maniobrables. Alrededor del año 1400 Venecia y Génova poseían los barcos más avanzados que se habían construido jamás, y otros estados siguieron su ejemplo.Todos estos avances contribuyeron a hacer posible la expansión comercial y territorial sin precedentes del Renacimiento. A medida que el comercio se desarrollaba la vida se hizo más ajetreada y el tiempo necesitaba ser medido con más precisión. En 1335 un reloj de pesas se instaló en Milán y pronto todas las ciudades importantes querían tener uno. El uso de los molinos de viento y de agua era generalizado en el siglo XI y, hacia el 1400, además de moler grano los molinos de viento dotados con un poderoso fuelle podían fraguar el hierro más resistente. El desarrollo de las bombas de extracción de ruedas dentadas permitió drenar las minas y excavar pozos de más profundidad que anteriormente. La productividad agrícola aumentó con la invención del arado de hierro que hizo posible el cultivo de suelos más duros. Ver también: Antigua Grecia - Descubrimientos: para Aristóteles y Platón como científicos. Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la ciencia en Alejandría,Tolomeo, Galeno. Renacimiento - Descubrimientos: para innovaciones técnicas, desafío a la ciencia aristotélica y a la medicina de Galeno. La Ilustración - Economía: para la asimilación de la nueva industria y las innovaciones técnicas de la revolición industrial Filosofía medieval - Sto. Tomás de Aquino: para el renacimiento de Aristóteles. La Edad Media - Cultura El período de mil años que corresponde a la Edad Media dio lugar a una cultura influenciada por la expansión del cristianismo, el código de caballería y la aparición gradual de los Estados nacionales. A medida que aumentaba el poder y la riqueza de la Iglesia, la religión iba dominando el arte. En la pintura medieval se representan casi exclusivamente escenas del Evangelio, especialmente la Anunciación y la Crucifixión. Las grandes catedrales se construyeron bajo las condiciones políticas más estables de finales de la Edad Media. 33 Se hacían grandes obras que tardaban varias generaciones en completarse y cuya decoración incluía gloriosas vidrieras y esculturas en las que se combinaban la espiritualidad y el naturalismo. A medida que las catedrales alzaban sus agujas cada vez más próximas al cielo, se hacían las innovaciones en ingeniería, con elaborados techos abovedados y soportes exteriores llamados arbotantes. Junto con los castillos, las catedrales representan el mayor logro arquitectónico de la Edad Media. No todo el arte medieval era de grandes proporciones. Los monjes hacían delicados manuscritos y se realizaban complejas obras de joyería y orfebrería para la nobleza y la Iglesia. En los tapices, como en el famoso Tapiz de Bayeux, se representaban escenas de caza o acontecimientos históricos. El desarrollo de los gremios de artesanos fomentó esta rica tradición artesanal. Al principio del siglo XIV el monopolio religioso de la cultura llegaba a su fin y se apreciaba un nuevo sentido de libertad, especialmente en Italia. En Florencia, la pintura de Giotto, aunque todavía profundamente religiosa en espíritu, mostraba un sentimiento por el ser humano bastante diferente al de las estilizadas figuras humanas de los comienzos del arte medieval. La música acompañaba todas las actividades, desde la oración a la guerra y desde el trabajo al cortejo. La forma más antigua de la música medieval es el canto gregoriano. Estos cantos llanos se originaron, de acuerdo con la leyenda, a finales del siglo VI cuando una paloma se posó en el hombro de Gregorio Magno susurrándole melodías al oído. (En realidad el canto gregoriano es anterior). El desarrollo de la notación permitió que la música se escribiera y estandarizara al mismo tiempo que nuevos tipos de instrumentos estimulaban la composición de obras más complejas. La música popular era interpretada por los juglares que recorrían Europa cantando canciones de amor cortés. A medida que comienzan a establecerse los Estados nacionales con su propia identidad y cultura nacional, aparece una rica colección de cuentos y canciones populares. Esta es la época de muchos de los personajes históricos o de leyenda que todavía se adoran hoy en día, como Romeo y Julieta, Ivanhoe, el Flautista de Hamelín, Robin Hood, el rey Arturo y Ginebra. Una prueba importante de la aparición de la identidad nacional a finales de la Edad Media nos lo muestra el hecho de que la mayoría de las obras literarias se escribieran en lengua vernácula en lugar de en latín. La literatura se interesaba cada vez más por los asuntos seculares que por los eclesiásticos. El gran poeta e historiador islandés Snorri Sturluson escribió Heimskringla, la saga de los reyes nórdicos; los Cuentos de Canterbury de Chaucer son una colección de las historias animadas sobre un grupo de peregrinos ingleses. La Divina Comedia de Dante -escrita en el siglo XIV en Florencia- es una de las grandes epopeyas de la literatura medieval; narra un viaje desde el infierno hasta el cielo. Ver también: Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo Renacimiento - Cultura: para el surgimiento de culturas más seculares, arte y arquitectura en Florencia, construcción de San Pablo. Siglo XIX - Cultura: para el interés del Romanticismo por cuentos populares; estilo gótico una influencia en alguna arquitectura del siglo XIX La Edad Media - Grandes mujeres La religión, aparte del matrimonio y de la crianza de los hijos era la única ocupación respetable para las mujeres de la Edad Media. Hildegarda de Eibingen y Juana de Arco fueron dos mujeres que sobresalieron gracias a la Iglesia aunque por razones y caminos muy diferentes. Hildegarda vivió en Alemania desde 1098 hasta 1179, mientras que Juana de Arco nació en Francia en 1412 y murió quemada en la hoguera en 1431. Hildegarda tenía visiones desde los tres años. Fue educada en un convento de monjas y con el tiempo llegó a ser abadesa. A los cuarenta y dos años le visitaron los ángeles quienes le ordenaron que escribiera sus visiones, descritas en su libro Scire vias dominis o vias lucis. Las visiones también inspiraron sus canciones que todavía hoy en día se cantan en las iglesias. Hildegarda también es conocida por sus escritos médicos y por su correspondencia con cuatro Papas y otras personalidades importantes. Algunas de sus trescientas cartas se han conservado. Los milagros que se le atribuyeron fueron grabados en su tumba tras su muerte; finalmente Hildegarda fue santificada. Juana de Arco nació en el seno de una familia campesina. De niña era muy religiosa y comenzó a oír voces que le decían que liberara a Francia de los ocupadores ingleses. Gracias simplemente a la fuerza de su personalidad consiguió llegar hasta el rey Carlos VII y persuadirle de que le diera una cuadrilla de hombres, tras lo cual ella levantaría el cerco de Orleans derrotando a los ingleses en Patay aseguró la coronación de Carlos en Rheims. Después de ser herida abandonó su intento de liberar París bajo las órdenes del rey, aunque entonces cayó en manos de los borgoñones que la vendieron a los ingleses. Fue juzgada por un tribunal eclesiástico y condenada a muerte por hereje. Finalmente ella también fue santificada. Filosofía Medieval 34 Durante la Edad Media, a medida que la Iglesia cristiana se extendía, los temas religiosos ocupaban más el centro del debate filosófico. Algunos pensaban que la fe no era compatible con la razón y que la filosofía de la antigua Grecia constituía una amenaza para el cristianismo. En el transcurso de este debate la filosofía de Platón y de Aristóteles fue rescatada y remodelada para adaptarse a la doctrina teológica imperante en la época. San Agustín y Santo Tomás de Aquino fueron dos de los más importantes pensadores que recuperaron la filosofía de la antigüedad y la unificaron con la suya propia. Ver: Filosofía medieval 35 LA FILOSOFíA MEDIEVAL Fe y razón El desarrollo del cristianismo durante la Edad Media supuso que casi toda la filosofía medieval se centrara en una única cuestión: ¿estaba la Biblia en contradicción con la razón o eran la creencia en Dios y el conocimiento compatibles? A medida que la Iglesia se hacía más poderosa, los filósofos tenían que tener más cuidado a la hora de responder a esta pregunta. El sabio irlandés del s. IX John Duns Escoto cometió el error de decir que la razón y la revelación eran compatibles, pero que la razón era superior. Después de la muerte de Duns Escoto, el papa ordenó quemar todos sus libros. San Agustín San Agustín vivió entre los años 354 y 430. En la vida de este pensador podemos estudiar la transición entre la Antigüedad tardía y el comienzo de la Edad Media. San Agustín nació en la pequeña ciudad de Tagaste, en el norte de áfrica. A los dieciséis años se fue a estudiar a Cartago. Más tarde viajó a Roma y a Milán, viviendo sus últimos años como obispo en la ciudad de Hipona, varios kilómetros al oeste de Cartago. No fue cristiano toda su vida, sino que pasó por muchas religiones y corrientes filosóficas antes de convertirse al cristianismo en sus últimos años. Durante un tiempo fue maniqueo, religioso de una secta muy típica de la Antigüedad. Su doctrina de salvación era mitad religiosa, mitad filosófica, y mantenía que el mundo estaba dividido en bien y mal, en luz y oscuridad, en espíritu y en materia. Pero esta fuerte diferenciación entre el bien y el mal no le dio ninguna paz a San Agustín. De joven estaba muy interesado por lo que solemos llamar el "problema del mal", es decir, la cuestión del origen del mal. Durante otra época estuvo influenciado por los filósofos estoicos, quienes opinaban que no había una gran separación entre el bien y el mal. Sin embargo, su principal influencia provino de la otra tendencia filosófica importante de la Antigüedad tardía: el neoplatonismo. éste mantenía que toda la existencia tiene una naturaleza divina. Defensa de Platón El cristianismo de San Agustín estuvo fuertemente influenciado por las ideas de Platón. Podríamos decir que San Agustín "cristianizó" a Platón, contribuyendo a recuperar la filosofía griega para la nueva época por la vía de la Iglesia. San Agustín mantenía la noción bíblica de que Dios había creado el mundo de la nada, mientras que los griegos tendían a pensar que el mundo había existido siempre. Pero él pensaba que, antes de que Dios creara el mundo, las "ideas" existían en los pensamientos de Dios. De esta forma, situó las ideas platónicas en Dios, conservando así el punto de vista de Platón sobre las Ideas eternas. Esto demuestra el esfuerzo de San Agustín (y otros Padres de la Iglesia) por unificar al máximo la manera de pensar judía con la griega. San Agustín pensaba que había un límite hasta donde podía llegar la razón en temas religiosos. Creía que el cristianismo era un misterio divino que sólo se podía percibir a través de la fe. Hasta que se convirtió en cristiano no encontró la paz en su alma. El mal San Agustín creía, como Plotino, que el mal es la ausencia de Dios. Mantenía que el mal se debía a la desobediencia de los hombres o, como él decía, "la buena voluntad es obra de Dios; la mala voluntad es desviarse de la obra de Dios". Según San Agustín, la humanidad se perdió después del pecado original pero, aunque ningún ser humano se merezca la salvación de Dios, él ha determinado que algunos seres humanos sean salvados de la perdición eterna. Nuestra salvación estaba preestablecida y totalmente fuera de nuestro control, dependíamos completamente de la misericordia de Dios. Este punto de vista se puede considerar fatalista, pero San Agustín no renunciaba a la responsabilidad del hombre con su vida. Nos aconsejaba que viviésemos de manera que, por nuestro ciclo vital, pudiéramos darnos cuenta de que pertenecíamos a los elegidos. No negaba el libre albedrío, sino que Dios "ha visto antes" cómo viviremos. La teología de San Agustín se alejaba considerablemente del humanismo de Atenas. Pero no fue San Agustín el que dividió la humanidad en dos grupos. Simplemente se apoyaba en la doctrina de la Biblia sobre la salvación y la perdición. San Agustín explicaba esto en una gran obra llamada La ciudad de Dios, donde dejaba claro que no había salvación fuera de la Iglesia. Esta idea no sería contestada hasta la llegada de la Reforma en el s. XVI. Sto. Tomás de Aquino Al final del s. XII, los sabios árabes, con una gran tradición aristotélica, empezaron a ser conocidos en España y en el norte de Italia. La biología aristotélica creó un nuevo interés por las ciencias naturales y su filosofía despertaba la difícil cuestión de cómo reconciliar la Biblia y la filosofía. El filósofo y teólogo más grande y más importante de este periodo fue Santo Tomás de Aquino, que vivió entre 1225 y 1274. Santo Tomás de Aquino poseía un carácter tremendamente enérgico, una asombrosa memoria, y era tal su dedicación a la orden de los dominicos, que soportó una terrible persecución, incluso de su propia familia, para que la dejara. Nació en la pequeña ciudad de Aquino, entre Roma y Nápoles, pero también trabajó 36 como profesor de filosofía en la Universidad de París. Se podría decir que, así como San Agustín cristianizó a Platón, Santo Tomás de Aquino cristianizó a Aristóteles. Las verdades naturales Santo Tomás mantenía que no tenía porque haber una contradicción entre lo que nos cuenta la filosofía o la razón y lo que nos revela la fe cristiana: muy a menudo, el cristianismo y la filosofía nos dicen lo mismo. Con esto no quería decir que la razón nos pudiera decir que Dios creó el mundo en seis días o que Jesús era el hijo de Dios. A esa clase de dogmas de fe sólo tenemos acceso a través de la fe. Pero Santo Tomás opinaba que también existía una serie de "verdades teológicas naturales", a las que se puede llegar tanto a través de la revelación cristiana como a través de la razón innata o natural. Creía que había dos caminos que conducían a Dios. El primero era a través de la fe y la revelación. El segundo era a través de la razón y las observaciones hechas con los sentidos. De estos dos caminos, el de la fe y la revelación era el más seguro, puesto que era fácil desorientarse si uno se basaba exclusivamente en la razón. Pero el punto clave de Santo Tomás era que no tenía por qué haber necesariamente una contradicción entre un filósofo como Aristóteles y la doctrina cristiana. Santo Tomás pensaba que podía probar la existencia de Dios basándose en la filosofía de Aristóteles. Después de todo, con nuestra razón podemos reconocer que todo lo que nos rodea tiene que tener una "causa original", y que esta causa debe ser Dios, como decía Aristóteles. Pero Aristóteles no da una descripción ulterior de Dios, por lo que debemos confiar en la Biblia y en las enseñanzas de Jesús. Igualmente, Santo Tomás creía que hay también dos caminos en la vida moral. La Biblia nos enseña cómo quiere Dios que vivamos. Pero, a la vez, Dios nos ha provisto de una conciencia que nos capacita para distinguir entre el bien y el mal sobre una base "natural". Sabemos que está mal hacer daño a las personas, aunque no hayamos leído la Biblia cuando dice "haz con tu prójimo lo que quieras que tu prójimo haga contigo". Escala de la naturaleza Aristóteles opinaba que la cadena evolutiva desde las plantas hasta los seres humanos apuntaba a un Dios, el cual constituía una especie de cumbre de la existencia. Este esquema se adaptaba fácilmente a la teología cristiana. Según Santo Tomás, hay grados progresivos de existencia, desde las plantas hasta los seres humanos, desde éstos hasta los ángeles y desde los ángeles hasta Dios. El hombre, como los animales, tiene un cuerpo con órganos sensoriales, pero, además, posee una razón que le permite racionalizar las cosas. Los ángeles no tienen cuerpo, razón por la que tienen una inteligencia instantánea e inmediata. Los ángeles no son sempiternos como Dios, pues tuvieron que ser creados por él, pero, al no tener cuerpo, no pueden morir. Dios gobierna por encima de los ángeles. él puede ver y conocer todo en una única coherente visión. Además, para Dios no existe el tiempo como nosotros lo entendemos. Nuestro "ahora" no es el "ahora" de Dios. Aunque para nosotros pasen muchas semanas, no necesariamente pasarán para Dios. Las mujeres Santo Tomás de Aquino también adoptó el punto de vista sobre las mujeres de Aristóteles. éste pensaba que la mujer era algo así como un hombre incompleto. También pensaba que los hijos sólo heredan las características del padre, puesto que las mujeres eran pasivas y receptivas y los hombres eran activos y creadores. Según Santo Tomás, estos pensamientos armonizaban con las palabras de la Biblia, pues, entre otras cosas, dice que la mujer fue creada de una costilla del hombre. No obstante, Santo Tomás creía que la mujer sólo era inferior al hombre en el plano físico. El alma de las mujeres era igual a la de los hombres, puesto que en el cielo hay una igualdad plena entre los sexos al no existir las diferencias físicas. La vida de la Iglesia en la Edad Media estuvo fuertemente dominada por los hombres, aunque esto no significa que no hubiera pensadoras. Una de ellas fue Hildegarda de Eibingen (1098-1179), una monja del Valle del Rin. Era predicadora, escritora, médico, botánica y naturalista. Era un buen ejemplo del hecho de que muchas veces las mujeres eran sumamente prácticas, incluso científicas, en la Edad Media. Entre los antiguos judíos y cristianos había una creencia de que Dios tenía un lado femenino, una "naturaleza materna". Las mujeres también eran creadas a imagen y semejanza de Dios. En Grecia, este lado femenino de Dios se llama Sophia. "Sophia" o "Sofía" significa "sabiduría". Enlaces Filósofos relacionados: Platón - El mundo de las Ideas: para su teoría de los moldes. Aristóteles - Escala de la naturaleza: para la jerarquía adoptada por Santo Tomás. Filosofía helenística - El neoplatonismo: para la adaptación religiosa de Platón. Historia: La Edad Media - Descubrimientos: para Santo Tomás de Aquino. La Edad Media - Grandes mujeres: para Hildegarda Bibliografía 37 AGUSTíN DE HIPONA Obras más importantes: La ciudad de Dios, ed. bilingüe, t. XVII, BAC, Madrid, 1965. Las confesiones, Alianza, Madrid, 1996. ESTUDIOS: Ferrater Mora: "San Agustín o la visión cristiana", en Cuatro visiones de la historia universal, Alianza, Madrid, 1988. Esta obra se centra fundamentalmente en La ciudad de Dios. Uña Juárez, A.: San Agustín (354-430), Orto, Madrid, 1994. Contiene una selección de textos comentados. TOMáS DE AQUINO Suma contra los gentiles, ed. bilingüe, 2 vol., BAC, Madrid, 1967-1968. Suma teológica, ed. bilingüe, 15 vol, BAC, Madrid, 1947-1960. Renacimiento - Perspectiva Entre el final del siglo XIV y principios del XVII, en Europa se produjeron dos grandes convulsiones: el Renacimiento y la Reforma. El término Renacimiento significa "nacer de nuevo", y describe una época de extenso florecimiento cultural que se inició a finales del siglo XIV en Italia y que, posteriormente, se extendió al resto de Europa. Lo que volvió a nacer fue el arte y la cultura de Grecia y Roma. "Ir a los orígenes" era una consigna renacentista, que significaba buscar la cultura de la Antigüedad a través de los textos, monumentos y esculturas existentes. Se puso de moda aprender griego y buscar manuscritos de la Antigüedad. Ahora, en contraste con la Edad Media, se valoraba a los pensadores clásicos por sus propios méritos más que por su importancia para el cristianismo. A esta actitud tan distinta, característica de la Antigüedad y del Renacimiento, se la conoce como "humanismo". El humanismo enfatiza la dignidad y el valor del ser humano. Mientras que para los filósofos medievales el punto de partida había sido Dios (Teocentrismo), para los humanistas renacentistas el punto de partida era el ser humano (Antropocentrismo). Ahora al hombre se le consideraba grande y valioso, su infinito potencial queda expresado con las palabras del pensador italiano Marsilio Ficino: "¡Conócete a ti misma, oh estirpe divina vestida de humano!". El humanismo del Renacimiento celebraba el individualismo y la singularidad de cada ser humano; una visión que podía conducir a un culto a la genialidad casi desenfrenado. El ideal llegó a ser lo que se ha llamado el "hombre renacentista", una persona con talento universal que participa en todos los campos de la vida. El humanista del Renacimiento se comportaba como si todo el mundo hubiera despertado de nuevo. El arte, la literatura, la arquitectura, la música, la filosofía y la ciencia florecieron como no lo habían hecho anteriormente. Un ejemplo perdurable del espíritu renacentista fue la reconstrucción de Roma y, en particular, la edificación de la iglesia de San Pedro donde trabajaron grandes artistas, incluido Miguel ángel, y que se tardó un siglo en terminar. El Renacimiento también se caracterizó por una nueva visión de la naturaleza. La vida dejó de ser considerada como una mera preparación para el más allá, y el hombre se sentía en el mundo como en su casa. A la naturaleza se la considera como algo positivo. Muchos pensaban que un Dios infinito debía estar presente en su Creación y, por tanto, la naturaleza misma es divina. Esta interpretación se conoce como panteísmo. Dichas creencias entraban en conflicto con la visión cristiana de que existe una barrera insuperable entre Dios y la Creación. Un ejemplo dramático de la intolerancia religiosa lo encontramos en el destino de Giordano Bruno, filósofo del siglo XVI; sus creencias, que incluían la visión de que Dios estaba presente en la naturaleza y que el universo era infinito, le llevaron a ser arrestado por la Inquisición. Bruno fue quemado en la hoguera, evidenciándose así que en la época del humanismo estaba también presente el antihumanismo. El poder autoritario del Estado y de la Iglesia se manifestaba en la persecución de herejes, en las guerras de religión y en la brutal conquista del Nuevo Mundo. Un aspecto importante de este período fue la aparición del nuevo método científico. Los pensadores renacentistas advertían contra la fe ciega en las viejas autoridades, tales como los dogmas religiosos o las enseñanzas científicas de Aristóteles, todavía aceptadas casi universalmente. También se criticaba la creencia medieval de que los problemas podían resolverse con la mera reflexión. Ahora se mantenía que cualquier investigación de la naturaleza debía basarse en la observación científica y la experimentación, y que todas las observaciones debían expresarse en términos matemáticos. Este nuevo enfoque lo sintetizó el gran científico italiano Galileo Galilei de la siguiente manera: " Mide lo que se pueda medir, y haz medible lo que no se pueda medir". El método empírico fue una condición necesaria para la revolución técnica que comenzó en el Renacimiento y , en particular, tres inventos fueron fundamentales para configurar los acontecimientos de esa época. La brújula, introducida en Europa durante la Edad Media, al facilitar la navegación en mar abierto se convirtió en un elemento clave para los grandes viajes de descubrimiento. La pólvora y el desarrollo de las armas de fuego contribuyeron a la superioridad militar de los europeos sobre otras culturas y la imprenta jugó un papel 38 fundamental en la difusión de las ideas de los humanistas del Renacimiento. Hacia el final de este período un invento importante, el telescopio, supuso una revolución para la astronomía. El Renacimiento no sólo vio la expansión intelectual del hombre sino también la de sus horizontes geográficos. En 1492 Colón cruzó el Atlántico y descubrió primero el Caribe y posteriormente la costa de América del Sur. Seis años más tarde Vasco da Gama circunnavegó áfrica y encontró la ruta marítima a la India. Finalmente en 1522 un barco al servicio de España completó el primer viaje alrededor del mundo. En astronomía, se realizaron asombrosos descubrimientos. Durante siglos los hombres habían contemplado el cielo, la luna y las estrellas pero nunca dudaron de que la Tierra había sido colocada por Dios en el centro de su creación. Sin embargo, en 1543, Nicolás Copérnico propuso una teoría revolucionaria al proponer que la Tierra giraba alrededor del Sol. Esta visión heliocéntrica del universo tuvo profundas implicaciones tanto para la ciencia como para la religión, y no fue completamente aceptada hasta bien entrado el siglo siguiente. Gradualmente la filosofía y la ciencia se distanciaron de la teología, y con ello el pensamiento independiente del Renacimiento contribuyó a otra de las grandes convulsiones de esos siglos: la Reforma protestante. En el siglo XVI Martín Lutero criticó la corrupción existente en las prácticas religiosas, como la venta de indulgencias, y pidió la vuelta al cristianismo primitivo tal y como era en el Nuevo Testamento. Lutero junto con otros líderes protestantes como Calvino y Zuingli finalmente se separaron de la Iglesia católica aunque otros reformadores como Erasmo decidieron permanecer en su seno. Según Lutero, las personas no necesitaban la intercesión de la Iglesia o de sus sacerdotes para recibir el perdón de Dios. La relación personal del individuo con Dios era más importante que su relación con la Iglesia. El creía que cada uno podía leer la Biblia por sí mismo y la tradujo del griego al alemán contribuyendo así enormemente a la evolución de la lengua alemana. A pesar del énfasis que ponía en el individuo Lutero no era un humanista, creía que el hombre era por naturaleza un ser depravado y que la redención solo era posible mediante la fe. únicamente por la gracia de Dios el hombre puede legitimarse. La Reforma puso fin a la unidad que existió en la Cristiandad occidental durante más de mil años. Las guerras de religión entre católicos y protestantes iban a caracterizar la Europa del siglo y medio siguiente. Ver también: Antigua Grecia - Cultura: para el trasfondo clásico hacia el Renacimiento Antigua Grecia - Descubrimientos: para la ciencia de Aristóteles, todavía dominante hasta el Renacimiento, incluyendo la visión del universo. Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la primera aparición de la teoría heliocéntrica, su rechazo. Helenismo y Roma - Cultura: para la influencia de Roma y de imitaciones romanas de formas griegas, en el Renacimiento. La Edad Media - Perspectiva: para la persistente idea de que la tierra sigue siendo el centro del Universo. La Edad Media - Descubrimientos: para mejoras en el diseño de barcos, vía para explorar el mundo. La Edad Media - Política: para el poder de la iglesia medieval, trasfondo para el periodo de reformas. época barroca - Perspectiva: para futuras exploraciones del mundo, Newton, post-reforma del cristianismo, guerras religiosas. Renacimiento - Política Durante el Renacimiento el poder se iba concentrando en los estados centralizados gobernados por monarcas autoritarios. El gobierno medieval recaía por su efectividad en la relación entre el rey y los señores feudales de cuya lealtad dependía. Sin embargo, muchos gobernantes gradualmente aumentaron su poder sobre los súbditos. Esto ocurría con frecuencia porque podían mantener grandes ejércitos y dotarlos de armas eficaces. Hacia el final de la Edad Media los gobernantes también buscaban identificarse con el sentido de nación que empezaba a emerger en algunos países, especialmente en Inglaterra, Francia y España. Las intensas rivalidades políticas económicas y religiosas entre los Estados europeos intensificaron la nueva conciencia nacional. Los gobiernos se hicieron más eficaces, con una compleja administración dirigida por funcionarios a los que frecuentemente se contrataba más por razones de capacidad que por nacimiento. En el consejo real o gabinete se tomaban las decisiones y los consejeros reales estaban especializados en las finanzas, el derecho o los asuntos exteriores. Recaudar suficientes fondos para costear, no sólo la creciente burocracia, sino también los ejércitos cada vez más grandes, en una época en la que los Estados europeos estaban frecuentemente en guerra, era un problema continuo para los monarcas renacentistas. En el siglo XVI los países comenzaron a asignar agentes diplomáticos permanentes en las capitales de cada uno de los otros estados. Los móviles que se escondían tras la diplomacia eran frecuentemente dinásticos, con los cuales las dinastías reales trataban de incrementar sus territorios mediante matrimonio, herencia o guerra. Dichas políticas dieron como resultado la adquisición por Carlos V (Carlos I de España) de territorios que incluían España y su imperio americano, los Países Bajos y Austria. Carlos fue elegido Emperador del Sacro Imperio Romano, un título con poca relevancia política. Carlos soñaba con volver a crear un imperio universal. Pero a pesar de los años que pasó luchando contra Francia, su rival más importante, contra los turcos en el 39 Mediterráneo y contra los reformadores protestantes en Alemania, finalmente Carlos no consiguió realizar su ambición. Su hijo Felipe II fue coronado rey de España y de los Países Bajos en el año 1550. España era la gran potencia europea, con enorme riqueza procedente de la conquista de los imperios Inca y Azteca. Felipe era un ferviente católico, su reinado marcó el comienzo de un siglo de guerras brutales en Europa por motivos tanto religiosos como políticos. En los países protestantes la religión con frecuencia estaba ligada al sentimiento nacional: en la Inglaterra de Isabel II la derrota de la Armada española se consideró tanto un triunfo sobre Felipe II como una victoria del protestantismo. Sin embargo para España el fracaso en la conquista de Inglaterra fue el primer signo de decadencia que iba e evidenciarse cada vez más en el siglo XVII Ver también: Helenismo y Roma - Política: para los origenes de la visión de Carlos V de un imperio unido. La Edad Media - Política: para las conquistas e imperio de Carlomagno; primeras señales de independencia en alguna parte de Europa. época barroca - Política: para el continuo crecimiento del poder real, guerras políticas y religiosas entre estados europeos. época barroca - Sociedad: para gobierno y administración, especialmente en Francia. La Ilustración - Política: para las conquistas e imperio de Napoleón en Europa. Siglo XX - Economía: para los intentos de crear una unidad económica en Europa. Renacimiento - Economía El Renacimiento fue el producto de la prosperidad de las ciudades que se habían desarrollado a finales de la Edad Media. Aunque la economía europea era (y así continuaría por mucho tiempo) predominantemente agrícola, los siglos XII y XIII vieron el paso de una economía de subsistencia a una economía monetaria. El crecimiento del comercio y las finanzas crearon la riqueza que mantendría la cultura y la ciencia renacentista. En las ciudades del norte de Italia florecieron grandes artistas bajo el mecenazgo de la nueva aristocracia mercantil, como la familia de gobernantes de los Médici en Florencia, cuya fortuna procedía de la banca y los préstamos. Desde el siglo XV en adelante, como resultado de los viajes de descubrimiento, en la economía europea tuvieron lugar espectaculares cambios. Los monarcas europeos financiaban una serie de expediciones para descubrir rutas desconocidas a nuevas tierras y nuevas riquezas. En 1492 Colón desembarcó en las Bahamas y tomó posesión para España de lo que él llamó las Indias. Diez años más tarde los navegantes portugueses habían descubierto costeando áfrica la ruta hacia las Indias; fue el comienzo de varios siglos de expansión imperial y comercial europea por todo el mundo. Principalmente como resultado del descubrimiento del Nuevo Mundo, el centro de la vida económica de Europa pasó de los países mediterráneos, donde había estado desde la Antigüedad, a los países del Atlántico. Las pautas del crecimiento urbano demuestran el cambio. Italia mantuvo su importancia comercial la mayor parte de este período con Nápoles, Venecia y Milán entre las ciudades más grandes de Europa. Entre el año 1500 y 1600 la población de Nápoles se duplicó y la de Venecia y Milán aumentó en un 50%. Sobre el mismo período, los grandes puertos de Sevilla en España y Lisboa en Portugal triplicaron su tamaño, el siglo XVI también fue testigo de la repentina importancia alcanzada por el puerto flamenco de Amberes. París era la ciudad más grande de Europa con más de 200.000 habitantes. La economía global empezó a desarrollarse a medida que los barcos transportaban mercancías entre los continentes de América, Europa, áfrica y Asia. A Sevilla, Lisboa y Amberes llegaban metales preciosos del Nuevo Mundo, especies de la India, sedas de China y a cambio Europa exportaba sus mercancías. El oro y la plata de Méjico y Perú estimularon la economía mundial y la expansión del comercio, a la vez que favorecían el enorme poder de España en el siglo XVI. Sin embargo, al mismo tiempo, el intenso suministro de metales preciosos aumentó la inflación de la que se sabía poco por aquel entonces. Ver también: La Edad Media - Economía: para la influencia del desarrollo de la economía medieval en el Renacimiento. época barroca - Económicas: para una expansión mayor del comercio internacional y finanzas. época barroca - Perspectiva: para viajes de exploración más amplios . La Ilustración - Perspectiva: para más exploraciones, Capitán Cook Siglo XIX - Perspectiva: para expansiones imperialistas al extranjero mediante poderes europeos. Siglo XIX - Economía: para la economía mundial, comercio en el extranjero. Siglo XX - Economía: para economía global en el mundo moderno. Renacimiento - Sociedad La sociedad medieval se dividía fundamentalmente en la nobleza, el clero y el pueblo. Aunque esta división se mantuvo durante el Renacimiento, la estructura feudal que reflejaba fue cediendo terreno en la mayor parte de 40 Europa bajo presiones, a un cambio social y económico. Sin embargo, el proceso del cambio fue muy desigual, tuvo lugar rápidamente en los países avanzados del oeste mientras todavía era casi inexistente en los países de la Europa oriental, que seguían siendo una sociedad feudal basada en el trabajo de los siervos. Hacia el final del período medieval una clase media o burguesía había aparecido en gran parte del oeste de Europa. La palabra "burguesía" originalmente significaba "habitante de la ciudad", los orígenes de esta nueva clase social se remontan al crecimiento de las ciudades, el comercio y el florecimiento de la economía monetaria de finales de la Edad Media. Los comerciantes, banqueros, abogados, artesanos y médicos fueron los grupos que progresivamente desafiaron el rígido estado social de la sociedad feudal. A medida que la clase media se separaba de los señores feudales y del poder de la Iglesia se preparaban las condiciones (como en Grecia dos mil años antes) para el cultivo de la imaginación y la capacidad creativa del individuo. Esto marcó el comienzo del Renacimiento, que emergió primero durante el siglo XIV en las ciudades italianas cuya animada y próspera cultura urbana se asemejaba en gran medida a las ciudades-estado de la antigua Grecia. La nobleza de Europa occidental no gobernaba ya sus dominios virtualmente independientes, ahora tenía las miras puestas en servir a la corona o al papado como administradores, consejeros o generales. Comenzaron a abandonar sus castillos fortificados para mudarse a elegantes villas que llenaban de esculturas, pinturas y delicado mobiliario contribuyendo así a la actividad de artesanos y mercaderes. Como la riqueza de la clase media aumentó los nobles demandaron más privilegios. Pidieron la exención de impuestos pretextando que ellos, a diferencia de la clase media, ofrecían su sangre y su espada para la protección de la corona. El clero también buscó la exención de impuestos manteniendo que ellos servían a la corona con sus oraciones La mayor parte de la población estaba formada todavía por campesinos que seguían trabajando la tierra, aunque en la mayoría de los lugares se estaba convirtiendo en algo poco frecuente la servidumbre. La introducción del maíz y de la patata procedentes del Nuevo Mundo añadieron variedad a la dieta tradicional europea a base de cereales y de unas pocas legumbres. La salud mejoró y aumentó la esperanza de vida media, aunque los campesinos seguían siendo los más vulnerables a los efectos de las enfermedades, las pobres cosechas y las subidas de los precios. La posición de la mujer no mejoró de forma significativa durante el Renacimiento aunque las mujeres de clase alta llegaron a ser ligeramente más independientes. En cierto sentido las mujeres tenían menos oportunidades que en la Edad Media porque la Reforma obligó al cierre de conventos en muchos países protestantes. Esto puso fin a lo que había sido una vía importante de progreso. Al igual que en siglos anteriores, las mujeres raramente recibían educación, y si acaso la recibían era en el seno familiar. La mayoría estaban relegadas a las labores de la casa y del campo. Ver también: Antigua Grecia - Sociedad: para ciudades-estado griegas, posición de las mujeres. Antigua Grecia - Política: para ciudades-estado griegas. Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer. La Edad Media - Sociedad: para comparación con la estructura social del feudalismo, mujeres. época barroca - Sociedad: para diferencias de clases en Europa, nobleza, burguesía. La Ilustración - Sociedad: para contínuo desarrollo de la estructura social, nobleza, clase media. Siglo XX - Grandes mujeres: para mujeres en la vida moderna. Renacimiento - Descubrimientos El Renacimiento fue una época de indagaciones en todos los campos del empeño humano. Los grandes viajes de descubrimiento abrieron enormemente los horizontes geográficos del hombre pero no fue menos importante la revolución que se produjo en el pensamiento. La autoridad establecida, tanto en la doctrina religiosa como por las enseñanzas de Aristóteles o Tolomeo, ya no iba a continuar siendo aceptada sin ser cuestionada. Las investigaciones científicas eran comprobadas cada vez más no solo a la luz de la razón sino por el método empírico de la observación, la experiencia y la experimentación. Esta nueva forma de pensar iba a tener profundas consecuencias en el propio Renacimiento y en los años posteriores. Se hicieron muchos progresos en tecnología y en la aplicación de la ciencia a los problemas prácticos. Los viajes de exploración estimularon el desarrollo de la cartografía y de los métodos de navegación en aguas no cartografiadas lejos de las zonas costeras. La brújula, inventada por los chinos, era un instrumento indispensable para los navegantes del Renacimiento. Otro instrumento era el astrolabio, que servía para medir las posiciones de los cuerpos celestes, usado en astronomía desde los tiempos de la antigua Grecia pero ahora simplificado para su uso en el mar. Los avances técnicos en las armas de fuego también jugaron un papel significativo en la exploración y en la conquista de ultramar, proporcionando a los europeos la superioridad militar sobre las culturas americanas y asiáticas. El avance técnico más revolucionario que se produjo durante el Renacimiento fue el desarrollo de la imprenta de tipos metálicos movibles por el alemán de Maguncia, Juan Gutenberg. Aunque la imprenta se usaba desde 41 hacía tiempo en China y posteriormente en los países islámicos, la invención de los tipos movibles hacia la mitad del siglo XV hizo que el proceso fuera más rápido y barato que antes. La imprenta fue una innovación de enorme relevancia que abrió una nueva era en la comunicación, pues ahora los libros y folletos eran fácilmente asequibles y se incrementó el nivel de alfabetización. Hacia el final del siglo se habían impreso varios millones de libros; los libros producidos antes del 1500 se conocen como incunables. Las ideas del Humanismo renacentista se extendían por toda Europa al tiempo que la Iglesia perdía su posición como la única difusora del conocimiento. En el siglo XVI la imprenta tuvo un papel influyente en el desarrollo del protestantismo pues permitió la rápida expansión de las enseñanzas de Lutero y las de otros reformadores religiosos. Aunque los primeros libros impresos trataban de temas religiosos, de forma creciente fueron apareciendo los trabajos científicos. Entre ellos destaca la obra De Humani Corporis Fabrica del médico flamenco Andrés Vesalio, publicada en 1543. Durante la Edad Media se hicieron pocos progresos en la medicina, que seguía dominada por el médico griego Galeno. Con Vesalio renació la importante y vital práctica de la disección; sus estudios de anatomía animal y humana pusieron de manifiesto muchas discrepancias entre lo enseñado por Galeno y lo que Vesalio descubrió mediante la observación. Sus hallazgos quedaron registrados en su libro magníficamente ilustrado, que permanece como un soberbio ejemplo del nuevo método científico del Renacimiento. En el año 1543 se publicó el libro titulado Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes, que iba a resultar uno de los trabajos científicos más importantes jamás escritos. Su autor fue el astrónomo polaco Nicolás Copérnico que murió el mismo día en que se publicó su libro. Copérnico sostuvo la revolucionaria teoría de que, más que estar en el centro del universo, la Tierra giraba alrededor del Sol. El movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra podría explicarse si de hecho la Tierra girase sobre su propio eje. Estas ideas pronto fueron debatidas apasionadamente en toda Europa. Copérnico, al proponer un universo heliocéntrico (en el que el Sol es el centro), había cambiado la visión medieval del mundo de arriba a abajo. Las implicaciones de su teoría se extendieron más allá de su importancia puramente científica porque desafiaba la tradicional idea cristiana que situaba al hombre en el centro del universo con un lugar único en la Creación. Los reformadores protestantes se opusieron desde el principio a las ideas de Copérnico y más tarde la Iglesia católica las condenó. A Copérnico se le considera el padre de la astronomía moderna a pesar de que sus teorías de que el Sol era el centro del universo y de que las órbitas de los planetas eran circulares resultaron más tarde ser erróneas. Su creencia en las órbitas circulares reflejaban la antigua idea de que debido a que los cuerpos celestes eran "celestiales" deberían tener órbitas perfectas. Desde los tiempos de Platón la esfera y el círculo se habían considerado las figuras geométricas más perfectas. Tuvieron que pasar casi cien años antes de que el sistema de Copérnico fuera aceptado por los científicos. Durante este período la Iglesia condenó a los seguidores de Copérnico incluyendo al gran físico y astrónomo Galileo Galilei (1564-1642). Los trabajos más importantes de Galileo se publicaron en el siglo XVII pero su curiosidad científica y sus múltiples habilidades eran típicas del Renacimiento. En 1609 su correcto uso del recién inventado telescopio le permitió descubrir mediante la observación empírica que la luna tenía montañas y que Júpiter tenía cuatro lunas. Esto minó seriamente la visión del mundo aristotélico mantenida por sus oponentes. Galileo propuso otro reto con sus experimentos sobre el movimiento. En una innovación científica de enorme importancia, Galileo hizo uso de los principios de la inercia para mostrar que las enseñanzas de Aristóteles sobre el movimiento eran erróneas. De acuerdo con la ley de la inercia, un cuerpo permanecerá en el estado en que está de quietud o de constante movimiento en línea recta, mientras no intervengan alguna fuerza que modifique su estado. Este principio daba respuesta a una de las objeciones más importantes a la idea de Copérnico sobre la rotación de la Tierra. Aristóteles argumentaba que si la Tierra girase alrededor de su propio eje su movimiento provocaría que una piedra que se lanzase al aire verticalmente caería a alguna distancia del lugar desde el que había sido lanzada. En realidad la ley de la inercia hace que la piedra caiga en el mismo lugar porque no hay ninguna fuerza horizontal actuando sobre ella. La piedra mantendrá su movimiento horizontal a la misma velocidad que la Tierra. Existe sin embargo una fuerza vertical, la fuerza de la gravedad, que atraerá a la piedra hacia la Tierra. Observando el movimiento de una bala de cañón disparada horizontalmente, Galileo descubrió lo que ocurre cuando el movimiento vertical y horizontal están involucrados. Lanzada al aire, la bola de cañón sigue su trayectoria por encima de la tierra pero será atraída gradualmente hacia ella. La velocidad horizontal se mantiene constante, pero la velocidad vertical aumenta constantemente con el tiempo debido al efecto de aceleración de la gravedad que actúa sobre la bola. Como resultado la bola de cañón sigue una trayectoria curva. Estos experimentos servirían de base más tarde para que Isaac Newton desarrollase sus tres Leyes del Movimiento y su Ley de la Gravitación Universal. Isaac Newton también estaba influenciado por los trabajos del astrónomo alemán Johannes Kepler, contemporáneo de Galileo. Las observaciones de Kepler, al mismo tiempo que confirmaban que Copérnico estaba en lo cierto con su enfoque heliocéntrico, demostraban que los planetas giraban alrededor del Sol describiendo órbitas elípticas más que circulares y que la velocidad de los planetas es mayor cuando están más cerca del Sol. Kepler desarrolló la teoría de que había una fuerza que hacía que los 42 cuerpos celestes se atrajeran unos a otros y que la fuerza del Sol era la que mantenía a los planetas en sus órbitas. También señaló que las mismas leyes físicas regían todo el universo. Galileo rechazaba la idea de Kepler de que las fuerzas de la gravedad pudieran actuar a grandes distancias y entre distintos cuerpos celestes. No fue hasta la época de Newton cuando se aceptó la universalidad de las leyes de la gravedad. Ver también: Antigua Grecia - Descubrimientos: para Platón y Aristóteles como científicos, visión global, medicina. Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la teoría heliocéntrica de Aristarco, Tolomeo, Galeno. La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles, Galeno, Tolomeo, innovaciones técnicas, especialmente en navegación. época barroca - Descubrimientos: para el descubrimiento de la circulación de la sangre por Harvey, Newton. Siglo XIX - Descubrimientos: para avances en medicina Renacimiento - Cultura Todas las manifestaciones artísticas florecieron durante este período como no lo habían hecho antes. Los artistas aspiraban a superar a los antiguos en sus realizaciones y, siguiendo el ideal del Renacimiento, a menudo en muchos campos les aventajaron. Compartían los valores del humanismo: la exaltación del individuo, la predisposición para experimentar, su afán por el ideal de belleza de las formas clásicas, y una aproximación cada vez mayor a lo profano en contraste con el arte profundamente religioso de la Edad Media. Los grandes artistas italianos no buscaban ya el mecenazgo de la Iglesia sino el de la rica aristocracia mercantil. En el siglo XVI los artistas con éxito podían alcanzar fama y riqueza. Los temas que expresaban la nueva actitud incluían escenas históricas o mitos de la Antigüedad como El nacimiento de Venus y La Primavera de Botticelli. Los comienzos del Renacimiento tuvieron en Florencia su centro, donde los artistas experimentaron en campos que incluían la perspectiva, la anatomía y las matemáticas. Un importante avance fue el desarrollo de la perspectiva lineal que hizo posible la ilusión de profundidad y de distancia en las pinturas. Esta técnica fue iniciada por el escultor y arquitecto Filippo Brunelleschi, famoso por su monumental cúpula de la catedral de Florencia. Justo desde la puerta central de la catedral, Brunelleschi realizó una representación del baptisterio de enfrente. Con ello hizo la primera representación conocida con proyección central conocida en la historia de la pintura. Para hacer los laterales del edificio trazó líneas que se iban acercando y finalmente desaparecían. La pintura se hizo más compleja con el uso de esta forma de perspectiva utilizando frecuentemente varios puntos de fuga. Muchos humanistas del Renacimiento consideraban que era su deber cultural devolver a Roma su glorioso pasado. La basílica de San Pedro fue la obra central de esta renovación con una magnífica cúpula que tiene una altura de 130 metros. La construcción de San Pedro comenzó en 1506 y se tardó 120 años en terminar. Miguel ángel fue el arquitecto jefe desde 1546 hasta su muerte en 1564. San Pedro es un excelente ejemplo de la arquitectura renacentista en la que los componentes estructurales se combinan con proporciones armoniosas y matemáticamente exactas. Los grandes artistas del siglo XVI fueron Miguel ángel, Rafael y Leonardo da Vinci (1452-1519). Leonardo, que exploró la ciencia, la pintura, la escultura, la música y la arquitectura, es el prototipo de hombre renacentista. Además de sus trabajos en pintura tan geniales como Mona Lisa y La última Cena, Leonardo estudió y dibujó plantas y animales con magnífica precisión, diseccionó cuerpos humanos para entender la estructura ósea y el comportamiento muscular, diseñó edificios y máquinas de guerra y tocaba el laúd. Al igual que en las artes plásticas la música del Renacimiento muestra un interés cada vez mayor por los temas profanos. Los temas religiosos sin embargo siguieron teniendo importancia y se escribieron numerosos motetes y magníficas misas. Un importante avance fue la introducción de la técnica para imprimir las composiciones musicales inventada en Venecia alrededor del 1500. Los compositores más importantes de comienzos del Renacimiento eran del norte de Europa mientras que en el siglo XVI lo fueron Orlando de Lasso de Holanda , William Byrd en la Inglaterra isabelina y Palestrina de Italia. El final de este período presenció los inicios de la ópera, inspirada en la Antigüedad clásica. Ver también: Antigua Grecia - Cultura: para influencia clásica en el arte y pensamiento del Renacimiento. Helenismo y Roma - Cultura: para trasfondo romano, especialmente arquitectura. La Edad Media - Cultura: para comparación con un arte casi exclusivamente religioso de tiempos medievales. época barroca - Cultura: para contraste en arquitectura, incipiente desarrollo de la ópera Renacimiento - Grandes mujeres Se menciona con frecuencia el ideal de "hombre renacentista", pero hubo igualmente muchas mujeres renacentistas, con educación y talento, especialmente las que procedían de familias nobles o de casas reales. Isabel d'Este (1474-1539) era miembro de una rica y antigua familia italiana. Se casó con Francisco de Gonzaga, marqués de Mantua al que dio seis hijos. Rica y con talento, Isabel se rodeó de poetas como Ariosto y artistas como Leonardo da Vinci quien le hizo un retrato. Mantegna pintó una visión del Parnaso para su gabinete, y sus 43 dependencias continúan siendo una de las glorias del palacio de Mantua. Isabel amaba la música y el teatro, coleccionaba libros y fue una de los grandes mecenas de la época. También fue una astuta mujer de negocios y poseía gran habilidad política, gobernó Mantua durante la cautividad de su marido en Venecia y tras su muerte, hasta que su joven hijo alcanzó la edad suficiente Isabel Tudor o Isabel I (1533-1603), era la hija de Enrique VIII y Ana Bolena, ejecutada antes de que su hija cumpliera tres años. Isabel sobrevivió a una infancia peligrosa para convertirse en reina de Inglaterra en 1558. Era una consumada lingüista y gran lectora, sobre todo de materias religiosas. Cuando subió al trono, el país estaba en medio de la Reforma y profundamente segregado por la religión. La presencia en Inglaterra de María, la reina católica de los escoceses, desde 1568 hasta su ejecución en 1587, causaba gran descontento. En materia exterior Inglaterra sufría el constante peligro de invasión por parte de la España católica y la reina Isabel no pudo sentirse segura hasta la derrota de la Armada española en 1588. Al hacer frente a estas dificultades en el interior y en el exterior ella demostró ser una política astuta y uno de los monarcas más populares de la historia de Inglaterra. Nunca se casó sino que puso por encima de todo el compromiso con su país. Con su actuación Isabel se convirtió en un símbolo viviente de la nación. Filosofía del Renacimiento En términos de originalidad e influencia, la filosofía del Renacimiento no puede competir con la medieval que la precedió ni con la filosofía moderna, iniciada por Descartes, que la sucedería cronológicamente. Los filósofos renacentistas estaban interesados en el renacimiento de las ideas de la Antigüedad, en especial las de Platón y Aristóteles. Más que la filosofía, fueron el nuevo método científico y el creciente ritmo de las innovaciones tecnológicas los que sirvieron de inspiración para la filosofía y los acontecimientos posteriores a este período. época barroca - Perspectiva Al período comprendido entre el año 1600 y 1700 se le conoce como la época barroca. La palabra "barroco" procede de una palabra portuguesa usada para describir una perla de forma irregular. Las perlas irregulares tienen una belleza singular por sus abundantes curvas luminosas bruscamente contrastadas con sus oscuras cavidades y por su forma peculiar. El término Barroco se aplicó al arte y a la arquitectura del siglo XVII porque estaba lleno de formas irregulares y de contrastes entre la luz y la oscuridad. El siglo en general se caracterizó por los contrastes. Se preocupaba tanto de la vanidad mundana como de la naturaleza efímera de las cosas. La expresión latina "carpe diem" o "goza de este día" era muy popular en esta época, y refleja la convicción de que la humanidad debería vivir el momento, aprovechando sin vacilar cualquier oportunidad que se presentase. Por el contrario, otra expresión latina que se citaba frecuentemente era "memento mori" o "recuerda que vas a morir". Esto nos recuerda que toda vida y belleza van a perecer y que con la muerte llega el juicio. La época barroca fue también un período de conflictos políticos durante el cual Europa estaba destrozada por las guerras. En la primera mitad del siglo éstas fueron motivadas tanto por creencias religiosas como por motivos políticos. Aunque la inmensa mayoría de los europeos eran cristianos existían diferencias irreconciliables entre católicos y protestantes. Un motivo de disputa era la cuestión de la libre determinación, defendida por los teólogos cristianos pero negada por los seguidores del reformador protestante Calvino. éste defendía que en el origen de los tiempos Dios determinó el destino de cada individuo que se creara. La creencia de que toda la historia del hombre estaba predestinada condujo a la certeza puritana de que Dios sancionaba todos sus actos. Tal fe en el plan de Dios motivó que muchos peregrinos protestantes se embarcasen en la peligrosa travesía del Atlántico y establecieran colonias como Plymouth y New Haven en el Nuevo Mundo. Motivos políticos y dinásticos acentuaron las divisiones entre los cristianos. Esto se evidenció particularmente en Alemania donde rivalidades políticas y religiosas, tanto entre estados como dentro de un mismo estado, condujeron al largo y cruel conflicto de La Guerra de los Treinta Años. En las regiones protestantes de Alemania el estado dominaba a la Iglesia luterana y el clero era poco más que una parte de la burocracia real. En las regiones católicas, al contrario, era la Iglesia la que dominaba al estado, como ocurría en Colonia y Maguncia, cuyos arzobispos eran gobernantes independientes por derecho propio. La Guerra de los Treinta Años concluyó con los acuerdos de la Paz de Westfalia en 1648, poniendo fin a la era de guerras religiosas que había arruinado las vidas de multitud de personas en Europa desde la Reforma. A partir de ahí, los negocios, la riqueza comercial y las posesiones coloniales, que con frecuencia eran la fuente de esa riqueza, motivarían cada vez más los conflictos entre los estados europeos. A pesar de la agitación política y religiosa, la época barroca fue un período de gran actividad intelectual. El científico más importante de este período, Isaac Newton (1642-1727), nació el año en que murió Galileo. Newton, un cristiano que creía en la creación divina, formuló la Ley de la Gravitación Universal, que demostraba matemáticamente que el sistema solar era heliocéntrico y que las órbitas de los planetas eran las descritas por Copérnico y Kepler. Los descubrimientos de Newton sobre la gravedad se publicaron en 1687 en su libro Principia, uno de los trabajos científicos más importantes de todos los tiempos. Newton mostró que las mismas leyes del movimiento rigen en todo el universo y que todo lo que hay sobre la tierra y en el espacio están sujetos a la ley universal de la gravedad. Todo está dirigido por la misma mecánica, cuya forma de operar puede ser calculada con exactitud matemática. Newton describió así una visión mecánica del mundo. 44 La nueva comprensión del mundo físico fue acompañada de una mayor confianza para explorar sus horizontes. Los nuevos métodos de navegación, la tecnología naval y la cartografía proporcionaron la tecnología para viajes de descubrimiento más largos y más ambiciosos. La expansión europea por el mundo continuó, se descubrieron Australia y Nueva Zelanda y se exploró el interior de América del Sur y la parte oriental de América del Norte. Este afán de expansión estuvo motivado en un principio por el deseo de ampliar el comercio y los mercados y, luego, también por la carrera que se inició entre los monarcas europeos para conseguir riqueza y prestigio de forma inmediata. Ver también: La Edad Media - Perspectiva: para el indisputable poder de la iglesia católica en tiempos medievales. Renacimiento - Perspectiva: para reforma protestante, Copérnico, viajes de descubrimiento. Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, Galileo, Kepler. La Ilustración - Perspectiva: para crítica de la iglesia y creencias tradicionales, mayores exploraciones del mundo Leibniz - El espacio y el tiempo: para su disputa con Newton. época barroca - Política La época barroca fue un período de conflictos e intrigas políticas. España perdió la supremacía y Francia se convirtió en la potencia dominante de Europa, al tiempo que Holanda, Inglaterra y Suecia consiguieron mayor relevancia. Durante este período se produjeron numerosas guerras, la más destructiva fue la Guerra de los Treinta Años disputada principalmente en suelo alemán. Comenzó en 1618 como un conflicto religioso entre católicos y protestantes, pero al finalizarar en 1648 era ya un conflicto político porque en ella luchaban por el dominio de Europa diversos estados europeos. Alemania perdió un tercio de su población, la mayoría civiles atrapados entre los ejércitos enfrentados. La Paz de Westfalia puso fin a la guerra. Mediante este tratado los estados católicos y protestantes se reconocían mutuamente el derecho a existir. El acuerdo también reconocía la independencia de más de trescientos estados alemanes. Como resultado Alemania seguiría dividida y sin un gobierno central hasta el final del siglo XIX. Entre los estados de lengua alemana predominaban Austria, Baviera, Hanover y Prusia y todos ellos desarrollaron gobiernos autoritarios. En muchos países los estados se centralizaron con el consiguiente aumento de la burocracia. Esto contribuyó a aumentar el poder real y la decadencia de las instituciones representativas que habían surgido durante la Edad Media. Principalmente sucedió en Francia, donde en la segunda mitad del siglo XVII tanto la nobleza como las asambleas representativas perdieron su poder frente al rey Luis XIV, ejemplo de "monarca absoluto". éste era conocido como el Rey Sol porque todo el gobierno giraba alrededor de él. Los intentos de Carlos I de Inglaterra para actuar como un monarca absoluto obtuvieron un resultado distinto. La guerra civil entre sus partidarios y el Parlamento inglés terminaron con su derrota y ejecución en 1649. Bajo la dirección de Cromwell, Inglaterra se convirtió en una república durante nueve años tras los cuales se reinstaló la monarquía y apareció un nuevo modelo de autoridad real. En 1688 Inglaterra se convirtió en una monarquía constitucional (sin constitución escrita) con los poderes reales limitados por el Parlamento. La expansión colonial europea continuó y gran número de emigrantes franceses e ingleses se establecieron en las islas del Caribe y en el este de Norteamérica. En el siglo XVII se fundaron ciudades como Quebec, Montreal, Boston y Filadelfia que sirvieron de base para el posterior nacimiento de Canadá y Estados Unidos de América. Ver también: La Edad Media - Política: para los comienzos de las asambleas representativas, fragmentación de Alemania a pesar de los esfuerzos por unirla. Renacimiento - Perspectiva: para la reforma protestante como trasfondo de conflictos religiosos. Renacimiento - Política: para rivalidad política y religiosa entre los estados, incremento de la complejidad del gobierno, poder de España. La Ilustración - Política: para los continuos conflictos entre Europa y las colonias de ultramar, las colonias británicas en América y la declaración de independencia de los Estados Unidos Siglo XIX - Política: para unificación de estados alemanes bajo el liderazgo de Prusia, unificación de Italia. Siglo XIX - Sociedad: la emigración desde Europa continua y aumenta. época barroca - Económicas La economía europea durante la época barroca se basaba todavía en la agricultura. Durante el siglo XVII se hicieron importantes progresos en las técnicas agrícolas, especialmente en Holanda, donde se había desarrollado el cultivo intensivo para poder alimentar a una gran población urbana con una cantidad de suelo limitada. El comercio internacional y las finanzas alcanzaron progresivamente mayor importancia y la actividad económica aceleró su marcha del Mediterráneo a los países del Atlántico. Los holandeses reemplazaron a los italianos como los banqueros de Europa y, a comienzos del siglo XVII , Amsterdam desarrolló un mercado de valores o "stock exchange". La ciudad ofrecía como parte de pago las 45 mercancías que almacenaba o "stocked". Se disponía de mercancías de todo el mundo y los precios obtenidos afectaban a todos los mercados. Hacia la mitad del siglo los comerciantes e inversores de Amsterdam negociaban con "futuros", según sus predicciones sobre la oferta y la demanda de las futuras temporadas. Se hicieron y se perdieron fortunas especulando con bienes que es posible que nunca existieran. A medida que los comerciantes reunían su dinero y formaban "compañías", los comerciantes de Amsterdam vendían los derechos o "acciones" para participar en las mismas. Desde principios del siglo XVII los holandeses sustituyeron a los portugueses como potencia comercial. El mercado de las especies era una de las más importantes fuentes de ingresos. Otro producto muy importante era el azúcar, en principio un lujo importado de la colonia portuguesa de Brasil, pero ahora bastante asequible porque el cultivo de la caña de azúcar se había extendido a las colonias españolas, francesas, holandesas e inglesas del Caribe y América del Sur. Reyes comerciantes y piratas luchaban por el valioso comercio del azúcar, cuyos beneficios dependían del continuo abastecimiento de la mano de obra proporcionada por los esclavos. Para satisfacer la creciente demanda, se desarrolló la economía subsidiaria del tráfico y comercio de esclavos, generalmente embarcados en terribles condiciones desde áfrica hasta América a través del Atlántico. De esta forma los esclavos se convirtieron en mercancía y su comercio en un aspecto importante de la actividad comercial internacional. Los comerciantes ingleses hacia el final de la época barroca, desafiaban cada vez más a los holandeses. Alrededor del año 1700, Londres no solo había reproducido el sofisticado mercado financiero de Amsterdam sino que lo había superado. El enorme puerto de Londres, la infraestructura de las comunicaciones y una mayor población fueron las claves de esta superioridad. Los canales, las carreteras y el transporte marítimo unían Londres con el resto de las Islas Británicas creando una gran economía nacional integrada, que fue capaz de aumentar el capital hasta un nivel sin precedentes. Ver también: La Edad Media - Economía: para comercio, desarrollo de la banca. Renacimiento - Economía: para movimiento de la actividad económica desde el Mediterraneo al norte de Europa, expansión del comercio al extranjero. La Ilustración - Economía: para mayor importancia de Gran Bretaña como centro europeo de comercio y finanzas Siglo XIX - Economía: para el contínuo predominio de los británicos en el comercio internacional, pero crecimiento del poder de Alemania. Siglo XX - Economía: para una economía global en la vida moderna. época barroca - Sociedad Durante la época barroca la mayoría de los europeos en algún momento de sus vidas padecieron malas cosechas, hambre, guerras y violencia de manos de los recaudadores de impuestos. El 90% de la población eran campesinos que trabajaban la tierra con un sistema heredado de la época medieval. Sin embargo existían grandes diferencias entre países. En Rusia y los países del este de Europa la servidumbre y la sociedad feudal se mantenían sin apenas cambios desde los primeros siglos. Por el contrario, hacía tiempo que el feudalismo había desaparecido de países como Inglaterra y Holanda. En las grandes ciudades alrededor de la cuarta parte de la población estaba sin hogar y vivía en la más absoluta de las pobrezas y se ganaban la vida como mendigos, ladrones y prostitutas. Al término del siglo XVII había en Europa una población aproximada de noventa millones. La época barroca se caracterizaba por grandes diferencias de clase. En Francia, la potencia dominante de Europa, la pompa y el esplendor de la corte de Versalles contrastaba con la miseria absoluta en que vivía la clase baja. Sin embargo, en el noroeste de Europa, la expansión de la economía capitalista incrementó de forma gradual el nivel de vida de la población campesina. Los propietarios consideraban más rentable hipotecar sus tierras, y los campesinos que se convertían en propietarios cultivaban de forma más intensiva y productiva que en el pasado. La mayor prosperidad propició el aumento de la población. Los padres podían esperar ver al menos a cuatro de cada siete de sus hijos vivir hasta la edad adulta. La nobleza continuó siendo la clase social dominante en toda Europa. En la mayoría de los países, excepto en Inglaterra y en Holanda, disfrutaban de amplios privilegios legales y del poder político. Durante este período, los miembros pudientes de la clase media tenían la posibilidad de comprar títulos y así conseguir rápidamente posición social y privilegios fiscales. Los gobernantes vendían los títulos para financiar los costes de la guerra y el estilo de vida de la realeza. Otra forma de ascender en la jerarquía social para los hijos con educación de la burguesía era trabajar para el gobierno. Estaban mejor cualificados para manejar los complejos asuntos del gobierno que la nobleza hereditaria que por tradición recibía sólo educación militar. El abogado francés Juan Colbert es un ejemplo de esta tendencia. Hijo de un comerciante, Colbert era un profesional de la administración que estudió la producción económica y la riqueza de Francia. Como ministro de Luis XIV introdujo presupuestos que reflejaban los ingresos y los gastos. La carrera de Colbert ilustra cómo, durante la época barroca, la estructura 46 social evolucionó gradualmente como resultado de la centralización del gobierno y el consiguiente incremento de la burocracia. Ver también: La Edad Media - Sociedad: para la estructura social del feudalismo. Renacimiento - Sociedad: para el cambio de la estructura social, especialmete el ascenso de la clase media. Renacimiento - Política: para el gobierno y la administración. La Ilustración - Sociedad: para la continua evolución de la sociedad, nobleza, clase media. época barroca - Descubrimientos Probablemente el científico más importante del período barroco sea el físico inglés Isaac Newton (1642-1727). En su libro los Principia, publicado en 1687, Newton completó el trabajo iniciado por Copérnico, Kepler y Galileo proporcionando la descripción y explicación definitivas del sistema solar y las órbitas planetarias. Mostró que ambos están regidos por la ley de la gravitación universal, que sostiene que cualquier objeto atrae a cualquier otro objeto con una fuerza que aumenta en proporción a la masa de los objetos y disminuye en proporción al cuadrado de la distancia que haya entre ellos. Aplicado a los cuerpos celestes, esta atracción o gravitación significa que habría una mayor atracción entre dos soles muy grandes que entre dos lunas pequeñas que estuvieran separados por la misma distancia. Pero habría una mayor atracción entre dos lunas en el mismo sistema solar que entre dos soles en diferentes sistemas solares. Lo más importante de la teoría de Newton, sin embargo, era que la gravitación tenía validez en todas partes. La fuerza que hace que una manzana caiga del árbol a la tierra es la misma fuerza que mantiene a la Luna en su órbita alrededor de la Tierra. Newton demostró que unas sencillas leyes del movimiento eran válidas en todo el universo, y con ello hizo desaparecer la creencia medieval de que existía un grupo de leyes para el cielo y otro grupo de leyes para la tierra. La visión heliocéntrica del mundo recibió su definitiva confirmación. En la época barroca también se produjeron muchos avances en el campo de la medicina. El más importante fue el descubrimiento de la circulación sanguínea por el médico inglés William Harvey que publicó su libro On the Motion of the Heart en 1628. Las teorías previas aceptadas sobre la interacción del cuerpo y la sangre se remontaban al médico griego Galeno que mantenía que la sangre fluía y refluía en lugar de circular por el cuerpo. Como resultado de su meticulosa observación y experimentación, Harvey cuestionó las enseñanzas de Galeno y demostró que la sangre circula en una dirección por todo el cuerpo a través de las arterias y las venas, mediante las pulsaciones del corazón. La teoría de Harvey se vio reforzada en 1661 con el descubrimiento de los pequeños vasos capilares que llevan la sangre de las arterias a las venas. Esta observación se hizo posible gracias al desarrollo de los microscopios dotados de una poderosa lente, y en particular al del holandés Anton van Leeuwenhoek. Ver también: Antigua Grecia - Descubrimientos: para la visión del universo, medicina. Helenismo y Roma - Descubrimientos: para las visiones del universo, incluyendo la primera teoría heliocéntrica, medicina (Galeno). Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, Galileo, Kepler, medicina. Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina. Leibniz - El espacio y el tiempo: para el absolutismo de Newton. época barroca - Cultura La palabra "barroco" hace referencia al estilo del arte y la arquitectura que se extendió por Europa durante el siglo XVII. En contraste con las formas más disciplinadas del final del Renacimiento el estilo barroco era dinámico, sensual y emocionalmente sugestivo. Era en parte la expresión de un revitalizado catolicismo cuyo objetivo consistía en frenar la propagación del protestantismo El palacio de Versalles en Francia es tal vez el ejemplo más conocido de la arquitectura barroca. Era la residencia del monarca más poderoso de Europa; su tamaño y magnificencia se diseñaron para impresionar a sus súbditos y a los adversarios extranjeros. Entre los grandes maestros del Barroco destacan Caravaggio y Rubens. Los trabajos de Caravaggio muestran escenas maravillosamente detalladas tanto de la naturaleza como de la vida cotidiana y pinturas religiosas de gran patetismo, dotadas frecuentemente de dramáticos contrastes entre luces y sombras. Rubens, famoso por su inventiva, dinamismo y habilidad como colorista, dotó a su trabajo del poder, la exuberancia y la sensualidad características del barroco. Para invocar a los sentidos muchas pinturas barrocas contienen referencias escondidas a la naturaleza efímera de las cosas, recordando al observador que la belleza finalmente perece. En la obra de Jan Miense Moleanaer Allegory of Vanity la escena cotidiana de una joven peinándose esconde un significado más profundo evocado por las impactantes imágenes simbólicas. El chico de las burbujas alude a la naturaleza transitoria de la vida y las joyas de la mesa sugieren la riqueza del mundo. El espejo representa la vanidad y la falsedad de las apariencias y para recordarnos la mortalidad humana, el pie de la joven descansa sobre una calavera. 47 En música, el deseo de contraste y efectos dramáticos inspiró trabajos más complejos que condujeron finalmente al concierto. Aunque actualmente pensamos que Bach es el gran compositor del barroco, en su tiempo se le admiraba principalmente como organista. Las investigaciones sobre el teatro de la Grecia antigua influenciaron las nuevas formas característicamente barrocas de entretenimiento, como las mascaradas (complicadas representaciones ejecutadas por actores enmascarados), los bailes de máscaras, y la ópera que combinaba el teatro emocional, la música instrumental y el desarrollo del personaje con un complejo y magnífico vestuario y puesta en escena. En este período nació el teatro moderno, con todas las formas de decorados y maquinaria escénica. En el teatro se construye una ilusión sobre el escenario, para descubrir al final que la obra había sido sólo una ilusión. De esa forma el teatro se convirtió en un reflejo de la vida humana en general. La idea de que la vida es un sueño no surgió en el período barroco. El anciano sabio chino Chuang-tzu o Zhuangzy dijo: "Una vez soñé que era una mariposa, y ahora ya no sé si soy Chuang-tzu, el que soñó que era una mariposa, o si soy una mariposa que sueña que soy Chuang-tzu". En el barroco esa idea adquirió nuevo interés como se puede ver en el teatro y la literatura de la época. Shakespeare, que escribió sus mejores obras al comienzo del barroco, comparó la vida misma con el teatro. El dramaturgo español Calderón de la Barca escribió sobre la vida como una ilusión en su obra La vida es sueño. En Escandinavia, el gran escritor danés Ludvig Holberg desarrolló el tema calderoniano de la vida como sueño en su obra Jeppe en la Montaña. Sin embargo los autores dramáticos también trataron los pormenores mundanos de la vida cotidiana. El poeta noruego Petter describió la vida de aquí y ahora, a la vez que enfatizaba que sólo Dios es eterno. Ver también: Renacimiento - Cultura: para arquitectura, mejora de la opera, generalmente contraste de estilo. La Ilustración - Cultura: para mayores desarrollos, especialmente en música época barroca - Grandes mujeres La pintora italiana Artemisa Gentileschi y La reina Cristina de Suecia fueron dos de las más consumadas mujeres de la época barroca. Artemisia Gentileschi nació en Roma alrededor de 1593 y murió a principios de los años 50 del siglo XVII. Artemisa era hija de un conocido pintor. Primero su padre y posteriormente un destacado artista, amigo de la familia, fueron quienes le enseñaron a pintar. Tras ser violada por este amigo de la familia, Artemisa fue torturada para que dijera que ella había consentido y su agresor fue exculpado. Llegó a ser una artista de fama patrocinada por los monarcas europeos. Al igual que su padre estaba muy influenciada por Caravaggio, el gran maestro del barroco. En su obra más conocida Judith slaying Holofernes,nos muestra a una Judit cortando la cabeza de Holofernes con una espada ensangrentada. El sentimiento de rabia aparece con frecuencia en su pintura como una muestra del estado emocional de la artista. La reina Cristina de Suecia, al contrario que Artemisa, disfrutó de una vida protegida. Asumió el trono en 1632 a los seis años de edad, al morir su padre durante la guerra de los Treinta Años. Además de aprender historia, filosofía, matemáticas y ciencia, Cristina tenía una excelente puntería con la pistola y era una magnífica amazona. Hablaba con fluidez griego, latín y lenguas modernas. Cristina se convirtió en uno de los monarcas europeos más respetados y uno de los gobernantes con mejor preparación. A la edad de veinte años ya había ayudado a negociar el final de la guerra de los Treinta Años. Cristina se carteaba regularmente con filósofos y científicos a los que invitaba a Estocolmo. Descartes fue uno de los muchos que aceptó su invitación pero desgraciadamente no estaba habituado al clima del norte y murió de neumonía. Sus responsabilidades como reina le dejaban poco tiempo para dedicarse a su creciente interés por las cuestiones religiosas, por eso abdicó en 1654 convertida al catolicismo y se estableció en Roma. René Descartes (1596-1650) Descartes fue uno de los impulsores de la revolución intelectual del siglo XVII, y se le considera el padre de la filosofía moderna. También fue un gran matemático. Descartes detestaba la forma en que la filosofía antigua y escolástica estaba abierta a la ambigüedad, y quería reemplazarla con un nuevo y completo sistema de conocimiento edificado, como las matemáticas, a partir de verdades evidentes. Aunque algunos de sus argumentos han sido criticados, el método de Descartes ha tenido una gran influencia en el pensamiento posterior. Ver: Descartes Baruch Spinoza (1632-1677) Spinoza, junto con Leibniz, fue uno de los grandes creadores de los sistemas filosóficos posteriores a Descartes. Al igual que Descartes, él quería encontrar la verdad pero de una forma lógica y rigurosa. Para Spinoza el método deductivo por excelencia era la geometría, y emprendió la construcción de un sistema de conocimiento modelado sobre la geometría euclidiana. Pero mientras que Descartes había utilizado su método para fortalecer las opiniones convencionales sobre Dios y el mundo, Spinoza, un hombre profundamente religioso, fue 48 considerado poco convencional, e incluso blasfemo, en sus opiniones y fue anatemizado por la comunidad religiosa a la que pertenecía. Ver: Spinoza Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) Leibniz, aunque pasó gran parte de su vida como historiador y bibliotecario al servicio de la nobleza alemana, puso gran empeño en el seguimiento de los avances científicos del siglo XVII, aportando a ellos su propia contribución. También fue un gran matemático; inventó el cálculo infinitesimal simultáneamente con Newton, con quien posteriormente polemizó sobre las nociones de espacio y tiempo. El amplio conocimiento y el gran intelecto de Leibniz crearon una de las filosofías más atípicas. Siguió la tradición racionalista de Descartes y Spinoza, pero diferiendo mucho de ellos en su descripción del universo en términos de una infinidad de sustancias que él llamaba "mónadas". Ver: Leibniz John Locke (1632-1704) Locke fue el primero de los grandes empiristas británicos, quienes atacaron el enfoque de los racionalistas, tales como Descartes. Locke estaba muy influenciado por la corriente de pensamiento científica del siglo XVII y, además de enseñar filosofía, también ejercía la medicina. Su vida transcurre en un período de grandes convulsiones políticas que incluyen la Guerra civil y la Revolución gloriosa. Locke intervino activamente en la política y se convirtió en un importante escritor de teoría política. Sus ideas contribuyeron materialmente a las Revoluciones francesa y americana y a la fundación de la democrácia moderna. Ver: Locke 49 DESCARTES (1596-1650) La vida de Descartes René Descartes nació en un pequeño pueblo francés cercano a Tours, hoy llamado La Haye-Descartes. Después de terminar sus estudios en Poitiers decidió viajar por Europa. En 1619 se unió al ejército del duque de Baviera y se fue a la guerra, lo que le permitió largos periodos de tiempo en varias partes de Europa Central. En la noche del 10 de noviembre de 1619, Descartes tuvo la visión de la forma en la que podría construir un sistema preciso de conocimiento que abarcaría todas las áreas del aprendizaje humano. Estuvo con este proyecto el resto de su vida. Posteriormente vivió en París hasta que, en 1629, marchó a Holanda, donde pasó los siguientes 20 años de su vida trabajando en sus tratados matemáticos y filosóficos. En 1649 fue invitado a Suecia por la reina Cristina. Pero la estancia en ese lugar que él llamó "la tierra de los osos, el hielo y las rocas" le provocó un ataque de neumonía, muriendo en el invierno de 1650. El racionalista Hay una línea directa descendente desde Sócrates y Platón vía San Agustín hasta Descartes. Ellos eran unos típicos racionalistas, convencidos de que la razón era la única forma de llegar al conocimiento. Después de sus estudios globales, Descartes llegó a la conclusión de que el conjunto de conocimientos heredados de la Edad Media no era necesariamente fiable. Como Sócrates, decidió intentar hacer su propia filosofía. Descartes fue el padre de la filosofía moderna. Después del entusiasta redescubrimiento del hombre y la naturaleza durante el Renacimiento, se volvió a presentar la necesidad de integrar el pensamiento contemporáneo en un sistema filosófico coherente. Descartes fue el primer gran sistematizador, al que siguieron Spinoza, Leibniz, Locke, Berkeley, Hume y Kant. El sistematizador A Descartes le interesaba averiguar lo que podemos saber, es decir, aclarar la cuestión de la certeza de nuestro conocimiento. En lo que se refiere al problema de conseguir conocimientos indudables, muchos de sus contemporáneos expresaron un escepticismo filosófico total, opinando que los hombres tendrían que resignarse a no saber nada. Pero Descartes no se resignó a eso. En la época de Descartes, la nueva ciencia había desarrollado un método que proporcionaba una descripción totalmente segura y exacta de los procesos de la naturaleza. Descartes tuvo que preguntarse si no habría también un método seguro y exacto para la reflexión filosófica. Decidió que, efectivamente, existía. Un sistema filosófico es una filosofía construida desde los cimientos y que procura encontrar una especie de esclarecimiento de todas las cuestiones filosóficas importantes. La Antigüedad había tenido grandes sistematizadores, como Platón y Aristóteles. La Edad Media tuvo a Sto. Tomás de Aquino, que quiso construir un puente entre la filosofía de Aristóteles y la teología cristiana. Después llegó el Renacimiento, con una maraña de nuevos y viejos pensamientos sobre la naturaleza y la ciencia, sobre Dios y el hombre. Hasta el siglo XVII no hubo, por parte de la filosofía, un intento de recoger las nuevas ideas en un sistema filosófico esclarecido, siendo el primero en intentarlo Descartes. Cogito, ergo sum Descartes era matemático, por lo que quiso utilizar el "método matemático" incluso para la filosofía. Se propuso probar las verdades filosóficas de forma similar a como se prueban los teoremas matemáticos, es decir, mediante la razón, pues la razón es lo único que realmente nos puede ayudar. No es muy seguro fiarse de los sentidos. El objetivo de Descartes era conseguir conocimientos certeros sobre la naturaleza de la vida, para lo que empezó afirmando que, como punto de partida, se debía dudar de todo. Con ello, pretendía encontrar unas bases para su sistema que fueran absolutamente sólidas, lejos de toda duda. Para Descartes, era muy importante librarse de todo el aprendizaje heredado, o recibido, antes de empezar con su propia construcción filosófica. Pronto se dio cuenta de que, realmente, poco hay que esté más allá de la duda. Incluso cuando miramos con nuestros propios ojos no podemos estar seguro de lo que vemos. Sabemos que nuestros sentidos nos engañan de vez en cuando, por lo que no tenemos certeza absoluta de cuándo nuestros sentidos nos dicen la verdad. Incluso llegó a pensar que era bastante posible que toda nuestra vida no fuera más que un sueño. El viejo sabio chino Zhuangzi dijo una vez que soñó que era una mariposa y, desde ese momento, se mortificó con la incertidumbre. No podía asegurar si era un hombre que soñaba que era una mariposa o una mariposa que soñaba que era un hombre. Descartes tenía dudas similares: "Cuando reflexiono detenidamente sobre esto, no encuentro ni un solo criterio para distinguir la vigilia del sueño", escribe Descartes. Y continúa: "¿Cómo puedes estar seguro de que tu vida entera no es un sueño?" Parecía no haber nada de lo que pudiera estar seguro. Por eso, Descartes intentó trabajar desde el principio. Dudaba de todo, y era esa duda lo único de lo que podía estar seguro. Entonces, se le ocurrió algo: una cosa tenía que ser segura, sin duda: él dudaba. Y porque dudaba, tenía que estar pensando. Y porque pensaba, tenía que ser cierto que existía. O, como él mismo decía, Cogito, ergo sum, lo que significa "Pienso, luego existo". 50 Descartes también llegó a la conclusión de que podía estar equivocándose si pensaba que tenía un cuerpo. Un demonio podía hacerle creer que tenía un cuerpo. Pero ningún demonio podía hacerle creer que pensaba cuando no lo estaba haciendo, supuestamente, no existía, por lo que llegó a la conclusión de que el cuerpo no era una parte esencial de su naturaleza. Su esencia era ser un algo pensante o, como él decía, sum res cogitans ("soy un ser pensante"). Descartes empezó a preguntarse entonces si no habría algo más que reconociera con la misma seguridad intuitiva.Llegó a la conclusión de que también tenía una idea clara y bien definida de un ser perfecto. Era una idea que siempre había tenido y, para Descartes, era evidente que una idea como ésta no podría proceder de él. Según él, la idea de un ser perfecto no podía venir de algo que es imperfecto. De modo que esa idea de un ser perfecto tenía que proceder de ese mismo ser perfecto o, en otras palabras, de Dios. En consecuencia, para Descartes resulta tan evidente que hay un Dios como que el que piensa existe. Pensaba que todos tenemos una idea del ser perfecto y que resulta inherente a esta idea el que ese ser perfecto debe existir. Puesto que un ser perfecto no podría ser un ser perfecto si no existiera. Es más, no tendríamos la idea de un ser perfecto si no existiera dicho ser perfecto. Al ser imperfectos, la idea de perfección no podía provenir de nosotros, no podía estar en nosotros. Esto se considera generalmente como el punto débil de la filosofía de Descartes. Por ejemplo, podemos tener una idea en nuestras mentes de lo que es un futbolista perfecto, pero ¿significa eso que dicho futbolista perfecto existe realmente? La mayoría de la gente cree que no. A pesar de todo, Descartes continuó con su argumento. Creía, como Sócrates y Platón, que hay una relación entre el pensamiento y la existencia. Cuanto más evidente sea algo para la razón, más segura será su existencia. En cuanto a todas las ideas que tenemos de la realidad exterior (por ejemplo, del sol y de la luna), cabría la posibilidad de que fueran sólo fantasías. Pero también la realidad exterior posee algunas cualidades que podemos reconocer con la razón. éstas son las propiedades matemáticas, es decir, todo aquello que puede medirse, como la longitud, la anchura o la profundidad. Estas propiedades "cuantitativas" son tan claras y evidentes para la razón como el hecho de que uno es un ser pensante. Las propiedades "cualitativas", como el color, el olor o el sabor, están unidas a nuestros sentidos, por lo que no describen la realidad exterior. En este punto, Descartes vuelve a recurrir a nuestra idea de un ser perfecto. Cuando nuestra razón reconoce algo claro e inconfundible (como es el caso de las propiedades matemáticas de la realidad exterior), ese algo tiene necesariamente que existir. Porque un Dios perfecto no nos engañaría. Descartes invoca la "garantía de Dios" para que lo que reconocemos con nuestra razón también se corresponda a algo real. Alma y materia Descartes llegó a la conclusión de que era un ser pensante, de que existía Dios y de que existía también una realidad exterior. No obstante, la realidad exterior es esencialmente distinta de la realidad del pensamiento. Descartes era un dualista. Opinaba que había dos formas distintas de realidad (o dos "sustancias"). Una sustancia era el pensamiento, o "alma", y la otra la extensión, o "materia". El alma solamente es consciente, no ocupa lugar en el espacio y, por eso, tampoco puede dividirse en partes más pequeñas. La materia, sin embargo, sólo tiene extensión, ocupa lugar en el espacio y siempre puede dividirse en partes cada vez más pequeñas (pero no es consciente). Según Descartes, las dos sustancias provenían de Dios, porque sólo Dios existe independientemente de todo. Pero, aunque tanto el pensamiento como la extensión provengan de Dios, las dos sustancias son totalmente independientes la una de la otra. La nueva física parecía dar explicaciones a las cuestiones de la naturaleza de la materia y a lo que, consecuentemente, determina los procesos de la naturaleza. Cada vez más, las gentes de la época se inclinaban hacia una visión mecanicista de la naturaleza. Pero, a medida que las personas empezaban a pensar en las acciones humanas en términos de procesos mecánicos, se necesitaba una explicación de cómo algo "espiritual" (el alma) podía provocar un proceso mecánico. ¿Cuál es la conexión que hace que empecemos a mover las piernas cuando pensamos "ahora voy a correr"? Incluso Descartes no podía negar que hay una constante interacción entre el alma y el cuerpo. Mientras el alma se encuentre en el cuerpo, ésta se encuentra ligada al cerebro a través de un órgano especial que llamó la glándula pineal, en la que se está realizando una continua interacción entre el "espíritu" y la "materia". Por lo tanto, el alma se puede ver constantemente afectada por los sentimientos y pasiones relacionados con las necesidades del cuerpo. No obstante, el alma puede independizarse de esos "bajos" impulsos y actuar independientemente del cuerpo. Inteligencia artificial Descartes pensaba que el pensamiento y las ideas no eran entes físicos. El filósofo inglés Thomas Hobbes, contemporáneo de Descartes, estaba completamente en desacuerdo. Mientras que Descartes pensaba que el cuerpo humano era una especie de máquina y la mente no, Hobbes (reflejando la visión mecanicista de su época) creía que todo el universo era absolutamente mecánico, incluyendo la mente humana. Hoy en día, muchos científicos y filósofos comparten el punto de vista materialista de Hobbes. Defienden que el alma se encuentra en el mismo cerebro y que éste es una especie de ordenador increíblemente complejo. Los ingenieros informáticos intentan crear máquinas inteligentes que puedan realizar tareas de forma similar a los humanos. 51 Esto nos lleva a la pregunta de si los ordenadores pueden realmente "pensar" o no de la misma forma que los humanos. Varios cientos de años después de Descartes, el debate alma/cuerpo sigue siendo un problema fundamental de la filosofía. ¿Es la mente algo completamente físico? Y, si no lo es, ¿cómo puede interactuar con el cuerpo físico? Enlaces Filósofos relacionados: Platón - Conocimiento seguro: para la teoría racionalista del conocimiento. Spinoza - ética: para su sistema racionalista. Filosofía de la mente - La mente, el enigma: para el debate actual alma/cuerpo. Kant - La síntesis de Kant: para la síntesis del racionalismo y el empirismo. Historia: época barroca - Grandes mujeres: para la reina Cristina. Bibliografía Las obras filosóficas más importantes de Descartes son: Meditaciones, Principios de filosofía y Discurso del método, Tecnos, Madrid, 1990. Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Alfaguara, Madrid, 1977. . ESTUDIOS: Clarke, D. M.: La filosofía de la ciencia en Descartes, Alianza, Madrid, 1986. Esta obra acentúa ciertos aspectos empiristas del sistema cartesiano. Garin, E.: Descartes, Crítica, Barcelona, 1989. Williams, B.: Descartes: el proyecto de la investigación pura, Cátedra, Madrid, 1996. Un examen muy detallado e informativo del pensamiento de Descartes. 52 SPINOZA (1632-1677)La vida de Spinoza Benedictus (Baruch) de Spinoza (Benito Espinosa), procedía de una familia de judíos españoles que emigraron a Holanda huyendo de la opresión de la Inquisición. Durante toda su vida iba a sufrir los horrores de la persecución religiosa. En 1656 fue excomulgado de la sinagoga y expulsado de la comunidad judía por su rechazo a aceptar varios aspectos de la ortodoxia hebrea. Pensaba que lo único que mantenía vivo tanto al cristianismo como al judaísmo eran unos dogmas y ritos anticuados. Negó que la Biblia estuviera inspirada en Dios, aconsejando que, cuando se leyera la Biblia, debía tenerse en cuenta el periodo en el que fue escrita. Propuso una lectura "crítica", la cual revelaría una serie de discrepancias entre las distintas escrituras. Spinoza se encontró con una fuerte oposición en todos los frentes, lo que le obligó a llevar una vida retirada, enteramente dedicada a la filosofía. Después de ser expulsado de la comunidad judía, Spinoza empezó a trabajar tallando y puliendo cristales ópticos. Se cree que el vidrio en polvo pudo haber contribuido a su muerte por tuberculosis en 1677. En un momento posterior de su vida, se le ofreció una cátedra en la Universidad de Heidelberg, que rechazó argumentando que amenazaba su libertad intelectual. Fue un gran creyente en la libertad de expresión y pensamiento. Spinoza estuvo fundamentalmente interesado en la ética, siendo un gran defensor de la tolerancia religiosa. Sus puntos de vista "radicales" sobre la Biblia y los dogmas religiosos fueron denigrados e incomprendidos. Fue incluso tildado de ateo, aunque fue un hombre muy religioso. Desgraciadamente, el sentimiento adverso que despertó hizo que su gran obra, ética, no se publicara hasta después de su muerte. Panteísmo de Spinoza Hay algo de simbólico en el hecho de que Spinoza trabajara puliendo lentes. Los filósofos hacen que las personas vean la vida con nuevas perspectivas. Uno de los pilares de la filosofía de Spinoza era ciertamente ver las cosas desde la perspectiva de la eternidad (bajo "el ángulo de la eternidad"). Quería que imagináramos nuestras vidas dentro de un contexto cósmico. Para ello, necesitábamos recordar que sólo vivíamos una minúscula parte de la vida de toda la naturaleza. Formamos parte de un enorme todo que se extiende por todo el espacio y el tiempo. Spinoza opinaba que todo lo que existe es naturaleza. Y dijo que Dios es todo y que todo existe en Dios. Esto es lo que se llama panteísmo. Para Spinoza, Dios no creó el mundo para quedarse fuera de él, sino que Dios era el mundo. Algunas veces se expresaba de manera distinta. Opinaba que el mundo estaba en Dios. Este punto de vista no era muy común ni en el cristianismo ni en el judaísmo, aunque en esto, Spinoza se estaba remitiendo al discurso de San Pablo a los atenienses en el monte Areópago: "En él vivimos, nos movemos y existimos". ética ética demostrada según el orden geométrico es el extraño título de una de las grandes obras de Spinoza. En filosofía, ética significa el estudio de la conducta moral que permite llevar una buena vida. Cuando Spinoza utiliza este vocablo, se refiere tanto al arte de vivir como a la conducta moral. El método geométrico se refiere al lenguaje o la forma de presentación. Descartes también quería emplear el método matemático para la reflexión filosófica. Con ello pretendía decir una reflexión filosófica construida sobre unas conclusiones rígidas. Spinoza seguía la misma tradición racionalista. Con su ética quería mostrar cómo la vida del hombre estaba condicionada por las leyes de la naturaleza. Por ello, debíamos liberarnos de nuestros sentimientos y afectos, para así encontrar la paz y poder ser felices. La filosofía de Spinoza es difícil de entender. Estaba influenciado por Descartes, aunque rechazaba su distinción del pensamiento y la extensión como dos sustancias separadas. Spinoza creía que sólo existía una sustancia. No compartía el punto de vista dualista de Descartes sobre la realidad. Por ello, decimos que Spinoza era un monista, es decir, que reduce toda la naturaleza y todas las circunstancias de la vida a una sola sustancia. No obstante opinaba, como Descartes, que Dios existe por sí mismo. Cuando Spinoza equipara a Dios con la naturaleza se aleja mucho de Descartes y de las doctrinas judías y cristianas. Cuando Spinoza utiliza la palabra "naturaleza", no sólo piensa en la naturaleza física. Con Sustancia, Dios o Naturaleza se refiere a todo lo que existe, incluido todo lo relativo al espíritu (tanto el pensamiento como la extensión). Según Spinoza, los seres humanos conocemos dos de las cualidades o formas de aparición de Dios, a las que denominó atributos de Dios. Estos atributos eran, precisamente, el "pensamiento" y la "extensión" de Descartes. Dios (o la Naturaleza) aparece bien como pensamiento, bien como extensión. Puede que Dios tenga muchas más cualidades además de "pensamiento" y "extensión", pero sólo estos dos atributos son conocidos por los hombres. Todo lo que hay en la naturaleza es, por lo tanto, pensamiento o extensión. Cada uno de los fenómenos que nos encontramos en nuestra vida cotidiana, como una flor o un poema, constituyen diferentes modos del atributo del pensamiento o de la extensión. Un "modo" es la forma particular que adopta la Sustancia, Dios o la Naturaleza. Una flor es un modo del atributo de la extensión y un poema sobre esa misma flor es un modo del atributo del pensamiento. Pero los dos son básicamente una expresión de la Sustancia, Dios o la Naturaleza. 53 Spinoza opinaba que todas las cosas físicas que existen o acontecen en nuestro entorno son expresiones de Dios o de la Naturaleza. Así, todos los pensamientos que se piensan son también pensamientos de Dios o de la Naturaleza. Porque todo es Uno. Sólo hay un Dios, una Naturaleza, una Sustancia. Determinismo La filosofía de Spinoza abarca la cuestión del libre albedrío de las personas. Si todo es parte de Dios o de la Naturaleza, ¿hasta qué punto todo lo que una persona hace o piensa es simplemente el resultado de su propia elección? Quienquiera que uno piense que es, siempre será además un dedo del cuerpo de Dios. Realmente es una cuestión del cristal con el que se mire. Spinoza creía que Dios (o las leyes de la Naturaleza) eran la causa interna de todo lo que ocurría. él no era una causa externa, porque Dios se expresaba, exclusivamente, mediante las leyes de la naturaleza. Es decir, todo lo que ocurre en la naturaleza ocurre necesariamente. Spinoza tenía un punto de vista determinista del mundo material o natural. Sólo hay un ser que es total y completamente la "causa de sí mismo" y que puede actuar con libertad absoluta. Sólo Dios, o la Naturaleza, es la expresión de tal proceso libre y no casual. El hombre puede esforzarse en conseguir la libertad para vivir sin ataduras externas, pero nunca llegará al "libre albedrío". No podemos controlar todo lo que ocurre en nuestro cuerpo (que es un modo del atributo de la extensión). Ni tampoco podemos "elegir" nuestro pensamiento. Pero lo que hacemos y lo que pensamos está gobernado por las leyes de la naturaleza. El hombre no tiene, por lo tanto, "libre albedrío"; está más o menos encerrado dentro de un cuerpo mecánico. Spinoza decía que eran nuestras pasiones (como la ambición o la lujuria) las que nos impedían conseguir la verdadera felicidad y armonía. Pero que, si reconociéramos que todo ocurre por necesidad, podríamos conseguir un conocimiento intuitivo de la naturaleza como un todo. Podríamos llegar a una vivencia cristalina del contexto de todas las cosas, de que todo es Uno. El objetivo era captar todo lo que existe con una sola mirada global. Sólo entonces podríamos alcanzar la máxima felicidad y serenidad de espíritu. A esto fue a lo que Spinoza se refirió como ver todo "sub specie aeternitatis", lo cual significa ver todo "bajo el ángulo de la eternidad". Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - El sistematizador: para sus bases racionalistas. Leibniz - Las mónadas: para sus creencias sobre la infinidad de las sustancias. Destino - Fe en el destino: para el problema del libre albedrío. Bibliografía Las obras más importantes de Spinoza son: ética, Alianza, Madrid, 1995. Tratado breve, Alianza, Madrid, 1990. Tratado teológico político, Alianza, Madrid, 1986. ESTUDIOS: Albiac, G.: La sinagoga vacía: un estudio de las fuentes marranas del espinozismo, Hiperión, Madrid, 1987. Esta sitúa el pensamiento de Spinoza en los movimientos espirituales del judaísmo de su época. Deleuze, G.: Spinoza: filosofía práctica, Tusquets, Barcelona, 1984. Hampshire, S.: Spinoza, Alianza, Madrid, 1982. Una guía de la filosofía de Spinoza de fácil lectura. 