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4 Volumen 73 ISSN 0327-3326 Año 2008 Revista Argentina de Urología · Octubre - Diciembre de 2008 · Vol. 73 · Pág. 155 a 206 Revista Argentina de UROLOGIA Fundada en 1932 Cirugía conservadora renal electiva, ¿alternativa o táctica de primera elección? Dres. Ameri, C.; Contreras, P.; Vitagliano, G.; Podestá, M.; Paterlini, J.; Mazza, O. Suprarrenalectomía Laparoscópica Bilateral por Síndrome de Cushing Dres. Bernardo, N.; Sanguinetti H.; Bálsamo C.; Montiel Romero R.; Mazza O. El PSA MASA y el sujeto obeso: rol de la hemodilución Dres. López Laur J.D.; López Fontana C.M.; Pérez Elizalde R.; Di Milta N.A.; Maselli M.E.; Vanrell M.C. Recalde G.M. Utilización de submucosa de intestino delgado porcino (SIS) para la reconstrucción de túnica albugínea posterior al reimplante de las prótesis de pene Dres. Paulo Palma; Miriam Dambros; Cássio Riccetto; Marcelo Thiel; Juan Manuel Olivares. Gangrena de Fournier. Veintiséis casos en dos años Dres. Esponda, A.; Amarilla, A.; Díaz, F.; Aguirre C.; Obregón, H. Dolor crónico pelviano Dres. Nilda Silvia González Primomo; Alicia Cristina Bertotti; Eduardo Eyheremendi; Juan Paterlini; Gastón López Fontana; Osvaldo Néstor Mazza. ÓRGANO DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA Tapa 73-4.indd 1 12/19/08 11:02:01 AM 4 Volumen 73 Año 2008 Revista Argentina de Urología Vol. 73, Nº4, año 2008 Propietario Editor Responsable Sociedad Argentina de Urología Revista Argentina de UROLOGIA Organo de la Sociedad Argentina de Urología COMITÉ EJECUTIVO Director Dr. Carlos Alberto Ameri Domicilio legal Pasaje De la Cárcova 3526, (1172) Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Tel.: 4963-8521/4336/4337 E-mail: sau@sau-net.org Director Dr. Ameri, Carlos A. Asesores del Director Dr. Chéliz, Germán Dr. Contreras, Pablo Comité de Editorial Dr. Cobreros, Christian Dr. Favre, Gabriel Comité de Redacción Derecho de Propiedad Intelectual Nº 501.013/2006 Dr. Brzezinski Mariano Dr. Piana, Martín Dr. Vitagliano, Gonzalo Derecho de autor Expediente 701.201 del 07.10.2008 Coordinación y corrección Rosa Frontera. Tel.: 4504-0577 Diagramación e impresión «Marcelo Kohan/ diseño + broker de impresión», estudio@marcelokohan.com.ar Edición: diciembre de 2008. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. CONSEJO EDITORIAL NACIONAL Dr. Bechara, Amado J.; Cap. Fed. Dr. Becher, Edgardo F.; Cap. Fed. Dr. Bernardo, Norberto; Cap. Fed. Dr. Bogado, Humberto E.; Ba. Blanca Dr. Borghi, Marcelo; Cap. Fed. Dr. Casabé, Alberto R.; Cap. Fed. Dr. Costa, Miguel; Cap. Fed. Dr. Frattini, Gustavo; Mar del Plata Dr. Garrido, Gustavo; Cap. Fed. Dr. Giúdice, Carlos R. (h); Cap. Fed. Dr. Gueglio, Guillermo; Cap. Fed. Dr. López Laur, José Daniel; Mendoza Dr. Mazza, Osvaldo N.; Cap. Fed. Dr. Mingote, Pablo; Cipoletti Dr. Minuzzi, Gustavo; Córdoba Dr. Pautasso, Oscar; Córdoba Dr. Podestá, Miguel L.; Cap. Fed. Dr. Rey Valzacchi, Gastón; Cap. Fed. Dr. Romano, S. Víctor; Cap. Fed. Dr. Rovegno, Agustín; Cap. Fed. Dr. Rozanec, José J.; Cap. Fed. Dr. Sáenz, Carlos; Cap. Fed. Dr. Villaronga, Alberto; Cap. Fed. Dr. Zeno, Lelio; Rosario CONSEJO EDITORIAL INTERNACIONAL Dr. Arap, Sami; Brasil Dr. Boccon-Gibod, Laurent; Francia Dr. Castillo Cadiz, Octavio; Chile Dr. Escovar, Paul; Venezuela Dr. García Guido, Luis; Uruguay Dr. González, Ricardo; Estados Unidos Dr. Jiménez Cruz, Fernando; España Dr. Jordan, Gerald; Estados Unidos Dr. Lobel, Bernard; Francia Dr. Morales, Álvaro; Canadá Dr. Resnik, Martín I.; Estados Unidos Dr. Rodrigues Netto, Nelson (Jr.); Brasil Dr. Schulman, Claude; Bélgica Dr. Valdivia-Uría, José G.; España Dr. Vallancien, Guy; Francia Ilustración de tapa Dr. Sergio Morales Bayo Revista Argentina de Urología indexada en la base de datos de LILACS. MV Comunicación & Marketing® Director: Máximo J. Oberländer Tel.: (54-11) 4393-8223 E-mail: info@mvcomunicacion.com Reservado todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo: las fotocopias, grabaciones u otro sistema de información sin la autorización por escrito del titular del Copyright. La Revista de Urología se distribuye exclusivamente entre los profesionales de la medicina. La Revista de Urología es un publicación de la Sociedad Argentina de Urología. Pasaje De la Cárcova 3526 - (1172) Ciudad de Buenos Aires. Editada por MV Comunicación & Marketing® Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 1 I 12/19/08 12:02:07 PM SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA COMISIÓN DIRECTIVA 2008 Presidente: Vicepresidente: Secretario Científico: Prosecretario Científico: Secretario Administrativo: Prosecretario Administrativo: Dr. Agustín Roberto Rovegno Dr. Alberto Ricardo Villaronga Dr. Juan Carlos Tejerizo Dr. Elias Jorge Fayad Dr. Carlos Alberto Ameri Dr. Roberto Esteban Hernández Vocales Titulares: Dr. Norberto Osvaldo Bernardo; Dr. Carlos Sebastián Palazzo; Dr. Leonardo Jorge Pasik; Dr. Alberto José Puscinski; Dr. Claudio Marcial Terradas; Dr. Cayetano Vallone Vocales Suplentes: Dr. Hernán Pablo Camporeale; Dr. Alejandro Ramón Nolazco Órgano de Fiscalización: Dr. Miguel Angel Costa; Dr. Alberto José Muzio; Dr. Miguel Luis Podestá COMITÉS DE LA SAU Comité de Congresos y Jornadas Comité de Publicaciones y Sesiones Científicas Dr. Miguel Ángel Costa Dr. Carlos Alberto Ameri Comité de Biblioteca Comité de Educación Médica Continua Dr. Pablo Alejandro Ranitzsch Salomón Víctor Romano Comité de Residencias Médicas en Urología Comité de Especialidades Urológicas Alberto Andrés Deparci Dr. Osvaldo Néstor Mazza Comité Colegio Argentino de Urólogos Comité de Relaciones Internacionales Carlos Andres Santiago Giúdice Dr. León Bernstein Hahn Comité de Interior Comité de Ética Dr. Carlos A. Acosta Güemes Dres. Dr. Horacio A. Levati; Roberto J. Barisio; Elvio Soldano Comité de Defensa de los Intereses Profesionales Dr. César E. Aza Archetti Comité de Bioética Dr. Horacio Manuel Rey II SAU 73-4.indd 2 12/19/08 12:02:13 PM Indice ARTÍCULOS ORIGINALES 155 Cirugía conservadora renal electiva, ¿alternativa o táctica de primera elección? Dres. Ameri, C.; Contreras, P.; Vitagliano, G.; Podestá, M.; Paterlini, J.; Mazza, O. 167 Suprarrenalectomía Laparoscópica Bilateral por Síndrome de Cushing Dres. Bernardo, Norberto; Sanguinetti Horacio; Bálsamo Carlos; Montiel Romero Raúl; Mazza Osvaldo. 171 El PSA MASA y el sujeto obeso: rol de la hemodilución Dres. López Laur J.D.; López Fontana C.M.; Pérez Elizalde R.; Di Milta N.A.; Maselli M.E.; Vanrell M.C. Recalde G.M. 177 Utilización de submucosa de intestino delgado porcino (SIS) para la reconstrucción de túnica albugínea posterior al reimplante de las prótesis de pene Dres. Paulo Palma; Miriam Dambros; Cássio Riccetto; Marcelo Thiel; Juan Manuel Olivares. 180 Gangrena de Fournier. Veintiséis casos en dos años Dres. Esponda, Alvaro; Amarilla, Abel; Díaz, Fernando; Aguirre César; Obregón, Hugo. 185 Dolor crónico pelviano ARTÍCULO DE REVISIÓN COMUNICACIÓN DE CASOS IMÁGENES EN UROLOGÍA Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 5 Dres. Nilda Silvia González Primomo; Alicia Cristina Bertotti; Eduardo Eyheremendi; Juan Paterlini; Gastón López Fontana; Osvaldo Néstor Mazza. 195 Obstrucción post-cirurgía anti-incontinencia Dres. Paulo Palma; Cássio Riccetto; Miguel Bigozzi (h); Juan Manuel Olivares. 201 Paciente con diagnóstico de sarcoidosis y masa testicular Dres. Verdecchia P.; Mesurado C.; Jaimovich M.; Gentile S.; Bassi N. 205 Cáncer renal de gran tamaño Dres. López Fontana Gastón; Podesta Miguel; Ameri Carlos. V 12/19/08 12:02:20 PM Index ORIGINAL ARTICLES 155 ¿Is nephron sparing surgery the gold standard? Drs. Ameri, C.; Contreras, P.; Vitagliano, G.; Podestá, M.; Paterlini, J.; Mazza, O. 167 Bilateral Laparoscopic Adrenectomy for Cushing’s Syndrome Drs. Bernardo, Norberto; Sanguinetti Horacio; Bálsamo Carlos; Montiel Romero Raúl; Mazza Osvaldo. 171 The mass PSA and obese patient: role of hemodilution Drs. López Laur J.D.; López Fontana C.M.; Pérez Elizalde R.; Di Milta N.A.; Maselli M.E.; Vanrell M.C. Recalde G.M. 177 Porcine small intestine submucosa (SIS) for reconstruction of the tunica albuginea after reimplantation of penile prosthesis Drs. Paulo Palma; Miriam Dambros; Cássio Riccetto; Marcelo Thiel; Juan Manuel Olivares. 180 Fournier’s gangrene. Twenty-six cases in two years Drs. Esponda, Alvaro; Amarilla, Abel; Díaz, Fernando; Aguirre César; Obregón, Hugo. 185 Chronic pelvic pain REVISION Article 195 Urinary obstruction after anti-incontinence surgery CASE REPORT Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 7 Drs. Paulo Palma; Cássio Riccetto; Miguel Bigozzi (h); Juan Manuel Olivares. 201 Patient with sarcoidosis and testicular mass IMAGES IN UROLOGY Drs. Nilda Silvia González Primomo; Alicia Cristina Bertotti; Eduardo Eyheremendi; Juan Paterlini; Gastón López Fontana; Osvaldo Néstor Mazza. Drs. Verdecchia P.; Mesurado C.; Jaimovich M.; Gentile S.; Bassi N. 205 Big renal cancer Drs. López Fontana Gastón; Podesta Miguel; Ameri Carlos. VII 12/19/08 12:02:21 PM artículo original original A R T I C L E Cirugía conservadora renal electiva, ¿alternativa o táctica de primera elección? ¿Is nephron sparing surgery the gold standard? Dres. Ameri, C.; Contreras, P.; Vitagliano, G.; Podestá, M.; Paterlini, J.; Mazza, O. La cirugía conservadora para masa ocupante renal sólida es una técnica ampliamente difundida y con resultados terapéuticos comparables a la cirugía radical. La indicación de cirugía conservadora contempla tres categorías: de necesidad absoluta, de necesidad relativa y electiva. Creemos que la decisión de realizar una nefrectomía radical o una cirugía conservadora, no debe estar sólo librada a la viabilidad del riñón contralateral. Esta apreciación nos llevó a revisar nuestra casuística de cirugía conservadora electiva a fin de evaluar los resultados de esta táctica. Materiales y Métodos: Desde enero de 1994 a mayo de 2008, en el Servicio de Urología del Hospital Alemán fueron tratados con cirugía 173 casos de masa ocupante renal sólida; a 104 de éstos se les efectuó cirugía conservadora. Para este estudio se seleccionaron los 68 casos en los cuales la cirugía conservadora fue electiva. Resultados: En relación con el sexo fueron 44 hombres (64,70%) y 24 mujeres (35,30%). La edad media fue 55,41 años (34 y 76 años). Hubo 33 casos hasta 55 años (48,52%), con una media de 47,69 años. La forma de presentación fue incidentales 66 casos (97%), y 2 casos sintomáticos (3%). La técnica quirúrgica realizada fue a cielo abierto en 66 casos, todos por lumbotomía, y 2 casos laparoscópica. El tamaño medio del tumor fue de 3,31 cm. (1,2 cm a 8 cm). La histopatología fue carcinoma a células claras 47 casos (69,11%), angiomiolipoma 9 (13,23%); oncocitoma 8 (11,76%) y adenoma 4 (5,90%). Fuhrman 1 en 31 casos (66%), y Fuhrman 2 en 16 (34%). Los estadios fueron T1a en 38 casos (80,85%), T1b en 7 (14.90%) y T3a en 2 (4,25%). Se presentaron complicaciones mayores en 6 casos (8,82%) y menores en 7 casos (10,29%). La pérdida de sangre intraoperatoria promedio fue de 170 ml (50 y 630 ml). La mortalidad en el postoperatorio inmediato fue de 1 caso (1,47%). En relación con supervivencia se obtuvieron datos de 65 de los 68 casos con un seguimiento medio de 65 meses. Se halló 93% de sobrevida libre de enfermedad a los 5 años y 98% de supervivencia a los 5 años utilizando el método de Kaplan Meier. Conclusiones: Sobre la base de los resultados de nuestra serie de 68 casos de cirugía conservadora electiva consideramos que la misma debería ser la táctica de primera elección para el tratamiento de masa ocupante renal sólida siempre que sea técnicamente factible, sin considerar la función del riñón contralateral. P A L A B R A S C L A V E : Cirugía conservadora renal. Servicio de Urología del Hospital Alemán. Buenos Aires, Argentina. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 155 Purpose: Nephron sparing surgery has showed similar oncologic results than radical nephrectomy. There are three classical indications of nephron sparing surgery: elective, imperative and relative. We believe that nephron sparing surgery shoud be attempted in all circumstances and not depend on contralateral renal function. We report our series on nephron sparing surgery. 155 12/19/08 12:02:24 PM Material and Methods: Between January 1994 and May 2008 we have treated 173 patients with solid renal masses, 104 underwent nephron sparing surgery. A total of 68 cases elective nephron sparing surgery were candidates. Results: There were 44 men (64,7%) and 24 women (35.30%). Median age was 55.41 years (34 to 76). 33 cases were under 55 years old (48,52%). Clinical presentation was incidental in 66 patients (97%) and 2 (3%) had symptoms. Open surgery was performed in 66 cases, and were treated by a laparoscopic approach. Median size was 3.31 cm. (1.2 to 8 cm.) Pathology reports showed 47 clear cell carcinoma (69,11%), 9 angiomyolipoma (13,23%) and 4 adenoma (5,90%). Fuhrman grade was 1 in 31 cases (66%) and 2 in 16 cases (34%) no grade 3 were found. We have 6 mayor complications (8,82%) and 7 minor (10,29%). Median intraoperative bleeding was 170 ml. (50 y 630 ml.) Mortality rate was 1,47%. Survival records were obtained in 65 of 68 patients. Median follow up was 65 months. Five years desease free survival was 93% and using Kaplan Meier method survival at 5 years was 98%. Conclusion: We believe tha nephron sparing surgery should be the gold standard in the treatment of solid renal masses if is technically feasible and not depend on contralateral renal function. K E Y W O R D S : Nephron Sparing Surgery. I ntroducci ó n La cirugía conservadora para masa ocupante renal es una técnica ampliamente difundida y con resultados terapéuticos comparables a la cirugía radical. En la actualidad, cada vez se hace más frecuente su indicación debido al incremento, a razón del 2,3 al 4,3% anual, en el diagnóstico de tumores renales incidentales, éstos se caracterizan por ser de bajo grado de malignidad y con un tamaño por debajo de los 4 cm, el 70% de los tumores que actualmente se diagnostican son de estas características y en un 80% son estadios T1, casos ideales para una cirugía conservadora de nefronas.1,2,3 La primera cirugía conservadora fue descripta por Wells en 1884 cuando resecó un fibrolipoma perirrenal; en 1887 Czerny realizó la primera cirugía parcial por un tumor maligno, dicha técnica quedó en suspenso debido a la alta morbilidad y los malos resultados terapéuticos, fruto posiblemente de las limitaciones de los estudios para obtener un correcto diagnóstico que permita seleccionar los casos más adecuados para dicha intervención; en 1950 Vermooten reinstaló el tema y sugirió a la cirugía conservadora para tumores encapsulados y periféricos.4 Estos intentos iniciales de cirugía conservadora fueron contrapuestos por Robson quien en 1969 manifestó que la cirugía radical, resección de riñón junto con la grasa perirrenal y glándula adrenal con la ligadura inicial del pedículo era la técnica más adecuada. A partir de allí, quedó como tratamiento estándar hasta que en forma paulatina y con el diagnóstico cada vez más frecuente de tumores de bajo grado de malignidad, fruto de la amplia difusión y buena definición de los estudios por imágenes, se comenzó a indicar la cirugía conservadora de nefronas en un alto índice de casos.5 La indicación de cirugía conservadora contempla tres categorías según lo referido por Uzzo y Novick, ellas son: de necesidad absoluta, de necesidad relativa y electiva. De necesidad absoluta es para pacientes monorrenos ya sea funcionales o anatómicos donde se deben extremar los esfuerzos para salvar el riñón afectado y evitar que el paciente quede anéfrico, los casos de necesidad relativa se refiere a enfermedades potenciales que pueden provocar lesiones en el riñón contralateral como ser litiasis, antecedentes de pielonefritis, diabetes, estenosis de arteria renal, hipertensión arterial, nefroesclerosis, glomerulonefritis y finalmente los casos electivos donde el requisito es que se puede decidir entre conservar el riñón o extirparlo cuando el riñón contralateral se encuentre normal en su estado funcional.1 Creemos que la decisión de dejar un paciente monorreno, con las secuelas que ello puede ocasionar, no debe estar sólo librado a la viabilidad del riñón contralateral. Esta apreciación nos llevó a revisar nuestra casuística de cirugía conservadora electiva, para poder sacar conclusiones sobre qué costo hubiésemos tenido de habernos ceñido en forma estricta a la definición de cirugía electiva 156 SAU 73-4.indd 156 12/19/08 12:02:24 PM y sobre la base de los resultados poder ofrecer parámetros que nos permitan seleccionar aquellos pacientes que se beneficiarán con una cirugía conservadora. M aterial y m é todos Desde enero de 1994 a mayo de 2008, en el Servicio de Urología del Hospital Alemán fueron tratados con cirugía 173 casos de masa ocupante renal sólida, de ellos 104 fueron con cirugía conservadora, de estos casos se seleccionaron sólo aquellos tratados con cirugía conservadora electiva, fueron 68 casos, se analizó la edad máxima y mínima y el porcentaje de pacientes hasta 55 años, edad de corte utilizada como población que está por debajo de la edad media que presenta la patología en estudio, distribución por sexo, forma de presentación (sintomático o incidental), tamaño del tumor considerado en su eje mayor medido en la pieza quirúrgica, histopatología, grado de malignidad según la clasificación de Fuhrman, estadificación TNM de la UICC 2002, porcentaje de tumores malignos y benignos según el tamaño del tumor y se formaron 4 grupos: el 1 tumores hasta 2 cm; el 2 de 2,1 cm a 3 cm; el 3 de 3,1 a 4 cm y el 4 mayores de 4 cm; vía de abordaje: cirugía a cielo abierto o laparoscópica, tratamiento del pedículo, si hubo clampeo total o sólo de la arteria y si el mismo fue caliente o con hipotermia, complicaciones quirúrgicas, seguimiento con tomografía computada cada 4 meses el primer año y luego 6 meses y anual a partir del tercer año en los casos malignos según las pautas de la Sociedad Argentina de Urología del 2006, en los tumores benignos cada 6 meses los dos primeros años y luego anual todos con ecografía, período libre de enfermedad y la supervivencia en los tumores malignos con método de Kaplan-Meier. R esultados En relación con el sexo fueron 44 hombres, (64,70%) y 24 mujeres, (35,30%). La edad fue entre 34 y 76 años con una media de 55,41 años. Hubo 33 casos hasta 55 años (48,52%), con una media de 47,69 años. La forma de presentación fue incidentales 66 casos, (97%), y 2 casos sintomáticos, (3%), 1 hematuria y 1 dolor lumbar. La técnica quirúrgica realizada fue a cielo abierto en 66 casos, todos por lumbotomía, y en 2 casos laparóscopica. De los 68 casos en 14 (20,68%), fue necesario el clampeo del pedículo, en 9 sólo la arteria y en 5 fue completo, arteria y vena, de los 14 casos sólo en 1 caso se utilizó hipotermia externa, en el resto el clampeo fue Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 157 Histopatología: 68 casos Carcinoma a células claras 42 (61,76%) Carcinoma quístico 5 (7,35%) Angiomiolipoma 9 (13,25%) Oncocitoma 8 (11,76%) Adenoma 4 (5,88%) Tamaño: 1,2 a 8 cm Media 3,31 cm 47 tumores malignos: Fuhrman 1: 32 (68%) Fuhrman 2: 15 (32%) Histopatología Fuhrman 1 Fuhrman 2 Figura 1. caliente. Tiempo medio de clampeo caliente 17 minutos. El caso de clampeo con hipotermia fue de 47 minutos. El tamaño medio del tumor fue de 3,31 cm, rango 1,2 cm a 8 cm. La histopatología fue carcinoma a células claras 47 casos, 5 de ellos variante quística (69,11%); angiomiolipoma 9 (13,23%); oncocitoma 8 (11,76%) y adenoma 4 (5,90%); fueron 70% de tumores malignos y 30% de benignos. Según los distintos tamaños los porcentajes de tumores malignos y benignos fue: en el grupo 1 hubo malignos el 60% y benignos 40%; grupo 2: 66,66% de malignos y 33,34% de benignos; grupo 3: 77,27% de malignos y 22,73% de benignos y en el grupo 4: 61,53% de malignos y 38,47% de benignos. Los 47 casos de carcinoma tuvieron el siguiente grado de malignidad, Fuhrman 1 en 31 casos (66%), y Fuhrman 2 en 16, (34%). 