Download Tema 10. El Neoclasicismo y el Romanticismo
Transcript
EL NEOCLASICISMO Y EL ROMANTICISMO. 1. Marco espacial y temporal. Desde finales del siglo XVII hasta 1815 se desarrolla un periodo histórico coincidente con el Rococó, el Neoclasicismo y el primer Romanticismo en cuanto a las propuestas artísticas. Pero también es el XVIII, como siglo central de la etapa, el momento de la irrupción de la transformación industrial en Inglaterra, del triunfo de la visión científica de la Naturaleza o etapa de “las luces” y de la Ilustración y de la aparición de las propuestas políticas que culminarán en las revoluciones burguesas finiseculares (independencia de USA y Revolución Francesa). El primer mapa que presentamos es el derivado de la guerra europea que culminó con la instalación de la dinastía borbónica en España y el comienzo del dominio estratégico inglés tras el tratado de Utrecht-Rastatt (1713-14). El mapa se alterará profundamente como resultado de la llegada de Napoleón y la formación de su Imperio. En 1812, antes de su definitiva caída, Europa se configuraba como muestra el segundo de los mapas. 2. Arte y pensamiento hasta la Revolución Francesa. El estilo Rococó surgió en Francia a finales del reinado de Luis XIV y desde allí se extendió a Centroeuropa, afirmándose definitivamente entre 1730 y 1745. El término deriva de la palabra francesa rocaille que alude a una exuberante y pequeña decoración formada por pequeñas algas, caracoles, piedras y conchas que recubría las superficies interiores de los edificios; arquitectos como el francés Gabriel, o los alemanes Cuvilliés y Neumann fueron representantes de este estilo que busca el refinamiento y el placer 1 estético para satisfacer a las clases acomodadas. En pintura, se practica el tema galante, frívolo, intrascendente, en los que a veces se puede encontrar de forma soterrada una crítica maliciosa, al tiempo que no faltan luminosos paisajes, temas mitológicos o espléndidos retratos. Destacaron autores como Boucher, Fragonard, Watteau, Canaletto, Hogarth, Gainsborough y Reynolds. Pero ante esta derivación de la locura efectista y desmedida del Barroco, el movimiento pendular que es la Historia del Arte abocó a una nueva búsqueda de la “sensatez”, que entre finales del XVIII y principios del XIX dará lugar al Neoclasicismo. Este cambio vino estimulado por el desarrollo del pensamiento ilustrado, caracterizado por el predominio de la razón, el afán crítico, la defensa de la autonomía del poder civil, la tolerancia religiosa, el interés por la economía, por el progreso material, por la educación y por las ciencias experimentales y por una concepción de la vida en la que el centro es un ser humano cuyo objetivo es alcanzar la felicidad. Grandes pensadores animaron el movimiento: Locke (1632- 1704) ya planteaba el derecho de los súbditos a rebelarse frente a la tiranía al considerar a los hombres libres e iguales por naturaleza; en Francia, un grupo de filósofos, creó La Enciclopedia (Diderot, D´Álembert) entre 1772 y 1780 defendiendo la tolerancia, la modernización de la economía y el interés por la ciencia y la técnica, surgiendo en ese país el pensamiento político ilustrado: Montesquieu defendió la separación de poderes, Voltaire atacó el fanatismo, la intolerancia y la superstición religiosa, mientras que Rousseau plantea la idea de cesión por parte de los individuos del derecho a gobernar y legislar, es decir, formula la soberanía nacional. El Arte Neoclásico, fue producto del intento de aplicar el racionalismo y el conocimiento científico al estudio de las fuentes clásicas. Con Roma, como capital artística surge una filosofía del arte que se llamó estética, en la que destacaron autores como Winckelmann, Lessing, Mengs y las academias. El Neoclasicismo selecciona los motivos clásicos al mirar al pasado con una nueva visión formal y moral buscando un ideal de pureza como crítica al rococó de la corrupta aristocracia. No es de extrañar que fuese el estilo preferido de la burguesía revolucionaria que, no obstante, acabará en la ostentación del periodo de la Restauración. Mucho influyeron el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano. Urbanismo y arquitectura fueron sometidos al rigor racional bajo las formas clásicas en múltiples edificios y espacios (Puerta de Brandenburgo, Puerta de Alcalá, Paseo del Prado, Iglesia de la Madeleine, etc); en escultura se volvió a la Antigüedad como lo atestiguan las obras de Canova y Thorwaldsen, mientras que la pintura vivió su particular esplendor con las obras de David e Ingres en Francia y la monumental producción en transición entre en Neoclasicismo y el Romanticismo de Goya. 2 3. De la Revolución Francesa a Napoleón. La irrupción del Romanticismo. En 1789, Francia era el paradigma de una potencia en plena crisis del Antiguo Régimen: sociedad estamental, crisis económica con elevación de precios agrarios, déficit de Hacienda al no pagar impuestos los privilegiados y crisis política al perder apoyos el rey Luis XVI entre el pueblo. Tras la bancarrota de 1788, el rey se vio obligado a convocar los Estados Generales (cortes estamentales) y el ministro Necker duplicó el número de representantes del tercer estado con el fin de forzar a los privilegiados. El malestar entre dicho estado llano era tan profundo que decidió reunirse en el Juego de Pelota e impedir su disolución pues el rey y los nobles se oponían a que esta denominada Asamblea Nacional se considerara la única con legitimidad para representar a Francia. Juraron permanecer unidos hasta redactar una Constitución y pasaron a llamarse Asamblea Constituyente. La obra política de esta Asamblea culmina con la promulgación de la Constitución de 1791 en la