54 LOCKE (1632-1704)La vida de Locke Uno de los grandes empiristas británicos, John Locke vivió en la época de los grandes descubrimientos científicos y convulsiones políticas. él estuvo profundamente implicado y afectado por ambos. Nació en Somerset, cerca de Bristol, Gran Bretaña. Marchó a Oxford a estudiar filosofía no mucho tiempo después de la Guerra Civil inglesa (en la que su padre luchó contra los monárquicos), que culminó con la decapitación del rey Carlos I en 1649. Estando en Oxford, Locke se sintió fascinado por las ciencias, obteniendo un doctorado en medicina. Después, en 1667, se convirtió en el médico privado del conde de Shaftesbury. A raíz de un intento fallido de derrocamiento del rey Carlos II en 1682, ambos huyeron a Holanda, donde permanecieron hasta 1688, año en el que el protestante Guillermo de Orange forzó al católico Jaime II a abdicar del trono de Inglaterra. Locke volvió a ese país para trabajar en la administración pública y para publicar sus obras, las cuales tuvieron una gran influencia en la política, así como en la filosofía posterior. Los revolucionarios franceses y estadounidenses se identificaron con las ideas democráticas y liberales de Locke. Los empiristas Descartes y Spinoza eran racionalistas, por lo que creían que la razón era la fuente principal de todo conocimiento. También creían que el hombre tenía determinadas ideas innatas que existían en su mente, previas a cualquier experiencia. Y cuanto más clara era la idea, mayor era la seguridad de que se correspondía a algo real. El racionalismo del siglo XVIII fue objeto de cada vez mayores críticas. Varios filósofos empezaron a defender el punto de vista de que no teníamos absolutamente ningún contenido en nuestra conciencia que no hubiera sido previamente adquirido a través de nuestros sentidos. Dicha postura se denominó emprisimo. Los empiristas más famosos fueron Locke, Berkeley y Hume. La declaración clásica de una actitud empirista proviene de Aristóteles, quien dijo: "No hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos". Este punto de vista implicaba una crítica aguda a Platón, que opinaba que los hombres nacían con una serie de "ideas" innatas del mundo de las Ideas. Locke retoma las palabras de Aristóteles y las dirige contra Descartes. Su obra principal fue su Ensayo sobre el entendimiento humano, publicada en 1690. En ella, Locke pretendía aclarar dos cuestiones. La primera de ellas era de dónde procedían las ideas, y la segunda, si podíamos fiarnos de lo que percibimos mediante nuestros sentidos. Ideas Locke estaba convencido de que todos nuestros pensamientos y conceptos son sólo meros reflejos de lo que hemos sentido. Antes de percibir cualquier cosa, la mente es una tabula rasa (una pizarra en blanco). Pero luego empezamos a captar lo que nos rodea con los sentidos. Vemos el mundo que nos rodea, lo olemos, tocamos, saboreamos y oímos. Y nadie lo hace con más intensidad que los niños pequeños. De esta manera surgen las que Locke llamó "ideas simples de los sentidos". Pero la conciencia no sólo recibe esas impresiones externas de forma pasiva. Algo sucede también dentro de la conciencia. Las ideas simples de los sentidos son elaboradas mediante el pensamiento, el razonamiento y la duda, a lo que Locke llamó "ideas de reflexión de los sentidos". Locke distinguió entre la "sensación" y la "reflexión". Pues la conciencia no es siempre una receptora pasiva. También ordena y elabora todas las sensaciones que entran poco a poco en ella. Locke opinaba que las únicas cosas que podemos percibir son las sensaciones simples. Cuando alguien come una manzana, por ejemplo, no percibe con los sentidos toda la manzana en una sola sensación. En realidad recibe una serie de sensaciones sencillas, como que es algo verde, con un olor fresco y un sabor delicioso y ácido. Sólo después de haber comido muchas manzanas se es consciente de que se come una. Como decía Locke, se ha formado la idea compleja de una "manzana". Un niño que toca por primera vez una manaza no tiene la idea compleja del objeto, pero ve que es algo verde, con sabor fresco y delicioso y un poco ácido quizá. Poco a poco vamos juntando esas sensaciones y formando conceptos como "manzana", "pera" o "naranja". Pero todo el análisis final, todo el material de nuestro conocimiento sobre el mundo entra al fin y al cabo por los sentidos. Los conocimientos que no pueden remontarse a sensaciones simples son, por lo tanto, conocimientos falsos y deberían ser rechazados. Cualidades de objetos Locke se preguntaba si el mundo era realmente como lo percibíamos. Para responderse a ello, Locke distinguió entre lo que llamó cualidades "primarias" y "secundarias". En este punto entroncó con los filósofos anteriores a él, incluido Descartes. Con cualidades primarias se refería a la extensión de las cosas: peso, forma, movimiento, cantidad, etc. En cuanto a estas cualidades, se podía afirmar que los sentidos las reproducían con objetividad. Pero también captábamos otras cualidades de las cosas. Decimos que algo es dulce o agrio, verde o rojo, caliente o frío. Locke llamó a estas propiedades cualidades secundarias. Y esas sensaciones (color, olor, sabor o sonido) no reflejaban las verdaderas cualidades que son inherentes a las cosas mismas. Los objetos sólo tenían cualidades primarias, 55 pero las cualidades primarias específicas que tenía cada objeto determinaban las cualidades secundarias particulares que percibíamos que tenían. Todo el mundo puede estar de acuerdo en las cualidades primarias (como el peso o el tamaño), puesto que están en las cosas mismas. Pero las cualidades secundarias (como el color o sabor) pueden variar de una persona a otra, de un animal a otro, dependiendo de la naturaleza de las sensaciones individuales. Dos personas pueden comer una misma naranja y a una de ellas le puede parecer dulce y a la otra ácida. Pero ambas, sin embargo, estarán de acuerdo en que la naranja es redonda, pues no se puede "opinar" que un círculo es un cuadrado. Así pues, en la cuestión de la realidad "extensa", Locke estaba de acuerdo con Descartes en que esta realidad tiene ciertas cualidades que los seres humanos pueden captar con su razón. Locke admitió lo que llamó conocimiento intuitivo o "demostrativo" también en otras áreas. Por ejemplo, opinaba que para todos existían ciertas reglas básicas. En otras palabras, creía en la idea de un "derecho natural", que era un rasgo racionalista de su pensamiento. Otro rasgo igualmente racionalista de Locke es que pensaba que era inherente a la mente humana el pensar que existe un Dios. Creía que Dios nacía del razonamiento humano. La política de Locke Locke apoyaba la libertad intelectual y la tolerancia. Se interesaba por la igualdad entre los sexos, opinando que la idea de sometimiento de la mujer al hombre era un invento de los hombres. Es decir, se podía modificar. Tuvo una gran influencia sobre John Stuart Mill, que jugaría un importante papel en la lucha por la igualdad de los sexos. Locke anticipó muchas ideas liberales que más adelante, durante la Ilustración, llegaron a florecer en la Francia del siglo XVIII. Fue el primero que habló de la división de poderes, mediante la cual el poder del Estado debía dividirse en diferentes instituciones: el poder legislativo, o representantes electos, el poder judicial, o tribunales de justicia, y el poder ejecutivo, o gobierno. Esta división de poderes fue propugnada por el filósofo francés de la Ilustración Montesquieu. Locke había señalado que, sobre todo, los poderes legislativo y ejecutivo deberían estar separados con el fin de evitar la tiranía. Fue contemporáneo de Luis XIV, el cual acumuló todo el poder bajo su único mando: "El Estado soy yo", decía. Hoy se dice que fue un gobernador "absolutista" y, al suyo, lo habríamos considerado un Estado sin derecho. Locke pensaba que, para mantener el Estado de derecho, los representantes del pueblo deberían legislar y el rey o el gobierno ejecutar las leyes. Enlaces Filósofos relacionados: Berkeley - La sustancia material: para su crítica de Locke. Hume - Impresiones: para su visión de la percepción. Ilustración francesa - La rebelión: para la influencia política de Locke. Historia: época barroca - Política: para la Guerra Civil inglesa y sus consecuencias políticas. Bibliografía Las obras más importantes de Locke son: Cartas sobre la tolerancia, Tecnos, Madrid, 1991. Ensayo sobre el entendimiento humano, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1992. Ensayos sobre el gobierno civil, Espasa-Calpe, Madrid, 1991. ESTUDIOS: García Barrón, J. C.: Empirismo e ilustración inglesa: de Hobbes a Hume, Cincel, Madrid, 1985. Goldwin, R. A.: "John Locke (1632-1704)" en Strauss y Cropsey (comps.): Historia de la filosofía política, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1993, págs. 451-485. Tipton, I. C. (comp.): Locke y el entendimiento humano, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1981. 56 LEIBNIZ (1646-1716)La vida de Leibniz Gottfried Wilhelm Leibniz nació en Leipzig, donde su padre era profesor de Moral en la Universidad y donde él mismo se tituló en leyes, en 1663. Tres años después consiguió un doctorado en la Universidad de Altdorf. Casi todos esperaban que se convirtiera en profesor universitario, pero Leibniz prefirió entrar al servicio del barón de Boineburg y, después, en 1667, del duque de Brunswick. Estuvo al servicio de la casa de Hannover el resto de su vida como historiador, diplomático y bibliotecario. Los deberes diplomáticos de Leibniz le enviaron a París entre 1672 y 1676. Aquí se encontró con una gran riqueza de ideas y con personas que estimularon e influenciaron su pensamiento. Además de familiarizarse con la filosofía cartesiana, conoció al físico Huygens, quien reconoció el inmenso talento de Leibniz como matemático. Fue durante este periodo cuando Leibniz inventó el cálculo infinitesimal, sin saber que Newton hacía lo mismo por la misma época. Entre ellos apareció una gran hostilidad al atribuirse cada uno la invención. Durante sus años en París, Leibniz también viajó a Londres, donde conoció al químico Robert Boyle. Y a Amsterdam, donde se entrevistó con Spinoza. El interés de Leibniz se mostró en varios campos (filosofía, matemáticas, lógica, historia, geología, ingeniería y leyes), y él pensaba que se podían unir todos esos campos mediante un único sistema de razonamiento. Después de dejar París, Leibniz se encontró con que le era muy difícil mantener el nivel de estimulación intelectual del que había disfrutado allí, por lo que escribió literalmente miles de cartas para seguir con el intercambio de ideas, cuando volvió a Hannover. Publicó sólo un gran libro de filosofía, la Teodicea, en 1710, aunque dejó muchas otras obras en forma de artículos, cartas y manuscritos no publicados. Murió en Hannover en 1716. Las mónadas Leibniz creó una teoría metafísica para explicar la naturaleza del mundo. Puede que no fuera muy convincente pero, desde luego, era muy imaginativa. Pensaba que el mundo se componía de un número infinito de sustancias indivisibles a las que llamó mónadas. Una de ellas era Dios, quien creó el resto de mónadas durante la creación. Las mónadas creadas por Dios eran indestructibles a menos que él las aniquilara. Para Leibniz, sólo existían las mónadas. Las mónadas de Leibniz eran bastante asombrosas. Todas las mónadas tenían percepciones que estaban en continuo cambio. Cada mónada tenía un único punto de vista sobre el resto de las mónadas. Y cada mónada reflejaba perfectamente el resto. Con esto Leibniz quería dar a entender que cada mónada contenía en todas sus percepciones una imagen detallada del resto de mónadas. Así, si se pudiera saber todo sobre una mónada, se podría saber todo de todas las mónadas. Las mónadas no aprenden las unas de las otras. De hecho, las mónadas no pueden tener ningún efecto las unas sobre las otras. Cada mónada ha de estar completamente construida con toda esta infinidad de información codificada en el momento de la creación. En palabras de Leibniz, había una "armonía preestablecida" entre la infinidad de mónadas infinitamente complejas. Mónadas y pensamiento Te estarás preguntando qué se supone que son estas mónadas. Puede que te ayude imaginarte que tú eres una de ellas. El "tú", que es la mónada, es tú mismo o tu alma. Tiene entendimiento y cualquier mónada que tiene entendimiento es una mente para Leibniz. Si yo soy una mónada, ¿por qué no puedo saber o actuar como tú, como César o como el presidente Aznar con sólo decodificar la información que supuestamente yo contengo sobre el resto de las mónadas? El problema es que la mayoría de nuestras percepciones están por debajo del nivel de consciencia y no son accesibles. E incluso las percepciones a las que puedes acceder y de las que eres consciente suelen ser bastante "confusas". Es como escuchar el sonido del mar (la analogía favorita de Leibniz). No puedes distinguir entre la confusión de sonidos individuales que oyes. Aunque todo está en nosotros, no podemos acceder a los elementos individuales de información sobre el resto de las mónadas. Somos mentes. Las mónadas que tienen cierta claridad de percepción y memoria sin ser capaces de razonar son las almas de los animales, no las mentes o almas racionales. Por lo tanto, un perro es también una mónada. Hay también mónadas inferiores que no son conscientes de sus percepciones. El papel de estas monadas es configurar los objetos físicos. Cuando observas tu ordenador, lo que estás viendo, según Leibniz, es una suma de mónadas. El mundo perfecto Cuando Dios pensó en la creación del mundo, tuvo que elegir entre este mundo o una infinidad de mundos alternativos a los que Leibniz llamó "mundos posibles". Decidió crearte a ti y al resto del mundo tal y como es. Porque seleccionarte a ti es lo mismo que crear todas las demás mónadas que tú reflejas. Si hubiera seleccionado un mundo diferente podría contener a alguien parecido a ti, pero no serías tú. Y si tú hubieras sido creado con todas tus propiedades presentes, pasadas y futuras, difícilmente tendrías algo de libre albedrío. El mismo Leibniz pensaba que seguirías siendo libre, aunque pocos filósofos se han dejado convencer por estos argumentos. Para Leibniz, Dios es omnipotente, omnisciente y lleno de bondad. Para decidir qué mundo debía crear, obviamente se decidió por el mejor de los posibles. Eso hace de nuestro mundo el mejor de los mundos y de Leibniz ¡el más optimista! El personaje del Dr. Pangloss del Cándido de Voltaire era una ironía sobre él. Si es el 57 mejor de todos los mundos posibles, no habría demonio. Tal y como lo veía Leibniz, si imaginaras que algo de este mundo puede mejorarse ligeramente en alguno de sus aspectos, esta mejoría sólo se podría conseguir haciendo las cosas algo peores en algún otro lugar. La razón suficiente Leibniz no sacó su creación de la nada. Ni, por supuesto, la descubrió por medio de la investigación empírica del mundo. él era un racionalista y utilizaba los argumentos lógicos para llegar a su teoría desde una teoría del lenguaje. Mucho después, el primer Wittgenstein llegó a una visión metafísica del mundo desde el mismo punto de partida. En el transcurso de la formulación de esta teoría, Leibniz llegó a varios principios, el más famoso de los cuales fue el "Principio de la razón suficiente", según el cual hay razón para todo: "Debe haber una razón suficiente para que algo exista, para que cualquier hecho ocurra, para obtener cualquier verdad". El espacio y el tiempo Leibniz utilizó el principio de la razón suficiente en una famosa disputa con Newton sobre la naturaleza del espacio y del tiempo. Estos dos (no exactamente) amigos mantenían una tradicional disputa sobre quién había inventado el cálculo. El caso es que lo habían inventado independientemente el uno del otro. Leibniz escribió a la princesa de Gales diciendo que los puntos de vista de Newton estaban socavando los principios de la religión en Inglaterra. La princesa entregó esta carta al reverendo Samuel Clark, quien le contestó en nombre de Newton. Newton era un absolutista en cuanto al espacio y al tiempo. Pensaba que el espacio era una especie de recipiente en el que Dios había puesto el Universo. Pensaba que el tiempo existía también independientemente de los hechos que ocurrían. Estaba ahí antes de que Dios creara el universo. Leibniz era un racionalista sobre ambos conceptos. Mantenía que el espacio no era nada más que las relaciones entre los cuerpos y que el tiempo sólo era el orden en el que ocurrían los eventos. Para él, la idea de un espacio totalmente vacío y un tiempo en el que no ocurría nada no tenía sentido. Leibniz supuso, para poder continuar su discusión con Newton, que el espacio era realmente un recipiente que existía independientemente de los cuerpos. Entonces razonó que, en este caso, Dios podía haber puesto el universo donde lo puso o en cualquier otro sitio. En cualquier caso, equivaldría a lo mismo. Por lo tanto, Dios no habría tenido una razón para una elección u otra y, aplicando el principio de la razón suficiente, Leibniz concluyó que el espacio no podía ser un recipiente. El espacio es sólo la relación entre los cuerpos, por lo que, cuando Dios creó los cuerpos creó el espacio. A pesar de los grandes progresos en la física de este siglo, todavía se mantiene abierto el debate entre los absolutistas y los relativistas. Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - El racionalista: para su sistema racionalista. Spinoza - ética: para su desarrollo del racionalismo. Historia: época barroca - Perspectiva: para Newton. época barroca - Descubrimientos: para Newton. Bibliografía Las obras más importantes de Leibniz son: Discurso de metafísica, Alianza, Madrid, 1982. Monadología. Principios de la naturaleza y la gracia, Universidad Complutense, Facultad de filosofía, 1994. Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, Alianza, Madrid, 1992. ESTUDIOS: Echeverría, J.: Leibniz, Barcanova, Barcelona, 1981. Magee, B.: Los grandes filósofos, Cátedra, Madrid, 1990, pags.103-127. Murillo, I.: Leibniz, Orto, Madrid, 1994.Contiene una selección de textos con un breve comentario. 58 La Ilustración - Perspectiva La época de la Ilustración, también conocida como la era de la Razón, abarca el período comprendido entre el final del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, en el que se pensaba que si se aplicaba la razón a todos los asuntos humanos, el hombre podría comprender a la naturaleza y crear una sociedad perfecta. El mundo sería iluminado por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad. Irónicamente, este período iba a terminar en medio de la revolución y la guerra. La Ilustración conllevaba una forma de pensar que estaba basada en los avances filosóficos y científicos de los dos siglos anteriores. Los progresos realizados en la educación y en el nivel de vida habían ayudado a crear una popular audiencia respecto a las nuevas ideas. Los descubrimientos de Newton y de otros científicos condujeron a una inquebrantable fe en el poder de la razón, de la que se esperaba firmemente que provocaría ininterrumpidos progresos en el conocimiento, en los avances técnicos e incluso en la moral. Todas las tradicionales fuentes de autoridad se sometieron al juicio de la razón, incluida la Biblia y la Iglesia, cuya intolerancia y privilegios fueron duramente criticadas por importantes figuras de la Ilustración, como Voltaire. Los ilustrados repudiaban creencias cristianas como la Resurección y mantenían una filosofía religiosa racionalista conocida como Deísmo. Aunque algunos de ellos llegaron tan lejos como para proponer el ateísmo, la mayoría de los pensadores de la Ilustración creía en la existencia de Dios. La religión también era considerada una importante fuerza social cuyo propósito era asegurar el buen comportamiento de la clase trabajadora. En palabras de Voltaire, " debe haber religión por el bien del pueblo". Muchos europeos creían haber superado a los clásicos, Horace Walpole escribió en 1762: " Quemaré todos mis libros griegos y latinos; son historias de pequeños pueblos ". él comparaba las civilizaciones clásicas con una Europa que había pasado años luchando por la dominación de tres continentes. A mediados de la década de 1760, Gran Bretaña, tras conquistar la colonia francesa de Canadá, logró el control de Norteamérica y de extensas zonas de la India. El conocimiento de otras culturas, como resultado de la exploración del mundo no europeo, influyó en el pensamiento ilustrado. En el siglo XVIII, el capitán Cook descubrió la costa este de Australia y se adentró en el Círculo Polar Antártico. También subió por la costa oeste de Norteamérica hasta Círculo Polar ártico, y probó que no existía en el norte ningún paso conectando el Atlántico con el Pacífico. En política muchos admiraban los llamados " déspotas ilustrados" como Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia o José II de Austria. Estos monarcas reformaron sus administraciones y adoptaron algunas ideas de la Ilustración, pero en realidad fueron más despóticos que ilustrados. Hacia el final del siglo el ideal de sociedad de la Ilustración, basado en los derechos naturales y en la democracia, contribuyó al desencadenamiento de las revoluciones americana y francesa. La Revolución francesa, a pesar de sus excesos, representó una ruptura decisiva con los regímenes autoritarios del pasado, allanando el camino para nuevas sociedades democráticas. Aunque Napoleón gobernaría pronto como emperador, los principios en los que se basaba su administración, que incluían la igualdad ante la ley y la libertad religiosa, procedían de la Revolución y fueron incluidas en el código legal, constituyendo éste el último legado de Napoleón. El código de Napoleón estaba muy influenciado por el Derecho romano y, a su vez, influyó en países de todo el mundo. Ver también: Helenismo y Roma - Sociedad: para la influencia del derecho romano en el código napoleónico Renacimiento - Perspectiva: para trasfondo hacia la ilustración: independencia de pensamiento, avances en la ciencia, secularismo, la Reforma. época barroca - Perspectiva: para Newton, guerras religiosas, expansión del comercio. Siglo XIX - Perspectiva: para crítica de la Iglesia por los liberales. Siglo XIX - Sociedad: para la aparición gradual de la democracia en la Europa Occidental Siglo XIX - Política: para el impacto de la Revolución Francesa y de Napoleón en Europa; más revoluciones en Francia y otros lugares. La Ilustración - Política En una serie de conflictos acontecidos entre los años 1688 y 1763, las principales potencias de Europa occidental establecieron sus posiciones relativas en un mapa político que permanecería casi inalterable hasta el siglo XX. Francia mantuvo su posición dominante, aunque cada vez más disputada por Gran Bretaña. Mientras tanto Prusia, el mayor de los estados alemanes, se había transformado en una de las principales potencias europeas. Prusia y Austria se disputaban el dominio de Alemania, mientras que en el este, Rusia emergía como una gran potencia. Gran Bretaña y Francia adoptaron posiciones enfrentadas en las dos guerras que hubo entre Prusia y Austria, y el conflicto se extendió a sus posesiones de ultramar. Como resultado de su victoria, Gran Bretaña aseguró su posición dominante en la India a expensas de Francia y conquistó la colonia francesa de Canadá. Durante los siguientes años, sin embargo, se iban a producir importantes cambios en la suerte de Gran Bretaña en Norteamérica. Las trece colonias Británicas se resentían cada vez más de su situación de subordinación y en 59 1776 proclamaron su independencia para convertirse en los Estados Unidos de América. La Declaración de Independencia, redactada por el estadista, político y filósofo Thomas Jefferson, debe mucho al pensamiento de la Ilustración y, en particular, a Locke, Montesquieu y Rousseau. La Declaración iba a tener una profunda influencia en los futuros acontecimientos políticos de América y Europa, como se demostraría a corto plazo principalmente en Francia. Durante la guerra de la Independencia, Francia envió ayuda militar y financiera a la nueva nación. Las deudas contraídas agravaron la ya desesperada situación financiera del gobierno francés, y fue una de las causas que motivaron el desenlace de la Revolución francesa en 1789. En un principio se intentó introducir una monarquía constitucional basada en unos principios similares a los de la Declaración de Independencia americana. Estos principios se recogieron en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional Francesa. El propio Thomas Jefferson estuvo en París en esa época, y se aprecia claramente la influencia de su pensamiento en la Declaración de los Derechos. Sin embargo, pronto la Revolución se radicalizaría. En 1793, Luis XVI fue ejecutado para horror de los otros monarcas europeos, y durante varios años los ejércitos revolucionarios se enfrentaron contra una alianza formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña y España. Uno de los líderes militares de más éxito en las últimas etapas de la Revolución fue Napoleón Bonaparte. éste asumió el título de Emperador al comienzo del siglo XIX y resucitó el sueño de la unidad de Europa, siguiendo la tradición de Carlomagno o de Roma. Tras una serie de brillantes victorias, Napoleón se convirtió en el dueño de prácticamente toda Europa occidental, excepto Gran Bretaña. La invasión de Rusia en 1812 fue un desastre y finalmente fue derrotado en Waterloo en el año 1815. Hasta casi cien años después no habría en Europa otra guerra tan importante. Ver también: Helenismo y Roma - Política: para el Imperio Romano La Edad Media - Política: para las conquistas e imperio de Carlomagno en Europa Renacimiento - Política: para la visión de imperio por Carlos V. época barroca - Política: para los conflictos entre estados europeos, Francia se convierte en el país con mayor poder de Europa. Siglo XIX - Política: para el impacto de la Revolución Francesa y Napoleón, continuo crecimiento del poder de Prusia, movimientos revolucionarios en Europa. Siglo XX - Economía: para los intentos de crear una unidad económica en Europa. La Ilustración - Economía El siglo XVIII fue testigo del comienzo de uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad: la transformación de una sociedad principalmente agrícola a una sociedad predominantemente industrial, conocida como la Revolución Industrial. Aunque se inició en Gran Bretaña, los signos del cambio también se apreciaban en toda Europa. Los gobiernos empezaban a aplicar la ciencia y la tecnología a los procedimientos económicos. Las máquinas sustituían al trabajo humano; se empleaban materiales nuevos y más abundantes; el comercio de ultramar proveía de materias primas y de mercados para los productos manufacturados. El aumento de la población estimuló el crecimiento de los mercados y proporcionó más mano de obra. La acumulación de capital condujo a la necesidad de invertir en nuevos campos y modos de trabajar. En la década de 1770 el economista escocés Adam Smith defendió que el mercado debería de ser liberado de intervenciones del gobierno tales como aduanas, tarifas y monopolios. Sus puntos de vista iban a ser de gran influencia en el siglo siguiente. Todos estos progresos se produjeron primero en Inglaterra donde el éxito de la industrialización comenzó a apreciarse hacia la mitad del siglo XVIII. Los cambios en la organización del trabajo y el aumento del rendimiento técnico, intensificado por importantes inventos y por recursos naturales como la lana y el carbón, condujeron a una mayor producción y de más calidad. Las comunicaciones y el transporte se hicieron más eficientes con la mejora de las carreteras y los canales Gran Bretaña contaba con más capital para invertir que ningún otro país europeo y un sistema bancario más elaborado, su crecimiento estaba pues asegurado. Hacia 1815 importaba materias primas y exportaba productos elaborados, destacando entre sus rivales europeos por sus logros económicos y tecnológicos. Esta sensacional economía en expansión fue la que contribuyó a derrotar a Napoleón. La superioridad militar y comercial de Gran Bretaña también se debía en parte a los mejores barcos, su importante marina y las ventajas naturales tales como sus numerosos puertos y la facilidad del transporte por canal comparada con la de un país tan grande como Francia. El proceso de industrialización no se realizó sin coste, trajo la amenaza del desempleo y la pobreza a las poblaciones urbanas de Gran Bretaña que aumentaban rápidamente. Algunos protestaron contra las consecuencias del cambio económico y social, y a comienzos del siglo XIX grupos de trabajadores luditas destruían la maquinaria que amenazaba sus puestos de trabajo. Actualmente el término "ludita" hace referencia a alguien que desconfia de la tecnología. Ver también: 60 época barroca - Económicas: para el comienzo de la supremacía de Gran Bretaña en el comercio y finanzas. Siglo XIX - Economía: para mayor industrialización, contínuo liderazgo económico de Gran Bretaña, pero también creciente del poder de Alemania. Siglo XX - Economía: para economía global en el mundo moderno. La Ilustración - Sociedad Durante el siglo XVIII la sociedad europea continuó en gran parte dominada por la nobleza, que recurría al monarca para emplearse como oficiales del ejercito, funcionarios del gobierno y embajadores. En muchos países los nobles y el alto clero disfrutaban todavía de amplios privilegios legales y financieros, con frecuencia, a expensas de los campesinos que constituían la inmensa mayoría de la población europea. La clase media o burguesía creció en número e importancia y demostró su capacidad de inventiva y de hacer dinero. Se produjo un rápido aumento en la propagación de la información, y los textos de los pensadores de la Ilustración circulaban por toda Europa. La publicación de los 28 volúmenes de la Enciclopedia, entre 1751 y 1772, es indicativo del énfasis que la Ilustración ponía en la educación y el conocimiento. A pesar de la mayor importancia de las clases medias no se produjeron cambios fundamentales en la estructura social durante la mayor parte de este siglo. La década comprendida entre 1789 y 1799, sin embargo, vivió con la Revolución Francesa una convulsión política y social cuyas repercusiones se sintieron en toda Europa y fuera de ella. Sus resultados inmediatos fueron la abolición de la monarquía y de los privilegios feudales de la aristocracia y el clero, dejando a la burguesía como la clase dominante de la sociedad francesa. El legado más duradero de la Revolución, que perduró a pesar de los excesos de sus últimas fases, fue la proclamación de los principios fundamentales de la democracia moderna: libertad de conciencia, libertad de prensa y oposición al arresto arbitrario; igualdad ante la ley e igualdad de impuestos; separación de los poderes ejecutivo y legislativo. Estos principios, profundamente influenciados por el pensamiento de la Ilustración, fueron recogidos en 1789 en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Como consecuencia de las mejores condiciones económicas y el menor índice de motalidad, la población europea pasó de 100 millones a 140 alrededor del año 1750, y a 190 millones en el año 1800. En Francia, sin embargo, las guerras napoleónicas ocasionaron que el índice de crecimiento fuera menor que en el resto de Europa. Las condiciones higiénicas mejoraron ya que se cubrieron las alcantarillas y se pavimentaron las calles, y en general la salud mejoró. La dieta se enriqueció al popularizarse la patata e introducirse las alubias, y a los marineros se les daba fruta fresca. Ver también: Renacimiento - Sociedad: para cambio de la estructura social después del feudalismo, ascenso de la clase media. época barroca - Sociedad: para la evolución social, diferencia de clases en Europa. Siglo XIX - Sociedad: para la aparición gradual de la democracia en Europa Occidental, figuras populares. Siglo XX - Política: para el desarrollo de la democracia, voto para la mujer. Ilustración francesa - Educación: para la Enciclopedia. La Ilustración - Descubrimientos A pesar del clima de agitación social y política, y en algunas ocasiones debido a él, durante la Ilustración se produjeron grandes avances en medicina, en ciencia y en educación, así como los descubrimientos geográficos realizados por hombres como el Capitán Cook. Muchos de los pioneros procedían de ambientes modestos, confirmándose la importancia de las clases medias en la ciencia y, también, en las revoluciones industriales y políticas del siglo XVIII. El aumento del nivel de vida y de la alfabetización propició el crecimiento de la audiencia popular hacia las nuevas ideas científicas, puesto que cada vez más personas querían entender el mundo que les rodeaba. Medir, observar y clasificar fueron los pasos fundamentales en este proceso. Fahrenheit introdujo el termómetro de mercurio en 1714, y Celsius inventó el termómetro centígrado en 1742. El botánico sueco Linnaeus comenzó a publicar su sistema se clasificación de la vida animal y vegetal en 1736, y el naturalista francés Buffon y más tarde Lamarck, cuya Philosophie zoologique fue publicada en 1809, prepararon el camino para la teoría de la evolución de Darwin. El sistema métrico, ideado durante la revolución industrial, era un sistema decimal de medida basado en el metro, la diezmillonésima parte de un cuadrante de la circunferencia de la tierra. Entre los miembros de la comisión de pesos y medidas se encontraba uno de los fundadores de la química moderna, Antoine Laurent Lavoisier, enviado a la guillotina en 1749. Triunfaron las ideas mecanicistas. La máquina de hilar de husos múltiples de Hargreaves, la máquina de vapor de Watt, el telar mecánico de Cartwright y el primer barco de vapor de Fulton dieron nuevo ímpetu al desarrollo industrial y al transporte. Los hermanos Montgolfier realizaron su primera ascensión en un globo de aire caliente en el año 1783. Jenner inició el camino a la vacunación en las postrimerías del siglo, y la anestesia se usó por primera vez en odontología en el año 1800. Ver también: época barroca - Sociedad: para el papel de la clase media en el gobierno. 61 Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina, Darwin Siglo XIX - Economía: para el incremento de la industria, facilitado por inventos de la Ilustración. La Ilustración - Cultura La pintura de Watteau, Fragonard y Canaletto, que presenta con frecuencia a elegantes aristócratas, caracteriza la forma dominante del arte dieciochesco, aunque el clima cambiaría perceptiblemente a medida que las ideas revolucionarias y románticas se abrían camino. El interés por la pintura religiosa disminuyó y los artistas podían pintar cualquier motivo; el retrato, al igual que el paisaje, alcanzó nuevas cimas. En Inglaterra, Hogarth era popular por su descripción de la vida cotidiana del Londres del siglo XVIII. Su trabajo, con frecuencia satírico, es una maner de hacer crítica social y un intento de crear una sociedad más moral a través del arte. Se desarrollaron las formas musicales como la sinfonía, el concierto, la sonata y, al final del siglo, el cuarteto de cuerda, la más democrática de las agrupaciones musicales, creado por Haydn y Mozart y que, posteriormente, alcanzaría su apogeo con Beethoven. Viena, donde todos ellos trabajaban, era el centro del mundo musical. La ópera ya no reflejaba los ideales de sus fundadores y se había convertido en un vehículo para que los cantantes mostraran su talento. Se produjeron reacciones a esto como muestran The Beggar's Opera, una sátira social escrita por por el dramaturgo inglés John Gay, la La serva padrona de Pergolesi, y la Le Devin du village del músico y filósofo ilustrado Jan-Jacques Rousseau. En la segunda mitad del siglo, con la reforma iniciada por Gluck, se abrió un nuevo futuro para la ópera. Mozart lo continuó, armonizando el aria y lo adornó con su particular genio musical para crear Le Nozze de Figaro. El libreto original de la opera de Mozart era una obra del dramaturgo francés Beaumarchais. El teatro floreció en la mayoría de las capitales europeas, pero el peligroso contenido potencial de la obra de Beaumarchais, en la que los sirvientes manipulan a sus amos, hizo que los gobiernos vigilaran de cerca a posibles sujetos subversivos. Fue también un período de gran importancia para las obras de ficción y la novela moderna. El análisis de la conducta de los personajes y sus comportamientos entre sí o en sociedad procede principalmente del siglo XVIII. Ver también: época barroca - Cultura: para música, ópera Siglo XIX - Cultura: para Romanticismo, desarrollándose al final del periodo de la Ilustración. La Ilustración - Grandes mujeres Tres mujeres de distinta procedencia social representan la nueva mujer de la Ilustración, una mujer decidida a vivir su vida siguiendo sus propios criterios. Son Catalina la Grande, emperatriz de Rusia, la francesa Olympe de Gouges, y la autora y feminista inglesa Mary Wollstonecraft. Catalina la Grande era una princesa alemana que se casó con el heredero del trono ruso. Poco después de convertirse, en 1762, en el emperador Pedro III, éste fue destronado y asesinado, sucediéndole su inteligente y ambiciosa viuda. Catalina gobernó sola hasta su muerte en 1796, llegando a ser uno de los monarcas más famosos de finales del siglo XVIII conocidos como "déspotas ilustrados". Durante su reinado el territorio ruso aumentó considerablemente con la anexión del Imperio Otomano y con la división de Polonia. En política interna, Catalina realizó muchas reformas administrativas. Estaba muy influenciada por la literatura de la Ilustración, entre sus amigos figuraban eruditos y filósofos y era mecenas de artistas y arquitectos. Gozó de numerosos amantes, algunos de los cuales jugaron un papel significativo en sus decisiones políticas. Olympe de Gouges nació en 1748 en la ciudad francesa de Montauban, y probablemente era hija ilegítima de un oficial local. Cuando tenía poco más de veinte años se mudó a París, donde fue muy conocida por su belleza y tuvo muchas aventuras románticas. Inició su carrera de autora escribiendo numerosos panfletos sobre temas sociales y políticos. En un principio aplaudió el inicio de la Revolución Francesa defendiendo las reformas políticas moderadas. A medida que la Revolución se radicalizaba, ella se acercaba más a la causa monárquica. Fue una de las primeras defensoras de la causa feminista, alzando su voz contra el hecho de que se había ignorado a la mujer en la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789. Dos años más tarde, Olympe de Gouges publicó su propia Declaración de los Derechos de la Mujer, en la que exigía los mismos derechos para las mujeres que para los hombres.En 1793 fue guillotinada por su oposición al gobierno revolucionario. Tras una perturbadora infancia Mary Wollstonecraft abandonó su casa cuando tenía poco más de veinte años de edad, y abrió una escuela en Londres con su hermana y una amiga. Posteriormente trabajó un breve período como institutriz en Irlanda. Tras la publicación de su novela Mary, continuó su carrera literaria en Londres, traduciendo y comentando textos. Escribió una réplica al pensador político Edmund Burke titulada A Vindication of the Rights of Men, pero su obra más conocida es A Vindication of the Rights of Woman, publicada en 1792, un año después de la declaración de Olympe de Gouges. El mismo año Mary Wollstoncraft fue a París y tuvo una hija del escritor americano Gilbert Imlay, cuyo abandono le llevó a cometer dos intentos de suicidio a su regreso a Londres en 1795. Se casó con William Godwin en 1797, pero murió de septicemia poco despues del nacimiento de su hija, la futura Mary Shelley. George Berkeley (1685-1753) 62 Berkeley estaba familiarizado con las nuevas ideas científicas y filosóficas de su tiempo; las había estudiado en el Trinity College de Dublín. Cuando posteriormente ingresó en la Iglesia, Berkeley sintió que estas corrientes materialistas se estaban convirtiendo en una amenaza para los conceptos cristianos de la vida porque fomentaban el escepticismo y el ateismo. Para combatir esa amenaza, Berkeley desarrolló una filosofía radicalmente empírica y de gran originalidad que negaba la existencia real de la materia física. Una vez desarrolladas estas ideas, Berkeley decidió promocionarlas fundando una escuela en las islas Bermudas. La empresa fracasó pero las ideas de Berkely han perdurado. Ver: Berkeley David Hume (1711-1776) El tercero de los grandes filósofos empiristas británicos, Hume, ha sido quizás el más influyente. Hume estudió derecho en la universidad de Edimburgo pero se sentía más atraido por la filosofía, gran parte de la cual según él, contenía ideas confusas que necesitaban ser ordenadas. El método que empleó para hacerlo trajo la incertidumbre para dos de los más importantes campos del pensamiento de la época: la ciencia y la religión. Sus objeciones a los argumentos convencionales sobre la existencia de Dios y sus afirmaciones sobre la causalidad han resultado ser algunos de los argumentos más duraderos de la filosofía moderna. Kant, Einstein y Russell son algunos de los grandes pensadores que reconocen su deuda con Hume. Ver: Hume Immanuel Kant (1724-1804) Kant es sin lugar a dudas uno de los mayores filósofos de la historia. Excelente profesor universitario de filosofía, la obra de Kant combina su gran conocimiento de la materia con una increible creatividad filosófica. Mediante la síntesis del racionalismo y el empirismo, Kant produjo una metodología revolucionaria que afirmaba disipar todos los problemas metafísicos de la filosofía de un solo golpe. También ha contribuido de forma importante a la filosofía ética y su influencia es incalculable. Ver: Kant La Ilustración francesa La filosofía de la Ilustración francesa concentrada en los temas éticos, morales y religiosos, fue el movimiento cultural que culminaría con la Revolución francesa. Los filósofos franceses combinaron un nuevo liberalismo político, influenciado por las ideas de los británicos, con la creencia en que la naturaleza era regida por la razón. Apareció una nueva visión del hombre: el hombre en su estado natural es una es una criatura de naturaleza moral. Los filósofos veían a la sociedad civilizada como la corrupción de la naturaleza del hombre más que la generadora de la misma y proclamaron la vuelta al estado natural. La temática central de este período es la rencociliación de la verdadera naturaleza del hombre con la sociedad. Ver: Ilustración francesa 63 BERKELEY (1685-1753)La vida de Berkeley George Berkeley nació en Kilkenny, Irlanda, en 1685. Cuando cumplió los quince años entró en el Trinity College de Dublín para estudiar filosofía, ciencias y teología. Fue allí donde conoció las ideas de Descartes, Locke, Hobbes, Boyle y Newton. En pocos años ya había formulado la filosofía idealista que iba a mantener el resto de su vida. Después de licenciarse en 1707, Berkeley permaneció en el Trinity College como tutor. En 1709, ordenó y publicó la primera de sus grandes obras, La nueva teoría de la visión. Le siguieron al poco tiempo Tratado sobre los principios del conocimiento humano y Tres diálogos entre Hilas y Filonus. Entre 1713 y 1720, Berkeley viajó por Inglaterra, Francia e Italia. Durante estos viajes se interesó cada día más por las tendencias sociales. Berkeley pensaba que los filósofos y científicos de entonces eran una amenaza para el estilo de vida cristiano (el introducido materialismo era un ateísmo proliferante y el ateísmo llevaba a la decadencia moral). Determinado a hacer algo al respecto, Berkeley y su esposa partieron a América en 1728 para fundar un colegio cristiano en las Bermudas para los nativos y colonos. Fue un desastre. Los fondos prometidos por el gobierno británico no llegaron a recibirse y, en 1731, Berkeley volvió a Inglaterra y, desde allí, a Irlanda. Berkeley se convirtió en obispo de Cloyne en 1734, manteniendo dicho puesto hasta su muerte, casi 20 años después. El empirista Berkeley, como Locke, era un empirista, es decir, alguien que cree que el conocimiento del mundo se adquiere a través de los sentidos. Sin embargo, había ciertos aspectos de la filosofía de Locke (el papel asignado a Dios, su escepticismo sobre la apariencia y la realidad) que Berkeley consideraba absolutamente intolerables. Berkeley creó una filosofía para tratar estos problemas y, aunque su enfoque parece extraño al principio, ha llegado a ser considerado como uno de los empiristas más consistentes. La sustancia material Locke hacía una distinción entre las cualidades primarias y secundarias de las cosas. Opinaba que las cualidades secundarias eran propiedades como el sabor, el color, el olor, etc. Cosas que las diferentes personas experimentaban de forma diferente. Locke pensaba que, puesto que la sensación de color varía de persona a persona, no podemos afirmar que el color que vemos, cuando miramos un objeto, corresponda realmente al color del objeto, independiente de nuestra mirada. En cambio, nuestras experiencias de las cualidades primarias de los objetos (como la forma, el tamaño o la consistencia) sí se corresponden con lo que realmente es el objeto. Aunque no podemos decir que un tomate es rojo (simplemente me "parece" rojo a mí), sí podemos decir que es redondo. Locke mantenía que las "cualidades primarias", como la densidad, gravedad o peso, pertenecían realmente a la realidad que nos rodea. La realidad externa tenía una sustancia material. Locke creía (como Descartes y Spinoza) que el mundo material era una realidad. éstas fueron las ideas que Berkeley cuestionaba. Y lo hizo mediante la lógica del empirismo. Mantenía que lo único que existía es lo que nosotros percibimos. Pero nosotros no percibimos lo "material" o la "materia". No percibimos las cosas como objetos tangibles. El suponer que lo que percibimos tiene una "sustancia" propia es intentar llegar demasiado rápido a una conclusión. No tenemos en absoluto ninguna base de experiencia para hacer tal aseveración. Berkeley llevó el empirismo de Locke un paso más lejos. Para la mayoría de la gente, este punto de vista parecería absurdo al principio. La existencia de las cosas materiales es algo demasiado obvio. Si alguien golpea una mesa siente que la mesa está hecha de algo duro, de algo físico. Pero ¿realmente prueba esto que la mesa es realmente una mesa, hecha de materia? A fin de cuentas, se obtiene la sensación de que es algo duro, pero no se siente la "materia" real de la mesa. De la misma forma, se puede soñar que se está golpeando algo duro, pero no hay nada duro en un sueño, puesto que un sueño es algo que ocurre en la mente. Similarmente, una persona puede ser hipnotizada para que "sienta" cosas tales como frío o calor, caricias o puñetazos. Idealismo de Berkeley Locke dudaba que ciertos aspectos de la experiencia (los correspondientes a las cualidades secundarias) nos mostraran realmente cuál era la composición del universo. Berkeley opinaba que si se dudaba hasta ese punto también se podía dudar de todo lo relativo a los sentidos (no hay nada que pruebe que las cosas que percibimos correspondan a la realidad). Todo podría ser una ilusión. Para Berkeley, esto era una situación inadmisible. Su fuerte fe en Dios le obligaba a creer que la creación de Dios no era una ilusión y que era tan real y bella como él la percibía. Berkeley creía que las causas de nuestras ideas no podían ser los objetos físicos, como mantenía Locke. Pero ¿cómo se podía sentir una mesa si no estaba hecha de materia? Berkeley creía que un "espíritu" causaba el sentimiento de dureza de la mesa. Pensaba que todas nuestras ideas tenían una causa más allá de nuestra propia conciencia, pero esta causa no era de naturaleza material, sino espiritual. Las ideas (o sucesos mentales) sólo pueden ser causadas por las ideas. 64 El alma de Dios Según Berkeley, el alma puede ser la causa de las ideas, como cuando se sueña, pero solamente otra voluntad o espíritu puede ser la causa de aquellas ideas que constituyen el mundo "material". Todo se debe al espíritu que causa "todo en todo" y gracias al cual "todas las cosas subsisten", dijo. Evidentemente, Berkeley pensaba en Dios. Decía que "incluso podemos afirmar que la existencia de Dios se percibe mucho más nítidamente que la existencia de los hombres". Todo lo que vemos y sentimos es una "consecuencia del poder de Dios", dijo Berkeley. Porque Dios "está íntimamente presente en nuestra conciencia y suscita en ella toda esa multitud de ideas y sensaciones a la que estamos expuestos constantemente". El mundo que nos rodea y toda nuestra existencia reposan por lo tanto en Dios. él es la única causa de todo lo que hay. Sólo existimos en la mente de Dios. Berkeley se dio cuenta de que podía ser interpretado como si dijera que el mundo que nos rodea no es real. él mismo lanzó las preguntas ¿Qué son entonces el sol, la luna o las estrellas? ¿Cómo debemos concebir las casas, ríos, montañas, árboles, piedras o, incluso, nuestros propios cuerpos?. Pero Berkeley se preocupa de señalar que sólo niega la existencia de la materia, no la existencia del Universo. Cualquier cosa que vemos, oímos o tocamos, cualquier cosa que concebimos o comprendemos es tan segura como siempre, y tan real como siempre. Espacio y tiempo La realidad material no era la única cosa que cuestionaba Berkeley. También dudaba que el "tiempo" y el "espacio" tuvieran una existencia absoluta o independiente. Nuestras vivencias del espacio y del tiempo podrían ser también algo que sólo existiera en nuestra conciencia. Una semana o dos para nosotros no tenía por qué ser una semana o dos para Dios. Isaac Newton, contemporáneo de Berkeley, mantenía que el espacio y el tiempo eran absolutos. Con ello quería decir que el espacio y el tiempo existían independientemente de que los objetos o los sucesos ocuparan espacio u ocurrieran en el tiempo. Aunque no existieran los objetos ni los sucesos, existirían, sin embargo, el espacio y el tiempo. Berkeley opinaba que el punto de vista de Newton estaba equivocado en dos cláusulas. En primer lugar, el espacio y el tiempo estaban sujetos a lo que Newton denominaba "objetos físicos". Si el universo estuviera vacío, el tiempo y el espacio no existirían, pues éstos sólo eran conceptos utilizados para describir las relaciones entre los objetos físicos. En segundo lugar, no existían los objetos físicos tales como Newton los concebía, sino sólo ideas. Dios causaba en nosotros las ideas, lo que hacía que pudiéramos pensar que las cosas materiales existen aunque esto no fuera real. El tiempo y el espacio dependía de los objetos físicos y los objetos físicos, o lo que parecían ser los objetos físicos, dependían del alma. Por lo tanto, el tiempo y el espacio estaban sujetos al alma: eran construcciones mentales. Enlaces Filósofos relacionados: Locke - Cualidades de objetos: para su empirismo dualista. Hume - La idea de Dios: para sus conclusiones agnósticas sobre Dios. Historia: época barroca - Perspectiva: para Newton. época barroca - Descubrimientos: para Newton. Bibliografía Las obras más importantes de Berkeley son: Alcifrón o el filósofo minucioso, Ediciones Paulinas, Madrid 1978. Tratado sobre los principios del conocimiento humano, Alianza, Madrid 1992. Tres diálogos entre Hilas y Filonus, Alianza, Madrid 1990. ESTUDIOS: García Barrón, J. C.: Empirismo e ilustración inglesa: de Hobbes a Hume, Cincel, Madrid 1985 Magee, B.: Los grades filósofos,Cátedra, Madrid 1990.Conversación de B. Magge con M. Ayers sobre Locke y Berkeley. Urmson, J. O.: Berkeley, Alianza, Madrid 1984. 