157 12/19/08 12:02:24 PM Los estadios fueron T1a en 38 casos (80,85%), T1b en 7 (14,90%) y T3a en 2 (4,25%). Las complicaciones fueron en 3 casos hematomas retroperitoneales, 2 con tratamiento quirúrgico, uno evolucionó favorablemente y el otro falleció, el restante resolvió el cuadro con tratamiento conservador, 1 lesión de arteria renal que se reparó sin secuelas sobre el riñón, 1 lesión de uréter que se suturó en el mismo acto quirúrgico con buen resultado, 1 urinoma, se presentó al mes de la cirugía, se trató con drenaje percutáneo y evolucionó favorablemente, 3 casos de íleo prolongado, 2 fiebre, 4 casos con dolor en la herida que requirió de opiáceos y 1 caso de flebitis en miembros superiores donde fue necesaria la extirpación quirúrgica de la vena. La pérdida de sangre intraoperatoria fue de 170 ml en promedio, rango 50 y 630 ml. Mortalidad postoperatorio inmediato 1 caso, (1,47%). Se logró obtener datos de evolución de 65 casos de los 68 estudiados (95,58%). Se perdieron de seguimiento 2 pacientes con cáncer renal y 1 paciente con tumor benigno. El seguimiento medio fue de 65 meses (1-140 meses). En los pacientes con tumores benignos, luego de realizada la nefrectomía parcial no se observaron nuevas lesiones. La evolución de los casos malignos fue la siguiente: 1 caso con recaída retroperitoneal y en suprarrenal homolateral a los 51 meses. Este paciente presentaba un carcinoma a células claras de 3 cm. Fuhrman 1, estadio T1a de polo inferior. Actualmente se encuentra en tratamiento con antiangiogénicos. Otro paciente presentó recidiva en grasa perirrenal a los 23 meses de operado. El paciente presentaba inicialmente un tumor a células claras de 4 cm, Fuhrman 1, estadio T3a. Se realizó nefrectomía en la cual se halló parénquima sin lesión y recidiva en grasa perirrenal. En la actualidad lleva 11 meses libre de enfermedad. Un paciente falleció por progresión de la enfermedad a los 11 meses de operado. No presentaba evidencia de recidiva en el parénquima renal remanente. La anatomía patológica inicial fue carcinoma a células claras de 6,5 cm, Fuhrman 1, estadio T1b. Es importante mencionar que 2 pacientes presentaron tumores en el riñón contralatral durante el seguimiento. El primer paciente a los 30 meses un carcinoma quístico a células claras en el riñón contralateral, se realizó una nefrectomía parcial en la cual se halló un tumor de las mismas características al contralateral (tamaño 3 cm, Fuhrman 1, estadio T1a). El segundo paciente presentó en el riñón contralateral dos tumores Estadíos 40 35 30 25 20 15 10 5 0 T1a T1b T3a Estadios: T1a: 36 (76,60%) T1b: 15 (32%) T3a: 2 (4,26%) Figura 2. a los 24 y 40 meses de seguimiento, se realizaron 2 nefrectomías parciales en los cuales se halló carcinoma de células claras de 2 cm Fuhrman 1, estadio T1a en polo inferior y de 3 cm Fuhrman 1, estadio T1a en cara anterior polo superior, respectivamente. Actualmente lleva 40 meses libre de enfermedad. En relación con la supervivencia de los 44 casos con seguimiento se halló 93% de sobrevida libre de enfermedad a los 5 años y 98% de supervivencia a los 5 años utilizando el método de Kaplan Meier. D iscusi ó n Si analizamos la edad tuvimos una media de 55,41 años, de los cuales un 48% fueron pacientes menores de 55 años, este promedio está por debajo respecto de la población general de pacientes con tumor renal, se refiere en la bibliografía una edad media por encima de los 60 años, Patard y col. sobre 388 casos, 62 años, 6 pero este mismo autor cuando analiza tumores circunscriptos al riñón con una media de 5 cm el grupo etario es de 59,6 años,7 Pantuck y col. refieren una mayor incidencia entre los 60 y 70 años8 y si nos relacionamos con población como la nuestra, sólo pacientes con cirugía conservadora, nuestra edad media está por debajo de otras experiencias, Ramani y col. sobre 200 casos de cirugía parcial refiere una edad media de 61 años9 pero Zucchi y col. sobre 53 casos de cirugía electiva la edad media de su serie es similar a la nuestra, refiere una edad media de 56,8 años, la cual está por debajo de su otro grupo tratado que fueron 158 SAU 73-4.indd 158 12/19/08 12:02:25 PM 1 3 2 4 5 Figura 3. 1. Carcinoma a células claras / 2. Carcinoma quístico / 3. Oncocitoma / 4. Angiomiolipoma / 5. Adenoma metanéfrico. casos de cirugía parcial, pero de necesidad, donde la edad media fue de 65 años10 ; en virtud del análisis de la edad, en los casos seleccionados para cirugía parcial electiva, habría una tendencia, en las referencias de la bibliografía, comparables a nuestra experiencia, a presentarse en una población más joven de pacientes; ello podría deberse a que estos casos en pacientes de edad avanzada no siempre son de indicación quirúrgica, por ser tumores de bajo grado de malignidad, donde las patologías asociadas que suelen tener estos pacientes hacen que el riesgo quirúrgico sea mayor que el riesgo oncológico que ofrece el tumor, esta podría ser la causa de que haya un menor número de pacientes añosos sometidos a cirugía conservadora electiva, Damhius trató con cirugía al 63% de los casos en pacientes mayores de 70 años y Samet el 66% y bajó al 50% cuando fueron mayores de 85 años.11,12 El sexo fue 1,8 veces más frecuente en el sexo masculino que el femenino, porcentaje levemente menor a lo publicado en la bibliografía en la población general con tumores renales que refieren 2 y 3 a 1, en relación con casos seleccionados para cirugía conservadora en la experiencia de Gueglio y col. sobre 63 casos de cirugía parcial solamente hallan una relación hombre:mujer de 3 a 1, la cual indica la preponderancia del sexo masculino sobre el femenino respecto de nuestra casuís- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 159 tica y la experiencia de Patard con tumores de 5 cm en promedio fue similar a la nuestra 1,9 a 1 hombremujer.7,8,13 En la forma de presentación es representativo el predominio de casos incidentales seleccionados para la cirugía conservadora, 97%, los casos sintomáticos son de excepción, ya que los mismos suelen estar asociados con un mayor tamaño de los tumores o bien a tumores más agresivos y esto puede ser una limitante para un tratamiento conservador electivo. Ameri y colaboradores sobre 78 tumores hasta 4 cm, los pacientes que evolucionaron con progresión de la enfermedad fueron todos casos sintomáticos, ningún caso incidental tuvo progresión de la enfermedad.14 Los tumores incidentales no sólo suelen ser de bajo grado de malignidad, sino que también hay un porcentaje significativo de tumores benignos, 30% en nuestra serie; desde hace 25 años con el advenimiento de la ecografía fue notorio el incremento de tumores de hallazgo incidental, en los años 70 se reportaban de un 7 a 13% hasta llegar a series de un 48 a 66%.15,16 La bibliografía es concluyente con los tumores incidentales y de un tamaño hasta 4 cm con relación a su comportamiento oncológico, se describen como tumores poco agresivos hasta tal punto que se ha propuesto una conducta expectante, de control solamente, fue Bosniak uno de los 159 12/19/08 12:02:25 PM 1 3 2 4 5 Figura 4. Imagen 1: Muestra tumor en polo inferior renal derecho, bordes bien definidos de 5 cm, paciente femenina de 42 años. Imagen 2: El tumor estaba intraparenquimatoso y llegaba hasta el seno renal. Imagen 3: Se realiza hipotermia externa debido a que se realizaría una resección extensa. Imagen 4: Muestra el lecho quirúrgico que llega hasta la pelvis renal. Imagen 5: Tomografía a los 8 meses de la cirugía muestra riñón derecho más pequeño que el contralateral y con función conservada. pioneros en proponer esta conducta de observación en masa ocupante incidental con un tamaño hasta 3 cm, en su serie ninguno de los casos tuvo una evolución a estadios más avanzados con un seguimiento hasta de 8 años,17,18 en un meta-análisis de 9 instituciones Chawla y colaboradores analizaron 286 casos de tumores incidentales en observación con un tamaño medio de 2,6 cm y tiempo medio de 34 meses de seguimiento, sólo el 1% desarrolló enfermedad avanzada19 ; estas experiencias sugieren que ante una masa incidental pequeña la conducta, si es quirúrgica, debería ser lo más conservadora posible. Hafez fue quien relacionó el tamaño del tumor y los resultados de la nefrectomía parcial y tan concluyente fue su resultado que se cambió la estadificación de la UICC 1997 TNM en el año 2002 para clasificar los estadios T1 hasta 7 cm en lugar de los 4 cm anteriores para poder con ello ampliar el rango de indicación de cirugía conservadora en virtud de los buenos resultados obtenidos con tumores incidentales hasta los 4 cm.20 Margulis presentó su experiencia en tumores de estadios avanzados localmente, estadios T2-T3bN0M0 tratados con cirugía conservadora y radical, halló menor recaída de la enfermedad con tratamiento conservador, pero igual supervivencia a 5 años en ambos grupos, los autores refieren que el comportamiento del tumor no depende de la táctica quirúrgica, sino de la biología del tumor, de allí que propugnan por un mayor margen en la indicación de la cirugía conservadora.21 En relación con la histopatología hubo un índice significativo de tumores benignos, grupo 1 con el 40%, el 2 con 33,34%, el 3 con 25,72%, si bien estos porcentajes demuestran que a menor tamaño mayor índice de tumores benignos, debemos aceptar que en todos los tamaños estudiados el porcentaje fue significativo como para considerar ante estos casos la posibilidad de una cirugía conservadora, respecto de los casos mayores de 4 cm (grupo 4) el porcentaje de tumores benignos fue similar a los del grupo 1,38%, los 4 cm suelen ser los tamaños límites que se aconsejan para un tratamiento conservador, con este porcentaje significativo 160 SAU 73-4.indd 160 12/19/08 12:02:26 PM Figura 5. Imagen 1: TC que muestra tumor periférico, con captación homogénea del contraste signo de baja agresividad y factible para una cirugía conservadora. Imagen 2: Riñón donde se aprecia el tumor exofítico. Imagen 3: Pieza quirúrgica donde se señala bien el límite entre el tumor y el parénquima normal. Figura 6. Alto índice de tumores periféricos hasta 3 cm que permite una segura resección y sin necesidad de clampear el pedículo, el sangrado se puede controlar con la compresión digital del parénquima. de tumores benignos, demuestra que la forma de selección de los casos fue acertada, para ello jerarquizamos el hallazgo incidental y las imágenes de los estudios complementarios cuando nos muestran un tumor circunscripto al parénquima, sin signos de alta malignidad, como ser zonas amplias de hemorragia o necrosis, bordes bien definidos y cuando la imagen es sospechosa de tumor quístico éstos son de elección para cirugía conservadora debido a su baja agresividad. En relación con tumores benignos Eggener y colaboradores publicaron que en mujeres jóvenes con diagnóstico prequirúrgico sospechoso de carcinoma, un 36% fueron tumores benignos22 . Con relación a los tumores malignos, no se han hallado cánceres de otra estirpe que no sea células claras, con 5 casos de variable quística, no hubo grados de malignidad superior a Fuhrman 2, fueron Fuhrman 1 el 68% y 2 el 32%, nuestros hallazgos son coincidentes Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 161 con la bibliografía con la diferencia en que han tenido casos de carcinoma papilar y cromófobo, que no hubo en nuestra serie, pero en un porcentaje no significativo respecto del carcinoma a células claras en relación con el grado de malignidad Li y Cheng presentaron porcentajes similares con la única diferencia que tuvieron un 4% de Fuhrman 3 que no hubo en nuestra serie.23 Dentro de los estadios en el 95,74% de los casos, 45 de los 47 cánceres, fueron estadios iniciales T1 a y T1b y dentro de ellos, T1a el 76,60% de los casos. Todos los marcadores para determinar el grado de malignidad de los tumores seleccionados avalan que la táctica utilizada fue adecuada, sólo hubo 2 casos con subestadificación clínica, ambos fueron estadios T3a, uno de ellos tuvo una recidiva en la grasa perirrenal a los 23 meses, pero el parénquima estaba libre de enfermedad, se realizó la nefrectomía y lleva 11 meses libre de enfermedad y 161 12/19/08 12:02:28 PM Figura 7. Paciente operado por tumor polo superior riñón izquierdo cuya AP fue carcinoma a células claras estadio T3a. A los 23 meses presenta recidiva en grasa perirrenal, se realiza la nefrectomía y no se halla compromiso del parénquima renal. el otro paciente desarrolló en el riñón contralateral un carcinoma quístico, la misma estirpe del operado, de manera que si hubiésemos realizado una nefrectomía en el primer tumor estaríamos ante un paciente monorreno con la obligación de una cirugía parcial de necesidad, el paciente es de 48 años donde la edad es un factor a tener en cuenta, ya que hay entre un 4 y 15% de casos que desarrollan un tumor contralateral24, de todas formas la subestadificación no nos debe limitar nuestro ímpetu de realizar una cirugía conservadora si los requisitos para la misma así lo justifican, esto es sustentado por el trabajo de Roberts y colaboradores donde demostraron que si por tomografía se diagnosticó un estadio clínico T1 (tumores hasta 7 cm) el hallazgo histopatológico de estadio T3a no tendrá impacto sobre la supervivencia del paciente.25 Del análisis de la técnica quirúrgica, la misma, por tratarse de tumores pequeños y periféricos, suele ser sencilla, en el 80% de los casos no hubo necesidad de clampear el pedículo. La pérdida de sangre fue de 170 ml de media. En 1 caso se realizó hipotermia externa en una paciente de 42 años, el motivo de esforzar la técnica fue por la edad de la paciente y por las características en los estudios por imágenes que hacían posible una cirugía conservadora, también para ello tomamos en cuenta lo referido en la bibliografía sobre las consecuencias que pacientes jóvenes pueden padecer cuando son monorrenos, ellos tienen más posibilidades de desarrollar, en el futuro, trastornos funcionales de su único riñón por hiperfiltración que puede comenzar con microalbuminuria y luego evolucionar con hipertensión arterial, glomeruloesclerosis terminando en insuficiencia renal26, 27; también es prudente consignar lo que otros autores refieren sobre los riesgos de insuficiencia renal, manifiestan que las alteraciones están asociados con el compromiso previo de la función renal como una creatinina de 1,5 mg/dl y al volumen de la masa renal remanente donde se estipula que para que haya hiperfiltración debe haber como mínimo una pérdida del más del 50% de la masa renal total.28, 29 Otros autores refieren menor índice de accidentes cardiovasculares y mejor calidad de vida (mejor constitución físi- 162 SAU 73-4.indd 162 12/19/08 12:02:29 PM Figura 8. Imágenes que muestran tumor de polo inferior riñón izquierdo de 8 cm. Tumor incidental en paciente de 50 años y aspecto tomográfico homogéneo compatible con oncocitoma nos llevó a decidir una táctica conservadora. La histopatología confirmó un oncocitoma. ca, menor fatiga y menor alteración del sueño) cuando se tienen ambos riñones.30 Las complicaciones quirúrgicas fueron en 6 casos de mayor jerarquía (8,8%), de las cuales en 3 fue necesario un segundo tratamiento quirúrgico, en 2 se resolvió en el mismo acto quirúrgico y el restante con tratamiento conservador; los otros 9 casos fueron complicaciones menores con buena evolución con tratamiento clínico, nuestro índice fue similar a lo descripto en la bibliografía por Becker, Steinbach y Licht31,32,33. Un caso fallecido que representa el 1,47% porcentaje similar al presentado en la bibliografía por Corman y Duque34,35. Lerner es quien refiere el índice mas bajo de mortalidad, 0,6%36 y Thraster quien presenta el porcentaje más alto 4.8%37; lo expuesto refiere que la cirugía conservadora de nefronas presenta una bajo índice de morbimortalidad. En la evolución no hallamos recidivas locales en el parénquima renal, sólo en 1 caso un paciente desarrolló al año de la cirugía electiva un tumor en el riñón contralateral y a los 18 meses en ese mismo riñón desarrolló un nuevo tumor, es el único caso de multicentricidad de nuestra serie, pero fue el riñón contralateral el primero donde se había realizado la cirugía parcial electiva, lo que marca que si hubiésemos extraído el riñón en la primera cirugía estaríamos ante un monorreno con multiples tumores en un paciente de 52 años, si bien la multicentricidad es un tema a considerar como lo indica la bibliografía, no tuvo incidencia en nuestra serie, si bien se podría inferir un mayor tiempo de seguimiento, de todas formas los primeros trabajos que hablaban de Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 163 multicentricidad con porcentajes de hasta un 20% eran en épocas donde los estudios por imágenes no tenían la definición que tienen ahora que nos permite identificar tumores entre 8 y 10 mm, lo que hace que en la actualidad el porcentaje de multicentricidad se ubique entre un 3 y 6%, con ello este riesgo no nos debe limitar la posibilidad de una cirugía conservadora38,39. Con referencia a la supervivencia la misma fue del 97% con una media de 56 meses, ésta es coincidente con lo publicado en la bibliografía. Becker refiere supervivencia a 5 y 10 años específica por el tumor de 97,8 y 95,8%30. Herr 70 pacientes seguidos por 10 años 95,8% sin recurrencia y con 97% de supervivencia39. En la Cleveland Clinic, Hafez refiere una supervivencia a 5 años de 82% total y 92% por cáncer específica sobre 485 tumores. Índice de recurrencia fue del 9%, 3,2% local y 5,8% a distancia.20 También comparando la supervivencia con la cirugía radical ésta es similar cuando se trata de casos de tumores incidentales, unifocales y localizados con un tamaño de hasta 4 cm (Uzzo-Novick, Lerner y col, Morgan y Zincke) ya desde los años 90 se consideraba una supervivencia a 5 años entre el 87 y 90%.1,36,40 R esumen Se trataron 68 casos con cirugía conservadora electiva sobre la base de los siguientes parámetros preoperatorios: forma de presentación, tamaño del tumor y estudios por imágenes que nos demostraran tumores 163 12/19/08 12:02:31 PM de bajo grado de malignidad y que fueran factibles para una técnica de cirugía parcial, también se tuvo en cuenta la edad de los pacientes, ya que es un indicador a tener en cuenta por las posibilidades que tienen de desarrollar complicaciones si quedaran con un solo riñón, de la población seleccionada un 48% fueron pacientes menores de 55 años, la histopatología mostró un 30% de tumores benignos, los tumores malignos fueron de bajo grado de malignidad Fuhrman 1 y 2, un 95% estadios T1. Referente a la técnica quirúrgica en el 80% de los casos no fue necesario el clampeo del pedículo, la morbimortalidad fue baja y los resultados sobre la supervivencia fueron satisfactorios. 