que se define el régimen político como una monarquía parlamentaria reconociéndose la soberanía nacional, la división de poderes, los derechos fundamentales de los ciudadanos y el sufragio censitario. Suponía el triunfo de la alta burguesía a despecho del pueblo, del rey y de los privilegiados. Las primeras elecciones dieron el poder a los moderados, pero en Europa se formó un ejército de coalición antirrevolucionaria que se presentó ante las puertas de París. El palacio residencial de los reyes, Las Tullerías, fue asaltado por el pueblo, los monarcas se refugiaron en la Asamblea Nacional y allí se acabó con la monarquía, proclamándose la República. Con la República, en sus distintas fases (Convención Girondina entre 1792 y 93, Convención Montañesa y Terror entre 1793 y 94 y Directorio y fin de la Revolución entre 1795 y 99), la Revolución entró en su fase radical y popular: se asaltaron las cárceles de París asesinándose a aristócratas y religiosos y el propio rey acabó en la guillotina (1793). Esta medida provocó la declaración de guerra de las potencias europeas y levantamientos realistas en la región de la Vendée. Ante el temor a la derrota revolucionaria los montañeses de Robespierre se hicieron con el control y, aunque una nueva constitución más democrática vio la luz, el nuevo líder implantó una dictadura. En esta etapa de terror murieron 50000 personas asesinadas y medidas impopulares como la limitación de los salarios acabaron con Robespierre en la guillotina. Un nuevo gobierno moderado redactó una nueva Constitución en la que se volvía al modelo de la del 91 pero con un ejecutivo formado por un Directorio de cinco miembros. Los partidarios de los borbones, ante la debilidad de este poder vieron la ocasión de recuperar el antiguo estado de cosas en la Revuelta de Vendimiario de 1795, frenada por Napoleón Bonaparte. El Directorio receló de la popularidad de éste y lo envió a Italia. Los éxitos militares de Bonaparte se sucedían y la alta burguesía vio en él la figura que podía tranquilizar la situación. El 9 de noviembre de 1799 (18 Brumario) se proclamó cónsul y acabó con el Directorio. El Consulado fue un régimen personalista en el que la Constitución del año VIII otorgaba el poder a Napoleón al no figurar ni declaración de derechos ni separación de poderes. Sin embargo, sus victorias militares en Europa le permitieron convertirse en 3 cónsul vitalicio iniciando reformas que consolidaron el liberalismo (código civil, código de comercio, creación del Banco de Francia y promoción de la educación pública). Dado que Reino Unido había formado la tercera coalición antifrancesa por temor a la hegemonía napoleónica, Bonaparte se coronó emperador en 1804 y tras la victoria de Austerlitz puso fin al Sacro Imperio Romano Germánico. Su gran objetivo será aislar al Reino Unido para posteriormente invadirlo, para lo que firma una alianza con Rusia e inicia el bloqueo continental contra Inglaterra. Como Portugal, aliada de los ingleses, no aceptó el bloqueo, decidió invadir España de camino hacia Portugal. En 1812 Rusia rompió la alianza con Francia mientras que el escenario en la península Ibérica se le complicaba de forma creciente. Fue derrotado en su intento de invadir Rusia y una nueva coalición derrotó a las tropas francesas en Leipzig al tiempo que las tropas angloespañolas expulsaban al ejército francés de España. Napoleón será derrotado definitivamente en Waterloo en 1815 Tras la derrota de Napoleón se inició en Europa una época de reacción antiliberal denominada Restauración con un nuevo mapa europeo derivado del Congreso de Viena (1815) en el que Francia vuelve a sus fronteras anteriores a la Revolución, se fortaleció a dos estados tapón (Países Bajos que incorporó Bélgica y Piamonte que recibió Saboya y Génova) con el fin de frenar cualquier intento de expansión francés, al tiempo que Austria, Prusia y Rusia, bajo formas de monarquía tradicional, ganaban territorios de forma equilibrada. Pero este orden duró poco y el liberalismo, como ideología de una burguesía que con el poder económico ansiaba el poder político, triunfará en las revoluciones de 1820, 1830 y 1848. Precisamente, el movimiento que supondrá la ruptura con la tradición y el orden establecido en nombre de la libertad personal, será el Romanticismo, en el que lo racional dará paso al sentimiento. El movimiento se caracterizará por la subjetividad, la rebeldía, el triunfo de las pasiones y la búsqueda de la evasión volcando la mirada en otras épocas históricas o en el propio interior. En su defensa de la individualidad de cada persona y de cada pueblo fue precursor del nacionalismo. Desde el punto de vista artístico destacaron tres conceptos relacionados con los sentimientos: lo bello vinculado a lo que produce el sentimiento del amor, lo sublime vinculado a lo que provocase miedo, vacío o tristeza y lo pintoresco para una visión del paisaje que por ser singular escapa a las leyes naturales. Son muy variadas las formas románticas. En arquitectura se buscan señas de identidad en los estilos históricos más representativos de cada país, como el neogótico, el neorrománico o el neomudéjar de la llamada arquitectura historicista. En pintura, el color se pone al servicio de la expresión de sentimientos exaltados, del horror, del sufrimiento, de la desesperación, la muerte, el sentimiento melancólico y los temas exóticos, tal y como puede verse en las obras de Gericault, Delacroix y Goya. Por otra parte, en Inglaterra se desarrolla una espléndida escuela de paisajistas con un tratamiento del color que anuncia el impresionismo, en las obras de Constable o Turner, mientras que en Alemania triunfa la contemplación mística de la naturaleza (Friedrich). 4 5