65 HUME (1711-1776)La vida de Hume David Hume nació en 1711 y creció cerca de Edimburgo, Escocia. Cuando sólo tenía 11 años entró en la Universidad de Edimburgo para estudiar latín, griego, matemáticas, física y filosofía. Su familia quería que fuera abogado, pero él mismo dijo que sentía "una resistencia infranqueable hacia todo lo que no fuera filosofía y enseñanza". Posteriormente se fue a Francia, donde escribió su primer libro, Tratado de la naturaleza humana. Se publicó en 1739, aunque Hume se sintió muy defraudado con la atención que recibió. En 1745, Hume se vio golpeado por otra amarga decepción: fue rechazada su pretensión de enseñar en la Universidad de Edimburgo. Desilusionado, Hume se convirtió en secretario diplomático del gobierno y viajó por toda Europa. Fue durante estos viajes cuando rescribió el tratado, que se volvió a publicar en 1748 bajo el título de Investigación sobre el entendimiento humano. También publicó una historia de Inglaterra, que fue considerada por muchos como una obra dominante. Hume disfrutó de cinco años en la embajada inglesa de París, antes de volver a Inglaterra con el filósofo francés Rousseau en 1766. Después de jubilarse en 1769, volvió a Edimburgo, donde permaneció hasta su muerte en 1776. Hume el empirista Como buen empirista, Hume consideró una obligación ordenar todos los conceptos y pensamientos confusos que habían inventado todos aquellos filósofos. Se hablaba y escribía con palabras anticuadas procedentes de la Edad Media y de los filósofos racionalistas del siglo XVII. Hume se propuso volver a la percepción inmediata del mundo. Ningún filósofo "podría llevarnos jamás más allá de las experiencias cotidianas o darnos una reglas de conducta distintas a las que elaboramos meditando sobre la vida cotidiana", decía. Impresiones Hume empezó por establecer que el hombre tenía dos tipos diferentes de percepciones, a saber, las impresiones y las ideas. Con "impresiones" se refería a la percepción inmediata de la realidad externa. Con "ideas" quería decir el recuerdo de una impresión de este tipo. Si, por ejemplo, alguien se quema con una estufa caliente, recibe una "impresión" inmediata. Posteriormente, puede pensar en aquella vez que se quemó. Esta impresión recordada es lo que Hume llama "idea". La diferencia es que la impresión es más fuerte y más viva que el recuerdo de dicha impresión. Se podría decir que la impresión es el original y que la idea, o reflejo, es sólo una pálida copia. Es la impresión la causa directa del almacenamiento de la idea en la mente. Hume opinaba que tanto la impresión como la idea pueden ser simples o compuestas, opinión compartida en gran parte por Locke. En la época de Hume había una creencia extendida en los ángeles. Esto es, en figuras humanas con alas. Nadie ha visto realmente a tales criaturas, aunque todos hemos visto alguna vez, por separado, figuras humanas y alas. Según Hume, un "ángel" es una idea compuesta. Consta de dos experiencias diferentes que no están unidas en la realidad, pero que, independientemente de ello, han sido asociadas en la imaginación del hombre. Según Hume, algunas veces podíamos componer ideas complejas que no se correspondían con ningún objeto del mundo real, como un ángel. En tales casos, teníamos que admitir que la imaginación había hecho un buen trabajo de "recorte y pegado" de ideas simples. Cada elemento ha sido percibido independientemente alguna vez, de forma que en nuestra mente han entrado en el teatro de la conciencia como "impresiones" auténticas. Nada ha sido inventado por la conciencia. La mente las ha puesto juntas y ha construido una "idea" falsa. Hume quería investigar todas las ideas y pensamientos simples para ver cuál no se correspondía con la realidad. Se preguntaba a sí mismo: "¿Qué impresión ha originado esta idea?". Lo primero que tenía que hacer era encontrar las "ideas simples" que componían una idea compuesta. Esto le proporcionaría un método crítico mediante el que podía analizar nuestras ideas y, a partir de ahí, poner en orden nuestros pensamientos y nociones. Quería "ahuyentar toda esa palabrería que, durante tanto tiempo, había dominado el pensamiento metafísico y lo había desprestigiado". Hume describía así la composición de los pensamientos e ideas: "Si cogemos con nuestras manos cualquier volumen y nos preguntamos ¿Contiene algún argumento abstracto referente a la cantidad o número? No. ¿Contiene algún argumento experimental referente a los hechos y la existencia? Traspásalo entonces a las llamas, por que no contiene nada más que argucias e ilusión". La idea de Dios Descartes creía tener una idea clara y nítida de Dios. Hume creía que "Dios" era una idea compuesta que ensamblábamos en nuestras mentes. Supuso que imaginamos a Dios como un ser infinitamente "inteligente, sabio y bueno". Tenemos, pues una idea "compuesta" que consta de algo infinitamente inteligente, algo infinitamente sabio y algo infinitamente bueno. Si nunca hubiéramos conocido la inteligencia, la sabiduría y la bondad, nunca podríamos haber tenido tal concepto de Dios. Quizá también esté en nuestra idea de Dios el que sea un "padre severo pero justo", esto es, una idea compuesta por "severidad", "justicia" y "padre". Hume rechazaba cualquier intento de probar la existencia de Dios. Esto no quería decir que descartara la posibilidad de la existencia de Dios. Pensaba, por el contrario, que intentar probar la existencia de la fe religiosa mediante el raciocinio humano era un engaño racionalista. Hume no era cristiano, aunque tampoco era un ateo 66 convencido. Era lo que llamamos un agnóstico, alguien que cree que la existencia de Dios es algo que no se puede probar. Cuando Hume recibió en el lecho de su muerte la visita de un amigo, éste le preguntó si no creía en una vida después de la muerte. Se dice que Hume contestó: "También es posible que un trozo de carbón puesto al fuego no arda". La Idea del Yo Descartes decía tener una percepción clara y nítida de su "yo" (en la que basó toda su filosofía). Hume pensaba que el yo era una idea compuesta, como la idea de "Dios". Después de analizar esta idea, Hume determinó que el yo está en constante cambio, sintiendo emociones diferentes, experimentado diferentes sensaciones. De forma similar, nuestras impresiones sobre nuestro yo son también inconstantes. Por lo tanto, el sentimiento de tener un ego inalterable es una falsa percepción. Esta percepción del ego es, en realidad, una larga cadena de impresiones simples que nunca se experimenta de forma simultánea. Hume decía que no era más que "un montón de juicios diferentes que se suceden el uno al otro como con una increíble rapidez y que están constantemente en cambio y movimiento". Mantenía que no tenemos ninguna "identidad personal" más allá o por debajo de tales juicios y estados de ánimo que van y vienen. Es como las imágenes de una película de cine, que cambian con tal rapidez que no notamos que dicha película está compuesta de una serie de imágenes simples. La película es, realmente, una suma de momentos. Un análisis similar de la conciencia humana y el rechazo al ego inalterable fueron introducidos casi 2.500 años antes en otro lejano lugar del planeta. Buda veía la vida como una línea ininterrumpida de procesos mentales y físicos que cambian a cada momento. Un bebé no es igual que un adulto; una persona hoy no es igual que la misma persona ayer. No hay nada de lo cual pueda decir "esto es mío" o "esto soy yo", decía Buda. No existe por lo tanto el "yo" o ego inalterable. Causalidad Como cualquier otro, Hume suponía que el pan de mañana no nos alimentaba hoy. Pero, a diferencia de los demás, se preguntaba si había alguna razón para hacer tal presunción. La única razón que podía pensar era la suposición más básica de que el futuro sería como el pasado. ¿Y cómo podía justificar esta suposición? Tendría que demostrar (entre otras cosas) que el pan de mañana le alimentaría. Pero, con ello, volveríamos al principio. Por lo tanto, Hume concluyó que nuestras creencias sobre el futuro nunca serán avaladas por la razón. No quería decir que dejáramos a un lado nuestra anticipación del futuro. Es el hábito, al que llamó "el gran guía de la vida humana", el que nos enseña cómo hacer las predicciones y cómo actuar en consecuencia aunque, cuando lo hacemos, actuamos sin la razón. Hume constató que los niños pequeños y los adultos ven el mundo de diferentes maneras. Los niños están fascinados con todo, pues todo es nuevo y mágico para ellos. Los adultos están mucho más acostumbrados a las cosas (esperan que las cosas ocurran de una forma determinada). Por lo tanto, ¿cómo podemos cambiar? ¿Por qué el mundo pierde su toque mágico a medida que crecemos? Hume pensaba que era una cuestión de hábito. A medida que una persona crece ve sucesos similares aconteciendo repetidamente, por lo que adquirimos el hábito de esperar que un mismo suceso ocurra de una determinada forma, obedeciendo determinadas leyes. Cuando Hume discutía sobre el poder del hábito, se concentraba en la "ley causa-efecto", concepto que posteriormente tuvo gran influencia sobre Kant. Esta ley establece que todo lo que ocurre ha de tener una causa. Hume utilizaba como ejemplo dos bolas de billar. Si tiras una bola de billar negra contra una bola de billar blanca que está en reposo, ¿qué le ocurriría a la bola blanca? Evidentemente, esperaríamos que la bola blanca empezara a moverse. Pero ¿por qué? Se diría que el golpe de la bola negra era la causa de que la bola blanca comenzara a moverse. Pero sólo podemos hablar de lo que realmente experimentamos. La bola negra causa el movimiento de la bola blanca, pero, según Hume, se ha percibido que un suceso sigue a otro en el tiempo, pero no se ha percibido que el segundo suceso ocurra a causa del primero. El mismo Hume creía que todo tenía una causa y que había una regularidad en la naturaleza (las leyes de la naturaleza) que se mantenía. Sin embargo, pensaba que no tenía del todo una razón para estas creencias. Simplemente formaba parte de nuestra naturaleza el creer y actuar de esa manera. No negaba la existencia de unas "leyes naturales" inquebrantables, sino que, como no podíamos experimentar esas leyes por sí mismas, podíamos llegar con facilidad a conclusiones erróneas. El hecho de que una cosa siguiera a otra no significaba necesariamente que hubiera un vínculo causal. Uno de los principales objetivos de la filosofía era, precisamente, evitar que la gente llegue a conclusiones equivocadas. ética Hume también se rebeló contra el pensamiento racionalista sobre la ética. Los racionalistas opinaban que era inherente a la razón del hombre el saber distinguir entre el bien y el mal. Esta idea del llamado derecho natural estaba presente en muchos filósofos, desde Sócrates hasta Locke. Pero, según Hume, no era la razón la que decidía lo que decimos y lo que hacemos, sino nuestros sentimientos. Si decidimos ayudar a alguien necesitado de ayuda, son nuestros sentimientos, no nuestra razón, los que motivan dicha decisión. Según Hume, todo el mundo tiene cierta sensibilidad hacia el bien de los demás. Tenemos la capacidad de mostrar compasión, pero dicha capacidad no tiene nada que ver con la razón. 67 Hume señalaba que nunca se debe partir de frases con "es" para llegar a frases con "debe". Y, sin embargo, esto es muy corriente, sobre todo en artículos periodísticos, programas de partidos políticos o discursos parlamentarios. Muchas veces se dice que determinada ley ha sido aprobada por el Senado, por lo que los ciudadanos del país deben cumplirla. Pero, con frecuencia, va en contra de las creencias íntimas de las personas obedecer tales leyes. Hume creía que no podemos utilizar la razón para saber cómo debemos actuar. "No va en contra de la razón", decía, "preferir la destrucción del mundo entero a tener un rasguño en un dedo". Una actuación responsable no es una cuestión de aguzamiento de la razón, sino de aguzamiento de los sentimientos que tenemos hacia los demás. Enlaces Filósofos relacionados: Locke - Ideas: para su punto de vista sobre el origen de las ideas. Berkeley - El alma de Dios: para su visión contrastada de Dios. Kant - Kant y la causalidad: para su respuesta a la teoría de Hume. Bibliografía Las obras más importantes de Hume son: Investigación sobre el entendimiento humano, Alianza, Madrid, 1980. Investigación sobre los principios de la moral, Alianza, Madrid, 1993. Tratado de la naturaleza humana, Tecnos, Madrid, 1993. ESTUDIOS: Ayer, A. J.: Hume, Alianza, Madrid, 1988. Esta obra pone énfasis especial en el papel que desenpeñó el escepticismo en la construcción de la filosofía de Hume. Noxon, J.: La evolución de la filosofía de Hume, Alianza, Madrid, 1987. Stroud, B.: Hume, Universidad Nacional Autónoma, Méjico, 1995. 68 FILOSOFíA DE LA ILUSTRACIóN FRANCESALa era de la razón La Ilustración fue el periodo en el que los pensadores liberales generaron las ideas que posteriormente contribuyeron a la Revolución Francesa en 1789. La mayoría de los filósofos de la Ilustración tenía una fe ciega en la razón humana. Con frecuencia se suele denominar a esta época la Era de la Razón, Racionalismo o el Siglo de las Luces. Las nuevas ciencias naturales habían puesto de manifiesto que la naturaleza estaba sujeta a la razón. Los filósofos ilustrados consideraban su cometido construir una base también para la moral, la religión y la ética de acuerdo con la razón inalterable de las personas. Su meta era crear una filosofía que fuera accesible al pueblo llano y que hiciera un verdadero cambio en la vida de las personas. El lema de la Revolución Francesa fue "Libertad, igualdad y fraternidad". La rebelión Muchos de los filósofos de la Ilustración francesa visitaron Inglaterra que, en muchos aspectos, era más liberal que su patria. Estaban fascinados con las ciencias naturales inglesas, especialmente con la física universal de Newton. También se inspiraron en la filosofía británica, especialmente en Locke, y su filosofía política. Cuando volvieron a Francia se opusieron cada vez más a las autoridades tradicionales. La rebelión contra las viejas autoridades se dirigía en parte contra el poder de la Iglesia, la monarquía y la nobleza. En el siglo XVIII estas instituciones eran mucho más poderosas en Francia que en Inglaterra. Los pensadores ilustrados creían que era esencial mantenerse escépticos frente a las verdades heredadas, apoyando la búsqueda por cada uno de las respuestas a cada pregunta. Racionalismo Aunque la Revolución Francesa empezó en 1789, las ideas que la inspiraron provenían de mucho antes. Tres figuras principales contribuyeron a dichas ideas: Montesquieu (1689-1755), Voltaire (1694-1778) y Rousseau (1712-1778). Los tres estuvieron en Inglaterra y estaban familiarizados con la filosofía de Locke. No obstante, éste no era un empirista muy consecuente. Creía, por ejemplo, que tanto la fe en Dios como en ciertas normas morales eran inherentes a la razón humana. La idea de que la moralidad (la capacidad para actuar correctamente) era una parte esencial de la razón humana, se llegó a convertir en una de las principales ideas de la Ilustración francesa. Muchos filósofos, como Rousseau, extendieron la idea de que la moralidad era una parte integrante de la naturaleza humana y que las sociedades inmorales eran sociedades antinaturales. Educación Ahora había que "ilustrar" a las masas, pues ésta era la condición previa para una sociedad mejor. Pensaban que la miseria y la opresión se debían a la ignorancia y superstición. Por lo tanto, había que tomarse muy en serio la educación de los niños y del pueblo en general. El mayor monumento del movimiento ilustrado fue una inmensa enciclopedia de 28 tomos, o Encyclopédie, publicada en Francia entre 1751 y 1772, con la contribución de Voltaire, Rousseau y Montesquieu. "Aquí está todo", se decía, "desde cómo se hace una aguja, hasta cómo se funde un cañón". Sus editores fueron el filósofo y dramaturgo Denis Diderot y el matemático Jean d'Alambert, quienes eran, respectivamente, el hijo de un cuchillero y el hijo ilegítimo de un oficial de artillería (un indicio de cómo iban apareciendo cada vez más oportunidades para los que tenían un origen relativamente humilde). Optimismo cultural Los filósofos de la Ilustración pensaban que la difusión de la razón y el conocimiento ayudaría a la humanidad a hacer grandes progresos. Era simplemente cuestión de tiempo que la sinrazón y la ignorancia cedieran ante una humanidad "ilustrada". Esta idea ha predominado en Europa hasta hace unas cuantas décadas. Vuelta a la naturaleza Algunos de los filósofos de la Ilustración francesa se convirtieron en defensores de una "vuelta a la naturaleza". Para ellos, la "naturaleza" significaba casi lo mismo que la "razón", puesto que la razón humana proviene de la naturaleza, al contrario que la religión o la "civilización". Señalaron que los "pueblos naturales" eran a menudo más sanos y felices que los europeos, dado que no estaban "civilizados". Rousseau fue quien lanzó la consigna "Tenemos que volver a la naturaleza". Porque la naturaleza es buena y el hombre es bueno "por naturaleza". Es la civilización la que le arruina. Rousseau también pensaba que el niño debe vivir en su estado "natural" de inocencia mientras pueda. Se podría decir que la idea de valorar la infancia como tal proviene de la Ilustración. Hasta entonces, la infancia había sido considerada como una preparación para la vida de adulto. Religión natural Los filósofos de la Ilustración pensaban que había que colocar la religión en concordancia con la razón natural de los hombres. Muchos lucharon por lo que se podría denominar el "concepto humanizado del cristianismo". En aquella época, muchos materialistas no creían en ningún Dios y tomaron, por lo tanto, una postura atea. Pero la mayoría de los filósofos ilustrados pensaba que era irracional concebir un mundo sin Dios. Consideraban también perfectamente racional creer en la inmortalidad del alma. Igual que para Descartes, la cuestión de si el hombre tiene un alma inmortal se convirtió más en una cuestión de raciocinio que de fe. 69 Según los filósofos de la Ilustración, había que eliminar de la religión todos los dogmas irracionales que se habían añadido a la sencilla predicación de Jesús en el curso de la historia de la Iglesia. Muchos defendieron entonces lo que se conoce como deísmo, es decir, la creencia de que Dios creó el mundo alguna vez, hace muchísimo tiempo, pero que, desde entonces, no ha aparecido ante el mundo. De esta forma, Dios queda reducido a un ser superior que sólo se da a conocer a los hombres a través de la naturaleza y de sus leyes, es decir, no se revela de ninguna forma sobrenatural. El culto racional a Dios (en contraposición al irracional, tradicional y rígido del cristianismo) era comportarse de forma moral y razonable. Los derechos humanos Los filósofos de la Ilustración francesa lucharon activamente a favor de lo que llamaron "derechos naturales" de los ciudadanos. En primer lugar, se trataba de la lucha contra la censura y, por lo tanto, en favor de la libertad de imprenta. Había que garantizar el derecho del individuo a pensar libremente y a expresar sus ideas referentes a la religión, la moral y la ética. Además, lucharon a favor de la abolición de la esclavitud y por un trato más humano a los delincuentes. El principio de la "inviolabilidad del individuo" fue finalmente incorporado a la Declaración de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Francesa en 1789. La Revolución Francesa dio también los primeros ejemplos de la lucha por los derechos de la mujer. En 1787, el filósofo ilustrado Condorcet publicó un escrito sobre los derechos de la mujer. Pensaba que las mujeres tenían los mismo "derechos naturales" que los hombres. Durante la Revolución de 1789, las mujeres participaron activamente en la lucha contra la anticuada sociedad feudal. Eran las mujeres las que, por ejemplo, iban al frente de las manifestaciones que, finalmente, obligaron al rey a marcharse del palacio de Versalles. Aparte de la demanda de los mismos derechos políticos que los hombres, también pedían cambios en las leyes del matrimonio y en la condición social de la mujer. Pero, aunque la cuestión de los derechos de la mujer surgió en relación con una revolución, cuando las cosas se tranquilizaron dentro del nuevo orden, se volvió a instaurar la vieja sociedad machista. Una de las mujeres que más lucharon por la causa feminista durante la Revolución Francesa fue Olympe de Gouges quien, en 1791, publicó una declaración sobre los derechos de la mujer. Sin embargo, el gobierno se opuso a sus ideas y, dos años más tarde, fue condenada a muerte. Después de esto, la actividad política para las mujeres fue prohibida. No fue hasta el siglo XIX cuando se puso verdaderamente en marcha el movimiento feminista por toda Europa. Poco a poco, la lucha empezó a dar frutos. Y todavía en nuestros días, en muchos países las mujeres tienen mucho por lo que luchar. Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - Cogito, ergo sum: para su prueba racionalista de Dios. Locke - La política de Locke: para su influencia política. Historia: La Ilustración - Perspectiva: para el pensamiento ilustrado y la Revolución Francesa. La Ilustración - Sociedad: para la Revolución Francesa. La Ilustración - Grandes mujeres: para Olympe de Gouges. Bibliografía Las obras más importantes de filosofía política de la Revolución Francesa son: Montesquieu.: Del espíritu de las leyes, Tecnos, Madrid,1980. 70 KANT (1724-1804) La vida de Kant Inmanuel Kant nació en 1724 en la ciudad de Königsberg, al este de Prusia, y vivió allí prácticamente toda su vida. Provenía de un hogar profundamente religioso, basado en el pietismo (una secta protestante que iba en contra del dogmatismo del luteranismo oficial), y sus convicciones religiosas influyeron mucho en su filosofía. Como para Berkeley, era muy importante para él salvar los cimientos de la fe cristiana. Kant se convirtió en profesor de lógica y matemáticas en la Universidad de Königsberg en 1770 y estuvo enseñando allí durante casi todo el resto de su vida. También se interesó por las ciencias, llegando a publicar trabajos sobre astronomía y geofísica. Sus tres obras más importantes se publicaron bastante tarde. Así, la Crítica de la razón pura salió en 1781, seguida en 1788 por Crítica de la razón práctica y, en 1790, por Crítica del juicio. La Crítica de la razón pura es una de las obras más importantes de toda la filosofía. Desafortunadamente, es también una de las más difíciles de leer (el mismo Kant la describió como seca y oscura). Kant solía ser un hombre afable y erudito aunque, al final de su vida, sus facultades mentales y su vista se deterioraron enormemente. Murió siendo una sombra de su anterior personalidad a la edad de 80 años. En su tumba de Königsberg se puede leer una de sus citas más famosas: "Dos cosas llenan mi mente de admiración y respeto cada vez mayores: el cielo estrellado encima de mí y la ley moral dentro de mí". Experto y genio Hay dos tipos de filósofos. Uno lo forman los que buscan sus propias respuestas a las grandes preguntas filosóficas. El otro lo forman los expertos en historia de la filosofía, que no necesariamente construyen su propia filosofía. Kant formaba parte de ambos tipos. Era un profesor brillante, familiarizado con el racionalismo de Descartes y Spinoza y con el empirismo de Locke, Berkeley y Hume. Pero además también, construyó una nueva filosofía a partir de las esencias de estas tradiciones. La síntesis de Kant Una cuestión que preocupaba a todos los filósofos desde Descartes era lo que podíamos saber de la naturaleza fundamental del universo (lo que a veces se llama "metafísica"). Se barajaban dos posibilidades: el mundo era tal y como lo percibíamos o el mundo era como se presentaba a nuestra razón. Los racionalistas creían que la base de todo el conocimiento humano estaba en la conciencia del hombre. Según los empiristas, todo el conocimiento del mundo viene a través de nuestra percepción sensorial. Por otra parte, Hume señaló que existen unos límites muy claros para las conclusiones que podemos sacar de nuestras sensaciones. Kant pensaba que ambos puntos de vista tenían algo de razón, pero que también ambos se equivocaban en parte. Opinaba que los racionalistas exageraban en lo que puede aportar la razón y que los empiristas habían hecho demasiado hincapié en la percepción. En principio, Kant está de acuerdo con Hume y los empiristas en que todos nuestros conocimientos sobre el mundo provienen de las percepciones. Pero (y en este punto da la razón a los racionalistas), también hay en nuestra razón importantes condiciones de cómo captamos el mundo que nos rodea. Es decir, hay ciertas condiciones en la mente humana que contribuyen a determinar nuestro concepto del mundo. Conocimiento humano Supongamos que una persona se pone unas gafas con los cristales rojos. Verá casi lo mismo que antes, sólo que todo tendrá un tono rojizo. Esto se debe a que los cristales limitan la forma de percibir la realidad. Todo lo que ve proviene del mundo exterior, pero el cómo lo ve también está determinado por los cristales de las gafas. Por lo tanto, no podría decir que el mundo es rojo, aunque así lo percibiera. Era eso precisamente lo que quería decir Kant cuando apuntaba que había determinadas disposiciones en nuestra razón que marcaban todas nuestras percepciones. Siempre llevamos puestas las "gafas" de la razón que afectan a todas nuestras percepciones. Todo lo que vemos lo percibimos ante todo como un fenómeno en el tiempo y en el espacio. Kant llamó al "tiempo" y al "espacio" las "dos formas de sensibilidad" del hombre. Y subraya que estas dos formas de nuestra conciencia son anteriores a cualquier experiencia. Es decir, que antes de experimentar algo, sabemos que, sea lo que sea, lo captaremos como un fenómeno en el espacio y en el tiempo. Porque no somos capaces de quitarnos las "gafas" de la razón. La mayoría de nosotros piensa que el tiempo y el espacio existen más allá de nosotros, pero, según Kant, el tiempo y el espacio son cualidades de nuestra razón y no del universo. Además del tiempo y del espacio, Kant describió 12 clases diferentes en las que el conocimiento humano ordena nuestra experiencia sensorial a las que llamó "categorías". A diferencia de los empiristas, Kant pensaba que la conciencia humana no era una "pizarra pasiva" que sólo recibe las sensaciones exteriores. La propia conciencia contribuye activamente a formar nuestro concepto del 71 mundo. Lo que vemos, tocamos, olemos, oímos y saboreamos no sólo depende de lo que está en nuestro exterior, sino también de lo que está en nuestro interior. Nuestra razón moldea nuestras sensaciones. Kant llamó a esto el "giro copernicano" en el problema del conocimiento humano. Con esto se refería a que la idea era tan nueva y tan radicalmente diferente a las ideas antiguas como cuando Copérnico propuso que la Tierra giraba alrededor del sol. En el pensamiento de Kant, tanto los racionalistas como los empiristas tenían algo de razón. En cierta forma, los racionalistas se habían olvidado de la importancia de la experiencia y los empiristas habían cerrado los ojos a cómo nuestra propia razón marca nuestra percepción del mundo. Kant y la causalidad La ley de la causa-efecto que, en opinión de Hume, no podía ser percibida por el ser humano, forma parte, según Kant, de la razón humana. Hume afirmaba que sólo es nuestro hábito el que hace que percibamos una conexión necesaria de causas detrás de todos los procesos de la naturaleza. Según él, no podíamos percibir que una bola negra de billar era la causa de que una bola blanca (a la que había golpeado) se pusiera en movimiento. No podíamos afirmar que la bola negra siempre pondría en movimiento a la bola blanca. Pero justamente lo que, según Hume, no se podía probar es lo que Kant incluía como una cualidad de la razón humana. La ley causal era eterna y absoluta simplemente porque la razón humana capta todo lo que sucede como una relación causa-efecto. Das Ding an sich Kant está de acuerdo con Hume en que no podemos saber nada seguro sobre cómo es el mundo "en sí". Sólo podemos saber cómo es el mundo "para mí", es decir, para todos los seres humanos. La aportación mayor de Kant a la filosofía es esta separación que hacía entre das Ding an sich (la cosa en sí) y das Ding für mich (la cosa para mí). Nunca podemos saber del todo cómo son las cosas "en sí". Sólo podemos saber cómo "aparecen" las cosas ante nosotros. En cambio, antes de cada experiencia podemos decir algo sobre cómo las cosas son percibidas por la razón humana. Antes de salir por la mañana de casa, uno no puede saber nada de lo que va a ver o percibir durante el día. Pero puede saber que aquello que vea o experimente lo percibirá como un suceso en el espacio y en el tiempo. Además, puede estar seguro de que la ley causal rige simplemente porque la lleva encima como parte de su conciencia. Esto implica que podíamos haber tenido otro mecanismo sensorial. Y podíamos haber tenido otro sentido del tiempo y del espacio. Podíamos incluso haber sido creados de forma que no buscáramos las causas de los sucesos de nuestro entorno. ¿Qué podemos saber? Kant creía que había unos límites claros a lo que el hombre podía conocer mediante la razón. Podíamos decir que las "gafas" de la razón ponen estos límites. Los filósofos anteriores a Kant habían discutido sobre las "grandes" preguntas de la filosofía (si el hombre tenía un alma inmortal, si existía Dios, si la naturaleza estaba formada por partículas diminutas indivisibles y si el universo era finito o no). Kant opinaba que el ser humano no podía obtener un conocimiento certero sobre tales cuestiones. Cuando se refería a las grandes cuestiones filosóficas, Kant decía que la razón operaba fuera de los límites del conocimiento humano. Pero, al mismo tiempo, era inherente a la naturaleza del hombre, o a su razón, una necesidad fundamental de plantear precisamente cuestiones de este tipo. Cuando, por ejemplo, nos preguntamos si el universo es finito o infinito, planteamos una pregunta sobre una unidad de la que nosotros mismos formamos una pequeña parte. Por lo tanto, jamás podríamos conocer plenamente esa unidad. Según Kant, existen dos elementos que contribuyen a nuestro conocimiento del mundo: la percepción y la razón. El material de nuestros sentidos nos llega a través de los sentidos, pero el material también se adapta a las cualidades de la razón. Cuando nos preguntamos de dónde procede el mundo y discutimos sobre posibles respuestas, entonces la razón está, en cierta forma, vacía, pues no tiene ningún material de los sentidos que procesar, ninguna experiencia que usar, por que no hemos percibido jamás toda esa gran realidad de la que sólo somos una minúscula parte. En dicho tipo de cuestiones, como la naturaleza de la realidad, Kant mostró que habrá siempre dos puntos de vista igualmente probables o improbables, dependiendo de lo que nos pueda decir la razón. Tan sensato es decir que el mundo ha de tener un principio como decir que no lo tiene. La razón no puede decidir entre ambos. Podríamos afirmar que el mundo ha existido siempre, pero ¿puede algo haber existido desde siempre sin que nunca haya tenido un principio? Entonces, deberíamos adoptar la postura contraria. Es decir, que tendría que haber tenido un principio, haber surgido de la nada. Por lo tanto, las dos posibilidades resultan igualmente inconcebibles. No obstante, una debe ser la correcta y otra la equivocada. 72 Fe Los racionalistas, como, por ejemplo, Descartes, habían intentado demostrar que tenía que haber un Dios simplemente porque tenemos la idea de un "ser perfecto". Otros, como Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, opinaban que tenía que haber un Dios porque todas las cosas tenían una causa inicial. Kant rechazaba ambas pruebas de la existencia de Dios. Ni la razón ni la experiencia poseían ningún fundamento seguro para poder afirmar que existía un Dios. Para la razón era tan probable como improbable dicha existencia. Pero Kant quería salvar los fundamentos de la fe cristiana, por lo que pensaba que allí donde fracasan la experiencia y la razón surge un vacío que había de llenarse con fe religiosa. Kant creía que era absolutamente necesario para la moral humana suponer que el hombre tiene un alma inmortal, que existe Dios y que el hombre tiene libre albedrío. Así, hace lo mismo que Descartes. En primer lugar, se muestra muy crítico con todo lo que podemos comprender y, seguidamente, mete por la puerta trasera a Dios. Pero, a diferencia de Descartes, Kant señala clarísimamente que no es la razón la que ha llevado a este punto de vista, sino la fe. A la fe en un alma inmortal, en la existencia de Dios y en el libre albedrío de los humanos las denominó postulados prácticos. "Postular" significa afirmar algo que no se puede probar. Con "postulado práctico" Kant se refería a algo que hay que afirmar para la "práctica" o "praxis" del hombre, es decir, para la moral del hombre. "Es moralmente necesario suponer la existencia de Dios", decía. ética El escepticismo de Hume sobre lo que nos podían decir la razón y los sentidos obligó a Kant a reflexionar de nuevo sobre algunas de las cuestiones vitales. él estaba especialmente interesado en la moral. Según Hume, no eran ni nuestra razón ni nuestros sentidos los que decidían la diferencia entre el bien y el mal, sino, simplemente, los sentimientos. Este fundamento le pareció poco sólido a Kant, pues siempre creyó que había una diferencia real entre el bien y el mal. En este punto, estaba de acuerdo con los racionalistas, quienes habían señalado que era inherente a la razón del hombre el saber distinguir entre el bien y el mal. Todo ser humano sabe lo que está bien y lo que está mal, no porque sea algo que haya aprendido, sino porque es inherente a nuestra razón. Según Kant, todos los seres humanos tenían una "razón práctica", es decir, una capacidad de razonar lo que está bien y lo que está mal en cada caso. La capacidad de distinguir entre el bien y el mal es innata, como lo son las demás cualidades de la razón. De la misma forma que todos los seres humanos tienen la mismas formas de razón, por ejemplo, el que percibamos todo como algo determinado causalmente, todos tenemos también acceso a la misma ley moral universal. Kant formuló la ley moral como un imperativo categórico. Con esto quería decir que la ley moral era "categórica", es decir, válida en todas las situaciones. Además, era un "imperativo", es decir, "perceptiva". Esto quería decir que era completamente ineludible. Kant formulaba este "imperativo categórico" de varias maneras. En primer lugar, mantenía que "siempre se debe actuar de modo que, al mismo tiempo, se desee que la regla según la que se actúa pueda convertirse en una ley general". Es decir, que cuando alguien hace algo, debe actuar de la misma forma en la que desearía que otra persona actuara en su caso. También formuló el imperativo categórico diciendo que "siempre se debe tratar a las demás personas como si fueran una finalidad en sí y no sólo como un medio para conseguir otra cosa". Según Kant, la ley moral era tan absoluta y de una validez tan general como, por ejemplo, la ley de la causalidad, que tampoco podía ser probada mediante la razón y que, sin embargo, era totalmente ineludible. Cuando él describía la ley moral, describía la conciencia del hombre. No podíamos probar lo que dice la conciencia, pero, aún así, lo sabemos. A veces, una persona es buena con los demás porque le merece la pena. Por ejemplo, puede ser una forma de hacerse popular. Pero si se comparte algo con los demás por el sólo hecho de hacerse más popular, entonces no se actúa por respeto a la ley moral. A lo mejor se actúa de acuerdo con ella, lo cual no está mal, pero para que algo pueda llamarse acto moral tiene que ser el resultado de una superación personal. Si se hace algo sólo porque se piensa que es una obligación cumplir la ley moral, se puede hablar de acto moral. Por eso, la ética de Kant suele denominarse la ética de la obligación. Kant también abogó por la creación de una "federación de los pueblos". En su escrito La paz perpetua escribió que todos los países deberían unirse en una federación de naciones que se ocuparía de conseguir una coexistencia pacífica entre las distintas naciones. Creía que la "razón práctica" de los hombres imponía a los estados que salgan de ese estado natural que causaba tantas guerras y que creen un nuevo sistema de derecho internacional que las impida. Kant pensaba que la creación de dicha sociedad era una meta muy lejana, pero vio que era nuestro deber trabajar a favor de un generalizado y duradero seguro de paz. Unos 125 años después de la publicación de este escrito, en 1795, se creó la Sociedad de las Naciones tras la I Guerra Mundial. Al finalizar la II Guerra Mundial, esta sociedad fue sustituida por las Naciones Unidas. 73 Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - Cogito, ergo sum: para el racionalismo que influyó a Kant. Hume - Causalidad: para el análisis de Hume de la ley causa-efecto. Historia: Siglo XX - Política: para la creación de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas. Bibliografía Las obras más importantes de Kant son: Crítica del juicio, Espasa-Calpe, Madrid, 1991. Crítica de la razón práctica, Sígueme, Salamanca, 1994. Crítica de la razón pura, Alfaguara, Madrid, 1993. ESTUDIOS: Cassier, E.: Kant: vida y doctrina, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1993. Hartnack, J.: La teoría del conocimiento de Kant, Cátedra, Madrid, 1988. Körner, S.: Kant, Alianza, Madrid, 1987. Una introducción a kant accesible. 74 Siglo XIX - Perspectiva El siglo XIX trajo más cambios a casi todos los aspectos de la vida humana que los experimentados en los mil años anteriores. La supremacía de Europa estaba en su apogeo, y alrededor del 1900 sólo los más remotos rincones de la geografía de la Tierra estaban fuera de la influencia de la cultura europea. Seguros de sí mismos, tras dos siglos de grandes logros, la mayoría de los europeos daban por sentado la superioridad de su cultura. La Revolución Francesa y la época de Napoleón propiciaron el crecimiento del sentimiento nacional. Los europeos sentían cada vez más la lealtad hacia una nación concreta, que deseaban libre del dominio ajeno. En la segunda mitad del siglo, el nacionalismo fue un factor crucial en la unificación de Italia y Alemania, anteriormente compuestas de numerosos estados separados. La aparición de la conciencia nacional encontró su expresión en el movimiento romántico, que afectó virtualmente a todos los campos de la cultura europea desde finales del siglo XVIII hasta la mitad del XIX. Los románticos, inspirados inicialmente por pensadores alemanes como Goethe y, posteriormente, Schelling, reaccionaron contra el racionalismo de la Ilustración dando nuevo énfasis al sentimiento, la imaginación y el mundo natural. La primera fase del movimiento o el Romanticismo universal, se preocupaba por la naturaleza, el alma universal y el genio artístico. El Romanticismo nacional, que floreció un poco más tarde, se interesaba principalmente por la historia, la lengua y la cultura del "pueblo" de cada uno de los diferentes países europeos. No existía, sin embargo, una línea divisoria bien definida entre las dos tendencias porque los románticos consideraban todos los aspectos de la vida, desde la cultura popular, la poesía y la filosofía hasta el arte y el estudio de la naturaleza, como expresiones de un único espíritu universal Otro aspecto importante del siglo XIX fue el liberalismo, que defendía la reforma social y política, la liberación de la actividad económica del control estatal, y se oponía a la intervención de la Iglesia en los asuntos políticos. Las reformas llevadas a cabo por los primeros liberales fueron importantes para el desarrollo de la democracia, pero la mayoría de ellos no eran demócratas en el sentido actual. Los liberales, esencialmente propietarios de clase media, no propiciaron la participación del pueblo en la política. Estaban alarmados por la violencia de algunos revolucionarios de la clase trabajadora, aunque en ocasiones podían compartir los mismos objetivos. En la segunda mitad del siglo la tradición revolucionaria europea buscaba la inspiración en la nueva doctrina del socialismo más que en el liberalismo. Los socialistas creían que el estado debía distribuir la riqueza para crear una sociedad igualitaria en la cual las clases gobernantes tradicionales ya no ostentarían el poder. Se oponían fundamentalmente al sistema económico imperante en Europa, al que Karl Marx a mediados del siglo XIX dio el nombre de capitalismo. Esta fue la época de la gran expansión colonial. Alrededor de 1900 el Imperio británico ocupaba casi la cuarta parte del mundo. Francia también extendió su imperio, al igual que Rusia que adquirió vastos territorios en Asia central. Al final del siglo XIX se produjo un enorme despliegue de la actividad imperialista, especialmente en áfrica, donde la mayoría de los países europeos establecieron colonias. Aunque los motivos eran esencialmente comerciales o políticos, la expansión imperial, a veces era promovida por la opinión pública, que veía las hazañas de los exploradores como una forma de adquirir prestigio nacional. Ver también: Renacimiento - Economía: para los comienzos del comercio europeo y expansión del imperio al extranjero. La Ilustración - Perspectiva: para la Revolución Francesa, Napoleón, crítica de la Iglesia por pensadores de la Ilustración. Siglo XX - Política: para la expansión del comunismo en Rusia y Europa del Este, su consecuente retirada. Hegel - El espíritu universal: para su reacción hacia Schelling Siglo XIX - Política La memoria de la Revolución Francesa y de la era napoleónica continuó en Europa mucho tiempo después de la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815. Las cuestiones planteadas durante los años revolucionarios fueron fundamentales para la aparición de la democracia moderna: republicanismo, sufragio más amplio, derechos individuales y libertad de palabra, y en contra de la importancia dada a la monarquía hereditaria, al orden y a los deberes más que a los derechos. Después de Waterloo las potencias europeas, entre las que destacaban Rusia, Prusia, Austria, Gran Bretaña y Francia, a la que le fue permitido participar como un aliado más, se reunieron en Viena para alcanzar un acuerdo de paz. Pretendían prevenirse de futuras agresiones francesas o de la actividad revolucionaria actuando conjuntamente para mantener la estabilidad del continente con medios pacíficos. La primera amenaza real para el tratado llegó en 1848, el año en que Karl Marx escribió el Manifiesto Comunista. Las peticiones de reformas liberales y nacionalistas, intensificadas por el desempleo y la falta de alimentos, condujeron a la aparición de revoluciones en toda Europa. En París, una revuelta de trabajadores se reprimió produciendo una gran matanza, y las ciudades importantes de Austria, Alemania e Italia también padecieron la violencia masiva. Aunque en un principio estos levantamientos representaron una seria amenaza para las autoridades, la mayoría de las veces finalmente fracasaban. 75 El Nacionalismo triunfó pronto en Italia y Alemania como resultado no de las revoluciones sino de las autoritarias políticas de Sardinia y Prusia. Primero se unificaron los estados italianos bajo el rey de Sardinia. Después el estadista prusiano Bismarck inició una campaña política y militar cuyo objetivo era la unificación de Alemania. En 1870 manipuló a Francia para que declarara la guerra a Prusia. Los estados alemanes obtuvieron una victoria fácil y llevados por el entusiasmo nacionalista se unieron a favor de Bismarck. Arrastrados por esta corriente de nacionalismo el rey de Prusia fue declarado emperador de la unificada Alemania en 1871 La tradición revolucionaria reapareció brevemente cuando el pueblo de París se levantó contra las condiciones de paz de Bismarck aceptadas por el gobierno francés. Se unieron en una junta de socialistas y republicanos conocida como la Comuna, que ostentó el poder durante un corto período de tiempo antes de que fuera cruelmente suprimida por las tropas francesas; murieron más de 20.000 personas. En el siglo XIX Gran Bretaña, aislada entre los importantes estados de Europa, se transformó en una sociedad industrial madura sin guerras ni revoluciones. Era la potencia dominante de Europa, y su marina era hegemónica en los océanos. A partir de 1870, sin embargo, Gran Bretaña afrontaría la creciente competencia de poderosos rivales, especialmente de Alemania. Ver también: La Edad Media - Política: para la fragmentación de Italia y Alemania en tiempos medievales. época barroca - Política: para la continua fragmentación de estados alemanes después de la Guerra de los 30 años. La Ilustración - Política: para la Revolución Francesa y Napoleón, aparece Prusia, en el concierto internacional, como un poder en auge. Siglo XX - Política: para las Guerras Mundiales, expansión del comunismo en Rusia y Europa del Este, partición y reunificación eventual de Alemania. Marx - Trabajo: para el Manifiesto Comunista Siglo XIX - Economía El siglo XIX vio como la Revolución Industrial que se había iniciado en Gran Bretaña durante la Ilustración, se convertía en un factor determinante en la configuración de las economías de todo el mundo. Condujo a una prosperidad sin precedentes pero, sobre todo en las ciudades, con gran coste humano. Afloraba una nueva clase de sociedad en la que la riqueza procedía de las finanzas, la industria y el comercio, y no de la propiedad de la tierra. Los avances en la agricultura fueron fundamentales para el desarrollo de la Revolución Industrial. Con menos trabajo se producía más comida para una poblaciónen continuo crecimiento. Con la disminución del trabajo en el campo, una nueva población en edad laboral quedaba disponible para las nuevas industrias. Gran Bretaña estaba a la cabeza de la Revolución Industrial. Las rápidas mejoras de las industrias textiles, que incluyen importantes inventos del siglo XVIII como la máquina de hilar, junto con la introducción de la fuerza del vapor, propiciaron que la producción alcanzara un mayor rendimiento. Esto a su vez generó el capital necesario para invertir en materias primas y nuevos equipamientos. El capitalismo prosperó durante este período sin ninguna regulación gubernamental explotando a hombres, mujeres y niños bajo unas terribles condiciones laborales. La enorme riqueza que se producía no se utilizaba para mejorar las condiciones sociales sino que se invertía en la expansión industrial y el desarrollo del transporte y las comunicaciones. Los cables transoceánicos conectaban el mundo, y los ferrocarriles y barcos de vapor transportaban los pasajeros y las mercancías más rápido y barato que nunca. Todo esto favoreció la expansión del comercio mundial y las inversiones en las colonias de ultramar. Las materias primas tan necesitadas se podían importar rápidamente y los productos manufacturados podían exportarse a todo el mundo. Hacia el año 1900, los complicados intercambios entre los países industrializados y el resto de países se integraron en una economía mundial, cuyo centro estaba en Londres. Gran Bretaña era la mayor potencia comercial y retuvo la supremacía industrial durante más de un siglo, progresivamente desafiada por rivales como Alemania y Estados Unidos. Una cuestión importante de este período era si el comercio debería estar regulado por la intervención gubernamental mediante tarifas o cuotas. Los liberales defendían el libre comercio sin restricciones y hacia la mitad del siglo algunos gobiernos europeos adoptaron políticas de libre comercio. Sin embargo, los países que intentaban protegerse de la competencia extranjera impusieron tarifas elevadas a la importación. Hacia 1900 la única excepción era Gran Bretaña que continuó con el libre comercio hasta la década de los años 30. Ver también: Renacimiento - Economía: para el crecimiento del comercio internacional y primeras señales de economía mundial. época barroca - Económicas: para contínua expansión del comercio al extranjero, comienzo del predominio británico en el comercio y finanzs. 