11. 12. 13. 14. 15. C onclusiones Teniendo en cuenta los resultados de nuestra serie de 68 casos de cirugía conservadora electiva consideramos que la misma debería ser la táctica de primera elección para el tratamiento de masa ocupante renal sólida, siempre que sea técnicamente factible sin considerar la función del riñón contralateral. 16. 17. 18. B ibliogra f ía 1. Uzzo R y Novick A.: Nephron sparing surgery for renal tumors: Indications, techniques and outcomes. J Urol 166: 6-18; 2001. 2. Chow W, Devesa S, Warren J.: Rising incidence of renal cell cancer in the United States. JAMA 281: 1628-1632; 1999. 3. Nguyen M, Gill I, Ellison L.: The envolving presentation of renal carcinoma in the United States: trends from the Surveillance, Epidemiology and End Results program. J Urol 176: 2397; 2006. 4. 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La resección de la pituitaria por vía transesfenoidal es el tratamiento primario de elección, con tasa de curación de 80%. Para los pacientes que recurren existen cuatro enfoques: una segunda resección transesfenoidal, el tratamiento médico, radiación de la hipófisis o bien la adrenalectomía bilateral por vía laparoscópica. Material y Métodos: Revisión retrospectiva de historias clínicas de internación y de consultorios externos de los pacientes sometidos a suprarrenalectomía laparoscópica bilateral. Se analizaron las características demográficas, los tipos de tratamientos empleados previamente, la técnica quirúrgica empleada, los días de internación, la evolución postoperatoria inmediata y alejada, incluyendo las complicaciones y el seguimiento endocrinológico. Resultados: Entre abril de 2001 y junio de 2007 se identificaron 8 pacientes con patología adrenal que requirió resolución quirúrgica. Se practicaron 12 adrenalectomías, 3 por adenoma suprarrenal, 3 por feocromocitoma en dos pacientes (uno bilateral) y 6 por Síndrome de Cushing en 3 pacientes. La internación promedio fue de 3,6 días. No presentamos complicaciones postoperatorias inmediatas. Una paciente tuvo fiebre a las 3 semanas de la cirugía que requirió internación con tratamiento antibiótico y punción de un hematoma en la celda suprarrenal guiada por tomografía. Las tres pacientes se encuentran en seguimiento por el Servicio de Endocrinología de nuestro hospital con reemplazo hormonal de por vida. Los niveles de cortisol endógeno son indetectables luego de 24 horas de suprimido el exógeno. Conclusión: La suprarrenalectomía laparoscópica bilateral es un procedimiento factible y seguro que debe ser tenido en cuenta en el manejo del Síndrome de Cushing recidivado. P alabras C lave : Suprarrenalectomía Laparoscópica Bilateral; Síndrome de Cushing. División Urología, Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Sección Endourología, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 167 Introduction: Cushing’s Syndrome is the result of one long term exposure to endogenous glucocorticoids produced an ACTH-secreting pituitary adenoma. Transesfenoidal resection of the pituitaria is the primary treatment with a succes rate of 80%. For relapses, four approaches are described: a second transesfenoidal resection, medical treatment, radiation of the pituitary or bilateral laparoscopic adrenalectomy. Material and Methods: A retrospective analisys of medical records of patients with a bilateral laparoscopic adrenalectomy was performed. The demographic characteristics were analyzed, the types of treatments previously used, the surgical technique, the lenght of stay, the evolution, including complications and the endocrinologic follow up. Results: Tree patients with Cushing’s Syndrome were identified from the surgical data base between April 2001 and June 2007. Six bilateral laparoscopic intraperithoneal adrenalectomies were 167 12/19/08 12:02:35 PM performed. The lenght of stay was 3.6 days. No immediate complications were recorded. A patient presented fever 3 weeks after surgery and required intravenous antibiotic treatment and percutaneous dreinage of an hematoma in the suprarrenal cell. All patients have a regular follow up by the Endocrinology Service with life-time hormonal replacement. The endogenous cortisol levels are indetectables. Conclusion: Bilateral laparoscopic adrenalectomy is a feasible and safe procedure that it must be considered in the treatment of the recurrence of Cushing’s Syndrome. K ey W ords : Bilateral Laparoscopic Adrenalectomy; Cushing’s Syndrome. I ntroducci ó n La descripción de Harvey Cushing del síndrome que lleva su nombre data de 1912. Es el resultado de una larga exposición a glucocorticoides endógenos producidos por un adenoma hipofisario productor de ACTH1. Las manifestaciones clínicas más comunes son obesidad central, aumento de grasa facial (fascies cushingoide) y cervical (giba de búfalo), hipertensión arterial, diabetes, debilidad muscular, hipogonadismo y amenorrea2. La resección de la pituitaria por vía transesfenoidal es el tratamiento primario de elección, con tasa de curación de 80%2. Para los pacientes que recurren existen cuatro enfoques: una segunda resección transesfenoidal, el tratamiento médico, radiación de la hipófisis o bien la adrenalectomía bilateral por vía laparoscópica1. En el presente estudio se analizan las adrenalectomías laparoscópicas bilaterales realizadas en nuestro Servicio por síndrome de Cushing refractario al tratamiento convencional. M aterial y M é todos Se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de internación y de consultorios externos de los pacientes sometidos a suprarrenalectomía laparoscópica en el Servicio de Urología del Hospital de Clínicas “José de San Martín”. Se confeccionó una base de datos con el programa Microsoft Access 2000®. Dentro de esta población se identificaron los pacientes con Síndrome de Cushing. Se analizaron las características demográficas, los tipos de tratamientos empleados previamente, la técnica quirúrgica empleada, los días de internación, la evolución postoperatoria inmediata y alejada, incluyendo las complicaciones y el seguimiento endocrinológico. R esultados Entre abril de 2001 y junio de 2007 se identificaron 8 pacientes con patología adrenal que requirió resolución quirúrgica. Se practicaron 12 adrenalectomías, 3 por adenoma suprarrenal, 3 por feocromocitoma en dos pacientes (uno bilateral) y 6 por Síndrome de Cushing en 3 pacientes. Las características demográficas, endocrinológicas y los tratamientos previos utilizados en los pacientes que componen la serie se pueden ver en la Tabla 1. En dos casos realizamos la suprarrenalectomía en forma bilateral, mientras que en el restante se efectuó Paciente 1 Paciente 2 Paciente 3 Promedio Edad 25 31 29 28,3 Género F F F F Años desde el diagnóstico 10 3 7 6,6 Tratamiento médico previo No Ketoconazol Cabergolina Ketoconazol - Tratamiento quirúrgico previo Cirugía abierta hipofisaria + cirugía transesfenoidal No No - Radioterapia previa Sí No No - Tabla 1. Características demográficas de los pacientes con Síndrome de Cushing sometidos a suprarrenalectomía bilateral. 168 SAU 73-4.indd 168 12/19/08 12:02:35 PM primero la izquierda y en un segundo tiempo la derecha. No se dejó drenaje en ningún caso. No hubo conversiones. El alta se otorgó a los 3 días en una paciente y a los 4 en las dos restantes, promedio 3,6 días de internación. No presentamos complicaciones postoperatorias inmediatas. Una paciente presentó fiebre a las 3 semanas de la cirugía que requirió internación con tratamiento antibiótico y la punción de un hematoma en la celda suprarrenal guiada por tomografía. Las tres pacientes se encuentran en seguimiento por el Servicio de Endocrinología de nuestro hospital con reemplazo hormonal de por vida. Los niveles de cortisol endógeno son indetectables luego de 24 horas de suprimido el exógeno. Siguiendo la técnica impulsada por Gagner3 utilizamos un abordaje transperitoneal. Se coloca al paciente en decúbito contralateral al lado a operar con el brazo extendido. Para el lado izquierdo realizamos una incisión de 1 cm a unos 2 cm por debajo del reborde costal sobre la línea axilar anterior. Con técnica abierta se coloca trocar de 10 mm y se insufla con CO2 hasta 12 mmHg para lograr la cavidad de trabajo (Figura 1). Se explora la cavidad con óptica de 30º. Se coloca bajo visión endoscópica dos trocares más, el de trabajo de 10 mm y el restante de 5 mm con disposición triangular. Utilizando LigaSure® se moviliza levemente el bazo, hasta evidenciar la glándula suprarrenal. Se identifica la vena suprarrenal y se la clipa (Figura 2). Se completa la disección de la glándula. Se la extrae en bolsa extractora a través del orificio del primer trocar que se amplía. Para el lado derecho se posiciona al paciente en de- cúbito lateral izquierdo, se insufla neumoperitoneo con la misma técnica ya descripta a través de una incisión sobre la línea axilar anterior derecha a 2 cm del reborde costal. En este caso colocamos tres trocares más, dos de 10 mm y uno de 5. Los dos de 10 mm se colocan mediales, por debajo del reborde costal, para retraer el hígado y para la mano derecha. El de 5 mm se coloca posterior, por debajo de la duodécima costilla (Figura 3). Se moviliza el hígado y se coloca un retractor por el trocar más medial. Se identifica la vena cava y se diseca su cara derecha hasta identificar la vena suprarrenal que se clipa y secciona. Posteriormente se diseca la glándula. Se extrae la pieza de forma similar a la del otro lado. Figura 1. Orificios de los trocares para el lado izquierdo. Figura 2. Clipado de vena suprarrenal izquierda. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 169 D iscusi ó n Nuestra seria de suprarrenalectomías laparoscópicas es pequeña, ya que la mayoría de este tipo de procedimientos son realizados por el Servicio de Cirugía General. De todas formas es comparable con las series publicados en nuestro medio, como la del Hospital Italiano4. La incidencia elevada de adrenalectomías bilaterales por Síndrome de Cushing que tuvimos en nuestro centro (37,5%) nos impulsó a presentar estos casos y su resolución laparoscópica. Una paciente presentaba un adenoma de hipófisis secretor de ACTH por lo que fue sometida a cirugía hipofisaria abierta en primer término, transesfenoidal en segundo lugar y a radioterapia como tercer intento. Al persistir los valores de cortisol elevados se propuso la suprarrenalectomía bilateral con lo que se controlaron los síntomas. Las recomendaciones actuales en cuanto 169 12/19/08 12:02:36 PM Figura 3. Posición de los trocares del lado derecho. en forma mini-invasiva. El tiempo promedio de internación fue de 3,6 días, similar al reportado por Siren7. En dos pacientes realizamos la adrenalectomía en forma simultánea mientras que en la otra paciente se extirpó primero la suprarrenal izquierda y 60 días después la derecha. Algunos autores consideran que la bilateralidad es una contraindicación para la laparoscopia6, pero la mayoría indica la vía laparoscopica para resolver este tipo de complejos pacientes1,5,7. En los casos donde se realizó la operación bilateral se requirió el reposicionamiento del paciente luego de haber extirpado la primera glándula, ya que realizamos la cirugía en decúbito lateral contrario a la glándula, como fuera descripto por Gagner3. La medición temprana de los corticoides endógenos provee excelente información pronóstica sobre las posibles recaídas en los pacientes operados5. En nuestra serie dichos valores fueron indetectables y las tres pacientes se consideran curadas. C onclusi ó n al manejo de este tipo de pacientes incluyen una resección transesfenoidal de la pituitaria por un neurocirujano con experiencia como primer abordaje, con lo que se obtiene un 80% de curación2. En caso de persistencia de los síntomas se recomienda la adrenalectomía laparoscópica bilateral, ya que la radioterapia demora entre 12 y 36 meses en normalizar los valores de cortisol y tiene complicaciones como el desarrollo de tumores cerebrales, necrosis y epilepsia5. Las otras dos pacientes fueron estudiadas con resonancia magnética nuclear de silla turca descartando un tumor en dicha localización. En una de ellas se realizó incluso cateterismo de seno petroso que descartó secreción aumentada de ACTH desde hipófisis. Por este motivo fueron derivadas a nuestro Servicio para la realización de la adrenalectomía bilateral. Dos de las pacientes recibieron ketoconazol y una de ellas asociado a cabergolina como tratamiento médico. Este tipo de tratamiento es sólo adyuvante y debe utilizarse en casos moderados, habitualmente luego de la radioterapia.2 La adrenalectomía bilateral se ha convertido en una opción terapéutica viable para este tipo de pacientes a partir de la popularización de la vía laparoscópica1. Las incisiones más pequeñas hacen que este abordaje sea superior a la adrenalectomía abierta en cuanto a dolor postoperatorio, recuperación de la actividad laboral, días de internación y complicaciones como trombosis venosa profunda, neumonía e infecciones del sitio quirúrgico6. En nuestra serie no se produjeron complicaciones inmediatas y presentamos un hematoma en el lecho que fue resuelto Nuestra serie es pequeña y los antecedentes de las pacientes son muy diferentes como para poder generalizar. Sin embargo, podemos afirmar que la suprarrenalectomía laparoscópica bilateral es un procedimiento factible y seguro que debe ser tenido en cuenta en el manejo del Síndrome de Cushing recidivado. B ibliogra f ía 1. Thompson S, Hayman A, Ludlam W, Deveney C, Loriaux L, Sheppard B.: “Improved Quality of Life After Bilateral Laparoscopic Adrenalectomy for Cushing’s Disease”. A 10 Year Experience. 2007, Ann Surg, Vol. 245, págs. 790-794. 2. Orth, DN “Cushing’s Syndrome”. 1995, NEJM, Vol. 332, págs. 791-803. 3. Gagner M, Pomp A, Heniford BT, Pharand D, Lacroix A.: “Laparoscopica Adrenalectomy. Lessons Learned from 100 Consecutive Procedures” 1997, Ann surg., Vol. 226, págs. 238-247. 4. Jurado A, Piana M, Gueglio G, Daels F, Villamil W, Damia O.: “Adrenalectomía Laparoscópica: Experiencia Inicial. 2005”, Rev Arg Urol, Vol. 70, págs. 14-20. 5. Findling J, Raff H.: “Clinical Review: Cushing’s Syndrome: Important Issues in Diagnosis and Management”. 2006, J Clin Endocrinol Metab, Vol. 91, págs. 3746-3753. 6. Gawande A, Moore FD.: “Laparoscopic Adrenalectomy”. 2006, Curr opin Endocrinol Diabetes, Vol. 13, págs. 248-253. 7. Siren J, Haglund C, Haapiainen R.: “An Institutional Experience with 40 First Lateral Transperitoneal Laparoscopic Adrenalectomies”. 2000, Surg Laparosc Endosc Pecutan Tech, Vol. 6, págs. 382-386. 8. Lanzi R, Montorsi F, Losa M y cols.: “Laparoscopic bilateral adrenalectomy for persistent Cushing’s disease after transsphenoidal surgery”. 1998, Surgery, Vol. 123, págs. 144-150. 170 SAU 73-4.indd 170 12/19/08 12:02:37 PM artículo original original A R T I C L E El PSA MASA y el sujeto obeso: rol de la hemodilución PSA mass in the obese patient: importance of plasma hemodilution Dres. López Laur J.D.;1,2 López Fontana C.M.;2 Pérez Elizalde R.;2 Di Milta N.A.2*; Maselli M.E.;2* Vanrell M.C.;2* Recalde G.M2*. Introducción: Estudios recientes indican que los hombres obesos tienen una menor concentración plasmática de antígeno prostático específico (PSA) que los hombres normopesos; posiblemente, debido a una menor actividad androgénica y/o a un mayor volumen plasmático (hemodilución), dificultando el diagnóstico y detección precoz del cáncer de próstata (CaP) en obesos. Objetivo: Determinar la asociación entre el índice de masa corporal (IMC), la hemodilución y el PSA de screening para CaP. Material y Métodos: Fueron seleccionados 74 sujetos de sexo masculino entre 45 y 80 años. El trabajo consistió en una evaluación de la composición corporal mediante antropometría (peso, talla, IMC) y un análisis de laboratorio incluyendo hemograma completo y PSA. La proteína total de PSA (PSA masa) circulante fue calculada como la concentración plasmática de PSA por el volumen plasmático. El análisis estadístico se realizó mediante Anova y el coeficiente de correlación de Pearson estableciéndose la significancia estadística con un p<0,05. Resultados: La edad promedio fue de 57,5 años y la media de IMC de 28,29 kg/m2. Los sujetos con IMC entre 20-25 kg/m2 (n=13) presentaron una media de PSA de 2,3 ng/ml; en los voluntarios con sobrepeso (n=43), IMC entre 25-30 Kg/m2, el PSA fue de 1,81 ng/ml; y en los obesos (n=18), IMC > 30 kg/m2, un PSA de 1,05 ng/ml. Un mayor IMC se asoció significativamente con una menor concentración de PSA (r=-0,23; p=0,01) y con un mayor volumen plasmático (r=0,506; p=0,0001). Finalmente, el PSA masa no varió significativamente con el IMC (r=-0,212; p=0,069). Conclusión: Los sujetos obesos presentan un mayor volumen plasmático, aunque igual PSA masa, indicando que la hemodilución sería responsable de la menor concentración plasmática de PSA. P alabras C lave : Obesidad; Cáncer de próstata; Índice de masa corporal (IMC); Antígeno Prostático Específico (PSA); Hemodilución; PSA masa. Cátedra Clínica Urológica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Cuyo. 2 Laboratorio de Enfermedades Metabólicas y Cáncer. Facultad de Farmacia y Bioquímica. Universidad Juan Agustín Maza. * Alumnos becados. 1 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 171 Recent studies point out that obese men have a lower serum Prostatic Specific Antigen (PSA) concentration than men with a normal weight, probably due to a lower androgenic activity and/or a greater plasma volume (hemodilution) that hinder the early diagnosis and detection of prostatic cancer in these patients. Objective: To determine the relation between the body mass index (BMI), hemodilution and screening PSA in Prostate cancer. Material and Methods: 74 men aged 45 - 80 years were chosen. The study consisted in the assessment of body composition by means of anthropometry (weight, height, BMI) and a laboratory test that included a complete blood count and PSA. The total circulating PSA protein (PSA mass) was calculated as PSA concentration multiplied by plasma volume. The statistical analysis was made with Anova and Pearson’s correlation coefficient; the statistical significance was established with a p<0.05. 