76 La Ilustración - Economía: para el comienzo de la Revolución Industrial; Gran Bretaña avanza con ímpetu, pero las condiciones sociales en las ciudades eran severas. La Ilustración - Descubrimientos: para los inventos que contribuyeron a la industrialización. Siglo XX - Economía: para una economía global en el mundo moderno. Siglo XIX - Sociedad Durante el siglo XIX aumentó considerablemente la población europea pasando de 190 millones aproximadamente en 1800, hasta sobrepasar los 400 millones un siglo más tarde. Esto se debió a un brusco descenso del índice de mortalidad, ocasionado por los avances en el control de enfermedades y por la prevención de estas con una mayor higiene y el suministro de agua. El espectacular aumento de la población propició un rápido crecimiento de las ciudades y una mayor demanda de productos de consumo. A medida que la presión de la población aumentaba, la emigración a Norteamérica, Sudamérica, Australia y áfrica del Sur se convirtió en un atractivo camino para mejorar de vida. Francia y Gran Bretaña lideraban el camino hacia el desarrollo de la democracia moderna. El sufragio universal masculino se introdujo en Francia en 1848, aunque, al igual que en la mayoría de los países, las mujeres no obtendrían el derecho al voto hasta el siglo XX. El aumento de la alfabetización y el abaratamiento de los periódicos contribuyeron a que el publico estuviera mejor informado y emergieran más gobiernos democráticos en otros países. En el este, Rusia continuaría siendo un país feudal y subdesarrollado la mayor parte del siglo aunque la abolición de la servidumbre supusiera un avance A pesar de algunas medidas progresistas, durante la mayor parte del siglo las condiciones de trabajo de los pobres eran terribles. Los salarios eran tan bajos que con frecuencia los niños y las mujeres embarazadas tenían que trabajar. Niños pequeños de cinco años bajaban a las minas y se arrastraban por los oscuros túneles sacando el carbón. Muchos tenían que trabajar doce o trece horas al día. No había un sistema de asistencia social ni de pensiones y los que contraían deudas eran encerrados en prisiones o correccionales donde se los trataba como a criminales. Estas condiciones llevaron a Dickens a escribir su Cuento de Navidad, una crítica social de la época. Se acabaron aprobando leyes sobre el trabajo de los niños, pero las terribles condiciones de vida de la clase trabajadora contrastaban bruscamente con el opulento estilo de la burguesía, propiciándose así el clima ideal para la propagación de las ideas de Marx sobre la sociedad comunista y la reforma radical. El socialismo ganó terreno hacia el final del siglo y los trabajadores, organizados ya en sindicatos, comenzaron a hacer huelgas, enfrentándose en ocasiones violentamente a las autoridades. El socialismo estaba dividido entre los que querían utilizar el sistema político existente y los más radicales, seguidores de Marx, que pensaban que era necesaria una revolución. Los gobernantes prestaron atención a la agitación popular y algunos, como Bismarck en Alemania, intentaron frenar la demanda de reformas radicales introduciendo algún tipo de asistencia social. Sin embargo, para países como Rusia fue muy poca la reforma ofrecida, llegando además demasiado tarde, como para frenar la aparición del comunismo. Ver también: época barroca - Política: para primeras emigraciones desde Europa. La Ilustración - Sociedad: para la herencia de la democracia desde la Revolución Francesa, personajes populares La Ilustración - Economía: para gastos sociales de industrialización al comienzo de la Revolución Industrial Siglo XX - Política: para el desarrollo de la democracia, voto para la mujer, extensión del comunismo. Marx - Explotación: para su visión sobre el comunismo. Siglo XIX - Descubrimientos Al siglo XIX se le conoce a veces como el siglo del progreso porque los descubrimientos realizados en esta época han conmovido profundamente, desde entonces, la vida de la gente corriente. Un ejemplo espectacular de esto lo encontramos en el campo de la medicina. En el año 1840 se usaron por primera vez los anestésicos, y en la década de los años 60 el trabajo de Pasteur sobre la putrefacción contribuyó a que Joseph Lister revolucionara la práctica de la cirugía con el uso de ácido carbólico como antiséptico. El resultado fue una reducción sensacional de las muertes por infección. En la década de los años 30, el trabajo de Michael Faraday sobre electromagnetismo tuvo una importante incidencia en la industria. De forma más general, Faraday allanó el camino para el suministro público de electricidad y todas las inventos que utilizaron el motor eléctrico y el generador. Durante todo el siglo, la aplicación del conocimiento científico a las necesidades prácticas cotidianas aumentaron de forma considerable el nivel de vida. Las actividades rutinarias, tanto industriales como domésticas, se hicieron más rápidas y seguras con las conducciones de agua, gas y electricidad. Se realizaron importantes avances en el campo de las comunicaciones y el transporte. Stephenson inventó la locomotora, que en un principio transportaba sólo carbón y después, en la década de los 30, también pasajeros. En las décadas centrales del siglo, los ferrocarriles se extendieron por Europa, América, India y Australia. El barco de vapor ideado por Fulton a principios de siglo estimuló igualmente la expansión comercial e industrial. 77 El primer ferrocarril tubular o metro se abrió en Londres en 1863 y al final del siglo ya lo disfrutaban algunas ciudades importantes de Europa como París, Budapest y Viena. Mientras tanto el transporte individual mecanizado se había desarrollado con la bicicleta y, en la década de los 80, Benz y Daimler hicieron los primeros coches de gasolina con motores de combustión interna. El primer ferrocarril tubular o metro se abrió en Londres en 1863 y al final del siglo ya lo disfrutaban algunas ciudades importantes de Europa como París, Budapest y Viena. Mientras tanto el transporte individual mecanizado se había desarrollado con la bicicleta y, en la década de los 80, Benz y Daimler hicieron los primeros coches de gasolina con motores de combustión interna. Las comunicaciones alcanzaron distancias inmensas con el telégrafo, inventado por Samuel Morse en los años 30, y con el teléfono, inventado por Bell en 1876. El descubrimiento por Hertz de las ondas de radio posibilitó que Marconi en los años 90 transmitiera los primeros mensajes de radio, aumentando su alcance gradualmente hasta que en 1901 envió el primer mensaje intercontinental entre Inglaterra y Canadá. En el terreno científico la elaboración de la tabla periódica de elementos de Mendeleyev en 1869 mostró que el comportamiento estándar de los diferentes grupos de elementos podía predecirse, y ayudó a descubrir posteriormente nuevos elementos. En la década de los 90 los físicos Röntgen, Becquerel y Thomson pusieron los fundamentos para las investigaciones que, en las décadas siguientes, minarían las bases de la física newtoniana. Un importante desafío, no sólo a la teoría científica sino incluso a las creencias más profundas de la gente, fue la publicación en 1859 del libro de Darwin El origen de las especies. Este ha sido uno de los textos de mayor influencia en la civilización moderna, así como uno de los más vendidos, pero levantó muchas protestas principalmente entre los creyentes que consideraban que la teoría de Darwin sobre la evolución era incompatible con el relato bíblico de la Creación. Esta controversia ilustra gráficamente de que manera la ciencia retaba a la sociedad a que evaluara de nuevo la naturaleza de la existencia humana. Ver: Antigua Grecia - Descubrimientos: para medicina (Hipócrates) Helenismo y Roma - Descubrimientos: para medicina (Galeno) Renacimiento - Descubrimientos: para medicina - Versalio, desafío a las ideas de Galeno. época barroca - Descubrimientos: para Newton, medicina (Miguel Servet descubrió la circulación de la sangre) Siglo XX - Descubrimientos: para los avances en transporte y comunicaciones, teoría de la relatividad y cuántica Darwin - El tema religioso: para su desafío al creacionismo bíblico. Siglo XIX - Cultura El movimiento cultural conocido como Romanticismo se desarrolló en medio de grandes avances tecnológicos, en un mundo cada vez más materialista. El Romanticismo, considerado la última gran época cultural europea, se caracteriza por los sentimientos, la imaginación y la intensa añoranza de la naturaleza. Fue ante todo un fenómeno urbano que representó una retirada del mundo materialista y racionalista. Los románticos añoraban el pasado y se deleitaban con lo irracional y lo sobrenatural. Solían serlo hombres jóvenes, muchos de ellos estudiantes universitarios, que se rebelaban contra los valores de la clase media. Era la obligación del romántico vivir la vida o soñar para alejarse de ella. El Romanticismo rechazaba el universo mecanicista de la Ilustración y el exclusivo interés en la razón. Los románticos se parecían más a los renacentistas con su creencia en una conciencia cósmica o en el divino "yo" de la naturaleza. Los románticos amaban la expresión "espíritu universal" o "alma universal", creían en que el ser humano lleva en su interior todo el universo y que podría desentrañar sus misterios entrando en sí mismo. Se alentaba al individuo a expresar e interpretar la vida, y se exaltaba la creatividad y el genio artístico. Beethoven fue uno de esos genios artísticos. Su música fué un vehículo de expresión propia del romanticismo, en sus obras maestras como la Sonata del Claro de Luna o la Quinta Sinfonía manifestaba sus propios sentimientos y añoranzas. El espléndido espectáculo de la ópera también era del gusto del siglo XIX. Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi expresaban los sentimientos románticos y en ocasiones nacionalistas en óperas como La Cenerentola, Norma, Lucia di Lammermoor, y Otello. Los hermanos Grimm buscaron el espíritu romántico en la cultura popular, recopilaron canciones y cuentos populares como Hansel y Gretel o Rumpelstiltskin. Otros eruditos como Asbjørnsen y Moe en Noruega, recogieron cuentos populares de sus propios países. Los cuentos se convirtieron en el género literario favorito, uno de cuyos exponentes más conocidos fue el alemán Hoffmann. Los cuentos proporcionaban al escritor la libertad para dar rienda suelta a su " fuerza imaginativa de creación del mundo", permitiéndole disolver la frontera entre la realidad y el sueño. Los escritores románticos ingleses, incluidos los poetas Wordsworth, Coleridge, Byron, y Shelley, expresaban la ilusión por algo distante e inaccesible. Coleridge escribió: 78 "Coleridge escribió:" ¿Y si durmieras y en tu sueño soñaras? ¿ Y si soñaras que ibas al cielo y recogías una flor extraña y hermosa? ¿ Y si cuando despertaras, tuvieras la flor en la mano? Ah, ¿entonces qué? " Sin embargo los autores románticos también hacían uso de la ironía para recordar al lector que ellos sólo experimentaban un universo de ficción manipulado por su creador, el autor. Ese recurso de desilusión se conoce como "ironía romántica". Los pintores románticos alemanes, sobre todo Friedrich, se inspiraron en una visión de la naturaleza como una expresión de lo divino, mientras que los románticos franceses, como Delacroix, reaccionaron contra el mesurado estilo clásico con pinturas llenas de color y energía. En Inglaterra, Constable y Turner realizaron pinturas de paisajes que plasmaban las fuerzas de la naturaleza. En la segunda mitad del siglo XIX, el Romanticismo fue reemplazado gradualmente por otros movimientos artísticos. En la pintura, el más importante de todos fue el Impresionismo francés aparecido en las postrimerías del siglo. Los impresionistas como Monet, Renoir, Degas y Pisarro buscaban en sus cuadros que se vislumbrara fugazmente el motivo a través de la cuidadosa observación de los efectos de la luz. Su temática incluye paisajes, escenas callejeras y personajes cotidianos. Su influencia alcanzó no sólo a los pintores de todo el mundo sino también a los músicos, como Debussy. El desarrollo de la fotografía se aceleró con los experimentos de Daguerre realizados con placas fotográficas en loa años 30. Usando múltiples negativos y fotografías de cuidada composición, Camille Silvy y otros precursores hicieron de la fotografía una nueva forma artística. Otros progresos que se realizaron durante el siglo culminaron con la invención de la película fotográfica y con la invención de una sencilla cámara de filmación en la década de los 80. Los avances de la fotografía contribuyeron al nacimiento del cine y en 1895 los hermanos Lumière abrieron en París el primer espectáculo de cine público. Durante todo el siglo la arquitectura tomó prestados elementos de todos los estilos históricos pero fundamentalmente de la Grecia y la Roma clásicas. Los arquitectos se volvían hacia el Partenón, los templos romanos y los arcos de triunfo; el culto a Napoleón está relacionado especialmente con la vuelta al arte de la Roma Imperial. Poco a poco surgía un estilo como expresión de la era industrial. El Crystal Palace de Londres, diseñado por Paxton para la gran Exposición de 1815, supuso un triunfo de la ingeniería, igual que la Torre Eiffel de París en 1889. Ver también: Antigua Grecia - Cultura: para los orígenes del estilo clásico, especialmente en la arquitectura Helenismo y Roma - Cultura: para la arquitectura romana. La Edad Media - Cultura: para la aparición de muchos cuentos populares a los que eran aficionados los Románticos, arquitectura gótica, imitada en el siglo XIX. La Ilustración - Cultura: para comienzos del Romanticismo a últimos del siglo XVIII. Siglo XIX - Grandes mujeres Las mujeres en la mayoría de los lugares no consiguieron muchos derechos durante el siglo XIX y en contadas ocasiones eran independientes social o económicamente. Los hombres tenían garantizado el derecho al voto, pero en Europa y Norteamérica se les continuaba negando ese privilegio. Sin embargo, una educación mejor proporcionó a las mujeres, de forma gradual, mayores oportunidades fuera del hogar, mientras los avances tecnológicos facilitaban las tareas domésticas rutinarias, lo que les permitía no estar tan atadas a los quehaceres domésticos. Dos mujeres excepcionales, Florence Nightingale y Annie Besant, ejemplifican el tipo de oportunidades que se ofrecía a las mujeres de la época. Florence Nightingale (1820-1910) recibió una esmeradísima educación de su padre. Desde muy pequeña mostró una decidida vocación a hacia el trabajo de los hospitales, en un tiempo en el que el trabajo de enfermería apenas se conocía y que, por supuesto, no era considerado una ocupación propia para una mujer de buena familia. Ella visitó hospitales de Inglaterra y del extranjero y se formó como enfermera en la ciudad egipcia de Alejandría. Tras el desencadenamiento de la guerra de Crimea en 1854, Florence ofreció sus servicios al gobierno británico y llegó en el momento adecuado a Scutari con 37 enfermeras. Modificó la planificación sanitaria y se redujo el índice de mortalidad considerablemente. A su regreso a Londres fundó una escuela para enfermeras agregada al hospital de Santo Tomás, iniciando así los estudios profesionales de enfermería, y creando la mayor oportunidad de empleo para las mujeres honradas desde la creación de las comunidades religiosas femeninas. Florence Nightingale fue la primera mujer que recibió la Orden Británica del Mérito. Annie Besant (1847-1933) nació en Londres y recibió educación en privado. A los dieciocho años se casó con un pastor anglicano del que tuvo dos hijos y al que abandonó tras una crisis de fe. Escribió un libro titulado My Path to Atheism, y reeditó un viejo panfleto The Fruits of Philosophy, que abogaba por el control de la natalidad para las parejas casadas, por lo que fue juzgada por obscenidad aunque finalmente fuera absuelta. Posteriormente Annie Besant escribió su propio libro sobre el control de la natalidad titulado Law of Population, del que se vendieron cientos de miles de copias en todo el mundo. Su marido la llevó a juicio y debido a sus publicaciones fue privada de sus hijos, fundamentándose en que no era una madre adecuada. 79 Annie Besant apoyó la política socialista radical y el autogobierno irlandés. Colaboró en la organización de huelgas de mujeres trabajadoras; defendió la educación masiva, la igualdad de los sexos y el voto femenino; recorrió Gran Bretaña dando conferencias sobre la condición de la mujer, la reforma social, la libertad civil y la libertad religiosa. En 1889 se unió a la Sociedad teosófica que mantenía la teoría de la reencarnación. Esto la llevó en 1893 a la India, donde más tarde pasó a ser un líder del movimiento nacionalista Hindú. En 1898 fundó en Benares el Central Hindu College. Annie Besant fue uno de los primeros europeos que apoyaron la independencia de la India, a través del Congreso Nacional hindú del que llegó a ser presidenta en 1917. Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) Hegel fue un hijo del movimiento romántico de comienzos del siglo XIX. Su obra desarrolla la idea de un "espíritu universal" defendida por Schelling y otros románticos. La filosofía de Hegel es propiamente un método para comprender la historia, y en sí misma es muy difícil de entender. Con todo, la popularidad de las ideas de Hegel fue enorme en Alemania incluso durante su vida. Hegel fue profesor en tres universidades, Jena, Heidelberg y Berlín, pero su influencia se extendió mucho más allá y, cuando murió, el "hegelianismo" ya se había propagado prácticamente por todas las universidades alemanas. Ver: Hegel Charles Darwin (1809-1882) Darwin fue un naturalista que inició los estudios sobre la evolución que cambiarían la manera de pensar sobre sí misma de la raza humana. Durante sus dilatados viajes por todo el mundo, Darwin observó muchos factores que le llevaron a pensar que las especies de plantas y animales evolucionaban a través del tiempo mediante la selección natural. Su idea fue mal recibida por algunos, a la gente no le gustaba la insinuación de que descendían del mono, y la Iglesia objetó que la teoría de Darwin era una afrenta al concepto bíblico de la creación. Hay todavía quien se resiste a aceptar la teoría de Darwin, pero actualmente los biólogos la consideran correcta en general. Ver: Darwin Karl Marx (1818-1883) Karl Marx, junto con su amigo y colaborador Friederich Engels, es considerado el padre del comunismo. Las ideas de Marx proceden de un profundo interés por la economía y de una sincera preocupación por sus semejantes; la resuelta dedicación con la que Marx se concentró en su causa ocasionó gran miseria a su propia familia. él pensaba que el sistema capitalista era el causante del empeoramiento de las condiciones sociales de la clase trabajadora y que económicamente era insostenible. Marx incitó a los trabajadores a seguir el curso de acción apropiado, la revolución. La historia es testigo de la influencia de Marx, pero que la Revolución rusa fuera o no el resultado del sistema que él había concebido es una cuestión abierta Ver: Marx Friedrich Nietzsche (1844-1900) Nietzsche es uno de las figuras más controvertidas de la filosofía. En un principio fue un brillante filólogo especializado en filología clásica de donde procede su profunda admiración por los valores del arte griego. Nietzsche vio su filosofía como una alternativa radical a las ideas religiosas y filosóficas tradicionales. Su apasionada filosofía, escrita aforísticamente, muestra al cristianismo como "una moral de esclavos" y aboga por la necesidad de una radical nueva manera de pensar para evitar que el hombre pierda su impulso creativo y caiga en la mediocridad. La poderosa filosofía profética de Nietzsche continúa siendo objeto de gran variedad de interpretaciones. Ver: Nietzsche Sigmund Freud (1856-1939) Freud fue un médico austríaco cuyos análisis del subconsciente establecieron el nuevo campo del psicoanálisis. Freud propuso una nueva descripción de la mente, dividida en tres zonas: el yo, el ello y el super-yo. Basándose en su trabajo Freud concluyó que muchas perturbaciones psíquicas son el resultado de sentimientos o memorias que los pacientes tratan de esconder en su subconsciente. Freud desarrolló diversas técnicas, como la hipnosis y la interpretación de los sueños, para descubrir y eliminar las causas ocultas de la neurosis y de otras enfermedades psíquicas. Ver: Freud Søren Kierkegaard (1813-1855) Kierkegaard es el primer filósofo existencialista importante. Hombre entusiasta y religioso con tendencia a la melancolía, Kierkegaard era un brillante y agudo escritor. Su trabajo refleja su carácter apasionado y su profunda visión personal de la naturaleza de la filosofía. Criticó despiadadamente la impersonalidad de la filosofía de Hegel y del movimiento romántico. Su ataque a la sociedad y al "cristianismo de domingo" fue también mordaz. Quería que las personas tomaran sus propias decisiones, evaluaran sus creencias y decidieran lo que es verdadero por ellos mismos, y no que se eximieran de su propia responsabilidad para hacerlo. Ver: Kierkegaard 80 HEGEL (1770-1831)La vida de Hegel Georg Wilhelm Friedrich Hegel nació en Stuttgart, Alemania. A los 18 años empezó a estudiar teología en Tubinga, justo después de la Revolución Francesa. Durante sus estudios conoció a dos grandes figuras del Romanticismo: al poeta Hölderlin y al filósofo Schelling. A partir de 1799 colaboró con Schelling en Jena, en el momento en el que el movimiento romántico se encontraba en su florecimiento más explosivo. En 1801, Hegel comenzó a enseñar filosofía en la Universidad de Jena. No mucho tiempo después empezó a trabajar en su libro más importante, Fenomenología del espíritu. En 1806 Jena fue ocupada por las tropas napoleónicas y la universidad fue cerrada. Hegel no volvió a su carrera académica hasta 1816, cuando se convirtió en profesor en Heidelberg, el centro del Romanticismo nacional alemán. Por aquel entonces, Hegel ya tenía una considerable reputación y, en 1818, fue nombrado catedrático de la Universidad de Berlín, justo cuando la ciudad se empezaba a convertir en el centro espiritual de toda Europa. Murió de cólera en 1831, cuando ya el "hegelianismo" contaba con una gran adhesión en casi todas las universidades alemanas. El espíritu universal Hegel unificó y continuó casi todas las distintas ideas que se habían desarrollado entre los románticos. Pero, al mismo tiempo, fue un perspicaz crítico de la filosofía, como de la de Schelling, por ejemplo. Tanto Schelling como los demás románticos pensaban que el fondo de la existencia se encontraba en lo que llamaban el "espíritu universal". Hegel utilizaba también esta expresión, pero dándole un nuevo contenido. Cuando Hegel hablaba de "espíritu universal", o "razón universal", se refería a la suma de todas las manifestaciones humanas, porque sólo el ser humano tiene "espíritu". Con este significado, habla del curso del espíritu universal a través de la Historia. Sin embargo, no debemos olvidar que nos está hablando de las vidas de los seres humanos, de las ideas de los seres humanos y de la cultura de los seres humanos. Todos los sistemas filosóficos anteriores a Hegel habían intentado fijar criterios eternos sobre lo que el hombre puede saber sobre el mundo. Kant abordó este problema haciendo una distinción entre el mundo tal y como se nos aparece y el mundo en sí. Pensaba que nunca podíamos conocer las verdades absolutas sobre el universo en sí. Hegel estuvo enormemente influenciado por Kant, pero negó la existencia de esas "verdades absolutas". Para Hegel, las bases del conocimiento humano cambiaban de generación en generación. No había por lo tanto "verdades eternas", ninguna razón eterna. Pensaba que la verdad era totalmente subjetiva. El único punto en el que podían apoyarse los filósofos era la propia Historia. En este sentido, es realmente cuestionable si se puede decir que Hegel tenía su propia filosofía. Lo que se conoce normalmente como filosofía de Hegel es, fundamentalmente, un método para entender el desarrollo de la Historia. Historia Hegel utilizaba la Historia como el punto fijo de su filosofía pero, pero si la Historia está en cambio constante, ¿cómo puede entonces considerarse como un punto fijo? Un río está en constante cambio, pero no por eso deja de ser un río. Para Hegel, la Historia era como el curso de un río. Cada pequeño movimiento del agua en un punto determinado del río está en realidad dado por la caída del agua y por su remolinos de más arriba. Pero también está influenciado por las piedras y los meandros del río justo en ese lugar. También la Historia del pensamiento, o de la razón, se podía comparar con el curso de un río. Todos los pensamientos manan de las tradiciones de las personas que nos han precedido y las condiciones materiales que rigen en nuestra época contribuyen a determinar la manera en la que pensamos. Por ello, no se puede afirmar que una determinada idea sea correcta para siempre. Pero sí se podría decir que es correcta en la época y lugar en la que se generó. Si hoy alguien abogara por la esclavitud sería tenido, en el mejor de los casos, por un loco. Pero no resultaría tan loco hace 2.500 años, aunque ya en aquella época había voces que se levantaban contra la esclavitud. El progreso de la razón Hegel señaló que la razón era algo dinámico, de hecho, un proceso. Y la "verdad" era ese mismo proceso, porque no existía ningún criterio fuera del propio proceso histórico que pudiera decidir qué es lo más razonable. Hegel mantenía que no se podía separar a un filósofo, o cualquier pensamiento, del contexto histórico en el que estaba inmerso. Dado que constantemente se iban añadiendo cosas nuevas en la evolución de la filosofía a lo largo de la Historia, la razón era "progresiva", es decir, que el conocimiento del hombre estaba en constante expansión y evolución. Por eso, aunque ni la filosofía de Platón ni la de Kant son totalmente correctas, la de Kant lo es más que la de Platón. El espíritu universal se ha desarrollado y progresado desde Platón a Kant. Hegel opinaba que el espíritu universal evolucionaba hacia una conciencia de sí mismo cada vez mayor. Los ríos se hacen cada vez más anchos conforme se van acercando al mar. Según Hegel, la Historia trataba de que el "espíritu universal" despertara lentamente para concienciarse de sí mismo. El universo siempre ha estado donde está; pero, a través de la cultura y del desarrollo del hombre, el espíritu universal se hace cada vez más consciente de su particularidad. 81 La dialéctica de Hegel La Historia es una larga cadena de reacciones. Hegel señaló ciertas reglas que rigen esta cadena de reflexiones. Cualquiera que estudie con detenimiento la Historia se dará cuenta de que cualquier idea se sustenta sobre la base de otra idea anterior. Así, en cuanto se presenta una idea, ésta será refutada por otra, produciéndose así una tensión entre dos maneras opuestas de pensar. Esta tensión se anula cuando aparece una tercera idea que recoge lo mejor de los dos puntos de vista precedentes. Hegel llamó a esto la evolución dialéctica. La dialéctica de Hegel se componía de tres fases de conocimiento: tesis, antítesis y síntesis. Podríamos decir, por ejemplo, que el racionalismo de Descartes era una tesis que fue contradicha por la antítesis empírica de Hume. Ahora bien, este antagonismo, o tensión entre las dos maneras de pensamiento, se resolvió con la síntesis de Kant. éste daba la razón en algunos aspectos a los racionalistas y, en otros, a los empiristas. Pero la Historia no acaba con Kant. La síntesis de Kant sería entonces el punto de partida de una nueva cadena de reacciones llevada en tres direcciones o "tríada". Porque también la síntesis será contradicha por una nueva antítesis. La dialéctica de Hegel no sólo era aplicable a la Historia. También cuando se discute se piensa dialécticamente. Se intenta localizar los fallos en el argumento, a lo que Hegel llamó "pensamiento negativo". Pero, a la vez que se buscan estos fallos, se conserva lo mejor. Cuando un socialista y un conservador se sientan para resolver un problema social, se produce rápidamente una tensión entre los dos modos de pensamiento. Esto no significa que uno tenga razón plenamente y el otro no. Es más, puede que los dos tengan algo de razón y que ambos se equivoquen también en parte. Según evoluciona la discusión, lo mejor de ambos será, a menudo, lo que permanezca. Mujeres Hegel opinaba que a toda tesis o punto de vista le seguía un antítesis. La tensión crecía entre ambos y esto llevaba a una solución de compromiso. Así, desde una amplia perspectiva histórica, una persona que desarrollaba una idea fomentaba la formación de la idea opuesta. Sólo en este sentido, Hegel podía considerarse como un personaje que participó en el progreso de los derechos de la mujer. Hegel escribió: "La diferencia entre el hombre y la mujer es igual a la que existe entre el animal y la planta. El animal se asemeja al carácter del hombre y la planta al de la mujer, porque su evolución consiste más bien en un tranquilo despliegue de energía, que tiene como principio la unidad indeterminada del sentimiento. Si las mujeres están al frente del gobierno, el Estado estará en peligro, porque no actúan conforme a las demandas del público, sino que siguen inclinaciones y opiniones casuales. También las mujeres se cultivan (no se sabe cómo) como si absorbiesen las ideas más a través de la vida que mediante la adquisición de conocimientos. El hombre, por otra parte, tiene que alcanzar su posición luchando por adquirir ideas y mediante enormes esfuerzos según lo establecido". Individualismo El individualismo del Romanticismo encontró su negación o antagonismo en la filosofía de Hegel. Hegel hizo énfasis en lo que él llamó "poderes objetivos", como la familia o el Estado. Se podía decir que Hegel era algo escéptico con el individuo. Pensaba que el individuo era una parte orgánica de la comunidad. La razón o el "espíritu universal" era algo que no se hacía visible hasta la interacción entre los seres humanos. La razón aparece ante todo en el lenguaje. Y el lenguaje es algo con lo que nacemos. No es creado por un individuo, sino que el idioma es el que crea al individuo. De la misma forma que el individuo nace a un lenguaje, también nace a sus condiciones históricas. Nadie puede tener una relación "libre" con esas condiciones. La persona que no encuentre su lugar en el Estado es, en consecuencia, una persona no histórica. Esta idea también era muy importante para los grandes filósofos de Atenas. De la misma forma que es inconcebible un Estado sin ciudadanos, tampoco se concibe al individuo sin Estado. Según Hegel, no es el individuo el que se encuentra a sí mismo, sino el espíritu universal que, como él dijo, vuelve a sí mismo en tres escalones. Con esto quería decir que el espíritu universal se concienciaba de sí mismo en tres etapas. En primer lugar, el espíritu universal tomaba conciencia de sí mismo en el individuo, a lo que Hegel llamó la razón subjetiva. En la familia, en la sociedad y en el Estado, el espíritu universal alcanzaba una mayor conciencia, a lo que Hegel denominó la razón objetiva, puesto que es una razón que actúa en interacción entre las personas. La más elevada forma de autoconocimiento la alcanza el espíritu universal en la razón absoluta. Y esta razón absoluta es el arte, la religión y la filosofía. Y de ellas, era la filosofía la más elevada, pues, en la filosofía, el espíritu universal reflexiona sobre su propia actividad en la Historia. Es decir, el espíritu universal se encontraba consigo mismo en la filosofía. Podríamos decir que la filosofía era el espejo del espíritu universal. Enlaces Filósofos relacionados: Platón - El Estado: para el lugar del hombre en la sociedad. Kant - Das Ding an sich: para su distinción dual de la realidad. 82 Marx - Marx y la Historia: para la inversión de Hegel. Kierkegaard - Kierkegaard y Hegel: para el ataque de Kierkegaard contra Hegel. Historia: Siglo XIX - Perspectiva: para el Romanticismo. Siglo XIX - Cultura: para el Romanticismo. Bibliografía Las obras más importantes de Hegel son: Ciencia de la lógica, Vol. II, Solar, Buenos Aires, 1982. Fenomenología del espíritu, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1966. Principios de la filosofía del derecho, Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1993. ESTUDIOS: Gadamer, H. G.: La dialéctica de Hegel, Cátedra, Madrid, 1988. Hyppolite, J.: Génesis y estructura de la fenomenología del espíritu de Hegel, Península, Barcelona, 1991. Tal vez la obra más clara y rigurosa sobre el pensamiento de Hegel. Mure, G. R. G.: La filosofía de Hegel, Cátedra, Madrid, 1988. 83 DARWIN (1809-1882)La vida de Darwin Charles Robert Darwin nació en Shrewsbury, Inglaterra. Desde muy niño se sintió fascinado por la naturaleza. En sus años de colegio fue muy criticado por su manía de coleccionar insectos, ranas y otros bichos en vez de hacer sus tareas escolares. Después de terminar el colegio, su padre le envió a Cambridge a estudiar teología, aunque a Darwin le interesaba poco el tema. Cada vez se interesaba más por el mundo de la naturaleza, llegando a obtener una gran reputación como naturalista. No mucho después de terminar sus estudios en Cambridge, Darwin fue requerido para participar en una misión del gobierno para hacer un viaje por la costa de Sudamérica. Era una oportunidad única que le permitía a Darwin aprender aún más sobre la naturaleza y esto le decidió a aceptar el puesto. Darwin embarcó en el buque de guerra H.M.S. Beagle el 27 de septiembre de 1831 y no volvió a Inglaterra hasta pasados cinco años. Recorrió Sudamérica, Australia, Sudáfrica y de nuevo Sudamérica. El viaje fue el suceso más significativo de la vida de Darwin. Logró examinar y recolectar una gran cantidad de especies desconocidas y, sólo por esto, se convirtió en un científico reconocido. Pero la consecuencia más importante de estas observaciones fue que llevaron a Darwin a formular su teoría de la evolución y la idea de la "selección natural". Darwin no publicó sus ideas hasta muchos años después de su viaje. El origen de las especies fue publicado en 1859 y El origen del hombre en 1871. En estas publicaciones se abre camino su teoría de la selección natural. Tuvieron un gran impacto en su época, pues contradecían muchas de las suposiciones que la gente tenía sobre la creación de la Tierra y la humanidad. Darwin puso en duda la credibilidad de la Biblia sobre la Creación. El tema religioso Aunque ya otros anteriormente habían pensado sobre la idea de la evolución, como el zoólogo francés Lamarck, fue Darwin el primero que dio una explicación aceptable sobre cómo ocurría la evolución. Y en parte fue porque Darwin rechazó la doctrina de la Biblia según la cual las distintas especies de plantas y animales eran inalterables. Cada especie animal o vegetal fue creada de una vez por todas mediante un determinado acto de creación. Este punto de vista cristiano también armonizaba con las enseñanzas de Platón y Aristóteles. El paso del tiempo Cuando Darwin embarcó en el Beagle desde Inglaterra, se llevó consigo el primer tomo de la obra Principios de geología del científico inglés Charles Lyell. Lyell opinaba que la geografía actual, con altas montañas y profundos valles, era el resultado de una evolución inmensamente larga y lenta. Su teoría era que cambios muy pequeños podían conducir a enormes cambios geológicos si se tenían en cuenta los grandísimos periodos de tiempo transcurridos. Pensaba en las mismas fuerzas que actúan hoy: el sol, el viento, la lluvia, la nieve, el deshielo, los terremotos y los elevamientos de la tierra. Darwin también pensó que minúsculos cambios graduales podían dar como resultado dramáticas alteraciones si transcurriera el tiempo suficiente y que esta misma teoría se podía aplicar a la evolución de los animales y plantas. Un factor decisivo de la teoría de Lyell era la edad de la Tierra. En la época de Darwin se suponía generalmente que habían pasado unos 6.000 años desde que Dios creara el mundo. Se había llegado a esta cifra contando las generaciones desde Adán y Eva hasta el momento. Darwin llegó a la conclusión de que la Tierra tenía unos 300 millones de años, pues una cosa quedaba completamente clara, y era que ni la teoría de Lyell sobre la evolución gradual ni la del propio Darwin tendría ningún sentido si no se contaba con periodos enormemente largos. Hoy en día sabemos que la Tierra tiene unos 4.600 millones de años. Adaptación de especies Darwin observó en sus viajes con sus propios ojos que, de una región a otra, las distintas especies animales podían distinguirse por muy pequeñas diferencias. Sobre todo, hizo unas interesantes observaciones al respecto en las Islas Galápagos, al oeste de Ecuador. Son un grupo de islas volcánicas, por lo que no había grandes diferencias ni en la flora ni en la fauna. Pero a Darwin le interesaban precisamente esas pequeñas diferencias. En todas las islas se topaba con tortugas gigantes, pero todas variaban algo de isla a isla. ¿Verdaderamente había creado Dios una raza de tortugas gigantes distinta para cada una de las islas? Las observaciones que hizo Darwin sobre los pájaros en las Galápagos fueron aún más significativas. Había claras diferencias de una isla a otra entre las distintas clases de pinzones, por ejemplo en lo que se refiere a la forma del pico. Darwin demostró que estas variaciones estaban estrechamente unidas a lo que los pinzones comían en las distintas islas. ¿Provenían todos esos pinzones de la misma especie de pinzones? ¿Se había ido adaptando esa especie al entorno de las distintas islas, de manera que al final habían aparecido nuevas especies de pinzones? él concluyó que sí. Pero todavía no tenía una explicación viable de cómo se había producido dicha evolución. La selección natural Darwin estaba familiarizado con la teoría del zoólogo francés Lamarck, quien había señalado que cada una de las especies animales había evolucionado según sus necesidades. Las jirafas, según él, tenían el cuello tan largo porque durante muchas generaciones lo habían estirado con el fin de llegar a las hojas de los árboles. Lamarck 84 opinaba que las características que cada individuo iba adquiriendo poco a poco también eran heredadas por los descendientes. Pero Darwin rechazó esta teoría de las "cualidades adquiridas" simplemente porque Lamarck no tenía ninguna prueba de sus atrevidas aseveraciones. Sin embargo, Darwin empezó a analizar otra línea de pensamiento mucho más evidente. En octubre de 1838, consiguió hacerse con un libro de Thomas Malthus llamado Ensayo sobre el principio de la población. Se basaba en la idea de que si no había factores de limitación en la naturaleza, una sola planta o especie se habría extendido por toda la Tierra. Pero, como hay varias especies, todas ellas se mantienen en equilibrio. Malthus continuó desarrollando esta idea y la aplicó a la población terrestre. Señaló que la capacidad procreadora de los humanos era tan grande que siempre nacían más niños de los que tenían posibilidad de sobrevivir. Puesto que la producción de alimentos nunca podría llegar a alcanzar el crecimiento de la población, un gran número estaría destinado a sucumbir en la lucha por la existencia. Los que sobrevivieran, y, por consiguiente, perpetuaran la raza, serían los que mejor se defenderían en la lucha por la existencia. éste era, de hecho, el mecanismo universal que buscaba Darwin. De pronto encontró la explicación de cómo ocurría la evolución. Se debía a la selección natural en la lucha por la vida y, en esa lucha, el que mejor se adaptara al entorno es el que sobreviviría y perpetuaría la raza. ésta era la segunda teoría que presentó Darwin en el libro El origen de las especies. Señaló que la lucha por la existencia era a menudo más dura entre especies cercanas, porque tenían que luchar por los mismos alimentos. Es entonces cuando actúan las pequeñas ventajas, esto es, las pequeñas y positivas variaciones con respecto a la media. Cuanto más amarga sea la lucha por la existencia, más rápida será la evolución de nuevas especies. En esos casos, sólo sobrevivirán los que estén mejor adaptados, todos los demás morirán. El resultado de esta constante selección hacía que los que mejor estuvieran adaptados a un determinado ambiente, o a una determinada celda ecológica, serían los que, a la larga, continuarían con la especie. Pero el mundo contenía muchos tipos diferentes de ambientes y lo que era una ventaja en un ambiente no tenía por qué serlo en otro. Consecuentemente, el mundo estaba poblado por una enorme cantidad de especies diferentes. La ascendencia humana En 1871, Darwin publicó El origen del hombre, en la que señalaba todos los grandes parecidos entre los humanos y los animales, anticipándose a la teoría de que el hombre y los monos antropoides tuvieron que haberse desarrollado en algún momento del pasado a partir de un mismo progenitor. Por aquel entonces, también se habían encontrado los primeros fósiles de cráneos de una clase extinguida de humanos, primero en el Peñón de Gibraltar y, unos años más tarde, en Neanderthal, Alemania. La teoría de Darwin de que los humanos estaban relacionados con los monos no sólo levantó las iras de la Iglesia, sino también de la sociedad en general. Esto se debía a que se alejaba completamente de la teoría bíblica sobre la Creación y derrumbaba la visión que tenía el ser humano de sí mismo como algo "especial" y diferente del resto del reino animal. La esencia de la teoría de Darwin era que el hombre era consecuencia de una serie de variaciones aleatorias. Y, por si fuera poco, dijo que estábamos emparentados de alguna forma con los monos, transformando la existencia del hombre en el producto de algo tan poco sentimental como la lucha por la existencia. A mucha gente le costó aceptar este punto de vista. Neodarvinismo Darwin creía que la evolución era el resultado de variaciones entre las especies. Pero Darwin sólo tenía una vaga idea de cómo empezaban estas variaciones. Sobre la cuestión de cómo surgían estas variaciones, la teoría de Darwin fue completada por lo que se llama el neodarvinismo. Todo lo que es vida y reproducción es, en último término, efecto de una división celular. Cuando una célula se divide en dos, se producen dos células con exactamente los mismos factores hereditarios.Es decir, en la división celular se copia una célula en sí misma. Pero, algunas veces, aparecen minúsculos fallos en este proceso, de modo que la célula copiada no sale exactamente igual a la célula de origen. En términos de biología moderna, a esto se le llama mutación. Tales mutaciones pueden carecer totalmente de importancia, pero otras pueden llevar a cambios importantes de las cualidades del individuo. Quizá uno de estos cambios positivos aporte al individuo precisamente la cualidad que necesita para defenderse mejor en la lucha por la existencia. Darwin opinaba que el largo cuello de una jirafa era una variación natural de la longitud del cuello del progenitor de la jirafa. El neodarvinismo completaba este punto de vista señalando la causa clara de que se produzcan esas variaciones. Si una mutación hacía que una jirafa naciera con el cuello más largo, ésta podría comer más hojas y esto era especialmente importante en épocas de escasez de alimentos. Pero también podríamos imaginarnos unas jirafas primitivas que hubieran desarrollado la habilidad de hurgar en la tierra para encontrar comida. Después de un larguísimo periodo de tiempo, una especie de animales extinguida puede haberse dividido en dos especies de animales. El medidor de abedul En Inglaterra hay una determinada especie de mariposa llamada el medidor de abedul, que vive en los claros troncos de los abedules. Proporciona un perfecto ejemplo de la teoría de la evolución por selección natural de Darwin. 85 Hacia el siglo XVIII, la gran mayoría de los medidores de abedules eran de color gris claro, lo cual era bastante efectivo como camuflaje. De vez en cuando podía aparecer un medidor más oscuro, pero duraba poco, pues era presa fácil para los pájaros, por lo que siempre había una abrumadora mayoría de insectos más pálidos. Pero el entorno se modificó. En varios lugares los troncos de los abedules se empezaron a ennegrecer debido a la contaminación provocada por la incipiente revolución industrial. Esto hizo que los medidores que ahora tenían más posibilidades de vivir fueran los oscuros. Desde 1848 hasta 1948, la proporción de medidores de abedul de color oscuro se incrementó desde el 1 hasta el 99 por ciento en ciertos puntos. Los "perdedores" blancos eran inmediatamente capturados por los pájaros apenas se posaban en un árbol. Pero el entorno se volvió a modificar. El cada vez menor uso del carbón y la utilización de mejores equipos de filtrado en las fábricas redujo significativamente la polución del entorno. Los abedules volvieron a recuperar su color original y los medidores tuvieron que volver a adaptarse al entorno. Esto es lo que llamamos la ley de la adaptación. El origen de la vida Darwin clasificó la vida en una estructura de árbol con categorías y subcategorías de una forma similar al método de clasificación que Aristóteles utilizó unos dos mil años antes. Este sistema de clasificación mostraba cómo todas las especies estaban relacionadas y Darwin vio que algunas de las diferentes especies compartían orígenes comunes (por ejemplo, las aves se separaban de los reptiles en un determinado punto y éstos partían en otro de los anfibios que, a su vez, partían de los peces). Hay en el mundo más de un millón de especies y este millón es sólo una pequeña parte de las especies que, en algún momento, han vivido sobre la Tierra. Darwin sospechaba que toda la vida provenía de un organismo unicelular simple. Pero ¿cómo apareció esta primigenia forma de vida? Darwin no lo sabía realmente, pero especulaba: "...Si pudiéramos imaginarnos una pequeña charca caliente en la que se encontraran toda clase de sales, en la que hubiera amoniaco y fósforo, luz, calor, electricidad, etc., y que se formase químicamente un compuesto proteico en esta charca, dispuesto a someterse a cambios aún más complicados...". Darwin filosofaba sobre cómo la primera célula podría haber surgido de una materia inorgánica. Y, de nuevo, volvió a dar en el clavo. Los científicos de hoy en día se imaginan precisamente que la primera y primitiva forma de vida surgió en esa "pequeña charca caliente" que describió Darwin. Enlaces Filósofos relacionados: Aristóteles - Escala de la naturaleza: para la clasificación de las especies. Nietzsche - El hombre físico : para el instinto de predominio del hombre. Freud - Pensamiento de Freud: para las tendencias naturales del hombre. Historia: Siglo XIX - Descubrimientos: para Darwin. Bibliografía Las obras más importantes de Darwin son: El origen de las especies, Edaf, Madrid, 1980. El origen del hombre y la selección en relación al sexo, Edaf, Madrid, 1989. ESTUDIOS: Bowler, P. J.: Charles Darwin: el hombre y su influencia, Alianza, Madrid, 1995. Guiselin, M. T.: El triunfo de Darwin, Cátedra, Madrid, 1983. Ruse, M.: La revolución darwinista, Alianza, Madrid, 1983. 86 KIERKEGAARD (1813-1855)La vida de Kierkegaard Søren Kierkegaard nació en Copenhague, Dinamarca. Fue el más joven de siete hermanos, aunque, cuando tenía 21 años, cinco de ellos y su madre murieron. Como consecuencia de esto, sus años de formación posteriores estuvieron dominados por su padre, un ferviente religioso muy estricto. Kierkegaard heredó de su padre su melancolía religiosa, un estricto sentido de la religiosidad y su naturaleza extrovertida. Cuando tenía 17 años, Kierkegaard se inscribió en la universidad para estudiar teología. Allí desarrolló un gran interés por la literatura y la filosofía, que en aquel tiempo estaba bajo la influencia del hegelianismo. Pasó diez años en la universidad, culminando sus estudios allí con su brillante tesis El concepto de la ironía, en la cual atacaba el hegelianismo. En 1840, Kierkegaard se prometió a una mujer llamada Regina Olsen, pero poco tiempo después decidió que casarse no sería compatible con su divina misión de ser escritor. Canceló el compromiso al siguiente año, algo que la burguesía de Copenhague no vio demasiado bien. En 1841, Kierkegaard fue a Berlín para seguir las clases de Schelling, esperando encontrar en ellas una alternativa al hegelianismo. Se quedó profundamente decepcionado sin embargo y, en 1843, publicó otro ardiente ataque contra Hegel en su libro O esto... o aquello. Este libro, como muchos de los suyos, fue publicado bajo un seudónimo. Las últimas obras de Kierkegaard eran ataques a la institución de la Iglesia por su fracaso en el ofrecimiento de un verdadero cristianismo. Llegó a perder incluso mucho dinero en la edición de un periódico, "El Instante", que satirizaba la Iglesia y sus ministros. En 1855 Kierkegaard contrajo repentinamente una peligrosa enfermedad de médula y murió, al poco tiempo, cuando contaba 42 años. Kierkegaard y Hegel Hegel estaba mucho más interesado en lo que llamó "el espíritu universal" que en los individuos. Creía que toda la historia se podría ver como la toma de conciencia de sí mismo del Espíritu Universal. Sólo cuando el espíritu universal fuera completamente consciente de sí mismo se revelaría las verdades eternas. Hasta ese momento, cualquiera que afirme que algo es cierto sólo se basará en un conocimiento incompleto. El sistema hegeliano no dejaba sitio a las cuestiones de elección personal (la certeza de cualquier declaración o creencia dependía del Espíritu Universal). Incluso después de su muerte, el "sistema" de Hegel se utilizó para la explicación general de todo tipo de preguntas. Kierkegaard, que lo detestaba, señaló que las "verdades objetivas" hegelianas eran absolutamente irrelevantes para la vida individual de cada persona. Según Kierkegaard, más importante que buscar la Verdad (con V mayúscula) era encontrar la "verdad para mí". De esa manera, colocó al individuo contra el "sistema". Kierkegaard opinaba que Hegel se había olvidado de que él mismo era un ser humano. Así describía Kierkegaard a un típico profesor hegeliano: "Mientras el meditabundo y respetado señor profesor explica la totalidad de la existencia, se olvida, en su distracción, de cómo se llama, de lo que es un ser humano, simplemente un ser humano, no unos ficticios 3/8 de párrafo". Kierkegaard fue el primero de los grandes filósofos existencialistas. Los existencialistas creen que el problema del propio ser humano es mucho más importante que los conocimientos objetivos de la naturaleza general de la existencia. Las descripciones amplias de la naturaleza humana o del ser humano no tenían ningún interés para Kierkegaard. La única cosa que le importaba era la "propia existencia". Y no se experimenta la existencia de uno detrás de un escritorio. Sólo cuando actuamos (y especialmente cuando hacemos elecciones significativas) es cuando sentimos nuestra propia existencia. Sociedad Hacia el final de su vida, Kierkegaard se hizo tremendamente crítico con la sociedad, declarando que "Toda Europa camina hacia la bancarrota". Pensaba que vivía en una época totalmente carente de pasión y dedicación. Las personas de la nueva sociedad urbana, decía, se habían convertido en el "público" y la característica predominante de la gente, o de las masas, era su "palabrería". Hoy en día utilizaríamos, a lo mejor, la expresión "conformismo", es decir, que todo el mundo opina y defiende lo mismo, sin tener ningún sentimiento más profundo hacía el tema en cuestión. Kierkegaard no era siempre indulgente en sus apreciaciones. Tenía una pluma aguda y una ironía amarga. A veces, proclamaba sutilezas tales como que "la multitud es la mentira" o que "la verdad siempre está en la minoría". Decía, además, que la mayor parte de la gente tenía una visión superficial de la existencia. Kierkegaard reaccionó especialmente contra la falta de entusiasmo de la Iglesia y criticó vivamente lo que podríamos llamar "religión de los domingos". Para Kierkegaard, el cristianismo era tan abrumador y tan irracional que tenía que ser "lo uno o lo otro". No se podía ser "un poco" cristiano o "hasta cierto punto". Porque lo hizo, Jesús resucitó el Domingo de Pascua o no. Y si realmente resucitó, esto es entonces tan inmenso que tiene que inundar nuestras vidas. Pero Kierkegaard observó que tanto la Iglesia como la mayoría de las personas tenían una postura poco comprometida ante las cuestiones religiosas. Para Kierkegaard, la religión y la razón eran como el fuego y el 87 agua. No bastaba con creer que el cristianismo era lo "verdadero". La fe cristiana consistía en llevar una vida cristiana. Verdad y religión Kierkegaard opinaba que la verdad era "subjetiva". Con esto no quería decir que no importara lo que pensáramos o creyéramos, sino que, realmente, las verdades importantes son "personales". Esas verdades son solamente "verdades para mí". Una cuestión importante era si, por ejemplo, el cristianismo era lo verdadero. Es una cuestión ante la que no se podía tomar una postura académica o teórica. Para uno que "se entendía a sí mismo en términos de existencia" se trataba de una cuestión de vida o muerte. No es algo para lo que uno se siente a discutir por discutir. Es algo que se debe tratar con la máxima pasión y fervor. Si alguien se cae al agua, no adopta una postura teórica ante la cuestión de si se va a ahogar o no. En ese caso no es ni "interesante" ni "poco interesante" si hay cocodrilos en el agua. Es cuestión de vida o muerte. Por lo tanto, teníamos que distinguir entre la cuestión filosófica de si existe un Dios y la relación del individuo con la misma cuestión. Ante cuestiones de este tipo, cada individuo se encuentra totalmente solo. Y a preguntas semejantes sólo nos podíamos aproximar mediante la fe. Las cosas que podemos saber mediante la razón son, según Kierkegaard, completamente irrelevantes. La fe era el factor más importante en las cuestiones religiosas. Kierkegaard escribió: "Si puedo entender a Dios objetivamente, no creo; pero, precisamente porque no puedo, por eso tengo que creer. Y si quiero conservarme en la fe, tendré que cuidarme siempre de conservar la incertidumbre objetiva, de estar a 70.000 fanegas de profundidad en esta incertidumbre objetiva y seguir preservando mi fe". Anteriormente, muchos habían intentado probar la existencia de Dios o, al menos, captarla con la razón. Pero, si uno se da por satisfecho con ese tipo de pruebas de Dios o argumentos de la razón, pierde la propia fe y, con ella, también el fervor religioso. Porque lo esencial no es si el cristianismo es o no lo verdadero, sino si es lo verdadero para ti. Tres fases de la vida Kierkegaard opinaba que existen tres actitudes vitales diferentes. él utilizaba la palabra fases para denominarlas: la fase estética, la fase ética y la fase religiosa. Utilizaba el término "fase" para remarcar que se puede vivir en las fases inferiores y, de repente, dar el salto a una fase superior. No obstante, mucha gente vivía en la misma fase toda su vida. Quien vive en la fase estética vive el momento y busca siempre conseguir el placer. Bueno es todo lo hermoso, bello o grato. Esta persona vive totalmente en el mundo de los sentidos y el "esteta" se convierte en esclava de sus propios placeres y estados de ánimo. Todo lo aburrido es negativo. El que vive en la fase estética puede llegar a sentir pronto la angustia o sensación de vacío. Según Kierkegaard, la angustia era algo casi positivo. Era una expresión de que uno se encuentra en una "situación existencial". Ahora, el estético puede optar por dar el gran salto a la fase superior. Pero puede suceder o no. No sirve de nada estar a punto de saltar si no se hace del todo. Aquí se trataba de "lo uno o lo otro"". Pero nadie puede dar el salto por ti. Tú mismo tienes que elegirlo. La "fase ética" se caracteriza por la seriedad y las elecciones consecuentes según criterios morales. Esta actitud ante la vida puede recordar a la ética del deber de Kant. Se intenta vivir de acuerdo con la ley moral. Igual que Kant, Kierkegaard ponía su atención ante todo en la disposición mental de la persona. Lo esencial no es exactamente lo que uno opina que es correcto y lo que no. Lo esencial es que uno elija tener una opinión sobre lo que es correcto o lo que es equivocado. Lo único que le interesa al estético es si una cosa es divertida o aburrida. Kierkegaard opinaba que tampoco la fase ética era la más satisfactoria. También en la fase ética podía uno llegar a aburrirse de ser tan cumplidor y minucioso. Muchas personas, cuando se hacen mayores, llegan a experimentar una gran sensación de cansancio. Algunos pueden caer de nuevo en la fase estética. Pero algunos dan un nuevo salto hasta la "fase religiosa", alcanzando así "la profundidad de 70.000 fanegas". de la fe. Eligen la fe ante el placer estético y los deberes de la razón. Y, aunque puede ser "terrible caer en las manos del Dios vivo", como decía Kierkegaard, es cuando por fin el ser humano encuentra la conciliación. Para Kierkegaard, la fase religiosa era la religión cristiana. Pero también tendría una gran importancia para los pensadores no cristianos. El existencialismo, el cual inspiró, floreció extensamente durante el siglo XX. Enlaces Filósofos relacionados: Sócrates - El diálogo socrático: para la ironía socrática. Kant - ética: para su ética del deber. Hegel - Individualismo: para el punto de vista atacado por Kierkegaard. Heidegger - La vida de Heidegger: para su desarrollo del existencialismo. Sartre - Pensamiento de Sartre: para su continuación del existencialismo. 88 Historia: Siglo XIX - Perspectiva: para el Romanticismo. Siglo XIX - Cultura: para el Romanticismo. Bibliografía Las obras más importantes de Kierkegaard son: El concepto de la angustia, Espasa-Calpe, Madrid, 1992. Temor y temblor, Tecnos, Madrid, 1987. Tratado de la desesperación, Santiago Rueda, Buenos Aires, 1976. ESTUDIOS: Harshorne, M. H.: Kierkegaard, el divino burlador, Cátedra, Madrid, 1992. Este libro destaca la importancia del uso de los seudónimos en las obras de Kierkegaard. Prini, P.: Historia del existencialismo: de Kierkegaard a hoy, Herder, Barcelona, 1992. Sartre, J. P.: Kierkegaard vivo, Alianza, Madrid, 1970. 89 MARX (1818-1883) La vida de Marx Marx nació en Tréveris, Alemania. Era hijo de un abogado y, durante una época, parecía que iba a seguir los pasos de su padre pero, en 1836, cambió su curso de leyes en la Universidad de Berlín por uno de filosofía. Cuando Kierkegaard fue a Berlín en 1841, ambos estuvieron muy próximos en las clases de Schelling. Kierkegaard escribió una tesina sobre Sócrates y, por la misma época, Marx escribió una tesis doctoral sobre Demócrito y Epicuro (los materialistas de la Antigüedad). Más tarde, Marx formularía su propio "materialismo histórico". Pero la carrera de Marx como filósofo académico fue corta. Cuando Federico Guillermo IV llegó al poder en 1840, el joven movimiento hegeliano, del que Marx formaba parte, fue atacado. Se casó en 1843 y pasó varios años de su vida en Francia, Bélgica y Alemania, editando publicaciones políticas radicales. Mientras estuvo en París formó parte del movimiento de las clases obreras y se interesó enormemente por la economía. En 1848, Marx ayudó a la fundación de la Liga Comunista y publicó el Manifiesto comunista. Después de esta publicación, fue expulsado de Prusia y se trasladó a Londres, donde él y su familia vivieron en una terrible pobreza. Tres de sus seis hijos murieron y la propia salud de Marx empeoró bastante. Sin embargo, continuó escribiendo y manteniendo su postura política, y dio comienzo a la Asociación Internacional de Trabajadores. En 1867 apareció el primer volumen de El capital, su gran obra sobre el capitalismo. Los otros dos volúmenes aparecieron después de su muerte en 1883. La filosofía práctica El pensamiento de Marx tenía un objetivo práctico (o político). No sólo era un filósofo sino, además, un sociólogo, un historiador y un economista. No hay ningún otro filósofo que haya tenido tanta importancia para la política práctica. Debemos, sin embargo, cuidarnos de identificar todo lo que se llama marxismo con el propio pensamiento de Marx. Se dice que Marx se convirtió en marxista a mediados de 1840, pero que, de vez en cuando, tuvo que señalar que no era marxista. Desde el principio, su amigo y colega Friedrich Engels contribuyó a lo que más tarde se acabaría llamando marxismo. En nuestro siglo, Lenin, Stalin, Mao y muchos otros han hecho sus propias aportaciones al marxismo o marxismo-leninismo. Marx y la Historia Marx no era un materialista filosófico, como los atomistas de la Antigüedad que él había estudiado, ni abogó por el materialismo mecanicista de los siglos XVII y XVIII, pero pensaba que, en gran medida, eran las condiciones materiales de la sociedad las que decidían cómo pensábamos. Hegel había señalado que la evolución histórica se movía hacia delante debido a una tensión entre dos opuestos, la cual se resolvía mediante un cambio repentino. Esta idea fue continuada por Marx, pero, según éste, Hegel lo expresaba al revés. Hegel llamó a esta fuerza que impulsaba la Historia hacia delante "espíritu universal". Esto, según Marx, era poner las cosas al revés. Quería demostrar que los cambios materiales son decisivos. Por lo tanto, no son las "condiciones espirituales" las que crean los cambios materiales, sino al revés. Son los cambios materiales los que crean las nuevas condiciones espirituales. Marx subrayó especialmente las fuerzas económicas de la sociedad como las que crean los cambios y, de esa forma, impulsan la Historia hacia delante. La filosofía y la ciencia de la Antigüedad tenían una finalidad meramente teórica. No se tenía mucho interés en aplicar los conocimientos a la práctica. Eso tenía que ver con la organización de la vida cotidiana económica en sí. La producción estaba más o menos basada en el trabajo de los esclavos, por lo que los ciudadanos no tenían necesidad de mejorar la producción mediante inventos prácticos. Marx llamó a estas condiciones materiales, económicas y sociales la "base" de la sociedad. A cómo se piensa en una sociedad, qué clase de instituciones políticas se tienen, qué leyes y, lo que no es menos importante, qué religión, moral, arte, filosofía y ciencia, Marx lo llamó supraestructura de la sociedad. La base de la sociedad Marx identificó tres niveles en la base de la sociedad. Lo más básico lo denominó condiciones de producción de la sociedad, es decir, las condiciones y recursos naturales que existen en la sociedad. Todo esto constituye los cimientos de la sociedad, y estos cimientos ponen límites clarísimos sobre qué tipo de producción puede tener esta sociedad. Y con ello, también se ponen límites muy claros sobre qué tipo de sociedad y qué tipo de cultura se puede llegar a tener en general. No se puede tener un negocio de arenques en el Sáhara ni cultivar dátiles en el norte de Suecia. La forma de pensar de la gente en una cultura nómada es muy diferente a la de un pueblo pesquero del norte de Europa. El siguiente nivel abarcaba las fuerzas productivas que existían en la sociedad. Marx se refería con esto a la clase de herramientas y maquinaria de que se disponía. El tercer nivel de la base de la sociedad comprendía a los propietarios de los medios de producción. A la organización del trabajo, es decir, a la distribución del trabajo y la distribución de la propiedad, Marx las llamó relaciones de producción de la sociedad. 90 Marx concluyó que era el modo de producción de una sociedad el que decidía las condiciones políticas e ideológicas que había en dicha sociedad. No es una casualidad que hoy en día pensemos de un modo algo distinto, y que tengamos una moral distinta a la que existía en una antigua sociedad feudal. Trabajo Antes de que se convirtiera en comunista, el joven Marx se interesó por saber qué le ocurría al ser humano cuando trabajaba. También Hegel pensaba que cuando el hombre trabajaba, intervenía en la naturaleza y dejaba su huella en ella. Pero en este proceso laboral también la naturaleza intervenía en el hombre y transformaba su conciencia. Es decir, la forma en que pensábamos estaba estrechamente unida al trabajo que hacíamos. Tanto para Hegel como para Marx, el trabajo era algo positivo e íntimamente relacionado con la esencia de la humanidad. Una persona sin trabajo es, en cierto sentido, una persona vacía. Ser un trabajador es algo muy positivo. En el sistema capitalista, el obrero trabaja para otro. Su trabajo se convierte entonces en algo externo a él, algo que no le pertenece. El trabajador se convierte en un extraño para su trabajo, incluso para sí mismo. Se siente alienado, lo que para Marx era inaceptable. En la sociedad capitalista, el trabajo está organizado de manera que el obrero, o proletario, realiza, en realidad, un trabajo de esclavo para otra clase social: la burguesía. En la época de Marx, un obrero podía perfectamente trabajar doce horas al día en condiciones infrahumanas. La paga era a menudo tan pequeña que también tenían que trabajar niños y mujeres que acababan de dar a luz. Todo esto llevó a unas condiciones sociales indescriptibles. En algunos lugares, parte del salario se llegaba a pagar incluso en aguardiente barato y las mujeres se veían obligadas a ejercer la prostitución. El trabajador se había convertido en una especie de animal. La primera frase del Manifiesto comunista, que Marx publicó con Engels en 1848, dice: "Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo". Todo el proletariado había empezado a levantarse contra la burguesía. De hecho, el manifiesto termina así: "Los comunistas desprecian mantener en secreto sus propias opiniones e intenciones. Declaran abiertamente que su meta sólo podrá alcanzarse cuando el régimen social hasta ahora vigente sea derribado por la fuerza. Que las clases dominantes tiemblen a la vista de una revolución comunista. El proletario no tiene nada que perder excepto sus cadenas. Tiene un mundo por ganar. ¡Proletarios del mundo entero, uníos!". Explotación Si un trabajador produce un determinado producto, este producto tiene un cierto valor de venta. Si se descuentan los sueldos de los trabajadores y el resto de los costos de producción del valor de la venta, siempre quedará una cierta cantidad de dinero. Esta cantidad fue a lo que Marx llamó ganancias. Según él, el capitalista se embolsa un dinero generado por el trabajador. Es a lo que Marx se refirió como explotación. El capitalista puede luego invertir parte de las ganancias en nuevo capital, por ejemplo, en la modernización de las instalaciones de producción. Lo hace con la esperanza de poder producir la mercancía aún más barata y, por consiguiente, de aumentar su beneficio. Esto puede parecer lógico pero, a la larga, no sucederá lo que se imagina el capitalista. Marx opinaba que había varias contradicciones en la manera de producción capitalista. El capitalismo es un sistema económico autodestructivo, puesto que carece de una dirección racional. Es inherente al sistema capitalista el caminar hacia su propia perdición. De esta manera, el capitalismo es "progresivo", porque es una fase en el camino hacia el comunismo. Imaginemos al capitalista al que le sobra dinero y que lo utiliza para modernizar la empresa. No obstante, también gasta parte de ese dinero en sus gastos personales, no siempre de primera necesidad. Compra nueva maquinaria, por lo que ya no necesita tantos empleados. Eso lo hace con el fin de aumentar su capacidad competitiva. Pero él no es el único que piensa así, lo que significa que todo el sector de producción se hace más eficaz. Las fábricas se hacen cada vez más grandes y se concentran en cada vez menos manos. Se necesitará también menos mano de obra, por lo que habrá más desempleados. Consecuentemente, aumentará el desencanto y los problemas sociales y el capitalismo entrará en una crisis. Son esas crisis las que denotan un rasgo de la autodestrucción del capitalismo. El capitalismo tiene otros diferentes elementos autodesctructivos. A medida que la competitividad aumenta, el capitalista debe actuar para no perder beneficios, lo cual consigue bajando los sueldos de los empleados. Esto, llevado a gran escala, hace que el poder adquisitivo de los obreros disminuya, con lo que no podrán comprar nada. El capitalista no vende y el sistema, así, se colapsa. Pronto empieza a atisbarse una situación revolucionaria. Tras la revolución Marx predijo que, durante el primer periodo que sigue a una revolución, tendríamos una nueva "sociedad de clases" en la que los proletarios mantendrían sometida por la fuerza a la burguesía. A esta etapa, Marx la denominó dictadura del proletariado. Pero, tras un periodo de transición, la dictadura del proletariado sería sustituida por una "sociedad sin clases" o comunismo, en la que los medios de producción serían propiedad de todos, es decir, del propio pueblo. En una sociedad así, cada uno "rendiría según su capacidad y recibiría según sus necesidades". El trabajo pertenecería entonces al propio pueblo, cesando así la alienación capitalista. 91 Los economistas de hoy podrán afirmar que Marx se equivocó en varios puntos importantes, por ejemplo en su análisis de las crisis del capitalismo. Además, Marx no tuvo suficientemente en cuenta la explotación de la naturaleza, que hoy en día sentimos cada vez con más gravedad. El marxismo ha desencadenado grandes cambios; por lo menos en Europa vivimos en una sociedad más justa y solidaria que la de la época de Marx, y eso se lo debemos especialmente al propio Mar y a todo al movimiento socialista. Después de Marx, el movimiento socialista se dividió en dos tendencias principales. Por un lado surgió la socialdemocracia y, por otro, el leninismo. La socialdemocracia, que abogaba por una aproximación pacífica al socialismo, fue el camino elegido por Europa Occidental. Este proceso se podría denominar "revolución lenta". El leninismo, que conservó la fe de Marx en que sólo la revolución podía combatir la vieja sociedad de clases, tuvo una gran trascendencia en Europa Oriental, Asia y áfrica. Pero los dos movimientos, cada uno a su manera, han combatido la miseria y la opresión. Algunos de los regímenes comunistas que aparecieron desde entonces han caído en una nueva forma de opresión. Sería absolutamente irracional echar la culpa a Marx de las condiciones negativas en los llamados países comunistas, cincuenta o, incluso, cien años después de su muerte. Pero tal vez Marx no pensó demasiado en los que debían administrar el comunismo y ser, por tanto, la nueva clase dominante. Enlaces Filósofos relacionados: Demócrito - La teoría atómica: para su materialismo. Hegel - El espíritu universal: para su visión del cambio histórico. Historia: Siglo XIX - Perspectiva: para Marx y el ascenso del comunismo. Siglo XIX - Sociedad: para el crecimiento del socialismo, especialmente en las ciudades. Siglo XIX - Política: para el Manifiesto comunista. Siglo XX - Política: para la Revolución Rusa. Bibliografía Entre las obras más famosas de Marx se encuentran: Diferencia de la filosofía de la naturaleza según Demócrito y Epicuro, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1973. El capital, Crítica, Barcelona, 1980. Miseria de la filosofía, Cartago, Buenos Aires, 1987. ESTUDIOS: Berlin, I.: Karl Marx, Alianza, Madrid, 1973. Elster, J.: Una introducción a Karl Marx, Siglo XXI, Madrid, 1991. Una exposición sistemática del pensamiento de Karl Marx desde la teoría ética de la decisión racional. McLellan, D.: Karl Marx: su vida y sus ideas, Crítica, Barcelona, 1977. Un estudio detallado y con autoridad de Marx. 92 NIETZSCHE (1844-1900) La vida de Nietzsche Friedrich Nietzsche nació en 1844 en el pueblecito de Röcken, cerca de Leipzig, donde su padre era párroco. Desde muy temprana edad mostró sus grandes dotes, aprendiendo latín y griego y escribiendo una admirable poesía,cuando apenas era un niño. A los 24 años, Nietzsche empezó a enseñar filología clásica en la Universidad de Basilea, Suiza. No obstante, siempre sufrió jaquecas y tuvo problemas de visión, por lo que abandonó su puesto en 1879. En 1871, Nietzsche intentó pasar del departamento de filología clásica al de filosofía, aduciendo su siempre constante interés por la filosofía. Sin embargo, no consiguió tal cambio. Mientras estaba en Basilea se hizo amigo del compositor Richard Wagner y su brillante esposa Cosima Liszt. Defendió la controvertida música de Wagner con publicaciones sobre la teoría del arte pero, por razones que aún no son muy bien conocidas, aunque probablemente por el giro místico de Wagner en su "Parsifal", rompió con él en la apertura de los festivales de Bayreuth en 1876. Durante el resto de su vida, Nietzsche se pasó de pensión en pensión por las costas mediterráneas en invierno y en los Alpes en verano, en su intento de curarse sus jaquecas y otros males. Sus principales obras fueron escritas como notas, reflexiones y aforismos durante sus breves periodos de alivio entre los dolorosos ataques. Su profundo pesimismo sobre la vida humana se debía probablemente a su persistente mala salud. Las obras filosóficas más importantes de Nietzsche son El origen de la tragedia (1872), Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía de la moral (1887) y La voluntad de poder (1901). También fue poeta, como demostró en Así habló Zaratustra (1882-1885). En esta etapa formuló su doctrina de "Dios ha muerto", el "superhombre", "la transmutación de los valores" y del "eterno retorno". Terminó su obra literaria con una serie de panfletos contra el cristianismo, la moral, la metafísica, sus semejantes germanos y su viejo amigo Wagner. Finalmente escribió una interesante biografía: Ecce Homo (1889). Nietzsche se vio paralizado por la locura en Turín, Italia, en enero de 1889, dependiendo desde entonces, y hasta su muerte en 1900, de los cuidados de su madre y hermana. Su extraña vida y su, en parte, poético y excesivo lenguaje, han hecho que su filosofía haya sufrido muchas interpretaciones diferentes. La trágica sabiduría El primer libro filosófico de Nietzsche fue El origen de la tragedia. En él utilizó sus conocimientos sobre filología clásica, se aprovechó de la teoría musical del pesimista Arthur Schopenhauer e hizo propaganda de su admiración por Richard Wagner. Opinaba que Wagner había devuelto a la vida la tragedia griega. Nietzsche decía que la experiencia del gran arte es el sentido de la existencia humana. Rechazó la creencia generalizada en el progreso y mantuvo la postura de que la cultura griega debería ser el modelo del hombre moderno. Sin embargo, Nietzsche descubrió una diferencia entre la tragedia griega y Sócrates. En la Antigua Grecia, el arte y la filosofía no solían congeniar muy bien. Por otro lado, la tragedia griega describía un tipo de vida violento y pesimista. Sócrates, por el contrario, confiaba en la razón humana y creía en la bondad natural del hombre. Este optimismo filosófico destruía, según Nietzsche, la penetración más honda del arte griego. El optimismo socrático también estaba presente en el concepto de la moralidad. Su principal forma de ver las cosas era: "La virtud es el conocimiento. La ignorancia es la raíz de todos los pecados. El hombre virtuoso es feliz". Nietzsche despreciaba el racionalismo y consideraba la historia de la filosofía un descarriamiento de las implacables verdades de la tragedia griega. Importancia del arte Nietzsche creía que Sócrates era el responsable del insulso y superficial mundo moderno de la ciencia y su supuesto progreso. Sócrates y sus seguidores, opinaba, ignoraban el papel que jugaban el dolor, la furia y la destrucción en la vida humana. Y, por eso, su racionalismo filosófico convierte la reconciliación con la vida mediante el arte en superficial. Sócrates estaba ciego a las sombras de la existencia y no comprendía la penetración del arte en lo absurdo de la vida humana. Sócrates creía que la razón podía controlar la voluntad. Para Nietzsche, esto era el fallo más importante de todo optimismo. Nietzsche utilizó su entusiasmo por la tragedia griega para establecer la importancia del arte como tal. El arte era el propósito de la vida, mantenía, y la vida sería insoportable sin el arte. El secreto de la tragedia griega era que festejaba la vida a pesar de su pesimismo fundamental. Por ello, el arte griego podía llevarnos a una especie de purificación, pues contenía tanto la destrucción como la construcción, la furia y el sueño, el dolor y el alivio, el horror y la belleza (en palabras de Nietzsche, Dionisos y Apolo). En el pensamiento de Nietzsche había una tendencia anarquista. No tenía ningún respeto por las convicciones sancionadas por el Estado y la sociedad. Creía que el verdadero pensador debía, como el verdadero artista, estar preparado para crear sus propias convicciones, incluso su propia moralidad. Nietzsche era un individualista estricto en lo concerniente a los valores morales, las ideas de lo que está bien y lo que está mal. Cuando su amigo Richard Wagner empezó a tener problemas por su participación en la revolución de Dresde en 1849, Nietzsche reclamó a todos los pensadores y artistas que estuvieran preparados para soportar la oposición de la sociedad hacia ellos. Los filósofos, como los artistas, debían enseñar la verdad al pueblo aunque todavía éste no estuviera preparado para ello. En aquellos tempranos años, Nietzsche prefería el arte a la filosofía, la 93 ilustración y la ciencia. No se podía cambiar el mundo mediante la ilustración, pensaba, puesto que la voluntad humana siempre ha sido más fuerte que la razón. Ataque al cristianismo De Nietzsche era la famosa consigna "Dios ha muerto". Sin embargo, ésta no era tanto producto de un ateísmo personal como de un convencimiento de que la religión había perdido su poder de persuasión y de que su interpretación de la vida tenía que remplazarse. Para Nietzsche, esto era un hecho histórico. El ataque al cristianismo aparece con fuerza en su madurez y lo ejerció con un enorme ahínco hasta su parálisis en Turín. Nietzsche odiaba la "moral de esclavos" del cristianismo. Pensaba que la religión alababa la debilidad y la humillación y reclamaba una "moral de señores", unos nuevos valores que se recrearan en las personalidades fuertes y creativas. Su "superhombre" no debería aprovecharse de los seres débiles, sino, ante todo, ser su propio señor. Debería tener la fuerza suficiente para aceptar la vida tal y como es, sin filosofar respecto a la existencia de otro mundo eterno e invisible. En la filosofía de Nietzsche, el problema principal eran las consecuencias que tenía para todos los valores el hecho de que "Dios hubiera muerto". ¿Cómo asumiríamos nuestras elecciones morales si no había un castigo supranatural? ¿Cómo interpretaríamos la vida si la religión y el idealismo ya no eran válidos? ¿Cómo actuarían los hombres, cómo organizarían sus vidas y mantendrían la dignidad si la fuente de todos sus valores tradicionales ya había desaparecido? Nietzsche afirmaba que no había una mano que dirigiera la historia ni ningún oculto y razonable orden de las cosas. Los humanos tenían que crear dichos objetivos por sí mismos. "Dios ha muerto" significa que los humanos no sólo estaban solos en el mundo, sino que, además, tenían un nuevo tipo de libertad. Nietzsche destacaba la infinita responsabilidad del hombre de responder de sí mismo. De una forma similar a la de Charles Darwin, Nietzsche intentaba comprender la naturaleza del hombre en el esquema de las cosas. Darwin hizo importantes descubrimientos sobre la posición del hombre en la evolución de las especies. Nietzsche acentuó el funcionamiento del cuerpo, las pasiones y el inconsciente en su idea de la vida del ser humano. El hombre no es solamente alma, ideas y razón. Consecuentemente, Nietzsche utilizó un lenguaje bastante afectuoso e imaginativo para adaptarlo a su sujeto. Aceptación de la vida El principal punto de Nietzsche era la realización individual de las posibilidades humanas. La meta de esta realización se resume en su idea del "superhombre". Esta expresión pertenece más a escritos poéticos que analíticos. El "superhombre" es el ser humano completo que no suprime o elimina sus pasiones. No acepta sólo determinadas partes de sí mismo y condena el resto, sino que acepta toda su naturaleza y condiciones en la vida tal y como aparecen. El "superhombre" es entero e indivisible, puesto que ha tenido éxito en la organización del caos de sus instintos y emociones sin perder el poder de los deseos. Nietzsche luchó contra la moral tradicional porque dividía al hombre en una parte aceptable y otra inaceptable. La moral tradicional decía: "Tendrás que hacer esto. Tendrás que evitar aquello". Nietzsche pensaba que el hombre se dividía desde el momento en el que una parte actuaba como juez. Ni siquiera la razón consciente podía mandar sobre el resto de la persona. Las acciones humanas no necesitaban justificación. Nuestras cualidades eran nuestro destino. No se debían ni a Dios, ni a la sociedad, ni a nuestros padres, ni a nosotros mismos. Nietzsche opinaba que nadie era responsable del hecho de su existencia, de sus cualidades o de sus condiciones de vida. En Así habló Zaratustra abogó por una actitud que denominó el "amor al destino". El destino de los individuos estaba unido a la fatalidad de todas las cosas. Este descubrimiento era una gran liberación. Afirmaba la inocencia de la vida. La idea de Dios era una objeción a la existencia humana que llenaba la vida de culpabilidad. Nietzsche pensaba que, si pudiéramos rechazar tal idea, seríamos totalmente libres. El filósofo era un "conejillo de indias" que completaba este experimento de la redención en sí mismo. La sospecha Nietzsche fue un maestro de la sospecha. Decía a sus alumnos que sospecharan de la realidad tal y como aparecía. Siempre buscaba prejuicios escondidos e intenciones disimuladas. Intentaba revelar y dar a conocer los instintos y las emociones de más allá de los valores imperantes. él mismo se disfrazaba para poder desenmascarar a sus adversarios. Frecuentemente polemizaba directamente contra ciertos personajes. Para él, el tipo de persona que hacía una afirmación era más importante que lo que decía. Opinaba que el valor de las afirmaciones dependía del poder y del rango de la persona que las hacía. No confiaba en la razón ni en la racionalidad como una esfera independiente. Los argumentos razonables no podían, opinaba, alcanzar las raíces más profundas de los diferentes aforos. La meta de sus dudas era encontrar las pasiones creativas en cada caso aislado. ¿Las expresiones de la "voluntad de poder" eran aceptables o inaceptables? La voluntad de poder Nietzsche creía que la mayoría de las personas necesitaba las mentiras y las ilusiones para sobrevivir. Pero creía que el afán de establecer una realidad duradera y organizada fuera del mundo de los sentidos era una señal de debilidad o enfermedad. Incluso cuando necesitemos ilusiones para vivir, deberíamos distinguir entre diferentes 94 tipos de ilusiones. No todas ellas son necesarias y buenas. Algunas de ellas fomentan la "voluntad de poder", pero otras no son más que perversiones de esta energía fundamental. Nietzsche destacaba la importancia de los instintos y pasiones. Su última filosofía se hizo más médica, intentando revelar las condiciones para la salud y la cordura. Contemplaba a la razón y al intelecto como si vinieran de fuera. Mientras que la mayoría de los pensadores habían conceptuado el cuerpo desde el punto de vista del razonamiento, Nietzsche había considerado el razonamiento desde el punto de vista del cuerpo. Tomó su posición en su cuerpo como la realidad fundamental, dejando que las necesidades del cuerpo fueran jueces. El funcionamiento de la razón y del intelecto eran corregido de acuerdo a sus contribuciones a la salud y la cordura. La verdad más útil fue la que él llamó el "eterno retorno" de las cosas. El deseo de un mundo nunca visto y de un futuro diferente revelaba la incapacidad del hombre de enfrentarse al presente, opinaba Nietzsche. Vio en el mito del "eterno retorno de las cosas" una ácida prueba de vitalidad. Recuperó el punto de vista de los antiguos griegos sobre los procesos naturales, advirtiendo que la aceptación de este punto de vista era una piedra de toque para la aceptación del mundo tal y como es. El "superhombre" desearía que las cosas ocurrieran repetidamente. Esto era una señal de su reconciliación con la vida, de su redención de la envidia y de la venganza. El hombre físico El cuerpo y los sentidos del hombre fueron los temas principales de la última etapa filosófica de Nietzsche. Atacó la alabanza de la razón y los valores perpetuos del idealismo y de la metafísica en general. Nietzsche no aceptaba la idea de los valores eternos, bien fueran de la sociedad, la moral o la Historia. Todo cambia, como bien dejaba de manifiesto el funcionamiento del cuerpo. La mayoría de las metáforas del lenguaje de Nietzsche estaban tomadas de la medicina, el sexo, la lucha, las enfermedades y la digestión. Se refería al pensamiento con el cuerpo y llamaba al cuerpo la "razón mayor". Nietzsche creía que el cuerpo interpretaba sus circunstancias de acuerdo a sus necesidades. Siempre estaba buscando la forma de estimular la salud y el poder. De esta forma, el cuerpo se convertía en el instrumento principal para la interpretación humana de la realidad. Prefería el lenguaje de la música y de la poesía al del debate y la argumentación, puesto que apelaba al ser humano en su plenitud, no sólo a su intelecto. Nietzsche comparaba su pensamiento con la danza. Quería ser el Wagner de la filosofía. Nietzsche estuvo influenciado por las enseñanzas de Charles Darwin sobre la evolución del hombre entre las otras especies naturales. Pero rechazaba la idea de Darwin de que el instinto de supervivencia era la clave del desarrollo biológico. Esta idea negaba la necesidad del aprovechamiento y de la exploración, pensaba Nietzsche. Las formas de vida no sólo desean su supervivencia. Su afán más profundo era la conquista. El concepto de "voluntad de poder" de Nietzsche intentaba corregir a Darwin en este punto. Enlaces Filósofos relacionados: Sócrates - Sócrates el profesor: para la moralidad despreciada por Nietzsche. Darwin - La selección natural: para el instinto de conservación. Historia: Antigua Grecia - Cultura: para la tragedia griega. Bibliografía Entre las obras más conocidas de Nietzsche, cabe destacar: Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1995. La genealogía de la moral, Alianza, Madrid, 1996. Más allá del bien y del mal, Alianza, Madrid, 1990. ESTUDIOS: Deleuze, G.: Nietzsche y la filosofía, Anagrama, Barcelona, 1986. Esta obra trata de dar unidad al pensamiento fragmentario de Nietzsche. Fink, E.: La filosofía de Nietzsche, Alianza, Madrid, 1994. Magee, B.: Los grandes filósofos, Cátedra, Madrid, 1990, págs. 251-273. Exposición dialogada de la filosofía de Nietzsche. 95 FREUD (1856-1939)La vida de Freud Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia, en lo que antes era el imperio Austro-Húngaro y que, posteriormente, se convirtió en Checoslovaquia. El ambiente familiar de Freud tuvo gran repercusión sobre él. Su madre era la tercera esposa de su padre y tuvo dos hermanastros muy mayores. Freud llegó a sentirse un extraño en su familia. A los 17 años, Freud empezó a estudiar medicina en la Universidad de Viena, donde, absolutamente concentrado en sus estudios, pasó los siguientes ocho años de su vida. Después de su licenciatura se convirtió en médico del Hospital General de Viena, donde desarrolló un interés muy específico por las enfermedades mentales. Aprendió la técnica clínica de la hipnosis y decidió empezar a formular sus ideas sobre la teoría de la mente. Freud se casó en 1896. En los años posteriores, sus ideas comenzaron a ser muy estimadas. En 1900 publicó La interpretación de los sueños y en 1902 se convirtió en profesor asociado de la Universidad de Viena. Sus teorías fueron ampliamente aplicadas por los médicos a partir de que Freud fundara la Sociedad Psicoanalítica de Viena en 1908. Su nombre pronto se hizo popular y publicó obras sobre una gran variedad de temas. En 1923, Freud fue operado de cáncer. Pasó el resto de su vida con fuertes dolores, aunque continuó escribiendo. En 1930 publicó El malestar en la cultura, en la que vaticinó la llegada de un desastre para la civilización. Este desastre estalló en 1938, cuando Hitler anexionó Austria. Freud consiguió escapar a Londres, donde murió en septiembre de 1939 como consecuencia de una sobredosis de morfina. Pensamiento de Freud Freud ha sido considerado más un psicólogo que un filósofo. Su trabajo, no obstante, ha tenido también un fuerte impacto en la filosofía, pues dio grandes pasos en el conocimiento de la mente. Freud pensaba que siempre existe una tensión entre el ser humano y su entorno. En particular, existe una tensión, o conflicto, entre los instintos y las necesidades y demandas de la sociedad. No es siempre la razón la que dirige nuestros actos. Son a menudo los impulsos irracionales los que deciden lo que pensamos, soñamos y hacemos. Estos impulsos irracionales pueden ser la expresión de instintos o necesidades más profundos. Los instintos sexuales del ser humano son, por ejemplo, tan fundamentales como el instinto que tiene un bebé de chupar. Esto no era realmente ningún descubrimiento nuevo. Lo que Freud demostró es que esas necesidades básicas o fundamentales podían "disfrazarse" y, de este modo, dirigir nuestros actos sin que nos demos cuenta de ello. También dijo que los niños tenían una especie de sexualidad. Esta demostración de una "sexualidad infantil" hizo reaccionar a la gran burguesía de Viena con gran aversión, lo que le convirtió en un hombre muy poco apreciado. Freud se dio cuenta de la sexualidad infantil a través de su trabajo como psicoterapeuta. También observó que muchas formas de neurosis, o enfermedades psíquicas, podían tener su origen en conflictos de la infancia. Poco a poco fue elaborando un método de tratamiento que podríamos llamar "arqueología del alma". Como arqueólogo, Freud intentó encontrar las huellas de un lejano pasado, excavando su camino a través de las diferentes capas de cultura. Con la ayuda del paciente, excavaba el camino en la conciencia de éste para recoger aquellas vivencias que, en alguna ocasión, le originaron esos sufrimientos psíquicos. Porque, sacando de la conciencia una "experiencia traumática", y mostrándosela de alguna manera al paciente, podían acabar "de una vez por todas" con el trauma en cuestión y así curarse. El ello y el ego Cuando nacemos, damos salida sin inhibiciones y muy directamente a todas nuestras necesidades físicas y psíquicas. Si no nos dan leche, gritamos. También lloramos cuando el pañal está mojado y emitimos señales muy claras de que deseamos una proximidad física y calor corporal. A este "principio de los instintos" o del "placer" dentro de nosotros Freud lo llamó el ello. Cuando nacemos lo único que prácticamente tenemos es el ello. El ello, o principio de los instintos, siempre lo llevamos con nosotros, incluso cuando nos hacemos mayores. Pero con el tiempo aprendemos a regular nuestros instintos y, con ello, a adaptarnos a nuestro entorno. Aprendemos a ajustar el principio de los instintos con arreglo al "principio de la realidad". Freud opinaba que nos construimos un ego, o yo, que tiene esta función reguladora. Aunque nos apetezca una cosa, no podemos sentarnos y gritar sin más hasta que nuestros deseos o necesidades hayan sido satisfechos. Freud contaba con otra entidad en la mente humana. Desde nuestra infancia, nos topamos con las demandas morales de nuestros padres y del mundo que nos rodea. Cuando hacemos algo mal, los padres dicen: "¡No, así no!" o "¡Qué malo eres!". Incluso de mayores arrastramos un eco de este tipo de demandas morales y de estas condenas. Es como si las expectativas morales del entorno nos hubieran penetrado hasta dentro, convirtiéndose en una parte de nosotros mismos. Eso fue lo que Freud llamó el super-yo. La conciencia forma parte del super-yo. No obstante, Freud mantenía que el super-yo nos avisa cuando tenemos deseos "sucios" o "impropios". Esto es sobre todo aplicable a los deseos eróticos y sexuales. Freud señaló que estos deseos impropios o "indecorosos" comienzan ya en una fase temprana de la infancia. Neurosis 96 Hoy en día sabemos y vemos que a los niños pequeños les gusta tocarse los órganos sexuales. En la época de Freud una conducta así podía dar lugar a un pequeño cachete en los dedos de ese niño de dos o tres años o que la madre dijera: "¡Malo!", "¡Eso no se hace!" o "¡Pon las manos encima de la manta!". De esta forma, surge el sentimiento de culpa relacionado con todo aquello que tiene que ver con los órganos sexuales o con la sexualidad. Debido a que este sentimiento de culpa se queda en el super-yo, muchas personas, según Freud, arrastran durante toda su vida un sentimiento de culpa relacionado con el sexo. Pero, al mismo tiempo, los deseos y necesidades constituyen una parte natural e importante del ser humano. Esto forma un conflicto tan largo como la vida misma entre el placer y la culpa. Muchos de los pacientes de Freud vivieron este conflicto con tanta fuerza que desarrollaron lo que Freud llamó neurosis. Entre una de sus muchas pacientes había, por ejemplo, una secretamente enamorada de su cuñado. Cuando murió su hermana por una enfermedad, pensó: "Ahora está libre y se puede casar conmigo". Pero este pensamiento chocaba al mismo tiempo con su super-yo. Le resultaba tan monstruoso, decía Freud, que inmediatamente lo reprimió. Con ello quería decir que lo empujó hacia el subconsciente. Freud escribió: "La joven enfermó y manifestó serios síntomas de histeria y, cuando vino a mi consulta para ser tratada, resultó que se había olvidado totalmente de esa escena y del terrible deseo egoísta que había surgido en ella. Pero sí se acordó durante el tratamiento; en un estado de fuerte agitación mental reprodujo el momento patológico y se curó con este tratamiento". El subconsciente Tras una larga experiencia en el tratamiento de pacientes, Freud llegó a la conclusión de que la consciencia del hombre sólo constituye una pequeña parte de la mente humana. Lo consciente es como una pequeña punta de un iceberg que asoma por encima de la superficie. Debajo de la superficie, o debajo del umbral de la consciencia, está el subconsciente. No siempre tenemos en la parte consciente todas nuestras experiencias y vivencias. A esas cosas que hemos pensado o vivido, y que recordamos si nos "ponemos a pensar", Freud las llamó lo preconsciente. La expresión "lo subconsciente" la utilizó para cosas que hemos reprimido, es decir, las cosas que hemos intentado olvidar porque nos eran "desagradables", "indecorosas" o "repulsivas". Si tenemos deseos y fantasías que resultan intolerables a la consciencia, los empujamos hasta el "sótano". Este mecanismo funciona en todas las personas sanas. Pero a algunos les puede costar tanto esfuerzo mantener alejados de la consciencia los pensamientos desagradables o prohibidos que les cause enfermedades nerviosas. Porque lo que se procura reprimir de esta forma intenta volver a emerger a la consciencia por propia iniciativa. Algunas personas necesitan emplear más energía para mantener estos impulsos alejados de la crítica de la consciencia. Cuando Freud estuvo en América dando unas conferencias en 1909, puso un ejemplo de cómo funciona este mecanismo de represión. Dijo: "Supongamos que en esta sala se encuentra un individuo que se comporta de modo que estorba y desvía mi atención en esta conferencia, riéndose groseramente, hablando y haciendo ruido con los pies. Digo que no puedo seguir en tales condiciones y entre varios hombres fuertes lo levantan y lo echan tras un breve forcejeo. él ha sido reprimido y yo puedo seguir así mi conferencia. Para que esta interrupción no se pueda repetir, por si el hombre intentara entrar de nuevo en la sala, los señores que ejecutaron mi voluntad llevan sus sillas hasta la entrada y se colocan allí como resistencia después de cumplida la represión. Si ustedes trasladan el interior y el exterior de la sala a lo consciente y lo subconsciente, tendrán un buen ejemplo del proceso de la represión". Síntomas Freud pensaba que vivimos bajo una presión constante de pensamientos reprimidos que luchan por emerger del subconsciente. éstos se manifiesta de diferentes maneras. Una de ellas es lo que Freud denominó reacciones erróneas. Con ello se refería a que a veces decimos o hacemos cosas que algún día intentamos reprimir. El propio Freud mencionaba un ejemplo de un capataz que iba a brindar por su jefe, el cual no era muy apreciado, al que calificaban de "cerdo". El capataz se puso en pie, levantó su copa solemnemente y dijo: "¡Propongo un cerdo para el jefe!". En realidad, sólo había dicho lo que sentía, aunque no era su intención el decirlo. Otra cosa que solíamos hacer era racionalizar, esto es, dar a los demás y a nosotros mismos razones de lo que hacemos que no son las verdaderas. Por ejemplo, bajo hipnosis se puede hacer que una persona abra una ventana en el momento en el que el hipnotizador empiece a dar golpes en la mesa con sus nudillos. El hipnotizador realiza dicha operación y el hipnotizado se levanta a abrir la ventana. Después, puede que conteste que lo hizo porque le parecía que hacía calor. Pero ésa no era la verdadera razón. No querrá admitir que ha hecho algo bajo una orden hipnótica. Por eso, se dice que racionaliza. En otros casos, también se proyecta. En este esquema, se transfieren a otras personas las cualidades que se intentan reprimir en uno mismo. Por ejemplo, una persona muy tacaña suele siempre calificar al resto como tacaños. Alguien que no quiere admitir su fijación por el sexo es el primero en indignarse ante otros como él. Freud pensaba que ejemplos de estos actos inconscientes abundaban en nuestra vida cotidiana. A veces olvidamos el nombre de una persona determinada o quizá manoseamos constantemente nuestra ropa mientras hablamos o movemos cosas aparentemente casuales en una habitación. También es muy corriente tartamudear 97 y tener lapsus al hablar que pueden parecer totalmente inocentes. Freud opinaba que éstos no son tan casuales ni tan inocentes como creemos. Opinaba que tenían que ser tratados como síntomas. Es más, estos actos erróneos podían revelar los secretos más íntimos. Los sueños Freud desarrolló varias técnicas para destapar los secretos del subconsciente. Además de la utilización de la hipnosis y de la técnica de las asociaciones libres (en la que el paciente simplemente dice cualquier cosa que le venga a la cabeza), se interesó por el análisis de los sueños. Su principal obra sobre este tema fue La interpretación de los sueños, publicada en 1900. En ella explicaba que no es casual lo que soñamos. Nuestro subconsciente intenta comunicarse con el consciente a través de los sueños. Después de muchos años de recopilación de experiencias de sus pacientes, y también después de haber analizado sus propios sueños, Freud afirmó que todos los sueños pretenden cumplir deseos. Esto se observa fácilmente en los niños, decía, pues ellos sueñan con helados y cerezas. Pero, en el caso de los adultos, sucede a menudo que los deseos, que se cumplen en los sueños, están disfrazados. Porque también cuando dormimos hay una severa censura que decide lo que nos podemos permitir. Aunque esta censura o mecanismo represivo se debilita respecto al estado de vigilia, todavía es lo suficientemente fuerte como para que en el sueño reprimamos deseos que no queremos reconocer. Freud decía que tenemos que distinguir entre el sueño en sí, tal y como lo recordamos a la mañana siguiente, y el significado del sueño. A las imágenes del sueño Freud las denominó contenido manifiesto del sueño. Este contenido "aparente" del sueño siempre recoge el material de los sucesos ocurridos durante el día. Pero el sueño también tiene un significado más profundo que está oculto a la consciencia. A esto Freud lo denominó ideas latentes del sueño, y estas ideas o pensamientos ocultos de los que trata en realidad el sueño pueden datar de muy atrás en el tiempo, incluso de la infancia más temprana. A la transformación de las ideas latentes del sueño en el contenido manifiesto del sueño Freud la denominó trabajo del sueño. Se trata de un "enmascaramiento" o "codificación" de aquello de lo que trata realmente el sueño. La interpretación del sueño consiste en el proceso inverso. Hay que desenmascarar o decodificar las imágenes del sueño con el fin de encontrar el tema del mismo. Supongamos que un joven sueña que su vecina le regala dos globos. La imagen del globo puede haber sido tomada de una excursión al parque de atracciones ese día pero, ¿cuáles son las ideas latentes del sueño, es decir, de lo que realmente trata? Probablemente, sólo quiera cumplir un deseo, pues no es probable que un adulto quiera comprar globos. Seguramente, lo que quería era a su vecina y los dos globos representaban sus pechos. Esto implica que él consideraba este deseo como algo embarazoso y que el sueño era un cumplimiento disfrazado de deseos reprimidos. Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - Alma y materia: para su teoría del pensamiento. Darwin - La selección natural: para los instintos naturales del hombre. Nietzsche - El hombre físico : para el completo ser humano. Bibliografía Entre las obras más conocidas de Freud, podemos citar: El malestar en la cultura y otros ensayos, Alianza, Madrid, 1997. El yo y el ello, Alianza, Madrid, 1985. Los sueños, Tecnos, Madrid, 1988. ESTUDIOS: Bettelheim, B.: Freud y el alma humana, Crítica, Barcelona, 1983. Una visión psicoanalítica de la obra de Freud. Ricoeur, P.: Freud, una interpretación de la cultura, Siglo XXI, Méjico, 1987. Stevenson, L.: Siete teorías de la naturaleza humana, Cátedra, Madrid, 1984. Contiene una exposición sistemática de los aspectos filosóficos del psicoanálisis. 