171 12/19/08 12:02:38 PM Results: The average age was 57.5 years old and the mean BMI 28.29 kg/m². The subjects with BMI between 20-25 kg/m² (n=13) showed a mean PSA of 2.3 ng/ml; in the overweight group (n=43), with a BMI between 25-35 kg/m², the PSA was 1.81 ng/ml; and in the obese one (n=18), with a BMI>30kg/m², a PSA of 1.05 ng/ml. A higher BMI was significantly associated with a lower PSA concentration (r=-0.23; p=0.01) and with a greater plasma volume (r=0.506;p=0.0001). Finally, the PSA mass did not change significantly with the BMI (r=-0.212;p=0.069). Conclusion: Obese subjects show a greater plasma volume but the same PSA mass; this points out that hemodilution could be responsible for the lower Serum PSA concentration. K ey words : Obesity; Prostatic Cancer; Body Mass Index (BMI); Specific Prostatic Antigen (PSA); Hemodilution; PSA mass. I ntroducci ó n El cáncer es una de las causas más importantes de morbimortalidad en el mundo y, en particular, el adenocarcinoma de la próstata (CaP) es la segunda causa de muerte por enfermedades neoplásicas en los Estados Unidos, aumentando progresivamente con la edad1. Su detección precoz permite un espectro mayor de tratamientos mejorando la calidad de vida y la supervivencia del paciente. El antígeno prostático específico (PSA) constituye en la actualidad el marcador más útil del que dispone la Urología para orientar el diagnóstico del CaP por su buena sensibilidad y especificidad para el seguimiento. La modificación del PSA mediante el masaje prostático, las prostatitis y la instrumentación de la uretra posterior son permanente objeto de análisis aunque, actualmente, la influencia de la obesidad es uno de los mayores desafíos que se presentan ante la Urología. La obesidad, definida como una excesiva acumulación de energía en forma de grasa en el organismo, está adquiriendo las características de una auténtica pandemia, y constituye uno de los principales retos actuales para la salud pública mundial, ya que supone una enfermedad con graves consecuencias sobre la salud de quienes la padecen. Estudios recientes han observado que el CaP es diagnosticado tardíamente en los sujetos obesos, debido a que el exceso de tejido adiposo dificulta la detección de este tumor al interferir en la exploración física y exámenes de diagnóstico complementarios2. Uno de los métodos de diagnóstico del CaP más utilizados es la biopsia prostática transrectal ecodirigida, la cual es indicada cuando las concentraciones plasmáticas de PSA son elevadas (> 4 ng/ml) tal como lo indica el Consenso Nacional Inter-Sociedades sobre pautas y tratamiento del CaP3. Los hombres obesos tienen una menor concentración plasmática de PSA que los indivi- duos no obesos, posiblemente debido a una menor actividad androgénica y/o a un mayor volumen plasmático, dificultando el diagnóstico y detección precoz del CaP en estos pacientes. El exceso de tejido adiposo en los individuos obesos conlleva a una mayor aromatización de andrógenos debido a una elevada expresión de P450 aromatasa, aumentando los niveles plasmáticos de estrógenos y disminuyendo la concentración de andrógenos. La secreción de PSA es regulada por andrógenos y los niveles séricos de testosterona menores podrían ser una de las causas de la detección de tumores más avanzados y de pobre diferenciación en estos sujetos.4,5 Además, aquellos hombres con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 kg/m2 presentan un mayor volumen plasmático favoreciendo la disminución de la concentración de marcadores tumorales solubles, entre ellos el PSA. Esta hemodilución podría ser otra de las causas del diagnóstico tardío del CaP en estos sujetos2. El objetivo general del presente estudio es analizar la influencia de la composición corporal sobre el PSA de screening para CaP. M AT E R I A L Y M É T O D O S Población El estudio se llevó a cabo en el Laboratorio de Enfermedades Metabólicas y Cáncer de la Universidad Juan Agustín Maza en colaboración con el Laboratorio de Alta Complejidad “Pérez Elizalde” y el Centro de Investigaciones Urológicas de Mendoza, Argentina. La población admitida para el estudio estuvo constituida por 74 sujetos de sexo masculino elegidos al azar, con edades entre 45 y 80 años, con peso estable (+/- 3 kg durante 3 meses), sin alteraciones endócrinas y/o meta- 172 SAU 73-4.indd 172 12/19/08 12:02:38 PM bólicas conocidas, así como sin prescripción de medicamentos capaces de alterar el valor de PSA. Fueron excluidos los voluntarios con CaP diagnosticado o aquellos considerados de alto riesgo por tener un PSA entre 4-10 ng/ml con reiteradas biopsias prostáticas negativas, PIN de alto grado y/o antecedentes familiares de CaP; y también aquellos que hubieran participado en algún ensayo clínico o intervención nutricional en los últimos 3 meses. (Tabla 1) Diseño del estudio El trabajo consistió en una evaluación de la composición corporal mediante antropometría y un análisis de laboratorio incluyendo hemograma completo y dosaje de PSA total. Todos los hombres que participaron del estudio firmaron un consentimiento escrito a un protocolo previamente aprobado por el Comité de Ética. Determinaciones realizadas Antropometría Las medidas antropométricas directas fueron peso (kg) y talla (m). Con los datos obtenidos se determinó el IMC con el fin de evaluar el estado nutricional y clasificar a los sujetos como: Normopeso (IMC: 20 a 25 kg/ m2), Obesos Grado I (IMC: 25 a 29,9 kg/m2), Obesos Grado II (IMC: 30 a 40 kg/m2 ) y Obesos Grado III (IMC: > 40 kg/m2 ). Todas las determinaciones antropométricas se efectuaron a primera hora de la mañana y en ayunas. Los voluntarios se encontraban descalzos y con bata de exploración en el momento de la valoración. El equipo utilizado fue una balanza con tallímetro de precisión. Criterios de Inclusión Edad entre 45-80 años Peso estable (+/-3 kg durante 3 meses) Sin alteraciones endócrinas y/o metabólicas conocidas. Sin prescripción de medicamentos capaces de alterar el valor de PSA. Criterios de exclusión CaP diagnosticado. PSA entre 4-10 ng/ml con reiteradas biopsias prostáticas negativas. PIN de alto grado. Antecedentes familiares de CaP Aquellos que hubieran participado en algún ensayo clínico o intervención nutricional en los últimos 3 meses. Tabla 1. Criterios de Inclusión y Exclusión. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 173 Análisis de laboratorio • Hemograma completo: Se utilizó sangre recién extraída con ácido etilen-diamino-tetraacético (EDTA) como anticoagulante y se procesó en un contador hematológico CELL-DYNN 1700 de Abbott. Se obtuvieron resultados de: recuento de glóbulos rojos/mm3, recuento de leucocitos/mm3, recuento de plaquetas/mm3, Hematócrito (%) y Concentración de Hemoglobina (g/dl). • PSA total: Se determinó en suero por MEIA (Elisa por inmunoensayo con micropartículas). Se empleó el kit de reactivos IMX de Abbott. • PSA masa: Se define como la cantidad total de proteína antigénica en circulación. Su valor se calculó como: [PSA (ng/ml) x VP (l)], correspondiendo VP al Volumen Plasmático que se calcula como: [Superficie Corporal (SC) x 1670]. La SC del paciente se determina mediante los siguientes cálculos: [peso0.425 x talla0.72 x 0.007184]. Los resultados de PSA masa se expresan en μg (Tabla 2). Análisis estadístico Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS para Windows versión 15.0 (SPSS, Inc., Chicago), seleccionándose los siguientes estadísticos descriptivos: media aritmética como medida de tendencia central y desviación típica de la media como medida de dispersión. En lo que respecta a la estadística inferencial para establecer posibles diferencias y asociaciones entre las distintas variables antropométricas y los valores de laboratorio, se utilizaron la prueba de Anova y los coeficientes de correlación de Pearson y Spearman según el criterio de normalidad de las variables establecido con el test de normalidad de Kolmogorov – Smirnov (Lilliefors). En todos los casos, se utilizó un nivel mínimo de significancia de p < 0,05. BMI (kg/m2): Peso (kg)/ Talla (m)2 Superficie Corporal (m2): (Peso)0.425 x (talla)0.72 x 0.007184 Volumen plasmático (l) Superficie Corporal x 1.670 PSA MASS (μg): Es la cantidad total de proteína (PSA) en circulación. PSA x volumen plasmático Tabla 2. Fórmula para cálculo de PSA masa. 173 12/19/08 12:02:38 PM R E S U LTA D O S El grupo de voluntarios estuvo constituido por 74 sujetos de sexo masculino, con una edad promedio de 57,2 años y un IMC promedio de 28,3 kg/m2 (Tabla 3). Al dividir la población en estudio según el IMC pudimos observar que los sujetos con IMC entre 20-25 kg/ m2 (n = 13), es decir con un estado nutricional normal, presentaron un PSA promedio de 2,3 ng/ml, mientras que los voluntarios con sobrepeso (n= 43), IMC entre 25- 30 kg/m2, tenían un valor de PSA promedio de 1.81 ng/ml; y los obesos (n = 18), con IMC > 30kg/m2, un PSA de 1,05 ng/ml. (Figura 1). La diferencia en los valores de PSA fue estadísticamente significativa entre los tres grupos (p<0,05). Finalmente, se compararon los valores de concentración plasmática de PSA, volumen plasmático y PSA masa observándose que un mayor IMC se asocia significativamente con una menor concentración plasmática de PSA ( r= -0,23; p = 0,01) (Figura 2) y con un mayor volumen plasmático (r = 0,506; p = 0,0001). Mientras que el PSA masa no varió significativamente con el IMC (r = -0,212; p = 0,069) (Tabla 4). Figura 1. Valor de PSA según el estado nutricional. DISCUSIóN Numerosos estudios han intentado interpretar la asociación entre la cantidad de tejido adiposo corporal y el CaP, aunque los resultados no han sido concluyentes debido a que existe una gran dificultad para evaluar los efectos de la obesidad sobre el desarrollo de este tipo de tumor6-8. Figura 2. Correlación entre IMC y valor de PSA. IMC< 25kg/m2 IMC 25-30kg/m2 IMC> 25kg/m2 Edad (años) 56,1+13,6 58+9,8 56,3+8,8 Peso (kg) 76,1+8,8 84,5+7,41 104+12,8 Talla (cm) 180,6+7 174,4+6,6 176,1+6,5 Superficie Corporal (m2) 1,9+0,1 1,99+0,1 2,2+0,1 IMC (kg/m2) 23,3+2 27,7+1,3 33,4+2,9 Tabla 3. Características de la muestra. IMC< 25kg/ m2 IMC 25-30kg/m2 IMC> 25kg/ m2 P PSA total 2,2+2,4 1,8+1,8 0,9+0,6 p=0,04* Volumen Plasmático 3,3+0,2 3,3+0,2 3,7+0,3 p=0,0001*** 7+7,4 6,1+6,2 3,3+1,9 p=0,07n.s. PSA Masa Tabla 4. Valores de Laboratorio según el IMC. 174 SAU 73-4.indd 174 12/19/08 12:02:38 PM La obesidad influiría sobre el desarrollo de esta neoplasia al asociarse con un mayor riesgo de tumor avanzado y pobremente diferenciado debido a dificultades en el diagnóstico y detección precoz en sujetos obesos. Por ello, se nos presenta el desafío de hallar técnicas de diagnóstico más apropiadas para este grupo de personas. El Consenso Nacional Interdisciplinario sugiere realizar, entre otros procedimientos, una exploración física, un dosaje de PSA y una biopsia prostática transrectal ante valores de PSA superiores a 4 ng/ml3. La concentración plasmática de PSA es un método sencillo de screening de CaP y uno de los marcadores tumorales más utilizados para la posterior indicación de procedimientos diagnósticos de mayor complejidad. El PSA es una proteína producida por las células epiteliales de los túbulos y ácinos prostáticos en la próstata normal y patológica. Tiene una vida media de 3 días y variaciones diarias en su valor del 7 al 12%1. El valor de corte establecido para la población sana es de 4 ng/ ml, aunque existen circunstancias (instrumentación de la uretra posterior, el masaje prostático, la eyaculación, el peso de la próstata, etc.) y medicamentos (inhibidores de la 5α-reductasa, los antiandrógenos, los estrógenos o aquellos que modifiquen la liberación de hormonas gonadotróficas, etc.) que modifican estos valores. En la actualidad, disponemos de estudios que indican que el exceso de tejido adiposo podría influir sobre la concentración plasmática de PSA también9-12. En nuestro trabajo, pudimos observar que los obesos presentaron una concentración plasmática total de PSA menor a los valores hallados en la población en general. Estos resultados coinciden con otros estudios poblaciones que sugieren que los pacientes con un IMC >30kg/m2 tienen una concentración plasmática total de PSA de aproximadamente un 10 a 32% menor que los sujetos con peso normal13,14. Las hipótesis planteadas para explicar las posibles causas de esta disminución se relacionan con un mayor volumen plasmático presente en los individuos obesos y los bajos niveles de testosterona característicos de estos pacientes que indican una menor regulación androgénica2. Al observar nuestros resultados, podemos concluir que los bajos valores de PSA se deberían principalmente a una hemodilución causada por el mayor volumen plasmático ya que, el IMC se correlacionó negativamente con la concentración plasmática de PSA, positivamente con el volumen plasmático y no se observaron diferencias estadísticamente significativas en el valor de PSA masa que representa la cantidad total de proteína (PSA) independientemente del volumen plasmático. Por esta misma razón, podríamos descartar la in- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 175 fluencia de la menor actividad androgénica sobre la concentración de PSA en nuestros voluntarios porque, si ésta fuera la causa, el PSA masa sería menor por una menor producción de PSA en las células epiteliales prostáticas. Sin embargo, los valores de PSA masa fueron similares en los tres grupos, coincidiendo con los hallazgos de otros investigadores2,13,14. CONCLUSIóN Los sujetos obesos presentan un mayor volumen plasmático, aunque igual PSA masa, lo que indicaría que la hemodilución sería responsable de la menor concentración plasmática de PSA. Podemos inferir entonces que los pacientes obesos deberían ser biopsiados ante el hallazgo de un PSA menor al establecido para la población general. Esto permitiría el diagnóstico de muchos CaP que actualmente se “escapan” y que luego se desarrollan de manera muy agresiva. B I B L I O G R A Fí A 1. López Laur JD.: Manual de Urología Moderna. Editorial Atlante, 2005. 2. Bañez LL, Hamilton RJ, Partin AW, Sun L, Rodríguez C, Wang Y, Terris MK, Aronson WJ, Presti JC Jr, Kane CJ, Amling CL, Moul JW, Freedland SJ.: Obesity-related plasma hemodilution and PSA concentration among men with prostate cancer. JAMA 298:2275-2280, 2007. 3. Consenso Nacional Inter-Sociedades sobre pautas para el Diagnóstico y Tratamiento de Cáncer de Próstata. Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. 2008. 4. Physical status: the use and interpretation of anthropometry: report of a WHO Expert Committee. World Health Organ Teach Rep Ser. 854:1-452,1995. 5. Das UN.: Is obesity an inflammatory condition? Nutrition. 17:953-966, 2001. 6. Hsing AW, Sakoda LC, Chua S Jr.: Obesity, metabolic syndrome, and prostate cancer. Am J Clin Nutr 843-57, 2007. 7. Freedland SJ, Platz EA.: Obesity and prostate cancer: making sense out of apparently conflicting data. Epidemiol Rev 29: 88-97, 2007. 8. Mistry T, Digby J, Desai K, Randeva H.: Obesity and Prostate Cancer: A role for Adipokines. European Association of Urology 52: 46-53, 2007. 9. Han JH, Choi NY, Bang SH, Kwon OJ, Jin YW, Myung SC, Chang IH, Kim TH, Ahn SH.: Relationship Between Serum Prostate-Specific Antigen Levels and Components of Metabolic Syndrome and Healthy Men. Urology (en prensa), 2008. 10. Freedland SJ, Sun L, Kane CJ, Presti JC, Terris MK, Amling CL, Moul JW, Aronson WJ.: Obesity and Oncological outcome after radical prostatectomy: impact of prostate-specific antigen-based prostate cancer screening: results from the Shared Equal Access Regional Cancer 175 12/19/08 12:02:38 PM Hospital and Duke Prostate Canter Databases. BJU Int (en prensa), 2008. 11. Price MM, Hamilton RJ, Robertson CN, Butts MC, Freedland SJ.: Body mass index, prostate-specific antigen and digital rectal examination findings among participants in a prostate cancer screening clinic. Urology 71:787791, 2008. 12. Larré S, Azzouzi AR, Cancel-Tassin G, Cormier L, Villette JM, Hoffman P, Drelon I, Baschet F, Mangin P, Cussenot O.: Impact of obesity on PSA in prostate cancer screening. Prog Urol. 17:815-818, 2007. 13. Baillargeon J, Polloxk BH, Kristal AR, Bradshaw P, Hernández J, Basler J, Higgins B, Lynch S, Rozanski T, Troyer D, Thompson I.: The association of body mass index and prostate-specific antigen in a population-based study. Cancer 103:1092-1095, 2005. 14. Werny DM, Thompson T, Saraiya M, Freedman D, Kottiri BJ, German RR, Wener M.: Obesity is negatively associated with prostate-specific antigen in U.S. men, 2001-2004. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 16:70-76, 2007. 176 SAU 73-4.indd 176 12/19/08 12:02:38 PM artículo original original A R T I C L E Utilización de submucosa de intestino delgado porcino (SIS) para la reconstrucción de túnica albugínea posterior al reimplante de las prótesis de pene Porcine small intestine submucosa (SIS) for reconstruction of the tunica albuginea after reimplantation of penile prosthesis Dres. Paulo Palma; Miriam Dambros; Cássio Riccetto; Marcelo Thiel; Juan Manuel Olivares.¹ Objetivo: Una de las dificultades encontradas luego de la infección de la prótesis de pene es el cierre primario de la albugínea, esto puede verse facilitado mediante el uso de submucosa de intestino delgado porcino (SIS), debido a que nos aporta un tejido con gran resistencia y biocompatibilidad. Técnica Quirúrgica: El reimplante de una prótesis de pene después de la extracción de la prótesis infectada puede tener alguna dificultad. Cuando se realiza el reimplante se puede utilizar SIS, se debe hidratar con solución salina al 0,9%, y debe ser interpuesta y suturada con puntos de sutura de poliglactina 3-0. Conclusión: El SIS es seguro y eficaz para este subgrupo de pacientes. Son necesarios más estudios para confirmar este buen resultado inicial. P alabras clave : Prótesis; Pene; Injerto. Objective: One of the difficulties faced after penile prosthesis infection is the primary closing of the albugínea that may be facilitated by using porcine small intestine submucosa (SIS), which has enough strength and is biocompatible. Surgical Technique: Reimplanting penile prothesis after rods extrusion due to infection may have some difficulty. When a second procedure is indicated the SIS, after hydration in 0.9% saline solution, should be interposed and sutured with running 3-0 polyglactin stitches. Conclusion: SIS is safe and effective for this subset of patient. More studies are required to confirm this good initial result. División de Urología, Universidad Estatal de Campinas-UNICAMP, Campinas, SP, Brasil. K ey words : Prothesis; Penis; Graft. 