98 Siglo XX - Perspectiva En el siglo XX la población del mundo ha sobrepasado los cinco mil millones. Ahora, más que nunca, la gran mayoría de la población vive hacinada en ciudades con una gran densidad de población. Por lo tanto, no sorprende que la historia de este siglo sea la historia de grandes aglomeraciones de personas. En ninguna parte es esto tan evidente como en las dos guerras mundiales, los conflictos más devastadores de la historia de la humanidad. Resulta difícil dar cifras exactas, pero once millones murieron en la Primera Guerra Mundial , mientras que en la Segunda Guerra Mundial, con sus masivas víctimas civiles, pudo causar la muerte de más de cuarenta millones de personas. Ante todo, las dos guerras mundiales introdujeron el concepto de guerra global, en las que la lucha ya no se realizaba únicamente en el campo de batalla sino que ponían en peligro a toda la humanidad. El lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki, al final de la Segunda Guerra Mundial alertó de la posibilidad de guerras todavía más destructivas. El siglo XX ha sido un período de combios muy rápidos. La tecnología ha avanzado más y a mayor velocidad que en ningún otro siglo. Los inventos y descubrimientos del siglo XIX, desde la radio y el cine hasta el automóvil y el teléfono, se han desarrollado más allá de los sueños de sus precursores. Nuevos progresos como el transporte aéreo, la exploración del espacio, la televisión y los ordenadores han transformado el mundo, haciendo que resulte más fácil viajar y comunicarse y abriendo nuevas posibilidades para la educación y el entretenimiento. El progreso de la ciencia ha sido igualmente rápido. Los astrónomos y físicos conocen mejor que nunca la naturaleza del universo y su creación. Han descubierto que nuestra galaxia, la Vía Láctea, es sólo una de las cien mil millones que se mueven alejándose las unas de las otras a una enorme velocidad. Los científicos creen que esta expansión se debe a una gran explosión inicial. Se piensa que hace quince mil millones de años, toda la materia estaba concentrada en un pequeño espacio llamado "singularidad". La materia era tan densa que se calentó increíblemente y estalló; es lo que llamamos la gran explosión o "Big Bang". Esta gran explosión hizo que la materia fuera expulsada en todas las direcciones y conforme se enfriaba, de los remolinos de los gases, se iban formando las estrellas y las galaxias. El universo sigue expandiéndose desde el Big Bang, y cuanto más lejos están de nosotros los objetos parece que se mueven más rápidos. Los científicos no saben si el Big Bang fue un acontecimiento único o si es un proceso cíclico. Una teoría mantiene que la gravedad finalmente hará que la expansión se detenga y entonces las galaxias empezarán a contraerse y se reunirán de nuevo hasta que la materia se concentre densamente de nuevo. En esta materia compacta se produciría una nueva gran explosión o Big Bang. Esto refleja la visión cíclica de la historia como la que se encuentra en algunas tradiciones orientales. Otra teoría sugiere que el Big Bang fue un acontecimiento único o singular, y que el universo continuará expandiéndose eternamente. Esto se adapta a la visión tradicional del mundo de los judíos y cristianos que consideran único el acto de creación y tienen una perspectiva lineal de la historia. Ninguno de los dos puntos de vista responde a la cuestión de del origen de la materia. A medida que avanzamos tecnológicamente y aprendemos más del universo, somos más conscientes de la complicada interacción de fuerzas que existen en el mundo. Ahora conocemos mejor la facilidad con la que la tecnología puede alterar el equilibrio de la naturaleza. Científicos, políticos y líderes espirituales de finales del siglo XX se cuestionan el control minucioso de nuestros avances tecnológicos para asegurar que no conduzcan a nuevos desastres humanos y ecológicos como el recalentamiento del planeta, Chernobyl o el agujero de la capa de ozono. Los grandes acontecimientos del siglo XX, las migraciones masivas de personas, los medios de comunicación de masas, y los rápidos avances en tecnología, nos han llevado a comprender por necesidad que si queremos prosperar en el próximo milenio debemos pensar de forma global. Ver también: La Edad Media - Economía: para fluctuaciones de la población en la Europa medieval. La Ilustración - Sociedad: para crecimiento de la población. Siglo XIX - Sociedad: para crecimiento de la población. Siglo XIX - Descubrimientos: para influencias de los avances en ciencias y tecnología. Siglo XX - Política Aunque el siglo XIX vio el comienzo de la democracia moderna, los gobiernos democráticos emergieron lentamente, en el año 1900 sólo los hombres tenían derecho al voto. Sin embargo paulatinamente, las campañas a favor de los derechos de la mujer cobraron impulso, y en 1913 las mujeres de Noruega consiguieron el derecho al voto. En Gran Bretaña, tras años de campañas de las sufragistas, las mujeres consiguieron el derecho al voto en 1918. En los cincuenta años siguientes la mayoría de los países democráticos concedieron el voto femenino, aunque en Suiza esto no ocurrió hasta 1971 Los extremismos políticos han dominado la vida de muchos europeos a lo largo del siglo XX. En 1914, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Serbia, estalló la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. Este magnicidio hizo que las tensiones subyacentes explotaran en un conflicto que arrasó la mayor parte de Europa durante cuatro años. La devastación y las pérdidas humanas que causó esta guerra no se habían 99 visto nunca antes en la historia y, como consecuencia de esto, se fundó en 1920 la Sociedad de Naciones con el fin de preservar la paz mundial. El movimiento comunista se desarrolló como había pronosticado Karl Marx, y se consolidó en Rusia. A comienzos del siglo, los trabajadores de Rusia protestaban por los bajos salarios y las malas condiciones de vida. En 1917 el zar fue obligado a abdicar y los comunistas dirigidos por Vladimir Ilych Lenin tomaron el poder. Traspasaron la propiedad de las fábricas y granjas al estado, y Rusia se convirtió en la Unión Soviética ( URSS ). La oposición al comunismo fue cruelmente reprimida. Europa Occidental estaba amenazada por la extrema derecha. En los años 20 Mussolini y su partido fascista llegaron al poder en Italia, y en el año 1933 Adolf Hitler fue nombrado canciller alemán. Hitler y su partido nazi trataron de expandir su territorio invadiendo Austria, Checoslovaquia y Polonia. Cuando Gran Bretaña y Francia intentaron frenar la expansión se inició la Segunda Guerra Mundial. Los nazis continuaron sus planes, incluyendo el genocidio contra todos aquellos que no pertenecían a la raza aria de lengua germana o estuvieran emparentados con ella. En concreto, casi seis millones de judíos perdieron la vida en los campos de exterminio nazi. Tras seis años de guerra, el nazismo fue derrotado. Al final de la guerra, la Conferencia de Yalta en la que participaron Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña, permitió que la URSS controlara el este y el centro de Europa. Consecuencia de ello fue que el régimen comunista se impusiera en Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, Rumania, y Alemania del Este. Tras la Segunda Guerra Mundial se disolvió la Sociedad de Naciones para ser reemplazada en 1945 por las Naciones Unidas, una organización de estados independientes para garantizar la cooperación internacional y la paz del mundo. Tras la guerra, Europa Occidental se alejó de los extremismos políticos. En países como Gran Bretaña y Escandinavia los gobiernos socialistas moderados introdujeron programas de asistencia social y ampliaron el acceso a la educación y la asistencia sanitaria. Los gobiernos de coalición convirtieron a Alemania en una formidable potencia industrial. El acontecimiento político de mayor efecto en el final del siglo XX ha sido la caída del comunismo en el centro y el este de Europa. Los estados comunistas de Europa, mediante las convulsiones políticas acontecidas desde 1989 hasta 1991, han derribado sus viejos regímenes y se han unido al modelo democrático, con menos intervenciones gubernamentales en el comercio y la industria. Alemania se ha reunificado, Checoslovaquia se ha separado en la República Checa y Eslovaquia, y Hungría es ahora una democracia. Aunque muchos cambios se han realizado de forma pacífica, la transición acelerada del modelo comunista al capitalista ha provocado que en ocasiones surjan tensiones nacionales y prolifere la corrupción. La guerra en Bosnia y en otras partes de la antigua Yugoslavia indica que el mapa de Europa central no esté del todo definido. Con el desarrollo de la economía global y los medios de comunicación de masas, las tensiones nacionales constituyen más que nunca una preocupación de orden mundial. Es competencia de las Naciones Unidas prestar ayuda y mediar en todo el mundo, aunque su efectividad para salvaguardar la paz está muy cuestionada. Ver también: Siglo XIX - Política: para nacionalismo, orígenes del comunismo, rivalidad política entre los estados europeos. Siglo XIX - Sociedad: para el pronto desarrollo de la democracia moderna, derechos de voto, expansión del comunismo. Siglo XIX - Economía: para el surgimiento de una economía global. Kant - ética: para su visión de una Liga de las Naciones. Marx - Explotación: para su predicción de revolución. Siglo XX - Economía El hecho de que millones de personas lucharan en la Primera Guerra Mundial y muchas perdieran la vida condujo a la escasez de mano de obra, provocando el aumento de los salarios en el sector industrial. El incremento del comercio junto con la creación de nuevas industrias, como la automovilística, hizo que mucha gente prosperara. Pero esa prosperidad no duró mucho tiempo. Resultaba fácil conseguir créditos para invertir en negocios pero los mercados de productos manufacturados no eran lo suficientemente grandes para soportar esa expansión productiva. Además, al subir los salarios subieron los precios provocando una crisis de inflación; muchos bancos quebraron y muchas industrias cerraron provocando el desempleo masivo. En el período más crítico de la Gran Depresión , el año 1933, había tres millones de desempleados en Gran Bretaña, seis millones en Alemania y trece en Estados Unidos. La Segunda Guerra Mundial también acarreó grandes costes económicos. La reconstrucción de Alemania se realizó con la ayuda económica de Estados Unidos, y Alemania Occidental se convirtió en el líder económico de Europa. Los otros países europeos occidentales también prosperaron. Un importante acontecimiento de la posguerra fue la creación de la Comunidad Económica Europea en 1957. En un principio se unieron Bélgica, Luxemburgo, Los Países Bajos, Francia, Alemania Occidental e Italia en una alianza económica que iba a fomentar también la unidad política. Otros países europeos se han ido uniendo gradualmente a la Comunidad, lo que ha permitido a Europa liberarse de algunos de los lazos comerciales con los Estados Unidos. 100 Mientras, el este de Europa permanecía bajo el dominio de la URSS. Los comunistas planificaban las economías estableciendo el control absoluto del estado sobre la industria y la agricultura. Cuando los países del este de Europa abandonaron el comunismo entre los años 1989 y 1991, volvieron a la economía del libre mercado. Sin embargo, este proceso resulta muy difícil por la gran inversión necesaria para que su industria pueda competir con la de los países occidentales. La naturaleza global de la economía del siglo XX se pone cada día de manifiesto por la forma en que el índice de la bolsa de Japón afecta al Dow Jones de Nueva York. La mayor libertad del comercio junto con la mayor movilidad laboral y del capital, facilitadas por las comunicaciones más rápidas y baratas que nunca, hacen que la riqueza económica de un país se relacione de modo inexplicable con los acontecimientos de otros lugares. Distintas tendencias, como la del mercado único europeo y su proyecto de moneda única, el aumento de las multinacionales y el nacimiento de una nueva fuerza con las florecientes economías del sudeste asiático, sugieren que continuará la tónica hacia un mayor internacionalismo. Ver también: Renacimiento - Economía: para la expansión del comercio, inflación. época barroca - Económicas: para el desarrollo de comercio y finanzas. La Ilustración - Política: para el intento de Napoleón de unificar Europa. Siglo XIX - Economía: para el desarrollo de una economía global. Siglo XX - Sociedad En el siglo XX la movilidad social ha sido mucho mayor que en otras épocas. Esto es debido en parte a los avances de las comunicaciones que posibilitan a las personas desplazarse y cambiar de trabajo más fácilmente. También está relacionado con las grandes convulsiones políticas y económicas del siglo y con los avances realizados en materia educativa. El poder de la aristocracia europea, que ya se había debilitado en el siglo XIX, ha desaparecido. La educación, con la difusión de la escolarización gratuita, se ha hecho accesible a la mayoría y se han abierto nuevas universidades. El resultado ha sido una población mejor preparada y una sociedad en la que la capacitación ha ganado en importancia a los nexos familiares para encontrar trabajo y conseguir poder. El papel de la mujer también ha evolucionado. Durante la Primera Guerra Mundial, muchos hombres estaban en el frente lo que posibilitó que las mujeres pudieran acceder a empleos remunerados. La mujer también consiguió el derecho al voto. Pero estas mejoras no han significado la igualdad de derechos con el hombre. Las precarias condiciones laborales y la escasez de mujeres en puestos donde se toman las decisiones son sólo dos de los problemas que la mujer del siglo XX ha tenido que afrontar. Distintos colectivos de mujeres han realizado campañas a favor de la igualdad de derechos y en muchos lugares de Europa la situación de la mujer es ahora mejor que nunca. La estructura de la familia también ha evolucionado durante el siglo XX. En el siglo XIX la gente solía vivir en grandes familias con varias generaciones compartiendo la misma casa, y la gente permanecía cerca de su lugar de nacimiento durante toda la vida. La mayor movilidad característica del siglo XX ha animado a la gente joven a alejarse de sus lugares para buscar empleo. Esto ha ocasionado la dispersión de las grandes familias y la creación de la familia nuclear, formada únicamente por los padres y los hijos. El número de miembros por familia también se ha visto reducido con el desarrollo de la contracepción. Mucha gente ha disfrutado de gran libertad en el siglo XX; pero también han aparecido algunos de los regímenes más represivos, desde las dictaduras derechistas de Italia y Alemania en los años 30 y 40 a los estados comunistas de postguerra en el este de Europa. En los dos casos los ciudadanos se vieron privados de sus derechos básicos: la libertad de palabra, la libertad para oponerse al gobierno y la libertad de culto. Aunque, estos regímenes han desaparecido, todavía hay grupos, desde los colectivos de mujeres a los formados por minorías raciales, que tienen que luchar por igualar sus derechos con los del resto. Ver también: Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de la mujer. Helenismo y Roma - Sociedad: para la mujer en el Imperio Romano. La Edad Media - Sociedad: para la mujer en tiempos medievales. Renacimiento - Sociedad: para la posición de la mujer. Siglo XX - Descubrimientos Durante la primera mitad del siglo XX existían en la ciencia dos corrientes principales. La primera se generó con las teorías relativistas que se ocupaban de distancias macroscópicas. Albert Einstein revolucionó la ciencia de la física con sus teorías Especial de la Relatividad y General, que transformaron las relaciones entre los conceptos de espacio, tiempo, materia, energía y gravedad. Imaginemos que el espacio más que ser un infinito, tridimensional sin forma y vacío, fuera una sábana de goma bidimensional. Cuando los objetos que representan a las galaxias, las estrellas y los planetas se colocan sobre la "sábana", ésta se deforma dando lugar a la idea del "espacio curvado". Una canica, colocada sobre la sábana, tendería a rodar de manera que simularía la atracción 101 gravitatoria hacia otras masas. Las teorías de Einstein aportaron mucho para entender el funcionamiento del universo, incluyendo la gravedad, a la que él veía como la fuerza ejercida cuando un objeto atraviesa el camino más corto dentro de un espacio curvo. La segunda corriente es la de la teoría cuántica, que se ocupa de distancias microscópicas. El principio que soporta la teoría cuántica es que la energía no es infinitamente divisible sino que sólo puede existir en múltiplos de ciertas cantidades elementales, llamadas cuantos. Esta teoría fue crucial para el desarrollo de una comprensión más clara del comportamiento de la materia a escala subatómica. En particular dio auge a un enfoque más estadístico de la física, en contraste con el determinismo del siglo XIX. Incluso Einstein, con su intuición para la física, tuvo dificultades para aceptar este comportamiento estadístico del universo. Los transportes han mejorado tanto en el siglo XX que el mundo parece encogerse. Los coches se fabrican de forma masiva y alcanzan niveles de velocidad y confort jamás soñados por sus inventores. El primer aeroplano con motor que tuvo éxito fue construido por los hermanos Wright en 1903. Hacia la mitad del siglo el transporte aéreo internacional se extendió y a los aviones de gran tamaño se les incorporaron motores de propulsión a chorro. En 1957 los científicos rusos lanzaron el primer satélite artificial, Sputnik I, iniciándose la era de la exploración espacial. Durante las décadas siguientes la carrera espacial entre la URSS y los Estados Unidos ha abierto nuevas fronteras. En 1961, el ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre que viajó al espacio. En 1969 el estadounidense Neil Armstrong viajó al espacio en el Apolo 11 y fue el primer hombre que pisó la luna. La exploración espacial continuaría con el lanzamiento de una serie de estaciones espaciales tripuladas por parte de la URSS y los americanos desarrollaron la lanzadera espacial como una forma de transporte espacial reutilizable. La radiofonía que se desarrolló al final del siglo anterior, se ha utilizado de forma extensa por los servicios de emergencia y para la radiodifusión. Aún mayor alcance ha tenido el invento de la televisión. Las emisiones comenzaron al final de los años 20, utilizando un sistema mecánico de transmisión de imágenes inventado por John Logie Baird. Poco tiempo después, Vladimir Zworykin inventó una cámara de televisión electrónica similar a las que se utilizan hoy en día. Actualmente, la mayoría de las comunicaciones mundiales dependen de la información transmitida vía satélite. También dependemos cada vez más de las telecomunicaciones por cable y del internet. Uno de los inventos más importantes del siglo XX ha sido el ordenador. Los primeros ordenadores electrónicos se construyeron en los años 40, que eran enormes máquinas de calcular, difíciles de manejar. En los años 70 ya había ordenadores lo suficientemente manejables como para poder colocarlos en las mesas de trabajo. Los ordenadores han posibilitado el almacenamiento de grandes cantidades de información y el proceso de datos a una velocidad increíble. Gracias a esta capacidad se han desarrollado nuevos campos, como la teoría de caos, que dependen de largos cálculos numéricos. Las computadoras también han contribuido materialmente al desarrollo de la inteligencia artificial, y la investigaciones realizadas en el campo informático relativas al desarrollo del lenguaje y a las capacidades analíticas han causado un renovado interés en la definición de la naturaleza de la mente humana. Las investigaciones en el campo de la física también han tenido gran alcance en las aplicaciones prácticas. Los esfuerzos dirigidos a la obtención de energía a través de la fisión del átomo han conducido a la producción masiva de energía y al inicio de la era nuclear. El desarrollo del armamento nuclear también ha significado una nueva y devastadora amenaza para la humanidad. En 1945, Estados Unidos lanzó sobre la ciudad nipona de Hiroshima la primera bomba atómica, como una forma de finalizar la Segunda Guerra Mundial. La toma de conciencia sobre la naturaleza destructiva de este armamento ha conducido a las potencias a una carrera armamentística que pone en constante peligro a la humanidad. Las investigaciones nucleares también han llevado al desarrollo de la energía nuclear en una época en que las fuentes de energía no renovables se empiezan a agotar. La manipulación inadecuada de esta poderosa fuente de energía ha provocado grandes catástrofes como la explosión de la planta de energía nuclear soviética de Chernobyl. Si la física ha resultado ser la ciencia del siglo XX, la biología parece que será la del siglo XXI. En particular la ingeniería genética ha conseguido sorprendentes descubrimientos desde que en 1953 se consiguiera identificar químicamente el ADN, el material con el que está construido el edificio genético, responsable de la herencia. Prevención de las enfermedades y progresos importantes en la agricultura representan sólo dos de los sectores en los que la genética puede alcanzar resultados trascendentes, aunque el desarrollo de la ingeniería genética plantee cuestiones éticas que continuarán siendo debatidas por científicos y filósofos. Ver también: La Ilustración - Economía: para avances tecnológicos en la Revolución Industrial, impacto social de la tecnología (Luditas) Siglo XIX - Descubrimientos: para influencia de los avances en ciencia y tecnología, comunicación y transporte. Demócrito - La teoría atómica: para una prematura visión de los átomos. Darwin - La selección natural: para la evolución Siglo XX - Cultura 102 Los artistas del siglo XX han reaccionado contra las tradiciones del pasado. En ningún campo se pone esto tan de manifiesto como en la pintura en la que numerosos artistas, dejando atrás el viejo esquema del arte como reflejo de la realidad, han creado el arte abstracto cuya finalidad no es representar los objetos visualmente. Incluso las pinturas que son figurativas representan sus objetos de modo impactante. El cubismo, iniciado por Georges Braque y Pablo Picasso, mostraba sus objetos desde distintos ángulos, como si resumieran distintas perspectivas a un tiempo. El surrealismo, representado por el trabajo de René Magritte y Salvador Dalí, mostraba mundos imaginarios en los que los objetos cotidianos tomaban nuevas formas extrañas como las esferas de reloj que se derriten de Dalí. Muchos músicos también se han opuesto, de muchas maneras diferentes, a los estilos del pasado, que se apoyaban en las melodías y en las relaciones tradicionales entre tonos. Por ejemplo, Arnold Schoenberg y sus seguidores componían música con el altamente formal sistema dodecafónico, donde casi no deja espacio para la melodía convencional. Al mismo tiempo la música europea se ha visto muy influenciada por la de otras partes del mundo, como por el jazz, los ritmos africanos y las orquestas de gongos de Indonesia. Los escritores se han olvidado de la descripción realista de los personajes y la forma de narrar las buenas historias que eran los objetivos de los novelistas del siglo XIX. La narrativa del siglo XX, como la de dos de sus innovadores, James Joyce y Virginia Woolf, presenta el pensamiento de sus personajes mediante la técnica del "flujo de la conciencia", y usa el cambio brusco de escenas, de influencia cinematográfica. En la arquitectura del siglo XX han aparecido muchos estilos nuevos. En el más típico, tal vez, de todos ellos, los arquitectos dan prioridad a la simplicidad de formas y al funcionalismo frente a la ornamentación. Los arquitectos modernistas, como Miess van der Rohe y Le Corbusier, evitaron todo ornamento permitiendo que fuera la función del edificio la que dictara su apariencia. En la década de los 90, los arquitectos postmodernistas han comenzado a utilizar nuevamente elementos de estilos del pasado, colocando columnas griegas y otros detalles en sus edificios. No todas las formas artísticas del siglo XX pretenden impactar con su novedad. La música pop puede ser tan melódica como cualquier música del pasado, los escritores de novelas de misterio continúan relatando emocionantes historias y el cine y la televisión han abierto nuevos campos para la creatividad. Nunca había existido tanta variedad en las artes. Ver también: Antigua Grecia - Cultura: para la arquitectura griega. Siglo XIX - Cultura: para contraste de estilo, aparación de la fotografía y cine. Siglo XX - Grandes mujeres Los derechos de la mujer han mejorado sensiblemente durante el siglo veinte y las mujeres han asumido nuevos roles en la sociedad. A la mujer del siglo XIX se le negaba el derecho al voto en las elecciones y muchos países contaban con leyes que restringían sus libertades. En los primeros años del siglo XX, dos hechos prepararon el camino para el cambio: la lucha por el derecho al voto y el movimiento hacia un mayor número de mujeres en trabajos remunerados durante la Primera Guerra Mundial. Las acciones militantes de las sufragistas, tales como Christabel, Sylvia, y Emmeline Pankhurst, dieron a la mujer esperanza de futuro. Ninguno de estos hechos se tradujo en una mejoría inmediata en los destinos de la mayoría de las mujeres. Muchas perdieron sus trabajos al finalizar la guerra o durante la Depresión de los años treinta. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial sucedió algo parecido, con gobiernos que animaban a las mujeres a dejar sus empleos remunerados para ofrecer oportunidades de empleo a los hombres. La alternativa era emplearse con salarios más bajos que los que obtendría un hombre. En los prósperos años posteriores a la guerra, muchas mujeres comenzaron a movilizarse para cambiar esta situación. Las mujeres europeas se inspiraron en las activistas estadounidenses, que fundaron la Organización Nacional de la Mujer en 1966 para presionar por la igualdad de derechos. éste fue el período en el que el movimiento feminista alcanzó su apogeo, en el que las mujeres demandaban la igualdad de salarios, el derecho al aborto y la abolición de los tradicionales roles masculinos y femeninos. Como resultado de ello, se han aprobado leyes que suprimen la discriminación sexual y desde los años setenta existen más oportunidades para la mujer. En 1960 en Sri Lanka, Sirimavo Bandaranaike llegó a ser la primera mujer primer ministro. La que fue primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, presidenta de la Comisión de las Naciones Unidas para el desarrollo y el medio ambiente, abrió el camino a la mujer en el movimiento de los Verdes. Las mujeres han sido líderes en otros campos previamente dominados por los hombres, desde la carrera de aviadora de Amy Johnson, que emocionó igualmente a hombres y mujeres en los años treinta, hasta el papel de Valentina Tereshkova como la primera mujer en el espacio en 1963. Aun así hay todavía muchas menos mujeres que hombres en puestos de poder. Aunque existan leyes asegurando igual salario por igual trabajo, a veces las mujeres tienen que conformarse con trabajos a tiempo parcial y escasa promoción profesional, debido a que continúan manteniendo la responsabilidad del las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. La mujer afronta el siglo XXI con el reto de superar este déficit histórico. 103 Martin Heidegger (1889-1976) Heidegger, al igual que Nietzsche, fue un filósofo de gran originalidad cuyas ideas han tenido gran impacto en el pensamiento del siglo XX. El trabajo de Heidegger, poco afectado por la obsesión de la filosofía por el conocimiento, se centró en el problema básico de la existencia. él planteó la cuestión de qué es lo que se conoce con el nombre de "el ser" y, mientras su propio análisis del tema es minucioso, pensaba que la formulación de la pregunta era mucho más importante que responderla. Aunque él no se consideraba un existencialista, su enorme contribución al existencialismo queda probada por su influencia en Sartre y otros pensadores existencialistas Ver: Heidegger Jean-Paul Sartre (1905-1980) Además de filósofo, Sartre fue novelista, autor teatral, crítico literario y comentarista político. Fue la figura central del movimiento existencialista de París durante los años 40 y 50, y estaba muy influenciado por la doctrina del existencialista alemán Heidegger. La doctrina de Sartre mantiene que la existencia no tiene más significado que el que nosotros le damos: debemos tomar nuestras propias elecciones a lo largo de la vida. Su filosofía y su franqueza política se apoderaron de la mente de la generación más joven y fue muy tenido en cuenta durante muchos años. Sartre también es bien conocido por su imperecedera relación con la escritora feminista Simone de Beauvoir. Ver: Sartre La filosofía del lenguaje La metafísica tradicional ha sido muy criticada en el siglo XX y la mayor parte de esa crítica tiene como base el lenguaje. Algunos objetan que mientras que la filosofía debería usar términos claramente definidos, el vocabularío de los metafísicos es desesperadamente confuso. Otros sencillamente mantienen que los problemas a los que la filosofía ha intentado tradicionalmente dar respuesta, no son para nada problemas reales sino el resultado de una total incomprensión del lenguaje, y son muchos los que afirman que los filósofos deberían dejar a los científicos el asunto de la búsqueda de la verdad sobre el universo. La discusión continúa, pero ha provocado fascinantes revelaciones sobre la naturaleza del lenguaje. Ver: Filosofía del lenguaje Ludwig Wittgenstein (1889-1951) El extraordinario trabajo de Wittgenstein sobre la naturaleza del lenguaje ha resultado ser tal vez el avance más importante de la filosofía de este siglo. Sus dos etapas de pensamiento quedan patentes en sus dos libros. Después de escribir el primero, abandonó la filosofía porque pensaba que con su trabajo había llevado el tema hasta su término. Cuando aparecieron dudas sobre ello, Wittgenstein acabó modificando sus ideas radicalmente y las presentó en sus Philosophical Investigations. Fue una persona enigmática que eligió en un momento determinado deshacerse de su fortuna y dedicarse a la enseñanza en una pequeña escuela rural. El trabajo de Wittgenstein ha sido interpretado de muy diferentes maneras, aunque su enorme influencia y su gran originalidad se mantienen incuestionables. Ver: Wittgenstein Filosofía de la mente Los filósofos no se han puesto de acuerdo acerca de las cuestiones de la mente durante mucho tiempo y es, sin lugar a dudas, uno de los campos más difíciles de indagación filosófica. Los descubrimientos realizados en el siglo XX sobre el cerebro humano y los intentos de los investigadores de computadoras de simular el comportamiento inteligente han provocado un llamativo nuevo interés entre los filósofos por los asuntos relacionados con la mente. Aunque todavía está por construir un ordenador tan complejo como el cerebro humano, las comparaciones entre los dos universos se siguen realizando. Por supuesto, esta clase de ideas son objeto de acaloradas discusiones. Ver: Filosofía de la mente 104 WITTGENSTEIN (1889-1951)Vida de Wittgenstein Ludwig Wittgenstein nació en Viena. Procedía de una familia acomodada y con gran cultura y fue el más joven de sus ocho hermanos. El hermano de Wittgenstein se convirtió en un pianista excepcional para el que Ravel escribió su "Concierto para piano para la mano izquierda" después de que el virtuoso perdiera trágicamente su mano derecha en la primera Guerra Mundial. Wittgenstein se mostró muy capacitado para la ingeniería, empezando sus estudios en dicha disciplina en el Instituto Politécnico de Berlín. Allí fue donde desarrolló un profundo interés por los fundamentos matemáticos y, después de leer los Principia mathematica de Russell, se marchó a Cambridge a estudiar bajo la dirección de éste. En 1913, Wittgenstein decidió construirse una cabaña en Noruega para poder concentrarse en su trabajo. Cuando estalló la guerra en 1914, se unió al ejército austriaco, siendo posteriormente capturado por los italianos. Terminó su gran obra maestra, el manuscrito Tractatus logico-philosophicus, en un campo de prisioneros y se la envió a Russell. No fue publicada hasta 1921. La guerra cambió a Wittgenstein. Donó su gran herencia y se fue a enseñar a una escuela de primera enseñanza en la Austria rural. Creía que con su libro quedaban tratados todos los problemas de la filosofía y que, por lo tanto, ya no quedaba más que decir. Pero en 1929 tuvo grandes dudas sobre el Tractatus y regresó a Cambridge a continuar su filosofía. En 1939 se convirtió en catedrático de filosofía, aunque, posteriormente dimitió del cargo y se hizo enfermero. Su posterior trabajo culminó con las Investigaciones filosóficas. No fueron publicadas hasta dos años después de su muerte a causa del cáncer en 1951. Su primera filosofía Para Descartes, el tema central de la filosofía era el conocimiento. Quería saber lo que era el conocimiento y lo que se podía conocer. Para Wittgenstein, el tema central de su filosofía fue el lenguaje. Quería saber lo que era el entendimiento y cómo se podía entender todo a través del lenguaje. Para él, una comprensión adecuada del lenguaje resolvería todos los problemas de la filosofía. Los filósofos tradicionalmente habían pensado que las palabras tenían un significado como etiquetas de las cosas. Para Platón, el significado de "caballo" era la Idea o molde inmutable y eterno por el que perduraba. Para un empirista como Hume, "rojo" era la etiqueta para el tipo de experiencia que teníamos cuando, por ejemplo, veíamos la sangre. Hume pensaba que ninguna palabra tenía significado a menos que pudiéramos definirla en términos de palabras que provinieran de las experiencias simples. Al principio, Wittgenstein siguió esta tradición y argumentó en su Tractatus logico-philosophicus (la única obra suya que aparece a lo largo de toda su vida) que cualquier proposición significativa podía descomponerse en una lista de nombres que corresponden a lo que él llamó "simples". Su enfoque era muy abstracto y nunca se nos dice lo que eran esas proposiciones elementales. Opinaba que eran como las Ideas de Platón en que cosas inmutables que tenían que existir. Algo es inmutable si no puede cambiar. Las Ideas de Platón no podían cambiar porque estaban más allá del espacio y del tiempo. Los simples de Wittgenstein no existían fuera del tiempo ni del espacio pero, no obstante, no podían cambiar. Si no existieran estos simples, las palabras no tendrían significado. No sorprende así que su sistema haya sido tildado de metafísico. Límites del lenguaje El Tractatus se lee como una serie de aforismos. En el libro se afirman cosas del estilo de "El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas" o "Una proposición es una figura de la realidad". Una proposición es cierta si la disposición de los nombres que contiene corresponde a un hecho. Es muy parecido a la forma en la que los puntos que componen un dibujo en la pantalla de un ordenador pueden representar una escena. Las únicas proposiciones que tienen un significado son aquellas verdades que pueden ser investigadas por la ciencia natural, ¡no verdades que deban descubrir lo filósofos! Lo único que pueden hacer los filósofos es poner en claro nuestros pensamientos analizando el lenguaje. Los filósofos no pueden ser una especie de policías del pensamiento cuyo trabajo sea poner los límites al discurso significativo. Dentro de este encuadre los discursos de la ética y la religión no tenían sentido. Las proposiciones significativas eran figuras de los hechos o conjuntos de simples. No había hechos que se pudieran figurar en el lenguaje ético o religioso. A diferencia de los positivistas lógicos, sin embargo, Wittgenstein no descartaba por completo la religión o la ética. Aunque la ética y la religión no podían ser significativamente dichas, se reflejan sin embargo a sí mismas: "Son ciertamente cosas que no se pueden meter en palabras. Se hacen manifiestas por sí mismas. Son lo místico". El mismo Wittgenstein dijo tener experiencias místicas. Los temas religiosos y éticos estaban fuera del mundo, fuera de los límites del discurso significativo y fuera de las posibilidades de la investigación científica. De aquí que no debamos decir nada de ellos. El Tractatus termina con una de las sentencias más famosas de la filosofía: "De lo que no se puede hablar, mejor es callarse". Pensamiento posterior Wittgenstein acabó formando una segunda filosofía. En sus Investigaciones filosóficas, publicadas póstumamente, Wittgenstein negó totalmente el enfoque al lenguaje que dio en su Tractatus. El lenguaje seguía 105 siendo su preocupación y él seguía pensando que todos los rompecabezas filosóficos eran consecuencia de una mala interpretación del lenguaje. Pero el Wittgenstein posterior rechazó completamente la idea del Wittgenstein inicial de que las palabras eran algo así como las etiquetas -de un museo en el que sus exposiciones eran los significados. Los filósofos se habían confundido por el hecho de que nosotros hablamos de los significados de las palabras buscando las entidades que representan esos significados. Nos aconsejaba que observáramos nuestra práctica y uso del lenguaje. Podríamos entonces ver que el uso del lenguaje formaba parte de muchas actividades variadas o "juegos de lenguaje". Wittgenstein era un apasionado de las metáforas y su discurso del lenguaje siempre era parte de una actividad. Todos estos diferentes juegos de lenguaje confeccionaban nuestra "forma de vida". El significado es el uso Decimos que un niño ha aprendido el significado de una palabra cuando ha aprendido a jugar al juego de usar de dicha palabra. Si queremos saber si alguien comprende la palabra "rojo", no empezamos con la imposible tarea de averiguar si ha tenido las mismas experiencias asociadas a la palabra "rojo" que nosotros. Sólo miramos si dicha persona aplica la palabra correctamente a las cosas; si la puede utilizar para realizar tareas ("Tráeme el jersey rojo"); y si la puede utilizar adecuadamente en las frases ("El rojo es mi color preferido"). Conocer el significado de una palabra o proposición es una cuestión de comprensión de la palabra o de la proposición. Esta comprensión es, a su vez, una cuestión de ser capaz de utilizar dicha palabra o proposición. Wittgenstein resumía esto en su famosa sentencia: "El significado es el uso". Los filósofos tratan de dar el significado a las palabras tratando de dar definiciones precisas. Wittgenstein pensaba que esto era imposible. Su ilustración favorita de la dificultad era la palabra "juego". Si pensamos en todas las cosas que llamamos juego, no encontraremos un punto en común a todas ellas, aunque haya semejanzas entre alguno de ellos. Los juegos forman una "afinidad familiar". Todos los miembros de una familia determinada se parecerán a dicha familia. Algunos tendrán los mismos ojos, o el mismo tipo de nariz o unas enormes orejas. Pero no hay un conjunto de características que tengan todos ellos. Los filósofos como Sócrates y Platón, que pensaban que la esencia de, por ejemplo, la justicia podía expresarse en una definición, estaban, simplemente, equivocados. Los problemas filosóficos surgen al errar en el conocimiento del lenguaje. El único papel correcto de los filósofos era ser terapeutas que busquen disolver los problemas filosóficos mediante la utilización que hacemos del lenguaje. Los problemas filosóficos tradicionales aparecen cuando el "lenguaje se va de vacaciones". La solución consiste en hallar cómo trabaja el lenguaje. En ese momento, los problemas desaparecerán. Los filósofos que no centran sus esfuerzos en el lenguaje son como moscas que, sin esperanza, vuelan dentro de una botella: "¿Cuál es nuestro objetivo en filosofía? Mostrar a la mosca el camino para salir de la botella". El lenguaje privado El significado es el uso. Saber cómo utilizar una palabra es saber las reglas del lenguaje. El lenguaje es una actividad regida por leyes. Las reglas son sociales, son acuerdos tácitos de cada comunidad. No tienen una existencia independiente de las prácticas que seguimos en nuestros juegos lingüísticos. Están sacadas de lo que hacemos en nuestra forma de vida. Por lo tanto, el significado en sí mismo es social. Desde esta perspectiva, Wittgenstein llegó a una de sus conclusiones más emocionantes e importantes: no puede haber un lenguaje privado. Wittgenstein no negaba que podíamos tener un código secreto propio con el que, por ejemplo, escribíamos nuestro diario. Con lenguaje privado se refería a uno tal que nadie más pudiera entender, siquiera los principios. La idea de dicho lenguaje parece extraña, pero tanto los racionalistas como los empiristas abogaban por su posibilidad. Descartes imaginaba que él podía ser la única cosa que existiera. No obstante, él seguía pensando. Y para realizar este tipo de pensamiento, Descartes debería utilizar el lenguaje en cuestión. Para los empiristas, las palabras tenían un significado dependiendo de las experiencias. Como uno no puede tener las experiencias de otro, no se puede saber si las palabras que utiliza uno se ajustan a las del otro. Incluso el lenguaje que utiliza cada persona era, para los empiristas, un lenguaje privado, privado para cada interlocutor. La conducta Si Wittgenstein estuviera en lo correcto al pensar que el significado es una cuestión de seguir unas determinadas reglas sociales, las principales tradiciones filosóficas del racionalismo y el empirismo simplemente se disolverían. Los racionalistas y los empiristas tomaron como punto de partida una descripción individual de los contenidos privados de su propia mente. ¡Ni que decir tiene que su llamado "argumento del lenguaje antiprivado" ha sido tema de una controversia filosófica sin fin! Wittgenstein pensaba que esta misma perspectiva disolvía todos los problemas filosóficos tradicionales, uno de los cuales era el escepticismo sobre la existencia de otras mentes. ¿Cómo sabemos que otras personas tienen inteligencia, tienen vida mental? ¿Cómo sabemos que nuestros semejantes no son autómatas que se comportan como nosotros sin tener realmente ninguna vida interior consciente? Concretamente, ¿cómo sabemos que ellos sienten lo que llamo "dolor"? Porque yo no tengo acceso a su dolor. Sólo puedo ver su comportamiento. Los filósofos tradicionalmente han tratado de resolver este problema utilizando un argumento por analogía. Un argumento por analogía concluye que lo que vale para un caso, vale también para otro caso similar. Yo 106 compruebo que los otros se comportan más o menos como yo cuando algo me duele. Chillan, lloran y se retuercen como yo cuando algo me duele. Pero éste no es un argumento convincente. El escéptico simplemente se preguntaría cómo sabemos que la analogía existe. Quizá alguien se pueda comportar así sin tener realmente ningún dolor. Wittgenstein nos recuerda que aprendemos a utilizar la palabra "dolor" en relación con el comportamiento. Aprendemos a aplicarlo a nosotros mismos y a los demás si nosotros, o el resto, por ejemplo, gritan o se retuercen. El comportamiento nos da, según Wittgenstein, el criterio del dolor. Esto puede sonar a conductismo. El conductismo puro dice que dolor es sólo el comportamiento que asociamos al dolor. Pero no sería correcto, pues podemos sentir dolor y no mostrarlo. La teoría de Wittgenstein es que, para hacer esto, tendríamos que aprender a esconder el dolor. Lo primero que aprenden los niños cuando les duele algo es el comportamiento y, después, se les enseña que no siempre deben expresarlo. Antes de aprender a ocultar este comportamiento, no hay duda de que siempre que les aparezca el dolor gritarán espontáneamente. Así es precisamente como utilizamos la palabra: una etiqueta para ese algo que nos produce ganas de gritar. El problema tradicional del escepticismo sobre el mundo exterior también se disuelve. Lo que entendemos por conocimiento viene dado por las reglas de utilización de la palabra "conocer". Estas reglas nos autorizan a decir bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, que sabemos que a las cuatro en punto pasa un tren. Si las circunstancias son las adecuadas, no habrá duda sobre lo que conocemos. Si hablara un león Al prescindir de los problemas filosóficos tradicionales, muchos filósofos temieron que Wittgenstein estuviera cayendo en una forma extrema de relativismo. El relativismo es una doctrina que no cree en una realidad o verdad simple. Lo que es verdad y lo que realmente existe es relativo a las diferentes culturas o a los diferentes periodos históricos. El problema para Wittgenstein era que el significado era una cuestión de las reglas de los juegos lingüísticos que constituían nuestra forma de vida. Lo que queríamos decir con "verdad" o "realidad" estaba formado por cómo utilizábamos estas palabras en nuestra forma de vida. Tendemos a pensar en términos de una concepción absoluta del mundo: existen la verdad y la realidad independientemente de nosotros. Pero la concepción social de Wittgenstein podía descartar esto. Wittgenstein advertía en las Investigaciones filosóficas que si un león pudiera hablar no podríamos entenderlo. Esto es, el habla del león sería parte de una forma de vida tan diferente a la nuestra que no tendría sentido para nosotros. El león tendría sus propias concepciones de la realidad y ¿quién sería él para decir lo que está bien? Los leones y los humanos tedríamos nuestras propias ideas independientes de la corrección ligadas a nuestras formas de vida. Wittgenstein esperaba realmente el final de la filosofía. En cuanto la mosca saliera de la botella, no le quedaría nada por hacer al filósofo. Sin embargo, sus propias obras generaron un inmenso crecimiento de la investigación y especulación filosóficas. Enlaces Filósofos relacionados: Platón - El mundo de las Ideas: para las formas inmutables. Filosofía del lenguaje - Anti-metafisica: para el desarrollo de la filosofía del lenguaje. Filosofía de la mente - ¿Somos ordenadores?: para la relación entre la mente y el comportamiento. Historia: Siglo XX - Perspectiva: para la I Guerra Mundial. Bibliografía Las obras más importantes de Wittgenstein son: Investigaciones filosóficas, Crítica, Barcelona, 1988. Los cuadernos azul y marrón, Tecnos, Madrid, 1984. Tractatus logico-philosophicus, Alianza, Madrid, 1987. ESTUDIOS: Alston, W. P. y otros: Los orígenes de la filosofía analítica: Moore, Russell y Wittgenstein, Tecnos, Madrid, 1976. Kenny, A.: Wittgenstein, Alianza, Madrid, 1984. Resulta muy útil el análisis del primer Wittgenstein que contiene esta obra. Prados Celma, J. L.: Wittgenstein, Cincel, Madrid, 1990. 