1. Ex residente Policlínica Bancaria 9 de Julio, Buenos Aires, Argentina. Dirección para la correspondencia: Paulo Palma Rua José Pugliesi Filho 265 Campinas-SP, Brasil. CEP: 13085815 Teléfono: 55 19 3788 7481 E-mail: ppalma@uol.com.br Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 177 INTRODUCCIÓN Las complicaciones que pueden ocurrir después de la implantación de prótesis de pene son: hematomas, la perforación de la albugínea, lesiones uretrales e infecciones. La implantación de una nueva prótesis resulta complicado cuando la fibrosis se produce pos177 12/19/08 12:02:38 PM Figura 1. El SIS es utilizado como parche para cerrar la brecha en la túnica albugínea. Figura 2. Se utilizan suturas de poliglactina para fijar el SIS. terior a la eliminación de la prótesis infectada. Para el reimplante de la nueva prótesis se puede necesitar el uso de material sintético o injerto de vena safena.5 La submucosa de intestino delgado porcino (SIS) es utilizada también como malla para la incontinencia urinaria de esfuerzo en mujeres y como un apósito biológico para una amplio tipo de lesiones traumáticas. Se compone de tres capas de matriz acelular que sustituye al tejido conjuntivo en un plazo de tres meses. Es biocompatible y tiene buena resistencia después de la hidratación1,2. Este estudio describe el uso de este injerto en la reconstrucción de la albugínea después de la reimplantación de las prótesis de pene. ño de la albugínea abierta (tamaño del injerto 2 x 10 cm y 0,4 mm de espesor). Se utilizan puntos de sutura con poliglactina 3-0, se fija la submucosa intestinal de modo que no quede tensión. Además del cuidado postoperatorio para la curación, es también necesario terapia antibiótica sistémica. T é cnica q uir ú rgica La prótesis infectada es removida de los cuerpos cavernosos del pene, se recomienda realizar un buen lavaje con una solución antibiótica. Las opciones quirúrgicas son el implante inmediato de una nueva prótesis o la reimplantación después de que la infección se ha resuelto. Cuando la reimplantación se retrasa, la fibrosis se produce en el cuerpo cavernoso, lo que hace difícil una segunda dilatación y reduce el tamaño de la nueva prótesis. A veces, durante la reimplantación, no es posible cerrar la albugínea y por lo tanto se puede utilizar el injerto de submucosa intestinal porcina. En primer lugar, el material debe ser re-hidratado en solución salina y solución antibiótica con el fin de ganar resistencia mecánica con su hidratación y se pueda ajustar al tama- C O M E N TA R I O S Se presenta un caso de un paciente de 68 años de edad, diabético, al que se le realizó un reimplante de prótesis peneana. El primer procedimiento fracasó debido a la infección y extrusión de las prótesis. Cuando las prótesis de pene se reimplantan, el cierre de la túnica albugínea puede ser dificultoso, y por lo general requiere el uso de injertos, como Dacron, politetrafluoretileno (PTFE), safena porcina o la submucosa del intestino delgado (SIS), tal como se describe en este estudio (Figura 1). El SIS es utilizada después de re-hidratarse durante 10 minutos en una solución salina o solución de Ringer lactato. La distancia entre las suturas no debe ser superior a 2 mm (Figura 2). Esta banda tiene un superficie microscópica lisa de un lado y una superficie áspera, por el otro. Tiene un orificio, que cuando está situado en la esquina superior derecha indica que el lado áspero es hacia arriba. La diferencia funcional entre las dos partes es mínima, pero los estudios en cultivos celulares sugieren que el crecimiento del epitelio celular es moderadamente favorable sobre la cara lisa, incorporando y sustituyendo al tejido receptor3. Los estudios demuestran que el SIS tiene una alta resistencia 178 SAU 73-4.indd 178 12/19/08 12:02:40 PM contra la infección en comparación con material sintético. Otro mecanismo responsable de su resistencia es la rápida neovascularización inducida cuando este material se implanta. El SIS también es utilizado, no sólo en la urología, sino tambien en ginecología y cirugía gastrointestinal4. El buen resultado obtenido en la reparación del defecto de la albugínea en este paciente, sugiere que el SIS puede ser una alternativa atractiva cuando el injerto albugínea es necesario. B ibliogra f ía 1. Badylak SF, Lantz GC, Coffey A, Geddes LA.: Small intestine submucosa as a large diameter vascular graft in the dog. J Surg Res, 47:74-80,1989 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 179 2. Hiles MC, BadylakSF, Lantz GC, Kokini K, Geddes LA, Morff RJ.: Mechanical propertier of xenogenic small-intestinal submucosa when used as an aortic graft in the dog. J Biomed Mater Res, 29:883-892,1995. 3. Badylak SF: En: Bell E. (ed.), Ingeniería tisular: Perspectivas actuales. Cambridge: Burkhauser Publishers, pp. 179-189, 1993. 4. Badylak SF, CA Coffey, Lantz GC, Tacker W, Geddes LA: Comparison of the resistance to infection of intestinal submucosa arterial autografts versus polytetrafluoroethylene arterial prostheses in a dog model. J Vasc Surg,19:465-472, 1994. 5. Hernández Bustillo Manuel H, Lara Macías Juan Antonio: Tratamiento quirúrgico de la enfermedad de La Peyronie- Bol Coleg Mex Urol 1997; 14(2): 85-88. 179 12/19/08 12:02:40 PM artículo original original A R T I C L E Gangrena de Fournier Veintiséis casos en dos años Fournier’s Gangrene Twenty-six cases in two years Dres. Esponda, Alvaro1; Amarilla, Abel2; Díaz, Fernando2; Aguirre César2; Obregón, Hugo3. Introducción: La Gangrena de Fournier es una fascitis infecciosa, necrotizante con afectación del periné, piel de pene y escroto, que puede comprometer pared abdominal, ya que se extiende a través de las fascias. Se manifiesta en pacientes con comorbilidad asociada y presenta elevada mortalidad, siendo poco descripta por su infrecuencia. Objetivos: Describir incidencia y mortalidad; identificar patologías subyacentes y microbiología presente y determinar la población comprometida y sus características demográficas. Material y Métodos: Se analizaron 26 historias clínicas de pacientes atendidos durante un período de 2 años (2005-2007) evaluando los objetivos antes mencionados. Se interpretaron y analizaron los datos codificados. Los resultados se expresaron en tablas de frecuencia y estadísticas descriptivas. Resultados: Se observó la presentación de 26 casos de pacientes con Gangrena de Fournier en 1.000 ingresos urológicos, durante el período citado, presentándose en un 100% en hombres, una mortalidad del 23% (n = 6). La causa de muerte más frecuente fue sepsis en 83,3% de los casos. El 65,4% de los pacientes fueron derivados de localidades del interior, y el 34,6% procedieron de la capital provincial. El promedio del tiempo transcurrido desde el inicio de la patología hasta la consulta fue de 6,1 días (±3,08). La edad media fue de 53,16 (±12,65). Las patologías subyacentes halladas en los pacientes con diagnóstico de Gangrena de Fournier al ingreso fueron: Diabetes mellitus, Desnutrición, Etilenolismo Crónico, Instrumentación urológica, HIV, Insuficiencia renal crónica, Ca de uretra. La mediana del tiempo de internación fue de 21 días,(±24,67). Los pacientes derivados de localidades del interior, representaron el 65,4% (n=17), y el 34,6% (n=9) procedieron de la ciudad de Resistencia. El hallazgo bacteriológico predominante fue flora mixta en 81% (n: 21) de los casos, habiendo sido la E. coli el germen hallado más frecuente y en segundo lugar los gérmenes anaerobios. Conclusión: De acuerdo con los resultados concluimos que la Gangrena de Fournier es una patología mucho más frecuente en nuestro medio, de baja mortalidad según la literatura mundial, la mayoría a causa de sepsis en coincidencia con lo descripto, al igual que lo observado con los factores de riesgo y la microbiología. El tratamiento médico y quirúrgico instaurado precozmente son determinantes para la buena evolución de la enfermedad Médico Residente. Servicio de Urología. Hospital Julio C. Perrando. Los Hacheros 347. Dpto 2. Resistencia. Chaco. Teléfono: 03722-15398188 Mail: alvaroesponda@hotmail.com 2 Médicos residentes. Servicio de Urología. Hospital Julio C. Perrando P alabras claves : Gangrena de Fournier; Fascitis necrotizante; Diabetes mellitus; Flora Resistencia, Chaco. 3 Jefe de Servicio de Urología. Hospital polimicrobiana. Julio C. Perrando, Resistencia. Chaco. Docente Adjunto de la Catedra de Urología. Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Introduction: The Fournier’s Gangrene is a fascitis infectious necrotizing which affects the perine, Nordeste. the skin of the penis and scrotum, which can affect the abdominal wall, due to the fact that this 1 Servicio de Urología, Hospital Julio C. Perrando, Resistencia, Chaco, Argentina. gangrene extends throughout the fascias. This gangrene manifest mainly in patients with concomitant diseases, showing high rates of mortality even though it is briefly described in the bibliography, as it is an infrequent pathology. 180 SAU 73-4.indd 180 12/19/08 12:02:40 PM Objetives: To describe the incidence and mortality; to identify the underlying pathology and microbiology presented; to determine the amount of people affected by it as well as the demographic characteristics in which the disease is more frequent. Material and Methods: Twenty six doctors’ reports were analysed for the period of two years (20052007), taking into consideration the aims previously mentioned. The codified information was interpreted and analysed. The results were shown in reports of different kinds. Results: Twenty six cases of Fournier’s gangrene out of 1000 (one thousand) patients with urologic problems were observed, during the period cited above (2005-2007). According to the results, this disease appeared in 100% in men, with a rate of mortality of 23% (n-6). The most frequent cause of death was produced by sepsis, reaching the 83% of the cases. The 65.4% of the patients were from interior cities of the state, the 34.6% were from the capital city of the state. The average time between the beginning of the pathology to the appointment with the doctor was of 6.1 days (3.08). The average age of the patients was 53.16 (12,65). The underlying pathologists found in patients diagnosed with Fournier’s gangrene were: Diabetes mellitus, bad nutrition, chronic alcoholic, use of urologic instruments or tools, AIDS, instage renal failure, cancer of urethra. The average of days patients were in hospital was 21 days (24,57). Patients coming from interior cities represented the 65,4% (n-17) the 34,6% (n-9) came from Resistencia city (capital of the state). The predominant bacteriological discovery was mixed flora in 81% (n: 21) of the cases, having been the E. coli the bacteria found in the first place and anaerobics bacterias in the second place. Conclusion: According to the results it is possible to conclude that the Fournier gangrene is a pathology much more frequent in our area with a low rate of mortality according to the world-wide literature. Most of the cases are due to the sepsis as we have already described and observed about the risk factors and microbiology. The imminent use of medical and surgical treatments are crucial for the good evolution of the disease. K ey words : Fournier´s Gangrene; necrotizing fasciitis; Diabetes Mellitus; mixed microbiologic flora. I ntroducci ó n y O b j eti v o M ateriales y m é todos La Gangrena de Fournier es una enfermedad infecciosa, necrotizante con afectación del periné, pene, escroto, y pared abdominal5, dando lugar a un cuadro tóxico infeccioso agudo de elevada mortalidad con tasas que alcanzan al 80%, infrecuente, observándose en 1 paciente cada 7.500 ingresos hospitalarios urológicos, que afecta predominantemente a hombres mayores de 60 años con comorbilidad asociada4. Con el interés de conocer las características de nuestros pacientes, realizamos este estudio descriptivo y retrospectivo. El objetivo de nuestro trabajo fue conocer la incidencia y mortalidad de la Gangrena de Fournier en nuestro hospital, identificar las patologías subyacentes, microbiología presente y caracterizar la población comprometida y demografía de la misma. Se analizaron retrospectivamente 26 Historias clínicas pertenecientes a pacientes con diagnóstico de Gangrena de Fournier ingresados al Servicio de Urología del Hospital Julio. C. Perrando, desde 1 de febrero de 2005 hasta el 28 de febrero de 2007 analizándose las siguientes variables: incidencia de esta patología teniendo en cuenta la totalidad de ingresos urológicos durante el período citado, edad, sexo, lugar de procedencia (interior de la provincia o ciudad capital), el tiempo transcurrido desde el inicio de la enfermedad (primeros signos y síntomas relacionados) hasta el ingreso a nuestro hospital, el tiempo de internación, las patologías subyacentes asociadas, la flora microbiológica y mortalidad. Con los datos codificados se elaboró una matriz y el análisis e interpretación de los mismos se realizó mediante el programa estadístico SPSS versión 11,5. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 181 181 12/19/08 12:02:40 PM Los resultados se expresaron en tablas de frecuencia y estadísticas descriptivas. Y el análisis de asociaciones se realizó mediante el odd ratio expresado junto al intervalo de confianza al 95%, se consideró significativo a valores de P < 0,05. R esultados De los datos analizados se observó la presentación de 26 casos de pacientes con Gangrena de Fournier en 1.000 ingresos urológicos, durante el período citado, presentándose en un 100% en hombres, con una tasa de mortalidad del 23% (n = 6), siendo la causa de muerte más frecuente: sepsis en 83,3% de los casos (Gráfico 1). El 65,4% de los pacientes fueron derivados de localidades del interior de la provincia, y el 34.6% procedieron de la capital, ciudad de Resistencia. El promedio del tiempo transcurrido desde el inicio de la patología hasta la consulta fue de 6,1 días (±3,08). La edad media fue de 53,16 (±12,65) (Tabla 1). Las patologías subyacentes halladas en los pacientes con diagnóstico de Fascitis Necrotizante al ingreso fueron: Gráfico 1. Causa de muerte en pacientes internados por Gangrena de Fournier en el Servicio de Urología Htal. Perrando (2005-2007) n=26. Diabetes mellitus, Desnutrición, Etilenolismo Crónico, Instrumentación urológica, HIV, Insuficiencia renal crónica, Ca de uretra, (Gráfico 2). La mediana del tiempo de internación fue de 21 días, (±24,67). Los pacientes derivados de localidades del interior de la provincia representaron el 65,4% n=17, y el 34,6% n=9, procedieron de la ciudad de Resistencia. El hallazgo bacteriológico predominante fue flora mixta en 81% (n: 21) de los casos, habiendo sido la E. coli el germen hallado más frecuente y en segundo lugar microorganismos anaerobios, no pudiéndose identificar éstos últimos (Gráfico 3). D iscusi ó n La causa por la cual tenemos mayor número de pacientes con diagnóstico de Gangrena de Fournier puede deberse a una sumatoria de factores como alta incidencia de desnutrición y bajo nivel socioeconómico que lleva a una consulta tardía; dejando a la libre evolución de la enfermedad, con los riesgos que esto significa4. No encontramos diferencias significativas con la bibliografía consultada en cuanto a la edad de presentación8,11 y sexo6. A todos los pacientes ingresados en nuestro Servicio con sospecha diagnóstica de Gangrena de Fournier se les realizó laboratorios de rutina, incluyendo analítica sanguínea (hemograma, glucemia, uremia, ionograma, creatininemia), coagulograma, albúmina, calcemia, hepatograma, EAB, urocultivos y hemocultivos. Observamos que la hipoalbuminemia, hipocalcemia, acidosis metabólica, coagulopatía y anemia crónica son signos de mal pronóstico debido a la relación de éstos y la evolución de los pacientes que los presentaron. Ante la sospecha clínica de la enfermedad, se solicitó radiografía simple de región genital, tomando como un parámetro diagnóstico la presencia de enfisema subcutáneo9; en los casos de duda diagnóstica se realizó ecografía de bolsas escrotales para aclarar diagnóstico diferencial y delimitar la fascitis. La Tomografía Computada se efectuó a pacientes con mala evolución inicial, con la intención de detectar colecciones retroperito- N Mínimo Máximo Media Desv. típ. EDAD 26 28 79 53,81 12.825 N válido (según lista) 26 Tabla 1. Tabla según edad mínima y máxima de los pacientes internados por Gangrena de Fournier en el Servicio de Urología Htal. Perrando (20052007) n=26. 182 SAU 73-4.indd 182 12/19/08 12:02:40 PM Gráfico 2. Distribución porcentual según patología subyacente en pacientes internados por Gangrena de Fournier en el Servicio de Urología Htal. Perrando (2005-2007) n=26. Gráfico 3. Distribución porcentual de Gérmenes aislados en pacientes internados por Gangrena de Fournier en el Servicio de Urología Htal. Perrando (2005-2007) n=26. neales, en ningún caso solicitamos Resonancia Nuclear Magnética. Se puede objetivar que en coincidencia con la bibliografía las patologías de base más frecuentemente asociadas fueron Diabetes mellitus1,2, Etilenolismo Crónico y Desnutrición, presentándose solas o asociadas y que la microbiología correspondió a flora polimicrobiana en la mayoría de los casos, siendo el germen más frecuentemente hallado E. coli y anaerobios, no pudiéndose tipificar éstos últimos debido a no contar con medios de cultivo específicos. El esquema inicial de tratamiento consistió en antibioticoterapia empírica posterior a la toma de hemo y urocultivo, utilizándose dos esquemas diferentes según el compromiso clínico de los pacientes y de acuerdo con normativas del Servicio de Infectología de nuestro hospital. A los pacientes sin compromiso hemodinámico se instauró ciprofloxacina- metronidazol/clindamicina; y en Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 183 aquellos con mayor compromiso clínico (alteraciones hemodinámicas, fallo renal, fallo hepático, fascitis, miositis y/o celulitis con extensión extragenital, esfacelo y necrosis característica de la piel) se les administró piperacilina-tazobactam más vancomicina o amikacina más imipenem, todos los antibióticos ajustados según función renal7. Posterior al tratamiento médico inicial, y con el paciente en condiciones quirúrgicas, en todos los casos dentro de las 24 horas del ingreso hospitalario se realizó tratamiento quirúrgico agresivo, con resección completa del tejido necrótico, incluyendo piel de pene y escroto, y debridamiento de las fascias comprometidas y planos musculoaponeuróticos en caso de afectación de los mismos; con amplios márgenes, incluyendo 1,5 cm de tejido sano aproximadamente. En cuanto a los testículos, cordones espermáticos y pene expuestos; se cubrieron por separado con gasas vaselinadas furacinadas. 183 12/19/08 12:02:49 PM Al 100% de los pacientes se les realizó cistostomía suprapúbica con el fin de derivar la orina en la mayoría de los casos infectada, eliminando las causas de retención, mejorando el funcionamiento renal y contribuyendo a la resolución del foco local. En 5 pacientes fue necesaria la realización de colostomía a cabos divorciados por extensión del proceso al periné posterior. El tiempo de internación varió según la evolución. El manejo postoperatorio se basó en curaciones dos veces por día, previa analgesia con opiáceos, realizando lavado enérgico con solución fisiológica en abundante cantidad, cubriendo en forma alternada con gasas furacinadas vaselinadas y gasas con iodopovidona vaselinadas, con el objetivo de evitar la selección de flora patógena durante los primeros días y posteriormente se instauró sacaroterapia para favorecer la granulación del lecho quirúrgico. Del total de los pacientes, el 70% (n=18), necesitó al menos una reintervención quirúrgica para toilette de las heridas y resección de tejidos necróticos; de éstos más de la mitad requirió dos o más toilettes. Cabe destacar que si bien la Gangrena de Fournier es una fascitis, tres pacientes, todos ellos diabéticos, con fallo renal y enfermedad panvascular, presentaron compromiso de los cuerpos cavernosos debiéndose efectuar penectomía parcial. La terapia con Oxígeno Hiperbárico10 no se pudo evaluar debido a la falta de Cámara Hiperbárica en nuestro medio. En cuanto a las causas de muerte, cinco fueron por sepsis y fallo multiorgánico y un caso por infarto de miocardio en el perioperatorio de la cirugía plástica reconstructiva. Cabe destacar que los tres pacientes penectomizados obitaron antes de la semana de postoperatorio; quedando supeditado a una nueva investigación la existencia de alguna relación entre la afectación en profundidad y la mortalidad de la patología. Todos los pacientes que evolucionaron favorablemente fueron derivados al alta al Servicio de cirugía plástica de nuestro hospital con el objetivo de realizar la reconstrucción del lecho quirúrgico, el cual consiste en resección del tejido de granulación para injertos de piel y colgajos cutáneos. Posteriormente, previo la resolución de la patología de base, se retiró cistotomía suprapúbica y se efectuó la reconstrucción del tránsito intestinal. La baja mortalidad en nuestra casuística puede deberse a un mayor número de casos, adquiriendo más experiencia en el manejo de esta enfermedad, lo que permite arribar a un diagnóstico precoz y una elección correcta del tratamiento médico/quirúrgico; el cual debe ser agresivo, radical, representando los pilares fundamentales en el manejo de la Gangrena de Fournier, con el fin de lograr una mejor evolución y recuperación de los pacientes. C onclusi ó n De acuerdo con los resultados concluimos que la Gangrena de Fournier es una patología mucho más frecuente en nuestro medio que lo citado en la literatura mundial, con una mortalidad menor a la descripta, siendo la mayor causa de óbitos, falla multiorgánica por sepsis en coincidencia con los trabajos consultados, al igual que lo observado con los factores de riesgo y la microbiología. El tratamiento médico y quirúrgico instaurados precozmente son determinantes para la buena evolución de la Gangrena de Fournier. Aún quedan interrogantes, los cuales nos incentivan a continuar con la investigación de esta patología. B ibliogra f ía 1. Archer MI: Diabetes mellitus and Fournier’s gangrene; Diabet med. May 1996 vol 3, issue 3, p. 268-269. 2. Ching TJ; Tang YB; Lin BJ; y cols.: Fournier’s Gangrene as initial clinical manifestation of Diabetes Mellitus; J Formos, Feb. 1996 vol. 95, issue 2, p. 184-186. 3. Hosseim SJ; Fournier’s Gangrene: a results of 12 patients; Urology J. 2006 vol 3; issue 3; p.165-170. 4. Holtter J: Fournier’s Gangrene as the presentign sign of undiagnosed human inmunodeficiency virus infection; J. Urology; jan. 1996 vol.55; issue 1; p. 291-292. 5. Rayser FC; Desai A; Peterson S. y cols.: Contemporary Surgery (año 2003; 59(9); p. 412-416. 6. Hayde WA; Hernández A; Fleites Castro A: Gangrena de Fournier. Infección necrotizante del periné y genitales externos a propósito de 5 casos; Revista Cubana de Cirugia; 1995 vol. 34 (2). 7. Kearney GP; Carling PC; Fournier’s Gangrene: an approach to its management J Urology 1983; 130: 695-698. 8. Eke N: Fournier’s gangrene: a review of 1726 cases. Br J Surg 2000 Jun; 87(6): 718-728. 9. Quatan N, Kirby RS: Improving outcomes in Fournier’s gangrene. BJU Int 2004 Apr; 93(6): 691-692. 10. Capelli-Schellpfeffer M, Gerber GS: The use of hyperbaric oxygen in urology. J Urol 1999 Sep; 162(3 Pt 1): 647-654. 11. Basoglu M, Gul O, Yildirgan I: Fournier’s gangrene: review of fifteen cases. Am Surg 1997 Nov; 63(11): 1019-1022. 184 SAU 73-4.indd 184 12/19/08 12:02:49 PM artículo original original A R T I C L E Dolor crónico pelviano Chronic pelvic pain Dres. Nilda Silvia González Primomo; Alicia Cristina Bertotti; Eduardo Eyheremendi; Juan Paterlini; Gastón López Fontana; Osvaldo Néstor Mazza. Introducción: Según la Sociedad Internacional de Dolor Pelviano (IPPS), se denomina Dolor Crónico Pelviano (CPP) a aquel dolor referido por debajo de la línea umbilical, de por lo menos 6 meses de duración y lo suficientemente severo como para causar trastornos funcionales o requerir tratamiento. Se trata pues de un síndrome que resulta de una compleja interacción entre los sistemas neurológico, musculoesquelético y endocrinológico, influidos luego por factores conductuales y psicológicos. Objetivos: Describir las distintas patologías de consulta urológica asociadas con dolor crónico pelviano (CPP); puntualizar la evaluación del paciente y explicar las distintas opciones terapéuticas empleadas. Pacientes y Métodos: Se presentan en forma retrospectiva aquellos pacientes que consultaron por distintos cuadros de disfunción miccional y CPP; los estudios a los que fueron sometidos para arribar al diagnóstico; los distintos tratamientos instituidos y los resultados obtenidos. Conclusiones: El CPP es un síndrome que resulta de un interjuego complejo de fenómenos biológicos y psicosociales y si bien los orígenes más frecuentes son gastrointestinal; urológico; ginecológico, psicológico; musculoesquelético y neurológico, son muchos los factores que contribuyen a una experiencia dolorosa individual, de ahí que consideremos de suma importancia un estudio integrado multidisciplinario para su diagnóstico y tratamiento. P alabras clave : Dolor crónico pelviano; Disfunciones miccionales. Departamento de Imágenes del Hospital Alemán. Introduction: The International Pelvic Pain Society (IPPS) defined the Chronic Pelvic Pain (CPP) as the pain of at least six months’ duration that occurs below the umbilicus and is severe enough to cause functional disability or require treatment. So it’s a syndrome that results from a complex interaction between neurologic, musculoskeletal and endocrine systems that is further influenced by behavioral and psychologic factors. Objectives: To describe the different pathologies of urological consultation associated with pelvic chronic pain (CPP); to remark the patient’s evaluation and to explain the different therapeutic options employed. Patients and Methods: Those patients that consult with different kind of voiding dysfunctions and CPP are presented retrospectively, so as the tests for arriving diagnosis; the different treatment options and their results. Conclusions: CPP is a syndrome that results from a complex interaction between biologic and psychosocial phenomenon and such as the six major sources are gastrointestinal; urological; gynecological; psychological; musculoskeletal and neurological, it’s now known that there are many disorders that contribute to an individual’s pain experience, thus we consider that an integrated multidisciplinary approach to diagnosis and treatment is essential to achieve the greatest success. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. K ey words : Chronic pelvic pain; Voiding dysfunctions. Sección Urodinamia del Servicio de Urología del Hospital Alemán. Sección Neurofisiología Clínica del Hospital Alemán. Laboratorio de Uroneurofisiología y Piso Pelviano del Hospital Alemán. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 185 185 12/19/08 12:02:49 PM INTRODUCCIÓN La Sociedad Internacional de Dolor Pelviano (IPPS) define al Dolor Crónico Pelviano (CPP) como aquel dolor referido por debajo de la línea umbilical, de por lo menos 6 meses de duración y lo suficientemente severo como para causar trastornos funcionales o requerir tratamiento1. Se trata de un síndrome que resulta de la interacción compleja entre los sistemas neurológico, musculoesquelético y endocrinológico, influidos luego por factores conductuales y psicológicos. Si bien generalmente se cree originado en el aparato reproductor, hay 6 grandes grupos de causas entre las que se encuentra su mayor incidencia: gastrointestinales; urológicas; ginecológicas; musculoesqueléticas; neurológicas y psicológicas. Dentro de las disfunciones miccionales por causas urológicas que más frecuentemente se asocian con CPP se encuentran la cistitis intersticial (CI); el síndrome uretral crónico (SUC); las infecciones recurrentes del tracto urinario inferior; las prostatitis crónicas abacterianas (PCA); los divertículos uretrales; las neoplasias y las cistitis actínicas (CA), siendo también importante el número de pacientes que consultan por disfunciones miccionales con CPP que obedecen a distintas causas capaces de provocar desórdenes del piso pelviano, tales como los trastornos neurogénicos, entre otros. De ahí la importancia de la evaluación y la toma de decisión con respecto a la conducta terapéutica en forma interdisciplinaria. El CPP puede presentarse en ambos sexos, aunque su mayor prevalencia (14 +/- 7%) se presenta en mujeres en edad fértil2. Son, por lo general, pacientes que requieren a) atención personalizada; b) que su sintomatología sea tenida en cuenta; c) que se les ofrezca una explicación que justifique su síndrome doloroso y d) ser tranquilizados, siendo por lo tanto una condición frustrante tanto para el médico como para el paciente. OB J E T I VO S DE L T R ABAJ O Los objetivos de este trabajo son: describir las distintas patologías de consulta urológica asociadas con CPP; puntualizar la evaluación del paciente y explicar las distintas opciones terapéuticas empleadas. PA C I E N T E S Y M É T O D O S En el período comprendido entre enero de 2006 y junio de 2008 fueron estudiados y tratados 21 pacientes con disfunciones miccionales y CPP. Dentro de ellos hubo 5 pacientes con SUC; 2 con PCA; 4 con CI; 2 con CA y 8 con trastornos neurogénicos (7 con retención aguda de orina (RAO) y 1 con incontinencia fecal y episodios esporádicos de IO). A todos los pacientes se les realizó una completa historia clínica incluyendo además un minucioso interrogatorio acerca del aparato reproductor; gastrointestinal y urológico con especial atención acerca de los episodios de urgencia y/o sensación de vaciado incompleto; infecciones urinarias recurrentes; dispareunia o dificultad miccional post coito. Asimismo se les solicitó la confección de una cartilla miccional considerando anormal el orinar más de 5 veces durante el día y 1 o más veces durante la noche. Se utilizaron cuestionarios preformados para la depresión, el abuso sexual y físico y la somatización3,4. Además de un exhaustivo examen físico tratando de identificar las zonas dolorosas se utilizaron escalas numéricas (del 0 al 5) para evaluar la intensidad del dolor en forma basal, las que fueron repetidas en varias oportunidades para monitorear la respuesta al tratamiento (generalmente en forma mensual al comienzo y luego cada 2 o 3 meses). También se les solicitó la confección de un tipo de diario donde debían reportan los episodios de dolor, ubicación, severidad y factores asociados5 y un mapa del dolor6 que puede poner de manifiesto dolores fuera de la pelvis (jaqueca, fibromialgia, etc.), o inferir la distribución de la alteración de la sensibilidad en un determinado dermatoma7 o en el territorio correspondiente a la afección de un nervio periférico8 o a otro territorio que sugiere un origen no visceral. Todos ellos siguiendo los lineamientos que para tal fin presentó la IPPS. A los exámenes de sangre y orina incluyendo el urocultivo, en algunos casos y ante la sospecha de determinada patología, se agregaron tests para descartar enfermedades de transmisión sexual; citología exfoliativa oncológica de orina y urocitograma hormonal. A todos los pacientes se les efectuó una ecografía urológica con determinación del residuo post miccional (RPM) y a algunos se les realizó una evaluación endoscópica con biopsia cuando ésta se consideró necesaria, al igual que los exámenes radiológicos incluyendo la TAC y la RNM. A aquellos pacientes con sospecha de SUC9 o desórdenes del piso pelviano se les efectuó, además de una evaluación urodinámica (EUC), una evaluación electrofisiológica con electromiograma del esfínter de la uretra (EMG-EU) con electrodos de aguja concéntricos, evaluando la actividad muscular durante el reposo, la tos, el esfuerzo y el intento de micción y/o estudios de la conducción nerviosa. 186 SAU 73-4.indd 186 12/19/08 12:02:49 PM Figura1. Mapa del dolor. Debe marcar con una X el punto doloroso y sombrear la zona afectada. R E S U LTA D O S Los pacientes fueron divididos en 6 grupos de acuerdo con las distintas patologías observadas. Grupo 1 Cinco pacientes del sexo femenino con CPP y síndrome uretral crónico. Edad promedio: 46 años (34-60). Los análisis de sangre y orina fueron normales, al igual que las ecografías. El urocitograma hormonal fue normal en 3 pacientes e hipotrófico en 2. 30 Flujo ml/s Tos Tos Urodinámicamente todas presentaron una fase de vaciado con flujo de baja amplitud e intermitente con hiperactividad del piso pelviano. El EMG-EU demostró una importante actividad tónica en el reposo y al esfuerzo voluntario leve, con potenciales de unidad motora conservados. La evaluación endoscópica fue normal en 3 pacientes, mientras que las restantes presentaron una cervicotrigonitis de leve a moderada. Si bien el pasaje del endoscopio a través del meato uretral fue más molesto que lo habitual (espasmo muscular), todas ellas refirieron A: 50,00 uV/Div Idm Tos 500 Vmicc ml 25 Idm Micc 26 27 100 28 Pves cm H 29 30 100 31 Pabd cm H 32 100 33 Pdet cm H 34 500 35 Vperf ml 0:00:00 36 2:12:00 4:24:00 6:36:00 8:48:00 Tiempo Figura 2. EUC con flujo de baja amplitud e intermitente con hiperactividad del piso pelviano. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 187 500 ms 11:00:00 Clase Dura uV Turns Cant. Figura 3. EMG-EU con importante actividad tónica en el reposo y al esfuerzo voluntario leve con PUM normales. 187 12/19/08 12:02:50 PM mejoría subjetiva de la sintomatología los días posteriores al estudio. El tratamiento consistió en: a) dilataciones uretrales (1 vez por semana al comienzo del tratamiento y luego más espaciadas, de acuerdo con la mejoría de los síntomas); b) biofeedback del piso pelviano para recobrar la actividad normal (contracción y relajación) coordinada de la musculatura pelviana; c) dos de las pacientes recibieron además terapia hormonal de reemplazo con estriol 1.000 mg/día, vía oral y cíclica; d) a una de ellas, ante la persistencia de la disuria post coital se le agregó, además de las distintas medidas higiénico-dietéticas, una monodosis de antibióticos post coito, mejorando notablemente la sintomatología. Grupo 2 Dos pacientes con cuadro de CPP y prostatitis crónica abacteriana. Edad promedio: 45,5 años (42-49). Los análisis de sangre y orina fueron normales y si bien los cultivos de las secreciones prostáticas fueron negativos y sólo mostraron la presencia de una excesiva cantidad de leucocitos, como uno de los pacientes tenía de base un síndrome de Sjögren y la prostatitis fue considerada de causa autoinmune10,11, los reumatólogos consideraron aconsejable el tratamiento con minociclina 100 mg cada 12 horas durante 14 días, vía oral, sin que se haya observado mejoría del cuadro. A excepción de este episodio, los dos pacientes fueron tratados con: a) antidepresivos tricíclicos (imipramina) a bajas dosis (30 mg/día) en forma permanente; b) se les sugirió psicoterapia, habiéndola aceptado sólo uno de ellos; c) ante episodios dolorosos, se usaron terapias breves con analgésicos-antiinflamatorios del tipo del ibuprofeno 600 mg/día, vía oral, cada 6 horas y baños de asiento calientes; d) medidas de apoyo conductual tales como actividad sexual; evitar la ansiedad; ejercicios físicos y técnicas de relajación pelviana y restricción dietaria sólo cuando algún alimento se asociaba con exacerbación de la sintomatología. Ambos pacientes mejoraron, aunque suelen presentar cuadros recurrentes más atenuados. Grupo 3 Cuatro pacientes del sexo femenino con CPP y cistitis intersticial. Edad promedio, 54,5 años (37-67), más alta que la reportada en la literatura, que oscila entre los 35 y 45 años, según las distintas series. Los análisis de sangre fueron normales y en los de orina, 2 de las pacientes presentaron microhematuria en forma reiterada con orinas estériles y citología exfoliativa oncológica de orina negativa. Una de ellas refirió haber tenido, antes del diagnóstico, dos episodios de macrohematuria que fueron interpretados como cistitis hemorrágicas y tratados con antibióticos. Las ecografías mostraron el árbol urinario superior indemne y la vejiga poco distendida y de baja capacidad, sin evidencia de RPM. Dos de ellas presentaron además ligero engrosamiento de la pared vesical. Durante la cistofibroscopia el llenado vesical rápidamente desencadenó dolor y con la hidrodistensión se observaron glomerulaciones y áreas puntiformes de Figura 4. Anatomía patológica de cistitis intersticial. 188 SAU 73-4.indd 188 12/19/08 12:02:52 PM 30 Flujo ml/s 1dm Tos Tos Art Art Urg 500 Vmicc ml Tos 100 dolor dmm Micc Pves cm H 100 Art Art Micc Pabd cm H 100 Pdet cm H 500 Vperf ml 0:00:00 Figura 5. EUC con vejiga de baja capacidad y acomodación. 2:24:00 4:48:00 7:12:00 9:36:00 12:00:00 Tiempo hemorragia submucosa, mientras que una de ellas presentó además zonas ulceradas. Las biopsias tomadas endoscópicamente bajo anestesia si bien informaron la presencia de úlceras de Hunner, denudación epitelial e infiltrados submucosos fueron informadas como “altamente sospechosas de cistitis intersticial”. Con respecto al tratamiento a todas ellas se les indicaron medidas higiénico-dietéticas, tales como dietas poco ácidas, micción horaria, baños calientes, entrenamiento del piso pelviano con especial atención en los ejercicios de relajación, evitar las actividades asociadas con la exacerbación de la sintomatología y reducción del stress (apoyo psicológico). Dos de las pacientes controlaron su sintomatología con pentosán polifosfato sódico (Elmirón®) 100 mg 3 veces por día, vía oral. Otra paciente comenzó con igual plan y a los 3 meses, ante la falta de respuesta, se le asoció un antidepresivo tricíclico (imipramina) 10 mg 2 veces por día y 25 mg al acostarse, vía oral, logrando el control de los síntomas. La restante paciente mejoró considerablemente luego de la endoscopia diagnóstica, razón por la cual se encuentra con hidrodistensión vesical cada 6 meses, agregándole 1 antiinflamatorio no esteroide (indometacina) 75 mg/día junto con un protector gástrico (omeprazol) 10 mg/día, a partir del 4º - 5º mes en que reaparece la sintomatología. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 189 Si bien ninguna de ellas está completamente asintomática, han tenido una importante mejoría en la calidad de vida. Sólo en una de las pacientes se ha observado disminución de la capacidad vesical en un 14% con respecto de la obtenida al comienzo del tratamiento hace 17 meses (380 a 330 ml). Grupo 4 Dos pacientes del sexo femenino con CPP y cistitis actínica luego de haber recibido radioterapia por atipías ginecológicas hace varios años. Edad promedio: 61,5 años (58-65). Ambas tienen antecedentes de infecciones urinarias a repetición con cistitis hemorrágicas y cuadros irritativos intestinales concomitantes. Ecográficamente presentaron vejigas de baja capacidad y con las paredes engrosadas uniformemente y el examen endoscópico reveló una mucosa vesical pálida con algunas zonas de vasos sanguíneos telangiectásicos. Urodinámicamente ambas presentaron vejigas hipersensibles, de baja capacidad y acomodación. Fueron tratadas desde el comienzo con la asociación de anticolinérgicos vía oral (tolterodina y actualmente solifenacina) y bajas dosis crónicas de antibióticos para evitar reinfecciones y daño tisular. Estos últimos se van rotando cada 3 o 4 meses y sólo se suspenden, al igual que el anticolinérgico, cuando presentan un cuadro de infección urinaria, el que es tratado con el antibiótico 189 12/19/08 12:02:53 PM específico según el antibiograma. Una de las pacientes presentó además al examen físico una vulvitis atrófica y tratando de evitar puntos que pudiesen desencadenar dolor, se consultó con el ginecólogo y como no mediaba contraindicación fue tratada con estriol en forma de crema local. Ambas pacientes respondieron bien al tratamiento desde el punto de vista sintomático pero una de ellas, en tratamiento desde hace 9 meses, ya ha presentado 3 episodios de infección urinaria a E. coli y no ha logrado mejorar su sintomatología intestinal a pesar de los distintos tratamientos indicados por el gastroenterólogo. Figura 7. Descargas espontáneas repetitivas. Grupo 5 tructivo sin causa orgánica demostrada, con marcada actividad del piso pelviano en todos ellos. Los EMG-EU realizados revelaron la presencia de descargas espontáneas repetitivas simples y complejas12,13. Todos los pacientes fueron tratados de inicio con una asociación de alfabloqueantes (tamsulosina) 0,4 mg/día y relajantes musculares (diazepam) 7,5 a 10 mg/ día, evolucionando favorablemente 5 de ellos (4 mujeres y 1 hombre). A los dos pacientes que no respondieron al tratamiento, se les asoció el alfabloqueante con gabapentina Siete pacientes con CPP, episodios reiterados de aguda de orina (RAO) y sensación de vaciado incompleto, 5 del sexo femenino y 2 del masculino. Edad promedio: 32 (2451) y 34 (31-37) años respectivamente. Los episodios de RAO requirieron de sonda a permanencia en varias oportunidades. Los análisis de sangre y orina fueron normales y si bien en las ecografías no se observaron alteraciones anatómicas, 3 mujeres y 1 hombre presentaron RPM mayores del 30% de la capacidad vesical. La evaluación urodinámica mostró un patrón obs- 3:44 4:40 5:36 6:32 7:28 8:24 8:30 < dmm < micc < Tos 2:48 Flujo [ml/s] 30 1:52 0:56 < Tos 0:00 < 1dm Tiempo Flujo [ml] 300 Pves [cm H] 100 Pabd [cm H] 100 Pdet [cm H] 100 Emg1 [cm H] 500 Vpdet [ml] 500 0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 Figura 6. EUC con patrón obstructivo y marcada actividad del piso pelviano. 190 SAU 73-4.indd 190 12/19/08 12:02:54 PM A: 200,00 uV/Div 72 A: 50,00 uV/Div 72 73 73 74 74 75 75 76 76 77 77 78 78 79 79 A: 200,00 uV/Div 72 80 81 73 82 74 83 75 1 segs 76 Clase 77 Dura Pre-Toxina uV Turns Cant. Post-Toxina Figura 8. EMG-EEU antes y después del tratamiento con toxina botulínica. 600 mg/día, previa realización de un hepatograma, mejorando sólo uno de ellos. A la paciente que continuó con sintomatología se le inyectó toxina botulínica 2,5 unidades, guiada electromiográficamente en el hemiesfínter derecho que era el más afectado. Con el tiempo todos evolucionaron con desaparición de la sintomatología. Sin embargo, hay dos mujeres que por temor, continúan con bajas dosis de diazepam y la que recibió la inyección de toxina botulínica sigue con alfabloquentes y si bien está asintomática, sólo han pasado 4 meses del procedimiento. electrodo de St. Mark’s estimulando la espina isquiática hasta obtener la contracción del esfínter del ano14. El EMG-EEA mostró trazados neurogénicos periféricos moderados con signos de reinervación y elementos de cronicidad y la latencia terminal motora del nervio pudendo del lado derecho estaba prolongada. Ante estos resultados el cuadro fue interpretado como el de una neuropatía probablemente secundaria a un entrampamiento del mismo, con compromiso de la rama Grupo 6 Paciente de 76 años, del sexo masculino, con CPP e incontinencia fecal asociada con episodios de IO esporádicos. El dolor prácticamente le impedía permanecer sentado. Todos los estudios realizados fueron normales y dada la sintomatología y la intensidad del dolor se le efectuó un EMG del esfínter externo del ano y se evaluó la latencia terminal motora del nervio pudendo con el Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 191 2 1 3 Figura 9. Latencia motora terminal del nervio pudendo. 191 12/19/08 12:02:54 PM Nervio dorsal del pene Nervio pudendo Nervio rectal inferior Nervio perineal Nervios escrotales posteriores Figura 10: Técnica del bloqueo. perineal y hemorroidal, razón por la cual se decidió comenzar tratamiento médico con antidepresivos tricíclicos (amitriptilina) 50 mg/día y AINES cada 8 horas. Ante la falta de respuesta, a las 6 semanas se realizó un bloqueo con inyección perineural tomodirigida con 3 ml de anestésico local (bupivacaína al 25%) y 1 ml de corticosteroide (metilprednisolona 40 mg/ml). Para el procedimiento la aguja se colocó adyacente al nervio pudendo a la altura de la espina isquiática en el canal pudendo15. El dolor desapareció casi de inmediato y la incontinencia fecal fue tratada y controlada con biofeedback, continuando en la actualidad con amitriptilina 25 mg/ día. DISCUSIÓN En la fisiopatología del dolor crónico pelviano hay dos mecanismos neurofisiológicos involucrados16: a) dolor nociceptivo: de origen somático o visceral; b) dolor no nociceptivo: de origen neuropático o psicógeno. El dolor somático se origina en la piel, músculos, huesos y articulaciones y es transmitido a lo largo de las fibras sensitivas, generalmente es descripto como agudo y sordo y suele ser un dolor discreto. El dolor visceral es transmitido a través de las fibras simpáticas del Sistema Nervioso Autonómico (SNA) y es descripto como pobremente localizado, sordo o de tipo cólico. Suele asociarse con fenómenos autonómicos tales como náuseas, vómitos, sudoración y fuertes reacciones emocionales. El dolor neuropático, en cambio, surge como resultado de una injuria al Sistema Nervioso Central (SNC) o periférico (SNP) y típicamente produce dolor urente, lacerante y parestesias. El diagnóstico de dolor psicogénico sólo debe hacerse por exclusión. Hay factores psicológicos, tales como la personalidad premórbida, depresión o disturbios conductuales que ayudan a experimentar dolor. Cada estructura del abdomen y/o de la pelvis tienen un rol en la etiología del CPP, debido a las complejas interacciones entre los órganos reproductivos, el tracto urinario y el colon, de ahí que sean varios los desórdenes involucrados, incluyendo sobre todo la endometriosis; la cistitis intersticial; el colon irritable y los desórdenes del piso pelviano. Si bien existe una pobre correlación entre los síntomas individuales del tracto urinario inferior y la etiología subyacente, es importante comprender la compleja relación entre los síntomas, la fisiopatología y el tratamiento. Los estudios urodinámicos y las manometrías anorrectales, pueden demostrar la fisiopatología de una estructura, pero no confirman el origen neurológico de la lesión. Los músculos del piso pelviano difieren del resto de los músculos estriados de la economía tanto desde el punto de vista anatómico como fisiológico. Las fibras musculares que los constituyen son más pequeñas y contienen una alta proporción de fibras tipo I. Estas 192 SAU 73-4.indd 192 12/19/08 12:02:56 PM diferencias son más ostensibles en el músculo puborrectal y en los esfínteres externo del ano y periuretral. La actividad del músculo liso uretral y detrusor y la actividad del músculo esquelético del piso pelviano actúan de un modo coordinado y dicha coordinación se encuentra bajo el control del centro pontino de la micción17. De ahí que la combinación de la urodinamia con los datos de la neurofisiología del piso pelviano, pueda ser útil en la localización de lesiones del sistema nervioso central y/o periférico asociadas con disfunción del tracto urinario inferior18. La EMG de los músculos de la pelvis y de los esfínteres, con electrodos de aguja concéntricos, permite valorar la función de estos músculos igual que la de cualquier otro músculo estriado, pero especialmente la EMG esfinteriana ha demostrado ser particularmente valiosa en la diferenciación de pacientes con distintas patologías19. La prevalencia de mujeres con respecto a los hombres20 podría incluir como mecanismos potenciales, a los efectos de los estrógenos sobre la inflamación neurogénica, así como también otros efectos hormonales sobre los SNC y SNP. CONCLUSIONES • El CPP no es una enfermedad, sino un síndrome que resulta de un interjuego complejo de fenómenos biológicos y psicosociales y si bien los orígenes más frecuentes son gastrointestinal; urológico; ginecológico; psicológico; musculoesquelético y neurológico, son muchos los factores que contribuyen a una experiencia dolorosa individual, de ahí que consideremos de suma importancia un estudio integrado multidisciplinario para su diagnóstico y tratamiento. • La causa del dolor crónico abdominoperineal no necesariamente está dentro de la víscera, sino que puede estar originado en la piel, tejido celular subcutáneo, músculos, huesos y nervios. • La percepción del dolor es el resultado de una compleja serie de eventos: 1) estimulación física; 2) percepción sensorial; 3) modulación neurorregulatoria y 4) procesos psicológicos. • La alta incidencia de depresión y trastornos de la personalidad observados tienen un alto impacto en las respuestas al dolor y son predictores negativos para el tratamiento y el regreso a la funcionalidad21. • Entender la fisiopatología es importante, pues orienta el tratamiento racional basado en aliviar las causas Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 193 de la sintomatología; permite pronosticar y ayuda a definir las diferentes respuestas terapéuticas obtenidas entre los distintos pacientes. • Son por lo general pacientes que requieren: a) atención personalizada; b) que su sintomatología sea tenida en cuenta; c) que se les ofrezca una explicación que justifique su síndrome doloroso y d) ser tranquilizados, siendo por lo tanto una situación frustrante tanto para el médico como para el paciente. BIBLIOGRAFÍA 1. Mathias, S.D.; Kupperman, M.; Liberman R.F. y cols.: Chronic pelvic pain: prevalence, health-related quality of life, and economic correlates. Obstet Gyneco. 87: 321-327, 1996. 2. Zondervan, K.T.; Yudkin, P.L.; Vessey, M.P. y cols.: The community prevalence of chronic pelvic pain in women and associated illness behaviour. Br J Gen Pract 51: 541547, 2001. Bibliographic Links. 3. 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El diagnóstico se puede realizar a través de la anamnesis, el examen físico y la urodinamia; sin embargo, los criterios diagnósticos aún no se encuentran completamente establecidos. Para el tratamiento la conducta inicial es conservadora, siendo la uretrólisis el tratamiento clásico. P alabras claves : Obstrucción infravesical post-cirugía antiincontinencia; Complicaciones quirúrgicas post-slings; Uretrólisis. During the last years minimally invasive synthetic slings become the gold standard to treat stress urinary incontinence. Reports on complications following these procedures were published, among them, obstruction is one of the most important. The urinary obstruction after sling, may occur for two mechanism: high tension on the suburethral tape and undiagnosed prolapse. This article addresses the diagnosis and management of obstruction following synthetic slings. Profesor Titular de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Estatal de Campinas, Brasil. 2 Profesor Asociado y Coordinador del Servicio de Urología Femenina de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad estatal de Campinas, Brasil. 3 Residente del Servicio de Tocoginecología, Policlínico Bancario, Buenos Aires, Argentina. 4 Residente del Servicio de Urología, Policlínico Bancario, Buenos Aires, Argentina. 1 Paulo Palma Rua Jose Pugliesi Filho 265 Campinas, São Paulo, Brasil. 13085-415 ppalma@uol.com.br Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 195 K ey words : Urinary obstruction after anti-incontinence surgery; Post-surgery complications; Uretrolysis. I ntroducci ó n La indicación de tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo en mujer, refleja un creciente énfasis en la calidad de vida de la misma, en la sociedad moderna, especialmente en los países con mayor desarrollo sociocultural. Este hecho determinó una gran inversión en la mejoría de las técnicas ya establecidas, como los slings pubovaginales y en el desarrollo de nuevos procedimientos mínimamente invasivos. Esto se relacionó directamente con el progreso del conocimiento en la fisiopatología de la incontinencia Urinaria de Esfuerzo y, en especial, el estudio urodinámico. Paralelamente, se le atribuyó a los slings un papel cada vez más relevante en el tratamiento de estas pacientes, debido a los excelentes resultados de esta técnica después de un seguimiento prolonga195 12/19/08 12:02:56 PM do cuando se las comparaba con las colposuspensiones abdominales, suspensiones endoscópicas del cuello vesical y las colpoperineoplastias vaginales, independientemente del diagnóstico urodinámico. El aumento de la casuística, entre tanto, ha dado lugar al crecimiento proporcional de los informes acerca de la morbilidad de los slings, donde se destacan la obstrucción infravesical y la disfunción vesical. Otro posible determinante de este hecho, es la gran variedad de materiales propuestos para la confección de los “slings”, con un comportamiento biológico muy diverso. Así, la mayor parte de la series presentadas sobre la obstrucción, después de la cirugía anti-incontinencia, se refieren específicamente a los slings, a pesar de que esta complicación puede surgir de otras técnicas, aunque actualmente menos frecuente. Fisiopatología La obstrucción infravesical post “sling”, puede ocurrir por dos mecanismos básicos que, eventualmente, pueden coexistir en la misma paciente: (a) tensión exagerada aplicada sobre la uretra y (b) subvalorización de prolapsos urogenitales asociados en el preoperatorio. Entre el detrusor y la mucosa vesical, existe una capa independiente de músculo liso y elastina que se prolonga a partir del trígono, llamada anillo trigonal, que es considerado el principal determinante del cierre del cuello vesical durante el llenado.1 De forma contraria, durante la micción, la contracción coordinada del anillo trigonal determina el afinamiento del cuello vesical, facilitando el vaciamiento. Este mecanismo es mediado básicamente por fibras alfa-adrenérgicas provenientes de centros de la médula tóraco-lumbar (T11 a L2) y conducidas a través del nervio hipogástrico.2 Los “slings” pubovaginales clásicos, aplicados en la región del cuello vesical, dificultan este proceso, determinando, habitualmente, un aumento significativo de la presión del detrusor durante la micción. Así, pequeñas diferencias en la tensión aplicada sobre el “sling”, pueden alterar este equilibrio de presiones, expresándose en forma de retención urinaria o, más frecuentemente, a través de síntomas irritativos urinarios.3 El soporte anatómico de la uretra, del cuello vesical y de la pared posterior de la vejiga, derivan primariamente de la fascia del músculo elevador del ano, que se inserta lateralmente en el arco tendíneo, junto a la rama isquiopubiana. Alrededor de la uretra, condensaciones de esta fascia, originan los ligamentos uretropélvicos y pubouretrales.3 Posteriormente, la fascia del músculo elevador del ano se extiende sobre la pared vesical posterior hasta el cérvix uterino, recibiendo la denominación de fascia pubocervical, responsable del soporte de estas estructuras, también como de la pared vaginal anterior. La manutención del eje uretro-vesical, determinado por la fascia pubocervical, es fundamental para la micción normal. Cuando existe alteración de la sustentación vesical, sea por laceración central de la fascia pubocervical o por defecto de su inserción lateral en el arco tendíneo, la confección aislada de un “sling”, con una tensión adecuada, puede intensificar la rotación vesical durante el aumento de la presión abdominal en torno a la uretra fija, determinando la obstrucción infravesical.4 La incidencia de obstrucción está directamente relacionada con el grado de prolapso, estimándose una incidencia de hasta 72% en los casos de cistocele grados 3 y 4.5 Así, pacientes con clínica de obstrucción infra-vesical post “sling”, deben ser cuidadosamente evaluadas en cuanto a la presencia de distopías genitales, debido a que pueden estar directamente relacionadas con este cuadro clínico. En cuanto a las situaciones descriptas, no existe estenosis verdadera, raramente, el proceso obstructivo puede resultar de estrechamiento de la luz uretral, secundario a suturas aplicadas próximas a la uretra, pérdida urinaria local o traumatismo por el catéter uretral. La estenosis es particularmente más frecuente con “slings” biológicos heterólogos y sintéticos, debido a la mayor incidencia de complicaciones infecciosas y de erosión uretral.6-7 Entre las colposuspensiones retropúbicas, se considera que en la técnica de Marshall Marchetti Krantz, el riesgo de estenosis uretral es ligeramente superior que en la cirugía de Burch, debido a la mayor proximidad de los puntos de sutura en relación con la uretra. D iagn ó stico Diversos estudios han demostrado un aumento significativo del diagnóstico de obstrucción infravesical en la mujer; sin embargo, los criterios diagnósticos no se encuentran aún completamente esclarecidos. Los síntomas clásicos de chorro fino e intermitente, dificultad para iniciar la micción, son referidos por las mujeres en apenas 40% de los casos.8 De forma contraria, los síntomas irritativos, incluido disuria, polaquiuria, urgencia e incontinencia de urgencia son referidos por el 75% de las pacientes con esta condición.9 En la anamnesis se debe investigar la necesidad de la paciente de adquirir determinado decúbito o reducir digitalmente su prolapso genital para facilitar el vaciamiento vesical.10 En el examen físico general se debe verificar la presencia de globo vesical palpable. El examen ginecológico debe ser realizado cuidadosamente e incluir la palpación bimanual y el examen especular. Se debe verificar la presencia de cistocele, si es necesario con la paciente en posición semi-ortostática. En los casos donde hubo 196 SAU 73-4.indd 196 12/19/08 12:02:56 PM hipercorrección, es común observar angulación uretral exagerada en relación con el cuerpo vesical y, en algunos casos, retracción del meato uretral para el interior de la vagina. Como la mayoría de las pacientes no tienen estenosis verdadera, el empleo de la uretroscopia para su diagnóstico no es necesario y, generalmente, no es recomendado. A pesar de que la uretrocistografía miccional, en posición ortostática, pueda documentar el punto de obstrucción, se trata de un examen estático, que frecuentemente disminuye mucho su sensibilidad en relación con la fluoroscopia. No existe, hasta el momento, consenso en cuanto a los parámetros urodinámicos que deban ser utilizados para establecer este diagnóstico.11 Varios autores propusieron la definición de la obstrucción con base en criterios exclusivamente urodinámicos (estudio flujo-presión), en general correlacionando el flujo urinario máximo y la presión del detrusor en flujo máximo (Tabla 1). Autor Qmax (ml/s) Pdet/Qmax V residual Blaivas et al. (12) 12,0 20,0 - Webster et al. (13) 15,0 40,0 - Massey et al. (8) 12,0 50,0 - Farrar et al. (14) 15,0 50,0 ≥ 200 ml Chassagne et al.(9) 15,0 20,0 - Lemack et al.