107 HEIDEGGER (1889-1976)La vida de Heidegger Heidegger fue uno de los filósofos más vitalistas y prolíficos del siglo XX. Después de la Gran Guerra de 19141918, los problemas de la vida humana se pusieron en tela de juicio con una nueva intensidad. La mayoría de las personas pensaba que el viejo mundo se había terminado para siempre. La fe ciega en el progreso se dejó de lado y el humanismo, liberalismo y optimismo tradicionales fueron vistos con recelo. En el s. XIX, algunos filósofos y pensadores no seguían la corriente principal de la filosofía. Después de la I Guerra Mundial, dichas personas fueron vistas por algunos como profetas de la catástrofe. El pensador danés Kierkegaard y el alemán Nietzsche fueron dos filósofos que tuvieron muy pocos seguidores en su época. Su pensamiento inspiró, sin embargo, a toda una generanción de filósofos del periodo de entreguerras: la "filososofía de la existencia". Heidegger fue considerado como parte de este movimiento, a pesar de sus esfuerzos por desarrollar su propio camino. Heidegger desarrolló la fenomenología de Edmund Husserl (1859-1938). Husserl intentó crear una ciencia pura que no explicara los hechos ni examinara las teorías, sino que describiera las cosas como se aparecen realmente ante nosotros. Fenomenología es la doctrina que se ocupa de la apariencia de las cosas. Heidegger utilizó esta doctrina para describir la condición del hombre. Heidegger fue profesor universitario en Marburgo y Friburgo, en Alemania, y ya famoso como profesor en su juventud. Fue uno de los pocos grandes intelectuales de la época atraídos por el nazismo. Tenía la idea de que el hombre estaba indefenso y completamente expuesto a la lucha por la supervivencia. No contento con la observación de la lucha, Heidegger quería tomar parte de ella. Para ello, olvidó el viejo axioma filosófico de mantenerse a una distancia crítica de su propia época, de su propia sociedad y de los grandes hechos históricos contemporáneos. Heidegger estaba fascinado por las "maravillosas manos" de Hitler y llamó a su héroe "el destino de Alemania". En 1945, y a causa de su simpatía hacia Hitler y el nazismo, fue expulsado de su puesto de trabajo por las fuerzas de ocupación francesas. El vínculo teológico Heidegger se centró en dar una nueva interpretación a las ideas principales del cristianismo. En su juventud leyó a San Agustín y los grandes escolásticos y parte de su educación la recibió en un colegio jesuita. Escribió su primer libro sobre el filósofo medieval Duns Escoto. En su famoso libro El ser y el tiempo (1927), Heidegger presentó una experiencia de vida tomada de la tradición cristiana sin utilizar el lenguaje mitológico. Heidegger, de hecho, construyó un nuevo lenguaje y acuñó muchas nuevas palabras para extraer la expresión de esta experiencia de vida de sus raíces históricas. En su primer acercamiento al cristianismo recibió más atención de los teólogos que de los filósofos profesionales. El teólogo alemán Rudolf Bultmann intentó desmitificar el cristianismo en el contexto del existencialismo de Heidegger. Quería presentar el cristianismo al mundo moderno sin utilizar conceptos mitológicos como los ángeles, los milagros o el demonio. Bultmann pensaba que el significado y contenido del cristianismo debían ser reformulados mediante un lenguaje no religioso. Heidegger intentó dar un enfoque objetivo y científico a la condición del hombre tal y como se nos aparece. Quería analizar la experiencia de la vida humana para descubrir la cuestión del ser. En El ser y el tiempo, opina que la temporalidad es la característica distintiva de todas las partes de la condición del hombre. Ninguna parte del ser humano se encuentra al margen del paso del tiempo. Heidegger afirmaba que los seres humanos son idénticos a su existencia real. La esencia del hombre no es más que su pasajera y momentánea existencia. Condición del hombre El tema de toda la obra El ser y el tiempo, según fue proyectada, era la "cuestión del ser". Sin embargo, Heidegger no terminó nada más que la primera parte del libro: una investigación sobre la clase de existencia particular de los hombres. El análisis de las condiciones del hombre sólo era una parte de su fenomenología incompleta del ser. Los seres humanos no son invitados aislados de este mundo. Forman parte de él y pueden ser descritos por su interacción con las herramientas, las cosas, el resto de las personas y el futuro. Heidegger intentaba formalizar las características de este tipo de ser con el hombre. El tipo de ser de las cosas podía ser descrito en categorías, como hizo Kant. Heidegger estaba interesado en el ser del hombre. En vez de categorías, describió el tipo de ser que le es peculiar al hombre como "existenciales", puesto que el hombre no existe en las mismas condiciones que las cosas. La parte completa de El ser y el tiempo contempla las condiciones del ser del hombre. El libro no trata de indicarnos como ser un buen hombre, un hombre feliz o un hombre fuerte, sino de examinar las condiciones del ser del hombre puro y simple. En primer lugar, Heidegger teoriza que ser un hombre es lo mismo que estar en el mundo. No hay ninguna parte del hombre que pueda ser extraída de su mundo. él es su mundo. Heidegger también opinaba que el hombre es tan finito como su mundo. En segundo lugar, el hombre se relaciona con su mundo mediante la "comprensión" (Verstehen). Lo queramos o no, nos relacionamos con el mundo mediante la comprensión o incomprensión cuando lo interpretamos. Tanto el "estar en el mundo" (In-der-Welt Sein) como la "comprensión" son "existenciales", esto es, marcas inextirpables de la condición humana. En tercer lugar, 108 todo el mundo ocupa una posición u otra en el horizonte entre la existencia "auténtica" (Eigentlichkeit) y la "no auténtica" (Uneigentlichkeit). Todo el mundo da a su vida diferentes grados de autenticidad. Existenciales El hombre puede perderse o encontrarse. La clave es que siempre vive en actividades, estados y relaciones que pueden ser descritos mediante existenciales. La existencia del hombre tiene dos modos fundamentales de producirse, con cierto grado de autenticidad. Siempre está en uno u otro estado, miseria o felicidad. Los estados del hombre pueden ser de una docena de tipos diferentes, pero siempre se encuentra en alguno de ellos. Por lo tanto, su estado o "disposición" (Befindlichkeit) es un existencial. Lo mismo se aplica a "inquietud" (Sorge). Como exitencial, "inquietud" significa el interés que ponemos en nuestras vidas a través de las actividades diarias. Cuando nos depertamos por las mañanas, nos lavamos los dientes, tomamos nuestro desayuno y vamos al trabajo, actuamos en la trama de inquietudes. "Inquietud" es una marca distintiva de la condición humana. No hay vida humana sin inquietudes de este tipo. Todo ser humano ha sido puesto en este mundo sin su consentimiento. Nadie ha elegido nacer. Nos expulsaron a las condiciones de vida sin que nadie nos preguntara si así lo queríamos. Heidegger llamó a este existencial "Geworfenheit". Con ello quería decir que la vida no era como un viaje que se podía posponer o cancelar. Nos echan dentro del agua y nosotros debemos hacer lo que podamos por sobrevivir, de la mejor forma posible, bajo unas condiciones que no hemos elegido. El despiadado tiempo Todos los existenciales están contenidos en la "finitud" (Zeitlichkeit). Tanto los pensamientos como las acciones se encuentra bajo el yugo del tiempo. El tiempo no puede invertirse y está más allá de nuestra esfera de influencia. No podemos elegir vivir fuera o dentro del tiempo. El tiempo y su "finitud" es la ley que todo y todos debemos acatar. Es la condición más trascendental de todos los existenciales. Ningún otro filósofo había presentado antes al hombre tan despiadadamente finito como Heidegger. La muerte, la decadencia, la transitoriedad (en resumidas cuentas, la "finitud") se presentan en todo lo que pensamos y hacemos. No sólo somos seres finitos, sino que la "finitud" no es algo que, desafortunadamente, y según Heidegger, tiene que morir. La muerte no es algo que le ocurra al hombre como una sorpresa o que debamos evitar. El modo peculiar del ser de la persona se forma a partir de la finitud de su vida. La muerte no es un accidente, ni una catástrofe, sino un hecho que se basa en la tiranía del mismo tiempo, un poder al que nadie puede escapar. Los existenciales son fenómenos, es decir que se nos aparecen si podemos observarlos sin interferencias. Los fenómenos no son exactamente lo mismo que los hechos. Con frecuencia, los fenómenos están ocultos o son invisibles. Tienen que descubrirse, exponerse y revelarse. Tenemos que prepararnos para ver los fenómenos tal y como son. El hombre puede estar tan absorto en el mundo de las cosas como para olvidar el ser del hombre. En este punto es en el que el existencialismo de Heidegger reclama una elección de "autenticidad". Por ejemplo: el tiempo es un fenómeno que debemos descubrir. No aparece por sí mismo en el devenir diario. Debemos mirar más allá para descubrir la "finitud" de todas las cosas. La completa revelación del fenómeno del tiempo incluye el conocimiento de la ineludible muerte. Autenticidad Todos los "filósofos de la existencia" eran bastante escépticos ante el psicoanálisis y el resto de explicaciones de por qué el hombre era realmente como era. Como su profesor Husserl, Heidegger opinaba que la conciencia humana estaba intrínsecamente conectada con su contenido. El ser humano utiliza herramientas, se comunica con los otros, siente y trabaja. La naturaleza del hombre estriba en estas acciones y relaciones. No tiene esencia, no hay una verdad simple sobre él. El hombre no tiene un alma eterna e impertérrita. Los seres humanos siempre están ocupándose de sus acciones y productos, de sus relaciones con los demás, con las cosas que les rodean, de su destino y en su futuro. El hombre puede ser auténtico o no auténtico, ser él mismo o perderse. En este tema, Heidegger predica una forma de vida como la mayoría de los filósofos existencialistas. El individuo puede perderse en la masa. La vida humana tiende a la "cotidianeidad", cuando el hombre se repliega en la curiosidad, la ambigüedad y la charlatanería. Lo que ocurre es que el individuo puede ser borrado por asimilación a la masa o a las cosas que le rodean. Además, Heidegger creía que el resto de las personas participaban en la constitución de nuestra individualidad. Pero era muy importante evitar la asimilación a la opinión pública. La experiencia de la "angustia" (Angst) puede sacar a la luz las conexiones reales de las cosas. A veces, sólo sentimos la presencia de una bombilla cuando falla en su iluminación o se estropea. La totalidad de la existencia se suele descubrir sólo cuando nos encontramos con la posibilidad de no seguir viviendo. La angustia es una reacción a este entendimiento. La angustia es el estado que descubre el ser como un "ser hacia la muerte" (Seinzum-Tode). La angustia es un producto de la vida humana como tal. La historia del Ser Heidegger contó con brillantes alumnos que extendieron sus ideas al campo de la historia de la filosofía. Hannah Arendt, Walter Schultz, Hans-Georg Gadamer, Herbert Marcuse, Karl Löwith, Rudolf Bultmann, 109 Wilhelm Weischedel y muchos otros filósofos estuvieron inspirados por las clases de Heidegger. Sus alumnos dominaron la filosofía alemana durante, al menos, una generación. Después de cancelar la conclusión de El ser y el tiempo, Heidegger se interesó por las interpretaciones de la historia de la filosofía. El tema principal del pensamiento moderno había sido, según Heidegger, la expansión del individuo, del ego consciente. Desde Francis Bacon y su "saber es poder" hasta la "voluntad de poder" de Nietzsche, los filósofos han imaginado un sujeto que interviene y domina el mundo de los objetos. Con Nietzsche, las posibilidades de la metafísica occidental fueron agotadas. Su doctrina de la "voluntad de poder" ponía de manifiesto la esencia de la filosofía occidental de una vez por todas. La tecnología moderna era la realización del antiguo ansia de poder, como expresaba el pensamiento de Nietzsche. Heidegger pintó un cuadro del desarrollo de la filosofía occidental poco menos que catastrófico. El proceso de abandono del ser (Seinsvergessenheit) ha ganado. La filosofía de la Antigua Grecia fue uno de los grandes errores que nos llevaron a la tecnología y la adoración del poder modernas. Esta dejadez hacia el Ser implicaba un rechazo a todo lo que no estuviera relacionado con el mismo sujeto. El hombre moderno percibe el mundo como dependiente de su interferencia. El orden real de la dependencia era el opuesto. La interferencia del sujeto dependía del Ser, que era rechazado cuando intentaba dominarlo mediante el control o las manipulaciones. La forma de ver las cosas de Nietzsche con su "Dios ha muerto" era, de hecho, la culminación del olvido del Ser. ésta era la conclusión de la historia de la filosofía occidental. Heidegger llamó a esto "nihilismo", es decir, el aislamiento del sujeto, del ego consciente, del Ser, un estado en el que el sujeto se imagina a sí mismo como el único artífice de la proyección y la verdad. La doctrina de Nietzsche de la "voluntad de poder" era, decía Heidegger, una filosofía acorde al moderno estado industrial. En sus últimos años, Heidegger se ocupó en buscar alternativas al olvido del Ser que estaba ocurriendo en Occidente. Al mismo tiempo, formuló su influyente crítica a la tecnología moderna. La proyección del Ser Heidegger no se consideró como un "filósofo" ni a sus reflexiones las llamó "filosofía". Se describía a sí mismo como "pensador" y su filosofía como el "pensamiento" que ponía de relieve la diferencia entre su propia obra y las de los metafísicos occidentales. El "pensamiento" era la forma de escapar al olvido del ser para recoger la totalidad de todo lo que una vez existió antes de que el hombre cayera en la reflexiva y consciente búsqueda del poder. La metafísica occidental había transformado el ser en un conjunto de cosas que podían manipularse y controlarse. El olvido del ser significaba olvidar las diferencias entre el ser en sí y los seres. Puedes dominar la existencia, pero no puedes nunca manejar el Ser. El sujeto, los objetos y el pensamiento presuponen al mismo Ser. Para Heidegger, el nihilismo es lo mismo que el olvido del Ser, el núcleo destructivo de la filosofía occidental. Heidegger intentó vencer este nihilismo encontrando un camino de vuelta a través de la memoria desde la dominación a la devoción, del tener al ser. Enlaces Filósofos relacionados: Kant - Conocimiento humano: para sus categorías de experiencia. Nietzsche - Importancia del arte: para su influencia existencialista. Kierkegaard - Kierkegaard y Hegel: para Kierkegaard y Hegel. Sartre - Pensamiento de Sartre: para su respuesta a Heidegger. Bibliografía Las obras más importantes de Heiddegger son: Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1995. Del camino al habla, Serbal, Barcelona, 1987. El ser y el tiempo, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1993. ESTUDIOS: Pöggeler, O.: El camino del pensar de Martin Heidegger, Alianza, Madrid, 1993. Destaca, sobre todo, por la exposición de El ser y el tiempo. Rodríguez García, R.: Heidegger y la crisis de la época moderna, Cincel, Madrid, 1988. Esta obra ofrece un buen análisis de la evolución del pensamiento de Heidegger. Steiner, G.: Heidegger, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1991. 110 SARTRE (1905-1980)La vida de Sartre Jean-Paul Sartre nació en París, Francia, y llegó a convertirse en el principal contribuidor a la cultura parisina. Además de publicar varias obras filosóficas populares y bastante amenas, Sartre fue también, un exitoso escritor de novelas y gran comentarista político y crítico literario. Estudió filosofía en la Ecole Normale de París. Fue aquí donde empezó su relación amorosa con Simone de Beauvoir, otra de las grandes existencialistas y escritora feminista. En 1931, Sartre dejó París para enseñar filosofía en Le Havre, lo cual no le agradó demasiado. Después de su vuelta a París en 1937, Sartre publicó su primera novela filosófica, La náusea, basada en sus experiencias en Le Havre. Cuando estalló la II Guerra Mundial, Sartre se unió al ejército francés. En 1940 fue capturado por los alemanes y estuvo prisionero durante un año hasta su regreso a la Francia ocupada. De vuelta en París, Sartre participó activamente en la Resistencia francesa. La guerra cambió a Sartre, lo cual se reflejó en su filosofía, que dejó de ser académica para centrarse completamente en los problemas de la condición humana. Su gran obra El ser y la nada fue publicada en 1943, seguida por El existencialismo es humanismo en 1945. Ambas se hicieron muy populares. Después de la guerra, Sartre fundó, junto con Simone de Beauvoir, la revista política y literaria Les Temps Modernes. Por aquel entonces, Sartre se convirtió en una figura política controvertida, que coqueteó con el marxismo y se opuso frontalmente a la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam. En 1964 se le concedió el premio Nobel de literatura, el cual rechazó. Cuando sus ideas políticas y filosóficas dejaron finalmente de ser tan populares, Sartre siguió siendo considerado con respeto y a su funeral, en 1980, acudieron unas 50.000 personas. Pensamiento de Sartre Jean-Paul Sartre estuvo fuertemente influenciado por el filósofo alemán Martin Heidegger (1889-1976) que, a su vez, estuvo muy influenciado por Kierkegaard. Los tres son considerados como los principales exponentes de la filosofía existencialista. Sartre decía que el "existencialismo es humanismo", con lo cual se refería a que los existencialistas sólo toman como punto de partida el propio ser humano. Quizá deba reseñarse que se trataba de un humanismo con una visión mucho más sombría de la situación del hombre que la que tenía el humanismo del Renacimiento. Sartre podría decirse que pertenecía al existencialismo ateo. Su filosofía puede considerarse como un despiadado análisis de la situación del hombre cuando "Dios ha muerto". La expresión "Dios ha muerto" viene del filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900). El existencialismo La palabra clave de la filosofía de Sartre era, como para Kierkegaard, "existencia". Ahora bien, no debería confundirse existencia con estar vivo. Las plantas y los animales también están vivos, existen, pero no tienen que preocuparse por lo que eso significa. El hombre es el único ser vivo que es consciente de su propia existencia. Sartre decía que las cosas físicas solamente son "en sí mismas" (en soi), pero el ser humano también es "para sí mismo" (pour soi). Ser persona era algo muy diferente a ser cosa. Sartre afirmaba que la existencia del hombre tiene prioridad sobre cualquier significado que pudiera tener. El que yo exista tiene prioridad, por lo tanto, sobre lo que soy. "La existencia precede a la esencia", decía. Por esencia entendemos aquello de lo que algo consta, es decir, la naturaleza de una cosa. Pero, según Sartre, el hombre no tenía una naturaleza innata. Por tanto, el hombre tenía que crearse a sí mismo. Tenía que crear su propia naturaleza o "esencia" porque esto no es algo que venga dado de antemano. A través de toda la historia de la filosofía, los filósofos han intentado dar una respuesta a qué es el hombre o qué es la naturaleza humana. Pero Sartre pensaba que el hombre no tenía dicha "naturaleza" eterna en la que refugiarse. Por eso tampoco servía de nada perseguir el sentido de la vida en general. Estábamos condenados a improvisar. Somos como actores que entraran en el escenario sin tener ningún papel estudiado previamente, ningún apuntador que nos susurrara lo que debíamos hacer. Teníamos que elegir por nuestra cuenta cómo queremos vivir. La mala conciencia Cuando el hombre se da cuenta de que existe y de que va a morir, y de que no tiene nada a lo que agarrarse, entonces aparece la angustia, decía Sartre. Recuérdese que la angustia era también la característica de la descripción de Kierkegaard de un hombre que se encuentra en una situación existencial. Sartre opinaba además que el hombre se sentía un extranjero en un mundo sin sentido. Al describir la "alienación" del hombre, recogía al mismo tiempo los pensamientos centrales de Hegel y Marx. La sensación del hombre de ser un extranjero en el mundo creaba un sentimiento de desesperación, aburrimiento, asco y absurdo. Pero, aunque la vida no tenía sentido, Sartre pensaba que el hombre seguía siendo libre y que la gente debía enfrentarse a esto. "El hombre está condenado a ser libre", decía. "Condenado porque no se ha creado a sí mismo y, sin embargo, es libre. Porque una vez ha sido arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace". 111 Y, puesto que somos completamente responsables de todos nuestros actos, son muy importantes nuestras elecciones. Otro de los grandes pensadores existencialistas y amigo de Sartre, Maurice Merleau-Ponty, decía que la razón venía después de la decisión. El mismo Sartre insistía en que no podíamos esperar racionalizar todas las elecciones que tenemos que hacer. La vida era una constante elección y no siempre teníamos buenas razones para hacerlas. Sartre consideraba esta libertad para elegir una gran carga que llevar, pero que era algo que teníamos que comprender y aceptar. Algunas personas consideran esto una tarea difícil. La gente que se asustaba de esta carga de la libertad a veces caía en una especie de decepción intelectual que Sartre llamó "la mala conciencia". Intentaban engañarse a sí mismos diciéndose que realmente no tenían la libertad de elección. Cuando las personas dicen cosas del tipo de "Yo sólo hago mi trabajo", son responsables de la mala conciencia, puesto que usan su trabajo como motivo para no realizar sus propias elecciones. Cuando alguien niega este tipo de elección actúa como si sólo existiera "en soi", en vez de "pour soi". Las personas que, de esta forma, van entrando en la masa anónima, se convierten en miembros impersonales de dicha masa. Se refugian en la mentira de la vida, porque la libertad humana nos exige poner algo de nosotros mismos, existir "auténticamente". Simone de Beauvoir Simone de Beauvoir utilizó el existencialismo de Sartre como la base para su libro El segundo sexo, el cual trataba de las relaciones entre los hombres y las mujeres. En dicho libro, describe la forma en la que tradicionalmente los hombres habían tomado el papel que les permitía hacer las elecciones y las mujeres no. El hombre asumía la existencia pour-soi mientras que la mujer sólo existía en-soi. Ellos eran los sujetos y las mujeres los objetos del hombre, sin pensar ni hacer elecciones por sí mismas. De Beauvoir negó la existencia de ninguna "naturaleza femenina" o "naturaleza masculina". Quería que las mujeres se dieran cuenta de que son libres de elegir en lugar de someterse a papeles de subordinación como esposas, madres u objetos sexuales. Aunque pretendía que las mujeres fueran las responsables de su libertad y tomaran el control de sus vidas, Simone de Beauvoir no fue considerada en un principio como una feminista. En parte esto se debía a que pensaba que las mujeres tenían una gran parte de culpa en su opresión. Dentro de lo que Sartre llamó "mala conciencia", las mujeres tendían a elegir la seguridad, aunque implicara pasividad, en vez de enfrentarse a su libertad. Posteriormente, de Beauvoir cambió su punto de vista, achacando a las diferentes circunstancias materiales en las que una nacía la conciencia de la propia libertad. Lo mejor que debía hacer una mujer era intentar cambiar la situación tomando sus propias decisiones y llevándolas hasta los límites de lo posible. Enlaces Filósofos relacionados: Kierkegaard - La vida de Kierkegaard: para su existencialismo. Nietzsche - Ataque al cristianismo: para su proclama de la muerte de Dios. Heidegger - La vida de Heidegger: para su desarrollo del existencialismo. Bibliografía Las obras más importantes de Sartre son: El existencialismo es un humanismo, Edhasa, Barcelona, 1992. El ser y la nada. Ensayo de ontología fenomenológica, Alianza, Madrid, 1989. La imaginación, Edhasa, Barcelona, 1980. ESTUDIOS: Bobbio, N.: El existencialismo. Ensayo de interpretación, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1983. Esta obra acentúa, sobre todo, los aspectos políticos del existencialismo. Fontán Jubero, P.: Los existencialismos: claves para su comprensión, Cincel, Madrid, 1991. Wacquez, M.: Sartre, Barcanova, Barcelona, 1981. 112 FILOSOFíA DE LA MENTE La mente, el enigma "Pienso, luego existo". Descartes utilizaba este pequeño argumento para establecer un absoluto y certero punto de partida, su propia existencia. Pero ¿qué era él? Se podía imaginar a sí mismo sin cuerpo pero no podía imaginarse sin pensamiento, por lo que concluyó que su más profunda esencia era el pensamiento, la conciencia. Probablemente, la mayoría de los filósofos ha estado de acuerdo con Descartes en que el pensamiento es lo que nos hace especiales. Somos lúcidamente conscientes de nosotros mismos gracias a la vida mental. Pensamos, sentimos dolor, placer, tenemos esperanza, amamos, etc. Esto desemboca en uno de los problemas filosóficos más difíciles. Por otro lado, no hay nada que nos sea más familiar que nuestra propia vida mental consciente. Y, sin embargo, no tenemos un conocimiento demasiado amplio de ella. No tenemos ninguna teoría que explique qué es nuestra vida mental consciente y cómo funciona. ¡No tenemos, ni siquiera, una buena definición de la conciencia! Ya Descartes apuntaba a que la conciencia tenía algo que ver con el cerebro. Pero la forma en la que el cerebro produce algo tan maravilloso y misterioso como la conciencia es algo que no sabemos. ¿Un ordenador piensa? Para comprender las cosas difíciles, frecuentemente recurrimos a metáforas o modelos. La operación del cerebro que desemboca en la conciencia ha sido imaginada como una fábrica (Leibniz), como algo hidráulico (Descartes) o como el panel de una centralita telefónica. En los últimos años, el desarrollo de la ciencia de la computación nos ha dado un modelo predominante. ¿Es posible que nuestros cerebros funcionen como los ordenadores? Quizá el cerebro sea realmente un ordenador. Supongamos que pudiéramos construir un ordenador que pensara. Esto nos proporcionaría un modelo para la comprensión de nuestro propio proceso de pensamiento. Pero esto valdría si los ordenadores pudieran pensar. Los ordenadores hacen cosas espectaculares, pero ¿realmente piensan? Seguro que hay montones de programas que te permiten interrogar a un ordenador tecleando las preguntas en el teclado para que, acto seguido, el ordenador nos responda. Puede incluso ser una pregunta que a ti te costaría bastante responder y que, sin embargo, el ordenador responde rápidamente y sin esfuerzo. ¿Es eso pensar? Lo que hace el ordenador puede ser bastante impresionante, pero no parece que eso sea pensar. El ordenador ha sido programado para recoger unas cadenas de símbolos (la pregunta que has introducido) y procesarlas de un modo meramente mecánico para producir otra cadena de símbolos diferentes (la respuesta). Esto es lo máximo que hace, hoy por hoy, un ordenador. Pero ¿qué tendría que hacer un superordenador para convencernos de que está realmente pensando? El test de Turing Alan Turing, uno de los pioneros de la computación, propuso una famosa prueba, que lleva su nombre, para decidir si un ordenador piensa o no. Imagina que te encuentras con dos teclados unidos a dos pantallas. Puedes teclear preguntas a ambas máquinas y obtener respuestas, pero sólo una es una máquina, pues la otra es un humano que está escondido. Tienes que determinar quién es quién introduciendo las preguntas que consideres oportunas y estudiando las respuestas recibidas. Ningún ordenador actual sería capaz de durar mucho tiempo con esta prueba de hacerte creer que es un humano. (¿Te podría engañar el programa que estás utilizando en este momento?). Pero supón que un día se construye un ordenador que tiende a engañarte a ti y al resto de las personas. Si fuera tan bueno como un ser humano en esta prueba, y no habría razón para no opinar que es una máquina pensante, según Turing. Algunos filósofos niegan que un ordenador pueda jamás pensar, aunque responda a las preguntas de forma tal que supere el test de Turing. Argumentan que el pensamiento real requiere el entendimiento de las frases producidas. Y esto no se demuestra simplemente dando la respuesta correcta a las preguntas formuladas. Imagina un niño que pudiera decir muchas cosas ciertas sobre los plátanos (son amarillos, son una fruta), pero que no reconociera un plátano. El niño no comprendería lo que significa "plátano". Nuestra comprensión de "plátano" está unida a nuestra habilidad de escoger un plátano del mostrador de la frutería. Cuando ese niño dice "los plátanos son amarillos", no tiene la idea que tenemos nosotros cuando lo decimos. Nuestra comprensión de las palabras está conectada a nuestras habilidades para aplicarlas y no sólo para usarlas en frases. Con este argumento, un ordenador que pase el test de Turing puede todavía no estar plenamente dotado de pensamiento, pues no comprende las palabras que produce. ¿Robots conscientes? Si esto es correcto, si el conocimiento real requiere la comprensión y si esto significa la habilidad de aplicar palabras en nuestra interacción con el mundo exterior, un ordenador que pensara debería ser una especie de robot (como reconocía el mismo Turing). Necesitaríamos equipar al robot con órganos sensoriales artificiales (como una cámara de televisión, por ejemplo) y con, digamos, un brazo mecánico para señalar. Si dicho robot pudiera utilizar el lenguaje como nosotros y hacer lo que hacemos con él, podrá hacer todo lo que se espera que haga algo que piensa. Supongamos que hemos conseguido construir nuestro robot, D2-dmtal, y que pasa perfectamente el test de Turing. D2-dmtal es una máquina pensante. Pero ¿es realmente pensante? Para ver por qué algunos filósofos dudan esto, necesitamos aclarar una característica muy importante de nuestra vida consciente. Frecuentemente 113 procesamos información sin ser completamente conscientes de que lo estamos haciendo. Supongamos que te encuentras en un coche manteniendo una interesante conversación con un amigo. Paras ante la luz roja de un semáforo y arrancas cuando se pone en verde. Verdaderamente, te diste cuenta. Paraste. Pero no estuviste actuando conscientemente todo el tiempo. Tu cerebro procesó la información y actuó sin molestarse en trasladar la orden al nivel consciente. Quizá esto es lo que le pasaría a D2-dmtal. Sería un sofisticado sistema de procesamiento de información sin una conciencia completa. La conciencia ¿Qué es la conciencia? Esta pregunta no tiene una buena respuesta y, desde luego, implica lo que se conoce como el "flujo de la conciencia". Algunos filósofos y científicos creen que el flujo de la conciencia es un tipo de proceso regulador interno relacionado con el lenguaje. Por un lado, hay una especie de conciencia sobre la luz roja mientras hablamos con nuestro amigo. Nuestro cerebro examina el entorno y detecta la luz roja, pero no se preocupa de llevar el tema a la conciencia plena. Por otro lado, hay otro tipo de conciencia más perfeccionada que adquirimos cuando, por ejemplo, estuvimos aprendiendo a conducir: nos decimos o pensamos "el semáforo se ha puesto en rojo". Esto sugiere que el cerebro tiene un dispositivo que examina los dispositivos que se encargan de examinar el entorno. El dispositivo de exploración del nivel más alto informa de lo que detectan los niveles más bajos (que el semáforo está en rojo). El resultado lleva a un monólogo interno: "El semáforo está en rojo". No hay ninguna razón en principio por la que un robot listo no pudiera equiparse con una máquina similar que nos diera la respuesta cuando se la pidiéramos: "Estoy viendo una luz roja". Si D2-dmtal tiene que pasar la prueba de pensamiento consciente, necesitará ser capaz de informar de lo que se debería hacer igual que haríamos nosotros (o pensaríamos). Muchos filósofos no están muy convencidos de que incluso esto sea el fin de la cuestión del pensamiento completo y consciente de un robot. Algunos objetan que incluso si un ordenador tuviera su propio monólogo interior, no sería completamente consciente. D2-dmtal podría detectar la luz roja. Podría incluso decirnos que la ha detectado. Pero no tendría ese sentimiento subjetivo interno que tenemos nosotros cuando vemos una luz roja. ¡D2-dmtal no tiene conciencia de la experiencia! ¿Cómo podríamos dirimir la cuestión de si un ordenador robótico podría tener la experiencia de "ver rojo"? Pero este mismo problema se aplica tanto a las personas como a los ordenadores. ¿Cómo puede otra persona saber que tú tienes una experiencia interna cuando miras las cosas rojas? Quizá tú puedas seleccionar las cosas rojas correctamente sin haber tenido la experiencia interna que ha tenido otra persona. O quizá una persona tenga las mismas experiencias internas cuando ve cosas verdes que tú cuando ves cosas rojas. Quizá seas un completo zombi sin ningún tipo de vida mental. Actúas y hablas como todo el mundo y, sin embargo, nada pasa en tu mente. Los filósofos que se toman en serio este punto de vista escéptico sobre las otras mentes y vidas mentales tendrán que admitir que realmente no saben si D2-dmtal tiene una vida mental. ¿Somos ordenadores? Si no eres de este tipo de escépticos, si piensas que el resto de las personas tienen obviamente las mismas experiencias que tú cuando ves el rojo, cuando sientes dolor, amor, es probable que sea porque implícitamente estás siguiendo a la corriente que seguía Wittgenstein, por ejemplo, que argumentaba que el comportamiento (lingüístico y no lingüístico) proporciona el criterio para tener una vida mental. Para comprobar si piensas así, considera esta fantasía. Tienes una intensa y satisfactoria relación íntima con una persona. Dicha persona muere en circunstancias trágicas. Cuando se le realiza la autopsia, se descubre que no tiene cerebro. Verdaderamente, sería un impresionante descubrimiento, pero ¿sería un descubrimiento que dicha persona no hubiera tenido una vida consciente? ¿Llegarías a pensar que habías perdido el tiempo con alguien que no sentía nada por ti? Esto podría ser un misterio para la ciencia médica, pero ¿te llevaría esto a pensar que habías tratado con un zombi? Si no, ¿sería diferente si en su cabeza se encontrara un pequeño superordenador? Y en este argumento, si D2-dmtal hiciera el tipo de cosas que nos llevan a pensar que una persona tiene experiencias, no habría razón para no decir que D2-dmtal tiene experiencias. Puede que todavía estés desconcertado. Puede que te preguntes cómo un pedazo de silicio podría tener experiencias. Es desconcertante. ¡Pero igual lo es el pensar cómo unas células nerviosas pueden tener experiencias! Supongamos que pudiéramos construir un robot que simulara nuestra vida consciente. Aunque comprendamos bien cómo funciona, esto sólo nos ayudará a comprendernos a nosotros mismos si nuestra vida consciente se produce de una forma similar. No tendrá ningún valor si nuestra vida consciente se produce de una forma completamente diferente. Sin embargo, si se descubre que somos ordenadores, se habrá hecho un progreso. Si fuéramos ordenadores, podríamos comprender cómo funcionamos. Para esta investigación, necesitamos aclarar lo que es un ordenador. Tienes experiencias de un ordenador, pero ¿cómo podrías definir lo que es un ordenador? Los científicos piensan que un ordenador es un sistema que manipula símbolos mediante operaciones muy simples. Una definición técnica nos daría una lista de operaciones y definiría un ordenador como un sistema con ésas u otras operaciones. Como tal, un ordenador puede estar hecho de cualquier cosa. Lo importante de un ordenador es que tiene una lista finita de procedimientos que ejecuta cuando manipula los datos de entrada para conseguir unos datos de salida. En última instancia, el ordenador reduce sus entradas a 114 un lenguaje de máquina, de cadenas binarias (de ceros y unos) las cuales manipula para conseguir una información modificada que, por ejemplo, va a ser mostrada en pantalla o va a convertirse en un movimiento de nuestro robot. Algunas personas dudan que seamos ordenadores, pues no creen que se pueda encontrar nada remotamente parecido al lenguaje de máquina en nuestros cerebros. Si eso es así, entonces no somos ordenadores, aunque sí funcionamos de alguna forma como ordenadores. El libre albedrío A veces también se argumenta que no podemos ser ordenadores porque éstos no tienen una voluntad libre, pues están y son programados. ¡Hacen lo que les dicta su programa! éste no es un buen argumento. Puede hallarse que el determinismo es verdadero. Todo lo que ocurre, incluyendo nuestras acciones, puede ser la consecuencia causal del estado del universo: "Lo que el amanecer de la Creación escribió, el Día del Juicio Final leerá". Algunos filósofos piensan que, si esto es así, no tenemos entonces libre albedrío. En cuyo caso, no tenemos argumentos para pensar que no somos ordenadores. Otros filósofos opinan que el libre albedrío no tiene nada que ver con el determinismo. Ser libre es no estar coaccionado, no tener "causa". Esto es, las acciones libres son las causadas por los deseos, por deseos que estamos felices de tener. En este caso, estar programado no es incompatible con ser libre. El futuro Los científicos cognitivistas no piensan que el cerebro sea un simple ordenador ejecutando un programa por la simple razón de que no podría realizar las tareas que hace en el tiempo que tarda. Las neuronas, que serían los sencillos interruptores E/S de los ordenadores, son demasiado lentas. Consecuentemente, los que tienen esta idea exploran la posibilidad de que el cerebro sea una gran cantidad de ordenadores funcionando en paralelo. La investigación está yendo por dos caminos. Intentan imaginar un sistema de ordenadores en paralelo con la esperanza de pasar el test de Turing y, al mismo tiempo, estudian la arquitectura del cerebro para ver si funciona realmente de esta forma. Un influyente filósofo, Daniel Dennett, advierte que nuestra conciencia ocurre "en serie" (los pensamientos y los sentimientos vienen uno tras otro) y especula que la conciencia es una máquina en serie virtual que se aleja mucho de un simple montaje de ordenadores en paralelo. Se necesita todavía mucho más trabajo en inteligencia artificial, computación y filosofía si queremos responder a este tipo de preguntas. Cualquiera que sea el resultado de este cometido, nos enfrentamos a unas apasionantes perspectivas. Si el cerebro fuera un sistema de ordenadores en paralelo, tendríamos un mejor conocimiento de nuestra vida mental. Si, por el contrario, el cerebro no pudiera compararse con ningún tipo de ordenador, podríamos regocijarnos en la conclusión de que no somos una especie de máquina. En cualquier caso, hay algo muy especial en nuestras vidas. Enlaces Filósofos relacionados: Descartes - Cogito, ergo sum: para la conciencia. Wittgenstein - La conducta: para los criterios de comportamiento de la vida mental. Historia: Siglo XX - Descubrimientos: para los ordenadores. Bibliografía Las obras más importantes de Filosofía de la Mente: Dennett, D. C.: La conciencia explicada: una teoría interdisciplinar, Paidós, Barcelona, 1995. Holstadter, D. R.: Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle, Tusquets, Barcelona, 1989. Penrose, R.: La nueva mente del emperador, Grijalbo Mondadori, Madrid, 1996. Ryle, G.: El concepto de lo mental, Paidós, Buenos Aires, 1967. Searle, J. R.: Mentes, cerebros y ciencia, Cátedra, Madrid, 1994. 115 FILOSOFíA DEL LENGUAJE Anti-metafisica Algunos filósofos, como, por ejemplo, Platón, Leibniz y Hegel, eran "metafísicos". Crearon unos sistemas abstractos aclaratorios que intentaban responder a las preguntas filosóficas fundamentales. Los metafísicos no dudaban en postular la existencia de las cosas que no podíamos experimentar. Platón tenía sus "moldes" o "ideas", que eran modelos ideales que existían más allá del espacio y el tiempo. En este mundo, el reino platónico, existía, por ejemplo, el coraje. Los casos de coraje que podíamos experimentar eran copias, más o menos aproximadas, de este modelo ideal de coraje. Leibniz tenía sus mónadas, que eran los bloques últimos, simples e indivisibles, que constituían el Universo. Dichos filósofos obtienen el conocimiento sustancial por puro razonamiento. Otros filósofos (como, por ejemplo, Hume, Locke, o el segundo Wittgenstein) eran de temperamento antimetafisico. Pensaban que el conocimiento sólo se podía obtener a través de la experiencia. No creían en la creación de sistemas filosóficos, remitiéndose a la ciencia para obtener las respuestas. Opinaban que el papel de los filósofos debía limitarse a estudiar la manera en la que el resto de las disciplinas obtenían los conocimientos y el lenguaje. La historia de filosofía es un constante flujo entre metafísicos y anti-metafisicos. Al principio, el sistema metafísico parecía dar emocionantes explicaciones de la condición humana. Después, se llegó a considerar como una construcción caprichosa y oscura. Esto generó una reacción en favor de los empiristas, que veían en la ciencia el mejor enfoque para la búsqueda de las grandes respuestas. Con el predominio de Hegel, el siglo XIX fue un siglo metafísico. El siglo XX es un siglo anti-metafisico. El círculo de Viena La historia de este siglo comienza con el gran éxito de la ciencia, especialmente de la teoría de la relatividad especial de Einstein. Los filósofos tendían a seguir el pensamiento de Kant en que no podíamos descubrir la naturaleza del espacio o del tiempo por pura reflexión filosófica. Pensaban que Kant había demostrado que el espacio tenía que ser euclidiano. Un espacio es euclidiano cuando obedece los axiomas de la geometría euclidiana. Según ésta, por ejemplo, por un punto sólo puede trazarse una paralela a una recta dada. Einstein, sin embargo, produjo nuevas teorías con un maravilloso poder predictivo que demostraba que el espacio no era completamente euclidiano. Esto inspiró a un grupo de filósofos de los años 20 a revivir el empirismo metafísico de Hume. Einstein dijo incluso que la lectura de Hume le había ayudado a formular su teoría general de la relatividad. Encabezados por Moritz Schlick, este grupo, llamado el círculo de Viena o los positivistas lógicos, pensaba que la metafísica era un absurdo. Ellos promovieron el verificacionismo del significado, según el cual, una frase tiene sentido sólo si nuestras experiencias nos dan la evidencia a favor o en contra de que la frase es cierta. El método científico es lo que utilizamos para determinar si nuestras experiencias apoyan o no la declaración de una frase. Por lo tanto, para los positivistas, las frases significativas eran sólo aquellas cuya certeza podía ser investigada por la ciencia. La única excepción que permitían eran las frases que proporcionaban las definiciones de las palabras. El positivismo lógico era una poderosa y emocionante doctrina. Trataba de decir que el discurso de la ética y de la religión no tenían significado. La ética se encargaba de lo que ocurriría. El método científico sólo puede determinar lo que ocurre. Las frases sobre lo que debería o no ocurrir no tendrían, pues, significado. Los positivistas no esperaban que las personas dejaran de utilizar el lenguaje de la ética. Esperaban que reconociéramos que el uso del lenguaje de la ética sólo era una forma de expresar emociones. Si alguien opina que el aborto está mal, no hay nada que discutir. La persona que dice esto está, simplemente, expresando su postura contra el aborto. También trataron de decir que la filosofía no tenía un papel significante. Todas las cuestiones reales debían ser respondidas por la ciencia. La única cosa que podían hacer los filósofos era estudiar el lenguaje. El círculo de Viena se disolvió cuando sus miembros fueron perseguidos por los nazis justo antes de la II Guerra Mundial. No obstante, el movimiento ya estaba intelectualmente colapsado. Otros filósofos opinaban que era demasiado decir que el discurso religioso y el ético no tenían significado y pidieron a los positivistas lógicos que aplicaran su propia doctrina a sus propios principios. No había forma de comprobar la frase: "Las frases tienen significado sólo si se pueden verificar con la experiencia" (¿cómo comprobar entonces si esta misma frase tiene significado?). El lenguaje ordinario El legado de los positivistas lógicos fue una hostilidad hacia la metafísica y un gran interés por el lenguaje, que desembocó en el desarrollo de la "filosofía del lenguaje ordinario". En su forma más extrema, era el punto de vista en el cual sólo surgen las cuestiones filosóficas cuando se abusa del lenguaje. Por ejemplo, un escéptico (siguiendo a Descartes) me pide que considere si toda mi vida es un sueño. El filósofo del lenguaje ordinario puede argumentar que, cuando utilizamos la palabra "sueño", elegimos un estado de la mente diferente a la percepción veraz ordinaria. No podía ser que todo fuera un sueño. No tendría sentido preguntar si podría existir un país en el que todas las monedas en circulación fueran falsas. Por definición, una moneda falsa es la que está hecha para que se parezca a una verdadera. Similarmente, tiene que haber percepciones veraces para que existan los sueños, por lo que no tendría sentido la preocupación de Descartes de que todo podía ser un sueño. 116 Aun cuando algunas preguntas filosóficas se disuelven de esta manera, sería bastante sorprendente que toda la historia de preguntas y respuestas filosóficas se redujera a los fallos de los filósofos en la elección de palabras para hacer tales preguntas. No es extraño que la filosofía del lenguaje ordinario se disolviera. Dejó dos legados. El primero de ellos fue el enfoque analítico en la filosofía, mediante el que un filósofo debía considerar primero el significado de los términos implicados al tratar de un tema filosófico. El filósofo analítico que quisiera interesarse por el conocimiento tendría, primero, que considerar cómo utilizamos la palabra "conocer". Sin embargo, la mayoría de estos filósofos estarían de acuerdo en que haría falta mucho más para responder, por ejemplo, a un escéptico. Demostrar que tenemos conocimientos requerirá los más elegantes argumentos filosóficos. Y para llegar a una conclusión satisfactoria de lo que es el conocimiento se requerirá la participación de los psicólogos. El lenguaje y las reglas El otro legado de la filosofía del lenguaje ordinario es el interés por el lenguaje en sí. Muchos de los filósofos de hoy en día lo estudian no como un medio de resolver los problemas filosóficos, sino como un tema por sí solo. Surgieron fascinantes, aunque difíciles, cuestiones. ¿Cuáles de las siguientes secuencias de palabras son frases en castellano? Ordenador amarillo cielo corriendo es. Alicia tiene once jirafas y un elefante. Inmediatamente se obtiene la respuesta. ¿Cómo es esto posible? No creo que nadie se haya encontrado nunca ninguna de estas secuencias de palabras. Pero nadie dudaría cuál de estas dos secuencias es la que tendría sentido. Hay un enorme número de frases en castellano. Es más, si no ponemos ningún límite a la longitud de las frases, hay infinitas. Supongamos que existieran unas cuantas reglas recursivas que determinaran si una secuencia de palabras es o no una oración en castellano. Recursivas quiere decir que las reglas dan una respuesta definida dentro de un tiempo finito. Si hubiera tales reglas de las que se pudieran tener un conocimiento implícito, esto explicaría nuestra capacidad. Estas reglas serían una gramática para el castellano. Parece obvio entonces que dichas reglas deben existir y que las llevamos dentro. ¡Esto es lo que todavía tiene atareados a todos los lingüistas! Por supuesto, ha habido bastantes éxitos.Si no no podrías utilizar el lenguaje de programación natural con el que Sofía y Alberto se responden. El ordenador comprueba si las secuencias de palabras que introduces son una frase o sólo basura. Teorías del significado Una vez que se resuelve el problema de proporcionar una gramática al castellano, nos enfrentamos a un problema aún más espinoso. Pensemos por ahora sobre el conjunto infinito de secuencias de palabras que nos podemos encontrar en castellano. Probablemente, no conocerás el significado de todas, pero sí que sabes el significado de un inmensísimo número de ellas. Y, lo que es más importante, sabrás el significado de muchas frases que nunca has visto antes. ¿Cómo es esto posible? Si cada palabra tiene un significado y si hubiera un número finito de reglas recursivas que determinan el significado de cada oración basándose en el significado de las palabras que contiene y de su estructura gramatical, se podría explicar tu capacidad sobre la suposición de que tienes un conocimiento implícito de estas reglas. Esto es un fuerte argumento a favor de la existencia de dichas reglas, y los filósofos intentan plasmarlas en lo que llaman la teoría del significado del lenguaje. La perspectiva de tener una teoría del significado para el castellano es emocionante. Porque, para que los ordenadores comprendan un lenguaje, tienen que programarse con ciertas reglas que determinen el significado de las frases. Y tal teoría proporcionaría las reglas necesarias. También serían necesarias si tuviéramos un ordenador que tradujera de un idioma a otro. ¡Hasta que no descubramos dichas reglas, ningún ordenador pasará el test de Turing! Desafortunadamente para los ordenadores, para comprender una lengua hace falta algo más que simplemente conocer el significado de las oraciones en dicha lengua. Cuando se utiliza una misma frase no siempre significa lo mismo. Supongamos que digo "Vayamos ahora al banco". Lo que quiero decir depende de si estamos planeando sentarnos a charlar en un parque o cometer un atraco. Lo que queremos decir con una frase depende mucho del contexto en el que se dice. Esto va a hacer muy difícil que un ordenador comprenda una conversación real. En un caso extremo, un ordenador podría tener almacenada una inmensa cantidad de información que todos tenemos y usamos en la comprensión de lo que oímos. A esto se le conoce como el problema del "contexto". Algunos filósofos creen que los ordenadores no podrán nunca captar completamente este contexto. Anti-realismo El interés por el lenguaje aumentó con el movimiento anti-metafisico de los positivistas lógicos. Pero la metafísica volvió a entrar en el juego. Algunos filósofos mantenían que ninguna teoría del significado sería aceptable si tilda de válida una frase de la que sería absolutamente imposible para nosotros decidir si es cierta o no. Argumentaban, como Wittgenstein, que comprender una frase es saber cómo se usa. Para las indicativas que implicaran el conocimiento de cómo reconocer esto era, de hecho, correcto afirmar que la sentencia era cierta. Otros filósofos rechazaban esta limitación a la teoría del significado y argüían que podíamos reconocer lo que 117 significa una frase sobre cuya verdad o falsedad nadie (ni siquiera Dios) podía decidir. Estos filósofos fueron llamados "realistas"; los otros eran los "anti-realistas". En matemáticas podemos encontrar una bonita ilustración de esta controversia. El lógico Godel mostró que había proposiciones matemáticas que eran indecisas. Esto es, que no se podían probar o refutar. No importa cuánto trabajemos, no importa lo listos que seamos y no importa cuán potentes sean los ordenadores que utilicemos; existirán cuestiones matemáticas que no podremos dirimir. Quizá un ejemplo de éstas se la Conjetura de Goldbach: cualquier número par mayor que 2 es la suma de dos números primos. Nadie ha podido refutar esta conjetura, pero tampoco nadie ha sido capaz de demostrarla. Los realistas pensaban que esto ilustraba los límites de nuestra habilidad para hacer matemáticas. La proposición es perfectamente significativa. Es cierta o falsa, pero nunca se sabrá si lo uno o lo otro. Al anti-realista le molesta esto por las consecuencias metafísicas que implica. Hay algunos hechos determinados en el dominio de los números que no podremos nunca averiguar. El anti-realista rechaza la idea de que ni siquiera Dios pueda acceder a algunos hechos. Intenta buscar una teoría del significado en la que tales proposiciones no aparezcan como tan completamente determinadas en su significado. Éste es un debate clásico sobre la ontología (el estudio de lo que existe). ¿Existen eventos que van más allá de nuestro poder para accederlos? Es un debate que se desborda en una controversia sobre la lógica. La lógica tradicional, desde Aristóteles hasta este siglo, está basada en la ley de la exclusión del centro: para una proposición p, o p es verdadera o p es falsa. El realista acepta esto. La Conjetura de Goldbach es verdadera o falsa. El anti-realista rechaza esta ley de la lógica. No quiere afirmar que la conjetura es verdadera o falsa. Si es uno de los "indecisos" de Godel, pensará que no es ni cierto ni falso. El papel de la filosofía Esta controversia ilustra dos apasionantes características de la filosofía. La primera: aun cuando los filósofos intentan ser anti-metafisicos y bajar a la tierra, la metafísica vuelve a la carga. No podemos establecer esta controversia sobre las proposiciones indecisas en matemáticas recurriendo a los matemáticos. Porque es una controversia que comienza cuando los matemáticos ya no pueden hacer más. En segundo lugar, ilustra cómo incluso las cosas más básicas, y aparentemente más obvias, como la ley de la exclusión del centro, vuelven con el tiempo a ser objeto de debate en la filosofía. Precisamente la definición de filosofía es uno de los debates más interesantes. Pero hay algo que se repite en todas las actividades filosóficas: examinar lo no examinado. Enlaces Filósofos relacionados: Hume - Hume el empirista: para su ordenación de la metafísica. Wittgenstein - Su primera filosofía: para su estudio del significado. Filosofía de la mente - El test de Turing: para la explicación de dicho test. Bibliografía Las obras más importantes de la Filosofía del Lenguaje: Ayer, A. J.: Lenguaje, verdad y lógica, Universidad de Valencia, Valencia, 1991. Quine, W. O.: Palabras y objetos, Labor, Barcelona, 1968. Searle, J. R.: Actos de habla: ensayo de filosofía del lenguaje, Cátedra, Madrid, 1994. ESTUDIOS: García Carpintero, M.: Las palabras, las ideas y las cosas. Una presentación de la filosofía del lenguaje, Ariel, Barcelona, 1996. Magee, B.: Los hombres detrás de las ideas. Algunos creadores de la filosofía contemporánea, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1982, cap.IX. Urmson, J. O.: El análisis filosófico, Ariel, Barcelona, 1979. FOLD -e 0999 x1 7/Ïx? ÿ9,E7/ ÀNÀN ¥ SGML Ë 999SG01__SGML -e 0999¥ 999BG01_ Placeholder perspectives Blimey! 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Hellenism And Rome - Social : - for the role in society. Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes. Art The Basilica of St. Peter in Rome is a prime example of harmonious Renaissance architecture. See Also links Ancient Greece - Society : - for the role of women in society. Hellenism And Rome - Social : - for the role in society. Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes. Great Women Externally England was in constant danger of invasion from Catholic Spain, and not until the defeat of the Spanish Armada in 1588 could Elizabeth feel secure. She never married, but wedded herself to her country, which came before all else, and in so doing became a living symbol of the nation. See Also links Ancient Greece - Society : - for the role of women in society. Hellenism And Rome - Social : - for the role in society. Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes. Ancient Greece Philosophers Fido The Dog A surprise recent archaelogical find, Fido The Dog had profound thoughts on the place of slavery and slave cooking in the cultural constituency of Ancient Greece. Caused an outcry given he was actually a dog. Fred The Fireman A genius of his time, now looked upon as a charlatan and master of blag. Managed to convince people that low spending upon public services would provide better services, and that they thank him so much they would vote him back in again. Clearly mad. See Also links Ancient Greece - Society : - for the role of women in society. Hellenism And Rome - Social : - for the role in society. Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes. 119