(15) 10,7 40,8 - Tabla 1. Obstrucción infravesical en la mujer: criterios urodinámicos según diferentes autores. En tanto, debido a la gran amplitud del patrón miccional femenino considerado normal, establecer parámetros urodinámicos que puedan caracterizar el diagnóstico de obstrucción infra-vesical en mujeres no es simple. (Figura 1) A pesar de estas dificultades fue propuesto, recientemente, por Blaivas & Groutz, un normograma para la evaluación de las pacientes con sospecha de obstrucción infravesical (Figura 2), empleando como parámetros la presión del detrusor máxima alcanzada durante la micción y el flujo máximo obtenido previamente al cateterismo uretral. A pesar del rigor estadístico y de la coherencia con la fisiopatología, su valor aún se encuentra indeterminado.11 El empleo de la videourodinamia, permite asociar los parámetros urodinámicos con la fluoroscopia, parece representar, hasta el momento, el método de mayor sensibilidad para el diagnóstico, además de permitir la demostración del punto exacto de la obstrucción. La videourodinamia posibili- Figura 2. Normograma de Blaivas & Groutz para el diagnóstico de obstrucción infravesical en la mujer. Figura 1. Aspectos urodinámicos de la obstrucción infravesical. Se observa una paciente con flujo urinario máximo reducido, asociado con elevada presión de micción. (Q: flujo urinario; Pdet: presión del detrusor; Pves: presión vesical; Pabd: presión abdominal; UR: urgencia; CC: capacidad cistométrica; MF: flujo urinario máximo) (Archivo UNICAMP). Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 197 197 12/19/08 12:02:57 PM ta, también, la evaluación precisa de la influencia de los prolapsos urogenitales sobre el proceso, a través de la simulación de la micción después de su corrección, por medio de la introducción de un pesario vaginal antes de la fase miccional.12-13 A sínfisis púbica ligamento pubouretral fascia endopélvica ligamento uretropélvico T ratamiento Como todavía no existe consenso acerca del diagnóstico, a pesar de las tentativas de normatización basadas en criterios urodinámicos objetivos, cualquier análisis crítico de los resultados obtenidos, con diferentes formas de tratamiento, la obstrucción infra-vesical en la mujer presenta limitaciones. El abordaje terapéutico será distinto, dependiendo del tiempo entre el “sling” y la sospecha de obstrucción. La aparición de disfunción miccional o de retención urinaria temporaria después de los “slings” pubovaginales es relativamente frecuente.14-15 La conducta inicial debe ser conservadora hasta los dos primeros meses después del procedimiento. Después de la desaparición del dolor y de la disminución del edema local, la mayoría de las veces ocurre la resolución espontánea de estos síntomas, sin la necesidad de intervención.16 La retención urinaria importante debe ser conducida con auto-cateterismo intermitente durante este período. Por otra parte, algunos autores han propuesto el mantenimiento de una cistotomía suprapúbica después de la realización del sling. Creemos que esta conducta aumenta la morbilidad del procedimiento, no se justifica en forma rutinaria, y posiblemente puede ser propuesta en determinados casos seleccionados, como los de hipocontractilidad del detrusor o cuando las condiciones locales de la uretra están muy comprometidas, como consecuencia de procedimientos anteriores. Los casos en que los síntomas persisten deben ser evaluados cuidadosamente. El diagnóstico de inestabilidad vesical, no es significativo, desde el punto de vista terapéutico, debido a que estas mujeres no responden al uso de anti-colinérgicos u otras conductas conservadoras.14 El tratamiento clásico de la obstrucción infra-vesical post “slings” es la uretrólisis. Varias técnicas de uretrólisis fueron propuestas, con acceso abdominal o vaginal (suprameatal o transvaginal). Independientemente de la vía de abordaje, este procedimiento tiene por objetivo disecar todas las eventuales adherencias periuretrales, particularmente, aquellas existentes entre la uretra y la cara inferior de la sínfisis púbica (Figura 3). Los índices de éxito de las diversas técnicas de uretrólisis son semejantes, y varían entre 70 a 80%.17-18-19-20 La uretrólisis transvaginal ofrece como ventaja menor arco tendíneo uretra pared vaginal B Figura 3. En la uretrólisis transvaginal, se realiza la disección de las adherencias existentes entre la uretra y el pubis. (A) Representación esquemática. (B) Aspecto intra-operatorio (Archivo UNICAMP). morbilidad en relación con la retropúbica,18 sin los riesgos de sangrado involucrados en el acceso suprameatal, en virtud del plexo venoso del clítoris. El éxito de la uretrólisis transvaginal parece mayor en la obstrucción secundaria a la suspensión con aguja (71%) y uretropexia retropúbica (63%), cuando se compara aquella secundaria al “sling” pubo-vaginal (50%).18 En casos con fibrosis periuretral importante o después del fracaso de uretrólisis anterior, es indicada la interposición de un segmento fibroadiposo del labio mayor (Martius), pediculado en la arteria pudenda externa entre la uretra y la sínfisis púbica (Figura 4). Esta maniobra representa un importante recurso a fin de evitar que el proceso cicatrizal cause nuevas adherencias de la uretra a la cara inferior de la sínfisis púbica y eventualmente puede ser propuesto en el primer abordaje de la paciente.20 A pesar de que algunos autores, indiquen de rutina la asociación de un nuevo “sling” asociado con uretrólisis, 198 SAU 73-4.indd 198 12/19/08 12:02:58 PM A B C D Figura 4. Colgajo fibroadiposo de Martius. (A) Disección del colgajo de labio mayor. (B) Transposición del colgajo. (C) Colgajo interpuesto entre la uretra y el pubis D) Presencia de colgajo de Martius por resonancia magnética nuclear, luego de 3 meses del procedimiento.(Archivo UNICAMP). la posibilidad de incontinencia después de este procedimiento es infrecuente, en menos de 5% de los casos.21 Otra posibilidad para el tratamiento de la obstrucción infravesical después de los slings, que puede ser aplicada cuando el diagnóstico se realiza después del segundo mes de la operación, es la sección parcial o completa de la porción suburetral del sling por vía vaginal. En este caso, se considera que la fibrosis resultante de la disección inicial es suficiente para el mantenimiento de la continencia a largo plazo. Sin embargo, la naturaleza empírica de este procedimiento imposibilita la estandarización de la misma. Finalmente, la posibilidad de cateterismo intermitente limpio definitivo, debe ser considerada, como una opción terapéutica más adecuada en pacientes seleccionadas, como en aquellas portadoras de hipocontractilidad vesical importante, posterior a repetidas fallas en uretrólisis anteriores o en pacientes con comorbilidades Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 199 importantes que imposibiliten cualquier procedimiento quirúrgico. C onclusi ó n El consenso sobre la eficacia de los slings para el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo, la mejor comprensión de los mecanismos fisiológicos de apoyo y estabilización uretral y la tendencia a proponer terapias mínimamente invasivas, en diversas esferas de la medicina, ha determinado la aparición de nuevos tipos de slings. Todos tienen como paradigma el apoyo, del tercio medio uretral y sin tensión, no abarcando el cuello vesical, y en algunos casos pudiendo realizar ajustes en el período postoperatorio22. Creemos que este desarrollo, junto con el uso de materiales con alta biocompatibilidad, determina la reducción significativa de la obstrucción infravesical y la disfunción vesical, con lo 199 12/19/08 12:03:02 PM que el tratamiento de la incontinencia urinaria es aún más atractivo para un mayor número de pacientes. BIBLIOGRAFÍA 1. DeLancey JO: Anatomy and physiology of urinary continence. Clin Obst Gynec 1990, 33: 298-302. 2. Zinner NR, Sterling AM, Ritter RC: Role of inner urethral softness in urinary continence. Urology 1980, 16: 115-122. 3. Stothers L, Chopra A, Raz S: Vaginal reconstrutive surgery for female incontinence and anterior vaginal-wall prolapse. Urol Clin North Am 1995, 22: 641-655. 4. Nitti V: Bladder outlet obstruction in women. In Nitti V: Practical Urodynamics. New York, Saunders, 1998, p.197-210. 5. Blaivas JG, Romanzi LJ, Chaikin DC: The effect of genital prolapse on voiding. J Urol 1999,161:581-586. 6. 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Verdecchia P.1; I ntroducci ó n Mesurado C.2; La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa sistémica de etiología desconocida que se caracteriza por la presencia de granulomas no caseificantes en los órganos comprometidos. El compromiso del sistema genitourinario es una manifestación rara. Presentamos a un paciente con diagnóstico de sarcoidosis y masa testicular derecha. Jaimovich M.3; Gentile S.4; Bassi N.4. C aso clínico Paciente de 36 años de edad, presenta como antecedentes, sarcoidosis torácica y extratorácica a nivel de ganglios inguinales y cirugía de hidrocele derecho. Concurre a la consulta urológica por orquialgia derecha de 2 meses de evolución. Al examen genital se constata un tumor de aproximadamente 2 cm de diámetro en cara posterior del testículo derecho y varicocele en el testículo izquierdo. Ecografía: En testículo derecho se observa una formación intratesticular sólida hipoecoica de 15 x 6 x 10 mm sobre su borde póstero-interno, en contacto con ésta y sin límites otra imagen sólida y aplanada de bordes y grosor irregulares (con un espesor promedio de 10 mm) que invade el parénquima desde la túnica albugínea (Figuras 1 y 2). Eco doppler color: se observa conexión vascular entre el parénquima sano y el tumor. Testículo izquierdo, levemente disminuido de tamaño con imágenes vasculares compatibles con varicocele. Médico urólogo, Clínica Modelo, Tandil. 2 Médico urólogo, Tandil. 3 Servicio de Patología, Clínica Modelo, Tandil. 4 Servicio de Imágenes, Clínica Modelo, Tandil, Argentina. 1 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 201 Figura 1. Tumor intratesticular y extratesticular sin límites entre ambos. Figura 2. Eco doppler color: se observa conexión vascular entre el parénquima sano y el tumor. 201 12/19/08 12:03:03 PM Figura 3. Se observan túbulos seminíferos y los típicos granulomas no caseificantes. Figura 4. Célula multinucleada. Se solicitan marcadores tumorales los cuales resultaron negativos y radiografía de tórax sin imágenes patológicas. Se indica cirugía exploradora, se realiza biopsia testicular por vía inguinal con clampeo temprano del cordón espermático. Biopsia por congelación: Informa ausencia de células tumorales, por lo que se decide conservación de la gónada. Anatomía patológica: Granulomas sarcoidales, sarcoidosis testicular (Figuras 3 y 4). la posibilidad de la presencia de un cáncer testicular. Además, por otro lado, tener en cuenta la necesidad de conservación del testículo en un paciente joven y el potencial compromiso de la fertilidad ante una orquiectomía innecesaria si se tratara de una enfermedad benigna. Otro planteo diagnóstico en nuestro caso fue que el tumor testicular pudiera corresponder a una secuela quirúrgica que luego fue descartada por las características de las imágenes ecográficas. En cuanto al manejo algunos autores proponen el tratamiento conservador evitando la exploración quirúrgica si la lesión está confinada al epidídimo11. Creemos que en todo paciente que se presente con una masa testicular debe excluirse el diagnóstico de cáncer testicular y en un paciente con historia de sarcoidosis un abordaje conservador sería lo más adecuado. D iscusi ó n La sarcoidosis afecta principalmente al tórax en un 80-90% de los casos, mientras el compromiso genitourinario es muy raro, ocurriendo en el 0,2% de los casos diagnosticados y en el 5% de los casos encontrados en la autopsia1-2. Se ha informado preponderancia en sujetos de raza negra3. Las manifestaciones genitourinarias de la sarcoidosis incluyen enfermedad renal, testicular, epididimaria y prostática4-5. Clínicamente, la afectación del testículo y epidídimo es usualmente unilateral, nodular, difusa e indolora6. Aunque esta enfermedad puede afectar cualquier segmento del sistema genitourinario, numerosos autores han comunicado la coexistencia de tumores testiculares en pacientes con diagnóstico de sarcoidosis5-7-8-9, así como también la presencia de reacciones granulomatosas indistinguibles de la sarcoidosis en pacientes con enfermedad metastásica luego de la cirugía testicular en casos de seminoma, teratoma, teratocarcinoma y carcinoma embrionario10. Por todo ello se debe considerar B ibliogra f ía 1. Turk CO, Schacht M, Ross L.: Diagnosis and management of testicular sarcoidosis. J. Urol. 1986; 135: 380-381. 2. Ricker W, Clark M. Sarcoidosis.: A clinico- pathologic review of 300 cases including 22 autopsies. Am J. Clin. Pathol. 1994; 19: 725-749. 3. Nader N. Massarweh, Vishal K. Bhalani, KKoushik K. 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Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 203 sis and testicular neoplasm: an unusual association. J. Urol. 1977; 118: 487. 9. Rayson D, Burch PA, y Richardson RL: Sarcoidosis and testicular carcinoma. Cancer 83: 337-343, 1998. 10. Heffner JE, y Milam Mg: Sarcoid-like hilar and mediastinal lymphadenopathy in a patient with metastatic testicular cancer. Cancer 60: 1545-1547, 1987. 11. McWilliams WA, Abramowitz L, Tiamson EM.: Epididymal sarcoidosis: case report and review. J. Urol. 1983; 130: 1201-1203. 203 12/19/08 12:03:05 PM imágenes en urología images in urolog y Cáncer renal de gran tamaño Big renal cancer Dres. López Fontana, Gastón; Paciente de sexo femenino de 29 años de edad que consulta por masa en flanco izquierdo y hematuria macroscópica. Se solicita ecografía que informa masa sólida renal Podestá, Miguel; izquierda de 20 por 17 cm. Se solicita tomografía computada que confirma el diagnósAmeri, Carlos. tico ecográfico y la describe como de aspecto heterogéneo con márgenes nodulares en la periferia que impresionan ser vasos de neoformación. Se realiza la nefrectomía por vía anterior. Presenta buen plano de clivaje que permite una buena liberación del riñón en conjunto con su grasa perirrenal. La histopatología informó carcinoma a células claras de 20 cm Fuhrman 2 y estadio T3b (UICC 2002). La paciente lleva 16 años de su enfermedad y continúa libre de enfermedad. Es un caso de un gran tumor renal con buena evolución, casos poco frecuentes, ya que por su tamaño y estadio tiene bajo índice de supervivencia a 5 años. Agradecimiento al Acad. Dr. Juan Ghirlanda por su aporte al caso. Servicio de Urología del Hospital Alemán, Buenos Aires, Argentina. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 73 (4) 2008 SAU 73-4.indd 205 Figura 1. Abdomen de la paciente donde se aprecia la protrusión de la masa renal. 205 12/19/08 12:03:10 PM Figura 3. Imágenes que muestran tumor dentro de la vena renal y la pieza quirúrgica abierta donde está reemplazado el parénquima renal en su totalidad. Figura 2. Imágenes de tomografía que muestran la extensión del tumor desde el polo superior hasta la región pelviana. 206 SAU 73-4.indd 206 12/19/08 12:03:20 PM Reglamento de publicaciones Los trabajos deberán ser enviados al director del Comité editorial de la Revista Argentina de Urología, Dr. Carlos Ameri. Sociedad Argentina de Urología (SAU) Tel./fax: (5411) 4963-4336/ 4337 / 8521 E-mail: sau@sau-net.org La revista se reserva el derecho de rechazar los originales que no considere apropiados, así como sugerir modificaciones cuando el Comité editorial lo considere necesario. Los trabajos no deberán haber sido publicados anteriormente ni presentados simultáneamente a otra publicación. Una vez aceptados son propiedad de esta revista y no podrán ser reimpresos sin autorización total o parcialmente. 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El resumen constará de las siguientes partes: Introducción, Material y Método, Resultados y Conclusiones y no excederá de las 200 palabras. • Las secciones del trabajo son las siguientes: Introducción, Material y Método, Resultados, Discusión, Conclusión. • Referencias Bibliográficas • Bibliografía de Revistas: Apellidos e iniciales de todos los autores (a partir de tres autores se añadirá “y cols.”), título del trabajo en su idioma original, abreviatura de la revista según patrón internacional, número del volumen, primera página y año. • Bibliografía de Libros: Apellidos e iniciales de todos los autores, título del libro en su idioma original, páginas, editorial, ciudad y año, en este orden. • Figuras. Se enviarán las figuras por duplicado, en papel (tamaño 9 x 13) o diapositivas. También puede enviarlas en diskette (en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi) pero en ese caso incluya una copia en papel. La revista se reserva el derecho a rechazar las figuras que no considere de calidad o inapropiadas, así como cuando el trabajo incluya un número excesivo de figuras. Las figuras deben estar perfectamente numeradas e identificadas con el título y nombre del autor en el reverso de las mismas, así como sentido en que han de publicarse señaladas con una flecha. Las leyendas de las figuras irán en hoja aparte. No escriba con bolígrafo detrás de las fotografías, pues se estropean. • Tablas. Con su título correspondiente se incluirán separadamente, con numeración independiente de las figuras y en caracteres romanos. Las tablas y gráficos también pueden enviarse en diskette, en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi, pero adjuntando original y dos copias en papel. • Los casos clínicos deben presentarse en forma concisa, tendrán un máximo de 2 ó 3 ilustraciones y no se acompañan de un abstract inicial, guardando la siguiente estructura: Introducción, Casos Clínicos, Discusión. Enviar original y copia de texto y figuras. • Revisiones bibliográficas. El director de la Revista Argentina de Urología elige el tema de la revisión y designa a tal fin un “Editor invitado” que es el único responsable del contenido la misma. El Editor invitado elige los autores que colaboran. Los trabajos monográficos deben cumplir las normas expuestas en los puntos anteriores. Las secciones que componen una revisión bibliográfica son: Objetivo, Material y Método, Resultados, Conclusión. • Las publicaciones presentadas para que sea considerada su publicación que no cumplan con los requisitos explicitados anteriormente serán remitidos al autor responsable para su modificación. X SAU 73-4.indd 10 12/19/08 12:03:25 PM FICHA DE SUSCRIPCIÓN 2008 4 NÚMEROS ANUALES Revista Argentina de UROLOGIA Exclusivamente para no socios de la SAU Enviar ficha de suscripción a: SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA Pasaje de la Cárcova 3526, (1172), Buenos Aires, Argentina IMPORTE DE LA SUSCRIPCIÓN ANUAL Argentina $40. Latinoamérica u$s 80. Otros países u$s 100. DIRECCIÓN DE ENVÍO: Nombre y Apellido: ............................................................................................................................. Dirección: ........................................................................... Nº:....................Piso: . ............................. 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